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Maitreya sentado
Del complejo de cuevas de Mogao, Cueva nº 275
Cerca de Dunhuang, China
Período Liang del Norte (421-439 dC)
Arcilla sobre un núcleo de madera y paja, decorado con tinta y pigmentos minerales


Esta imagen esculpida de Maitreya creada a principios del siglo V se cree que es la escultura pintada más antigua que ha sobrevivido en el complejo de cuevas de Mogao. Maitreya es una de las divinidades más comunes en las primeras cuevas, y a menudo se le representa sentado con las piernas cruzadas sobre una plataforma con los pies apoyados sobre flores de loto. Esta posición a veces se denomina “desenvoltura real” ya que recuerda las representaciones de la realeza. En la Cueva 275, dos leones flanquean el trono, otra referencia a la realeza.

Como bodhisattva destinado a nacer en el reino de los humanos como el siguiente Buda, Maitreya puede estar representado en alguna u otra de sus manifestaciones. En este ejemplo aparece como un bodhisattva, vistiendo ropas diáfanas, collares, brazaletes y un tocado (en el que aparece la figura de un Buda sentado, una referencia a su futura manifestación). En la pared de detrás hay pintada una multitud de bodhisattvas y seres celestiales, bailarinas y músicos, que indican que esto pretende ser una visión de Maitreya sentado en su paraíso, conocida como Tushita ("alegre").

La iconogafía dicta que la mano izquierda de la estatua probablemente sostuviera un cintamani o joya que satisface deseos. Aunque es una desgracia que la estatua se haya dañado con la pérdida de la mano, este daño nos da la oportunidad de estudiar como se construían las imágenes de arcilla como ésta en el siglo V. Una mezcla de arcilla y paja se fijaba a un esqueleto de madera para proporcionar la forma básica a la imagen. Una vez se secaba, se aplicaban sucesivas capas finas de arcilla para dar definición y crear los aspectos más delicados, como los rasgos faciales, la textura del cabello y los pliegues del vestido. La imagen entera era entonces cubierta con una fina capa de yeso, y pintada con pigmentos minerales.

Traducción de Alexandra Prats, revisada por Dolors Folch