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Pan-Hispanic Ballad Project

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0559:51 Vuelta del navegante (á)            (ficha no.: 8729)
[0049 Conde Niño, contam.]

Versión de Andorra s. l. (Andorra).   Recitada por Serqueda (35a). Recogida por Palmira Jaquetti y Maria Carbó, 28/07/1925 (Archivo: AMP). Publicada en RTLH 3 (1969), nº I.40, pp. 44-45 (notación musical, p. 44).  032 hemist.  Música no registrada.

     --No`m dirís, senyora mia,    la meva esposa on està?
  2   --Vostra esposa, don Llouïso,    se n`ha tornada a casar.
     --No em derís, senyora mia,    i a la quina calle está?
  4   --Calle de l`Argenteria    tres portes vora la mar.
     --Baixeu-me`n de la vihuela    i tambe del passamá
  6   i amb el cant de la sirena    veure si em coneixerà.--
     --Despertate, clara niña,    que sentirás cantar
  8   sentirás cant de sirenes    que en i dintre la mar
     --Aixó no és cant de serena    ni cant que vagi pel mar,
  10   aixó és cant de don Llouïso,    don Llouïso Montilblanc.
     --Si aixó es cant de don Llouïso,    io us el farè matar.
  12   --Si matan a don Llouïso,    per mi poden començar.--
     L`un l`enterren a les grades,    l`altre al peu de l`altar;
  14   de tant que se`n estimaven    los dos se`n varen juntar,
     i un paló i una paloma    dret al cel varenl pujar
  16   i un paló i una paloma    dret al cel varen pujar.

Notas: Recogida para el "Cançoner Popular de Catalunya" (versión núm. 213, fue seleccionada (julio 1936) para el vol IV de los Materials, que quedó inédito. Al cantar, se repite el segundo hemistiquio de los dieciseisílabos pares.

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0043:4 Paris y Elena (á+á-o)            (ficha no.: 3729)

Versión de Orán (Argelia).   Recitada por la señora Rachel Serfati. Recogida por Paul Bénichou, (Colec.: Bénichou, P.). Publicada en Thomas 1939, "Huit romances judéo-espagnols" en Hommage à Ernest martinenche y Bénichou 1946, pp. 72-74. Reeditada en Bénichou 1968, pp. 91-94.  033 hemist.  Música registrada.

     Estaba essa reina Lena    ya acabada de almorzar;
  2   asomóse a la ventana    por ver la gente passar.
     Vido venir un caballero    sobre aguas de la mar:
  4   --¿Quién es esse caballero    que se passa y no me habla?
     --París soy, la mi señora,    París, vuestro enamorado.
  6   --¿Qué oficio hazéis, París,    u qué oficio habéis tomado?
     --Marinero soy, señora,    por la mar ando en rosario.
  8   Tres navíos traigo al puerto    de oro y almisque cargados
     y en el más chiquito de ellos,    allí traigo un rico mançano;
  10   mançanaitas de oro crecen    el invierno y el verano.
     --Si tal es verdad, París,    razón es ir a mirarlo.--
  12   Con ciento de sus donzellas    reina Lena fue a mirarlo.
     --¿Adó el mançano, París?,    ¿adó aquel rico mançano?
  14   --Si me parieris un niño,    ésse es el rico mançano;
     si me parieris una niña,    en oro y seda será vestida.--
  16   Reina Lena que esso oyera    los gritos feridos diera
    
(y a la mar se tirara.)

Notas del editor: -5 París: la palabra es aguda: Menéndez y Pelayo (Tratado, en Antología, t. XII, pág. 482, n. 3) piensa que lo mismo ocurría en España en la pronunciación del romance antiguo; -7b rozario léase corsario (véase Primavera, 109, también Menéndez Pidal Catálogo, 43 y nuestra versión B). Cfr. la forma antigua cosario viva todavía en España en el siglo XVI; -8b almisque: antiguo español almizque; -13 ¿Adó?: ha persistido como usual en el dialecto; -16b feridos el dialecto usual ha conservado la f inicial en ferir, aunque por lo general la ha eliminado.; 15-17: Estos versos se han conservado bastante mal. El último que no es sino un hemistiquio, me lo han dado como "facultativo".
Nota: Esta versión del romance forma parte de una colección de veinte romances que le transmitió en forma manuscrita la tía de P. Bénichou, R. Serfati, de Orán (colonia judía originaria de los centros judeo-españoles de Marruecos, especialmente de Tetuán, según observa Bénichou [Bénichou 1946, pág. 5]). Es, dice, de las que "provienen de su propio caudal, y sólo tuvo que escribirlo[s] como los recordaba" (pág. 6). Aunque transmitida en forma manuscrita, la informante asegura que éste, así como todos los romances, siempre se cantaban y que no se concebían sin música.

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0110:367 La Condesita (á)            (ficha no.: 4107)

Versión de Orán (Argelia).   Recitada por la señora Rachel Serfati. Recogida por Paul Bénichou, (Archivo: AMP; Colec.: Bénichou, P.). Publicada en Bénichou 1946, nº XVI, pp. 65-66. Reeditada en RTLH 4 (1970), pp. 262-263, nº V.317.  060 hemist.  Música registrada.

     Grandes guerras hay en Francia,    más grandes en Portugal,
  2   y a este conde de don Marcos    lo llevan por capitán.
     --Quedes` con Dios, la condessa,    que me voy a guerrear.
  4   --¿Para cuántos años conde,    para cuántos años vas?
     --Para siete, la condessa,    para siete y nada más;
  6   si al de los ocho no vengo,    condessa te casarás.--
     Siete años ya han passado    los ocho corriendo van;
  8   un día estando almorzando    su padre la vino a hablar:
     --¿Por qué no casas, condesa?,    el conde ya muerto está.
  10   --Carta tengo yo en mi pecho    que el conde aun vivo está.
     --Écheme la bendición,    que al conde voy a buxcar.
  12   --Hija, la de Dios te guarde,    la de Dios que vale más.--
     Vistióse de romerita    y metióse en un remeral;
  14   vido passar a caballos    que llevaban a ensellar:
     --¿De quién son essos caballos    que lleváis allí a ensellar?
  16   --Son del conde de don Marcos,    mañana se va a casar.
     --Por tu vida, el pajezito,    enséñame dónde está.
  18   --Por allí en essa escalera,    en aquel altar está.--
     Al subir de la escalera    al conde vino a encontrar:
  20   --Déme una limosnita,    que bien me la puede dar,
     que vengo de las Italias    y no traigo que cenar.
  22   --Si de las Italias vienes,    ¿qué nuevas hay por allá?
     --Que el conde Marcos se ha ido,    se ha ido y no ha vuelto más;
  24   la pobre de la condessa    no haze más que llorar.
     --Quisiera yo estar allí    por poderla aconsolar.
  26   --Ya no la conoceríais,    ya no la conocéis más,
     ni en el modo de la habla,    ni en el modo del andar,
  28   ni en las sayitas de grana    que ella solía llevar.
     --¡Fuera, fuera, tú, la novia,    que ésta es mi mujer carnal!
  30   Las cenas que se han hecho,    a los pobres se ha de dar.--

Nota: Esta versión del romance forma parte de una colección de veinte romances que le transmitió en forma manuscrita la tía de P. Bénichou, R. Serfati, de Orán (colonia judía originaria de los centros judeo-españoles de Marruecos, especialmente de Tetuán, según observa Bénichou [Bénichou 1946, pág. 5]). Es, dice, de las que "provienen de su propio caudal, y sólo tuvo que escribirlo[s] como los recordaba" (pág. 6). Aunque transmitida en forma manuscrita, la informante asegura que éste, así como todos los romances, siempre se cantaban y que no se concebían sin música.

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0136:35 Flores y Blancaflor (í-a)            (ficha no.: 4862)

Versión de Orán (Argelia).   Recitada por la señora Rachel Serfati. Recogida por Paul Bénichou, (Colec.: Bénichou, P.). Publicada en Bénichou 1946, nº XIII, pp. 54-55 (Música). Reeditada en Bénichou 1968, pp. 219-225.  044 hemist.  Música registrada.

     La reina xerifa mora,    la que mora en Almería,
  2   dize que tiene desseo    de una quistiana cativa.
     Los moros, como esso oyeran,    de repente se partían;
  4   de ellos parten para Francia,    de ellos quedan en Almería.
     Y encentran al conde Flor    que a la condessa traía;
  6   pluma de oro en su mano,    ido.iba a la cortesía;
     pidiendo iba a Dios del cielo    que le diera hijo u hija,
  8   para heredarle sus bienes,    que heredero no tenía.
     Ya matan al conde Flor,    y a la condessa traían.
  10   --Tomís, señora, esta esclava,    la esclava que vos queríais,
     que no es mora ni judía,    ni es hecha a la malicia,
  12   sólo condessa y marquesa,    señora que gran valía.
     La reina estaba preñada,    la esclava también ansina.
  14   La reina pariera un niño,    la esclava una niña pariera.
     Con lágrimas de sus ojos    la cara lavó a la niña.
  16   --Hija mía y de mi alma,    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     ¡quién te me diera en mi tierra,    y en la tierra de Almería!
  18   Te nombrara Blancaflor,    nombre de una hermana mía;
     la cativaron los moros    día de Pascua florida.
  20   --Tu hermana Blancaflor,    ¿en qué la conocerías?
     --Baxo de su pecho isquierdo    un lunar negro tenía.
  22   Y de allí se conocieron    las dos hermanas queridas.

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0161+0098:4 La bastarda y el segador+Cómo no cantáis, la bella? (á-a+é-a)            (ficha no.: 8960)

Versión de Orán (Argelia).   Recitada por la señora Rachel Serfati. Recogida por Paul Bénichou, 00/00/1942 (Colec.: Bénichou, P.). Publicada en Bénichou 1946, nº X, p. 45. Reeditada en Bénichou 1968b, p. 169.  038 hemist.  Música registrada.

     Una hija tiene el rey,    una hija arregalada;
  2   su padre por más valor    un castillo la fraguara,
     ventanas al derredor    por ande el aire la entrara:
  4   por una la entra el    sol, por otra el frescor la entraba.
     Por allí passara un galán    que de ella se enamorara.
  6   --¿Por qué no cantáis, la flor?    ¿Por qué no cantáis, la bella?
     --Ni canto ni cantaré,    que mi amor está en la guerra;
  8   preso me le tiene el    rey, esse rey de Inglatierra.
     Le mandaré yo unacarta    de mi mano y de mi letra,
  10   que me solten a miamor,    vivo, sano y sin cadena.
     Y si no me le soltaren    le armaré yo una grande guerra,
  12   de navíos por la mar,    de gente armada por tierra.
     Si no hubieren velas prontas,    mis ricas mangas pusiera;
  14   si no hubieren remos prontos,    mis ricos braços pusiera;
     si no hubiere capitán,    me pondré yo a la bandera,
  16   para que diga la gente:    "¡Viva, viva essa señora!
     Por amor de su amante    se puso ella a la bandera."
  18   Y esso lo canta un    galán al pie de una hierba buena,
     que el que no sabe de amor    no sabe de cosa buena.

Variantes de la versión recogida de las tres hermanas Coriat en Buenos Aires: -4 . . . / por otra el aire la entraba; 4a-4d: Por la más chiquita de ellas / entra un gavilán y sale.// Labrando está un camisón / para el hijo de la reina;// labrándole está con oro, / pespuntándole con seda; // y entre puntada y puntada / un adjófar y una perla; -16 --¡Viva, viva essa donzella!; -17 que por salvar a su amor / . . . ; 18-19 (faltan). (BsAs.) Título original: Canto de un galán.

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0033:7 Doña Urraca libera a su hermano de prisión (ó)            (ficha no.: 9359)

Versión de Orán (Argelia).   Recitada por Sylvia Bénichou Roubaud (unos 65a). Recogida por José Manuel Fraile Gil y Susana Weich-Shahak, 11/09/2003 (Archivo: ASFG; Colec.: Fraile Gil, J. M.). Publicada en Fraile Gil Rom-Panhisp.-2 2010+2CD, cd 1, corte nº 2, texto nº I.2, pp. 46-47. Reproducida aquí con permiso del editor.  028 hemist.   Música registrada.

     Rey Fernando, rey Fernando,    de Toledo y Aragón,
  2   a pesar de los franceses    dentro de la Francia entró.
     Hallóla toda revuelta    y también la apaciguó
  4   y a su hermano don Alonso    en prisiones le metió.
     Oido lo había su hermana    doña Sancha antes del sol,
  6   quitóse paños de siempre,    los de fiesta se metió.
     Con ciento de sus doncellas    en palacio se metió.
  8   --Rey Fernando, rey Fernando,    mi hermano y mi señor,
     cuando yo era chiquita    me ditéis un bofetón,
  10   y porque yo no llorara    me prometitis un don,
     y ahora que soy grande    me lo cumpliréis, señor.
  12   --¿Quieres Francia, quieres Roma    o Toledo o Aragón?
     --No quiero ciudá ninguna,    todas a mi mandar son,
  14   lo que quiero es a mí hermano    me lo saquís de prisión.--

Nota del editor: Los primeros versos de esta versión, correspondientes a El Rey Fernando en Francia, son análogos a los publicados en Primavera (núms. 36 y 39). Los textos marroquíes contienen detalles ausentes en los textos antiguos que los relacionan con la tradición épica de Los Mocedades de Rodrigo, por ejemplo el nombre de Fernando en lugar de Sancho, asimismo la algazara y pacificación de Francia; todo ello concuerda con la versión más antigua de las Mocedades, hacia 1300.
Notas: La recitadora dice haber aprendido el romance de su abuela, la señora Rachel Serfati. Para las extenas y muy valiosas notas del editor sobre la historia del romance y la función del texto en la comunidad local, véase su Antología Sonora II, 2010 [Fraile Gil Rom-Panhisp +2/CD], p. 47.
Título original: EL rey Fernando en Francia + Doña Urraca libera a su hermano de prisión.

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0468:19 Bodas se hacían en Francia (í)            (ficha no.: 9510)

Versión de Orán (Argelia).   Recogida por Rachel Serfati, (Archivo: AMP; Colec.: Bénichou, P.). Publicada en Bénichou 1946, pp. 31-33 (versión A).  040 hemist.  Música no registrada.

     Las ricas bodas se hazen    en la siudad de París,
  2   que de damas y donzeyas    y de cabayeros mil,
     que no hay quien guíe a la dansa    como doña Beatrís.
  4   Mirándola está ese conde,    ese conde de París:
     --¿Qué miráis aí, el conde,    conde, u qué miráis aí:
  6   si mirabais a la dansa,    u me mirabas a mí?
     --Yo no miraba a la dansa,    que otras mejores yo ví;
  8   miro yo a tu lindo cuerpo,    tan galán y tan gentil.
     --Si bien me miráis, el conde,    arsa y vámonos de aquí.
  10   Los niños tengo chiquitos    _no preguntarán por mí;
     las niñas en la maestra    no se acordarán de mi;
  12   mi marido tengo viejo,    cansada estoy de servir.--
     Al bajar de la escalera    se la arrastró el chapín;
  14   a la salida de la puerta    su marido hale aquí.
     --Qué yeváis alí, el conde,    conde, u qué yeváis aí?
  16   --Yevo yo aquí un pajezito,    que me lo encontrí en París.
     --Ese paje que aí yevas    a mí solía servir;
  18   él me ponía la meza    y me ensendía el candil;
     él me hazía la cama    y se echaba cabe mí.
  20   Yevailde esta noche, el conde,    mañana traílde aquí.--

Variantes de la versión B, de la sra. de Coriat (Benichou 1946, pp. 31-33): -3a quien juegue a la d; -7b q. otras m. v.;; -9a s. b. os parezco, el c.; -10 falta; -13 La salida de la sala / se la apagó el candil; -14 Al bajar de la escalera / resbalósela el chapín; -15 conserva el v. 14 arriba; -16b que se me durmió e. P.; -18a me amasaba y me guisaba; tras el v. -20 sigue --Esa fue yevada, el conde, / para siempre y nunqua ai.--//
Nota: Las dos versiones del romance forman parte de una colección de veinte romances que le transmitió en forma manuscrita la tía de P. Bénichou, Raquel Serfati, de Orán (colonia judía originaria de los centros judeo-españoles de Marruecos, especialmente de Tetuán, según observa Bénichou [Bénichou 1946, pág. 5-6]). Son, dice, de las que "fueron recogidos por ella…entre personas conocidas suyas. …", en el medio oranés donde apenas se recordaban ya.

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0411:4 Marinero raptor (8+5 é-a)            (ficha no.: 3791)

Versión de Argentina. Documentada en o antes de 1938. Publicada en Anón. Consejo Nacional de Educación 1940, pp. 170. Reeditada en Pelegrín 2001, p. 79.  018 hemist.  Música registrada.

     A la orilla de un río    una doncella
  2   bordaba pañitos de oro    para la reina.
     en lo mejor del bordado    le faltó seda.
  4   Pasó un vendedor de seda:    --¿Quién compra seda?
     --¿De qué color es la seda?    --Azul y blanca.
     --¿A cómo vende la seda?    --A tres cincuenta.
  6   Mi padre es un pobre viejo    no tiene nada,
     de tres hermanas mías,    la mejor de ellas,
  8   se la llevaron lejos    de prisionera.

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0168.1:46 ¿Dónde vas, Alfonso XII? (í)            (ficha no.: 5038)

Versión de Monteros (Argentina).   Recitada por Petrona Cáceres de Carrizo. Recogida 00/00/1935 Publicada en Carrizo 1937, p. 347. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº II, 16.1, p. 45.  018 hemist.  Música registrada.

     --¿Dónde vas, Alfonso XII,    dónde vas tan solo así?
  2   --Voy en busca de Mercedes    que hace días no la vi.
     --Merceditas ya está, muerta,    muerta está, que yo la vi,
  4   cuatro duques la llevaron    por la calle La Madrid.
     El cajón que la llevaba    era de oro y de marfil
  6   y el manto que la cubría    era de azul carmesí,
     recamado de oro perlas    y con hojas de jazmín.
  8   Los faroles del palacio    ya no quieren alumbrar
     porque la reina se ha muerto,    luto le quieren guardar.--

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0168.1:48 ¿Dónde vas, Alfonso XII? (í+pareados)            (ficha no.: 5040)

Versión de Las Heras (Argentina).   Recitada por Félix Chacón. Recogida 00/00/1938 Publicada en Draghi Lucero 1938, p. 6. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº II, 16.3, p. 46.  044 hemist.  Música registrada.

     --¿Dónde vas, Alfonso XII,    dónde vas triste, ay de ti?
  2   --Voy en busca de Mercedes    que ayer tarde no la vi.
     --Ya Mercedes está muerta,    muerta está, que yo la vi,
  4   cuatro duques la llevaban    por las calles de Madrid.
     Su carita era la virgen,    sus manitas de marfil,
  6   el mantón que la cubría    era un rico carmesí.
     Las botitas que llevaba    eran de un rico charol,
  8   regaladas por Alfonso    el día que se casó.
     Al subir las escaleras    Alfonso se desmayó.
  10   Al sentir los cañonazos,    Alfonso salió al balcón.
     Ya murió la flor de mayo,    ya murió la flor de abril,
  12   ya murió la que buscaban    en las cortes de Madrid.
     --Adiós Mercedes del alma;    prenda de mi corazón.
  14   En el fondo del palacio    una sombra vi venir,
     cuando yo más me alejaba,    ella se acercaba a mi.
  16   --No te retires, Alfonso,    no te retires así,
     que soy tu esposa Mercedes    que me vengo a despedir.
  18   Cásate Alfonsito XII,    cásate y no andes así,
     y la hija que tú tengas    la nombrarás como a mí
  20   para que cuando la llames    te acuerdes de quien murió.--
     Los faroles del palacio    ya no quieren alumbrar
  22   porque Mercedes ha muerto    y luto quieren llevar.

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0168:10 Aparición de la enamorada muerta (í)            (ficha no.: 5047)

Versión de Santiago de Estero (Argentina).   Documentada en o antes de 1941. Publicada en Moya 1941b, p. 560. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº III, 16.1, p. 50.  012 hemist.  Música registrada.

     --¿Dónde vas tú, caballero?    ¿Dónde vas, triste de ti?
  2   --Voy en busca de mi esposa    que hace tiempo no la vi.
     --Tu esposa ya se ha muerto,    muerta está que ya la vi,
  4   el cajón que la llevaron    era de oro y de marfil.--
     --Ya se va la flor de mayo,    ya se va la flor de abril,
  6   ya se acabó todo el mundo,    todo el mundo para mí.--

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0161:28 La bastarda y el segador (á-a)            (ficha no.: 5051)

Versión de Mallagasta (Argentina).   Recitada por Vicente Reinoso. Recogida 00/00/1939 Publicada en Carrizo [1942], II, p. 411. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº IV, 16.1, pp. 52-53.  025 hemist.  Música registrada.

     El presidente de Chile    tiene una niña bastarda;
  2   por tenerla más segura    la tiene dentro la sala.
     En un día caluroso    se allegaba a una ventana,
  4   divisó tres segadores    que están segando cebada.
     Se va y los hace llamar    con una de sus criadas.
  6   --Segador que tanto siegas    ¿qué no siegas mi cebada?
     --Cómo no, mi señorita,    ¿dónde la tiene sembrada?
  8   --En medio de dos lomitas,    en una honda cañada.--
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     --Segador que tanto siegas    ¿qué tal está la cebada?
  10   . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    --Chiquitita y bien granada;
     la barbita tiene negra,    la cañita colorada.--
  12   Aquí se acaba este verso    de la niña Cebadilla
     que le han, quebrado el carozo,    y comido la semilla.
Nota de la editora: "tomado de un cua[der]no".

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0697+1537.1:2 Desde el Huerto hacia el Calvario+El rastro divino (á+á-o)            (ficha no.: 5089)

Versión de San Luis (Argentina).   Documentada en o antes de 1972. Publicada en Ochoa de Masramón 1971-1972, pp. 210-211. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº VII, 16.1, p. 87.  034 hemist.  Música registrada.

     Jesucristo se ha perdido,    la Virgen lo va a buscar;
  2   lo buscaba de huerto en huerto    y de rosal en rosal;
     debajo de un rosal blanco    vio un hortelanito estar:
  4   --Hortelanito, por Dios,    dime la pura verdad,
     si a Jesús de Nazaret    por acá ha visto pasar.
  6   --Sí, señora, que lo he visto    antes del gallo cantar,
     con una cruz en su hombro    que le hacía arrodillar,
  8   una corona de espinas    que le hacía traspasar,
     y una soga a la garganta    que le hacía tropezar;
  10   entre judío y judío    bien acompañado va.
     --Caminemos, Virgen pura,    para el monte del Calvario
  12   que por presto que lleguemos    ya lo habrán crucificado.--
     Ya le remachan los pies,    y le clavarán sus manos,
  14   ya le tiran la lanzada    en su divino costado.
     La sangre que derramaba    está en cáliz sagrado;
  16   el hombre que la bebiera    será bienaventurado;
     será el rey en este mundo    y en el otro coronado.

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1537.1:35 El rastro divino (á-a)            (ficha no.: 5090)

Versión de La Rioja (Argentina).   Recitada por Ceferina Carrión. Documentada en o antes de 1942. Publicada en Carrizo [1942], II, p. 334. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº VII, 16.2, p. 87.  008 hemist.  Música registrada.

     --¿Dónde han visto, dónde han visto    un hijo de mis entrañas?
  2   --Por aquí paso, señora,    cuando los gallos cantaban,
     los pajarillos del prado    cantando glorias estaban,
  4   las campanas de Belén    muy al alba repicaban.--

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0191:26 La dama y el pastor (estróf. (vill. glos.))            (ficha no.: 5127)

Versión de Mendoza (Argentina).   Recitada por Isidro Fernández. Recogida 00/00/1932 Publicada en Draghi Lucero 1938, p. 181. Reeditada en RTLH 11 (1977-1978), pp. 146-147 y Díaz Roig 1990a, nº XI, 16.2, p. 108.  024 hemist.  Música registrada.

  1A   Andaba el pastor un día
     deleitando a su ganado,
     sale un tienta y le dice:
     --De ti vengo enamorado.--
  1B   (Responde el pastor y dice:)
     --No te tengo ni un cuidado.
  2A   --¿Dónde has andado, pastor
     que hasta aquí te has librado
     de las muchas tentaciones
     que ya te habréis encontrado?--
  2B   (Responde el pastor y dice:)
     De mí no tengáis cuidado.
  3A   --Mucho te quiero, pastor,
     y mi amor te lo confieso;
     pero mi gusto sería
     si fuerais algo travieso.--
  3B   (Responde el pastor y dice:)
     --A otro perro ese hueso.
  4A   --Mira estas piernas, pastor,
     que buscan toda mirada;
     ay, si fueras más travieso,
     yo estos tesoros te daba.--
  4B   (Responde el pastor y dice:)
     --Son cenizas de la nada.--

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0023:72 Gerineldo (í-o)            (ficha no.: 5177)

Versión de Argentina s. l. (Argentina).   Recogida 00/00/1941 Publicada en Moya 1941b, II, pp. 32-33. Reeditada en RTLH 7 (1975), I.547 y Díaz Roig 1990a, nº XIV, 16.1, pp. 148-149.  044 hemist.  Música registrada.

     --Gerineldo, Gerineldo,    paje del rey más querido,
  2   quién te tuviera esta noche    en mi jardín florecido.
     Válgame Dios, Gerineldo,    qué cuerpo tienes tan lindo.
  4   --Como soy vuestro criado,    señora, burláis conmigo.
     --No me burlo, Gerineldo,    que de veras te lo dio.
  6   --¿Y, cuándo, señora mía,    cumpliréis lo prometido?
     --Entre las doce y la una    que el rey estará dormido.--
  8   Medianoche ya es pasada,    Gerineldo no ha venido.
     --Malhaya, Gerineldo,    quien amor puso contigo.
  10   --Ábreme, la mía señora,    ábreme, cuerpo garrido.
     --¿Quién a mi estancia se atreve,    quién llama a mi postigo?
  12   --No os burléis, señora,    que soy vuestro dulce amigo.--
     Tomáralo de la mano    y en el lecho lo ha metido.
  14   Entre juegos y deleites    la noche se les ha ido
     y allá hacia el amanecer    los dos duermen, vencidos.
  16   Despertado había el rey    de un sueño despavorido:
     --O me roban a la infanta,    o traicionan mi castillo.--
  18   Aprisa llama a su paje    pidiéndole los vestidos:
     --Gerineldo, Gerineldo,    el paje más querido.--
  20   Tres veces lo ha llamado,    ninguna ha respondido.
     Puso la espada en el cinto,    adonde la infanta ha ido,
  22   vio a su hija, vio a su paje,    como mujer y marido.

Nota de los editores de RTLH: se trata de un fragmento de Flor nueva.

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0224:67 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 5211)

Versión de Ingenio Santa Rosa (Argentina).   Recitada por Teresa Ledesma. Recogida 00/00/1937 Publicada en Carrizo 1937, I., p. 296. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XVII, 16.1, p. 172.  020 hemist.  Música registrada.

     --Hilo de oro, hilo de plata,    vino el ángel San Gabriel
  2   y me dijo una mujer    que lindas hijas tenéis.
     --Si las tengo o no las tengo,    yo las sabré mantener;
  4   con el pan que Dios me da,    todas comen y yo también.
     --Ya me voy muy enojado    para el palacio del rey,
  6   a avisárselo a la reina,    y al hijo del rey también.
     --Vuelve, vuelve, pastorcillo,    no seas tan descortés,
  8   de las tres hijas que tengo,    la mejor te la daré.
     --Ésta llevo y ésta traigo,    por esposa y gran mujer,
  10   que su madre es una rosa    y su padre es un clavel.--

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0178:58 Mambrú (7+7 á)            (ficha no.: 5253)

Versión de Capayán (Argentina).   Recitada por una chica. Recogida 00/00/1915 Publicada en Carrizo 1926, p. 234. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXI, 16.1, p. 197.  014 hemist.  Música registrada.

     Mambrú se fue a la guerra,    no sé cuándo vendrá,
  2   si vendrá por la Pascua    o por la Trinidad.
     La Trinidad se pasa,    Mambrú no vuelve más.
  4   Mambrú se ha muerto en guerra,    lo llevan a enterrar
     con tres, cuatro oficiales    y un cura y sacristán.
  6   Arriba de la tumba    un pajarito va
     cantando el pío, pío,    y el pío, pío, pa.

Notas: Los primeros hemistiquios se repiten, intercalando el estribillo: Chiribín, chiribín, chin, chin.. Los segundos también se repiten intercalando el estribillo: Ajajá, ajajá.

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0180:46 Marinero al agua (á-a)            (ficha no.: 5262)

Versión de Monteros (Argentina).   Recitada por Lujana J. Veliz. Recogida 00/00/1935 Publicada en Carrizo 1937, pp. 350-351. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXII, 16.1, p. 201.  016 hemist.  Música registrada.

     Al salir de Barcelona,    marinero cayó al agua;
  2   Lucifer, que nunca duerme,    contestó de la otra banda:
     --¿Qué me das tú marinero,    si yo te saco del agua?
  4   --Yo te doy mis tres navíos    cargados con oro y plata.
     --Yo no quiero tus navíos,    ni tu oro ni tu plata,
  6   yo quiero que cuando mueras    a mí me entregues el alma.
     --Yo el alma la entrego a Dios    y el cuerpo al agua salada
  8   y el corazón que me queda    a la Virgen soberana.--

Título original El marinero.

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0180:47 Marinero al agua (á-a)            (ficha no.: 5263)

Versión de Cuyo (Argentina).   Recitada por niños escolares. Recogida hacia 00/00/1925 Publicada en Draghi Lucero 1938, pp. 4-5. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXII, 16.2, pp. 201-202.  026 hemist.  Música registrada.

     Cuando salen los navíos    cargaditos de españoles
  2   y al tiempo de echar la vela    cayó un marinero al agua.
     Se le presentó el demonio    diciéndole estas palabras:
  4   --¿Qué me das, marinerito,    si te saco de estas aguas?
     --Yo te doy mis tres navíos    cargados con oro y plata,
  6   a mi mujer por esposa    y a mis hijas por esclavas.
     --No quiero tus tres navíos    cargados con oro y plata,
  8   ni tu mujer por esposa,    ni tus hijas por esclavas,
     yo quiero que cuando mueras    me entregues a mi tu alma
  10   --Anda, demonio, a los infiernos,    que eres de mala calaña
     que mi alma es para Dios,    que la tiene bien ganada,
  12   mi cuerpo para los peces    que andan debajo del agua,
     mis huesos al campanario    que repiquen las campanas.--

Título original El marinero.

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0180:48 Marinero al agua (á-a)            (ficha no.: 5264)

Versión de San Lorenzo (Argentina).   Recitada por María Mercedes Ramos. Recogida 00/00/1928 Publicada en Carrizo 1933, p. 7. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXII, 16.3, p. 202.  025 hemist.  Música registrada.

     Entre San Pedro y San Juan    hicieron un barco nuevo,
  2   el barco era de oro,    los remos eran de acero,
     San Pedro era piloto,    San Juan era marinero
  4   y el capitán general    era Jesús Nazareno.
     En una noche oscurita    cayó un marinero al agua,
  6   Lucifer, que nunca duerme,    contestó de la otra banda
     diciéndole estas palabras:
  8   --Marinero, ¿qué me das    si yo te saco del agua?
     --Te doy todos mis navíos    cargados con oro y plata,
  10   --Yo no quiero tus navíos,    ni tu oro ni tu plata,
     yo quiero que cuando mueras    a mí me entregues el alma
  12   --Yo el alma la entrego a Dios    y el cuerpo al agua salada
     y los restos que me quedan    a los pescados del agua.--

Título original El marinero.

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0225:17 Monja por fuerza (é-o)            (ficha no.: 5272)

Versión de Argentina s. l. (Argentina).   Documentada en o antes de 1913. Publicada en Bayo 1913, p. 36. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXIII, 16.1, p. 206.  018 hemist.  Música registrada.

     Una tarde de verano    me sacaron a paseo,
  2   al revolver una esquina    había un convento abierto.
     Salieron todas las monjas,    todas vestidas de negro,
  4   me agarraron de la mano    y me metieron adentro.
     Me sientan en una silla    y allí me cortan el pelo;
  6   pendientes de mis orejas,    anillitos de mis dedos.
     ¡Lo que más sentía yo    era mi mata de pelo!
  8   Vinieron mis padres    con mucha alegría,
     me echaron el manto    de Santa María.

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0049:97 Conde Niño (á)            (ficha no.: 5292)

Versión de Argentina s. l. (Argentina).   Recogida 00/00/1913 Publicada en Bayo 1913, pp. 18-19. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXVIII, 16.1, p. 223.  034 hemist.  Música registrada.

     Se levanta el conde Nuño    la mañana de San Juan
  2   a dar agua a su caballo    en la ribera del mar.
     Mientras el caballo bebe    Nuño se pone a cantar;
  4   la reina lo está escuchando    dentro su palacio real:
     --Despierta--, dice a su hija,    --si acaso durmiendo estás;
  6   oirás lo bien que canta    una sirena en el mar.
     --Parece que no es sirena    en el modo de cantar,
  8   sino que es el conde Nuño    que me viene a demandar.
     --No te dé cuidado, hija,    que lo mandaré matar.
  10   --No lo mandes matar, madre,    que con él me enterrarás.--
     Mas la reina, de envidiosa,    al punto lo hizo matar.
  12   Le alzan en andas de oro,    a ella en andas de cristal
     y los fueron abajando    al contrapié de un altar.
  14   Dos arbolitos nacieron    en una llana amistad,
     de los gajos que se alcanzan    besos y abrazos se dan.
  16   Y la reina, de envidiosa,    luego los mandó cortar.
     Ella se volvió paloma,    el se volvió gavilán.

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0049:98 Conde Niño (á)            (ficha no.: 5293)

Versión de San Luis (Argentina).   Recogida entre 1971-1972 Publicada en Ochoa de Masramón 1971-1972, p. 210. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXVIII, 16.2, pp. 223-224.  028 hemist.  Música registrada.

     Ya salía el condecillo    la mañana de San Juan
  2   a dar agua a su caballo    a las orillas del mar.
     Luego que el freno le saca    ya se ponía a cantar;
  4   la reina le está escuchando    en su palacio real:
     --Levantad, hija--, le dice,    --levantad, oír cantar,
  6   oír lo lindo que canta    la sirena de la mar.
     --Mi madre, no es la sirena    en el modo de cantar,
  8   mi madre, es el condecillo    que me anda por cautivar.
     --Calle, calle--, le dice,    --lo he de mandar a matar.--
  10   Al otro día de mañana    ya lo fueron a enterrar.
     A ella en andas de plata    y a él en andas de cristal.
  12   Y los entierran en la puerta    de más allá, junto al mar.
     De ella sale un rico naranjo    y de él un olivar;
  14   De los gajos que se alcanzan    besos y abrazos se dan.

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0113:179 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 5334)

Versión de San Luis (Argentina).   Recogida 00/00/1941 Publicada en Moya 1941b, 491-492. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXX, 16.4, p. 247.  026 hemist.  Música registrada.

     --Soldadillo, soldadillo,    ¿de dónde viene usted?
  2   --De las guerras señorita,    ¿qué se le ofrece a usted?
     --¿No me ha visto a mi marido    en la guerra alguna vez?
  4   --No lo he visto, señorita,    no sé qué señas tendrá.
     --Mi marido es alto y rubio,    alto, rubio, aragonés,
  6   que en el mango de la espada    lleva sello de marqués.
     --Por las señas que me ha dado,    su marido muerto es,
  8   en las guerras lo mataron;    mucha gente lo lloraba
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    y el hijo del marqués también,
  10   y me dejó el encargue    que me case con usted.
     --Calle, calle gentil hombre,    no me diga eso usted;
  12   siete años lo he esperado,    siete más lo esperaré
     y si a los siete años no viene    a un convento entraré.--

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0226:57 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 5356)
[0028 Búsqueda de la Virgen, contam.]

Versión de Jujuy (Argentina).   Recitada por unas niñas. Recogida 00/00/1934 Publicada en Carrizo 1934, p. 135. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXXIII, 16.2, p. 262.  022 hemist.  Música registrada.

     La Virgen María, mi madre,    camina para Belén,
  2   en el medio del camino    pide el niño de beber.
     La Virgen le dijo al niño:    --No tome esas aguas, bien,
  4   esas aguas corren turbias    y no son para beber.--
     Camino para San Pedro    encontré un naranjero,
  6   el dueño de las naranjas    era un ciego y nada ve.
     La Virgen le dijo al ciego:
  8   --Dale una naranja al niño    para que apague su sed.
     --Corte, corte nomás, señora,    hasta que sea menester.--
  10   Mientras la Virgen cortaba    más volvía a florecer.
     --¿Quién será esta gran señora,    quién será esta gran merced?
  12   --Sin duda será María    que pasó para Belén.--

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2988:2 Tres hijas de la señora de bien (é)            (ficha no.: 4414)

Versión de Buenos Aires (Buenos Aires, Argentina).   Recogida por Ciro Bayo, (Colec.: Bayo, C.). Publicada en Bayo 1913, pp. 49-51.  060 hemist.  Música registrada.

     A la quinta, quinta, quinta    de una señora de bien,
  2   llega un lindo caballero    corriendo a todo correr.
     Como el oro es su cabello,    como la nieve su tez,
  4   como luceros sus ojos    y su voz como la miel.
     --Que Dios os guarde, señora.    --Caballero, a vos también.
  6   --Dadme un vasito de agua,    que vengo muerto de sed.
     --Fresquita como la nieve,    caballero, os la daré,
  8   que mis hijas la cogieron    al punto de amanecer.
     --¿Son hermosas vuestras hijas?    --Como el sol de Dios las tres.
  10   --¿Dónde están, que no las veo?    --Cada cual en su quehacer,
     que así deben estar siempre    las mujercitas de bien.
  12   --Decidme: ¿Cómo se llaman?    --La mayor se llama Inés,
     la mediana Dorotea    y la pequeña Isabel.
  14   --Decid a todas que salgan,    que las quiero conocer.
     --La mediana y la pequeña    a la vista las tenéis,
  16   que por veros han dejado    de planchar y de coser.
     La mayor, coloradita    se pone cuando la ven;
  18   está en su cuarto, que cose,    que cose y vuelta a coser.
     --Lindas son las dos que veo,    lindas son como un clavel,
  20   pero debe ser más linda    la que no se deja ver.
     Que Dios os guarde, señora.    --Caballero, a vos también.--
  22   Ya se marcha el caballero    corriendo a todo correr.
     A la quinta, quinta, quinta    de la señora de bien
  24   llegan siete caballeros    siete semanas después.
     --Señora, buena señora,    somos criados del rey,
  26   que hoy hace siete semanas    vino aquí muerto de sed.
     Tres hijas como tres rosas    nos ha dicho que tenéis.
  28   Venga, venga con nosotros    esa que se llama Inés,
     esa que coloradita    se pone cuando la ven,
  30   que en los palacios reales    va a casarse con el rey.--

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0168.1:47 ¿Dónde vas, Alfonso XII? (í)            (ficha no.: 5039)

Versión de Buenos Aires (Buenos Aires, Argentina).   Documentada en o antes de 1941. Publicada en Moya 1941, p. 558. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº II, 16.2, pp. 45-46.  024 hemist.  Música registrada.

     --¿Dónde vas, Alfonso XII,    dónde vas tan solo así?
  2   --Voy en busca de Juanita    que ayer tarde la perdí.
     --Ya Juanita está muerta,    ayer tarde yo la vi,
  4   cuatro duques la llevaban    por las calles de Madrid.
     Su cajón era de oro    y su tumba de cristal
  6   y el velo que la cubría    eran espumas del mar;
     los zapatos que llevaba    eran de un rico charol,
  8   con letras de oro que decían:    "Ya murió la flor de amor".
     Los faroles del palacio    ya no quieren alumbrar
  10   porque Juanita se ha muerto,    ellos quieren enlutar.
     Las campanas del palacio    ya no quieren repicar
  12   porque Juanita se ha muerto    y luto quieren llevar.--

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0665:2 Fray Pedro (6+6 ó)            (ficha no.: 7945)

Versión de Buenos Aires s. l. (Buenos Aires, Argentina).   Documentada en o antes de 1941. (Colec.: Moya). Publicada en Moya 1941b, II, pp. 275-276. Reeditada en Chicote 2002a, nº 14, p. 82.  016 hemist.  Música registrada.

     Estaba fray Diego    sentadito al sol,
  2   los hábitos rotos,    mostrando el cordón.
     Pasó el ama priora    por el corredor:
  4   --¿Qué es eso, fray Diego?,    ¿qué es eso?, ¡por Dios!
     --No se asusten niñas,    que soy cazador,
  6   yo mato a las monjas    y a las que no son
     y ésta es la bolsa    de la munición
  8   y ésta es la escopeta    con que cazo yo.--

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0200:34 La Gallarda (í-a)            (ficha no.: 7947)

Versión de Buenos Aires s. l. (Buenos Aires, Argentina).   Documentada en o antes de 1941. (Colec.: Moya). Publicada en Moya 1941b, II, pp. 245-246. Reeditada en Chicote 2002a, nº 20, pp. 98-99.  056 hemist.  Música registrada.

     Estándose la Gallarda    en su ventana florida,
  2   peinando su pelo de oro,    parece seda torcida,
     vio venir un caballero    camino de Andalucía.
  4   --¿A dónde va el caballero?,    ¿dónde tiene la dormida?
     --Si usted me la da, señora,    no camino más arriba.
  6   --Suba, suba, caballero,    no gaste usted cortesía.--
     Al subir a la escalera,    el caballero en alto mira.
  8   --¿Qué es aquello, la Gallarda,    y toda tu gallardía?
     --Son cabezas de lechones    criados con la mi harina.
  10   --Mientes, mientes, la Gallarda,    y toda tu gallardía;
     una es la de mi padre,    la prenda que más quería,
  12   otra es la de mi hermano,    en la barba la conocía.--
     Por donde quiera que andaba    el caballero la seguía.
  14   La Gallarda hace la cena,    el caballero bien la mira.
     La Gallarda hace la cama,    el caballero bien la mira,
  16   y entre sábana y colchón    un puñal de oro metía.
     A eso de la medianoche,    la Gallarda revolvía:
  18   --¿Qué buscas tú, la Gallarda,    y toda tu gallardía?
     --Busco el mi rosario de oro    que yo rezarlo solía.
  20   --El tu rosario, Gallarda,    en mis manos estaría.--
     Se dieron de vuelta en vuelta    por ver quien quedaba encima,
  22   se dieron de vuelta en vuelta,    la Gallarda quedó encima,
     y el caballero debajo,    el puñal de oro metía.
  24   --Abra las puertas, portero,    que ya va viniendo el día.
     --Yo las puertas no las abro,    si la Gallarda está arriba.--
  26   La sangre de la Gallarda,    toda la sala cubría,
     suerte tuvo el caballero    y toda su gallardía,
  28   que de cien hombres que entraron    ninguno salió con vida.

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0137:23 Tres hermanas cautivas (6+6 í-a)            (ficha no.: 7954)

Versión de Buenos Aires s. l. (Buenos Aires, Argentina).   Documentada en o antes de 1941. (Colec.: Moya). Publicada en Moya 1941: II, 206-07. Reeditada en Chicote 2002a, nº 35, p. 132-133.  052 hemist.  Música registrada.

     A la verde, verde,    a la verde oliva,
  2   ¿dónde cautivaron    a mis tres cautivas?
     El pícaro moro    que las cautivó,
  4   a la reina mora    se las entregó.
     --¿Qué nombre tienen    estas tres cautivas?
  6   --La mayor Constanza,    la menor Lucía,
     a la más pequeña    llaman Rosalía.
  8   --¿Qué oficio daremos    a estas tres cautivas?--
     Constanza amasaba,    Lucía cernía,
  10   y la más pequeña,    agua les traía.
     Yendo un día por agua    a la fuente fría,
  12   se encontró un anciano    que de ella bebía.
     --¿Qué hace ahí, buen viejo,    en la fuente fría?
  14   --Estoy aguardando    a mis tres cautivas.
     --Pues, usted es mi padre    y yo soy su hija,
  16   voy a darle parte    a mis hermanitas.
     --Ya sabes Constanza,    ya sabrás Lucía,
  18   como he visto a padre    en la fuente fría.--
     Constanza lloraba,    Lucía gemía,
  20   y la más pequeña    así les decía:
     --No llores Constanza,    no gimas Lucía,
  22   que en viniendo el moro,    larga nos daría.--
     La pícara mora,    que las escuchó,
  24   abrió una mazmorra    y allí las metió.
     Cuando vino el moro    de allí las sacó,
  26   y a su pobre padre    se las entregó.

Título original: Las tres cautivas.

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0222:35 Bernal Francés (í)            (ficha no.: 5058)

Versión de Catamarca (Catamarca, Argentina).   Documentada en o antes de 1941. Publicada en Moya 1941b, pp. 464-465. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº V, 16.1, pp. 62-63.  034 hemist.  Música registrada.

     --¡Válgame Dios,    el señor santo San Gil!
  2   ¿Quién es este caballero    que llama a mi puerta a abrir?
     --Es el señor francés    que siempre le suele servir.
  4   --Apaguen velas y candelas,    vayan criados a dormir,
     yo con el señor francés    pasaremos al jardín,
  6   pies y manos nos lavaremos    en aguas de toronjil,
     en sábanas de holán    nos tiraremos a dormir.--
  8   --¿Qué haces amante mío    que no te llegas a mí?
     ¿Está tu amor en Francia    o te han dicho algo de mí?
  10   No temas a las justicias    que no andan por aquí.
     --No temo a las justicias    porque nunca le he temido
  12   mucho menos a tu marido    que está hablando contigo.
     Mañana por la mañana    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  14   llamarás a tu padre y madre    que te echen bendición,
     y este puñal que aquí tengo    se teñirá de carmesí.
  16   Estos tres hijos que tengo    para el rey se los mandaré,
     Que le sirvan de vasallos    y que mueran por la fe.--

Nota de Díaz Roig: Estos dos últimos versos son de Las señas del esposo.

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0126+0180:6 Santa Catalina+Marinero al agua (á-a)            (ficha no.: 5116)

Versión de Catamarca (Catamarca, Argentina).   Recitada por una chica de 13-14a. Recogida 00/00/1915 Publicada en Carrizo 1926, p. 32. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº X, 16.2, pp. 100-101.  024 hemist.  Música registrada.

     En Galicia hay una niña,    Catalina se llamaba.
  2   Todos los días de fiesta    su padre la castigaba.
     Su padre era un perro moro,    su madre una renegada.
  4   Mandan hacer una rueda    de cuchillas y navajas;
     la rueda ya estaba hecha,    Catalina arrodillada,
  6   y bajó un ángel del cielo    con su corona y su espada:
     --Catalina, sube, sube,    que el rey del cielo te llama.--
  8   Y mientras iba subiendo    cayó un marinero al agua.
     --¿Qué me das tú, marinero,    si yo te saco del agua?
  10   --Te doy todos mis navíos    cargados de oro y plata.
     --Yo no quiero nada de eso,    lo que yo quiero es tu alma.
  12   --El alma la entrego a Dios    y el cuerpo al agua salada.--

Nota de Díaz Roig: -12b Una de las consecuencias de la unión de Santa Catalina y El marinero es que parece que es la santa la que tienta al marinero. Sólo unos pocos textos han solucionado este contrasentido (véase aquí el 8.31) pero en el resto, como en éste, el absurdo persiste.

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0144:58 Don Gato (é)            (ficha no.: 5166)

Versión de Catamarca (Catamarca, Argentina).   Recogida 00/00/1941 Publicada en Moya 1941b, p. 568. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XIII, 16.1, p. 139.  022 hemist.  Música registrada.

     Estaba el señor don Gato    sentado en silla de oro,
  2   usando medias de seda    zapatillas de mil pecado,
     chaquetilla de sargento    y muy bien abotonada,
  4   sombrero de cuatro pelos,    parecía un escribano.
     Le vino la risa al gato,    se cayó de silla abajo;
  6   se quebró siete costillas    y la punta de la cola.
     Hicieron llamar al médico,    juntamente al escribano;
  8   hicieron el testamento    de todo lo que había robado:
     siete libras de tocino,    y otras tantas de pescado,
  10   un tarrito de manteca    para los días de fiesta,
     y un tarrito de poroles    para los días de alboroto.

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0113:176 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 5331)

Versión de Catamarca (Catamarca, Argentina).   Recogida 00/00/1926 Publicada en Carrizo 1926, p. 34. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXX, 16.1, pp. 245-246.  042 hemist.  Música registrada.

     --Catalina, Catalina,    lindo nombre aragonés,
  2   para España es mi partida    ¿qué encargo me hace usted?
     --Que si lo ve a mi marido    mis recuerdos me le dé.
  4   --¿Que señas tendrá, señora,    para poder conocer?
     Es alto, blanco y bizarro    y al hablar es muy cortés.
  6   --Por las señas que me ha dado    su marido muerto es,
     no lo mataron en la guerra,    que lo mató un genovés;
  8   todo el mundo lo ha llorado,    generales y un marqués,
     y la que más lo ha llorado    fue la hija del genovés.
  10   Por encargo me ha dejado    que me case con usted.
     --Diez años lo he esperado,    otros diez lo esperaré
  12   y si a los veinte no viene    yo de monja me entraré.
     A mis tres hijas que tengo    al convento las daré
  14   para que recen al alma    del padre que les dio el ser.
     Al hijo varón que tengo    que vaya a servir al rey,
  16   que le sirva de vasallo    y que muera por su ley.
     Con la plata que ha dejado    un rosario compraré,
  18   todas las noches por su alma    un rosario rezaré.
     --Calla, calla Catalina,    calla, calla, fiel mujer,
  20   hablando con tu marido    sin poderlo conocer.
     Esta noche, si Dios quiere,    en tus brazos dormiré.--

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0366:20 Conde Claros preso (á)            (ficha no.: 7944)

Versión de Catamarca s. l. (Catamarca, Argentina).   Documentada en o antes de 1941. (Colec.: Moya). Publicada en Moya 1941b, II, pp. 23-24. Reeditada en Chicote 2002a, nº 9, p. 65.  065 hemist.  Música registrada.

     A las once de la noche    empezó el gallo a cantar,
  2   se levantó el conde Claro,    sobre su cama a pensar.
     Le pidió a su camarero,    de vestir y de calzar,
  4   le sacó un rico vestido    que no lo había en la ciudad,
     y su caballo rosillo    que tenía de su montar;
  6   dijeron los que lo vieron    sin faltar a la verdad,
     en la cincha y en el freno    equivale a una ciudad.
  8   Saca su bestia y ensilla    y se va al palacio real,
     porque sabía que la reina    se está por ir a bañar;
  10   O doscientas damas con ellas    que la van a acompañar.
     Tan poco que caminó    con la reina se encontró;
  12   clavó la rodilla en tierra    y así la empezó a hablar:
     --Diez años ha que padezco    en este palacio real,
  14   por ver si mi vida puede    de tu hermosura gozar.--
     Iba pasando un cazador,    que nunca solía pasar,
  16   le hace señas con la mano    y así lo empezó a llamar:
     --Te voy a dar en oro y plata    y la ciudad de Montalván,
  18   una prima hermana tengo,    con ella te has de casar;
     las riquezas que ella tiene,    mi lengua no puede hablar.--
  20   Los engaña el cazador,    se va al palacio real:
     --Buen día tengas,    mi Sara Real Majestad,
  22   aquí nuevas más amargas    nadie te ha de contar.--
     La reina yendo a los baños    con el conde fue a encontrar.
  24   De ahí salió el rey,    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     aligerando los pasos,    para donde el conde estaba:
  26   --Aquí preso te dais, conde.    --Aquí preso me tendrás,
     que dichoso que había sido yo,    me prenda su majestad.--
  28   Allá le dice la niña:    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     --No lo mate, mi padre,    que con él me voy a casar.
  30   que si usted no me hace el gusto,    me voy a los montes a enzarzar,
     a morir de los rigores    del más tirano animal.--
  32   Y así los casó el rey    y lo agarró al cazador
     y le cortó la cabeza,    pa`que no vaya a contar
  34   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    lo que tan a la vista está.

Nota: Explica Chicote [2002], que si bien bastante raro en la tradición moderna, el romance era cantado en Argentina "entre los guitarreros de los pagos pampeanos. Sirve para acompañar al gato, baile gauchesco en el que han venido a refundirse la huella, el cuando, el cielito, el pericón y otras danzas criollas ya en desuso." (pp. 66-67)

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0113:178 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 5333)

Versión de Chacó (Chacó, Argentina).   Recogida 00/00/1941 Publicada en Moya 1941b, p. 507. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXX, 16.3, p. 246.  032 hemist.  Música registrada.

     --Catalina, Catalina,    lindo nombre aragonés,
  2   mañana me, voy a Francia,    me mandáis lo que queréis.
     --Si lo veis a mi marido    mil memorias le daréis.
  4   --Señora, dame una seña    así lo conoceré.
     --Las señas, de mi marido:    es un galán muy cortés
  6   y en las alas del sombrero    lleva las armas del rey.
     --Por las señas que me ha dado    su marido muerto es,
  8   en el juego de los dados    lo mató un genovés.
     Lo que me ha recomendado,    es que me case con usted,
  10   y que cuide a sus hijitos    como él lo solía hacer.
     --Retírese en hora mala,    no me sea tan descortés;
  12   si mi marido no vuelve    diez años lo esperaré.,
     Si a los diez años no vuelve    de monja me meteré.
  14   Un solo hijo varón tengo    al rey se lo entregaré.
     Dos hijas mujeres tengo,    conmigo las llevaré
  16   para que cuiden a Jesús,    a Jesús, María y José.--

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0435:5 Infante Arnaldos (á)            (ficha no.: 7943)

Versión de Córdoba s. l. (Córdoba, Argentina).   Documentada en o antes de 1969. (Colec.: Viggiano Esaín). Publicada en Viggiano Esaín 1981, p. 66. Reeditada en Chicote 2002a, nº 2, p. 42.  026 hemist.  Música registrada.

     Mañanita qué ventura    en la rivera del mar
  2   como tuvo el conde Arnaldos,    mañanita de San Juan.
     Con un halcón en la mano    el conde iba a cazar,
  4   cuando llegó una galera    que en tierra quiso posar.
     Las velas traía de seda    y la jarcia de un cendal;
  6   marinero que la manda    diciendo viene un cantar,
     que la mar hacía en calma,    los vientos hace amainar,
  8   los pejes que andan n` el hondo,    arriba los ha de sacar,
     las aves que andan volando,    n` el mastel la haz pasar.
  10   Allí habló el conde Arnaldos,    bien oiréis lo que dirá:
     --Por Dios te ruego, marinero,    dígasme ora ese cantar.--
  12   Respondió el marinero,    tal respuesta le fue a dar:
     --Yo no canto esta canción    sino a quien conmigo va.--

Nota: Está claro que el recitador o un pariente suyo aprendió la versión antigua de un libro.

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0110:428 La Condesita (á)            (ficha no.: 7948)

Versión de Córdoba s. l. (Córdoba, Argentina).   Documentada en o antes de 1960. (Colec.: Viggiano Esaín). Publicada en Viggiano Esaín 1981, III, pp. 57-59. Reeditada en Chicote 2002a, nº 10, pp. 68-70.  120 hemist.  Música registrada.

     Al conde Sol le nombraron    por capitán general,
  2   la condesa, como era niña,    se lo pasaba en llorar;
     acaban de ser casados    y se tienen que apartar.
  4   --¿Cuántos días, cuántos meses    piensas estar por allá?
     --Deja los meses, condesa,    por años debes contar,
  6   si a los tres años no vuelvo,    viuda te puedes llamar.--
     Pasan tres y pasan cuatro,    pasan seis y pasan más,
  8   y el conde Sol no volvía,    ni nuevas suyas fue a dar;
     los ojos de la condesa    no dejaban de llorar.
  10   Un día, estando en la mesa,    su padre le habló así:
     --Deja el llanto mi condesa,    nueva vida tomarás,
  12   condes y duques te piden,    te debes, niña, casar.
     --En mi corazón tengo carta    de que el conde vivo está,
  14   no lo quiera Dios del cielo    que yo me vuelva a casar.
     Dame licencia, padre mío,    para salirle a encontrar.
  16   --La licencia tiene, m` hija,    y también mi bendición.--
     Se retiró a su aposento,    llora que llora no más;
  18   se quitó medias de seda    de lana las fue a calzar,
     dejó zapatos de raso,    los puso de cordobán,
  20   o un brial de seda verde,    que valía una heredad,
     y encima del brial se puso,    un hábito de sayal.
  22   sobre el hombro se echó,    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     cogió el bordón en la mano    y se fue a pelegrinar.
  24   Anduvo siete reinados,    morería y cristiandad,
     anduvo por mar y tierra,    no pudo al conde encontrar.
  26   Subió a un puerto, miró a un valle,    y un castillo vio asomar,
     --Si aquel castillo es de moros,    allí me cautivarán,
  28   mas, si es de buenos cristianos,    ellos me han de ayudar.--
     Y bajando unos palmares    gran majada fue a encontrar.
  30   --Cabritero, cabritero,    por la Santa Trinidad,
     que me niegues la mentira    y me digas la verdad,
  32   ¿de quién llevas tantas vacas    de misma marca y señal?
     --Del conde Sol son, señora,    que en ese castillo está.
  34   --Cabritero, cabritero,    por la Santa Trinidad,
     si es el conde Sol tu amo,    más te quiero preguntar:
  36   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    ¿cómo vives por acá?
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    ya están cociendo el pan,
  38   muchas gentes convidadas    de lejos llegando están.
     --Cabritero, cabritero,    por la Santa Trinidad,
  40   por el camino más corto,    me has de encaminar allá.--
     Tan larga jornada un día,    en medio la hubo de andar;
  42   llegado al frente del castillo    al conde Sol fue a encontrar
     y arriba vio estar la novia    en un alto ventanal.
  44   --Una limosna, mi conde,    por Dios y su caridad.
     --¡Oh! ¡Qué ojos de hechicera!    ¡En mi vida los vi igual!
  46   --Sí los has visto, conde,    si en Sevilla has estado.
     Para tan gran señor,    poca limosna es un real,
  48   yo pido un anillo de oro    que en tu dedo chico está.--
     Abrióse de arriba abajo    el hábito de sayal.
  50   --¿No me conoces, buen conde?    Mira si conocerás
     el brial de color verde    que me distes al casar.
  52   Al verla en aquel traje    cayó el conde para atrás;
     ni con agua, ni con vino,    no le pueden recordar,
  54   si no es con palabras dulces    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     --Malas mañas sacas, conde,    no las podrás olvidar,
  56   quien viendo a una buena moza    luego la vas a abrazar.
     --¡Malaya la majadera!    ¿Quién te trajo por acá?
  58   --No la maldiga ninguno,    que es mi mujer natural,
     con ella vuelvo a mi tierra,    adiós, señores, quedad,
  60   que los amores primeros    son muy malos de olvidar.
     Quédese con Dios la moza,    muy vestida y sin casar,
  62   que quien de lo ajeno viste,    desnudo suele quedar.--

Nota: Versión derivada de la de Flor nueva.

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0098.1:33 ¿Cómo no cantáis, la bella? A lo divino (é-a)            (ficha no.: 7953)

Versión de Córdoba s. l. (Córdoba, Argentina).   Documentada en o antes de 1960. (Colec.: Viggiano Esaín). Publicada en Viggiano Esaín 1981, III, p. 132. Reeditada en Chicote 2002a, nº 24B, p. 107.  020 hemist.  Música registrada.

     La Virgen se estaba peinando    debajo de una palmera,
  2   los peines eran de plata,    las cintas de primavera.
     Por allí pasó José,    le dice de esta manera:
  4   --¿Cómo no canta la Virgen?    ¿cómo no canta la bella?
     --¿Cómo quieres que yo cante,    sólita y en tierra ajena,
  6   si un hijo que yo tenía    más blanco que una azucena,
     me lo están crucificando    en una cruz de madera?
  8   Si me lo quiere bajar,    bájamelo en hora buena,
     te ayudará San Juan    y también la Magdalena,
  10   junto con Santa Isabel    que es muy buena medianera.--

Título original: Los lamentos de la Virgen.

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0078:22 El prisionero (ó)            (ficha no.: 5295)

Versión de Deán Funes (Ischilín, Argentina).   Documentada en o antes de 1981. Publicada en Viggiano Esaín 1981, p. 54. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXIX, 16.1, p. 226.  019 hemist.  Música registrada.

     Era por mayo, por mayo,    cuando hace la calor,
  2   cuando los trigos engañan    y están los campos en flor,
     cuando canta el jilguerillo    y contesta el ruiseñor,
  4   cuando los enamorados    van a sentir el amor.
     Pobre yo, triste, cuitado,    que muero en esta prisión,
  6   que no sé cuándo es de día    ni cuándo el sol se pon,
     si no por un jilguerillo    que me cantaba al albor;
  8   la mató un caballero,    déle Dios su galardón,
     que yo vivo en la prisión
  10   que no sé cuándo es el día    ni cuándo las noches son.

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3013.9:13 El carabí (no rom. (á))            (ficha no.: 5106)

Versión de Jujuy s. l. (Jujuy, Argentina).   Documentada en o antes de 1934. Publicada en Carrizo 1934, pp. 487-488. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº IX, 16.1, pp. 95-96.  018 hemist.  Música registrada.

     En Francia hay una niña    hija de un capitán.
  2   ¡Qué hermoso pelo tiene!    ¿Quién se lo peinará?
     Se lo peinará su tía    con mucha suavidad
  4   con peinecito de oro    y horquillas de cristal.
     Elisa cayó enferma,    Elisa morirá.
  6   Elisa ya se ha muerto,    la llevan a enterrar
     con cuatro oficiales    y un comandante atrás.
  8   Encima de la tumba    un pajarito va,
     cantando el pío, pío,    cantando el pío pa.

Nota: se canta el estribillo así: tras los primeros hemistiquios, carabín, y tras los segundos, carabirulín, carabirulán.

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0191:25 La dama y el pastor (estróf. (vill. glos.))            (ficha no.: 5126)

Versión de Jujuy (Jujuy, Argentina).   Recitada por Negro Pardo. Recogida 00/00/1930 Publicada en Carrizo 1934, p. 137. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XI, 16.1, p. 108.  048 hemist.  Música registrada.

  1A   Andaba pastor un día
     deleitando en su ganado
     sale una dama y le dice:
     --Yo de ti m`he enamorado.--
  1B   (Responde pastor dice:)
     --A mí no me da cuidado.
  2A   --¿Dónde has anudo, pastor,
     que no has hallao quien te coma
     y te has puesto a despreciar
     esta gallarda paloma?--
  2B   (Responde pastor y dice:)
     --Bien está San Pedro en Roma.
  3A   --Mucho te quiero, pastor,
     y la verdad te confieso,
     más mucho te había `e querer
     si fueras algo travieso.--
  3B   (Responde pastor y dice:)
     --Dale a otro perro ese hueso.
  4A   --pastor, te doy un ducado,
     tesoros de mil en mil,
     con tal que me hagas el gusto
     y te quedes a dormir.--
  4B   (Responde pastor y dice:)
     --Ahora es cuando me he de ir.
  5A   --Mira estas piernas, pastor,
     mira este cuerpo dorado,
     todo ha de ser para vos,
     pastor, si es que nos juntamos.--
  5B   (Responde pastor y dice:)
     --Donde hay amor no hay engaños.
  6A   --Permita el cielo, pastor,
     que mi maldición te alcance,
     que al dar agua a tu ganado
     todo se te desparrame.--
  6B   (Responde pastor y dice:)
     --Un buey solo bien se lame.
  7A   --Lo que te encargo es, pastor,
     lo mucho que te he querido,
     que no vayas a contar
     el desprecio que he tenido.--
  7B   (Responde pastor y dice:)
     --Eso es lo que habrás querido.
  8A   --Hermosísimo pastor,
     alabo tu proceder,
     por más que te he perseguido
     no te he podido vencer.--
  8B   (Responde pastor y dice:)
     --De mí puedes aprender.--

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0144:59 Don Gato (é)            (ficha no.: 5167)

Versión de Jujuy (Jujuy, Argentina).   Recogida 00/00/1941 Publicada en Moya 1941b, pp. 567-568. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XIII, 16.2, pp. 139-140.  012 hemist.  Música registrada.

     Está el señor don Gato    sentado en silla de oro.
  2   Le llega una noticia    que debe ser casado.
     El gato con la alegría    saltó al alto tejado.
  4   Cayó del tejado majo,    rompió las siete costillas.
     Lo llevan a enterrar    en la plaza del mercado
  6   Los gatos irán de luto    y los ratones saltando.

Nota: tras los segundos hemistiquios se canta el estribillo Rarura muruña.

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0221:51 Me casó mi madre (6+6 í-a)            (ficha no.: 5225)

Versión de Jujuy s. l. (Jujuy, Argentina).   Recogida 00/00/1934 Publicada en Carrizo 1934, p. 490. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XX, 16.1, p. 183.  015 hemist.  Música registrada.

     Me casó mi madre    chiquita y bonita
  2   con un hombre feo    que yo no quería.
     A la medianoche    el pícaro se iba;
  4   le seguí los pasos    a ver dónde iba
     y lo vi dentrar    lo de su querida
  6   y le oí decir:
     --Para ti pañuelos,    mantas y mantillas
  8   y a la otra mujer    palos y mala vida.--
     Me volví a mi casa    triste y abatida.

Nota: Tras cada verso se repite el estribillo Ay, ay, ay.
Título original La mal casada.

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0752:3 La mujer del gobernador (ó)            (ficha no.: 7946)

Versión de Jujuy s. l. (Jujuy, Argentina).   Documentada en o antes de 1930. (Colec.: Carrizo). Publicada en Carrizo 1930, pp. 26-27. Reeditada en Chicote 2002a, nº 31, p. 124.  039 hemist.  Música registrada.

     Un martes era por cierto    cuando aquel hermoso sol
  2   de Catalina Sambrano,    mujer de un gobernador,
     saliendo un día a pasearse    con damas de gran primor
  4   se enamoró de un mancebo    por su sonorosa voz.
     Escríbele mil billetes    y prendas de gran valor,
  6   y el mancebo se curaba    de tener con ella amor,
     por ser mujer de quien era    y prenda de tal señor.
  8   Mas, como el amor es niño,    todo fuego y todo ardor,
     buscaron por donde hablarse,    que amor busca la ocasión.
  10   Gozáronse muchos años,    sin recelo ni temor,
     y el gobernador, celoso,    de todo fue sabedor.
  12   Saliendo un día a pasearse    en hábitos de varón,
     fuele siguiendo los pasos,    con el mancebo encontró.
  14   Dióle nueve puñaladas    y a sus pies lo arrodilló.
     Va en busca de su mujer    y allá adentro la alcanzó,
  16   y arrancando el espadín,    ambas piernas le cortó.
     --¡Ay, don Francisco de mi alma!
  18   por lo mucho que te quise    y nos quisimos los dos,
     en este trance te pido    que me otorgues confesión,
  20   y el gobernador, piadoso,    manda traer confesión.--

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0308.1:13 El castillo de la Virgen (í-a)            (ficha no.: 7952)

Versión de Jujuy s. l. (Jujuy, Argentina).   Documentada en o antes de 1934. (Colec.: Carrizo). Publicada en Carrizo 1934, 140. Reeditada en Chicote 2002a, nº 24A, p. 107.  021 hemist.  Música registrada.

     En la punta de aquel cerro    hay una casa muy linda,
  2   no es hecha por carpintero,    ni por la carpintería;
     que la hecho nuestro señor    para la Virgen María.
  4   Sus ventanas son de oro,    las puertas de pedrería,
     por una ventana abierta    está la Virgen María,
  6   con el niñito en los brazos,    llorando lo más sentida.
     Pasó San José y le dijo:
  8   --¡Por qué llora, mi señora?    ¿Por pañales, por mantillas?
     --No lloro ni por pañales,    ni tampoco por mantillas,
  10   lloro por una señora    que reza todos los días,
     un rosario a la mañana    y un rosario al mediodía.--

Título original: Los lamentos de la Virgen, identificado erróneamente como ¿Cómo no cantáis, la bella? A lo divino [0098.1].

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0169:105 Hermana cautiva (8+8 í-a)            (ficha no.: 2561)

Versión de La Plata (La Plata, Argentina).   Recogida por Ciro Bayo, (Colec.: Bayo, C.). Publicada en Bayo 1913, pp. 33-34. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XV, 16.1, p. 155.  036 hemist.  Música registrada.

     Una tarde de torneo    salí por la morería
  2   y vi lavar a una mora    al pie de una fuentecilla.
     --Quítate de ahí, mora bella,    quítate de ahí, mora linda,
  4   que va a beber mi caballo    de esa agua cristalina.
     --Caballero, no soy mora,    que soy cristiana cautiva,
  6   me cautivaron los moros    de pequeña y chiquitita.
     --Veníte mora a mi casa    verás mi caballeriza.
  8   --Los pañuelos que yo lavo    ¿adónde los tendería?
     --Los de seda y los mejores    para mi caballería,
  10   y los que a ti no te sirvan    a las cortes de Sevilla.
     Al pasar por unos montes    suspiraba la morita.
  12   --¿Por qué suspiras, morita?    --¿Por qué no he de suspirar
     si aquí yo todos los días    con mi hermanito venía
  14   y luego mi buena madre    nos venía a buscar?
     --¡Válgame el Dios del cielo,    válgame la madre mía!
  16   quise traerme mujer    y traigo una hermana mía.
     Abran a madre cristiana (sic),    cerrojos y cerrojía,
  18   que la traigo a usté una prenda    que lloraba noche y día.

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0826:11 Las hijas de Merino (í-a)            (ficha no.: 5181)

Versión de Sanagasta (La Rioja, Argentina).   Recitada por Manuel Pilar Herrera (65a). Recogida 00/00/1942 Publicada en Carrizo [1942], II, p. 12. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XVI, 16.1, p. 159.  022 hemist.  Música registrada.

     En mi casa hay un peral    cubierto de perlas finas,
  2   en el gajo más cargado    se sienta una golondrina,
     por el pico echaba sangre    con las alas se batía.
  4   Se perdió la mejor niña    al punto de mediodía.
     Salió la madre a buscarla    como una loca perdida
  6   y fue la halló en un palmar    que en las palmas se mecía,
     y a un niño de quince años    estas palabras decía:
  8   --Nos casaremos los dos,    nos casemos, vida mía,
     aunque perdamos los padres,    aunque perdamos la vida.
  10   --La vida no te la ofrezco    porque esa prenda no es mía
     y puede ser que mañana    venga el dueño y me la pida.--

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0113:177 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 5332)

Versión de Banda Grande (Molinos, Argentina).   Recitada por Alicia Corbalán. Recogida 00/00/1930 Publicada en Carrizo 1933, pp. 4-5. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXX, 16.2, p. 246.  036 hemist.  Música registrada.

     Estaba la Catalinita    sentada bajo un laurel,
  2   con los pies en la frescura,    viendo las aguas correr;
     entonces pasó un soldado    y lo hizo detener.
  4   --Deténgase usted, soldado,    que una pregunta le haré:
     ¿No lo ha visto a mi, marido    en la guerra alguna vez?
  6   --Si lo he visto no me acuerdo,    déme usted las señas de él.
     --Mi marido es alto y rubio,    elegante y muy cortés
  8   y en el mango de la espada    lleva escrito: "Soy marqués".
     --Por las señas que me ha dado,    su esposo ha muerto ayer,
  10   y me ha dejado encargado    que me case con usted.
     --Eso sí que no lo he hecho,    eso sí que no lo haré;
  12   siete años lo he esperado,    otros siete esperaré,
     si a los catorce no viene,    `n un convento me entraré.
  14   A mis tres hijas mujeres    conmigo las llevaré,
     a mis tres hijos varones    a la patria los daré,
  16   que sirvan como su padre    y que mueran por su rey.
     --¡Calla, calla Catalina!    ¡Cállate infeliz mujer!
  18   Hablando con tu marido    sin poderlo conocer.--

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0126:26 Santa Catalina (á-a)            (ficha no.: 5115)

Versión de Banda Grande (Salta, Argentina).   Recitada por Alicia Corbalán. Recogida 00/00/1931 Publicada en Carrizo 1933, pp. 3-4. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº X, 16.1, p. 100.  014 hemist.  Música registrada.

     Se me ha perdido una niña    que Catalina se llama.
  2   Todos los días de fiesta    su padre la castigaba
     porque no quería hacer    lo que su padre mandaba.
  4   Mandan hacer una rueda    de cuchillos y navajas;
     la rueda ya estaba hecha,    Catalina arrodillada.
  6   Bajó un ángel del cielo    con coronas y guirnaldas:
     --Sube, sube, Catalina,    que Jesucristo te llama.--

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0101:21 No me entierren en sagrado (á-o)            (ficha no.: 7951)

Versión de San Juan s. l. (San Juan, Argentina).   Documentada en o antes de 1939. (Colec.: Díaz - Gallardo). Publicada en Díaz - Gallardo 1939, p. 280. Reeditada en Chicote 2002a, nº 17, pp. 87-88.  016 hemist.  Música registrada.

     Aquí me pongo a cantar    debajo de este membrillo
  2   a ver si puedo alcanzar    las astas de este novillo.
     Si este novillo me mata    no me entíerren en sagrado
  4   entiérrenme en campo llano    donde me pise el ganado,
     y en la sepultura pongan    un letrero colorado
  6   para que sepa la gente    que aquí murió un desgraciado.
     No murió de tabardillo,    estaba bastante sano,
  8   se murió del mal de amor    que es mal que nunca es curado.

Título original: Lamento del enamorado.

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0697+1537.1:3 Desde el Huerto hacia el Calvario+El rastro divino (á+á-o)            (ficha no.: 7949)

Versión de San Luis s. l. (San Luis, Argentina).   Documentada en o antes de 1972. (Colec.: Ochoa de Masramón). Publicada en Ochoa de Masramón 1971-1972, 210-211. Reeditada en Chicote 2002a, nº 6, pp. 53-55.  034 hemist.  Música registrada.

     Jesucristo se ha perdido,    la Virgen lo va a buscar;
  2   lo buscaba de huerto en huerto    y de rosal en rosal;
     debajo de un rosal blanco    vio un hortelanito estar:
  4   --Hortelanito, por Dios,    dime la pura verdad,
     si a Jesús de Nazaret    por acá ha visto pasar.
  6   --Sí, señora, que lo he visto    antes del gallo cantar,
     con una cruz en su hombro    que le hacía arrodillar,
  8   una corona de espinas    que le hacía traspasar
     y una soga a la garganta    que le hacía tropezar;
  10   entre judío y judío    bien acompañado va.
     --Caminemos, Virgen pura,    para el monte del Calvario
  12   que por presto que lleguemos    ya lo habrán crucificado.
     Ya le remachan los pies    y le clavarán sus manos,
  14   ya le tiran la lanzada    en su divino costado.
     la sangre que derramaba    está en cáliz sagrado;
  16   el hombre que la bebiera    será bienaventurado;
     será el rey en este mundo    y en el otro coronado.

Título original: La búsqueda de la Virgen, que será lo suyo [IGRH 0228]. Pero de momento lo meto con el título de otras versiones muy similares ya incorporadas al archivo electrónico. Sólo un estudio a fondo de los dos temas principales aclarará si hay dos romances o si sobra uno de los títulos.

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0168:6 Aparición de la enamorada muerta (í)            (ficha no.: 3760)

Versión de Santa Fe (Santa Fe, Argentina).   Recogida por Ismael Moya, 00/00/1941 (Colec.: Moya). Publicada en Moya 1941, I, p. 544-545. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº__, 16.2, p. 50 y Chicote 2002, p. 37.  036 hemist.  Música registrada.

     --¿Dónde vas, buen caballero?,    ¿dónde vas tan solo, así?
  2   --Voy en busca de mi esposa    que hace tiempo no la vi.
     --Tu esposa ya se ha muerto,    muerta está, que yo la vi;
  4   el cajón que la llevaba    era de oro y marfil.
     Los zapatos que llevaba    eran de un rico charol,
  6   regalados por su esposo    la noche que se casó.
     Su carita era de cera    y los dientes de marfil.--
  8   --Al entrar al cementerio    una sombra negra vi,
     cuanto más me retiraba,    más se aproximaba a mí.
  10   --No te asustes, esposito,    no te asustes tú de mí,
     que soy tu esposa querida,    abre los brazos a mí.
  12   Los abrazos y los besos    a la tierra se los di.
     Cásate, esposo mío,    cásate y no estés así;
  14   la primera hija que tengas,    ponle Dolores por mí.
     No la saques a paseo,    no la lleves al jardín,
  16   métele entre cristales,    no le pase lo que a mí.--
     Los faroles de la calle    ya no quieren alumbrar
  18   porque ha muerto Dolores,    luto le quieren llevar.

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0224:68 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 5212)

Versión de Santa Fe (Santa Fe, Argentina).   Documentada en o antes de 1941. Publicada en Moya 1941b, p. 529. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XVII, 16.2, p. 172.  030 hemist.  Música registrada.

     --De Francia vengo, señoras,    traigo un hijo portugués
  2   y me han dicho en el camino    que lindas hijas tenéis.
     --Que las tenga o no las tenga    yo las sabré mantener,
  4   con el pan que Dios me ha dado    y otro que yo ganaré.
     --A Francia vuelvo, señoras,    a los palacios del rey
  6   que las hijas del rey moro    no me las dejaron ver.
     --Vuelva, vuelva, caballero,    no sea tan descortés,
  8   de las tres hijas que tengo    tome la que le guste a usted
     --Ésta tomo por esposa,    por esposa y por mujer;
  10   me ha parecido una rosa,    me ha parecido un clavel.
     --Lo que tengo que rogarle    es que me la cuide bien.
  12   --Bien tratadita estará    y bien comidita también,
     sentada en sillas de plata    bordando encajes del rey.
  14   Azotitos de correas    cuando sea menester
     y una perita en la boca    a las horas de comer.--

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0107:11 La bella en misa (ó)            (ficha no.: 7950)

Versión de Santiago del Estero s. l. (Santiago del Estero, Argentina).   Documentada en o antes de 1941. (Colec.: Moya). Publicada en Moya 1941, II, p. 56. Reeditada en Chicote 2002a, nº 4, pp. 46-48.  024 hemist.  Música registrada.

     En Zanjón hay una ermita    que le llaman San Simón,
  2   donde damas y galanes    acuden a oír sermón.
     Ya sale Doña María,    hija del gobernador,
  4   con su hermosa pierna gorda    y su toca con almidón.
     Porque al salir de la iglesia    el chalón se le cayó,
  6   al agacharse a tomarlo    la hermosa pierna mostró.
     Las mujeres al mirarla    envidiaban su primor,
  8   y los hombres admirados,    míranla con devoción.
     El que estaba repicando    del campanario cayó
  10   y el que decía la misa,    en la misa se turbó,
     por decir: "¡Santo Evangelio!",    dijo: "¡Maldito el amor!"
  12   Y el sacristán le responde:    --¿Qué es eso, padre?, ¡por Dios!--

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0173:103 Santa Irene (6+6 á-a+estróf.)            (ficha no.: 7955)

Versión de Santiago del Estero s. l (Santiago del Estero, Argentina).   Documentada en o antes de 1941. (Colec.: Moya). Publicada en Moya 1941: II, 267. Reeditada en Chicote 2002a, nº 16, pp. 85-86.  023 hemist.  Música registrada.

     Estaba Elenita    bordando corbatas
  2   con agujas de oro    y dedales de plata.
     Pasaba un caballero    pidiendo posada.
  4   --Si mi madre quiere,    prepararé la cama
     [. . . . . . . . . . . .]    en un rincón de la sala,
  6   con sábanas de hilo    y colchas de lana.--
     A la medianoche    éste se levantó,
  8   de las tres hermanas    a Elena eligió.
     Montó a caballo    y se la llevó.
     [. . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . .]
  10   A los cinco años    volvió por allí.
     --¿Qué haces pastorcillo?    ¿qué haces por aquí?
  12   --Cuidando a Elenita    que ha muerto por ti.--

Título original: Muerte de Elena.

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0222:13 Bernal Francés (í+pareados)            (ficha no.: 3761)

Versión de Tucumán s. l. (Tucumán, Argentina).   Recogida por Juan Alfonso Carrizo, 00/00/1937 (Colec.: Carrizo, J. A.). Publicada en Carrizo 1937, 358-59. Reeditada en Chicote 2002, p. 49.  058 hemist.  Música registrada.

     --En su puerta estoy parado,    abrid las puertas, abrid
  2   que si no me abre las puerta,    aquí me verá morir;
     con la sangre que derramo    sus puertas he de teñir.
  4   --¿Quién es ese caballero    que así me las manda abrir?
     --Caballero soy de Francia,    el que la suele servir.--
  6   Con el candil en las manos    las puertas le fue abrir.
     --¡Negros todos y criados,    al aposento a dormir!--
  8   Y lo metió para adentro    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     lo lavó de pies y manos    con agua de toronjil,
  10   y se lo llevó a la cama    a donde suele dormir.
     A deshora de la noche,    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  12   --¿Qué ha tenido, caballero,    que no ha podido dormir?
     ¿Ha tenido amor en Francia?    ¿ha oído hablar de mí?
  14   --Yo no tengo amor en Francia,    no he oído hablar de ti;
     sólo temo a su marido    que él está lejos de aquí,
  16   --No le tema a mi marido,    que él está lejos de aquí,
     ni le tema a la justicia,    que no pasa por aquí.
  18   ¡Válgame la Vrgen Santa,    válgame Dios y San Gil!,
     ¡con mi marido en mis brazos    y nunca lo conocí!
  20   --Mañana por la mañana    te vua cortar el vestido.
     Llamarás tu padre y madre,    te ayuden a bien morir.--
  22   Al otro día de mañana:    --¡Parientes todos y hermanos,
     cúbranse con negro luto    que hoy mis días tendrán fin.
  24   Oigan mujeres casadas,    oigan mujeres, les ruego,
     estando el marido ausente,    nunca jueguen este juego.
  26   Amigos y camaradas,    todos los que están presentes,
     no quieran mujer casada    estando el marido ausente.--
  28   Al otro día de mañana    redoblaron las campanas
     para que pase el entierro    de dos queridos del alma.

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0234:64 Albaniña (ó)            (ficha no.: 5019)

Versión de San Miguel de Tucumán (Tucumán, Argentina).   Recitada por Estratón J. Lizondo (18a). Documentada en o antes de 1937. Publicada en Carrizo 1937, pp. 359-360. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº I, 16.1, p. 35.  058 hemist.  Música registrada.

     Estaba Catalinita    sentadita en su balcón,
  2   tocando su guitarrita,    cantando versos de amor.
     --Si no fuera, Catalina,    si no fuera por tu amor,
  4   pasaría un rato contigo,    prenda de mi corazón.
     --Sí pasará un ratito,    y pasará también dos.
  6   Mi marido está en el campo,    trabaja de leñador.--
     Al decir estas palabras,    el marido que llegó;
  8   golpea que te golpea,    abajo la puerta echó.
     --¿Qué te pasa Catalina,    pálido está tu color?
  10   ¿Es que tienes hombre en casa    y a mí me haces traición?
     --Yo no tengo un hombre en casa,    a ti no te hago traición,
  12   se me han perdido las llaves,    las llaves del bastidor.
     --Si eran las tuyas de plata,    de oro las traigo yo.
  14   ¿De quién es aquella espada    que relumbra contra el sol?
     --Tuya, tuya, mi marido,    mi hermano te la mandó.
  16   --Tantas gracias a tu hermano,    que mejor la tengo yo,
     cuando yo la precisaba    tu hermano no la mandó.
  18   ¿De quién es aquel caballo    que está allá en el corredor?
     --Tuyo, tuyo, mi marido,    mi hermano te lo mandó.
  20   --Tantas gracias a tu hermano,    que mejor lo tengo yo,
     cuando yo lo precisaba    tu hermano no lo mandó.
  22   ¿De quién es aquella sombra    que está allá en el comedor?
     --Es el gato la vecina    que está por cazar ratón.
  24   --Por el monte siempre he andado,    por el monte de Aragón,
     y yo nunca he visto gato    con corbata y pantalón.
  26   --Mátame, señor marido,    que tienes mucha razón;
     desde hace cuatro o cinco años    te vengo haciendo traición.--
  28   A la primera puñalada,    Catalinita cayó;
     con el pecho destrozado,    Catalinita murió.

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0234:65 Albaniña (ó)            (ficha no.: 5020)

Versión de San Miguel de Tucumán (Tucumán, Argentina).   Recitada por Apolinar Barber. Documentada en o antes de 1937. Publicada en Carrizo 1937, pp. 359-360. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº I, 16.2, pp. 35-36.  054 hemist.  Música registrada.

     Un jueves era por cierto,    víspera de la Ascensión,
  2   vide tu casa enramada    con ramas de admiración.
     --¡Ay, qué niña tan hermosa!,    se parece al mismo sol.
  4   ¡Quién durmiera con ti, niña,    esta noche y otras dos!
     --Duerma, duerma, mi buen Carlos,    esta noche y otras dos,
  6   que mi marido está ausente    por los campos de León.--
     No acabó bien la palabra,    don Alberto que llegó.
  8   Corre una criada, y dice    que le han usado traición.
     --¿Qué es eso, doña Felisa,    que me habla con turbación?
  10   --Nada, mi señor marido,    la llave se me perdió.
     --Si la tuya fue de plata,    de oro te la traigo yo.
  12   ¿Cuyas son aquellas armas    que relumbran contra el sol?
     --Tuyas son, señor marido,    que a dorarlas mandé yo.
  14   --¿Cuyas son aquellas bestias    que dan vuelta al corralón?
     Tuyas son, señor marido,    mi padre te las mandó.
  16   --¿Cuyos son aquellos pasos    que van para el mostrador?
     --Mátame, señor marido,    que te había usado traición.--
  18   No acabó bien la palabra,    y el corazón le partió.
     Hizo picar su caballo    dos pasos al corralón;
  20   a poco andar don Alberto,    con el mancebo encontró.
     De puñaladas se daban    que causaban compasión.
  22   Como los dos eran guapos,    mucho el combate duró.
     ¡Ay, qué guerra tan sangrienta,    que daba temor a Dios!
  24   Carlos murió a media tarde,    Alberto al entrarse el sol,
     y mi señora Felisa,    al golpe de la oración.
  26   Al otro día de mañana    ya doblaron las campanas,
     para hacer un triste entierro    de tres queridos del alma.

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0184:96 Blancaflor y Filomena (é-a+ó)            (ficha no.: 5070)

Versión de San Miguel de Tucumán (Tucumán, Argentina).   Recitada por Gregorio Heredia. Recogida 00/00/1934 Publicada en Carrizo 1937, pp. 364-365. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº VI, 16.1, pp. 74-75.  044 hemist.  Música registrada.

     Estaba la Leona, estaba,    entre la paz y la guerra,
  2   con sus dos hijas doncellas,    Blancaflor y Filomena.
     Bajó un conde de Sevilla    a pretender una de ellas;
  4   se casó con Blancaflor,    se moría por Filomena.
     Desde el día que se casó    la llevó pa lejas tierras.
  6   A los diez meses cumplidos    volvió a casa de su suegra.
     --¡Hijo serás bien llegado!    ¡Hijo de mi corazón!,
  8   agora me has de avisar    cómo quedó Blancaflor.
     --Quedó muy buena, mi madre,    tan sólo su parto espera
  10   y la mandó a suplicar    que le preste a Filomena.
     --¡Cómo te via prestar, hijo,    esa niña tan querida!
  12   --Yo la llevaré, mi madre,    como prenda que usté estima.--
     De la casa a doce leguas,    sus intentos ya logró,
  14   le descubrió los dos pechos    y la lengua le cortó;
     Quedó muda Filomena    aumentando su dolor.
  16   Bajó un pastor y la mira    y con señas lo llamó.
     Con la sangre de su lengua    a Blancaflor escribió.
  18   Al tener papel en mano,    ella de susto abortó;
     y dio parte a la justicia,    al más probado Mayor,
  20   que le prenda su marido    por alevoso y traidor.
     Esto supo su marido,    se arrimó en un peñajón:
  22   se hizo trescientos pedazos;    ahí sus delitos pagó.

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3013.9:14 El carabí (no rom. (á))            (ficha no.: 5107)

Versión de Tucumán (Tucumán, Argentina).   Documentada en o antes de 1937. Publicada en Carrizo 1937, I, p. 391. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº IX, 16.2, p. 96.  008 hemist.  Música registrada.

     En coche va una niña,    hija de un capitán.
  2   ¡Qué hermoso pelo tiene!    ¿Quién se lo peinará?
     Los peinará la reina    con mucha suavidad,
  4   con peinecito de oro    y horquillas de cristal.

Nota: se canta el estribillo así: tras los primeros hemistiquios, carabín, y tras los segundos, carabín run, rin, carabín, run, ran.

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0075:164 Delgadina (á-a)            (ficha no.: 5148)

Versión de San Miguel de Tucumán (Tucumán, Argentina).   Recitada por Apolinar Barber. Recogida 00/00/1937 Publicada en Carrizo 1937, pp. 262-263. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XII, 16.1, pp. 127-128.  096 hemist.  Música registrada.

     Un rey tenía tres hijas,    y las tres eran doradas;
  2   de las tres, la menorcita    Delgadina se llamaba.
     Un día estando en la mesa,    su rey padre la miraba.
  4   --¿Qué me miras, padre mío,    que me miras en la cara?
     --Tú serás la prenda mía,    tú serás mi enamorada.
  6   Serás madre de mis hijos,    madrastra de tus hermanas.
     --No permita Dios del cielo    ni la Virgen soberana
  8   que sea madre de tus hijos,    madrastra de mis hermanas.
     --Corran, corran, caballeros,    préndanla a esa desalmada,
  10   y la lleven al castillo    a la pieza más cerrada.
     Si pidiera de comer    le dan la carne salada,
  12   y si pide de beber    le dan agua envenenada.--
     Una tarde, Delgadina    se asomaba a la ventana,
  14   y a su madre la veía    peinando sus blancas canas:
     --¡Madrecita de mi vida,    alcánzame un trago de agua,
  16   que la boca tengo seca    y partidas las entrañas!
     --¡Quita, quita, Delgadina--,    su madre le contestaba,
  18   --que si tu padre lo sabe    a las dos nos encerraba.--
     Al cabo de siete días,    Delgadina se asomaba,
  20   y a sus hermanas veía,    que bordaban oro y plata:
     --¡Hermanitas ¡de mi vida,    por favor, un jarro de agua,
  22   que el corazón tengo seco    y la vida se me acaba!
     --¡Quita, quita, Delgadina,    quita, quita desgraciada!
  24   Si tu padre lo supiera    la cabeza nos cortaba.--
     Delgadina se fue adentro    muy triste y desconsolada.
  26   Con las lágrimas que vierte    toda la pieza regaba,
     con el pelo, pobrecita,    su lindo rostro secaba
  28   y con otras que corrían    su mucha sed apagaba.
     Al cabo de siete días,    Delgadina se asomaba.
  30   Vio jugar a sus hermanos    con lanzas y con espadas:
     --Hermanos, si sois hermanos,    por favor, un jarro de agua,
  32   que el corazón se me seca    y la vida se me acaba.
     --Retírate, mala perra,    retírate, perra hermana,
  34   si esta lanza te alcanzara    las sienes te traspasaba.--
     Cumplidos los siete días,    Delgadina se asomaba,
  36   y lo vio a su rico padre    jugando al juego de damas:
     --Padrecito de mi vida,    padrecito de mi alma,
  38   hasta el alma tengo seca,    ¡por favor, un jarro de agua!
     --Yo te lo doy, Delgadina,    si sirves de enamorada.
  40   Serás reina de Castilla,    madrastra, de tus hermanas.
     --Sí le serviré, mi padre,    aunque sea de mala gana.
  42   --Corran, corran, caballeros,    corran criados y criadas,
     unos con jarros de oro,    otros con jarros de plata,
  44   lleven agua a Delgadina,    que en la torre está encerrada.--
     Cuando llegan al umbral    se pasaron con el aguar
  46   sobre la cama tendida,    Delgadina ya expiraba.
     Aqui termina esta letra    de este rey tan desgraciado,
  48   que por pretender a su hija    por siempre fue condenado.

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0225:18 Monja por fuerza (é-o)            (ficha no.: 5273)

Versión de Tucumán s. l. (Tucumán, Argentina).   Recitada por un escolar.00/00/1933 publicada en Carrizo 1933, p. 25. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXIII, 16.2, p. 206.  026 hemist.  Música registrada.

     Yo me quería casar    con un mocito barbero
  2   y mi padre me quería    monjita del monasterio.
     Una tarde de verano    me sacaron a paseo,
  4   al dar la vuelta a una esquina    encontré un convento abierto.
     De allí salieron monjitas    vestidas de negro y blanco,
  6   con una vela en la, mano,    que parecían diablitos.
     Me tomaron de la mano,    me metieron para dentro,
  8   me cortaron los cabellos,    ¡cabellitos de mi vida,
     cabellitos de mi amor!
  10   Me quitaron los anillos,    ¡anillitos de mi vida,
     anillitos de mi amor!
  12   Me quitaron los zapatos,    me quitaron mis pañuelos
     y me pusieron el velo,    velo de la Concepción:
  14   Y me apartaron por siempre,    de mi mocito barbero.

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0226:56 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 5355)
[0028 Búsqueda de la Virgen, contam.]

Versión de Santa Rosa (Tucumán, Argentina).   Recitada por Rufina de Barraza. Recogida 00/00/1946 Publicada en Aretz-Thiele 1946, p. 280. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXXIII, 16.1, p. 261.  026 hemist.  Música registrada.

     La Virgen va caminando    por el caminito de Belén,
  2   como el camino es muy largo,    al niño le ha dado sed.
     --Calla, niño de mi vida,    calla, niño de mi bien,
  4   que allí adonde vamos    hay un dulce naranjel.
     El dueño de las naranjas    es un cieguito, y no ve.--
  6   --Y válgame una naranja    para el niño entretener.
     --Entré, señora, y corte    lo que se le he menester.--
  8   Como la Virgen es muy corta,    no se corta más que tres.
     Una le dio a su niño,    otra le dio a San José
  10   y otra quedó en sus manos    para la Virgen beber.
     Después, que la Virgen s` ido    y el ciego empezó a ver.
  12   --¿Quién es aquella señora    que me hizo tanto bien?
     --Esa es la esposa de Cristo    y madre de San José.--

Nota: -13 sic.

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0169:54 Hermana cautiva (6+6 í-a+paralel.)            (ficha no.: 2503)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recitada por el Dr. M. Levy, gran rabino de Sarajevo. Recogida por Manuel Manrique de Lara, 00/00/1911 (Archivo: AMP; Colec.: Manrique de Lara, M.; cinta: H2.2 SGA). Publicada en Petersen-Web 2000, Texto. Reeditada en Petersen-Web 2000-2007, Texto.  096 hemist.  Música registrada.

     Levantime madre    un día de mañanica;
  2   me fue a lavar la cara    onde el sol salía.
     Salieron tres moros    me cautivarían,
  4   a otro reynado    ellos me llevarían.
     --Merquedéis, señora,    esta linda esclava
  6   que en todo vuestro reynado    no hay más galana.
     --¿Para qué yo quiero    esta linda esclava?
  8   El rey es mancebo    se la toma por amada.
     --Tomedéis, señora,    tomedéis esta cautiva,
  10   que en todo vuestro reynado    no hay más valida.
     --¿Para qué yo quiero    esta esclava luzida?
  12   El rey es mancebo,    se la toma por amiga.
     --Quíteleis, señora,    el beber del vino;
  14   Perderá colores    y cobrará suspiro.
     Quíteleis, señora,    el beber del claro;
  16   Perderá colores    y cobrará desmayo.
     --Cuánto más le quito    el beber del vino,
  18   más se le reciende    su color valido.
     Cuánto más le quito    el beber del claro,
  20   más se le reciende    su color galano.
     --Mandadla, señora,    a lavar al río,
  22   que lave los paños,    paños y los linos.
     Perderá colores    y cobrará suspiros.--
  24   Mandóle de mañana    a lavar al río,
     que lave los paños,    paños y los linos,
  26   de pies en el agua,    en el agua yelada.
     Por ahí pasó un caballero,    que de la guerra venía.
  28   --Oh, qué bellas piernas    blancas en agua yelada.
     Disme, tú la niña,    ¿si me quieres por compañía?
  30   --Bien me place, caballero,    bien me place por mi vida,
     Los paños del reye    no sé qué los haría.
  32   --Los vestidos de oro    encima del mi caballo.
     Los de lino y seda    al río dejadlos.--
  34   Caminando campos,    campos y viñas:
     --Ay, campos, ay, campos    campos de oliva,
  36   cuando el rey mi padre    sembró la oliva,
     la reyna mi madre    al campo me quitaría,
  38   estonses los moros    me cautivarían.
     Ay, campos, ay, campos,    campos de granada,
  40   cuando el rey mi padre    sembró la granada,
     estonses los moros    me cautivarían.
  42   --A las que me darías,    tú eres hermana mía.--
     Ya se besan, ya se abrazan    el mancebo y la niña.
  44   Abradéismi, madre,    puertas del palacio,
     que en lugar de nuera    la hija yo trajo.
  46   Abradéismi, madre,    puertas del castillo,
     que a la hija [. . . . . .    . . . . . .] del cautivo.
  48   --Si es la mi nuera,    prontos mis silleros,
     si es la mi hija,    prontos los mis pechos.--
  50   Ya se besan, ya se abrazan    la madre y la niña.

Notas: 3b, 4b, 5b, 7b, 11b,... cautibarían, etc. con `b`, en lugar de `v` en la hoja mecanografiada (de la colección del Dr. Levy. . 46-47: estos dos versos, apuntados a mano aparte, se leen mal y podrían o no ser del Dr. Levy. Por otra parte, queda por aclarar, como dice Armistead CMP 1978, III, pp. 89-93, si "Dr. M. Levy, gran rabino de Sarajevo" y "Dr. Mauricio Levy, 30a" son o no la misma persona y si éstos son idénticos a "Dr. Levy (Levi o Leví). Manrique de Lara recoge de él/ellos en Sarajevo en1911.

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0113:75 Señas del esposo (í)            (ficha no.: 2933)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recogida por Laura Papo, 07/01/1917 (Archivo: SHP; Colec.: Papo, Laura (Levy)). Publicada en Petersen-Web 2000, Texto (véase el manuscrito). Reeditada en Petersen-Web 2000-2007, Texto.  048 hemist.  Música registrada.

     Arbolera, mi Arbolera,    tan galana y tan gentil,
  2   la rayis tiene de oro    y las ramas de marphyl
     y la más chica ramica    es una dama zarif*.
  4   Y peñando los sus trensados    con su peñe cristallín.
     Por ahí pasó un caballero    que asemejaba a Amadil.
  6   --Ansí bivas, caballero,    ansí el Dio vos deje bivir,
     ¿si visteis al mi marido,    al mi marido Amadil?
  8   --Bien lo vide, bien lo conosco,    letra tengo para ti.
     ¿Cuánto dieras, la mi señora,    porque vo lo trusera aquí?
  10   --Diera yo mis tres doblones    que me quedaron de Amadil.
     --¿Cuánto dieras, la mi señora,    porque vo lo trusera aquí?
  12   --Diera yo los mis trensados    que me quedaron de Amadil.
     --¿Cuánto dieras, la mi señora,    porque vo lo trusera aquí?
  14   --Diera yo mis tres molinos    que me quedaron de Amadil.
     --¿Cuánto dieras, la mi señora,    porque vo lo trusera aquí?
  16   El uno muele pimienta    y el otro giungulí
     y el más chico de eos    arina blanca para Amadil.
  18   --¿Cuánto dieras, la mi señora,    porque vo lo trusera aquí?
     --Diera yo mis tres hijicas    que me quedaron de Amadil.
  20   La una mete la mesa    y la otra para servir
     y la más chiquita de ellas,    para burlar y para reír.
  22   --¿Dieras vos mi medio cuerpo,    para que lo trusera aquí?
     --Si yo do mi medio cuerpo,    ¿lo que le queda para Amadil?
  24   --¡Non penséis nada, mi señora,    so yo vuestro marido Amadil!--

Título en el ms. de L. Papo: Romanza El rey Amadil. Por un lado, conviene comparar esta versión de 1917 con la versión de Laura Levy [Papo] recogido por Manrique de Lara en Sarajevo en 1911 cuando la sra. Papo tenía 19 años (Archivo Menéndez Pidal; ficha I1.7 en el Catálogo-Índice de Armistead [ficha 296 en la Bibliografía en línea]). De los dos versos registrados en dicho Catálogo (primero y último), la única variante respecto de nuestro texto se da en -24b que y. s. v. m. A. Por otro lado, conviene consultar la correspondencia de L. Papo con su maestro así como la versión que la sra. Papo preparó en 1933 y que publica K. Baruch en Spanske romanse, en el mismo año (reeditada en Armistead 1971a, p. 46). Dejando de lado la ortografía, se diferencian únicamente en los siguientes detalles: los nombres de los protagonistas: Arboleda, Amadí (Baruch); -6b así el D.; los vv. 15 y 18 faltan en Baruch (el v. 15 aquí sobra, desde luego); -16b ginquilí; -24b so y. (Papo); y. soy (1933). A juzgar por las fotocopias de versiones también transcritas por la señora Papo en 1933 (pueden verse más abajo), buena parte de las correcciones de ortografía deben de ser de Kalmi Baruch.
Notas: -2a rayis: raíz; -3b L. Papo anota en margen: "Turquisme - Zarif - Zart". «Zarif» (ar.) `noble`, `elegante`, `encantador`; «zart» (alem.) `suave`, `delicado`. Compárese con "sacándole está aradores / de las sus xarifas manos"[0296: Amores trata Rodrigo, Aquí comiençan cinco romances con una glosa. El primero Amores trata Rodrigo y el segundo que dize Llanto hazía la Cava... Pliego suelto gótico, sin l. ni a., Univ. de Praga, nº 37]; -9b, -11b, -13b, -15b por que en el ms; -16b: guingulí (ginquilí, Baruch) palabra desconocida; -22a mi (sic); -23b lo que en el ms.

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0426:2 Landarico (á-o+polias.)            (ficha no.: 2934)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recogida por Laura Papo, 07/01/1917 (Archivo: SHP; Colec.: Papo, Laura (Levy)). Publicada en Petersen-Web 2000, Texto. Reeditada en Petersen-Web 2000-2007, Texto.  034 hemist.  Música registrada.

     A cazar el rey salía,    a casar como salía,
  2   por yirse a la caza,    onde la reina se iya.
     Topó la rena en cabellos    que a peñar se los iya,
  4   con su peñe de oro en mano    y su espejo cristallín.
     El rey, por burlar con ella,    con el vergo le ay dado.
  6   --State, state, Andarleto,    mi polido enamorado.
     ¡Más te quero y mas te amo    que non el rey que su renado!
  8   Dos hijicos de ti tengo    y dos del rey, que son quatro.
     Los del rey van a la guerra    y los tuyos a mi lado.
  10   Los del rey benean* mula,    los tuos, mula y caballo.
     Los del rey durmen en pluma    y los tuyos a mi lado.--
  12   Ea que aboltó la cara,    al rey se topó alado.
     --Pardón, pardón, mi señor rey    por esto que vos ho hablado.
  14   Anoche a la medianoche,    todo me lo ho soñado.
     --Vos lo pardono, mi reyna,    con la cabeza a mi lado.
  16   --Andarleto, mi Andarleto,    mi polido enamorado,
     para mí topí remedio,    para vos, andad buscaldo.--

Notas: -1b casar c. s. (sic; *-10 L. Papo anota: "benear, cabalcar = reiten" (`cabalgar`). Los vv. 1-12 se repiten. Título de L. Papo: Andarleto. Hay sólo diferencias mínimas entre esta versión y la que transcribió en 1933, publicada por K. Baruch ese mismo año (reeditada en Armistead 1971a, p. 47): -5b la verga; -7b que al rey con su reinado; -13b he hablado; -14b t. me lo fue soñando; -17b buscando. También coincide, al menos en los dos versos fichados en el Catálogo-Índice de Armistead con la versión que en 1911 la Srta. Laura Levy [Papo], que tenía entonces 19 años, transmitió a Manrique de Lara [Cát.-Índice M8.9].

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0773:1 El chuflete (í)            (ficha no.: 2935)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recogida por Laura Papo, 07/01/1917 (Archivo: SHP; Colec.: Papo, Laura (Levy)). Publicada en Petersen-Web 2000, Texto. Reeditada en Petersen-Web 2000-2007, Texto.  026 hemist.  Música registrada.

     Salir quere mes de marso,    entrar quere mes de april,
  2   cuando el trigo está en grano    y las flores por abrir.
     Estonces el rey d` Allemaña    a Francia se quijo yir.
  4   Con sí trujo gente mucha    caballeros más de mil.
     Con sí trujo un chuflete    de las ferias de París.
  6   Lo dio el rey de boca en boca,    ninguno lo supo sonorgir.
     --¡Un mal ay a tal chuflete,    los doblones que por él di!--
  8   Lo tomó el rey en boca    y lo supo sonorgir.
     Todas las naves del mundo,    a seco las hico venir.
  10   La parida que está pariendo,    sin dolores la hico parir.
     La creatura que está llorando,    sin teta la hico dormir.
  12   La novia que a su novio ama,    a su lado la hico venir.
     --¡Un bien ay a (sic tal chuflete,    que tantos doblones di por él!

Notas: chuflete, `flauta`, `pito`; Título en el manuscrito: El cuerno (~corneta) del rey. También en este caso resulta casi idéntica a la versión más tardía, publicada por Baruch, (reeditada en Armistead 1971a, p. 56), salvo pequeñas variantes: -3a entonces el rey de Alemania; -6b y -8b sonorgir, sonergir, "hacer que suene [un instrumento musical]"; -7a mal ay a, malhaya; -13a Que bien haya; -13b por él di (necesario, además, por la rima). Salvo diferencias ortográficas parece coincidir esta versión de 1917 con la que la recolectora, Laura Levy [Papo], de 19 años, transmitió a Manrique de Lara en 1911 (Catálogo-Índice X11.6: -1 Salir quiere el mes de marzo, / entrar quiere mes de abril. // ¡Oh, bien haya tal chuflete! / ¡Tantos doblones por él di!. Aunque bastante menos parecido a nuestro texto, véase también la versión del Rabbi Mordehaj Z. Konforte publicada en Jevrejski Glas, periódico sefardí de Sarajevo, en 1939 (reed. Armistead 1971a, p. 87) y la versión más elaborada que publica Attias 1956a (nº 46) en que el conde Alimare pone a la venta el chuflete que no sabe tocar, y que tras rodar de boca en boca, acaba en manos de Amadí, quien lo toca, provocando las acostumbradas maravillas.

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0113:76 Señas del esposo (á-a)            (ficha no.: 2936)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recogida por Laura Papo, 07/01/1917 (Archivo: SHP; Colec.: Papo, Laura (Levy)). Publicada en Petersen-Web 2000, Texto. Reeditada en Petersen-Web 2000-2007, Texto.  026 hemist.  Música registrada.

     Asentada está la reina,    asentada en su verjel.
  2   Agujica de oro en mano,    ata bien y enfila perla.
     Por ahi pasó un caballero,    que a su marido asemejaba.
  4   --Así bivas, caballero,    así Dios vos dé bonanza,
     ¿si viteis a mi marido,    al Montesico de Francia?
  6   --Bien lo vide, bien lo conosco,    letra en mi mano daba.
     Me dijo que os buscéis otro marido,    que él ya se buscó otra dama.--
  8   Esto que sintió la rena,    grito echaba dolorioso,
     que los cielos borracaba    y la tiera retemblaba.
  10   --No lloréis vos, la mi reina,    ni vos toméis dolor mucha,
     que yo so vuestro marido,    el Montesico de Francia.
  12   --Un mal ay a las mujeres    que en los hombres se confían.
     Falsos son y mintiros,    echados a la malicia.

Notas y variantes: -7ab se repite; -9a borracaba (aboracar, aborracar) ` perforar`, `penetrar`, `traspasar`; -12a mal ay a las m., malhaya las m; -13a mintiras parece corregir lo ya transcrito: mintriros. Aparte de pequeñas diferencias ortográficas y unas pocas variantes (-5a visteis; -8b dolorido; 9a aborracaba; 13a mentirosos en la versión publicada), es idéntica a la versión que da a conocer Baruch. (reed. Armistead 1971a, p. 46). Y, a juzgar por el primer y último verso registrados en la ficha I3.3 del Catálogo-Índice de Armistead (nº 296 en la Bibliografía en línea), coincide con la versión que, de soltera, Laura [Levy] Papo (`Bohoreta`) facilitó a Manrique de Lara en 1911. Variante única respecto de la versión de 1917: -13a menterosos

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0133:12 Ricofranco (é)            (ficha no.: 2937)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recogida por Laura Papo, 07/01/1917 (Archivo: SHP; Colec.: Papo, Laura (Levy)). Publicada en Petersen-Web 2000, Texto. Reeditada en Petersen-Web 2000-2007, Texto.  046 hemist.  Música registrada.

     El buen rey tenía una hija,    una hija muy zarif.
  2   Non la dava el su padre,    ni por oro ni por aver,
     sinon quien la ganaría    nel juego de l`ajedrez.
  4   Se asentó madre y padre    y sus hermanicos tres.
     Juega el uno, juega el otro,    non hace más que perder.
  6   Juegó el Maurico Franco,    la ganó en la prima ves.
     Y sigún la ganaría,    luego la hue a ver.
  8   Topó la niña llorando    lágrimicas dos i a tres.
     --¿De qué lloras, blanca niña,    de qué lloras, mi bien?
  10   Si lloras por vuestro padre,    carnessiero [mío es].
     Si lloras por vuestra madre,    gizandera mía es.
  12   Si lloras por vuestros hermanos,    ya los matí todos tres.
     El más chiquito de eos    le di muerti de cruel.
  14   Le cortí cuerpo y mano    y lo hice un phinel.
     --Non lloro por madre y padre,    ni por hermanicas tres.
  16   Lloro por mi ventura,    que non sé cuála es.
     --Vuestra ventura ya está sigura    al lado la tenéis.
  18   Una ves que sos mi ventura,    asentemos a comer.--
     En medio de la comida    le arogó un placer,
  20   que le diera el cuchico,    el cuchico sólo por ver.
     Él se lo dio al derecho,    ea lo tomó al través.
  22   Asigún lo tomaría,    lo enfincó por el bel.
     --Aquí me vengo en madre,    y padre y hermanicos tres.

Nota de la transcritora: -1 "zarif - zart - djanume - meine seele (turkisch)", `mi alma`.
Notas: Tras el -11 hay una anotación que parece de fecha posterior (quizá de otra mano): "Sollecisme - schendrek". -22 bel `cintura`. (Attias 1956, nº 33, vv 61-64: "El alguacel sin malicia / el cuchillo le hay dado, // Meliselda, con malicia, / en el bel se lo enfincare." Coincide verso por verso con la versión de ella que publica Baruch con pocas variantes: En B. -3b en el j. de a.; -6a Jugó el morico franco; -6b en p. v. ; -9b ll. tú; -10b carcelero; -12b a todos; -13a Al m. c. ; -15b hermanicos; -16a Ll. yo; -16b sé yo; -17a sin `ya`; -20 cuchillico(reed. en Armistead 1971a, pp. 54-55). No es de sorprender que de las 8 versiones de Sarajevo fichadas en el Catálogo-Índice de Armistead (CMP 1978) coincide nuestro texto en su primer y último verso con sólo una de ellas (ficha O2.6), de la "Srta. Laura Levy", de 19 años, informante de Manrique de Lara (Sarajevo, 1911) y que ahora sabemos es la misma Sra. Laura Papo). Aun así, respecto de nuestra versión de 1917, los dos versos registrados en el Catálogo de la versión transmitida a Manrique de Lara ofrecen una pequeña variante:-23ab A. m. v. de padre y [m]adre / y hermanicos tres.

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9462.9:1 Líricos-judío (6+6 pareados paralel.)            (ficha no.: 2938)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recogida por Laura Papo, 07/01/1917 (Archivo: SHP; Colec.: Papo, Laura (Levy)). Publicada en Petersen-Web 2000, Texto. Reeditada en Petersen-Web 2000-2007, Texto.  044 hemist.  Música registrada.

     --Morena sos, dama,    como la pimienta.
  2   Vuestra sangre dulse    en mi alma entra.
     Dicimi ansí,    que ya me transí;
  4   ¡de hablaros, mi dama,    yo ya me canzí!
     Nunca mi tubieras    tala hermozura;
  6   matas un mansebo    que ainda es criatura.
     Nunca me tubieras    tala libertidat;
  8   matas un mansebo    dela poca idat.
     De vez que vos veo    de cara en el espezo
  10   l` alma me se aranca    por vos dar un beso.
     --Ya abasta mansebo    de hablar tantos caños.
  12   Non vos do ripuesta    si hablares tres años.
     Ya abasta mansebo    de hablar criaturias,
  14   Non vos do ripuesta    si hablares mil días.
     --Vos sois una muchacha    que non arieva cha[...as]
  16   Como el paño fino    que non arieva manchas,
     vos sois una muchacha    que non tenéis tacha ma[la].
  18   Una tachica chica,    que mi corazon puncha:
     dicidme, mi bien,    si mi queres bien.
  20   --Vavos a Francia,    ayí toparéis
     Quen que os quera bien,
  22   que de mí en tanto,    remedio non tenéis.

Notas: 15b cha[...as] truncada en la fotocopia; -18b puncha (?). La Sra. Papo llama esta lírica Morena sos dama. No figura entre las composiciones líricas que publica Baruch. Véase en CMP 1978, II, AA46 (sólo dos versiones documentadas, ambas de Sarajevo) [MP Caj. D/U].

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0221:37 Me casó mi madre (6+6 í-a)            (ficha no.: 2939)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recogida por Laura Papo, 07/01/1917 (Archivo: SHP; Colec.: Papo, Laura (Levy)). Publicada en Petersen-Web 2000, Texto. Reeditada en Petersen-Web 2000-2007, Texto.  042 hemist.  Música registrada.

     Gjan Gjan farfulí fildzán
     Se echó a la cama,    se fuyó por el gjam.
  2   Me fui yo detrás,    por ver onde se iya.
     Vide que se entraba    onde la blanca niña.
  4   Me hui más adientro    por ver lo que abía.
     Vide mesas prontas    y buenas comidas,
  6   Me hui más adientro    por ver lo que abía.
     Vide camas prontas    y buenos cusines.
  8   Me hui más adientro    por ver lo que abía.
     Vide al mi marido,    con la blanca niña.
  10   Me hui yo a casa    amarga y amargina.
     Tomí en mis brasos    lo que más quería.
  12   --Dúrmite, mi alma,    dúrmite, mi vida,
     que tu padre estaba    con la blanca niña
  14   --Avrími, mi alma,    abrími, mi vista,
     que estó canzado    de arar la viña.
  16   --Non estás canzado    de arar la viña,
     sinon estás canzado    de gozar con la blanca niña.
  18   Ni es más galana,    ni es más hermoza,
     la sezika hecha,    carica encalada.
  20   Dúrmite, mi alma,    dúrmite, mi vida,
     que tu padre estaba    con la blanca niña

Notas: -1 Gjan (dz^am) `copa`, `vaso` o bien `alma` (véase Crews 1979). La Sra. Papo lo pone de título y lo traduce: «Gjan, Gjan --alma, alma!». fildzán (findz^án ~ filg^án) `taza`; farfulí `de porcelana`; Tras el primer verso la transcritora anota turcismen y traduce: Unbeständige seele wie das Zierliche Kafetässchen. `alma inconstante, como la de una taza de café de porcelana`; -2b Tras gjam (dz^am), la transcritora traduce: scheibe; -4b, -6b, -8b, -11b el ms pone loque. Un mismo estribillo, Y nueva amor, repetido detrás de los versos pares, sufre ligeras modificaciones ( `Y nueva amor` `nuevo amor`, `nuebo amor`, `muebo amor`), pero podría ser simple descuido. Se parece mucho a la versión publicada en 1939 en Jevrejski Glas (reed. en Armistead 1971a, p. 79) y a otras versiones inéditas en el Archivo Menéndez Pidal (5 de Sarajevo, todas recogidas en 1911 por Manrique de Lara, dos de ellas de la Srta. Laura Levy, de 19 años, nuestra misma Laura Papo). Los dos versos citados en el Catálogo-Índice de Armistead de las versiones de la Srta. Levy (L13.3 y L13.4) figuran en nuestra versión manuscrita posterior, pero no como primer ni último verso, salvo en el caso del primer verso de L13.4. Compárense L13.3: Duérmete, mi alma, / duérmete, mi vida,// las cej^icas hechas, / las caricas encaladas con los vv. -12 y -19 arriba, y L13.4: Mi alma, mi alma, / farfulí finj^án// carica encaladas, / cexica enteñida. con los vv. -1 y -19. En el antiguo cajón W del Archivo Menéndez Pidal, según informa el Catálogo de Armistead, está la música de Manrique de Lara, II, p. 35) que corresponde a la versión L13.3.

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0544:1 La choza del desesperado (é)            (ficha no.: 2940)
[0307 Despertar de Melisenda, contam.]

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recogida por Laura Papo, 08/01/1917 (Archivo: SHP; Colec.: Papo, Laura (Levy)). Publicada en Petersen-Web 2000, Texto. Reeditada en Petersen-Web 2000-2007, Texto.  020 hemist.  Música registrada.

     Noches, noches, la mi madre,    noches son de enamorar,
  2   Dando bueltas por la cama,    como el peje en la mar,
     Yir me quero, la mi madre,    ah, por los campos me yiré.
  4   Yerbisicas de los campos,    por pan me las comeré,
     Lagrimicas de los mis ojos,    por agua las beveré,
  6   Y en medio de estos campos,    castillos me fraguaré,
     Todo el que por ahí pasa,    ariva lo suviré,
  8   El que conte los sus males,    yo los míos contaré,
     Si los suos son más grandes    con pacencia los yevaré,
  10   Si los míos son más grandes,    del castillo abajo me echaré,

Notas: -3b la ah inicial bien podría ser por influencia del estribillo, ¡ah, ...!, repetido sistemáticamente como desdoblamiento del segundo hemistiquio. Con una sola variante (-3a lágrimas), la versión de Choza del desesperado que publica Baruch coincide con los vv 3-10 de esta versión manuscrita de Laura Papo, aunque sin el estribillo (reed. en Armistead 1971a, p. 45). La contaminación del romance Despertar de Melisenda (vv 1-2 arriba) ocurre también en otras versiones de Sarajevo, aunque minoritariamente. De las versiones de Melisenda y de la Choza fichadas en el Archivo Menéndez Pidal (5 y 6, respectivamente de Sarajevo), sólo 2 los combinan. En cambio la versión publicada en Jevrejski Glas (reed. en Armistead 1971a, p. 69), sí los funde y de una manera muy equilibrada (9 vv + 8 vv). Emplea, además, el mismo recurso de la repetición de los segundos hemistiquios tal como lo anotó Laura Papo (¡ah, noches son de enamorar!, etc.). Con todo, gana en coherencia nuestra versión al limitarse a aprovechar tan sólo los primeros versos de Melisenda insomne [IGRH: Despertar de Melisenda 0307] que evocan el clima psicológico, la gran inquietud de la joven. Para otras versiones que combinan los dos romances véase la que se publica en Crews 1979 y en Levy 1959-1973, nº 12. No figura el romance entre los que de joven Laura [Levy] Papo comunicó a Manrique de Lara en 1911.

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0049:62 Conde Niño (á)            (ficha no.: 2941)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recogida por Laura Papo, 08/01/1917 (Archivo: SHP; Colec.: Papo, Laura (Levy)). Publicada en Petersen-Web 2000, Texto. Reeditada en Petersen-Web 2000-2007, Texto.  030 hemist.  Música registrada.

     --Hija mía, mi querida,    vente una noche a mi odá.
  2   Sentirás cantar hermozo,    a la sirena de la mar.
     --Sirena de mar, mi madre,    non cantó ni va cantar,
  4   sinon es un mansebico    que me quere alcanzar.
     Cantará día y noche,    a mí no me alcanzará.--
  6   Esto que sintió su madre,    presto lo corrió a matar.
     Y después que ya lo matan,    que la echen a quemar,
  8   y aquea sinizica,    que la echen a la mar.
     Que de ahí sale la perla,    perla fina y buen coral.
  10   Esto que sintió la hija,    presto lo corrió a scapar.
     Ea se hico una palomba,    a él lo hico un atmajar*.
  12   Bolan, bolan, ¿ónde apozan?    A los konakes del paschá.
     Ayi se topó un espino    que non los dejaba gozar.
  14   Bolan, bolan, ¿ónde apozan?    A los konakes del vezir.
     Ahi se topó un espino    que non los dejaba bivir.

Nota de la transcritora: -11 *"oda - zimmer / turkisch" (lo usual aquí es gavilán); -7a en el ms parece mas bien `dupués`. No puedo descifrar una palabra que aparece debajo del último verso del texto: ¿Harsi, Flarsí(?). Aparte de la ortografía, la única variante respecto de la versión de K. Baruch (reed. en Armistead 1971a, p. 43) es el uso de `atmajar`(¿atruajar?) en -11b en lugar del acostumbrado gavilán. No figura el romance entre los que de joven Laura [Levy] Papo comunicó a Manrique de Lara en 1911.

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0588:1 En busca del padre (í-a)            (ficha no.: 2942)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recogida por Laura Papo, 08/01/1917 (Archivo: SHP; Colec.: Papo, Laura (Levy)). Publicada en Petersen-Web 2000, Texto. Reeditada en Petersen-Web 2000-2007, Texto.  020 hemist.  Música registrada.

     Caminí por altas tores,    navegí por las fortunas,
  2   onde non cantaba gallo,    ni menos canta gallina,
     onde bramaban leones,    la leona respondía:
  4   --¿Qué buscas, hijo del hombre,    qué buscas por estas viñas?
     --Busco yo al rey mi padre,    la corona que él tenía.
  6   --Una ves que tú lo buscas,    ¿qué señas por él darías?
     --Años tenía sesenta,    la barva blanca tenía.
  8   A las señas que vos daría,    el rey turco lo mataría
     --Esto que sintió su hijo,    grande yoro yoraría.
     10*Arazgóse los sus paños    de sayo hasta camiza.

Notas: Título en el ms «Caminé por altas tores» (RMP 125: Encuentro del padre = Wiener 1903-1904, nº 12). Aparte de -8ba `daría` frente a `daríais`, el romance es idéntico al nº 13 de Baruch (reed. en Armistead 1971a, p. 52). También parece coincidir con una de las 9 versiones (todas de Sarajevo) fichadas en CMP 1978 (el nº G4.6, anónimo, recogido por Manrique de Lara en 1911). Las otras dos colecciones que Armistead edita o reedita en Judeo-Spanish Ballads from Bosnia (MS Heb. 8o del Jewish National and University Library y la colección publicacada en Jevrejski Glas en 1939) también incluyen versiones de este mismo romance. La primera, del s. XVIII, que, como señala Armistead (p. 15n), parece desarollarse a base de fórmulas prestadas de otros romances, se aparta bastante de las versiones modernas. La de Aron Abinun (Jevrejski Glas) es similar a la versión de L. Papo, pero le falta un desenlace. No figura el romance entre los que de joven Laura [Levy] Papo comunicó a Manrique de Lara en 1911.

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0190.1+0246:1 Partida del esposo+Vuelta del hijo maldecido (ó+á+á)            (ficha no.: 2943)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recogida por Laura Papo, 08/01/1917 (Archivo: SHP; Colec.: Papo, Laura (Levy)). Publicada en Petersen-Web 2000, Texto. Reeditada en Petersen-Web 2000-2007, Texto.  052 hemist.  Música registrada.

     --¿De qué lloras, blanca niña,    de qué lloras, blanca flor?
  2   O lloras del mal preñado,    o lloras del nuevo amor.
     --Ni lloro del mal preñado,    ni lloro del nuevo amor,
  4   lloro por vos, caballero,    que vos vas y me dejás,
     me dejas niña muchacha,    a la flor de mi gozar.
  6   Ya que vos vas, caballero,    déjame dónde gastar;
     tres hijicos chicos tengo,    lloran y demandan pan.--
  8   Encajó su mano al pecho,    sien doblones le hue a dar.
     --Esto que me das, caballero,    non me abasta ni para pan.
  10   --Si esto non vos abasta,    ya tenéis donde gastar.
     Vendirés campos y viñas,    media parte de ciudad.
  12   --Si ya vos vas, caballero,    decídme cuándo tornás.
     --Si a los ocho non torno,    a los nueve vos cazás,
  14   y tomás un mansevico,    que sea mi par egual.
     Todos los vistidos míos,    que le vayan al compás.--
  16   Esto que sintió su madre,    maldición le fue a echar:
     --Todas las naves del mundo,    vayan y tornen en pas.
  18   Sólo la nave de mi hijo,    vaya y no torne más.--
     Pasó tiempo y vino tiempo,    una barca vino a pasar.
  20   --Así bivas, caballero,    así Dio vos deje gozar,
     ¿si vités al mi hijo,    al mi hijo caronal?
  22   --Bien lo vide, bien lo conosco,    él está echado en un arenal.
     La piedra tiene por cabezera,    por cobierta, el arenal.
  24   De cada uno de sus granos    entra y sale un gavilán.--
     Esto que sintió la su madre,    a la mar se hue a echar.
  26   --No vos echés, la mi madre,    yo so vuestro hijo caronal.--

Notas: -26a caronal carnal, querido. Inicialmente se equivocó, poniendo en lugar de 17-18: Todas las naves del mundo / vayan y non tornen más, pero al percatarse del error, insertó -17b encima y -18a debajo de lo ya transcrito, sin fijarse en que convenía tachar las enes de los verbos que ya se referían sólo al hijo.
Salvo por la ortografía, la falta de una `la` poco feliz (-25a arriba), y por faltar el muy tradicional v. 3 arriba, la versión que publica Baruch (reed. en Armistead 1971a, 51-52) es idéntica a esta versión ms que L. Papo transcribió en 1917. De hecho, en RTLH 3 (1969), que reúne todas las versiones de los romances de tema odiseico, se publica (p. 111) la misma versión "cantada por Laura Papo, 45 años. Publicada por Kalmi Baruch en «Spanske romanse bosanskih Jevreja», Godisnjak (Anuario), Sarajevo-Belgrado, 1933, pág. 284". Lo de cantada no es seguro, creo, puesto que el mismo Baruch aclara en su publicación: "... I have used, as already mentioned, the materials that I myself own, as well as those provided for me by Ms. Laura Papo." (Traduc. y reeditado en Armistead 1971a, p. 58). Desde luego, nada tiene de extraño que se olvidara de un verso (-3ab) entre 1917 y 1933. Al revés, al no haber más diferencias entre las dos versiones, podemos sospechar que, al hacer una copia de su romancero para K. Baruch en 1933, la misma sra. Papo saltó el verso sin fijarse.
La fusión de estos dos temas es bastante antigua, ya que así figura en por lo menos un ms hebraico de mediados del s. XVIII (CMP 1978, I6.2) y la gran mayoría de versiones orientales de Partida del esposo hacen el mismo empalme. No figura el romance entre los que de joven Laura [Levy] Papo comunicó a Manrique de Lara en 1911.

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0231:59 Doncella guerrera (ó)            (ficha no.: 2944)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recogida por Laura Papo, 08/01/1917 (Archivo: SHP; Colec.: Papo, Laura (Levy)). Publicada en Petersen-Web 2000, Texto. Reeditada en Petersen-Web 2000-2007, Texto.  047 hemist.  Música registrada.

     Caballeros van y vienen,    por la ciudat de Aragón.
  2   Todo el que hijo varón tiene,    a la guerra lo envió.
     Por ahí pasó un buen viejo,    un buen viejo dublado en dos,
  4   bendiciendo al pan y al vino    y al Dio que se le dio,
     maldiciendo la su esp[o]sa    que siete hijas le parió.
  6   . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    sin ningún hijo varón.
     Saltó la más chica y dijo,    la que en buen mazal nació:
  8   --Non maldiga, el mi padre,    non maldiga, el mi señor!
     Démi armas y caballo    y un vistido de varón,
  10   Démi armas y caballo,    a la guera me vo yo.
     --Non hables tú, mi hija,    non hables tal deshonor.
  12   Tu hermoza pechadura    non demostra de varón.
     --Mi pechadura, [el mi padre],    con el paltó la tapo yo.
  14   --Tu hermoza trensadura    non demostra de varón.
     --Mi trensadura, el mi padre,    con el chapeo la tapo yo.
  16   --Tus hermosas coloricas    non demostran de varón.
     --Mis colores, el mi padre,    por el aire y el sol,
  18   mis colores, el mi padre,    por el aire y el sol los perdo yo.--
     Tomó armas y caballo    y un vistido de varón,
  20   tomó armas y caballo    y a la guerra ya partió.
     Messageros van y vienen,    que media guerra ya ganó
  22   guereando y peleando,    el chapeo le calló.
     --¿Qué vos conti, la mi madre,    lo que hoy me acapitó?,
  24   Un mansebo vino a la guerra,    hija es y varón no.--

Nota de la transcritora: -7b "mazal - hebräisch (glück)", `suerte`. La versión de L. Papo de 1933 que publica Baruch (reed. en Armistead 1971a, 53) difiere únicamente de ésta en que le faltan los vv 9 y 17 arriba, con lo que allí se reduce la repetición que caracteriza la versión de 1917. En cambio, a juzgar por los dos versos reproducidos en ficha X4.11 del Catálogo-Índice de Armistead, parece divergir algo más de la versión que la joven Laura Levy [Papo] transmitió a Manrique de Lara en 1911. La copia de Manrique en el Archivo Menéndez Pidal empieza y acaba con: Pregoneros van y vienen / a la siudat de Aragón.// Yo j^uraba que esto es hij^a, / hij^a es y varón no . A diferencia de otras versiones sefardíes y peninsulares, ésta versión de 1917 carece de las últimas secuencias en que el hijo del rey (~reina), le somete a unas pruebas y acaba proponiéndole matrimonio.

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0648+0100:1 La fuerza de la sangre+Caballero burlado (í-a)            (ficha no.: 2945)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recogida por Laura Papo, 08/01/1917 (Archivo: SHP; Colec.: Papo, Laura (Levy)). Publicada en Petersen-Web 2000, Texto. Reeditada en Petersen-Web 2000-2007, Texto.  053 hemist.  Música registrada.

     Me parió a mí mi madre,    me parió en un monte scuro,
  2   onde non cantaba gallo    ni menos canta gallina,
     onde bramaban leones,    la leona respondía.
  4   Siete años beví de leche    de la leona parida.
     Siete años comí de pan    del león, que él trayía.
  6   Siete y siete son quatorze,    a la niña se le entendía.
     La mandó a mercar aceite,    se espanta de la mala gente.
  8   La mandó a mercar carne,    se espanta de la mala sangre.
     Se arabió el moro y la mora,    de caza la echarían.
  10   Se asubió en altos castillos    por ver passar compañía.
     Por ahí passó un caballero    que de ea se enamoraría.
  12   --¿Si te place ya, la niña,    si te place mi compañía?
     --Bien me place, el caballero,    bien me place tu compañía,
  14   --Bien me place, el caballero,    bien me place tu compañía,
     --¿O ti place a la anca,    o ti place a la silla?
  16   --A la anca, el caballero,    que más honra me sería,
     porque non digan la gente    "adelantre lleva la niña".--
  18   Y en medio del camino    amores le prometía.
     --Deja, deja, caballero,    deja, deja, por tu vida,
  20   que yo soy hija de rey de Francia    y de la reyna nacida.--
     Esto que sintió el caballero,    sin coraje quedaría.
  22   . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    del caballo la echaría.
     Cuanto corría el caballo,    más y más coría la niña.
  24   A la entrada de la ciudat    la niña se sonreía.
     --¿Qué te ríes, tú la niña,    qúe te ríes por tu vida?
  26   --De ti, bovo caballero,    de tu negra bovería.
     A la niña tubo en la mano    gozar no la sabería.

Notas: La Sra. Papo transcribe el romance en forma estrófica con título de «Me parió a mí mi madre». Cuando se equivoca, transcribiendo sólo dos hemistiquios en la séptima estrofa (v 13), indica con "bis" que se repiten estos versos; -23b coría sic.
En la tradición sefardí los dos temas aparecen empalmados desde por lo menos mediados del siglo XVIII (ver CMP 1978, G3.2) y apenas se da en el s. XX de otra forma. No figura entre los romances que publica Baruch en 1933. Es del todo paralela a la versión publicada en Attias 1956 (`Pariérame la mi madre`, nº 17) aunque allí dice ser hija del rey malato, amenazando con contagiarle de `malatía` y se prolonga el desenlace con el desmayo del caballero y las típicas dulces palabras de la joven. Al haberse identificado Laura Papo con Laura Levy, entrevistada en 1911 por Manrique de Lara en Sarajevo (gracias a las pesquisas de Krinka Vidákovic), conviene comparar esta versión con la versión G3.10 fichada en el Catálogo-Índice de Armistead (CMP 1978, ficha 296 en nuestra Bibliografía en línea). De las dos copias almacenadas en el Archivo Menéndez Pidal, Armistead anota que la copia de Manrique de Lara omite un verso que consta en el ms. Respecto de esta versión ms. de 1917 observamos las siguentes variantes en los dos versos registrados en dicho Cátalogo: -1b a monte escuro y -27ab a la n. tuvites en mano, / g. n. la saberías. Según se deduce de las variantes anotadas por Catalán respecto de la versión representativa de Sarajevo que publica en su estudio de La fuerza de la sangre (Catalán 1970b, Por campos..., p. 234-235) la versión de la joven Laura Levy [Papo] discrepa de su versión de 1917 (cuando menos) en los siguientes detalles: -5b q. el l. que le traía; -7a me mandó -7b dezía que no podía; -8 falta. Consúltese además la base de datos para otras versiones de los dos romances.

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9462.9:2 Líricos-judío (polias.)            (ficha no.: 2946)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recogida por Laura Papo, 08/01/1917 (Archivo: SHP; Colec.: Papo, Laura (Levy)). Publicada en Petersen-Web 2000, Texto. Reeditada en Petersen-Web 2000-2007, Texto.  039 hemist.  Música registrada.

     Al partir para la guerra
     dos besos al aire echí.
     El uno es para la mamá
     y el otro es para ti,
  5   niña de mi corazón,
     y el otro para ti.
     Las estrellas de los cielos,
     una y una se hacen dos.
     Non tienen tanta firmeza
  10   sigún tenemos los dos,
     niña de mi corazón,
     sigún tenemos los dos.
     El que tañe la guitarra,
  15   rayo del cielo calló.
     él ya tiene cara dalia,
     niño de mi corazón,
     él ya tiene cara dalia,
     niño de mi corazón.
  20   Las estrellas de los cielos
     non se vienen a contar.
     Debajo de un casquet verde
     de sirma las vo labrar,
     niño de mi corazón,
  25   de sirma las vo labrar.
     Yo me enamorí de noche,
     el lunar me engañó.
     Si otra ves me enamoro,
     de día con grande sol;
  30   si otra ves me enamoro,
     de día con huerte sol.
     Yo me enamorí de un aire,
     del aire de una mujer,
     de una mujer muy hermoza,
  35   niña de mi corazón.
     Díceme, niña, el tu nombre,
     que te quero conecer.
     Si tu non tienes amante,
     yo te quero defender.

Por no echar a perder la parte no romancística del cancionero reunido por la sra. Papo, asigno ésta y sus otras canciones líricas un título y número especiales (Líricos-judío, que corresponde al nombre de uno de los antiguos cajones del Archivo Menéndez Pidal). El ".9" del número IGRH indica que no es romance. La transcritora lo llama Al partir para la guerra. Indica (con `bis`)que se repiten los primeros versos de las estrofas 1-5 y todos los versos, de dos en dos, de las últimas dos estrofas. Elimino la repetición del v. 20, que creo errónea, pues ya se indica con `bis` que se repite. El v. 23 dice plata y entre paréntesis sirma, (`bordadura o encaje hecho con hilo de plata o hilo plateado` CMP 1978, III, 349), forma que prefiere después en el v. 25.

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0113:77 Señas del esposo (í)            (ficha no.: 2947)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recogida en Paris por Laura Papo, 28/08/1928 (Archivo: SHP; Colec.: Papo, Laura (Levy)). Publicada en Petersen-Web 2000, Texto. Reeditada en Petersen-Web 2000-2007, Texto.  048 hemist.  Música registrada.

     Arboleda, mi Arboleda,    tan galana y tan zarif,
  2   la raiz tiene de perla    y las ramas de marfil
     y la más chica ramita    es una dama gentil.
  4   Por ahí pasó un caballero    que asemejaba a Amadí.
     --Así biváis, caballero,    así Dios vos deje bibir,
  6   ¿si visteis a mi marido,    al mi marido Amadí?
     --Bien lo vide, bien lo conosco,    a su lado peleí.
  8   ¿Qué darías, la mi señora,    por que vo lo trujera aquí?
     --Dava yo mis molinos    que me quedaron de Amadí.
  10   El uno muele pimienta    y el otro junjulí.
     El más chiquito de eos    farina blanca para Amadí.
  12   --¿Qué daráis vos, la mi señora,    por que vo lo trujera aquí?
     --Dava yo mis tres hijicas    que me quedaron de Amadí.
  14   La una mete la mesa,    la otra para servir
     y la má chica de eas,    para burlar y reír.
  16   --¿Daráis vos el vuestro cuerpo,    por que lo trujera aquí?
     --Si yo dava el mi cuerpo,    ¿lo que le queda a Amadí?
  18   --Non lloréis, la mi señora,    yo soy vuestro Amadí.--

Variantes de la versión de 1933 que publica Baruch: -2a la r. t. de oro; -3a ramica; falta aqúi el verso: "peñando los sus trenzados / con su peine cristalín"; -4b semejaba; -5a vivas; -5b así el D. ; -6a al m. m.; -7b letra tengo para ti; -8a ¿Cuánto dierais; -8 aquí omite la pregunta y respuesta (2 vv) en que ofrece tres trenzados; -9a y -13a Diera; -10b ginquilí; -11a y el más chico; -12a-b omitido; -14b y l. o.; -15a más ch.; -15b y para r.; -16a Dierais v. mi medio c.; 16b para que; 17a do mi medio c.; -17b para A.; -18a No pensés nada, mi s.; -18b el v. marido A.
Nota de la transcritora: -1b zarif "(árabe) noble"; -2b marfil "ivoire"; -10b junjulí "gingenbre"; tras el título (Amadí) aclara "romance espagnole du moyen age".
Notas: Las tres versiones de este romance que nos dejó la sra. Papo (la primera transcrita en Sarajevo, en 1917, ésta de París fechada 1928, y la que prepara para Kalmi Baruch en Sarajevo en 1933 [Baruch nº 6, Armistead 1971a, p. 46]) reflejan--al menos en parte--los movimientos de un conocido miembro de la comunidad sefardí de Sarajevo en los años entre las dos guerras. Y la confrontación de las 3 confirma lo que podríamos esperar: que esta versión que transcribe en 1928 para acompañar la carta que envía desde París a su antiguo maestro a fin de ofrecerle sus romances, se aparta en varios detalles del romance tal y como lo canta y conoce estando "en casa". De hecho, todas las pequeñas variantes anotadas arriba entre esta versión del `28 y la del `33, desaparecen al comparar la versión del `17 con la del `33 (a pesar de que la distancia temporal es mucho mayor). Véase más arriba las notas a la versión de 1917.

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0222:5 Bernal Francés (í)            (ficha no.: 2948)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recogida por Laura Papo, 29/07/1933 (Archivo: SHP; Colec.: Papo, Laura (Levy)). Publicada en Petersen-Web 2000, Texto. Reeditada en Petersen-Web 2000-2007, Texto.  039 hemist.  Música registrada.

     Lavrando estava la reina,    lavrando en su vergel,
  2   agujica de oro en mano    escrivanía de marfil.
     Sentió batir la la puerta,    dejó todo y hue a avrir.
  4   Media puerta dejó abierta,    media dejó por abrir.
     Al entrada de la puerta    le amatava el candil.
  6   --¿Loque es esto, el pelegrino?,    no cale que hagáis ansí.
     --Ansí me guelen los ojicos,    no los soy cadir de abrir.--
  8   Tomólo mano por mano,    y arriba lo asubió.
     Lavóle pies y manos,    con agua de torondjí.
  10   Metióle mesas de oro,    onde el rey hue a comer.
     Hícole cama de pluma    onde el rey hue a durmir.
  12   Ya pasó de la medianoche,    no se aboltó para aquí.
     --¿Loque es esto, el pelegrino,    no cale que hagáis ansí.
  14   Si tenéis miedo del rey,    lonje él está de aquí!
     Ayí lo maten los leones,    y las nuevas nos vengan aquí.
  16   --Ah, si llegare hasta la mañana,    te cortaré un buen vistir.
                                       la garganta de cremosín.
  18   Llamaréis al pelegrino,    que te escape él a ti.
     Llamaréis a padre y madre,    que te escapen él de ti.
  20   Ya llegó a la mañana,    le cortó un buen vistir.

Nota de la transcritora: -8 "Turcismo (orangeade)" (Turco: Kadir; S.-C. kádar, káder).
Variantes respeto de la versión de 1933: -2b escrivanica; -4ab D. abierta m. p. / y m. ; -5a A la; -5b le a. ; -8b subió; -9b turundjí; -11a Hácele; -12b abolta; -17b kermezí; -19b q. t. escape[n] de aquí.
Notas: -2 escrivanía aquí pluma, mas bien. -6b y -13b tal vez `cabe`; -7a tal vez `hojicos`; -7b cadir `capaz`; -16 Tres signos de interrogación tras `cremosín`, es decir, no sabe lo que significa la palabra. La `kermezí` de la versión publicada en 1933 por tanto, puede que lo proporcione Baruch; los vv 2,4,6,7,11-16,19-20 llevan signo de exclamación. Éste es el primero de los 8 textos que llevan la fecha del 29 de julio de 1933. Se trata de un conjunto de materiales que la Sra. Papo enviaba a alguien (Baruch?), ya que en la última página, se despide con: "Saluda y te desea buena Shuerte" y debajo, "Bohoreta" y, de nuevo, "Saraj. el 29, VIII 1933".

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9462.9:3 Líricos-judío (polias.)            (ficha no.: 2949)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recogida por Laura Papo, 29/07/1933 (Archivo: SHP; Colec.: Papo, Laura (Levy)). Publicada en Petersen-Web 2000, Texto. Reeditada en Petersen-Web 2000-2007, Texto.  006 hemist.  Música registrada.

     Yo me alevanté un lunes,    un lunes muy demañana.
  2   Me le hue a su cama,    lo abrasé y lo besé.
     Onde mi regalado,    mi querido, mi estimado . . .

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9462.9:4 Líricos-judío (á)            (ficha no.: 2950)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recogida por Laura Papo, 29/07/1933 (Archivo: SHP; Colec.: Papo, Laura (Levy)). Publicada en Petersen-Web 2000, Texto. Reeditada en Petersen-Web 2000-2007, Texto.  014 hemist.  Música registrada.

     Ayí arriba, más arriba,    un poquetico más ayá,
  2   ayí hay una hermosica,    hermosura en cuantidat.
     --Así biva, la mora vieja,    que me diga la verdat:
  4   Esta hermosica que está aquí enfrente,    ¿es casada o por casar?
     --Casada es del buen rey,    el marido no tiene aquí.--
  6   Se hue a trocar oro por plata    y moneda en cuantidat;
     se hue a trocar una mula coja    por un caballo alezán.

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0122:1 Roldán y Urgel (ú-a)            (ficha no.: 2951)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recogida por Laura Papo, 29/07/1933 (Archivo: SHP; Colec.: Papo, Laura (Levy)). Publicada en Petersen-Web 2000, Texto. Reeditada en Petersen-Web 2000-2007, Texto.  011 hemist.  Música registrada.

     Pasear se iba Rondale,    por un vergel que tenía;
  2   falcón lleva en su mano,    falcón de la prima pluma.
     Diciendo iba, diciendo:    --¡Quién tubiera mi ayudar!
  4   Matar jo al rey de Francia,    de toda la gente suya,
     Saltó la reina y dijo,    --Ya stare yo en su ajuda,
  6   la reina de Constantina.

Notas: según indica L. Papo en el manuscrito, se repite o bien la última o bien la primera palabra de cada hemistiquio (eg. Pasear se iba Rondale, Rondale, / por un vergel que tenía, tenía; falcón lleva en su mano, falcón, / falcón de la prima pluma. En -4b en cambio anota: de toda la gente suya, la mucha, para luego repetir y dijo y aduda, de los hemistiquios -5a y -5b. Falta la repetición en los vv. -2b, -3ab, y -6a.
No figura el romance entre los que de joven Laura [Levy] Papo comunicó a Manrique de Lara en 1911, pero en el Archivo Menéndez Pidal sí hay una versión manuscrita del romance, recogida por M. de Lara en Sarajevo ese mismo año, algo mejor recordada pero muy parecida a la que transcribe Laura Papo en 1917, según comprobamos confrontando nuestro texto con esa versión manuscrita, publicada por Armistead en la antología que acompaña su Catálogo-Índice (Es el nº 4A págs. 9-10 del vol. III. Por su rareza en la tradizición moderna, el investigador incluye tres versiones del romance en la antología: 4a-4c.)
Variantes de la versión ms. de Manrique: después de -1b, añade ... / por una lluvia menuda; -5b en blanco; nuestro -6a como -7a, seguido de nuestro -5b , y como último verso, se repite el -4, levemente modificado, de modo que acaba: Saltó la reina y dixo: / ... // --¡La reina de Constantina, / yo estaré en tu ayuda! // Matar tú al rey de Francia, / con toda la gente suya.//

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0189:8 Ciego raptor (6+6 estróf.)            (ficha no.: 2952)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recogida por Laura Papo, 29/07/1933 (Archivo: SHP; Colec.: Papo, Laura (Levy)). Publicada en Petersen-Web 2000, Texto. Reeditada en Petersen-Web 2000-2007, Texto.  042 hemist.  Música registrada.

     --Siete años anduve    por la linda dama;
  2   no me la dejan ver    ni por oro, ni por plata.--
     Díceme Romero    de la Rumelía.
  4   Huele a su puerta,    limosna pedía.
     --Alevantéis, mi hija,    la más chiquitica,
  6   dalde la limosna    que de vos pedía.
     --Nunca vide, madre,    ansí un mal romemero,
  8   al dalde la limosna,    me apretó el dedo.
     Siego estó, señora,    que no veo gota;
  10   al palpo y palpones    tomí la limosna.
     Móstrame, señora,    puertas del castillo.--
  12   Tomólo por la mano,    manilla de oro en braso.
     El que se la vido    sola en el campo,
  14   besóla, abrasóla,    la echó en su caballo.
     --De duques y condes,    yo hue demandada,
  16   de un mal romero,    yo hue engañada.
     --Yo no soy romero,    de la Rumelía,
  18   ¡hijo soy del rey de Francia,    del rey de Peligría!
     --Vitéis, mis vecinas,    vitéis qué mancilla,
  20   vino un mal romero,    me llevó a la hija
     --¡Viviera uno ansina,    se llevara a la mía!

Nota de la transcritora: Tras el título (El romero), aclara "le romarin - le pélerin"; -18b Peligría, subrayada y con cuatro signos de interrogación.
Notas: -3a Díceme será con el sentido de `híceme`; -7b romemero sic. No figura el romance entre los que de joven Laura [Levy] Papo comunicó a Manrique de Lara en 1911.

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0053:3 Cabalgada de Peranzules (é-o)            (ficha no.: 2953)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recogida por Laura Papo, 29/07/1933 (Archivo: SHP; Colec.: Laura [Levy] Papo). Publicada en Petersen-Web 2000, Texto. Reeditada en Petersen-Web 2000-2007, Texto.  036 hemist.  Música registrada.

     Caminí por altas tores    navigué por las fortunas.
  2   Mirando guertas del rey,    cómo van enfloreciendo,
                                       del invierno al invierno.
  4   Entre Sevilla y Segola    vide venir un gran guerrero
     que siete captivos traiya,    uno al otro trava remo.
  6   Los seis eran sus hermanos,    su padre a la delantera.
     --Dame tu padre y hermanos,    y pésatelos a ducados.
  8   --Dame tu padre y hermanos,    y pésatelos a dineros.
     Y si non me los queres dar,    ¡a las armas, caballeros!
  10   ¡A las armas!-- dijo el moro;    El guerrero bien más quere.
     Tanto eran las espadas,    centellas salen por los cielos.
  12   Tanto era la sangroría,    ríos iban por la tierra.
     --¡Abasta, abasta, el morico,    el morico y el guerero!
  14   Darte yo padre y hermanos,    pasártelos a ducados!
     Darte yo padre y hermanos,    pasártelos a dineros.
     Darte yo el mi caballo,    para que vayas legero,
  16   para que digan la gente:
     "¡Biva, biba, tal morico,    el morico, el guerero,"
  18   pues que tan chico morico,    venció un tan grande guerero!

Notas: Título de L. Papo: Morico. Para otras versiones de este romance raro, véase Attias 1973, 6; CMP 1978, H8; Menéndez Pidal 1906, 54 (mas breve, pero muy parecida a esta versión); Armistead 1979i, 2; Durán 1849-1851, 5; Wolf 1856, 128; Forneiro Pérez 1997 y RT-Galicia 1998, pp. 177-178. Véase también CGR 2, 32, Armistead 1959 y las versiones en este archivo electrónico. No figura el romance entre los que de joven Laura [Levy] Papo comunicó a Manrique de Lara en 1911.

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0136:21 Flores y Blancaflor (í-a)            (ficha no.: 2954)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recogida por Laura Papo, 29/07/1933 (Archivo: SHP; Colec.: Papo, Laura (Levy)). Publicada en Petersen-Web 2000, Texto. Reeditada en Petersen-Web 2000-2007, Texto.  056 hemist.  Música registrada.

     Morena me llama    el hijo del rey.
  2   No quere de vanda baja,    ni quere de vía en via.
     sino quien que a duques y condes,    a duques y condes serviría.
  4   Por en medio del camino    un rey y reina escontrarían
     La reina estaba meldando,    el rey estava escuchando.
  6   Al rey lo matarían,    a la reina se tomarían.
     La reina estaba preñada    y la esclava cautiva.
  8   Ya le nace a la reina,    ya le nace una hijica;
     ya le nace a la esclava,    ya le nace un hijico.
  10   Las comadres eran agudas,    a la reina le dieron el hijo.
                                       y a la esclava la hijica.
  12   Ya la echan a la reina    en alta cama de parida.
                                   a la esclava    en la sofá de la cuzina.
  14   Ya le davan a la reina    caldo de gordos pichones.
     Ya le davan a la esclava    caldo de gordos macarones.
  16   --A la nana, a la buba,    se durma esta criatura.
     Criada de los mis pechos,    no nacida de mi tripa.
  18   Si tú eras mi hijica,    ¿qué nombre yo te metía?
     Metía te yo Marqueta,    nombre de una hermana mía,
  20                                     de una hermana muy querida.--
     Un día de estos días    pasó la reina por la cusina;
  22                                     le sintió esta cantica.
     --Ven aquí tú, la mi esclava,    tú, la mi esclava captiva.
  24   Torna y canta esta cantica,    que mucho me agradaría.
     A las señas que tú dieras,    tú eres hermana mía.
  26   --No llores tú, la mi hermana,    la mi hermana querida,
     si al rey tú perderías,    yo a duques te daría.
  28   Haz la nana, haz la buba    ya se trocan las criaturas.
     La reina se toma la hija    y la esclava a el hijo.

Notas: La versión del romance que recoge Manrique de Lara en Sarajevo en 1911 de Laura Levy [Papo] (ficha H1.6 en el Catálogo-Índice de Armistead [nº 296 en la Bibliografía en línea] no coincide con esta versión que transcribe la sra. Papo en el manuscrito que lleva fecha de 1933, según denuncian los 2 versos (primero y último) fichados en dicho Catálogo: La rena come pichones, / la esclava macarones. // La kitó de la kusina, / la asentó en su sía.// (vv -13-15 arriba). Véase la nota a la versión ms de la sra. Papo de La fuerza de la sangre+Caballero burlado (versión de 1933, entrada 2945, arriba).

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0169:134 Hermana cautiva (6+6 y 8+8 estróf.)            (ficha no.: 2955)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recogida por Laura Papo, 29/07/1933 (Archivo: SHP; Colec.: Papo, Laura (Levy)). Publicada en Petersen-Web 2000, Texto. Reeditada en Petersen-Web 2000-2007, Texto.  088 hemist.  Música registrada.

     Alevantéis mi madre,    una demañana
  2   cuando alboreara    e amanecía,
     a lavar mi cara a    onde el sol salía,
  4   a lavar mi cara    con agua helada.
     Por ayí pasó un mal moro    que me captivaría,
  6   --Tomadla, señora,    esta linda captiva,
     que en nuestro reinado    no hay más garrida.
  8   Tomaldéis, señora,    esta linda esclava,
     que en nuestro reinado    no hay más galana.
  10   --¿Para loque yo quero    esta linda captiva?,
     el rey es mansevo,    la tomara por amiga.
  12   ¿Para qué yo quero    esta linda esclava?,
     el rey es mansevo,    la tomara por amada.
  14   Mandadla, señora,    a lavar al río.
     Perderá colores,    medrara sospiro.
  16   Quitalde, señora,    el bever del vino.
     Perderá colores,    medrará sospiro.--
  18   Cuanto más le quita    el bever del vino,
     más se le reciende    su color garido.
  20   Ainda no es día,    ni amanecía,
     cuando la niña blanca    hace la lis^ija.
  22   Ainda no es día,    ni alvoreava,
     cuando la niña blanca    ens^agua la colada.
  24   --Ayudedme el Dio alto,    y la madre que me parió.--
     Por ayí pasó un caballero,    que amores le prometía.
  26   --Si te place a la niña,    háceme compañía.
     --Bien me place, caballero,    me place y me convenía.
  28   Los paños del rey,    ¿ónde los dejaría?
     --Los de seda y plata,    del río abajo,
  30   los de perla y oro,    encima mi caballo.
     --¡Ay campos, ay campos,    campos de oliva!
  32   Vos dejí chiquitos,    vos topí crecidos.
     ¡Ay campos, ay campos,    [ay campos] de Granada!
  34   conta a la buena gente    que me lleváis captivada.
     --¿De ónde conecéis, ñiña,    campos de Granada?
  36   --Cuando el rey mi padre    ensembró la granada,
     estonces los moricos    a mí me cativaran.
  38   --A las señas que tú dieras,    tú sos la mi hermana.
     Avrides, mi madre,    puertas del castillo,
  40   que en lugar de nuera,    hija vos he traído.
     Avrides, mi madre,    puertas del palacio,
  42   que a lugar de nuera,    hija yo vos traigo.
     --Si es la mi nuera,    ayí está el palacio.
  44   Si es la mi hija,    venga a mi lado.

Nota: No figura el romance entre los que de joven Laura [Levy] Papo comunicó a Manrique de Lara en 1911.

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0444:3 Tiempo es el caballero (í)            (ficha no.: 3784)
[0714 Falso hortelano, contam.]

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recogida por Manuel Manrique de Lara, 00/00/1911 (Archivo: AMP; Colec.: Manrique de Lara, M.). Publicada en CMP 1978, v. 3, p. 45 (Antología, nº 36). Reeditada en Díaz-Mas 2000, p. 86.  024 hemist.  Música registrada.

     --Hora es, el caballero,    hora es de andar de aquí,
  2   que me cresió la bariga,    me se acorta el bel vestir.
     Vergüenza de padre y madre,+    los que me aman a mí;
  4   vergüenza de mis esclavas,    las que me suelen a servir.
     --Parildo, infanta, parildo,    que ansí me parió mi madre a mí;
  6   ni casas ni camas tengo    onde que vengas a parir.
     Hijo so de una lavandera    que lava paños cuadril;
  8   hijo so de un acavador de terras    que acava en el vivir.
     --Antes arreviente    mientres non se diga tal por mí.
  10   Julián, falso y alvasón,    que entrastes en mi jardín:
     cogistes la flor y el fruto,    me engañastes a mí;
  12   la cogistes a grano a grano    y me dechates sola aquí.

Nota: Aunque Armistead considera que se trata de un romance doble (Tiempo es el caballero+Falso hortelano), la deuda del segundo romance se hace sentir únicamente en el desenlace (aquí los vv 10-12, sometidos a una refundición para conservar la asonancia en í). En las versiones antiuas, tras maldecirse la dama, el caballero revela ser hijo del rey de Francia (véanse las entradas 1579 y 1580).

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0148:10 Noble porquera (8+8 estróf. paralel.)            (ficha no.: 4482)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recogida por Manuel Manrique de Lara, hacia 1911 (Archivo: AMP; Colec.: Manrique de Lara, M.). Publicada en Petersen-Web 2002, Texto. Reeditada en Petersen-Web 2000-2007, Texto.  040 hemist.  Música registrada.

     --Irme quiero, la mi madre,    irme quiero a la Romanía.
  2   Ónde que deje, la mi madre,    onde que deje la esposa mía?
     --Déjala con mí, mi alma,    como si era mi hermana,
  4   déjala con mí, mi vista,    te la miraré como mi hija.
     Ya parte el caballero,    ya parte a la Romanía.
  6   Ainda non pasó el agua    mandóla a pasear las vacas,
     ainda non pasó el río,    mandóla a pasear los cabritos.
  8   Grito echaba doloroso
     que al cielo hace buracao    y la tierra combatía.
  10   --¡Ay, briales, los mis briales,    de oro me se han brillados,
     que de pasear ganados    a mí me se han rompidos.
  12   --O serán ángeles del cielo    o será la esposa mía.--
     Ya volteaba el caballero,    ya volteaba, ya venia.
  14   --Ven aquí, la mi nuera,    a trocar una camisa,
     que el mundo veyo revuelto,    que mi hijo ya venía.
  16   Ven aquí, la mi nuera,    a trocar una delgada,
     que el mundo veyo revuelto    que mi hijo ya tornaba.
  18   --¿Ónde tengo, la mi madre,    onde tengo la esposa mía?
     --En paseos y en meriendas    ella gastó sus haciendas;
  20   en paseos y en cazales    ella gastó sus caudales.--

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0148:11 Noble porquera (8+8 estróf. paralel.)            (ficha no.: 4483)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recitada por Señora Luna (66a), esposa de Zeky Efendi. Recogida por Manuel Manrique de Lara, hacia 1911 (Archivo: AMP; Colec.: Manrique de Lara, M.). Publicada en Petersen-Web 2002, Texto. Reeditada en Petersen-Web 2000-2007, Texto.  054 hemist.  Música registrada.

     --Irme quiero, la mi madre,    irme quiero a romería.
  2   A la mi esposa Elena    ¿onde yo la dexaría?
     --Déxala con mí, mi alma,    déxala con mí, mi vista,
  4   como si fuera mi hermana,    como si fuera la mi hija.--
     Ya se parte el buen reye,    ya se parte, ya se ía.
  6   Ainda no es de día,    ni menos alboreaba,
     cuando la niña blanca    se ia a apacentar las cabras,
  8   --¡Briales, los mis briales,    que de oro son torcidos,
     que de apacentar cabritos    las medias se me han rompido!
  10   ¡Briales, los mis briales,    que de oro son filados,
     y de apacentar ganados    las medias se me han trabados!--
     12Grito daba dolorioso    que al cielo hace buraco,
     que al cielo hace buraco    y a la tierra cendelía.
  14   Oyóla el buen rey de altas torres    de allá arriba.
     --Aquí, aquí, la mi gente,    la que de mi pan comís,
  16   o son ángeles del cielo    o es la esposa mía.--
     Ya se parte el buen rey,    ya se parte, ya venía.
  18   --Ven acá, tu mi nuera,    a trocar una delgada,
     que el mundo veo revuelto    hacer mi hijo que tornaba.
     . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . .
  20   --¿Qué es esto, la mi madre,    que a todos veo por en medio?
     ¡A la mi esposa Elena    en medio no la veo!
  22   --La tu esposa, mi hijo,    se fue a trocar una camisa,
     que en paseo y en cazales    ella gastó los tus caudales,
  24   que en paseos y en meriendas    ella gastó las tus haciendas.--
     El buen rey que ha sentido    por su esposa calumnías:
  26   --Si madrastra mía eras,    la cabeza vos cortaría,
     siendo sox vos, la mi madre,    matar yo no vos podría.--

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0148:12 Noble porquera (8+8 estróf. paralel.)            (ficha no.: 4484)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recitada por el Dr. M. Levy, gran rabino de Sarajevo. Recogida por Manuel Manrique de Lara, hacia 1911 (Archivo: AMP; Colec.: Manrique de Lara, M.). Publicada en Petersen-Web 2002, Texto. Reeditada en Petersen-Web 2000-2007, Texto.  042 hemist.  Música registrada.

     --Irme quiero, la mi madre,    irme quiero a la Romanía.
  2   Con quién deje a la mi esposita,    la mi esposa querida?
     --Déjala con mí, mi alma,    como si era mi hermana,
  4   déjala con mí, mi vista,    la miraré como mi hija.
     Ya parte el caballero,    ya parte a Romanía.
  6   Ainda non pasó del agua    mandóla a pasear las vacas,
     ainda non pasó el río,    mandóla a pasear cabritos.
  8   --¡Ay, briales, los mis briales,    de oro me se han brillados,
     que de pasear ganados    a mí me se han rompidos.
  10   En medio de el camino    siente un chillo dolorioso
     que el cielo buracaba    y la tierra rebombaba.
  12   --¿Quién es este que gritaba?,    ¿son los ángeles del cielo,
     --son los ángeles del cielo    o es mi esposa querida?--
  14   Ya vueltaba el caballero,    ya vueltaba, ya venia.
     --Ven aquí, tú mi nuera,    a trocar una camisa,
  16   que el mundo veo revuelto,    que mi hijo ya venía.
     Ven aquí, tú mi nuera,    a trocar una delgada,
  18   que el mundo veo revuelto    que mi hijo ya tornaba.--
     --¿Ónde tengo, la mi madre,    onde tengo la esposa mía?
  20   --En paseos y en meriendas    ella gastó sus haciendas;
     en paseos y en casales    ella gastó sus caudales.--

Nota: Manuscrito de la colección del Dr. Levy.

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0311:19 La caza de Celinos (á)            (ficha no.: 4841)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recitada por Esther Abinum Altaraz (65a). Recogida por Manuel Manrique de Lara, 00/00/1911 (Archivo: AMP; Colec.: Manrique de Lara, M.). Publicada en CMP 1978, Antología, v. III, nº 32, pp. 40-41, notación musical, p. 40.  066 hemist.  Música registrada.

     Asentada está la reina,    asentada en su portale.
  2   Por allí pasó Carleto,    que de ella se enamorare.
     --Matemos al rey, el conde,    conmigo ven y nos casamos.
  4   --No tengo arte ni parte    para lo ir a matare.
     --Hacedvos que estáis preñada    de tres meses y algo mases,
  6   por los campos de Algolimbri,    un ciervo videis pasare;
     si de aquel ciervo no gosto,    al fedo lo voy a echare.--
  8   N`estas palabras diciendo,    el rey se dexa venir;
     topó a la niña llorando    lágrimas de veluntare.
  10   --¿De qué lloras, blanca niña,    lágrimas de veluntare?
     --Lloro de que estoy preñada    de tres meses y algo mases.
  12   Por los campos de Algolimbri,    un ciervo vide pasar.
     Si de aquel ciervo no gozo,    al lado lo voy a echare.
  14   --Dame armas y caballos,    al ciervo iré a alcanzare.
     --¿Para qué quérex armas y caballos?    Ya os abasta puño endorado.--
  16   El rey, como era sencioso,    no la quiso escuchare.
     Tomó armas y caballos    y al ciervo fue a alcanzare.
  18   En medio del camino,    con Carleto se hay encontrado:
     --¡Buenos días, tú, Carleto!    --¡Buenos tengas y mal vengades!
  20   --¿Qué te hize yo, Carleto,    que me respondes con el male?--
     Trabó Carleto su espada,    la cabeza le quiere cortare.
  22   Trabó el señor rey la suya    y luego se la fue a cortare.
     En la punta de la lanza,    allí se la fue a encolgare:
  24   --Apárate, blanca niña,    apárate y me verades.
     Apárate a la ventana,    [apárate] y me verades.
  26   --Nunca fuera yo tal, conde,    alcanzado este alcanzare.--
     Esto que sintió el señor rey,    a la reina quiere matare.
  28   --¡No me mate, no me mate!    ¡La verdad le voy a contare!
     Dos hij+icos de ti tengo,    de Carleto son los mases.--
  30   Esto que sintió el señor rey,    luego la fue a matar.
     En la punta de la lanza,    ahí la fue a encolgare;
  32   en junto con la de Carleto,    ahí la fue a encolgare.
     ¡Teniendo al rey por marido,    namorado fue a buscare!

Notas:Véase el original manuscrito de M. M de Lara. Para mejores imágenes (formato PDF), tras pulsar este enlace (o arriba, el de la música), remplace su extensión con la de Adobe en el URL. Nótese que la fotocopia del ms. no alcanza la extrema derecha de la página, por lo que otra mano ha insertado el texto que faltaba. La versión en formato de ADOBE de la música incluye la notación original, a mano, de M. M. de Lara. Véase también la versión de Vuelta del navegante de esta misma recitadora, cuyo nombre registra las siguientes variantes: Esther Abinum Altaraz, Abinún; Altarás; Sra. Altaraz, según advierte Armistead, en CMP 1978, III, p. 86.

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0025:2 Cautiverio sin esperanza (á-e)            (ficha no.: 5904)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recitada por Gioya Todoros Levi (58a). Recogida por Manuel Manrique de Lara, 00/00/1911 (Archivo: AMP; Colec.: Manrique de Lara, M.). Publicada en Campa 1998, VI.I.6, p. 234.  044 hemist.  Música registrada.

     --Carcelero por tu vida,    carcelero por piedade,
  2   que me quites las cadenas    y me afloxes el corale,
     que ondas tengo de muerte    que me quería matare.--
  4   Carcelero por piedades    cadenas me fue a soltare,
     pensó que era por su bien,    salió que era por su male.
  6   Metiólo en altas torres    más altas de la ciudade,
     siete puertas hay en la torre,    todas siete a un andaré,
  8   las tres dan para Livorna    y tres para Portugale;
     la más chiquitica de ellas    daba arriba del mare.
  10   Un día de estos días    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     aparóse a la ventana    a la ventana del mare,
  12   alzó sus ojos al lexos    cuanto más los pudo alzare,
     vido venir nueva galea    navegando por el mare.
  14   La piedra de la savorna    era de un rico cristale,
     las cuerdas que la giraban    eran de ibrixim metale,
  16   las velas que la velaban    eran de un rico cendale.
     Capitán que la guiaba    va cantanto un bel cantare.
  18   . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    --Así vivax, capitane.
     que me quites de estas torres    y me lleves onde mi madre,
  20   que ondas tengo de muerte    que me quería matare.
     --Dios te guarde de ojos de hombre    y de sirena de mare.--
  22   Estas palabras diciendo    la nave se fue hondare.
     Más vale fortuna en tierra    que non bonanza en mare.

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0538:8 Idólatra de María (ó-a)            (ficha no.: 8614)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recogida por Manuel Manrique de Lara, 00/00/1911 (Archivo: AMP; Colec.: Manrique de Lara, M.). Publicada en Catalàn 1970b, p.271. Reeditada en Rebés 2007, p. 55a.  020 hemist.  Música no registrada.

     Si altas ivan las nubes,    más altas ivan las olas.
  2   Lloravan los marineros    y los de la nave toda;
     no llorava el capitane    que cree en la su hadolla.
  4   --Hadolla, la mi hadolla,    escápame de esta ola.
     Muchas vezes lo escapates    de oro te hize la hroza,
  6   si esta vez me escapares,    de oro te cuvro toda.--
     Estas palavras diziendo,    más y más ivan las olas,
  8   que al fin de la media noche    en mar alta se fue toda.
     Ya se iva el capitane,    escapó la nave toda.
  10   ¡Muerte para el capitane    que creía en su hadolla!

Nota del primer editor: Según explica Catalán, en Sarajevo Manrique de Lara había recibido de Dr. M. Levy varias versiones del romance en manuscritos hebraicos, que en Catalán 1970b, p. 271, denomina A, A`, A" B y C, de las cuales las primeras cuatro son casi idénticas, como se comprueba a continuación.
Variantes: -3 capitán A, B; -5a me esc. A"; escapaste A, A, B; -5b horocha B, crocha A, A1; -6a lo esc. A, A`; -8b en alta mar A; -9a y 10a capitán A, A`.

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0559:27 Vuelta del navegante (á)            (ficha no.: 8705)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recogida por Manuel Manrique de Lara, 00/07/1911 (Archivo: AMP; Colec.: Manrique de Lara, M.). Publicada en RTLH 3 (1969), nº 1.8, p. 21.  040 hemist.  Música no registrada.

     Peleime con mi suegra    al preciar el axugar.
  2   Tomé mi capica al hombro,    me fui a rodear el mar,
     comiendo del pan mofento,    bebiendo aguas de mar.
  4   A cabo de siete años    vine a porto de mar.
     Alcí mis ojos al lexo,    cuanto más pude mirar,
  6   vide venir una barca,    una barca de reyal;
     de dientro de la barca    hay un mancebo caronal.
  8   --¡Así viváx, caballero,    así el Dios vos dexe lograr!
     ¿Qué tal está el mi padre,    el mi padre caronal?
  10   --Vuestro padre, el naviguero,    coxo está de vos buxear.
     --Ya que mi padre está coxo,    la mi madre ¿qué tal está?
  12   --Vuestra madre, el naviguero,    ciega está de vos llorar.
     --Ya que mi madre está ciega,    la mi novia ¿qué tal está?
  14   --Vuestra novia, el naviguero,    a mañana da berahá.--
     Esto que sintió el naviguero,    a la mar se quería echar.
  16   --Ni vos echéx, el naviguero,    ni tenéx por qué vos echar,
     que yo so la vuestra novia,    la vuestra novia caronal.--
  18   Ya se abrazan, ya se besan,    ya se empazan a tornar.
     Bodas y panes pintados    y alegres sin carar.
  20   --¡Sólo yo, el desmamparado,    quedí aquí en mi lugar!--

Notas de M. Manrique de Lara, transcritor del ms. (Ms. hebraico número V ): -3 mofento `mohoso`; -14 berahá `bendición (palabra hebrea) en sentido de matrimonio; -19 carar `medida, límite, fin`.
Variantes de la copia en limpio: -2 la mar.

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0559:28 Vuelta del navegante (á)            (ficha no.: 8706)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recitada por Esther Abinum Altaraz (65a). Recogida por Manuel Manrique de Lara, (Archivo: AMP; Colec.: Manrique de Lara, M.). Publicada en RTLH 3 (1969), nº I.9, p. 22;n Notación musical.  032 hemist.  Música registrada.

     Peleime con mi suegra,    al preciar el axugar.
  2   Tomé mi capica al hombro,    fuime a porto de mar,
     comiendo de pan mofendo    y bebiendo agua de mar.
  4   Alcé mis ojos a lexos,    cuanto más los pude alzar;
     vide venir una nave,    una nave co `l lunar.
  6   Ahí entro estaba la mi tía,    la mi tía querida:
     --¿Qué buscas, ya mi tía,    qué buscas por acá?
  8   --A ti te busco, mi sobrino,    cansada estoy de te buscar.
     --Cuando ella ya está cansada,    la mi madre ¿cómo está?
  10   --La tu madre, mi sobrino,    ciega está de llorar.
     --Cuando la mi madre ya está ciega,    mi padre ¿cómo está?
  12   --El tu padre, mi sobrino,    coxo está de te buscar.
     --Cuando mi padre está coxo,    la mi esposa ¿cómo está?
  14   --La tu esposa, mi sobrino,    mañana da berahá.--
     Esto que sintió el mancebo,    a la mar se quiere echar.
  16   --No te eches, el mi sobrino,    aínda la podemos alcanzar.--

Nota de M. Manrique de Lara: da beraha `se casa` (hebreo).
Variantes de la copia en limpio: -3 omite el verso; -6 omite la; -11 omite la; omite el.
Nota: Aunque en RTLH I (1969, p. 22 se le identifica a la recitadora como Esther Abuim Altaraz, de 65 años, es la misma Esther Abinum Altaraz (65a) fichada en Armistead, CMP 1978, v. III, pp. 40 y 86 y en el vol. II, p. 80 [véase la entrada nº 4841]. Según advierte el editor (III, p. 86), el nombre se da de las siguientes variantes: Esther Abinum Altaraz, Abinún; Altarás; Sra. Altaraz,

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0559:29 Vuelta del navegante (á)            (ficha no.: 8707)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recitada por la señora Luna (?), esposa de Effendí. Recogida por Manuel Manrique de Lara, (Archivo: AMP; Colec.: Manrique de Lara, M.). Publicada en RTLH 3 (1969), nº I.10, pp. 22-23 (Notación musical).  036 hemist.  Música registrada.

     Peleime con mi suegra    al preciar del axugar,
  2   tomé mi capica al hombro,    fuime a rodear la mar.
     Rodeando y navegando    siete años estuve por mar,
  4   comiendo del pan mofento,    bebiendo agua del mar.
     A la fin de siete años,    vine a puerto de mar.
  6   topé a mi tío,    a mi tío caronal:
     --¡Así viváx, el mi tío!,    el mi padre ¿cómo está?
  8   --Vuestro padre, mi sobrino,    coxo está de te buxear.
     --Ya que mi padre está coxo,    la mi madre ¿cómo está?
  10   --La tu madre, mi sobrino,    ciega está de te llorar.
     --Ya que mi madre está ciega,    mi esposica ¿cómo está?
  12   --Tu esposica, mi sobrino,    mañana se va a casar.--
     Esto que sintió el caballero,    al mar se quería echar.
  14   --No vos echéis, el mi hijo,    ni tenéx por qué vos echar,
     que yo so el vuestro padre,    vuestro padre caronal.--
  16   Ya se abrazan, ya se besan,    ya se van a la ciudad;
     ya se topa con su espoja,    con su esposa caronal,
  18   y se besan y se abrazan    y se van a reposar.

Variantes del recitador: -11 la mi esposa; -12 la tu esposa. {I9}Variantes de las copias: -1 el a. copio en limpio; -6 coronal original; -15 soy original.

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0559:30 Vuelta del navegante (á)            (ficha no.: 8708)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recogida por Manuel Manrique de Lara, (Archivo: AMP; Colec.: Manrique de Lara, M.). Publicada en RTLH 3 (1969), nº I. 11, pp. 23-24; Notación musical.  004 hemist.  Música registrada.

     Peleime con mi esfuegra    apreciar el ajuar,
  2   tomí mi capica al hombro,    anduvidi a puerto `e mar.

Nota: Manrique de Lara transcribe dos veces esta melodía, advirtiendo después de la primera notación: "Dudo mucho que esta melodía haya sido bien cantada."

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0559:31 Vuelta del navegante (á)            (ficha no.: 8709)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recogida por Manuel Manrique de Lara, (Archivo: AMP; Colec.: Manrique de Lara, M.). Publicada en RTLH 3 (1969), nº I.12, p. 24.  024 hemist.  Música no registrada.

     Peleime con mi suegra    al preciar del asugar.
  2   Tomí mi capica al hombro,    me fue al puerto del mar,
     comiendo del pan mollento,    bebiendo agua del mar.
  4   Por ahí pasó mi tío,    el mi tío coronal.
     --¡Ansí viva, el mi tío!,    el mi padre ¿cómo
  6   --Vuestro padre, el mi sovrino,    cojo está de vos buscar.
     --Ya que mi padre está cojo,    la mi madre ¿cómo está?
  8   --Vuestra madre, el mi sovrino,    ciega está de vos llorar.
     --Ya que mi madre está ciega,    la mi esposa ¿cómo está?
  10   --La tu sobrina, el mi sovrino,    mañana va a dar beraxá--
     Esto que sintió el sovrino,    a e fue a echar.
  12   --No te eches, mi sovrino,    que esperando a ti está.--

Nota: la copia escribe sobrino, salvo en el v, 6.

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0307:8 Despertar de Melisenda (á)            (ficha no.: 9371)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recitada por Mauricio Pardo Maestro (74a). Recogida en Madrid por José Manuel Fraile Gil, 10/04/1998 (Archivo: ASFG; Colec.: Fraile Gil, J. M.). Publicada en Fraile Gil Rom-Panhisp.-2 2010+2CD, cd 1, corte nº 19, texto nº III.2bis, p. 2. Reproducida aquí con permiso del editor.  006 hemist.   Música registrada.

     Noches, noches, buenas noches,    noches son de enamorar,
  2   dando vueltas por la cama    como el pexe en la mar.
     Aj, qué noches, la mi madre,    noches son de arribar.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Variante: -2b la primera vez en una mar; la segunda, en la mar.
Nota: Al cantar se repiten los segundos hemistiquios, precedidos por Aj.

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0136:77 Flores y Blancaflor (í-a)            (ficha no.: 9470)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recitada por Elazar Abinun. Recogida por Susana Weich-Shahak, 07/02/1967 (Archivo: NSAJ; Colec.: Weich-Shahak, S.; cinta: Y2994/4+2). Publicada en Weich-Shahak +CD 2010, p. 83 y CD corte 5 (Notación musical). Reproducida aquí con permiso de la editora.  016 hemist.   Música registrada.

     --Moricos, los mis moricos,    los que para Francia iban.--
  2   Ellos buscan una esclava    una esclava cautiva.
     La reina come pichones    y la sclava, macarrones,
  4   Las comadres como eran agudas    trocan a las criaturas,
     --A la nana y a la buba    se durma esta criatura,
  6   criada de los mis pechos,    no nacida de mi tripa,
     si tú eras la mi hija,    ¿qué nombre yo te metía?
  8   nombre de una hermana mía    que es reina d`Alegría.--

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0426:13 Landarico (á-o)            (ficha no.: 9495)

Versión de Sarajevo (Bosnia).   Recitada por Dona Cohen y Sara Stern-Cabezón. Recogida en Kiryat Motzkin, Israel por Susana Weich-Shahak, 22/06/1976 (Archivo: NSAJ; Colec.: Weich-Shahak, S.; cinta: NSA Yc1097/13+16). Publicada en Weich-Shahak +CD 2010, pág. 132 (texto y notación musical) y corte nº 14 © Weich-Shahak. Reproducida aquí con permiso del editor.  026 hemist.   Música registrada.

     --Andarleto, mi Andarleto,    mi polido enamorado,
  2   más te quero y más te amo    que al rey con su reinado.
     Dos hijicos de ti tengo    y dos del rey que son cuatro;
  4   los del rey van a la guerra,    y los tuyos al mi lado,
     los del rey benean mula    y los tuyos mula y caballo,
  6   los del rey visten de brusa    los tuyos brusa y bruslado.--
     Ella que ?oltó la cara    vido al rey a su lado.
  8   --Pardón, pardon, mi siñor rey,    por todo lo que he hablado,
     que anoche a medianoche    todo me jue asoñado.
  10   --Yo lo pardono, mi reina,    con la cabeza a un lado.
     --Llamadme a Andarleto,    mi pulido namorado.
  12   --Para mi topí remedio    deme a otro venado,
     para mi topí remedio,    para vos, andá y bušcalo.--

Nota: Se han grabado solo los primeros cuatro versos de los que el -4 y el -5 se repiten.

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0161:50 La bastarda y el segador (á-a)            (ficha no.: 8978)

Versión de Bosnia. Documentada en o antes de 1933. Publicada en Alvar 1966a, p. 103, nº 108.  020 hemist.  Música no registrada.

     El rey tiene una hija,    una hija regalada;
  2   metióla en altas torres    por tenerla bien guardada.
     Un día de las calores    aparece a la ventana.
  4   Tomó cuchillo en mano    para mundar una manzana. (mondar)
     Por ahí pasaron segadores    que siegan trigo y cebada.
  6   --¿Qué me acogéis el mi trigo    y mi cebada?
     Sí por aquí, no por ahí,    si por debajo de mis ventanas.--
  8   Segador que esto sentía    ahí tomó la morada.
     Mandóle el rey llamar, su padre,    con una de sus esclavas;
  10   camino de ocho dias    lo hizo en tres semanas.

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0366:5 Conde Claros preso (á)            (ficha no.: 2612)

Versión de Brasil s. l. (Brasil).   Recogida por Sílvio Romero, publicada en Romero 1883, 7. Reeditada en Costa Fontes 1997b, Índice Temático (© HSA: HSMS), pp. 68-69, B2.  104 hemist.  Música registrada.

     --Deus vos salve, senhor D. Carlos;    o senhor que fazia lá?
  2   --Me arrumando, senhora,    para contigo brincar.
     Quando estavam a brincar,    um cavaleiro vêem passar.
  4   D. Carlos, como ardiloso,    logo quis o degolar.
     --Não me mate o cavaleiro,    qu` é do reino de meu pai.
  6   Cavaleiro, o que aqui viste    a meu pai não vai contar,
     qu` eu te darei ouro e prata,    quanto possas carregar.
  8   --Eu não quero ouro e prata,    que a senhora não mos dá;
     brinquedos que vi aqui,    a meu rei irei contar.
  10   --Cavaleiro, o que aqui viste    a meu pai não vai contar,
     qu` eu te darei minha sobrinha    para contigo casar.
  12   --Não quero sua sobrinha,    que a senhora não ma dá;
     folguedos que vi aqui,    a meu rei irei contar.
  14   --Cavaleiro, o que aqui viste    a meu pai não vai contar;
     te darei o meu palácio    com todo o meu cabedal.
  16   --Não quero o seu cabedal,    que a senhora não mo dá,
     que isto que eu vou contar    muito mais me ganhará.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  18   --Novas vos trago, senhor,    novas eu vos quero dar:
     eu topei a Claraninha    com D. Carlos a brincar.
  20   Da cintura para riba    muitos beijos eu vi dar;
     da cintura para riba    não vos posso mais contar.
  22   --Si me contasses oculto,    meu reino te havera dar;
     como contaste de público,    mandarei-te degolar.
  24   Vão-me buscar a D. Carlos,    depressa, não devagar,
     carregado bem de ferros,    que não possa-me falar.
  26   --Vão buscar meu tio bispo,    qu` eu me quero confessar
     antes que chegue a hora    que me venham degolar.
  28   --Deus vos salve, meu sobrinho,    qu` em sua prisão está.
     Por amor de Claraninha    lá te vão a te matar.
  30   Toda a vida eu te disse    que tu deixasses de amar;
     Claraninha era impedida,    poderiam te matar.
  32   --Saia-se daqui, meu tio,    não me venha a enfadar;
     mais val` eu morrer por ela    do que deixá-la de amar.
  34   Chiquitinho, Chiquitinho,    que sempre me foi leal,
     vai dizer à Claraninha    que já me vão me matar:
  36   si meus olhos vir os dela,    minha alma se salvará.
     --Deus vos salve, Claraninha,    que no seu estrado está;
  38   D. Carlos manda dizer    que já vai se degolar.
     --Criadas, minhas criadas,    si quereis me acompanhar,
  40   eu já me vou com o cabelo    faltando por entrançar.
     Justiça, minha justiça,    minha justiça real,
  42   por aquele que está ali    minha vida eu irei dar.
     Deus vos salve, senhor D. Carlos,    não se dê a desmaiar;
  44   si a minha alma se perder,    a sua se salvará.
     --Conselheiros, conselheiros,    que conselhos quereis dar:
  46   qu` eu mate senhor D. Carlos,    ou que os mandarei casar?
     --O conselho que vos damos    é para os mandar casar,
  48   e pegai este arengueiro    e mandai-o degolar.
     --Arengueiro, embusteiro,    o que ganhaste em contar?
  50   --Ganhei a forca, senhora;    dela vinde-me tirar.
     --Si eu quisera, bem pudera,    pois nas minhas mãos está;
  52   para te servir de emenda    mandarei-te degolar.--

Título original: CONDE CLAROS E A PRINCESA ACUSADA (Á) (=SGA B10)
Nota: Los versos 1-21 corresponden la Con el título Conde Claros preso abarcamos la parte del viejo romance que Armistead denomina Conde Claros y la princesa acusada: vv. 1-21 y la subsiguiente prisión del Conde Claros: vv 22-52, que falta en la gran mayoría de las versiones modernas, que suelen pasar del encuentro de los jóvenes y su delatación al rey a la condena de ella a morir quemada (Conde Claros en hábito de fraile)

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0168.1:12 ¿Dónde vas, Alfonso XII? (í)            (ficha no.: 2677)

Versión de Brasil s. l. (Brasil).   Documentada en o antes de 1971. Publicada en Lima 1971, p. 76. Reeditada en Costa Fontes 1997b, Índice Temático (© HSA: HSMS), p. 140, J3.  018 hemist.  Música registrada.

     --Onde vais, Afonso Doce,    o que faz tu por aqui?
  2   --Vou à procura de Iracema,    que há tempo que não a vi.
     --Sua noiva já está morta,    fui eu mesma que a vi.
  4   O caixão que ela levava    era todo de marfim,
     o manto que a cobria    era puro de cetim.
  6   O enterro de Iracema    parecia uma procissão,
     acompanhado de suas amigas    da fábrica de S. João.
  8   Na missa do sétimo dia    Iracema se apresentou.
     Foi falar à sua mãe    que na terra descansou.--

Título original: AFONSO XII (Í)

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2864:1 Felizardo (á-o)            (ficha no.: 2697)

Versión de Brasil s. l. (Brasil).   Documentada en o antes de 1908. Publicada en Costa 1908, Folclore pernambuco, pp. 369-70. Reeditada en Costa Fontes 1997b, Índice Temático (© HSA: HSMS), p. 160, K11.  050 hemist.  Música registrada.

     --Acordai, alta princesa,    p`ra receber um recado,
  2   uma carta que vos manda    o senhor D. Felizardo.--
     Acorda logo a princesa    com o rosto sobressaltado
  4   e perguntou porque tão cedo    assim a tinham acordado.
     --É uma carta que vos manda    o senhor D. Felizardo.--
  6   E a princesa em sobressalto    principia a carta a ler
     e a cada linha que passa    se sente desfalecer.
     . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . .
  8   --A cama que tu me deste    é um duro tabuado,
     o cobertor que me cobre    são as telhas do telhado;
  10   o comer que me sustenta    são suspiros represados;
     novas não sei de ti    e nem si sou noticiado.--
     . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . .
  12   --Aceitai este animal    para andar mais apressado,
     para ver si ainda salvo    a vida de Felizardo.--
  14   Às sete horas do dia    onze léguas tinha andado
     e encontrou um cavaleiro    em prantos alimentado.
  16   --Donde vindes, cavaleiro,    neste pranto debulhado?
     --Senhora, eu choro a vida    do senhor D. Felizardo.
  18   --Viste tu a ele morto    ou acaso amortalhado?
     --Senhora, eu não o vi morto    nem acaso amortalhado,
  20   mas já o deixei perto    do campo de S. Bernardo.
     --Aceitai este animal    para andar mais apressado,
  22   para ver si ainda salvo    a vida de Felizardo.
     . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . .
     --Às onze horas do dia    vinte léguas tenho andado.
  24   --Foi por mim que te perdeste,    sendo tu meu namorado?
     Por ventura será este    o meu bem, D. Felizardo?--

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0469:6 Infanta preñada (á-a)            (ficha no.: 2741)

Versión de Brasil s. l. (Brasil).   Documentada en o antes de 1908. Publicada en Costa 1908, Folclore pernambuco, pp. 316-17. Reeditada en Costa Fontes 1997b, Índice Temático (© HSA: HSMS), p. 211, R4.  032 hemist.  Música registrada.

     Estava D. Branca    servindo à mesa a seu pai,
  2   com a saia levantada    e a barriga empinada.
     --O que tendes, D. Branca,    que da cor estais mudada?
  4   --Isto foi um jarro d` água    que bebi de madrugada.--
     Manda el-rei chamar os médicos    que moravam na cidade
  6   e todos eles disseram:    --D. Branca está pejada.
     --Homem de Deus, não mintais,    não mintais, por caridade;
  8   isto foi um jarro d` água    que bebi de madrugada.--
     As parteiras vêm também    correndo à real chamada
  10   e todas elas respondem:    --D. Branca está pejada.
     --Parteiras, não mintais, não,    não mintais, por caridade;
  12   isto foi um jarro d` água    que bebi de madrugada.
     --Filha que faz isto ao pai    bem merece ser queimada
  14   por sete carros de lenha,    e por mim bem atiçados.
     Filha que faz isto ao pai    bem merece ser degolada
  16   por sete folhas de navalhas,    e por mim bem afiadas..-- . .
[Esta versão prossegue com Conde Claros Vestido de Frade (B4).]
Título original: A FONTE FECUNDANTE (Á-A) (=SGA R4)

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0064.1:2 El discípulo amado (á-a+polias.)            (ficha no.: 2789)
[0034.3 El monumento de Cristo, contam.]

Versión de Brasil s. l. (Brasil).   Documentada en o antes de 1909. Publicada en Monteiro do Amaral 1909, RL, 12, p. 286. Reeditada en Costa Fontes 1997b, Índice Temático (© HSA: HSMS), p. 260, U13.  032 hemist.  Música registrada.

     Dia de Quinta-Feira Santa,    três dias antes da Páscoa,
  2   morreu Nosso Senhor Jesus Cristo,    por seus discípulos chamava.
     Chamava dum em um,    de dois em dois se lh` ajuntavam.
  4   --Andai cá, discípulos meus,    filhos das minhas entranhas;
     qual há-de ser o que esta noite    por mim há-de morrer?--
  6   Olhavam uns para os outros,    nem uma resposta lhe dava.
     Só S. João lhe disse:    --Eu por vós morrer esperava.--
  8   Lá pelo meio da noite    três Marias se lh` ajuntaram.
     Uma era Madalena,    outra era a Virgem pura,
  10   outra era sua irmã Madre,    era a que mais pena lhe dava.
     Uma lh` alimpava os pés    e outra lh` alimpava o rosto,
  12   outra lh` apulia o sangue    que Jesus Cristo derramava.
     O homem que beber o sangue    será bem afortunado;
  14   neste mundo será rei,    no outro será rei c`roado.
     Quem esta oração souber que o diga,    quem o ouvir que o aprenda;
  16   lá virá Dia de Juízo,    lá terá quem o defenda.

Nota del editor: Este romance é uma versão de Alonso de Aguilar* (C6) ao divino [El discípulo amado 0064.1] Os vv. 13-14 constituem uma contaminação com O Sangue de Cristo (U25) [El monumento de Cristo 0034.3]
Título original: QUINTA-FEIRA SANTA (Á-A).

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4003:3 San Antonio libera a su padre de la horca (estróf.)            (ficha no.: 2810)

Versión de Brasil s. l. (Brasil).   Documentada en o antes de 1908. Publicada en Costa 1908, Folclore pernambuco, pp. 384-89. Reeditada en Costa Fontes 1997b, Índice Temático (© HSA: HSMS), pp. 281-282, U34.  148 hemist.  Música registrada.

     A vinte graus para o norte    da linha equinocial,
  2   fica a cidade de Lisboa,    corte de Portugal.
     Grande é o alicerce    da maior opinião,
  4   de ter um seguro porto    para todas embarcações.
     Nesta formosa cidade    morava Martins de Bulhões,
  6   ilustre pelo seu sangue,    dos seus antigos brazões.
     Quem ele era, bastava    nascer do seu matrimónio:
  8   um filho peregrino,    o milagroso Santo António.
     Amanheceu certo dia    no topo da sua escada
  10   um homem que mataram    de noite com uma estocada.
     Veio logo a justiça    e o seu corregedor
  12   a fazerem vistoria    e prender o matador.
     E como não o acharam    prendem Martins de Bulhões,
  14   o arrastam p`r`à cadeia    e o metem em grilhões.
     Tiraram logo devassa,    pois era de obrigação,
  16   para ver si ele saía    culpado na morte ou não.
     Sendo por falsas indústrias    ou por falsas testemunhas,
  18   saiu culpado na morte    não tendo culpa nenhuma,
     sem atenção nem respeito    à sua idade e nobreza,
  20   nem ao menos à caridade    que usava com a pobreza.
     Saiu-lhe a morte de forca,    pois a lei assim ordena:
  22   que quem mata também morra,    que padeça a mesma pena.
     Vendo-se nesta aflição,    sem da vida ter esperança,
  24   recorreu à Mãe de Deus    com mui grande confiança.
     --Ó Virgem, minha Senhora,    por vosso esplendor, vosso brilho,
  26   ponde os vossos pios olhos    em minha mulher e filho,
     pois vós muito bem sabeis    que eu padeço inocente;
  28   e si vós disto for servida,    aceito a morte contente.
     Toda a minha obrigação    a vós deixo encomendada;
  30   como eu morro sem culpa,    não fique desamparada.
     A todos os meus inimigos    perdôo do coração,
  32   para que das minhas culpas    alcancem de Deus perdão.--
     Dizendo estas palavras    com amor e piedade,
  34   já o levavam para a forca    pelas ruas da cidade.
     Chegando a certa paragem    ao encontro sai um frade
  36   do hábito de S. Francisco    com toda civilidade.
     --Justiça, eu te requeiro,    pelo recto Juiz do Céu,
  38   que soltes este inocente,    que nunca foi nem é réu.
     Si não quiseres crer,    à verdade eu me reporto,
  40   pois a podeis ouvir falar    por boca do próprio morto.
     --Só sendo desta maneira,    ouvindo o morto aqui falar,
  42   é que nós outros poderíamos    a este preso soltar.
     --Levanta-te, homem morto,    pelo Deus que nos criou;
  44   anda, jura a verdade,    si este homem te matou.
     --Este homem é inocente,    e nunca a ninguém matou;
  46   antes me dava conselhos,    pelo Pai que nos criou.--
     Ao fim destas palavras    já o morto não se via,
  48   pois estava sepultado,    já desfeito em terra fria.
     --Mandai-o logo soltar    e o tirar da prisão fora;
  50   para onde quiser ir,    deixai o preso ir embora.--
     E vendo os corregedores    que nisto mal ficariam,
  52   voltaram-se ao religioso    e desta sorte lhe diziam:
     --Meu reverendo padre,    mandai o morto dizer
  54   quem foi o seu homicida,    que nós o queremos prender.
     --Eu não vim aqui acusar,    e só livrar um inocente;
  56   procurem por outra via,    façam sua diligência.
     --Ó meu reverendo padre--    diz Martins--, onde morais,
  58   que vos quero visitar,    pois não presto para mais?
     --Com isto muito me espanto    e muito me maravilho:
  60   em meu pai não conhecer    a Fernando, vosso filho.
     Eu me chamava Fernando,    mudei o nome p`ra António
  62   para glória e amor de Deus    e desprezar o demónio.
     --Ó filho meu tão amado,    filho que o céu me deu,
  64   vem a meus braços, querido,    abraça-me, ó filho meu.
     Que virtudes são as minhas,    que merecimentos os meus,
  66   de chegar a ver um filho    com os poderes de Deus?
     --Estando eu em Itália    para fazer um sermão,
  68   um anjo me avisou    dessa vossa situação.
     Deixei o hábito em meu lugar    para falta não fazer,
  70   e vim a esta cidade    para vos poder valer.
     Como já vos deixo livre,    deitai-me, pai, vossa benção,
  72   que eu me vou para a Itália    celebrar o meu sermão.
     --A benção de Deus te dou,    e esta de minha mão,
  74   ó filho meu da minh` alma,    filho do meu coração.--

Título original: U34. SANTO ANTÓNIO LIVRA O PAI DA FORCA (ESTRÓF.)

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0482:1 Teresa de Jesús y Jesús de Teresa (estróf.)            (ficha no.: 2813)

Versión de Brasil s. l. (Brasil).   Documentada en o antes de 1908. Publicada en Costa 1908, Folclore pernambuco, pp. 389-91. Reeditada en Costa Fontes 1997b, Índice Temático (© HSA: HSMS), pp. 285-287, U37.  066 hemist.  Música registrada.

     Dai-nos, supremo Senhor,
     vossa graça com presteza,
     para podermos louvar
     a madre Santa Teresa,
  5   santa que foi procedida
     de ilustre geração,
     de nobre pátria nascida,
     sendo por Deus escolhida,
     mestra da santa oração.
  10   Em uma certa ocasião
     falou Teresa com Deus,
     teve mil revelações
     das santas inspirações
     que lhe deu os mesmos céus.
  15   Essa flor religiosa
     teve amores verdadeiros
     com Deus, de quem é esposa.
     Fundadora e protectora
     foi de trinta e dois mosteiros.
  20   Encobrindo a sua alteza
     o Senhor lhe apareceu,
     e em pobre convertido
     na portaria bateu,
     pedindo esmola a Teresa.
  25   A santa, compadecida,
     inflamada em caridade,
     pesou-lhe n`alma e na vida:
     já distribuída a comida
     e vir o pobre tão tarde.
  30   O coração lhe aconselhava
     que ao refeitório tornasse
     a ver si achava algum pão
     para dar àquele irmão.
     E o mandando que esperasse,
  35   ao refeitório se encaminha.
     Oh caso maravilhoso,
     grandes prodígios de Deus!
     O refeitório estava cheio
     de manjar vindo do céu.
  40   O regaço seu enchendo,
     corre para a portaria,
     e dando ao pobre dizia:
     --Tomai o que Deus vos deu;
     e humildemente vos peço
  45   venhais aqui cada dia
     para terdes caridade
     em vossa necessidade
     aqui nesta portaria.
     O Senhor, cheio de luz,
  50   quis à santa perguntar
     por quem havia de chamar.
     A santa lhe respondeu:
     --Por Teresa de Jesus.
     A santa então perguntou
  55   com humildade e presteza:
     --E vós como vos chamais?
     --Eu sou Jesus de Teresa.
     A estas palavras santas
     o Senhor desaparece.
  60   E Teresa, em glórias tantas,
     toda enlevada nos céus,
     hinos a Deus entoava.
     Quem disso quiser memória,
     peça à divina alteza
  65   que lhe dê a mesma glória
     que deu a Santa Teresa.

Título original: U37. SANTA TERESA E O POBREZINHO (ESTRÓF.)

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2957:1 Vida de Frade (estróf.)            (ficha no.: 2878)

Versión de Brasil s. l. (Brasil).   Documentada en o antes de 1908. Publicada en Costa 1908, Folclore pernambuco, pp. 375-78. Reeditada en Costa Fontes 1997b, Índice Temático (© HSA: HSMS), p. 339-341, X21.  080 hemist.  Música registrada.

             1.
     Triste vida é a do frade,
     `inda peior que a da freira;
     andar de noite às escuras
     em penitência.
    
             2.
     Precisa ter paciência
     no longo noviciado;
     estar um ano encerrado,
     eu não pensava.
    
             3
     Logo disse: --Não queria
     ser frade neste convento,
     porque mui grande tormento
     experimentava.
    
             4
     Só à força eu professei
     por meu pai assim querer;
     sou defunto sem morrer,
     amortalhado.
    
             5.
     Vivo em fogo abrasador
     com este hábito vestido,
     e quando me vejo despido
     estou contente.
    
             6.
     Quando me vejo doente,
     metido na enfermaria,
     é quando tenho alegria
     nesta desdita.
    
             7.
     Si alguma licença alcanço,
     a meus pais vou visitar,
     e si os outros vão passear,
     eu também vou.
    
             8.
     Logo que o canto volta,
     o meu belo companheiro
     procura a rua primeiro
     dos seus amores.
    
             9.
     Si está doente não tem dores
     logo que solto se vê;
     `inda que a gota lhe dê,
     não é tão forte.
    
             10.
     Cuido estar para morrer
     quando subo esta ladeira;
     quando desço é de carreira,
     a toda a pressa.
    
             11.
     De missas uma remessa
     o guardião sempre tem;
     ganhar o frade um vintém?
     Ora essa é boa!
    
             12
     Si morre alguma pessoa,
     que ofício vamos rezar?
     Todos juntos a cantar
     no coro estão.
    
             13
     De noite, à porta da cela,
     certas matracas tocando,
     vão-nos levantando,
     a rezar no coro.
    
             14
     Com isso quasi que morro,
     às vezes sonambulando;
     si estou rezando ou miando
     também não sei.
    
             15
     Quando cuido de dormir
     toca ofício de agonia;
     vamos para a enfermaria
     rezar, cantar.
    
             16
     O frade, perto a expirar,
     sem acabar de morrer,
     quando o dia amanheceu
     `stá entendido.
    
             17
    
     Já morreu arrependido
     o nosso frade doente;
     ponha-se isso patente,
     que ofício temos.
    
             18
     Graças a Deus já rezamos;
     toca o sino a refeitório
     p`ra tomar um vomitório
     de arroz cozido.
    
             19
     Si algum meu conhecido
     frade quiser-se meter,
     antes se exponha a morrer
     do que ser frade.
    
             20
     Do mesmo se queixa a madre
     por não acompanhar o frade,
     por não ter mais liberdade,
     e nada mais.

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0189:15 Ciego raptor (6+6 estróf.)            (ficha no.: 4472)

Versión de Fazenda do Alcantilado (Acre, reg. Norte, Brasil).   Recitada por María Barros Horsth. Recogida por Guilherme Santos Neves, 00/00/1952 publicada en Santos Neves 1983, pp. 103-104 (notación musical, p. 108).  032 hemist.  Música registrada.

     --Lá vem un ceguinho    com seu pobre guia.
  2   Pedindo uma esmola,    de noite e de dia.
     Acorda, mamãe,    já chega de dormir.
  4   Aqui tem um cego    que canta a pedir.
     --Si canta e pede,    lhe dê pão e vinho,
  6   e diga ao cego    que siga o caminho.
     --Não quero seu pão    e nem do seu vinho,
  8   só quero que Anita    me ensine o caminho.
     --Vai, minha gilha,    trocar de vestido
  10   e vai com o cego    ensinar o caminho.
     --Minha Nossa Senhora,    minha Santa Maria,
  12   eu nunca vi cego    ter cavalaria.
     --Eu não sou cego,    e nem cego eu seria;
  14   eu sou aquele conde    que por ti morreria.
     Adeus, minha casa,    adeus, minhas flores,
  16   adeus, minha mãe,    que ingrata me foi.--

Nota: el editor advierte que se trata de un «Texto musical de várias das versões».

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0189:16 Ciego raptor (6+6 estróf.)            (ficha no.: 4473)

Versión de São Mateus (Acre, reg. Norte, Brasil).   Recitada por Maria do Carmo Soares. Recogida por Guilherme Santos Neves, 00/00/1952 publicada en Santos Neves 1983, pp. 107-108 (notación musical, p. 108).  032 hemist.  Música registrada.

     Toques, totoques.    --Quem bate aí?
  2   --Sou eu o ceguinho    que pão pedir.
     --Vai, Helena,    lá no armáio,
  4   panhar pão e vinho    pra dar o ceguinho.
     --Não quero o teu pão    nem quero o teu vinho,
  6   Eu quero que Helena    me ensine o caminho.
     --Vai, Helena,    mudar o vestido.
  8   Para ensinar    o caminho ao ceguinho.
     --Anda Helena,    mais um bocadinho,
  10   Para ensinar    o caminho ao ceguinho.
     --Eu não sou cego,    e nem quero ser;
  12   me finjo de cego    pra roubar você.
     --Valei-me Deus    e Ave Maria,
  14   Eu nunca vi cego    ter cavalaria.
     Adeus, minha irmã,    adeus, meu jardim,
  16   adeus, minha mãe    que foi falsa pra mim.--

Nota: el editor advierte que se trata de un «Texto musical de várias das versões».

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0189:17 Ciego raptor (6+6 estróf.)            (ficha no.: 4474)

Versión de Alagoas s. l. (Alagoas, Brasil).   Recogida por José Aloíso Vilela, (Colec.: Vilela). Publicada en Vilela 1983, p. 77, nº 12,.  036 hemist.  Música registrada.

     Dem, dem, dem, dem.    --Quem bate aí?
  2   --É um pobre cego    a chorar e a pedir.
     --Levanta Ana,    de tanto dormir,
  4   dé pão e vinho a este cego    para o caminho seguir.
     --Não quero o teu pão,    não quero o teu vinho,
  6   só quero que Ana    me ensine o caminho.
     --Ensinei uma reta,    ensinei uma linha;
  8   pronto, cego, eu já    ensinei o caminho.
     --Caminha Ana,    mais um bocadinho,
  10   que eu so curto da vista,    não enxergo o caminho.
     --Valha-me Deus,    e a Virgem Maria,
  12   eu nunca vi cego    com cavalaria.
     --Eu não sou cego,    nem cego eu seria;
  14   sou aquele conde    que te perseguia.
     --Adeus, minha casa,    adeus, meu jardim,
  16   adeus, minha mãe,    que foi falsa a mim.
     --Abre-te porta    e também janela,
  18   para nela entrar    moça donzela.--

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0172:14 Veneno de Moriana (estróf.)            (ficha no.: 5793)

Versión de Engenho da Mata Verde (Alagoas, Brasil).   Recogida por José Aloísio Brandão Vilela, 00/09/1952 (Colec.: Vilela). Publicada en Vilela 1983, nº 1.1, p. 41.  028 hemist.  Música no registrada.

     --Deus vos salve, Juliana,    no seu estrado assentada.
  2   --Deus vos salve, meu Dom Jorge,    no seu cavalo montado.
     --Meu Dom Jorge, ouvi dizer    que tu estavas para casar?
  4   --É verdade, Juliana,    e só vim te convidar.
     --Espere aí, meu Dom Jorge,    espere aí um bocadinho,
  6   deixe eu ir no meu sobrado    ir ver um copo de vinho.
     --Juliana, Juliana,    não me julgues falsidade,
  8   olhe que somos priminhos,    irmãos da nossa amizade.
     --Juliana, Juliana,    que me deste nesse vinho,
  10   estou com as rédeas na mão    e não conheço o meu rucinho?
     --Quando minha mãe pensava    que tinha seu filho vivo.
  12   --A minha também pensava que    tu casavas comigo.
     --A Deus entrego a minha alma    e meu corpo à terra fria,
  14   deixo todos os meus bens    à minha noiva Maria.--

Título original: Juliana e Dom Jorge.

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0172:15 Veneno de Moriana (estróf.)            (ficha no.: 5794)

Versión de Engenho da Mata Verde (Alagoas, Brasil).   Recogida por José Aloísio Brandão Vilela, 00/00/1952 (Colec.: Vilela). Publicada en Vilela 1983, nº 1.2, pp. 41-42.  026 hemist.  Música no registrada.

     --Deus lhe salve, Julieta,    no seu estrado assentada.
  2   --Deus lhe salve, rei Dom Jorge,    no seu cavalo montado.
     Rei Dom Jorge, ouvi dizer    que você estava para casar?
  4   --Muito certo Julieta    que eu vim lhe convidar.
     --Rei Dom Jorge, receba    este bom copo de vinho.
  6   --Julieta, que botaste    nesse bom copo de vinho,
     que me escureceu avista    que eu não vejo o meu rucinho?
  8   --Minha bem que pensava    que seu filho era vivo.
     --A minha também pensava    que tu casavas comigo.
  10   Deus queira me perdoar    os anjos do céu digam amém,
     que eu matei o rei Dom Jorge    nem para eu nem para ninguém.--
  12   Ó que noite de tormento,    ó que noite de agonia,
     um de lá e outro de cá    fazendo o que Deus não queria.

Título original: Juliana e Dom Jorge.

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0172:16 Veneno de Moriana (estróf.)            (ficha no.: 5795)

Versión de Engenho da Mata Verde (Alagoas, Brasil).   Recogida por José Aloísio Brandão Vilela, 00/06/1952 (Colec.: Vilela). Publicada en Vilela 1983, nº 1.3, p. 42.  046 hemist.  Música no registrada.

     --Deus vos salve, Juliana,    em seu sobrado sentada.
  2   --Deus vos salve, meu Dom Jorge,    em seu cavalo montado.
     --Ontem soube, meu Dom Jorge,    que estavas para casar?
  4   --É verdade, Juliana,    hoje vim lhe convidar.
     --Meu Dom Jorge, fique aí,    enquanto vou no meu sobrado,
  6   buscar um copinho de vinho    que tenho pra tu guardado.
     --Juliana minha prima,    não venhas com falsidade,
  8   veja que nós somos primos,    minha prima de amizade.
     --Bebe, bebe, meu Dom Jorge,    esse bom copo de vinho,
  10   que é o alento do corpo    a viagem do caminho.
     --Juliana de minha alma,    que botaste nesse vinho?
  12   estou com a rédea na mão,    não enxergo o meu rucinho.
     Pensava mamãe, pensava,    que tinha seu filho vivo.
  14   --A minha também    pensava que tu casavas comigo.
     --Quem se for pra minha terra    faça viagem de um dia,
  16   Dê lembrança à minha mãe    e à minha noiva Maria.
     --Morra, morra, meu Dom Jorge,    para mandar-te enterrar
  18   em uma catacumba de ouro    cobertinho de metal
     para ver se tua amada    ainda vem te visitar.
  20   Acabou-se, acabou-se    a flor da Alexandria;
     não se casa seu Dom Jorge    com aquela moça Maria.
  22   Morra, morra meu Dom Jorge    contra mim não há perigo,
     para não fazer com outra    o que fizestes comigo.--

Título original: Juliana e Dom Jorge.

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0172:17 Veneno de Moriana (estróf.)            (ficha no.: 5796)

Versión de Engenho da Mata Verde (Alagoas, Brasil).   Recogida por José Aloísio Brandão Vilela, 00/00/1952 (Colec.: Vilela). Publicada en Vilela 1983, nº 1.4, p. 43.  032 hemist.  Música no registrada.

     --Que é que tens ó Juliana,    que estás tão triste a chorar?
  2   --Minha mãe, é meu Dom Jorge,    que com outra vai casar.
     --Eu bem dizia, Juliana,    que Dom Jorge tinha o jeito,
  4   que Dom Jorge tinha o modo    de toda moça enganar.
     --Lá vem, lá vem meu Dom Jorge,    como ele vem cansado.
  6   --Boa tarde, Juliana,    como você tem passado?
     --É verdade, meu Dom Jorge,    que amanhã vai se casar?
  8   --É verdade, Juliana,    eu só vim te convidar.
     --Dé-me licença, Dom Jorge,    eu ir lá em meu sobrado
  10   buscar um cálix de vinho    que pra ti tenho guardado.
     --Que botaste, Juliana,    neste bom cálix de vinho,
  12   estou com a rede na mão    não enxergo o meu rucinho?
     Pensava, minha mãe pensava,    que tinha seu filho vivo.
  14   --A minha também pensava    que eu casava contigo.
     Vai morrer o meu Dom Jorge,    vai morrer, vai se acabar,
  16   quero ver a sua noiva    com quem é que vai casar.--

Título original: Juliana e Dom Jorge.

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0172:18 Veneno de Moriana (estróf.)            (ficha no.: 5797)

Versión de Viçosa s. l. (Alagoas, Brasil).   Recogida 27/06/1965 (Colec.: Vilela). Publicada en Vilela 1983, nº 1.5, p. 43.  028 hemist.  Música no registrada.

     --Que é que tu tens, ó Juliana,    que estás tão triste a chorar?
  2   --Minha mãe, é meu Dão Jorge,    que com outra vai casar.
     --Bem dizia Juliana    que Dão Jorge tinha o jeito,
  4   que Dom Jorge tinha o modo    de todas moça enganar.
     --Lá vem, lá vem, meu Dão Jorge    como elevem tão cansado!
  6   --Boa tarde, Juliana,    como você tem passado?
     --É verdade, meu Dão Jorge,    que amanhã vai se casar?
  8   --É verdade, Juliana,    eu só vim te convidar.
     --Dá-me licencia, Dão Jorge,    eu ir lá em meu sobrado,
  10   buscar um cálix de vinho    que pra ti tenho guardado.
     --Que botasse Juliana    neste bom cálix de vinho?,
  12   estou com a rédea na mão    não enxergo o meu rucinho.--
     Acabou-se a história,    ficou numa historinha.
  14   Ficou dom Carlos por rei,    Juliana por rainha.

Título original: Xácara do Dom Jorge.

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0159:49 Conde Claros en hábito de fraile (á-a+á)            (ficha no.: 5798)

Versión de Alagoas s. l. (Alagoas, Brasil).   Recogida antes de 1965 (fecha deducida) (Colec.: Vilela). Publicada en Vilela 1983, nº 2.1, p. 47.  054 hemist.  Música no registrada.

     --O que é que tem, Dona Branca,    que de cor estais demudada?
  2   --Foi água fria, rei me(u) pai,    que tomei de madrugada.--
     --Mandei chamar dois doutores    para Dona Branca receitar.
  4   Um pegou no pulso,    o outro pegou a mirar.
     No mesmo instante disseram    --Dona Branca está peijada.
  6   --Sai-te daqui, bela enfante,    desgraçada . . . . . . . . . . . .
     filha que envergonha ao pai    merece ser queimada
  8   com doze carros de lenha    eu mesmo ia ajuntá-los.
     --Se tivesse o meu criado    que ouvisse o meu mandado,
  10   eu escrevia uma carta    para o Carlos de Monte-Erval.
     --Fazei a carta, senhora,    que eu mesmo irei levar;
  12   viagem de quinze dias    eu fazerei num jantar.--
     Dão Carlos pegou na carta,    pegou a ler e chorar;
  14   dava suspiros e ais    que só faltava expirar.
     A c`ròa mandou abrir    e a barba mandou raspar;
  16   vestiu-se em trajo de padre    para poder viajar.
     Vinte e cinco cavalheiros    para com ele viajar.
  18   Quando chegaram na rua    a enfante ia se queimar.
     --Espera, minha justiça,    minha justiça real,
  20   essa enfante que se queima    ainda quer se confessar.
     Essa criança que leva    ainda vai se batisar.--
  22   No primeiro mandamento,    um beijinho quis lhe dar.
     --Sai daqui seu padre,    ô meu padre espiritual.
  24   Boca que Dão Carlos beija    não é para padre beijar.--
     No segundo mandamento,    um abraço quis lhe dar.
  26   --Sai daqui seu padre,    meu padre espiritual.
     Corpo que Dão Carlos abraça    não é pra padre abraçar.--

Título original: Dona Branca.

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0159:50 Conde Claros en hábito de fraile (á-a+á)            (ficha no.: 5799)

Versión de Alagoas s. l. (Alagoas, Brasil).   Recogida antes de 1965 (fecha deducida) (Colec.: Vilela). Publicada en Vilela 1983, nº 2.2, p. 48.  060 hemist.  Música no registrada.

     Estava Dona Branca    com as saias arregaçada,
  2   na mesa servindo ao pai    com a barriga empinada.
     --Que quereis Dona Branca    que estais desfigurada?
  4   --Água fria, senhor pai,    que eu bebi de madrugada.
     --Mandar chamar o doutor    para Dona Branca receitar,
  6   para um no pulso pegar,    outro na água vigiar.
     O doutor respondeu:    --Dona Branca está peijada.
  8   --Filha que faz isto a pai    só merece ser queimada,
     numa roda de navalha    só merece ser passada.
  10   --Não me importo que me queime,    nem que torne a requeimar;
     que eu sinto esta criança    que é pois sangue real.
  12   --Eu só queria achar um criado    daqueles mais estimados,
     eu mandava uma carta    a Carlos de Montavar.
  14   --Pois Dona pode fazer    que eu poderei ir levar.
     Viagem de quinze dias    eu farei num jantar.--
  16   Ele pegou a ler a carta,    logo pegou a chorar.
     Vestiu-se em traje de padre    e começou logo a passear.
  18   --Tende mão, minha justiça,    minha justiça real,
     que esta dama que aí vai    eu irei confessar.
  20   No primeiro mandamento,    um beijinho quero dar-te.
     --Sai-te daí senhor padre,    padre este confiado;
  22   boca que D. Carlos beija    não é para um padre beijar.
     --No segundo mandamento,    um abraço quero dar-te.
  24   --Sai-te daí, senhor padre,    padre, este confiado;
     corpo que D. Carlos abraça    não é para um padre abraçar.
     --Jura aqui, minha menina,    neste livro de rezar,
  26   se o firme amor que tu tens    só é a Carlos de Montavar.
     --Se eu tiver outro amor    fora Carlos de Montalvar,
  28   eu não quero ir ao céu,    nem Deus me dê um bom lugar.
     --Me acompanhe, me acompanhe,    quem quiser me acompanhar,
  30   que o palácio de D. Carlos    Dona Branca vai gozar.--

Título original: Dona Branca.

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0159:51 Conde Claros en hábito de fraile (á-a+á)            (ficha no.: 5800)

Versión de Alagoas s. l. (Alagoas, Brasil).   Recitada por Chiquinha Mingó (vieja). Recogida por Manoel dos Passos Vilela, 00/06/1952 (Colec.: Vilela). Publicada en Vilela 1983, nº 2.3, pp. 48-49.  056 hemist.  Música no registrada.

     --Dona Branca que tu tens,    que está de cor mudada?
  2   --Foi água fria, meu pai,    que bebi de madrugada.--
     Manda buscar um doutor    para Dona Branca ser examinada.
  4   --Essa moça não tem nada,    essa moça está pejada.--
     Mandou fazer uma caieira de fogo    para Dona Branca queimar.
  6   Não me importa que me queime,    nem também de me matar.
     Eu morro honrando a barba    de Dão Carlos de Monte Aval.
  8   Queria achar uma pessoa    que a mim fosse liar.
     Fosse me levar uma carta    a Dão Carlos de Monte Aval.
  10   --Faça a carta, minha senhora,    eu mesmo irei levar;
     viagem de quince dias    fazerei em um jantar.--
  12   --Abra-te porta, cortina,    janela de par em par,
     para entregar uma carta    a Dão Carlos de Monte Aval.--
  14   Dão Carlos lendo a carta    começou logo a chorar;
     dava suspiros e ais    como galeão no mar.
  16   A barba mandou fazer,    a coroa mandou raspar;
     vestiu-se com traje de padre,    saiu logo a caminhar.
  18   --Tenha mão, minha justiça,    minha justiça real:
     deixe aí essa criança,    ainda está por batisar.
  20   Dona Branca dè-me um beijo    que te livrarei do mal;
     que a forca que teu pai fez    foi para ele se enforcar
  22   --Sai daí, padre atrevido,    deixe de tanto implorar;
     boca que Dão Carlos beija    não é para padre beijar.
  24   --Tenha (mão), minha justiça,    minha justiça real:
     deixa aí essa criança    que ainda está por confessar.
  26   -Sai daí, padre atrevido,    deixa de tanto implorar;
     corpo que Dão Carlos abraça    não é para padre abraçar.
  28   --Volta cá minha Princesa    para teu sobrado lograr.--

Nota: -8b f. liar (leal).
Título original: Dona Branca.

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0503:16 Conde Alarcos (í-a)            (ficha no.: 5801)

Versión de Alagoas s. l. (Alagoas, Brasil).   Recogida antes de 1965 (fecha deducida) (Colec.: Vilela). Publicada en Vilela 1983, nº 3.1, pp. 51-52.  069 hemist.  Música no registrada.

     Mandei chamar meu conselheiro    pelo bem que lhe queria:
  2   --Tu mata tua condessa    para casar com minha filha.
     Não me diga, senhor rei,    que é grande covardia;
  4   não mato minha condessa,    não caso com sua filha.
     --Não me digas, atrevido,    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  6   tu mata tua condessa    e casa com minha filha
     e traz a cabeça dela    nesta mimosa bacia.--
  8   --O que é que tem, meu conde    alegre meus olhinhos de alegria?
     Se lhe morreu pai ou mãe,    eu sentir também queria.
  10   Se morreu alguém na corte,    eu pouco me engraçaria.--
     Ele mandou amornar água,    que lavar os pés queria.
  12   --A água já está pronta    para vossa senhoria.--
     Ele mandou aprontar o café,    que tomar café queria.
  14   Depois do café pronto,    nem um nem outro comia,
     as lágrimas já eram tantas    que pela mesa corriam.
  16   Ele mandou forrar a cama,    que descansar queria.
     Depois da cama pronta,    nem um nem outro dormia,
  18   as lágrimas já eram tantas que    pelo colchão corriam.
     --Que é que tem, meu conde alegre,    meus olhinhos de alegria?
  20   Se lhe morreu pai ou mãe,    eu sentir também queria.
     Se morreu alguém na corte,    eu pouco me engraçaria.
  22   --Não morreu ninguém na corte,    nem você sentir queria.
     É levar esta mimosa cabeça    nesta malvada bacia.
  24   --Não me mate de punhar    que é morte de covardia;
     me mate com uma toalha    que é morte de fidalguia;
  26   depois corta minha cabeça    e coloca na bacia.
     Venha cá, meu filhinho,    mamar leite de maldade,
  28   você hoje ainda tem mãe,    amanhã terá madrasta.
     Venha cá, meu filhinho,    mamar leite de amargura,
  30   você hoje terá mãe,    amanhã estarei na sepultura.--
     --Os sinos estão repicando,    ó meu Deus, quem morreria,
  32   ó meu Deus quem morreu hoje    para minha companhia?
     --Não morreu ninguém hoje    para sua companhia.
  34   Morreu a bela enfante,    pelos sinais que fazia;
     descasava os bem casados,    coisa que Deus não queria.--

Nota: vv. 24-25 el mismo motivo aparece en la versión alagoana de Bernal Francés (vv. 18-19).
Título original: Dona Silvana (A Condessa malvada).

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0503:17 Conde Alarcos (í-a)            (ficha no.: 5802)

Versión de Alagoas s. l. (Alagoas, Brasil).   Recogida antes de 1965 (fecha deducida) (Colec.: Vilela). Publicada en Vilela 1983, nº 3.2, pp. 52-53.  113 hemist.  Música no registrada.

     Estava a princesa um dia    chorando na camarinha,
  2   perguntou-lhe o rei seu pai:    --Por que choras, filha minha?
     --Por ver as outras casadas    e só a mim viver sozinha.
  4   --Eu não vejo nesta corte    com quem case a minha filha.
     Eu só vejo o conde Abelo    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  6   este mesmo é casado,    ele tem mulher e filho.
     --Este mesmo, senhor pai,    este mesmo é que eu queria;
     que no tempo de eu pequena,    grande amor me prometia.
  8   Vou mandar chamar Conde Abelo    com tão grande cortesia,
     para matar sua condessa    para casar com minha filha.--
  10   --Aqui cheguei, meu Conde Abelo,    meu rostinho de alegria,
     que o rei mandou lhe chamar    com tão grande desmasia.
  12   --Bom dia, senhor Dom Rei,    --Bom dia, Dona Prugia,
     para que mandou me chamar    com tão grande demasia?
  14   --Eu mandei te chamar    com tão grande cortesia
     para matar tua condessa,    para casar com a minha filha.
  16   Eu só quero a cabeça dela    nesta adorada bacia.
     --Eu não mato minha condessa,    que a morte não merecia.
  18   Vou botá-la na casa do pai    dela tanto bem que lhe queria.
     --Cala a boca, Conde Abelo,    meu rostinho de alegria,
  20   vai matar tua condessa,    para casar com a minha filha.
     Eu só quero a cabeça dela    nesta adorada bacia.
  22   --Eu não mato minha condessa,    que a morte não merecia.
     Vou botá-la nas montanhas,    que os bichos lhe comeria.
  24   --Eu só quero a cabeça dela    nesta adorada bacia.
     --Minha condessa tão mocinha,    que a morte não merecia,
  26   vou botá-la em cantos nobres    aonde é sua moradia;
     nem as próprias folhas do mato    nova dela não daria.
  28   --Eu só quero a cabeça dela    nesta adorada bacia.
    
                              (A mulher)
     Já chegou meu Conde Abelo,    meu rostinho de alegria,
  30   para que o rei mandou te chamar    com tão grande desmasia?
     --Eu te conto de tristeza,    tu me contas de alegria.
  32   É para matar minha condessa    para casar com sua filha.
     --Não me mate, meu Conde Abelo,    meu rostinho de alegria.
  34   vá botar-me na casa de meu pai    tanto bem que me queria.
     --Isto eu já disse,    nada disso ele queria.
  36   Ele só quer tua cabeça    nesta malvada bacia.
     --Não me mate, meu Conde Abelo,    meu rostinho de alegria,
  38   vá botar-me nas montanhas,    que os bichos me comeria.
     --Tudo isto eu já disse,    nada disso ele queria.
  40   Ele só quer tua cabeça    nesta malvada bacia.
     --Não me mate, meu Conde Abelo,    meu rostinho de alegria,
  42   vá botar-me em cantos nobres,    onde é minha moradia;
     nem as próprias folhas do mato    nova minha não daria.
  44   --Cala-te, minha Condessa,    faz por te consolar.
     Vai botar ceia para nós ir cear,    para cear por despedida.--
  46   Foram dois ombros para mesa,    nem um nem outro mais comia,
     que as lágrimas eram tantas    que pela mesa corria.
  48   --Cala-te, minha condessa,    faz por te consolar.
     --Vai forrar a cama    para nós irmos se deitar,
  50   . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    para deitar por despedida.--
     Foram dois ombros para cama,    nem um e nem outro dormia,
  52   que as lágrimas eram tantas    que pela cama corria.
     --Me dê aí este menino    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  54   --Mama, mama, meu filhinho,    este leite de amargura,
     amanhã por esta hora    ela estará na sepultura.--
  56   Ela disse: . . . . . . . . . . . .    --O sino do céu tocou,
     ó meu Deus, que morreria?--    Nisto a criança falou:
  58   --Foi a moça bela enfança    tanto mal que nos queria,
     descasar um bem casado,    coisa que Deus não queria.--

Nota: -47a dois ombros (ambos); -59a infanta.
Título original: Conde Abelo.

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0503:18 Conde Alarcos (í-a)            (ficha no.: 5803)

Versión de Ingazeira (Alagoas, Brasil).   Recogida por Manoel dos Passos Vilela, antes de 00/00/1965 (fecha deducida) (Colec.: Vilela). Publicada en Vilela 1983, nº 3.3, pp. 53-54.  036 hemist.  Música no registrada.

     --Se choras, Dona Maria,    se choras de alegría?
  2   --Se eu choro, senhor pai,    alguma razão teria:
     que as moças de meu tempo    todas casadas seria;
  4   sendo eu a mais formosa,    por que razão ficaria?
     --Se no meu reino tivesse    homem que a vós merecia.
  6   Só o Conde de Flores,    este tem mulher e filhos.
     --Este mesmo, senhor pai,    este mesmo é que eu queria;
  8   mandai chamar, senhor,    jantará com nós um dia.--
     Logo o rei mandou chamar,    mandou dizer que já vinha.
  10   --O que quer, o meu Dom Rei,    o que quer, sua Monarquia?
    
(Chegando, o Conde de Flores, disse o Rei que era para matar a mulher e casar com a princesa Maria. O Conde voltou em soluços. Chegando em casa, contou à Duquesa.)
     À noite botaram a ceia,    nem um nem outro comia,
  12   que as lágrimas eram tantas    que toda mesa cobria.
     Eles dois posto na cama,    nem um (nem) outro dormia,
  14   que as lágrimas eram tantas    que toda cama cobria.
     --Dê cá lá uma toalha--,    pediu em lágrimas sentida,
  16   --Vinde, minha filhinha,    mamai por despedida.--
     O Conde mais a Condessa    grandes dores sofriria.
  18   Descasar um bem casado,    coisa que Deus não queria.
    
(Termina Dona Maria morrendo, ficando o Duque descansado.)

Título original: Xácara de Dona Maria.

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0503:19 Conde Alarcos (í-a)            (ficha no.: 5804)

Versión de Alagoas s. l. (Alagoas, Brasil).   Recitada por Joaquina Mendes. Recogida por José Aloísio Brandão Vilela, antes de 00/00/1965 (fecha deducida) (Colec.: Vilela). Publicada en Vilela 1983, nº 3.4, pp. 54-55.  058 hemist.  Música no registrada.

     --Mas ó que casa tão grande    entre portas e janelas.
  2   --Casa grande, minha filh,a    pra tu morar dentro dela.
     --Não desfaço do favor    por não ser interesseira.
  4   As outras todas casadas,    só eu ainda solteira.
     --Dizei-me, minha filha,    com (quem) tu queres casar,
  6   debaixo de penas e mortes,    eu hei de realizar.
     --Quero me casar com o Conde,    marido de Dona Maria,
  8   que é um moço fidalgo    e tem a minha simpatia.
     --Como quer casar com o Conde    e entrar nessa porfia?
  10   ele é casado, tem filhos,    e ama Dona Maria.--
     --Conde, mandei lhe chamar.    --E para que me queria?
  12   --Para matar a Condessa    e casar com minha filha.
     E mandai-me a cabeça dela    dentro de dourada bacia.
  14   --Eu nem mato a Condessa,    nem caso com sua filha;
     nem mando a cabeça dela    dentro da malvada bacia.
  16   --Conde, me mate a Condessa,    deixemos de mais porfia,
     e me mande a cabeça dela    dentro da dourada bacia.
  18   --Eu nem mato a Condessa,    nem caso com sua filha;
     que a Condessa é bonita    que é mesmo em demasia.
  20   --Dê cá aí um tinteiro,    também minha escrivaninha,
     quero escrever a meu pai,    desgraçada da sua filha,
  22   ele mande me buscar    na hora da Ave-Maria.
     Mama, mama, meu filhinho,    este leite de amargura,
  24   daqui mais um pedacinho,    tua mãe na sepultura.
     --"Não permita Deus do céu,    nem as chagas de Maria,
  26   que minha mãe chegue a morrer    por senhora Dona Maria".
     --O sino já está tocando.    --Ai meu Deus quem morreria?
  28   --Aquela bela infame    Senhora Dona Maria;
     descasar os bem casados,    coisa que Deus não queria.--

Nota: La identidad de la recitadora no es seguro.
Título original: Xácara da Condessa malvada.

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0136:40 Flores y Blancaflor (í-a)            (ficha no.: 5805)

Versión de Alagoas s. l. (Alagoas, Brasil).   Recogida antes de 1965 (fecha deducida) (Colec.: Vilela). Publicada en Vilela 1983, nº 4.1, p. 57.  036 hemist.  Música no registrada.

     --Como vai, minha criada?    --Como vai, senhora minha?
  2   Ainda ontem fui princesa,    já hoje estou na cozinha.
     --Se tu estivesse em tua terra,    que nome tu botaria?
  4   --Nome de Florisbela,    nome de uma mana minha.
     --Se tu visse a tua mana    se tu a conheceria.
  6   --Conhecia sim, senhora,    um sinal ela trazia,
     um galho de lírio roxo,    que no peito lhe saía.
  8   --Eu já vou, já vou com raiva,    eu já vou, já vou zangada,
     que fizeste meu marido    que mataste meu cunhado?
  10   --Se ela quiser casar outro    melhor eu daria;
     eu partia meu tesouro    e dava uma banda da Turquia.
  12   --Eu não quero me casar    e em outro melhor queria.
     Quero que vá me botar    no meio da minha família.
  14   --Chega, chega, carruagem,    para levar Flor do Dia;
     dê lembrança ao povo todo    com a nossa parentaria.--
  16   Em cima aquela serra,    que tormento não havia,
     pelejaram treze noites,    treze noites com treze dias
  18   para matar Florisbela,    marido de Flor do Dia.

Título original: Florisbela (Florisbela e Flor do Dia).

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0136:41 Flores y Blancaflor (í-a)            (ficha no.: 5806)

Versión de Alagoas s. l. (Alagoas, Brasil).   Recogida antes de 1965 (fecha deducida) (Colec.: Vilela). Publicada en Vilela 1983, nº 4.2, pp. 57-58.  028 hemist.  Música no registrada.

     Amores, e fores à praia,    trazei-me uma criadinha,
  2   das mais alva que encontrar    que não seja parenta minha.--
     --Eu botei cavalo nágua,    fui caçar a criadinha;
  4   a mais alva que encontrei    esta era mana minha.
     Tome lá, minha senhora,    tome á sua criadinha;
  6   tome a chave da dispensa,    entregue-lhe a camarinha.--
     A princesa e a criada    deram à luz tudo num dia;
  8   princesa seu filho homem,    a criada sua filhinha.
     A cabo de quince dias    eu visito criada minha.
  10   --Como vai, minha criada,    como vai sua filhinha?
     Se fores batizar ela    que nome tu botaria?
  12   --Eu botava Flores Bela,    nome de uma irmã que eu tinha.
     Se eu `stivesse em minha terra,    depressa batizaria;
  14   mas como estou em terra de mouro    não sei quando batizaria.--

Título original: Florisbela (Xácara de Flores Bela).

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0136:42 Flores y Blancaflor (í-a)            (ficha no.: 5807)

Versión de Alagoas s. l. (Alagoas, Brasil).   Recitada por Virgílio Simas. Recogida por José Aloísio Brandão Vilela, antes de 00/00/1965 (fecha deducida) (Colec.: Vilela). Publicada en Vilela 1983, nº 4.3, p. 58.  018 hemist.  Música no registrada.

     --Ó mouro, que vais pra guerra,    traz de lá uma cativa;
  2   não quero da mais pior,    quero uma que me silva.--
     Vou visitar minha criada,    vou visitar criada minha,
  4   --Como vai minha criada,    como vai, criada minha?
     Eu aqui, minha senhora,    como escrava da cozinha.
  6   --Se morasse em tua terra,    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     batizasse tua filhinha,    que nome tu botava?
  8   --Botava Flores Bela,    nome de uma irmã que eu tinha,
     que os mouros carregaram    de um jardim que meu pai tinha.--

NotaL -2b silva (sirva). La identidad del recitador no es seguro.
Título original: Florisbela (Xácara do Mouro).

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0136:43 Flores y Blancaflor (í-a)            (ficha no.: 5808)

Versión de Ingazeira (Alagoas, Brasil).   Recogida por Manoel dos Passos Vilela, antes de 00/00/1965 (fecha deducida) (Colec.: Vilela). Publicada en Vilela 1983, nº 4.4, pp. 58-59.  032 hemist.  Música no registrada.

     --Conde, se fores à guerra,    trazei-me uma cativa.
  2   Não quero das mais somenas,    nem também das presumidas.--
     A cabo de cinco meses    cada uma teve um filhinho.
  4   A princesa saiu fora    da sala onde jazia.
     --Como passas tu,    criada, como vai tua filha?
  6   --Como cativa, senhora,    escrava de sua cozinha.
     --Se tu tivesses em tua terra,    que nome botava em tua filha?
  8   --Botava de Flores Bela    como uma irmã que tinha.
     --Se tu visses a tua irmã,    se tu conheceria?
  10   --Conhecia por um lírio roxo,    que o peito esquerdo cobria.
     --Conde o que fizestes,    ô que dor tão desumana;
  12   matasse o meu cunhado,    cativasse a minha mana.
     --Sendo assim, princesa minha,    que maior dote eu daria,
  14   ela pode ser senhora    da minha comarcaria.
     --Eu não quero ser senhora    da sua comarcaria;
  16   eu só quero que me bote    no lugar onde eu assistia.--

Título original: Florisbela (Duque de Alexandria).

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0075:179 Delgadina (á-a+pareados)            (ficha no.: 5809)

Versión de Alagoas s. l. (Alagoas, Brasil).   Recitada por Maria Senhora. Recogida por José Aloísio Brandão Vilela, antes de 00/00/1965 (fecha deducida) (Colec.: Vilela). Publicada en Vilela 1983, nº 5.1, p. 61.  050 hemist.  Música no registrada.

     --Tu não sabes, mulher minha,    o que tem acontecido:
  2   Delgadinha, minha filha,    de amores me tem trazido.
     --Corra, corra, dois criados,    depressa, não devagar,
  4   vai botar a Delgadinha    naquela torre mais alta;
     a comida que der a ela    só seja jabá salgado.
  6   --Deus te salve, minha irmã,    na sua cadeira sentada,
     com os bilros de ouro na mão    fazendo renda ou nada,
     --Isto tudo pode ser    Delgadinha, minha irmã,
  10   que meu pai levou a chave    no solado de seu sapato.
     --Deus te salve, meu irmão,    em sua cadeira assentado.
  12   com as cartas de ouro na mão    jogando mais seus criados.
     Eu peço por Nossa Senhora    que me dê um jarro dágua.
  14   --Isto tudo pode ser    Delgadinha, minha irmã,
     que meu pai levou a chave    no solado do sapato.
  16   --Deus te salve, rei meu pai,    em sua cadeira assentado.
     Peço por Nossa Senhora    que me dê um jarro dágua.
  18   --Isto tudo pode ser,    Delgadinha desgraçada,
     por que nunca quiseste    ser a minha namorada.
  20   --Na ida da meia-noite,    na vinda da madrugada,
     Delgadinha, senhor meu pai,    será sua namorada.
  22   --Corre, corre, dois criados,    depressa, não devagar,
     vai ver água pra Delgadinha    que de sede está a expirar.--
  24   Delgadinha já mudou-se    pra sua eterna morada
     e meu pai para os infernos    por toda a eternidade.

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0075:180 Delgadina (á-a+pareados)            (ficha no.: 5810)

Versión de Viçosa (Alagoas, Brasil).   Recogida 27/06/1965 (Colec.: Vilela). Publicada en Vilela 1983, nº 5.2, p. 62.  040 hemist.  Música no registrada.

     Torre acima, torre abaixo,    naquela torre mais alta,
  2   avistei senhora mãe,    numa cadeira de prata.
     --Oh! mãezinha de minha alma,    dai-me um jarrinho de água.
  4   --Como é que te dou água,    boca peste aventurada.--
     Torre acima, torre abaixo,    naquela torre mais alta,
  6   avistei senhor meu pai,    numa cadeira de prata.
     --Oh! paizinho de minha alma,    dai-meum jarrinho de água.
  8   --Como é que te dou água,    boca peste aventurada.--
     Torre acima, torre abaixo,    naquela torre mais alta,
  10   avistei minha irmázinha,    numa cadeira de prata.
     --Oh! irmázinha da minha alma,    dai-me uma jarrinha dágua.
  12   --Como é que dou água,    irmã do meu coração,
     que a chave do portão    eles trazem ela nas mãos.--
  14   Torre acima, torre abaixo,    naquela torre mais alta,
     avistei meu irmãozinho,    numa cadeira de prata.
  16   --Oh! irmãozinho de minha alma,    dai-me um jarrinho da água.
     --Como é que te dou água,    irmã do meu coração,
  18   que a chave do portão    nossos pais trazem ela nas mãos.--
     Dargadinha quando morreu,    de anjos foi acompanhada,
  20   e os pais de Dargadinha    de cão foram arrebatados.

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0155:28 Casada de lejas tierras (6+6 estróf.)            (ficha no.: 5811)

Versión de Alagoas s. l. (Alagoas, Brasil).   Recitada por Maria Senhora. Recogida por José Aloísio Brandão Vilela, antes de 00/00/1965 (fecha deducida) (Colec.: Vilela). Publicada en Vilela 1983, nº 6.1, pp. 65-66.  074 hemist.  Música no registrada.

     --Levanta, amor,    do teu tanto dormir,
  2   vai na casa da tua mãe    que eu quero parir.--
     Levantou-se ele    sem ter mais descanso;
  4   selou seu cavalo    seu cavalo branco.
     --Deus te salve, mãe,    lá no seu estrado.
  6   --Deus vos salve, filho,    no vosso cavalo.
     Desapeai-te, filho,    vem comer um bocado.
  8   --Eu não desapeio,    nem quero um bocado,
     que a Flor do Dia    lá ficou de parto.
  10   --Tenha, tenha ela    um filho varão
     que venha de guarda-peito    com a espada na mãe.--
  12   --Alevanta, amor,    do teu tanto dormir,
     vai na casa da tua mãe    que eu estou para parir.
  14   --Deus te salve, tia,    lá no seu estrado.
     --Deus vos salve, sobrinho,    lá no seu cavalo.
  16   Desapeai, sobrinho,    vem comer um bocado.
     --Eu não desapeio    nem vou comer um bocado,
  18   que a Flor do Dia    lá ficou de parto.
     --Tenha, tenha ela    um filho varão
  20   que arrebente as veias    do seu coração.--
     --Levanta-te, amor,    do teu tanto dormir,
  22   vai na casa da minha máe    que eu estou para parir.
     --Deus te salve, sogra,    lá no seu estrado.
  24   --Deus te salve, genro,    lá no seu cavalo.
     Desapeai-te, genro,    vem comer um bocado.
  26   --Eu não desapeio,    nem quero um bocado,
     que a Flor do Dia    lá ficou de parto.
  28   --Caminhai adiante    que eu caminho atrás,
     na barra da saia    vou juntando mais.
  30   Passarinho verde,    que sinal está tocando?
     --É a Flor do Dia    que está se afindando.--
  32   Flor do Dia,    aquela estrangeira,
     morreu nas montanhas    sem haver parteira.
  34   --Ai minha filhinha    eu vinha te ver,
     quem nào tem fortuna,    para que nascer?
  36   --Ai minha norinha    do meu coração
     eu foi que fui caso    da tua maldição.--

Notas: -13 a tua mãe debe ser a tua tía.
Título original: Dom Pedro (Xácara de Flor do Dia).

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0155:29 Casada de lejas tierras (6+6 estróf.)            (ficha no.: 5812)

Versión de Ingazeira (Alagoas, Brasil).   Recogida por Manoel dos Passos Vilela, antes de 00/00/1965 (fecha deducida) (Colec.: Vilela). Publicada en Vilela 1983, nº 6.2, p. 66.  019 hemist.  Música no registrada.

     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     --Deus vos salve, minha sogra,    no seu estado assentada.
  2   --Deus vos salve, meu genro,    em seu cavalo montado.--
     --Pára, pára e pára    ela um filho varão,
  4   com uma espora no pé    uma lança na máo.--
     --Passarinho verde,    que nos monte andais,
  6   que sino é aquele    que dobram sinais?
     --É de uma pobre estrangeira    que morreu de parto,
  8   por não ter parteira    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     --Oh que dor tão grande    em meu coração
  10   morreu minha filha    sem minha benção.--

Título original: Dom Pedro (Xácara de Flor do Dia).

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0307:4 Despertar de Melisenda (á)            (ficha no.: 5813)

Versión de Alagoas s. l. (Alagoas, Brasil).   Recitada por Maria Senhora. Recogida por José Aloísio Brandão Vilela, antes de 00/00/1965 (fecha deducida) (Colec.: Vilela). Publicada en Vilela 1983, nº 7.1, pp. 67-68.  058 hemist.  Música no registrada.

     --Lá no pé da laranjinha,    lá no pé do laranjal,
  2   eu vi Dona Claralinda    mais Dom Carlos a brincar.
     --Cala a boca, mexeriqueiro,    ao bom rei não vai contar,
  4   que eu te dou o meu cavalo    arreado como está,
     com duzentos cascavéis    ao redor do peitoral.
  6   --Eu não quero o seu cavalo,    que o senhor não é de dar;
     tudo que eu vi aqui    ao meu bom rei vou contar.
  8   --Cala a boca, mexeriqueiro,    ao rei meu pai não vai contar,
     que eu te dou uma sobrinha    para com ela casar.
  10   Dou-te uma parte de terras    para nela tu morar.
     --Eu não quero sua sobrinha,    que a mãe não é de dar,
  12   tudo quanto eu vi aqui    ao meu rei eu vou contar.
     Eu vi Dona Claralinda    mais Dom Carlos a brincar.
  14   Palavras não eram ditas,    Dom Carlos mandei pegar;
     no rabo de meu cavalo    três voltas eu mando dar;
  16   no meio daquela rua,    a forca tem de o degolar.
     --Quando foi à meia-noite    vi chorar e vi cantar
  18   --Claralinda, minha filha,    levanta, vem escutar;
     que é os anjos do céu    ou a sereia no mar.
  20   --Não é os anjos no céu    nem a sereia no mar,
     é aquele triste sem sorte    que amanhã vai se enforcar.
  22   --Claralinda, minha filha,    caia a boca, deixa está;
     amanhã de madrugada    Dom Carlos vai se soltar.
  24   --Se arrede-se meu povo    pra Claralinda passar;
     pelo mando de meu pai    a Dom Carlos vou soltar.
  26   --Que ganhastes, mexeriqueiro,    ao rei meu pai ir contar?
     --Ganhei a forca senhora,    a vida quereis me dar,
  28   --Se contasses escondido,    prêmios havias de ganhar;
     como contasses à vista,    a forca tens de ganhar.--

Título original: Dom Carlos de Montealvar (Xácara de Dom Carlos e Claralinda).

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0222:36 Bernal Francés (í+pareados)            (ficha no.: 5814)

Versión de Alagoas s. l. (Alagoas, Brasil).   Recogida por José Aloísio Brandão Vilela, antes de 00/00/1965 (fecha deducida) (Colec.: Vilela). Publicada en Vilela 1983, nº 8.1, pp. 69-70.  053 hemist.  Música no registrada.

     Tum, tum, tum. --Quem bate aí?    isto é hora de dormir;
  2   se for Bernardo Francês    a porta eu irei abrir.--
     No descer da minha cama    meu chapim já se quebrou;
  4   no abrir da minha porta    a candeia se apagou.
     --Que tens Bernardo Francês    que não te viras pra mim?
  6   Se tu temes a meu pai,    ele cá não há de vir.
     Se temes a minha mãe,    ainda agora saiu daqui.
  8   Se temes os meus irmãos,    eles cá não há de vir.
     Se temes o meu marido,    ele cá não há de vir,
  10   que ele foi pra mar e guerra    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     mar e guerra o persiga,    má nova me chegue aqui.
  12   --Eu não temo o teu pai,    que ele sogro é de mim;
     eu não temo a tua mãe,    que ela sogra é de mim;
  14   eu não temo teus irmãos,    que eles meus cunhados são;
     eu não temo teu marido,    que ele está ao par de ti.
  16   --Matai-me senhor, matai-me,    da morte que eu merecer;
     que estou com o marido em braços,    mas não pude o conhecer.
  18   Não me matai-me de faca    nem também de bizarria;
     matai-me de franja e toalha,    que e morte de fidalguia.--
  20   --Que cavaleiro é esse    que já vai passando aqui?
     --Teus amores minha dama,    que já ia ao par de ti.
  22   Te pergunto, minha dama,    como passasses por cá,
     como quem carrega lenha    para si mesmo se queimar.
  24   --Peço-te, Bernardo Francês,    por obras de alecrim
     a mulher que tu tiveres    não queiras bem como a mim.
  26   A filha que tu tiveres    botas o nome de Jasmim
     quando chamares por ela,    te alembras sempre de mim.--

Nota: -18b t. de bizarria (?) -24b obras de alecrim (?); vv. 18-19 el mismo motivo aparece en una versión alagoana de Conde Alarcos (vv. 24-25).
Título original: Bernal ~Bernardo Francês.

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0231:83 Doncella guerrera (ão)            (ficha no.: 5815)

Versión de Ingazeira (Alagoas, Brasil).   Recogida por Manoel dos Passos Vilela, antes de 00/00/1965 (fecha deducida) (Colec.: Vilela). Publicada en Vilela 1983, nº 9.1, pp. 71-72.  052 hemist.  Música no registrada.

     Entre guerra se pegaram    entre França e Aragão
  2   --Valha-me Deus que eu sou velho    as guerras me acabarão.
     Que de três filhas que tive    nenhuma só foi varão.--
  4   Se respondeu a mais chiquita    do seu leal coração:
     --Dé-me armas e cavalo    serei seu filho varão.
  6   --Como poderá ser isto,    filha de meu coração?,
     que quando vós lá chegares,    logo vos conhecerão.
  8   --Senhor pai, deixai eu ir,    deixai eu ir que vos prometo
     que eu me visto em trajes    que um filho varão pareça.
  10   --Tendes as pernas mui alvas,    filha, conhecer-vos-ão.
     --Meterei-as em uma botas    delas não sairão.
  12   --Tendes os ombros mui altos,    filha, vos conhecerão.
     --Se as armas forem pesadas,    eles se abaixarão.
  14   --Tendes os seios mui grandes,    filha, vos conhecerão.
     --Vestirei um colete,    deles nunca sairão.
  16   --Tendes os olhos garridos,    filha, vos conhecerão,
     quando `tiveres entre gentes    não tirarei a vista do chão.
  18   --A benção de Deus te boto,    da Virgem celestial,
     que tenhas tanto sossego até    a última ralhada (?)--
  20   Despediu-se de seu pai,    de todos em geral;
     montou-se a cavalo foi falar    com o General.
    
(Assim que o General apresentou o seu novo companheiro à sua mãe e ela disse-lhe logo prometo como este teu companheiro é uma moça e não um varão; e para te cientificares, vá sempre o convidando para o jardim, mostrando uma das mais belas flores que vires; e assim ele se disfarçava-se com outra coisa; levou à loja, mostrando sedas lindas; ele pretendia armas; até que convidou para o banho; porém o cavalo dele falou, dizendo a ele que quando chegasse no rio prendesse o cavalo junto com o do General, amarrando de levemente que ele soltava-se correndo a toda disparada por todo campo; e ele seguisse atrás, que voltando suado não podia tomar banho. Tanto que ele descobriu que era uma moça, foram a guerra vencendo-a. Voltando à casa do velho pai da moça, ele ainda vivia, velho, e estava assentado à porta quando avistou-os.)
  22   --Que homem é este, filha minha,    que vem em vossa companhia?
     --Vosso genro senhor pai    se vós bem aceitaria.--
    
(Casando-se os noivos, etc.)
  24   --Adeus, adeus, flores belas,    adeus, adeus, Alexandria
     lembrança a todos de lá    a nossa parentaria,
  26   que eu fico em Mourama    por rainha da Turquia.--

Título original: Donzela Guerreira.

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0457:2 Nao Catarineta (á)            (ficha no.: 5816)

Versión de Viçosa (Alagoas, Brasil).   Recitada por Mestre Benedito. Recogida antes de 1965 (fecha deducida) (Colec.: Vilela). Publicada en Vilela 1983, nº 10.1, pp. 73-74.  038 hemist.  Música no registrada.

     Lá vem a Nau Catarineta    que tem muito que contar;
  2   sete anos e um dia    andou nas águas do mar.
     Botemos a sola de molho    para domingo almoçar,
  4   esta sola era tão dura    que ninguém pôde tragar.
     --Sobe acima, meu gajeiro,    meu gajeirinho real,
  6   para ver se avista terra    onde nós possa encalhar.
     --Aviso, meu Almirante,    aviso eu venho dar.
  8   Avistei terra em França,    areias em Portugal.
     E avistei três mocinhas    debaixo de um parreiral.
  10   Uma cose e outra fia    e outra limpa o metal.
     --Desce meu gajeiro,    meu gajeirinho real;
  12   estas três moças que vistes    é filha do General.
     A mais bonitinha delas    é pra consigo casar.
  14   --Eu não quero tuas filhas,    que não quero me casar;
     só quero a Nau Catarineta    para nela navegar.
  16   --Desce, desce, meu gajeiro;    meu gajeirinho real;
     dou-te o prédio mais bonito    que existe em Portugal.
  18   --Não quero prédio bonito,    que não preciso morar.
     Só quero a alma do Patrão    pra dela eu me apoderar.--

Nota : El informante, Mestre Benedito, es de la "Chegança de Viçosa".
Título original: Nau Catarineta.

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0049:111 Conde Niño (á)            (ficha no.: 5817)
[0110 La Condesita, contam.]

Versión de Brejo (Alagoas, Brasil).   Recitada por Velha Marta. Recogida antes de 1965 (fecha deducida) Publicada en Vilela 1983, nº 11.1, pp. 75-76.  082 hemist.  Música no registrada.

     --Acordai, filha Princesa,    vinde ver o belo cantar;
  2   ou e serafim no céu    ou e sereia no mar.
     --Não é serafim no céu,    nem é sereia no mar,
  4   e Dom Duarte, meu pai,    que comigo quer casar.
     --Apois se eu soubera disso    eu mandaria o matar
  6   amarrado em uma burra    para desprezo lhe dar
     e com aguilhoes nos pés    para arrastar um quintal.--
  8   --Vai-te embora, Dom Duarte,    que meu pai te quer matar;
     ao cabo de muitos anos    eu irei te procurar.--
  10   A cabo de muitos anos    se botou a caminhar,
     não procura por igreja,    nem por livro de rezar.
  12   Perguntava por Dom Duarte,    bem cansadinha de andar.
     A cabo de muitos anos    na casa de Dom Duarte foi dar.
  14   Mandou tocar a busina    pra Dom Duarte chegar.
     Busina não era tocada    já Dom Duarte a chegar.
  16   --Guarde Deus, minha senhora,    cada qual em seu lugar.
     Já tenho mulher e filhos,    já tenho contas que dar.--
  18   A condessa ao ouvir isso    deu um desmaio e caiu,
     logo se pós a finar.    Agora ele foi e pediu:
  20   --Dé-me licença, Condessa,    um beijo quero lhe dar.--
     Deu-lhe um e deu-lhe dois    e não pode mais tornar.
  22   Deu-lhe um desmaio e    caiu também se pôs a finar.
     A Condessa de malvada,    logo mandou lhe enterrar.
  24   Um na porta de traversa    e outro na principal.
     Dela virou-se uma uveira,    dele um pereiro real.
  26   Um crescia, outro crescia,    todos dois ambos igual.
     No meio daqueles anos    sempre se vinha abraçar.
  28   A Condessa, de malvada,    logo mandou-o cortar.
     Dela corria leite claro    e dele sangue real,
  30   um corria, outro corria,    todos dois, ambos igual;
     como duas bicas no chão    sempre se vinha abraçar.
  32   A Condessa, de malvada,    logo mandou arrastar;
     viraram-se dois pombinhos    logo puseram-se a voar.
  34   Um avoava, outro avoava,    todos dois ambos igual,
     no meio daqueles ares    sempre se vinha abraçar.
  36   A Condessa, de malvada,    logo os mandou matar.
     Dela gerou-se uma igreja    e dele um bonito altar,
  38   onde todos namorados    lá se ia namorar,
     onde os brutos da serra    lá se iam amansar.
  40   Ninguém persevera amor    nem deve perseverar.
     Quem persevera em amor    nisto vem a se tornar.

Nota: los vv. 10-22 corresponden a unos segmentos de La Condesita.
Título original: Conde Nilo (Xácara de Dom Duarte).

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0095:75 Conde Alemán (estróf.)            (ficha no.: 7283)

Versión de Viçosa de Alagoas (Alagoas, Brasil).   Recogida por Téo Brandão, (Colec.: Brandão, T.). Publicada en Brandão 1952b, Diário de Notícias.  038 hemist.  Música registrada.

     O sol já deu na vidraça    resplandeu no claro dia;
  2   o que não sabia ninguém    nem gente na corte sabia,
     sabia dona Bernarda    filha da própria rainha.
  4   --Filha, se sois sabedora,    a mim não queiras encobrir
     que dom conde de Alemanha    de ouro quer te vestir.
  6   --Arrenego de tal ouro    e também de tal bocal,
     que me levou em seu braço    e à força me quis beijar.
  8   --Filha, se sois sabedora,    a mim não queiras encobrir
     que dom conde de Alemanha    de ouro quer te vestir.
  10   --Não quero saber de tal ouro    nem dele quero saber,
     que meu pai vindo da missa    um conto eu hei de fazer.
  12   --Chegue, chegue, senhor meu pai    e Deus queira lhe chegar,
     que dom conde de Alemanha    a força quer me beijar.
  14   --Filha, se o conde fez isso,    eu o mandarei matar;
     por sete homens de força    mandarei o degolar.
  16   --Arrenego de tal leite    que eu vos dei de mamar
     antes fosse uma besta fera    que não soubesse falar.
  18   --Cale-se, cale-se, minha mãe    e Deus queira lhe calar;
     não queira louvar a morte    que seu dom conde vai levar.--

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2964:5 A Filha do Rei de Espanha (á)            (ficha no.: 5789)

Versión de Bahia s. l. (Bahia, Brasil).   Recogida por Ester Pedreira, publicada en Pedreira 1978, nº 30. Reeditada en Dias Marques 2003b, pp. 206-207 y Dias Marques 2005, pp. 107-108.  014 hemist.  Música registrada.

     A filha do rei da Espanha    um ofício quis tomar
  2   ofício de lavadeira,    foi para o rio lavar.
     Logo à primeira camisa    que a donzela foi lavar,
  4   o anel caiu do dedo,    foi para o fundo do mar.
     A donzela, arrependida,    largou-se ali a chorar.
  6   Passou logo um cavalheiro    por ali a transitar.
     --Por que choras, bela moça,    por que estás a chorar?
  8   --Meu anel caiu do dedo,    foi para o fundo do mar.
     --Dize o que me dás, bela moça,    que o teu anel vou buscar.
  10   --Um beijo da minha boca    dou-te, não posso negar.--
     Deu o primeiro mergulho    e nada pôde encontrar;
  12   deu o segundo mergulho    e nada pôde buscar;
     Deu o terceiro mergulho,    foi para o fondo do mar.
  14   --O mar que levou meu amor    também me queira levar.--

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0159:146 Conde Claros en hábito de fraile (á+estróf.)            (ficha no.: 9377)

Versión de Sitio Oiteiro (Rio Grande do Norte, reg. Natal, Brasil).   Recitada por Militana Salustino do Nascimento (unos 70a). Recogida por Hermano Viana y Beto Villares, (Archivo: ASFG; Colec.: Fraile Gil, J. M.). Publicada en Fraile Gil Rom-Panhisp.-2 2010+2CD, cd 1, corte nº 25, texto nº III.7bis, pp. 81-83. Reproducida aquí con permiso del editor.  064 hemist.   Música registrada.

     Estava Dona Branca    em mesa servindo a seu pai,
  2   a sua saia levantada    e sua barriga empinada.
    
(O peito não está dando...)
     --O que é que tendes, minha filha,    que eu te vejo desmaiada?
  4   --Foi um copo de água fria    que eu bebi de madrugada.--
     Manda buscar os doutores    para curar a enfermidade.
  6   Os doutores responderam:    --Dona Branca está pejada.
     --Amarrem esta cachorra,    amarrem bem amarrada,
  8   filha que faça a seu pai    só merece é ser queimada.--
     Botaram em uma torre    com maior em demasia,
  10   que o mais baixo que ela tinha    palmo de terra não via.
     --Tivesse meu mensageiro    que mandasse aos meus mandados,
  12   eu mandava uma carta    a Dom Carlos de Montevá.--
     Desceu um anjo do Céu    que de Deus vem a mandado:
  14   --Fazei a carta, senhora,    que eu irei levando,
     viagem de quinze dias    eu a faço em um jantar.
  16   --Se ele estiver dormindo,    deixarás ele acordar,
     se ele estiver no passeio,    deixarás ele chegar,
  18   se ele estiver jantando,    deixarás ele acabar.--
     --Abre-te, portas, cortinas,    varandas de a par a par,
  20   quero entregar esta carta    a Dom Carlos de Montevá.--
     Dom Carlos pegou a carta,    pegou a ler e a chorar.
  22   Dava pinotes na sala,    como um gatrilhão no ar.
     A coroa mandou abrir    e a barba mandou raspar.
  24   Oitocentos cavaleiros    para Dom Carlos acompanhar
     --Tenham mão, minha justiça,    minha justiça real,
  26   essa infante que aí vai    eu quero sentenciar. --
     Lá em certos mandamentos    um abraço lhe quis dar.
  28   --Corpo que Dom Carlos abraça    não é para padre abraçar!--
     Lá em outros mandamentos,    um beijinho lhe quis dar.
  30   --Boca que Dom Carlos beija    não é para padre beijar.
     --Cala a boca, bela infante,    e usa em te calar;
  32   eu sou o mesmo Dom Carlos    que da morte eu vem livrar.--

Variantes: -30b: não é para frade beijar.
Notas: Al cantar se repiten los versos pares. La recitadora, nacida en 1925, aprendió este y otros muchos romances de su padre, Atanasio Salustino do Nascimento. Cedida por los recopiladores, la versión grabada forma parte de su colección Música do Brasil (ed. Abril Entretenimento, 2000), Disco 2. corte 9. Véase la Antología Sonora II, 2010 [Fraile Gil Rom-Panhisp +2/CD], pp. 79-83 para más información sobre la historia de este romance juglaresco y su conservación por Militana Salustino, condecorada por el gobierno de Brasil en 2009 por su asombroso acervo romancístico, aprendido de niña en la faena.

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0470:3 Ricardo soldado francés (estróf.)            (ficha no.: 4421)

Versión de Vitória (Santo Espírito, Brasil).   Recitada por Manoel Alves Miranda. Recogida por Guilherme Santos Neves, 00/00/1952 (Colec.: Santos Neves). Publicada en Santos Neves 1983, Romanceiro Capixaba, pp. 63-68.  185 hemist.  Música registrada.

     Era un soldado francês    que se chamava Ricardo,
  2   jogador de profissão,    que nunca foi numa parte
     que não trouxesse no bolso    o resultado das cartas.
  4   Os franceses nesse tempo    tinham por obrigação
     de, o militar ou civil,    seguir a religião.
  6   O Papa deitava lei,    ficava em circulação.
     Ricardo, soldado velho,    com trintanos de tarimba,
  8   aonde achava jogo,    ou de lasquim o marimba,
     dizia logo: --Vou ver    água na minha cacimba.--
  10   Un dia faltou-lhe o soldo,    pôs-se Ricardo a pensar
     aonde podia haver jogo    que ele pudesse jogar.
  12   Era domingo, e a misa    não havia de tardar.
     Tocou chamada da missa,    veio o sargento buscá-lo.
  14   Ricardo pediu a ele    se podia dispensá-lo.
     Porém lhe disse o sargento:    --Sou obrigado a mandá-lo.--
  16   Ricardo foi para a missa    com grande constrangimento,
     pois era obrigado a cumprir    a lei do seu regimento,
  18   el dele não afastava    o jogo do pensamento.
     O soldado na igreja    chegando se ajoelhou,
  20   trazia no bolso da blusa    um baralho que tirou.
     Encamaçando as cartas,    uma patota formou.
  22   Não viu que ali por detrás    tinha o sargento ajoelhado.
     O sargento observou    tudo ali que foi passado;
  24   lhe disse depois da missa:    --Você está preso, soldado!--
     Efetuando a prisão    saiu no mesmo instante,
  26   levando o soldado preso    à casa do comandante.
     Disse: --Pronto senhor comandante,    aqui está preso um soldado
  28   que foi ao templo ouvir missa,    estava lá ajoelhado,
     encamaçando um baralho    que tem no bolso guardado.--
  30   Perguntou-lhe o comandante:    --Quem lhe deu esta criação?
     Disse Ricardo: --Senhor,    se ouvir minha razão,
  32   lhe direi até o fim    que há motivo para esta ação.--
     Perguntou-lhe o comandante:
  34   --Que motivo tem você,    sabendo que é proibido?
     Ignora que o jogo    no exército é abolido?--
  36   Disse Ricardo: --Meu jogo    muda muito de sentido.
     --Muda de sentido, como?    Disse Ricardo: --Eu direi.
  38   --Então explique como é,    que eu agora lhe ouvirei.
     Depois de sua explicação,    ou solto ou castigarei.-
  40   --É preciso eu confessar    que eu ganho um soldo mesquinho,
     que este soldo não dá    para mim comprar um livro
  42   para na missa eu rezar.
     Por isto compro um baralho    e rezo nele constante.
  44   --Como se reza em baralho?--    perguntou-lhe comandante.
     --Desde a Escritura Velha    e da Nova, assim por diante.--
  46   Falou-lhe o comandante:    --Você vem errado a mim.--
     Disse Ricardo: --Eu explico    do princípio até o fim.
  4   --Como é esta oração?--    Disse Ricardo: --É assim:
     por exemplo, a carta as,    que tem um ponto somente,
  50   faz recordar que existe    um só Deus onimpotente;
     quando chamamos por Ele,    o encontramos presente.
  52   Quando eu pego em dois de ouro,    ali me predito eu
     que em duas tábuas de pedra    o Criador escreveu.
  54   Quando eu pego em três de ouro,    me recorda a Divinidade,
     por exemplo, as três pessoas    da Santíssima Trinidade.
  56   Como todos conhecemos,    é o espírito, o filho, o pai.
     O quatro me faz lembrar    das quatro Marias de Nazaré,
  58   sendo Maria Afra    e Maria Salomé,
     Madalena e a Virgem pura,    esposa de São José.
  60   No cinco me faz lembrar    daquele dias de fé,
     as cinco chagas de Cristo    feitas por mãos de cruel,
  62   que matou o Crucificado,    o filho de Deus de Israel.
     Quando eu pego o seis de ouro,    faço mil preditação:
  64   seis dias o senhor gastou    na obra da criação.
     Fes tudo isto que existe    sem em nada pôr a mão.
  66   O sete me faz lembrar    da hora negra, triste, amargurada,
     foi os sete passos de Cristo    na sua paixão sagrada.
  68   Com sete espadas de dor    as mãos de Deus foi cravada.
     Nos oito eu vejo as pessoas    que do dilúvio escaparam:
  70   Noé e a mulher e três filhos    e três noras se varam,
     o resto as águas cobriu,    onde todos se afogaram.
  72   Quando eu pego nos nove,    me vem na imaginação
     foi os nove meses ditosos    da virgínia encarnação
  74   que Jesus passou no ventre    da Virgem da Conceição.
     Quando eu pego nos dez,    não posso ali me esquecer:
  76   dez mandamentos ficaram    para o mundo se reger,
     e estes dez se encerra em dois    como todo mundo vê.
  78   Quando eu pego no rei,    me lembra o Rei da Glória
     foi o ente mais poderoso    que já vimos na historia,
  80   que não precisa soldado    para ganhar as vitórias.
     Quando eu pego na sota,    me lembra logo daquela
  82   que toda Jerusalém    enriqueceu só com ela;
     doi aquela que deu à luz    ficando a mesma donzela.
  84   Eis aí, meu comandante,    a razão do seu soldado,
     que eu ganho um soldo mesquinho,    meu soldo é muito esmirrado.
  86   Por isto compro um baralho    que só me custa um cruzado.
     --Ricardo, falaste em todas cartas,    e no valete não falaste?
  88   Não é carta como as outras?    Foi porque não te lembraste?
     --Eu não falei no valete    porque é uma carta ruim;
  90   quando eu compro um baralho,    tiro ela e dou-lhe fim.
     Tem traços desse sargento    que denunciou de mim.
  92                                 --Ricardo, tu sois passado,
     tem vinte anos de praça,    foi tempo bem empregado;
  94   eu te passar a sargento,    vou dar o teu soldo dobrado.--

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2964:2 A Filha do Rei de Espanha (á)            (ficha no.: 4422)

Versión de São Mateus (Santo Espírito, Brasil).   Recitada por Bernadete Vieira Gaia. Recogida por Guilherme Santos Neves, (Colec.: Santos Neves). Publicada en Santos Neves 1983, Romanceiro Capixaba, p. 79.  018 hemist.  Música registrada.

     A filha do Rei da França    foi tomar banho de mar;
  2   caiu a jóia do dedo,    ela se pôs a chorar.
     Vinha passando um barqueiro,    ela se pôs a chamar:
  4   --Venha apanhar minha jóia    que está no fundo do mar!
     --Se eu apanhar sua jóia,    o que que você me dá?
  6   --Dou-lhe um biejo, um abraço,    é o que posso lhe dar.
     --Dei o primeiro mergulho,    vi uma coisa brilhar;
  8   dei o segundo mergulho,    vi a jóia brilhar;
     dei o terceiro mergulho,    foi para me afogar.--

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0113:105 Señas del esposo (á-a+í)            (ficha no.: 4423)

Versión de Guarapari (Santo Espírito, Brasil).   Recitada por Joventina Simões y Ana Matos y Antônio Alves de Souza. Recogida por Isabel Serrano, 00/00/1959 (Colec.: Santos Neves). Publicada en Santos Neves 1983, Romanceiro Capixaba, pp. 148-151. (notación musical: p. 165).  075 hemist.  Música registrada.

     Senhora dona Clarinda    no seu jardim passeava;
  2   con o pente de ouro na mão    sus cabelos penteava.
     Lançou os olhos ao mar    e viu vir a grande armada:
  4   o comandante que nela vinha    muito bem a comandava.
     -Me diga, seu comandante,    me diga, por su alma,
  6   se o homen que Deus me deu    vem aí na sua armada.
     --Não o vi, nem o conheço,    nem sei que sinais levava.
  8   --Levava cavalo branco    com sua sela dourada;
     na ponta da sua lança,    sinal de guerra levava.
  10   --Este homem eu vi na guerra    com vinte e cinco facadas;
     a mais pequenina delas    era pescoço cortado.
  12   --Ai, triste de mim, viúva!,    ai, triste de mim, coitada!
     Três filhas que Deus me deu    sem nenhuma ser casada.
  14   --Que darias tu, senhora,    a quem o trouxesse aqui?
     --Daria tanto dinheiro    que não tem conta nem fim.
  16   --Eu não quero o teu dinheiro,    isto não pertenece a mim.
     Sou soldado, vou pra guerra,    não persisto por aqui.
  18   Que darias, tu, senhora,    a quem o trouxesse aquí?
     --As telhas do meu telhado,    que são de ouro e marfim.
  20   --Eu não quero as tuas telhas,    isto não pertenece a mim.
     Sou soldado, vou pra guerra,    não persisto por aqui.
  22   Que darias, tu, senhora,    a quem o trouxesse aquí?
     --Daria meu cavalo branco,    que ele deixou para mim.
  24   --Eu não quero o teu cavalo,    isto não pertenece a mim.
     Sou soldado, vou pra guerra,    não persisto por aqui.
  26   Que darias, tu, senhora,    a quem o trouxesse aquí?
     --Daria a limeira de ouro    que ele deixou para mim.
  28   --Não quero a tua limeira,    isto não pertenece a mim.
     Sou soldado, vou pra guerra,    não persisto por aqui.
  30   --Não tenho mais que oferecer    nem vós mais que me pedir.
     --As tranças do teu cabelo    deviam ser para mim.
  32   --Cavalheiro, que tal pedes,    que te atreves a pedir?
     Devias ser arrastrado    em volta do meu jardim,
  34   A um cavalo amarrado.
     --O anel de sete pedras    que contigo reparti,
  36   que é da tua metade?    --Pois a minha eu trago aqui.
     --Se tu eras meu marido,    por que zombavas de mim?
  38   --Quis ver si teu coração    era leal para mim.--

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2964:3 A Filha do Rei de Espanha (á)            (ficha no.: 5787)

Versión de Victória (?) (Santo Espírito, Brasil).   Recitada por Heloísa Gomes Espíndula. Recogida por Guilherme Santos Neves, (Colec.: Santos Neves). Publicada en Santos Neves 1983, Romanceiro Capixaba, p. 79-80.  016 hemist.  Música registrada.

     Era filha de um rei,    foi aprender a nadar,
  2   Deixou cair su jóia    no fondo do mar.
     La passando um barqueiro,    ela se pôs a chamar.
  4   --Se eu apanhar sua jóia    o que você vai me dar?
     --Dou-te um beijo e um abraço,    é o que posso lhe dar.--
  6   Deu o primeiro mergulho    viu uma coisa brilhar.
     Deu o segundo mergulho    viu uma coisa brilhar.
  8   Deu o terceiro mergulho    ficou no fundo do mar.

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2964:4 A Filha do Rei de Espanha (á)            (ficha no.: 5788)

Versión de Conceição da Barra (Santo Espírito, Brasil).   Recogida por Bernadette Lyra, (Colec.: Santos Neves). Publicada en Santos Neves 1983, Romanceiro Capixaba, p. 80-81.  018 hemist.  Música registrada.

     Era uma filha de França,    foi tomar banho de mar.
  2   Chegando lá perdeu sua jóia,    ela se pôs-se a chorar.
     Ia passando o barqueiro,    ela se pôs-se a chamar.
  4   --Vá buscar minha jóia    que `tá no fundo do mar.
     --Se eu for buscar tua jóia,    o que que você me dá?
  6   --Dou-te um beijo e um abraço,    é só o que eu tenho pra dar
     Dei o primeiro mergulho,    vi a jóia brilhar.
  8   Dei o segundo mergulho,    fui ao fundo do mar.
     Quando dei o terceiro mergulho,    foi só para me afogar.

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2964:6 A Filha do Rei de Espanha (á)            (ficha no.: 9528)

Versión de Capela (Sergipe, Brasil).   Recitada por Djalma Silva Alves (52a). Recogida en Aracaju por Jackson da Silva Lima, 09/08/1971 (Archivo: ASFG; Colec.: Fraile Gil, J. M.). Publicada en Lima 1977, O Folclore em Sergipe, - 1. Romanceiro, Rio de Janeiro, pp. 490-492. Reeditada en Fraile Gil Rom-Panhisp.-2 2010+2CD, cd 1, corte nº 65, texto nº VI.D.10, pp. 140-141. © Fraile Gil. Reproducida aquí con permiso del editor.  020 hemist.   Música registrada.

     A filha do Rei da Espanha    foi tomar banho no mar,
  2   a jóia caiu do dedo    e foi ao fundo do mar.
     Passando um cavaleiro,    ela chamou: --Venha cá,
  4   venha tirar minha jóia    que está no fundo do mar.
     --Se eu tirar sua jóia,    o que é que você me dá?
  6   --Um beijo e um abraço,    meu colo pra se deitar.--
     Dando o primeiro mergulho,    ele já vê clarear;
  8   e no segundo mergulho,    ele foi ao fundo do mar;
     e no terceiro mergulho,    coitado, foi se acabar.
  10   Sentada em uma pedra,    ela pegou a chorar,
     por causa de seus amore[s]    que morreu no fundo do mar.

Variantes: -2b ela se pôs a chorar; -5a --Se eu tirar tua jóia; -6b e o colo pra se deitar.
Notas: En 1977 el recopilador publicó la misma versión en O Folclore em Sergipe, - 1. Romanceiro (véase la referencia arriba [ficha bibliográfica nº 3179). Posteriormente la cedió a Fraile Gil para su Antología sonora del Romancero tradicional Panhispánico II. Para un resumen del origen del romance, véase la nota de Fraile Gil (p. 141) y para un detallado estudio de ello, véase el artículo de J. J. Dias Marques "From France to Brazil via Germany and Portugal: The Meandering Journey of a Traditional Ballad," 2003 (Dias Marques 2003b, 205-218, ficha nº 5275 en nuestra Bibliografía).
Título original: La pérdida del anillo.

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0666:2 La moza y el Huerco (á-o)            (ficha no.: 4805)

Versión de Sofía (Bulgaria).   Recogida por Manuel Manrique de Lara, 00/00/1911 (Archivo: AMP; Colec.: Manrique de Lara, M.). Publicada en CMP 1978, p. 48, nº 41A.  010 hemist.  Música registrada.

     Ya la toma la madre negra;    ya la lleva de gruta en gruta.
  2   Demandad a la madre negra    qué tal pasó la nochada.
     --Atan negra la nochada,    más amarga la mañana. ¡Ay, qué dolor!
  4   ¡Qué dolor y que mancilla    desta novia desposada!--
     El Huerco se hizo un paxarico;    se le entró por un buraquito.

Nota del editor (SGA): Se repite, tachado, entre los vv. 4 y 5: Ya la toma la madre negra, / la lleva de gruta en gruta.//

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0380:2 Morir se quiere Alexandre (ó)            (ficha no.: 5906)

Versión de Sofía (Bulgaria).   Recogida por Manuel Manrique de Lara, 00/00/1911 (Archivo: AMP; Colec.: Manrique de Lara, M.). Publicada en Campa 1998, VI.I.9, p. 240.  016 hemist.  Música registrada.

     El buen rey está hazino    de dolor de corazón.
  2   Ya mandan por los doctores    cuantos por el mundo son.
     unos entran, unos salen,    ninguno no le aprovechó.
  4   Ya mandan por el más grande,    el más grande y el mayor.
     --¿Qué vos parece, doctores?    --¡Mal me parece y bien no!--
  6   A la subida de la escalera    de rodillas la subió;
     a la entrada de la puerta    la su toca le cayó.
  8   Se asentó a la cabecera,    el pulso le tocó.

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0006:259 Muerte del príncipe don Juan (á-a)            (ficha no.: 9318)

Versión de Sofía (Bulgaria).   Recitada por Albert D. Pipano. Recogida por Manuel Manrique de Lara, 00/00/1911 (fecha deducida) (Archivo: AMP; Colec.: Manrique de Lara, M.). Publicada en Petersen-Web 2009, Texto.  034 hemist.  Música registrada.

     Malato está el hijo del rey,    malato que non salvaba.
  2   Siete dotores lo miran    los mejores de Granada.
     Cien ya suben, cien ya abasan,    ninguno le haze nada.
  4   Ainda manca de venir    el do la barba veIlutada.
     Estas palabras diciendo    el dotor que allegaba
  6   subido en mula preta,    collar de oro en su garganta.
     So le aconta a su lado,    el pulso ya le tocaba.
  8   --Callentura fuerte tiene,    las tripas tiene dalladas;
     --Tres horas de vida tiene,    una y media ya hay pasado
  10   en esta horica y media    hazelde bien por su alma,
     quien en este muido haze    al otro se lo paga.
  12   listas palabras diciendo    la madre que allegaba.
     --¿Dónde venia, madre loca,    descalza y descabellada?
  14   --Tengo de rogar al Dio    que vos alze de esta cama.
     --Con un ataúd de oro    y una rica mortaja.--
  16   Estas palabras diciendo    las campanas ya sonaban.
     --Apartad, la buena gente,    que ya pasa el mal logrado.--

Variantes: -7a asenta a la cabecera; -9a pasado (sic).
Nota del colector: Se canta el 9 del mes de Av de cada año en memoria de la destrucción del segundo templo de Jerusalén.
Notas: Armistead, CMP 1978, C14.1. Signo diacrítico no preservado: -17a gente g-caron. Si bien la mujer de Albert D. Pipano, la sra. Matilde Amar de Pipano, era de Salónica, no está claro si el marido era natural de Salónica o de Sofía.

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0426:5 Landarico (á-o)            (ficha no.: 3724)

Versión de Svilengrad (ant. Mustafá Pashá) y Sofia (Haskovo, Bulgaria).   Recitada por Mazaltó Lazar. Recogida en Jerusalén, Israel por Susana Weich-Shahak, 14/07/1987 (Archivo: NSAJ; Colec.: Weich-Shahak, S.; cinta: NSA Yc 1038/1). Publicada en Weich-Shahak TME-11 1998/CD, corte 11. © Weich-Shahak. Reproducida aquí con permiso de la editora.  026 hemist.   Música registrada.

     El rey que muncho madruga    ande la reina se ía;
  2   la reina staba durmiendo    con sus cabellos deshechos.
     Tomó peine d`oro en mano,    peinándose sus cabellos;
  4   tomó spejo d`oro en mano,    mirándose su hermosura,
     dando loores al d`en Alto    que tan lucía la hay criado.
  6   El rey, por burlar con ella,    dos dadicas le hay dado.
     --State, state, Andarleto,    tú me sos primer namorado;
  8   dos hijicos míos tengo    y los del rey se hacen cuatro;
     los dos míos en mi lado    y los del rey van a la guerra.--
  10   Ella que avoltó su cara,    al rey se lo topó en su lado.
     --Pardón, pardón, siñor rey,    el sueño y me hay soñado.
  12   El rey esvanió su espada,    la cabeza l`hay cortada.
     --Ya te lo pedroní, mi reina,    con un yerdán corelado.--

Notas: -5a d` en A. será Dío;-12b cortado en la transcripción que acompaña el CD; -13b yerdán collar, cuello (t. gerdan). -3-5 omitidos en la versión grabada. Al cantar se repiten todos los hemistiquios.

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1487:1 El Cid y Ordoño ponderan cómo responder a la afrenta de Corpes (á-o)            (ficha no.: 3446)

Versión de Chile. Recogida 00/00/1605 Publicada en una versión ant. manuscrita: Biblioteca Nacional, Santiago de Chile (olim Real Audiencia, vol. 1823, pieza 1. Reeditada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 3, pp. 5-8.  056 hemist.  Música registrada.

     Pensatibo estaba el Cid,    lleno de pena y cuidado,
  2   de saber como a sus hijas    los condes an afrentado.
     Alsa los ojos al cielo,    con vos alta y lamentando:
  4   --¡Olbídese Dios de mi    si desto fuese olbidado!
     ¿Cómo olbidare--, decia,    --el agrabio tan pesado,
  6   y el orrendo atrebimiento    que contra mi an usado
     cometer dos alebosos    fementidos y apocados,
  8   pues por lo que no se quiso    este galardón le an dado,
     que an asotado a mis hijas,    las que yo más que a mi amo,
  10   como crueles berdugos,    en el campo apartados?
     ¿Qu` es esto, Ordoño, mi hijo,    qu` es lo qu` estoy aguardando?
  12   ¿No parto para partirlos    y aserlos dos mil pedasos?
     ¿No se paga desta suerte    el agrabio tan pesado,
  14   y el orrendo atrebimiento    que contra nos an tomado?
     --Es necesario, mi tío--,    le dice, el rrostro temblando,
  16   --que se le de cuenta al rey    de todo lo que a pasado,
     y no aciendo justicia,    la que combiene en el caso,
  18   será muy justo hacer las vos    con vuestra propia mano.
     Mas pregunto yo, señor,    ¿que les mobio a los billanos
  20   de semejantes castigos    en cuerpos tan delicados?
     Si fue hecho por bentura    por el aprieto pasado
  22   en ques tubieron los dos    por los leones pasados,
     ¿quién tubo la culpa desto?    ¿quién desto a sido culpado,
  24   que fue echo sin pensar    y en subseso descuidado?
     --El obido de la guarda    del leonero pasado,
  26   lo a pagado doña Elbira    y doña Usor, mi regalo.
     Pagar nos tienen el fecho    por la fe de hijos dalgo.--
  28   Y sin decir otra cosa    se parte el Cid rreventando.

Comentario de V. C. : -26b Doña Usor por Doña Sol. Don Federico Hanssen me comunicó el hallazgo de varios romances y canciones en un manuscrito antiguo de nuestra Biblioteca Nacional, y me proporcionó una correcta copia hecha por él, que después he confrontado cuidadosamente con el original. Estas poesías (al pie de una de las cuales se anota la fecha del «año de mil y seis sientos y cinco, en 4 de marso», y en otro lugar la del «dieziocho de agosto» del mismo año) se encuentran en un expediente del capitán Francisco Donoso Cerrudo, sobre rendición de cuentas del tiempo que desempeñó la curaduría de los menores hijos de don Hernando de Prado y de doña Lorenza Berru, (Real Audiencia, vol. 1823, pieza 1). Contiene este manuscrito veinticuatro composiciones, de las cuales veintidos son romances. De éstos, diez y ocho se hallan o en el Romancero General de 1604, impreso en Madrid por Juan de la Cuesta, o en el de Durán de 1851, sin variantes de importancia; otros dos pertenecen al género lírico y no hacen al caso en este lugar; y los dos restantes, para mí desconocidos, son los que llevan en esta colección los números 3 y 6, que transcribo con su peculiar ortografía, sin más alteraciones que escribir con mayúsculas los nombres propios y añadir la puntuación, que el copista no usa en ninguna parte. El romance que acaba de leerse, que es uno de los dos a que me he referido, cuenta el enojo y el dolor del Cid al saber el ultraje hecho a sus hijas por sus cobardes maridos, los condes de Carrión, y principia con el mismo verso con que comienza aquel otro tan conocido que dice: Pensativo estaba el Cid / viéndose de pocos años// para vengar a su padre / matando al conde Lozano. Parece que Francisco Donoso, que por entonces estaba haciendo el inventario de los bienes de sus pupilos, se distraía de este árido trabajo escribiendo en el mesmo cuaderno los versos que sabía de memoria o que trasladaba de una copia manuscrita, pues no es verosímil que tuviera a. la vista original impreso, a juzgar por la ortografia, y más aún, por las palabras estropeadas y los deslices métricos que se advierten. Es evidente, pues, que no sólo aquello de doña Usor por doña Sol, sino lo del aprieto pasado seguido de los leones pasados y del leonero pasado, para no citar más, son yerros que deben cargarse en la cuenta de la tradición oral. No hacen falta tampoco versos que, por lo ripiosos y prolijo, dan aspecto de vulgar al romance, cuyo principio parece ser popular.
Título original: Enojo del Cid al saber la afrenta hecha a sus hijas.

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1607:1 Altas y soberbias torres (á-a)            (ficha no.: 3449)

Versión de Chile. Recogida 00/00/1605 Publicada en Biblioteca Nacional, Santiago de Chile (olim Real Audiencia, vol. 1823, pieza 1 [versión ant. ms.]. Reeditada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 6, pp. 13-14.  020 hemist.  Música registrada.

     ¡Altas y soberbias torres    qu`estais a orilla de Francia,
  2   funestos y altos sipreses    que siñen buestras murallas,
     donde estáis puesta en priçion,    mi señora doña Blanca,
  4   la que me crió a sus pechos    por haser me hijo d`España!
     Por traidora la guardáis,    torres, muros, fuertes tapias,
  6   sin que la pobre señora    tenga culpa o sea culpada.
     Bernardo del Carpio soy,    que pues mis bos nos ablanda,
  8   sabré con mi fuerte braso    derribaros y bengarla.
     No me llaméis español    si de buestras fuertes casas
  10   no la libro, pues [me] libro    de matarme y de matalla.

Comentario de V. C. : . No es éste, precisamente, un romance narrativo, a menos que se le considere sólo como principio o parte de otro. Tampoco es popular; pero creo que merece transcribirse por su gallarda entonación, por ser tal vez desconocido, y aún por la disconformidad que muestra con la tradición. Según ésta, la madre del famoso guerrero leonés se llamaba doña Jimena, no doña Blanca, como aparece en el romance, sin que pueda pensarse en una substitución de palabras, pues el nombre está asegurado por el asonante. La tradición no dice tampoco que a doña Jimena se le haya puesto en prisión, en una torre o fortaleza situada "á orilla de Francia", sino que el rey su hermano la obligó a profesar en un monasterio, cuando supo que estaba casada con el conde de Saldaña (Primera Crónica General, p. 350.) Hay otra tradición, muy remota, que hace a Bernardo hijo de doña Thiber o doña Timbor, hermana de Carlo Magno, seducida por el conde de Saldaña durante una peregrinación a Santiago de la princesa carolingia (Primera Crónica General, p. 351). Ahora bien, en el romance transcripto, Bernardo no dice que doña Blanca sea su madre, sino "que lo crió a sus pechos para hacerlo hijo de España", lo que parece significar que Bernardo no era, por su sangre sin duda, enteramente español, aunque adquirió en la cuna esta calidad, por haberlo amamantado con su leche la española doña Blanca. ¿Sería esta señora su nodriza, y madre adoptiva suya a un mismo tiempo?. . . Los romances nombran Elvira Sánchez a el aya de Bernardo. Luego dice: Por traidora la guardáis, / torres, muros, fuertes tapias,//sin que la pobre señora tenga / culpa o sea culpada//. ¿Qué traición es ésta de que ella no tiene la culpa? . . . Si dona Blanca es la madre de Bernardo y su traición consiste en haber casado secretamente con el conde de Saldaña, que de otra cosa no ha sido acusada, ¿cómo puede decir Bernardo que está exenta de culpa? He de confesar que no entiendo este romance, y que, si trato de explicármelo imaginando diversas soluciones, ninguna hipótesis me satisfaee. Sobre la procedencia de esta versión, véase el comentario al romance 3. [Por comodidad repito a continuación el comentario de V. C. al nº 3. SHP]Don Federico Hanssen me comunicó el hallazgo de varios romances y canciones en un manuscrito antiguo de nuestra Biblioteca Nacional, y me proporcionó una correcta copia hecha por él, que después he confrontado cuidadosamente con el original. Estas poesías (al pie de una de las cuales se anota la fecha del «año de mil y seis sientos y cinco, en 4 de marso», y en otro lugar la del «dieziocho de agosto» dei mismo año) se encuentran en un expediente del capitán Francisco Donoso Cerrudo, sobre rendición de cuentas del tiempo que desempeñó la curaduría de los menores hijos de don Hernando de Prado y de doña Lorenza Berru, (Real Audiencia, vol. 1823, pieza 1). Contiene este manuscrito veinticuatro composiciones, de las cuales veintidos son romances. De éstos, diez y ocho se hallan o en el Romancero General de 1604, impreso en Madrid por Juan de la Cuesta, o en el de Durán de 1851, sin variantes de importancia; otros dos pertenecen al género lírico y no hacen al caso en este lugar; y los dos restantes, para mí desconocidos, son los que llevan en esta colección los números 3 y 6, que transcribo con su peculiar ortografía, sin más alteraciones que escribir con mayúsculas los nombres propios y añadir la puntuación, que el copista no usa en ninguna parte.
Título original: Bernardo del Carpio.

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0075:48 Delgadina (á-a)            (ficha no.: 3452)

Versión de Chile s. l. (Chile).   Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 9 (B), pp. 29-31.  052 hemist.  Música registrada.

     Un rey tenía tres hijas    bonitas como la plata,
  2   la más bonita de ellas    Delgadina se llamaba.
     --Delgadina, hija mía,    tú has de ser mi enamorada.
  4   --No lo permitan los cielos    ni la Virgen consagrada,
     que teniendo madre viva    sirva yo de enamorada.
  6   --¡Hala, hala, caballeros,    a Delgadina encerrarla;
     no darle el pan a comer    ni darle a beber el agua,
  8   y darle sólo a comer    tocino y carne salada!--
     Un día por la mañana    salió a divisar su hermana
  10   y le dijo: --Hermana mía,    alcánzame un jarro de agua
     que el corazón se me seca    y el alma se me arranca.
     --. . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  12   ¿Por qué no hiciste    lo que mi padre mandaba?
     --Madre mía, madre mía,    alcánceme un jarro de agua,
  14   que el corazón se me seca    y el alma se me arranca.
     La madre le contesta:    --Hija mía desgraciada,
  16   ya va para siete meses    que me haces ser mal casada.
     --Padre mío, padre mío    alcánceme un jarro de agua,
  18   que el corazón se me seca    y el alma se me arranca.
     El padre le contesta:    --¿Serás tú mi enamorada?
  20   --Si lo seré, padre mío    aunque sea condenada.
     --¡Hala, hala, caballeros,    a Delgadina darle agua,
  22   unos con jarro de oro,    otros con jarro de plata,
     y el primer grande que llegue    tiene una ciudad ganada!--
  24   El primer grande que llega    y Delgadina que acaba.
     ¡Ya te fuiste, Delgadina,    como un ángel a los cielos
  26   y tu padre, condenado    a los profundos infiernos!

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0075:51 Delgadina (á-a)            (ficha no.: 3455)

Versión de los campos del Sur (Chile).   Recitada por Sara Garrido (25a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 12 (E), pp. 34-36.  046 hemist.  Música registrada.

     Tres hijas tenía el rey    bonitas como la plata.
  2   la menorcita de ellas    Delgadina se llamaba.
     Un día, estando en la mesa,    mucho el padre la miraba:.
  4   --Hija mía Delgadina,    ¿podrís ser mi enamorada?
     --No lo permita ni Dios    ni la Virgen consagrada;
  6   de ser mujer de mi padre,    madrastra de mis hermanas.
     --¡Alto, alto, dijo el rey    ,a Delgadina encerrarla,
  8   y si pide que comer    delen la carne salada,
     y si pide que beber    delen la hiel más amarga!--
  10   Al otro día de mañana    se asoma a su balcón,
     y a su hermana divisó    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
  12   --Hermana del alma mía,    alcánzame una jarro de agua,
     que se me seca la vida    y el alma se me arranca.
  14   --Hermana del:alma mía,    yo no puedo pasarte agua.
     que si mi padre lo sabe,    la cabeza me cortaba.--
  16   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    divisó a la otra hermana:
     --Hermana del alma mía,    alcánzame una jarro de agua,
  18   que se me seca la vida    y el alma se me arranca.--
     A la madre divisó    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
  20   --¡Ay!, madre del alma mía,    alcánceme una jarra de agua,
     que se me seca la vida    y el alma se me arranca.
  22   --Hija mía Delgadina,    yo no puedo pasarte agua.
     pues si tu padre lo sabe    la cabeza me cortaba.--

Notas de V. C. -4b Es común en el pueblo chileno substituir la terminación verbal éispor is, así en el presente como en el futuro: comís, comerís, por coméis, comeréis; -8b, -9b Metátesis de denle, de uso general en Chile.

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0075:52 Delgadina (á-a)            (ficha no.: 3456)

Versión de un pueblo del Sur (Chile).   Recitada por Margarita Ramírez (80a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 13 (F), pp. 36-37.  039 hemist.  Música registrada.

     Un rey tenia tres hijas    muy hermosas y galanas,
  2   y la menorcita d`ellas    Delgadina se llamaba.
     Un día, estando comiendo,    el rey se quedó mirándola.
  4   --¡Ay, padre!, ¿por qué me mira?,    que su mirada me mata.
     --¡No te he de mirar pues, hija,    si has de ser mi enamorada!
  6   --No lo permitan los cielos    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     que teniendo madre viva    sirva yo de enamorada.
  8   --Vengan criados y más criados,    a Delgadina encerrarla:
     cuando pida de comer    delen la carne salada;
  10   cuando pida de beber    delen la hiel más amarga.--
     De allí salió Delgadina    muy triste y desconsolada;
  12   le da vuelta a su balcón    y halla a su madre sentada:
     --Madre, por amor de Dios,    alcánzame un jarro de agua,
  14   que el corazón se me seca    y la vida se me acaba.
     --Vengan criados y más criados,    a Delgadina encerrarla,
  16   que va por los nueve meses    que por ti hago mal casada..--
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     --Vengan criados y más criados    Delgadina a darle agua.--
  18   El uno en un jarro de oro,    el otro en un jarro `e plata,
     al que llegare primero    a una ciudad se le manda.
  20   Antes de que llegue el agua,    Delgadina que se acaba.

Nota de V. C. : -9b, 10b Metátesis de denle, de uso general en Chile.

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0075:53 Delgadina (á-a)            (ficha no.: 3457)

Versión de Chile s. l. (Chile).   Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 14 (G), pp. 37-44.  018 hemist.  Música registrada.

     Un rey tenía tres hijas    bonitas como la plata,
  2   y la menorcita d`ellas    Delgadina se llamaba.
     Un día, estando en la mesa,    el padre que la miraba.
  4   --¿Qué me miras, padrecito,    qué me miras, que me matas?
     --¡No te he de mirar pues, hija,    si has de ser mi enamorada!
  6   --No permita Dios del cielo,    ni la Virgen soberana,
     que sea mujer de mi padre,    madrastra de mis hermanas.--
  8   Llamó pajes y criados,    como trajo de Granada:
     --Encierren a Delgadina,    delen la carne salada.--
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Nota de V. C. : -9b Metátesis de denle, de uso general en Chile.

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0113:87 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 3459)

Versión de un pueblo del Sur (Chile).   Recitada por Margarita Ramírez (80a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 16 (B), pp. 45-46.  036 hemist.  Música registrada.

     --Catalina, mi señora,    lindo cuerpo pagoney,
  2   yo me embarco para Francia,    ¿qué mandáis o qué queréis?
     --Que a mi marido del alma    mil encomiendas le deis.
  4   --¿Me diréis que señas tiene?    --Ya luego se las diré.
     Es un mozo zarco y rubio    en el hablar muy cortés,
  6   en la cabeza `e la enjalma    lleva las armas del rey,
     en la punta de la espada    lleva un se y un aromé.
  8   --Ese mozo que usté dice    años ha que muerto es;
     en un juego de los dados    muerte le dio un filomé,
  10   y me ha dejado el encargo    que me case con usté.
     --Quita de aquí, caballero,    caballero descortés,
  12   que a mi marido del ama    cien años lo aguardaré;
     si a los cien años no viene,    a un convento yo me iré.
  14   Dos hijas doncellas tengo,    con ellas me entraré;
     dos hijos varones tengo,    al rey los entregaré
  16   para que sean vasallos    y defiendan por su fe.--
     Entonces el caballero,    al ver su honrada mujer,
  18   l` echa los brazos al cuello    y dice: --Yo soy tu bien.--

Notas de V. C. : Encomiendas por recados, memorias, es acepción castellana desconocida en Chile. Esta palabra debió estar en la versión original, aunque no figura en ninguna de las publicadas que han llegado a mi noticia.
Título original: El reconocimiento del marido (versión B).

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0113:90 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 3462)

Versión de los campos del Sur (Chile).   Recitada por Sara Garrido (25a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 19 (E), pp. 51-52. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XIV, p. 243-244, 15.1.  034 hemist.  Música registrada.

     --Catalina, Catalina,    lindo cuerpo aragonés,
  2   yo me embarco para Francia,    ¿qué dice su piquerey?
     --No le encargo ni le pido    y menos que me dé,
  4   que si veis a mi marido    mil encomiendas le deis.
     --Las señas de su marido. . .    --Sí, señor, se las daré:
  6   él es hlanco, pelo rubio,    y en el hablar muy cortés;
     en la punta del bastón    tiene las armas del rey.
  8   --Por las señas que me da.    su marido muerto es,
     en Valencia lo mataron    en casa de un genovés,
  10   y me encargó a sus hijitas    y sus haciendas también,
     y, por más senas, me dijo:    «cásese con mi mujer».
  12   --Quita, noble caballero,    desatento y descortés,
     que a mi marido de mi alma    seis más lo esperaré.
  14   Si a los seis años no vuelve,    de monja me entraré.
     Tres hijos varones tengo,    los tres se los mando al rey,
  16   que peleen por la patria    y defiendan por la fe.--
     La abrazó entonce` y le dijo:    --Tú eres mi honrada mujer--

Comentario de V. C. : -4b encomiendas por recados, memorias, es acepción castellana desconocida en Chile. Esta palabra debió estar en la versión original, aunque no figura en ninguna de las publicadas que han llegado a mi noticia.
Título original: El reconocimiento del marido (versión E).

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0234:38 Albaniña (ó)            (ficha no.: 3479)

Versión de los campos del Sur (Chile).   Recitada por Sara Garrido (25a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 36 (B), pp. 81-82.  042 hemist.  Música registrada.

     --Tú eres mujer muy bonita,    eres más linda que el sol,
  2   ¡quién te pudiera gozar    una noche sin temor!
     --Me gozará usté, mancebo,    una noche y otras dos,
  4   ahora que don Alberto    anda en el campo de León.--
     En esta consulta estaban    y don Alberto llegó;
  6   se para a abrirle la puerta,    toda perturbá se vio.
     --¿Qué tiene, doña Miquela,    que ha mudado la color?
  8   --Nada, mi señor Alberto;    la llave se me perdió.
     --Si su llave era de plata,    de oro se la vuelvo yo.
  10   ¿De quién es ese caballo    que en mi huerta relinchó?
     --Suyo, mi señor Alberto,    su padre se lo mandó.
  12   --¿De quién es esa montura    que hay en el corredor?
     --Suya, mi señor Alberto,    su hermano se la dejó.
  14   --¿Y de quién son esos pasos    que andan en mi pabellón?
     --Máteme, señor Alberto,    que le he llamado traición.--
  16   Sacó un puñal encerado,    nueve puñalás le dio.
     En las últimas estaba,    a dos muchachos llamó:
  18   --Tomen a estos dos chiquillos,    a su abuelo llevenlós;
     si pregunta por la madre,    díganle que se murió.--
  20   De aquí se siguió la guerra    de dos hombres de valor:
     don Carlos murió a la una,    don Alberto a puesta `e sol.

Nota de V. C. -7aMiquela por Mácada; es muy común; -16a Encerado por acerado.
Título original: La mala mujer, (versión B).

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0234:40 Albaniña (ó)            (ficha no.: 3481)

Versión de algún pueblo del Sur (Chile).   Recitada por Beatríz Madrid (50a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 38 (D), pp. 84-85.  037 hemist.  Música registrada.

     --¿Qué haces, niña, enramada    en ese huerto de amor?
  2   Desenramarla pudiera    el hijo `el emperador.
     --Dormirá usté, don Carlos,    una noche y otras dos,
  4   cuando mi marido salga    por los campos de Veloz.
     A puñaladas lo maten,    nos gozaremos los dos,
  6   cuervos le saquen los ojos    y águilas el corazón.--
     Cuando [era ] la medianoche,    fue cuando Alberto llegó.
  8   Una criada que tenía    f ue la que los acusó:
     --¡Ay de mí, señor Alberto,    que le han hecho traición!--
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  10   --¿De quién es ese caballo    que al mío le contestó?
     --Suyo, señor Alberto,    mi padre se lo mandó.
  12   --¿De quién son esas armas,    que al verlas me admiro yo?
     --Suyas, señor Alberto,    mi hermano se las dejó.
  14   --¿De quién son esos pasos    que van para el mostrador?
     --Máteme, señor Alberto,    que le he hecho traición yo.--
  16   Tomó el puñal cristalino,
     le dio nueve puñaladas    y de la menor murió.
  18   Desde aquellas mismas horas    la batalla se empezó:
     Alberto murió a la una,    Carlos a puesta de sol.

Título original: La mala mujer, (versión D).

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0234:42 Albaniña (ó)            (ficha no.: 3483)

Versión de los campos del Sur (Chile).   Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 40 (F), p. 87.  010 hemist.  Música registrada.

     Estando la blanca niña.    estando la blanca flor
  2   estando la blanca niña    sentada en su bastidor,
     llega por ahí don Carlos,    el hijo `el emperador.
  4   --Suba, suba, caballero,    suba, suba sin temor,
     que mi marido anda fuera    por los llanos de Morón.

Nota de V. C. : Este estribillo no tiene sentido en Chile. En España se designaba con el apodo de negros, a los liberales de 1820 que siguieron al infortunado caudillo de Las Cabezas de San Juan. (Vide Bretón de los Herreros, La Independencia, acto III, escena 8).
Título original: La mala mujer, (versión F).
Comentario de V. C. : Este es uno de los viejos romances que mayor difusión han alcanzado: se canta todavía en varias provincias de España, y aun lo recuerdan los judíos de Levante. En Portugal está bastante divulgado y es muy popular en Chile. Las variantes que he recogido se asemejan, más que a otras, a las regionales de Cataluña. El comienzo de éstas: Un día por la mañana, / mañana de l`Acensió,//troba la puerta enramada de linda flor de limón. / /(Milá, Romancerillo, p. 241.) Dematí de matinada / del día d`Ascensió,// el portal li enramellaren / de flors y fuyes d`olor. // (Aguiló, Romancer, p. 97.) es el de las versiones C y E, y no se encuentra en ninguna de las castellanas y portuguesas que yo conozco. El duelo del marido y el amante con que terminan las versiones chilenas, es propio también sólo de las variantes catalanas. En la versión B hay un pasaje que no hallo en ninguna de las españolas y portuguesas. Se refiere a la mujer: En las últimas estaba, / a dos muchachos llamó://--Tomen a estos dos chiquillos, / a su abuelo llevenlós;//si pregunta por la madre, / díganle que se murió. --// En dialecto monferrino existe una canción muy parecida a este romance, no sólo en el fondo, sino en ciertos detalles: --Cumari, la mioi cumari, / jaurei ca vena drumí cun vui? / --Cumpari, lo mioi cumpari, / fé pira cma ch` jaurei vui. / --Cumari, la mioi cumari, / vostir marí d`a l`hei mandá? / --Me marí l`é andá a cacia / ansem ai caciadur-- Etc. (Ferraro, Canti pop. monferrini, p. 6.) El texto antiguo del romance de La mála mujer, publicado por Wolf en la Primavera, puede consultarse en el t. VIII, p. 252, de la Antología de Menéndez Pelayo [ Albaniña: tema 197, versión 27, ficha 1550 en la base de datos. SHP]. En el t. X. de esta misma obra se encontrarán otras curiosas versiones.

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0222:8 Bernal Francés (í)            (ficha no.: 3485)

Versión de Chile s. l. (Chile).   Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 42 (B), pp. 91-92.  044 hemist.  Música registrada.

     --¡Válgame el Dios de los cielos,    válgame el padre San Gil!
  2   ¡Oh! ¿qué caballero es éste    que mis puertas hace abrir?
     --Señora, soy el Francés,    quien te solía servir,
  4   que si no me abres la puerta    aquí me verás morir.--
     Toma un candil en la mano    y ella misma le va a abrir,
  6   y lo toma de la mano,    lo lleva por un jardín,
     lo acuesta en cama de holanda,    donde él solía dormir.
  8   --¿Qué tiene, señor Francés,    qué tiene, triste de mí?
     ¿Que ha dejado amor en Francia    o le han dicho mal de mí?
  10   --No he dejado amor en Francia,    ni me han dicho mal de ti;
     tengo un dolor en el alma    que no me deja dormir.
  12   --No le tema a mis criados,    porque los mandé a dormir,
     ni menos a mi marido,    porque está lejos de aquí.
  14   --Yo no temo a tus criados,    porque ellos temen de mí,
     ni menos a tu marido,    que en tus brazos está aquí.
  16   --¡Oh! mal haya mi desgracia    y el día en que yo nací:
     con mi marido en mis brazos    y nunca lo conocí!
  18   --Mañana por la mañana    te acabarás de vestir:
     tu cuerpo será la grana    y mi espada el carmesí.
  20   Llamarás al buen Francés,    que arrastra duelo por tí;
     llamarás a tus hermanos,    que me vayan a seguir;
  22   yo me voy a entrar de cura    al convento de San Gil.

Nota de V. C. : -12a Vide rom. 41, -19b nota.
Título original: La adúltera (versión B).

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0191:14 La dama y el pastor (estróf. (vill. glos. ))            (ficha no.: 3496)

Versión de Valdivia (Chile).   Recitada por Juan Soto (18a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 52 (B), pp. 118-120. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº__,15.2, p. 107.  044 hemist.  Música registrada.

  1A   Una niña en una fiesta
     le dice a un. pastor: --Espera,
     que por ti anda la zagala
     de amor que se desespera.
  1B   --No me hables de esa manera,
     (responde el villano vil),
     mi ganado está en la sierra,
     con él me voy a dormir.--
  2A   --Mira qué lindos cabellos,
     ya llevarás que contar,
     el sol se divierte en ellos
     cuando me siento a peinar.
  2B   --Yo no me enamoro d`ellos,
     (responde el villano vil),
     mi ganado está en la sierra,
     con él me voy a dormir.--
  3A   --Mira que pie tan pulido
     para un zapato bordado,
     mira que soy niña tierna,
     `toy rendida a tu mandado.
  3B   --Zagala, cuando me hablaste
     de amores, no te atendí;
     perdóname, dueña amada;
     si en algo yo te ofendí.
  4A   --Pastorcito, ya no es tiempo,
     no me quieras perseguir;
     tu ganado está en la sierra,
     con él te irás a dormir.
  4B   --Te ofrezco una chigua de oro
     y unos caños de marfil,
     tan sólo por que me digas
     si yo me quedo a dormir.
  5A   --No quiero tu chigua de oro
     ni tus caños de marfil;
     tu ganado está en la sierra,
     con él te irás a dormir.
  5B   --Te ofrezco dos chiguas de oro,
     mis gualatos, mi sombrero,
     tan sólo por que me digas
     si esta noche yo me quedo.
  6A   --Cuando quise, no quisiste,
     ahora que quieres, no quiero,
     pasaré mis días tristes
     donde los pasé primero.--
                         Cogollo
                         Mi señor don. Fulanito
                         cogollito colorado,
                         el joven perdio a la niña
                         por dormir con su ganado.

Notas de V. C. : -4Ba Chigua: Cuando es hecha de cordeles o correas, semeja una red y sirve para el acarreo de pescados, legumbres y gavillas. Cuando es hecha de cañas o maderos rústicos, parece una jaula, y colgada de una viga, en el centro de las habitaciones, a dos metros del suelo, sirve a la gente del campo para preservar de las riatas los quesos, el chargui (tasajo, cecina), y demás víveres de guarda. Hay chiguas de cordel ú otro material flexible que sirven de cunas; -4Bb La versión andaluza de Fernán Caballero dice: te he de poner una fuente / con unos caños doradosa //. . . . etc.; -5BbGualato: Especie de pico o azadón de madera y hierro; o solamente de madera. para remover la tierra; Fin: Cogollo: Vide la nota de la versión anterior.

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2988:1 Tres hijas de la señora de bien (é)            (ficha no.: 3533)

Versión de Chile s. l. (Chile).   Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 89, pp. 201-203.  030 hemist.  Música registrada.

     A la quinta, quinta, quinta    de una señora de bien,
  2   llega un lindo caballero    corriendo a todo correr.
     Como el oro es su cabello,    como la nieve su tez,
  4   como luceros sus ojos    y su voz como la miel.
     --Que Dios os guarde, señora.    --Caballero, a vos también.
  6   --Dadme un vasito de agua,    que vengo muerto de sed.
     --Fresquita como la nieve    caballero, os la daré,
  8   que mis hijas la trajeron    al tiempo de amanecer.
     --¿Son hermosas vuestras hijas?    --Como el sol de Dios las tres.
  10   --¿Dónde están, que no las veo?    --Cada cual en su quehacer,
     que así deben estar siempre    las mujercitas de bien.
  12   --Decidme ¿cómo se llaman?    --La mayor se llama Inés,
     la medianita Angelina,    la más pequeña Isabel.
  14   --Decid a todas que salgan,    que las quiero conocer.
     --La mediana y la pequeña    a la vista las tenéis,
  16   que por veros. han dejado    de planchar y de coser.
     La mayor, coloradita    se pone cuando la ven,
  18   y ésa está en su cuarto, cose    que cose, y vuelta a coser.
     --Lindas son las dos que veo,    lindas son como un clavel,
  20   pero debe ser más linda    la que no se deja ver.
     Que Dios os guarde, señora.    --Caballero, a vos también.--
  22   Y se marcha el caballero    corriendo a todo correr.
     A la quinta, quinta, quinta    de la señora de bien,
  24   llegan siete caballeros,    siete semanas después:
     --Señora, buena señora,    somos los criados del rey,
  26   que hoy hace siete semanas    vino aquí muerto de sed.
     Tres hijas como tres rosas    nos ha dicho que tenéis:
  28   venga, venga con nosotros    ésa que se llama Inés,
     ésa que coloradita    se pone cuando la ven,
  30   que allá en los palacios reales    va a casarse con el rey.--

Comentario de V. C. : Tengo de este romance cinco versiones, sin variantes dignas de notarse. El texto que reproduzco no es el de ningúna de ellas, sino el publicado con el título de Cuento infantil por la fenecida revista chilena El Mensajero del Pueblo, año 1, p. 326, que ha sido indudablemente el que se propagó. He hablado con algunos de los pocos colaboradores sobrevivientes de aquella publicación, sin lograr saber nada del origen de este romance, que tampoco encuentro en ningún libro español. No lo creo chileno; pero sí moderno, y acaso usado en algún juego de niñas, como el que en Chile comienza: Hilo de oro, hilo de plata, / vamos ju` ando al ajedrez; que en España se canta a veces así, con una repetición inicial muy parecida a la del romance en que me ocupo: A la cinta, cinta de oro, / cinta de oro de un marqués . . . . . Como la divulgación del romance de Las tres hermanas es de poco tiempo, y la mimosa poesía se graba fácilmente en la memoria, las versiones que he recogido, aunque procedentes de diversas provincias, reproducen con bastante fidelidad el texto que publico, y no es necesario insertarlas.
Título original: Las tres hermanas.

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0702:2 La Virgen sueña la Pasión (8+8 í-a+estróf.)            (ficha no.: 3534)

Versión de Chile s. l. (Chile).   Documentada en o antes de 1910. (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Laval 1910, Oraciones populares, ensalmos i conjuros chilenos comparados con los que se dicen en España, pp. 67-68. Reeditada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 90 (A), p. 205.  020 hemist.  Música registrada.

     En el monte de Belén    está la Virgen María
  2   con su librito en las manos,    que ella rezaba y leía.
     Llega su hijo precioso:    --¿Así rezáis, madre mía?
  4   --No rezo, sino que velo    tus pies y manos benditas,
     la llaga de tu costado,    y tu boca humedecida
  6   con vinagre y hiel amarga,    dulce Jesús de mi vida.--
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     El que rece esta oración    tres veces continuamente,
  8   verá a la Madre de Dios    tres horas ante` `e su muerte.
     Quien la sabe y no la reza,    el que l`oye y no la aprende,
  10   cuando llegue el día `el juicio    verá lo qu` ella contiene.

Título original: La Virgen presiente la Pasión.

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2989:2 Las cinco llagas (á)            (ficha no.: 3538)

Versión de Chile s. l. (Chile).   Documentada en o antes de 1910. (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Laval 1910, Oraciones populares, ensalmos i conjuros chilenos comparados con los que se dicen en España , p. 69. Reeditada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 94, p. 211.  010 hemist.  Música registrada.

     Cuando Jesucristo vino,    puso un pies en el altar,
  2   por los pies le corre sangre,    por ias manos mucha más.
     --Quítate de a` i, Maudalena,    no te canses de llorar,
  4   qu` éstas son ias cinco llagas,    por ellas he de pasar,
     por los chicos y los grandes    y toda la cristiandad.

Nota de V. C. : -3a Maudalena: en las combinaciones ag., eg, og, la g se vocaliza en u: maunífico, impreunar, douma, por magnífico, impregnar, dogma. Esto mismo ocurre en las combinaciones ar, ec, oc: intauto. reuto, douto, por intacto, recto, docto.
Comentario de V. C. : Principio de un romance devoto, que en la tradición popular va precedido y seguido de otros versos, con los cuales forma una oración que tiene "virtudes prodigiosas para librar de todo peligro", según la información recogida por el señor Laval. En la página 75 de la misma obra hay otra versión.
Título original: Jesús y la Magdalena.

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0902:3 La enamorada de Cristo (á-a)            (ficha no.: 3557)

Versión de Chile s. l. (Chile).   Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 112 (C), pp. 314-317.  095 hemist.  Música registrada.

     En una augusta ciudad,    corte insigne y celebrada,
  2   sucedió un día de Corpus,    de que después de acabada
     la procesión, y traer    por las calles y las plazas
  4   nuestro Dios sacramentado,    dándole mil alabanzas;
     y cuando el señor obispo    con un canónigo estaba
  6   platicando del sermón,    sus puntos y circunstancias,
     observaron una niña,    qu` era un hechizo el mirarla,
  8   visitando los altares,    puesta en cruz y arrodillada,
     su cara como un lucero,    que a seis años no llegaba,
  10   y hacía unas suspensiones    que se quedaba elevada.
     Reparó el señor obispo    en la acción de la muchacha;
  12   dijo el canónigo luego:    --¿Ha visto usía tal gracia?
     Repare bien en la niña:    es bella, quiero llamarla.
  14   Ven acá, niña, le dice,    vení luego, que te llamo.
     --Aqui estoy, señor usía,    siempre obediente a sus plantas,
  16   una esclava a quien mandar,    humilde, inocente y casta.
     --¡Qué buena está la respuesta!    ¡Parece mujer anciana!
  18   Dime, niña, lo que pides    cuando te estás elevada.
     --Yo pido que como es día    que la religión cristiana
  20   celebra del Sacramento    sus benditas alabanzas,
     vengo a pedirle a Jesús    que me conceda su gracia
  22   de ser su esposa querida,    ser religiosa descalza.
     --Díme, niña, y ese Dios    que tanto le quieres y amas,
  24   antes de crear el mundo,    díme, niña, ¿dónde estaba?
     --Señor, estaba en sí mismo    todo el poder de su gracia,
  26   porque Dios no tuvo padre    ni fue formado de nada:
     antes de todos los siglos    Dios en sí mismo se estaba.
  28   --Díme ¿de qué fue formado    en las vírgenes entrañas
     de nuestra madre María,    ese Jesús a quien amas?--
  30   Se rió un poquito y dijo:    --¡La pregunta me hace gracia!
     De la preciosa sangre,    suprema y calificada
  32   de su corazón sagrado,    Madre de toda mi alma.
     --¡Válgame Dios, la chiquilla!    ¿No es un portento escucharla?
  34   Díme, para que Dios baje    a la hostia consagrada,
     ¿se hacen muchas oraciones    o dicen muchas palabras?
  36   --Con cinco palabras solas    Cristo de los cielos baja.
     y viene a las propias manos    del que la hostia consagra.
  38   --Niña, no lo sabes tú.    --Bien lo sé, pero no es tanta
     la dignidá, y no tenemos    la mujeres dicha tanta
  40   para poderlas decir.    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     Pongamos en discusión,    y si usía a mí me gana,
  42   haré yo solemne voto    con todas tas circunstancias.
     Las bazas han de ser cinco,    porque cinco son tas llagas
  44   que mi amado Jesús tiene    en su cuerpo bien selladas.
     --Tira una, pues te crees    del todo bien agraviada.
  46   --Ya que he de ser la primera,    en el nombre de Dios vaya.
     una mujer mereció    de todo un Dios ser llamada
  48   «Madre mía», muchas veces,    «lumbre de toda mi alma!»
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Notas de V. C. : -2bde que: Este es uno de los casos en que entre nosotros, se antepone indebidamente la preposición de al que anuniativo. "Me creo de que sí", "parece de que no volverá", "De manera de que llegó tarde", son contrucciones con que se solaza mucha gente; -14b vení: El imperativo popular de poner es pone o poné, según la naturaleza del mandato. Pone la mesa muchacha, significaría una orden más o menos perentoria, "poné" sería mejor una recomendación cariñosa; "pon", muy poco usado, demostraría ya enojo. Esta distinción es aplicable al imperativo de muchos otros verbos: "anda" y "andá", "trae" y "traé", "ven" y "vení," , etc.
Comentario de V. C. : Este vulgarísimo romance, de los peores que la musa devota ha inspirado álos bardos callejeros de la península, está bastante difundido en Chile, por razón de su asunto, sin duda. Figura en el índice de Durán entre los pliegos sueltos dei çiglo XVIII en adelante, con el siguiente título: La enamorada de Cristo, María Jesús de Gracia (Vide Romancero, t. 1, pág. LXXXIX.)

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0766:6 El guapo Luis Ortiz (á-o)            (ficha no.: 3562)

Versión de un pueblo del Sur (Chile).   Recitada por Margarita Ramírez (80a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 118 (D), pp. 336-338.  048 hemist.  Música registrada.

     Bisortiz llama el mozo,    Bisortiz el afamado;
  2   una tarde, estando a solas,    fue su padre a aconsejarlo:
     --¡Ay, hijo! que por tu causa    la hacienda se va acabando:
  4   toma veinticinco pesos,    una espada y un caballo,
     pónete luego en camino,    anda a Francia de soldado.--
  6   El hijo, como era un loco;    a su padre no ha escuchado;
     le daba un tiento a la puerta    como un toro desastrado.
  8   Al dar vuelta de una esquina    halla a su tío peleando,
     y por defender por él    de puñaladas ha dado.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  10   Siguen por un arenal,    donde Bisortiz ha entrado:
     Bisortiz, lo que los vío,    arranca, como era un rayo;
  12   el caballo va faltando,    y ya lo van alcanzando.
     Con la punta de la espada    una raya ha formado:
  14   --Juro por el alto Dios,    por San Pedro y por San Pablo,
     por los cuatro evangelistas    que tiene el Señor al lado,
  16   a que al que me pase esta raya    yo lo he de hacer mil pedazos.--
     Le responde un tío suyo    a quien quiere como hermano:
  18   --Date, date, Bisortiz,    date, date, Bis hermano,
     que aquél que ayer heriste    en la cancha está jugando.--
  20   Ya llevan a Bisortiz    preso y todo aliado,
     al destino donde debe    Bisortiz de ser colgado.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  22   Bisortiz, que se vio libre,    dos espadas ha tomado;
     de veinticinco corchetes,    ni el que manda se ha escapado.
  24   ¡Y que viva Bisortiz    para vengar un agravio!

Notas de V. C. : -1a Bisortiz: Así pronunciaba claramente la recitadora; -5a pónete: El imperativo popular de poner es pone o poné, según la naturaleza del mandato. Pone la mesa. muchacha, significaría una orden más o menos perentoria, "poné" sería mejor una recomendación cariñosa; "pon", muy poco usado, demostraría ya enojo; -11a vío: La tercera persona del presente de indicativo de ver se pronuncia a veces vío, y, afectadamente, vido; -19b cancha: Sitio limpio y desembarazado de obstáculos, cerrado o abierto, que tiene diversos empleos. -20b sic; En el romance se alude seguramente a la cancha de bolas, que sirve para el juego de las argollas.

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5140:2 Agustín Urra (ó)            (ficha no.: 3567)

Versión de Chile s. l. (Chile).   Recitada por Albina González (30a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 123 (B), pp. 349-350.  047 hemist.  Música registrada.

     ¡Qué día tan desgraciado    cuando Austín Urra nació!
  2   Urra, nacido en el Arque,    de buena generación,
     de buena cara y buen cuerpo,    pero de mala intención.
  4   Tiene por testigo amable    Urra, de tanto valor,
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    Urra, de valor sobrado,
  6   que `n cualquier parte lo pasa    aunque no tuviese vado.
     Un jueves a mediodía    llegó a casa de Albornoz,
  8   saludó y lo saludaron,    le dicen con precisión:
     --Apéese, don Austín.--    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
  10   Una niña le hizo señas    y Urra no las entendió.
     Austín Urra está a caballo,    `tá tomando el alimento;
  12   entre hombres y mujeres    formaron el prendimiento.
     Toda la tarde guerrearon    y el sol no se les entró,
  14   las heridas lo desmayan,    que al cabo solo se dio.
     Le dieron parte a Riquelme,    por ser justicia mayor,
  16   Riquelme, lo que lo vido,    movido de compasión,
     --Confiésate, Urra, le dice,    goces a buena intención,
  18   por si acaso te murieses    que tu alma encuentre perdón.
     --¿Cómo me he de confesar    si nunca me he confesado?--
  20   Mañana van a salir,    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     ya lo llevan para Penco,    adonde está destinado.
  22   Por la mitad del camino    a Riquelme ha desafiado;
     Riquelme le tuvo miedo,    pero le alaba la acción.
  24   --Deme armas y buen caballo    y apronte su batallón.--
     De ver como lo llevaban,    Urra de tanto valor
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Notas de V. C. : -1b Austín: Véase la primera nota de la versión 121 -16a vido: La tercera persona del presente de indicativo de ver se pronuncia a veces vío, y, afectadamente, vido.
Comentario de V. C. : Este romance de bandido, de que he recogido cinco variantes, todas incompletas y las más estragadísimas, parece ser chileno, por. la insistencia con que se localiza en Penco el sitio de la reclusión del protagonista.

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0705:3 Vengadora de su honra que se hace bandolero (é-o)            (ficha no.: 3574)

Versión de Chile s. l. (Chile).   Recitada por Pedro Álvarez (62a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 131 (B), pp. 388-389.  028 hemist.  Música registrada.

     --Cayetana, Cayetana,    mira que me tienes muerto;
  2   te doy palabra de esposo,    haciendo a Dios juramento.--
     Debajo `e una verde planta    los dos tomaron asiento.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  4   Se levantó el caballero    haciendo mil juramentos,
     prometiendo ser más fino    que el sol cuando está en su centro.
  6   Dispuso este caballero    salirse del lugar luego:
     la señora, que lo supo,    no hay tigre ni león tan fiero
  8   que ponga más fea cara.    Se mandó cortar el pelo,
     se puso una mascarilla    que tapó su hermoso cielo,
  10   carga trabuco y florete,    monta en un bruto ligero
                                       que volaba más qu` el viento
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  12   Una tarde muy penosa,    por la ladera de un cerro
     ha divisado venir    unos ocho pasajeros.
  14   Desmóntase Cayetana:    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     de cada mal un rayo,    y de lo menos un trueno.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Comentario de V. C. : No puede juzgarse del mérito de este romance por las estropeadas versiones que he recogido, pero no debe de ser mayor que el de otros del mismo tema, entre otras razones, porque los pedestres ingenios que los escribieron, se ajustaron siempre a una misma pauta, tan vulgar como sus facultades. Aunque no figura en los romanceros, no puede dudarse que su autor era español.

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0224:12 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 3579)

Versión de Chile s. l. (Chile).   Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 157 (E), pp. 539-540.  028 hemist.  Música registrada.

     --De Francia vengo, señora,    y en el camino encontré
  2   a un caballero, y me dijo    que lindas hijas tenéis.
     --Que las tenga o no las tenga,    yo las sabré mantener,
  4   con un pan que Dios me ha dado    y un jarro de agua también:
     --Yo me voy muy enojado    a los palacios del rey,
  6   a contárselo a la reina    y al hijo del rey también.
     --Vuelve, vuelve, pastorcillo,    no seas tan descortés,
  8   de las tres hijas que tengo    la mejor te la daré.
     --Esta escojo, por hermosa,    por esposa y por mujer,
  10   porque parece una rosa    acabada de nacer.
     --Téngala usté bien guardada.    --Bien guardada la tendré,
  12   sentadita en una silla,    trabajando para el rey.
     Azotitos con correa,    azotitos le daré,
  14   mojadita con vinagre    para que le sienten bien.

Comentario de V. C. : Se me había traspapelado esta versión, que es una de las primeras que recogí. Debe de ser de importación moderna en Chile. Tengo por indudable que las variantes A, B y E, de un lado, y la C y D, del otro, no sólo proceden de versiones diferentes, sino que por la fecha de su introducción y difusión corresponden a épocas distintas. Iguales a las últimas (C y D,) tengo muchas más, y sería fácil recogerlas por centenares; pero sólo publico dos, porque no contienen otras variailtes dignas de notarse, que las que puede comprobar el lector en los dos primeros versos. Las versiones antes transcriptas llevan en esta colección los números 71, 72, 73 y 74.

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5132:1 Testamento de Tomás Mardones (é-o)            (ficha no.: 3583)

Versión de Chile s. l. (Chile).   Recogida por Desiderio Lizana, entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 147 (A), pp. 461-467.  206 hemist.  Música registrada.

     Atención, noble auditorio,    todos sáquense el sombrero,
  2   que me hallo en disposición    de abandonar lo terreno,
     y para morir sin reato    quiero hacer mi testamento,
  4   porque al que muere intestado    el cura le saca el sexto .
     Así, todos los presentes    estén acordes y atentos,
  6   y, para hacerlo mejor,    sean mis testigos, quiero.
     En el nombre del Creador;    que hizo la tierra y el cielo,
  8   sepan cuantos esta carta    vieren de mi testamento,
     como yo, Tomás Mardones,    natural de aqueste pueblo
  10   que llaman de Santa Cruz,    o Colchagua, qu` es lo mesmo,
     soy hijo de don Domingo    Mardones, y harto lo siento,
  12   y doña Fidela Ahumada,    a quien Dios tenga en su reino.
     Item, declaro que fui    casado y velado a un tiempo;
  14   no declaro ningún hijo,    porque a la fecha no tengo,
     ni siquiera naturales,    porque no he sido par` ello.
  16   Y para abreviar la historia,    vamos a mi casamiento,
     que para encontrar mujer    me fui a tierra de unos lesos,
  18   donde les dije: --Soy rico,    y joven de gran talento.--
     Como la niña era beata,    yo aparentaba lo mesmo;
  20   haciendo de tripas guatas    y quebrando de mi genio,
     hablaba de cosas santas    y de grandezas del cielo,
  22   de historias, vidas de santos,    de lo espiritual y eterno,
     y algunas entreveradas    de grasa, de charqui y sebo,
  24   dando a entender qu` en mi tierra    tenía buenos potreros
     y muchas reses de engorda,    como igualmente carneros;
  26   a un tiempo les decía    qu` era muy buen mensurero.
     A todas estas razones    m` escuchaban muy atentos,
  28   y decían: --No es capaz    perder a este caballero;
     logremos esta ocasión,    que habrá venido del cielo.
  30   ¡Oh, qué feliz nuestra hija,    decían, si tiene acierto!--
     Me hacían ponches en ron,    y aunque estuviesen muy buenos
  32   los probaba y los dejaba,    más que mi ansioso guargüero
     se los quisiera tragar,    pues lo tenía tan hecho
  34   a tomar, en Sarita Cruz,    a cántaro y vaso lleno.
     Harto me mortifiqué    y ayuné días enteros,
  36   mas tuve felicidad    y todo me lo creyeron.
     Por fin, que ya se llegó    el deseado casamiento:
  38   siempre ayuné el primer día,    el segundo y el tercero,
     mas, al cuarto ya empecé    a acordarme de mis tiempos.
  40   Cuando se acabó la boda    y los parientes se fueron,
     dije: --¡Aquí sí qu` es la mía!--    y pregunté por un cuero.
  42   Mandé buscar una arroba ,    mas, no llegando tan luego,
     hice traer mi caballo    y me fui donde un fondero
  44   Le dije: --¡Amigo, ya me ardo,    écheme diez vasos llenos,
     mándeme guardar mi avío    y, juntamente, el secreto!--
  46   M` hizo una cama muy linda    en un precioso aposento,
     donde me llevé tres días    sin mirar al sol ni al cielo.
  48   Mi nueva esposa, afligida,    soñaba de que era muerto,
     y después decía a solas:    --¡No haberme salido cierto
  50   aquel sueño que soñé!    ¡No estaría padeciendo!--
     Porque tres años felices    se los pasó en sufrimientos.
  52   Y aprendan todos los que oyen    a echar mujeres al cielo,
     y no les den buena vida,    pues padecen en lo eterno.
  54   Y la mujer, como débil    y de menos sufrimiento,
     mejor que padezca aquí,    para no probar el fuego,
  56   ya que no es posible aguante    el purgatorio un momento.
     Y si hubiera alguna joven    que aspire a ganar el cielo,
  58   no tiene más que avisármelo    con anticipado tiempo,
     y en menos que canta un gallo    armamos el casamiento.
  60   Yo le protesto de que    pasará aquí su tormento,
     qu` es mucha felicidad    el no caer al infierno,
  62   pues los bienes d`esta vida    sólo duran un momento.
     Ítem, declaro mis bienes,    que son unos instrumentos
  64   de mensura, con los cuales    he mensurado terrenos.
     Ellos constan de una cuerda    que de largo tiene un tercio,
  66   y no tienen que tasarla,    pues me importó siete y medio,
     Una planchuela de palo,    qu` es la que pongo en el suelo,
  68   con sus triángulos y escalas    y sus tornillos de fierro.
     Ítem, dejo cuatro lápices    y tres compases de acero.
  70   Ítem, declaro más bienes;    son: un precioso terreno
     del mar a la cordillera,    y cuanto mis ojos vieron
  72   de montañas y pastales,    y algunos animalejos,
     como leones y guanacos,    y muchos zorros, entre ellos.
  74   Ítem, a mis albaceas    mando que con mucho arreglo,
     en cuanto tengan noticias    del triste fallecimiento,
  76   se haga luego un inventario,    para saber lo que dejo,
     y que de todos mis bienes,    según previene el derecho,
  78   tomen cómputo o montón    y se saque quinto y tercio.
     El quinto se le dé al cura    en total, sin faltar medio,
  80   para que todo lo invierta    en mi funeral y entierro.
     Se me hará entierro mayor,    preparando el monumento
  82   con todas las candilejas    que necesita el ferétro.
     Previa será la cruz alta    y también el paño negro,
  84   y todas estas exequias    se pagarán en dinero.
     Ítem, declaro que a nadie    ningún centavo le debo,
  86   no por dejar de pedir,    porque siempre fui de arresto,
     [sino porque fui dichoso,    que nadie me prestó un peso,
  88   ya fuera por desconfianza    que no le pagara medio,
     o sería caridad,    que todos me la tuvieron,
  90   y no me querían ver    de los dos pies en el cepo.
     Ítem, mando se repartan    d` estos dos nobles consejos:
  92   el primero es de que todo    aquel que tenga dinero,
     que se divierta con él,    qu` es aprov achar el tiempo;
  94   el segundo es de que nadie    deje algo para su entierro,
     porque a más de no enterrarlo,    han de pelear sobre el cuerpo,
  96   chuparán en el velorio,    y dirán: --¡El muerto es muerto!--
     ¡Gracias a Dios de que yo,    Tomás Mardones, no dejo
  98   ni licor para que beban    y muero con tal consuelo!
     Lo que otros dejan atrás,    yo me lo chupé con tiempo,
  100   ni tendrá ningún ocioso    que removerme los huesos,
     ni decir entre sus gustos:    --Toma, ratón cicatero,
  102   que fuiste mártir del diablo;    ya lo estarás padeciendo.--
     No, no lo verán en mí,    sepan todos, caballeros.

Notas de V. C. : -4b sexto: Puede referirse a una contribución que antiguamente cobraban los curas en los bienes de los que morían intestados. Sexto también se llama "el libro en que están juntas algunas disposiciones y decretos canónicos". (Academia Española, Diccionario); -17b lesos: necios; -20a guata: barriga; del mapuche huata, panza; -23b charqui: Tasajo, cecina; -25a reses de engorda: animal de engordar es, en Chile, el bovino cebón destinado al abasto. Precedido de artículo, el sustantivo engorda tiene valor de colectivo: la engorda, una engorda, designan un número considerable de los animales dichos. (Vide Román, Diccionario.); -26b mensurero por mensurador. El primero, que trasciende a despectivo, debió de aplicarse a los mensuradores legos, para distinguirlos de los que tenían el título de tales; -28a capaz tiene en este caso el significado de posible. Ocurre esto cuando modifica a la forma verbal es, y ésta trae por sujeto una proposición acarreada por el que anunciativo: "Es capaz que lo mate", "Es capaz que no venga", por "es posible . . . . " etc.; -32b guargüero: garguero; -34a tomar: En nuestras clases populares, el verbo tomar ha substituído enteramente a beber. Los que antes bebían, ahora toman; de donde al ebrio se le llama tomador. Hasta las póemas han dejado de ser bebidas, para convertirse en tomas; y apenas si entre los campesinos se oye sonar a veces la palabra bebedero, en el significado de abrevadero, y también para designar el vaso o cacharro en que se da de beber a los animales, sin distinción de aves ni de mamíferos; -42a arroba: El vino se mide aún en Chile por arrobas; -43b fondero: fondista; -45a avío: montura, 2ª acepción; -48a nueva esposa: puede querer decir aquí que la mujer era joven, o que le pertenecía desde poco tiempo; -65b tercio: La tercera parte de una cuadra, probablemente. -66b siete y medio: siete y medio reales, tal vez; -72a pastal: sitio abundante de pasto. -78a montón: ¿Monto? -87b [. . . ]: Este verso, que indudablemente falta en esta variante, los tomo de una versión de San Fernando, provincia de Colchagua; -92a de que: Este es uno de los casos en que entre nosotros, se antepone indebidamente la preposición de al que anuniativo. "Me creo de que sí", "parece de que no volverá", "De manera de que llegó tarde", son contrucciones con que se solaza mucha gente; -96a chupar por beber, es muy común.
Comentario de V. C. : Este romance es muy popular en el centro y sur de Chile. Poseo de él cuatro versiones más: dos de Santiago, una de Colchagua y una de Talca. Su autor, don Tomás Mardones, cuya fama vive aún, era uno de esos hombres en quienes ni los achaques ni los años logran hacer presa. El dolor más intenso es para ellos apenas una contrariedad, de que luego se sacuden, vaciándola en una copla burlesca que todos celebran y repiten. Mardones versificaba con facilidad y gracejo.

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0184:93 Blancaflor y Filomena (é-a+ó)            (ficha no.: 5067)

Versión de Constitución (Chile).   Recitada por Carmen Tapia (80a). Documentada en o antes de 1954. Publicada en Muñoz 1954, pp. 32-33. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº 15.1, pp. 72-73.  048 hemist.  Música registrada.

     Estaba Santa Lucía    a la luz de una candela,
  2   con sus dos hijas queridas,    Blancaflor y Filumena.
     Iba pasando un Turquío,    se enamoró de una dellas;
  4   se casa con Blancaflor    y pena por Filumena.
     Ya luego que se casaron    la retiró a lejas tierras.
  6   A los nueve meses justos    llega a casa de la suegra:
     --¿Cómo quedó por allá    hija mía y mujer vuestra?
  8   --Cómo quedará, señora,    en vías de parir queda,
     y le manda a suplicar    que le preste a Filumena.
  10   --¿Cómo la lleva, pues, hijo,    siendo joven, y doncella?
     --Yo la llevaré, señora,    como prenda suya y vuestra.
  12   --Saca, niña esos vestidos,    los de seda que tenís,
     que me manda Blancaflor    a suplicarme por ti.--
  14   Filumena le hizo caso    y de ella se despidió;
     el Turquío la aguardaba    y a las ancas la tomó.
  16   Por la mitad del camino    su pecho le descubrió;
     a más de haberla forzado    su lengua le rebanó:
  18   Con la sangre de su lengua    un papelito escribió.
     Iba pasando un pastor    y por señas le llamó:
  20   --Toma, pastor, esta carta,    llévasela a Blancaflor.--
     Blancaflor lo que la vio    de la pena mal parió
  22   y dio parte a la justicia    del asesino y traidor.
     El Turquío, lo que supo,    a un peñasco se arrimó
  24   y se hizo dos mil pedazos    y el diantre se lo llevó.

Nota de la editora: Versión apredinda de su abuelo, F. Garrido, cantor y poeta.

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3013.9:11 El carabí (no rom. (á))            (ficha no.: 5104)

Versión de Santiago (Chile).   Recitada por Gabriela Pizarro (38a). Recogida 00/00/1962 Publicada en Barros - Dannemann 1970, pp. 410-411. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº IX, 15.1, p. 95.  014 hemist.  Música registrada.

     Alicia va en el coche    a ver a su papá.
  2   ¡Qué lindo pelo lleva!    ¿Quién se lo peinará?
     Se lo peina su tía    con peine de cristal.
  4   Alicia se murió,    la fueron a enterrar
     en un cajón de vidrio    con tapa de cristal;
  6   arriba de la tapa    dos pajaritos van
     cantando el pío, pío,    cantando el pío, pa.

Nota: se canta el estribillo así: tras los primeros hemistiquios, carolín, y tras los segundos, carolín, cacao, lero, lao.

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3013.9:12 El carabí (no rom. (á))            (ficha no.: 5105)

Versión de Santiago (Chile).   Recitada por Elena Fuentes (13a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, p. 543. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº IX, 15.2, p. 95.  008 hemist.  Música registrada.

     Por un jardín hermoso    cuatro niñitas van;
  2   la niña que va al medio    hija es de un capitán.
     ¡Qué lindo pelo lleva!    ¿Quién se lo peinará?
  4   Se lo peina su tía    con peine de cristal.

Nota: se canta el estribillo así: tras los primeros hemistiquios, clorín, y tras los segundos, clorín, clorón.

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0191:24 La dama y el pastor (estróf. (vill. glos.))            (ficha no.: 5125)

Versión de Chile s. l. (Chile).   Recogida 00/00/1928 Publicada en Laval 1928, 18-19. Reeditada en RTLH 11 (1977-1978), pp. 148-149 y Díaz Roig 1990a, nº XI, 15.1, pp. 106-107.  025 hemist.  Música registrada.

  1A   --Pastor, yo mucho te quiero,
     yo misma te lo confieso,
     y mucho más te quisiera
     si fueras algo travieso.
  1B   --A otro perro con ese hueso.
  2A   --Pastor, cuando nos casemos,
     nos amaremos entre ambos
     y después nos reiremos
     de lo mismo que tratamos.
  2B   --Por cierto, en grande pensamos.
  3A   --Toma este chaper de punto,
     toma este chaper dorado;
     mírame que soy bonita
     y que estoy a tu mandado.
  3B   --Conmigo no habéis tratado.
  4A   --Vete, pastor, para acá,
     que no hay miedo que te corra;
     desde el día que te vi
     viene la muerte y me toma.
  4B   --Bien se está San Pedro en Roma.
  5A   --Permita el cielo, pastor,
     que mi maldición te alcance:
     que al darle agua a tu` ganado,
     toda se te desparrame.
  5B   --El buey suelto bien se lame.--

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0144:57 Don Gato (é)            (ficha no.: 5165)

Versión de Chile s. l. (Chile).   Recitada por Margarita Guaico (23a). Recogida 00/00/1970 Publicada en Barros - Dannemann 1970, p. 108. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XIII, 15.2, p. 139.  016 hemist.  Música registrada.

     Estaba el señor don Gato    sentadito en el tejado;
  2   ha recibido una carta,    que si quiere ser casado
     con una gata montesa,    sobrina de un gato pardo,
  4   y el gato, con alegría,    se ha caído del tejado.
     Se ha roto siete costillas,    el espinazo y el rabo
  6   y hoy vienen a visitarlo    médicos y cirujanos:
     Unos dicen: --¡Vaya, vaya!,    otros dicen, --Malo, malo.--
  8   Ya lo llevan a enterrar    por las calles del pescado.

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0023:71 Gerineldo (í-o)            (ficha no.: 5176)

Versión de Santiago (Chile).   Recitada por Antonio Brito (43a). Recogida 00/00/1930 Publicada en RTLH 7 (1975). p. 261. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XIV, 15.1, p. 148.  036 hemist.  Música registrada.

     --Guerineldo, Guerineldo,    Guerineldito pulido,
  2   quién te tuviera una noche    y otras tres al lado mío.
     --Usted me tendrá, señora,    si cumple lo prometido.--
  4   A eso de la medianoche    Guerineldo se ha vestido
     con botincitos de punto    pa que no fuera sentido;
  6   a la puerta de la infanta    va a cobrar lo prometido.
     La puerta estaba cerrada    y la infanta se la ha abrido.
  8   --Entra, entra, Guerineldo,    cumpliré lo prometido,
     dormiremos esta noche    como mujer y marido.--
  10   El rey lo ha echado de menos    y pregunta si ha salido;
     unos dicen que se fue,    pero otros que no ha venido.
  12   A la puerta de la infanta    llega el rey muy afligido:
     --¿De quién es este sombrero?    --De mi hermano muy querido.
  14   --¿Y de quién son estas armas?    --De Guerineldo pulido.
     --Si yo mato a la princesa,    ella es mi bien más querido,
  16   y si mato a Guerineldo    queda mi nombre perdido.
     Cásate con él, infanta,    por lo bien que te ha servido,
  18   cásate con él, infanta,    que mejor no has merecido.--

Nota: véase la versión # 3606, idéntica a ésta, salvo por el nombre del protagonista y la falta aquí de dos versos que aparecen en aquélla.

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0224:66 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 5210)

Versión de Chile s. l. (Chile).   Recitada por Inés Dölz-Blackburn. Recogida 00/00/1979 Publicada en Dölz-Blackburn 1979, p. 220. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XVII, 15.1, pp. 171-172.  022 hemist.  Música registrada.

     --Vamos jugando al hilo de oro    y al hilo de plata también,
  2   que me ha dicho una señora    que lindas hijas tenéis.
     --Yo las tengo, yo las tengo    y las sabré mantener
  4   con un pan que Dios me ha dado    y un vaso de agua también.
     --Yo me voy muy enojado    a los palacios del rey,
  6   a decírselo a la reina    y al hijo del rey también.
     --Vuelve, vuelve, pastorcillo,    no seáis tan descortés,
  8   la mejor hija que tengo,    la mejor te la daré.
     --Ésta escojo por esposa,    por hermosa y por mujer,
  10   que su madre es una rosa    y su padre es un clavel,
     ha acabado de nacer    en los palacios del rey.--

Nota: muy parecida a la versión chilena nº 3517; varían únicamente en los tres últimos versos.

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0178:56 Mambrú (7+7 á)            (ficha no.: 5251)

Versión de Chile s. l. (Chile).   Recitada por Inés Dölz-Blackburn. Recogida 00/00/1979 Publicada en Dölz-Blackburn 1979, pp. 210-211. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXI, 15.1, p. 196.  022 hemist.  Música registrada.

     Mambrú se fue a la guerra,    no sé cuándo vendrá,
  2   si será para Pascua    o por la Trinidad.
     La Trinidad se pasa,    Mambrú no vuelve más;
  4   la reina que lo espera    muy impaciente está;
     a la torre más alta    se sube a divisar
  6   y mientras que miraba,    un paje vio llegar.
     --Las noticias que traigo    dan ganas de llorar:
  8   Mambrú murió en la guerra    y lo llevan a enterrar
     en una caja de oro    con tapa de cristal.
  10   Encima de la tumba    los pajaritos van
     cantando el pío, pío    cantando el pío, pa.--

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0178:57 Mambrú (7+7 á)            (ficha no.: 5252)

Versión de Chile s. l. (Chile).   Recitada por Mario Baeza. Recogida 00/00/1956 Publicada en Baeza 1956,. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXI, 15.2, pp. 196-197.  040 hemist.  Música registrada.

     Un niño nació en Francia    muy bello y sin igual,
  2   por no tener padrinos    Mambrú se va a llamar.
     Mambrú creció muy luego,    casarse quiere ya,
  4   con una hermosa niña    nacida en Portugal.
     Diez duques y marqueses    lo van a acompañar.
  6   En la noche del baile    lo llama un oficial,
     en la mano le pone    un mensaje real;
  8   Mambrú, que lo ha leído,    se tuvo que embarcar.
     Llevaba en la casaca    la rosa de un rosal,
  10   lo recuerdo de su esposa    que tuvo que dejar.
     Mambrú se fue a la guerra,    no sé cuándo vendrá,
  12   será para la Pascua    o pa la Trinidad.
     --La Pascua ya se ha ido,    también la Trinidad,
  14   sube, niño, a la torre    por ver si viene ya.
     --Ahí viene un palomito,    ¿qué nuevas traerá?
  16   --Las nuevas que yo traigo    dan ganas de llorar:
     Mambrú murió en la guerra,    lo traen a enterrar
  18   en una barca blanca    que viene por el mar.--
     Aquí acabó la historia,    Mambrú descansa ya
  20   en caja `e terciopelo    con tapa de cristal.

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0137:19 Tres hermanas cautivas (6+6 í-a)            (ficha no.: 5342)

Versión de Chile s. l. (Chile).   Recitada por Inés Dölz-Blackburn. Recogida 00/00/1979 Publicada en Dölz-Blackburn 1979, p. 93. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXXII, 15.1, p. 253.  042 hemist.  Música registrada.

     En el campo moro    y en la verde oliva,
  2   donde cautivaron    tres hermosas niñas,
     el pícaro moro    que las cautivó
  4   a la reina mora    se las entregó.
     --Toma, reina mora,    estas tres cautivas
  6   para que te laven,    para que te vistan.--
     La mayor lavaba,    la menor tendía
  8   y la más pequeña    el agua subía.
     Un día en la fuente,    en la fuente fría,
  10   se encontró un buen viejo,    camina y camina.
     --¿Dónde vas, buen viejo,    camina y camina?
  12   --A buscar, tres hijas    que perdí hace días.
     Cómo se llamaban    esas tres cautivas?
  14   --La mayor Costanza,    la menor Sofía
     y la más pequeña    es mi Rosalia.
  16   --Tú eres mi padre.    --Tú eres mí hija.
     Voy a contárselo    a mis hermanitas.--
  18   Constanza lloraba,    Sofía reía
     y la más pequeña    de gozo reía.
  20   --No llores, Constanza,    no gimas, Sofía,
     que la reina mora    las vuelve a la vida.--

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0130:6 El galán y el convidado difunto (é-a+polias.)            (ficha no.: 3493)

Versión de Santa María (Aconcagua, Chile).   Recitada por José Valerio Vallejo (55a). Recogida por Agustín Cannobbio, (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Menéndez Pidal 1906b, Cultura Española, I, 95. Reeditada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 50, pp. 111-115.  051 hemist.  Música registrada.

     A misa es que iba un galán    por la calle de la iglesia:
  2   es que no iba por oir misa    ni pa estar atento a ella,
     es que iba por ver las damas    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
  4   En el medio del camino    se halló una calavera,
     la miró muy mirá    y un puntapié le dio.
  6   Entonces, como riéndose,    apretaba ella los dientes.
     --Calavera, yo te envito    esta noche pa mi fiesta.
  8   --No hagai` burla, caballero.    mi palabra te doy en prenda.--
     El galán, toitito acholao    pa su casa se golvió;
  10   toitito el santo día    bien retriste es que anduvo.
     Aun no se comía un boca`o,    cuando a la puerta picaron;
  12   manda un paje de los suyos    que saliese a ver quién era.
     --` ícele, cria`o, a tu amo    que si del dicho se acuerda.
  14   --` ícele que sí, mi cria`o.--    Le pusieron silla de oro,
     le puso muchas comí`as    y de ninguna comió.
  16   --No vengo por verte a vos,    ni por comer tu comí`a,
     vengo a que vengas conmigo    a medianoche a la iglesia.--
  18   A las doce de la noche,    cuando cantaban los gallos,
     las echaron pa la iglesia.
  20   En la iglesia hallaron en el medio    una sepultura abierta.
     --Entre, pué`, caballero,    conmigo habí` de comer.
  22   --Yo aquí no m` hei de meter,    Dios licencia no me ha da`o.
     --Si no fuera porque hay Dios    y por el` capulario que llevái`,
  24   aquí habías de entrar vivo,    quisierai` que no quisierai`.
     Anda, vete pa tu casa,
  26   y pa otra vez que hallí` otra,    hácele una reverencia,
     rézale un Pairenuestro    y échala pa la güesera.--
Notas de V. C. : -1a Es que por dicen que. Es el comienzo obligado de la mayor parte de las narraciones populares; -7a Por disimilacion, la i átona se cambia en e en algunas palabras en que hay una o más i en sílabas posteriores: bacenilla, escrebir, medecina, previlego, por bacinilla, escribir, medicina, privilegio; -9a Diminutivo de too, alteración vulgar de todo. La terminación itito es una de las diminutivas de más uso entre la gente del pueblo; Acholado, participio de acholar, acholarse, activo y reflexivo: avergonzar a otro, correrse uno mismo de vergüenza. Acholado vale, pues, tanto como corrido; -5b En algunas palabras b y v se cambian en g, especialmente delante de los diptongos ue, uí: gómito, agüelo, güitre, güey, por vómito, abuelo, buitre. buey; -10b "A esta marcada tendencia a la exageración se debe que, no contento el pueblo andaluz con duplicar una acción o cualidad por medio del prepuesto re, doble y triplique, a veces, la insistencia de éste, posponiéndole otras partículas que son de su exclusiva invención: v. gr. : bien, rebién, retebién, requetebién». (Rodríguez Marín, Cantos pop. españoles, t. 1, p. 10). La misma tendencia tiene el pueblo chileno, hilo del andaluz, é iguales son sus procedimientos idiomáticos; -11b "El verbo picar por llamar a la puerta, desconocido en Castilla, es usual en León y en Asturlas". (Menéndez Pidal, Cultura Española, p. 96. ); -25a El pueblo chileno ha formado una sola palabra de los imperativos anda, vé, el pronombre personal te: "andavete luego", "andavete, mejor" son frases que oímos todos los días, sin que entre anda y véte se advierta pausa de separación. Por otra parte, el imperativo singular de ir, con pronombre o sin él, no tiene uso en Chile; se le substituye por anda: "anda pronto", "ándate al diablo", por "ve pronto, véte al. diablo". Corrijo en esta parte el verso 48,[-23b] que nada significa en la forma en que se ha publicado: Anda, verte pa tu casa; -27aPairenuestro por Padrenuestro. La d, que tantos cambios experimenta y que en muchos casos se pierde se vocaliza en i antes de r: maire, Peiro, pieira, por madre, Pedro, piedra; -27b En la pronunciación y en la ortografia el vulgo substituye por g las letras h, b, v, cuando preceden a los diptongos ua, ue, ua: guaca, güevo, guillín, agüelo, engúelto, güitre, por huaca, huevo, huillín (nombre de un animal), abuelo, envuelto, buitre.
Comentario de V. C. : Como fácilmente se descubre, el argumento de este romance es la leyenda de don Juan Tenorio, referida en forma popular. Comparando la versión chilena con la que recogió en la provincia de León don Juan Menéndez Pidal, publicada en el t. X, p. 209 de laAntología de Menéndez Pelayo, se ve que son una misma, y que lo que estropeó el mal oído del recitador chileno, se puede restaurar sin esfuerzo con el auxilio de la variante leonesa. Don Ramón Menéndez Pidal, que insertó la versión de Aconcagua en la revista Cultura Española, p. 95, dice que tiene otro romance, recogido en Segovia, del difunto convidado, que difiere en todo del romance leonés. [Véase la versión siguiente (en prosa). SHP]

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0191:16 La dama y el pastor (estróf. (vill. glos. ))            (ficha no.: 3498)

Versión de Petorca (Aconcagua, Chile).   Recitada por Manuela Mejía (35a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 54 (D), pp. 122-123.  024 hemist.  Música registrada.

  1A   --Ya te habís acostumbrado
     a andar con malas ojotas,
     si te casaras conmigo
     te pusieras ricas botas.
  1B   --Yo no quiero ser casado
     ni entre prisiones y vivir,
     tengo el ganado en el cerro,
     ¡y adiós!, que me quiero ir.--
    
  2A   --Ya te habís acostumbrado
     a comer galletas gruesas,
     si te casaras conmigo
     comieras pan de cerveza.
  2B   --Yo no quiero ser casado
     ni entre prisiones vivir,
     tengo el ganado en el cerro,
     ¡y adiós!, que me quiero ir.---
    
  3A   --Si te casaras conmigo
     mi papá te diera un coche,
     para que vengas a verme
     el sábado por la noche.
  3B   --Yo no quiero ser casado
     ni entre prisiones vivir,
     tengo el ganado en el cerro,
     ¡y adiós!, que me quiero ir.--

Notas de V. C. : -1Aa Es común en el pueblo chileno substituir la terminación verbal éispor is, así en el presente como en el futuro: comís, comerís, por coméis, comeréis; -1Ab ojotas:Especie de abarca; -2Ab Vide la versión A, nota 2Ab; -2Ad Vide la versión A, nota -2Ac.
Comentario de V. C. : Esta canción no es, por la forma, precisamente un romance, pero sí por su origen, como advierte muy bien el señor Menéndez Pelayo, pues se deriva del viejo Romance de una gentil dama y un rústico pastor, que transcribo en seguida: [Se trata de la versión de Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 145, vol. II, pp. 64-65, ficha nº 1561 en la base de datos. SHP] Fernán Caballero insertó en su novela ¡Pobre Dolores! (p. 95. Sevilla, 1852), una versión andaluza de este romance tal como ahora se canta, de la cual proceden seguramente las variantes chilenas, por tradición oral o escrita. Sin ánimo de establecer comparaciones, que resultarían impertinentes, transcribo aquí, a título de curiosidad, algunos versos de una canción provenzal, que son como un remedo lejano de la canción española. Un amante regala a su dama un ruiseñor: pero, después de siete años, el pájaro huye: La damo li courr` à l`apres / coum` uno fremo fouelo: / --Arrest`, arresto, roussignou, / retouern` en gabiolo, / te farai mangear de pan blanc, / te darai de moun bouaro. / --N` en vouere gis de toun pan blanc, / et ni mai de toun bouaro; / iou mangearai d`herbo de camp, / de la pas caussigado. / Iou beurai d`aiguo doou roucas, / de la pas trebourado; / iou cantarai à moun plesir / coumo mes camarados. / Ame mai estr` auceou de camp / qu` auceou de gabiolo, / volá! / qu` auceou de gabiolo. // (Arbaud, Chants pop. de la Provence, t. I, p. 153). En la versión andaluza de Fernán Caballero se lee: --Tú, que estás acostumbrado / a comer pan de centeno,//si te casaras conmigo / lo comieras blanco y bueno. //--Yo no quiero tu pan blanco; / responde el villano vil,//tengo el ganado en la sierra, / adiós, que me quiero ir. //.

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0226:14 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 3523)

Versión de San Felipe (Aconcagua, Chile).   Recitada por Mercedes Rivera (52a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 79 (E), p. 164-168.  013 hemist.  Música registrada.

     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     --Ciego que nada ve,    ¿quiere hacer una merced?
  2   Darle una naranja al Niño    para que apague la sed.
     --Señora, escoja    las que ha de menester.--
  4   La Virgen, mientras más escoge,    más ha dado a florecer.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     --Ciego que nada ve,
  6   con la bendición del Niño    abre los ojos y ve;
     verás de puro cargados    tus naranjos caer.

Comentario de V. C. : Este piadoso romance, imperfectamente recordado en la tradición chilena, es muy popular en España, especialmente en Asturias, de donde procede la mejor versión publicada hasta ahora, (vide J. Menéndez Pidal, Colección de viejos romances, p. 262). En Chile está muy difundido, y hasta hace poco se cantaban algunos de sus versos como coplas de las ya desusadas Alabanzas, según puede verse en el interesantísimo libro del señor Laval, Oraciones, ensalmos y conjuros, p. 24, nº 10 y 11. ([Alabanzas: nota:] Hasta hace treinta años o poco más, los serenos, durante sus rondas, cantaban las horas, anunciando a un mismo tiempo a los durmientes el estado atmosférico: Las nueve han dado. . . y sereno. Las diez han dado. . . y nublado. Las once han dado. . . y lloviendo. etc. En algunos pueblos--en la Serena, por ejemplo--decían, hacia la medianoche, las Saetas, para desvelar al descuidado pecador: Un cuidado sin cesar / me atormenta noche y día: / ¡ay! Jesús del alma mía, / si me tengo de salvar! Etc. Y al amanecer entonaban las Alabanzas, dando a Dios gracias de haberles permitido ver la luz del nuevo día, é invitando a los vecinos a En Galicia parece que también existe este romance, a juzgar por estos cuatro versos, únicos que conozco: Entre os seus brazos levaba / a Jesus de Nazarete://as calores eran moitas, / o Neniño tiña sede. // Iglesia, El idioma gallego, t. 111, p. 117.) Milá y Fontanals trae un lindo romance, derivado, sin duda del castellano, en que la escena del huerto tiene diversa aplicación: De Betlem parti la Verge / sols per`nar a Nasarét;//ya `n prengué per companyía /al gloriós San Josep. //Quant né son a mija guia /á la Verge vingué set,//n` atrapan un hortolá /que pujava un mansané. //--Deu te guart, bon hortolá, /no`m farias una mercé?//No`m darias una mansana, /mansana del mnnsané?//--Si pot sé, linda senyora, /vos mateixa cullivo`-le. --//Josep vol alsá ls seus brassos, /las brancas `xecaren-sé;//María vol alsá `ls brassos, /las brancas jeueren-sé://--Ara crech, linda Senyora, /que portau Deu verdadé. --// (Romancerillo, p. 3.) El señor Vigón cita una versión portuguesa del romance de La fe del ciego, publicada por Leite de Vasconcellos en su Romanceiro, y yo mismo creo haber leído, no recuerdo ahora dónde, una variante en ele idioma.

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0435.2+0697:2 La galera de Cristo+Desde el Huerto hacia el Calvario (á)            (ficha no.: 3529)

Versión de los Andes (Aconcagua, Chile).   Recitada por Emilia Zúñiga (35a). (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Menéndez Pidal 1906b, Cultura Española, I, [88?]. Reeditada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 85, pp. 182-188 y Díaz Roig 1990a, p. 86-87 (15.4).  020 hemist.  Música registrada.

     ¡Quién tuviera tal ventura    sobre las aguas del mar,
  2   como tuvo Magdalena    cuando a Cristo fue a buscar!
     Lo buscó de villa en villa    y de villar en villar.
  4   A Valeriano le dice:    --A vos te podré rogar.
     Una verdad te pregunto,    que no sea falsedad:
  6   ¿si a Jesús de Nazaret    por aquí has visto pasar?
     --Por aquí pasó, señora,    (los gallos querían cantar)
  8   con una cruz en los hombros    que lo hacía arrodillar,
     y una soga a la garganta    que lo hacía tropezar;
  10   corona de espinas lleva,    todo ensangrentado va.--

Comentario de V. C. :
Comentario de V. C. : El señor Menéndez Pidal, que publicó este romance en Cultura Española, dice de él:-«Es uno de esos romances religiosos tan del gusto del siglo XVI y XVII, que tomaban el comienzo de un romance profano famoso, viniese o no viniese a cuento. Este de la Magdalena toma sus dos primeros versos del conde Arnaldos: ¡Quién hubiese tal ventura / sobre las aguas del mar,//como la hubo el conde Arnaldos / la mañana de San Juan!// Por no haber publicada ninguna versión peninsular de este "Conde Arnaldos a lo adivino", daré aquí una que tengo de Sepúlveda (provincia de Segovia), que difiere bastante de la chilena, pero que aclara alguno de sus versos: . . . (Cultura Española, pp. 89-90) [véase la entrada nº 3438]. Andrés Ortiz imitó el principio del Conde Arnaldos en su romance de Floriseo y lu reina de Bohemia: ¡Quién hubiese tal ventura / en haberse de casar,// como la hubo Floriseo / cuando se fue a desposar!// (Durán, Romancero, t. I, p. 153.) Comienzo muy parecido tiene también el romance portugués de Doña Branca: Deos me dera ter a graça / além das ondas do mar,//que teve Flores e Ventos / numa noite de Natal. // (Hardung, Romanceiro, t. I, p. 246.) En la versión chilena de La Magdalena, así como en la española de Sepúlveda, la imitación del Conde Arnaldos no va más allá tampoco de los cuatro primeros versos. Lo que viene en seguida, está hecho en buena parte con versos de un romance devoto muy popular, que a veces anda solo, con distinto principio, haciendo el papel de oración o cosa parecida, y otras ingerido en algún romance de tema religioso también. La versión asturiana de La Magdalena recoigida por don Juan Menéndez Pidal, se diferencia bastante de la chilena y de la española de Sepúlveda, hasta en el asonante, pero coincide con ellas en los siguientes versos, que son a los que me he referido: --¿Qué haces ahí, María, / corazón desconsolado?//--Estoy peinando mi pelo / y a mi hijo estoy aguardando. //--Por aquí pasó tu hijo / antes de cantar el gallo://lleva una cruz en el hombro / y una cadena arrastrando,//una soga a la garganta, / su rostro en sangre bañado. // (Colección de viejos romances, p. 266. [De hecho se trata de dos romances: La Virgen anuncia al niño su pasión y su gloria 0237+El rastro divino 1537. 1]) --¿Qué haces ahí, María, / corazón desconsolado?//--Estoy peinando mi pelo / y a mi hijo estoy aguardando. //--Por aquí pasó tu hijo / antes de cantar el gallo://lleva una cruz en el hombro / y una cadena arrastrando,//una soga a la garganta, / su rostro en sangre bañado. //(Colección de viejos romances, p. 266.) En Chile son muy populares: El Señor anda perdido, / la Virgen lo anda buscando. //--¿No me han visto por aquí / una estrella relumbrando?//--Yo lo vi pasar, Señora, / (los gallos `taban cantando)//con una cruz en los hombres / y un madero muy pesado,//y del peso de la cruz / Jesucristo arrodillado. // (Laval, Oraciones, etc., p. 18.) Estos versos, divididos arbitrariamente en dos coplas después del cuarto verso, se cantaban como estrofas del himno matutino conocido en Chile con el nombre de LasAlabanzas, (vide el comentario al rom. La fe del ciego, n. 1). Mezclados con versos de otras oraciones andan en esta forma: Por el rastro de la sangre / caminan la Virgen Santa,//San Juan y la Magdalena; / juntos los tres caminaban. //--¿No me han visto por aquí / pasar al hijo de mi alma?//--Sí, Señora, sí lo vi, / antes que et gaio cantara;//con una cruz en los hombros / de madera muy pesada,//que apenas andar podía / del gran peso que llevaba. // (Laval, Oraciones, etc., pp. 75-76. [= El rastro divino 1537. 1]) Los ángeles, mis hermanos, / me agarraron de la mano,//me llevaron a Belén / y de Belén al Calvario. //Me encontré allí con María / que iba besando el sudario. //Le dije:-Mujer cristiana, / ¿topaste a Jesús amado?--//Ella contestó llorando: / --Sí, que yo lo he encontrado//con una cruz en sus hombros; / ¡ya lo habrán crucificado!//Ya le ponen la corona, / ya le ponen los tres clavos,//ya en su boca ponen hiel / y la lanza en su costado. // (Laval, Oraciones, etc., pp. 119-120.) Las campanas de Belén / tocan al Señor el alba. //--¿Quién ha visto por aquí / pasar al hijo de mi alma?//--Por aquí pasó, Señora, / antes que el gallo cantara,//con una cruz en sus hombros / de madera muy pesada;//la madera, que era verde, / cada paso arrodillaba. // (Laval, Oraciones, etc, pp. 120-121.) Este episodio de la Pasión se refiere en forma parecida enlos cantos populares italianos: --Dua gite, matre María ,/sola, sola per questa via? / --Vo carendo `l mi` fiolo, / ch` ha tre giorni che `n l`artrovo. / --L` artrovai fra do` monti / co` le man piagate e gionte: / croce a spalla lu` l`aveva, / ma portalla `n la poteva; / sangue rosso lo buttava, / col mantello lo sciuttava. // (Mazzatinti, Canti pop. umbri, p. 315.

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0027:12 Bernardo se entrevista con el rey (décimas (L))            (ficha no.: 8551)

Versión de San Felipe (Aconcagua, Chile).   Recitada por Pedro Antonio Maldonado (68a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, p. 527. Reeditada en RTLH 1 (1957), nº lf, pp. 159-160.  024 hemist.  Música no registrada.

     Bernardo del Carpio un día
     donde el rey se presentó,
     y a su padre le pidió
     que prisionero tenía.
  5   El rey, que lo aborrecía,
     le dice con gran furor:
     --Hijo de padre traidor,
     de aquí no te escaparás;
     con la vida pagarás,
  10   por ser delito mayor.--
     Bernardo hizo una señal
     sin que vieran los presentes,
     y mil soldados valientes
     llegan en marcha triunfal.
  15   Viendo en el palacio real
     tanta gente reunida,
     el rey temió por su vida
     y también por su corona,
     y dijo qu` era una broma,
  20   para darle una salida.
     Bernardo, muy enojado,
     para el Carpio se volvió,
     y no volver más juró
     hasta ser desagraviado.

Nota: Se trata del romance de Lasso recreado en décimas. Según anota Vicuña (pág. 528), el recitador, persona de extraordinaria memoria, afirmaba que la composición no tenía más versos; pero es indudable que faltan, por lo menos, seis que completen la tercera décima. Pedro Antonio residía en Santiago.

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0139:5 Don Juan de Lara (á-a)            (ficha no.: 3551)

Versión de Arauco (Arauco, Chile).   Recitada por Emeterio Ruiz (54a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 106 (A), pp. 283-288.  158 hemist.  Música registrada.

     En la ciudad de Segovia    por todo el mundo nombrada,
  2   por lo fuerte y abundante,    que el cielo mismo la guarda,
     coronándola de estrellas;    en esta ilustre ciudada
  4   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    reside don Juan de Lara,
     caballero noble y rico    y de ilustre sangre hidalga.
  6   Gozaba de los favores    de su esposa doña Laura,
     y era devoto en extremo    de San Antonio de Padua.
  8   En verdad que la fortuna    nunca puede estar parada:
     a muchos hombres los sigue    la rueda de la desgracia.
  10   De la gran ciudad de Mura    tuvo don Juan una carta,
     que su padre estaba enfermo    y en gran peligro se hallaba.
  12   Dando a su esposa noticia    de todo lo que pasaba,
     disponiendo su viaje    con dos pajes en compaña,
  14   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    llegó a su querida patria,
     y halló a su padre querido    metido en mortales ansias.
  16   Al cabo ¡ay! en este tiempo    rindió la vida [á] la parca,
     quedando el cuerpo cadáver,    y Dios le pordone su alma.
  18   Ahí estuvo nueve meses    en negocios de importancia;
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    volvió a su querida patria,
  20   y pensando hallar alivio,    fue su pena más doblada:
     halló a su esposa encinta    y del parto muy cercana.
  22   Sale a recibirlo en brazos,    porque mucho lo deseaba.
     Don Juan, lleno de recelos,    le pega una bofetada,
  24   y le dice: --Vil traidora,    tus discursos son de farsa.
     Tú intentabas atrevida    manchar mi honor y mi fama:
  26   yo te he de quitar la vida,    pues lo requiere tu infamia.
     Si yo te quito la vida,    es quitarle a Dios dos almas,
  28   y Dios me cartigará;    he de aguardar a que paras.--
     No se pasaron dos días    sin que Laura se enfermara;
  30   llegó el prímero de enero,    y amaneció con luz clara
     sobre los montes vecinos    el sol que rayos dispara.
  32   Se levanta la señora    afligida y angustiada,
     con los dolores del parto    y la muerte muy cercana.
  34   Mas hincóse de rodillas    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     delante de un crucifijo,    diciendo así estas palabras:
  36   «Señor mío Jesucristo,    que por redimir las almas
     en esta cruz padeciste,    del cielo llave y escala:
  38   bien sabes, Padre amoroso,    que d`esta no debo nada.
     No siento, Señor, mi muerte,    ni el dolor ni la tardanza;
  40   el mayor dolor que tengo,    haberte ofendido ingrata.
     ¡Misericordia, Señor,    que no se pierda mi alma,
  42   ni el honor de mi marido,    esta es verdad declarada!»
     A este tiempo parió    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
  44   un tierno infante    que al sol los rayos quitaba,
     con letras siete en la frente    que prodigioso declara,
  46   diciendo: «Yo soy Antonio,    nadie ponga repugnancia».
     Agarra la madre al niño,    acostándolo en la cama.
  48   Lo miraba y le decía:    --¡Hijo mío de mi alma,
     e hoy habís nacido al mundo    en manos de la desgracia.--
  50   Entra al tiempo el caballero,    con la intención más dañada
     desenvainando el acero;    abre los brazos la dama,
  52   descubre su blanco pecho,    le pega él la puñalada
     y como si diera en bronce    se hizo pedazos la daga.
  54   A este tiempo San Antonio    entró por las mismas salas,
     vestido de religioso    de la orden franciscana.
  56   Mirándolo el caballero    le dijo estas palabras:
     --Mucho extraño, padre mío,    que esta visita se me haga.
  58   --No lo extrañe, caballero,    que de mi primera infancia
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    á. Dios le di mi palabra
  60   de visitar los enfermos,    y este motivo es la causa.
     Supe yo d`esta señora    que en gran peligro se halla,
  62   con los dolores del parto,    y he venido a visitarla.--
     Oyendo esto la señora,    alegremente escuchaba;
  64   el corazón le decía    lo qu` ella misma ignoraba:
     que éste era San Antonio    que venía a visitarla.
  66   El Santo le pide al niño,    la señora se lo daba;
     agarrándolo en los brazos    cariñosamente le habla:
  68   --¡Dios te guarde, hermoso niño,    Dios te libre de desgrácia!
     Bajo de santa obediencia    no me habís de negar nada.
  70   Pregunto: ¿quién es tu padre?    --Mi padre es don Juan de Lara;
     mi madre, más bien lo sabes    que se llama doña Laura.--
  72   Oyendo esto el caballero    de puro gozo lloraba;
     botándose a los pies,    al Santo besó las plantas.
  74   Gran ruido hizo este milagro:    la ciudad, alborotada,
     y la casa, un jubileo    de caballeros y damas.
  76   Tuvo el señor arzobispo    noticia `e lo que pasaba,
     mandando pedir al niño,    por ver maravilla tanta,
  78   le ofreció ser su padrino,    bautizarlo con la gracia.
     Lo sacan en procesión    con música concertada,
  80   y la Virgen de Belén    y San Antonio de Padua.
     Aquí el humilde poeta    pide perdón de sus faltas,
  82   que aunque haiga falta en los puetas,    en San Antonio no hay falta.

Notas de V. C. : -3b ciudada. Así pronunciaba distintamente el recitador, queriendo, sin duda, restablecer el asonante, que su oído echaba de menos; -10a Mura: ¿Murcia? ; -49a habís Es común en el pueblo chileno substituir la terminación verbal éispor is, así en el presente como en el futuro: comís, comerís, por coméis, comeréis; -82a haiga: Común en todas las clases sociales. Menos frecuente en las nuevas generaciones; puetas: a veces, a la alteración fonética de una palabra corresponde una modificación. de significado: así m`estro no es exactamente lo mesmo que maestro, ni pueta que poeta, ni mama que mamá, aunque este último vocablo tiene en castellano las dos acentuaciones, si bten con idéntica acepción. M`estro es el artesano ramplón o el pedagogo ignorante; pueta, el bardo popular; mama, la nodriza o la niñera. El hijo de familia acomodada y de abolengo, tiene mamá y también mamacita, si prefiere el diminutivo cariñioso; el pobre y de humilde origen, sólo tiene mamita, que es como él nombra a su madre en toda edad de la vida;

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0225:16 Monja por fuerza (é-o)            (ficha no.: 5271)

Versión de Lebu (Arauco, Chile).   Recitada por Elba González (17a). Recogida 00/00/1933 Publicada en Barros - Dannemann 1970, p. 102. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXIII, 15.2, p. 206.  008 hemist.  Música registrada.

     Yo me quería casar    con un mocito barbero;
  2   mi padre no lo quería,    me encerraron en un convento.
     ¡Aritos de mis orejas,    anillitos de mis dedos!
  4   ¡Lo que más sentía yo    era mi mata de pelo!

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0113:175 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 5330)

Versión de Laraquete (Arauco, Chile).   Recitada por Leonila Sanhueza (53a). Recogida 00/00/1965 Publicada en Barros - Dannemann 1970, p. 51. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXX, 15.2, p. 244.  024 hemist.  Música registrada.

     --Soldadito, soldadito,    ¿de dónde ha venido usted?
  2   --De la guerra, señorita,    ¿qué se le ha ofrecido a usted?
     --¿Lo ha visto usted a mi marido    en la guerra alguna vez?
  4   --Señora no lo conozco,    déme una seña y le digo.
     --Mi marido es alto y rubio,    alto rugoso también;
  6   en la punta de su lanza    lleva una marca de él.
     --Señora, sí lo conozco,    su marido muerto es;
  8   lo llevaron a Valencia    a casa de un primo de él.
     --Siete años he esperado,    otros siete esperaré;
  10   si no llega a los catorce,    de monja me dentraré.
     --Calla, calla, Chabelita,    calla, calla, por favor,
  12   yo soy tu querido esposo    y tú, mi linda mujer.--

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0234:41 Albaniña (ó)            (ficha no.: 3482)

Versión de Carahue (Cautín, Chile).   Recitada por Ana Pardo (16a). Recogida por Ramón A. Laval, entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 39 (E), pp. 85-86.  040 hemist.  Música registrada.

     Día sábado en la tarde,    por ser día `e la Asunción,
  2   hallé mi casa enramada    con ramas de admiración.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     --¡Qué linda eres, niña!    ¡Eres más linda que el sol!
  4   ¡Quién pudiera dormir contigo    una noche y otras dos!
     --Dormirá usté, don Carlos,    una noche y otras dos,
  6   que mi marido anda fuera    por esas pampas de León.
     ¡Dios quiera que en su camino    le dé un mal de corazón,
  8   cuervos le saquen los ojos    --águilas el corazón!--
     En esto que está la dama    y don Alberto llegó:
  10   --¿Qué tienes, Micadela,    que me hablas con turbación?
     --Nada, mi señor Alberto;    la llave se me perdió.
  12   --Si la llave era de plata,    de oro se la daré yo.
     ¿De quién es este caballo    que al mío le relinchó?
  14   --Suyo, mi señor Alberto;    mi padre se lo dejó.
     --¿De quiénes son estas armas    que están sobre el mostrador?
  16   --Suyas, mi señor Alberto,    mi hermano se las dejó.
     --¿De quién son estos pasos    que van para el mostrador?
  18   --Máteme, señor Alberto,    que l`hei arma`o traición.--
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     Domingo por la mañana,    con repiques y campanas,
  20   para hacer un triste entierro    de tres queridos del alma . . .

Notas de V. C. -6b El original dice Losa, nombre que nada significa aquí; -10a Micadela: pronunciación afectada: La tercera persona del presente de indicativo de ver se pronuncia a veces vío, y, afectadamente, vido. -18b hei: Vide rom. 37, n. verso -9a.
Título original: La mala mujer, (versión E).

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0226:12 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 3521)

Versión de Carahue (Cautín, Chile).   Recitada por Juan de la Cruz Pérez (10a). Recogida por Ramón A. Laval, entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 77 (C), p. 163.  016 hemist.  Música registrada.

     Caminemos, caminemos,    caminemos pa Belén.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  2   --No tomes agua, mi vida,    no tomes agua, mi bien,
     esas aguas son muy turbias,    que no se pueden beber.
  4   Allá, arriba de aquel huerto    hay un rico naranjal,
     que lo cuida un hortelano    y un ciego que no ve ná.
  6   --Dame, ciego, una naranja,    pa hacer callar a Manuel.
     --Intre, mi reina, y escoja,    será de su menester.
  8   ¿Será la reina del cielo,    y el patriarca San José?

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0139:7 Don Juan de Lara (á-a)            (ficha no.: 3553)

Versión de Temuco (Cautín, Chile).   Recitada por Margarita Pizarro (28a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 108 (C), pp. 293-297.  111 hemist.  Música registrada.

     Al verdadero Jesús    suplico me dé su gracia,
  2   y a la Reina de los cielos,    madre de Dios soberana.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     Se despidió de su esposa,    prenda que mucho estimaba,
  4   se fue a la ciudad de Muros    con dos pajes en compaña,
     hallando a su amado padre    metido en mortales ansias.
  6   Allí estuvo nueve meses    en negocios de importancia.
     Cumplidos los nueve meses    vuelve a su querida patria,
  8   pensando en hallar consuelo,    y eran sus penas dobladas:
     hallaba a su esposa encinta    y del parto muy cercana.
  10   Salió a recibirlo en brazos,    porque mucho lo deseaba;
     don Juan, todo lleno `e celos,    le tiró una bofetada,
  12   diciéndole: --Vil traidora,    tu gran discurso ¿`ónde pára?
     Tú, destentada, atrevida,    manchas mi honor y mi fama;
  14   yo te quitaré la vida    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     si lo requieres, infame,    y te dejaré que paras,
  16   que si te quito la vida    es quitarle a Dios un alma.--
     Se retiró la señora    en lágrimas anegada;
  18   no hallaba culpa que echarse,    que ella no era culpada.
     Año de mil setecientos    cuarenta y cinco, reclara;
  20   a los dos días de enero    le amaneció con luz clara,
     todos los montes vecinos    que al sol sus rayos le embargan.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  22   Recogió la madre al niño    con letra cierta en la frente:
     «Yo soy Antonio de Padua,    pónganme sin repugnancia».
  24   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    Acostándose en la cama
     lo miraba y le decía:    «¡Ay, hijo mío del alma!»
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  26   A los pies de un crucifijo,    diciendo aquí esta palabra:
     «Señor mío Jesucristo,    que por redimir las almas
  28   en esta cruz te pusieron,    llave del cielo y escala.»
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     A este tiempo entró don Juan,    con intención desalmada
  30   desenvainando la espada.    Abrió los brazos la dama,
     recibió el ingrato golpe    en la milagrosa estampa
  32   de la Virgen de Belén    y San Antonio de Padua,
     y como dar en un bronce,    se hizo pedazos la daga.
  34   A este tiempo San Antonio    entró por la misma sala,
     vestido de religioso    de la orden franciscana.
  36   Quedó turbado don Juan,    mas d`esta suerte le hablaba:
     --Mucho extraño, padre mío,    que esta visita usté me haga.
  38   --No lo extrañe, caballero,    que de mi primera infancia
     tengo yo por devoción,    y a Dios le di la palabra,
  40   de visitar los enfermos,    y esta razón es la causa.
     Mas supe qu` esta señora    en gran peligro se hallaba
  42   con sus dolores de parto,    y he venido a visitarla.--
     El Santo le pidió al niño,    la señora lo entregaba;
  44   lo que lo tomó en los brazos    alegremente le hablaba:
     --¡Dios te guarde, hermoso niño,    Dios te libre de desgracias!
  46   Bajo verdad y obediencia    no me habís de negar nada.
     Pregunto: ¿quién es tu padre?    Esta verdad me reclara.--
  48   Abrió los hermosos labios    el niño, y respuesta daba:
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    --El señor don Juan de Lara:
  50   mi madre, ya vos lo sabes    que se llama doña Laura.--
     Esto que oyó el caballero,    sólo del gozo lloraba,
  52   arrodillóse a los pies    del Santo y besó sus plantas.
     Se despidió San Antonio,    dejando victorias grandes
  54   contra el maldito demonio    que procuraba `ivorciarla.
     Hizo milagro hasta el río    que la ciudá alborotaba.
  56   La imagen de San Antonio,    ¡qué clavel con tantas gracias,
     que viene del mismo cielo    compartiendo sus fragancias!

Notas de V. C. : -4a Muros: ¿Murcia?; -13a destentada: Desatentada; -19b Reclarar por declarar. Es la forma corriente en el pueblo; -22b Letra cierta por letras siete (de ANTONIO); -44a Lo que por cuando, o mejor, por apenas: "Lo que (cuando o apenas); llegue Juan se irá Pedro"; En Aragón y en Colombia se dice á lo que, forma también usada en Chile; -46b habís: Es común en el pueblo chileno substituir la terminación verbal éispor is, así en el presente como en el futuro: comís, comerís, por coméis, comeréis; -54b `ivorciarla: La d inicial se pierde a veces. Vide rom. 65; la referencia de la nota 2 está equivocada; -55a "Hasta el río" , frase ponderativa: "Mintió hasta el río", que vale: "dijo muchas mentiras".
Comentario de V. C. : Este romance se encuentra en el índice de pliegos sueltos impresos del siglo XVIII en adelante, publicado por Durán. (Vide Romancero, t. I, p. LXXXVIII)

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1537.1:33 El rastro divino (á-a)            (ficha no.: 5087)

Versión de Chillán (Chillán, Chile).   Recitada por Pedro Luengo (40a). Documentada en o antes de 1943. Publicada en Villablanca 1941-1943, pp. 193-194. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº VII, 15.2, pp. 85-86.  062 hemist.  Música registrada.

     Escuchen y estén atentos:    cuando Jesucristo llama,
  2   San Juan y la Magdalena    todos juntos caminaban
     con un tomado de basto    y un calidoro llevaban
  4   donde recogen la sangre    que Jesucristo derrama.
     Sale la Virgen buscando    por el rastro de la sangre;
  6   con una mujer se encuentran    y a ella le preguntaba:
     --¿Dónde me ha visto pasar    un hijo de las entrañas?
  8   --Sí, señora, sí, lo vi    antes que el gallo cantara,
     con una cruz en los hombros    del madero muy pesao
  10   y la corona de espino    que el cerebro traspasaba;
     la cruz como era tan grande    tres veces se arrodillaba.--
  12   La Virgen oye las nuevas,    cae a tierra desmayada;
     San Juan, como buen sobrino,    tuvo pronto a levantala.
  14   --Levántate, tía, le dice,    levántate, tía del alma,
     que allá arriba del Calvario    entre tres luces estaba.--
  16   Un hombre estaba en el medio,    Jesucristo se llamaba.
     La Virgen no lo conoce,    aunque mucho lo miraba.
  18   Conócelo Madalena,    que a los pies de Cristo estaba.
     --¡Ay, hijo mío!, le dice,    ¡Ay, hijo mío del alma!,
  20   hiciste tu testamento    que a todo el mundo agradaba.
     Perdonaste a los impíos    y a quien le dio la lanzada,
  22   aquel perro del judío    que le dio la bofetada.
     San Pedro le deja las llaves,    quien tres veces te negaba,
  24   sólo a mí por ser mujer    me deja desamparada.--
     Vuelve la cabeza Cristo    y a San Juan le preguntaba:
  26   --¿Quién es aquella mujer    que tan lindamente hablaba?
     --Es María Madalena,    la que mucho te estimaba,
  28   quien te lavaba los pies    con lágrimas que derramaba.
     --Calla, calla, Madalena,    no te dejó desamparada,
  30   que en el centro de mi patria    tengo una silla apartada
     pa que te sientes en ella    contra mi madre sagrada.--

Nota de Díaz Roig: A partir del verso 19 es una recreación basada en el romance Las quejas de doña Urraca (Primavera, 36).

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1537.1:34 El rastro divino (pareados)            (ficha no.: 5088)

Versión de Niblinto (Chillán, Chile).   Recitada por Rosa Viscay (30a). Documentada en o antes de 1941. Publicada en Villablanca 1941-1943, pp. 200-202. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº VII, 15.3, p. 86.  038 hemist.  Música registrada.

     Ya viene rompiendo el alba    con su luz y claro día;
  2   démosle infinitas gracias    a Jesucristo y María.
     Despierten, almas dormidas,    todas alabar a Dios;
  4   suspendan todos el eco    y alaben con devoción,
     ¿Para dónde va Jesús?    --Voy para el monte Calvario
  6   a padecer por el hombre    y a morir crucificado.--
     Ya lo llevan, ya lo traen    por la calle de la Amargura,
  8   cuatro mil azotes lleva    atados a la columna.
     Jesucristo se ha perdido,    la Virgen lo va a buscar;
  10   --¿No me ha visto por aquí    un lucero relumbrado?
     --Por aquí pasó, señora,    antes que el gallo cantara
  12   con una cruz a los hombros    y una soga en la garganta,
     de rodillas por el suelo    que se cae y se levanta.--
  14   La Virgen `taba en el huerto    gotas de sangre llorando
     de ver las ingratitudes    con que le estamos pagando.
  16   En el cielo hay un pilar    rodeado de pedrería
     que lo plantó el niño Dios    para la Virgen María.
  18   Estas alabanzas que hay cantao    se las ofrezco a estos tres,
     A Jesucristo y María    y a mi padres San José.

Nota: Tras los versos pares (2-10) más el 13 y 17 se canta Albemos al señor, que nos dio su santo cuerpo/ que en el ara del altar se celebra el sacramento.

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0469:7 Infanta preñada (á-a)            (ficha no.: 3492)

Versión de Ancud (Chiloé, Chile).   Recitada por Manuela Astudillo (58a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 49 (D), pp. 109-110. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº__, 15.1, p. 177.  022 hemist.  Música registrada.

     Hay una yerba en el campo    que llaman de la borraja:
  2   las mujeres que la pisan    se sienten embarazadas.
     Una niña la pisó,    porque iba descuidada,
  4   y a los nueve meses justos    los dolores le llegaban.
     --¿Tú qué tienes, hija mía?    su padre le preguntaba.
  6   --Tengo un dolor de barriga    y a`emás gómitos y arcadas.
     --Que vengan siete doctores    de los mejores que haiga.--
  8   El más chiquitito dijo:    --La niña está embarazada
     y parirá antes de un` hora.--    Antes de un` hora contada
  10   el pobre niño lloraba.    --Délen la salú` del alma,--
     dijo el padre, y a la niña    la hizo tira` a puñaladas.
Notas de V. C. : -6b a`emás: Este es uno de los muchos casos en que la d se pierde o se aspira. Son interesantes, pero sería largo estudiarlos aquí; gómitos En algunas palabras b y v se cambian en g, especialmente delante de los diptongos ue, uí: gómito, agüelo, güitre, güey, por vómito, abuelo, buitre. buey; -7b haiga: Común en todas las clases sociales. Menos frecuente en las nuevas generaciones; -11a Delen: Metátesis de denle, de uso general en Chile; -12a tira` Hacer tiras, hacer pedazos, hacer cuartos.
Título original: La mala hierba.
Comentario de V. C: Este es el romance de Doña Urgelia y Doña Exendra, variantes ambas recogidas en Asturias por don Juan Menéndez Pidal (Colección de viejos romances, pp. 175, 177); el de La mala hierba, de la misma región, publicado por don B. Vigón (Menéndez Pelayo, Antología, t. X, p. 108); y, en cierto modo, aunque con diferencias substanciales, el 160 de la Primavera de Wolf. La versión chilena es muy abreviada, y aunque se asemeja bastante a las asturianas, parece no proceder directamente de ellas. Este romance debe haberse propagado en Chile en fecha ya antigua. Sus cuatro primeros versos se cantaban como copla de una vieja zamacueca, nuestro baile más popular: `Ay una yerva en er campo / de la vorraja yama`a,//to`a mujier que la pisa / se siente ar tiro preña`a. //Mucho cúida`o, niña`, / con la vorraja,//porque no tiene espina` /y tam`ién crava. //Y tam`ién crava, sí, / yerva marva`a,//que cuando una la pisa / que`a preña`a. // He aquí una décima en que aparece glosado el primer verso: Las niñas d`este lugar / son lindas qu` es un primor, / cuando oyen hablar de amor / ya no quieren conversar. / A una que le quise hablar / la otra noche en el tambo, /me dijo: --¡Quítese el zambo! /¿no ve que soy señorita?-- / Y yo le dije: --[Mi ] hijita, / hay una yerba en el campo. // (tambo: Mesón, taberna en que se canta y baila.)

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0226:11 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 3520)

Versión de Ancud (Chiloé, Chile).   Recogida por Darío Cavada, entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 76 (B), pp. 162-163.  022 hemist.  Música registrada.

     Caminito de Belén ,    viene un río de beber;
  2   como el camino es tan largo    el Niño pide`e beber.
     La Virgen le dice al Niño    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
  4   --No tomes agua, mi vida,    e no tomes agua, mi bien.
     En el puerto de Santiago    hay un rico naranjel
  6   que un pobre ciego lo cuida,    el pobre ciego no lo ve.
     --Ciego, dacne una naranja    para este niño placer.--
  8   Respuende el ciego y le dice:    --Agarra las que has menester.--
     Tantas fue las que agarró,    que el ciego empezó a ver.
  10   Respuende el ciego y le dice:    --¡Oh! ¿quién es esta mujer
     que me ha hecho tanto bien?
  12   --Soy la madre `e Jesucristo.--    Y se fue al efecto a Belén.

Nota de V. C. : -8a Respuende: Como existe en castellano la tendencia a reemplazar la o átona por el diptongo ue acentuado, en ciertos casos y por razones etimológicas que no son de este lugar, el pueblo la extiende a veces a palabras que, como responder, están fuera de ella.

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0812+0308.1:1 Pobreza de la Virgen recién parida +El castillo de la Virgen (í-a)            (ficha no.: 3528)

Versión de Ancud (Chiloé, Chile).   Recogida por Darío Cavada, entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 84, pp. 179-182.  018 hemist.  Música registrada.

     La Virgen con San José    se juntaron en un día,
  2   la Virge` andaba preñada    que dar paso no podía.
     San José se fue por lumbre,    que otro remedio no había;
  4   San José cuando volvió,    la Virgen era parida.
     --Bajen ángeles del cielo    para alumbrar a María.--
  6   Unos bajan los pañales    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     otros bajan el aceite    para alumbrar a María.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  8   En los más alto del cielo    hay una rosa florida,
     debajo de aquella rosa    está la Virgen María.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Comentario de V. C. : Al romance La Santa Casa [El castillo de la Virgen, IGR 0308. 1] recogido por Menéndez Pidal, pertencen estos versos: Tiene balcones de oro, / ventanas de plata fina. //Por la más hermosa dellas / entra la Virgen María,//con un niño en los sus brazos, / llorando lágrima viva. // (Colección de viejos romances, p. 269).
Advertencia: No es muy segura mi identificación de los temas religiosos debido a que comparten e intercambian muchos motivos. En este caso, si no fuera porque falta precisamente el lloro de la Virgen, a juzgar por motivos y versos compartidos, podría tratarse de La congoja de la Virgen en Belén (o incluso de algún otro)+El castillo de la Virgen.
Título original: Navidad

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0212:28 Devota de la Virgen en el yermo (í-a)            (ficha no.: 3531)

Versión de Ancud (Chiloé, Chile).   Recogida por Darío Cavada, entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 87, pp. 191-195.  030 hemist.  Música registrada.

     El rey tenía una hija,    echaba mil maravillas,
  2   de oro andaba calzada    y de plata bien vestida.
     Esta era devota    de Virgen Santa María,
  4   tres rosarios rezaba,    todos tres de un día:
     uno de mañana,    otro al mediodía,
  6   otro silencio de noche    cuando su padre dormía.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     --Ya vendrán los caballeros    que por mí preguntarían,
  8   preguntarían de lejantes    palacios de barría,
     haciendo figurines    y serafines.
  10   Si quisiera ser monja,    tal cosa no pasaría;
     si quisiera ser casada,    tal cosa no intentaría.
  12   Mándeme dejar a una montaña    `onde no vive gente viva,
     `onde la culebra grita,    la serpiente respondía.
  14   Con un angelito del cielo    mándeme dejar la comida,
     con una palomita blanca    mándeme dejar la bebida.

Comentario de V. C. : Es el mismo romance que publicó Milá en la Romania, en 1877, y que está reproducido en el t. V., p. 389, de sus Obras completas. Menéndez Pidal recogió dos versionés en Asturias (vide Colección de viejos romances pp. 227 y 229), a las cuales se asemeja más que a la de Milá, castellana también, recogida en Galicia, la variante chilena, que es con extremo incorrecta. Este romance está difundido también en Portugal: J. A. Tavares publicó en la Revista Lusitana, t. IX, p. 304, una versión procedente de Vinhaes. A fin de que el lector sepa de qué se trata, ya que la desmedrada versión ancuditana no se lo dice muy claramente, transcribo una de las variantes de Menéndez Pidal, la que más se asemeja a la chilena [véase la entrada nº 3439]. Para mí es indudable que el romance de La Devota se escribió teniendo presente el de Delgadina, y acaso como reacción contra éste, del cual conserva algunas reminiscencias y no poco del movimiento general. En la variante chilena del primero todavía hay dos versos: `onde lá culebra grita, / la serpiente respondía, // que parecen calcados de estos otros donde canta la culebra, / donde la rana cantaba// de una versión asturiana de Delgadina. (Vide M. Pidal, Colección de viejos romances, p. 240; o M. Pelayo, Antología, t. X, p. 127.) [Conviene tener en cuenta que estas fórmulas de discurso expresan un motivo tradicional utilizable en numerosos contextos fabulísticos y que de hecho se emplea en Penitencia del rey don Rodrigo, Una fatal ocasión, La fuerza de la sangre, La Infantina, entre otros, donde siempre viene a significar lo mismo: un lugar inhóspito. SHP]

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5035:5 Don Jacinto del Castillo y doña Leonor de la Rosa (í-o)            (ficha no.: 3544)

Versión de Ancud (Chiloé, Chile).   Recitada por Rosendo Pérez (35a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 99 (D), pp. 248-249.  026 hemist.  Música registrada.

     Doña Leonor de la Rosa,    que pocas rosas se han visto
  2   que no mueran deshojadas    a manos del precipicio.
     Dios se esmeró en dibujarla,    de manera que la hizo
  4   imán de los corazones    y de los hombres hechizo.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     --Deja, cristiano, tu ley    y sigue la que yo sigo,
  6   adora mi dios Mahoma    y te casarás conmigo.
     --No dejaré yo mi ley,    pues sería un barbarismo
  8   y mi alma no quiere ir    a los profundos abismos.
     --¡Hala, mis soldados, hala!,    ¡hala, mi guardia y ministros!,
  10   ¡á prender en el instante    a este cristiano atrevido,
     que quiso violento y loco    violentar el amor mío!
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     por interés del dinero    que se vende en el guarismo.

Comentario de V. C. : Durán incluye este romance entre los vulgares que tratan de cautivos y renegados (vide Romancerio, t. II, p. 293). Es anónimo, y en el "catálogo de los pliegos sueltos impresos del siglo XVIII en adelante", publicado en el t. I de la obra citada, figura con el siguiente título: Don Jacinto del Castillo y doña Leonor de la Rosa. Romance en que se declaran los amores que tuvieron, y la gran violencia que su padre la hizo para que se casase con atro, al cual mataron, y a su padre y suegro, y se salieron de su tierra.

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0766:5 El guapo Luis Ortiz (á-o)            (ficha no.: 3561)

Versión de Ancud (Chiloé, Chile).   Recogida por Darío Cavada, entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 117 (C) pp. 335-336.  069 hemist.  Música registrada.

     Luis Ortiz se llama el mozo,    Luis Ortiz es el famoso;
  2   llámalo un día su padre    a solas a aconsejarlo.
     y le dice: --Por tu causa,
  4   por tu causa, Luis Ortiz,    la hacienda se va acabando.
     Toma esta espada y caballo    y toma estos dos mil pesos,
  6   y te vas a la ciudad,    sientas plaza de soldado.--
     Luis Ortiz, como era loco,    enterró espuelas cual rayo.
  8   A la vuelta de una esquina    ve peleando a su tío,
     y por allí defenderle    diez puñaladas ha dado.
  10   Esto lo supo el Gobierno,    mando publicar un bando:
     «Quien quiera tomar a Ortiz,    tomará dos mil ducados.»
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    une yo soy un endiablado,
  14   con treinta y cinco corchetes    y mil hombres de a caballo.--
     Cortaron por arenales.    donde habitaba Ortiz;
  16   mas, viendo esto Luis Ortiz,    se desmontó [`e ] su caballo;
     con la punta de su espada    una rayita ha formado,
  18                                     y dice: --San Pedro y Pablo;
     y más los dos angelitos    que tiene el Señor al lado,
  20   que [ a ] quien pase esta rayita    cuatro mil pedazos lo hago.--
     En esta batalla estaba    cuando llegó un primo hermano:
  22   --¿Es posible, Luis Ortiz,    es posible, Luis hermano?
     El que heriste en San Felipe,    allí, ayer, está enterrado;
  24   el que heriste tú en la cancha,    hoy allá estaba jugando.
     --¡Qué haremos, pues, hermanito!    
  26   Todo lo que está bien hecho,    todo está bien acabado.--
     Así, pues, se lo llevaron    por un camino real.
  28   Encontró a unos cinco amigos:
     --¿Es posible, Luis Ortiz,    es posible, Luis amigo?
  30   El que heriste en San Felipe,    allí, ayer, está enterrado;
     el que heriste tú en la cancha.    hoy allá estaba jugando.
  32   --¡Qué haremos, pues, amiguitos!
     Todo lo que está bien hecho,    todo está bien acabado,
  34   y si hoy nadie me libra    ya mañana seré muerto.--
     Cuatro empezaron la guerra,    uno quedó desatando.
  36   Desatado Luis Ortiz    y con la espada en la mano,
     de treinta y cinco corchetes    y mil hombres a caballo,
  38   no le ha quedado ninguno.
    
                         Cogollo
     ¡Viva el sol, viva la luna,    y que vivan las estrellas!
     Agradables caballeros    cogollitos de lombriz,
     aquí se acaba el corrido,    corrido de Luis Ortiz.
Notas: -12b sic; -24a cancha: Sitio limpio y desembarazado de obstáculos, cerrado o abierto, que tiene diversos empleos. En el romance se alude seguramente a la cancha de bolas, que sirve para el juego de las argollas; Fin: El cogollo es una estrofa con que generalmente se da remate a las canciones o tonadas. Es una lisonja, una advertencia, y a veces también una pulla, enderezadas a alguno de los oyentes.

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0168.1:45 ¿Dónde vas, Alfonso XII? (í)            (ficha no.: 5037)

Versión de San Javier Alto (Chiloé, Chile).   Recitada por Rosario Gallardo. Recogida 00/00/1965 Publicada en Barros - Dannemann 1970, p. 107. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº II, 15.1, p. 45.  016 hemist.  Música registrada.

     --¿Dónde vas, rey Alfonsito,    dónde vas? --Triste de mí.
  2   --Voy en busca de Mercedes    que ayer tarde no la vi.
     --Merceditas ya se ha muerto,    muerta está, que yo la vi,
  4   cien doncellas van llorando,    caballeros más de mil.
     El paño que la cubría    era azul y carmesil
  6   con botones de oro y plata    y claveles más de mil.
     Al Escoria la llevaron    y la enterraron allí
  8   en una caja forrada    de cristal y de marfil.--

Nota de Díaz Roig: Esta versión parece libresca, seguramente aprendida en el Suplemento de Menéndez Pelayo (p. 254).

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0595:2 Bernardo de Montijo (á-a)            (ficha no.: 2018)

Versión de Rengo (Colchagua, Chile).   Recitada por Manuel Morales (40a). Recogida por Julio Vicuña Cifuentes, 00/00/1905 (fecha deducida) (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 120 (A), pp. 341-345. Reeditada en IGR-vulgar 1999, pp. 191-193.  106 hemist.  Música registrada.

     Atiendan, mozos solteros,    atiendan, niñas y damas,
  2   las de la pestaña crespa,    las de la media enrollada,
     las que al adre cantan flores,    las de la vida viriada.
  4   Yo tuve una dependencia    con una mujer mundana,
     y, para evitar cuestiones,    me fui a la ciudad de Francia,
  6   donde me hube `e enamorar    con la más hermosa dama
                             Bernarda se llamaba;
  8   gasté joyas y dineros    y no pude alcanzar nada,
     pero después alcancé    joyas, dineros y dama.
  10   Lo maliciaron sus padres    y trataron de casarla,
                             me escribe una carta:
  12   "Pues, ay, Bernardo, --me dice--    pues, ay, Bernardo de mi alma,
     sabrás me casan mis padres,    cuando no de hoy o mañana".
  14                           Bernardo, que vio la carta,
     se tiraba a irse solo,    pero se reflexionaba.
  16   Se fue donde unos amigos    que tenía en la ciudada.
     --Pues, ay, amigos,-- les dice    --pues, ay, amigos del alma,
  18   para casarme con ella,    sabrán que adoro a una dama
     donde hoy me escribe una carta,    que sus padres la casaban.--
  20   El menor soltó la risa    con su boquita de plata:
     --En llegándose la noche    cazadores no se escapan.--
  22   Ensillaron los caballos    y se fueron a la plaza.
     Preguntan: --¿Qué bulla es esa?    --Se casó dicha Bernarda.--
  24   Piden permiso a la guardia,    pronto se les fue negada.
     Mataron siete alguaciles    y al Corregidor las barbas.
  26   Mataron al esposado    y se llevaron la dama.
                             Cortan a orillas de playa
  28   en el silencio `e la noche    para salir a Guardiana.
     Oyen una voz que dice:    --Anda el lobo en la campaña.--
  30   El menor de sus amigos    dijo que lo acompañaba
     mientras durase la vida,    pudiese menear la espada.
  32                           los tres hubo batalla;
     de los tres murieron dos,    pero con siete estocadas
  34   uno de ellos se escapó
     Cuando Bernarda lo vio,
  36   --Pues, ay, Bernardo-- le dice    --pues, ay, Bernardo de mi alma,
     por mí perdiste tu vida,    tus amigos y tu patria.
  38   Yo me iré por esos montes    como una mujer mundana,
     pisaré estas duras peñas    con mis delicadas plantas;
  40   mis ojos, de sentimiento,    aumentan un mar en agua,
     no me entregaré a los hombres,    ni a los cristianos, por gracia.--
  42   Bernardo, de que la oyó,    así herido como estaba,
     pronto alzaba la cabeza.
  44   Puso en cura sus heridas
     y de que se vido sano    se salió a la plaza de armas.
  46   --Servirte, mi capitán,    servirte y asentar plaza.--
     Le entregó doce soldados    de lo mejor de su escuadra;
  48   al que no mata, atropella,    al que no atropella, espanta.
     Un día, estando en la mesa,    dijo el capitán así:
  50   --Señores, les contaré    lo que me pasó en Guardiana,
     con el silencio `e la noche    y la claridad del alba.
  52   Vi tres mozos a caballo,
     de los tres murieron dos
  54   uno de ellos se escapó    pero con siete estocadas.
     --Ah, capitán invencible    de las naciones sultanas,
  56   casi muerto me dejaste,    cautivo me tiene el alma.
                                       ¿Dónde me tienes mi dama?
  58   --Señor, la tengo guardada    y prometo el entregarla.--
     Como que se la encontró    a Bernardo su Benarda.

Notas de V. C. : -3a Adre por aire. Pronuncian así, los que han oído criticar, sin saber por qué, el que se diga paire, maire, poirío, (vide som, 50. n. 9); -3b viriada: airada (Durán); -11b donde: En el uso popular, el adverbio donde sirve para expresar diversas relaciones, substituyéndose a otras palabras. He aquí algunos ejemplos: "Yo iba muy tranquilo; donde (cuando) el caballo se espantó y me echó al suelo"; "Me entretuve conversando; donde (por lo que) se me pasó la hora y perdí el tren"; "Me dio Juan un remedio, donde (y) me hizo tanto mal, que por na no me morí". En este último ejemplo, atendiendo a la índole de la construcción popular, no sería procedente reemplazar donde por que o el cual; -15a Tirar a irse solo es "estar pronto a dejarse llevar del primer impulsor"; -16b ciudada. Así pronunciaba distintamente el recitador, queriendo, sin duda, restablecer el asonante, que su oído echaba de menos; -29b Guardiana: ¿Guadiana?

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0184:34 Blancaflor y Filomena (é-a+ó)            (ficha no.: 3468)

Versión de San Fernando (Colchagua, Chile).   Recitada por Manuela Donoso (40a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 25 (B), pp. 61-62.  044 hemist.  Música registrada.

     Estaba la mora, estaba    entre la paz y la guerra,
  2   con sus dos hijas queridas,    Blancaflor y Filomena.
     El duque don Bernardino    se enamora de una d`ellas;
  4   se casa con Blancaflor    y pena por Filomena
     y luego que se casó    se la lleva a lejas tierras.
  6   Cumplidos los nueve meses    volvio a casa de la suegra:
     --Buenos días tenga, madre.    --Muy buenos, hijo, los tengas.
  8   --¿Cómo quedó Blancaflor?    --En víspera `e parir queda,
     y le manda suplicar    que le preste a Filomena.
  10   --¿Cómo l`has de llevar, hijo,    siendo muchacha doncella?
     --Yo la llevaré, señora,    como prenda mía y vuestra:
  12   --Toma, muchacha, esta llave,    ponéte tu hato mejor.--
     El duque don Bernardino    en ancas se la llevó.
  14   y en la mitad del camino    su pecho le declaró;
     después de cumplir su gusto    la lengua le cortó.
  16   Con la sangre de sus venas    ella una carta escribió,
     a un pastor que va pasando    por señas lo llamó.
  18   --Toma, pastor, esta carta,    llévasela a Blancaflor.--
     Blancaflor, des que la vío,    con el susto malparió;
  20   manda prender su marido    por alevoso y traidor.
     El duque don Bernardino    de un risco se despeñó,
  22   y se hizo mil pedazos    y el diablo se lo llevó.

Notas de V. C. : -5b El adjetivo plural lejas se usa todavía en Chile, entre la gente del pueblo. -19a Vide rom. 24, n. verso -11a.

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0184:42 Blancaflor y Filomena (é-a+ó)            (ficha no.: 3476)

Versión de Pencahue de Caupolicán (Colchagua, Chile).   Recitada por Celia Infante (50a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 33 (J), pp. 73-74.  038 hemist.  Música registrada.

     Estaba la reina, estaba    entre la paz y la guerra,
  2   con sus dos hijas queridas,    Blancaflor y Filomena.
     El duque de Fernandillo    se enamora de una d`ellas:
  4   se casa con Blancaflor    y pena por Filomena,
     Cumplidos los nueve meses    llegó a casa de la suegra:
  6   --Buenos días le dé Dios.    --Téngalos usté muy buenos.
     ¿Cómo queda Blancaflor?    --En días de parto queda,
  8   y le manda suplicar    que le preste a Filomena.
     --¿Cómo la queréis llevar    siendo muchacha y doncella?
  10   --Yo la llevaré, señora,    como hija y hermana nuestra.
     --Hija, pónete un vestido,    el que tuvieres mejor,
  12   que te manda suplicar    tu hermanita Blancaflor.--
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    a las ancas la tomó;
  14   a la mitad del camino    su pecho le descubrió,
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    y la lengua le cortó.
  16   A un pastor qu` iba pasando    hizo señas, y volvió;
     con la sangre de sus venas    [ella ] una carta escribió:
  18   --Toma, pastor, esta carta,    llévasela a Blancaflor.--
     Blancaflor de que lo supo,    luego del susto abortó.
  20   Aprecio de Fernandillo    su alma se le condenó.

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2986:1 El vaquero (á)            (ficha no.: 3509)

Versión de San Fernando (Colchagua, Chile).   Recitada por un anciano, "Tío Nico" (unos 80a). Recogida por Ramón A. Laval, entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 65 (A), pp. 143-144.  016 hemist.  Música registrada.

     Da gusto ver un vaquero    por l`oriya `e un espinal,
  2   `etrras di una vaca negra    sin periya ni señal.
     Unos `icen qu` es di aquí,    otros `icen qu` es di ayá,
  4   yo conosco vien la vaca,    qu` es de negro, escuro imán.
     ¡Qu`én tuviera un laso güeno!    ¡qu`én la pudiera piyar,
  6   pa meterl` a un güen potrrero    pa que pudiera engordar,
     para sacar charqu` y grasa    para `acer un charquicán,
  8   y con algunos amigo`    pa po`erla merendar!

Notas de V. C. : -1b Espinar. Así también pajal, pulmonal, por pajar, pulmonar; -2a letras o pies llama la gente del campo a los versos, y versos a las estrofas. La décima, por ejemplo. es, según ellos, "un verso de diez pies". No siempre es tan precisa la distinción, pues algunos lo mezclan y confunden todo, y si se les apura, se enredan en explicaciones incoherentes de que es imposible sacar nada en limpio; -2b La perilla es un pedazo de cuero que se corta de la nariz sobre las fosas nasales, del animal vacuno, dejandole colgante por el extremo superior para que sirva de señal. Cuando se corta del pescuezo o del pecho, se llama campanilla; -5a güeno: En algunas palabras b y v se cambian en g, especialmente delante de los diptongos ue, uí: gómito, agüelo, güitre, güey, por vómito, abuelo, buitre, buey; -7b charquiccín: guiso hecho con picaduras de charqui asado o de carne fiambre. Figuradamente, tiene esta palabra el mismo significado metafórico de "pepitoria".

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0226:13 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 3522)

Versión de San Fernando (Colchagua, Chile).   Recitada por Rosa Castro (26a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 78 (D), p. 164.  013 hemist.  Música registrada.

     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    va la Virgen pa Belén;
  2   en la mitad del camino    pidió el Niño que beber.
     --No pidas agua, mi vida,    no pidas agua, mi bien,
  4   que las aguas corren turbias    de no poderse beber.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     --Ah, ciego que nada ve,    ¿cómo me hace una merced?
  6   Darle una naranja al Niño    para que apague la sed.--
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     ¡Qué ciego con tanta dicha,    que abre los ojos y ve!

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0902:1 La enamorada de Cristo (á-a)            (ficha no.: 3555)

Versión de Rengo (Colchagua, Chile).   Recitada por Alejandro García (43a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 110 (A), pp. 305-310.  165 hemist.  Música registrada.

     A las mujeres discretas    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
  2   que presumen de entendidas,    que de amorosas se precian
     de nuestro amante Jesús    que creó el cielo y la tierra,
  4   les pido un rato atención:    oirán lauros y grandezas
     de una niña de seis años    que admira, pasma y eleva.
  6   En Córdoba la insigne,    cuyas cumbres elevadas
     de famosa arquitectura    con rapacejos de nácar,
  8   el sol sus rayos suspende    con chapiteles de plata.
     En esta augusta ciudad,    corte insigne y celebrada,
  10   sucedió un día de Corpus    de que después de acabada
     la procesión, y traer    por las calles y las plazas
  12   nuestro Dios sacramentado,    dándole mil alabanzas,
     y cuando el señor obispo    con un canónigo estaba,
  14   platicando del sermón,    sus puntos y circunstancias,
     observó luego una niña,    al punto quiso llamarla:
  16   --Ven acá, niña, le dice,    viene pronto, que te llaman.
     --Aquí tiene, señor usía,    siempre obediente a sus plantas,
  18   una esclava a quien mandar,    humilde, inocente y casta.
     --¡Qué política es la niña,    y tiene buena crianza!
  20   Díme, niña, ¿que le pides    cuando te estás elevada?
     --Yo pido que como es día    que la religión cristiana
  22   celebra del Sacramento    las benditas alabanzas,
     vengo a pedirle a Jesús    que me conceda su gracia
  24   de ser su esposa querida,    ser religiosa descalza,
     porque me tiene arrobada    el objeto de su gracia.
  26   --Dime, niña, y ese Dios    que tanto le quieres y amas,
     antes de crear el mundo,    dime, niña, ¿dónde estaba?
  28   --Señor, estaba en sí mismo    todo el poder de su gracia,
     porque Dios no tuvo padre    ni fue formado de nada:
  30   antes de todos los siglos    Dios en sí mismo se estaba.
     --Dime ¿de que fue formado    en las vírgenes entrañas
  32   de nuestra madre María    ese Jesús a quien amas?--
     Se rió un poquito y dijo:    --¡La pregunta me hace gracia!
  34   De la más preciosa sangre,    suprema y califcada
     de su corazón sagrado,    Madre de toda mi alma.
  36   --¡Válgame Dios, la chiquilla;    es un portento escucharla!
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     ¿Dice muchas oraciones,    o dice muchas palabras?
  38   --Con cinco palabras solas    Cristo de los cielos baja,
     y viene a las propias manos    del que la hostia consagra.
  40   --Niña, no lo sabes tú.    --Bien lo sé, pero no es tanta
     mi dignidad; no tenemos    las mujeres dicha tanta
  42   para poderlas decir.    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     --Son malas, dijo el canónigo,    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
  44   las mujeres, y por eso    no merecen dicha tanta.--
     Se puso coloradita,    alza los ojos y habla:
  46   --¿Sabe usía lo que ha dicho?    ¿Parece no ha dicho nada
     en despreciar las mujeres    y por el suelo echarlas,
  48   siendo la cosa mejor,    digna de ser alabada,
     que creó mi amado dueño    con el poder de su gracia?
  50   Entremos en discusión,    y si usía me la gana,
     haré un solemne devoto,    con todas mis circunstancias,
  52   de rezar todos los días    puesta en cruz y arrodillada;
     y si yo le gano a usía,    en pago de aquí esta gracia,
  54   me ha de dar usía un dote,    que ésa es toda mi esperanza.
     Defienda usía los hombres,    y yo, que estoy agraviada,
  56   defenderé las mujeres,    puesto que es mía la causa.--
     Dijo el canónigo: --Yo    absorto estoy de escucharla;
  58   sin sentidos y sin juicio    me ha dejado la muchacha.
     No sólo responde a todo,    sino que pide compaña.
  60   El dote te lo prometo    como me ganes las bazas.
     --Las bazas han de ser cinco,    porque son cinco las llagas
  62   que mi amado Jesús tiene    en su cuerpo bien selladas.
     --Echa una, pues te crees    del todo bien agarrada.
  64   --Ya que he de ser la primera,    en el nombre de Dios vaya.
     Una mujer mereció    que la Trinidad sagrada
  66   en el vientre de la madre    tres veces la visitara
     antes que fuese nacida.    Alceme usía esa baza
  68   con un varón que merezca    esta tan leída hazaña.--
     A lo que se encogió de hombros,    y dijo: --No puedo alzarla.
  70   Vamos a otra pues, niña,    esta es la segunda baza:
     que mi padre San José,    pabellón de gloria tanta,
  72   que en su mano floreció    un palo que seco estaba.
     --Tenga usía quieto el naipe,    aun no la tiene ganada.
  74   Conozco en mi corazón,    mi vida, potencia y alma,
     que mi padre San José    es el todo de la gracia.
  76   --Un abrazo dame, niña,    que te quiero más que el alma.
     --Eso no lo haré, señor,    no se me pegue la maña
  78   del abrazar a los hombres,    qu` es una gente muy mala.--
     Y luego la madre vino,    y su Ilustrísima estaba
  80   contentísima, y alegre    de escuchar a la muchacha.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     Con un letrero en la espalda,    con letras de oro grabadas
  82   el amor de Jesucristo,    murió aquí esta dichosa alma;
     y por eso se le dice,    y por eso se le llama:
  84   «La enamorada de Cristo,    María Jesús de Gracia».

Notas de V. C. : -10b de que: Este es uno de los casos en que entre nosotros, se antepone indebidamente la preposición de al que anuniativo. "Me creo de que sí", "parece de que no volverá", "De manera de que llegó tarde", son contrucciones con que se solaza mucha gente; -16b viene: Los que no están ciertos de que el imperativo singular de venir es ven, y han oído decir que la forma popular vení es incorrecta, creen salir airosos pronunciando viene.

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5142:1 El trigo y el dinero (é-a)            (ficha no.: 3578)

Versión de Rengo (Colchagua, Chile).   Recitada por Alejandro García (43a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 135, pp. 399-406.  234 hemist.  Música registrada.

     Pare su dorado carro    el rubicundo. planeta,
  2   la luna tenga su nivel    y las errantes estrellas.
     Paren los cuatro elementos,    todos los astros atiendan
  4   a una reñida pendencia    entre el trigo y la moneda.
     Pido a todos atención,    para que con ella pueda
  6   contarlas a mi auditorio    la más extraña contienda
     que han habido los nacidos,    que han escrito los poetas;
  8   y porque sea notorio,    quiero que todos lo sepan.
     Es que el trigo y el dinero    están en gran competencia,
  10   sobre cuál de los dos es    de las más sublimes prendas.
     Habló el dinero, diciendo    al trigo d`esta manera:
  12   --¿Cómo, villano atrevido,    te opones a mi grandeza,
     sabiendo que mis aplausos    se ensalzan a las estrellas?
  14   Y por si acaso lo ignoras,    será razón que lo sepas:
     mi nombre propio es dinero,    hecho soy de tres materias,
  16   que son oro, plata y cobre,    metales qu` el mundo aprecia.
     Soy caballero cruzado,    pues traigo aquí la encomienda;
  18   el rey sus armas me dio,    pues las traigo por defensa.
     Sus más nobles caballeros    y señores de altas prendas,
  20   me dan su lado derecho    y me sientan a la mesa.
     Y soy el dueño del mundo,    pues todo a mí se sujeta;
  22   hago al pobre poderoso,    discreto al que necio era,
     y de un soldado valiente    hago un general de prendas.
  24   Doy dones y señoríos,    puestos, lauros y grandezas,
     de mis perlas . . . . . . . . .    las veneras encomiendas,
  26   beneficios, canongías,    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     gobiernos, corregimientos,    alabardas y banderas,
  28   marquesados y ducados    y otras muchas preeminencias.
     Yo edifico casas, pueblos,    ciudades, villas y aldeas,
  30   alcázares y palacios,    castillos y fortalezas,
     catedrales y ermitas    y otras fábricas diversas.
  32   Yo convierto en tierra llana    a la más sublime sierra,
     pongo viñas y olivares,    prados, jardines y huertas.
  34   Hago las mayores cosas,    los vínculos, las haciendas,
     yo tengo capellanías    para los hombres de letras.
  36   Tengo maestros de danzas,    pintores de gran destreza;
     tengo para los enfermos    doctores de grandes ciencias,
  38   barberos para sangrías,    afeitar y sacar muelas,
     cirujanos para heridas,    albéitares para bestias,
  40   albardoneros, herreros,    armeros para escopetas,
     carpinteros y torneros,    sastres y sastras muy buenas,
  42   zapateros de obra prima,    también tengo de obra gruesa,
     roperos y comerciantes    y maestros de vihuela.
  44   Tengo fábricas de paño,    de grana, sedas y telas,
     donde se visten los reyes    y los hombres de altas prendas.
  46   Las fábricas de sayal,    anascote y estameña,
     bayetas y tafetanes,    es todo bien de mi cuenta.
  48   Tengo también para pobres    muchas fábricas diversas
     de sargas y paños pardos    y lienzos de mil maneras.
  50   Tengo para el pasajero    mesones, posadas, ventas,
     también tengo en las ciudades    bodegones y tabernas,
  52   donde vendo por cuartillas    vino, aguardiente, mistela.
     Para el regalo del bombre    tengo muchas cosas buenas:
  54   tengo pavos y capones,    gallinas y pollas tiernas,
     pollos, liebres y conejos    y toda clase de pesca,
  56   cerdos, vacas y carneros,    muchos cabritos y ovejas,
     cerezas, brev as, duraznos,    uvas, higos y camuesas.
  58   Tengo leche, miel y huevos,    canela, azúcar y almendra,
     en el mar tengo navíos,    bergantines y corbetas.
  60   Por mí va a la fleta India    y mil marchantes en ella;
     yo redimo a los cautivos,    yo contra infieles doy guerra,
  62   y visto al que está desnudo    y yo caso a las doncellas.
     El pobre por mí trabaja,    por mí el rico se desvela,
  64   y hago grandes amistades,    venzo pleitos y quimeras.
     Yo sé de todos oficios    y entiendo de toda ciencia,
  66   y tengo para pasearme    sillas, coches y literas.
     Y a donde quiera que estoy    jamás dentra la tristeza,
  68   sino gustos, pasatiempos,    bailes, saraos y fiestas,
     gustos, entretenimientos,    funciones, toros, comedias.
  70   Corren toros y alcancías,    convites, banquetes, mesas;
     soy muy delgado en ingenio,    tengo muchas agudezas.
  72   Los ingenios de la azúcar    yo los saqué de mi idea,
     los molinos del aceite    y las casas de monedas,
  74   las fábricas de tabacos,    dos mil productos y rentas.
     Tengo plateros que hacen    relicarios y cadenas,
  76   engarces para rosarios,    medallas y lentejuelas,
     juentes, arvillas y jarros,    campanillas, vinajeras,
  78   las medias lunas y soles,    las coronas y diademas,
     las custodias y copones    que en el sagrado se encierran.
  80   No quiero pasar de aquí,    pues si más decir quisiera,
     en un año no acabara    de referir mis grandezas,
  82   y ahora con, atención    sólo espero la respuesta.--
     El trigo atento escuchaba,    y ya falto de paciencia,
  84   le dice: --Calla, villano,    suspende tu errante lengua,
     pues aquel que mucho habla,    dice el vulgo, mucho yerra.
  86   Y así, para que no inores    tu vana y loca soberbia,
     te diré en breves palabras    algunas de mis grandezas,
  88   `esvaneciendo las tuyas,    pues son todas apariencias.
     Yo alimento al Padre Santo    en sólida silla regia,
  90   a cardenales y obispos,    también al rey y a la reina,
     condes, duques y marqueses.    caballeros de encomienda,
  92   al labrador en su afán,    al poderoso en su hacienda,
     en su estudio al escribano,    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
  94   al abogado en sus leyes,    al regente en su audiencia,
     en su juventú al mancebo,    en su casa a la doncella,
  96   en su ermita al ermitaño,    al solitario en su cueva,
     por el mar los navegantes,    los soldados en la guerra,
  98   al jardinero entre flores    y al hortelano en su huerta,
     con sus vacas al vaquero    y al pastor con sus ovejas.
  100   Mantengo reinos, provincias,    ciudades, villas, aldeas;
     yo alimento a toda España,    a Francia, a Hungría y a Grecia,
  102   Flandes, Polonia, Alemania,    Saboya, Italia y Armenia.
     Soy la que tuve los reinos,    de los campos la cosecha,
  104   doy abasto a los poblados,    al gusto de la grandeza.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     Y si no, dime tú ahora    ¿qué lauros y qué grandezas
  106   consiguió el Rico avariento,    con ser tu amigo de veras?
     El estar hecho un tizón    en las profundas cavernas.
  108   Aquel gran traidor de Judas,    sólo por treinta monedas
     cometió el mayor pecado    que se ha escrito ni se cuenta.
  110   Dicen que edificas templos    y haces obras excelsas:
     pues de mí se hace el pan,    manjar que todos aprecian.
  112   También se hace la hostia    que en la misa se celebra,
     y en fe de cinco palabras    baja del ciclo a la tierra
  114   el Redentor de la vida;    ¡mira qué mayor grandeza!
     En mí queda su morada,    y sacramentado queda.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  116   Pan del ciclo, manjar dulce,    donde el mismo Dios se ostenta.--
     El dinero vuelve las espaldas    al trigo, ufano con esta empresa.
  118   Ahora, Alejandro García    pide perdón de la letra.

Notas de V. C. : -60aPor mí va la flota a Indias (Durán); -67b dentra: dentrar por entrar es común en todas las clases sociales; -77a juentes: El cambio de f en j se observa antes de las vocales o, u, y más comunmente, de los diptongos ue, ui: jogata, dijunto, juerza, juimos, por fogata, difunto, fuerza, fuimos. De aquí el dicho popular con que he oído despedirse a algunos guapetones, al subir bizarramente en sus cabalgaduras: "con una jota y una i, dijo un huaso me juí"; arvillas: ¿salvillas?; -79b sagrado: sagrario (Durán); -86a inores:En las combinaciones ig, vg, la g se pierde: indino o endino, inorante, pimeo, por indigno, ignorante, pigmeo; -103a Soy la quietud de los reinos (Durán); - -118a Y chora Sebastián López (Durán); El recitador chileno substituía su nombre al que está escrito en el romance, según la, versión de Durán, quien no creyó sin duda que era el del autor, pues da el romance como anónimo.
Comenterio de V. C. : -Este romance es el mismo que publica Durán en el t. 11, p. 400 del Romancero; pero en algunas partes son tantas las adiciones, variantes y supresiones, que puede estimarse como refundición de aquél. Durán lo incluye entre los de "controversia, agudeza é ingeniosidad".

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0075:47 Delgadina (á-a)            (ficha no.: 3451)

Versión de Coronel (Concepción, Chile).   Recitada por Eloísa Orellana (23a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 8 (A), pp. 27-29.  080 hemist.  Música registrada.

     Un rey tenía tres hijas    bonitas como la plata;
  2   y la menorcita d`ellas    Delgadina se llamaba.
     Un día, estando en la mesa,    mucho el padre la miraba:
  4   --¿Qué me miras, padrecito,    qué me miras, que me matas?
     --¿No te he de mirar pues, hija,    si has de ser mi enamorada?
  6   --No permita Dios del cielo    ni la Virgen soberana,
     que sea mujer de mi padre,    madrastra de mis hermanas.--
  8   Llamó pajes y criados,    que los trajo de Granada:
     --Encierren a Delgadina,    delen la carne salada;
  10   si les pide de beber,    delen la hiel más amarga.--
     Cumplidos los siete días    se ha asomado a una ventana;
  12   por allí vio a sus criados    que en el jardín trabajaban:
     --Criados, por ser criados,    que me deis un poco de agua,
  14   que el corazón se me seca    y el alma ya se me acaba.
     --¡Cómo te la doy, señora,    cómo te la doy, infanta,
  16   que si tu padre lo sabe,    la cabeza me cortara.--
     Pasados los siete días    se ha asomado a otra ventana:
  18   --Hermanos, por ser hermanos,    que me deis un poco de agua,
     que el corazón se me seca    y el alma ya se me acaba.
  20   --¡Cómo te la doy, mi vida,    cómo te la doy, mi alma,
     que si mi padre lo sabe,    la cabeza me cortara!--
  22   Pasados los siete días    se ha asomado a otra ventana:
     --Hermanas, por ser hermanas,    que me deis un poco de agua,
  24   que el corazón se me seca    y el alma ya se me acaba.
     --¡Cómo te la doy, mi vida,    cómo te la doy, mi alma,
  26   que si mi padre lo sabe,    la cabeza me cortara!--
     Pasados los siete días    se ha asomado a otra ventana:
  28   --Madrecita, por ser madre,    que me deis un poco de agua,
     que el corazon se me seca    y el alma ya se me acaba.
  30   --¡Cómo te la doy, mi vida,    cómo te la doy, mi alma,
     que si tu padre lo sabe,    la cabeza me cortara!--
  32   Pasados los siete días    se ha asomado a otra ventana:
     Padrecito, por ser padre,    que me deis un poco de agua,
  34   que el corazón se me seca    y el alma ya se me acaba.
     --¡Cómo te la doy, mi vida,    cómo te la doy, mi alma,
  36   si di palabra de rey    y a mi palabra faltara!--
     Pasados los siete días    se han abierto las ventanas:
  38   Delgadina está en la cama    de los ángeles rodeada;
     la Virgen está a su lado    con una corona blanca;
  40   el padre está en el jardín    y el diablo se lo llevaba.

Notas de V. C. : -8b Que los por los que; -9b Metátesis de denle, de uso general en Chile.

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0113:93 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 3465)

Versión de Concepción (Concepción, Chile).   Recitada por Rosa Astudillo (40a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 22 (H), pp. 55-56.  031 hemist.  Música registrada.

     --Mariquita, Mariquita,    lindo cuerpo de palmera,
  2   lunes salgo para Francia,    mándame lo que tú quieras.
     --Señor, un encargo te hago,    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  4   que si vesa mi marido    mil encomiendas le deis.
     Las señas de mi marido    muy luego se las daré:
  6   él es blanco, rubio y zarco,    de muy halagüeña tez.
     --Por las señas que me da,    su marido muerto es,
  8   en el juego de los dados    halo muerto un genovés,
     y me ha dejado encargado    que me case con usté,
  10   que le cúide sus haciendas    y la familia también.
     --Calla, calla, caballero.    en el hablar descortés,
  12   a mi marido del alma    diez años lo esperaré;
     si a los diez años no llega,    de monja me dentraré.
  14   Dos hijas doncellas tentro,    con ellas me délitraré:
     dos hijos varones tengo,    al rey los entregaré,
  16   para que salgan vasallos    y peleen por la fe.

Notas de V. C. : -4b encomiendas por recados, memorias, es acepción castellana desconocida en Chile. Esta palabra debió estar en la versión original, aunque no figura en ninguna de las publicadas que han llegado a mi noticia; -8b halo construccióne exótica en Chile, conservada aquí tal vez por exigencia del metro; -10a cúidevide rom. 17, nota al v. -10a; -13b dentrar por entrar es común en todas las clases sociales.
Título original: El reconocimiento del marido (versión H).

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5138:1 El alarbe de Marsella (é-o)            (ficha no.: 3547)

Versión de Concepción (Concepción, Chile).   Recitada por Remigio Astorga (55a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 102 (A), pp. 265-273.  270 hemist.  Música registrada.

     A la celestial Princesa,    madre del divino Verbo,
  2   le pido me dé su gracia,    porque sin ella no puedo
     mover mi rústica lengua,    ni dar a entender al pueblo
  4   lo que sucedió en Marsella    a un desdichado mancebo,
     por sus torpezas y vicios    y sobrado atrevimiento.
  6   Y con el favor divino    de la que es Reina del cielo,
     daré principio al romance;    para que sirva de ejemplo
  8   a los que siguen los vicios    y deleites d`este suelo.
     En la ciudad referida    residía un caballero;
  10   este tal tenía un hijo    cuyo nombre no refiero,
     mas diré qu` era un alarbe,    según lo dirán sus hechos.
  12   Que apenas llegó a quince años    quiso vivir tan travieso,
     que a sus padres les perdió    los más días el respeto,
  14   no por falta de doctrina,    porque su padre un maestro
     tenía que le enseñara;    y él, atrevido y soberbio,
  16   hacía lo que se le antojaba,    sólo por no estar sujeto
     a la obediencia del padre.    Se salía de secreto
  18   por una excusada puerta    que había detrás de un huerto,
     y al primero que encontraba,    sin temer a Dios inmenso,
  20   le quitaba por su gusto    la vida, luego, al momento.
     Desta suerte mató quince    sólo por un pasatiempo,
  22   hasta que al fin una noche    permitió Dios verdadero,
     qu` esta maldad, esta infamia    y este torpe atrevimiento,
  24   se descubriese, matando    a un principal caballero,
     que apenas le dio la muerte    fue de la justicia preso,
  26   y a la cárcel lo llevaron,    y su padre con dinero
     y favores de otros nobles,    le libraron de aquel riejo,
  28   y a su casa lo llevó    dándole mil documentos.
     Cuando solía insultarlo,    más infundía en su pecho
  30   la maldad, pues una noche,    determinado y resuelto,
     le dio la muerte a su padre    estando el triste durmiendo;
  32   y a un hermano que tenía    de siete años y medio,
     de una cruel cuchillada    fuera le echó los sesos;
  34   y a su madre dejó en vida    por darle más sentimiento,
     atada de pies y manos    en un escuro aposento.
  36   Después se fue a abrir las arcas    y las fue reconociendo,
     y el oro y plata que había,    joyas y alhajas de precio,
  38   las puso en una maleta,    sin dejar ningún dinero,
     y en un ligero caballo    que atrás dejaba el viento,
  40   al amanecer el día    se salió, dejando muertos
     aquellos dos inocentes:    ¡Jesús, qué notable yerro!
  42   Al cabo de poco rato,    una mujer de gobierno
     que cuidaba de la casa,    sintió los tiernos lamentos
  44   de su dueña, y entró al punto    a favorecerla, y viendo
     aquella fatal desgracia    que ya referida tengo,
  46   dió voces al vecindario.    Dentraron todos, y luego
     avisan a la justicia,    la cual vino, y escribieron,
  48   por relación de la madre,    la verdad d`este suceso.
     Al otro día siguiente,    con muy grande desconsuelo
  50   los dijuntos se enterraron;    ¡Dios que los tenga en el cielo!
     Aquella fiera indomable    con otros diez compañeros,
  52   saltiaban por los caminos    robando a los pasajeros,
     y a muchos daban la muerte    para no ser descubiertos.
  54   Llegaron tarde a una venta,    y porque no les abrieron
     las puertas, con ira y saña,    para matar al ventero,
  56   le dieron fuego a la venta;    y desde ahí se partieron
     a reino de Cataluña,    ejercitando lo mesmo.
  58   A una doncella encontraron    con su padre anciano y viejo:
     los once los insultaron    sin temer al Dios inmenso,
  60   y después a padre é hija    los arrojaron al fuego,
     pa que acabasen sus vidas    con el voraz elemento.
  62   Pasaron más adelante,    encontraron a un arriero
     con dos cargas de tabaco:    al instante lo prendieron,
  64   y a las mulas y a él dejaron    atado en un monte espeso,
     y el tabaco y las dos mulas    en un lugar las vendieron.
  66   A la posá donde estaban    llegó un mercader, y luego
     que vieron tan buena presa,    dijeron al mesonero:
  68   --Señor mío, esta noche    perdices en sarmorejo
     queremos para cenar,    y seis pares de conejos.--
  70   Y le dieron dos doblones    para el gasto, ¡vaya bueno!
     Mientras tanto que las cenas    las mujeres compusieron,
  72   con el mercader trataron    conversación, conociendo
     que traía mucha plata,    y con alevoso intento
  74   cenaron y se acostaron.    Ya de que estuvo en silencio
     la casa, se levantaron    todos once, y se fueron
  76   al cuarto donde dormía    el mercader, y le dieron
     la muerte alevosamente;    y después, cuatro mil pesos
  78   que traía en las maletas,    quitáronle, y se salieron
     todos por una ventana,    y en un bosque se metieron.
  80   Allí pasaron la noche,    y apenas el manto negro
     la noche tendió, ocultando    las luces del claro Febo,
  82   enderezan su camino,    no sienten ningún recelo,
     y dentro de breves días    a Marsella se volvieron;
  84   y antes de llegar, robaron    en el convento `e San Diego,
     cáliz, lámpara, patena,    con los demás ornamentos
  86   que en aquella iglesia había    para los cultos supremos.
     Entró en Marsella una noche    con los demás de su gremio;
  88   a la casa de su madre    llamó a la puerta: de presto
     entró, y hallóla que estaba    tiernas lágrimas virtiendo
  90   imaginativa y triste;    y él, atrevido y soberbio,
     quiso quitarle la vida;    pero le salió al encuentro,
  92   así que le vio, la madre:    arrodillóse en el suelo
     delante de un crucifijo,    estas palabras diciendo:
  94   «Permite, Señor divino,    por vuestro poder inmenso,
     en una forma espantable    vea yo este alarbe fiero,
  96   sin que se pueda mover,    pa que sirva de escarmiento
     a todos cuantos le vean.    ¡Oidme, Señor, atento,
  98   pues ofendió tu belleza;    y no contento con eso,
     quitó la vida a su padre    sin temer al Padre nuestro»
  100   Esto dijo, y de un repente    se trasformó tan horrendo,
     plantado en medio`e la sala,    todo formado su cuerpo
  102   de una espantosa culebra    toda cubierta de pelo,
     con los pieses de caballo,    las manos de león fiero,
  104   la cabeza de dragón    que causaba asombro y miedo:
     sólo le quedaba el rostro    de hombre, pero virtiendo
  106   por ojos, boca y narices    vivas centellas de fuego.
     Salíale de la boca,    por permisión de los cielos,
  108   un rótulo que decía:    «Vengan a tomar ejemplo
     los hijos inobedientes    a sus padres, que por eso,
  110   y haberle dado la muerte    a mi padre, estoy ardiendo
     en las más ardientes llamas    del abismo del infierno».
  112   Apenas le vio la madre    en aquella forma puesto,
     cayó en tierra desmayada    y recobrando el aliento,
  114   llorando lágrimas tiernas,    al Auctor del universo
     pidió que le perdonara;    pero ya no hubo remedio,
  116   porque ya ardía en las llamas    de los abismos eternos.
     Alborotóse la casa,    los vecinos y los dueños,
  118   y todos los moradores    de la ciudad acudieron.
     Al ver visión tan horrible,    sin poder tomar aliento,
  120   atónitos y asombrados    muchos en tierra cayeron.
     Unos santos sacerdotes    conjuraron al momento
  122   el espectáculo, y dando    un estallido tan recio,
     desapareció, dejando    un olor tan violento
  124   de azufre por la ciudad,    que duró por mucho tiempo.
     Los otros diez que quedaron    la cuadrilla deshicieron,
  126   y en conventos diferentes    el hábito recibieron
     del seráfico Francisco,    misericordia pidiendo
  128   a Dios y a su santa Madre    con grande arrepentimiento,
     para que Dios les perdone    los malos pasos que dieron.
  130   ¡A la enmienda, pecadores,    pongamos al vicio freno,
     y observemos la obediencia    a nuestros padres, que en esto
  132   quedaremos bendecidos    del Sacro Espíritu Santo!
     Mira que Dios nos lo manda    en el cuarto mandamiento
  134   de su santa ley divina,    y de otra suerte tendremos
     paz y concordia en la tierra    y eterna gloria en el cielo.
-27b riejo: entre vocales, sg, zg, se convierten en j: riejo, rejo, arriejar, mayorajo, jujar, noviajo, por riesgo, sesgo, arriesgar, mayorazgo, juzgar, noviazgo; -29a insultarlo: Exortarlo (Durán); -35b escuro: pronunciación corriente en el bajo pueblo; -46b :dentrar por entrar es común en todas las clases sociales; -50a dijunto: el cambio de f en j se observa antes de las vocales o, u, y más comunmente, de los diptongos ue, ui: jogata, dijunto, juerza, juimos, por fogata, difunto, fuerza, fuimos. De aquí el dicho popular con que he oído despedirse a algunos guapetones, al subir bizarramente en sus cabalgaduras: "con una jota y una i, dijo un huaso me juí" ; -52a saltiaban: lae átona seguida de a ú o en hiato o en cuasi-diptongo, se cambia en i al diptongarse: rial, linia, lion, por real; línea, leán. En iguales circunstancias, la o átona seguida de a o é, se cambia en u: cuágulo, herue, por coágulo, héroe. De aquí toma origen nuestro popular contracción de cuanto ha: "Cuantuá lo vi", que vale "lo vi hace tiempo"; -58b viejo: ciego (Durán); -66a posá: posada; -68b sarmorejo: salmorejo; -72a trataron: trabaron (Durán); -74b Ya de que o de que por cuando, es vulgar: De que lo traigan lo veré, por cuando lo traigan. . . etc.; -89b virtiendo: También virtió, virtieron; -100a De un repente es más usado, entre el pueblo, que de repente; -103a pieses: pronunciaeión afectada de gente cursi; -114b Auctor: Es un caso análogo al contemplado en la nota anterior. Incurren en esta falta los que han oído criticar que se diga do`tor, afli`ción, condutor, etc.

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0184:94 Blancaflor y Filomena (é-a+ó)            (ficha no.: 5068)

Versión de Maquimávida (Concepción, Chile).   Recitada por Elena Zapata (58a). Recogida 00/00/1966 Publicada en Barros - Dannemann 1970, pp. 61-62. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº 15.2, p. 73.  040 hemist.  Música registrada.

     Estaba Leonor, estaba,    entre la paz y la guerra,
  2   con sus dos hijas queridas,    Blancaflor y Filomena.
     Pasó un joven de Turquía,    se enamoró de una de ellas;
  4   se casó con Blancaflor    y pena por Filomena.
     A los tres meses y medio    fue a buscar a Filomena.
  6   --¿Cómo la lleva, pues, hijo,    niña tan bella y doncella?
     --Al anca la llevaré    como tuya hermana y vuestra.--
  8   Al anca se la tomó    y se disparó con ella.
     A la mitad del camino,    su pecho le descubrió,
  10   su lengua se la sacó    y las venas le cortó.
     Con la sangre de sus venas    un papelito escribió.
  12   Divisó un pastor, pasando,    le hizo señas lo llamó:
     --Toma esta carta, pastor,    y llévasela a Banca Flor,
  14   que conozca a su marido    por lo cochino y traidor.--
     Blancaflor, cuando lo supo,    de puro susto abortó
  16   y con la misma creatura    una cena preparó.
     --Qué mala que está la noche,    qué mala que está la cena.
  18   --Más malo ha estado el hecho    que hiciste con Filomena.--
     Aquí terminan los versos,    al pie de la yerbabuena,
  20   de dos hermanas queridas:    Blancaflor y Filomena.

Nota del primer editor: refiriéndose a la informante: "de condición socioeconómica precaria".

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0191:41 La dama y el pastor (estróf. (vill. glos.))            (ficha no.: 9573)

Versión de Hualqui (Concepción, Chile).   Recitada por María G. Viveros Cid (73a). Recogida por Ricardo Castillo, 18/06/1991 (Archivo: ASFG; Colec.: Fraile Gil, J. M.). Publicada en DIBAM-CD 1998, Cancionero tradicional I. Romances, Colecciones de terreno del Archivo de Literatura Oral y Tradiciones Populares, Biblioteca Nacional y Fraile Gil Rom-Panhisp.-2 2010+2CD, cd 2, corte nº 117, texto nº IX. A. 3, pp. 211-212. © Fraile Gil. Reproducida aquí con permiso del editor.  032 hemist.   Música registrada.

  1A   Arriba de aquel cerrito
     rebaña un bello pastor,
     una simpática niña
     que le ofrece el corazón.
  1B   --Yo tampoco quiero eso,--
     (contesta el bello pastor).
     --Mi ganado está en la sierra
     y adiós, que ya yo me voy.
  2A   --Tú que estás acostumbrado
     a andar con esas ojotas
     si te casaras con ella
     te pondrías buenas botas.
  2B   --Yo tampoco quiero eso,--
     (contesta el bello pastor).
     --Mi ganado está en la sierra
     y adiós, que ya yo me voy.
  3A   --Tú que estás acostumbrado
     a comer catutos gruesos,
     si te casaras con ella
     comieras pan de cerveza.
  3B   --Yo tampoco quiero eso,--
     (contesta el bello pastor).
     --Mi ganado está en la sierra
     y adiós, que ya yo me voy.
  4A   --Tú que estás acostumbrado
     a andar con carzoncillones,
     si te casaras con ella
     te pondrías pantalones.
  4B   --Yo tampoco quiero eso,--
     (contesta el bello pastor).
     --Mi ganado está en la sierra
     y adiós, que ya yo me voy.--

Notas: María se acompañó con la guitarra. Véanse los comentarios de Fraile Gil (pp. 211-212) sobre la vieja rivalidad entre ciudad y campo personificada en esta canción.
Notas de Fraile Gil: La versión, recogida y cedida amablemente por Ricardo Castillo, pertenece al amplísimo abanico de creaciones literarias que componen el género musical denominado {M tonada en Chile. Ejecutado sobre todo en los intermedios de funciones y bailes, fueron casi siempre las mujeres --hasta mediados del siglo XX-- las encargadas de entonarlas acompañándose principalmente de la guitarra. En Asturias o Cantabria forma parte del género solista conocido (también) allí como tonada; entre los sefarditas de Rodas se cantó la historia de El casado pastor lindo y la puta vieja, con lo que a las tentaciones de la dama suma la historia el pecado de adulterio.

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0184:95 Blancaflor y Filomena (é-a+ó)            (ficha no.: 5069)

Versión de Florida (Constitución, Chile).   Recitada por Corina Lagos (50a). Recogida 00/00/1965 Publicada en Barros - Dannemann 1970, p. 69. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº VI, 15.3, p. 74.  036 hemist.  Música registrada.

     Estaba la reina, estaba,    entre la paz y la guerra,
  2   con sus dos hijas queridas,    Blancaflor y Filomena.
     Llega el príncipe Bernardino,    se enamora de una de ellas;
  4   se casó con Blancaflor    y pena por Filomena.
     A los nueve meses cumplidos,    llega a casa de la suegra:
  6   --Buenos días, mi señora.
     --¿Cómo queda Blancaflor?    --A, punto de caer enferma
  8   y le manda suplicar    que le preste a Filomena.
     --¿Cómo la llevas, pues, hijo,    siendo mirada y dueña?
  10   --Mándela, no más, señora,    como prenda suya y dueña.--
     El galán sube a caballo,    Filomena sube al anca.
  12   Por el medio del camino,    sus hechos le declaró;
     hizo su gusto con ella,    la lengua le rebanó.
  14   Con la sangre de su lengua    un ramillete escribió.
     Luego ha pasado un pastor,    ella a señas lo llamo
  16   --Pastor, llévale esta carta    a mi hermana Blancaflor.--
     Blancaflor, cuando lo supo,    á un peñasco se ganó;
  18   haciéndose mil pedazos,    su vida la concluyó.

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0503:14 Conde Alarcos (í-a)            (ficha no.: 3450)

Versión de Atelcura (Coquimbo, Chile).   Recitada por Carmen Olivares (40a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 7, pp. 15-26.  142 hemist.  Música registrada.

     Retirada está la infanta,    que no está como solía
  2   porque el rey no la casaba    ni tal cuidado tenía.
     Atinó a llamar al rey,    como otras veces solía;
  4   vino el rey a su llamado    a ver pa qué lo quería.
     --¿Qué tienes, hija--, le dice,    --qué tiene, la vida mía?
  6   Dame cuenta de tu enojo,    no tengas melancolía,
     que en sabiendo yo la causa    todo se remediaría.
  8   --Menester será, señor,    remedio del alma mía
     A vos quedé encomendada    de la madre que tenía,
  10   y déme estado, señor,    porque mi edad lo pedia.
     --De lo que dices, infanta,    tuya es la culpa y no mía:
  12   no admitiste por esposo    al príncipe de la Hungria
     que entre los de mis reinados    otro de mí igual no había,
  14   tan sólo el conde de Arco    e hijos y mujer tenía.
     Y retornando y volviendo    con enojo le decía:
  16   --Hija, dame tu consejo    que el mío no bastaria,
     y ya murió vuestra madre    a quien consejo pedia.
  18   --Yo te lo daré, buen rey,    del pequeño que tenía:
     mate el conde a la condesa    y quenadie lo sabría;
  20   d` esta suerte, mi buen rey,    mi honra se restauraría.
     De allí se sale el buen rey    sin ninguna compañía;
  22   de otra parte viene el conde,    y a un caballero decía:
     --En un tiempo quise yo    a una deidad peregrina,
  24   y si yo antes la quise    hoy mucho más la quedría,
     que en mí se cumple el refrán:    «quien bien quiere tarde olvida,»
  26   --Se encontraron con el rey    y con mucha cortesía
     se dieron acatamiento,    como ellos lo merecían.
  28   --Convidarte quiero, conde,    pa mañana en aquel día,
     que allá tomarás manjares    con los que en palacio había.
  30   --Allá me tendrás mañana,    aunque estaba de partida,
     que la condesa me espera,    según su carta me avisa.
  32   Llegó al palacio del rey    con toda su comitiva;
     se asentaron a la mesa,    y cuando la gente s` iba:
  34   --Una nueva te doy, conde,    de que tú no la sabias:
     que le ofreciste a la infanta    lo qu` ella no te pedia:
  36   que tú ibas a ser su esposo    y ella tu mujer seria;
     y que se quede engañada,    en ella no convendría.
  38   Luego mata a tu mujer,    por la honra de mi hija.
     --De matar a mi mujer,    eso sí que yo no haría.
  40   --Si no la matas, buen conde,    te costará a ti la vida,
     que por palabra de rey    muchos sin culpa morían.
  42   --Yo la mataré, buen rey,    mas no será intención mía;
     allá te acomodarás    con Dios en la otra vida.
  44   [D`] ahí sale llorando el conde,    llorando, sin alegria:
     y también lloraba el conde    por tres hijos que tenía:
  46   uno que tiene de pecho    que la condesa lo cría,
     que no quería mamar    de tres amas que tenía,
  48   sólo mamar de la madre;    porque ya la conocía.
     El conde viene llegando,    y ella a esperarlo salía;
  50   pero él no podía hablar    con la pena que traía;
     y el dolor del corazón    que del alma le salía.
  52   Le pregunta la condesa:    --¿Qué trae la vida mía?
     --Sí te lo diré, condesa,    cuando la hora seria.
  54   --Dígamelo luego, conde,    antes que llegue otro día.
     --En un tiempo quise yo    a una deidad peregrina,
  56   súpolo su padre el rey,    porque ella se lo diria
     y ahora me manda que mate    por la honra de su hija.
  58   --No me mate, mi buen conde,    a mi patria me remita,
     que mi padrerito es viejo    y mi madre fallecida,
  60   --Que morir tienes, condesa,    antes que llegue otro día.
     --No me mate; mi buen conde,    a mi patria me remita,
  62   que cuidaré de sus hijos    mejor que la que vendría.
     --Que morir tienes, condesa,    antes que llegue otro día.
  64   Y del cuello la tomó,    que prevenido tenía.
     --Pásame mi hijito, conde,    yo te lo agradeceria,
  66   pa que mame de su madre    por última vez, pedía.
     --Déjalo dormir, condesa,    que ya el sueño le vendría.
  68   La mató por la mañana,    y se corrió al otro día
     que la condesa había muerto    por un mal qu` ella tenía.
  70   Pero lo dejó citado    para antes de treinta días
     ante el Tribunal Supremo,    que allá se acomodarían.

Notas de V. C. : -14a Conde de Arco por Conde Alarcos; -24b Por asimilación con otros verbos de uso frecuente, como poner, tener, venir, el pospretérito del verbo querer se conjuga en Chile: quedría, quedríae, quedría, etc. Lo mismo ocurre con el futuro: quedré, etc.
Comenterio parcial de V. C. : Este es uno de los más hermosos romances juglarescos que se conocen. Faltan en la versión chilena muchas de las bellezas del original, pero--¿por qué no decirlo?--encuentro también que en algunos lugares el romance ha ganado en rapidez y concisión, aligerándose de no pocos versos prolijos y vulgares que retardan a veces su marcha. Con respecto al argumento, nada esencial se echa de menos en la versión chilena, como puede verse comparándola con lá que publicó Wolf, reproducida por Menéndez Pelayo en su Antología, t. VIII, p. 290. El señor Menéndez Pidal ha dicho de la versión chilena que "es notable por lo fiel al texto antiguo, mucho más que las catalanas y la asturiana hasta ahora conocidas". (Cultura Española, p. 87.) El Conde Alarcos, dice Menéndez Pelayo, no es una canción popular en el verdadero sentido de la frase; es un romance juglaresco, obra de la inspiración personal de un poeta que, a nuestro entender, no tuvo más guía que la tradición oral, si es que él no inventó completamente el argumento. Pudo muy bien ser el Pedro de Riaño que figura como autor en los pliegos sueltos del siglo XVI, y no creemos anterior a esta fecha la composición de su obra, que es lenta, pausada y reflexiva, con un arte del cual todavía están muy distantes los viejos romances carolingios que por su estilo pudieran parecer más próximos a éste, El Conde Dirlos, por ejemplo. En El Conde Alarcos todo concurre para el efecto de la catástrofe: no hay distracciones, pesadeces ni arrepentimientos. Alguna frase débil y prosaica, alguna expresión desmañada, no bastan para enervar la emoción poética del conjunto. . . » (Antología, t. XII, p. 536.) Durán cree que este romance y el del Duque de Braganza, que se le parece mucho, tienen un mismo fondo histórico, pues los entiende como alusivos a la muerte de doña María de Téllez, perpetrada por su marido, el príncipe don Juan de Portugal, a instigación de la propia hermana de la víctima, la reína doña Leonor, que con fines políticos y de ambición personal, anhelaba el matrimonio de su cuñado con su hija, la infanta doña Beatriz. (Romancero General, t. lI, p. 219.) Wolf reproduce el parecer de Durán; . . . (sigue págs. 21-26).

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0113:92 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 3464)

Versión de Illapel (Coquimbo, Chile).   Recitada por Gregoria Collado (55a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 21 (G), pp. 53-54.  032 hemist.  Música registrada.

     --Adiós, linda Margarita.    --Adiós, lindo baronel.
  2   --Yo me embarco para Francia,    ¿qué mandáis a quien queréis?
     --A mi marido de mi alma    miles memorias le dé.
  4   --Las señas de su marido    démelas antes usté.
     --Mi marido es muy galán    y en el hablar muy cortés.
  6   --Por las señas que me da,    su marido muerto es:
     en la mesa de los dados    lo ha muerto un genovés
  8   y me dejó por encargo    que me case con usté,
     que le cuide sus hijitos    y sus haciendas también.
  10   --Si es verdad que muerto fuera,    quince años lo esperaré;
     si no llega en los quince años,    monja me pienso volver.
  12   Dos hijos varones tengo,    al rey se los llevaré,
     a que aprendan a vasallos    y acrecenten en la fe.
  14   Dos hijas doncellas tengo,    monjas también han de ser.--
     Aquí. se acaba el corrido    de esta honrada mujer,
  16   que hablando con su marido    no lo puede conocer.

Notas de V. C. : -13b El verbo acrecentar se conjuga en Chile como regular; -15a corrido Vide lo dicho en la introducción.
Título original: El reconocimiento del marido (versión G).

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0184:37 Blancaflor y Filomena (é-a+ó)            (ficha no.: 3471)

Versión de Atelcura (Coquimbo, Chile).   Recitada por Elvira Hernández (25a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 28 (E), pp. 66-67.  042 hemist.  Música registrada.

     Estaba la linda, estaba    entre la paz y la guerra,
  2   con sus dos hijas queridas,    Blancaflor y Filomena.
     Un caballero `e Turquía    se enamora de una d`ellas:
  4   se casó con Blancaflor    y pena por Filomena.
     Para gozar de su intento    la mudó a tierras ajenas;
  6   nueve meses no cumplidos    volvio a su querida suegra:
     --Buenos días, mi señora.    --Muy buenos, yerno, los tenga.
  8   ¿Y cómo está Blancaflor?    --Mi señora, nada buena;
     `tá con ganas de parir    y ya se muere de pena.
  10   También le manda pedir    Blancaflor a Filomena.
     --¿Cómo quiere se la empreste    cuando es muchacha doncella?
  12   --Entréguemela, señora,    la cuidaré comó vuestra.
     --Toma, muchacha, esa llave,    saca el vestido de seda.--
  14   El caballero `e Turquía    mala traición le formó,
     en la mitá del camino    la lengua le derreigó.
  16   Con su sangre Filomena    un papelito escribió,
     y le dijo a un pastorcillo:    --Entréguelo a Blancaflor;
  18   que prendan a su marido    por atrevido y traidor.--
     Blancaflor, lo que lo supo,    con el susto malparió
  20   y el caballero `e Turquía    a un peñasco se arrimó,
     y se hizo mil pedazos    y el diablo se lo llevó.

Notas de V. C. : -11aempreste: Vide rom. 24, n. verso -8b; -15b derreigó: el pueblo dice rei` por raíz. Derreigar es, pues, alteración vulgar del anticuado derraigar.

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0234:37 Albaniña (ó)            (ficha no.: 3478)

Versión de Illapel (Coquimbo, Chile).   Recitada por Gregoria Collado (55a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 35 (A), pp. 79-80. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº__, 15.1, p. 34.  050 hemist.  Música registrada.

     --¡Ah, qué niña tan bonita    que le quita el lustre al sol!
  2   ¡Ah, quién durmiera con ella    una noche y otras dos!
     --Dormirá usté, buen mancebo,    sin cuidado ni pensión,
  4   que mi marido anda fuera    por esos campos de Dios.
     Dios quiera que por donde anda    lo maten sin compasión:
  6   entonces, sin sobresalto,    nos gozaremos los dos.--
     Micaela que esto dijo,    don Alberto que llegó;
  8   la criada que tenía    de todo cuenta le dio.
     --¿Qué tiene, señora mía,    que me habla con distraición?
  10   --¿Qué he de tener, don Alberto?,    la llave se me perdió.
     --Si la llave era de plata,    de oro se la vuelvo yo.
  12   ¿De quién es ese caballo    que relincha en mi galpón?
     --Suyo es, mi don Alberto,    mi padre se lo dejó.
  14   --¿Y dé quién son estas armas    que están en mi mostrador?
     --Suyas son, mi don Alberto,    mi hermano se las dejó.
  16   --¿Y de quién son esos pasos    que van para este rincón?
     --Máteme, pues, don Alberto,    que le he formado traición.--
  18   La tomó de los cabellos,    para el patio la sacó,
     le dio siete puñaladas    y de la menor murió.
  20   Para dentro se entró,    con don Carlos se encontró,
     y batieron las espadas,    no se véida compasión.
  22   Don Carlos murió a la una    y don Alberto a las dos.
     Al otro día en la misa,    ¡qué bonita procesión!
  24   ¡qué repique de campanas    en la iglesia mayor!
     ¡qué lindos los tres entierros    de tres amantes que son!

Nota de V. C. -9b distraición por influencia de traición; -12b galpón barraca, cobertizo; -21b veída: En Chile, la gente huasa conjuga el imperfecto de ver: véida, véidas, véida, véidan. Esto mismo ocurre con algunos verbos de la segunda y tercera conjugación que tienen en hiato, en el infinitivo, las vocaes a-e, e-e, e-i, como traer, leer, reir. Estos verbos conjugan también de manera análoga el singular de ambos presentes: tréigo-a, léido-a, réido-a; y el participio: tréido, léido, réido.
Título original: La mala mujer, (versión A).

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0222:7 Bernal Francés (í)            (ficha no.: 3484)

Versión de Illapel (Coquimbo, Chile).   Recitada por Gregoria Collado (55a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 41 (A), pp. 89-91. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº__, 15.1, p. 62.  052 hemist.  Música registrada.

     --¡Válgame la Virgen pura,    válgame el santo San Gil!
  2   ¿Qué caballerito es éste    que las puertas me hace abrir?
     --Tu esclavo soy, gran señora,    el que te suele servir;
  4   si no me abres la puerta,    aquí me verás morir.--
     Tomó el candil en la mano,    y con persona gentil,
  6   ella que le abre la puerta    y él que le apaga el candil.
     Y lo toma de la mano,    lo lleva para el jardín,
  8   lo lava de pies y manos    con agua de toronjil;
     y lo vuelve a tomar,    lo lleva para dormir.
  10   Le dice en la medianoche:    --¡Tú no te arrimas a mí!
     ¿Que tienes tu amor en Francia    o te han dicho algo de mí?
  12   --No tengo mi amor en Francia    ni me han dicho mal de ti:
     tengo un dolor en el alma    que no me deja dormir.
  14   --No temas a mis criados,    que ya los eché a dormir;
     no temas a la justicia,    que no porta por aquí;
  16   y menos a mi marido,    que está muy lejos de aquí.
     --No le temo a tus criados,    ellos me temen a mí;
  18   no le temo a la justicia,    porque nunca la temi;
     menos temo a tu marido,    que a tu lado lo tenís.
  20   --¡Infeliz, infeliz yo,    y la hora en que nací!
     Hablando con mi marido,    ni en la habla lo conocí.
  22   --Mañana por la mañana    te cortaré de vestir:
     tu cuerpo será la grana    y mi espada el carmesí.
  24   Llamarás a padre y madre,    que te vengan a sentir;
     llamarás a tus hermanos,    que me vayan a seguir;
  26   yo me voy a entrar de fraile    al convento `e San Austín.

Nota de V. C. : -15b Porta, portarse, neutro y reflexivo, se usa en Chile en el sentido de venir, dejarse ver, siempre en frases negativas: "Juan no porta o no se porta por aquí". Es aféress de aportar, que también se emplea; -17a Aunque parezca impertinente, por tratarse de una poesía popular, he de notar aquí, ya que viene a cuento, que en Chile, el pronombre dativo oblicuo de tercera persona se emplea siempre en singular, aún en lo escrito, cuando precede al complemento: "Pedro le dio el dinero a los otros"; -19b Es común en el pueblo chileno substituir la terminación verbal éispor is, así en el presente como en el futuro: comís, comerís, por coméis, comeréis;-26b Entre las vocales a, u, la g se pierde o se aspira: Austín, aujero, sahú por Agustín, agujero, sagú. El Sr. Menéndez Pelayo, que reprodujo esta versión en el t. XII, p. 502, de su Antología, tomándola de la revista Cultura Española, introdujo algunos cambios en el texto, acaso porque le ofendía nuestro lenguaje popular, y al llegar a los últimos versos: Yo me voy a entrar de fraile al convento `e San Austín, escribió "Yo me voy a entrar de fraile, fraile de San Agustín". En Chile tenemos Austines y aún Cochos, diminutivo familiar del anterior, pero no sabemos nada de los Agustines. Será una desgracia, pero es así.
Título original: La adúltera (versión A).

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5035:3 Don Jacinto del Castillo y doña Leonor de la Rosa (í-o)            (ficha no.: 3542)

Versión de Atelcura (Coquimbo, Chile).   Recitada por Carmen Olivares (40a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 97 (B), pp. 236-242.  207 hemist.  Música registrada.

     Doña Leonor de la Rosa    tuvo los cielos propicios:
  2   fue tan grande su hermosura,    que se pasó a ser prodigio,
     pero aun fueron mayores    sus penas y sus martirios.
  4   La causa fue un caballero,    don Jacinto del Castillo,
     que enamorado quedó    de su singular hechizo,
  6   que no hay hombre que la mire    que no se quede rendido
     d`ese asombro de belleza,    ese encanto de Cupido.
  8   De la calle volvió un día    su buen padre don Francisco,
     y dijo a doña Leonor:    --A`bricias, hija, te pido,
  10   que ya te tengo casada,    y ha de ser tu gusto y mío,
     con don Fernando Contreras,    caballero noble y rico.
  12   --Padre, el señor don Fernando    nunca ha sido gusto mío,
     porque nunca han concentrado    sus conceptos con los míos.
     no es mujer, sino es esclava    que se vende por guarismo.
  16   Yo también tengo esposo    que más que el alma lo estimo:
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    Don Jacinto del Castillo.
  18   El también es hombre rico,    muy cortés y bien nacido.--
     El padre, cuando la vio    tan resuelta y atrevida,
  20   del cabello la tomó,    que eran hebras de oro fino,
     y llevándola a la rastra    la dejó en su cuarto mismo.
  22   Tuvo tiempo y le escribió    una carta a don Jacinto,
     mas, por desgracia que hubo,    la recibió don Francisco.
  24   En el momento trajeron    al cura y a los padrinos,
     le echaron las bendiciones    con don Fernando al proviso.
  26   Ese día tuvo tiempo    y le escribió a don Jacinto,
     mandándole a decir:    «¡Ay de mí, esposo querido!
  28   Me han casado por la fuerza,    aunque yo lo he resistido;
     una criada te espera    pa entrarte en el cuarto mío,
  30   Muchos doblones y joyas    tengo también prevenidos,
     tengo también un caballo    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
  32   que deja `e correr y vuela»,    Luego llegó don Jacinto,
     y la criada alvertida    salió a su encuentro al proviso,
  34   y lo toma de la mano    y lo entra en el cuarto mismo.
     A ese tiempo don Fernando    entró en él con regocijo,
  36   con mucha satifacción    despojándose el vestido:
     Y pensando hallarse en brazos    de Leonor, que tanto quiso,
  38   se halló en brazos de la muerte,    que don Jacinto atrevido
     de un fuerte garabinazo    el corazón le ha partido.
  40   Vienen los padres de Leonor    y los mata don Jacinto;
     al alboroto y al ruido    toda la justicia vino,
  42   a ver lo que habia pasado,    y don Jacinto atrevido
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    malhirió cuatro ministros.
  44   Montaron en el caballo    y llegaron al camino;
     Leonor pide por merced,    y concede don Jacinto,
  46   que no la goce galán,    sino hasta que sea marido.
     Caminan toda la noche    y llegan al puerto mismo,
     Los atacaron después    los corsarios argelinos,
  50   se robaron lo mejor,    hicieron a to`os cautivos.
     A los dos tristes esposos    los mercó un moro muy rico,
  52   y los llevó para Argel    privados de su albedrío.
     El moro, su mayordomo    a don Jacinto lo hizo,
  54   y a Leonor la regaló    a una hermana que tenía
     que se llamaba Izaría,    más hermosa que el sol mismo:
  56   así los tuvo a los dos    ausentes y divididos.
     Don Jacinto un día pensando    estar a solas consigo,
  58   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    estas palabras dijo:
     Sacratísima María,    a vuestros divino auxilio
  60   apela un desesperado    y recurre un afligido:
     consuela a mi corazón,    madre del Verbo divino,
  62   ya sabes `tan en Argel.    todos los conceutos míos».
     Estaba la mora oyendo,    y cuando oyó lo que dijo,
  64   pensando que era por ella,    le dice: --Cristiano mío,
     ¿por qué te quejas lloroso,    tan triste y enternecido
  66   que a los más duros bronces    ablandaras con tus suspiros?
     Deja, cristiano, tu ley,    convéncete `e lo que digo,
  68   el gobierno te daré    de to`o este reino lucido.
     --No dejaría mi ley,    porque fuera un barbarismo
  70   y perdería mi alma    en los profundos abismo.--
     Sale la mora pa juera    dando voces de auxilio:
  72   --Vengan todos a prender    a este infame cautivo,
     que por la fuerza ha querido    violentar el honor mío.--
  74   A este tiempo se halla el moro    de amor por Leonor perdido,
     y estas palabras decía    con muy profundos suspiro:
  76   --Hermosísima Leonor,    rémora de mis sentidos,
     deja, cristiana, tu ley,    convéncete`e lo que digo,
  78   --No dejaría mi ley,    porque juera un barbarismo;
     por cuanto quieres gozarme,    y esto, señor, yo lo afirmo,
  80   la vida podrás quitarme,    no mi honor que tanto estimo.--
     La agarró el moro `e la ropa    y como forzarla quiso,
  82   pero le quitó el alfanje    Leonor con valor y brío,
     y de un solo golpe    le dejó un brazo en un hilo.
  84   Viéndose el moro inmortal    que en su sangre está teñido,
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    sale a voces dando gritos:
  86   --Prendan a ésta cautiva    y delen muchos martirios,
     pues ha querido matarme    con el mismo alfanje mío.--
  88   Sacan a Leonor pa juera,    a donde está don Jacinto;
     lo que se vieron los dos,    él le dice con suspiros:
  90   --Ten valor, esposa mía.    --Ten valor, esposo mío,
     que Dios nos está mirando    y nuestro intento es cumplido.
  92   Sirva este abrazo de yugo,    nuestra firmeza de anillo,
     de tálamo nuestras penas    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
  94   que con las penas se pagan    los delitos cometidos.--
     Al otro día temprano,    a Leonor y don Jacinto
  96   los llevaron a una hoguera    que habían encendido.
     Desnudaron a Leonor    ante todo el gentío,
  98   y con tenazas la carne    le sacaron a pellizcos.
     ¡Consideren la vergüenza    que tendría don Jacinto,
  100   de mirar en las parrillas    un honor tan casto y limpio!
     Con don Jacinto también    hicieron después lo mismo.
  102   Cuando se estaban quemando    los dos amantes queridos,
     se oyó una voz en el aire    que con claro acento dijo:
  104   «¡Subid, mártires, subid    a gozar del premio digno
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    que teníais merecido!»
  106   Esto servirá de ejemplo    a los padres de familia
     que matrimoneen sus hijos    de algún interés movidos.

Notas de V. C. : -62b conceutos: La p seguida de consonante se vocaliza en u: conceuto, cáusula, preceuto, por concepto, cápsula, precepto; -71a juera: El cambio de f en j se observa antes de las vocales o, u, y más comunmente, de los diptongos ue, ui: jogata, dijunto, juerza, juimos, por fogata, difunto, fuerza, fuimos. De aquí el dicho popular con que he oído despedirse a algunos guapetones, al subir bizarramente en sus cabalgaduras: "con una jota y una i, dijo un huaso me juí"; -84a inmortal: inmoral; -86b delen: Metátesis de denle, de uso general en Chile.

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0902:2 La enamorada de Cristo (á-a)            (ficha no.: 3556)

Versión de Vicuña (Coquimbo, Chile).   Recitada por Adela Bonilla (45a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 111 (B), pp. 310-314.  121 hemist.  Música registrada.

     En el nombré de María,    nuestra reina soberana,
  2   daré principio a contar    de una apacible hazaña
     que ahora no muchos años    sucedió, y fue muy notada
  4   en la gran ciudad de Córdoba,    corte la muy ilustrada,
     y ésta es la causa por que    será en ella ensalzada.
  6   Oirás rasgos y grandezas    y elocuencia desplicada,
     en una joven muy tierna    que a seis años no llegaba,
  8   cuando en un día [de] Corpus,    y después de rematada
     la procesión, y traer    por las calles y las plazas
  10   nuestro Dios sacramentado,    dándole mil alabanzas,
     vieron venir una niña    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
  12   visitando los altares:    puesta en cruz y arrodillada,
     hacia unas suspensiones    y se quedaba elevada.
  14   Luego el canónigo dice:    --¿Ha visto usía tal gracia?
     Vení, niña, que te llamo    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
  16   --Aquí estoy, señor usía,    siempre rendida a sus plantas;
     una esclava a quien mandar,    humilde, obediente y casta.
  18   --¡Qué política la niña!    Tiene ¡qué buena crianza!
     Díme, niña, lo que pides    cuando te estáis elevada.
  20   --Le pido . . . Como es el día    de la religión cristiana,
     vengo a pedirle a Jesús    que me conceda su gracia
  22   de ser su esposa rendida    en la religión descalza.
     --¡Qué buena es la respuesta!    ¡Parece mujer anciana!
  24   Díme, niña, y este Dios    que tanto le quieres y amas,
     antes de crear el mundo,    díme, niña, ¿dónde estaba?
  26   --Señor, yo estaba en sí misma    y Dios en sí mismo estaba,
     porque Dios no tuvo padre    ni fue formado de nada.
  28   Y para que Dios bajase    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     ¿hacen muchas oraciones    o dicen muchas palabras?
  30   --Con cinco palabras sólo    Cristo de los cielos baja,
     y baja a las propias manos    de aquél que l`hostia consagra.
  32   --Bien sabes eso, niñita,    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     pero son malas las mujeres,    no merecen dicha tanta.
  34   --Aguarde usía lo dicho,    parece no ha dicho nada;
     abandona las mujeres,    y por eso suele echarlas,
  36   siendo la cosa más digna    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     que ha creado mi Jesús    con el poder de su gracia.
  38   Pongámo`lo en discusión,    y sí usía me la gana,
     haré un solemne voto.    de rezarle siete credos.
  40   --Echa una, pues te finges    del todo tan agraviada.
     --Pues si he de ser la primera,    en el nombre de Dios vaya.
  42   Las bazas han de ser cinco,    porque cinco son las llagas
     que mi amado Jesús tiene    en el cuerpo bien selladas.
  44   Detenga usía los naipes,    que no la tiene ganada.
     --Echa una, pues te finges    del todo tan agraviada.
  46   --Pues si he de ser la primera,    en el nombre de Dios vaya.
     Una mujer dio su vientre    para que Dios encarnara,
  48   una mujer dio sus senos    para que se alimentara,
     y el varón, con ser tan bueno,    por Dios que no puso nada.
  50   Detenga usía los naipes,    que no la tiene ganada.
     Entre los hombres hay uno    que es el todo de la gracia,
     que en sus manos floreció    un palo que seco estaba,
  54   por recibir por esposa    a una mujer que se llama
     María, y ése es mi nombre;    yo también tengo esa gracia,
  56   y según por lo que he visto,    la mujer es la que gana.
     --Sin sentido y sin juicio    me habís dejado, muchacha,
  58   que hablas por boca de Cristo,    los ángeles te acompañan.
     Dame un abrazo, niñita,    que te estimo más que el alma.
  60   --Eso no lo haré, señor,    no se me pegue la maña
     del abrazar a los hombres,    que es una gente muy mala,
  62   y luego mi madre riñe    con todas sus circunstancias.--
     La tomaron luego y fueron    a un convento a dejarla.
-6b desplicada: Esta d protética se antepone generalmente a vocablos que principian por e: descoeor, dentrar, deamerarse, por escoeor, entrar, esmerarse; -15a vení: El imperativo popular de poner es pone o poné, según la naturaleza del mandato. Pone la mesa. muchacha, significaría una orden más o menos perentoria, "poné" sería mejor una recomendación cariñosa; "pon", muy poco usado, demostraría ya enojo. Esta distinción es aplicable al imperativo de muchos otros verbos: "anda" y "andá", "trae" y "traé", "ven" y "vení," , etc.; -26a Es muy común en Chile usar la forma pronominal con verbos en primera persona: "Quedó fuera de sí"; -57b habís: Es común en el pueblo chileno substituir la terminación verbal éispor ís, así en el presente como en el futuro: comís, comerís, por coméis, comeréis.

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0075:49 Delgadina (á-a)            (ficha no.: 3453)

Versión de Curicó (Curicó, Chile).   Recitada por Bartola Naranjo (80a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 10 (C), pp. 31-32.  045 hemist.  Música registrada.

     Tres hijas tenía el rey    bonitas como la plata,
  2   la menorcita de ellas    Delgadina se llamaba.
     Un día le dijo el rey    
  4   --Hija mía, Delgadina,    has de ser mi enamorada.--
     Delgadina respondió    con el dolor en el alma:
  6   --No lo permitan los cielos,    menos la Virgen sagrada.--
     El rey irritado dijo    con palabras muy amargas:
  8   --Alto, alto, caballeros,    a Delgadina encerrada,
     quitadle el agua y el pan    y dadle carne salada!--
  10   Recorriendo su balcón    se asoma ella a la ventana:
     --¡Ay, madre mía--, le dice,    --alcánzame un jarro de agua,
  12   va se me seca la vida    y ya se me arranca el alma.
     --¡Quita de aquí, Delgadina,    quita de aquí, mala dama,
  14   nueve meses llevo en cuenta    que por ti hago mal casada!--
     Recorriendo su balcón    se asoma ellaa otra ventana:
  16   --¡Ay, padre mío--, le dice,    --alcánzame un jarro de agua,
     ya se me seca la vida    y ya se me arranca el alma!
  18   --¡Alto, alto, caballeros,    a Delgadina dadle agua!
     Al que llegare primero,    una ciudad se le manda!
  20   Unos con jarros de oro,    otros con jarros de plata,
     l`agua le llevan corriendo    a Delgadina, que acaba.
  22   --Hija mía Delgadina,    a vos se te arrancó el alma,
     yo me quedo padeciendo    abrasado en vivas llamas.--

Nota de V. C. : -22b El uso promiscuo del tú y el vos es común en Chile, aún entre personas educadas.

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0113:89 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 3461)

Versión de Curicó (Curicó, Chile).   Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 18 (D), pp. 50-51.  032 hemist.  Música registrada.

     --Catalina, Catalina,    lindo cuerpo aragonés,
  2   yo me parto para Francia;    manda tú lo que queréis.
     --Señor, un encargo le hago    que luego se lo diré:
  4   que si veis a mi marido,    mil encomiendas le deis.
     Mi marido es blanco y rubio,    tiene el hablar muy cortés;
  6   en la punta de sus armas    firma las armas el rey
     y en el pomo de su espada    firma un aragonés.
  8   --Señora, ese caballero.    aquél que fue, muerto es,
     en una mesa vedada    quedó muerto en Chiloé
  10   y me dejó encomendado    que me case con usté.
     --Cállese el hombre la boca,    mal hablado y descortés.
  12   Seis años lo aguardaré    como una honrada mujer;
     si no vuelve a los seis años,    monja me pienso meter.
  14   Dos hijas doncellas tengo,    conmigo las llevaré;
     dos hijos varones tengo,    al rey se los dejaré
  16   pa que sirvan de soldados    y defiendan por la fe.--

Comentario de V. C. : -4b Encomiendas por recados, memorias, es acepción castellana desconocida en Chile. Esta palabra debió estar en la versión original, aunque no figura en ninguna de las publicadas que han llegado a mi noticia; -9a podrá ser "mesa vedada", como pronunciaba el recitador, en el sentido de mesa de juego, o tal vez «de dados», como en otras versiones.
Título original: El reconocimiento del marido (versión D).

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0184:40 Blancaflor y Filomena (é-a+ó)            (ficha no.: 3474)

Versión de Vichuquén (Curicó, Chile).   Recitada por Juan Guerra (50a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 31 (H), pp. 70-72.  039 hemist.  Música registrada.

     Estaba la reina, estaba    entre la paz y la guerra,
  2   con sus dos hijas queridas,    Blancaflor y Filomena.
     El señor de Bernardino    se enamoró de una d`ellas:
  4   se casó con Blancaflor    y pena por Filomena.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    La sacó a tierras ajenas;
  6   a nueve meses cumplidos    volvio a casa de su suegra.
     --Buenos días tengas, hijo.    --Buenos días tenga, suegra.
  8   --¿Cómo quedó Blancaflor?    --Para servir a usté queda,
     y le manda suplicar    que le preste a Filomena.
  10   --¿Cómo la llevas, pues, hijo,    siendo una niña y doncella?
     --Yo la llevaré, señora,    como que es hija vuestra.
  12   --Entra pues, niña, al salón    y ponte el vestido nuevo.--
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    en el salón se arregló;
  14   el señor de Bernardino    a las ancas la tomó;
     por el medio del camino    el pescuezo le cortó.
  16   Con la sangre de sus venas    ella una carta escribió;
     iba un pastor pasando,    con mil señas lo llamó:
  18   --Toma, pastor, esta carta,    llévasela a Blancaflor.--
     Blancaflor, lo que lo vío,    como muerta se cayó;
  20   el señor de Bernardino    contra las piedras se dio,
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    y el diablo se lo llevó.

Notas de V. C. : -19a vío: vide n. -19a de la versión anterior.

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0222:9 Bernal Francés (í)            (ficha no.: 3486)

Versión de Curicó (Curicó, Chile).   Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 43 (C), pp. 93-94.  043 hemist.  Música registrada.

     --¡Válgame Dios y la Virgen    y todo el santo San Gil!
  2   ¿Quién es este caballero    que a mis puertas dice: abrid?
     --Yo soy Juan José, de Francia,    quien te solía servir,
  4   que si no me abres la puerta    aquí me verás morir.--
     Llamó pajes y criados    que se fueran a dormir;
  6   con el candil en la mano    la puerta se la fue a abrir.
     Lo toma de una mano,    lo tira para un jardín,
  8   lo sienta en silla dorada    aforrada en carmesí.
     Lo lava de pies y manos    con agua de toronjil,
  10   lo lleva para una cama    y se acuestan a dormir.
     A medianoche le dice
  12   --¿Qué tiene este caballero    que no se vuelve a mí?
     ¿Andará su amor en Francia    o le han dicho mal de mí?
  14   --No andará mi amor en Francia,    ni me han dicho mal de tí.
     --No le tema a la justicia,    porque no anda por aquí,
  16   ni menos a mi marido,    porque está lejos de aquí.
     --No le temo a la justicia,    porque nunca la temí,
  18   ni menos a tu marido,    que a tu lado lo tenís.
     --¡Malhaya sea la hora    y el día en que yo nací!
  20   --Mañana por la mañana    te rajaré de vestir;
     llamaré a tus dos hermanos    que te vengan a sentir;
  22   yo iré a servir de soldado    a la puerta de San Gil.--

Nota de V. C. : -18b Es común en el pueblo chileno substituir la terminación verbal éispor is, así en el presente como en el futuro: comís, comerís, por coméis, comeréis.
Título original: La adúltera (versión C).

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2986:3 El vaquero (á)            (ficha no.: 3511)

Versión de Caone (Curicó, Chile).   Recogida por Ramón A. Laval, entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 67 (C), p. 145.  014 hemist.  Música registrada.

     Da gusto ver un vaquero    cuando anda por renovar,
  2   buscando una vaca negra    sin perilla y sin señal.
     Unos dicen qu` es de aquí,    otros dicen qu` es de allá;
  4   la van a echar en engorda    al potrero de Gaspar,
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    para poderla matar,
  6   y sacar unos sebitos    y aliñar un charquicán,
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    para poderlo pasar
  8   con un traguito de vino    y una tronchita de pan.

Notas de V. C. : -2b perilla: vide rom. 65 (A), n. -4a; -6b charquicán: vide rom. 65 (A), n. -7b; -8b tronchita: diminutivo de troncha, pedazo, parte. "Sacar troncha", fig. : Obtener de un asunto cualquiera, alguna ventaja o medro que en justicia no correspondía.
Comentario de V. C. : Tengo por chileno este romance, que no he encontrado en ninguna colección peninsular. Muestra cierta afinidad con el de Lucas Barroso, con el cual anda revuelto a veces, (vide rom. 57).

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5102:2 El zancarrón de Mahoma (é-o)            (ficha no.: 3585)

Versión de Licantén (Curicó, Chile).   Recitada por Manuel Lizana (53a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 165, pp. 565-569.  105 hemist.  Música registrada.

     Atención, noble auditorio,    a decirles me detengo.
  2   Año de cuarenta y siete,    siete mil y siete cientos,
     en la ciudad de Toledo    cautivaron un mancebo
  4   cuyo nombre y apellido    es don Antonio Moreno.
     Éste, por cierta ocasión,    salió de su patria huyendo.
  6   Un día salió a pasearse    con unos diez caballeros
     por las cristalinas aguas,    navegando a vela y remo.
  8   De lo mucho que han andado,    descubren de que venía
     una fragata de moros,    que los cautivaron luego.
  10   Lo cautivó un rico moro    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     que lo llaman Audalá,    hombre de mucho respeto.
  12   También tenía una hija,    discreta y hermosa a un tiempo,
     la que la llaman Celinda,    que andan muchos caballeros
  14   moros, por casar con ella,    pero hacía menosprecio
     de todos, porque tenía    su voluntad y amor puesto
  16   en el cautivo cristiano    que lo amaba con desvelo:
     Un día le dijo a solas    dentro de se jardín mesmo:
  18   --Escucha, cristiano, escucha,    escúchame, que pretendo
     que [me] digas la verdad,    la que de ti saber quiero,
  20   si sois casado en tu tierra,    y si acaso tienes dueño
     que te lleve la pasión.    --¿Por qué me preguntas eso?--
  22   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    Ella dice: --Por que quiero
     que tú te cases conmigo,    qu` es el empeño que tengo.
  24   --Si te volvieras cristiana,    casara contigo luego;
     y esos serán los motivos    muy suficientes que tengo
  26   para no poder casar    contigo, sin ni un derecho:
     --Eso no--, dice la mora--,    eso no puedo yo hacerlo,
  28   qu` estimo mucho a Madoma,    qu` es un señor muy supremo,
     qu` en saliendo d`este mundo    a todos nos lleva al cielo.--
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  30   --Madoma, cuando la madre    lo parió [estando en el lecho]
     de un letargo que les dio    padre y madre se murieron.--
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  32   --Y para que no lo dudes    escucha este bello ejemplo:
     ¿No has visto por un cristal    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
  34   penetrarse la luz clara,    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     y no dejar en el vidrio    ni señal de rompimiento?--
  36   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    --Ahora--, dijo--, lo creo.
     Tengo un vidrio en la ventaná,    qu` es sin rotura ni a`ujero,
  38   y por él entra la luz    y se queda el vidrio entero.
     Dame el agua del bautismo,    que ser cristiana deseo.--
  40   Un sacerdote cautivo    le a`ministró el sacramento,
     fuente que lava las manchas    en señal de rendimiento.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  42   --Padre mío, éste es su nieto.
     Sabrá como soy casada    y soy gustosa de serlo.
  44   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    --¿Cómo a mí me dices eso ?
     ¿Qué dirán de mí, le dijo,    entre moros caballeros?--
  46   Levantó el brazo soberbio,
     y al darle un golpe a la hija,    soltó [de la madre] el pecho
  48   el niño, y le dijo al moro:    --¡Detente, querido abuelo,
     no me mates a mi madre,    qú` es quien me da el alimento;
  50   mira que te mira Dios    y el castigo tendrís presto!--
     Se quedó el moro confuso    de ver al infante bello:
  52   de unos tres días nacido    y le habló con tanto esfuerzo.
     También abrazó a su hija    y también besó a su nieto.
  54   Al viejo lo bautizaron    y Juan de Dios le pusieron,
     al niño, Miguel de Dios,    y quedaron muy contentos.
  56   Recogió toda su hacienda    con cuidado y con silencio,
     y se fueron traficando    hasta llegar a Toledo.
  58   --¡Buenas noches, caballeros!--

Notas de V. C. : -2b c. m. y s. c. : Año de cuarenta y nueve, sobre mil y setecientos (Durán); -8b de que: Este es uno de los casos en que entre nosotros, se antepone indebidamente la preposición de al que anuniativo. "Me creo de que sí", "parece de que no volverá", "De manera de que llegó tarde", son contrucciones con que se solaza mucha gente; -13a la que la, por a la que pertenece a nuestra sintaxis popular, siempre con los verbos llamar, nombrar, y otros afines a éstos. -26b sin ni un d. : Según derecho (Durán); -30b [Estando en el lecho. ]= (Durán); 37b a`ujero: Entre las vocales a, u, la g se pierde o se aspira: Austín, aujero, sahú por Agustín, agujero, sagú; --40b a` ministró: administró; -41b rendimiento por redención; no lo he oído antes; -47b [De la madre]= (Durán); -50b tendrís: Es común en el pueblo chileno substituir la terminación verbal éispor is, así en el presente como en el futuro: comís, comerís, por coméis, comeréis; -58 ¡Buenas noches, caballeros! Estos romances o corridos los recitan ordinariamente nuestros campesinos a la vera del fuego, después de las faenas del día, y algunos acostumbran, al concluir, saludar a los oyentes dándoles las buenas noches.
Comenterio de V. C. : Este romance se conservaba con muchas lagunas en la memoria del recitador, hasta el punto de que es imposible, con sólo lo que él recordaba, darse cuenta de su argumento. Además, por desgraciada coincidencia, entre lo que falta está lo único que tiene algún interés: la curiosa explicación que da don Antonio Moreno de la secular leyenda del zancarrón de Mahoma. Los que deseen conocer íntegramente este romance, pueden leerlo en el Romancero de Durán, t. II, p. 297.
Título original: Celinda y don Antonio Moreno.

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0184:38 Blancaflor y Filomena (é-a+ó)            (ficha no.: 3472)

Versión de Parral (Linares, Chile).   Recitada por Irene Rojas (18a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 29 (F), pp. 67-68.  042 hemist.  Música registrada.

     Estaba la linda, estaba    entre la paz y la guerra,
  2   con sus dos hijas queridas,    Blancaflor y Filomena.
     Principia mi don Fernando,    se enamora de una d`ellas:
  4   se casa con Blancaflor    y pena por Filomena.
     Muy pronto que se casó    la saca a tierras ajenas;
  6   cumplidos los nueve meses    llega a casa de la suegra:
     --Buenas tardes, mi señora.    --Buenas tardes, mi galán.
  8   ¿Cómo quedó Blancaflor?    --Buena quedó, mi señora,
     en el punto de parir,
  10   y le manda a suplicar    que le preste a Filomena.
     --¿Cómo la lleva, señor,    siendo muchacha doncella?
  12   --Yo la llevaré, señora,    como propia y como dueña.--
     Por el medio del camino,    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  14   después de haberla forzado,    le dividio la lengua.
     Con la sangre de su lengua    ella un papel escribió;
  16   ha pasado un pastor,    a una seña lo llamó:
     --Toma, pastor, esta carta,    llévasela a Blancaflor.--
  18   Esto supo Blancaflor    y del susto abortó.
     Donde el juez se querelló    porque a su marido agarren:
  20   que es un pícaro atrevido    que a su hermana la forzó.
     Esto supo don Fernando,    a un peñasco se arrimó,
  22   se hizo docientos pedazos    y el diablo se lo llevó.

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0020:16 Penitencia del rey don Rodrigo (í-a) (í-a)            (ficha no.: 3489)

Versión de Linares (Linares, Chile).   Recitada por Jesús Rivera (37a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 46 (A), pp. 105-106.  022 hemist.  Música registrada.

     --Por Dios se lo pido, hermano,    por Dios y Santa María,
  2   que me diga la verdá,    no me diga la mentira,
     si el que duerme con mujer    se condena en l`otra vida.
  4   --No siendo madre ni hermana    la gloria no perdería,
     pero en el purgatorio    sus pecados pagaría.
  6   --Yo dormi con una hermana,    una hermana que tenía.
     --El que duerme con hermana    se condena en l`otra vida.--
  8   --Ichale la absolución--,    le dijo una voz de arriba;
     que lo lleven a enterrar    con una culebra viva,
  10   que le coma las entrañas    pa que pague la avería.
     Lo enterraron, y su alma    para el cielo se encamina.

Título original: El penitente (versión A).

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0020:17 Penitencia del rey don Rodrigo (í-a) (í-a)            (ficha no.: 3490)

Versión de San Javier (Linares, Chile).   Recitada por Zoila Donoso (23a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 47 (B), pp. 106.  012 hemist.  Música registrada.

     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     --Dígame usté la verdad,    no me diga la mentira:
  2   ¿el que duerme con mujer    se condena en l`otra vida?
     --No se condena    si no es madre ni hermana.
  4   --Yo dormí con una hermana    muy bonita que tenía.
     --El que duerme con su hermana    se condena en l`otra vida.
  6   --Lléveselo a enterrar    con una culebra viva.

Título original: El penitente (versión B).

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0226:55 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 5354)
[0028 Búsqueda de la Virgen, contam.]

Versión de Termas de Catillo (Linares, Chile).   Recitada por Modesto Fuentes (46a). Recogida 00/00/1968 Publicada en Barros - Dannemann 1970, pp. 42-43. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXXIII, 15.2, p. 261.  024 hemist.  Música registrada.

     Camina la Virgen pura    para el portal de Belén;
  2   en la mitad del camino    pide el niño de beber.
     --No pidas agua, le dice,    no pidas agua, mi bien,
  4   que las aguas vienen turbias    que no se pueden beber.--
     Se va por un pergo abajo    y se encuentra un naranjel,
  6   lo cuida un cieguecito,    ciego porque nada ve.
     --Señor ángel de los cielos,    hágame usted una merced
  8   de darme una naranjita    para apagar esta sed.--
     Le contesta el cieguecito:    --Haga usted su menester.--
  10   Mientras la Virgen tomaba,    se floreció el naranjel.
     La Virgen, con tres naranjas,    dio el beber a su niñito;
  12   con su sombra, al retirarse,    le dio vista el cieguecito.

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1265:1 Testamento de don Juan José de Austria (ó)            (ficha no.: 3545)

Versión de Tramalhue (Llanquihue, Chile).   Recitada por José Holguín (63a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 100, pp. 251-258.  255 hemist.  Música registrada.

     Acordado de la muerte,    aunque con algún temor,
  2   propio amor de su aparato,    en apariencia omisión,
     movido del interés    que me dotó mi afición,
  4   contar quiero en breve instante    una capaz relación
     del príncipe don Juan de Austria,    gran señor, que falleció
  6   estando enfermo en la cama    algo falto de vigor.
     Mas, hallo cosa imposible    darle la comparación
  8   de la verdad que merece,    siendo tan rústico yo,
     hombre sin letras ni estudio    ni de mediana razón.
  10   Mas hoy me pienso valer    de la que es madre de Dios,
     María, rosa impecable:    hasta ocho el título dio,
  12   que llevándola consigo    caminarán sin temor;
     como norte soberano,    esclarecido farol,
  14   me sacará d`este empeño    libre de tribulación.
     y estas ignorantes letras    ella dirá lo que son.
  16   El año de mil quinientos,    y de agosto el veintidós,
     también con terciana doble,    mal el príncipe cayó
  18   de accidente `e tabardillo    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     Mucho lo siente la corte,    es cosa de admiración,
  20   y hasta en las Descalzas Reales    le han echado en oración,
     pidiéndole a Dios le dé    lo que convenga mejor.
  22   A treinta de dicho mes,    arriba se refirió,
     tuvo un susto muy terrible,    porque una mujer entró
  24   por las puertas del palacio    armada con un reló.
     Muy demudado el semblante,    le dice: --Mujer, ¿quién sois?
  26   --La Muerte soy--, le responde--,    que por mandado de Dios
     vengo a hacerte esta visita,    que importa a tu salvación;
  28   confiesa, dirige tu alma,    que ya el plazó se cumplió.--
     Como un azogado tiembla    al oir tal petición;
  30   alborotóse la corte;    él dice con triste voz:
     --No se alboroten, señores,    que ya el plazo se cumplió,
  32   tráiganme un altar delante    y llamen un confesor.--
     Un altar le enderezaron    con grandísimo primor;
  34   pusieron un San Francisco,    por ser precursor del sol,
     la Vírgen y un Santo Cristo,    con que el altar se adornó.
  36   Se retiraron los grandes,    solo el príncipe quedó
     con el evidente padre    Fray Diego de Puntinón.
  38   Confesó generalmente,    y luego al punto pidió
     el divino sacramento,    para asegurar mejor
  40   el viaje que pretendía,    si es menester prevención.
     Vino Dios a visitarlo    con música y resplandor,
  42   de rodillas en la cama    hizo acto de contrición.
     Antes que lo recibiera    estas palabras habló:
  44   «Rey de reyes sempiterno,    ¿cuándo he merecido yo
     que esta visita se me haga,    a un mísero pecador,
  46   siendo yo la criatura,    Vos supremo creador,
     que, de los cuatro elementos,    fui formado de los dos:
  48   de tierra podrida y agua?    Vino el viento, y derribó
     aquella fábrica humana    llena de culpa y error.
  50   Sólo el fuego es el que falta    en mi leal corazón;
     con las luces de tu gracia    quedaré caliente yo.
  52   Perdón te pido mil veces    con gemido y con dolor,
     como te supe ofender,    sabrás perdonarme Vos.
  54   Yo bien conozco que soy    el menos merecedor
     que entre en mi pobre morada,    pues, tan divino Señor».
  56   Recibió el pan de la gracia,    y luego al punto pidió
     a su señora la reina,    mujer la que lo engendró.
  58   Vino al fin la reina a verlo,    donde se vieron los dos,
     humildemente se piden    el uno al otro perdón.
  60   Mandó llamar a don Carlos,    Rey de Castilla y León,
     monarca que guarda el cielo    para nuestro defensor.
  62   Su Majestad vino a verlo    con muy grande ostentación,
     acompañado de grandes,    los de la llave y calzón;
  64   y don Juan, lo que lo vido,    mucho al verlo se alegró.
     Quísole besar las manos,    el rey los brazos le dio:
  66   --¿Cómo se haya Vuestra Alteza?--    El príncipe respondió:
     --Esto es morir sin remedio,    sin haber apelación.
  68   Esta transitoria vida    es una sombra, visión,
     para la eterna que espera,    adonde confiado voy.--
  70   Volvió el rostro a un Santo Cristo,    y dice: «Gran Redentor,
     por esa muerte de cruz    y por el mal de pasión
  72   que por los hombres pasaste,    para darles redención,
     pídote des a don Carlos    el fruto de bendición
  74   para su gran monarquía,    como reluciente sol,
     que le libres de traidores    y le des buen galardón».
  76   --¡Ay, hermano!, te suplico    escuches con atención,
     y ruego que vuestro acero    sea escudo y bendición,
  78   pues va con la santa fe,    vigilante volador,
     refiriendo el evangelio,    como de la fe farol.
  80   Ay, hermano, si viviera    un año siquiera yo!
     Si no, diga lo que vive    lo aplaudido que yo estoy,
  82   mercedes que me hizo el cielo    no mereciéndolo yo.
     Nápoles tiembla de mí,    Hungría, de mi valor,
  84   en Africa, mi bandera,    en Francia está mi bastón,
     mi espada está en Portugal.    Y sabiendo que este príncipe
  86   está envuelto en tierra,    os mirarán sin temor.
     Tráiganme un secretario    sin ninguna dilación.--
  88   El rey, que atento le escucha,    a sus ojos le emprestó
     golfares y perlas finas,    que en sus alfombras regó.
  90   Tomó el oficial la pluma,    hizo la cruz y empezó:
     «En el nombre de Dios Padre,    criador y redentor,
  92   digo yo, don Juan de Austria,    sobrino del que pasó:
     primeramente le mando    el alma a quien me la dio,
  94   el cuerpo mando a la tierra,    porque d`ella se formó.
     Antes de mi enterramiento    me sacan el corazón,
  96   a Zaragoza lo llevan,    y en el pilar o escalón,
     a las plantas de la Virgen    el me le dan posesión;
  98   y mi tripa muy inmunda    llévenla a San Salvador,
     que le den colocamiento    con toda satisfacción;
  100   y mi cuerpo a la urna    . . . . . . . . . que ya son
     descanso de mis fatigas    y de los reyes panteón.
  102   Treinta mil misas mando    por mi. alma y mi intención,
     dieciocho para mi alivio    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
  104   De treinta millones que hablan    que tengo de caudal yo,
     mando le den una joya    que tenga `e precio un millón,
  106   a mi señora la reina,    mujer la que me engendró.
     Otra joya muy valiosa,    de mayor precio y valor,
  108   en compaña de mi hermano,    en matrimonio y unión . . .
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  110   A la poderosa Virgen    de Zaragoza, le doy
     diez mil ducados en plata,    seis mil a San Salvador,
  112   once mil a la de Corza,    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     La ilustrísima `e Sevilla    en dos letras me pidió
  114   ciento sesenta mil pesos:    se los presté y los gastó
     en pan pa el pobre mendigo:    no se los cobren, que son
  116   escalera para el cielo    y en la tierra paz y unión.
     La de Córdoba otro tanto    pidió en la misma ocasión;
  118   tampoco le tomen cuenta,    porque a pobres se los dio.
     De lo demás, rey, que queda,    echen la repartición.
  120   Por legítimo heredero    dejo a mi hermano, y le doy
     los seiscientos seis lugares    que son de mi jurdigción.
  122   Desde San Juan al Piroto    ya falta la religión.
     Tenga silencio la pluma,    tráiganme la extremau`ción,
  124   que estoy mirando el cuchillo    que mi cuello amenazó».
     Con esto, cerró los ojos,    falto de respiración;
  126   el diez y siete de octubre    a Dios el alma entregó.
     Lágrimas dio Zaragoza,    rogativas y oración;
  128   Dios le perdone sus culpas,    y a nosotros nos dé Dios
     paz y concordia en la tierra,    y en la otra salvación.

Notas de V. C. : -11b sic; -22b Falta en esta versión el pasaje aquí aludido; -33a enderezaron: ¿Aderezaron?; -89a golfares: ¿aljófares? ; -97b Ei por ahí. La a seguida de i en hiato se cambia en e y lleva el acento, produciéndose el diptongo: Valparéiso, Larréin, méi, por Valparaíso, Larraín, maíz; -121b jurdigción: jurisdicción.
Comentario de V. C. : Aunque la confusión que reina en este romance es absurda, parece indudable que se trata de la muerte del segundo don Juan de Austria, hijo natural de Felipe IV, que ni tuvo por madre a una reina, sino a una comedianta, ni pudo morir en una fecha en que aun no había nacido su bisabuelo. Sin embargo, lo que sabemos de la enfermedad y del testamento de este príncipe, concuerda con lo que el romance refiere. Durán no lo incluyó, pero lo menciona en el índice de los pliegos sueltos del siglo XVIII en adelante, y dice que consta de dos partes, (vide Romancero, t. 1, p. XCIII). Véase la transcripción del principio del romance.

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2594:1 El huaso Perquenco (á)            (ficha no.: 3508)

Versión de Traiguén (Malleco, Chile).   Recitada por Lorenzo Neira (38a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 64, pp. 141-142.  024 hemist.  Música registrada.

     Ayá va el guaso Perquenco    en su cavayo alasán:
  2   ocho sorda`o` lo siguen    y no lo pue`en arcansar.
     Trre` muerte` `icen que deve    ar gorpe de su puñal:
  4   uno era un viejo avariento    con cara `e necesi`á`,
     `l otrro un `ermano trraidor    que lo vino, a denunciar,
  6   y tam`ién una mujier    que lo quería engañar.
     ¡Corran, corran lo` sorda`o`,    corran, corran sin parar!
  8   Yo sé qui ar guaso Perquenco    ninguno lo va a arcansar.
     A medianoche llegó    cerca de la Rinconá`,
  10   a la casa di un compaire    [ayá ] jué a desensillar:
     --¡Que se levanten las niña`,    que se levante mi a`ijá`;
  12   aquí está er guaso Perquenco    para oir una toná`!--

Notas de V. C. : -1a Perquenco (de perquin, plumas, y co, agua, "río de las plumas", Figueroa, Vocabulario Etimologico, es una estación del ferrocarril. en el departamento de Traiguén, provincia de Malleco. Acaso al heroe del romance, un famoso bandido, sin duda, se le llamaría "el huaso de Perquenco", que en la pronunciación popular fue "el guaso `e Perquenco", hasta que la partícula desapareció por absorción, y entonces el nombre geográfico se convirtió en individual; -3a Trre`, tres. Señalo así la pronunciación prepalatal de la t antes de r, tan común en Chile; -9b Rinconada. Nombre de algún caserío o hacienda, de los muchos que en Chile se llaman así.
Comentario de V. C. : Este romance es indudablemente chileno, y no de composición reciente, pues según mis averiguaciones, la fama del huaso Perquenco es muy antigua, aunque ya no queda de él sino el recuerdo de su audacia. Un amigo, propietario de un fundo en la provincia de Malleco, me escribe lo siguiente: "Pocas son las noticias que he podido averiguar del huaso Perquenco. Muchos han oído el nombre, pero no saben más. Un viejo inquilino de esta hacienda dice que era un temido criminal, pero su misma mujer lo contradice, y asegura que oyó contar a su padre que el huaso no era asesino ni ladrón, sino un hombre acomodado y gastador, muy mujerero (mujeriego), y que siempre andaba metido en pleitos y bolinas".

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0612:8 Pregunté si había cena (ó)            (ficha no.: 3582)

Versión de Traiguén (Malleco, Chile).   Recogida por Horacio Echegoyen B., entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 162, pp. 551-553.  022 hemist.  Música registrada.

     Un día salí a pasear    en un caballo trotón,
  2   al dar vuelta la alameda    topé con un bodegón.
     Pregunté si había vino,    me dijeron: --Sí, señor.--
  4   Pregunté qué vino había:    --Un vinito y un borrón
     El vinito pa las niñas    y el borrón pa mi patrón.
  6   Pregunté si había cena,    me dijeron: --Sí, señor.--
     Pregunté qué cena había:    --Dos gallinas y un capón.
  8   Las gallinas pa las niñas    y el capón pa mi patrón.--
     Pregunté si había cama,    me dijeron: --Sí, señor.--
  10   Pregunté qué cama había:    --Dos almuadas y un colchón.
     Las almuadas pa las niñas    y el colchón pa mi patrón.--

Nota: Tras los versos 5, 8 y 11, se canta el estribillo: Que corre. . . tintín, que corre. . . tintón, / que corre la lezna; que corre el punzón. / Estaba el barbero en su barbería / con su guitarrita cantando la vi`a. //
Notas de V. C. : -5b borrón: Vino que tiene mucha borra; -9a Por cama se entiende en Chile el colchón, las almohadas y las ropas que sirven para abrigarse. La armazón que sustenta todo esto-que los diccionarios nombran cama-se llamá catre entre nosotros. Román ha probado con una cita de Pereda, que en España se usa también cama en el mismo sentido que en Chile, (vide Diccionario); -10b Almuadas: almohadas.
Comentario de V. C. : Esta canción es muy popular en Chile, donde corren versiones con agregados que no son para transcriptos aquí. A una de esas variantes, recogida por don Ramón A. Laval, pertenecen los siguientes versos: Cuando salí de mi tierra / me vine con un patrón,//que con el oritin, que con el oritón, / me vine con un patrón. //M` encontré con unas niñas, / las llevé par` el mesón. //Pregunté si había cena, / me dijeron: --Sí hay, patrón. --//Pregunté qué cena había: / --Dos gallinas y un capón. //Las gallinas pa las niñas / y el capón par` el patrón. --//Pregunté si había camas: / --Dos cojines y un colchón. //Los cojines pa las niñas / y el colchón par` el patrón. --//Como a la medianoche / . . . . . . . . . . . . . . . . . . .     El estribillo "que con el oritín, que con el oritón", que probablemente se repite cada dos versos, es el mismo de algunas canciones españolas. Una de las variantes del romance de La mala mujer (que Menéndez Pelayo titulaLa esposa infiel), comienza así: Estando un caballerito / en la isla de León,//se enamoró de una dama / y ella le correspondió. //Que con el aretín, que con el aretón. (Antología, t. X, p. 179.)

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0184:39 Blancaflor y Filomena (é-a+ó)            (ficha no.: 3473)

Versión de Nirivilo (Maule, Chile).   Recitada por Manuel Muñoz (45a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 30 (G), pp. 69-70.  043 hemist.  Música registrada.

     Estaba la linda, estaba    entre la paja y la yerba,
  2   con sus dos hijas queridas,    Blancaflor y Filomena.
     Llegó un caballero turco,    se enamora de una d`ellas,
  4   se casa con Blancaflor    y pena por Filomena.
     Después de que se casó,    lejas tierras la llevó;
  6   cumplidos los nueve meses    a casa `e suegra llegó.
     --Buenos días, mi señora.    --Muy buenos se los dé Dios.
  8   ¿Blancaflor cómo ha quedado?    --Enferma queda, señora,
     y le manda suplicar    que le empreste a Filomena:
  10   --¿Cómo la llevas pues, hijo,    siendo la niña doncella?
     --La llevaré pues, señora,    como mía y mujer nuestra.
  12   --Entra, entra, Filomena.    ponéte un vestido `e seda
     y ante vas a acompañar    a tu hermana Blancflor.--
  14   Aquel lindo caballero    a las ancas la tomó,
     por la mitad del camino    su pecho le recostó.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  16   Con la sangre de la lengua    un boletito escribió,
     a un pastor qu` iba pasando    a señas lo devolvió:
  18   --Toma, llévale esta carta    a mi hermana Blancaflor.--
     Blancaflor de que la vío,    del susto se desmayó,
  20   maldiciendo a su marido,    y hasta la gloria perdió.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    que se arrime a un peñasco
  22   y se haga dos mil pedazos,    y el diablo se lo llevó.

Notas de V. C. : -5b El adjetivo plural lejas se usa todavía en Chile, entre la gente del pueblo; -9b Emprestar es más usado que prestar por el pueblo; -12b El imperativo popular de poner es pone o poné, según la naturaleza del mandato. Pone la mesa. muchacha, significaría una orden más o menos perentoria, "poné" sería mejor una recomendación cariñosa; "pon", muy poco usado, demostraría ya enojo. Esta distinción es aplicable al imperativo de muchos otros verbos: "anda" y "andá", "trae" y "traé", "ven" y "vení," , etc.; -19a La tercera persona del presente de indicativo de ver se pronuncia a veces vío, y, afectadamente, vido. Esto último ocurre también con muchas otras voces terminadas en ía, ío: mida, sombrido, por mía, sombrío.

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1537.1:16 El rastro divino (á-o)            (ficha no.: 3530)

Versión de Cauquenes (Maule, Chile).   Documentada en o antes de 1910. (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Laval 1910, Oraciones populares, ensalmos i conjuros chilenos comparados con los que se dicen en España , p. 71. Reeditada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 86, pp. 189-190 y Díaz Roig 1990a, p. 84-85 (15.1).  030 hemist.  Música registrada.

     Desde el monte de Belén,    siete leguas al Calvario,
  2   encontré a una mujer    qu` era devota `el rosario.
     Le pregunté si había visto    pasar a Jesús amado:
  4   --Por ai mas ailante va    muy triste y muy lastimado;
     una soga lleva al cuello,    una caena arrastrando,
  6   una mujer lo acompaña    y el rostro le va limpiando.
     Con el paño que le limpia (sic)    tres estampas han quedado:
  8   una de la Maudalena,    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     otra de San Juan Bautista    y otra de Jesús amado.
  10   Caminemos, caminemos,    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     que supuesto que lleguemos    lo estarán crucificando:
  12   unos le pasarán lanzas    por los sagrados costados,
     otros le pasarán clavos    por los pies y por las manos.
  14   La sangre donde cayese    cae en un cáliz sagrado,
     y el hombre que la tomase    será bienaventurado,
  16   `n este mundo será reino    y en el otro coronado.

Nota del Sr. Laval: -4a por ahí más adelante va; -16b sic.

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1813:2 Adornado de preseas (á-a)            (ficha no.: 3580)

Versión de Cauquenes (Maule, Chile).   Recitada por Manuel Armijo (45a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 158, pp. 540-541.  016 hemist.  Música registrada.

     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     --Todo el mundo tengo andado    y he visto tierras lejanas,
  2   seis años fui bien servida,    yo sin él, sin gozar nada.
     Advierte bien qu` este moro    que arrojó ahora la caña,
  4   éste se llama Gazul,    cuya fama es bien nombrada;
     seis años fui bien servida,    yo sin él, sin gozar nada.
  6   Adoro a mi Abencerraje    que arrojó ahora la caña;
     éste se llama Gazul,    cuya fama es bien nombrada;
  8   seis años fui bien servida,    yo sin él, sin gozar nada.

Comentario de V. C. : Este fragmento, desfigurado por algunos retoques, corresponde al final de uno de los romances moriscos que cuentan los amores de Gazul. El gallardo moro llega a Gelves a jugar cañas, y entre las damas quepresencian la fiesta está Zaida, a quien Gazul ha dejado viuda, dando muerte al marido. La mora, que lo reconoce, se desmaya, y, vuelta luego en sí, dice a su criada: --Advierte bien aquel moro / que agora arroja la caña://aquél se llama Gazul, / cuya fama es bien nombráda. //Seis años fui d`él servida, / sin de mí alcanzar nada. //Aquél mató a mi marido / y dello yo fui la causa,//y, con todo eso, le quiero / y le tengo acá en el alma. //Holgara que me quisiera, / pero no me estima en nada://adora una abencerraje, / por quien vivo desamada. --//En esto se acabó el juego, / y la fiesta aquí se acaba;//Gazul se parte a Sanlúcar / con mucha honra ganada. // (Durán, Romancero, t. I, p. 20 [Véase la entrada 3443]). No es posible creer que sólo el fragmento transcripto exista en la tradición chilena.
Título original: Gazul.

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1587:1 Paseábase el del Carpio (é-a+otro metro)            (ficha no.: 3447)

Versión de Coihueco (Ñuble, Chile).   Recitada por Manuel Flores (65a). Recogida por Armando Sanhueza L., entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 4 (A), pp. 9-10.  020 hemist.  Música registrada.

     Paseábase el del Carpio    por las murallas francesas,
  2   armado de punta en blanco,    para atacar al Rey Santo,
     que desgracias les hacía.
  4   Con la punta de la espada    hacía raya en el suelo,
     y juraba por los santos    vengar los ultrajes hechos.
  6   --Juro por Dios,-- él decía,    --que con esta mi daguilla
     he de matar al grande    que mientan por estas tierras.--
  8   Y seguía su paseo    caminando más ligero.
     En esto llega un doncel    y le dijo estas palabras:
  10   --El francés anda por el    con unas tropas muy fuertes
     y amenázanos tomar    las tierras de vuestro padre,
  12   que en gloria tal vez está    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Notas de V. C. : -10a ei por ahí. La a seguida de i en hiato se cambia en e y lleva el acento, produciéndose el diptongo: Valparéiso, Larréin, méi, por Valparaíso, Larraín, maíz. [Véase el comentario de V. C. en la siguiente versión del mismo romance. ]
Título original: Bernardo del Carpio. A

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1587:2 Paseábase el del Carpio (é-a+otro metro)            (ficha no.: 3448)

Versión de Coihueco (Ñuble, Chile).   Recitada por Luis Magaña (55a). Recogida por Armando Sanhueza L., entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 5 (B), pp. 10-11.  015 hemist.  Música registrada.

     Paseaba el del Carpio    por las fronteras francesas,
  2   buscando al gran rey Mauno    pa presentarle pelea
     y librar a sus paisanos    de la muerte traicionera,
  4   que `onde menos piensan se halla,    y se va con hombre a cuesta
     para irse y no volver.
  6   La muerte, que es enemiga    de todo ser que aquí vive,
     amiga d`él siempre es    en el último momento
  8   del desgraciado que llora    y sus piedades reclama.

Notas de V. C. : -2a Mauno: en las combinaciones ag., eg, og, la g se vocaliza en u: maunífico, impreunar, douma, por magnífico, impregnar, dogma. Esto mismo ocurre en las combinaciones ar, ec, oc: intauto, reuto, douto, por intacto, recto, docto.
Comentario de V. C. : He aquí dos versiones del principio de un mismo romance, tan estragado, que apenas puede juzgarse que lo es, por el tono de la narración y los rastros del asonante que muestra una de ellas. Cuanto al asunto, hay que suponer que tan viciado está el fondo como la forma, pues no permite precisar a qué suceso de la vida del héroe caballeresco pudo el romance referirse.
Título original: Bernardo del Carpio B.

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0407:4 El vaquero Lucas Barroso (í-a)            (ficha no.: 3501)

Versión de Coihueco (Ñuble, Chile).   Recitada por Manuel Jesús Reyes (50a). Recogida por Armando Sanhueza L., entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 57 (C), p. 129.  016 hemist.  Música registrada.

     Anoche, estando cenando,    me vinieron a avisar
  2   que venía la patrulla    por el medio `el espinal,
     detrás de una vaca negra    sin perilla y sin señal.
  4   La cargó Lucas Barroso,    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     la cargaba cuesta abajo,    ella echaba cuesta arriba.
  6   Si la vaquilla se pierde,    Barroso la pagaría
     con el mejor ternerillo    que hubiese en la vaquería,
  8   hijo del toro Pintado    y de la vaca Rosilla.
Nota de V. C. : -2b Espinar. Así también pajal, pulmonal, por pajar, pulmonar.

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5138:3 El alarbe de Marsella (é-o)            (ficha no.: 3549)

Versión de Coihueco (Ñuble, Chile).   Recitada por Juan de D. Cifuentes (46a). Recogida por Armando Sanhueza L., entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 104 (C), pp. 277-279.  081 hemist.  Música registrada.

     A la celestial Princesa,    madre del divino Verbo,
  2   le pido me dé su gracia,    porque sin ella no puedo
     mover mi rústica lengua,    ni dar a entender al pueblo
  4   lo que sucedió en Marsella    a un desdichado mancebo,
     por sus torpezas y vicios    y sobrado atrevimiento.
  6   Y con el favor divino    de la que es Reina del cielo,
     daré principio al romance,    para que sirva de ejemplo
  8   a los que siguen los vicios    y deleites d`este suelo.
     En la ciudad referida    residía un caballero,
  10   este tal tenía un hijo    cuyo nombre no refiero,
     que este torpe y atrevido    se ha descubierto matando
  12   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    a un principal caballero.
     Apenas llegó a quince años    quiso vivir tan travieso,
  14   que a su padre le perdía    los más días el respeto,
     no por falta de do`trina,    porque su padre un buen m`estro
  16   tenía que le enseñara;    y el atrevido y soberbio
     hace lo que se le antoja.    Sólo por no estar sujeto
  18   a la obediencia del padre,    se ha salido de secreto
     por una excusada puerta    que había detrás de un huerto
  20   y al primero que encontraba,    sin temer a Dios eterno,
     le quitaba por su gusto    la vida, luego, al momento.
  22   D` esta suerte mató quince    sólo por un pasatiempo,
     hasta que al fin una noche    permitió Dios verdadero
  24   que la maldad d`este infame,    d` este atrevido y soberbio,
     se descubriese, matando    a un principal caballero.
  26   Apenas le dio la muerte    fue por la justicia preso,
     que a la cárcel lo llevaba,    y su padre con dinero
  28   y favores de otros nobles,    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     a su casa lo llevó,    dándole mil documentos.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  30   La maldad por una noche    determinado y resuelto . . .
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     Y diré qu` es un alarbe,    según lo dirán los hechos,
  32   que apenas llegó a quince años    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     le dio la muerte a su padre,    estando el triste durmiendo
  34   y a un hermano que tenía    de siete años y medio,
     de una cruel cuchillada    fuera le echó los sesos.
  36   A su madre dejó en vida,    por darla más sentimiento,
     atada de pies y manos    y en un oscuro aposento.
  38   Más después abrió las arcas    y las fue reconociendo:
     el oro y plata que había,    joyas y alhajas de precio,
  40   las echó en una maleta,    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     y en un ligero caballo    que atrás se dejaba el viento,
  42   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    se arrancó, dejando muertos
     aquellos dos inocentes;    ¡Jesús, qué notable yerro!

Notas de V. C. : -15a do`trina: En fin de sílaba, la c se pierde a veces cuando la sílaba siguiente principia por co t: afi`ción, do`tor; -15b m`estro: Véase -13b nota de la versión anterior; -38a Más después vale luego después, más tarde, según los casos.

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0766:4 El guapo Luis Ortiz (á-o)            (ficha no.: 3560)

Versión de Coihueco (Ñuble, Chile).   Recitada por Manuel Jesús Reyes (50a). Recogida por Armando Sanhueza L., entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 116 (B), pp. 331-334.  066 hemist.  Música registrada.

     Luis Ortiz se llamá el mozo,    Luis Ortiz el afamado,
  2   lo sacó su padre un día    a solas a aconsejarlo:
     --Hijo mío, por tu causa    la hacienda se va acabando.
  4   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    Toma esta espá, este caballo,
     y toma estos dos mil pesos,    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
  6   y te vas a la ciudá    y asiéntate de soldado.--
     El mozo, como era un loco,    más razones no [a]guardaba,
  8   pero al dar vuelta una esquina    halla a su tío peleando,
     y por defender por él    diez puñaladas ha dado.
  10   Y allí se publicó un bando    y también un obispado,
     que a Luis Ortiz. lo agarraran    pa darle dos mil ducados.
  12   El señor don Juan Jorquera    con treinta y cinco soldados
     bien armados y montados,    a agarrarlo se adelanta.
  14   Giran por unas arenas,    donde Luis Ortiz habita,
     Luis Ortiz, de que ha visto esto,    ha partido como un rayo.
  16   Cuando lo iban alcanzando,    de su caballo se ha apeado.
     y con la punta `e la espá    una raya le ha formado:
  18   --Juro por el alto cielo,    por San Pedro y por San Pablo,
     y por los dos angelitos    que tiene mi Dios al lado.
  20   el que me pase esta raya    doscientos mil pe`azos lo hago.--
     Allí llega un primo hermano    que se quieren como hermanos:
  22   --Date, date, Luis Ortiz,    date, date, Luis hermano,
     que el mozo que ayer heriste    se halla en la cancha jugando.--
  24   Con estas palabras y otras    ya lo llevan rebatiado,
     lo llevan pa la ciudá,    donde ha de ser colgado.
  26   Por la mitá del camino    cinco amigos ha tomado.
     --¿Qué ha sido esto, Luis 0rtiz,    qué ha sido esto, Luis hermano?
  28   --¿Qué ha ser pues, hermanitos?    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     Si ustedes no me defienden,    mañana he de ser colgado.--
  30   Se miraron unos y otros,    cuatro la guerra formaron
     y uno desató la soga:    Luis Ortiz se ha libertado,
  32   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    espada y daga ha tomado,
     de treinticinco corchetes    ninguno se le ha escapado.
  34   ¡Viva, viva, Luis Ortiz!    ¡Viva, viva, Luis hermano!
     Sabe `esvengar una canas    y también un buen agravio.

Notas de V. C. : -10b sic; -15a de que: Ya de que o de que por cuando, es vulgar: De que lo traigan lo veré, por cuando lo traigan. . . etc.; -23 cancha: Véase la primera nota de la versión anterior. -24b rebatiado: ¿Arrebatado?; -26b tomado: ¿Topado?; -35a Desvengar, alteración de "devengar" por vengar.

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0766+0101:1 El guapo Luis Ortiz+No me entierren en sagrado (á-o)            (ficha no.: 3563)

Versión de San Miguel (Ñuble, Chile).   Recitada por Juan Meneses (43a). Recogida en Santiago por Armando Sanhueza L., entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 119 (E), pp. 338-340.  042 hemist.  Música registrada.

     Luis Ortiz se llama el mozo,    Luis Ortiz el afamado;
  2   una tarde, estando a solas,    fue su padre a aconsejarlo:
     --¡Ay, hijo! que por tu causa    la hacienda se va acabando:
  4   de tantas muertes que has hecho,    de todas yo te he librado.
     Toma esta espá, este caballo,    y sienta plaza `e soldado. --
  6   El mozo, como era un loco,    a su padre no ha escuchado,
     y por defender a un tío,    de puñaladas ha dado.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  8   Ya lo siguen, ya lo alcanzan,    ya lo traen amarrado,
     con veinticinco cordeles    y veinticinco soldados.
  10   En la mitad del camino    tres amigos ha encontrado:
     --¿Qué ha sido esto, Luis Ortiz,    qué ha sido esto, Luis hermano?
  12   El hombre que ayer heriste    en el pantión `tá enterrado,
     el que heriste esta mañana    en la cancha está jugando.
  14   --Han de ver, hermanos míos,    como voy preso y atado,
     y si ustés no me defienden    me verán morir ahorcado.
  16   Por si acaso me matasen,    no me entierren en sagrado,
     entiérrenme en campo verde    donde no paste el ganado.
  18   A mi cabecera pongan    un letrero bien pintado,
     que diga a los caminantes:    «Aquí murió el desdichado;
  20   no murió de mal dé amores    ni de dolor de costado,
     murió porque lo mataron    unos pícaros soldados». --

Notas de V. C. : -5a espá: Espada; -12b La e átona seguida de a ú o en hiato o en cuasi-diptongo, se cambia en i al diptongarse: rial, linia, lion, por real; línea, lean; -13b cancha: Sitio limpio y desembarazado de obstáculos, cerrado o abierto, que tiene diversos empleos. En el romance se alude seguramente a la cancha de bolas, que sirve para el juego de las argollas. .
Comentario de V. C. : De los que refieren hazañas de bandidos, el romance de Luis Ortiz es el más popular eñ Chile. Poseo de él ocho versiones más, menos completas que las que publico, y el colector que lo desee puedo recoger cuantas quiera en todas las regiones del país. Aunque no lo he encontrado en ningún libro español, creo que tal es su origen; y por lo que hace al mérito, en cuanto puedo juzgar de él por las versiones que conozco, me parece este romance superior al común de los vulgares que tratan esta clase de asuntos; lo que no impide que su valor, sobre ser escaso, sea además negativo, porque se funda en la ausencia relativa de ciertos defectos, que, como las inevitables invocaciones y el absurdo recarg de detalles y de frases hechas, hacen pesado y antipático este género de composisiciones. Sobre los versos con que termina la variante E, véase el comentario al romance 63.

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5118:1 Pedro Cadenas (é-a)            (ficha no.: 3568)

Versión de Coihueco (Ñuble, Chile).   Recitada por Juan de D. Cifuentes (46a). Recogida por Armando Sanhueza L., entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 124, pp. 351-352.  020 hemist.  Música registrada.

     Atención, noble auditorio,    todo el orbe se suspenda,
  2   mientras mi lengua declara    la más reñida pendencia
     que sucedió en Barcelona,    del modo que aquí se cuenta,
  4   de cuatro nobles señores    del rey de España, que aumentan
     las voces con sus hazañas    por España las galeras,
  6   que con decir españoles    todas las naciones tiemblan.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     --No me venga a pretender    la dama barcelonesa,
  8   mire que no ha de faltar    quien le rompa la cabeza.--
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     . . . . . . . . . Le dio    un bofetón a la hembra,
  10   . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    la boca, dientes y muelas
     en sangre se las bañó
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Comentario de V. C. : Durán insertó ese romance en el t. 2 pág. 387 del Romancero, entre los de valientes y guapos. Los versos que publico son los únicos que he encontrado en la tradición chilena; pero, con poca diligencia que se gaste, ya irán apareciendo oras versiones más completas, que el asunto del romance es de los que se propagan con facilidad.

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5104:2 Sebastiana del Castillo (í-o)            (ficha no.: 3569)

Versión de Coihueco (Ñuble, Chile).   Recitada por José Narciso Sepúlveda (60a). Recogida por Armando Sanhueza L., entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 126, pp. 355-361.  216 hemist.  Música registrada.

     En la gran Sierra Morena,    amparo de forajidos,
  2   vivía Alonso Gutiérrez    con una hija y dos hijos,
     en compaña de su esposa,    que eran dos amantes finos,
  4   y por la paz y sosiego    y por gusto que han tenido,
     a los dos hijos casaron    con gran fiesta y regocijo.
  6   Quedó sola con sus padres    Sebastiana del Castillo,
     la mujer más desalmada    que de padres ha nacido.
  8   D`esta tal se enamoró    un macebo granadino,
     que estaba en aquel lugar    desde la edad de muy niño.
  10   Dio en pasearle la calle    con gran fiesta y regocijo;
     alcanzó el sí de la dama,    de sus padres no ha podido,
  12   antes con mucho rigor    la castigan de contino.
     Enfurecida, enojada,    hecha como un basilisco,
  14   cuanto más la castigaban,    rompiéndose los vestidos,
     t. irándose de las trenzas,    más crecía en su delirio.
  16   Más de un año en una pieza    encerrada l`han tenido
     en donde sus dos hermanos    le dieron algún castigo.
  18   Tuvo forma Sebastiana    de escribir un papelillo,
     que en breves renglones dice:    «Dulcísimo dueño mío,
  20   sabrás que he estado encerrada,    pasando dos mil martirios
     de mis padre` y mis hermanos,    con dolores excesivos.
  22   Supuesto que eres mi amante    y que eres hombre de bríos,
     para esta noche a las doce    te espero bien prevenido,
  24   y mira, no me hagas falta.    porque te espero, bien mío».
     No dijo más, y con esto    ha cerrado el papelito,
  26   y a un muchacho se lo entrega,    el cual era su sobrino,
     para que se lo llevase    a Juan González del Pino.
  28   Tomó el papel el mancebo,    lo recibe agradecido,
     por la vista lo repasa,    y así que l`hubo leído,
  30   lágrimas del corazón    derramaba hilo a hilo.
     Se fue al instante a su casa,    donde sus armas previno:
  32   dos pistolas y una espada,    y un cuchillo de dos filos.
     Oyó las diez y las once,    dan las doce, y ha salido,
  34   se fue a casa de la dama,    y ella, que estaba en aviso,
     abrió la puerta, y dentró    sin ser de nadie sentido.
  36   Ella encendió una bujía    y d`esta suerte le ha dicho:
     --Yo he de matar a mi padre    y a mi madre, y ¡viva Cristo!
  38   He de vengar mis injurias,    pues lo tienen merecido,
     más que sepa que al infierno    voy a pagar mi delito.--
  40   El mozo la vio aterrada    y con ánimo le dijo:
     --¿Habrá más que ejecutarlo?    ¡Ea, vamos al proviso!--
  42   Fue donde estaban sus padres    y con ánimo atrevido,
     que de cuatro puñaladas    el corazón le ha partido
  44   al padre, y luego a la madre    hizo con ella lo mismo,
     porque con dos puñaladas    se la dejó sin sentido.
  46   Habló sólo estas palabras,    y palpitando le dijo:
     --Hija de mi corazón,    ¿en qué t` hemos ofendido?--
  48   Le dice: --Señora madre,    esto es vengar mi castigo.--
     Y con una puñalada    acabó su vida el hilo.
  50   Les sacó los corazones    y en aceite los ha frito,
     y de ver tanta ruindad    cayó el mozo amortecido.
  52   --¡Muere tú también--, le dice--,    pues que la causa habís sido!--
     Le ha dado de puñaladas,    y con ánimo atrevido
  54   le quitó todas las armas    y se puso su vestido,
     y en un caballo del padre    salió y se puso en camino.
  56   Al otro día, de mañana,    sus hermanos han venido
     a la casa de sus padres.    y hallan dolor tan crecido.
  58   Justicia piden al pueblo,    y acudieron los vecinos,
     y los llantos fueron tantos,    los clamores y gemidos,
  60   que bastan para ablandar    a las montañas y riscos.
     No condenaron a nadie,    porque saben quien ha sido;
  62   despachan requisitorias    por si saben que la han visto:
     donde quiera que la prendan    que se ejercite el castigo.
  64   Salieron los dos hermanos    por montes, valles y riscos,
     y ella estaba en una cueva,    y con ella dos bandidos
  66   que también huyendo andaban    por otros graves delitos.
     Vio pasar sus dos hermanos    y ella les salió al camino,
  68   y de dos carabinazos    los mató luego, al proviso.
     Con un cuchillo les corta    las cabezas, y se ha ido
  70   donde están sus compáñeros,    y se las lleva consigo.
     Los compañeros la riñen,    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
  72   y cruel y desesperada    con ellos hizo lo mismo.
     Llevó las cuatro cabezas    y se fue a Ciudad Rodrigo,
  74   y en una esquina `e la plaza    las puso con un escrito
     que d`esta suerte decía:    «A estos dos hermanos míos
  76   di la muerte, por vengarme    de haberme dado castigo,
     y a estos otros dos maté    por saber que eran bandidos.
  78   Ya la venganza está hecha,    ya mi gusto está cumplido;
     si hay alguno que se oponga,    salga a campaña conmigo,
  80   porque al rigor d`este brazo    son pocos los d`este siglo.
     El señor corregidor    le dio parte a sus ministros,
  82   que salieron a prenderla;    acudieron infinitos.
     A seis alcaldes mató,    hasta cinco o seis ministros,
  84   y con la espada en la mano    parecía un basilisco.
     Pidiendo favor al rey    acudieron los vecinos,
  86   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    y digo que si no ha sido
     por una fuerte pedrada    que tiraron de un postigo,
  88   que le dieron en los pechos    y en el suelo l`han tendido
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     Entonces se le arrojaron    los agarrantes ministros,
  90   la. llevaron a la cárcel,    donde la cargan de grillos.
     Le leyeron la sentencia    dentro de Ciudad Rodrigo,
  92   al tercer día la sacan    a que pague su delito.
     Llegan al pie del patíbulo,    que suba arriba le han dicho,
  94   y de que estuvo en lo alto    a todo el concurso dijo:
     --Padres, los que tenéis hijas,    no seáis como los míos,
  96   no estorbéis los matrimonios,    qu` es sacramento divino
     de nuestra madre la Iglesia,    formado del Uno y Trino.
  98   Mirad en lo que me veis    y en qué trabajos me he visto..--
     Y alzó los ojos al cielo,    y dijo: --Jesús divino,
  100   por la sangre virginal    que vertieron los judíos,
     te pido que me perdones;    pequé, Señor, mala he sido,
  102   mas vuestra misericordia    es mayor que mi delito.
     Al verdugo le avisaron    para que hiclera su oficio,
  104   y al instante lo cumplió,    y quedó el cadáver frío
     dando pruebas de que fue    a gozar del cielo empíreo.
  106   Esta es la vida y la muerte    de Sebastiana `el Castillo,
     que d`esta suerte acabó,    de veinte años no cumplidos.
  108   Dios le dé eterno descanso    y su santo paraíso,
     y a nosotros nos dé gracias    por los siglos de los siglos.

Notas de V. C. : -35a dentrar por entrar es común en todas las clases sociales; -52b habís: Es común en el pueblo chileno substituir la terminación verbal éispor ís, así en el presente como en el futuro: comís, comerís, por coméis, comeréis; -81b le: en Chile, el pronombre dativo oblicuo de tercera persona se emplea siempre en singular, aún en lo escrito, cuando precede al complemento: "Pedro le dio el dinero a los otros"; -94a Ya de que o de que por cuando, es vulgar: De que lo traigan lo veré, por cuando lo traigan. . . etc.; -89b virtiendo: También virtió, virtieron; -100a De un repente es más usado, entre el pueblo, que de repente.
Comentario de V. C. : Los romances que tratan de mujeres que, por casos de amor o de honra, se arrojan a la vida airada, no escasean por cierto en la tradición chilena. Este de Sebastiana del Castillo es español, como casi todos los demás, pero no está en los romanceros peninsulares que he podido consultar.

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0906:3 La Espinela (é-a)            (ficha no.: 3571)

Versión de Coihueco (Ñuble, Chile).   Recogida por Armando Sanhueza L., entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 128 (B), pp. 370-372.  071 hemist.  Música registrada.

     El sol detenga sus rayos,    la luna su dulce y bella,
  2   el duque mar en sus olas,    y estremézcase la tierra.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     Nadie está libre de ello    después d`estos cuatro planetas.
  4   Yo nací de entre las ondas,    me llevaron a la iglesia,
     y en el sagrado bautismo    me pusieron Espinela.
  6   Yo por medio luz estuve,    cuando la patria sangrienta
     quitó la vida a mis padres,    quedando yo muy resuelta,
  8   y de mi furor temblaban    varios de la ciudad mesma:
     raro era el que me la hacía    que con ella se me fuera.
  10   Cerca `e la casa vivía    un mozo `e linda presencia
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    llamado Fabián d`Herrera.
  12   Mucho procura de hablarme    y que yo le respondiera.
     Me robó el amor y el alma,    y quedando yo sin ellas,
  14   le dije si me quería    por su esposa, y la respuesta
     fue de que no le igualaba    ni en calidad ni en hacienda,
  16   que tenía su amor puesto    en prenda `e mejor nobleza;
     me dijo de que me fuese    pa mi casa en hora buena.
  18   Le obedecí su mandato;    como una leona fiera
     puse mi amor en coraje    y en veneno la fineza.
  20   Esperando que cerrase    la noche, estuve dispuesta
     para salir a vengar    el agravio y la soberbia.
  22   De que se cerró la noche,    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     me vestí de punta en blanco,    tomé mi espada y rodela,
  24   tomé carabina y sable    con intención manifiesta,
     y un coleto de mi padre,    que Dios en su gloria tenga.
  26   He salido para la calle,    a donde luego le viera
     hablando con cierta dama,    hablando por unas rejas,
  28   hablando de mi niñaje,    sabiendo que soy tan buena.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     --Ingrato sin atención    que atrevido me desprecias,
  30   hablando de mi niñaje,    sabiendo que soy tan buena,
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    pues ahora vengo dispuesta
  32   a que me quites la vida    o yo quedar satisfecha.--
     La niña ha dicho que aguarde:    se pone el mozo en defensa,
  34   se defiende muy bizarro,    pero poco le aprovecha,
     que con cuatro o cinco heridas    cayó mortal a la tierra.
  36   La niña [. . . . . . . . .]    al ver su esperanza muerta,
     quedó [. . . . . . . . .]    más pálida que una cera.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Comentario de V. C. : La versión A de Espinela, aunque bastante extensa, presenta todavía numerosas lagunas y alteraciones que dificultan su inteligencia. Algunas de estas últimas he salvado en notas, valiéndome del texto publicado por Durán en el Romancero, t. II, p. 365. La variante B es tan incorrecta, que no admite anotaciones, y sólo la publico, como he hecho con otras, para acreditar la difusión que alcanza el romance.

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5110:1 Antonio Montero y Diego de Frías (é-o)            (ficha no.: 3576)

Versión de Coihueco (Ñuble, Chile).   Recitada por Tomás Bravo (33a). Recogida por Armando Sanhueza L., entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 133 (A), pp. 393-395.  077 hemist.  Música registrada.

     A la celestial princesa,    madre del divino Verbo,
  2   le pido me dé su gracia,    porque sin ella no puedo
     mover mi rústica lengua,    ni darle a entender al pueblo
  4   lo que sucedió en Marsella    con dos gallardos mancebos,
     el uno Diego de Frías    y el otro Antonio Montero.
  6   Eran ambos muy amigos    y de muy cercanos deudos.
     Montero era casado    con doña Juana de Ampuero,
  8   blanca, rubia, colorada,    bella, sin ningún defeuto.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     Esto lo sabía Diego,    que de amores anda muerto,
  10   hasta que un día le dijo:    --Si tú supieras mi afeuto,
     supieras el gran cariño,    de ahí el amor que te tengo,
  12   fueras dueña de mis bienes,    bastantes haciendas tengo.
     --No desconfío y empresto,    que presto seremos ciertos,
  14   y en cierta villa gozamos    por todos un largo tiempo.--
     Montero llega a su casa    y a su mujer echa menos:
  16   brama como un toro guapo,    gime como un león sangriento,
     retorciéndose los dedos,    botando mil juramentos
  18   de no rasparse la barba    ni mudar camisa al cuerpo,
     hasta encontrar al traidor    que tuvo ese atrevimiento.
  20   Se puso una barba cana    que sólo llegaba al pecho,
     mandó hacer un ropón pardo    contra mil parches y enredos.
  22   Puso entre medio de ellos    cinco volcanes de fuego,
     y un fino y veloz acero    que rebanaba los vientos.
  24   Montero no anda de día    sino de noche, al momento
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    sus diligencias haciendo.
  26   Al año cumplido supo    qu` en la villa están de cierto,
     y se dirigió a la casa    en traje de limosnero.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  28   --Buenas noches, padre amado.    --Buenas noches. Aquí vengo
     por encargo de tu tío,    debajo `e mucho secreto,
  30   que te vai` para Calmona    porque ya Montero es muerto,
     y antes que venga el día    es menester que marchemos.
  32   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    --Es menester que almorcemos.
     --Donde estemos, ahí, libres    de enredo y de pasajeros.--
  34   Y entonces dijo la dama:    --¡Venenos para Montero!
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    Entonces dijo Montero:
  36   --¡Eso sí que yo no aguanto!--    Entonces, de rabia ciego,
     le dio cinco puñaladas;    a ella le cortó los pechos,
  38   a él . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     y la colgó en una puerta,    y puso abajo un letrero
  40   qu` en sus tres letras decía:    «Esto hizo Antonio Montero,
     pa que nadie ponga amor    en prenda que tiene dueño».

Notas de V. C. : -8b defeuto: en las combinaciones ar, ec, oc se vocaliza en u: defeuto, intauto, reuto, douto, por defecto, intacto, recto, docto; -10b afeuto: véase la nota anterior; -13a sic; -18a rasparse: El vulgo no conoce la existencia del verbo rapar. Tampoco la conocen muchos que no se creen vulgo; -21b c. m. p. y e. : con mas de dos mil remiendos (Durán); -30a Vai` por vayas; es lo corriente en el pueblo; Calmona por Carmona . Así también: colcho, palche, pelcha, por corcho, parche, percha; -38 Y las vergüenzas le corta (Durán) En la variante chilena, este verso tiene el color más recargado.

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5132:2 Testamento de Tomás Mardones (é-o)            (ficha no.: 3584)

Versión de Coihueco (Ñuble, Chile).   Recogida por Armando Sanhueza L., entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 164 (B), pp. 557-564.  204 hemist.  Música registrada.

     Atención, noble auditorio;    todos quítense el sombrero,
  2   que me hallo en disposición    de abandonar lo terreno,
     y para morir tranquilo    quiero hacer mi testamento,
  4   porque al que muere intestado    el cura le saca el texto.
     Sírvanme, pues, de testigos    todos, y escuchen atentos.
  6   En nombre del Creador    de toda la tierra y cielo,
     sepan cuantos esta carta    vieren de mi testamento,
  8   como yo, Tomás Mardones,    natural de aquí este pueblo
     que llaman de Santa Cruz,    o Colchagua, qu` es lo mesmo,
  10   hijo fui de don Domingo    Mardones, que hasta lo siento,
     y de Fidelicia Ahumada,    a quien Dios tenga en su reino.
  12   Ítem, declaro que fui    casado y velado a un tiempo;
     no declaro ningún hijo,    porque hasta hoy no los tengo,
  14   ni siquiera naturales,    porque no he sido par` ello.
     Voy a referir ahora    cómo fue mi casamiento.
  16   En busca de buena esposa    me fui a tierra de unos lesos,
     donde me creyeron rico    y mozo de gran talento.
  18   La novia salió muy beata,    yo aparentaba lo mesmo,
     hasta tenerme por santo,    según mostraba mi arreglo.
  20   Hacía de tripas guatas,    y quebrando de mi genio,
     hablaba de cosas altas    y de grandezas del cielo,
  22   entreverando a la vez    mucha grasa, charqui y sebo,
     para probar qu` en mi tierra    tenía buenos potreros,
  24   bastantes reses de engorda    y muy hermosos carneros.
     Les refería además    ser yo muy buen mensurero
  26   A todas estas mentiras    m` escuchaban muy atentos,
     y decían: --No es capaz    perder a este caballero,
  28   y logremos la ocasión,    que habrá bajado del cielo.--
     [Otras veces exclamaban]    muy alegres y contentos
  30   --¡Oh, qué niña tan feliz;    ojalá le salga cierto!--
     Me hacían ponches en ron,    qu` en verdad eran muy buenos;
  32   yo tan sólo los probaba,    `aunque mi ansioso guargüero
     se los deseaba tragar,    pues lo tenía muy hecho
  34   a beber en Santa Cruz    a cántara y vaso lleno.
     Por último, se llegó    el deseado casamiento.
  36   Siempre ayuné el primer día,    el segundo y el tercero,
     pero el cuarto comencé    a acordarme de mis tiempos.
  38   Así que acabó la boda    y los parientes se fueron,
     dije: --¡Aquí sí qu` es la mía!--    y pregunté por un cuero.
  40   Mandé buscar una arroba    mas, no llegando tan luego,
     hice ensillar mi caballo    y me fui donde un fondero.
  42   Díjele: --¡Amigo, que me ardo,    ponga cuatro vasos llenos,
     mándeme guardar mi avío    y, juntamente, el secreto!--
  44   Allí m` estuve tres días    sin mirar al sol ni al cielo.
     Mi pobre esposa, afligida,    soñaba que yo era muerto;
  46   después decía: --¡Ojalá    me hubiera salido cierto
     aquel sueño, pues que ya    no estaría padeciendo!--
  48   Por fin, murió mi mujer,    y debe estar en el cielo,
     porque cuatro años cabales    se los pasó en sufrimientos.
  50   Pero me parece que    todos los llevó en descuento
     de sus culpas, y al morir    se fue derechito al cielo,
  52   y estoy seguro que allá    me lo estará agradeciendo.
     Si alguna joven hubiese    que quiera ganar el cielo,
  54   que se aproveche, pues que    si d`ésta escapo y no muero,
     no tiene más que venir    y decírmelo con tiempo.
  56   Ella sufrirá en el mundo    sus angustias y tormentos,
     qu` es grande felicidad    no visitar el infierno,
  58   mucho más cuando esta vida    sólo nos dura un momento,
     y la mujer, como es débil    y de menos sufrimiento,
  60   debe padecer aquí    para asegurar el cielo,
     porque no es capaz que sufra    el purgatorio un momento.
  62   Ítem, declaro mis bienes,    que son unos instrumentos
     de medir y con los cuales    mensuré muchos terrenos.
  64   Consisten en una cuerda    que de largo tiene un tercio,
     y no tienen que tasarla,    pues me costó siete y medio,
  66   es firme, porque tiradas    ha aguantado con extremo;
     una plancheta de palo,    qu` es la que pongo en el suelo
  68   para figurar los planos,    aunque no queden muy buenos.
     Dejo también cuatro lápices    y dos compases de acero,
  70   con sus trípodes y escalas    y sus tornillos de fierro.
     Ítem, declaro una hacienda,    qu` es de muy lindos terrenos,
  72   desde mar a cordillera,    con muchos animalejos,
     como ser leones, guanacos,    y algunos zorros entr` ellos.
  74   Ítem, declaro que á, nadie    ningún cuartillo le debo,
     porque siempre fui feliz,    que nadie me prestó medio,
  76   no por dejar de pedirles,    pues eso siempre lo he hecho,
     mas tal vez por caridad    que los hombres me tuvieron,
  78   y no me quisieron ver    condenado a estar debiendo
     a cada santo una vela    y al diablo un velón de a medio.
  80   Ítem, a mis albaceas    mando que con grande arreglo
     formen pronto el inventario    d` estos caudales que dejo
  82   y que de todos mis bienes,    según previene el derecho,
     se haga un cómputo total    para sacar quinto y tercio;
  84   entreguen el quinto al cura    íntegro, sin faltar medio,
     para que los distribuya    en mi funeral y entierro.
  86   Que se haga entierro mayor    con todo acompañamiento,
     y se busquen sacerdotes    hasta enterar el completo
  88   que corresponde a cruz alta,    y se pague con dinero.
     Ítem, mando se repartan,    desde mi fallecimiento,
  90   todos por iguales partes,    d` estos últimos consejos:
     es el primero, que goce    todo el que tenga dinero,
  92   que beba, juegue, enamore,    qu` es aprovechar el tiempo;
     y el segundo es, que ninguno    deje algo para su entierro,
  94   porque, a más de no enterrarlo,    pelearán por sobre el cuerpo,
     chuparán en el velorio,    y dirán: --¡El muerto es muerto!--
  96   Yo ¡gracias a Dios! ninguna    cosa que valga, les dejo,
     y por esta circunstancia    muero tranquilo y contento,
  98   pues lo que otros tontos dejan    yo lo despaché con tiempo.
     No queda arenga ninguna,    porque tampoco las lego,
  100   ni tendrá ningún ocioso    que removerme los huesos,
     y decir entre sus gritos:    ¡Toma, ratón cicatero,
  104   que fuiste mártir del diablo    y ahora estás padeciendo!. . .

Notas de V. C. : -16b lesos: necios; -20a guatas: barriga; ddl mapuche huata, panza; -22b charqui: tasajo, cecina; -24ar. de engorda: reses de engorda: animal de engordar es, en Chile, el bovino cebón destinado al abasto. Precedido de artículo, el sustantivo engorda tiene valor de colectivo: la engorda, una engorda, designan un número considerable de los animales dichos. (Vide Román, Diccionario. ); -25b s. y m. b. mensurero: por mensurador. El primero, que trasciende a despectivo, debió de aplicarse a los mensuradores legos, para distinguirlos de los que tenían el título de tales; -27a capaz tiene en este caso el significado de posible. Ocurre esto cuando modifica a la forma verbal es, y ésta trae por sujeto una proposición acarreada por el que anunciativo: "Es capaz que lo mate", "Es capaz que no venga", por "es posible . . . . " etc.; -32b guargüero: garguero; -33bEstar trecho. . . (á una cosa, en un lugar, con una persona), significa en Chile estar acostumbrado. A nuestras criadas no se les caen de la boca frases como éstas: "Estoy muy hecha en esta casa", "No estoy hecha, no me hago, no puedo hacerme . . . .; -40a arroba: El vino se mide aún en Chile por arrobas; -41b fondero: fondista; -43a avío: montura, 2ª acepción; -64b tercio: La tercera parte de una cuadra, probablemente; -65b siete y medio: siete y medio reales, tal vez; -74b cuartillo y -75b medio: en nuestro antiguo sistema monetario el pesovalía 8 reales; el cuatro (nombre popular de esta moneda), 4 reales; la peseta, 2 reales, el real, 12. 5 centavos; el medio (nombre popular de esta moneda, . 5 real y el cuartillo la cuarta parte de un real. Cuando se adoptó el sistema decimal, continuaron circulando las monedas antiguas durante mucho tiempo, y entonces el real, si no se pagaba en su moneda, valía prácticamente 12 centavos, así como 6 el medio y 3 el cuartillo. Por lo que hace a las denominaciones, la gente del campo usa indistintamente la antigua y la moderna, pero siempre que cuenta en reales, no pasa de veinte. ntre las personas cultas, subsiste la costumbre de decir que una cosa vale doce reales o veinte reales, en vez de "1. 50 o "2. 50; -79b velón: El velón era una vela de sebo mayor que las comunes. Valía un medio; las velas importaban un cuartillo; -95a chupar por beber, es muy común; -95a velorio:Velación de un difunto, de cuerpo presente, especialmente niños menores de siete años. (Echeverría y Reyes, Voces usadas en Chile). En los velorios de niños, velorios de angelitos, la criatura, de pie o sentada y vestida con sus mejorea galas de viva, se coloca en un altarito guarnecido de tules, flores y velas. En algunos pueblos del sur de Chile se acostumbraba antes, no sé si ahora, adornar la cara del niño con cincos nuevos (monedas de plata de valor de cinco centavos que no habían circulado), o con esas obleas multicolores que servían para pegar los sobres. No es raro que la fiesta, que comienza siempre muy honestamente con cantos a lo divino y el baile de las lanchas, degenere en escandalosa bacanal, cuándo el quema`o (aguardiente con agua y azúcar tostada) que se da a los concurrentes para combatir el frío, prodigado con exceso, acaba por subírseles a la cabeza. La fiesta del velorio del angelito tiene su fundamento en la creencia popular de que "a los niños no debe llorárseles, porque es quitarles la glori". Esta copla de velorio lo dica muy bien: No lloréis, madres amables, / aunque les tengáis amor: //se entristece el angelito, / se enoja Nuestro Señor. //; -99a arenga: En este lugar tiene el significado de litigio, contienda judicial. Se emplea más comúnmente en el sentido de "disputa, pendencia o contienda de palabras" que le da Román, (vide Diccionario).
Comentario de V. C. : La popúlaridad que alcanza en Chile elromance del Testamento de don Tomás Mardones, me mueve a transcribir íntegramente esta nueva versión, que contiene variantes de importancia. Algún día tendré oportunidad de publicar otros versos que he recogido de este inquieto é ingenioso huaso de Colchagua, que, según decía uno de mis informantes, "no se las calló a nadie", ni a él mismo, pues de él y los suyos dijo: Por lo Mardones soy tonto, / por lo Paredes soy guapo,//por lo Chacón soy paciente, / y por lo Ahumada, mulato. // La variante antes transcripta lleva en esta colección el número 147.

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0075:163 Delgadina (á-a)            (ficha no.: 5147)

Versión de Yungay (Ñuble, Chile).   Recitada por Rosa Rivas (65a). Recogida 00/00/1965 Publicada en Barros - Dannemann 1970, pp. 77-78. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XII, 15.1, p. 126.  060 hemist.  Música registrada.

     Tres hijas tenía un rey    más bonitas que la plata;
  2   la menorcita de ellas,    Delgadina se llamaba.
     Un día estando en la mesa,    el rey dio una mirada:
  4   --Ay, hijita de mi vida,    has de ser mi enamorada.
     --No lo permita mi Dios    ni la Virgen consagrada,
  6   de ser mujer de mi padre,    madrastra de mis hermanas.
     --Alto, alto-- dijo el rey,    --a Delgadina, encerradla;
  8   le quitan el pan y el agua    y delen carne salada.--
     Y para los nueve, meses,    ya Delgadina encerrada,
  10   se asoma a una ventana    y vio a su hermana que estaba:
     --Ay, hermana de mi vida,    déme usted un vasito de agua,
  12   tengo seco el corazón    y la vida se me acaba.
     --Ay, hermana de mi vida,    yo no podré dar agua,
  14   que si mi padre lo sabe,    yo seré encarcelada.--
     De ahí salió Delgadina    muy triste, que ya expiraba;
  16   se asoma a otra ventana    y vio a su madre que estaba:
     --Madrecita de mi vida,    déme usted un vaso de agua,
  18   tengo seco el corazón    y la vida se me acaba.
     --Ay, hijita de mi vida,    yo no te podré dar agua,
  20   que si tu padre lo sabe,    yo seré la encarcelada.--
     De ahí salió Delgadina    muy triste, que ya expiraba.
  22   Se asoma a otra ventana    y vio a su padre que estaba:
     --Ay, padre de mi vida    déme usted un vasito de agua,
  24   tengo seco el corazón    y la vida se me acaba.
     --Alto, alto-- dijo el rey,    --a Delgadina, sacarla;
  26   el que llegue con el agua,    una ciudad se le manda.--
     Cuando llegaron con la agua;    ya Delgadina expiraba;
  28   el agua llega a la puerta,    y Delgadina se acaba.
     Las campanas de la iglesia,    solitas se repicaban
  30   y las campanas del infierno,    unas con otras se daban.

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0113:88 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 3460)

Versión de Codegua (O`Higgins, Chile).   Recitada por X. X. (60a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 17 (C), pp. 48-49.  036 hemist.  Música registrada.

     --Catalina, Catalina,    lindo cuerpo aragonés,
  2   yo me embarco para Francia,    ¿qué mandas a tu querer?
     --Lo que te encargo, señor,    que veas a mi marido;
  4   que va para siete años    a que lo lloro perdido.
     Las señas de mi marido,    señor, se las daré:
  6   es un joven zarco y rubio    y en el hablar muy cortés.
     --Por las séñas que me das,    tu marido muerto es;
  8   en un juego de los dados    lo mató un genovés.
     Lo que me deja encargado    que me case con su mujer,
  10   que cúide de su haciendita    y de sus hijos también.
     --Vaya, vaya el caballero    mal hablado y descortés;
  12   mi marido en el alma    siete años lo guardaré:
     si a los siete años no güelve    monja me pienso meter.
  14   Dos hijas doncellas tengo,    consigo las llevaré;
     tres hijos varones tengo,    al rey se los mandaré,
  16   que le sirvan de soldados    y defiendan por la fe. --
     Viendo pues el caballero    la honradez de su mujer,
  18   l` echa los brazos al cuello    y dice: --Tú eres mi bien. --

Comentario de V. C. : -10a En las inflexiones del verbo cuidar y sus derivados, predomina en Chile la acentuación arcaica: Ora a ti, dios Silvano, a ti, Priapo,/que los linderos cúidas, //agradecido, y en debida ofrenda, /os va a llevar tas coloradas uvas. // (E. de la Barra, La vida del campo. Trad. del gallego.) Algo de esto debe ocurrir también en España: A extrañas naciones /tus bienes traspuso //de tus hijos necios /el fatal descúido. // (Forner, Exequias de la lengua castellana. ) ¿Le adularás con ellas? / ¿O allá en la fría tumba,//los míseros que duermen / de lágrimas se cúidan?// (Meléndez Valdés, La tortolilla. ) Esta última estrofa fue criticada por Hermosilla; -13a En algunas palabras b y v se cambian en g, especialmente delante de los diptongos ue, uí: gómito, agüelo, güitre, güey, por vómito, abuelo, buitre, buey; -14b Es muy común en Chile decir consigo, donde el sentido pide conmigo o contigo.
Título original: El reconocimiento del marido (versión C).

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0407:5 El vaquero Lucas Barroso (í-a)            (ficha no.: 3502)

Versión de Rancagua (O`Higgins, Chile).   Recitada por Remigio Ampuero (85a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 58 (D), pp. 129-130.  004 hemist.  Música registrada.

     Allá va Lucas Barroso,    vaquero del alma mía,
  2   corre, corre para abajo,    corre, corre para arriba.
                         Corramos todos,
                         que vienen los godos.

Nota de V. C. : Último verso: Godos llaman en Chile y en otras partes de América a los españoles.

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0826:7 Las hijas de Merino (í-a)            (ficha no.: 3524)

Versión de Codegua (O`Higgins, Chile).   Recitada por X. X. (60a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 80, p. 168-171. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº__, 15.1, p. 158.  014 hemist.  Música registrada.

     Ayer tarde fui a pasiar    con las hijas de Medina:
  2   al tiempo de la merienda    se perdio la mejor niña.
     Salió la madre a buscarla    como una loca perdida,
  4   calle arriba, calle abajo,    calle abajo, calle arriba.
     Al cabo la vino a hallar    entre dos palmas metida,
  6   con un niñó de quince años,    diciéndole: --Vida mida,
     que los hemos de casar    aunque los cueste la vida.--

Notas de V. C. : -1a pasiar: Lae átona seguida de a ú o en hiato o en cuasi-diptongo, se cambia en i al diptongarse: rial, linia, lion, por real; línea, leán; -6b mida: La tercera persona del presente de indicativo de ver se pronuncia a veces vío, y, afectadamente, vido. Esto último ocurre también con muchas otras voces terminadas en ía, ío: mida, sombrido, por mía, sombrío; Hay aquí también influencia de una voz sobre otra; -7a los: es muy común en el habla popular el empleo de los por nos.
Comentario de V. C. : No he podido averiguar el empleo que se da en Chile a este romance, pues la versión que publico no la recogí personalmente. En España parece que sirve para acompañar un juego infantil. Conozco de él dos versiones, que reproduzco por ser cortas y muy interesantes. En í-a: Rodríguez Marín, Cantos pop. españoles, nº 187 [ver entrada nº 3436] y en á+í-a: Machado y Alvarez, Folk-lore Español, t. 2, p. 69 [ver entrada nº 3437].

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0702:3 La Virgen sueña la Pasión (8+8 í-a+estróf.)            (ficha no.: 3535)

Versión de Angostura de Paine (O`Higgins, Chile).   Documentada en o antes de 1910. (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Laval 1910, Oraciones populares, ensalmos i conjuros chilenos comparados con los que se dicen en España, p. 67. Reeditada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 91 (B), p. 206.  018 hemist.  Música registrada.

     En el portal de Belén    `taba la Virgen María.
  2   con su librito en la mano,    que ella rezaba y leía.
     Le dice su hijo precioso:    --¿Que haces, madre mía?
  4   ¿Que rezáis y [ que ] veláis?    --No velo, sino que rezo,
     porque anoche soñé un sueño:    que no lo pensaba soñar
  6   que veida tu dulce boca:    que hiel y vinagre le han dado,
     y tus santos pies y manos:    en una cruz enclavados.--
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  8   Quien rezare esta oración:    todos los viernes del año,
     sacará mi alma de pena:    y la suya del pecado.

Nota de V. C. : veida: En Chile, la gente huasa conjuga el imperfecto de ver: véida, véidas, véida, véidan. Esto mismo ocurre con algunos verbos de la segunda y tercera conjugación que tienen en hiato, en el infinitivo, las vocaes a-e, e-e, e-i, como traer, leer, reir. Estos verbos conjugan también de manera análoga el singular de ambos presentes: tréigo-a, léido-a, réido-a; y el participio: tréido, léido, réido.
Título original: La Virgen presiente la Pasión.

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0064.1+1537.1+2989:1 El discípulo amado+El rastro divino+Las cinco llagas (á-a+polias.+á)            (ficha no.: 3537)

Versión de Angostura de Paine (O`Higgins, Chile).   Documentada en o antes de 1910. (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Laval 1910, Oraciones populares, ensalmos i conjuros chilenos comparados con los que se dicen en España , p. 72-73. Reeditada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 93, pp. 209-210.  044 hemist.  Música registrada.

     El árbol que Dios plantó,    todo lleno de victoria,
  2   y la tierra que l`echaron,    fueron ramos de la glorias.
     Estas palabras habló    para volverlos cristianos,
  4   mas, como el hijo santano,    a sus discípulos llama.
     Los llamóse uno a uno,    y dos a dos los juntó;
  6   después de haberlos juntado,    nada de gloria les dio,
     mas les dijo estas palabras:    --Dadles gozo a los amigos;
  8   morirán por mí mañana.--    Unos a otros se miraron;
     sólo fue San Juan de Dios,    que predicó en la montaña.
  10   Ya lo sacan, ya lo llevan    el jueves por la mañana,
     cinco mil azotes lleva    en sus sagradas espaldas;
  12   una corona d`espinas    que el cerebro le traspasa;
     una soga en la garganta,    que sólo d`ella tiraba
  14   Jesucristo, arrodillado    del peso de la cruz santa.
     Las tres mujeres le siguen,    y a cúal d`ellás más lloraba:
  16   una era la Magdalena,    otra era Marta, su hermana,
     otra era la Virgen pura,    la que más lástima daba.
  18   Sale Santa Magdalena    con su paño y su cendal,
     del rostro el sudor y sangre    a procurarle limpiar:
  20   --Quítate de aquí, Magdalena,    no me procuréis limpiar,
     qu` estas son ias cinco llagas    que las tengo que pasar,
  22   por los chicos y los grandes    y toda la cristiandad.

Comentario de V. C. : Hay aquí, por lo menos, dos romances, que se han soldado de cualquier manera. Los versos del principio, hasta el 18 (-9b) inclusive, es difícil saber lo qué son. Con el verso 19 (-10a) comienza un romance que marcha regularmente hasta el verso 34 (-17b). Desde ahí, hasta el final, los versos pertenecen al romance de Jesús y la Magdalena [Las cinco llagas 2989].
Título original: Las santas mujeres.

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5138:2 El alarbe de Marsella (é-o)            (ficha no.: 3548)

Versión de Rancagua (O`Higgins, Chile).   Recitada por María Luisa Cuéllar (32a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 103 (B), pp. 273-277.  105 hemist.  Música registrada.

     A la celestial Princesa,    madre del divino Verbo,
  2   le pido me dé su gracia,    porque sin ella no puedo
     mover mi rústica lengua,    ni dar a entender al pueblo
  4   lo que sucedió en Marsella    a un desdichado máncebo,
     por sus torpezas y vicios    y asombrado atrevimiento.
  6   Y con el favor divino    a la que es Reina del cielo,
     daré principio al romance,    para que sirva de ejemplo
  8   a todos cuantos lo vean    y deleites d`este suelo.
     En la ciudad referida    residía un caballero:
  10   este tal tenía un hijo    cuyo nombre no refiero,
     mas diré que era un aladre,    según lo dicen sus hechos,
  12   que apenas llegó a quince años    quiso vivir muy travieso,
     no por falta de dotrina,    porque su padre era un m`estro.
  14   Tenía quien le enseñara,    y el atrevido y soberbio,
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    sólo por no estar sujeto
  16   a la obediencia del padre,    se salía de secreto.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     D` esta suerte mató a quince    sólo por un pasatiempo.
  18   La maldad, pues, [d`] esta infamia    permitió Dios verdadero
     se descubriese, matando    a un principal caballero,
  20   que apenas le dio la muerte    fue de la justicia preso.
     Avisaron a su padre,    y entonces él con dinero
  22   y favores de otros nobles,    lo libró de estos riejos.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     Le dio la muerte a su padre    estando el triste durmiendo
  24   y a un hermano que tenía    de siete años y medio,
     de una cruel cuchillada    afuera l`echó los sesos.
  26   A la madre dejó viva    por darle más sentimiento,
     atada de pies y manos    en un escuro aposento.
  28   Y se fue para la arca,    y la fue reconociendo;
     el oro y plata que había,    joyas y alhajas de precio,
  30   las puso en una maleta,    sin dejar ningún dinero.
     Al amanecer el día    se salió, dejando muertos
  32   a estos dos inocentes,    (¡Jesús, qué notable yerro!)
     por una excusada puerta    que había detrás de un huerto.
  34   Luego después se juntó    con otros diez compañeros
     que saltiaban los caminos,    robaban los pasajeros.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  36   Pidieron alojamiento    a donde un caballero:
     --Queremos para cenar    seis pares de conejos.--
  38   Y le dieron dos doblones    para el gasto, ¡y váya bueno!
     Mientras tanto que la cena    las mujeres compusieron,
  40   con un mercader trataron    conversación, conociendo
     que traía mucha plata.    Con alevoso intento
  42   cerraron y se acostaron,    y de que estuvo en silencio
     la casa, se levantaron;    todos los once se fueron
  44   al cuarto donde dormía    el mercader, y le dieron
     la muerte alevosamente;    y después, cuatro mil pesos
  46   que traía en las maletas    quitáronle, y se salieron
     todos por una ventana.    En un bosque se metieron,
  48   donde pasaron el día;    y apenas el manto negro
     tiñó la noche, ocultando    las luces del claro Febo,
  50   en término de ocho días    a Marsella se volvieron.
     Antes de llegar, robaron    en el convento `e San Diego,
  52   cáliz, lámpara y patena,    con los demás ornamentos
     que en aquella iglesia habían    para los cultos supremos.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Notas de V. C. : -5b asombrado: sobrado (Durán); -11a alarde: alarbe; -13a dotrina: en las combinaciones ag., eg, og, la g se vocaliza en u: maunífico, impreunar, douma, por magnífico, impregnar, dogma. Esto mismo ocurre en las combinaciones ar, ec, oc: intauto. reuto, douto, por intacto, recto, docto; -13b m`estro: La a seguida de e acentuada, se pierde: quer, tr`er, Raf`el, por caer, traer, Rafael; Ya que viene a cuento, he do notar que, a veces, a la alteración fonética de una palabra corresponde una modificación. de significado: así m`estro no es exactamente lo mesmo que maestro, ni pueta que poeta, ni mama que mamá, aunque este último vocablo tiene en castellano las dos acentuaciones, si bten con idéntica acepción. M`estro es el artesano ramplón o el pedagogo ignorante; pueta, el bardo popular; mama, la nodriza o la niñera. El hijo de familia acomodada y de abolengo, tiene mamá y también mamacita, si prefiere el diminutivo cariñioso; el pobre y de humilde origen, sólo tiene mamita, que es como él nombra a su madre en toda edad de la vida; -22b riejos véase -27b nota de la versión anterior; -27b escuro: es la pronunciación corriente en el pueblo; -35a saltiaban véase -52a nota de la versión anterior; -40a trataron: trabaron (Durán); -42b de que véase -74b de la versión anterior; -53a habían La impersonalidad del verbo haber se respeta poco en Chile, en todas las clases sociales.

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0595:3 Bernardo de Montijo (á-a)            (ficha no.: 3565)

Versión de Buin (O`Higgins, Chile).   Recitada por José Ramón Márquez (80a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 121 (B), pp. 345-346.  033 hemist.  Música registrada.

     Has hecho un valiente mozo,    para que corra tu fama,
  2   y natural de Montijo,    que el ser de allí sólo basta
     para ser rayo y asombro    de la nación lusitana.
  4   Estando en su tierna edad,    a diez y seis no llegaba,
     mató a un alcalde en su tierra    por una bastante causa,
  6   que era verse perseguido,    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     y se fue para un lugar    que lo llaman la Solana,
  8   a curarse las heridas;    y desde que las vio sanas,
     se fue pa lo el capitán    que Brazo-Fuerte lo llaman.
  10   Lo que llegó a su presencia    d` esta manera le habla:
     --Sírvete, gran capitán,    de admitirme en tu compaña.
  12   Por los cielos te lo juro,    por los filos de mi espada,
     que he de peliar hasta verme    vengado d`esa canalla.--
  14   Los dos, como son valientes,    andan como por sus casas;
     no dejan ganado a vida    que a Barajo no lo traigan.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  16   Donde se entrega Bernardo    a su querida Bernarda;
     se casaron, y allí están    dando a Dios continuas gracias.

Notas de V. C. : -9a lo por donde (en la significación de á casa de que damos en Chile a este adverbio es un provincialismo arcaico no del todo olvidado, pues lo usan todavía las personas ancianas y muchos campesinos; "Voy á lo de Pedro", Cortaron pa lo de Juan", vale decir: "Voy a casa de Pedro", "Se encaminaron a casa de Juan"; -13a Lae átona seguida de a ú o en hiato o en cuasi-diptongo, se cambia en i al diptongarse: rial, linia, lion, por real; línea, leán; -15bBarajo: Badajoz. (Durán).
Comentario de V. C. : Las versiones chilenas de Bernardo del Montijo, incompletas y estragádísimas, no dan siquiera una remota idea de este romance, que es uno de los majores entre los de valientes y guapos de la poesia vulgar; con lo cual no quiero decir que está libre de aquellos defectos que son como el distintivo del género, sino que se hallan éstos disimulados, hasta cierto punto, por la viveza y colorido de la expresión, que es la que corresponde al asunto. Puede leerse en el Romancero de Durán, t. II, pág. 386.

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0023:46 Gerineldo (í-o)            (ficha no.: 3606)

Versión de Rancagua (O`Higgins, Chile).   Recitada por Horacio Martínez (24a). Recogida por Julio Vicuña Cifuentes, (Archivo: AMP; Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en RTLH 7 (1975) , vól. 7, p. 260 (a partir de transcrip. remitida a RMP).  040 hemist.  Música registrada.

     --Galinardo, Galinardo,    Galinardito pulido,
  2   ¡quién te tuviera esta noche    y otras tres al lado mido!
     --Usted me tendrá, señora,    si cumple lo prometido.--
  4   A eso de la medianoche    Galinardo se ha vestido,
     con alpargatas de punto    pa que no fuera sentido.
  6   A la puerta de la infanta    va a cobrar lo prometido,
     la puerta estaba cerrada    y la infanta se la ha abrido.
  8   --Entra, entra, Galinardo,    Galinardito pulido,
     dormiremos esta noche    como mujer y marido.--
  10   El rey lo echó de menos    y pregunta si ha salido,
     unos dicen que se fue    y otros que no ha venido.
  12   A la puerta de la infanta    llega el rey muy afligido,
     halló que estaban durmiendo    como mujer y marido.
  14   Con su espada relumbrante    una raya ha partido.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     --¿De quién es este sombrero?    --De mi hermano muy querido.
  16   --¿Y de quién son estas armas?    --De Galinardo pulido.
     --Si yo mato a la princesa,    ella es mi bien más querido,
  18   y si mato a Galinardo    queda mi nombre perdido.
     Cásate con él, infanta,    por lo bien que te ha servido,
  20   cásate con él, infanta,    que mejor no has merecido.

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0048:1 El Cid vuelve a Cardeña (é-a)            (ficha no.: 1871)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recitada por Domitila Letelier de Líbano (66a). Recogida por Julio Vicuña Cifuentes, 00/00/1905 (Archivo: AMP; Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 1 (A), pp. 1-2. Reeditada en IGR-vulgar 1999, p. 14.  028 hemist.  Música registrada.

     Victorioso vuelve el Cid    de San Pedro de Cardeña,
  2   de la guerra que ha tenido    con los moros de Valencia.
     El abad y monje salen    a recibirlo a la puerta,
  4   dando alabanzas a Dios    y al Cid mil enhorabuenas.
     Apeóse del caballo,    y antes de entrar en l`iglesia,
  6   tomó el pendón en sus manos    y dijo de esta manera:
     --Salí de ti, templo santo,    desterrado de mi tierra,
  8   mas yo vuelvo a visitarte    acogido en las ajenas.
     Desterróme el rey Alfonso    porque allá en Santa Gadea
  10   le tomaron juramento    con más rigor que quisiera.
     Ves, aquí os traigo ganado    otro reino y mil fronteras:
  12   os quiero dar de los míos    aunque m`echáis de las vuestras.
     Pudiera decirlo a extraños,    mas para cosas tan fieras
  14   soy Rodrigo de Vivar,    castellano a las derechas.--

Nota de V. C. : -13b fieras por feas. Era muy común antes: hoy sólo se oye entre gente huasa.
Título original: El Cid en San Pedro de Cardeña.

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0705:1 Vengadora de su honra que se hace bandolero (é-o)            (ficha no.: 1982)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recitada por Pedro Madrid (40a). Recogida por Julio Vicuña Cifuentes, 00/00/1905 (fecha deducida) (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 130 (A), pp. 385-389. Reeditada en IGR-vulgar 1999, pp. 136-137.  084 hemist.  Música registrada.

     Un caballero que andaba    en músicas y paseos,
  2   un día la tomó a solas,    de esta manera diciendo:
     --Cayetana de mi vida,    por tu amor me tienes muerto,
  4   palabra te doy de esposo,    haciendo a Dios juramento.--
     La dama [. . . . . . . . .]    le dio el consentimiento,
  6   para que el galán gozara    lo que guardó tanto tiempo:
     veinticinco años tenía,    nadie le tocó su cuerpo.
  8   Al pie de una verde mata    hicieron los dos asiento,
     donde allí comunicaron    el amor con los deseos.
  10   El caballero procuró    despedirse de Toris luego.
     La dama luego lo supo,    toda llena de recelos;
  12   tomó ropilla y calzones,    también un fuerte coleto,
     una charpa de pistolas    que en el agua daban fuego,
  14   montó en un ligero bruto    que volaba más que el viento,
     decía en cada golpe un rayo,    en cada amenaza un trueno.
  16   Un día qu` iba pasando    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     el monte de Cataluña    dio con unos bandoleros;
  18   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    mete la mano a su acero,
     dice en cada golpe un rayo,    en cada amenaza un trueno.
  20   Repararon los bandidos,    le admiran joven, gallardo:
     --¿Quieres quedarte,-- le dicen,    --en este oscuro centro?,
  22   serás nuestro capitán,    todos te obedeceremos.--
     Se salteaban las aldeas;    si alguna mujer pasaba,
  24   que todos la gozaran;    decía en su pensamiento:
     --Ya que yo he perdido l`honra,    que todas la pierdan quiero.--
  26   Un día, al oscurecer    y a la bajada de un cerro,
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    iban ocho pasajeros,
  28   entre los cuales venía    don Florentino, mancebo.
     Mientras que los compañeros
  30   les arrebatan las joyas,    armas, galas y dinero,
     Cayetana de la mano    toma a su enemigo fiero,
  32   y le dice: --Caballero,    usted sabrá de aquel cuento
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    que pasó en un galanteo.
  34   Hija ideal de hermosura,    la cual dotaron los cielos,
     hija de padres y diestos    y de Aragón en el reino.
  36   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    --Eso no tiene remedio,
     porque en Apolo tratando    tengo ya mi casamiento.--
  38   Allí le dio una estocada    en el costado siniestro.
     Cayó el caballero en tierra,    la dama [. . . . . . . . .]
  40   se sacó una mascarilla,    descubriendo cara y pecho.
     --Pide a Dios que te perdone    tus yerros, y los que he hecho.--
  42   Y a raíz le dio la muerte.    Ella se fue a un convento,
     donde con el confesor    confesó luego al momento.
  44   La penitencia le dieron    que se fuera a un desierto,
     donde dos mil sabandijas    martirizaron su cuerpo.

Notas de V. C. : -9a donde: En el uso popular, el adverbio donde sirve para expresar diversas relaciones, substituyéndose a otras palabras. He aquí algunos ejemplos: "Yo iba muy tranquilo; donde (cuando) el caballo se espantó y me echó al suelo"; "Me entretuve conversando; donde (por lo que) se me pasó la hora y perdí el tren"; "Me dio Juan un remedio, donde (y) me hizo tanto mal, que por na no me morí". En este último ejemplo, atendiendo a la índole de la construcción popular, no sería procedente reemplazar donde por que o el cual; -10b Toris: Esta palabra corresponde a un nombre geográfico, que ignoro cuál sea.

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0048:2 El Cid vuelve a Cardeña (é-a)            (ficha no.: 3445)

Versión de Alhué (Santiago, Chile).   Recitada por Eulogio Ruiz (68a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 2 (B), pp. 2-3.  018 hemist.  Música registrada.

     Victorioso vuelve Ercilo    de los moros de Valencia.
  2   . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    por dar aviso que llega,
     entre todos le señalan    los relinchos de Navieja,
  4   y el abad muy luego sale    a recibirlo a la puerta,
     dando alabanzas a Dios    y a Ercilo la enhorabuena.
  6   Apeóse del caballo,    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     tomó el pendón en sus manos    y dice d`esta manera:
  8   --Salí de aquí, templo santo,    desterrado de mi tierra,
     mas ya vuelvo a visitarte,    ya se acabaron las penas.
  10   Las leyes eran del pueblo,    que no accedí un punto d`ellas.--

Notas de V. C. : -1aErcilo por el Cid; -3b Navieja por Babieca.
Comentario de V. C. : Es raro encontrar romances históricos en la tradición oral. Sin embargo, ninguna de las dos versiones que publico de este romance procede directamente de impreso: la primera la oyó, cuando niña, la recitadora, a individuos de su familia; la segunda me la dictó un pobre analfabeto de nuestros campos, sin comercio alguno con personas que tengan manejo de libro. El provenir las versiones de tan diversas fuentes parece indicar que este romance, en fecha ya antigua, se propagó bastante en el centro de Chile, por lo menos en la provincia de Santiago.
Título original: El Cid en San Pedro de Cardeña.

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0075:50 Delgadina (á-a)            (ficha no.: 3454)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recitada por N. Leonidas (25a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 11 (D), pp. 33-34.  044 hemist.  Música registrada.

     Tres hijas tenía el rey    bonitas como la plata,
  2   la menor y la mejor    Delgadina se llamaba.
     --Hija mía Delgadina,    has de ser mi enamorada.
  4   --No lo permita el Señor    ni la Virgen consagrada,
     que estando mi madre viva    yo sea su enamorada.
  6   Salió . el rey muy enojado:    --Enciérrenme a Delgadina,
     quítenle el agua y el vino,    delen la carne salada. --
  8   De ahí salió Delgadina    muy triste y desconsolada,
     y en un calabozo oscuro    la pusieron encerrada.
  10   Al quinto día de encierro    se asomó por la ventana
     para ver si veida a alguien    y vio a su madre sentada:
  12   --¡Madre mía, por piedad,    alcánceme un vaso de agua,
     que ya el alma se me seca    y la vida se me acaba!
  14   --Hija mía, yo te diera,    pero me lo han prohibido,
     y si tu padre lo sabe    me da el castigo debido. --
  16   Luego divisó a su padre    y le habló muy afligida:
     --¡Padre mío, por piedad,    alcánceme ura vaso de agua,
  18   que ya el alma se me seca    y la vida se me acaba!
     --Hija mía, yo te diera    si. has de ser mi enamorada. --
  20   Y Delgadina le dijo:    --¡Moriría abandonada!--
     Al ver su padre el peligro,    le mandó lo que pedía:
  22   l` agua que llega a la puerta,    Delgadina que moría.

Notas de V. C. : -7b Metátesis de denle, de uso general en Chile; -11a En Chile, la gente huasa conjuga el imperfecto de ver: véida, véidas, véida, véidan. Esto mismo ocurre con algunos verbos de la segunda y tercera conjugación que tienen en hiato, en el infinitivo, las vocaes a-e, e-e, e-i, como traer, leer, reir. Estos verbos conjugan también de manera análoga el singular de ambos presentes: tréigo-a, léido-a, réido-a; y el participio: tréido, léido, réido.

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0113:91 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 3463)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recitada por María del Socorro Ortiz (24a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 20 (F), pp. 52-53. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº__, 15.3, p. 244-245.  034 hemist.  Música registrada.

     --Catalina, Catalina,    lindo cuerpo y lindo pie,
  2   yo me embarco para Francia,    ¿qué mandara tu querer?
     --A usté, que va para Francia,    un encargo le haré:
  4   que si viese a mi marido    mil encomiendas le dé.
     Las señas de mi marido    yo se las daré . . . .
  6   El es blanco, pelo rubio,    y en el hablar muy cortés,
     en la punta de la espada    lleva las armas del rey.
  8   --Por las señas que me da,    su marido muerto es;
     en el juego de los dados    le mató un genovés.
  10   Pero un encargo, señora,    me dejó y se lo diré:
     que le cuide sus hijitos    y me case con usté.
  12   --Quita, quita, caballero,    caballero descortés,
     diez años lo he de esperar    como una honrada mujer.
  14   Si a los diez años no vuelve,    al monasterio me iré.
     Dos hijas mujeres tengo,    con ellas me entraré;
  16   dos hijos varones tengo,    al rey se los mandaré
     para que tomen las armas    y defiendan por la fe.

Comentario de V. C. : -4b vide -4b de la versión anterior.
Título original: El reconocimiento del marido (versión F).
Nota: -2b mandar a, tal vez

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0113:94 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 3466)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recitada por Aurelia Baeza (18a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 23 (I), pp. 56-58. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº__, 15.4, p. 245.  022 hemist.  Música registrada.

     --Éste es el Mambrú, señores,    que lo cantaré al revés.
  2   ¿Ha visto usté a mi marido    en la guerra alguna vez?
     --Por si yo lo hubiese visto    deme usté las señas d`él.
  4   --Mi marido es muy buen mozo,    muy gentil y muy cortes;
     en la punta de la espada    lleva un pañuelo escocés
  6   que lo bordé cuando niña;    cuando niña lo bordé.
     Con cuatró niñas que tengo    muy solita me quedé,
  8   y yo pienso colocarlas    a las cuatro de una vez:
     una en casa `e doña Juana,    otra en casa `e doña Inés;
  10   una se queda conmigo    y otra se va con usté.
     pa que le cosa y le lave    y le haga de comer.

Comentario de V. C. : Dice el señor Menéndez Pelayo: "Es lugar común en la poesía popular el reconocimiento del marido que vuelve de la guerra. . . En rigor, el asunto es humano, y su expresión más poética y más antigua está ya en la Odisea; pero es tal la semejanza que tienen estas canciones en algunos pormenores, especialmente en lo que toca a las señas del marido, que hace pensar en la transmisión directa de un tema original, nacido no se sabe dónde". (Antología, t. X, pág. 85). Nada más exacto que esta observación. Comparando las diversas canciones que tratan este argumento, hay que convenir en la existencia de una fuente común, hasta ahora desconocida. La confrontación no es procedente en este lugar, porque resultaría demasiado prolija y seguramente desproporcionada con respecto al interés de los lectores por esta clase de asuntos. Sin embargo, no está. de más notar los pasajes en que mayor semejanza se advierte, completando el dato con las indicaciones bibliográficas indispensables para el lector que quiera ir más allá. Señalaré como principales puntos de comparación, además del reconocimlento mismo, que es muy parecido en todas. las canciones, las señas del marido dadas por la esposa, la circunstancia de haber partido éste a Francla, la manera como refiere, engañando, su propia muerte, y, finalmente, la resolución de la esposa de aguardarle todavía un número determinado de años al fin de los cuales, si no vuelve, ofrece profesar en un monasterio. Estas coincidencias no pueden ser casuales y aunque no se encuentran reunidas en la totalidad de las variantes, no dejan de presentarse uno o más de estos episodios en todas las que yo he leído y que el lector hallará en las siguientes obras: (. . . sigue una bibliografía de lo visto y de lo que no ha podido consultar. Al final observa: "[Esta última variante], cuya difusión en Chile debe de ser relativamente moderna, sirve para acompañar un juego de niñas. En el Folk-lore Español, t. III, p. 89, hay una versión parecida, aunque más breve, que tiene allá el mismo empleo.")
Título original: El reconocimiento del marido (versión I).

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0184:33 Blancaflor y Filomena (é-a+ó)            (ficha no.: 3467)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recitada por Domingo García (40a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 24 (A), pp. 59-60.  047 hemist.  Música registrada.

     Estaba la leona, estaba    entre la paz y la guerra,
  2   con sus dos hijas queridas,    Blancaflor y Filomena.
     El duque don Fernandillo    se enamoró de una d`ellas;
  4   se casa con Blancaflor    y pena por Filomena.
     Como a los nueve meses    llega a la casa `e su suegra:
  6   --Buenas noches tengas, madre,    buenas noches tenga, abuela.
     --¿Blancaflor cómo ha quedado?    --Pues, señora, enferma queda,
  8   y le manda suplicar    que l`empreste a Filomena.
     --¿Cómo la quieres llevar    cuando es muchacha y doncella?
  10   --Yo la llevaré, señora,    como que es mía y vuestra.
     --Vestíte, niña, le dice,    de la mejor d`esas galas,
  12   que ya vas a padecer,    y más, a tierras extrañas--
     El duque don Fernandillo    a las ancas se la echó;
  14   por la mitad del camino    su pecho le descubrió,
     Como ella se esforzara,    la lengua se la cortó;
  16   con la sangre de su lengua,    un papelillo escríbió.
     A un pastor qu` iba pasando    por señas ló llamó:
  18   --Mira, lleva esta carta    a mi hermana Blancaflor.--
     Blancaflor, de que la vido,    del susto sé desmayó.
  20   Pronto llega su marido    y de cenar le pidió.
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    --¡Qué rica estaba la cena!
  22   --Más rica estaba, traidor,    la honra de Filomena.
     El duque don Fernandillo    a un péñasco se arrimó;
  24   se hizo dos mil pedazos    y el diablo se lo llevó.

Notas de V. C. : -8bEmprestar es más usado que prestar por el pueblo; -11a Vestíte, imperativo de vestir. Este verbo se usa siempre en Chile con acusativo de persona; -19a La tercera persona del presente de indicativo de ver se pronuncia a veces vío, y, afectadamente, vido. Esto último ocurre también con muchas otras voces terminadas en ía, ío: mida, sombrido, por mía, sombrío.

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0184:35 Blancaflor y Filomena (é-a+ó)            (ficha no.: 3469)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recitada por Juana Guajardo (unos 50a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 26 (C), pp. 62-64.  045 hemist.  Música registrada.

     Estaba la liona, estaba    entre la paz y la guerra,
  2   con sus dos hijas queridas,    Blancaflor y Filumena.
     El conde don Bernardino    se enamora de una d`ellas;
  4   se casa con Blancaflor    y pena por Filumena.
     El día que se casaron    se jueron pa lejas tierras,
  6   a los nueve meses justos    llegó a casa de la suegra.
     --Buenos días, mi señora,    ¿cómo está y cómo le va?
  8   --Buenos días tengáis, hijo,    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     ¿cómo que`ó Blancaflor,    hija mida y mujier vuestra?
  10   --Buena que`a, mi señora,    en días de parir que`a,
     y le manda suplicar    que le preste a Filumena.
  12   --¿Cómo l`has de llevar, hijo,    siendo joven y tan tierna?
     --Yo la llevaré, señora,    como propia mida y vuestra.
  14   --Toma, niña, esa llave    y abre ese cofre dorado,
     y saca el mejor vestido    pa que vais con tu cuñado.--
  16   De allí la toma `e la mano    y a las ancas se la lleva,
     y en la mitad del camino    le significó sus penas.
  18   Después de haberla gozado,    la lengua le redigó,
     y con sangre de su lengua    un boletito escribió.
  20   Iba pasando un pastor    y por señas lo llamó:
     --Pastor, llévame esta carta    y dásela a Blancaflor.--
  22   El conde, lo que la vido,    a un peñasco se arrimó,
     allí s` hizo mil pedazos    y el diablo lo levantó.

Notas de V. C. : -1a Lae átona seguida de a ú o en hiato o en cuasi-diptongo, se cambia en i al diptongarse: rial, linia, lion, por real; línea, leán. En iguales circunstancias, la o átona seguida de a o é, se cambia en u: cuágulo, herue, por coágulo, héroe. De aquí toma origen nuestro popular contracción de cuanto ha: «Cuantuá lo vi», que vale «lo vi hace tiempo»; -2b El cambio de la o en u en este caso proviene tal vez de un natural error etimológico, con asimilación al chilenismo filudo, adjetivo que se aplica a todo instrumento de muy agudo filo; -5b El cambio de f en j se observa antes de las vocales o, u, y más comunmente, de los diptongos ue, ui: jogata, dijunto, juerza, juimos, por fogata, difunto, fuerza, fuimos. De aquí el dicho popular con que he oído despedirse a algunos guapetones, al subir bizarramente en sus cabalgaduras: «con una jota y una i, dijo un huaso me juí»; -9b Vide rom. 25. n. verso -5b; y rom. 24 n. verso -19a; En algunos casos la pronunciación popular introduce i antes de e acentuada: aquiel, cogier, mujier, y en otros la. suprime: cualquera, higene, neva; -18b Redigó por rebanó. Creo haber oído alguna vez este verbo, entre gente muy huasa, pero no estoy seguro de ello. Los vocabularios no lo traen.
Nota: Por lo visto son dos mujeres del mismo nombre, ésta y la que canta la versión del reg. nº 3487.

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0184:41 Blancaflor y Filomena (é-a+ó)            (ficha no.: 3475)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recitada por A. S. (15a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 32 (I), pp. 72-73.  039 hemist.  Música registrada.

     Estaba la reina, estaba    a la luz de una candela,
  2   con sus dos hijas queridas,    Blancaflor y Filomena.
     El señor don Bernardino    se enamora de una d`ellas:
  4   se casa con Blancaflor    y pena por Filomena.
     A los ocho meses cumplidos    vuelve a casa de su suegra:
  6   --Buenos días, mi señora,    --Así, mancebo, los tengas.
     ¿Cómo queda Blancaflor?    --En días de parir queda.
  8   y os manda suplicar    le prestéis a Filomena.
     --Filomena no pued `ir    porque es muchacha doncella.
  10   --Yo la llevaré, señora,    como hermano é hija vuestra.--
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    a las ancas la tomó.
  12   y en el medio del camino    su pecho le descubrió;
     a más de haberla forzado    la lengua le rebanó.
  14   Con la sangre de su lengua    ella una carta escribió.
     Iba pasando un pastor    y por señas lo llamó:
  16   --Toma, pastor, esta carta    y llévala a Blancaflor;
     si pregunta por su dueña    dile que muerta quedó.--
  18   Blancaflor de que la vío,    de la pena malparió;
     y el galán de que supo esto,    a un peñasco se arrimó,
  20   allí murió despeñado    y su alma se condenó.

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0184:43 Blancaflor y Filomena (é-a+ó)            (ficha no.: 3477)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recitada por María del Socorro Ortiz (24a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 34 (K), p. 75.  022 hemist.  Música registrada.

     Estaba la linda, estaba    entre la paz y la guerra,
  2   con sus dos hijas queridas,    Blancaflor y Filomena.
     El duque don Bernardino    se enamora de una d`ellas;
  4   se casa con Blancaflor    y pena por Filomena.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    se la llevó a lejas tierras,
  6   donde no conoce a nadie,    sino a Dios que está en los cielos
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    a unos riscos la arrimó,
  8   hizo lo que quiso d`ella    y la lengua le cortó.
     Iba pasando un cartero    y por señas lo llamó
  10   y le mandó con él propio    una carta a Blancaflor,
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    y del susto ella abortó.
  12   Manda tomar preso al duque    por pícaro y mal traidor,
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    y el diablo se lo llevó.

Nota de V. C. -5b El adjetivo plural lejas se usa todavía en Chile, entre la gente del pueblo.
Comentario de V. C. : El argumento del romance de Blancaflor, trae su origen de la fábula clásica de Progne y Filomena. Las versiones chilenas son muy abreviadas, y aunque conservan con relativa fidelidad los episodios y muchos versos de las variantes tradicionales españolas, se desvían de éstas al cambiar en o el asonante en éa, hacia la mitad del romance. Falta en las versiones chilenas la venganza de Blancaflor, aquel horrible banquete en que ésta sirve a su marido las entrañas de su propio hijo, asesinado por ella misma--que Ovidio refiere así: Ipse sedens solio Tereus sublimis avito / vescitur: inque suam sua viscera congerit alvum. / Tantaque nox animi est, Ityn hue accersite, dixit. / Dissimulare nequit crudelia gaudia Procne: / iamque suae cupiens exsistere nuntia cladis; / Intus habes, quod poseis, ait. Circumspicit ille, / atque ubi sit, quaerlt. Quaerenti, iterumque vocanti, / sicut erat sparsis furiali caede capillis, / prosiluit, Ityosque caput Philomela cruentum / misit in ora patris: nec tempore maluit ullo / posse loqui, et meritis testari gaudia dictis. / (Metamorphoseon, lib. VI, v. 650-660.) Sin embargo, en [el nº 24], v. 39-43, hay algo de este repugnante episodio. [. . . ] En la fábula clásica el forzador es el rey Tereo, nombre que las variantes asturianas transforman en Tereno, las andaluzas en Tarquino, las catalanas en don Tarquín, las castellanas en Turquin y Turquillo, las portuguesas en un turco de Turquía y en el duque ele Turquía, y las chilenas en un caballero de Turquía, un galán de Turquía, un caballero turco, nombres todos en que, por lo menos, se conserva la letra inicial del nombre latino. Es digna de notarse la semejanza que, en cuanto al nombre del protagonista, muestran las versiones portuguesas con varias chilenas. Hay también algún verso común, y no de los vulgares, como el que subrayo: Como está Branca-flor, / Filha minha e mulher vossa?// Probablemente las variantes españolas que se propagaron en Portugal y en Chile, coincidían en estos puntos.
Nota: este romance lo aprendió María del Socorro en Doñihue, O`Higgins (aunque reside en Santiago).

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0222:10 Bernal Francés (í)            (ficha no.: 3487)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recitada por Juana Guajardo (105a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 44 (D), pp. 94-95.  041 hemist.  Música registrada.

     --¡Válgame Dios de los cielos,    válgame el santo San Gil!
  2   ¿Quién es este caballero    que mis puertas hace abrir?
     --Yo soy el Francés de Francia,    quien te solía servir;
  4   si no me abres las puertas    aquí me verás morir.--
     De allí echa pajes y criados,    que se vayan a dormir,
  6   toma el candil en la mano    y ella mesma le va a abrir.
     Y lo toma de la mano,    lo lleva para el jardín,
  8   lo lava de pies y manos    con agua de toronjil,
     y lo echa en cama de holanes,    donde solían dormir.
  10   Allá por la medianoche    le pregunta --¿Qué tenís?
     ¿Que le temís a mis criados?    --Ellos me temen a mí,
  12   ni menos a tu marido,    porque hablando está con ti.
     --¡Válgame Dios de los cielos,    válgame el santo San Gil!
  14   ¡Hablando con mi marido    v nunca lo conocí!
     --Toma ese niño en los brazos,    traidora, dale ese pecho.
  16   Mañana por la mañana    te cortaré de vestir:
     tu cuerpo será la grana    y mi espada el carmesí.
  18   ¡Vení aquí, hermoso pincel,    clara luz de mis tinieblas,
     se oscurecerán las luces    de tu madre, que fue vuestra!
  20   Llamarís a tus hermanas,
     y también a tus cuñadas,    que tengan ejemplo en ti.--

Notas de V. C. : -6b Es la pronunciación corriente en el pueblo; -10bVide nota -18b de la versión anterior; -11a Vide nota -17a de la versión A.; -12b Es caso raro, traído aquí por la rima.
Título original: La adúltera (versión D).
Nota: Por lo visto son dos mujeres del mismo nombre, ésta y la que canta la versión del reg. nº 3469.

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0222:11 Bernal Francés (í)            (ficha no.: 3488)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recitada por Teresa Cabello (24a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 45 (E), pp. 96-97.  027 hemist.  Música registrada.

     ¿Qué caballero es ése    que la puerta viene a abrir?
  2   --Es el de Francia, señora,    el que te sole servir.--
     Ella que le abre la puerta,    y él que le apaga el candil.
  4   Y la toma de la mano,    la lleva para el jardín,
     la sienta en silla dorada    rodeada de carmensil,
  6   le rocea pies y manos    con agua de toronjil.
     Lo toma de la mano,
  8   lo lleva para la cama    donde solían dormir.
     --Mira, dicho caballero,    ¿por qué no vuelves a mí?
  10   ¿o te han dicho algo de Francia    o te han dicho mal de mi?
     --No me han dicho na de Francia,    ni me han dicho na de ti,
  12   tengo un dolor en el alma    que no me deja dormir.
     Manda llamar a tus padres    que te ayuden a sentir,
  14   que voy . . . . . . . . .    a hacer un ejemplo en ti.--

Notas de V. C. : -1b sole: No es común esta pronunciación, pero se oye a veces; -5b carmesíl: Pronunciación afectada de gente cursi; -6aRocear por rociar es muy frecuente.
Título original: La adúltera (versión D).
Comentario de V. C. : Hasta 1905 no se sabía de ninguna versión castellana de este romance, que sólo era conocido por las variantes bilingües publicadas por Milá (Romancerillo, p. 245), y por otras portuguesas, francesas é italianas. En esa fecha recogí yo varias versiones chilenas, que comuniqué a don Ramón Menéndez Pidal, quien publicó al año siguiente una de ellas en la revista Cultura Española, y dio noticia de dos burgalesas que ya entonces poseía. A propósito de este romance, dice el señor Menéndez Pidal "Las versiones catalanas que publica Milá, llenas de castellanismos, llaman al marido vengador Don Francisco, y las versiones portuguesas le llaman Bernal Francés. En dos versiones burgalesas inéditas hallo así el comienzo: --¡Válgame Nuestra Señora, / también el santo San Gil!//¿Quién es ese caballero / que a mi puerta dice: abrid?//--El Francés soy yo, señora, / que la solía servir,//de noche para la cama, / de día para el jardín. // En otra versión chilena de Santiago se dice también: Señora, soy el Francés, / quien té solía servir, y la adúltera le dice: ¿Qué tiene, señor Francés, / qué tiene, triste de mí?// Y otra de Curicó: Yo soy Juan José, de Francia, / quien te solía servir. // . . . [En el resto de su estudio de este romance (págs. 98-104) V. C. comenta sus paralelos en la tradición francesa y la italiana, tiene en cuenta el juicio de Nigra, y ejemplifica las tradiciones catalanas, portuguesas (Bernal Francés + Aparición de la enamorada muerta) y brasilenas del romance, todas, para él, inspiradas en las versiones castellanas. SHP]

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0130:7 El galán y el convidado difunto ((prosa))            (ficha no.: 3494)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recitada por Humberto Pacheco (15a). Recogida por Julio Vicuña Cifuentes, entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 50 nota, p. 116.  Música registrada.

    
Un joven y varias niñas iban una tarde por un camino, en el cual había esparcidos muchos huegos y calaveras. Volvían de una hasta venían picados1. El joven quiso hacerse el gracioso y dio un puntapié a una calavera, diciéndole por burla que esa noche la esperaría en su casa a cenar. Al oír esto las niñas, largaron grandes carcajadas.     Cenaban en la noche alegremente, recordando lo que había sucedido, cuando sintieron llamar a la puerta. El joven corrió a abrir, y se encontró con la calavera que tenía invitada a cenar. Sin decir una palabra, la calavera se entra al comédor. Todos quedaron espantados, pero ella les pidió que siguiesen comiendo.     Cuando concluyó la cena, le dijo la calavera al joven que ya estaba cumplido el convite, y que ahora ella lo invitaba para la siguiente noche, a cenar en un sitio próximo a aquél en que le había dado el puntapié. Y, sin esperar respuesta, la calavera se retiró.     Al otro día el joven se dirigió a la Parroquia, a referir al cura lo que le había pasado. El cura le aconsejó que aceptara el convite, y le dio como reliquia, para que la llevar consigo, una guagua2.     Llegó la noche y el joven se encaminó al lugar de la cita, que era una iglesia abandonada. La calavera lo recibió con gestos de alegría, y lo invitó a cenar en una mesa en que las viandas eran culebras, sapos, ranas y otras sabandijas.     El joven, al ver esto, tuvo tanto miedo, que se quedó sin habla; y como la calavera le quería obligar a que comiese, se acordó, en medio de sus apuros, de la reliquia que llevaba bajo la capa, y le dio un pellizco a la guagua, la cual se puso a llorar. Entonces la calavera le dijo que agradeciese a esa criatura inocente el volver salvo a su casa; y que nunca más se burlara de los muertos.

Notas de V. C. : -1 achispados, medio ebrios; -2 guagua: del quechua huahua, criatura, niño de pocos meses.
Comentario inicial de V. C. : No me atrevo a decidir si procede de alguna variante del romance transcripto, o si, más bien, de una narración en prosa, a lo que me inclina el no encontrar en él ningún rastro de versificación.

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0191:13 La dama y el pastor (estróf. (vill. glos. ))            (ficha no.: 3495)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recitada por Abrahán Alcaíno (18a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 51 (A), pp. 117-118.  032 hemist.  Música registrada.

  1A   --Pastor, que estás en la sierra
     de amores tan retirado,
     yo quisiera preguntarte
     si tú quieres ser casado.
  1B   --Yo no quiero ser casado,
     (contesta el villano vil),
     tengo el ganado en la sierra,
     ¡y adiós!, que me quiero ir.--
  2A   --Porque estás acostumbrado
     a comer galleta gruesa,
     si te casaras conmigo
     comieras pan de cerveza.
  2B   --No quiero pan de cerveza,
     (contesta el villano vil),
     tengo el ganado en la sierra,
     ¡y adiós!, que me quiero ir.--
  3A   --Porque estás acostumbrado
     a ponerte chamarretas,
     si te casaras conmigo
     te pusieras camisetas.
  3B   --No quiero tus camisetas,
     (contesta el villano vil),
     tengo el ganado en la sierra,
     ¡y adiós!, que me quiero ir.--
  4A   --Si te casaras conmigo,
     mi padre te diera un coche,
     para que me vengas a visitar
     los sábados en la noche.
  4B   --No quiero ninguna cosa,
     (contesta el villano vil),
     ni prenda tan amorosa,
     necesito para mí.--                              
                         Cogollo                              
     La señorita Fulana
     no se fíe del pastor,
     porque criados en el campo
     no saben lo que es amor.

Notas de V. C. : -2Ab Pan bazo de moyuelo o salvado fino, que se amasa en las haciendas y establecimientos mineros para racionar a los peones; -2AcPan de cerveza se llama en Chile al pan fermentado. También se le nombra pan batido, y, en Coquimbo, pau francés, como en Cuba y Guatemala, (vide: Pichardo, Diccionario de voces cubanas;Batres, Provincialismos de Guatemala); -3Ab la palabra chamarretas, desconocida entre nosotros, figura en la versión andaluza de Fernán Caballero, y sólo se ha conservado en esta variante chilena; Fin: El cogollo es una estrofa con que generalmente se da remate a las canciones o tonadas. Es una lisonja, una advertencia, y a veces también una pulla, enderezadas a alguno de los oyentes.

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0191:15 La dama y el pastor (estróf. (vill. glos. ))            (ficha no.: 3497)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recitada por Carlos Hille (13a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 53 (C), pp. 120-121.  032 hemist.  Música registrada.

  1A   --Pastor, que andas por la sierra
     pastoriando tu ganado,
     si te casaras conmigo,
     salieras de esos cuidados.
  1B   --Yo no me caso contigo
     (responde el villano vil),
     el ganado está en la sierra,
     ¡adiós!, que me quiero ir.--
    
  2A   --Como estás acostumbrado
     a andar con esas ojotas,
     si te casaras conmigo
     te pusieras buenas botas.
  2B   --Yo no me caso contigo,
     (responde el villano vil),
     el ganado está en la sierra,
     ¡adiós!, que me quiero ir.--
    
  3A   --Como estás acostumbrado
     a andar en calzoncillones,
     si te casaras conmigo
     te pusieras pantalones.
  3B   --Yo no me caso contigo,
     (responde el villano vil),
     el ganado está en la sierra,
     ¡adiós!, que me quiero ir.-- -
    
  4A   --Como estás acostumbrado
     a comer galletas gruesas,
     si te casaras conmigo
     comieras pan de cerveza.
  4B   --Yo no me caso contigo,
     (responde el villano vil),
     el ganado está en la sierra,
     ¡adiós!, que me quiero ir.--

Notas de V. C. : -1Ab -1a Lae átona seguida de a ú o en hiato o en cuasi-diptongo, se cambia en i al diptongarse: rial, linia, lion, por real; línea, leán. En iguales circunstancias, la o átona seguida de a o é, se cambia en u: cuágulo, herue, por coágulo, héroe. De aquí toma origen nuestro popular contracción de cuanto ha: "Cuantuá lo vi", que vale "lo vi hace tiempo"; -2Ab Especie de abarca; -3Ab Aumentativo de calzoncillos, formado por exigencias del metro y de la rima; -4AbVide la versión A, nota -2Ab; -4Ad Vide la versión A, nota 2Ac.

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0144:22 Don Gato (á-o)            (ficha no.: 3504)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recitada por Evarista Escobedo (50a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 60 (A), pp. 133-134. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº__, 15.1, p. 138-139.  024 hemist.  Música registrada.

     Estaba el señor don Gato    sentadito en su tejado,
  2   y le llegaron las nuevas    que había de ser casado.
     Llegó la señora Gata    con vestido muy planchado,
  4   con mediecitas de seda .    y zapatos. rebajados.
     El Gato, por darle un beso,    se cayó tejado abajo,
  6   se rompió media. cabeza    y se descompuso un brazo.
     A deshora de la noche    esta don Gato muy malo,
  8   queriendo hacer testamento    de lo mucho que ha robado:
     una vara `e longaniza    una cuarta `e charqui asado.
  10   Y los ratones, de gusto,    se visten de colorado,
     diciendo: «Gracias a Dios    que murió este condenado,
  12   que nos hacía correr    con el rabito parados.»

Nota de V. C. : -9b charqui: Tasajo, cecina.

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0144:23 Don Gato (á-o)            (ficha no.: 3505)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recitada por Jorge Núñez (16a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 61 (B), pp. 134-135.  024 hemist.  Música registrada.

     Estaba el señor don Gato    sentado en su garabato,
  2   y le ha venido la nueva    que debía ser casado,
     con una gata romana    de los ojos colorados.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  4   El. Gato, por darle un beso,    se cayó tejado abajo,
     se rompió cuarta y cabeza    y un brazo descuartizado.
  6   Allá por la medianoche    el Gato se halló muy malo,
     quiso hacer su testamento    de todo lo que ha robado:
  8   once varas longaniza    y diez de tocino ahumado.
     Los ratones, de contento,    se visten de colorado,
  10   y unos a otros se dicen:    «Ya murió este condenado,
     que ayer nos andaba triendo    arriba del soberado,
  12   con la colita parada    y el estantino apretado.»

Notas de V. C. : -5a cuarta: Cuarto trasero; -11a triendo: En Chile, la gente huasa conjuga el imperfecto de ver: véida, véidas, véida, véidan. Esto mismo ocurre con algunos verbos de la segunda y tercera conjugación que tienen en hiato, en el infinitivo, las vocales a-e, e-e, e-i, como traer, leer, reir. Estos verbos conjugan también de manera análoga el singular de ambos presentes: tréigo-a, léido-a, réido-a; y el participio: tréido, léido, réido; -11b soberado: Sobrado, desván; -12b Estantino, m. Parece, fuera de duda. corrupción de intestino, que antiguamente se escribía y pronunciaba estentino. Todavía lo usa aquí y en otras repúblicas americanas el vulgo, como se oye también en España: Ese, que mala puñalá trapera le den en los estantinos! (Juan B. Muñoz Pavón, Venite ad me omnes). En Chile no significa "intestino" en general, sino la parte inferior del recto, que en castellano se llama sieso. (Román, Diccionario de Chilenismos.)

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0144:24 Don Gato (á-o)            (ficha no.: 3506)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recogida por Ramón A. Laval, entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 62 (C), pp. 134-136.  012 hemist.  Música registrada.

     Estaba el señor don Gato    sentadito en su tejado;
  2   con mediecitas de punto    y zapatitos calados.
     Por darle un beso a una gata,    se vino tejado abajo;
  4   los ratoncitos, de gusto,    se visten de colorado:
     «Gracias a Dios que murió    este gato condenado,
  6   que nos tenía afligidos,    con el bollito encajado.»

Nota de V. C. : -6b bollito: Diminutivo de bollo, que en una de sus acepciones chilenas designa el excremento compacto y duro.
Comentario de V. C. : Fernán Caballero publicó una versión andaluza de este romance, en su diálogo Cosa cumplida. . . solo en la otra vida, p. 141. Después se han dado a luz algunas más, entre las cuales recuerdo una gallega recogida por don Marcial Valladares, que termina con estos versos, remate allegadizo de muchos otros romances: Ña madriña, si me morro, / non m` enterren en sagrado;//entjrrenm` en campo verde / ond` a pacer vai o gado. //Djijenm` a cabeza fora / e o cabelo bjn peinado,//para que digan as gentes: / --Este pobre desdichado//non morreu de tabardillo; / nin tampouco de costado,//morreu, sí, de mal damores, / ¡ay! qué mal desesperado. // (Folk-lore Español, t. IV, p. 84.) Existiendo en Galicia este romance, no podía faltar en Portugal: Adolfo Coelho, en sus euriosas Notas e parallelos folkloricos, articulo VI (Revista Lusitana, t. I, pp. 320-331), reproduce dos versiones recogidas en Elvas por Tomás Pires, que no pasan de los diez primeros versos. Coelho cree que este romance es una parodia, cuyo principio recuerda los romances portugueses de Dona Infanta y el español del Cid que comienza: Sentado está el señor rey / en su silla de respaldo. // La semejanza es vaga, sin duda, pero a mi me parece muy aceptable la idea del origen paródico de este romance, en el que se descubren reminiscencias de muchos otros. Mi amigo el distinguido folklorista don Ramón A. Laval,me obsequió hace tiempo con una versión de este romancemás completa que las que ahora publico: desgraciadamente, no he podido encontrarla entre mis papeles, y la creo ya perdida.

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0101:8 No me entierren en sagrado (á-o)            (ficha no.: 3507)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recitada por Alberto Riveros (16a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 63, pp. 137-140.  016 hemist.  Música registrada.

     Bartolillo, ¡guarda el toro!    --Sí, señor, que soy valiente,
  2   y mi sangre no consiente    morir en astas de toro.
     Si este toro me matase,    no me entierren en sagrado,
  4   entiérrenme en campo verde    donde me pise el ganado.
     A mi cabecera pongan    un letrero colorado,
  6   y digan las cinco letras:    «Aquí murió un desdichado;
     no murió de calentura    ni de dolor de costado,
  8   murió de una cornadilla    que le dio el toro Nevado».--

Notas de V. C. : -4b donde no pise el ganado es más común; -6a letras o pies llama la gente del campo a los versos, y versos a las estrofas. La décima, por ejemplo. es, según ellos, "un verso de diez pies". No siempre es tan precisa la distinción, pues algunos lo mezclan y confunden todo, y si se les apura, se enredan en explicaciones incoherentes de que es imposible sacar nada en limpio.
Comentario de V. C. : El romance de Bartolillo, como el de Delgadina y algunos otros, se encuentra en Chile en todas partes, y de él se pueden recoger centenares de versiones, todas más o menos iguales. Sólo apuntaré una variante del comienzo, por ser enteramente distinta de las demás: --¡Ichenme ese toro fuera, / ése de la mancha negra,//que yo le sacaré ún lance / por la salú de mi suegra!// Con excepción de los cuatro primeros versos, el romance de Bartolillo es el de El mal de amor y el de Juan de Lá. . . de Menéndez Pidal [Muerte del galán, IGR 0115] (Colección de viejos romances, pp. 206 y 348), aplicado a un tema distinto. Desde el verso 5, Si este toro me matase, que en las versiones peninsulares tiene esta forma u otra parecida: Si me muero d`este mala, hasta la conclusión, sirve este romance de final allegadizo a muchos otros que ninguna relación guardan con él. Sirva de ejemplo el romance de Don Manuel: Una noche muy oscura, / de relámpagos y agua,//ha salido don Manuel / a visitar a su dama,//tres plumas en su sombrero, / una verde y dos moradas. //El pasaje que le dieron; / hundirlo de puñaladas,//donde se vino a encontrar / en la puerta de su dama://--Abreme, Polonia mía, / ábreme, Polonia hermana,//que yo vengo muy herido / y las heridas son malas. . . // Aquí el juglar se halló con que había olvidado la continuación; pero la dificultad fue de poco momento, pues salió del paso diciendo: Polonia, si yo me muero, / no me entierres en sagrado,//entiérrame en un pradito / donde no paste ganado,//y a la cabeceia pongan / un Cristo crucificado,//con un letrero que diga: / «Aquí murió un desdichado;//no ha muerto de mal de amor / ni de dolor de costado,//que ha muerto de calenturas, / de la justicia matado». // (Menéndez Pelayo, Antología, t. X, p. 186.) Así es cómo este fragmento de romance, de origen desconocido, pero sin duda de antiguo é ilustre abolengo, anda anexado a muchos otros que nada tienen que ver con él, a veces de rima distinta, cual el que acabo de transcribir, y aún de muy plebeya condición, como uno de Luis Ortiz que luego veremos. En Portugal y en el Brasil ocurre lo propio que en España y Chile: el romance de 0 Conde prjso (Hardung, Romanceiro, t. 1, p. 120; Revista Lusitana, t. X, p. 315), y el de Dona María e dom Arico (Roomero, Cantos pop. do Brasil, p. 10), terminan, mutatis mutandis, con los mesmos versos que el de Don Manuel y demás citados. En Portugal hay todavía una jácara, la del Toureiro namorado (Hardung, t. 11, p. 123), en que aparece un toro bravo, como en el de Bartolillo. Concluye así: --Se eu morrer d`esta morte, / como d`ella estou esperado, //não me toquem a campana, / nem me enterrem em sagrado,//enterrem-me áquella quina / aonde fói o namorado. --// En Venezuela existen también los consabidos versos, que los llaneros intercalan en sus corridos o galerones, (vide: Vergara y Vergara, Historia de la literaltara en Nueva Granada, pp. 518-522; Aristides Rojas, Obras escogidas, pp. 402-411: Adolfo Ernst, Cancionero Venezolano, p. 31.)
Título original: Bartolillo. Podría tratarse de un romance independiente, pero por ahora creo que tiene más sentido identificarlo con No me entierren en sagrado. [SHP]

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0178:17 Mambrú (7+7 á)            (ficha no.: 3512)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 68 (A), pp. 146-147.  028 hemist.  Música registrada.

     Membrún se fue a la guerra    no sé cuándo vendrá,
  2   si será por la Pascua    o por la Trinidad.
     La Trinidad se pasa,    Membrún no vuelve más;
  4   la reina, que lo espera,    muy impaciente está.
     A la torre más alta    se sube a divisar,
  6   y mientras que miraba,    un paje vio llegar,
     de banda negra y lacre,    señal de funeral.
  8   --Las noticias que traigo    no las quisiera dar:
     de que Membrún es muerto    y yo lo fui a enterrar.
  10   Una cosa me dijo    poco antes de expirar:
     que a orillas de su tumba    plantase un olivar,
  12   y de las aceitunas    hiciese una ensalá.--
     La reina se desmaya    y se pone a llorar;
  14   luego, entre cuatro pajes    la llevan a enterrar.

Notas de V. C. : -1a La copia dice Membrún; -7a Es decir, "color de lacre", rojo, por ser éste el color que comunmente tiene esta pasta.

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0178:18 Mambrú (7+7 á)            (ficha no.: 3513)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recitada por E. T. (72a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 69 (B), pp. 146-147.  020 hemist.  Música registrada.

     Mambrú se fue a la guerra,    no sé cuándo vendrá,
  2   si será por la. Pascua    o por la Trinidad.
     La Trinidad se pasa,    Mambrú no vuelve más,
  4   la dama que lo espera    muy enojada está.
     A la torre más alta,    allá lo iba a esperar,
  6   y vio llegar un paje,    un paje vio llegar.
     --¿Qué traes, pajecito?    ¿Por qué tan triste estás?
  8   --Porque Mambrú ya es muerto    y yo lo vi enterrar.
     --¡Ay! calla, pajecito;    y no me digas más!
  10   ¡Ay! calla, pajecito,    y no me digas más!

Nota: Tras los primeros hemistiquios se canta el estribillo: mirontón, mirontón, mirontere.

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0178:19 Mambrú (7+7 á)            (ficha no.: 3514)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recitada por Adriana Guerra (11a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 70 (C), p. 150-154.  012 hemist.  Música registrada.

     Mambrú se fue a la guerra,    no sé cuándo vendrá;
  2   si será por la Pascua    o por la Trinidad.
     La Trinidad se pasa,    Mambrú no vuelve más;
  4   la reina se desmaya    y se pone a llorar.
     Entre cüatro pajes    la llevan a enterrar;
  6   los pajaritos cantan    el pio, pío, pá.

Nota: se repiten los hemistiquios b de los versos pares.
Comentario de V. C. : Este popularísimo romance es en parte traducción, en parte parodia (vide variante A, versos 19 a 24), de la célebre canción francesa que transcrito en seguida: LE CONVOI DE MALBROUGH (Texte critique) Malbrough s` en va en guerre, / Mironton, tonton, mirontaine, /Malbrough s` en va en guerre: "Ne sai quand reviendrai,/ Ne sai quand reviendrai. (bis) / [ Je] reviendrai à Pâques ou à la Trinité". / Les Pâques sont passées, aussi la Trinité. / Madame à sa tour monte, si haut qu` el peut monter. / El voit venir son page, tout de noir habillé:/ --Beau page, ah! mon beau page, quel` nouvelle apportez?-- / --Nouvelle que j`apporte, vos beaus yeus vont pleurer. / Quittez vos habits roses et vos satins brochés, / Prenez la robe noire et les souliers cirés. / Malbrough est mort en guerre, ést mort et enterré. / L` ai vu porter en terre par quatres officiers: / L` un portoit sa cuirasse et l`autre son bouclier, / Le troisiéme son casque et l`autre son épé`. / A l`entour de sa tombe romarin fut planté. / Sur la plus haute tranche rossignol a chanté. / Disoit en son langage: Requiescat in pace! / La cérémoni` faite, chacun s` en fut coucher. -- // (Doncieux, Le Romancéro pop. de la France, p. 455.) Tengo una variante francesa recogida por mí, de boca del niño Luis Meunier, de trece años, nacido en Ambert, departamento de Puy-de-Dóme. La transcrito con sus incorrecciones, tal como él me la dictó: Malbrough s` en va-t-en guerre, / mironton, mironton, mirontaine. //Malbrough s` en va-t-en guerre / qui sait quand reviendra. (bis)// Il reviendra-z-a Pâques / ou à la Trinité. //La Trinité se passe, / Malbrough ne reviént pas,// sa dame à tour monte, / si haut qu` ell` put monter. //Ell` voit venir son page / de noir tóut habillé. //--O page, o mon beau page, / quell` nouvelle apportez?//--Aux nouvell`s que j` apporte/ vos beaux yeux vont pleurer://monsieur Malbrough est mort,/ est mort et enterré. //J` l`ai vu porter en terre / par quatre-z-officiers:// l`un portait son grand sabre, / l`autre son bouclier. // He aquí ahora lo que dice Doncieux sobre el origen de esta canción: "Del famoso John Churchill, duque de Malborough, muerto hacía más de medio siglo, se preocupaban poco en Francia y en otras partes, cuando a fines de 1781, su nombre tuvo en París una resurrección tan brillante como inesperada. Una canción operó este milagro, y he aquí de qué manera. La reina María Antonieta dio a luz al primer Delfín el 22 de octubre de 1791. Algunos meses antes, habiendo tenido noticias del embarazo de la reina, una campesina llamada Poitrine concibió el proyecto de ser la nodriza del niño real. Firme en su idea, llegó a Versalles con su marido, interesó a los médicos en su favor, halló manera de ser presentada al rey, y, en fin, se manejó de suerte que obtuvo la preferencia. Instalada desde entonces en las habitaciones del castillo, llegó un día en que la señora Poitrine se puso a tararear una ronda que se cantaba én su país: era la de Malbrough. La reina la oyó por casualidad, y enamorada del aire popular sencillo y tierno, quiso cantarlo también, y toda la corte la siguió. En ese tiempo, Beaumarchais concluía El matrimonio de Fígaro, y tuvo la idea de escribir sobre esta canción la romanza del Paje, y la romanza y la comedia lograron un exito extraordinario. Malbrough fue cantado en todas partes, glosado, parodiado. Se le puso en los almanaques, en las zarzuelas, en los abanicos; en fin, no hubo cosa en el mundo, ese año, que no fuese a la Malbrough". (Romancéro pop. de la France, p. 459.) Discurriendo en seguida Doncieux sobre el origen de esta canción, dice que no pudo ser compuesta con motivo de la muerte del duque de Marlborough, porque éste "ne mourut pas en guerre, mais dans son lit, en état de démence sénile, et cette fin obscure n`avait pas de quoi frapper l`attention populaire. On a rattaché la chanson avec plus de vraisemblance, a la meurtriére journée de Malplaquet (11 sept. 1709), ou les Anglais qui formaient la droite de l`armée alliée, furent un moment bousculés par le maréchal de Villars, en sorte que le bruit put courir un instam de la mort de Marlborough: c` en était assez pour qu` un troupier en verve improvisát ce chant plaisamment funébre". La explicación no me parece muy satisfactoria, pero no sabría en este momento substituírla por otra mejor. Tampoco es fácil decidir cuándo se difundio esta canción en Italia y en España, donde el nombre del héroe se simplificó en Mambrú. El mismo Doncieux prueba que ha perdido su valor, si alguna vez la tuvo, la hipótesis de Leroux de Lincy, según la cual Le convoi de Malbrough no sería sino una refundición moderna del Convoi du Duc de Guise compuesto con ocasión de la muerte de este héroe delante de Orleáns, en 1563. Esta suposición se fundaba en el verso inicial, ya repugnado por la rima, del texto del compilador La Place: Voul`ous ouïr chanson? C`est du grand duc de Guise, que pertenece a otra canción, sólo ahora conocida y muy distinta de aquélla. Menos vale por cierto la paradojal aserción de Genin, que hace remontar este canto a la Edad Media, suponniendo que el héroe es un cruzado que tenía por sobrenombre "Le Membru".

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0224:8 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 3515)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 71 (A), pp. 155-156. Reeditada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 71 (A), pp. 155-156 y Díaz Roig 1990a, p. 172 (15.2).  024 hemist.  Música registrada.

     --De Francia vengo, señora,    y en el camino encontré
  2   a un caballero y me dijo    qué lindas hijas tenéis.
     --Que las tenga o no las tenga,    yo las sabré mantener,
  4   con un pan que Dios me ha dado    y un jarro de agua también.
     --Yo me voy muy enojado    a los palacios del rey,
  6   a contárselo a la reina    y al hijo del rey también.
     --Vuelve, vuelve, pastorcito,    no seas tan descortés,
  8   la mejor hija que tengo,    la mejor te la daré.
     --Téngala usté bien guardada.    --Bien Guardada la tendré,
  10   sentadita en una silla    trabajando para el rey.
     Azotitos con correa,    azotitos le daré,
  12   mojadita con vinagre    para que los sienta bien.--

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0224:9 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 3516)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 72 (B), p. 156.  017 hemist.  Música registrada.

     --De Francia vengo, señora,    y un amigo portugués
  2   en el camino me ha dicho    que bellas hijas tenéis.
     --Que las tenga o no las tenga,    yo las sabré mantener,
  4   con un pan que Dios me ha dado    y un jarro de agua también.
     --Yo me voy muy enojado    a los palacios del rey;
  6   a contárselo a la reina    y al hijo del rey también.
     --Vuelve, vuelve, pastorcito,    no seas tan descortés;
  8   de las tres hijas que tengo,    la mejor te la daré.
     --Esta escojo por hermosa    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Nota de V. C. : -9b Se me ha extraviado el final de esta versión.

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0224:10 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 3517)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recitada por Custodia Vergara (26a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 73 (C), p. 157.  020 hemist.  Música registrada.

     --Vamos ju`ando al hilo de oro    y al hilo `e plata también,
  2   que me ha dicho una señora    que lindas hijas tenéis.
     --Yo las tengo, yo las tengo,    y las sabré mantener,
  4   con un pan que Dios me ha dado    y un jarro de agua también.
     --Yo me voy muy enojado    a los palacios del rey,
  6   a contárselo a la reina    y al hijo del rey también.
     --Vuelve, vuelve, pastorcillo,    no seas tan descortés;
  8   la mejor hija que tengo,    la mejor te la daré.
     --Esta escojo por esposa,    por esposa y por mujer,
  10   que parece una rosita    `cabadita de nacer.--

Nota de V. C. : -1a Juar, juando, por jugar, jugando, es muy común. Acaso la g se pierde por influencia de la y : vejía por vejiga.

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0224:11 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 3518)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recitada por Ester Zamudio (13a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 74 (D), pp. 158-160.  016 hemist.  Música registrada.

     --Hilo de oro, hilo de plata,    vamos ju`ando al ajedrez,
  2   que me ha dicho una señora    que lindas hijas tenéis.
     --Que las tenga o no las tenga,    yo las sabré mantener,
  4   con un. pan que Dios me da    y un jarro de agua también.
     --Vuelve, vuelve, pastorcillo,    no seas tan descortés;
  6   la mejor hija que tenga,    la mejor te la daré.
     --Esta tomo por esposa,    por esposa y por mujer,
  8   que parece una rosa    acabada de nacer.--

Nota de V. C. : -1b Juar, juando, por jugar, jugando, es muy común. Acaso la g se pierde por influencia de la y : vejía por vejiga.
Comentario de V. C. : Este romance, que sirve para acompañar cierto juego de niñas, es muy antiguo. En el siglo XVII debía ser ya bastante popular, pues dos de sus versos se leen en el entremés de Lope de Vega Daca mi mujer: SACRISTAN. Suegro, dame a mi mujer. PADRE. ¿Suegro? Daca la mohosa. SACRISTAN. Pues me niegas la suegrez, / enojado me voy, enojado / a los palacios del rey; / y a fe de buen sacristán, / que en Moscovia o en Argel, / hecho brujo, hecho hechicero, / juntico a ti me has de ver, / con tanta boca diciendo:/ "¡suegro, dame a mi mujer!"// (Obras de Lope de Vega, publicadas por la Real Academia Española, t. II, p. 400.) La forma que tiene el principio en las versiones A y B no es la popular hoy día, por lo menos en Chile, pero lo fue en otro tiempo, según mis informes. Una señora me dice que en su niñez se cantaba así el comienzo: De Francia vengo, señora, / de la tierra del francés, //y en el camino me han dicho / que lindas hijas tenéis. // El final de la versión A, que es el de la variante publicada en el Folklore Español, t. IV, p. 136, no he vuelto a hallarlo completo, aunque si he oído reminiscencias suyas. La misma señora que me dictó los cuatro versos que acabo de transcribir, sabía algo de los "azotes con correa", y estos dos versos, mal recordados: En Francia, señora, / bien criada la tendré. // Una mujer de Talca, que ha olvidado el romance, pero que todavía recuerda imperfectamente algunos de sus versos, me da este final: Me voy, me voy a mi tierra, / para nunca [más] volver;//zapato que yo desecho / no me lo vuelvo a poner. // El romance, en esta forma, no serviría para el juego infantil en que ordinariamente se emplea. Los dos últimos versos de esta copla son muy populares, y sirven de remate a muchas otras. Casi todas las versiones españolas que conozco (Folk-lore Andaluz, pp. 196, 218, 314; Folk-lore Español, t. III, p. 108; t. IV, p. 136) conservan el primer verso tradicional, De Francia vengo, señora, que también se lee en la variantes chilenas A y B. Rodríguez Marín (Cantos pop. españoles, nº 209) publica una versión muy estropeada, que comienza: Cordoncito de oro traigo, é inserta en la nota respectiva ocho versos de una extremeña, cuyo principio es el tradicional: De Francia vengo, señora, / de por hilo portugués. Trae también una catalana, bilingüe. En la Revista Lusitana (t. VIII, p. 73) hay una variante portuguesa titulada A Condessa d`Aragáo, y ¡cosa rara! mientras las versiones españolas dan testimonio de la fama del hilo portugués, ésta encarece la excelencia del de Aragón: Eu não dou minhas filhas, / das mais lindas que ellas são,//nem por ouro nem por prata, / nem por fios d`Aragbo. // Este romance existe también en la literatura popular italiana, según dice Carolina Michaelis de Vasconcellos (Revista Lusitana; t. I, p. 63), pero no he logrado ver ninguna.

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0226:10 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 3519)

Versión de Melipilla (Santiago, Chile).   Recitada por Dorila Quintero (19a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 75 (A), pp. 161-162. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº__, 15.1, p. 259-260.  020 hemist.  Música registrada.

     Camina Nuestra Señora,    camina para Belén,
  2   con un niño entre los brazos    que daba gusto de ver.
     En la mitad del camino    pidió el niño de beber:
  4   --No pidas agua, mi niño,    no pidas agua, mi bien,
     que las aguas corren turbias    de no poderse beber.--
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  6   --Dame, ciego, una naranja,    que yo te la pagaré.
     --Yo te la daré, señora,    d` este verde naranjel.--
  8   Se las daba de una en una,    salían de cien en cien.
     Cuando le dio la primera,    el ciego comenzó a ver;
  10   cuando le dio la postrera,    el ciego veía bien.

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2987:1 Limosnera ciega (6+6 é-a)            (ficha no.: 3525)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 81, pp. 173-174.  036 hemist.  Música registrada.

     --¡Una limosnita    pa la pobre ciega,
  2   una limosnita    pa la pobre vieja!
     Salí muy temprano,    me pasé a la iglesia,
  4   ni un pancito duro    recogí siquiera.
     --Váyase la intrusa,    váyase la vieja,
  6   si mi novio viene    me dará vergüenza.
     --No la insultes, hija,    que esta pordiosera
  8   nuestra Santa Madre    ser muy bien pudiera.
     --Se murió mi hijo,    qu` era un calavera,
  10   cuatro nietecitos    me dejó mi nuera.
     Descalcitos andan    por las duras piedras.
  12   --¡Pobres angelitos¡,    ¡quién los conociera!
     --Eran muy hermosos    cuando yo los viera:
  14   la niña, tan bella    como una azucena.
     Me pedían pan    y yo no les diera.
  16   --¡No me cuentes eso,    que me dará pena!
     Vuelve a casa pronto,    vuelve a casa, abuela,
  18   y estos higos frescos    a tus nietos lleva.

Comentario de V. C. : Hace ya bastantes años que tengo este romance, uno de los primeros que recogí, y no he vuelto a encontrarlo en la tradición. Ni aun conservo el nombre del recitador, que debía de constar en la primera copia, hoy perdida; lo que quizá me habría permitido dar otra vez con él y adelantar algo sobre el origen de este cuento infantil. En mi opinión, procede de impreso, de alguna de esas hojas periódicas de lectura recreativa que las congregaciones religiosas distribuían antes entre la gente del pueblo, y que, andando los tiempos, se transformaron en verdaderas revistas. De ser así, el romancillo pudo ser transcripto de alguna publicación española, o compuesto en Chile por un colaborador de esas hojas efímeras, que rara vez llegan, por desgracia, a registrarse en las Bibliotecas oficiales, como es el deber de los editores.
Título original: La ciega.

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0225:8 Monja por fuerza (6+6 é-o + 6+6 pareados)            (ficha no.: 3526)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recitada por Aurelia Baeza (18a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 82, pp. 175-176. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº__, 15.1, p. 205.  026 hemist.  Música registrada.

     Yo me quería casar    con un. niñito muy bueno,
  2   y mis padres me querían    monjita de un monasterio.
     Una tarde de verano    me llevaron a paseo,
  4   y al pasar por una calle    me encontré con un convento.
     Salieron siete monjitas,    todas vestidas de negro,
  6   me agarraron de una mano    y me metieron adentro.
     Tomaron unas tijeras    y me cortaron el pelo,
  8   me quitaron los anillos,    anillitos de mis dedos,
     me quitaron los zapatos,    me quitaron el pañuelo.
  10   Salió la abadesa,    cantando salió,
     y me puso el velo    de la Concepción.
  12   Tú tienes la culpa,    boquita `e piñón.
     --¿Yo?
     --Sí.
     --No, no;
     la culpa la tiene    tu hermana mayor.--

Comentario de V. C. : Sirve para acompañar un juego de niñas, así en Chile como en España. En el Folk-lore Español, t. 2, p. 61, hay una versión madrileña parecida a ésta, aunque más larga. Menéndez Pidal (Colección de viejos romances, p. 348) trae otra, recogida en Asuurias, sin el final hexasílabo. La variante chilena me parece de introducción moderna entre nosotros, aunque una señora, ya bastante anciana, dice que en su niñez se cantaban, en forma muy parecida que ella ahora no recuerda, los versos del principio. No lo dudo, pero sería otra versión, que, caso de sobrevivir, andará por ahí muy desmedrada.

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0221:42 Me casó mi madre (6+6 í-a)            (ficha no.: 3527)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recitada por Aurelia Baeza (18a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 83, pp. 177-178. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº__, 15.1, p. 183.  038 hemist.  Música registrada.

     Me casó mi madre,    chiquita y bonita,
  2   con un muchachito    que yo no quería.
     A la medianoche    el pícaro s` iba;
  4   le seguí los pasos    por ver dónde iba,
     y le vi dentrar    donde su querida.
  6   Me puse a escuchar    por ver qué decía,
     y le oí decir:    «¡Ay! prenda querida,
  8   yo te he de comprar    joyas y mantillas,
     y a l`otra mujer    palo y mala vida».
  10   Me volví a mi casa    triste y afligida:
     me puse a rezar,    rezar no podía;
  12   me puse a coser,    coser no podia:
     me asomé al balcón    a ver si venía,
  14   y le vi subir    por la calle arriba,
     con capa terciada    y espada ceñida:
  16   --Abreme, mujer,    ábreme, María,
     que vengo cansado    de buscar la vida.
  18   --Ya sé de `onde vienes,    de ver tu querida.--
     Me largó un puñete,    me dejó tendida.

Comentario de V. C. : La recitadora me dijo que este romancillo se canta como segunda parte del anterior, en el mismo juego. La versión es moderna, y aun dudo si procederá de algún impreso, pues es igual a la variante madrileña publicada en el t. 11, p. 69 del Folk-lore Español, obra que, sin embargo, la recitadora no conocía, según pude cerciorarme. Los cuatro primeros versos los oí yo en mi niñez, en la Serena, en la misma forma, pero no recucrdo lo que seguía. De todas maneras, es indudable que esta versión comienza solamente ahora a rodar en la tradición chilena, donde no tardará en desfigurarse. Las demás variantes castellanas que conozco de este romancillo, una andaluza publicada por Rodríguez Marín (Cantos pop. españoles, nº 188), y otra asturiana recogida por Menéndez Pidal l (Colección de viejos romances, p. 349), se asemejan bastante a la madrileña antes nombrada, y, por consiguiente, a la chilena. En Cataluña existe también, pues Milá publica algunos versos de una variante bilingüe muy estropeada, (vide Romancerillo, nº 408). Más importancia tiene una versión portuguesa de las Azores (Hardung, Romanceiro, t. 11, p. 126), que parece proceder de alguna andaluza, pues tiene versos iguales a los de la de Rodríguez Marín.
Título original: La niña malcasada.

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0702:4 La Virgen sueña la Pasión (8+8 í-a+estróf.)            (ficha no.: 3536)

Versión de Melipilla (Santiago, Chile).   Documentada en o antes de 1910. (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Laval 1910, Oraciones populares, ensalmos i conjuros chilenos comparados con los que se dicen en España, pp. 66-67. Reeditada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 92 (C), p. 207.  018 hemist.  Música registrada.

     En la puerta `el paraíso    `taba la Virgen María
  2   con un librito en la mano,    la mitad rezaba, la mitad leía.
     Llega su hijo precioso,    le dice :--¿Que haces, madre mía?
  4   . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    --No duermo sino que rezo,
     porque anoche soñé un sueño    que no pensaba soñar:
  6   que tus pies y santas manos    habían de ser enclavadas,
     y tu santísima boca    con hiel y vinagre enjugada.--
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
                         Quien rezare esta oración
                         nunca podrá ser perdido,
                         aunque tenga más pecados,
                         que arenas hay en el mar
                         y yerbas hay en el prado.

Comentario de V. C. : Este es seguramente el comienzo de un romance devoto, al que se ha añadido un final que lo convierte en oración. Sólo conozco una variante española, incompleta también, (vide Rodríguez Marín, Cantos pop. españoles, t. 1, nº 1051.)
Título original: La Virgen presiente la Pasión.

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0192:22 La Virgen romera (é-a)            (ficha no.: 3539)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recitada por Aída Ruiz (13a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 95, pp. 213-214.  006 hemist.  Música registrada.

     En lo más alto del cielo    se pasea una doncella
  2   vestida de azul y blanco,    más hermosa que una estrella,
     en la frente una corona    y en la mano una azucena.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Comentario de V. C. : Este principio está calcado del romance de La romera: Por los senderos de un monte / se pasea una romera//blanca, rubia y colorada, / relumbra como una estrella. // (Menéndez Pidal, Colección de viejos romances, p. 221.) El cuarto verso es el de otra variante asturiana (Obra citada, p. 219); y el tercero, igual a uno de Santa Catalina, que imitó su comienzo de aquél, (vide Antología, X, 199.) El señor Laval ha publicado dos versiones de los cuatro primeros versos, que se cantaban como coplas de las de hoy desusadas Alabanzas: En lo más alto del cielo / se paseaba una doncella//vestida de azul y blanco / reluciente como estrella. // (Oraciones, etc. pág. 17) y En el portal de Belén / se aparece una dncella. . . etc. (Idem, pág. 25). Es lástima que no aparezca la continuación de este romance.
Título original: La doncella.

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5035:1 Don Jacinto del Castillo y doña Leonor de la Rosa (í-o)            (ficha no.: 3540)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recitada por T. M. de E.. Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 96 (A), pp. 217-226.  308 hemist.  Música registrada.

                         PRIMERA PARTE
    
     Sagrada Virgen María,    antorcha del cielo empíreo,
  2   señora del eterno Padre,    madre del supremo Hijo . . .
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     Al cabo de nueve meses    nació el autor divino,
  4   para redención del hombre,    de carne humana vestido,
     quedando su intacto seno    casto, terso, puro y limpio.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  6   Sucedió en la gran Curoña,    el mejor puerto lucido
     que tiene el sol en su margen,    de mil alabanzas digno . . .
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  8   En esta ilustre ciudad    nació de padres muy ricos
     doña Leonor de la Rosa,    a quien el cielo propicio
  10   se desmeró en dibujarla,    de manera que el sol mismo
     se le opuso a su hermosura,    pues con rayos fue vencido.
  12   Hizo triunfo de sus luces    y de sus dorados brillos,
     este encanto de belleza,    este encanto de Cupido,
  14   imán de los corazones    y de los hombres hechizo.
     Fue extremarda su belleza,    que pasó a ser prodigio,
  16   pues no hay hombre que la mire    que no se quede rendido.
     En la casa de sus padres,    con [el ] recato debido
  18   se crió, y apenas tiene    los quince abriles cumplidos,
     cuando amor tiró una flecha,    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
  20   que fue para su desgracia,    y bien dijo aquél que dijo
     que la mujer que es hermosa    trae la desgracia consigo.
  22   Que basta llamarse Rosa,    que pocas rosas se han visto
     que no mueran deshojadas    en. manos de un precipicio.
  24   La causa fue un caballero,    don Jacinto del Castillo,
     tan galán como bizarro,    valiente como entendido.
  26   Este dio en galantearla    con fiestas y regocijos.
     La dama le corresponde    con amorosos cariños,
  28   que enamorada y rendida    estaba por don Jacinto.
     Con palabras de esposa    a su amante satisfizo.
  30   Todas las noches se hablaban    por un balcón, que testigo
     era de sus muchas penas;    y como amantes tan finos,
  32   descansa el uno en el otro,    repitiéndose mil cariños.
     Dejemos en este estado    a Leonor y a don Jacinto,
  34   gozando aquellos elogios    que el amor tiene consigo.
     Y paso pues a dar cuenta,    y digo que don Francisco,
  36   qu` es el padre d`esta dama,    que tenía otro desinio,
     de dársela a un caballero    que era muy rico y su amigo:
  38   don. Fernando de Contreras,    que enamorado y rendido
     de la singular belleza    del encanto y el prodigio,
  40   del hechizo de Leonor,    se determinó y le dijo:
     --Señor don Francisco, yo,    yo como a hombre soli[ci]to
  42   alcanzar vuestros favores,    si merezco conseguirlo,
     con la bellísima mano    de Leonor que tanto estimo,
  44   con el renombre de esposa,    suplicando os lo pido.--
     Y don Fernando, que estaba    deseando aquello mismo,
  46   se la ha ofrecido, y "con ella    diez mil ducados, le ha dicho,
     le daré en plata o en oro,    si se efetúa lo dicho."
  48   Alegres se despidieron,    y al momento don Francisco
     se partió para su casa.    Dándole cuenta y aviso
  50   a su esposa y a su hija,    muy alegremente ha dicho:
     --¿No sabe, doña Leonor,    objeto de mi cariño,
  52   como te tengo casada,    que será tu gusto y el mío,
     con Fernando de Contreras,    hombre rico y bien nacido?
  54   Te harás dueña de su hacienda,    tendrás descanso y alivio;
     sólo aguardo tu respuesta    para dársela al proviso.--
  56   Fue a responder y no pudo,    que la fuerza de un delirio
     le traspuso en un desmayo,    envuelta en un paresismo.
  58   Aquel coral de sus labios,    eran de jazmín los bríos,
     las rosas de sus mejillas    en nieve se han convertido;
  60   pero, en fin, para abreviar,    la volvieron con rocido.
     Apenas vuelta en su acuerdo,    a Leonor su padre vido,
  62   volviendo segunda vez    a tratar de lo que he dicho:
     --Acaba, Leonor, acaba,    responde a lo que te digo,
  64   porque don Fernando está    idolatrando tu hechizo.
     Es noble, afable y discreto,    como tú, Leonor, lo has visto.--
  66   Y remitiéndose al llanto,    hechos sus ojos dos ríos,
     desabrochando palabras,    resueltamente le ha dicho:
  68   --Padre, el señor don Fernando    nunca fue del gusto mío.
     Que don Fernando sea noble,    también lo soy, padre mío;
  70   que sea dueño de haciendas,    yo soy la que me cautivo.
     La que por fuerza se casa    por interés de lo rico,
  72   no es mujer, sino es esclava    que se vende en guarismo
     y de ambición y co`icia.    Esto, señor, es muy frito,
  74   que en cuanto al tomar estado,    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     no ha de ser al gusto vuestro,    que ha de ser al gusto mío,
  76   y por fuerza os declaro,    como a padre, mis desinios.
     Yo tengo puesto mi afeuto,    mi corazón y sentido,
  78   por mandato de mi amor,    en don Jacinto `el Castillo;
     yo tengo esposo a mi gusto,    pues como al alma lo estimo.--
  80   Viéndola el padre resuelta,    furioso y ensoberbecido
     asióla por los cabellos,    que eran hebras de oro fino.
  82   Dándole golpes y arrastrándola,    la metió en su cuarto mismo,
     con un puñal en las manos,    en viva rabia encendido,
  84   amenazándola de nuevo,    diciéndole: --Haz lo que te digo,
     o la vida pagarás    al golpe deste cuchillo.--
  86   Viendo Leonor [que] en su pecho    moraba el de don Jacinto,
     y que fuera peligrar    en semejante peligro,
  88   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    dijo: --Padre y señor mío,
     yo me resuelvo que sea    don Fernando esposo mío.--
  90   Con esto el padre abrazó[la],    contento y agradecido
     dejándola; de cuanto al cabo    de cuatro días o cinco,
  92   tuvo lugar y escribió    una carta a dori Jacinto,
     diciéndole lo que pasa,    que la sacara al proviso.
  94   Mas no fue tan secreto,    que la cogió don Francisco;
     halló la firma y constancia,    según por lo contenido,
  96   volviendo segunda vez    y a doña Leonor le dijo:
     --Mira, infame, este papel    que envías a don Jacinto.--
  98   Encerróla, y dispusieron    con el vicario al proviso,
     con don Férnando la casen    por excusar un peligro.
  100   Quisiera escribir aquí    las lágrimas, los suspiros,
     los sollozos, los lamentos,    los pesares y los gritos
  102   que la triste dama hacía,    según se decía ella misma.
     Si disimular la pena    no le fuera tan preciso,
  104   reventara de dolor,    mas volviera un basilisco.
     Cual víbora, cual serpiente    que con su veneno mismo
  106   antepone su. ponzoña    destruyendo al enemigo,
     tuvo lugar y escribió    un papel a don Jacinto:
  108   «Esposo mío y señor,    dueño del alma querido,
     hoy mi padre de por fuerza,    con alto dolor te digo,
  110   sí, me ha casado mi padre;    hoy te perdí, dueño mío.
     D`este pesar y esta pena,    las lágrimas de hilo en hilo
  112   de mis ojos se despeñan,    remediarlo no he podido.
     ¿Yo casada sin mi gusto?    ¡reviento sólo al decirlo!
  114   ¿Yo verme con otro amante,    en brazos de mi enemigo?
     ¡Ea, mueran los que causan    tus disgustos y los míos!
  116   Para esta noche te espero,    vendrás bien apercibido,
     y una criada avisada    te entrará en el cuarto mío.
  118   Muera, muera don Fernando,    pues mi padre lo ha querido,
     y nos iremos los dos,    y en otro reino distinto
  120   nos casaremos después,    que ya tengo prevenidos
     muchos doblones y joyas,    muchas sortijas y anillos.
  122   Esto, señor, encarezco,    no hagáis falta en lo que digo».
     Todo aquel día estuvieron,    el padre con los padrinos,
  124   trazando para la noche    mil fiestas y regocijos;
     y la cautelosa dama    al inocente marido,
  126   por encubrir la ponzoña,    mostraba amor y cariño.
     Llegó la noche, y con ella    a la puerta don Jacinto,
  128   bien prevenido de armas;    y la criada al proviso
     le ha tomado por la mano    y en su cuarto le ha metido.
  130   Cual áspid emponzoñado    entre las flores metido,
     allí [a]guarda al inocente    para picarle atrevido.
  132   Llegó al fin la medianoche,    se dio fin al regocijo;
     ya todos los convidados    a su casa se habían ido.
  134   Dentró Leonor en su cuarto,    halló en él a don Jacinto;
     allí trazaron el cómo    han de lograr su desinio.
  136   Dentró después don Fernando    despojándose el vestido:
     pensando hallarse en los brazo    de Leonor que tanto quiso,
  138   se halló en brazos de la muerte    porque salió don Jacinto,
     con dos recias puñaladas    abrió en el alma dos portillos:
  140   revolcándose en su sangre    se quedó el cadáver frío.
     Acuden los dos con ruegos    al alboroto y al ruido,
  142   y al soplo de dos pistolas    las dos vidas han perdido.
     Y, saliéndose del cuarto,    encontró Leonor a un tío
  144   diciéndoles: «¡viles traidores,    pagarás vuestro delito!»
     Asió a Leonor de la ropa,    y ella, con varonil brío,
  146   de un fuerte carabinazo    el corazón le ha partido.
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    Allí montaron al proviso
  148   en un ligero caballo    que tenían prevenido.
     Al estruendo y alboroto    toda la justicia vino,
  150   solicitando en prenderlos,    viendo lo que ha sucedido
     en aquella triste casa;    mas don Jacinto atrevido,
  152   con dos fuertes trabucazos    derribó cuatro ministros,
     con que franqueó la calle    y salieron al camino.
  154   Dejan de correr y vuelan.    Según consta por lo escrito,
     dice cómo se embarcaron,    y cómo fueron cautivos,
  156   y dice el fin que tuvieron    doña Leonor y don Jacinto.

Notas de V. C. (Primera parte): -6a Curoña: Coruña (Durán); -10a desmeró: Esta d protética se antepone generalmente a vocablos que principian por e: descoeor, dentrar, deamerarse, por escoeor, entrar, esmerarse; -36b desinio: En las combinaciones ig, vg, la g se pierde: indino o endino, inorante, pimeo, por indigno, ignorante, pigmeo; -47b efetúa: La c antes de t se pierde muchas veces: conduta, letura, dotor; por conducta, lectura, doctor; -49b Dándole:en Chile, el pronombre dativo oblicuo de tercera persona se emplea siempre en singular, aún en lo escrito, cuando precede al complemento: «Pedro le dio el dinero a los otros»; -57b paresismo: parasismo (Durán); -58b bríos: visos (Durán); -60b rocido: La tercera persona del presente de indicativo de ver se pronuncia a veces vío, y, afectadamente, vido. Esto último ocurre también con muchas otras voces terminadas en ía, ío: mida, sombrido, por mía, sombrío; -73b frito = molesto, odioso. Este adjetivo tiene mucha expresión en boca del pueblo chileno; -77a afeuto: en las combinaciones ag., eg, og, la g se vocaliza en u: maunífico, impreunar, douma, por magnífico, impregnar, dogma. Esto mismo ocurre en las combinaciones ar, ec, oc: intauto. reuto, douto, por intacto, recto, docto; -91a d. c. al c. sic; -134a Dentró: dentrar por entrar es común en todas las clases sociales; -141a Con ruegos a por consuegros (Durán).
Título original: Don Jacinto y doña Leonor.

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5035:2 Don Jacinto del Castillo y doña Leonor de la Rosa (í-o)            (ficha no.: 3541)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recitada por T. M. de E.. Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 97 (A), pp. 226-236.  339 hemist.  Música registrada.

                         SEGUNDA PARTE
    
     Ya dije en la primera parte    cómo van por el camino
  2   don Jacinto con Leonor,    ambos del amor rendidos.
     Apenas el claro día    daba luz a lo nacido,
  4   del camino se apartaron,    y en unos ásperos ríos,
     en una espesa montaña    se quedaron escondidos.
  6   Pidió Leonor que en merced    le conceda don Jacinto
     guardase su castidad,    hasta que el cielo divino
  8   les eche sus bendiciones:    --Esto, señor, os suplico,
     porque quiero que me goces,    no galán, sino marido.--
  10   Y como hombre discreto    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     que los generosos pechos    saben vencerse a sí mismos.
  12   Llegó la noche, y caminan,    y de la suerte que digo
     llegaron hasta Bayonas,    que es puerto de mar muy rico.
  14   A tiempo de un mercader    salió con su navido
     a la ciudad de Venecia;    con que ajustó don Jacinto
  16   el viaje, y se embarcaron    con contento y regocijo,
     haciéndose a todas velas.    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
  18   Mas les trajo la desgracia    dos navidos argelinos:
     lo cercan por todas partes,    con que apresan al navido,
  20   y después, aprisionados    con cadenas y con grillos,
     dieron en Argel con ellos;    a pregón fueron vendidos.
  22   A Jacinto y a Leonor    los compró un turco muy rico,
     el cual los presentó a Isaías    por la estimación que l`hizo.
  24   Es del rey de Argel hermana,    hermosa como el sol mismo,
     la cual contenta y alegre    recibió a los dos cautivos.
  26   Estimó mucho el presente;    así es que la turca vío
     la belleza de Leonor,    lo bien dispuesta y el brío,
  28   la hizo dama de su estrado;    y más viendo a don Jacinto,
     lo galán y lo bizarro,    lo discreto y lo entendido,
  30   lo hizo su mayordomo.    También juntamente hizo . . .
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    Cuidadoso y discusivo
  32   que ella, Isaías, se abrasaba    en amores del cautivo.
     Se quejaba una mañana,    y más viendo don Jacinto
  34   pensando nadie le oía,    aquestas palabras dijo:
     «Sacratísima María,    a vuestro divino auxilio
  36   apela un desconsolado.    pues socorréis afligidos.
     Consolad mi corazón,    madre del Verbo divino;
  38   ten de mí misericordia,    y si a tu santo servicio
     conviene el que yo padezca,    padezco, que es gusto mío.
  40   Lluevan sobre mí trabajos,    y los más fuertes martirios
     que ha inventado la herejía,    pues lo tengo merecido».
  42   Isaías, que escuchando estaba    los lamentos del cautivo,
     dentró con semblante alegre,    diciendo: --Cristiano mío,
  44   ¿qué tienes que así te quejas    lloroso y enternecido,
     que puedes al duro bronce    ablandar con tus suspiros?--
  46   Con humildad le responde:    --Estaba pasando un libro
     de mis trágicos sucesos,    y en pasándolo, me aflijo.
  48   --Serás casado en tu tierra.    --Nunca, señora, lo he sido.
     --Tendrás amor en España.    --Es verdad que lo he tenido,
  50   pero ahora no lo tengo,    porque los conceutos míos
     están todos en Arjel;    este es el dolor que gimo.--
  52   Isaías asiólo muy vergonzosa;    le dijo: --Mira, cautivo,
     si tú olvidas a tu Dios    y sigues la ley que sigo
  54   de mi profeta Mahoma,    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     gozarás muchas riquezas,    te daré muchos cautivos,
  56   también te daré el gobierno    de aquí este reino lucido.
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    Esto te está bien, Jacinto.--
  58   El cual respondió muy triste,    tornando un triste suspiro:
     --¿Cómo quieres que yo olvide    a un Dios de gracia infinito,
  60   a un Dios que por su bondad    quiso con su amor divino
     redimirme con su sangre    por librarme del abismo?
  62   ¿Cómo puedo ser ingrato    a quien tanto bien me hizo?
     --Calla, infame, no prosigas.    que ya no ha de ser lo que digo;
  64   con la vida pagarás    la cólera que respiro.
     Deja, cristiano, tu ley,    véncete a lo que te digo,
  66   que el que sigue a mi Mahoma,    goza bienes infinitos.
     Si no lo quieres creer,    tendrás el mayor castigo
  68   que se haya visto en Arjel.--    Y responde don Jacinto:
     --No dejaré yo mi ley,    que eso fuera barbarismo,
  70   aunque mil años tuviera    que rendir en sacrificio.
     La ley de Dios resplandece,    que Mahoma es un maldito;
  72   síguela, que irá tu alma    a los profundos abismos.--
     Con esto Isaías indignada,    salió afuera dando gritos:
  74   --¡Ah de mis soldados! ¡hola!    ¡ah de mis guardias, ministros!
     ¡Venid! ¡Prended al instante    a este cristiano atrevido,
  76   que quiso soberbio y loco    violentar el amor mío!
     Tome mi hermano venganza    de aqueste infame atrevido,
  78   que no es razón que se quede    esta maldad sin castigo.--
     A las voces acudieron    a prender a don Jacinto,
  80   y sin hacer más probanza    que la que la turca dijo,
     lo sentenciaron a quemarlo    por blasfemo y por lativo.
  82   Dejemos en la prisión,    entre cadenas y grillos,
     a don Jacinto, y pasemos    a la dama, que es preciso,
  84   porque en este mismo tiempo    estaba el moro encendido
     en amores de Leonor,    a que estaba tan perdido,
  86   trazando dos mil maneras    el rendirla a su apetito,
     persuadirla muchas veces,    mostrándole amante fino,
  88   pero la discreta dama    nunca dio a su amor oído.
     Un día la toma a solas,    que la desgracia lo quiso;
  90   encerróla en su retreta    y estas palabras le dijo:
     --Hermosísima Leonor,    rémora de mi cariño,
  92   ¿así desprecias a un rey,    señor de tal poderío?
     Reniega de Dios, reniega,    que haciendo lo que te digo,
  94   tendrás reinos y vasallos,    joyas, diamantes, zafiros,
     pues siendo tu amante un rey    todo estará a tu servicio.
  96   Pues te tengo en mi paraje,    que por imposible miro
     de mí te puedas librar,    he de hacer el gusto mío,
  98   sin que tus fuerzas te valgan    ni te aprovechen tus gritos:
     esto ha de ser de por fuerza,    si no quieres por cariño.
  100   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    En mis gustos tan altivo,
     que a no ser lo que mando,    seré tu fiero enemigo.
  102   ¿Qué me respondes, Leonor?--    Y ella suspirando dijo:
     --Eso es cansaros en vano,    y lo tengo a desvarío
  104   el pedirme que reniegue    del Señor que el mundo hizo.
     En cuanto al querer gozarme,    esto, señor, bien lo afirmo
  106   que ha de ser bien imposible    el recabarlo conmigo.
     Confieso de que eres rey:    como rey y señor mío
  108   la vida podrás quitarme,    pero no el honor que estimo.
     Viendo el moro, de Leonor    la dureza, con esquivo
  110   fué` asirla para forzarla,    y ella, viendo su peligro,
     sacó al moro de la cinta    el alfanje damasquino.
  112   Prosigue el moro su intento,    y ella resuelta ha dicho:
     --Así defiendo mi honor    aun de los reyes lativos.--
  114   Y con un fiero revés    le dejó un brazo en un hilo
     Viéndola el moro resuelta,    y viéndose mal herido,
  116   comenzó a llamar a voces    a su guardia, y luego vino:
     --A esta homicida cristiana    prendedla, soldados míos,
  118   y haced que rinda la vida    entre los crueles martirios,
     pues su intento era matarme    con el mismo alfanje mío.--
  120   Como en la mano lo tiene,    les comprueba del delito.
     Ven al rey, que está mortal    y con su sangre teñido:
  122   prendieronla, y la llevaron    a donde está don Jacinto.
     De que se vieron los dos,    ambos lloraron hilo a hilo:
  124   Jacinto siénte a Leonor    y Leonor siente a Jacinto.
     Le dice: --Esposo del alma,    ya se cumplió el gusto mío,
  126   ya estoy condenada a muerte,    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     y esto es por guardar mi honor    del rey, que gozarme quiso,
  128   y porque no renegué    de la ley de Jesucristo.
     Esta es la postrera vez    que hemos de hablar, dueño mío;
  130   ya no nos veremos más,    pues nos lo espera el suplicio.
     Ya la muerte nos aparta,    pues la suerte no ha podido
  132   que nos logremos casados.--    Y llorando se han pedido
     el uno al otro perdón,    y se perdonaron finos
  134   y abrazados tiernamente    se dicen enternecidos:
     --Ten ánimo, esposa mía.    --Ten valor tú, dueño mío,
  136   que para Dios todo es nada;    ya es nuestro intento cumplido.
     Sirva este abrazo de yugo,    los suspiros de padrinos,
  138   sea nuestro amor las arsas,    nuestra firmeza el anillo,
     nuestras congojas las manos,    las lágrimas los testigos,
  140   el tálamo nuestras penas,    la bendición los martirios,
     pues con martirio se curan    yerros que hemos cometido.--
  142   Y a la siguiente mañana    los infernales ministros
     sacan a estos dos cautivos    de donde estaban metidos,
  144   para cumplir la sentencia    en derecho a sus delitos,
     y ejecutan con Leonor    el más enorme castigo
  146   que las plumas escribieran,    ni los cristianos han oído.
     Encima de un carro `e mano    traían apercibidos
  148   con dos palos hecho un aspa,    y luego entre cuatro o cinco
     a Leonor la desnudaron    deshonestos y atrevidos,
  150   hasta que en carnes la dejan,    señalándola al gentío.
     Cuatro braseros de lumbres    llevan en el circulito. . .
  152   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    Con infernales ministros
     de sus delicadas carnes    le van pegando pellizcos.
  154   Decía la triste dama    con dolor tan excesivo:
     «¡Ay, sea por la pasión    que padeció Jesucristo!»
  156   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    Y dijo: «Dios, Señor mío,
     inmenso Rey de la gloria,    este afrentoso martirio,
  158   esta vida, este tormento,    os ofrezco en sacrificio,
     en recompensa, Señor,    de mis culpas y delitosa.
  160   De esta manera hablaban    por delante a don Jacinto
     y d`este modo llegaron    al incendio prevenido.
  162   De todos apedreados,    desde el más viejo al más niño
     llegaron ensangrentados,    y luego los homicidas
  164   los juntan por las espaldas,    muy fuertemente ceñidos,
     y al incendio los arrojan    y entrambos arrepentidos,
  166   entre las llamas diciendo:    «Inmenso Dios infinito,
     misericordia, Señor,    clemencia y perdón pedirnos;
  168   en vuestras manos, mi Dios,    nuestras almas redimimos!»
     Y d`esta suerte acabaron    los dos amantes tan finos.
  170   Una voz se oyó en el aire    que con claro acento dijo:
     --¡Subid, mártires, subid    a gozar del cielo empíreo!--
  172   Tomen ejemplo los padres    que violentan a los hijos
     para que tomen estado,    de algún interés movidos,
  174   para que tenga con esto    esta historia fin cumplido.

Notas de V. C. (Segunda parte): -4b ríos: riscos (Durán); -23a Isaías: Zaida (Durán); -26b vío: La tercera persona del presente de indicativo de ver se pronuncia a veces vío, y, afectadamente, vido; -31b discusivo: discursivo (Durán); -81b lativo: lascivo (Durán); -90a retreta: retrete (Durán); -138a arsas: arras (Durán); -152b con: los (Durán); -160a hablaban: llevaban (Durán).
Título original: Don Jacinto y doña Leonor.

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5138:4 El alarbe de Marsella (é-o)            (ficha no.: 3550)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recitada por María Solís (66a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 105 (D), pp. 280-281.  033 hemist.  Música registrada.

     A la celestial Princesa,    madre del divino Verbo,
  2   le pido me dé su gracia,    porque sin ella no puedo
     mover mi rústica lengua,    y dar a entender al pueblo
  4   lo que sucedió en Marsella    a un desdichado mancebo,
     por sus torpezas y vicios    y sobrado atrevimiento.
  6   Daré principio al corrido    para que sirva de ejemplo
     a los que siguen los vicios    y deleites d`este suelo.
  8   En la ciudad referida    refería un caballero;
     este tal tenía un hijo,    cuyo nombre no refiero,
  10   más diré que era un aladre    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     que apenas llego a quince años    quiso vivir tan travieso,
  12   no por falta de do`trina,    porque su padre un maestro
     tenía que le enseñara.    El atrevido y soberbio
  14   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    se ha salido de secreto
     por una excusada puerta    que había detrás de un huerto.
  16   Al primero que pasaba    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     le quitaba por su gusto    la vida, luego, al momento.
  18   D` esta suerte mato siete,    sólo por un pasatiempo.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Notas de V. C. : -6a corrido. Véase lo dicho en la Introducción (del libro de V. C.); -8b refería: residía (Durán); -10a aladre: alarbe; -12a do`trina: Véase la primera nota de la versión anterior.
Comentario de V. C. : Este romance, que tanto se ha vulgarizado en Chile, figura en el Romancero de Durán, t. II, p. 352, entre los de casos milagrosos. Es anónimo, y de los que se han propagado impresos en pliegos sueltos.

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5139:1 El caballero enamorado (é-o)            (ficha no.: 3554)

Versión de San Francisco del Monte (Santiago, Chile).   Recitada por Manuela Espina (30a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 109, pp. 299-303.  154 hemist.  Música registrada.

     En el nombre de María,    madre del divino Verbo,
  2   amparo de pecadores    y de afligidos consuelo;
     para que mi torpe pluma    alumbre mi entendimiento,
  4   es necesario pedir    a Dios que nos dé consuelo,
     a la Virgen del Rosario,    Señora de los Remedios,
  6   me dé su favor y auxilio    y alumbre mi entendimiento:
     las tres grandezas del mundo    tengo para mi consuelo.
  8   Esténme atentos los montes    y cesen los cuatro vientos.
     la gran corona d`España    tenga descanso y sosiego . . .
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  10   En esta ilustre ciudad    habitaba un caballero
     hermosísimo en extremo:    pienso que el divino cielo
  12   le emprestaba su hermosura    de lo mayor a pequeño.
     Sale una alegre mañana    muy galán y muy compuesto,
  14   que nacen pulidas flores    donde pone el pie pequeño.
     Vido estar en un balcón    peinando rubios cabellos. . .
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  16   Enamorado le dice:    --Mi vida, mi bien, mi cielo,
     rico clavel encarnado,    azucena, lirio bello,
  18   merezca verse en la gloria    quien merece ver tu cielo.--
     Tanto lo miró la dama,    por ser galán en extremo,
  20   que se ha quitado un anillo    y se lo echa al caballero:
     --Perdonad, señor, le dice,    el tamaño atrevimiento,
  22   que yo me holgara que fuera    la corona d`este reino.
     Si me hubiera de casar,    fueras mi querido dueño,
  24   porque aquí ese galán talle    merece gozar lo bueno.
     Con una mano lo doy    y con l`otra me detengo;
  26   no tengo yo amor a nadie,    sólo a la Reina del cielo.
     Pongo en sus benditas manos    palmas de tan alto precio,
  28   coronas que de laureles    Ella nos llevará el premio.
     Tengo el corazón de bronce    y sus alas son de acero,
  30   con un diamante en el pecho,    que a todos los hombres venzo.--
     Dijo, y cerrando el balcón,    dejando oscuros los cielos,
  32   y sin resplandor la luna,    y el vivo sol sin espejo;
     dijo, y dejándolo afuera    cercado de pensamientos,
  34   que de pesares diversos,    quedó sin alma en el cuerpo.
     Al campo se sale un rato    por divertir su tormento,
  36   y por ver correr las aguas    al paso que van corriendo,
     hechas culebras de plata    por aquel cristal resuello.
  38   Alza los ojos, y ve    las aves que por el viento
     alegres pasan cantando;    baja los ojos diciendo:
  40   «Sólo para mí hay pesares    y en todó el mundo contento».
     Saca una cruz colorada    que guarda dentro del pecho,
  42   con una estampa, pintado    el divino Sacramento;
     hablando con él a solas,    estas palabras diciendo:
  44   «Juro a esta cruz encarnada    y al Señor que aquí venero,
     que he de gozar tu hermosura    a pesar del mundo entero,
  46   cuando no por voluntad,    o por engaño manifiesto».
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     Y empezándose a vestir    este noble caballero,
  48   púsose un calzón de raso    aforrado en terciopelo,
     unas medias naranjadas    con unos zapatos negros,
  50   una espada de seis cuartas    y de muy finos aceros,
     una extremada rodela    y un precioso anticoreto.
  52   Sale a las diez de la noche,    cuando todo está en silencio;
     mas la Virgen del Rosario,    Señora de aos Remedios,
  54   a tres ángeles hermosos    mandó bajasen del cielo,
     a resguardar esta dama    miéntras que estaba durmiendo.
  56   Bajaron tres serafines    en tres caballos ligeros,
     tan blancos que parecían    la nieve que va cayendo.
  58   El capitán de los tres    llega y le habla primero:
     --Guárdele Dios, camarada.    --Guárdeles Dios, caballero.
  60   --¡Y qué hora tan dilatada    le aguardo a usté en este puesto!
     No quiera por un deleite    perder la gloria y el cielo,
  62   y manchar el limpio honor    que está encerrado en el pecho
     de aquí esta noble doncella,    porque los tres le daremos
  64   la muerte tiranamente,    que así es mandado del cielo.
     --Primero tengo de ver    manchado este limpio acero
  66   con la sangre que hoy corriere,    si me mueven d`este puesto.--
     Principiaron la batalla,    el desafío más fiero
  68   que no se ha visto en España    desde que nos conocemos.
     Mas la Virgen del Rosario,    Señora de aos Remedios,
  70   en este hermoso planeta,    puso su espada por medio.
     Los tres ángeles hermosos    se parten para los cielos,
  72   y en el balcón d`esta dama,    hermosísimo portento,
     dejaron una corona    labrada, de mucho precio.
  74   Viendo el milagro patente    este noble caballero,
     su hacienda le dio a los pobres    y sirvió al Rey de los cielos;
  76   fue el predicador más sabio    que ha habido en el universo.
     Ejemplo a las criaturas,    y a todos nos dé consuelo.

Notas de V. C. : -12a emprestaba: es más usado que prestar por el pueblo; -15a vido: La tercera persona del presente de indicativo de ver se pronuncia a veces vío, y, afectadamente, vido; -37b sic; -43a con él es decir, consigo; -51b Antecoleto o sea acoleto de antes?; -75a le: en Chile, el pronombre dativo oblicuo de tercera persona se emplea siempre en singular, aún en lo escrito, cuando precede al complemento: "Pedro le dio el dinero a los otros".
Comentario de V. C. : No encuentro este romance en ninguna de las colecciones que tengo a la vista, y por lo que esta versión permite juzgar de su mérito, me parece no ser mejor ni peor que el promedio de los de su clase.

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5141:1 María Santander (é-o+í-a+é-a+á-a)            (ficha no.: 3572)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recitada por Augusto Lange (18a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 129, pp. 373-384.  367 hemist.  Música registrada.

                         I
     De Illapel hacia la costa    hay un pueblo muy pequeno
  2   denominado Los Puentes,    y en él se hallaba viviendo
     una honorable familia,    que, aunque pobre, era el ejemplo
  4   de dignidad sin reproche    en aquel lugar modesto.
     Pero el fiero Satanás,    que siempre vive en acecho
  6   de la buena gente, un día    mandó a un forano mancebo
     muy hermoso y muy galante,    a casa de don Anselmo
  8   Santander, que este era el nombre    del noble jefe paterno.
     Llegó el joven muy humilde    pidiéndole alojamiento,
  10   y en el acto recibido    fue con cariño muy tierno.
     Siete seres componían    aquel dichoso embeleso
  12   del hogar y la familia:    un niñito muy pequeño,
     el padre, la madre, un mozo    de buen corazón y honesto,
  14   dos niñitas, y una niña    de quince abriles no enteros.
     Esta doncella era el dije    de aquel feliz lugarejo.
  16   Era tan lindo su porte    y su talle tan esbelto,
     y sus ojos tan hermosos,    y tan lindos sus cabellos,
  18   relucientes como el oro,    y su rostro era tan bello,
     que una Elena parecía,    la de los antiguos griegos.
  20   Eso sí que su mirar    era triste y macilento,
     su carácter, melancólico,    a veces un poco serio.
  22   Nunca se le vio reír,    ni nunca hablar en exceso;
     Juana María era su nombre    y desta joven, por cierto,
  24   se enamoró aquel galán    o maldito forastero,
     que a alojar llegó a su casa    en tan mal` hora, el perverso.
  26   Tres años batalló el ruin,    con el más porfiado empeño,
     por seducir a la joven,    sin lograr su fiero intento.
  28   Con la honradez y el pudor,    la virtud sin contrapeso,
     se encontró siempre el tenorio    en su lujurioso anhelo.
  30   A sus lágrimas fingidas,    a sus falsos juramentos,
     a sus pomposas promesas,    ella contestaba esto:
  32   --Lléveme usté ante el altar,    para que ahí nos casemos
     por la iglesia, cual lo manda    su séptimo mandamiento.--
  34   Pero en esto él no había    siquiera por un momento
     pensado; sólo anhelaba    saciar sus malos deseos.
  36   Estando ya confundido    el pretendiente, en extremo,
     buscó un recurso infernal:    «Me postraré ante los viejos,
  38   dijo aquel astuto infame,    y con lágrimas de fuego
     les clamaré que ellos hagan    por mi lo que yo no puedo.
  40   Y lo harán, porque me quieren    más que a un hijo estos lesos.
     Les juraré con mil cruces    que cuando logre mi intento
  42   me caso con la Juanita,    que tanto estimo y venero.
     Pero que si desairado    salgo por causa de ellos,
  44   me hallarán colgado un día    del peral que hay en el huerto,
     y les juro de que mi ánima    vengará el mal que me han hecho».
    
                         II
  46   La astucia más refinada,    la más ruin hipocresía
     del llanto, con la amenaza    de que su ánima bendita
  48   vendría a vengar la injuria    que la cruel Juana María
     le hiciera, y el gran cariño    que los viejos le tenían,
  50   influyeron de tal suerte    en los padres de la niña,
     que un año ellos porfiaron    noche a noche, día a día,
  52   en contra ¡quiénlo creyera!    de la virtud de su hija.
     El cariño de fe ciega    y su ignorancia supina,
  54   la super`ticiosa idea,    en ellos se dieron cita.
     Una noche está Camilo,    (que éste era el nombre de pila
  56   del terrible seductor),    en su lecho, que agoniza
     de una enfermedad mental,    y que en su fiera agonía
  58   no deja de pronunciar    el nombre de su querida.
     L`echa en cara su crueldad    y su infame negativa,
  60   y se queda muerto un rato    este pillo del mendigo.
     Como a la hora volvía    a vivir, y más delira
  62   con el nombre de su amada,    que le va a quitar la vida.
     Hay que advertir que esta farsa    fue pensada y combinada
  64   entre él y los dos viejos,    para engañar a la niña.
     Pero no con esta treta    a la joven la vencieron:
  66   --Mándenos traer al cura    aquí, al instante, mamita;
     decía muy alarmada    la pobre Juana María.
  68   Momentos después, a solas    llaman los padres a su hija,
     y d`esta manera le habla    Santander: --Hija querida;
  70   yo soy hombre que conozco    en los mozos la malicia,
     y en el buen Camilo no hay    nada de falso en sus miras.--
  72   Y la madre así le habló:    --Yo soy mu jer que en la vida
     tengo bastante experiencia,    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
  74   y no sería yo quien    quisiera labrar tu ruina.
     Mi yerno, el pobre Camilo,    te adora con alma y vida,
  76   y morirá si tú cruel    te muestras a sus caricias.
     Lo que te exige es muy justo,    porque hay que saber, hijita,
  78   que cuando a fardo cerrado    se casa el hombre, se humilla;
     y es mejor, para evitar    en los casados rencillas,
  80   no fijarse, antes, la esposa    en cosa de poca estima.--
     La joven está bañada    en lágrimas, y respira
  82   con fuerza, como ahogada,    y en sus lindos ojos brilla
     una mirada de fuego    que su decepción indica.
  84   Por su lindo rostro cruzan    ráfagas de rojas pintas,
     que indican la exaltación    de que se halla poseída.
  86   Después de un corto silencio,    la joven con voz altiva
     así contestó a sus padres:    --Padres míos, mi divisa
  88   ha sido hasta este momento    la resistencia inaudita,
     de no caer en el fango    de relaciones ilícitas,
  90   tanto porque es indecencia,    cuanto porque la perfidia
     de los hombres que se burlan    de las niñas ya vencidas,
  92   es lo que hay de más infame    en esta mísera vida.
     Me causa horror ver que ustedes,    con persistencia continua,
  94   me invitan para que sea    de Camilo concubina.--
     Esto dijo la infeliz    y quedó en llanto sumida;
  96   después, asomó en sus labios    de amargura una sonrisa,
     y exclamó: --¡Está bien; que sea!    ¡jugaremos la partida!--
    
                         III
  98   Diez meses han transcurrido,    señores, desde la fecha
     en la que Juana María    exclamó: --¡Está bien; que sea--
  100   Dos niñitos, mujer y hombre,    de sus pechos se alimentan,
     y ella está triste, abatida,    pensativa y macilenta.
  102   ¿Qué causas han motivado    su abatimiento y su pena?
     ¡Qué ha de ser, si el ruin Camilo    no se ha casado con ella,
  104   y cada día que pasa    el ingrato más se aleja
     de la preciosa beldad    qu` en sus promesas creyera!
  106   Hacían ya quince días    que Camilo estaba fuera
     de la casa de Juanita,    y volvió un día de fiesta.
  108   Era el día de San Juan,    que en Los Puentes se celebra
     con ardor, y el tal Camilo    con un esquinazo llega
  110   a la casa de su víctima,    que tanto honor d`él no espera.
     Viene ebrio el insolente,    y al sonar de la vihuela,
  112   con voz vinosa principia    esta coplita indiscreta:
     «M` idolatrada Juanita,    su querido le aconseja
  114   que por falta de cumplido    usté nunca tenga pena».
     Al oír la infeliz niña    una burla tan grosera,
  116   su cuerpo se estremeció    de cólera y de vergüenza.
     Poco más tarde Camilo    salió a bailar una cueca,
  118   y cuando sacó el pañuelo,    al suelo cayó una esquela.
     Presto la recoge Juana    y a solas se va a leerla.
  120   La carta decía así:    «M` idolatrada Teresa,
     hoy recibí tu estimada,    en la cual me das tus quejas,
  122   reprochándome de ingrato,    porque todavía a ésa
     no he vuelto, para estrecharte    en mis brazos, mi sirena,
  124   perlita mía; muy luego    me tendrás a tu presencia,
     y con esta pobre tonta    inútilmente me celas.
  126   En l`otra que me escribiste    elogias mucho la treta
     tan bonita que buscamos    con el viejo y con la vieja
  128   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    a mis plantas se rindiera.
     Ellos m` echan a la cama    y l`agonía comienza,
  130   y si no es por ellos mismos,    no se rinde la trinchera».
     La joven no concluyó    de leer aquella esquela:
  132   con lo que de nuevo sabe    a sus pies se hunde la tierra.
     ¿Conque fueron él con ellos    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
  134   quienes me hicieron caer    por medio de una ruin treta,
     en la desdicha más grande    y desgracia más extrema? . . ».
  136   Guardó la carta, y fingió    estar un tanto serena.
     Va a decirles a sus padres    que ya la cena está hecha,
  138   y agregó que mucho gusto    tenía en el día d`ella,
     y que para celebrarlo    deseaba con todas veras
  140   que una tertulia bien grande    entre la familia hubiera.
     Hiciero` un soberbio ponche,    y unas dos vecinas llegan
  142   que mandó traer Camilo,    y entre tonadas y cuecas,
     la Juanita sirve el ponche    a todos con ley pareja,
  144   y hasta a sus dos hermanitas    les sirve una copa llena.
     Sólo ella no más no toma,    y alega que se reserva
  146   de tomar por sus guagüitas,    que luego estarán despiertas.
    
                         IV
     Son las doce de la noche    y Juana María se halla
  148   con el pelo desgreñado    hacia un rincón de la casa.
     Tiene en sus sangrientas manos    una muy aguda daga,
  150   y al lecho donde Camilo    está durmiendo de espalda,
     se aproxima y lo recuerda.    Éste, saltar de la cama
  152   intentó, pero no pudo;    con formidables amarras
     le había ya maniatado,    aprovechando su rasca,
  154   la terrible Santander    para saciar su venganza.
     Ya despierto, con voz ronca    Juana María le habla
  156   d` este modo: --Muy bonita    fue la treta combinada
     entre mis padres y tú,    de aquella agonía falsa
  158   que surtió tan buen efecto,    cual ha sido que a tus plantas
     se rindió esta pobre tonta,    como lo dice tu carta.--
  160   Le muestra la esquela, y sigue    así, con voz azogada:
     --Tu adorada Teresita    elogió mucho esta farsa.
  162   Está bien, que la celebre,    pero escucha dos palabras:
     [á] ésos que fueron mis padres    y autores de mis desgracias,
  164   con esta daga les hice    pagar sus torpes infamias.
     Si ellos labraron mi ruina    hasta donde el mal alcanza,
  168   yo también les di la muerte;    y con esta misma daga
     que veis coloreando aquí,    he muerto a mis dos hermanas,
  170   para que no sean ellas,    cuando grandes, desgraciadas
     como yo, y también maté    a mi hermano, que ostentaba
  172   tan grande amistad contigo,    que ya de mí se mofaba,
     cuando era de su deber    castigarte por tus faltas.
  174   Maté a mi hermano menor,    para que no quede en planta
     ni rastró de una familia    tan fatalmente burlada.
  176   Y tú, que sois el autor    de la ruina d`esta casa,
     muere ya, traidor infame--    le dijo a Camilo, Juana,
  178   y con sonrisa diabólica    le hundió en el pecho la daga.
     Voy a concluir la tragedia    como lo indica esta historia.
  180   Poco después de ultimar    a Camilo, llevó Juana
     para el huerto sus niñitos,    y también ahí los mata.
  182   Después, uno en cada brazo    agarró, subió una escala,
     de donde una soga al cuello    se ata la desgraciada,
  184   y ahorcada fue en un momento    la niña de gracias tantas,
     que era antes de su rüina    el portento de la casa.

Notas de V. C. : -6b forano, ant. jorastero; lo mismo en germanía. En Chile he oído pronunciar fuerano y juerano, y en nuestra jerga picaresca existe el vocablo ajuerino, ladron de los suburbios; -40blesos: necios; -60b mendigo: ¿mandinga? . . . En Chile, como en otras partes de América, es muy común designar al diablo con este nombre; -66b mamita: a veces, a la alteración fonética de una palabra corresponde una modificación. de significado: así m`estro no es exactamente lo mesmo que maestro, ni pueta que poeta, ni mama que mamá, aunque este último vocablo tiene en castellano las dos acentuaciones, si bien con idéntica acepción. M`estro es el artesano ramplón o el pedagogo ignorante; pueta, el bardo popular; mama, la nodriza o la niñera. El hijo de familia acomodada y de abolengo, tiene mamá y también mamacita, si prefiere el diminutivo cariñioso; el pobre y de humilde origen, sólo tiene mamita, que es como él nombra a su madre en toda edad de la vida;-78a a fardo cerrado. Modismo chileno: . Comprar a fardo cerrado, es adquirir algo sin enterarse previamente de su calidad y estado. El lector comprenderá fácilmente, sin otra explicación, el sentido del verso anotado; -109b esquinazo: serenata; -117b cueca: zamacueca; -145a toma: En nuestras clases populares, el verbo tomar ha substituído enteramente a beber. Los que antes bebían, ahora toman; de donde al ebrio se le llama tomador. Hasta las póemas han dejado de ser bebidas, para convertirse en tomas; y apenas si entre los campesinos se oye sonar a veces la palabra bebedero, en el significado de abrevadero, y también para designar el vaso o cacharro en que se da de beber a los animales, sin distinción de aves ni de mamíferos; -146a guagüitas: diminutivo de guagua, del quechua huahua, niño de pocos meses, criatura; -153b rasca: borrachera; -160b azogada: ¿azorada? Este romance, chileno sin duda alguna, es semiliterario, y está vaciado en el molde de los peninsulares de igual clase, con el aditamento del prosaísmo, que no suele ser el defecto predominante en aquéllos. Por lo que hace al argumento, forzoso es confesar que el autor encontró manera de eclipsar a los más desaforados productores de escenas sangrientas y lances espeluznantes, los cuales proceden ordinariamente con más humanidad, dejando con vida siquiera a uno de los personajes.

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5131:3 Inés Marcela (é-a)            (ficha no.: 3575)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recitada por Domitila Letelier de Líbano (66a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 132, pp. 391-392.  028 hemist.  Música registrada.

     Dióles el cielo una hija,    ¡ay, cielo! que mejor fuera,
  2   para no hacer lo que hizo,    muriese cuando pequeña.
     Criaronla con mucho amor,    mas, como era la primera,
  4   de los cariños del padre    logró las inconveniencias,
     que el mucho amor en los hijos    es ruina en que se despeña.
  6   D`esta tal se enamoró    un joven de bajas prendas,
     que aunque galán y valiente,    no llega a igualar con ella.
  8   La niña correspondía    al mancebo demandante,
     pero el padre no quería    que con él se desposara,
  10   y llamándola, le dice:    --¿Es posible, Inés Marcela,
     que en ti misma no repares    lo errada que vas y ciega?
  12   --En vano es, padre, cansarse,    que aunque las puertas se abrieran
     del infierno, y en sus penas    padeciera eternamente,
  14   con el mozo he de casarme    aunque condenada fuera.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Comentario de V. C. : No conozco este romance, que debe de diferericiarse muy poco de los anteriores. La escena se abre con un amor contrariado: faltan sólo los crímenes y aventuras que han de completar el cuadro. ¡Terrible literatura ésta, que de tales recursos tiene que valerse para interesar a su público!

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5110:2 Antonio Montero y Diego de Frías (é-o)            (ficha no.: 3577)

Versión de Santiago (Santiago, Chile).   Recitada por Manuela Rojas (70a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 134 (B), pp. 396-397.  026 hemist.  Música registrada.

     Don Antonio era casado    con doña Juana de Cuero,
  2   blanca, rubia, cariñosa    y de buen entendimiento.
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    Mas aquel dragón soberbio
  4   hizo que se enámorase    Diego de Frías, teniendo
     mucha dentrada en la casa    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  6   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    --Si usted pagase mi afeuto,
     fuera dueña de mis bienes    y de haciendas cuantas tengo.--
  8   La dama le respondió:    --Si viene Antonio Montero,
     a los dos nos matará,    mala fortuna tendremos.--
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  10   llegó Antonio Montero    y halló su casa pelada.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     Antonio no se pasea    de día, más que de noche,
  12   hasta llegar a saber    quién tuvo el atrevimiento.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     En Antequera se sabe    qu` en Sevilla están de cierto.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  14                                     Entonce` Antonio Montero
     toma el bastón en la mano    y sale para Sevilla.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Notas de V. C. : -1b Cuero: Cueto (Durán); -5a dentrada: dentrar por entrar es común en todas las clases sociales; -6b afeuto: véase la primera nota de la versión anterior; -10b pelada: Sola y desalhajada.
Comentario de V. C. : Este romance lo publica Durán en el Romancero, t. I1, p. 289. La invocación con que comienzala variante chilena, no le corresponde;está tomada del romance El alarbe de Marsella, que es tambiénmuy poplar entre nosotros. La tradición oral ofrece muchos ejemplos de esto. La versión dada a luz por Durán comienza así: A la Virgen del Rosario / le suplico me dé aliemos,//mientras mi lengua declara / el más notable suceso//que en la ciudad de Antequera / le (sic) sucedió a dos mancebos://el uno es Diego de Frías, / y el otro Antonio Montero.

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0222:12 Bernal Francés (í)            (ficha no.: 3581)

Versión de Quilicura (Santiago, Chile).   Recogida por Eduardo Gutiérrez Z., entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 160 (F), pp. 545-547.  048 hemist.  Música registrada.

     --¡Válgame el Dios de los cielos,    también mi patrón San Gil!
  2   ¿Quién es este caballero    que mi puerta quiere abrir?
     --Señora, soy el de Francia,    el que te suele servir,
  4   a breme la puerta luego,    es tarde y quiero dormir.
     --No se canse, caballero,    que la puerta no he de abrir,
  6   mi marido está en la guerra,    mis criados `tan aquí.--
     En estas palabras y otras    la puerta le viene a abrir:
  8   ella que le abre la puerta    y él que le apaga el candil.
     Y lo toma de una mano,    lo lleva por el jardín,
  10   lo acuesta en cama dorada    forrada de carmesí.
     Luego de la medianoche    le comenzaba a decir:
  12   --¿Qué tiene este caballero?,    ¿por qué no se acerca a mí?
     ¿Que tendrá su amor en Francia    o le han dicho mal de mí?
  14   --No tendré mi amor en Francia,    ni me han dicho mal de ti.
     --No le tema a mis criados,    que ya los mandé a dormir,
  16   ni tampoco a mi marido,    porque está lejos de aquí.
     --No le temo a tus criados,    ellos me temen a mí
  18   y menos a tu marido    porque cerca está de ti.
     --¡Malhaya sea la hora    y el día en que yo nací!
  20   ¡Hablando con mi marido    y nunca lo conocí!
     --Mañana por la mañana    te acabaré de vestir:
  22   tu cuerpo será la grana    y mi espada el carmesí.
     Llamarás a tus hermanas,    que tomen ejemplo en ti;
  24   yo me voy a entrar de fraile    al conventó de San Gil.
    
                         Cogollo
    
     Señoras y señoritas,
     cogollitos de alelí,
     la niña perdió la vida
     por no saber distinguir.

Notas de V. C. : -11a Luego por cerca. En esta acepción se usa más como adverbio de lugar, precedido de aquí: "La botica está . aquí luego"; "Pedro fue. aquí lueguito; -15a le: el pronombre dativo oblicuo de tercera persona se emplea siempre en singular, aún en lo escrito, cuando precede al complemento: "Pedro le dio el dinero a los otros"; El cogollo es una estrofa con que generalmente se da remate a las canciones o tonadas. Es una lisonja, una advertencia, y a veces también una pulla, enderezadas a alguno de los oyentes.
Comentario de V. C. : Esta versión resulta particularmente interesante, aunque no se diferencia en nada substancial de las otras que he transcripto, por las variantes que contienen los versos 7-14, de que no he encontrado muestras en ninguna de las diez o más que conozco. Las versiones antes transcriptas llevan en esta colección los números 41, 42, 43, 44 y 45.

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0766:2 El guapo Luis Ortiz (á-o)            (ficha no.: 2015)

Versión de Talca (Talca, Chile).   Recitada por J. A. G. (70a). Recogida por Julio Vicuña Cifuentes, 00/00/1905 (fecha deducida) (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 115 (A), pp. 329-331. Reeditada en IGR-vulgar 1999, pp. 187-188.  078 hemist.  Música registrada.

     Luis Ortiz se llama el mozo,    Luis Ortiz el afamado,
  2   una tarde, estando a solas,    fue su padre a aconsejarlo.
     --¡Ay, hijo! que por tu causa    la hacienda se va acabando,
  4   de siete muertes que has hecho,    de todas yo te he librado.
     Toma veinticinco pesos,    esta espá y este caballo,
  6   anda a ponerte en camino    de la Francia, de soldado.--
     El mozo, como era un loco,    a su padre no ha escuchado,
  8   dándole un tiento a la puerta    como un toro desastrado.
     Al dar la vuelta a la esquina    halló a su tío peleando,
  10   y por defender por él    de puñaladas ha dado.
     Ahí se publicó un bando,    en todo aquel obispado:
  12   «El que tome a Luis Ortiz,    tomará dos mil ducados».
     Saltó don Juan el Enchave,    que llaman el endiablado,
  14   que le den veinticinco hombres,    que él lo pondrá en buen recado.
     Ya cortan pa el Arenal,    donde Luis Ortiz ha entrado;
  16   Luis Ortiz, lo que los vio,    arrancaba como un rayo,
     y ya lo llevan muy cerca,    y ya lo van alcanzando.
  18   Luis Ortiz con mucha priesa    se desmonta del caballo,
     con la punta de la espada    una raya ya ha formado:
  20   --Juro por el alto Dios,    por San Pedro y por San Pablo,
     por los cuatro evangelistas    que Cristo tiene a su lado,
  22   que al que me pase esta raya    cinco mil pedazos lo hago.--
     Entre ellos iba un tío,    que se quieren como hermanos:
  24   --Date, date, Luis Ortiz,    date, date, Luis hermano,
     que el mozo que ayer heriste    en la cancha está jugando.--
  26   Con estas palabras y otras,    todos lo van enredando,
     ya lo cercan, ya lo cogen,    ya lo tienen todo atado,
  28   y lo llevan a la villa,    donde estaba destinado.
     En la mitad del camino    cinco amigos ha topado:
  30   --¡Viva, viva, Luis Ortiz.    viva, viva, Luis hermano,
     que el mozo que ayer heriste    en San Anjel `tá enterrado.
  32   --Ustés verán pues amigos,    como voy preso y toriado,
     si ustés no me favorecen    mañana he de ser ahorcado.--
  34   Se miraron unos y otros,    luego las armas sacaron,
     entre cuatro están peleando,    el otro lo ha desatado.
  36   Luis Ortiz, que se vio libre,    tomó armas y su caballo,
     de veinticinco corchetes    ni el tío se le ha escapado.
  38   ¡Viva, viva Luis Ortiz,    viva, viva Luis hermano!
     ¡Y que bueno Luis Ortiz    para vengar un agravio!

Notas de V. C. :-13a J. el E. sic; -25b cancha: Sitio limpio y desembarazado de obstáculos, cerrado o abierto, que tiene diversos empleos. En el romance se alude seguramente a la cancha de bolas, que sirve para el juego de las argollas; 32a Ustés: en la conversación, es más común que ustedes; -32b Lae átona seguida de a ú o en hiato o en cuasi-diptongo, se cambia en i al diptongarse: rial, linia, lion, por real; línea, lean. Torear por atar, que parece ser el significado que aquí tiene, no lo he oído antes.
Nota: Véase la primera página de la versión manuscrita preparada por V. Cifuentes y enviada al Archivo Menéndez Pidal

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0113:86 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 3458)

Versión de Toconey (Talca, Chile).   Recitada por Ana María Fuentes (65a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 15 (A), pp. 45-46.  038 hemist.  Música registrada.

     --Catalina, Catalina,    linda moza y lindo pie,
  2   yo me embarco para Francia,    ¿qué encargo es el que me hacéis?
     --El encarguito que te hago    ya luego te lo diré.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  4   Él es blanco, colorado,    y en el hablar muy cortés.
     --Por la razón que usté dice,    su marido muerto fue
  6   en una mesa de dados    le ha matado un genovés.
     Me dejó recomendado    que me case con usté,
  8   que le repare su hacienda    y su familia también.
     --Retírese el buen galán,    en el hablar descortés,
  10   pienso esperar mi marido    como una honrada mujer.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    siete años lo esperaré;
  12   si a los siete años no llega,    pal monasterio me iré.
     Dos hijas doncellas tengo,    con ellas me dentraré;
  14   dos hijos varones tengo,    al rey se los mandaré,
     para que asienten la plaza    y defiendan por la fe.--
  16   Entonces el buen marido    l` echó el brazo a la mujer:
     ¡Ay, viudita de mi alma,    que ya no me conocéis!
  18   --¡Malhaya sea la desgracia    y el día en que yo nací:
     hablando con mi marido    y nunca lo conocí!--

Notas de V. C. : -12b Pal, contracción de para el, muy usada entre la gente huasa; -13b dentrar por entrar es común en todas las clases sociales.
Título original: El reconocimiento del marido (versión D).

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0184:36 Blancaflor y Filomena (é-a+ó)            (ficha no.: 3470)

Versión de Toconey (Talca, Chile).   Recitada por Ana María Fuentes (65a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 27 (D), pp. 64-65.  042 hemist.  Música registrada.

     Estaba la bella, estaba    a la luz de una candela,
  2   con sus dos hijas queridas,    Blancaflor y Filomena.
     Llegó un galán de Turquía    y se prendó de una d`ellas:
  4   se casa con Blancaflor,    y pena por Filomena
     y luego que se casó    la llevó a tierras ajenas.
  6   Cumplidos los nueve meses    llegó a casa de su suegra.
     --Buenos días, mi señora.    --Buenos días tú los tengas,
  8   ¿cómo quedó por allá    mi hijita la blanca y bella?
     --Buena la dejé, señora,    en días de que era enferma,
  10   y le manda suplicar    que le preste a Filomena.
     --¿Cómo la llevas, pues, hijo,    siendo muchacha y doncella?
  12   --Yo la llevaré, señora,    como prenda mía y vuestra.
     --Busca, niña, esos vestidos,    esos mejores de seda,
  14   que te ha mandado llamar    tu hermana la blanca y bella.--
     Luego que la tomó en ancas,    de su suegra se despidió;
  16   en la mitad del camino    su pecho le redimió.
     Con la sangre de su lengua    una carta escribió;
  18   iba pasando un pastor    y por señas lo llamó:
     --Toma, llévale esta carta    a mi hermana Blancaflor.--
  20   Blancaflor, lo que la vío,    hasta de susto abortó;
     mandó prender su marido    por veleidoso y traidor.

Notas de V. C. : -1a Redimió por descubrió, según rezan otras versiones. No lo he oído antes de ahora. -20a vío: Vide rom. 24 n. verso -19a.

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0234:39 Albaniña (ó)            (ficha no.: 3480)

Versión de Talca (Talca, Chile).   Recitada por Eusebio Mora (55a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 37 (C), pp. 82-83.  041 hemist.  Música registrada.

     Día jueves en la tarde,    víspera de la Asunción,
  2   hallé mi casa enramada    con ramas de admiración.
     Enrámensela a su dueño,    dueño del emperador.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  4   --¿Por qué no alojas, señor,    una noche y otras dos,
     que mi marido anda afuera    por esos campos de León?
  6   En esto que estaba hablando,    mi don Alberto llegó;
     una criada que había    la puerta`e calle le abrió.
  8   --¿Qué tienes, doña Miquela,    que me hablas con turbación ?
     --¿Qué hay de tener, don Alberto?    La llave se me perdió.
  10   --Si la suya era de plata,    de oro se la vuelvo yo.
     --¿Cuyo es aqueste caballo    que en mi patio relinchó?
  12   --Suyo, señor don Alberto,    mi padre se lo dejó.
     --¿Cuyas son aquestas armas,    que el verlas me da temor?
  14   --Máteme, querido dueño,    que le hay hecho traición.--
     Él la tomó de una mano,    pa una pieza la dentró;
  16   le dio siete puñaladas,    de la primera murió.
     Cuando venía pa fuera,    con don Carlos se encontró,
  18   le dio otras tantas puñaladas    y también lo mató.
     Las campanas repicaron    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
  20   para hacer un triste entierro    de tres queridos del alma,
     que Carlos murió a las doce    y Alberto por la mañana.

Nota de V. C. -5b El recitador decía del león; -8a vide la nota -7a de la versión anterior; -9a Este hai no es la forma impersonal hay, mal usada, sino alteración de he, que más comúnmente se transforma en hei: "yo no lo hei visto"; -15a Ei por ahí. La a seguida de i en hiato se cambia en e y lleva el acento, produciéndose el diptongo: Valparéiso, Larréin, méi, por Valparaíso, Larraín, maíz.; -15b dentrar por entrar es común en todas las clases sociales.
Título original: La mala mujer, (versión C).

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0020:18 Penitencia del rey don Rodrigo (í-a) (í-a)            (ficha no.: 3491)

Versión de Curepto (Talca, Chile).   Recitada por Rosa Ortega (50a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 48 (C), pp. 106-107.  008 hemist.  Música registrada.

     --El que duerme con mujer    tiene el cielo perdido
  2   . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    si acaso es hermana o prima.
     --Yo dormM con una cuñada    y también con una prima.
  4   --Confiésalo, padre santo,    y échale una culebra viva.

Comentario de V. C. : El señor Menéndez Pelayo, al transcribir las versiones que de este romance recogió en Asturias don Juan Menéndez Pidal, dice: "Estos dos romances, que en rigor son uno solo con variantes, pertenecen a la importante clase de los que, siendo al principio históricos, se transformaron luego en novelescos. Aunque en ellos se omite el nombre del penitente, basta compararlos con el romance 7 de la Primaverade Wolf [Penitencia del rey don Rodrigo, ficha 1389, tema 20, versión 9 en la base de datos], para comprender que se refieren a la penitencia del rey D. Rodrigo. El asonante es el mismo en los tres romances, y hay bastantes versos que con leve diferencia son comunes a las tres versiones". (Antología, t. X, p. 29). Las variantes chilenas, que parecen derivarse de la primera versión del señor Menéndez Pidal (Colección de viejos romances, p. 81), están bastante estropeadas, pero conservan los rasgos principales. El entierro con la culebra viva no ha sido olvidado en ninguna, como que este reptil juega siempre papel muy principal en las supersticiones y consejas del pueblo chileno.
Título original: El penitente (versión C).

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0407:2 El vaquero Lucas Barroso (í-a)            (ficha no.: 3499)

Versión de Talca (Talca, Chile).   Recitada por Juan de Dios Castro (60a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 55 (A), pp. 127-128.  023 hemist.  Música registrada.

     Allá va Lucas Barroso,    vaquero `e la Compañía,
  2   con el caballo cansa`o,    y la vaca muy rendí`a.
     El daño qu` hizo esta vaca    su dueño lo pagaría
  4   con el mejor ternerito    que tiene en la vaquería,
     hijo del toro Pinta`o    y la vaca Relami`a.
  6   Por los mares corren ñeulas,    por las tierras las anguillas;
     por los rastrojos los peces    los cazan con angarillas.
  8   Yo casé una anguilla grande;    la juí a vender a Caimona,
     a la ciudá de Sevilla.
  10   Allá me cayó un chispazo;    los vaqueros `tan con anda
     `onde andean los toros (sic)    cuesta `rriba y cuesta `bajo.
  12   Guena fruta es la manzana,    pero mejor el damasco.
                                   ¡Valor y siga
                                   y vamos pegando!
Notas de V. C. : -6a ñeulas : nieblas; -6b anguillas: anguilas; -8b juí: Vide rom. 24. n. 3; Caimona: Carmona; -12a guena: En algunas palabras b y v se cambian en g, especialmente delante de los diptongos ue, uí: gómito, agüelo, güitre, güey, por vómito, abuelo, buitre, buey.

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0407:3 El vaquero Lucas Barroso (í-a)            (ficha no.: 3500)

Versión de Talca (Talca, Chile).   Recitada por J. A. V. (34a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 56 (B), pp. 128.  012 hemist.  Música registrada.

     Ya llegó don Juan Barros    vaquero del Agua Fría,
  2   con su caballo cansado    de correr todito el día.
     La soga de este caballo    su dueño la pagaría
  4   con la mejor ternerilla    que hubiera en la vaquería,
     hija del toro Pintado    y la vaca Gerarquía.
  6   A tu tierra, camarón,    y en el río las anguillas.

Notas de V. C. : -1b Agua Fría: Nombre de una hacienda, según me informó el recitador; -6b anguillas anguilas.

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0407:6 El vaquero Lucas Barroso (í-a)            (ficha no.: 3503)

Versión de Talca (Talca, Chile).   Recitada por José del Tránsito Reyes (36a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 59 (E), pp. 130-131.  006 hemist.  Música registrada.

     Ya llegó Lucas Barroso    con su vaca muy rendí`a:
  2   el daño qu` hizo esta vaca    su dueño lo pagaría
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     hija del toro Pintado    y de la vaca Hirardía.
Comentario de V. C. : La única versión de este romance que se ha publicado, fue recogida en Osuna (provincia de Sevilla) por don Francisco Rodríguez Marín, y está incompleta. Las variantes chilenas, estragadísimas y plagadas de aquellos despropósitos con que el pueblo gusta de aliñar sus sanciones, muestran todavía alguna frase, algún vero que bien pudieran pertenecer al final desconocido del romance tradicional. He aquí la versión andaluza: [Véase la entrada 3435. SHP]

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5035:4 Don Jacinto del Castillo y doña Leonor de la Rosa (í-o)            (ficha no.: 3543)

Versión de Talca (Talca, Chile).   Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 98 (C), pp. 243-247.  161 hemist.  Música registrada.

    
                    PRIMERA + SEGUNDA PARTE
     Virgen del cielo preciosa,    madre del supremo Hijo,
  2   en tu vientre virginal    encarnó el Verbo divino,
     y al cabo de nueve meses    nació el Autor más pulido.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  4   Doña Leonor, como rosa,    nació de padres altivos.
     Dios se pensó el dibujarla    de manera que el sol mismo,
  6   a este encanto de belleza,    a este encanto de Cupido,
     que admiró al género humano    y de los hombres fue hechizo,
  8   pues no hay hombre que la mire    que no se quede rendido.
     A su casa llegó un día    don Jacinto del Castillo,
  10   tan galán como bizarro,    discreto y bien entendido.
     La niña le corresponde    con finezas y cariños,
  12   que enamorada y rendida    estaba por don Jacinto.
     Todas las noches se hablaban    por un balcón, que es testigo. . .
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  14   Y pasemos a dar cuenta,    y digo que don Francisco
     era el padre de la dama.    El teníá otros designios:
  16   de dársela a un caballero    que era muy rico y su amigo:
     a don Fernando Contreras.    Este se atrevió y le dijo
  18   a mi señor don Francisco:    --Yo, como hombre, solicito
     alcanzar favores vuestros,    si merezco conseguirlos.
  20   A la bellísima dama,    a Leonor que tanto estimo,
     por el renombre de esposa,    esto, señor, os suplico.--
  22   Y don Francisco, que estaba    deseando aquí esto mismo,
     --Daré--, dice,--plata y oro    por si faltare a lo dicho.--
  24   Alegres se despidieron,    y al momento don Francisco
     se partió para su casa    y a su familia le dijo:
  26   --¿No sabes, doña Leonor,    rosita de mi cariño,
     que ya te tengo casada,    y ha de ser tu gusto y mío,
  28   con don Fernando Contreras,    porque ya lo habló conmigo?--
     Fue a responder y no pudo,    la traspasó un parasismo,
  30   y al rin, para abreviar,    volviéronla con rocío.
     --¿Qué me respondes, Leonor?    Responde a lo que te digo,
  32   porque don Fernando está    idolatrando tu hechizo.
     Il es noble y poderoso,    él es rico y bien nacido;
  34   sólo aguardo tu respuesta    para dársela al proviso.--
     Ella respondió llorando:    --¿Qué me importa que sea rico,
  36   cuando nunca han concertado    sus conceutos con los míos?
     Yo tengo esposo a mi gusto:    a mi señor don Jacinto,
  38   que por mando de mi amor    ya más que a mi alma lo estimo.
     --¡Calla, ingrata, no prosigas!    Si no haces lo que te digo,
  40   con la vida pagarás    al golpe d`este cuchillo.--
     Trata con un cierto engaño,    y le dice:--Padre mío,
  42   yo me resuelvo a que sea    don Fernando esposo mío:--
     La entra en el cuarto entonces,    llama al vicario al proviso;
  44   y tiene lugar Leonor    y le escribe a don Jacinto:
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    «Las lágrimas de hilo en hilo
  46   de mis ojos se despeñan;    remediarlo no he podido.
     Para esta noche te espero,    y vendrás bien prevenido
  48   de armas y buen caballo,    como ya te tengo dicho,
     que una criada avisada    t` entrará hasta el cuarto mío».
  50   Vino la noche, y con ella    a la puerta don Jacinto,
     y la criada al proviso    la entra en el cuarto mismo
  52   Ya llegó la medianoche,    que dio fin al regocijo,
     y todos los convidados    a su casa ya se han ido.
  54   Entró Leonor a su cuarto,    donde estaba don Jacinto,
     y ahí tratan el intento    que tenían convenido.
  56   Entró después don Fernando    despojando los vestidos;
     pensando hallarse en los brazos    de Leonor, que tanto quiso,
  58   se halla en brazos de la muerte,    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     de dos fuertes trabucazos    que le pegó don Jacinto.
  60   Al alboroto y al ruido    acuden los dos padrinos.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     A la calle se salieron,    allí montaron muy listos
  62   en un ligero caballo    que tenían prevenido.
     Dejan de correr y vuelan,    y entre unos ásperos riscos
  64   de una frondosa montaña,    se quedaron escondidos.
     Pidió Leonor por merced    la castidad a su amigo,
  66   y como amante discreto    la concede don Jacinto.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     Se quejaba una mañana    a sus solas don Jacinto,
  68   y como nadie le oía,    aquestas palabras dijo:
     «Sacratísima María,    a vuestro divino auxilio
  70   apela un desventurado    y recurre un afligido;
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    y si a tu santo servicio
  72   conviene que yo padezca,    padezco, y es gusto mío».
     Zaina, que estaba escuchando,    le dijo: --Cristiano mío,
  74   ¿de qué te quejas?    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     ¿serás casado en tu tierra?    --Señora, nunca lo he sido,
  76   mi pesar está en Argel,    y ese es el dolor que gimo.
     --Si tú olvidas a tu Dios    y sigues la ley que sigo
  78   de mi profeta Mahoma,    tú te casarás conmigo,
     te daré muchas riquezas,    te daré muchos cautivos.
  80   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    Eso fuera barbarismo,
     que el que sigue a tu Mahoma    va a los profundos abismos.--
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  83   Sirva de ejemplo a los padres    que violentan a sus hijos
     para que tomen estado,    por un interés movidos.
-4a Como rosa por de la Rosa; -73a Zaina: Zaida; -76a pesar: pensar.

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0398:1 Prisión y muerte de Atahualpa (á-o+á-a)            (ficha no.: 3546)

Versión de Libún (Talca, Chile).   Recitada por Marcos Rojas (65a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 101, pp. 259-264.  161 hemist.  Música registrada.

     Resuciten las noticias    de los tiempos olvidados.
  2   Los valientes españoles    a los indios conquistaron
     y el gran capitán Cortés    conquistó a los mexicanos,
  4   ambos reinos poderosos    en haciendas y regalos.
     Formaron embarcaciones,    y luego que las formaron,
  6   cuatrocientos españoles    animosos se embarcaron.
     Por caudillos d`estas gentes    se nombraron tres hermanos;
  8   son capitanes valientes    y se llamaban Pizarros.
     Caravajal fue con ellos,    por valiente lo llevaron,
  10   navegaron treinta días,    costa a costa conquistaron:
     los indios de Barbacoas    y los demás comarcanos,
  12   los lapaces guayaquiles,    todos esos indios bravos;
     por Colón dieron la vuelta,    a balazos rechazando.
  14   Así llegaron a Paita;    iban a tierra saltando,
     y a nombre de Carlos Quinto    así posesión tomando,
  16   echando naves a fondo,    y sólo una reservaron,
     y fue porque se dispuso    así, porque los soldados
  18   consiguiesen más valor    y el reino fuese ganado.
     Allí estuvieron un mes,    en ínter que descansaron,
  20   luego componen sus tropas    de guerra con los soldados,
     partieron al puerto `e Pichuna    con los indios que apresaron;
  22   y los indios de las costas    que vieron este aparato,
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    a su rey luego avisaron,
  24   y el inca, lo que lo supo,    a sus caciques llamando,
     les mandó formar sus tropas    de cien mil indios bizarros.
  26   Todos van con piedra y honda,    y van alarma tocando,
     a encontrar a los españoles    que pensaban acabarlos,
  28   y junto a la gran comarca    se dieron muchos asaltos.
     Al gran inca lo prendieron,    treinta mil indios mataron,
  30   fuera de muchos heridos,    diez mil que le cautivaron.
     Viéndose el monarca preso,    de grillos aprisionado,
  32   decía triste y lloroso:    --¿Así, con gente de España,
     prendiste, gran capitán,    a este próspero monarca?
  34   Por el Sol, en quien adoro    y en quien eneierro las aras,
     si tú libertad me dieras,    y en mi casa me dejaras
  36   en compaña de mis indios,    te diera por primer paga
     una viga de oro fino    de largo de veinte varas,
  38   y tan gruesa como el tronco    de la más crecida palma.
     Un diamante te daré    que es prenda muy estimada,
  40   porque alumbran sus reflejos    el espacio de una cuadra.
     Y si poco te parece,    donde señalo esta raya,
  42   te daré tesoros juntos    sin que lo sientan mis huacas.--
     Y reinando, a las paredes    desnudo el brazo levanta,
  44   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    empezando a hacer la raya.
     --Y si acaso desconfias    d` esta mi real palabra,
  46   preso estoy, y pagaré    con mi pescuezo la falta.
     Tened lástima de un rey    que visteis en ricas Indias
  48   de oro fino, que hoy se postra    a tus extranjeras plantas.
     No por sembrar la doctrina    con mi sangre has de regarla:
  50   de una sementera chica    no esperes cosecha alta.
     Déjame, gran capitán,    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
  52   gozar de mi edad florida,    que de los treinta no pasa.
     Mis canoas de una pieza    han de ceder a tus barcas,
  54   y mis vicuñas no pueden    dar a tus caballos caza.
     Llévame, gran capitán,    a los pies de tu monarca;
  56   ese rey que tú me dices    no he de creer yo que tal manda,
     matar a quien no le ofende,    quien promete rendir paces.
  58   Seis millones doy de renta    todos los años a España;
     y a mi señor Carlos Quinto,    en seña destas palabras,
  60   le mandaré una cadena,    que es prenda muy delicada,
     que es de cien mil eslabones    y tiene tercia de larga,
  62   que me sirve de festejo    de poner circo a la plaza
     cuando celebro mis fiestas,    cuando mis indios me bailan.--
  64   Estando en estas ofertas,    en respuestas y demandas,
     llegan los embajadores,    al inca traen embajada:
  66   --Señor, aquí dos mil indios    cargados con oro y plata:
     ¡oh! dadnos la libertad    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
  68   si dentramos el dinero    y lo entregamos a España.--
     El inca, triste y lloroso,    respondió aquí estas palabras:
  70   --Los españoles no creen,    dicen que yo los engaño.
     --Pero al fin este gran reino    los españoles lo ganan.
  72   --Yo también pierdo la vida,    no he podido rescatarla.
     Luego que muera, el cacique    entierre el oro y la plata,
  74   no se descubran las minas,    los tesoros y las huacas,
     y a mis mujeres se entierren    vivas, porque así lo mando,
  76   porque algún tiempo pueden    mis secretos divulgarlos.--
     Y acabando estas palabras    que el gran inca relataba,
  78   ellos con un mal acuerdo    lo sacaron a la plaza,
     rodeado de mosqueteros.    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
  80   Le cortaron la cabeza    al gran inca en Cajamarca;
     y los indios que llevaron    el rescate a su monarca,
  82   viendo que ha muerto su rey,    y degollado sin causa,
     de pena se entierran vivos    millares por las montañas.

Notas de V. C. : -2b indios: Incas, parece indudable; -12a lapaces: ¿Rapaces?; -68a dentrar por entrar es común en todas las clases sociales.
Comenterio de V. C. : Este romance, de que no encuentro noticia en ninguna colección española, es probable que haya sido escrito en América, acaso en el Perú o en Colombia. Tal vez constaba de dos partes, a juzgar por el cambio de asonante que se advierte hacia la mitad de esta versión.

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0139:6 Don Juan de Lara (á-a)            (ficha no.: 3552)

Versión de Lontué (Talca, Chile).   Recitada por Antonio Ureta (60a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 107 (B), pp. 288-293.  154 hemist.  Música registrada.

     En la ciudad de Lisboa    por todo el mundo nombrada;
  2   por lo fuerte y abundante    el mismo cielo la guarda,
     coronándola de estrellas    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
  4   En esta ilustre ciudad    reside don Juan de Lara,
     caballero noble y rico    y de ilustre sangre hidalga.
  6   Gozaba de los favores    de su esposa doña Labra,
     que en discreción y hermosura    sólo Dios pudo pintarla.
  8   Era devota en extremo    de San Antonio de Padua.
     En verdad que la fortuna    nunca puede estar parada;
  10   a muchos hombres los sigue    la rueda de la desgracia.
     De la gran ciudad de Mura    t uvo don Juan una carta,
  12   como su padre está enfermo    y en grandes peligros se hállá.
     La pena y el sentimiento    en el corazón le guarda:
  14   le da a su esposa noticia    de todo lo que le pasa,
     y disponiendo su viaje    con dos pajes en compaña,
  16   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    llegó a su querida patria,
     halló a su querido padre    metido en mortales ansias,
  18   y al cabo de aquí este tiempo    rindió la vida a la parca.
     Allá estuvo nueve meses    en negocios de importancia.
  20   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    Volvió a su querida patria,
     y pensando hallar alivio,    fue su pena más doblada,
  22   porque halló a su esposa encinta    y del parto muy cercana.
     Fue a recibirlo en sus brazos,    porque mucho lo deseaba,
  24   y don Juan, lleno de celos,    le pega una bofetada,
     diciéndola: --Vil traidora,    tus discursos son de pára.
  26   Has intentado atrevida    manchar mi honor y mi fama;
     pues te he de quitar la vida,    pues lo requiere tu infamia.--
  28   Se retira el caballero    diciendo a sí estas palabras:
     «Si yo le quito la vida.    es quitarle a Dios dos almas,
  30   y Dios me ha de castigar;    he de aguardar a que pára.
     No se pasaron los días    sin que l`hora fue llegada.
  32   El primer día de enero    amaneció con luz clara.
     sobre los montes vecinos,    el sol que rayos dispara.
  34   Se levantó la señora    afligida y angustiada,
     con los dolores del parto    y con su muerte cercana.
     delante de un crucifijo,    diciendo así estas palabras:
  38   «Señor mío Jesucristo,    que por redimir las almas
     en esta cruz os pusieron,    del ciclo llave y escala:
  40   bien sabís, Padre amoroso,    que d`ésta no debo nada.
     No siento, señor, mi muerte,    el dolor y la tardanza;
  42   el mayor dolor que tengo,    de haberte ofendido ingrata.
     ¡Misericordia, Señor,    de que no se pierda mi alma,
  44   el honor de mi marido    y esta verdad declarada!»
     Parió en esto un tierno infante    que al sol los rayos quitaba,
  46   con letras siete en la frente    que prodigioso declaran,
     diciendo: «yo soy Antonio;    nadie ponga repugnancia».
  48   Agarró la madre al niño,    acostándolo en la cama;
     lo miraba y le decía:    «¡Ay, hijo mío de mi alma,
  50   hoy habís nacido al mundo    en manos de la desgracia!»
     Entró a este tiempo don Juan    y con la intención dañada.
  52   Desenvainando el acero,    abrió los brazos la dama
     y le entriega el blanco pecho:    al golpe que le dispara,
  54   como si diera en bronce,    s` hizo pedazos la daga.
     A este tiempo San Antonio    dentró por la misma sala,
  56   vestido de religioso    de la orden franciscana.
     --Mucho extraño, padre mío,    qu` esta visita se me haga.
  58   --No lo extrañe, caballero,    que de mi primera infancia
     he tenido devoción,    y a Dios le di mi palabra,
  60   de visitar los enfermos,    y este motivo es la causa.
     Supe como esta señora    en grande peligro se halla,
  62   con los dolores del parto,    y he venido a visitarla.--
     Esto que oyó la señora,    alegremente escuchaba,
  64   su corazón le decía    lo qu` ella misma ignoraba:
     aquél era San Antonio    que venía a visitarla.
  66   El Santo le pide al niño,    la señora se lo daba.
     Agarrándolo en sus brazos    cariñosamente le habla:
  68   --Dios te guarde, hermoso niño,    y te libre de desgracia;
     bajo de santa obediencia    no me habís de negar nada.
  70   Pregunto: ¿quién es tu padre?    --El señor don Juan de Lara;
     mi madre, ya lo sabéis    que se llama doña Labra.--
  72   Esto que oyó el caballero,    de puro gozo lloraba,
     y botándose a los pies    del santo, besó sus plantas.
  74   Hizo el milagro tal ruido,    que la ciudad lo brotara,
     fue la casa un jubileo    de caballeros y damas.
  76   Tuvo el señor arzobispo    noticia `e lo que pasaba,
     mandando pedir al niño,    por ver maravilla tanta.
  78   Se ofreció ser su padrino,    bautizado con la gracia
     de la Virgen de Belén    y San Antonio de Padua.

Notas de V. C. : -6blabra: cuando al diptongo au sigue r, la u se consonantiza en b: abra, Labra, Rosabra, por aura, Laura, Rosaura. En el vocablo tahur, el vulgo, por influencia de los anteriores, hizo la diptongación y agregó una e paragógica, pronunciando táure, de donde resultó la forma tabre, hoy tan popular; -11a Mura: ¿Murcia?; -25b Son de pára por son de farsa, de la versión A, o por ¿`onde paran de la variante C; -40a sabís: es común en el pueblo chileno substituir la terminación verbal éispor is, así en el presente como en el futuro: comís, comerís, por coméis, comeréis; -46a las siete letras de la palabra ANTONIO; -53a entriega: Este y otros verbos que tienen en la penúltima silaba la vocal e, los conjuga el vulgo como irregulares, por asimilación con algunos de uso frecuente que lo son, como regar, refregar, remendar, tropezar, etc.; -55b dentródentrar por entrar es común en todas las clases sociales.

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0209:7 Difunto penitente (é-a)            (ficha no.: 3558)

Versión de Toconey (Talca, Chile).   Recitada por Ana María Fuentes (65a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 114, pp. 320-327.  101 hemist.  Música registrada.

     ` Medio de una fuentecilla    de agua cristalina y bella,
  2   para regar estas flores,    claveles son y azucenas,
     diré de una Margarita,    que fue margarita olenta,
  4   los desgraciados sucesos    y lastimosas tragedias.
     Que le dio palabra un mozo    de ser su marido d`ella
  6   y la pobre Margarita    le dijo d`esta manera:
     --Tuya soy, tuya he de ser,    tuya soy por donde quiera.--
  8   Después de habérselo dicho,    arrepentida se véida,
     y dijo: --¡Malhaya nunca,    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
  10   cuando yo tuve la culpa    de ser fácil y ligera
     y de haberle dado cré`ito    a esta tu infame lengua!
  12   Anda, vete, lindo ingrato,    en mil trabajos te veas.--
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     Le dentró una enfermedá,    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
  14   que fue necesario hacer    las últimas diligencias.
     Confesó todas sus culpas    y entre ellas confesó:
  16   --Que por quitarle su honor    a una noble doncella,
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    peno aquí d`esta manera,
  18   y aprometo si sanara    irme y casarme con ella.--
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     Brazos blancos, ojos negros.    cubierta de azules venas.
  20   la boca como un coral,    los dientes mentidas perlas.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     Bajó el devoto San Francisco,    que en la vida de la tierra
  22   `contino fue su patrono    y a Dios le suplica y ruega:
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    «¡Clemencia, Señor, clemencia!
  24   ¡Perdona esta alma triste,    que yo te ruego por ella!»
     Ya muestra un semblante agrado,    un semblante agrado muestra,
  26   temblando de miedo l`alma,    y volviendo la cabeza.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     Permitir Dios que bajara    el espíritu a la tierra;
  28   que sirviera y trabajara    como si vivo estuviera.
     Bajó donde un caballero    a servir en una hacienda;
  30   después que se retiraba,    pues más de medianoche era,
     encendía una candela    y quemaba sus vergüenzás.
  32   En esto lo vido un mozo    y dio parte al caballero;
     que para satisfacerse    lo aguaitó y vio que así era.
  34   Al otro día temprano    lo llama y con él se encierra;
     y le pide muy formal    que la verdad le dijera.
  36   La verdad le dice el mozo:    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     --Que por haberle quitado    el honor una doncella,
  38   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    peno aquí d`esta manera.--
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     Y sacó cuatro ducados    y que a pagárselos fuera.
  40   En la mitad del camino    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     se le apareció San Francisco    y le dijo la manera
  42   que tenía pa llegar.    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     --Señora, ¿me conocéis?    --Señor, yo no te conozco,
  44   pero se me asemeja    a un galán de aquí esta tierra;
     hace a que murió seis meses,    y es una cosa muy cierta.
  46   --No te aceleres--, le dice,    --yo soy; y porque lo sepas
     a lo que he venido sólo,    toma y guarda esta moneda,
  48   y con el primer mancebo    que a tu casa a servir venga,
     con él tomarás estado,    pues mi Dios así lo ordena.--
  50   Tomó el dinero la niña,    tartamudiando la lengua:
     --Yo te perdono, le dice,    y tu alma descanso tenga.--
  52   Hubo `e casarse la niña,    y en la mitad de la fiesta
     se oyó una voz que decía:    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
  54   «¡Adiós, adiós, que me voy    usuelto de culpa y pena!»
     Al cielo lleva este cargo    el que engaña a una doncella.

Notas de V. C. : -3b sic; -8b véida: En Chile, la gente huasa conjuga el imperfecto de ver: véida, véidas, véida, véidan; -9a Modismo imprecativo, que a veces se varía así: Mal haya sea nunca. Seguido de una proposición acarreada por cuando, este modismo, en cualquiera de las dos formas apuntadas, significa "Maldito sea el momento". Así "¡Mal haya nunca" (o mal haya sea nunca) cuando te conocí!" vale decir: "¡Maldito sea el momento en que te conoci!". Se usa también como frase exclamativa independiente, y su significación entonces es muy varia; 11a Cré`ito: Es uno de los muchos casos en que la d, entre vocales, se pierde; -12a Andavete: El pueblo chileno ha formado una sola palabra de los imperativos anda, vé, el pronombre personal te: "andavete luego", "andavete, mejor" son frases que oímos todos los días, sin que entre anda y véte se advierta pausa de separación; -13a dentrar por entrar es común en todas las clases sociales; -18a aprometo: Esta a protética la llevan también algunos otros verbos, como bajar, bostezar, f usilar, y su sinónimo chileno balear, que el pueblo pronuncia corrientemente abayar, abostezar, afusilar, abalear`; -22a çontino: En la pronunciación popular, la u del diptongouo se pierde casi siempre: contin`o, individ` o, trid` o, por continuo, individuo, triduo; -32a vido: La tercera persona del presente de indicativo de ver se pronuncia a veces vío, y, afectadamente, vido; -45a a que: La gente culta incurre también en Chile en la incorrección de intercalar a antes deque, después de los verbos impersonales haber y hacer, significativos de tiempo: "Ha tres meses a que no lo veo" , "Hace un año a que lo espero"; -50b tartamudiando: Lae átona seguida de a ú o en hiato o en cuasi-diptongo, se cambia en i al diptongarse: rial, linia, lion, por real; línea, leán; -54b Lo corriente en la pronunciación popular es que, en las combinaciones ab, abs, ob, obs, ub, ubs, la b se pierda o se vocalice en u: a`stinencia, o`stru`ción, ausurdo, o`cecado, oujeto, su`sidio, su`straer por abstinencia, obstruccián, absurdo, obcecado, objeto, subsidio, substraer. Sin embargo, entre gente muy huasa se oye a veces pronunciar como en el texto: usuelto por absuelto.
Comentario de V. C. : Este romance es refundición del que con el título de Palabras de casamiento publicó dou Juan Menéndez Pidal en su Colección de viejos romances, pág. 246. No vale gran cosa el romance de Coaña, aun dentro del género a que pertenece, pero en todo caso es superior a la variante chilena, en la cual el sello de vulgaridad nativa aparece con todos sus inequívocos caracteres. He aquí el romance asturiano, que inserto para facilitar la inteligencia de la versión chilena: [véase la entrada 3442. SHP]
Título original: La expiación.

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5140:1 Agustín Urra (ó)            (ficha no.: 3566)

Versión de Talca (Talca, Chile).   Recitada por José del Tránsito Reyes (36a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 122 (A), pp. 347-348.  054 hemist.  Música registrada.

     Austín Urra es criado en Arce,    de buena generación,
  2   de buena cara y buen porte,    pero de mala intención.
     Un día qu` estaban comiendo,    llegó a casa de Albornoz:
  4   --Apéese, don Austín--,    le dice con precisión,
     --que si acaso no ha comido    aquí hay todo a prevención.--
  6   A caballo está Austín Urra,    dice qu` está prevenido,
     porque `n otras ocasiones    por confiado lo han prendido.
  8   A caballo está Austín Urra,    `tá tomando el alimento;
     cinco hombres y tres mujeres    formaron el prendimiento.
  10   Van a avisar a Riquelme,    por ser justicia mayor,
     que tienen preso a Austín Urra,    cautivo en una prisión.
  12   --Buenos días, Austín Urra--,    le dice con compasión,
     --si te sientes muy enfermo    te trairemos confesión.
  4   Confiésate, Austín--, le dice--,    logra esta buena ocasión,
     por si acaso te murieses    que tu alma alcance perdón.--
  16   Austín Urra le responde    con el corazón airado:
     --¿Cómo me he de confesar    si nunca me he confesado?--
  18   Ya lo llevan para Penco,    donde estaba destinado;
     por la mitad del camino    a Riquelme ha desafiado:
  20   --Mi don capitán Riquelme,    si quiere ver mi valor,
     deme armas y buen caballo    y forme su batallón.--
  22   Riquelme le tuvo miedo,    pero le alabó la acción:
     --¡Vean qué hombre prisionero    y hombre de tanto valor!
  24   ¿Cómo, si eras tan valiente,    una mujer te agarró?
     --Que le agarren las mujeres    no le cause admiración,
  26   porque siempre en las mujeres    ha reinado la traición:
     ¿no fue causa una mujer    de que muriera Sansón?--
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Notas de V. C. : -1a Entre las vocales a, u, la g se pierde o se aspira: Austín, aujero, sahú por Agustín, agujero, sagú. El Sr. Menéndez Pelayo, que reprodujo esta versión en el t. XII, p. 502, de su Antología, tomándola de la revista Cultura Española, introdujo algunos cambios en el texto, acaso porque le ofendía nuestro lenguaje popular, y al llegar a los últimos versos: Yo me voy a entrar de fraile al convento `e San Austín, escribió "Yo me voy a entrar de fraile, fraile de San Agustín". En Chile tenemos Austines y aún Cochos, diminutivo familiar del anterior, pero no sabemos nada de los Agustines; -13b trairemos, y también treiremos, por traeremos.

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0906:2 La Espinela (é-a)            (ficha no.: 3570)

Versión de Molina (Talca, Chile).   Recitada por Eulalia Arellano (50a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 127 (A), pp. 363-369.  220 hemist.  Música registrada.

     El sol detenga sus rayos,    la luna sus luces veras,
  2   traduzca el mar con sus olas    y estremézcase la tierra.
     Digan pues con atención    de una mujer las finezas,
  4   de una alegonía el veneno    y de una sierpe la audiencia.
     Yo nací entre de Ronda,    y llevándome a la iglesia,
  6   en el sagrado bautismo    me pusieron Espinela.
     Y mis padres con amor    me pusieron a la escuela,
  8   y en poco tiempo aprendí    a leer y escribir, ciencias,
     para ser mujer, bastantes,    si bien se aprovechan d`ellas.
  10   Aprendí a jugar las armas    con gran valor y destreza,
     que al poco tiempo salí    como el instructor, más diestra.
  12   Apenas tuve las luces,    cuando la parca sangrienta
     quitó la vida a mis padres,    quedando yo tan resuelta,
  14   que de mi furor temían    muchos de la ciudad mesma.
     Vivía junto a mi casa,    de lindo cuerpo y presencia,
  16   el hijo de un caballero,    llamado Fabián Herrera.
     Iste gustaba de hablarme    y que yo le respondiera.
  18   Como dice aquel adagio,    las burlas pasan a veras:
     me robó el amor y el alma,    y quedando yo sin ellas,
  20   le dije si me quería    por esposa; y la respuesta
     me dijo que no igualaba    en calidad ni en hacienda,
  22   y que me fuese con Dios    a mi casa en hora buena.
     Obedeciendo el mandato,    como una leona sangrienta
  24   troqué mi amor en rigor    y en veneno la fineza.
     Dentré a mi casa furiosa,    aguardando a que viniera
  26   1a noche, para vengarme,    de mi enojo la soberbia.
     Me puse un calzón de ante    con una media de seda,
  28   y un coleto de mi padre,    que Dios en la gloria tenga.
     Vestida de punta en blanco,    tomé la espada y rodela,
  30   y con una garabina    bajé veloz a la puerta.
     Lo hallé qu` estaba en la calle,    hablando por una reja
  32   con cierta dama y llegando    le dije d`esta manera:
     --Ingrato y sin atención,    ¿cómo atrevido desprecias
  34   el honor de mi linaje,    sabiendo que soy tan buena
     como cuantos podrán ser?    Y así, yo vengo dispuesta
  36   a que me quitéis la vida    o yo quedar satisfecha.
     ¡Ea, cobarde! ¿Qué hacéis?--    El mozo, puesto en defensa,
  38   se defendía bizarro,    pero poco le aprovecha,
     que con cuatro o seis heridas    cayó mortal a la tierra.
  40   Alborotóse la dama    al ver su esperanza muerta,
     y de un garabinazo    cayó como una cordera.
  42   Este fue el primer principio    para olvidar a mi tierra:
     dejé mi nombre, y me puse    Ru`esindo Espinela.
  44   Un barquillo me pasó    a la ciudad de Antioquera,
     que iba con su capataz    a ver su casa y hacienda.
  46   Me desembarqué, y estando    una noche en la alameda,
     divirtiéndome en un juego    de turcos, en una mesa,
  48   no me acuerdo sobre que,    se ofreció una escarapela.
     Eran seis contra mí sola;    donde me obligó la fuerza
  50   de la razón, a sacar    los instrumentos de guerra.
     A la primera mudanza    cayeron tres a la tierra,
  52   y los demás se huyeron,    que, si no, lo mesmo fuera.
     Llegué a Málaga un día,    y estando en la calle Nueva
  54   un mercader que ha llegado,    que el diablo todo lo ordena,
     va un ministro y me pregunta    que de que paraje era.
  56   Le respondi: --¿Que te importa?--    Sobre cierta dependencia,
     me dijo que me pondría    en un cepo de cabeza.
  58   Alcé la mano furiosa,    y en mitad de la mollera
     le di un golpe, y se quedó    bailando la pataleta.
  60   A cuyo tiempo llegó    1a justicia, y me amonesta
     que me entregue a la prisión    por voluntad o por fuerza.
  62   Le dije que no quería,    y tomando una vihuela,
     ahí me puse a cantar    una bocaná de cuentas.
  64   Con verdad que no pensé    salir bien d`esta refriega,
     si no es por un extranjero,    que compasivo se muestra;
  66   resguardándome la espalda    bajo de cólera ciega
     a cuál herido a cuál mato.    Finalmente hice puerta
  68   para escaparme, y salí    con tres heridas pequeñas:
     El valeroso Alejandro    me seguía; en una cueva
  70   pasamos aquella noche,    y antes que el alba luciera,
     caballeros nos subimos    a lo alto de la sierra.
  72   Topamos un sacerdote    que pasaba en una yegua:
     era caballero noble    y lo bajamos a tierra.
  74   Al tiempo de registrarlo    muy compasivo se muestra,
     diciendo: --No me matéis,    amigos, que yo quisiera
  76   traer a vuestro servicio    deste mundo las riquezas.--
     Y sacó ochenta ducados,    y en pago d`esta fineza
  78   le dejamos maniatado.    Sin ninguna resistencia
     a Cartagena llegamos,    y a una pobre tabernera
  80   le quitamos cien ducados,    dejándola media muerta.
     En el monte de Antioquía    topamos una calesa,
  82   con un caballero noble    y una señora discreta.
     A él me atraqué, y le dije:    --Bájese usté al punto a tierra,
  84   que quiero que me confiese    el oro y plata que lleva.--
     Saca al punto una pistola    para tirarme con ella,
  86   y mi dicha, pues, no quiso    que diera lumbre la piedra.
     Me arrimé a él y le di    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
  88   cuatro o cinco puñaladas,    y la señora se queda,
     al ver su fatal desgracia,    más pálida que una cera,
  90   que sus suspiros podrían    ablandarlas duras piedras;
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    y mi compañero intenta
  92   el despojarla, mas yo    le dije que no lo hiciera.
     Y volviendo al caballero:    le hallamos en la maleta
  94   ochocientos mil doblones,    que no fue muy mala presa.
     Entramos a rio Goldo    y la justicia que llega,
  96   y sin podemos valer    nos aprisionan y cercan.
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    Mi compañero dispersa,
  98   y viéndome sola entónces    hice tanta resistencia,
     que para prenderme hubieron    muertos y heridos cincuenta.
  100   Al fin ya me aprisionaron,    y maniatada me llevan
     a la ciudad de Antioquía,    donde la justicia recta
  102   castiga, siendo derecho    para que tengan enmienda.
     Confesé todas mis culpas    como referidas quedan,
  104   diciendo: --Yo soy mujer    y mi nombre es Espinela,
     esclarecido linaje    donde las alas se queman.--
  106   Ya se me cumple la hora,    con la capilla me ciegan;
     invoqué a la Virgen pura,    diciéndole: --Yo, sacra Reina,
  108   suplícale a vuestro hijo    que su perdón me conceda!--
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    Esto dijo; con violencia
  110   llegaron las duras balas    y el cuerpo sin alma queda.
     Escarmienten, pecadores,    mujeres, vivan atentas,
  112   que `aquél que anda en malos pasos    éste es el fin que l`espera.

Notas de V. C. : -1b veras: Bellas (Durán); -2a traduzca:caduque (Durán); -4a alegonía: víbora (Durán); -4b audiencia: lo adversa (Durán); -5a entre: dentro (Durán); -12a las luces: tres lustros (Durán); -25a dentré: véase la preimera nota de la versión anterior; -30a garabina por carabina, alteración vulgar muy común en el caso de esta palabra, pero de la cual no encuentro otros ejemplos; -44b Antioquera: Antequera (Durán); -45a con su capataz: con un capitán que iba (Durán); -47b turcos: trucos (Durán); -48a escarapela: escaracela (Durán); -49b donde:En el uso popular, el adverbio donde sirve para expresar diversas relaciones, substituyéndose a otras palabras. He aquí algunos ejemplos: "Yo iba muy tranquilo; donde (cuando) el caballo se espantó y me echó al suelo"; "Me entretuve conversando; donde (por lo que) se me pasó la hora y perdí el tren"; "Me dio Juan un remedio, donde (y) me hizo tanto mal, que por na no me morí"; -63b una b. de. c: Una jácara de cuenta (Durán); -80b media: Es comunísimo en Chile convertir medio, adverbio, en adjetivo; -95a Goldo: Gordo (Durán); -99a hubieron: La impersonalidad del verbo haber se respeta poco en Chile, en todas las clases sociales.

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2986:2 El vaquero (á)            (ficha no.: 3510)

Versión de Limache (Valparaíso, Chile).   Recitada por Antonio Lira (34a). Recogida entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 66 (B), p. 144.  014 hemist.  Música registrada.

     Yo vi vajar un vaquero    por l`oriya `e un renoval,
  2   `etrrás di una vaca negra    orejana y sin señal.
     Yo sé de qu` en es la vaca,    no le tengo di avisar,
  4   pa comérmela solito,    a naide le voy a dar.
     En las arforjas er vino,    en la calavasa er pan,
  6   los perros ponen los güevos,    las gayinas a lairar,
     l` oya a varrer la cocina    y la escova a cocinar.

Notas de V. C. : -1b renoval: No conozco esta palabra, pero debe de significar el sitio poblado de vástagos o renuevos, después de la roza; -4b Metátesis de nadie, muy común en el pueblo; -6b lairar: ladrar. La d, que tantos cambios experimenta y que en muchos casos se pierde se vocaliza en i antes de r: maire, Peiro, pieira, por madre, Pedro, piedra.

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0126:16 Santa Catalina (7+7 pareados)            (ficha no.: 3532)

Versión de Valparaíso (Valparaíso, Chile).   Recitada por Laura Escobar (22a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 88, pp. 197-200.  016 hemist.  Música registrada.

     La Santa Catalina    era hija de un rey:
  2   su madre era cristiana,    su padre no lo es.
     Un día en la plegaria    su padre la pilló:
  4   --¿Qué haces, Catalina?    ¿Estás en oración?
     --Adoro a Dios, mi padre,    lo que no lo hacéis vos.
  6   --Que me traigan mi hacha,    mi cuchillo mejor,
     mataré a Catalina    que desobedeció.--
  8   Los ángeles bajaron    y al cielo la llevaron.

Nota de V. C. : -3b pillar = sorprender.
Comentario de V. C. : Este romancillo es traducción literal, aunque no completa, del romance popular francés que transcribo en seguida: e Martyre de Sainte Catherine (Texte critique.) C` est sainte Catherine, la fille d`un grand roi. / Sa mére étoit chrétienne, son pér` ne l`étoit pa: // Ave María, / Sancta Catharina!// Sa mére étoit chrétienne, son pér` ne l`étoit pas. / Un jour, dans sa prière, son pére la trouva: / --Que fais-tu, Catherine, dis-moi, que Pais-tu lá? / --J` adore Dieu, mon pére, mon Sauveur que voilá. / --Quitte ce dieu, ma fille, adore celui-lá. / --Plutót mourir, mon pére, qu` adorer celui-lá. / --Qu` on m` apporte ma hache et mon grand coutelas!/ C` est pour trancher la téte a qui n`,obéit pas. --/ Trois anges descendirent, chantant alleluia:/ "Courage; Catherine, couronné` tu seras. / Aussi ta honne mére en paradis ira; / Mais ton bourreau de pére en enfer brúlera". // (Doncieux, Le romancéro pop. de la France, p. 391) Dice el colector francés: ` Outre la qualité générale du style, la prononciation roi, rimant en a, indique plutôt pour cette ronde une époque peu ancienne: on la peut croire del` extréme XVII ou du XVIII siécle. Elle a son principal foyer dans la Champagne, province où le culte de sainte Catherine est d`ailleurs populaire . . . . . . . Le caractère édifiant du sujet, les paroles latines et liturgiques du refrain montrent qu` elle fut composée dans le monde clérical, peutétre en quelque communauté de religieuses enseignantes, et pour y servir aux rondes des écolières, qui partout invoquent sainte Catherine pour leur patronne. L` auteur, quel qu` il soit, nous donne une curieuse preuve de son ignorance, en transférant à sainte Catherine la propre légende de sainte Barbe. De Catherine (Ecaterina) d`Alexandrie, fille de roi, les hagiographes relatent seulement, qu` après avoir miraculeusement les supplicès du fouet et de la fut décapitée par ordre de l`empereur Maxence". (Doncieux, Le romancéro, p. 391.) Esto es efectivo, y por lo mismo, a menos de convenir en de una leyenda local hoy desconocida, hay que creer, contra lo que piensa el propio colector, que el autor de este romance no pertenecía al mundo clerical, si no es ya que Doncieux haya querido incluir en ese mundo a los sencillos é ignorantes devotos, en cuyas filas militaba sin duda el anónimo poeta. Sea como fuere, el hecho es que la cancioncilla se popularizó, y que, en fecha que no es fácil precisar, atravesó los Pirineos y se difundio por tierras de España, donde vistió el traje del país. Porque este origen tiene, a no dudarlo, el romance peninsular octosilábico de Santa Catalina, de que hay publicadasversiones madrileñas, asturianas, andaluzas, catalanas, y, menos, el comienzo de una gallega. Es un romance relativamente moderna que no se encuentra, según tengo entendido, en ninguna colección anterior a la de Milá y Fontanals, aunque en este punto nada puedo asegurar. Las variantes andaluzas recogidas por Rodríguez Marín agregan al final el romance de El Marinero: Mañanita de San Juan / cayó un marinero al agua,//soldándolo groseramente. Transcribiré una de estas versiones, prescindiendo de los versos intrusos, pues el romance queda completo sin ellos: (Menéndez Pelayo, Antología, t. X, p. 199 [t. IX, págs. 305-306, ed. de 1945]; véase la entrada 3440). El suplicio de la rueda se encuentra también en algunas variantes francesas, según nota Doncieux. Por lo que hace el romance chileno, que, como ha podido verse, es una traducción literal incompleta de la canción francesa, tengo para mí que comenzó a difundirse en su idioma nativo, en alguno de los colegios de monjas francesas establecidos desde hace mucho tiempo entre nosotros. De boca de una señora que se educó en el de los Sagrados Corazones, allá por los años de 1850, recogí yo una versión francesa que no he podido encontrar ahora. La traducción castellana en el mismo verso, que es facilísima, debió de hacerla alguna monja, algún fraile de la misma congregación, o alguna antigua alumna de esos colegios. En España parece que no existe en esta forma. (Aclaración de V. C. : . . . [traducción literal] incompleta, con referencia al texto francés que transcribo; bien puede ser completa respecto a la versión de que se deriva.) [De las versiones de Santa Catalina en la base de datos (Galicia, León, Segovia] todas menos las andaluzas tienen el motivo del suplicio de la rueda. SHP]

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0028:1 Antes que barbas tuviese (á-e)            (ficha no.: 1864)

Versión de Bogotá (Colombia).   Recitada por un artesano. Recogida por Fray Pedro Fabo, 00/00/1907 (Archivo: AMP; Colec.: María Goyri-Ramón Menéndez Pidal). Publicada en RTLH 1 (1957), p. 258, 28b. Reeditada en IGR-vulgar 1999, pp. 7-8.  012 hemist.  Música registrada.

     Antes que barbas tuviese,    el rey Alfonso, juraste
  2   el darme a mi padre vivo,    y nunca me das mi padre;
     cuando nací de tu hermana    (que nunca fuera mi madre),
  4   le metiste en la prisión,    y en la más oscura cárcel.
     Acordáte, rey Alfonso,    acordáte de mi sangre,
  6   que no es oficio de reyes    el vengarse de la sangre.

Nota: El cantor advertía que el romance era más largo, pero no se acordaba de más.

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0090:1 Llegó la fama del Cid (é-a)            (ficha no.: 1872)

Versión de Bogotá (Colombia).   Recitada por un anciano. Recogida por Fray Pedro Fabo, 00/00/1907 (Archivo: AMP; Colec.: María Goyri-Ramón Menéndez Pidal). Publicada en IGR-vulgar 1999, pp. 14-15.  012 hemist.  Música registrada.

     Llegó la fama del Cid    a los confines de América,
  2   cuando andaba por el mundo    dando razón de quien era.
     Y como lo oyó un cacique    y lo supo con certeza,
  4   por los hechos del gran Cid    un regalo le apareja
     y se lo manda al momento    diciendo de esta manera:
  6   que le diera la corona    sólo por verlo en su tierra.

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0089:1 Lealtad de Pedro Ansúrez (á-a)            (ficha no.: 1873)

Versión de Colombia s. l. (Colombia).   Recitada por un labriego octogenario. Recogida por Fray Pedro Fabo, 00/00/1907 (Archivo: AMP). Publicada en IGR-vulgar 1999, p. 15.  013 hemist.  Música registrada.

     Ya se murió el rey Alfonso,    el que a Toledo ganara,
  2   y, por ser el rey tan güeno,    su muerte fue tan llorada.
     El rey se vuelve a Lagón,
  4   la reina pidió sus tierras,    que del su padre heredara,
     a aquellos que las tenían    y les fueran dado en guarda.
  6   Y vistió sus paños finos,    paños finos de escarlata
     porque don Pedro de Anzares    se quebrantó la palabra.

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0059:1 La reina Zara descubre sus celos (á-a)            (ficha no.: 1890)

Versión de Colombia s. l. (Colombia).   Recogida por Fray Pedro Fabo, 00/00/1907 (Archivo: AMP). Publicada en IGR-vulgar 1999, p. 28.  06 hemist.  Música registrada.

     La mañana de San Juan    sale a recoger guirnaldas
  2   Sara, mujer del rey Chico    con sus más queridas damas,
     de fino cendal cubiertas    y con mantillas bordadas.

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0593:1 Congoja de la Virgen en Belén (í-a)            (ficha no.: 2046)

Versión de Casamare (Colombia).   Recogida por Fray Pedro Fabo, 00/00/1906 (Archivo: AMP). Publicada en IGR-vulgar 1999, pp. 247-248.  032 hemist.  Música registrada.

     San José pidió posada    para posar con María
  2   y no le quisieron dar    porque no le convenía.
     Pasaron más alantico    a orillas de Berbería
  4   y allí le quisieron dar    porque allí le convenía.
     San José tendió la mesa    con pan y vino que traía:
  6   --Veníte a comer, esposa,    veníte a comer, María.--
     La Virgen le respondió    que ella comer no quería,
  8   que la dejara llorar    que ella con llorar tenía.
     San José guindó la hamaca    de la casa en una orilla.
  10   --Veníte a dormir, esposa,    veníte a dormir, María.--
     La Virgen le respondió    que ella dormir no quería,
  12   que la dejara llorar,    que ella con llorar tenía.
     Al primer canto del gallo,    a medianoche sería,
  14   San José que se levanta    y halla a su esposa paría.
     Los angelitos del cielo    bajaron con alegría,
  16   unos a vestir al niño    y otros a ver a María.
     Vamos al pesebre    a ver maravillas,
     a ver las estrellas    hincás de rodillas.

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0164+0169:1 La Infantina+Hermana cautiva (í-a)            (ficha no.: 2560)

Versión de Tomara (Colombia).   Recitada por Toñico. Recogida por Ricardo Sabio, publicada en Sabio 1963, p. 255. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XV, 12.2,pp. 154-155.  040 hemist.  Música registrada.

     Salió un triste cazador    a una montaña montía
  2   donde no cantaban gallos,    gallinas nunca se oían,
     donde cantaba un león bravo    y la leona respondía,
  4   donde cantaban tres culebras,    todas tres en compañía:
     una canta a la mañana,    otra canta al mediodía,
  6   otra a las seis de la tarde,    cuando el sol ya se metía.
     Debajo de un árbol grande    a una niña sonreía,
  8   que entre la mano y el pelo    un peine de oro tenía.
     Hincó la rodilla en tierra    y le puso puntería.
  10   --No me mates, cazador,    del monte no soy nacida.
     Siete años tengo, señor,    de estar por aquí perdida,
  12   que andaba buscando flores    para un santo que tenía,
     una hermana que tengo    contigo la casaría.
  14   --Con ella no quiero yo    sino contigo querría.
     Dime quiénes son tus padres    que estos me complacerían.
  16   --Mi padre es el rey de Araña    y mi madre Fantasía.
     --Por las señas que me das    debes ser la hermana mía.
  18   ¿Dónde quieres que te lleve    en el anca o en la silla?
     --En el anca no quiero yo,    en la silla es que querría
  20   porque no diga la gente    que del monte fui nacida.

Nota: mejor fuera tal vez considerar este texto como una versión de La Infantina con unos motivos prestados del segundo romance.

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0023:47 Gerineldo (í-o)            (ficha no.: 3607)

Versión de Llanos de Casanare (Colombia).   Recitada por un peón. Recogida por Roberto Cadavid M., 00/00/1938 (Archivo: AMP; Colec.: Gutiérrez, B. A.). Publicada en RTLH 7 (1975) , vól. 7, pp. 253-354 (a partir de transcrip. remitida a RMP por Benigno A Gutiérrez desde Medellín).  052 hemist.  Música registrada.

     Una tarde Gerineldo    limpiando el traje de seda,
  2   pasó la infanta y le dijo:    --Gerineldo, yo quisiera. . .
     --¿De veras me lo dice?    ¡que no se burle de mí!
  4   --Que de veras te lo digo,    yo no me burlo de ti.--
     A las diez se acuesta el rey,    y a las once está dormido;
  6   eran las doce cabales    cuando Gerineldo fu`ido.
     --¿Cuál es ese caballero    que a mis puertas ha venido?
  8   --Es el señor Gerineldo,    que viene a lo prometido.
     --Entre, señor Gerineldo,    y será bien recibido;
  10   dormirá en cama de rosa    donde hombre no ha dormido.--
     Eran las once cabales    cuando el rey `taba vestido;
  12   cogió su espada en la mano    y se fue para el castillo.
     Los topó boca con boca    como mujer y marido.
  14   --Si yo mato a Gerineldo,    desde chico lo he querido.
     Pondré mi espada por medio    pa que sirva de testigo.--
  16   Se levantó la princesa    muy blanca y descolorida:
     --Levántate, Gerineldo,    ¡qué sueño que hemos tenido!,
  18   que la espada de mi padre    por el medio ha amanecido.--
     Se levanta Gerineldo    muy blanco y descolorido.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  20   --Cogí una rosa en la mano    de lo más alto `el castillo.
     --Mientes, mientes, Gerineldo    que con la infanta has dormido.
  22   --Y si dormí con la infanta    ¿qué delito he cometido?
     --El delito que cometes    yo te lo voy a decir:
  24   que ella habrá de ser su esposa    y usted será su marido;
     --El dinero que yo tengo    no me alcanza pa`l vestido;
  26   ¡ay, se lo daré de encima    que eso es lo que ha merecido!

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0115:7 Polonia y la muerte del galán (á-a+á-o)            (ficha no.: 5096)
[0101 No me entierren en sagrado, contam.]

Versión de Colombia s. l. (Colombia).   Documentada en o antes de 1953. Publicada en Arias 1953, p. 149. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº VIII, 12.1, pp. 90-91.  022 hemist.  Música registrada.

     Anoche a la medianoche,    salió un lucero a la plaza
  2   a alumbrarle a don Alonso    que saliera de su casa
     con un vestido de seda    y abrochadores de plata;
  4   entre pluma y pluma lleva    el retrato de su amada.
     La propuesta que le hicieron    fue darle de puñaladas.
  6   Se volvió para su casa    con la sangre aborbollada.
     --¿Quién lo ha herido, don Alfonso?    ¿Quién le ha puesto tal celada?
  8   --El uno era Juan Deloy    y el otro era Juan Delara.--
     Muriendo ya don Alonso    a su mujer declaraba:
  10   --Si acaso tuvieses niña,    que sea monja en Santa Clara,
     si acaso tuvieses niño,    que sea obispo de Granada.--

Título original: El caballero herido.

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0191:23 La dama y el pastor (estróf. (vill. glos.))            (ficha no.: 5124)

Versión de Casanare (Colombia).   Recitada por un campesino. Recogida por Fray Pedro Fabo, 00/00/1908 (Archivo: AMP). Publicada en RTLH 11 (1977-1978), pp. 117-118. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XI, 12.1, p. 106.  014 hemist.  Música registrada.

  1A   --Pastor que andas por la sierra
     pastoreando los ganados,
     si te casaras con yo,
     salieras de esos cuidados.
  1B   --No me caso con usted,
     (responde el mozo serrano,)
     el ganado está en la sierra,
     adiós, adiós, que me largó.
  2A   --A caminar con las quimbas
     como estás acostumbrado,
     si te casaras con yo,
     te mandara hacer zapatos.
  2B   --Cállate, que estoy de prisa,
     adiós, adiós; que me largo.--

Nota de Sánchez Romeralo, editor de RTLH XI: "Enviado a Menéndez Pidal en 1908".

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0144:55 Don Gato (é)            (ficha no.: 5163)
[0101 No me entierren en sagrado, contam.]

Versión de Colombia s. l. (Colombia).   Recogida 00/00/1943 Publicada en Robledo 1943, p. 267. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XIII, 12.1, p. 137.  024 hemist.  Música registrada.

     Estando el señor don Gato    sentado en su silla de oro,
  2   le ha venido la noticia    que si quiere ser casado
     con la gatita morisca,    hija del gato rayado.
  4   Él, de pura la alegría,    se tiró tejado abajo,
     se quebró siete costillas    y el hueso del espinazo.
  6   Se puso a hacer testamento    de lo que se había robado:
     cien varas de longaniza    y un quesito mal curado.
  8   --Suplico que si me muero    no me entierren en sagrado
     y me pongan en la frente    un letrero colorado
  10   pa que digan las muchachas:    "Aquí murió un desgraciado;
     no murió de calentura    ni de dolor de costado,
  12   sino del mal de amor,    que es el más desesperado."--

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0023:70 Gerineldo (í-o)            (ficha no.: 5175)

Versión de Llanos de Casanare (Colombia).   Recitada por un peón raso. Recogida 00/00/1938 (Archivo: AMP). Publicada en RTLH 7 (1975), pp. 253-254. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XIV, 12.1, p. 147.  052 hemist.  Música registrada.

     Una tarde Gerineldo    limpiando el traje de seda,
  2   pasó la infanta y le dijo:    --Gerineldo, yo quisiera . . .
     --¿De de veras me lo dice,    qué no se burle de mí?
  4   --Que de veras te lo digo,    yo no me burlo de ti.
     A las diez se acuesta el rey    y a las once está dormido.--
  6   Eran las doce cabales    cuando Gerineldo fue ido.
     --¿Cuál es ese caballero    que a mis puertas ha venido?
  8   --Es el señor Gerineldo,    que viene a lo prometido.
     --Entre, señor Gerineldo,    y serás bien recibido,
  10   dormirá en cama de rosa    donde hombre no ha dormido.--
     Eran las once cabales    cuando el rey `taba vestido,
  12   cogió su espada en la mano    y se fue para el castillo;
     los topó boca con boca    como mujer y marido.
  14   --Si yo mato a Gerineldo,    desde chico lo he querido;
     pondré mi espada por medio    pa que sirva de testigo.
  16   Se levantó la princesa    muy blanca y descolorida:
     --Levántate, Gerineldo,    qué sueño que hemos tenido,
  18   que la espada de mi padre    por el medio ha amanecido.
     Se levanta Gerineldo    muy blanco y descolorido.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  20   --Cogí una rosa en la mano    de lo más alto `el castillo.
     --Mientes, mientes, Gerineldo,    que con la infanta has dormido.
  22   --Y si dormí con la infanta    ¿qué delito he cometido?
     --El delito que cometes    yo te lo voy a decir:
  24   que ella habrá de ser su esposa    y usted será su marido.
     --El dinero que yo tengo    no me alcanza pa el vestido.
  26   --¡Ay!, se lo daré de encima,    que eso es lo que ha merecido.--

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0180:44 Marinero al agua (á-a)            (ficha no.: 5260)

Versión de Llanos Orientales (Colombia).   Recitada por Toñico. Recogida 00/00/1963 Publicada en Sabio 1963, p. 263. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXII, 12.1, pp. 200-201.  020 hemist.  Música registrada.

     Anoche a la medianoche    cayó un marinero agua
  2   echando verbos al aire    diciendo: --¡Jesús me valga!
     El demonio le asaltó    diciéndole estas palabras:
  4   --Marinero, ¿qué me das    como te saque del agua?
     --Te daré mis tres navíos,    si quieres en oro y plata.
  6   --No te pido tus riquezas,    sino que me des el alma.
     --Vete, perro engañador,    enemigo de las almas.
  8   Mi alma será para Dios,    que le ha costado tan cara,
     mi corazón pa María,    que es nuestra madre abogada,
  10   mi cuerpo para los peces    que están debajo del agua.--

Título original El marinero.

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0028:26 Antes que barbas tuviese (á-e)            (ficha no.: 8536)

Versión de Bogotá (Colombia).   Recitada por un artesano. Recogida por Fray P. Fabo, 00/00/1907 (Archivo: AMP). Publicada en RTLH 1 (1957), nº 28r, p. 258.  012 hemist.  Música no registrada.

     --Antes que barbas tuviese,    el rey Alfonso, juraste
  2   el darme a mi padre vivo,    y nunca me das mi padre;
     cuando nací de tu hermana    (que nunca fuera mi madre),
  4   le metiste en la prisión,    y en la más oscura cárcel.
     Acordáte, rey Alfonso,    acordáte de mi sangre,
  6   que no es oficio de reyes    el vengarse de la sangre.--
    
(El cantor advertía que el romance era más largo, pero no se acordaba de más.)

Nota: Véase el comentario de los editores de RTLH en las pp. 258-259.

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0098.1:9 ¿Cómo no cantáis, la bella? A lo divino (é-a)            (ficha no.: 4568)

Versión de Cocorná (Antioquia, Colombia).   Recitada por Bernarda Serna (8a). Recogida por Gisela Beutler, 00/06/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 3, pp. 302-303, notación musical, nº1, p. 555.  014 hemist.  Música registrada.

     La Virgen se está peinando    debajo de una palmera;
  2   sus peines eran de plata,    la cinta de primavera.
     por aquí pasó José    me dijo de esta manera:
  4   --¡Qué lindo canta la hermosa,    qué lindo canta la bella!
     --¿Cómo quieres que yo cante,    solita y en tierra ajena?
  6   Que un hijo que yo tenía,    más blanco que una azucena,
     me lo están crucificando    en una cruz de madera.--

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0098.1:10 ¿Cómo no cantáis, la bella? A lo divino (é-a)            (ficha no.: 4569)

Versión de Cocorná (Antioquia, Colombia).   Recitada por Mercedes Arango (9a). Recogida por Gisela Beutler, 00/06/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 5, p. 303.  008 hemist.  Música registrada.

     La Virgen se está peinando    debajo de una palmera;
  2   sus peines eran de plata    y su cinta de primavera.
     Por aquí pasó José,    me dijo de esta manera:
  4   --¿Por qué no canta la Virgen,    porqué no canta la reina?--

Nota: La recitadora aprendió el romance en casa de su hermana.

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0226:20 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 4589)

Versión de Cocorná (Antioquia, Colombia).   Recitada por Marta Gloria Betancourt (8a). Recogida por Gisela Beutler, 00/06/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 26, p. 307.  012 hemist.  Música registrada.

     La Virgen se va caminando    del Valle para Belén:
  2   En la mitad del camino    pidió el niño agua beber.
     --¡No la beberés, mi niño!--    La Virgen siguió sus pasos.
  4   Venía un cieguecito con naranjas.    El niño le pidió una.
     ¡Ciego, que jamás se ha visto!,    El ciego dijo al niño:
  6   --Que cojas todas que ha `menes`.--    La Virgen siguió sus pasos.

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0226:21 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 4590)

Versión de Cocorná (Antioquia, Colombia).   Recitada por Guiter Vallejo (9a). Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 27, pp. 307-208.  017 hemist.  Música registrada.

     Camina la Virgen pura    de Egiptos para Belén.
  2   En la mitad del camino    el niño tenía sed.
     Allá arriba hay un naranjero.    La Virgen le dijo:
  4   --¿Querías darme una naranja    para la sed de este niño?--
     La Virgen, como era Virgen,    no cogía más de tres.
  6   El niño, como era niño,    todas las se quería coger.
     El naranjero dijo:
  8   --¿Quién es esa señora,    que me ha hecho tal merced?--
     Esa es la Virgen pura,    que va de Egipto para Belén.

Nota: -6a menes sic. Aprendido "de una sobrinita"

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0226:22 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 4591)

Versión de Cocorná (Antioquia, Colombia).   Recitada por Maruja Gómez (10a). Recogida por Gisela Beutler, 00/06/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 28, p. 308.  024 hemist.  Música registrada.

     La Virgen va caminando    de viaje para Belén.
  2   En la mitad del camino    pide el niño agua beber.
     --No la beberés, mi niño,    no la beberés, mi bien,
  4   porque esas aguas van turbias,    fuentes y ríos también.--
     La Virgen siguió sus pasos    y se encontró con un ciego:
  6   --¡Ciegos, que jamás se han visto,    ciegos que jamás se ven,
     dame, ciego, una naranja,    pa`l niño aplaque la sed!--
  8   --Ahí está el naranjo, señora,    cójalas que menester.--
     En una en una cogió,    en dos en dos floreció.
  10   La Virgen siguió sus pasos    y el ciego quedó mirando.
     --¿Quién será esa gran señora    que lleva el niño con sed?--
  12   Pues era la Virgen pura    y el glorioso San José.

Nota: -6a menes sic. Aprendido de su papá.

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0226:23 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 4592)

Versión de Cocorná (Antioquia, Colombia).   Recitada por Marina Arango (9a). Recogida por Gisela Beutler, 00/06/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 29, p. 308.  039 hemist.  Música registrada.

     Camina la Virgen pura,    camina para Belén,
  2   con su niñito en los brazos,    más bello que el sol.
     En la mitad del camino    pide el niño de beber.
  4   --No pidas agua, mi vida,    no pidas agua, mi bien,
     que van los ríos muy turbios    y no se puede beber.--
  6   Un poquito más adelante    hay un verde naranjel
     cargadito de naranjas,    que más no puede tener.
  8   Un ciego lo estaba cuidando,    un ciego que no puede ver.
     --¡Ciego mío, mi buen cieguecito,    si una naranja me diera,
  10   para la sed de este niño    un poquito entretener!
     --¡Coja usted, buena Señora,    coja usted, buena mujer,
  12   en cogiendo para el niño,    coja también para usted!--
     La Virgen, como era Virgen,    no cogía más de tres,
  14   y el niño, como era niño,    todas las quería coger.
     Apenas cogía el niño,    volvían a florecer.
  16   --Tome, ciego, este pañuelo,    limpiate los ojos con él.--
     Apenas marchó la Virgen,    el ciego comenzó a ver.
  18   --¿Quién será esa señora,    quién será esa mujer,
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    que me ha hecho tanto bien?
  20   ¿Sería la Virgen pura    y el niñito de Belén?--

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0226:24 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 4593)

Versión de Montebello (Antioquia, Colombia).   Recitada por Manuel Octavio López (9a). Recogida por Gisela Beutler, 00/06/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 30, p. 309.  022 hemist.  Música registrada.

     Camina la Virgen pura    de Egiptos para Belén
  2   y en la mitad del camino    el niño tenía sed.
     Allá arriba hay un viejo naranjal.
  4   Un ciego lo está curando,    ¡qué diera ciego por ver!
     --¡Viejo mío, viejo mío,    si una naranjita me dieras
  6   para la sed de este niño    un poquito entretener!--
     La Virgen, como era Virgen,    no cogía más de tres.
  8   El niño, como era niño,    todas las quería coger.
     Apenas se va la Virgen,    el ciego comienza a ver.
  10   --¿Quién fue esta señora,    que me hizo tal merced?--
     Ha sido la Virgen pura,    que va de Egiptos para Belén.

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0226:25 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 4594)

Versión de Montebello (Antioquia, Colombia).   Recitada por Lucía Martínez (17a). Recogida por Gisela Beutler, 00/06/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 31, p.309.  024 hemist.  Música registrada.

     Camina la Virgen pura    de Egipto para Belén.
  2   En la mitad del camino    el niño tenía sed.
     Allá arriba en aquel alto    hay un viejo naranjal.
  4   El ciego lo está guardando,    ¡qué diera el ciego por ver!
     --¡Ciego mío, ciego mío,    si una naranja me dieras
  6   para la sed de este niño    un poquito entretener!
     --Sí, señora, sí señora,    tome ya las que quisiere.--
  8   La Virgen, como era Virgen,    no cogía más de tres.
     El niño, como era niño,    todas las quería coger.
  10   Apenas se va la Virgen,    el ciego comienza a ver.
     --¿Quién ha sido esta señora,    que me hizo tal merced?--
  12   Ha sido la Virgen pura,    que va de Egipto para Belén.

Nota: Aprendido en el colegio.

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0075:66 Delgadina (á-a)            (ficha no.: 4640)

Versión de Cocorná (Antioquia, Colombia).   Recitada por Lucía Castaño (10a). Recogida por Gisela Beutler, 00/06/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 124, p. 350, notación musical, nº 18, p. 562.  050 hemist.  Música registrada.

     El rey tenía tres hijas    más bonitas que la plata
  2   y la mas bonita de ellas    Delgadina se llamaba.
     Un día sentada en la mesa,    y su padre que la miraba.
  4   --No me mires, padre mío,    que yo estoy enamorada.--
     Al momento mandó a su criado    --¡Encierren a Guilledilma!
  6   Y si pide de comer,    denle la carne salada,
     y si pide de beber,    denle agua de `trama`.--
  8   El primer día    se asomó por la ventana:
     --Hermanita, si es la mía,    dame un vasito de agua,
  10   que mi corazón está seco    y a Dios yo le entrego el alma.--
     El segundo día    se asomo par la ventana,
  12   cuando vio a sus hermanitos,    jugando juego de mano.
     --Hermanito, si es el mío,    traígame un vasito de agua,
  14   que mi corazón esta seco    y a Dios yo le entrego el alma.--
     El tercer día    se asomo por la ventana,
  16   y vio a su madrecita;    recibió un tarro de agua.
     --Madrecita, si es la mía,    traígame un vasito de agua,
  18   que mi corazón está seco    y a Dios yo le entrego el alma.--
     Pronto mandó a su criado:    --¡Llévenle un vaso de agua a Guilledilma!--
  20   Cuando fuese con el agua,    Guilledilma ya postrada.
     Los ángeles la coronan,    le teman fuente de agua,
  22   y la Virgen a los pies,    cosiéndole la mortaja.
     La aguja era de oro    y el dedal era de plata.
  24   Los ángeles en el cielo    por ella ya repicaban.
     Los ángeles en el infierno    por su mal padre doblaban.

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0222:15 Bernal Francés (í+pareados)            (ficha no.: 4645)

Versión de Ituango (Antioquia, Colombia).   Recitada por Felicidad Pérez Rodríguez (46a). Recogida por Gisela Beutler, 00/06/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 141, p. 361.  036 hemist.  Música registrada.

     --Elena, abríme la puerta,    si no te da desconfianza;
  2   si soy Fernando el Francés,    que acabo de llegar de Francia.--
     Elena le abrió la puerta    para acostarlo a dormir.
  4   Y en el quicio de la puerta,    le apagaron el candil.
     --Si sois Fernando el Francés,    ¿porqué no me hablas a mí?
  6   ¿Tenéis amores en Francia,    queréis a otra más que a mí?
     --No tengo amores en Francia,    ni quiero a otra más que a ti;
  8   me temo de tu marido,    que está muy cerca de ti.
     --¡Perdón, ah, marido mío,    perdona mi desventura!,
  10   no hagas tanto por mí,    hacedlo por esta criatura.
     --De mí no alcanzas perdón,    de mí no alcanzas ventura,
  12   que te perdone el Francés,    que gozó de su hermosura.
     --Toma, María, este niño,    y llevárselo a la abuela;
  14   y preguntan por Elena,    diles que no sabes d`ella.--
     Siete balas de revólver    que su marido le dio.
  16   Le sacó la carne humana    y el cuerpo le embalsamó.
     Todas las mujeres casadas    vivan bien con sus maridos,
  18   que no les suceda el caso,    que (a) Elena le ha sucedido.

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0222:16 Bernal Francés (í+pareados)            (ficha no.: 4646)

Versión de Ituango (Antioquia, Colombia).   Recitada por Rosa Elena Arango (40a). Recogida por Gisela Beutler, 00/06/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 142, pp. 361-362. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº__, 12.1, p. 61.  036 hemist.  Música registrada.

     --Elena, abríme la puerta,    si no te da desconfianza;
  2   que soy Fernando el Francés,    que acabo de llegar de Francia.--
     Elena la abrió la puerta    para acostarlo a dormir.
  4   Y en la mitad de la puerta    le apagaron el candil.
     Elena a la medianoche,    Elena le dijo así:
  6   --¿Tenéis amores en Francia,    o quieres otra más que a mí?
     --No tengo amores en Francia,    ni quiero quererte a ti;
  8   porque tienes tu marido,    que está muy cerca de aquí.
     --¡Perdona, marido mío,    perdona mi desventura!
  10   No lo hagas tanto por mí,    hácelo por esta criatura.
     --De mí no tienes perdón,    que te perdone el Francés;
  12   hacerle cuenta, Elenita,    que a mí no me conocés.--
     Siete tiros de revolver    que su marido le dio.
  14   La carne vuelve acecinar    y el cuero le embalsamó.
     --Tened este niño    y llevádselo a aquella abuela.
  16   Si preguntan por su madre,    dile que no sabes d`ella.--
     Todas las que sean casadas    vivan bien con sus maridos,
  18   que no les suceda el caso,    que a Elena le ha sucedido.

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0222:17 Bernal Francés (í+pareados)            (ficha no.: 4647)

Versión de Cocorná (Antioquia, Colombia).   Recitada por Álvaro Quintero Velásquez. Recogida por Gisela Beutler, 00/06/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 143, p. 362, notación musical, nº 22, p. 564.  027 hemist.  Música registrada.

     --Elena, abríme la puerta,    que soy Fernando Francés,
  2   que acabo de llegar de Francia.
     Elena le abrió la puerta    para dentrarlo a dormir.
  4   En la vereta de la puerta    le apagaron el candil.
     Elena a la medianoche    le dice a Fernando así:
  6   --Usted, señor don Fernando,    ¿porqué es que no me hablas a mí?
     ¡Perdón, perdón, Don Manuel,    perdona mi desventura!
  8   Si no lo haces por mí,    hacerlo por tu hermosura.
     --De mí no alcanzas perdón,    de mí no alcanzas ventura.
  10   ¡Que te perdone el francés,    que fue toda tu hermosura!--
     ¡Qué desgraciada fue Elena,    en qué lástima murió!
  12   Tres balazos de un revólver    que su marido le dio.
     La carne quedó en celazo,    el cuero lo embalsamó,
  14   para escarmiento del pueblo    de las mujeres quedó.

Nota: -4a vereta sic; -5a lo m. sic; 8b sic; -13a celazo salazón.

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0113:107 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 4652)

Versión de Cocorná (Antioquia, Colombia).   Recitada por Elcira Vásquez (10a). Recogida por Gisela Beutler, 00/06/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 148, p. 366. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº__, 12.1, p. 240-241.  044 hemist.  Música registrada.

     Estaba Catalina sentada    debajo un laurel,
  2   con los pies en la frescura,    viendo las aguas correr.
     De pronto pasó un soldado,    y le hizo detener
  4   --Deténgase, mi soldado,    que una pregunta le haré.
     Oígame, soldadito,    ¿de la guerra viene usted?
  6   ¿Si no ha visto a mi marido    en la guerra alguna vez?
     --Si lo he visto, no me acuerdo,    deme usted las señas de él.
  8   --Mi marido está todo rubio    y buen mozo igual que usted.
     Tiene una habla muy ligera    y un ademán muy cortés.
  10   Y en la cacha de la espada    lleva el nombre de Marfel.
     --Por sus señales, señora,    su marido muerto es.
  12   En la mesa de los dados    lo mató un genovés.
     Y de encargo me ha dejado    que me case con usted,
  14   y que cuide de sus hijos,    conforme cuidaba él.
     --Eso sí, que no lo haré.    ¡No me lo permita Dios!
  16   Siete años lo he esperado    y siete lo esperaré.
     Si a los quatorce no viene,    yo de monja me entraré.
  18   Y a mis tres hijos varones    los mandaré para el rey,
     a que le sirvan de vasallas    y que mueran por la fe.
  20   Y a mis tres hijas mujeres    conmigo las llevaré.
     --Calla, calla, Catalina,    calla, infeliz mujer,
  22   hablando con tu marido,    y sin poderlo conocer.--

Nota: Beutler considera este el tipo A. "Debajo de un laurel"+Soldado

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0113:108 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 4653)

Versión de Cocorná (Antioquia, Colombia).   Recitada por Blanca Inés Zuluaga (13a). Recogida por Gisela Beutler, 00/06/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 149, pp. 366-367.  036 hemist.  Música registrada.

     Estaba Catalina sentada    debajo un laurel,
  2   con los pies en la frescura,    las aguas viendo correr.
     De pronto pasó un soldado,    y lo hizo detener:
  4   --Deténgase, mi soldado,    que una pregunta le haré.
     ¿Que si no has visto a mi marido    en la guerra alguna vez?
  6   Mi marido es blanco y rubio,    un tipo igual a usted.
     --Sí, señora, si le he visto,    por las señas de usted.
  8   En la guerra lo mataron,    lo ha matado un genovés.
     Por encargo me ha dejado    que me case con usted,
  10   y que cuide de sus hijos,    como los cuidaba él.
     --No me lo permita Dios,    eso sí que no lo haré.
  12   Siete años lo esperaba    y siete los esperaré.
     Si a los catorce no viene,    yo de monja me entraré.
  14   Y a mis tres hijos varones    donde el rey los mandaré,
     que le sirvan de batalla    y que mueran por la fe.
  16   Y a mis tres hijas mujeres    conmigo las llevaré.
     --Calla, calla, Catalina,    calla, infeliz mujer,
  18   hablando con tu marido,    y sin poderlo conocer--

Nota: Aprendido de una señora Lina Castaña, del campo..

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0113:111 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 4656)

Versión de Santa Fe de Antioquia (Antioquia, Colombia).   Recitada por Fulvia Flores (10a). Recogida por Gisela Beutler, 00/06/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 152, p. 368.  037 hemist.  Música registrada.

     Estando Catalinita    sentada en su vergel,
  2   ha los piececitos estirado,    viendo el agua correr;
     cuando de repente pasó un soldado,    y lo hace detener:
  4   --Deténgase, mi soldado,    una pregunta le haré,
     ¿si no ha visto a mi marido,    en la guerra alguna vez?
  6   --No, señora, no, señora,    si lo he visto, no me acuerdo;
     si usted quiere, que le diga,    deme la señal de él.
  8   --Mi marido es alto y rubio,    más o menos como usted,
     y en la punta de la espada    lleva el nombre de Israel.
  10   --Por sus señas, mi señora,    su marido muerto es.
     Y en la mesa de los dados    lo ha matado un genovés.
  12   Y de encargo me ha dejado    que me case con usted;
     que le cuide sus hijitos,    como los cuidaba él.
  14   --Siete años lo esperaba    y siete lo esperaré.
     Si a los catorce no ha venido,    al convento me entraré.
  16   A mis dos hijas mayores    al rey se las llevaré.
     Y a mis dos hijas menores    al convento las entraré.
  18   --Calla, calla,    mujer infeliz,
     que hablando con tu marido,    no lo has podido conocer.--

Nota: -9b :o Isabel.

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0113:115 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 4660)

Versión de Pamplona (Antioquia, Colombia).   Recitada por Sor María Efigenia (72a). Recogida en Ibagué, Tolima por Gisela Beutler, 00/06/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 156, p. 369.  010 hemist.  Música registrada.

     --Catalina, Catalina,    flor de todo el Genovés,
  2   ¿qué, si te vas para Francia,    qué mandás o qué querés?
     --Que, si ves a mi marido,    digo, que lo saludes.
  4   --¿Cómo lo he de saludar,    si no conozco quien es?
     --Es un joven alto y blanco    y del habla muy cortés.--
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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0113:124 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 4669)

Versión de Montebello (Antioquia, Colombia).   Recitada por Amparo López (12a). Recogida por Gisela Beutler, 00/06/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 165, p. 373.  022 hemist.  Música registrada.

     --Catalina, Catalina,    bella flor de Genova,
  2   mañana me voy para España,    ¡y dirá lo que queras!
     --Una carta escrita tengo,    para que a mi marido llevés.
  4   --No conozco tu marido    y tampoco sé quién es.
     --Mi marido es alto y delgado,    el quien habla muy cortés.
  6   Anda en un caballo rucia,    con las espadas del rey.
     --Tu marido hace siete años    que murió.
  8   Y en el testamento dejó,    que me casara yo con vos.
     --¡No lo permita mi Dios de los cielos    y San José y su ley!
  10   Las tres hijos (que) tengo    lo mandaré para donde el rey,
     que murieran allí,    donde murió él.--

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0224:28 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 4705)

Versión de Santo Domingo (Antioquia, Colombia).   Recitada por Gabriela Monsalve (40a). Recogida por Gisela Beutler, 00/06/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 200, p. 384. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº__, 12.2, p. 170.  028 hemist.  Música registrada.

     Granito, granito de oro,    yo jugando al ajedrez,
  2   le dije una gran señora,    --¡Que lindas hijas tenés.
     --Téngalas o no las tenga,    o déjalas de tener;
  4   agüita que yo bebiere,    beberán ellas también,
     zapatos que yo calzare,    calzarán ellas también,
  6   vestido que yo vistiera,    vestirán ellas también.
     --Yo me voy muy enojado    a los palacios del rey
  8   a decir al rey Moreno    y a su señora también.
     --Venga, venga, caballero,    tan feliz y tan cortés,
  10   de las hijas que yo tengo    escógela que querés.
     --Yo me llevo esta,    por bonita y legítima mujer,
  12   que parece un grano de oro,    acabado de nacer.
     Su madre es una rosa,    su padre es un clavel
  14   y ella parece una azucenita,    acabada de nacer.--

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0224:29 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 4706)

Versión de Granada (Antioquia, Colombia).   Recitada por Hermana Carmen Gómez (60a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1962 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 201, p. 385.  021 hemist.  Música registrada.

     --Filito, filito de oro,    ¡qué niñas lindas tenéis!
  2   --Téngalas o no las tenga,    las dejaré de tener.
     El zapato que yo calzare,    calzarán ellas también,
  4   del agua que yo tomare,    tomarán ellas también,
     --Me voy muy enojado    por los palacios del rey
  6   a decirle a mi padre moro
     que los hijos del Reimundo    no me dejan escoger.
  8   --Vuelva, vuelva, caballero,    no sea tan descortés,
     que de las hijas que yo tengo    escoger puedes la mejor.
  10   --Me llevo esta por bonita,    por legítima mujer,
     que parece un grano de oro,    acabado de nacer.--

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0224:30 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 4707)

Versión de Cocorná (Antioquia, Colombia).   Recitada por Berta Margarita Gómez (10a). Recogida por Gisela Beutler, 00/06/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 202, p. 385.  019 hemist.  Música registrada.

     Filito, filito de oro,    yo jugando al ajedrez,
  2   me dijo una gran señora,    --¡Que lindas hijas tenés.
     --Téngalas o no las tenga,    no se las daré a escoger.
  4   Del vestido que yo visto,    vestirán ellas también,
     del calzado que yo calzo,    calzarán ellas también,
  6   del agua que yo tomo,    tomarán ellas también,
     del manjar que yo como,    comerán ellas también.
  8   --Pues me voy muy enojado    al palacio del rey
     al decirlo a la reina mora,    que las hijas que usted tiene
  10   no me las daréis a escoger.--

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0113:131 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 4720)

Versión de Santa Fe de Antioquia (Antioquia, Colombia).   Recitada por Ana Feliz Bola (11a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 215, pp. 389-390.  029 hemist.  Música registrada.

     --Cuatro años soy casada,    mi marido me dejó,
  2   y ahora no lo sigo    por amar la libertad.
     --Dígame, mi buen soldado,    ¿si no ha visto a mi marido?
  4   --No, señora, no lo he visto,    déme una señita de él.
     --Mi marido es alto y rubio,    tiene tipo de francés;
  6   en el puño y en la espada    lleva el nombre de Isabel.
     --Sí, señora, sí, lo he visto,    hace un año que murió;
  8   en la plaza de Cartagena    lo mató un francés traidor.
     --Ahora me visto de negro    y salgo para la plaza,
  10   a comprar una verdura,
     para que la gente diga:    --¡Ah, linda que está la viuda!
  12   Dos hijos varones tengo,    ahora se los llevo al rey;
     uno le sirve a la reina,    y otro le sirve al rey.
  14   Dos hijas mujeres tengo,    ahora se las llevo al rey;
     una le sirve a la reina,    y otra le sirve al rey.--

Nota: Aprendido de una campesina en "El Carmen", una montaña lejos de Santa Fe de Antioquía.

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0113:136 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 4725)

Versión de Cacares (Antioquia, Colombia).   Recitada por Olga Arango (28a). Recogida por Gisela Beutler, 00/06/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 220, p. 392. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº__, 12.3, p. 241.  016 hemist.  Música registrada.

     --Soy la pobre viudita,    hace años me casé.
  2   Mi marido me ha abandonado    por querer a otra mujer.
     --Buenas tardes, mi buen señor,    ¿ha visto a mi marido?
  4   --No, señora, no, señora,    déme la señal de él.
     --Mi marido es alto y grueso,    tiene tipo de francés,
  6   y en el puño de la manga    lleva el nombre de Ismael.
     --Sí, señora, sí, señora,    aquí mismo lo enterré.
  8   --Pobrecito mi marido,    y en el cielo le encontraré.--

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0144:30 Don Gato (á-o)            (ficha no.: 4732)

Versión de Montebello (Antioquia, Colombia).   Recitada por Aura Lucía López (11a). Recogida por Gisela Beutler, 00/06/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 227, pp. 394-395.  019 hemist.  Música registrada.

     Estando el señor don Gato    sentadito en su tejado.
  2   Le llegó una noticia    que debía ser casado.
     Llegó la Señora Gata,    con un traje muy aplanchadito,
  4   y el gato por darle un pico    cayó tejado abajo.
     Se ha descompuesto un brazo,    se ha roto media cabeza.
  6   Al otro día el gato    amaneció muy mal.
     Y los ratoncitos fueron    y se vistieron de colorado.
  8   Salieron diciendo:
     Gracias a mi Dios,    se murió este condenado,
  10   que nos hacía correr,    con el rabito parado.

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0612:10 Pregunté si había cena (ó)            (ficha no.: 4749)

Versión de Santa Fe de Antioquia (Antioquia, Colombia).   Recitada por Estela Velásquez Pardo (37a). Recogida por Gisela Beutler, 00/06/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 245, pp. 401-402, notación musical , nº 43,p. 571.  016 hemist.  Música registrada.

     Paseándome cierto día    por los llanos del Playón
  2   me encontré una morena,    más bonita que una flor.
     Llevaba el pie descubierto,    alzadito el camisón,
  4   dejando ver blanca enagua,    trabajada con primor.
     Las niguas tienen la culpa    que yo no la vaya a ver,
  6   pues me han tenido a su cargo    para rascar y doler.
     Las chiquitas no me duelen,    las grandes están enreumadas,
  8   y a mí lo que me calienta,    son las uñas levantadas.
     Ría - laí, yo - lom - bó.

Nota: -5a niguas: Especie de pulga tropical (Dermatophyllus o Pulex penetrans). La informante dice que se trata de una canción antigua que cantó una tía de su padre.

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0178:24 Mambrú (7+7 á)            (ficha no.: 4755)

Versión de Montebello (Antioquia, Colombia).   Recitada por unas niñas del C. de las Hermanas Carmelitas. Recogida por Gisela Beutler, 00/06/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 252, p. 406, música, p. 572.  019 hemist.  Música registrada.

     En Francia nace un niño,    de padre general,
  2   Por no tener padrinos,    Mambrú se llamará.
     Mambrú se va a la guerra,    y cuándo volverá,
  4   Allí viene el correo,    qué noticias traerá?
     Las noticias que trae,    Mambrú que ya murió.
  6   En caja de terciopelo    lo llevan a enterrar.
     Encima de la caja    una corona va.
  8   Encima de la corona    una tarjeta va.
     Encima de la tarjeta    un pajarito va,
  10   cantando el pio pá.

Nota: Los primeros hemistiquios se repiten, intercalando el estribillo: ¡qué horror, qué horror, qué pena!. Los segundos también se repiten intercalando el estribillo: dorremí, dorrefá. El estribillo se mantiene hasta el final.

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0178:27 Mambrú (7+7 á)            (ficha no.: 4758)

Versión de Cocorná (Antioquia, Colombia).   Recitada por Sor Lidia Inés Serna (28a). Recogida por Gisela Beutler, 00/06/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 255, p. 408, música, p. 572.  018 hemist.  Música registrada.

     Mambrú se fue a la guerra,    y cuándo volverá?
  2   La Madre Florinda    corría, corría afanosa,
     cogiendo la linda    gentil mariposa.
  4   Por fin suspendióla    y lista cogióla,
     gritando: alegría,    la tengo, ¡oye mí!
  6   Allí viene un correo,    ¿qué noticias traerá?
     Las noticias que trae,    fue que Mambrú murió.
  8   En caja de terciopelo    lo llevan a enterrar.
     Y sobre su sepulcro    dos palomitas van.

Nota: Los primeros hemistiquios se repiten, intercalando el estribillo: ¡qué horror, qué horror, qué pena!. Los segundos también se repiten intercalando el estribillo: dorremí, dorrefá.

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0126:20 Santa Catalina (7+7 pareados)            (ficha no.: 4769)

Versión de Santa Fe de Antioquia (Antioquia, Colombia).   Recitada por Leandra Lora de Paria. Recogida por Gisela Beutler, 00/06/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 266, p. 414.  008 hemist.  Música registrada.

     Santa Catalina,    cabello de oro,
  2   mató sus padres,    porque eran moro,
     y Santa Catalina    murió de espanto,
  4   cuando la disciplina    en el Viernes Santo.

Nota: -2b moro sic. La recitadora no sabe su edad. Dice haberlo oído en Semana Santa como rezo.

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0565:5 Estando una pastora... mató a su gatito (7+7 í-o)            (ficha no.: 4773)

Versión de Montebello (Antioquia, Colombia).   Recitada por Lucía Amada Villalba (10a). Recogida por Gisela Beutler, 00/06/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 270, pp. 416-417.  016 hemist.  Música registrada.

     Estando la pastora,    cuidando el rebañito.
  2   Con leche de su cabra    mandó hacer un quesito.
     El gato la miraba    con ojos picaritos.
  4   --Si tú metes la pata,    te doy con un palito.
     El gato la metió,    y la niña lo pegó.
  6   Se fue a confesar    con el padre Justico.
     --Me acusóme, mi padre,    que yo maté el gatito.
  8   --De penitencia te echo,    que no comas quesito.--

Nota: tras el primer hemistiquio (que se repite), se canta el estribillo tarai, larai, larito.

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0888:7 La pulga y el piojo (6+6 coplas)            (ficha no.: 4778)

Versión de Cocorná (Antioquia, Colombia).   Recitada por Cruz Elena Ramírez (12a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 276, pp.423-425.  060 hemist.  Música registrada.

     El piojo y la pulga    se van a casar,
  2   no le hacen la fiesta    por falta de sal.
     Contesta la chuchaallá en el platanal:
  4   no dejen la fiesta,    yo pongo la sal.
     Ya por falta de    no la dejamos,
  6   ahora la cebolla    ¿dónde la hallaremos?
     Contesta la cebollera,    allá en el cebollar:
  8   no dejen la fiesta,    yo doy la cebolla.
     Ya por falta de cebolla,    ya no la dejamos,
  10   ahora el tocino,    ¿dónde hallaremos?
     Contesta el cochino,    allá en el corral:
  12   no dejen la fiesta,    yo pongo el tocino.
     Ya por falta de tocino,    ya no la dejamos.
  14   Ahora la carne,    ¿dónde la hallaremos?
     Contesta la vaca,    allá en el potrero:
  16   no dejen la fiesta,    yo doy mi ternera.
     Ya por falta de carne,    ya no la dejamos.
  18   Ahora el padrino,    ¿dónde lo hallaremos?
     Contesta el ratón,    allá en el rincón:
  20   no dejen la fiesta,    yo soy el padrino.
     Ya por falta de padrino    no la dejemos.
  22   Ahora la madrina,    ¿dónde la hallaremos?
     Contesta la perra,    allá en la cocina:
  24   --Si no tiran pólvora,    yo soy la madrina.
     Por falta de madrina    ya no la dejamos.
  26   Ahora el curita,    ¿dónde lo hallaremos?
     Contesta el curita,    allá en su aposento
  28   --Si traen el libro,    se hará el casamiento.--
     Les voy a contar    lo que ha sucedido:
  30   largaron el gato,    y se comió el padrino.

Nota: -5a: Otra versión de Cocorná empieza en forma muy similar (Informante Dolly Amparo Zapata, 10 años, junio 1961): El piojo y la hormiga/ se van a casar;/ por falta de sal/ -no se pueden casar. ... Contesta la chucha,/ allá en el platanal:/ que sigan la fiesta, que yo doy la sal. ... En vez de cebolla/ Contesta la arriera/ se dice:/ descogolladora... arriera = especie de hormiga americana (Colombia, México), que se alimenta sobre todo de hojas de árbol. La informante dice que lo oyó cantar por un señor en l campo.

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0888:8 La pulga y el piojo (6+6 coplas)            (ficha no.: 4779)

Versión de Montebello (Antioquia, Colombia).   Recitada por Manuel Octavio López (9a). Recogida por Gisela Beutler, 00/10/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 277, pp. 425-426.  054 hemist.  Música registrada.

     El piojo y la pulga    se van a casar;
  2   no hacen la fiesta    por falta de sal.
     Contesta el salero,    mesa:
  4   que sigan la fiesta,    que yo doy la sal.
     Por falta de sal,    que ya la tenemos,
  6   ahora carnita,    ¿dónde hallaremos?
     Contesta la vaca,    allá en el potrero:
  8   que siga la fiesta,    yo doy el ternero.
     Por falta de carnita,    que ya la tenemos,
  10   ahora papitas,    ¿dónde hallaremos?
     Contesta la papa,    en el potrero:
  12   que siga la fiesta,    que yo voy creciendo.
     Por falta de papitas,    que ya las tenemos,
  14   ahora padrino,    ¿dónde hallaremos?
     Contesta el ratón,    allá escondido:
  16   que si amarran el gato,    yo soy el padrino.
     Por falta de padrino,    que ya lo tenemos,
  18   ahora madrina,    dónde hallaremos?
     Contesta el perro,    allá en la cocina:
  20   que si no tiran pólvora,    yo soy la madrina.
     Por falta de madrina,    que ya la tenemos,
  22   ahora curita,    ¿dónde hallaremos?
     Contesta el curita,    allá en su aposento:
  24   que si me llevan dinero,    que yo doy casamiento.
     Y los novios    para casarse,
  26   tomando el vino,    comiendo el pan,
     llegó el gato    zapó el padrino.

NOTA: -11a: Variante de una forma muy parecida, de Montebello: Contestan las papas,/ que ya van naciendo: //--Que sigan la fiesta, /que yo voy creciendo. // (Informante: Rosa de la Paz López, 15 años, junio 1961).

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0224:62 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 5206)

Versión de Antioquía (Antioquía, Colombia).   Documentada en o antes de 1943. Publicada en Robledo 1943, pp. 266-267. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XVII, 12.1, p. 170.  028 hemist.  Música registrada.

     Filito, filito de oro,    yo jugando al ajedrez,
  2   le dije a una gran señora:    --Qué bellas hijas tenés.
     --Téngalas o no las tenga,    yo las sabré mantener,
  4   la comida que yo coma,    ellas comerán también,
     el agua que yo bebiere,    ellas habían de beber,
  6   los zapatos que yo calce,    calzarán ellas también.
     --Yo me voy muy enojado    a los palacios del rey
  8   a ver si la reina mora    me las deja escoger.
     --Ven acá, escudero mío,    escudero tan cortés,
  10   de las hijas que yo tengo    escoge la que querés.
     --Me escojo ésta por bonita,    por legítima mujer,
  12   que parece un grano de oro,    acabado de nacer.
     La sentaré en silla de oro,    bordará telas al rey.
  14   Por la mañana una perla    y por la tarde un pastel.--

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0224:18 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 4695)

Versión de La Soledad (Atlántico, Colombia).   Recitada por Nicolasa Romero (12a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1962 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 190, p. 381.  026 hemist.  Música registrada.

     Hilo, hilo de oro,    yo jugando al azaré,
  2   me encontré una gran señora:    --¡Qué pocas hijas tenéis!
     --Si las tengo, no tas tengo,    no las tengo para dar,
  4   porque el pan que yo comiera,    ellas también comerán.
     --Yo me voy muy enojado    para mi palacio de rey
  6   a contar a mi señora,    que lo que ha de suceder.
     --Venga, venga, caballero,    no sea tan descortés,
  8   que de cuatro hijas que tengo    escoja la que usted queréis.
     --Escojo esta por esposa,    por esposa y por mujer,
  10   que su madre es una rosa    y su padre es un clavel.
     --Eso sí le recomiendo,    que me la trate muy bien.
  12   --Ella será bien tratada,    tratará como mujer,
     sentada en silla de oro,    bordando paño al rey.--

Nota: -12b tratará sic.

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0113:127 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 4716)

Versión de Barranquilla (Atlántico, Colombia).   Recitada por Paulina Patiño (10a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1962 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 211, p. 388.  020 hemist.  Música registrada.

     --Yo soy la recién casada,    hace un mes que me casé.
  2   Mi marido me ha dejado    por buscar otra mujer.
     --Buenas tardes, mi buen soldado,    ¿no me ha visto a mi marido?
  4   --No, señora, no lo he visto,    déme la forma de él.
     --El es blanco,    tiene tipo de francés;
  6   en la esquina de su espada    lleva el nombre de Israel.
     --Sí, señora, sí lo he visto,    aquí mismo lo maté.
  8   --Pobrecito, mi marido,    en el cielo lo veré.
     Ahora me voy para el mercado,    me visto de verdulera,
  10   para que la gente diga:    ¡ay!, ¡qué linda se ve la viuda!--

Nota: -6a esquina sic. Aprendido de su hermana

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0178:22 Mambrú (7+7 á)            (ficha no.: 4753)

Versión de La Soledad (Atlántico, Colombia).   Recitada por Josefa Mariaga (8a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1962 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 250, pp. 250-251.  012 hemist.  Música registrada.

     Mambrú se fue a la guerra,    no sé, cuando vendrá.
  2   (Si) Vendrá por la Pascua    o por la Navidad.
     --Asómate a la torre,    pa` ver, si viene ya.--
  4   Entre cuatro soldados    llevan a enterrar.
     El cajón va forrado,    pajarito va.
  6   El pájaro va cantando    el pío, pío, pá.

Notas: Los primeros hemistiquios se repiten, intercalando el estribillo: ¡qué dolor, qué dolor, qué pena!. Los segundos también se repiten intercalando el estribillo: dorremí, dorrefá. El estribillo se mantiene hasta el final.

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3013.9:2 El carabí (no rom. (á))            (ficha no.: 4764)

Versión de Barranquilla (Atlántico, Colombia).   Recitada por María Auxiliadora Lafaurier (9a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1962 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 261, p. 411.  014 hemist.  Música registrada.

     En coche va la niña,    hija de un capitán,.
  2   ¡Qué lindo pelo tiene!    ¿Quién se lo peinará?
     Se lo peina su tía,    con mucha suavidad.
  4   La niña está enferma,    ¿Quién nos la curará?
     La niña ya está muerta,    la llevan a enterrar.
  6   Arriba de la tapa    un pajarito va,
     cantando: "chidulí,    lulí, chidulí, lulá".

Nota: se canta el estribillo así: tras los primeros hemistiquios (que se repiten), caraví, y tras los segundos, caraví, durí, caraví, durá.

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0075:68 Delgadina (á-a)            (ficha no.: 4642)

Versión de Malagana (Bolívar, Colombia).   Recitada por Carmen Tahorda (11a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1962 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 126, pp. 351-352.  063 hemist.  Música registrada.

     Este era un rey    que tenía tres hijas
  2   y la más chiquita y bonita    se llamaba Delgadina.
     Y cuando su madre va a misa,    su padre la enamoraba.
  4   Un día siguiente    alcanzó a ver a su hermana:
     --Mi hermana, por ser mi hermana,    si un vaso de agua me regalaras,
  8   que el alma la tengo seca    y la vida se me acaba.
     --Perra malvada y traidora,    quítate d`esa ventana,
  10   que si mi padre te viera,    la cabeza te cortara.--
     Delgadina se quitaba,
  12   con la trenza de su pelo,    hasta el suelo le llegaba.
     Un día siguiente    incanzó ver a su hermano:
  14   --Mi hermano, por ser mi hermano,    ¿me regalas un vaso de agua?
     que el alma la tengo seca    y la vida se me acaba.
  16   --Perra malvada y traidora,    quítate d`esa ventana,
     que si mi padre te viera,    la cabeza te cortara.--
  18   Delgadina se quitó,
     con la trenza de su pelo,    hasta el suelo le llegaba.
  20   El día siguiente    incanzaba a ver a su madre:
     --Mi madre, por ser mi madre,    ¿si un vaso de agua me regala?
  22   --Perra malvada y traidora,    quítate d`esa ventana,
     que si tu padre te viera,    la cabeza te cortara.--
  24   Delgadina se quitó,
     con la trenza de su pelo,    hasta el suelo le llegaba.
  26   Un día siguiente    incanzó a ver a su padre:
     --Mi padre, por ser mi padre,    me regalas un vaso de agua,
  28   que el alma la tengo seca    y la vida se me acaba.
     --Corran, corran, hijos criados,    a dar agua a Delgadina,
  30   que el alma la tiene seca    y la vida se le acaba.--
     Cuando los criados fueron    a dar agua a Delgadina,
  32   Delgadina estaba muerta    y tenía un letrero:
     Que ella estaba con Dios,    y su padre con el diablo.

Nota: -14b, -20b, -26b incanzó sic. Aprendió el romance de su padre, que siempre vivía en Malgana.

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0075:70 Delgadina (á-a+ polias.)            (ficha no.: 4644)

Versión de Palenque (Bolívar, Colombia).   Recitada por Margarita Pomares (44a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1962 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 128, pp. 354-355.  036 hemist.  Música registrada.

    
Una esposa se murió joven y dejó su anillo al esposo, para que él con la que le iba bien, con ésa se casara. Entonces él buscó en toda la ciudad y no encontró otra esposa, Entonces un día le dijo la hija de él: -Papá, préstame el anillo de la madre, a ver si me queda bien. Se lo puso y se quedó, como si fuera la madre. Entonces le dijo el papá: ¡Contigo me caso! Ya ella no aceptó, porque era su papá. Y él le puso presa a ella, sin derecho de meterle nada más que una tajada de carne y un dedal de agua. Ya está en esta prisión. De pronto venían las hermanas a visitarla. Ella les dice:
     --Mi hermana, por ser mi hermana,    socórreme un jarro de agua
  2   que tengo más sed que hambre--;    con bolas de oro jugaba.
    
Le dice la hermana:
     --Mi hermana, por ser mi hermana,    yo no se la puedo dar;
  4   si mi padre, el rey, lo sabe,    me traspasa a puñalada.--
    
Ya se va la hermana. No le da el agua. Viene la otra y le dice:
     --Mi hermana, por ser mi hermana,    socórreme un jarro de agua,
  6   que tengo más sed que hambre--;    con bolas de oro jugando
    
Le dice la hermana:
     --Mi hermana, por ser mi hermana,    yo no se la puedo dar;
  8   si mi padre, el rey, lo sabe,    me traspasa a puñalada.--
    
Hermana:
     --La casa de Doña Elvira    llenita de ángeles está,
  10   la casa del rey su padre    tronando de diablos está.--
    
Papá:
     --La casa de Doña Elvira    llenita de diablos está,
  12   la casa del rey su padre    llenita de ángeles está.--
    
De pronto venían las hermanas a visitarla. Ella les dice:
     --Mi hermana, por ser mí hermana,    socórreme un jarro de agua,
  14   que tengo más sed que hambre--;    con bolas de oro jugaba.
    
Viene la tía. Ella le dice:
     --Mi tía, por ser mi tía,    socórrame un jarro de agua,
  16   que tengo más sed que hambre--;    con bolas de oro jugando.
    
Entonces la tía le dice:
     --Mi sobrina, por ser mi sobrina,    yo no se la puedo dar,
  18   porque usted no quiere ser    madrasta de sus hermanas.--
    
Ella decide casarse. Pero, cuando la sacan de allí, muere.

Nota: Hermana: --La casa de Doña Elvira / llenita de ángeles está,/ la casa de su rey padre / tronando de diablos está.-- Papá: --La casa de Doña Elvira / llenita de diablos está,// la casa del rey su padre / llenita de ángeles está//. de pronto venían las hermanas a visitarla. Ella les dice: Mi hermana por ser mi hermana, / socórreme un vaso de agua,// que tengo más sed que hambre, / con bolas de oro jugaba //(sic).

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0222:19 Bernal Francés (í)            (ficha no.: 4650)

Versión de Malagana (Bolívar, Colombia).   Recitada por Carmen Beltrán (37a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1962 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 146, p. 364.  024 hemist.  Música registrada.

     --Francisquita, Francisquita,    su puerta vení a abrir.
  2   --¿Quién es el Mirón francés,    que mi puerta manda abrir?
     No le tema mi marido,    que él está lejos de aquí.
  4   Y si algo le pasara,    las noticias han de venir.--
    
(Una mujer le apagó la luz. Era pagada. Salió entonces)
.
  6   --¡Qué desgracia me ha pasado,    qué desgracia para mí,
     que al bajar las escaleras    se me apagó el candil!--
    
Se entraron con el otro Mirón. Y el marido lejos. Pero el Mirón era el mismo marido que llegó. Llegaron arriba a la cama de ella, y él le reconoció, que era muy triste. Él dijo:
.
  8   --¿Qué tienes, hija mía,
     que está tan triste,    que no te acercas de mí?
  10   No le tema a tu marido,    que está lejos de aquí.
     Y si algo le pasara,    las noticias han de venir.--
    
Entonces el Mirón hizo una resolución, (era el mismo marido viejo, que había llegado). Dijo:
.
  12   --Aquí no hay nada más nada.--
    
Él dice:
.
     --¡Cuchillo, cacha de nácar,    banderilla de marfil,
  14   dame ánimo y valor,    pa` quitar esta puta de aquí!--
    
La mató.

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0168.1:26 ¿Dónde vas, Alfonso XII? (í+polias.)            (ficha no.: 4689)

Versión de Cartagena (Bolívar, Colombia).   Recitada por Gloria Amardora (12a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1962 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 184, p. 379. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº__, 12.3, p. 44.  016 hemist.  Música registrada.

     Se acabó la flor de mayo,    se acabó la flor de abril,
  2   se acabó mi buena madre,    para siempre la perdí.
     El cajón era de oro    y la tapa de marfil,
  4   y el velo que la cubría    eran rosas y jazmín.
     Al llegar al cementerio    una campana dobló,
  6   y los besos, que me daba,    para siempre los perdí.
     --Angelito de mi guarda,    tú que sabes, donde está,
  8   dime, ¿dónde está mi madre?    --En el cielo está con Dios.--

Nota en la antología de Díaz Roig: Recreación hecha con base en el romance y que se, incluye aquí para mostrar cómo la poesía tradicional puede usarse para expresar algo propio.

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0168.1:28 ¿Dónde vas, Alfonso XII? (í+pareados)            (ficha no.: 4691)

Versión de Cartagena (Bolívar, Colombia).   Recitada por Alcira Arzuza (13a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1962 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 186, pp. 379-380.  020 hemist.  Música registrada.

     Debajo de un monte verde    una sombra vi venir.
  2   Mientras más me alejaba,    se me acerca ella a mí.
     --A mis tres hijas que tengo,    no se los hagas saber,
  4   muerta tendida su madre,    se vayan a entristecer.
     Cuando llega Alfonso Doce:    --Mercedita, ¿dónde está?--
  6   Cuatro carros la llevaron,    a enterrar.
     Las farolas del palacio    ya no quieren alumbrar,
  8   porque se murió Mercedes,    el luto se ha de cargar.
     Ya murió la flor de mayo,    ya murió la flor de abril,
  10   porque se murió la Reina    del palacio de Madrid.
Nota: -3b los sic. Aprendido de su abuela, Sra. Sabina Arzuza, de 63 años.

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0168.1:29 ¿Dónde vas, Alfonso XII? (í)            (ficha no.: 4692)

Versión de Malagana (Bolívar, Colombia).   Recitada por Carmen Beltrán (37a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1962 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 187, p. 380.  008 hemist.  Música registrada.

     --¿Dónde vas, Alfonso López,    dónde vas por el jardín?
  2   --Voy en busca de Mercedes,    que ayer tarde la perdí,
     --De mis tres hijas que tengo,    no les vayanse a decir;
  4   no le digas, que me he muerto,    que se pueden afligir.--

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0224:16 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 4693)

Versión de Cartagena (Bolívar, Colombia).   Recitada por María Cavarcas (13a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1962 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 188, p. 380.  020 hemist.  Música registrada.

     Hilito, hilito de oro,    yo jugando la encontré;
  2   me dice una gran señora,    que de linda ha de tener.
     --Si la tengo o no la tengo,    ni la dejo de tener,
  4   con el pan que yo comiera,    comerán ellas también.
     --Ven acá, Juan Escudero    escudero del cuartel,
  6   de tantas hijas que tengo    escójala que querer.
     --Cojo ésta, cojo ésta,    por esposa y por mujer,
  8   porque su madre es una rosa    y su padre es un clavel.
     --Adiós, hija de mi vida,    adiós, hija de mi amor,
  10   has dejado a tu madre    con la vida del dolor.--

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0224:17 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 4694)

Versión de Cartagena (Bolívar, Colombia).   Recitada por Cristina Anaya (13a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1962 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 189, pp. 380-381.  024 hemist.  Música registrada.

     Hilito, hilito de oro,    yo jugando el asedré,
  2   me dijo una gran señora,    --¡Qué lindas hijas tenéis!
     --Si las tengo, no las tengo,    yo las sabré mantener,
  4   porque el pan que yo comiese,    comerán ellas también.
     --Yo me voy muy enojado    para el palacio del rey,
  6   que las hijas del rey moro    no me las dan por mujer.
     --Vuelva, vuelva, caballero,    no sea usted tan descortés,
  8   de las hijas que yo tengo    escoja usted la que queréis.
     --Cojo ésta, cojo ésta    por esposa y por mujer,
  10   que su madre es una rosa    y su padre un clavel.
     --Lo que quiero, caballero,    es que me la mantenga bien
  12   con un pedacito de pan    y un poquito de café.--

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0224:24 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 4701)

Versión de Malagana (Bolívar, Colombia).   Recitada por Vicenta Herrera (34a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1962 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 196, p. 383.  021 hemist.  Música registrada.

     Filito, filito de oro,    yo jugando la encontré.
  2   Me dijo una gran señora:    --¡Qué lindas hijas tenéis!
     --Si las tengo, no las tengo,    ni las dejo de tener,
  4   con el pan que yo comiere,    comerán ellas también.
     Yo me voy muy enojado    para el palacio del rey,
  6   que las hijas del rey moro    no me las dan por mujer.
     --Vuelva, vuelva, caballero,    no sea usted tan descortés;
  8   de las hijas que yo tengo    coja usted la que queréis.
     ¡Coja esta, por esposa y por mujer!
  10   Lo que advierto, caballero,    que me las trate muy bien,
     su pastelito por la mañana    y su azotico también.--

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0113:126 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 4715)

Versión de Cartagena (Bolívar, Colombia).   Recitada por Tomasita Berríos (14a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1962 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 210, p. 388.  020 hemist.  Música registrada.

     --Yo soy la recién casada,    hace un mes que me casé.
  2   Mi marido me abandona    por amar otra mujer.
     --Buenas tardes, mi buen soldado,    ¿no me ha visto usted mi esposo?
  4   --No, señora, no lo he visto,    déme la señal de él.
     --Mi marido es alto y grueso,    tiene tipo de francés;
  6   en el mango de la espada    lleva el nombre de Isabel.
     --Sí, señora, lo conozco,    y aquí mismo lo enterré.
  8   --Pobrecito, mi marido,    en el cielo lo veré.
     --Mañana saldré al mercado    con mi traje moradito,
  10   para que digan las muchachas:    ¡qué elegante va Isabel!--

Notas: Final de una variante de Cartagena, por lo demás muy parecida: --Mañana, por la mañana, / iré al mercado // con mi traje moradito, / para que la gente diga: / que luto le cargué (sic)//. A pesar del motivo del abandono (vv 1-2), y del desenlace (vv 9-10), sigue siendo pareciéndose más que nada a las Señas del esposo en é. De momento, así lo voy a clasificar.

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0144:26 Don Gato (á-o)            (ficha no.: 4728)

Versión de Malagana (Bolívar, Colombia).   Recitada por Elisabeth Romero (13a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1962 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 223, p. 393. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº__, 12.3, p. 138.  014 hemist.  Música registrada.

     Estando el señor don Gato    sentadito en su tejado,
  2   Le mandaron una carta,    que si quería ser casado
     con una gatica blanca,    hija de un gálico negro.
  4   El gato por ver la gata    se ha caído del tejado.
     Se ha roto cuatro costillas,    el espinazo y el rabo.
  6   Ya lo llevan a enterrar    a la plaza del mercado.
     Al olor de la sardina    el gato ha resucitado.

Variantes: -8b Ciénaga "se ha partido cuatro patas"; "al olor de la asadura". Por lo demás, en la Costa la versión está de acuerdo con la forma arriba indicada.
Nota: -3b gálico: Díaz Roig lo sustituye con gatico ; -3b El refrán y la repetición se omiten. Se canta el estribillo miau, miau, miau, miau, miau, tras el segundo hemistiquio, que luego se repite.

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0178:20 Mambrú (7+7 á)            (ficha no.: 4751)

Versión de Cartagena (Bolívar, Colombia).   Recitada por Nuri Díaz (12a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1962 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 248, p. 403.  024 hemist.  Música registrada.

     En Francia ha nacido un niño,    de padre militar,
  2   Por no tener padrino    Mambrú se llamará.
     Mambrú se fue a la guerra,    ¡no sé, cuando vendrá.
  4   Si vendrá por la Pascua    o por la Navidad.
     Súbete a la torre,    a ver, quién viene ya.
  6   Lo que viene es un paje,    ¿qué noticias traerá?
     Las noticias que trae    nos van hacer llorar.
  8   Que Mambrú se ha muerto,    lo llevan a enterrar.
     El cajón era de oro,    la tapa de cristal.
  10   Encima de la tapa    una corona va.
     Encima de la corona    un pajarito va.
  12   El pájaro va cantando    la pío pío pá.

Notas: El primer hemistiquio se repite, intercalando el estribillo: ¡qué dolor, qué dolor, qué pena!. El segundo también se repite intercalando el estribillo: dorremí, dorrefá. A partir del vv -2 se ha suprimido el estribillo; sin embargo éste se suele repitir durante todas las estrofas; así en algunas de las otras versiones. Noten el parecido entre las versiones colombianas y la gaditana (así como las de León).

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0178:21 Mambrú (7+7 á)            (ficha no.: 4752)

Versión de Cartagena (Bolívar, Colombia).   Recitada por María Martínez (14a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1962 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 249, p. 404.  016 hemist.  Música registrada.

     En Francia nace un niño,    ¿qué nombre le pondrán?
  2   Por no tener madrina,    Mambrú se llamará.
     Mambrú se fue a la guerra,    no sé, cuando vendrá.
  4   --Asómate a la torre,    a ver, si viene ya.--
     Allá viene el correo,    ¿qué noticias traerá?
  6   Mambrú murió en la guerra,    lo llevan a enterrar.
     Y encima de 1a caja    un pajarito va.
  8   El pájaro va cantando    el pío, pío, pá.

Notas: El primer hemistiquio se repite, intercalando el estribillo: ¡qué dolor, qué dolor, qué pena!. El segundo también se repite intercalando el estribillo: dorremí, dorrefá. A partir del vv -2 se ha suprimido el estribillo; sin embargo éste se suele repitir a lo largo del poema; así en algunas de las otras versiones.

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0178:29 Mambrú (7+7 á)            (ficha no.: 4760)

Versión de Bocachica (Bolívar, Colombia).   Recitada por Magola Cortés (13a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1962 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 257, p. 409.  006 hemist.  Música registrada.

     Mambrú se fue a la guerra,    montado en una perra.
     La perra se cayó    y Mambrú se reventó.
     ¿Y cuándo volverá?    ¿Y cuándo volverá?
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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3013.9:1 El carabí (no rom. (á))            (ficha no.: 4763)

Versión de Cartagena (Bolívar, Colombia).   Recitada por Concepción Ayora (13a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1962 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 260, pp. 410-411. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº__, 12.1, p. 94-95.  016 hemist.  Música registrada.

     La niña va en coche,    hija de un capitán,
  2   ¡Qué hermoso pelo tiene!    ¿Quién se lo peinará?
     Se lo peina su tía,    con peinecito de oro.
  4   La niña está enferma,    la llevan al doctor.
     La niña ya está muerta,    la llevan a enterrar.
  6   En cajoncito de oro    y tapa de cristal.
     Encima de la tapa    dos pajaritos van.
  8   Cantando el pío, pío,    cantando el pío pá.

Nota: se canta el estribillo así: tras los primeros hemistiquios (que se repiten), caraví, y tras los segundos, caraví, durí, caraví, durá.

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1537.1:31 El rastro divino (á-a+á-o)            (ficha no.: 5085)

Versión de Malagana (Bolívar, Colombia).   Recitada por Nemesia Sánchez (63a). Documentada en o antes de 1961. Publicada en Beutler 1977 [1978], p. 321. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº VII, 12.2, p. 84.  031 hemist.  Música registrada.

     Jueves santo, jueves santo,    jueves santo, aquel día
  2   estaba la Virgen María    buscando a su hijo amado.
     En la calle de Amargura    está una niña sentada.
  4   La Virgen le preguntó:    --Buena y bien criada,
     ¿por aquí no ha pasado    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  6   mi hijo de mi corazón,    el hijo de mis entrañas?
     --Por aquí pasó, señora,    antes que el gallo cantara,
  8   con un madero de cruz    en su hombro atravesado.
     Como el madero era verde,    a cada paso arrodillaba.
  10   Una soga en su garganta,    que por ella tropicaba,
     una corona de espina    en su cabeza traspasada.--
  12   La Virgen [oyó] eso,    cayó en el suelo desmayada.
     San Juan, como buen sobrino,    en brazo la levantó diciéndole:
  14   --Alevántate, tía mía,    alevántate, tía amada,
     que en el Calvario sangrino    está mi primo clavado.
  16   Ya aprietan las clavijas,    ya lo habrán crucificado.--

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0178:25 Mambrú (7+7 á)            (ficha no.: 4756)

Versión de Sáchica (Boyacá, Colombia).   Recitada por Esperanza Restrepo (11a). Recogida por Gisela Beutler, 00/03/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 253, pp. 406-407. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº__, 12.1, p. 193-194.  018 hemist.  Música registrada.

     Mambrú se fue a la guerra,    no sé, cuando vendrá.
  2   Si vendrá por la Pascua    o por la Trinidad.
     La Trinidad se pasa,    Mambrú no viene ya.
  4   Allá viene un paje.    Qué noticias traerá?
     Las noticias que trae    son para hacer llorar.
  6   Que Mambrú ya se ha muerto,    lo llevan a enterrar.
     En caja de terciopelo    y tapa de cristal.
  8   Encima de la tapa    un pajarito va.
     Cantando el pío pío,    cantando el pío pá.

Nota: Los primeros hemistiquios se repiten, intercalando el estribillo: mirondón, mirondón, mirondela. Los segundos también se repiten. El estribillo se mantiene hasta el final. Aprendido de su madre.

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0565:6 Estando una pastora... mató a su gatito (7+7 í-o)            (ficha no.: 4774)

Versión de Sáchica (Boyacá, Colombia).   Recitada por Berenice García de Buitrago (33a). Recogida por Gisela Beutler, 00/03/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 271, p. 417.  016 hemist.  Música registrada.

     Estaba una pastora,    cuidando un rebañito.
  2   Con leche de sus cabras    hacía su quesito.
     El gato la miraba    con ojos golositos.
  4   Al fin metió la uña,    se comió el quesito.
     La pastora enfadada    dio muerte a su gatito.
  6   Y se fue a confesarse    con el padre Clarito.
     --Acusóme a vos, padre,    que maté mi gatito.
  8   --De penitencia pongo,    que a Dios des un besito.--

Nota: tras el primer hemistiquio (que se repite), se canta el estribillo larán, larán, larito. Se repite también el -1b. La informante dice haber aprendido el romance de su madre.

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0049:75 Conde Niño (á)            (ficha no.: 4623)

Versión de Pensilvania (Caldas, Colombia).   Recitada por Madre María Abigaíl. Recogida en Salazar, Norte de Santander por Gisela Beutler, 00/09/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 107, p. 341, notación musical, nº 12, p. 559.  020 hemist.  Música registrada.

     Se levanta el Niño Conde    una mañana de San Juan
  2   a darle agua a su caballo    a las orillas del mar.
     Mientras su caballo bebe,    --¡se sienta usted a cantar!--
  4   Le dice la madre a la hija:
     --Oí, qué `bonita` canta    la sirenita en la mar.
  6   --Esa no es la sirenita,    la que usted oye cantar.
     --De ser ese Niño Conde    lo debemos de matar.
  8   --Si al Niño Conde lo matan,    yo viva no he de quedar.
     A él lo entierren en In iglesia,    a mí junto de un altar.
  10   De mí sale una paloma    y de él un bello gavilán--

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0075:67 Delgadina (á-a)            (ficha no.: 4641)

Versión de Pensilvania (Caldas, Colombia).   Recitada por Madre María Abigaíl. Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 125, pp. 350-351, notación musical, nº 19, p. 562.  034 hemist.  Música registrada.

     Un rey tenía tres hijas    más bonitas que la plata.
  2   De las tres la más chiquita    Delgadina se llamaba.
     Un día estando comiendo,    dijo al rey que la miraba:
  4   --Padre mío, no me mires,    porque estoy enamorada.
     --Pronto, pronto, pues, mis criados,    Delgadina es encerrada
  6   y en una torre muy alta    y es privada de comer.
  8   Y si pide de beber,    llévenle agua de retama,
     y si pide de comer,    denle la carne salada.--
  10   Mañana, al otro día    asomóse a la ventana
     y miró a sus hermanas,    tomándose un jarro de agua.
  12   --Hermanitas, si sois las mías,    dadme un poquito de agua;
     el corazón lo tengo seco    y a mi Dios le entrego el alma.
  14   --Pronto, pronto, pues, mis criados,    llévenle agua a Delgadina,
     unos en jarros de oro    y otros en jarros de plata.--
  16   Encontraron la Magdalena a los pies,    cosiéndole la mortaja,
     y la aguja era de oro    y el dedal era de plata.

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0098.1:7 ¿Cómo no cantáis, la bella? A lo divino (é-a)            (ficha no.: 4566)

Versión de Bochalema (Cantabria, Colombia).   Recitada por Ana Mercedes Suárez (16a). Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 1, p. 302.  013 hemist.  Música registrada.

     La Virgen se está peinando    debajo de una palmera;
  2   sus peines eran de plata    y sus cintas de primavera.
     Por aquí pasó José    y le dije de esta manera:
  4   --¿Por qué la Virgen no canta,    siendo tan linda y bella?
     --¿Cómo quieres que yo cante,    solita y en tierra ajena?
  6   El niño que yo tenía    me lo están crucificando
     en una cruz de madera.--

Nota: la recitadora dice que aprendió el romance "en la casa".

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0098.1:8 ¿Cómo no cantáis, la bella? A lo divino (é-a)            (ficha no.: 4567)

Versión de Cúcuta (Cantabria, Colombia).   Recitada por Ana Rita Duarte (14a). Recogida por Gisela Beutler, 00/06/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 2, p. 302.  014 hemist.  Música registrada.

     La Virgen se está peinando    debajo de una palmera;
  2   sus peines eran de oro,    su cinta de primavera.
     Par aquí pasó José,    diciendo de esta manera:
  4   --¿Por qué no canta la Virgen,    porqué no canta la Virgen?
     --¿Cómo quieres que yo cante,    solita en tierra ajena,
  6   si el hijito que tenía,    más puro que una azucena,
     me lo están crucificando    sobre una cruz de madera?--

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0098.1:23 ¿Cómo no cantáis, la bella? A lo divino (é-a)            (ficha no.: 4582)

Versión de Capitanejo (Cantabria, Colombia).   Recitada por Marta Correa (3a). Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1960 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 19, p. 305.  004 hemist.  Música registrada.

     La Virgen se está peinando    debajo de una palmera;
  2   sus peines son de plata,    su cinta de primavera.
     José pasó diciendo:    que sus maderas son de cristal.

Nota: -3b maderas sic. Aprendido en Miranda, Santander del Sur, de una prima.

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0226:16 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 4585)

Versión de Salazar (Cantabria, Colombia).   Recitada por Gabina Ramírez Contreras (44a). Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 22, p. 306.  024 hemist.  Música registrada.

     Camina la Virgen pura    de Egipto para Belén.
  2   En la mitad del camino    el niño tenía sed.
     Allá arriba en aquel alto    hay un viejo naranjal.
  4   Un ciego lo está guardando    ¡qué diera el ciego por ver!
     --¡Ciego mío, ciego mío,    si una naranja me dier,
  6   para la sed de este niño    un poquito entretener!
     --Ay, Señora, sí, Señora,    toma ya las que quisier.--
  8   La Virgen, como era Virgen,    no cogía más de tres;
     el niño, como era niño,    todas las quiere coger.
  10   Apenas se va la Virgen,    el ciego comienza a ver.
     --¿Quién ha sido esa señora,    que me hizo tal merced?--
  12   Ha sido la Virgen pura,    que va de Egipto para Belén.

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0226:17 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 4586)

Versión de Pamplona (Cantabria, Colombia).   Recitada por Cecilia Urbina Sierra (7a). Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 23, p. 306.  018 hemist.  Música registrada.

     Iba la Virgen pura    de Egipto para Belén.
  2   y en la mitad del camino    el niño tenía sed.
     --No pidas agua, mi niño,    no pidas aguas, mi ya,
  4   que los ríos corren turbios    y los arroyos también.--
     Allá arriba en aquel alto    hay un viejo naranjero.
  6   Uno lo está cuidando    y el otro lo está por ver.
     Apenas se fue la Virgen,    y el ciego comienza a ver.
  8   --¿Quién sería esta señora,    que me hizo tanto bien?--
     Era la Virgen pura,    de Egipto para Belén.

Nota: -3b mi ya sic. Aprendido de sus hermanos.

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0226:34 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 4603)

Versión de Guaca (Cantabria, Colombia).   Recogida por María Luisa Rodríguez de Montes, 00/09/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 40, pp. 312-313. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº__, 12.2, p. 260.  028 hemist.  Música registrada.

     Camina la Virgen pura,    camina hacia Belén,
  2   con un niño entre los brazos,    que es el gozo del Edén.
     En la mitad del camino    pidióle el niño de beber.
  4   --No pidas agua, mi niño,    no pidas agua, mi bien,
     que los ríos corren turbios    y los arroyos también.
  6   Las fuentes manan sangre,    que no se debe beber.--
     Allá arriba en aquel alto    hay un dulce naranjal,
  8   cargadito de naranjas,    que otro no puede haber.
     Es un ciego, el que las manda,    ciego que no puede ver.
  10   --¡Dame, ciego, una naranja    para el niño entretener!
     --¡Coja usted, señora,    las que ha de menester!--
  12   Cogieron de una en una,    salieron de cien en cien.
     --¿Quién sería esta señora,    que me hizo tanto bien?--
  14   Era la Virgen pura,    que camina hacia Belén.

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0049:73 Conde Niño (á)            (ficha no.: 4621)

Versión de Suaita (Cantabria, Colombia).   Recitada por Julia González Plata (unos 70). Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1960 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 105, p. 340. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº__, 12.1, p. 222.  032 hemist.  Música registrada.

     Levántese el niño Lirio,    en la mañanita de San Juan,
  2   a darle agua a sus caballos    en las orillas del mar.
     Le dice la madre a la hija:    --Levántete al aclarar,
  4   y así oirás cantar    a la sirenita del mar.
     --Esa no es la sirenita,    ni tampoco su cantar.
  6   Es el niño Lirio,    con quien me voy a casar.
     --Oh, hija, si así lo haces,    lo mandaremos matar.
  8   --Ay, madre, ¿porqué lo matan?    ¡Yo me muero de pesar!--
     Cogió el destierro y se fueron.    Los mandaron a alcanzar.
  10   Y en la mitad de la plaza    los han mandado a matar.
     De él salió un verde pino,    de ella salió un azahar.
  12   La reina le causa envidia,    los ha mandado cortar.
     Y en la mitad de la plaza    los ha mandado quemar.
  14   De ella salió una paloma    y de él salió un palomar.
     Volaron por mar arriba,    hasta llegar Puente Real.
  16   Y volaron por mar abajo,    hasta llegar a Vadorreal.

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0075:59 Delgadina (í-a+á-a)            (ficha no.: 4630)
[0005 Silvana, contam.]

Versión de Onzaga (Cantabria, Colombia).   Recitada por Ermina Hernández Gómez (15a). Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1960 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 114, p. 343.  048 hemist.  Música registrada.

     Sildana se está pasiando    por un corredor arriba,
  2   con su guitarrita de oro,    bien templada y bien tenida.
     Su padre la está mirando    desde un jardín que tenía.
  4   --¡Qué lindo toca Sildana,    malhaya, si fuera mía!
     --Tuya soy, mi lindo padre,    tuya soy y tuya sería;
  6   y las penas del infierno,    tú ya las merecería(s).
     --¡Maldita seas `con` Sildana,    y encerrada debía de ser
  8   debajo de siete llaves,    donde no la vuelva a ver!
     No me le dan de comer,    menos de que no está salada;
  10   No me le dan de beber,    menos de que no esté ya amargo.--
     --Mi madre, por ser mi madre,    dé por Dios un vaso de agua,
  12   que me muero de sequía    y a Dios pienso darle el alma.
     --Sildanita, Sildanita,    no te puedo dar el agua,
  14   que por Dios y su hermosura    vivo yo desheredada.--
     --Mi hermana, por ser mi hermana,    dé por Dios un vaso de agua,
  16   que me muero de sequía    y a Dios quiero dar yo mi alma.
     --Sildanita, Sildanita,    no te puedo dar el agua,
  18   que por Dios y su hermosura    vivimos desheredadas.--
     --Mi hermano, por ser mi hermano,    dé por Dios una vaso de agua,
  20   que me muero de sequía    y a Dios quiero entregarle el alma.--
     El hermano se conduele    y le alarga ya el vaso de agua.
  22   Cuando el vaso de agua llegó,    los últimos suspiros daba.
     La cama de Sildanita    cubierta de ángeles está.
  24   Y la cama de su padre    cubierta de diablos está.

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0075:60 Delgadina (í-a+á-a)            (ficha no.: 4631)
[0005 Silvana, contam.]

Versión de San Vicente (Cantabria, Colombia).   Recitada por Amalia Valladías (30a). Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1960 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 115, pp. 345-346,notación musical, nº 15, p. 561.  068 hemist.  Música registrada.

     Sildana está paseando    por un corredor arriba,
  2   con su guitarrita en la mano,    qué bonito la tocaría.
     Su padre la está viendo,    y en su jardín que tenía:
  4   --¡Malhaya, la Sildanita,    malhaya, si fuera mía!
     --Padrecito, tuya soy,    porque usted bien quedaría.
  6   Las penas en el infierno,    Dios no las perdonaría.--
     El padre tenía dos hijas,    la primera Margarita,
  8   la segunda Sildanita,    que es la oveja más querida.
     La tenía con siete llaves,    dándole de comer amargo,
  10   dándole de beber salado,    sufriendo de noche y día.
     Ya pasaron estos días,    ya pasaron los otros días,
  12   Sildanita en su ventana    ya alcanzó a ver a su hermana:
     --Mi hermana, por ser mi sermana,    un vaso de gua por Dios,
  14   que más daba la sed que el hambre,    ya a Dios pienso en darle mi alma.--
     Ya pasó esta semana,    ya pasó otra semana,
  16   Sildanita en su ventana    ya alcanzó de ver a su madre,
     peinando su rica cana.
  18   --Mi hermana, por ser mi hermana,    un vaso de agua por Dios,
     que más daba la sed que el hambre,    ya a Dios pienso en darle mi alma.
  20   --No te puedo, Sildanita,    porque tu padre, si lo sabe,
     si tu padre lo supiera,    puñaladas me `enmatara`.--
  22   Ya pasaron estos días,    ya pasaron los otros días.
     Sildanita en su ventana    ya alcanzó ver a su padre,
  24   paseándose por el desagüe.
     --Mi padre, por ser mi padre,    ¡un vaso de agua por Dios!
  26   que más daba la sed que el hambre,    ya a Dios pienso en darle mi alma.
     --¿Si te acuerdas, Sildanita,    lo que te dije aquel día?
  28   --Sí, recuerdo, padrecito,    espero que me traiga el agua.
     --¡Váyanse diez mil criados,    a traer el agua a Sildana,
  30   unos en vasos de oro    y otros en porcelana!--
     Cuando el agua llegaba,    Sildanita ya expiraba.
  32   San José hizo el cajón,    la Virgen la amortajaba.
     Las campanas de Belén    sin tocadas repicaban.
  34   Y la cama de Sildana    llena de ángeles estaba,
     y la cama de su padre    llena de diablitos estaba.

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0075:61 Delgadina (í-a+á-a)            (ficha no.: 4632)
[0005 Silvana, contam.]

Versión de Suaita (Cantabria, Colombia).   Recitada por Marlit Martino Fardiño (12a). Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1960 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 116, pp.345-346, notación musical, nº 16, p. 561.  070 hemist.  Música registrada.

     Sildana se está paseando    por un corredor arriba.
  2   Su padre la está mirando    desde un jardín que tenía
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . . ]
     --Corran, sirvientes, con afán,    enciérrenme a Sildana,
  4   en una pieza bien grande,    que tenga siete ventanas.--
     Así llegaron tres días,    Sildanita en la ventana
  6   alcanza ver a su madre,    peinando su blanca cana.
     --Mi madre, por ser mi madre,    dé por Dios un vaso de agua,
  8   que me muero de hambre y sed    y a Dios pienso darle el alma.
     --Retírate de ahí, Sildana,    yo no te puedo dar el agua,
  10   por si mi padre sabe,    para mí la vida es nada.--
     Sildana se retira,    tan triste y desolada,
  12   de ver que su misma madre    hasta el agua le negaba.
     Y así llegaron tres días,    Sildanita en la ventana
  14   alcanza a ver a su hermano,    jugando con naipe de oro.
     --Mi hermano, por ser mi hermano,    dé por Dios un vaso de agua,
  16   que me muero de hambre y sed    y a Dios pienso darle el alma.
     --Retira de ahí, Sildana,    yo no te puedo dar el agua,
  18   porque si mi padre sabe,    para mí la vida es nada.--
     Sildana se retira,    tan triste y desolada,
  20   de ver que su mismo hermano    hasta el agua le negaba.
     Y así llegaron siete días,    Sildanita en la ventana
  20   alcanza ver a su padre,    comiéndose una manzana.
     --Mi padre, por ser mi padre,    dé por Dios un vaso de agua,
  22   que me muero de hambre y sed    y a Dios pienso darle el alma.
     --Acuérdate, Sildanita,    de lo que te dije en la ventana.
  24   --Sí, mi padre, yo me acuerdo,    entras, mientras denme el agua.
     --Corran, sirvientes, de afán,    traerle el agua a Sildana,
  26   en unos vasos de oro y    en otros de porcelana.--
     Cuando el agua se llegó,    ya dio el último suspiro.
  28   La Virgen le trae el cajón,    San José la amortajaba.
     El cajón era de oro    y la tapa de brasil,
  30   el manto, que la cubrían,    eran rosas y jazmín.
     Las campanas de Belén    repicaban de alegría,
  32   de ver la muerte de Sildana    en los brazos de María.
     Ya se llegaron tres días    . . .
  34   la cama de su padre    rodeada de tantos diablos,
     y la cama de Sildana    rodeada de muchos ángeles.

Nota: -29b: Palo del Brasil, palo de Pernambuco.

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0005:15 Silvana (í-a)            (ficha no.: 4633)

Versión de Suaita (Cantabria, Colombia).   Recitada por María Gil (12). Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1960 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 117, p. 346.  005 hemist.  Música registrada.

     Sildana se está paseando    por un corredor arriba.
  2   Su padre la está mirando:
     --¡Qué linda la Sildanita,    qué linda, si fuera mía!--

Nota de G. Beutler: Por lo demás, muy fragmentario, como el nº 115. (=registro 4631, nada fragmentario?)

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0075:62 Delgadina (í-a+á-a)            (ficha no.: 4634)
[0005 Silvana, contam.]

Versión de Aratoca (Cantabria, Colombia).   Recitada por Hilda Pereira (12a). Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1960 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 118, pp. 346-347notación musical, nº 17, p. 562.  114 hemist.  Música registrada.

     Estaba la Sildanita    por un corredor arriba,
  2   tocando su guitarrita,    ¡qué bien que la tocaría!
     Su padre que la miraba    desde el balcón que tenía:
  4   --El ser tuyo nada importa,    el ser tuyo lo sería.
     --¿Y las penas que yo sienta,    por mí, quién las pagaría?
  6   --En Roma el Santo Papa,    que él sí las perdonaría.
     --Y en el cielo hay un maestro,    que sí las castigaría.
  8   --Corran, parientes y esclavos,    enciérrenme a Sildana
     en un aposento oscuro,    que tenga siete ventanas.
  10   Y me le dan de beber    de las aguas más saladas,
     y me le dan de comer    de las cosas más amargas.--
  12   Luego pasaron tres días,    Sildanita en la ventana
     alcanzó a ver a su hermana,    con hilo de oro bordando.
  14   -Mi hermana, por ser mi hermana,    dé por Dios un vaso de agua,
     que me muero de hambre y sed    y a Dios pienso dar el alma.
  16   --Quita, quítate, Sildana,    no te puedo dar el agua,
     que si mi padre lo sabe,    quitarme la vida es nada.--
  18   Se quedó la Sildanita    muy triste y desconsolada,
     al ver que su misma hermana    el agua se la negaba.
  20   Luego pasaron tres días,    Sildanita en la ventana
     alcanzó a ver a su hermano,    con la bola de oro jugando.
  22   --Mi hermano, por ser mi hermano,    dé por Dios un vaso de agua,
     que me muero de hambre y sed    y a Dios pienso dar el alma.
  24   --Quita, quítate, Sildana,    no te puedo dar el agua,
     que si mi padre lo sabe,    quitarme la vida es nada.--
  26   Se quedó la Sildanita    muy triste y desconsolada,
     al ver que su mismo hermano    el agua se la negaba.
  28   Luego pasaron tres días,    Sildanita en su ventana
     alcanzó a ver a su abuela,    peinando su blanca cana.
  30   --Abuela, por ser mi abuela,    dé por Dios un vaso de agua,
     que me muero de hambre y sed    y a Dios quiero dar el alma.
  32   --Quita, quítate, Sildana,    no te puedo dar el agua,
     que si tu padre lo sabe,    quitarme la vida es nada.--
  34   Se quedó la Sildanita    muy triste y desconsolada,
     al ver que su misma abuela    el agua se la negaba.
  36   Luego pasaron tres días,    Sildanita en su ventana
     alcanzó a ver a su madre,    tendiendo la blanca cama.
  38   --Mi madre, por ser mi madre,    dé por Dios un vaso de agua,
     que me muero de hambre y sed    y a Dios quiero dar el alma.
  40   --Quita, quítate de allá, Sildana,    no te puedo dar el agua,
     que por tu mala vida    estoy viviendo mal casada.--
  42   Se quedó la Sildanita    muy triste y desconsolada,
     al ver que su misma madre    el agua se la negaba.
  44   Luego pasaron tres días,    Sildanita en la ventana
     alcanzó a ver a su padre,    paseándose por la sala.
  46   --Mi padre, por ser mi padre,    dé por Dios un vaso de agua,
     que me muero de hambre y sed    y a Dios quiero dar el alma.
  48   --¡Recuérdate, Sildanita,    de lo que te dije en la sala!--
     Vestido de oro tuviera,    y el agua no le negaba.
  50   --Corran, parientes y esclavos,    traigan agua a Sildana,
     y en un pozillo de oro    con tapa de porcelana.--
  52   Cuando el agua ya llegó,    Sildanita ya acababa.
     Las campanas de Belén,    ellas mismas repicaban
  54   del gusto y de la alegría,    que Sildana ya acababa.
     San José le hizo el cajón,    la Virgen la amortajaba.
  56   Las ángeles para el cielo    a Sildana la llevaban.
     Los diablos a los infiernos    a su padre lo arrastraban.

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0005:16 Silvana (í-a)            (ficha no.: 4635)

Versión de Capitanejo (Cantabria, Colombia).   Recitada por Noemí Vargas (26a). Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1960 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 119, pp. 347-348.  007 hemist.  Música registrada.

     Íbase la Sildanita    por un corredor arriba,
  2   por un corredor abajo.    ¡Qué bien tocaba y tenía,
     con su guitarra en la mano!
  4   Su padre la estaba viendo,    trás un jardín que tenía.
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . . ]

Nota: -2b tenía ~tañía?

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0005:17 Silvana (í-a)            (ficha no.: 4636)

Versión de Capitanejo (Cantabria, Colombia).   Recitada por Olga Blanco (10a). Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1960 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 120, p.348.  005 hemist.  Música registrada.

     Sildanita, corredor arriba,    Sildanita, corredor abajo,
  2   tocando su guitarrita.
     Que, si las llaves del infierno,    también serviría.

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0075:63 Delgadina (í-a+á-a)            (ficha no.: 4637)
[0005 Silvana, contam.]

Versión de Salazar (Cantabria, Colombia).   Recitada por Juana Lindarte (14a). Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 121, pp. 348-349.  071 hemist.  Música registrada.

     Sildanita se paseaba    por un corredor arriba,
  2   tocando su guitarra de oro,    ¡qué bonito canta y silba!
     Su padre, que la miraba,    desde un balcón que tenía:
  4   --¡Qué bonita Sildanita,    malhaya, si fuera mía!--
     --Ser suya, no, señor padre,    porque eso no se podía,
  6   porque en el cielo hay un santo,    que no nos perdonaría--.
     Llegaron nuestros `claustros`:    --Enciérrenme a la Sildana
  8   en un aposento oscuro,    que tenga cuatro ventanas.
  10   Si me le dan de comer,    de las cosas más saladas,
     si me le dan de beber,    de las aguas más amargas.--
  12   Así pasaron tres días,    se asoma a una ventana.
     Y vio a su propia madre,    peinando la rubia cana.
  14   --Mi madre, por ser mi madre,    dé por Dios un vaso de agua;
     es más la sed que el hambre    y a Dios pienso darle el alma.
  16   --Sildanita, retírate, retírate,    no te puedo dar el agua,
     porque, si tu padre sabe,    quitarme la vida es nada.--
  18   Sildanita se retira,    tan triste y apesarada,
     de ver que su misma madre    hasta el agua le negaba.
  20   Así pasará otro día,    se asoma a la otra ventana.
     Y ve a su propia hermana,    lavando la porcelana.
  22   --Hermana, por ser mi hermana,    dé por Dios un vaso de agua;
     es más la sed que el hambre    y a Dios pienso darle el alma.--
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  24   Sildanita se retira    tan triste y apesarada,
     de ver que su misma hermana    hasta el agua le negaba.
  26   Así pasará otro día,    se asomó a la otra ventana.
     Y vio a su propio padre    sentado en su rica cama.
  28   --Mi padre, por ser mi padre,    dé por Dios un vaso de agua;
     es más la sed que el hambre    y a Dios pienso darle el alma.--
  30   Llegaron nuestros esclavos:    --Llévenle agua a Sildana.
     El uno en un vaso de oro,    el otro en la porcelana.--
  32   Llegaron nuestros esclavos,    Sildana estaba privada.
     La Virgen la amortajó,    los ángeles la velaron.
  34   Y San Imirio se la llevó.
     Las campanas de Belén,    ellas mismas repicaban,
  36   y en el repique decían:    «¡Por la muerte de Sildana!»

Notas: 7a: claustro, probablemente de "esclavos", como se desprende de otras variantes en el Norte de Santander. 31a: se reemplazó "esclavos". Aprendido de un primo.

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0075:64 Delgadina (á-a)            (ficha no.: 4638)

Versión de Bochalema (Cantabria, Colombia).   Recitada por Margarita Rojas (18a). Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 122, p. 349.  046 hemist.  Música registrada.

     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     --Mi madre, por ser mi madre,    dé por Dios un vaso de agua;
  2   más vale la sed que el hambre    y a Dios pienso darle el alma.
     --Retírate, Sildanita,    no te puedo dar el agua,
  4   que si tu padre me ve,    quitarme la vida es nada.--
     Se retira Sildanita,    tan triste y apesarada,
  6   de ver que su misma madre    hasta el. agua le negaba.
     Deja pasar tres días    y se asomó en la otra ventana,
  8   y ve a su misma hermana,    guardando la porcelana.
     --Mi hermana, por ser mi hermana,    dé por Dios un vaso de agua;
  10   más vale la sed que el hambre    y a Dios pienso darle el alma.
     --Retírate, Sildanita,    no te puedo dar el agua,
  12   que si tu padre me ve,    quitarme la vida es nada.--
     Deja pasar tres días    y se asomó a la otra ventana,
  14   y ve a su mismo padre,    paseando en su rica sala.
     --Mi padre, por ser mi padre,    dé por Dios un vaso de agua;
  16   más vale la sed que el hambre    y a Dios pienso darle el alma.
     --¿Si recuerdas, Sildanita,    lo que te dije aquel día?
  18   --Si recuerdo, señor padre,    pero eso no se podía,
     porque en el cielo hay un santo,    que no nos perdonaría.--
  20   Corrían los dos , esclavos:    --Tráiganle agua a la Sildana,
     unos en vasos de plata    y otros de porcelana.--
  22   La Virgen .la amortajaba,    los ángeles la velaban.
     Las campanas de la iglesia    solitas se repicaban.

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0075:65 Delgadina (á-a)            (ficha no.: 4639)

Versión de Bochalema (Cantabria, Colombia).   Recitada por una mujer. Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 123, pp. 349-350.  007 hemist.  Música registrada.

     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     --Encierren la Sildanita    en un aposento oscuro,
  2   que tenga cuatro ventanas.    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .--
     Sale la Sildanita    a la primera ventana;
    
ve a su hermano, jugando con naranjas de oro.
  4   La cama de Sildanita    de ángeles rodeada.

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0222:18 Bernal Francés (í+pareados)            (ficha no.: 4648)

Versión de Aratoca (Cantabria, Colombia).   Recitada por Narcisa Azuero (11a). Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1960 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 144, pp. 362-364.  034 hemist.  Música registrada.

     --Elena, abríme la puerta,    si no tomás desconfianza;
  2   que soy Francisco Francés,    que ha llegado de Francia.
     --Si sos Francisco Francés    ¿porqué me hablas así?
  4   ¿pues tiene amores en Francia,    o quiere otra más que a mí?
     --No tengo amores en Francia,    ni quiero otra más que a ti;
  6   sólo te habla tu marido,    que estaba ausente de ti.
     --¡Elena, abríme la puerta    para entrar a dormir!--
  8   Y en la mitad de la sala    se le ha apagado el candil.
     --¡Perdón, perdón, maridito,    perdón por mi desventura
  10   no lo hagas sólo por mí,    sino por esta criatura!
     --Que te perdone Moisés,    que goza de tu hermosura.--
  12   --María, toma esta niña    y llévatela a la abuela.
     Y si preguntan por Elena,    dile que no sabes d`ella.--
  14   Seis tiros de revólver    que su marido le dio.
     Le sacó la carne humana    y e1 cuerpo lo embalsamó.
  16   ¡Que las mujeres casadas,    que viven con sus maridos,
     que no les suceda el caso,    que a Elena le ha sucedido!

Nota: los vv 7-8 están trasladados de más arriba, pero no acaban de encajar bien en esta versión ni aquí ni más arriba.

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0234:47 Albaniña (ó)            (ficha no.: 4651)

Versión de Sardinata (Cantabria, Colombia).   Recitada por Guthberth Ortiz (21a). Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 147, p. 365. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº__, 12.1, pp. 32-33.  022 hemist.  Música registrada.

    
En esta historia se sucedió una vez, que existía un matrimonio, en el cual vivían muy felices. Pero la señora no le era del todo fiel al esposo. Es así, como cierta vez que allí estaba de viaje el señor, llegó el amante de la señora, y estaban juntos, cuando de pronto sintieron que llegaba el dueño de casa. Sintieron unos pasos del corcel al aproximarse. Y entonces el individuo se ocultó en el aposento. Cuando el señor de la casa entró, sintió pisar, pero él no dijo nada, sino que mirando en la pared y viendo una espada, que brillaba en ella, le dice a la señora:
     --¿De quién es aquella espada,    que en mi pared relumbró?
  2   --Suya, mi don Elberto,    mi padre se la mandó.
     --Corra y dígale a su padre,    que para espadas muchas tengo yo.
    
Estando en eso, cuando oyó, que relinchaba el caballo de sus frenos, el caballo del individuo. Entonces dice el señor de la casa:
  4   --¿Y de quién es aquel caballo,    que en mi pesebre relinchó?
     --Suyo, mi don Elberto,    mi padre se lo mandó.
  6   --Corra y dígale a su padre,    que para caballos muchos tengo yo.
     ¿Y quién es aquí el jovencito,    que en mi aposento se ocultó?
  8   --Un hermanito mío,    que en este momento llegó.
     --¿Y si es hermanito suyo,    porqué de mí se ocultó?
    
Entonces le dice:
.
  10   --Máteme, don Elberto,    que esa culpa la tengo yo.--
     La tomó de los cabellos,    siete salas barrió.
    
Y después la mató. Ahí termina la historia de esa mujer infiel.
.

Nota: -11 verso dictado aisladamente. Dice el informante que el cuento fue contado por su padre.

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0113:112 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 4657)

Versión de Salazar (Cantabria, Colombia).   Recitada por Hilda María Contreras de Omaña (44a). Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 153, pp. 368-369. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº__, 12.2, p. 241.  028 hemist.  Música registrada.

     --Catalina, Catalina,    del sitio del limonés,
  2   mañana me voy pa` Francia,    ¿qué pedís, o qué quereís?
     --Nada pido, nada quiero,    sino lo que te encargo es
  4   que, si ves a mi marido,    ¡saludos me le darés!
     --Yo sí te los entregaré,    pero yo no se quién es.
  6   --Es un mozito alto de cuerpo,    muy admirable y cortés.
     Anda en un caballo blanco,    y al verlo una paloma es.
  8   --A las señas que vos me dais    ya tu marido muerto es,
     que en el juego de madama    lo mató una virondés
  10   --No lo permita mi Dios,    ni San Pedro, ni su ley,
     que seis años lo he esperado    y otros seis lo esperaré.
  12   Y si mi marido no viene,    de monja me meteré.
     Tres hijas doncellas que tengo    conmigo las llevaré.
  14   Un hijo varón que tengo    a servir al rey lo daré.--

Nota: -9b virondés: quiere decir: una mujer. Beutler considera este el tipo B1. "Mañana me voy para Francia"+Saludo.

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0113:114 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 4659)

Versión de Aratoca (Cantabria, Colombia).   Recitada por Yolanda Plata (11a). Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1960 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 155, p. 369.  015 hemist.  Música registrada.

     --Catalina, Catalina,    del monte del genovés,
  2   mañana me voy para Francia,    ¿qué le ofrece y qué queréis?
     --Saludos a mi marido,    si acaso lo conocéis.
  4   Anda en un caballito blanco,    vestido a lo francés.
     --Por las razones que me da,    que tu marido muerto es.
  6   --No lo permita mi Dios,    ni lo permitan los diablos.
     Con tres chiquelitos que tengo    se los llevo yo al cura,
  8                                     y de monja me vestiré.--

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0113:125 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 4670)

Versión de Gramalote (Cantabria, Colombia).   Recitada por Sofía de Rincón (38a). Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 166, p. 373.  022 hemist.  Música registrada.

     --Catalina, flor de Lima,    flor de todo el universo,
  2   pronto me iré para España,    dime, niña, ¿qué queréis?
     --Una carta a mi marido,    si lo véis.
  4   --¿Cómo quiere, que se la dé,    sin yo conocerlo a él?
     --El es chiquito,    con el habla muy cortés.
  6   Pasea en un caballa blanco,    vestidito a lo francés.
     --Por las señas que me das    tu marido muerto es.
  8   --Doce años lo he esperado    y doce lo esperaré.
     Si a los doce no volviere,    de monja me entraré.
  10   Un hijo igualito que tengo    al rey se lo entregaré,
     una hija igualita que tengo    conmigo la llevaré.--

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0168.1:22 ¿Dónde vas, Alfonso XII? (í+pareados)            (ficha no.: 4685)

Versión de Salazar (Cantabria, Colombia).   Recitada por Gabina Ramírez Contreras (44). Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 180, p. 378.  022 hemist.  Música registrada.

     --¿Dónde vas, Alfonso Dozo,    dónde vas pa` tu jardín?
  2   --Voy en busca de Mercedes,    que ayer tarde la perdí.
     --Mercedes no está perdida,    ¿dónde fue que yo la vi?
  4   Cuatro padres la llevaban    por las calles de Madrid.
     Las señas que ella llevaba    yo te las vengo a decir,
  6   que el cajón era de oro    y la tapa de marfil.
     El paño que la cubría    era de rosa y jazmín.--
  8   Ya murió la flor de mayo,    ya murió la flor de abril,
     ya murió la Mercedita,    para séculas sin fin.
  10   Por una escalera abajo    baja Alfonso desmayado,
     al ver que murió Mercedes    y luto no se ha guardado.

Nota: Se lo enseñó una hermana Sara Matilde, de Antioquía, en el Colegio de la Presentación en Salazar.

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0168.1:23 ¿Dónde vas, Alfonso XII? (í+polias.)            (ficha no.: 4686)

Versión de Ocaña (Cantabria, Colombia).   Recitada por Eddy Margot Gélvez (16a). Recogida en Cúcuta por Gisela Beutler, 00/09/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 181, p. 378.  008 hemist.  Música registrada.

     --¿Dónde vas, Alfonso López?    --Niña, voy para el vergel,
  2   en busca de Merceditas,    que ayer tarde yo la vi.
     --Merceditas no es perdida,    Merceditas yo la vi;
  4   la llevaban cuatro padres    y también un sacristán.--

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0168.1:24 ¿Dónde vas, Alfonso XII? (í+pareados)            (ficha no.: 4687)

Versión de Gramalote (Cantabria, Colombia).   Recitada por Sofía de Rincón (38a). Recogida en Salazar por Gisela Beutler, 00/09/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 182, p. 378.  014 hemist.  Música registrada.

     --¿Adónde vas, Alfonso Doce,    dónde vas, triste de mí?
  2   --Voy en busca de Merceditas,    que hace un año la perdí.
     --Mercedes no está perdida,    no sé donde la vi.
  4   La llevaban entre cuatro padres    por la calle de marfil.--
     Al bajar las escaleras    me dijeron los soldados,
  6   las campanas    ya no quieren repicar,
     por la muerte de Merceditas    y que luto le han de guardar.

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0224:22 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 4699)

Versión de Bochalema (Cantabria, Colombia).   Recitada por Luz Delia Figueroa (18a). Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 194, p. 382.  018 hemist.  Música registrada.

     Hilito, hilito de oro,    hilado de una francés,
  2   me dijo una gran señora,    que buenas hijas tenéis.
     --Tenga o no las tenga,    usted no me las mantenéis.
  4   Los trabajos que yo pasare,    ellas lo pasarán;
     el chocolate que yo tomare,    ellas lo tomarán.
  6   --Yo me voy muy enojado    de la princesa y el rey.
     --Entrad, gran escudero,    escojáis la que queréis.
  8   Su madre es una rosa    y su padre es un clavel,
     y ella es un botoncito,    acabado de nacer.--

Nota: -1b francés sic. Aprendido de una tía.

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0224:23 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 4700)

Versión de Pamplona (Cantabria, Colombia).   Recitada por Celmira Suárez (48). Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 195, p. 383.  006 hemist.  Música registrada.

     Lito, lito de oro,    yo filando en mi francés,
  2   le dije a una gran señora,    ¡Qué buenas hijas tenéis.
     --Téngalas o no las tenga,    tú no me la mantenéis.--

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0224:25 Hilo de oro (estróf.)            (ficha no.: 4702)

Versión de Salazar (Cantabria, Colombia).   Recitada por Hilda María Contreras de Omaña (45a). Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 197, p. 383.  026 hemist.  Música registrada.

     Filito, filito de oro,    yo filando me corté.
  2   Me dijo una gran señora,    ¿que cuántas hijas tenéis?
     --Tuviere las que tuviere,    vos no me las mantenéis.
     Agua que yo bebiere,    ellas también beberán,
  4   pan que yo comiere,    ellas también comerán.
     --Me voy muy enojado    con el palacio del rey,
  6   porque no me quiso dar una hija,    ni por esposa, ni por mujer.
     --Venid acá, Señor Galán,    tan galante y tan cortés,
  8   de las hijas que yo tengo    llévate la que queráis.
     --Esta escojo y esta llevo,    por esposa y por mujer,
  10   que parece un botón de rosa,    acabado de nacer.
     --¡Me las tratáis muy bien!    --Esos son cuidados míos:
  12   por la mañana caldito,    por la mediodía panecito
     y en la tarde juetecito,    si lo fuere menester.--

Nota: Fuetéalo, azotes.

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0224:36 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 4713)

Versión de Onzaga (Cantabria, Colombia).   Recitada por Miriam Fibaduiza (14a). Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1960 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 208, p. 387.  022 hemist.  Música registrada.

     Filito, filito de oro,    yo amolando mi alfiler,
  2   me dijo una gran señora,    --¡Que buenas hijas tenéis.
     --Téngalas o no las tenga,    no me las sabe mantener.
  2   Del agua que yo bebiere,    ellas beberán también.
     --Me voy muy alejado    para el palacio del rey,
  4   que las hijas de Juan Mora    no me las dio por mujer.
     --Venga acá, Señor Galán,    tan galán y tan cortés,
  6   de las cien hijas que tengo,    escoja las que queréis.
     --Voy a escoger esta niña,    por última mujer,
  8   que parece un botón de rosa,    clavadito en el azel.
     --Pero lo que le encargo,    es que no me la maltratéis.
  10   Eso, no, mi señora,    eso no debo hacer.
     Por la mañana su azote    y por la tarde su pastel.--

Nota: -8b azel sic. Aprendido en la escuela.

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0113:132 Señas del esposo (polias.)            (ficha no.: 4721)

Versión de Bucaramanga (Cantabria, Colombia).   Recitada por Hermana Eugenia Victoria. Recogida en Salazar, Norte de Santander por Gisela Beutler, 00/09/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 216, p. 390.  016 hemist.  Música registrada.

     --Yo soy la recién casada,    venida de Panamá,
  2   mi marido me abandona    por la mucha libertad.
     --Decidme, o buen soldado,    ¿mi marido dónde está?
  4   --No, señora, no conozco,    ni sé qué tipo será.
     --Mi marido es alto y rubio,    tiene tipo de francés,
  6   y en el puño de la espada    lleva el nombre de Isabel.
     --Sí, señora, sí, conozco,    hace un año que murió.
  8   En los campos de batalla    un soldado lo mató.--

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0113:138 Señas del esposo (polias.)            (ficha no.: 4727)

Versión de Onzaga (Cantabria, Colombia).   Recitada por Héctor Betancourt (11a). Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1960 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 222, pp. 392-393, notación musical , nº 35,p. 568.  028 hemist.  Música registrada.

     --Yo soy la recién casada,    venida de Panamá,
  2   mi marido me abandona    por la mucha libertad.
     Ya me voy para mi casa,    a vestirme de café,
  4   para que diga la gente:    ¡qué moza viuda mujer!
     --Dime, oh buen soldado,    mi marido, ¿en dónde está?
  6   --No, señora, no conozco,    ni sé qué tipo será.
     --Mi marido es alto y rubio,    tiene cara de francés,
  8   y en el puño de la espada    lleva el nombre de Isabel.
     --Sí, señora, le conozco,    que hace un año que murió.
  10   En los campos de batalla    un soldado lo mató.
     --Ahora me visto de negro    y me voy para el cementerio,
  12   para que la gente diga:    ¡qué triste quedó la viuda!--
     La pobre viuda lloraba    la muerte de su marido:
  14   que si no se hubiera muerto,    todavía estuviera vivo.

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0144:27 Don Gato (á-o)            (ficha no.: 4729)

Versión de Salazar (Cantabria, Colombia).   Recitada por unos niños del Col. de la Presentación. Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 224, p. 393.  016 hemist.  Música registrada.

     Estaba el señor don Gato    sentadito en su tejado,
  2   Ha llegado una carta,    que si quiere ser casado.
     El gato por ser su novio    se ha caído del tejado.
  4   Se ha roto siete costillas    y la puntica del rabo.
     Ya lo llevan a enterrar    por las calles del mercado.
  6   Al olor de las sardinas    el gato ha resucitado.
     Los ratones de alegría    se visten de colorado.
  8   Por eso dice la gente:    siete vidas tiene un gato.

Nota: se canta el estribillo paramaléo, leo, láo tras el segundo hemistiquio, que luego se repite.

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0144:37 Don Gato (á-o)            (ficha no.: 4739)

Versión de Suaita (Cantabria, Colombia).   Recitada por Roberto Cala (12a). Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 234, p. 397.  018 hemist.  Música registrada.

     Estando el señor don Gato    en silla de oro sentado,
  2   cuando llegó la noticia,    que debía ser casado
     con una gatita rubia,    hija del gato pintado.
  4   Don Gato con la alegría    subió a bailar al tejado.
     Tropezó con la veleta,    y rodando cayó abajo.
  6   Ya llaman a los doctores,    curadores, cirujanos.
     Unos les tocan los huesos,    y otros les miran el rabo.
  8   Ya le llevan a enterrar    por la calle del pescado.
     Los ratones van llorando,    los gatos dicen: miau, miau.

Nota: -7ab les sic.

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0144:38 Don Gato (á-o)            (ficha no.: 4740)

Versión de Suaita (Cantabria, Colombia).   Recitada por Rebeca Aguirre (13a). Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1960 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 235, p. 397.  029 hemist.  Música registrada.

     Estando el señor don Gato    en silla de oro sentado,
  2   cuando llegó la razón,    que tenía que ser casado
     con una gata morisca,    que andaba por el tejado.
  4   Por ella dar un beso    se cayó del entejado;
     se rompió siete costillas    y un brazo descuartizado.
  6   Que le cuente a mi señora,    vengo mal desayunado
     con ciento cincuenta huevos,    cien olletas de cacao,
  8   otras cien de mazamorra    y un palito de maíz tostado.
     Me jui para los llanos,    se me vine todo el ganado,
  10   se me vine todo blanco,    se me vine colorado,
     y me descuadré el lado    y le dije a mi mayordomo:
  12   Traiga el cuchillo bien amolado
     para cortar la pajarilla,    que es el mejor bocado.
  14   El hígado para los perros,    por lo más ensangrentado
     y el boje para las viejas,    para que se suelven en su cacao.

Notas de G. Beutler: -15a boje (?); contaminación: con "Galerón llanero".

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0144:39 Don Gato (á-o)            (ficha no.: 4741)

Versión de Aratoca (Cantabria, Colombia).   Recitada por Hilda Pereira (12a). Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1960 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 236, p. 398. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº__, 12.2, p. 137.  025 hemist.  Música registrada.

     Estaba el señor don Gato    en silla de oro sentado,
  2   calzando media de seda    y zapatito dorado,
     cuando llegó la noticia,    que había de ser casado
  4   con una gatita parda,    hija de un gato colorado.
     El gato con alegría    subía a bailar al tejado
  6   y se vino rodandito.
     Se partió siete costillas    y la puntita del rabo.
  8   Llamaron a los doctores,    médicos y cirujanos.
     Mataron siete gallinas    y le dieron de aquel caldo.
  10   Y le llevaron a enterrar    al pobrecito Don Gato.
     Y lo llevaron en hombros    cuatro gatos colorados.
  12   Sobre la cajita iban    siete ratones bailando,
     al ver que se había muerto    aquel enemigo malo.

Nota: Aprendido de una maestra.

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0144:40 Don Gato (á-o)            (ficha no.: 4742)

Versión de San Vicente (Cantabria, Colombia).   Recitada por una maestra de la Escuela Publica. Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1960 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 237, p. 398.  016 hemist.  Música registrada.

     Estando el señor don Gato    en silla de oro sentado,
  2   haciendo su testamento    de todo lo que había hurtado:
     cien varas de longaniza,    medio puerco enadobado,
  4   cien quesos que se comió    y uno que dejó arañado.
     Cuando le llegó la orden    que debía ser casado.
  6   Dio un brinco a las zarandas    y otro brinco al entejado;
     una costilla sumida    y un brazo descoyuntado.
  8   Llaman pronto al sangrador,    al médico y al cirujano.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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0612:11 Pregunté si había cena (ó)            (ficha no.: 4750)

Versión de Capitanejo (Cantabria, Colombia).   Recitada por unos jóvenes. Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1960 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 246, p. 402.  024 hemist.  Música registrada.

     Del primer lance que hice,    lo dejé cachicharádo,
  2   y me dijo el mayordomo:    --¡No me maltrate el ganado!
     Yo le dije, --Sí, señor,    así es como me lo han enseñado.--
  4   Me dijo Doña Tomasa,    ¿que me había almorzado?
     Yo me dije, --No, señora,    ni siquiera desayunado.--
  6   Me llevó para la casa    y me dio de desayunar.
     Una china y un muchacho    me cogieron de la mano
  8   con mucha conversación.
     La una me dio chocolate,    la otra me dio mojicón.
  10   Yo me tendí sobre cueros    y la otra me tendí (. . . . . .)
     La una se acostó a orilla,    y la otra se acostó en un rincón.
  12   La una me dio un pelliquelo,    la otra me dio un pellicón.
     La vieja, por alcahueta    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Nota: Contaminación: con "Galerón llanero". -9b mojicón pan redondo de trigo con azúcar arriba.

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0178:23 Mambrú (7+7 á)            (ficha no.: 4754)

Versión de Bochalema (Cantabria, Colombia).   Recitada por unas niñas del Col. de la Presentación. Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 251, pp. 405-406. Reeditada en (12.1).  026 hemist.  Música registrada.

     En Francia nace un niño,    de padre militar,
  2   Por no tener padrinos,    Mambrú se ha de llamar.
     A los dieciocho años    se fue de militar.
  4   Mambru se fue a la guerra,    no sé, cuando vendrá.
     Se suben a la torre,    a ver si viene ya.
  6   Allá viene el correo,    ¿qué noticias traerá?
     Las noticias que trae    dan ganas de llorar.
  8   Que ya Mambrú se ha muerto,    lo llevan a enterrar.
     La caja era de oro,    la tapa de cristal.
  10   Encima de la tapa    una corona va.
     Encima de la corona    una tarjeta va.
  12   Encima de la tarjeta    un pajarito va.
     El pajarito va cantando    el pío, pío, pá.

Notas: Los primeros hemistiquios se repiten, intercalando el estribillo: ¡qué horror, qué horror, qué pena!. Los segundos también se repiten intercalando el estribillo: dorremí, dorrefá. El estribillo se mantiene hasta el final.

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0126:17 Santa Catalina (7+7 pareados)            (ficha no.: 4766)

Versión de Bucaramanga (Cantabria, Colombia).   Recitada por Dennis Morinelli (14a). Recogida en Cúcuta por Gisela Beutler, 00/09/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 263, p. 412.  016 hemist.  Música registrada.

     La Santa Catalina,    era hija de un rey.
  2   Un día estaba orando,    y el rey la encontró.
     --¿Qué haces, Catalina,    metida por ahí?
  4   --Rezando a Dios, tu padre,    que no conoces tú.
     --¡O, dejas, dejas de rezar,    o yo te mataré!
  6   --Pues mátame en seguida,    no dejaré de rezar.--
     El rey enfurecido    a espada la mató.
  8   Los ángeles del cielo    cantaron gloria-a-a-a-a,

Nota: El estribillo "pitipín, pitipín, pimpón," se repite tras los hemistiquios impares, mientras los pares se repiten así (-1b): "era hija de un rey, rey, rey, / era hija de un rey" (a excepción de la última: cantaron gloria-a-a-a / cantaron gloria-a.//).

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0565:3 Estando una pastora... mató a su gatito (7+7 í-o)            (ficha no.: 4771)

Versión de Sardinata (Cantabria, Colombia).   Recitada por Nema Rojas (13a). Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 268, pp. 415-416.  016 hemist.  Música registrada.

     Había una pastorcita,    cuidando un rebañito.
  2   La leche de sus cabras    le daban un quesito.
     --Si tú metes la pata,    te doy con un palito.
  4   El gato la metió,    y ella lo mató.
     Después fue a confesarse    con el padre Candilito.
  6   --Ay, padre, yo me acuso,    de que maté un gatito.
     --De penitencia doy,    me traigas un quesito.--
  8   El queso ya está dado,    y el canto era terminado.

Nota: tras el primer hemistiquio (que se repite), se canta el estribillo tará, lalá, lalalito.

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0888:5 La pulga y el piojo (6+6 coplas)            (ficha no.: 4776)

Versión de Pamplona (Cantabria, Colombia).   Recitada por una alumna del C. de la Presentación. Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 273, pp. 419-420.  016 hemist.  Música registrada.

     El piojo y la pulga    se quieren casar,
  2   no han hecho la boda    por falta de maíz.
     El gorgojo contesta    de su gorgojal:
  4   que hagan la boda,    yo doy el maíz.
     El ratón contesta    de su ratonal:
  6   que hagan la boda,    que voy a padrinar,
     Ya a la medianoche,    ya al amanecer,
  8   se ha soltado el gato,    y se comió el padrino.

Nota: Se repite el estribillo Tiro, lorilo, lorilo, rilo, li. tras los versos pares. El recuento acumulativo "ya no es..." no se encuentra en las demás varientes, donde se dice "ahora es por... que ya lo tenemos", "ahora es por... ¿dónde lo hallaremos", etc.

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0888:6 La pulga y el piojo (6+6 coplas)            (ficha no.: 4777)

Versión de Ocaña (Cantabria, Colombia).   Recitada por Miriam Sánchez (11a). Recogida en Sardinata por Gisela Beutler, 00/09/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 274, pp. 420-421.  036 hemist.  Música registrada.

     El piojo y la pulga    se quieren casar,
  2   y no se casan    por falta de manteca.
     Contesta la hormiga    en su bodega,
  4   que siga la boda,    que yo doy manteca.
     Ahora manteca,    que ya la tenemos,
  6   ahora por tomate,    ¿adónde hallaremos?
     Contesta el conejo    en su tomatal:
  8   que siga la boda,    yo lo voy a dar.
     Ahora tomate,    que ya lo tenemos,
  10   ahora por vino,    ¿adónde hallaremos?
     Contesta el gorgojo    en el camino:
  12   que siga la boda,    que yo doy el vino.
     Ahora el vino,    que ya lo tenemos,
  14   ahora por padrino,    ¿adónde hallaremos?
     Contesta el ratón    en el madrigal:
  16   si amarran el gato,    yo voy a padrinar.
     Estando en la boda    y tomándose el vino,
  18   soltaron el gato,    y se comió el padrino.

Nota: -15b madrigal: entiéndase como un montón de piedras.

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0888:9 La pulga y el piojo (6+6 coplas)            (ficha no.: 4780)

Versión de Puente Nacional (Cantabria, Colombia).   Recitada por Romelia. Recogida en Bogotá por Gisela Beutler, 00/09/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 278, p. 427.  012 hemist.  Música registrada.

     La pulga y el piojo    se quieren casar,
  2   la pulga y el piojo    se quieren casar.
     No se han podido    casar por falta de la sal.
  4   Que se sigan las bodas,    se sigan las bodas,
     que la peña dará la sal.    Que se sigan las bodas,
  6   que se sigan las bodas,    que el buey dará la carne.

Nota: -5b: Tradición local de Colombia: en Cundinamarca se explota desde la época de los Muiscas la mina de sal de Zipaquirá. Dentro de la mina se encuentra la Catedral de Sal, única en su especie. La fórmula "la peña dará la sal" sólo se encuentra en Cundinamarca.

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0888:10 La pulga y el piojo (6+6 coplas)            (ficha no.: 4781)

Versión de Aratoca (Cantabria, Colombia).   Recitada por Graciela Morena (10a). Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1960 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 279, pp.427-428.  050 hemist.  Música registrada.

     El piojo y la pulga    se van a casar,
  2   y no se casaron    falta de pan.
     Contestó el sinsonte    desde su matorral:
  4   --Sígase la boda,    que yo voy a dar el pan.--
     Ahora no es por el pan,    que ya lo tenemos,
  6   sino por el vino,    ¿dónde lo hallaremos?
     Contestó el pajarito    su matorral:
  8   --Sígase la boda,    que yo doy el vino.--
     Ahora no es por el vino,    que ya lo tenemos,
  10   sino por quien baile,    ¿dónde lo hallaremos?
     Contestó el ratón    desde su ratonera:
  12   --Sígase la boda,    que yo voy a bailar.--
     Ahora no es por quien baile,    que ya lo tenemos,
  14   sino por padrinos,    ¿dónde lo hallaremos?
     Contestó el gato    desde la cocina:
     16--Sígase la boda,    que soy el padrino.--
     Ahora no es por padrino,    porque ya lo tenemos,
     18sino por madrina,    ¿dónde la hallaremos?
     Contestó la gata    desde la cocina:
  20   --Sígase la boda,    que soy la madrina.--
     Ahora no es por madrina,    que ya la tenernos,
  22   ahora es por sacerdote,    ¿dónde lo hallaremos?
     Contestó el conejo    desde su conejera:
  24   --Sígase la boda,    yo soy el sacerdote.--
     Se salió el gato    y se comió la gata.

Nota:-6a: Ave canora (Mimus polyglottus), mex. "cenzontle".

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0168.1:42 ¿Dónde vas, Alfonso XII? (í)            (ficha no.: 5034)

Versión de Girón (Cantabria, Colombia).   Recitada por Lola Hernández (47a). Recogida 00/00/1975 Publicada en Dougherty 1977, pp. 249-250. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº II, 12.1, p. 43.  024 hemist.  Música registrada.

     --¿Dónde vas, Alfonso XII?    ¿Dónde vas? --¡Triste de mí!
  2   En busca de Merceditas,    que hace un año la perdí.
     --Merceditas no se ha muerto,    ayer tarde yo la vi.
  4   La llevaban cuatro frailes    por las calles de Madrid.
     Los zapatos que llevaba    eran puro charol,
  6   los que le había dado Alfonso    en la noche de chespín.
     Desde aquí se ve la casa,    el arbolito también,
  8   donde se querían juntos,    donde se besan también.
     Si las luces del palacio,    ya no quieren encender,
  10   por la muerte de Mercedes,    ya no quieren florecer.
     Se acabó la flor de mayo,    y también la flor de abril;
  12   se acabó la que paseaba    por las calles de Madrid.--

Nota de la editora: -3a no sic; -6b chespín sic.

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1537.1:30 El rastro divino (á-o)            (ficha no.: 5084)

Versión de San Gil (Cantabria, Colombia).   Recitada por Ana Dolores Durán (58a). Documentada en o antes de 1977. Publicada en Dougherty 1977, p. 257. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº VII, 12.1, pp. 83-84.  035 hemist.  Música registrada.

     Por el rastro de la sangre    que Jesús ha derramado,
  2   camina la Virgen pura    en busca de su hijo amado.
     A las tres leguas que anduvo    una mujer ha encontrado:
  4   --Dime, mi buena cristiana,    si a Jesús lo has encontrado.
     --Sí, lo he encontrado, señora,    muy rendido y fatigado,
  6   con una cruz en los hombros    de madera muy pesada,
     una soga en la garganta    que ellos le van tirando.
  8   --Caminemos, Virgen pura,    caminemos al Calvario,
     que tan pronto que lleguemos    ya le habrán crucificado.--
  10   Ya lo coronan de espinas,    ya le remachan los clavos,
     ya le pegan la lanzada    en su divino costado.
  12   San Juan y la Magdalena    de la cruz lo han bajado;
     la sangre de que él cala    en un cáliz consagrado;
  14   el hombre que la bebiese    será bienaventurado,
     será rey en esta vida    y en la otra coronado.
  16   Quien aprenda esta oración    y no la enseñe,
     quien la oiga y no la aprenda,    el día del juicio final sabrá
  18   lo que esta oración contiene.
     Amén.

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0180:45 Marinero al agua (á-a)            (ficha no.: 5261)

Versión de Socorro (Cantabria, Colombia).   Recitada por Socorro Pinzón de Durán (21a). Recogida 00/00/1975 Publicada en Dougherty 1977, pp. 248-249. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXII, 12.2, p. 201.  024 hemist.  Música registrada.

     Entre San Juan y San Pedro    hicieron un arca nueva,
  2   el arca era de oro,    su arquilla era de acero.
     Una noche muy oscura    cayó un marinero al agua;
  4   se le presentó el demonio    diciéndole estas palabras:
     --¿Qué me darás, marinero,    si yo te saco del agua?
  6   --Yo te daré mi navío    cargado de oro y de plata.
     --¿Yo pa qué quiero navíos,    ni tu oro ni tu plata?
  8   Lo que quiero es, cuando mueras,    a mí me entregues el alma.
     --El alma la entrego a Dios    y el cuerpo al agua salada
  10   y mi mujer y mis hijos    a la Virgen soberana.--
     De San Juan iba San Pedro,    de San Pedro iba San Juan,
  12   de capitán general    iba Jesús Nazareno.

Título original El marinero.

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0098.1:12 ¿Cómo no cantáis, la bella? A lo divino (é-a)            (ficha no.: 4571)

Versión de Popayán (Cauca, Colombia).   Recitada por Aída Ester Villaquiram (12a). Recogida por Gisela Beutler, 00/03/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 8, p. 304.  017 hemist.  Música registrada.

     La Virgen se está peinando    debajo de una palmera;
  2   sus peines eran de plata,    su cinta de primavera.
     Por allí pasó José    y le dijo de esta manera:
  4   --¿Cómo no canta la linda,    cómo no canta la bella?
     --¿Cómo quieres que yo cante,    solita y en tierra ajena,
  6   si un hijo que yo tenía,    más blanco que una azucena,
     me lo están crucificando    en una cruz de madera?
  8   ¡Os ayudará San Juan    y también la Magdalena,
     que es muy buena medianera!--

Nota: la recitadora aprendió el romance en una escuela de Pasto.

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0098.1:22 ¿Cómo no cantáis, la bella? A lo divino (é-a)            (ficha no.: 4581)

Versión de Popayán (Cauca, Colombia).   Recitada por Esperanza Restrepo (12a). Recogida por Gisela Beutler, 00/03/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 18, p. 305.  004 hemist.  Música registrada.

     La Virgen estaba sentada    debajo de una palmera;
  2   sus peines eran de aro,    la cinta de primavera.

Nota: la recitadora aprendió el romance en casa.

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0226:33 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 4602)

Versión de Popayán (Cauca, Colombia).   Recitada por Gloria Mosquera (11a). Recogida por Gisela Beutler, 00/03/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 39, p. 312. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº__, 12.1, p. 259-260.  040 hemist.  Música registrada.

     Camina la Virgen pura    del Egipto para Belén,
  2   en la burrica mansa,    que le compró San José.
     Lleva el niño entre sus brazos    y el Santo camina bien.
  4   En el medio del camino    el niño tenía sed.
     --No pidas agua, mi niño,    no pidas agua, mi bien;
  6   que los ríos vienen turbios    y no se pueden beber.--
     Más arriba, en aquel alto,    hay un rico naranjal;
  8   que el hombre, que lo cuida,    es un hombre que no ve.
     --¡Por Dios pido, buen viejo,    que así Dios te deje ver,
  10   que me des una naranja,    que mi niño tiene sed!
     --Entre usted, señora, y coja,    lo puede embellecer.--
  12   La Virgen como prudente    se cogió tan solo tres.
     Una se la dio a su niño,    otra se la dio a José,
  14   otra se quedó en la mano,    para la Virgen no ve.
     El niño, como era niño,    no se sabe de coger.
  16   Por una que coja el niño,    cien vuelven a florecer.
     Camina la Virgen pura    y el viejo comienza a ver.
  18   --¿Quién ha sido esta señora,    que me ha hecho tanto bien,
     que me ha dado luz en los ojos    y en el corazón también?--
  20   Era la Virgen María,    que ha venido a Belén.

Nota: Aprendido de una prima.

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0180:37 Marinero al agua (á-a)            (ficha no.: 4676)

Versión de Cali (Cauca, Colombia).   Recitada por Clara Mendoza (13a). Recogida en Popayán, Cauca por Gisela Beutler, 00/03/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 172, p. 375, notación musical , nº 26,p. 566.  020 hemist.  Música registrada.

     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ]
     --¿Cuánto me das, marinero?    ¿Cuánto me das, marinero,
  2   porque te saque del agua, sí, sí,    porque te saque del agua, sí, si?
     --Yo te doy mis navíos,    yo te doy mis navíos,
  4   mi oro, mi plata, sí, sí,    mi oro, mi plata, sí, sí.
     --Yo no quiero tus navíos,    yo no quiero tus navíos,
  6   ni tu oro, tu plata, sí, sí,    ni tu oro, tu plata, sí, sí.
     --Entonces, ¿qué e` lo que quieres?    Entonces, ¿qué e` lo que quieres?
  8   --El corazón de María, sí, sí,    el corazón de María, sí, sí.
     --Lo tengo en una vidriera, sí, sí,    lo tengo en una vidriera, sí, sí.
  10   Lo tengo en una vidriera, sí, sí,    lo tengo en una vidriera, sí, sí.--

Nota: Aprendido de su madre.

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0224:35 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 4712)

Versión de Mercaderes (Cauca, Colombia).   Recitada por Petronila Angulo (15a). Recogida por Gisela Beutler, 00/03/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 207, pp. 386-387, notación musical , nº 33,p. 568.  020 hemist.  Música registrada.

     Jilita, jilita de oro,    que jilando Alejandría,
  2   yo vide una gran señora,    que lindas hijas tenía.
     --Téngalas o no las tenga,    yo las sé mantener,
  4   que del pan que yo comiera,    comerán ellas también.
     --Yo me voy muy enojado    pa` los palacios del rey,
  6   que las hijas del rey moro    no me las dan por mujer.
     --Vuelve, vuelve, caballero,    caballero muy cortés,
  8   que las hijas del rey moro,    escójala que queréis.
     --Esta escojo y esta adoro,    por esposa y por mujer,
  10   que parece blanca rosa,    acabada de nacer.--

Nota: Aprendido en la casa de su madre.

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0144:36 Don Gato (á-o)            (ficha no.: 4738)

Versión de Popayán (Cauca, Colombia).   Recitada por Dora Graciela Fuentes (14a). Recogida por Gisela Beutler, 00/03/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 233, p. 397.  017 hemist.  Música registrada.

     Estaba el señor don Gato    en silla de oro sentado,
  2   con sus mediecitas de oro    y sus zapaticos calados.
     Estando un día sólito,    se subió por una escalera,
  4   y se cayó del tejado.    El gato se descuartizó,
     se rompió media cabeza    y este gato se murió.
  6   Lo llevaron a enterrar    a la plaza principal.
     Los ratones visten de rojo    y las gatas de colorado.
  8   Tan alegres se pusieron,    al ver que había muerto un rey,
     que tanta guerra había dado.

Nota: Aprendido de su madre.

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0178:26 Mambrú (7+7 á)            (ficha no.: 4757)

Versión de Popayán (Cauca, Colombia).   Recitada por Berenice García de Buitrago (33a). Recogida por Gisela Beutler, 00/03/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 254, p. 407.  016 hemist.  Música registrada.

     Mambrú se fue a la guerra,    no sé, cuando vendrá,
  2   Me he subido a la tumba,    a ver, si aun vendrá,
     Por allá viene un paje,    ¿qué noticias traerá?
  4   Las noticias que traigo,    dan ganas de llorar.
     Que Mambrú ya se ha muerto,    lo llevan a enterrar.
  6   En caja de terciopelo,    con tapa de cristal.
     Encima de la tumba,    un pajarito está.
  8   Cantanto el pío, pía,    cantando el pío pá.

Notas: Los primeros hemistiquios se repiten, intercalando el estribillo: ¡qué dolor, qué dolor, qué pena!. Los segundos también se repiten intercalando el estribillo: dorremí, dorrefá. El estribillo se mantiene hasta el final.

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1537.1:32 El rastro divino (á-o)            (ficha no.: 5086)

Versión de San Juan de Micay (Cauca, Colombia).   Recitada por Clemencia Suárez (50a). Documentada en o antes de 1976. Publicada en Granda 1976, p. 225. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº VII, 12.3, p. 84.  008 hemist.  Música registrada.

     Jesucristo se ha perdido,    su madre lo anda buscando
  2   preguntando si le han visto    un lucero relumbrando.
     --Por aquí pasó, señora,    iba p`al monte Calvario,
  4   se aparece con los hombres    a morir crucificado.

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0184:68 Blancaflor y Filomena (é-a+ó)            (ficha no.: 3639)

Versión de Condota (Chocó, Colombia).   Recitada por una mujer. Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1969, Studien zum spanischen Romancero in Kolumbien ..., Heidelberg, Carl Winter Universitätsverlag.. Reeditada en Beutler 1977 [1978], Estudios sobre el romancero español en Colombia nº 135, p. 358. Notación musical.  028 hemist.  Música registrada.

     Estaba la Santa Juana    a la voz de su candela,
  2   con sus dos hijas preciosas,    Blancaflor y Filomena.
     A eso llegó un pastor,    se enamoró de una d`ellas.
  4   --Me caso con Blancaflor,    y vuelvo por Filomena.
     A los dos años cumplidos    volvió el pastor donde su suegra.
  6   --Buenas noches tenga, suegra.    --Buenas noches tenga, yerno.
     ¿Cómo quedó Blanca y Bella?    --De feliz parto, señora,
  8   y le manda suplicar,    que le preste a Filomena.
     --A Filomena no la presto    porque está niña y doncella.
  10   --Préstela no más, señora,    yo la llevo con cuidado.
     --Entra, Filomena, al cuarto,    vestirte de seda negra,
  12   que te manda a suplicar    su hermanita Blanca y Bella.
     A la mitad del camino    el pastor dispuso de ella.
  14   Después de que la gozó,    su lengua se la sacó.

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0184:69 Blancaflor y Filomena (é-a+ó)            (ficha no.: 3640)

Versión de Istmina (Chocó, Colombia).   Recitada por el señor Eduardo Mosquera (49a). Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1969, Studien zum spanischen Romancero in Kolumbien ..., Heidelberg, Carl Winter Universitätsverlag.. Reeditada en Beutler 1977 [1978], Estudios sobre el romancero español en Colombia nº 136, pp. 358-359.  032 hemist.  Música registrada.

     Estaba la Santa Juana    al labor de su candela,
  2   con sus dos hijas preciosas,    Blancaflor y Filomena.
     A eso pasó un pastor,    se enamoró de una de ellas.
  4   --Me caso con Blancaflor,    y muero por Filomena.--
     A los dos meses y medio    se fue el pastor pa` su tierra.
  6   A los tres meses y medio    volvió a casa de su suegra.
     --¿Cómo quedó Blancaflor?    --De parto quedó, señora,
  8   y le manda suplicar    que le preste a Filomena.
     --Filomena no la presto    porque está niña y doncella.
  10   --Yo la llevo con cuidado,    como, al fin, cuñado de ella.--
     Al otro día de mañana    por delante la llevó.
  12   En la mitad del camino    su pecho le declaró.
     En eso pasó un pastor,    y de señita le habló,
  14   que le escribiese una carta    a su hermana Blancaflor.
     Blancaflor cogió la carta,    y d`ese susto malparió.
  16   ¡Que lo apresen a su marido,    por ser pícaro y traidor!

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0184:70 Blancaflor y Filomena (é-a+ó)            (ficha no.: 3641)

Versión de Condoto (Chocó, Colombia).   Recitada por la señora Wanda Anrae (39a). Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1969, Studien zum spanischen Romancero in Kolumbien ..., Heidelberg, Carl Winter Universitätsverlag.. Reeditada en Beutler 1977 [1978], Estudios sobre el romancero español en Colombia nº 137, p. 359.  042 hemist.  Música registrada.

     Estaba la Santa Juana    al lado de su candela,
  2   con sus dos hijas queridas,    Blancaflor y Filomena.
     A eso pasó un pastor,    se enamoró de una d`ellas.
  4   --Me caso con Blancaflor,    y vuelvo por Filomena.--
     A los tres años cumplidos    volvió el pastor a la suegra:
  6   --Buenas tardes, suegra buena.    --Buenas tardes, yerno bueno.
     --¿Cómo quedó Blancaflor?    --Blancaflor quedó muy buena
  8   y le manda suplicar    que le preste a Filomena.
     --Filomena no puede ir    porque está niña y soltera.
  10   --Préstela no más, señora,    mire, que de parto queda.
     --Entra al cuarto, Filomena,    póngate el vestido de seda,
  12   que te vas a visitar    tu hermana, la blanca y bella.--
     Al otro día de mañana    por delante la llevó.
  14   En la mitad del camino    su pecho le declaró.
     Y después de que la gozo,    la lengua se la sacó.
  16   A eso vino otro pastor,    ella de seña le habló:
     --Llévele esta cartica    a mi hermana Blancaflor.--
  18   Blancaflor cogió la carta,    d`ese susto malogró.
     Cuando vio a Filomena,    volvió y se consoló.
  20   Se fue por la calle arriba    donde el Alcalde Mayor:
     --¡Mátenme a mi marido,    es un pícaro traidor!--

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0184:71 Blancaflor y Filomena (é-a+ó)            (ficha no.: 3642)

Versión de Pueblo Nuevo, Istmina (Chocó, Colombia).   Recitada por Doña Apolonia Mosquera (42a). Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1969, Studien zum spanischen Romancero in Kolumbien ..., Heidelberg, Carl Winter Universitätsverlag.. Reeditada en Beutler 1977 [1978], Estudios sobre el romancero español en Colombia nº 138, pp. 359-360.  036 hemist.  Música registrada.

     Estaba la Santa Juana    a la voz de su candela,
  2   con sus dos hijas preciosas,    Blancaflor y Filomena.
     En esta pasó un pastor,    se enamoró de una d`ellas.
  4   Se casa con Blancaflor,    y muere por Filomena.
     A los seis años cumplidos    fue pastor para su tierra.
  6  
(Blancaflor manda decir a la mamá, que le preste a Filomena)
     --Dentre al cuarto, Filomena,    vístase de seda negra.
  8   --Madre, yo me vistiera,    pero no tengo la seda.
     --Filomena no la presto,    porque está niña y doncella.
  10   --Préstela no más, señora    , yo la llevo con cuidado.
     Ella como hija mía,    y yo como dueño d`ella.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  12   En esta pasan los «sarteadores»,    de señas no más le habló:
     --Que le lleven esta carta    a mi hermana Blancaflor,
  14   porque Juancito, su esposo,    la lengua me la sacó.--
     Tomó Blancaflor la carta,    d`ese susto malparió.
  16   Luego se tiró a la calle,    con la justicia encontró:
     --Aprésenme mi marido,    que es un pícaro traidor,
  18   porque a Filomena, mi hermana,    la lengua se la sacó.--

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0184:72 Blancaflor y Filomena (é-a+ó)            (ficha no.: 3643)

Versión de San Antonio, Cabecera del Brazo, Istmina (Chocó, Colombia).   Recitada por la señora María Ignacia Mosquera (57a). Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1969, Studien zum spanischen Romancero in Kolumbien ..., Heidelberg, Carl Winter Universitätsverlag.. Reeditada en Beutler 1977 [1978], Estudios sobre el romancero español en Colombia nº 139, p. 360.  032 hemist.  Música registrada.

     Estaba la Santa Juana    a la voz de su candela,
  2   con sus dos hijas preciosas,    Blancaflor y Filomena.
     A eso pasó un pastor    y se enamoró de una d`ellas.
  4   --Me caso con Blancaflor,    y muero por Filomena.--
     A los tres días de casado    siguió el pastor a su tierra.
  6   A los nueve meses cumplidos    llegó a la casa de su suegra.
     --¿Cómo quedó Blancaflor?    --Señora, de parto queda,
  8   y le manda a suplicar    que le preste a Filomena.
     --A Fiiomena no la empresto,    porque está niña y doncella.
  10   --Préstela no más, señora,    como si fuera con ella.
     --«Dentra» al cuarto, Filomena,    vístase de seda negra,
  12   para que va a visitar    a tu hermana blanca y bella.--
     En la mitad del camino    el pastor hizo uso d`ella.
  14   Luego, después qu` usó d`ella,    la lengua se la sacó.
     Después de ocurrido esto,    a su hermana noticia llegó.
    
(Dijo:)
  16   --¡Mátenme a mi marido,    por pícaro y traidor!--

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0184:73 Blancaflor y Filomena (é-a+ó)            (ficha no.: 3644)

Versión de Quibdó (Chocó, Colombia).   Recitada por la señora Dominga Palacio (90a). Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1969, Studien zum spanischen Romancero in Kolumbien ..., Heidelberg, Carl Winter Universitätsverlag.. Reeditada en Beutler 1977 [1978], Estudios sobre el romancero español en Colombia nº 140, pp. 360-361.  035 hemist.  Música registrada.

     Estaba la Blancaflor    arrimada a su candela,
  2   con sus dos hijas preciosas,    Blancaflor y Filomena.
     En esto pasó un pastor,    se enamoro de una d`ella[s].
  4   Se casó con Blancaflor,    y murió por Filomena.
     --A los tres días pasados    se fue el pastor pa` su tierra.
  6   Y a los tres días cabales (sic)    llega el pastor a su suegra.
     --Buenas tardes tenga, yerno.    --Buenos días tenga, suegra.
  8   ¿Cómo queda Blancaflor?    --Señora, de parto queda,
     que le manda suplicar    que le mande a Filomena.
  10   --Filomena no la presto,    porque está pura y doncella.
     --Mándela no más, señora,    como que fuera con ella.
  12   --Dentre, dentre, Filomena,    vístate de seda negra.
     Mañana de mañanita,    coja el camino con ella.
  14   Filomena cogió el camino    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     En la mitad del camino    su pecho le declaró.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  16   que le mandara esa carta    a mi hermana Blancaflor.--
     Blancaflor cogió la carta,    d` este susto malparió;
  18   que su marido era un pícaro,    y era pícaro traidor.

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0098.1:24 ¿Cómo no cantáis, la bella? A lo divino (é-a)            (ficha no.: 4583)

Versión de Bogotá (Chocó, Colombia).   Recitada por Rogerio Velásquez, profesor. Recogida por Gisela Beutler, 00/08/1960 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 20, p. 306.  004 hemist.  Música registrada.

     La Virgen se está peinando    debajo de una palmera;
  2   los peines eran de plata,    la cinta de primavera.

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0226:38 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 4607)

Versión de Istmina (Chocó, Colombia).   Recitada por María Ignacia Mosquera (57a). Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 44, p. 314.  024 hemist.  Música registrada.

     Camina la Virgen pura    del Valle para Belén.
  2   En la mitad del camino    pidió el niño agua beber.
     --Agua te daré, mi niño,    agua te daré, mi bien;
  4   porque las aguas están turbias,    ríos y fuentes también.--
     Camine más adelante,    un triste ciego encontré.
  6   --¡Ciego, que nada no vía,    ciego, que nada no ve,
     ciego, dame una naranja,    para mi niño aplacar sed!
     --¡Cójalas no más, señora,    cójalas, que es menester,
  8   cójalas en una en una,    cójalas, en tres en tres!
     Cójalas, las más maduras,    las que fuesen menester.--
  10   En la mitad del naranjo,    ya el ciego empezaba a ver.
     --¿Quién sería esta gran señora,    que me hizo esta gran merced?
  12   ¿Sería la Virgen pura    o el glorioso San José?
     ¡Que me hizo volver la vista    como la primera vez!--

Nota -5b encontré sic.

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0226:39 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 4608)

Versión de Istmina (Chocó, Colombia).   Recitada por Eduardo Mosquera (49a). Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 45, p. 314.  026 hemist.  Música registrada.

     Camina la Virgen pura    del Valle para Belén.
  2   En la mitad del camino    el niño agua beber.
     --Agua te daré, mi niño,    agua te daré, mi bien;
  4   porque los ríos están turbios,    agua y fuentes también.--
     Camina más adelante,    un triste ciego encontró.
  6   --¡Ciego, que nada no vía,    ciego, que nada no ve,
     ciego, dame una naranja    pa` mi niño aplacar sed!
  8   --Ahí está el naranjo, señora,    cójalo que `s menester;
     cójalas en una en una,    cójalas en tres en tres;
  10   coja las más maduras,    las que fuesen menester.--
     En la mitad del naranjo,    ya el ciego empezaba a ver.
  12   --¿Cuál sería esta gran señora,    que me hizo esta gran merced?
     ¿Si sería la Virgen pura    o el glorioso San José?--

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0226:40 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 4609)

Versión de Condoto (Chocó, Colombia).   Recitada por Adelinda Urrutia (30a). Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 46, p. 315.  024 hemist.  Música registrada.

     Camina la Virgen pura    del Valle para Belén.
  2   En la mitad del camino    pidió el niño agua beber.
     --Agua no te doy, mi niño,    ni te la daré, mi bien;
  4   porque los ríos están sucios,    ríos y fuentes también.--
     Caminó más adelante,    un triste ciego encontré:
  6   --¡Ciego, dame una naranja,    a mi niño aplacar sed!
     --Ahí está, señora, el palo;    cójalas que menester.
  8   Cójalas, las más maduras,    cójalas que menester.--
     En la mitad del naranjo    ya el ciego empezaba a ver.
  10   --¿Quién sería esa gran señora,    que me hizo esta gran merced?
     ¿Si sería la Virgen pura    o el glorioso San José?
  12   ¡Que me hizo volver la vista    como la primera vez!--

Nota -5b encontré sic.

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0226:41 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 4610)

Versión de Quibdo (Choco, Colombia).   Recitada por Evangelina Palacios (41a). Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 47, p. 315.  023 hemist.  Música registrada.

     Camina la Virgen pura    del Valle para Belén.
  2   En la mitad del camino    pidió agua el niño a beber.
     --Agua te daré, mi niño,    agua te daré, mi bien;
  4   como las aguas están turbias,    ríos y fuentes también.--
     Camina más adelanté,    un triste ciego encontró.
  6   --¡Ciego, que jamás no vía,    ciego, que jamás no ve,
     dame, ciego, una naranja    para mi niño aplacar sed!
  8   --Señora, súbase al palo,    cójalas en una en una,
                                       cójalas en tres en tres.--
  10   Y desde la primer naranja,    ya el ciego empezaba a ver.
     --¿Quién será esta gran señora,    que me ha dado este menester?--
  12   Que de la primer naranja    ya el ciego empezaba a ver.

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0023:55 Gerineldo (í-o)            (ficha no.: 4616)

Versión de Istmina (Chocó, Colombia).   Recitada por Eduardo Mosquera (49a). Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 99, p. 337.  009 hemist.  Música registrada.

     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     --Gerineldo, Gerineldo,    ¡qué mal sueño hemos tenido,
  2   que la espada de mi padre    en el medio amanecido!
     --¿De dónde viene, Gerineldo,    tan blanco y descolorido?
  4   . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    a con la princesa has dormido!--
     --Aquí vengo, señor rey,    pa` que me dé mi castigo.--

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0023:56 Gerineldo (í-o)            (ficha no.: 4617)

Versión de Quibdó (Chocó, Colombia).   Recitada por María Gil (60a). Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 100, p. 337.  012 hemist.  Música registrada.

     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     --Gerineldo, Gerineldo,    paje del rey más querido,
  2   ¿de dónde vienes, Gerineldo,    tan blanco y descolorido?
     --Vengo, señor, de coger la rosa    más alta del castillo.
  4   --¡Mientes, mientes, Gerineldo,    con la príncipa has dormido!
     --¿Y si he dormido con ella,    qué delito he cometido?
  6   --Pues ella será tu mujer    y tú serás su marido.--

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0023:57 Gerineldo (í-o)            (ficha no.: 4618)

Versión de Condoto (Chocó, Colombia).   Recitada por Mercedes Asprilla (65a). Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 101, p. 337.  014 hemist.  Música registrada.

     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     --Girineldo, Girineldo,    ¡qué mal sueño hemos tenido,
  2   que la espada de mi padre    en el medio ha amanecido!
     --¿De dónde venís, Girineldo,    tan blanco y descolorido?
  4   --Vengo de coger las flores    de los altos más encumbrados.
     --¡Apostemos, Girineldo,    que con la niña has dormido!
  6   --Si he dormido con la niña,    ¿qué delito he cometido?
     --Ella ha de ser su mujer    y vos ha de ser su marido.--

Nota: -7b ha sic.

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0023:58 Gerineldo (í-o)            (ficha no.: 4619)

Versión de Condoto (Chocó, Colombia).   Recitada por Aurelia de Velásquez. Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 102, p. 337.  012 hemist.  Música registrada.

     --Gerineldo, Gerineldo,    paje del rey muy querido,
  2   ¡Amandaya, si me viera    junto tres horas contigo!
     A las tres se acuesta el rey,    a las cuatro está durmido;
  4   cuando llegués a la casa,    no me has que pegar un suspiro.
     --¿Cuál es ese caballero,    que en mi puerta da un suspiro?
  6   --Gerineldo soy, señora,    que vengo a lo prometido.--
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .]

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0049:76 Conde Niño (á)            (ficha no.: 4624)

Versión de Condoto [Platinero] (Chocó, Colombia).   Recitada por Bárbara Mena (40a). Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 108, p. 341.  022 hemist.  Música registrada.

     Se levanta un corderillo    la mañana de San Juan
  2   a darle agua a su caballo    a las orillas del mar.
     La madre le dice a su hija:    --¡Levantáte, no durmás!
  4   Oí, ¡qué bonito canta    la sirenita en el mar!--
     --Eso no es sirena, madre,    ni tampoco su cantar.
  6   Ese es aquel conde, madre,    y con él me he de casar.
     --No te casarés, mi hijita,    yo te lo mando matara.
  8   Del uno hago una iglesia    y del otro un famoso altar.
     --Madre, si usted lo mata,    yo viva no he de quedar.
  10   Mi cuerpo no le goza nadie,    sino que lo goza el mar.--
     Donde enterraron al conde,    nació un verde naranjal.

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0049:77 Conde Niño (á)            (ficha no.: 4625)

Versión de Condoto (Chocó, Colombia).   Recitada por una mujer. Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 109, pp. 341-342.  022 hemist.  Música registrada.

     Se levanta un corderillo    la mañana de un San Juan
  2   a darle agua a sus caballos    a las orillas del mar.
     Agua, que caballo bebe,    todo se le va encantar;
  4   pasajeros, caminantes    se pusieron a escuchar
     de ver qué bonito canta    la sírenita en el mar.
  6   Le dice la reina a su hija:    --¡Levantáte, no durmás!
     Mira, qué bonito canta    la sirtnita en el mar.
  8   --Eso no es sirena, madre,    ni tampoco su cantar.
     Es la voz del corderillo,    que con él he de casar.
  10   --Si te casas con el conde,    yo le mandaré matar.
     --Sí tú matas al conde, madre,    yo viva no he de quedar.--

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0049:78 Conde Niño (á)            (ficha no.: 4626)

Versión de Condoto (Chocó, Colombia).   Recitada por Mercedes Asprilla (65a). Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 110, p. 342.  026 hemist.  Música registrada.

     Se levanta un corderillo    la mañana de San Juan
  2   a darle agua a su caballo    a las orillas del mar.
     Agua, que caballo bebe,    todo se le va encantar,
  4   Pasajero, caminante,    que paraban a escuchar,
     de oír qué bonito canta    el corderillo en el mar.
  6   --¡Levántate, hija mía,    levántate, no durmas!
     Oí, qué bonito canta    el corderillo en el mar.
  8   --Yo no estoy por el corderillo, madre,    y menos por su cantar,
     que con el hijo del conde,    digo, que me he de casar.
  10   --Si te casas con el conde,    ¡mira, que le hago matar!
     --Si matan al conde, madre,    yo viva no he de quedar.
  12   De mí se forma una iglesia    y de él un famoso altar.--
     Van a celebrar su fiesta    a las orillas del mar.

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0049:79 Conde Niño (á)            (ficha no.: 4627)

Versión de Condoto (Chocó, Colombia).   Recitada por María Aurelina Valencia (30a). Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 111, p. 342.  026 hemist.  Música registrada.

     Levántase un corderillo    la mañana de un San Juan.
  2   --Oí, qué bonito cantan    las sirenas en el mar.
     Pasajeros, caminantes    se pararon a escuchar
  4   de ver qué bonito cantan    las sirenas en el mar.
     La reina le dice a su hija:    --¡Levántate, no durmás!
  6   Oí, qué bonito cantan    las sirenas en el mar.
     --Esa no es sirena, madre,    ni tampoco es su cantar;
  8   eso es aquel corderillo    que con él me he de casar.
     --Si te casas con el conde,    ¡yo lo mandaré matar!
  10   --Si usted mata al conde, madre,    yo viva no he de quedar.--
     La reina, como celosa,    ella lo mandó matar.
  12   Del uno hicieron la iglesia,    del otro un bizarro altar.
     Juntico alzaron el vuelo    a las orillas del mar.

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0049:80 Conde Niño (á)            (ficha no.: 4628)

Versión de Istmina [Pueblo Nuevo] (Chocó, Colombia).   Recitada por Isabel Mosquera (52a). Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 112, pp. 342-343.  022 hemist.  Música registrada.

     Madrugué hacer un corderillo    por la mañana de San Juan
  2   a darle agua a su caballo    a las orillas del mar.
     Agua, que el caballo bebe,    todo se le va encantara.
  4   Pasajero y caminante    se salieron a escuchara
     de ver qué bonito cantan    las sirenitas del mar.
  6   --Madre, eso no es la sirena,    ni tampoco su cantara.
     Eso es el conde, madre,    yo con él me he de casar.
  8   --No te casarés, no, mi hija,    yo le mandaré matara.--
     Donde mataron el conde,    nace un verde naranjal.
  10   Mi madre se hizo una iglesia,    mi padre un famoso altar.
     Y junto alzaron el vuelo    a las orillas del mar.

Nota: -1a corderillo sic. -8a a paragógica.

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0049:81 Conde Niño (á)            (ficha no.: 4629)

Versión de Quibdó (Chocó, Colombia).   Recitada por Gumersinda Palacio (50a). Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 113, p. 343.  016 hemist.  Música registrada.

     La Reina le dice a su hija:    --¡Levantáte, no durmás!
  2   Oí, qué bonito canta    la sirenita en el mar.
     --Madre, eso no es la sirena,    ni tampoco es el cantar;
  4   es el corderillo, madre,    que con él me he de casar.
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     Madre, si usted. mata al conde,    yo viva no he de quedar.--
  6   La reina, a volverse loca,    hizo mandarlo arrancar.
     Donde mataron al conde,    nació un verde naranjal.
  8   Nació una gallarda iglesia    y también un famoso altar.

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0234:46 Albaniña (ó)            (ficha no.: 4649)

Versión de Condoto (Chocó, Colombia).   Recitada por Aura Díaz Valencia (40a). Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 145, pp. 363-364.  060 hemist.  Música registrada.

    
Doña María se casó con don Pedro. Pero ella salió muy pájara, pues. Y mientras él estaba en viaje, ya tenía su otro marido. Y d`esas cosas, que tenía el marido, tenía el otro. Entonces, cada vez, que volvió el marido, quedóse una cosa del otro. Y era que le preguntaba, de quién era eso que encontraba y que igualaba a la de él.
     --Dime, dime, doña María,    dime, dime, mi blanca flor,
  2   ¿cuyo, cuyo es ese sombrero,    que con el mío igualó?
     --Tuyo, tuyo, don Alonso,    tu padre te lo mandó.
  4   --Dímele a mi padre,    que sombrero tengo yo.
     Que ¿porqué, cuando no lo tenía,    porqué no me lo mandó?
  6   Dime, dime, doña María,    dime, dime, mi blanca flor,
     ¿cuyo, cuyo es ese caballo,    que con el mío igualó?
  8   --Tuyo, tuyo, don Alonso,    tu padre te lo mandó.
     --Dímele a mi padre,    que caballo tengo yo.
  10   Que, cuando no lo tenía,    ¿porqué no me lo mandó?
     Dime, dime, doña María,    dime, dime, mi blanca flor,
  12   ¿cuya, cuya es esa pistola,    que con la mía igualó?
     --Tuya, tuya, don Alonso,    tu padre te la mandó.
  14   --Dímele a mi padre,    que pistola tengo yo.
     Que, cuando no la tenía,    ¿porqué no me la mandó?
  16   Dime, dime, doña María,    dime, dime, mi blanca flor,
     ¿cuya; cuya es esa capa,    que con la mía igualó?
  18   --Tuya, tuya, don Alonso,    tu padre te la mandó.
     --Dímele a mi padre,    que capa tengo yo.
  20   ¿Por qué, cuando no tenía,    porqué no me la mandó?
     Dime, dime, doña María,    dime, dime, mi blanca flor,
  22   ¿cuyo, cuyo es este paraguas,    que con el mío igualó?
     --Tuyo, tuyo, don Alfonso    tu padre te lo mandó.
  24   --Dímele a mi padre,    que paraguas tengo yo.
     Que, cuando no lo tenía,    ¿porqué no me lo mandó?
  26   Dime, dime, doña María,    dime, dime, mi blanca flor,
     ¿cuyo, cuyo es ese cuchillo,    que con el mío igualó?
  28   --Tuyo, tuyo, don Alfonso,    tu padre te lo mandó.
     --Dímele a mi padre,    que cuchillo tengo yo.
  30   Que, cuando no tenía,    ¿porqué no me lo mandó?--

Nota: La editora pregunta: ¿Y ella confesó su culpa? a lo que responde: `Ella no confesó nada, el público lo comenta pues`. ¿Y cómo terminó el asunto? `El hace mandar un cuchillo, cabo de oro, y dice a ella, que con ese cuchillo iba a matarla`.

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0113:123 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 4668)

Versión de Istmina (Chocó, Colombia).   Recitada por María Ignacia Mosquera (57a). Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 164, p. 373.  019 hemist.  Música registrada.

     --Catalina, Catalina,    la del quinto ginové,
  2   mañana me voy pa` Francia,    ¿qué mandás o qué querés?
     --Una carta tengo escrita,    para mi marido es.
  4   --No conozco a tu marido,    ni tampoco sé quién es.
     --Es un hombre alto y delgado    y de larga muy cortés.
  6   --Por la seña que me has dado    tu marido muerto es.
     --No lo permita la Virgen,    ni tampoco San José;
  8   que si mi marido es muerto,    de monja me meteré.
     Dos hijos varones tengo,    uno para San Francisco
  10   y otro para San José.--

Nota: -5b de l. m. c. sic.

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0180:32 Marinero al agua (á-a)            (ficha no.: 4671)

Versión de Condoto (Chocó, Colombia).   Recitada por María Aurelina Valencia (30a). Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 167, p. 374.  016 hemist.  Música registrada.

     Marinero se fue a un viaje    de Buga para la Habana.
  2   Al tiempo de clavar la vela,    se fue el marinero al agua.
     --¿Qué me pagas, marinero,    si yo te saco del agua?
  4   --Yo te pago mi barquito,    llenito de orito y plata.
     --Yo no quiero tu barquito,    ni tu orito ni tu plata;
  6   sino, cuando tú te mueras,    me hagas entrega de tu alma.
     --El alma se la entrego a Dios    y el cuerpo a la mar sagrada
  8   y el restico que me queda    a la reina soberana.--

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0180:33 Marinero al agua (á-a)            (ficha no.: 4672)

Versión de Condoto (Chocó, Colombia).   Recitada por Mercedes Asprilla (65a). Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 168, p. 374.  016 hemist.  Música registrada.

     Marinero cayó al agua,    sin decir: ¡Jesús me valga!
  2   --¿Qué me pagas, marinero,    si yo te saco del agua?
     --Yo te pago mi barquito,    llenito de orito y plata.
  4   --Para, cuando tú te mueras,    me hago dueño de tu alma.
  6   --¡Reniego de ti, maligno,    y de tus malas palabras!
     El alma se la entrego a Dios    y el cuerpo a la mar sagrada,
  8   y el restico que me queda    para la Virgen soberana.--

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0180:34 Marinero al agua (á-a)            (ficha no.: 4673)

Versión de Istmina (Chocó, Colombia).   Recitada por Clara Rosa Mimota de Valderrama (35a). Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 169, p. 374.  018 hemist.  Música registrada.

     Marinero se fue a un viaje    del Valle para la Habana.
  2   Al tiempo, que ya venía,    se fue marinero al agua.
     --¿Qué me pagas, marinero,    sí yo te saco del agua?
  4   --Yo te pago mi barquito,    lleno de orito y plata.
  6   --Yo no quiero tu barquito,    ni tu orito, ni tu plata,
     sino, cuando tú te mueras,    yo me hago entrega de tu alma.
  8   --El alma se la entrego a Dios,    el cuerpo a la mar salada.
     El restico que me queda    a la reina soberana.--

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0180:35 Marinero al agua (á-a)            (ficha no.: 4674)

Versión de Istmina (Chocó, Colombia).   Recitada por María Ignacia Mosquera (57a). Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 170, p. 374.  014 hemist.  Música registrada.

     Marinero se fue al agua,    sin decir: ¡Jesús me varga!
  2   --¿Qué me paga, marinero,    si yo te saco del agua?
     --Yo te pago mi barquito,    llenito de orito y plata.
  4   --Yo no quiero tu barquito,    ni tu orito, ni tu plata,
     sino, cuando yo me muero,    me hago entrega de tu alma.
  6   --Mi alma se la entrego a Dios    y el cuerpo a la mar sagrada
     y el restico, que me queda,    a la reina soberana.--

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0225:10 Monja por fuerza (8+8 é-o)            (ficha no.: 4678)

Versión de Istmina (Chocó, Colombia).   Recitada por Felisa Córdoba (45a). Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 174, p. 376. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº__, 12.1, p. 205.  020 hemist.  Música registrada.

     Una tarde de verano    me sacaron a paseo.
  2   Al pasar por una esquina    estaba el convento abierto.
  4   Salieron todas las monjas,    vestidas todas de negro.
     Me cogieron de la mano    y me llevaron adentro.
  6   Me sentaron en una silla    y me cortaron el pelo.
     Me empezaron a quitar    los adornos de mi cuerpo:
  8   pendientes de mis orejas,    anillito de mis dedos,
     pulserita de mi brazo    y jubón de terciopelo.
  10   Lo que más sentía yo    era mi mata de pelo.

Nota: -9b: Uno nombra todas las prendas que uno quiere.

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0168.1:16 ¿Dónde vas, Alfonso XII? (í+pareados)            (ficha no.: 4679)

Versión de Condoto (Chocó, Colombia).   Recitada por Victoria Díaz (20a). Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 175, p. 376.  28 hemist.  Música registrada.

     --¿Dónde vas, Alfonso, mi hijo,    dónde vas, tan de carrera?
  2   --Voy en busca de Mercedes,    que ayer tarde la perdí.
     --Mercedita no se ha muerto,    Mercedita yo la vi.
  4   La llevaban cuatro padres    por la calle de Madrid.
     Los zapatos que llevaba    eran de un rico charol,
  6   que se los regaló Alfonso,    la noche que se casó.
     El ataúd era de oro    y la tapa de marfil,
  8   y el manto que la cubría    eran rosas y jazmín.
     --¡Maldita la ropa negra,    y el sastre que la cosió!
  10   ¡Cómo me visten de negro,    sin haberme muerto yo!--
     Los faroles del palacio    ya no quieren ni alumbrar,
  12   porque se ha muerto Mercedes    y luto han de guardar.
     La maestra de la escuela    ya no quiere ni enseñar,
  14   porque se ha muerto Mercedes    y luto han de guardar.

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0168.1:17 ¿Dónde vas, Alfonso XII? (í+pareados)            (ficha no.: 4680)

Versión de Condoto (Chocó, Colombia).   Recitada por Evangelina Mosquera (40a). Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 76, p. 377.  022 hemist.  Música registrada.

     --¿Dónde vas, Alfonso Lonzo,    dónde vas para Madrid?
  2   --Voy en busca de Mercedes,    que ayer tarde la perdí.
     --Si Mercedita es tu esposa,    muerta está que yo la vi;
  4   la llevaban cuatro padres    por las calles de Madrid.
     El ataúd era de oro    y la tapa de marfil,
  6   Los zapatos que llevaba    eran de un rico charol,
     que se los regató Alfonso,    la noche que se casó.--
  8   Los faroles que llevaba    no le querían alumbrar,
     porque se murió Mercedes,    luto le querían guardar.
  10   Ya murió la flor de mayo,    ya murió la flor de abril;
     ya murió la que reinaba    en las calles de Madrid.

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0168.1:18 ¿Dónde vas, Alfonso XII? (í)            (ficha no.: 4681)

Versión de Quibdó (Chocó, Colombia).   Recitada por Demetria María Sánchez (9a). Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 176a, p. 377.  008 hemist.  Música registrada.

     --¿Dónde vas, Alfonso López,    dónde vas, para `l almacén?
  2   --Voy en busca de Mercedes,    que ayer tarde no la vi.
     --Si Mercedes era tu esposa,    ayer tarde, porque la vi,
  4   la llevaban cuatro padres    por la calle de marfil.--

Nota: Aprendido en su casa.

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0224:37 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 4714)

Versión de Istmina (Chocó, Colombia).   Recitada por Felisa Córdoba (45a). Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 209, p. 387.  036 hemist.  Música registrada.

     Filito, filito de oro,    yo jugando la ferrer,
  2   me dijo una gran señora:    --¡Qué lindas hijas tenéis!
     --Téngalas o no las tenga,    yo las sabré mantener.
  4   El vestido que me pongo,    se pondrán ellas también.
     El agua que yo me tomo,    tomarán ellas también.
  6   El calzado que yo calzo,    calzarán ellas también.
     El anillo que yo pongo,    se pondrán ellas también.
  8   Del peinado que yo hago,    se lo harán ellas también.
     De perfume que yo uso,    usarán ellas también.
  10   --Yo me voy muy enojado    para el palacio del rey,
     a decirle al rey, mi padre,    que no me han dado mujer.
  12   --Vuelva, vuelva, caballero,    caballero muy cortés,
     de las tres hijas que tengo    escoger la que queras.
  14   --Esta escojo por esposa    y legítima mujer,
     que su madre es una rosa    y su padre es un clavel.
  16   --Lo que te encargo, `fidel`,    que no me la maltratéis.
     --Ella será bien tratada,    tratada como mujer,
  18   sentadita en sillas de oro,    bordando pino al rey.--

Nota: tras el verso 9 comenta la informante: `y así todo lo que uno quiere`. -18b Pino bordado.

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0178:31 Mambrú (7+7 á)            (ficha no.: 4762)

Versión de Istmina (Chocó, Colombia).   Recitada por unas mujeres. Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 259, pp. 409-410.  012 hemist.  Música registrada.

     Mambrú se fue a la guerra,    ay, Mambrú, ¿cuándo vendrás?
  2   Quedó para la Nochebuena,    ay, Mambrú, no vuelve más.
     ¡Adiós, porque ya me voy!    ¡Ay, adiós, porque ya me despido!
  4   ¡Adiós, que me dijeron,    porque de su agrado no he sido!
     Este palo no lo conozco,    ¡ayúdenme a conocer!
  6   Este palo se me aparece    a la rama de pichindé.

Variante: -2a la Nochebuena ~ la despedida.
Nota: pichindé, vegetal a orillas del río San Juan. Se repiten los hemistiquios pares y se incorpora el largo estribillo Qué palo corto, pichindé, / qué palo corto, pichindé, / qué palo corto, pichindé, / qué palo corto, pichindé, / qué palo corto, pichindé, / qué palo corto, pichindé. // tras los versos pares (2, 4, 6).

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0184:91 Blancaflor y Filomena (é-a+ó)            (ficha no.: 5065)

Versión de Caserío de Güina (Chocó, Colombia).   Recitada por Juana Riva. Documentada en o antes de 1976. Publicada en Granda 1976, pp. 215-216. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº VI, 12.1, p. 71.  042 hemist.  Música registrada.

     Estaba la blanca Juana    arrimada a la candela
  2   con sus dos hijas preciosas,    Blancaflor y Filomena.
     A eso pasó un pastor,    por señitas ella le habló:
  4   se casa con Blancaflor    y muere por Filomena.
     Estando recién casado    se fue el pastor pa su tierra,
  6   a los dos años cabales    volvió a casa de su suegra.
     --Buenas tardes tenga, suegra.    --Buenas tardes tenga, yerno,
  8   ¿Cómo queda Blancaflor?    --De parto queda, señora,
     y le manda suplicar    que le mande a Filomena.
  10   --A Filomena no mando    porque está niña y doncella.
     --Mándela no más, señora,    la llevo con mucho cuidado;
  12   la llevo como cuñada    y también como dueño de ella.
     --Dentre, Filomena, al cuarto,    vístase de seda negra,
  14   que le manda suplicar    su hermanita blanca y bella.--
     En la mitad del camino    hizo el pastor uso de ella
  16   y para que no contara    la lengua se la cortó.
     A eso pasó un pastor,    por señitas ella le habló:
  18   --Llévemele allá esta carta    a mi hermana Blancaflor.--
     Blancaflor cogió la carta,    de ese susto malparió.
  20   --Apresen a mi marido    por pícaro y por traidor.
     Ya no me llamen la blanca    ni tampoco Blancaflor.--

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0184:92 Blancaflor y Filomena (é-a+ó)            (ficha no.: 5066)

Versión de Istmina (Chocó, Colombia).   Recitada por Manuel Valdés. Documentada en o antes de 1976. Publicada en Granda 1976, pp. 217-218. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº VI, 12.2, p. 72.  028 hemist.  Música registrada.

     Cantaba la blanca Juana    arrimada a la candela
  2   con sus dos hijas doncellas,    Blancaflor y Filomena.
     En ésas pasó un pastor,    se enamoró de una de ellas;
  4   se casa con Blancaflor    y moría por Filomena.
     A los seis meses y medio    volvió el pastor de su tierra
  6   diciendo que Blancaflor    mandaba por Filomena.
     --Filomena no la mando    porque está niña y doncella.
  8   --Mándela usted no más    que allá la verán con ella.--
     En la mitad del camino,    pastor violó a Filomena
  10   y para que no contase    llegó y le cortó la lengua.
     Filomena con su sangre    le escribió a la Blanca bella.
  12   De todo eso Blancaflor    le cuenta al Emperador
     y cogieron al pastor    y lo ahorcaron por traidor
  14   en el sitio en que violara    a la hermana de Blancaflor.

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0049:96 Conde Niño (á)            (ficha no.: 5291)

Versión de Güina (Chocó, Colombia).   Recitada por Juana Riva (40a). Recogida 00/00/1976 Publicada en Granda 1976, pp. 212-213. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXVIII, 12.2, pp. 222-223.  032 hemist.  Música registrada.

     Levántate, Colderillo,    la mañana de un San Juan
  2   dale agua a tu caballo    a las orillas del mar.
     Toda el agua que bebió,    toda se le fue en cantar,
  4   marineros y caminantes    se pusieron a escuchar.
     Le dijo la reina a su hija:    --Levántate, no durmás,
  6   vení qué bonito canta    la sirena en el mar.
     --Ésa no es sirena madre,    me desmera en el cantar,
  8   ése es el Colderillo    que con él me he de casar.
     --No te casarás, no, hija,    yo lo debo de matar.
  10   --Que si usted lo mata, madre,    yo viva no he de quedar.--
     Y la madre, recelosa,    ella lo mandó a matar:
  12   --Maten uno o maten dos,    que mueran en santa paz.--
     Del uno se hace una iglesia,    del otro un famoso altar.
  14   De la cabeza del conde    nació un verde naranjal.
     --Tú te vuelves naranjito    y yo un verde naranjal,
  16   nos iremos a hacer fiesta    en las orillas del mar.--

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0049:399 Conde Niño (á)            (ficha no.: 9459)

Versión de El Baudo (Chocó, Colombia).   Recitada por Francia Oliva Vega.00/10/1959 (Archivo: ASFG; Colec.: Pardo Tovar, A./ASFG Fraile Gil, J. M). Publicada en Pardo Tovar 1960, texto y partitura (Bogotá: Universidad Nacional). Reeditada en Fraile Gil Rom-Panhisp.-2 2010+2CD, cd 1, corte núm 53, texto núm VI.C.2, pp. 120-121. Reproducida aquí con permiso del editor.  026 hemist.   Música registrada.

     Se levanta un Corderillo    la mañana de un San Juan
  2   a darle agua a su caballo    en las orillas del mar.
     Mientras el caballo bebe    Corderillo está cantando;
  4   pasajeros navegantes    que lo estaban escuchando.
     La madre dice a su hija:    --Levántate, no durmás,
  6   vení, oí la sirena    qué lindo canta en la mar.
     --Madre, ese no es la sirena    ni tampoco su cantar.
  8   Madre, ese es el Corderillo    y con él me he de casar.
     --No te casarás, no, mi hija,    yo lo mandaré matar.
  10   --Madre, si usté mata al conde    yo viva no he de quedar.
     --Maten uno, maten dos,    maten ambos a la par.--
  12   Del uno salió la iglesia,    del otro un bizarro altar.
     De la sangre que vertían    nació un verde naranjal.

Título original: El amor que venció a la muerte
Notas de Fraile Gil: Las largas vigilias nocturnas denominadas velorios fueron de tres tipos en estas tierras colombianas: el velorio de muerto, celebrado en la casa del difunto; el de niño ogualí, en los entierros infantiles; y el denominado de santo, para acompañar a la parida en su primera noche de maternidad o como promesa a un santo determinado. Para animar la reunión y no caer en las redes del sueño, los asistentes cantaban tres tipos de géneros poéticos: romances, muchos --como este-- de origen hispánico; alabaos (composiciones que se entonan en forma responsorial que deben su nombre a la jaculatoria inicial de Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento... con que solían comenzar) y las salves, de carácter plenamente religioso.

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0226:35 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 4604)

Versión de Machetá (Cundinamarca, Colombia).   Recitada por María Inés Perilla (30a). Recogida en Bogotá por Gisela Beutler, 00/10/1960 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 41, p. 313.  014 hemist.  Música registrada.

     La Virgen va caminando,    de paso para Belén.
  2   En la mitad del camino    le pide el niño de beber.
     --¿Qué te daré, mi prenda,    qué te daré, mi bien?
  4   Las quebradas están secas    y los ríos no quieren correr.--
     Camina más adelante,    se encontró con un vergel.
  6   Le pidió una manzanita    para el niño entretener.
     --Pase usted, señora,    cójalas que ha de menester.--

Nota: Aprendido en de su abuela.

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0226:36 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 4605)

Versión de Bogotá (Cundinamarca, Colombia).   Recitada por María Lucía Jiménez R. (13a). Recogida por Gisela Beutler, 00/04/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 42, p. 313.  028 hemist.  Música registrada.

     Camina la Virgen Santa,    camina para Belén.
  2   Y en la mitad del camino    pide el niño de beber.
     Le dice la Virgen Santa:    --No bebas agua, mi bien,
  4   que esas aguas corren turbias    y no son para beber.--
     Caminan para adelante    y encuentran un naranjal.
  6   El dueño de las naranjas    es un ciego que no ve.
     Le dice la Virgen Santa:    --Ciego, que nada no ve,
  8   dale una naranja al niño,    para que apague la sed.--
     Responde el ciego y le dice:    --Córtalas, que hay menester.--
  10   Mientras más cortaba el niño,    más volvía a florecer.
     Le dice la Virgen Santa:    --Que Dios te lo pague bien,
  14   con la bendición del Niño,    ¡abre los ojos y ve!--
     A gritos decía el ciego:    --¿Quién me hizo esta merced?
  16   Sin duda sería María,    que pasa para Belén.--

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0226:37 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 4606)

Versión de Lenguazaque (Cundinamarca, Colombia).   Recitada por Julia Cárdenas (28a). Recogida en Yerbabuena por Gisela Beutler, 00/08/1960 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 43, pp. 313-314.  023 hemist.  Música registrada.

     Se fue la Virgen para Belén    con su niño que se llama Nazaret.
  2   En la mitad del camino    pidió el niño que beber.
     --Mi bien, mi bien,    ¿qué te he de dar?
  4   Las quebradas están secas    y los ríos no quieren correr.--
     Caminó más `elantico,    se encontró con un vergel,
  6   cargadito de manzanas,    que no se podía tener.
     --Vergelito de por Dios,    regálame una manzana
  8                                     para el niño entretener.
     --Entre, señora, a la huerta,    cójalas de menester.--
  10   Que en los palitos no había,    y de nuevo volvió a ver.
     Palito de romero,    que secó y enverdecía,
  12   así fue nuestro Señor,    que murió y resucitó.

Nota: Aprendido de su mamá; se recitaba en casa como oración.

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0049:72 Conde Niño (á)            (ficha no.: 4620)

Versión de Machetá (Cundinamarca, Colombia).   Recitada por María Inés Perilla (30a). Recogida en Bogotá por Gisela Beutler, 00/10/1960 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 104, pp. 339-401.  037 hemist.  Música registrada.

     Levantóse el niño Lirio    la mañana de San Juan
  2   a darle agua a sus caballos    a las orillas del mar.
     Mientras sus caballos beben,    --¡Siéntese, usted, a cantar!--
  4   La reina desde su balcón    allí lo está escuchando.
     De tres hijas que tenía    la mejor mandó llamar:
  6   --Escucha la sirenita,    como canta en el mar.
     --No es sirenita,    como canta en el mar.
  8   No es sirenita, ni es nada,    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     sino es el niño Lirio,    que con el me he de casar.--
  10   La reina se le dio envidia    y allí le mandó cortar.
     De él nació un limón verde,    de ella un rico naranjal,
  12   Y allí al balcón de la reina,    allí van a molestar.
     La reina le dió envidia    y allí los mandó cortar.
  14                           Volvieron a retoñar.
     De él nació un pino verde,    de ella un florido rosal,
  16   Y allí al balcón de la reina,    allí van a molestar.
     La reina le dió envidia    y allí los mandó cortar.
  18                           Volvieron a retoñar.
     De ella nació una paloma,    de él un rico gavilán.
  20   Y por el balcón de la reina    encumbraron a volar.

Puntualización de la editora: Recogida en casa de la señora Lina Bock.

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0049:74 Conde Niño (á)            (ficha no.: 4622)

Versión de Bogotá (Cundinamarca, Colombia).   Recitada por Hernando Camargo. Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1960 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 106, p. 340, notación musical, nº 14, p. 560.  028 hemist.  Música registrada.

     Madrugaba el Conde Olinos    mañanita de San Juan
  2   a dar agua a su caballo    a las orillas del mar.
     Mientras el caballo bebe,    canta un hermoso cantar.
  4   Las aves que iban volando    se paraban a escuchar.
     Desde las torres más altas    la reina le oyó cantar.
  6   --Mira, hija, como canta    la sirena de la mar.
     --No es la sirenita, madre,    la que entona este cantar,
  8   es la voz del Conde Olinos,    que por mí penando está.
     --Si es la voz del Conde Olinos,    la que entona este cantar,
  10   que le maten a lanzadas    y echen su cuerpo a la mar.
     .--No le mande matar, madre,    no le mande usted matar;
  12   que si mata al Conde Olinos,    a mí la muerte ha de dar.--
     La Infantina con gran pena    no cesaba de llorar.
  14   El murió a medianoche    y ella a los gallos cantar.

Nota: Versión española. Informe del Dr. Hernando Camargo, que se la oyó a unos ingenieros españoles que trabajaron en diciembre de 1951, en la selva de la Macarena, en Colombia.

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0144:41 Don Gato (á-o)            (ficha no.: 4743)

Versión de Lenguazaque (Cundinamarca, Colombia).   Recitada por Julia Cárdenas (28a). Recogida en Yerbabuena por Gisela Beutler, 00/08/1960 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 238, p. 398.  021 hemist.  Música registrada.

     Estando el señor don Gato    en silla de oro sentado,
  2   haciendo su testamento    de lo que se había robado:
     cien varas de longaniza    y una que se había arañado.
  4   Estando el señor don Gato    en silla de oro sentado,
     cuando le llegó la carta,    que debía ser casado
  6   con la gata lagañosa,    que vivía en el otro lado,
     y por irla saludar    se fue por el entejado.
  8   Rodó del tejado abajo,    se rompió siete costillas,
     y un brazo le quedó baldado.
  10   Todos los gatos chiquitos    se vestían de colorado,
     y el más chiquito decía:    Chupe por enamorado.

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0101:9 No me entierren en sagrado (á-o)            (ficha no.: 4744)

Versión de Guasca (Cundinamarca, Colombia).   Recitada por Celio Casas de Rebolledo (63a). Recogida por Gisela Beutler, 00/11/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 239, p. 399.  012 hemist.  Música registrada.

     Si acaso yo me muero,    no me entierren en sagrado;
  2   me entierren en una loma,    donde no pise el ganado,
     junto de un caminito,    donde pasan las mocitas
  4   y dicen:    «Aquí murió el desdichado.
     No murió de mal de arruga,    ni de dolor de costado;
  6   murió fue de mal de amores,    que es un mal muy condenado».

Nota: Recogido en la finca del Dr. Hoeck.

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0101:10 No me entierren en sagrado (á-o)            (ficha no.: 4745)

Versión de Bogotá (Cundinamarca, Colombia).   Recitada por la señora Rodríguez. Recogida por Gisela Beutler, 00/08/1960 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 240, p. 399.  012 hemist.  Música registrada.

     Cuando yo me muera,    no me entierren en pelado;
  2   entiérrenme en una loma,    donde no pasó ganado.
     En la cruz pónganme    un papel sellado
  4   y un letrero colorado,
     donde digan las muchachas,    que aquí murió un desdichado.
  6   No murió de tabardilla,    [. . . . . . . . . . . .]
     murió fue de mal de amor,    que es un mal desesperado.

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0101:11 No me entierren en sagrado (á-o)            (ficha no.: 4746)

Versión de Guatavita (Cundinamarca, Colombia).   Recitada por Natividad Beltrán (50a). Recogida en Yerbabuena por Gisela Beutler, 00/08/1960 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 241, p. 399.  012 hemist.  Música registrada.

     Cuando yo me muera,    no me entierren en sagrado;
  2   entiérrenme en campo santo,    donde no pise el ganado.
     Pónganme un papel sellado,    de verde y de colorado,
  4   que el mismo papel dirá:    Aquí murió el desdichado.
     No murió de enfermedad,    sino de buenos amores
  6   y en los cachos del ganado.

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0612:9 Pregunté si había cena (ó)            (ficha no.: 4748)

Versión de Guasca (Cundinamarca, Colombia).   Recitada por Celio Casas de Rebolledo (63a). Recogida por Gisela Beutler, 00/11/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 244, p. 401.  014 hemist.  Música registrada.

     Como yo me paseaba    por las valles de Tablón,
  2   me encontré con unas niñas,    más hermosas que una flor.
     Le dije a la grandecita,    que si quería ser mi amor.
  4   Me contestó la más chiquita,    que con ella era mejor.
     Me convidaron a la casa (. . . . . .)
  6   De comida me sirvieron    dos gallinas y un capón.
     Me llevaron para la cama, (. . . . . .)
  8   y a mí me echaron en medio,    ya lindo que es el amor!

Nota: Aprendido de pequeño, de los hermanos (ca. 1910). Título original: La posada.

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0169:104 Hermana cautiva (8+8 í-a)            (ficha no.: 2559)

Versión de Neiva (Huila, Colombia).   Recitada por Beatriz Carballo (11a). Recogida por Gisela Beutler, 00/00/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], 375-376. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XV, 12.1, p. 154.  032 hemist.  Música registrada.

     Pasé un día    por una morería . . . . . . . . .
    
(Había una morerita lavando)
  2   --Apártate, mora linda,    apártate, mora bella,
     deja que mi caballo beba    las aguas cristalinas.
  4   ¿Te vas conmigo, morita?    . . . . . . . . . . . .
     --Y los pañuelos que lavo,    ¿quién los cuidaría?
  6   --Los de seda y holán    en mi caballo irán,
     y los que no costaron nada    la corriente llevará.
  8   Ya iban muy lejos,    la morerita reía.
     --¿De que te ríes, mora linda    de que te ríes, mora bella?
  10   --No me río del caballo,    ni del que lo guía,
     me río de que esta es    la patria mía.
  12   Más adelante,    la morita lloraba.
     --¿Por qué lloras, mora linda,    por qué lloras, mora bella?
  14   --Yo lloro, porque    mi padre a cazar venía,
     con mi hermano Morabel    y toda su compañía.
  16   --Abre, madre, la puerta,    
     que aquí te traigo esta rosa,    que llorabas noche y día.

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0226:18 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 4587)

Versión de Neiva (Huila, Colombia).   Recitada por Lilia Herrera (10a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 24, p. 307.  023 hemist.  Música registrada.

     Camina, camina la Virgen pura,    camina para Belén.
  2   Y en la mitad del camino    pide el niño de beber.
     Le dice la Virgen pura:    --No bebas aguas, mi bien.
  4   Estas aguas corren turbias    y no son para beber.--
     Allá arriba en aquel alto    hay un viejo ciego que no ve.
  6   Le dice la Virgen pura:
     --Dame una naranja para el niño,    que se está muriendo de sed.--
  8   Le dice el cieguito:    --¡Cójalas que menester!--
     Mientras más cogía el niño,    más florecía el árbol.
  10   Cuando la Virgen se va,    se le abrieron los ojos al ciego y dice:
     --¿Quién sería esa señora,    que me hizo tanto bien?--
  12   Era la Virgen pura,    que iba para Belén.

Nota: la recitadora aprendió el romance en casa.

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0226:19 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 4588)

Versión de Neiva (Huila, Colombia).   Recitada por Arcelia Ortiz (18a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 25, p. 307.  028 hemist.  Música registrada.

     Camina la Virgen pura,    camina hacia Belén,
  2   con un niño entre sus brazos,    que es el cielo el que lo ve.
     En el medio del camino    pidió el niño de beber.
  4   --No pidas aguas, mi vida,    no pidas aguas, mi bien,
     que los ríos corren turbios    y los arroyos también;
  6   que las fuentes manan sangre,    que no se pueden beber.--
     Allá arriba en aquel alto    hay un dulce naranjal,
  8   cargadito de naranjas,    que una más no puede dar.
     --¡Ciego, dame una naranja,    para el niño entretener!
  10   --¡Cójala, usted, señora,    las que le haga menester!
     Y cogiendo de una en una,    salían en cien en cien.
  12   Al bajar del naranjal    el cieguecito empezó a ver.
     --¿Quién sería esa señora,    que me hizo tanto bien?--
  14   Pues era la Virgen pura,    que caminaba: hacia Belén.

Nota: la recitadora aprendió el romance jugando, "de otras niñas en Neiva".

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0113:109 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 4654)

Versión de Palestina (Huila, Colombia).   Recitada por Miriam Burbano (10a). Recogida en San Agustín por Gisela Beutler, 00/07/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 150, p. 367.  038 hemist.  Música registrada.

     Estando aquí sentada    debajo este laurel,
  2   con los pies dentro las frescuras,    viendo el agua correr.
     En eso pasó un soldado,    lo hice detener:
  4   --Deténgase, mi soldadito,    que una pregunta le haré.
     Usted que andaba en la guerra,    ¿no me ha visto a mi marido alguna vez?
  6   --Dime, mi señora, sus señales    de su marido, ¿cómo son?
     --Mi marido es alto, rubio,
  8   en la muñeca de la mano    tiene espada de marqués.
     --Por sus señales, mi señora,    su marido muerto es.
  10   En la mesa de batalla    lo ha matado un genovés.
     De encargo me ha dejado    que me case con usted,
  12   que le cuide sus hijitos,    como los cuidaba él.
     --Eso sí no lo haré,
  14   siete años lo he esperado,    siete lo esperaré.
     Si a los catorce no viene,    de monja yo me iré.
  16   Mis tres hijos varones    al rey se los llevaré;
     que sirvan de batalla    y que mueran por la fe.
  18   Mis tres hijas mujeres    conmigo las llevaré.
     --Calla, calla, Catalina,    calla, infeliz mujer,
  20   hablando con tu marido,    sin poderlo conocer.--

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0113:110 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 4655)

Versión de San Agustín (Huila, Colombia).   Recitada por María Guerrero (14a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 151, pp. 367-368.  033 hemist.  Música registrada.

     Estando Catalinita    sentada en un laurel,
  2   con los pies en la frescura,    viendo las aguas correr.
     En estas pasó un soldado,    y lo hizo detener:
  4   --Detente, mi soldadito,    que una pregunta le voy a hacer.
     ¿Que sí no ha visto a mí marido    en la guerra alguna vez?
  6   --Lo he visto, no recuerdo,    dame usted la seña de él.
     --El es rubio, blanco, hermoso,    igual a usted.
  8   --En la mesa de los dados    lo ha matado un genové;
     y de cargo me ha dejado    que me case con usted.
  10   --Eso sí no lo haré,
     siete años lo he esperado    y siete lo esperaré.
  12   Y si a los quatorce no ha venido,    de monja me entraré.
     A mis tres hijas mujeres    conmigo las llevaré.
  14   Y a mis tres hijos varones    al rey se los entregaré,
     para que sirvan de batalla    y mueran por la fe.
  16   --Calla, calla, Catalina,    mujer infeliz,
     hablando con su marido,    sin poderse despedir.--

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0113:116 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 4661)

Versión de Neiva (Huila, Colombia).   Recitada por Petra Cortés de Matiz (59a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 157, p. 370.  036 hemist.  Música registrada.

     --Catalina, Catalina,    linda flor de Genovés,
  2   ¿qué necesitas pa` Francia,    mañana me embarcaré?
     --Una carta tengo escrita    para mandarla al genovés.
  4   --¿Cómo se lo voy a llevar,    si yo no lo he de. conocer?
     --El es alto, delgado,    en el hablar muy cortés,
  6   muy caballero, y en su caballo    carga las armas del rey.
  8   --Por las señas que me das    su marido muerto es.
  10   En el salón de las damas    mataron un genovés.
     Y en el testamento dice:    Conmigo te casarés.
  12   --No lo permita mi Dios    que esto va a suceder
     Diez años lo he esperado    y otros diez lo esperaré.
  14   Si a los veinte no parece,    de monja me meteré,
     Un hijo varón que tengo    al rey se lo dejaré,
  16   y la niña mujer que tengo    conmigo la llevaré.
     --Catalina, bella fina,    linda flor de Genovés,
  18   no llores por tu marido,    que presente lo tenés.--

Nota: Beutler considera este el tipo B2: Mañana me voy para Francia+Carta

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0113:117 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 4662)

Versión de Baraya (Huila, Colombia).   Recitada por Rafaela de Perdomo (46a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 158, p. 370.  022 hemist.  Música registrada.

     --Catalina, Catalina,    flor de Genovés,
  2   ¿qué se le ofrece para Francia,    pues mañana me embarcaré?
     --Una carta bien escrita    para mi marido genovés.
  4   --¿Cómo se la debo llevar,    si yo no lo he de conocer?
     --El es alto y delgado    y en el hablar muy cortés.
  6   Y en el caballito que anda    carga las armas del rey.
    
(Dice que lo mataron)
     --Si lo tengo presente,
  8   en el puerto de Honda    lo mató un gran francés.--
    
(Ella se pone a llorar).
     --Ya lo he esperado diez años    y lo esperaré otros diez.
  10   Y si a los veinte no parece,    de monja me meteré.
     Un niño varón que tengo    lo mandaré servir al rey,
  12   y la niña la llevaré conmigo.
     --Catalina, bella fina,
  16   no llores por tu marido,    que presente lo tenés.--

Nota: tras el vv. 12 comenta la recitadora: "Ahora la manifestación del muchacho: Él se dirigió a ella y la abrazó, presentándola como esposa."

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0113:118 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 4663)

Versión de Neiva (Huila, Colombia).   Recitada por Judith Sánchez (11a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 159, p. 371.  036 hemist.  Música registrada.

     --Catalina, Blanca Niña,    blanca flor de Ginové,
  2   mañana me voy pa` Francia,    ¿qué quereis o qué mandais?
     --Una carta tengo escrita    para mandarla a Ginoés.
  4   --Pero ¿cómo se lo entrego,    si no lo he de conocer?
  6   --Mi marido es alto y rubio,    y en el habla es muy cortés.
     Anda en un caballo rucio,    cargando armas `al res`.
  8   --Sí, señora, sí lo he visto,    hace un año que murió.
     En la plaza Santander    lo mató un `saragonel`.
  10   --Ahora me visto de negro    y salgo a comprar mis verduritas,
     para que diga la gente:    «¡qué hermosa quedó la viuda!»
  12   --En el letrero me dice    que me case con la viuda.
     --No lo permitan los cielos,    siete años le guardaré.
  14   Si a los siete años no viene,    de monja me meteré.
     Tres hijos varones tengo,    de frailes los mandaré.
  16   Tres hijas mujeres tengo,    también me las llevaré.
     --Catalina, blanca niña,    blanca flor de Ginové,
  18   no llores por tu marido,    que presente lo tenés.--

Nota de G. Beutler: contaminado con "La recién casada".

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0113:119 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 4664)

Versión de Neiva (Huila, Colombia).   Recitada por María Edith Vásquez (11a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 160, p. 371.  032 hemist.  Música registrada.

     Catalina, Catalina,    linda flor de Genové,
  2   mañana me voy para Francia,    ¿qué tenéis o qué mandáis?
     --Una carta tengo escrita    para mandarle al genovés.
  4   --No conozco a su marido,    dígame, ¿qué tipo es?
     --Mi marido es alto y rubio,    en el habla es cortés.
  6   Tiene un caballo rucio    y le maneja armas al rey.
     --Sí, señora, sí lo he visto,    hace un año que murió.
  8   Lo mató en la plaza    un tipo traidor.--
     --Ahora voy para mi casa    a vestirme de café,
  10   y a mirarme en un espejo,    a ver, qué linda quedé.
     Luego salgo para la plaza    a comprar unas verduras,
  12   para que diga la gente:    ¡qué linda quedó la viuda!
     --Catalina, Catalina,    linda flor de genové,
  16   no llore tanto, mi niña,    ¡que yo a Efraín os lo traeré!.--

Nota de G. Beutler: contaminado con "La recién casada".

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0113:120 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 4665)

Versión de San Agustín (Huila, Colombia).   Recitada por Emilio Valderrama (79a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 161, pp. 371-372.  026 hemist.  Música registrada.

     --Catalina, bella niña,    blanca flor de Ginové,
  2   mañana me voy pa` Francia,    ¿qué encargás o qué querés?
     --Una carta tengo escrita    para mandarla a mi marido.
  4   --No te la puedo llevar,    porque no sé quién es.
     --Es un hombre delgadito    y en el hablar muy cortés.
  6   Anda en un caballo rucio,    cargando las armas del rey.
     --Por las señas que me das    ese hombre muerto es.
  8   En la torre del colegio    lo mató un aginové.
     --No lo permita mi Dios,    ni San Pedro, ni San Pablo.
  10   Siete años lo he esperado    y siete lo esperaré.
     Si a los siete no viniere,    de monja me meteré.
  12   Dos hijos varones tengo,    de frailes los mandaré.
     Dos hijas mujeres tengo,    con ellas me iré.--

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0113:121 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 4666)

Versión de San Agustín (Huila, Colombia).   Recitada por Socorro Calderón (15a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 162, p. 372.  023 hemist.  Música registrada.

     --Catalina, bella niña,    blanca flor de Genovés,
  2   mañana me voy para Francia,    ¿qué se te puede ofrecer?
     --Una carta tengo escrita,    que para mi marido es.
  4   --No se la puedo llevar,    porque yo no sé quién es.
     --Es un hombre alto y delgado    y en el habla muy cortés.
  6   Monta un caballo blanco,    . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..
     --Por las señas que me das    tu marido muerto es.
  8   En la torre del colegio    lo ha matado un genovés.
     --No lo permitan los cielos,    siete años lo esperaré.
  10   Si a los siete años no viene,    de monja me meteré.
     A mis tres hijas mujeres    para allá me las llevaré.
  12   Y a mis tres hijos varones    de fraile los meteré.--

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0169:154 Hermana cautiva (8+8 í-a)            (ficha no.: 4677)

Versión de Neiva (Huila, Colombia).   Recitada por Beatriz Carballo (11a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 173, pp. 375-376.  033 hemist.  Música registrada.

     Pasé un día    por una morería,
  2   había una morerita lavando    . . . . . . . . . . . .
     --Apártate, mora linda,    apártate, mora bella,
  4   deja que mi caballo beba    las aguas cristalinas.
     ¿Te vas conmigo, morerita?
  6   --Y los pañuelos que lavo,    ¿quién los cuidaría?
     --Los de seda y holán    en mi caballo irán,
  8   y los que no costaron nada    la corriente llevará.--
     Ya iban muy lejos,    la morerita reía.
  10   --¿De qué te ríes, mora linda,    de qué te ríes, mora bella?
     --No me río del caballo,    ni del que lo guía,
  12   me río de que esta    es la patria mía.
     Más adelante    la morita lloraba.
  14   --¿Por qué lloras, mora linda,    por qué lloras, mora bella?
     --Yo lloro porque mi padre    a cazar venía
  16   con mi hermano Morabel    y toda su compañía.
     --Abre, madre, la puerta
  18   que aquí te traigo esta rosa    que llorabas noche y día.--

Nota: Aprendido de una señora de Neiva.

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0168.1:21 ¿Dónde vas, Alfonso XII? (í+pareados)            (ficha no.: 4684)

Versión de Neiva (Huila, Colombia).   Recitada por Blanca Bidarte (10a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 179, p. 378.  020 hemist.  Música registrada.

     --¿Para dónde vas, Alfonso López?    --Yo voy para el jardín,
  2   en busca de Merceditas,    que ayer tarde la perdí.--
     Tres padres la llevaban    por la calle de marfil,
  4   los pendientes eran de oro    y los dientes de marfil.
     Los zapatos que llevaba    eran de rico charol.
  6   Se los regaló Alfonso López,    el día que se casó.
     Al subir las escaleras    Alfonso se desmayó,
  8   porque se había muerto Merceditas,    qué sólito lo dejó.
     Las lámparas del palacio    ya no quieren alumbrar,
  10   porque se había muerto Merceditas    y de luto ha de guardar.

Nota: -10b ha de sic.

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0168.1:25 ¿Dónde vas, Alfonso XII? (í+pareados)            (ficha no.: 4688)

Versión de Baraya (Huila, Colombia).   Recitada por Susana García (30a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 183, p. 379.  016 hemist.  Música registrada.

     Alfonso uno,    Alfonso dos
  2   anda en busca de Conchita,    que ayer tarde la perdió.
     --Conchita no se ha muerto,    ayer de mañana la vi;
  4   cuatro padres la llevaban    por la calle de Madrid.
     Los `mulares` del palacio    no pueden más alumbrar,
  6   porque Conchita fue muerta    y luto han de guardar.--
     Se acabó la flor de mayo,    se acabó la flor de abril,
  8   se acabó la que reinaba    por las calles de Madrid.

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0168.1:27 ¿Dónde vas, Alfonso XII? (í)            (ficha no.: 4690)

Versión de Neiva (Huila, Colombia).   Recitada por Elsa Cecilia Suárez (14a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 185, p. 379, notación musical , nº 28,p. 567.  012 hemist.  Música registrada.

     Se acabó la flor de mayo,    se acabó la flor de abril,
  2   se acabó mi madrecita,    para siempre la perdí.
     El ataúd era de oro    y la tapa de marfil,
  4   y el manto que la cubría    eran ojos de jazmín.
     Al entrar al cementerio    una campana sonó,
  6   se acabó mi madrecita,    para siempre la perdí.

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0224:26 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 4703)

Versión de Neiva (Huila, Colombia).   Recitada por Lucila de Menéndez (40a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 198, pp. 383-384.  028 hemist.  Música registrada.

     Filito, filito de oro,    yo jugando al ajedrez,
  2   me encontré una gran señora:    --¡Qué lindas hijas tenés!
     --Téngalas o no las tenga,    yo las he de mantener.
  4   Con el pan que yo comiere,    comerán ellas también.
     --Yo me voy muy enojado    de los palacios del rey,
  6   que las hijas del rey moro    no me las dan por mujer.
     --Vuelve, vuelve, caballero,    caballero muy cortés,
  8   de las hijas que yo tengo    escoge la que querés.
     --Ésta escojo y ésta estimo,    por esposa y por mujer,
  10   que parece una gran rosa,    acabada de nacer.
     --Lo único que te encargo,    que no me la maltrates,
  12   que no es cualquier trapo,    ni escoba de barrer.
     --No, señora, no, señora,    no se la maltrataré,
  14   sentadita en un cojín,    bordando medias al rey.--

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0224:27 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 4704)

Versión de Neiva (Huila, Colombia).   Recitada por Olga Alarcón (12a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 199, p. 384.  020 hemist.  Música registrada.

     Fili, filito de oro,    yo jugando al alfiler,
  2   me dijo una gran señora    que lindas hijas tendré.
     --Me voy muy enojado    para el palacio del rey,
  4   porque las hijas del rey Mundo    no me sirven para mujer.
     --Que vuelva, caballero,    vuelva, vuelva, sin cortés,
  6   porque las hijas del rey Mundo    sí me sirve para mujer.
     --Yo escojo esta niña,    por esposa y por mujer,
  8   que parece una gran rosa,    acabada de nacer.
     --Lo que sí le encargo,    no me la maltrataré(s),
  10   sentadita en su cojín,    haciéndole de comer.--

Nota: -6b sirve sic.

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0113:133 Señas del esposo (polias.)            (ficha no.: 4722)

Versión de Neiva (Huila, Colombia).   Recitada por Neftalí Puentes (13a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 217, pp. 390-391.  032 hemist.  Música registrada.

     --Yo soy la recién casada,    que vengo de Panamá,
  2   abandoné a mi marido    por amar la libertad.
     --Ven acá, mi buen soldado,    ¿si no ha visto a mi marido?
  4   --No, señora, no, señora,    no sé qué tipo será.
     --Mi marido es alto y rubio,    tiene tipo de francés;
  6   en el puño de la espada    lleva el nombre de Isabel.
     --Sí, señora, sí, lo he visto,    hace un año que murió.
  8   En la plaza del mercado    lo mató un francés traidor.
     --Ya se murió mi marido,    de luto me vestiré,
  10   para que diga la gente:    ¡qué hermosa viuda quedé!
     Ya me voy para la casa,    a vestirme de café,
  12   a mirarme en un espejo,    a ver qué hermosa quedé.
     Ya me voy para la plaza,    a comprar unas verduras,
  14   para que diga la gente:    ¡qué hermosa quedó la viuda!
     En aquel alto Tequendama    me llaman a coquetiar,
  16   pues eso ha sido mi marido,    que volvió a resucitar.--

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0113:134 Señas del esposo (polias.)            (ficha no.: 4723)

Versión de Neiva (Huila, Colombia).   Recitada por Mercedes Laguna (12a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 218, p. 391.  027 hemist.  Música registrada.

     --Yo soy la recién casada,    que he venido de Panamá,
  2   en busca de mi marido    y no sé dónde estará.
     --Ven acá, mi buen soldado,    ¿no me ha visto a mi marido?
  4   --No, señora, no lo he visto,    no sé qué tipo será.
     --El aspeto de francés,
  6   y en el puño de la espada    lleva el nombre de Isabel.
     --Sí, señora, sí, lo he visto,    hace un año que murió;
  8   en la playa de Cartagena    un león se lo comió.
     --Ya me voy para la casa,    a vestirme de café,
  10   y a mirarme en el espejo,    qué linda quedé.
     En un alto muy alto    me invitaron almorzar,
  12   una chucha chamuscada    y una arepa sin asar.
     En un alto muy alto    me invitaron a bailar,
  14   vi que era mi marido    que volvió a resucitar.--

Nota: -12a chucha: en Colombia para "zarigüeya común", opósum; -12b Arepa de maíz asada (Colombia, Venezuela, Antillas.

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0113:135 Señas del esposo (polias.)            (ficha no.: 4724)

Versión de Baraya (Huila, Colombia).   Recitada por Nicolasa Herrera de perdomo (40a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 219, pp. 391-392. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº__, 12.4, p. 242.  020 hemist.  Música registrada.

     --Yo soy la recién casada,    de mí nadie gozará,
  2   me abandonó mi marido    por la mucha libertad.
     --Mi marido es alto y rubio,    tiene tipo de francés;
  4   en el puño de la espada    lleva el nombre de Israel.
     --Mi señora, sí, lo he visto,    hace un año que murió.
  6   En el campo de batalla    lo mató un francés traidor.
     --Salgo para la plaza    y me visto de café,
  8   y me miro en el espejo    lo hermosa que quedé.
     Me voy a la galería,    a comprar unas verduras,
  10   para que diga la gente:    ¡qué hermosa quedó la viuda!--

Nota: Aprendió el romance en la escuela de una maestra. En una versión de Istmina (El Camellón) Chocó, informe de la Sra. Elvira Valencia de Valderrama, 43 años, en enero de 1963, que comienza como sigue: Yo soy la recién casada, / ninguno me goza a mí.//Abandoné mi marido / por querer la libertad, etc. se encuentran los versos finales: Yo soy la que parto el pan, / yo soy la que sirvo el vino,//yo soy la que me meneo / con este cuerpo divino//.-- Cf. para esto J. A. CARRIZO, Cancionero de la Rioja, II, pág. 47, nº 82 (Romancillos y Rimas Infantiles): Yo soy Santa Isabel, / soy la del cabello fino,//Yo soy la que parto el pan / yo soy la que doy el vino.//Aquí les presento yo / el cuerpo santo y divino//.

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0144:28 Don Gato (á-o)            (ficha no.: 4730)

Versión de Neiva (Huila, Colombia).   Recitada por Olga Alarcón (12a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 225, p. 394.  028 hemist.  Música registrada.

     Estaba el señor don Gato    en silla de oro sentado,
  2   luciendo medias de seda    y zapatico dorado.
     Llegó la noticia    de que pronto sería casado
  4   con una gata romana,    que conoció el mes pasado.
     El gato con la alegría    subió a bailar al tejado.
  6   Más con un palo le dieron,    y rodando vino abajo.
     Se rompió siete costillas    y la puntica del rabo.
  8   Llamen pronto al sangrador,    al médico, al cirujano;
     pero es mejor que llamen    al gran doctor Don Adriano.
  10   Llegó Don Adriano y dijo,    que le dieran buenos caldos.
     A la mañana siguiente    amaneció muerto el gato.
  12   Los ratones de alegría    se visten de colorado,
     la gata capota negra    y vestido aderezado.
  14   Y los gatos chiquitos dicen:    miau, miau, miau.

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0144:29 Don Gato (á-o)            (ficha no.: 4731)

Versión de Baraya (Huila, Colombia).   Recitada por Sofía Araújo (40a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 226, p. 394.  026 hemist.  Música registrada.

     Estaba el señor don Gato    sentado en silla de oro.
  2   Sus medias eran de seda    y sus zapaticos calados.
     Llegó su compadre y le dijo,    que si quería ser casado
  4   con una gata morisca,    que anclaba por el entejado.
     El gato por verla pronto    rodó el tejado abajo,
  6   se ha roto dos costillas    y se ha descompuesto un brazo;
     Llamaron pronto al sobador,    al médico cirujano.
  8   Pero mejor es que llamen    al Señor Doctor Don Carlos.
     Llegó Don Carlos y dijo,    que le dieran buenos caldos.
  10   Que a la mañana siguiente    amaneció muerto el gato.
     Los ratones de alegría    se vistieron de colorado,
  12   la gata se puso luto,    zapatos negros los gatos,
     y los gálicos chiquitos    decían: miau, miau, miau.

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0101:12 No me entierren en sagrado (á-o)            (ficha no.: 4747)

Versión de Neiva (Huila, Colombia).   Recitada por la señora Sinforosa, viúda de Araújo (60a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 242, pp. 399-400.  033 hemist.  Música registrada.

     Y yendo para los llanos,    donde llaman Puracé,
  2   me dieron un caballito,    caballo rucio melado.
     Me lo dieron por lo flojo,    me salió requetemplado.
  4   Lo llevé para la quebrada,    lo lavé muy bien lavado.
     Lo llevé para la casa,    lo ensillé bien ensillado,
  6   y le dije al mayordomo:    Vamos a traer el ganado.
     Con toda fuerza y potencia,    como a mí me han respetado.
  8   Cogí el toro de la cola,    y le di contra el cercado.
     --Corre, corre, muchachito,    con cuchillos afilados,
  10   para sacarle este toro    de los mejores bocados.
     Los capones y la lengua    para hacer un estofado,
  12   para irme a unas fiestecitas    y sacarlos embolsados.
     Y si este toro me matare,    no me entierren en sagrario;
  14   entiérrenme en una loma,    donde no pise el ganado,
     por donde pasan las chandosas.    Aquí murió el desdichado.
  16   No murió de tabardillo,
     sino de este mal de amor,    que es un mal desesperado.

Nota: Contaminación: con `Galerón llanero`. -15a chandosas en Colombia por `sarnoso`. El romance No me entierren en sagrado se encuentra también insertado en el Corrido mexicano `Un domingo estando errando`, muy difundido en Colombia (Cf. Ejemplos de melodía nº 42) y cuyo texto en una versión de Aratoca (Santander del Sur) dice así: Un domingo estando errando, / se encontraban dos mancebos / echando manos a sus hierros / como queriendo peliar.//Cuando ya estaban peleando, / llegó el padre del uno: / --Hijo de mi corazón, / ya no peleas con ninguno.//--Retírate de ahí, mi padre, / que estoy más bravo que un león; / --No va y eche mano a espada!--/ Y les traspasé el corazón.//--Hijo de mi corazón / por lo que acaba de hablar, / la vida te han de quitar / antes que arraye el sol.//--Este caballo colorado / que hace un año que nació, / ahí se lo dejo a mi padre, / por la crianza que me dio.//Los tres caballos que tengo, / ahí se los dejo a los pobres, / para que siquiera digan: / --Felipe, ¡Dios te perdone!//Lo que encargo a mi padre,/ que no me entierren en sagrado; //que me entierren en tierra bruta, / donde me trille el ganado.//Con una mano por fuera / y un papel sobredorado,// con un letrero que diga: / `Felipe fue desgraciado.` //Bajaron el toro prieto, que nunca lo habían bajado, //pero ahora sí ya bajó, / revuelto con el ganado.//Ya con esta me despido, con la estrella del oriente, //y eso le puede pasar / al hijo desobediente.// (Héctor Murales, 25 años, de las cercanías de Aratoca, septiembre 1960. La segunda estrofa se completó según la versión de otro informante.

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0178:30 Mambrú (7+7 á)            (ficha no.: 4761)

Versión de Baraya (Huila, Colombia).   Recitada por Lucas Álvarez (9a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 258, p. 409.  004 hemist.  Música registrada.

     Mambrú se fue a la guerra,    montado en una perra.
     La perra se cayó    y Mambrú se reventó.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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0126:18 Santa Catalina (7+7 pareados)            (ficha no.: 4767)

Versión de San Agustín (Huila, Colombia).   Recitada por Teresa Calderón Castro (15a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 264, p. 413.  018 hemist.  Música registrada.

     La Santa Catalina,    era hija de un rey (bis).
  2   Su padre era un pagano,    pero su madre no.
     Un día estaba rezando,    su padre la encontró.
  4   --¿Qué haces, Catalina,    en esa posición?
     --Rezando a Dios, mi padre,    que no conoces tú.
  6   --O dejas de rezar,    o yo te mataré.
     --Me puedes ya matar,    pero yo rezaré.--
  8   Sacando la pistola,    tres tiros le metió.
     Los ángeles del cielo    cantaron en su honor.

Nota: El estribillo pirirín, pirirín, pompón se repite dos veces tras el primer hemistiquio , seguido del segundo hemistiquio, también repetido. Vuelve a darse de la misma manera en los versos siguientes.

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0565:4 Estando una pastora... mató a su gatito (7+7 í-o)            (ficha no.: 4772)

Versión de San Agustín (Huila, Colombia).   Recitada por Susana García (11a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 269, p. 416.  016 hemist.  Música registrada.

     Estaba una pastora    haciendo puentecito.
  2   El gato la miraba    con ojos de pollito.
     --Si usted me mete la trompa,    le corto el hociquito.
  4   El gato lo metió,    y el hociquito cortó.
     La pastora se fue a confesar,    y al padre le contó:
  6   --Acusóme, mi padre,    que yo maté un gatito.
     --De penitencia pongo,    que reces cien bendito.--
  8   La pastora lo rezó,    y el cuento se acabó.

Nota: tras el primer hemistiquio (que se repite), se canta el estribillo lorón, lorón, lorito. -1a puentecito, probablemente, "puntecito", labor de costura o tejido.

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0168.1:43 ¿Dónde vas, Alfonso XII? (í)            (ficha no.: 5035)

Versión de Neiva (Huila, Colombia).   Recitada por Blanca Bidarte (10a). Recogida 00/00/1961 Publicada en Beutler 1977 [1978], 378. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº II, 12.2, pp. 43-44.  020 hemist.  Música registrada.

     --¿Para dónde vas, Alfonso López?    --Yo voy para el jardín,
  2   en busca de Merceditas,    que ayer tarde la perdí.
     --Tres padres la llevaban    por la calle de marfil,
  4   los pendientes eran de oro    y los dientes de marfil.
     Los zapatos que llevaba    eran de rico charol,
  6   se los regaló Alfonso López,    el día que se casó.--
     Al subir las escaleras    Alfonso se desmayó,
  8   porque se había muerto Merceditas,    que solito lo dejó.
     Las lámparas del palacio    ya no quieren alumbrar
  10   porque se habla muerto Merceditas    y de luto ha de guardar.

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0098.1:25 ¿Cómo no cantáis, la bella? A lo divino (é-a)            (ficha no.: 4584)

Versión de Santa Marta o Fundación (Magdalena, Colombia).   Recitada por Ana Beatriz Vizcaina (11a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1962 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 21, p. 306.  012 hemist.  Música registrada.

     La Virgen se está peinando    debajo de una palmera;
  2   sus peines eran de plata    y su cinta de primavera.
     Por allí pasó José    y le dijo:
  4   --¿Por qué no cantas, María,    porqué no cantas, mi reina?
     --¿Cómo he de cantar?,    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  6   Si mi hijo, que era tan blanco    como una azucena,
     Ya lo están crucificando    en una cruz de madera.--

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0180:36 Marinero al agua (á-a)            (ficha no.: 4675)

Versión de Valledupar (Magdalena, Colombia).   Recitada por Ramona Verniel (13a). Recogida en Cartagena, Bolívar por Gisela Beutler, 00/07/1962 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 171, p. 375.  014 hemist.  Música registrada.

     El marinero era San Pedro    y San Juan era capitán.
  2   Una noche muy serena    cayó el marinero al agua.
     Se le presenta el demonio    y le preguntó unas palabras:
  4   --Si yo te saco de aquí,    ¿cuánto me daría?
     --Te doy mi barquilla,    que tiene saco, oro y plata.
  6   --Yo no quiero tu plata,    yo quiero tu corazón.
     --El alma para la Virgen Inmaculada    y el cuerpo para el agua salada.--

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0168.1:20 ¿Dónde vas, Alfonso XII? (í+pareados)            (ficha no.: 4683)

Versión de Santa Marta o Fundación (Magdalena, Colombia).   Recitada por Ana Beatriz Vizcaina (11a). Recogida en Santa Marta, Magdalena por Gisela Beutler, 00/07/1962 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 178, p. 377.  012 hemist.  Música registrada.

     --¿Dónde vas, Alfonso López,    dónde vas, rey infeliz?
  2   --Voy en busca de Mercedes,    que ayer tarde la perdí.
     --Si Mercedes fue tu esposa,    ayer tarde yo la vi,
  4   la llevaban cuatro pajes    por la calle de Madrid.--
     Las campanas repicaron,    volvieron a repicar,
  6   porque Mercedes había muerto    y luto querían guardar.

Nota: Aprendido de su madre en Fundación.

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0224:19 Hilo de oro (é+á)            (ficha no.: 4696)

Versión de Ciénaga (Magdalena, Colombia).   Recitada por Rosalba Calderón (15a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1962 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 191, p. 381.  019 hemist.  Música registrada.

     --Oh, ¿cuántas hijas tenéis?
  2   --Si las tengo o no las tengo,    no las tengo para dar,
     que el pan que yo comiere,    ellas también comerán;
  4   que del agua que yo bebiere,    ellas también beberán.
     --Voy muy enojado    para el palacio del rey.
  6   --Vuelva, vuelva, caballero,    no sea tan descortés,
     que tantas hijas que tengo    escoja la que queréis.
  8   --Escojo esta por bonita,    por hermosa y por querer,
     que parece una rosa,    acabada de nacer;
  10   que su madre es una rosa    y su padre es un clavel.--

Nota: -1 se aclara que habla el "príncipe"; -7a que t. h. sic. Hablados los vv 1 y 5, cantados los demás. Aprendido en casa.

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0224:20 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 4697)

Versión de Santa Marta (Magdalena, Colombia).   Recitada por Nubia Valera (9a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1962 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 192, p. 382.  018 hemist.  Música registrada.

     Hilito, hilito de oro,    vienen hebrando su hebrero.
  2   Me dice una gran señora:    --¡Cuántas lindas hijas tenéis!
     --Si las tengo, no las tengo,    yo las debiera tener,
  4   porque el pan que yo comiere,    ellas comerán también.
     Abajo de un mulero,    un mulero tan cortés,
  6   de tres hijas que tengo    escogéis la que queréis.
     --Esta tomo por esposa,    esta tomo por mujer.
  8   --Adiós, hija de mi vida,    adiós, hija de mi amor,
     que te ha llevado un hombre,    que no tiene compasión.--

Nota: Aprendido de otras niñas.

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0224:21 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 4698)

Versión de Santa Marta (Magdalena, Colombia).   Recitada por Irma Pereira (11a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1962 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 193, p. 382.  024 hemist.  Música registrada.

     --Por un caminito . . . . . .    es deseado hijas tener.
  2   --Si las tengo, o no las tengo,    no las dejo de tener.
     Del pan que yo comiere,    ellas también comeráis;
  4   del agua que yo bebiere,    ellas también beberáis.
     Ya se fue mi nuevo hayo    pa`l palacio real.
  6   --¡No se vaya, caballero,    no sea usted tan descortés!
     De tanta hija que tengo    escójala que queréis.
  8   --Escojo esta por bonita,    por bella y por querer,
     que parece un capullito,    acabado de nacer.
  10   --Lo único que te pido,    es que me la trate bien;
     lo único que le encargo,    que me la trate bien.
  12   Senta` en silla de oro,    tejiendo el pañal del rey.--

Nota: -1 el primer verso fue dicho; el resto, cantado; -3b comeráis y -4b beberáis sic. Aprendió el romance de una prima en Ciénaga.

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0113:128 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 4717)

Versión de Ciénaga (Magdalena, Colombia).   Recitada por Miriam Morales (12a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1962 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 212, pp. 388-389.  010 hemist.  Música registrada.

     --Yo soy la recién casada,    ¿no me han visto a mi marido?
  2   --No, señora, no, señora,    déme seña y le diré.
     --Mi marido es alto y rubio,    tira tipo de francés.
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ]
  4   --Ya me voy para el mercado,    y me visto de verdura,
     y me miro en un espejo:    --¡Qué bonita está la viuda!--

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0113:129 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 4718)

Versión de Ciénaga (Magdalena, Colombia).   Recitada por Inés Perreira (10a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1962 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 213, p. 389.  022 hemist.  Música registrada.

     --Yo soy la recién casada,    ¿no me han visto a mi marido?
  2   --No, señora    déme seña y le diré.
     --Mi marido es alto y rubio,    tira tipo de francés.
  4   En el puño de la espada,    lleva el nombre de Isabel.
     --Sí, señora, sí, señora,    hace años que murió;
  6   lo mataron en la guerra,    lo mató un Francisco Arón.
     --Siete años lo he esperado,    siete más le esperaré,
  8   si no vuelve a los quatorce,    como viuda quedaré.
     --Ya me voy para el mercado,    hacer compra de verdura,
  10   ya me voy para la zona,    hacer compra de café,
     a mirar en el espejo:    ¡qué linda quedó la viuda!--

Notas: Contaminación con La esposa fiel. "La zona bananera", región de plantaciones de banano, cerca de Santa Marta, que se extiende 80 kms. de Ciénaga hasta Fundación (Magdalena). Aprendido de otras niñas.

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0113:130 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 4719)

Versión de Santa Marta (Magdalena, Colombia).   Recitada por Juanita Pernet (11a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1962 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 214, p. 389.  024 hemist.  Música registrada.

     --Yo soy la recién casada,    ¿no me han visto a mi marido?
  2   --No, señora, no, señora,    déme seña y le diré.
     --Mi marido es alto y rubio,    tiene tipo de francés,
  4   y en el puño de la espada    lleva el nombre de Isabel.
     --Sí, señora, sí, señora,    hace[n] años que murió.
  6   Lo mataron, lo mataron,    lo mató Francisco Abel.
     --Siete años lo he esperado,    otros siete lo esperaré,
  8   si a los quatorce no ha llegado,    a monja me meteré.
     Y mis tres hijas mayores,    a la patria le entregaré,
  10   y mis tres hijos mayores,    a la patria entregaré.
     Ya me voy para el mercado    y me visto de verdura,
  12   y me miro en un espejo:    ay, ¡qué linda quedó la viuda!--

Nota: -9b le sic.

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3013.9:3 El carabí (no rom. (á))            (ficha no.: 4765)

Versión de Santa Marta (Magdalena, Colombia).   Recitada por Dalgis Cote (10a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1962 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 262, pp. 411-412.  012 hemist.  Música registrada.

     En coche va una niña,    hija de un capitán,
  2   ¡Qué hermoso pelo tiene!    ¿Quién se lo peinará?
     Se lo peina su tía,    con peinecito de oro.
  4   La nña ya está enferma,    no sé si curará
     La niña ya está muerta,    la llevan enterrar.
  6   El cajoncito de oro    orilla de cristal.

Nota: se canta el estribillo así: tras los primeros hemistiquios (que se repiten), caraví, y tras los segundos (que también se repiten), caraví, durí, caraví, durá.

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0565:2 Estando una pastora... mató a su gatito (7+7 í-o)            (ficha no.: 4770)

Versión de Pueblo Viejo (Magdalena, Colombia).   Recitada por Gustavo Pacheco (12a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1962 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 267, pp. 414-415.  012 hemist.  Música registrada.

     Estaba una pastora,    se hace un quesito.
  2   El gato la miraba    con ojo golosito.
     --Si tú metes la pata,    te doy con un palito.
  4   El gato la metió,    y ella lo mató.
     Se fue a confesar,    donde el cura bendito.
  6   El bendito está rezado,    y mi cuento se ha acabado

Nota: tras el primer hemistiquio (que se repite), se canta el estribillo lará, lará, larito. Dice haberlo aprendido en casa.

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0888:4 La pulga y el piojo (6+6 coplas)            (ficha no.: 4775)

Versión de Retén (Magdalena, Colombia).   Recitada por Beatriz Castillo (15a). Recogida en Ciénaga por Gisela Beutler, 00/07/1962 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 272, pp. 418-419.  046 hemist.  Música registrada.

     El piojo y la pulga    se quieren casar,
  2   pero no se casan    por falta de pan.
     Contesta el trigo    desde su trigal:
  4   que siga la boda,    yo sirvo de pan.
     Ya no es por pan,    sino es por el vino,
  6   ¿dónde lo hallaremos?
     Contesta la viña    desde su viñal:
  8   que siga la boda,    yo sirvo de vino.
     Ya no es por el pan,    ya no es por el vino.
  10   Ahora es por el cura,    ¿dónde lo hallaremos?
     Contesta el golero    desde las alturas:
  12   que siga la boda,    yo sirvo de cura.
     Ya no es por el pan,    ya no es por el vino,
  14   ya no es por el cura,    ahora es por padrino;
     ¿dónde lo hallaremos?
  16   Contesta el ratón,    que estaba escondido:
     que siga la boda,    yo sirvo de padrino.
  18   Ya no es por el pan,    ya no es por el vino,
     ya no es por el cura,    ya no es por el padrino.
  20   Ahora es por madrina,    ¿dónde la hallaremos?
     Contesta la gata    desde la cocina:
  22   que siga la boda,    yo sirvo de madrina.
     Que siga la boda,    que siga la velación,
  24   se reventó la gata,    y se comió el ratón.

Nota: -11a golero chulo (también: samuero, gallinazo, galebo; mex. : zopilote).

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0832:1 La Virgen se lleva las almas al Paraíso (á-o)            (ficha no.: 2201)

Versión de Nariño (Nariño, Colombia).   Recitada por Feliciana Arizala (17a). Recogida por Gisela Beutler, 00/00/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1969, Studien ..., p. 225, nº 78. Reeditada en IGR-vulgar 1999, pp. 431-432.  032 hemist.  Música registrada.

     Desde que en el mundo anduve,    compré un bendito rosario
  2   pa la Virgen, mi Señora,    aunque nunca le hei rezado.
     --Hijo mío muy querido,    hijo mío muy amado,
  4   perdonad al pecador,    mira lo que te ha costado.
     --Alto tiempo le hei dado, madre,    que pudo haberse emendado.
  6   Por su gusto no ha querido,    madre, él estará castigado.
     --Hijo mío muy querido,    por la llaga de costado,
  8   perdonadme al pecador,    mira lo que te ha costado.
     --Alto tiempo le hei dado, madre,    que pudo haberse emendado.
  10   Por su gusto no ha querido,    madre, él estará castigado.
     --Hijo mío muy querido,    por los pechos has mamado,
  12   perdonadme al pecador,    mira lo que te ha costado.
     --Qué pidió mirara mi madre,    que [a] mí no lo haiga encontrado.--
  14   Bajó la cabeza y dijo:    --Madre, ya está perdonado.
     --Venid acá, pues, almas mías,    ya mi hijo te perdonó.
  16   --Venid, vámonos al cielo    a gozar de lo mejor.--

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0184:62 Blancaflor y Filomena (é-a+ó)            (ficha no.: 3633)

Versión de Barbacoas (Nariño, Colombia).   Recitada por Rosa María de Rentería (40a). Recogida por Gisela Beutler, 00/02/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1969, Studien zum spanischen Romancero in Kolumbien ..., Heidelberg, Carl Winter Universitätsverlag.. Reeditada en Beutler 1977 [1978], Estudios sobre el romancero español en Colombia nº 129, p. 355.  043 hemist.  Música registrada.

     Estaba la Blancaflor    arrimada a la candela,
  2   con sus dos hijas queridas,    Blancaflor y Filomena.
     En eso pasó un pastor,    se enamoró de una de ellas.
  4   Se casó con Blancaflor    y volvió por Filomena.
     A los tres días de casado    se vuelve el pastor por su tierra.
  6   A los dos años cumplidos    llegó a casa donde la suegra.
     --Bienvenido sea, pastor,    bienvenido sea señor;
  8   antes que me saludés,    ¿cómo queda Blancaflor?
     --Blancaflor quedó muy buena,    queda en días de parir.
  10   Y le mandaba decir    que le mande a Filomena,
     pa` que le va a asistir.
  12   --Filomena no ha de ir    porque está tierna y doncella.
     --Yo la llevo al cuidado,    como su hermanita d`ella.
  14   --Entra al cuarto, Filomena,    vestíte de seda negra,
     que te mandaba a prestar    tu hermana, la blanca y bella.--
  16   En la mitad del camino    su pecho le descubrió.
     En eso pasó un jilguero,    y de seña le llamó,
  18   que le lleva esa carta    a su hermana Blancaflor.
     Blancaflor, al oír eso,    en el momento abortó.
  20   Se quejaba a la justicia,    también al Emperador.
     --Quémenmelo a mi marido    por pícaro y por traidor,
  22   que me le ha quitado el . . .    a mi hermanita menor.--

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0184:63 Blancaflor y Filomena (é-a+ó)            (ficha no.: 3634)

Versión de Barbacoas (Nariño, Colombia).   Recitada por Marielena Quiñones (50a). Recogida por Gisela Beutler, 00/02/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1969, Studien zum spanischen Romancero in Kolumbien ..., Heidelberg, Carl Winter Universitätsverlag.. Reeditada en Beutler 1977 [1978], Estudios sobre el romancero español en Colombia nº 130, p. 356.  048 hemist.  Música registrada.

     Estaba la Santa Juana    arrimada a la candela,
  2   con sus dos hijas al lado,    Blancaflor y Filomena.
     En eso pasó un pastor,    se enamoró de una d`ella[s].
  4   --Me caso con Blancaflor,    y muero por Filomena.--
     A los tres días de casado    marcharon para su tierra.
  6   A los tres años cumplidos    llegó a casa de su suegra.
     --Bienvenido sea, pastor,    bienvenido sea, señor;
  8   antes que me saludés,    ¿cómo quedó Blancaflor?
     --Blancaflor quedó muy buena,    quedó en día de parir
  10   y le mandaba a decir    que le mande a Filomena.
     --Filomena no ha de ir    porque está tierna y doncella.
  12   --Yo la llevaría al cuidado,    como mi hermana que «juera».
     --Entra al cuarto, Filomena,    vestida de seda negra,
  14   que te ha mandado a pedir    tu hermana, la blanca y bella.--
     En la mitad del camino    su pecho le declaró.
  16   En eso pasó un jilguero,    y de seña le llamó,
     que le llevara esta carta    a su hermana Blancaflor.
  18   Y ya de haberla gozado    a un guaico la rumbó.
     Blancaflor, al oír d`esto,    al momento malparió.
  20   Se quejó a la justicia,    al Emperador también.
     --Quémenmele a mi marido,    por pícaro y traidor,
  22   que me ha quitado el virgo    a mi hermanita menor.--
     El pastor, al oír de esto,    a un barranco se botó.
  24   Y no se supo su vida,    qué diablo se lo llevó.

Nota de la editora: -18b guaico un valle de "tierra caliente", lugar alejado.

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0184:64 Blancaflor y Filomena (é-a+ó)            (ficha no.: 3635)

Versión de Barbacoas (Nariño, Colombia).   Recitada por Serafina Cortés (16a). Recogida por Gisela Beutler, 00/02/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1969, Studien zum spanischen Romancero in Kolumbien ..., Heidelberg, Carl Winter Universitätsverlag.. Reeditada en Beutler 1977 [1978], Estudios sobre el romancero español en Colombia nº 131, pp. 356-357.  038 hemist.  Música registrada.

     Estaba la blanca Fana    al «olor» de su candela,
  2   con sus dos hijas queridas,    Blancaflor y Filomena.
     En eso pasó un pastor,    se enamoró de una d`ella[s].
  4   Se casó con Blancaflor,    y murió por Filomena.
     A los dos años cumplidos    vino el yerno de la suegra.
  6   --Buenos días, buena suegra,    buenos días, ¿cómo está?
     --Antes que me saludés,    ¿cómo quedó Blancaflor?
  8   --Blancaflor quedó muy buena,    quedó en días de parir;
     que le manda Filomena,    para que la vaya ` asistir.
  10   --Filomena no la mando    porque está tierna y doncella.
     --Filomena yo me llevo    porque tengo mando en ella.
  12   --Levántate, Filomena,    saca el vestido mejor,
     que te manda a saludar    tu hermanita Blancaflor.--
  14   En medio camino iba    y el cuñado la forzó.
     El virgo de Filomena    en el monte se perdió.
  16   Cuando la Blancaflor supo    que el cuñado la forzó:
     --¡Traíganme al pastorcito    como pícaro traidor!
  18   --Acuérdate, Filomena,    el amor, que te empresté;
     el peje, que boté al agua    y el amor, que te empresté.--

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0184:65 Blancaflor y Filomena (é-a+ó)            (ficha no.: 3636)

Versión de Barbacoas (Nariño, Colombia).   Recitada por Ofelia Cabeza (35a). Recogida por Gisela Beutler, 00/02/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1969, Studien zum spanischen Romancero in Kolumbien ..., Heidelberg, Carl Winter Universitätsverlag.. Reeditada en Beutler 1977 [1978], Estudios sobre el romancero español en Colombia nº 132, p. 357.  028 hemist.  Música registrada.

     Estaba una buena vieja    arrimada a la candela,
  2   con sus dos hijas queridas,    Blancaflor y Filomena.
     En esto llegó un pastor,    se enamoró de una d`ella[s].
  4   Se caso con Blancaflor,    regresó por Filomena.
     A los dos años pasados    vino el yerno de su suegra.
  6   --Buenos días, suegra mía.    --Buenos días, yerno bueno.
     ¿Cómo quedó Blancaflor?    --Blancaflor en parto queda,
  8   y le mandaba decir,    que le mande a Filomena.
     --Filomena no la mando,    porque está niña y doncella.
  10   --Filomena, me la llevo,    porque tengo mando en ella.
     --Anda, Filomena, al cuarto,    saque el vestido mejor,
  12   que te ha mandado a llamar    tu hermanita Blancaflor.--
     Y en medio camino que iba    tres puñaladas le dió.
  14   Le sacó la lengua fuera    y el diablo se la llevó.

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0184:66 Blancaflor y Filomena (é-a+ó)            (ficha no.: 3637)

Versión de Barbacoas (Nariño, Colombia).   Recitada por Margarita e Castillo (30a). Recogida por Gisela Beutler, 00/02/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1969, Studien zum spanischen Romancero in Kolumbien ..., Heidelberg, Carl Winter Universitätsverlag.. Reeditada en Beutler 1977 [1978], Estudios sobre el romancero español en Colombia nº 133, p. 357 y Díaz Roig 1990a, p. 72 (12.3).  028 hemist.  Música registrada.

     Está la buena madre    arrimada a la candela,
  2   con sus dos hijas queridas,    Blancaflor y Filomena.
     En estas pasó un pastor,    se enamora de una de ellas.
  4   Se casó con Blancaflor,    y volvió por Filomena.
     A los tres años cumplidos    vino el yerno donde su suegra.
  6   --Buenos días, suegra mía.    --Buenos días, yerno bueno.
     ¿Podrás decirme, buen yerno,    cómo quedó Blancaflor?
  8   --Blancaflor está de parto    y le pide a Filomena.
     --A Filomena no la mando,    porque está niña doncella.
  10   --Yo la llevo y se la trato    como a una hermana de ella.
     --Filomena, entra al cuarto,    saca el vestido mejor,
  12   que te ha mandado a llamar    tu hermanita Blancaflor.--
     En medio camino que iba    los pechos le declaró;
  14   después de haberla gozado,    la vida se la quitó.

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0184:67 Blancaflor y Filomena (é-a+ó)            (ficha no.: 3638)

Versión de Barbacoas (Nariño, Colombia).   Recitada por Cecilio Cortés Martínez (66a). Recogida por Gisela Beutler, 00/02/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1969, Studien zum spanischen Romancero in Kolumbien ..., Heidelberg, Carl Winter Universitätsverlag.. Reeditada en Beutler 1977 [1978], Estudios sobre el romancero español en Colombia nº 134, p. 358.  027 hemist.  Música registrada.

     Estaba la linda, estaba    entre la paz y la guerra,
  2   con sus dos hijas queridas,    Blancaflor y Filomena.
     Vino un hombre de Turquía,    se enamoró de una d`ella[s].
  4   Se casó con Blancaflor,    y se la llevó a su tierra
     y de allá volvió a venir,    llegó a casa de su suegra.
  6   --Buena tardes de Dios, madre,    buenas tardes de Dios, suegra.
     --¿Cómo quedó Blancaflor    --Quedó buena de Dios, madre,
  8   y le mandó a suplicar    que le mande a Filomena.
     --No se la puedo mandar,    por estar muy chica y tierna.
  10   --Mándela no más, señora,    como hermanita que fuera.
     --Entra al cuarto, Filomena,    saque el vestido mejor,
  12   que te ha mandado llamar    tu hermanita Blancaflor.--
     En la mitad del camino    media lengua le cortó.
  14   La montó en el caballo    . . . . . . . . . . . .

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0098.1:11 ¿Cómo no cantáis, la bella? A lo divino (é-a)            (ficha no.: 4570)

Versión de Pasto (Nariño, Colombia).   Recitada por Miriam Mercedes Dulce (12a). Recogida por Gisela Beutler, 00/03/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 7, p. 303.  015 hemist.  Música registrada.

     La Virgen se está peinando    debajo de una palmera;
  2   sus peines eran de plata,    sus cintas de primavera.
     Por aquí pasó José,    diciendo de esta manera:
  4   --¿Cómo no canta la Virgen,    cómo no canta la bella?
     --Si un hijo que yo tenía    me lo están crucificando
  6   en una cruz de madera.
     Si me lo queréis bajar,    bajádmelo en hora buena.
  8   Os ayudará San Juan    y también la Magdalena.--

Nota: la recitadora aprendió el romance de otra niña.

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0098.1:13 ¿Cómo no cantáis, la bella? A lo divino (é-a)            (ficha no.: 4572)

Versión de Potosí (Nariño, Colombia).   Recitada por Maruja Ramírez (13a). Recogida por Gisela Beutler, 00/02/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 9, p. 304.  010 hemist.  Música registrada.

     Peinando estaba la Virgen,    peinando a su chiquitín,
  2   debajo de una palmera    en una mañana de abril.
     Cantaban las avecillas    en las ramas coplas mil.
  4   Llegó San José    con un puñado de rosas.
     --No quiero rosas, mi madre,    rosas, sino las espinas sí.--

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0098.1:14 ¿Cómo no cantáis, la bella? A lo divino (é-a)            (ficha no.: 4573)

Versión de Pasto (Nariño, Colombia).   Recitada por Carmen Mismas (8a). Recogida por Gisela Beutler, 00/03/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 10, p.304.  012 hemist.  Música registrada.

     La Virgen se está peinando    debajo de una palmera;
  2   los peines eran de plata,    la cinta de primavera.
     Por allí pasó José    y le dijo de esta manera:
  4   --¿Por qué no cantas, la linda?    ¿porqué no cantas, la bella?
     --¿Cómo quieres que yo cante,    si a un hijo que yo tengo,
  6   lo están crucificando    en una cruz de madera?--

Nota: la recitadora aprendió el romance en casa.

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0098.1:15 ¿Cómo no cantáis, la bella? A lo divino (é-a)            (ficha no.: 4574)

Versión de Pasto (Nariño, Colombia).   Recitada por Marlene Vallejo (12a). Recogida por Gisela Beutler, 00/03/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 11, p. 304.  016 hemist.  Música registrada.

     La Virgen se está peinando    debajo de una palmera;
  2   sus peinecitos de oro,    su cintica de primavera.
     Por aquí pasó San José    y le dijo:
  4   --¡Canta, mi reina,    canta, mi Virgen!
     --¿Cómo quieres que te cante,    si estoy en casa ajena?--
  6   Palomita blanca    de piquito azul,
     tiéndele la cama    al niño Jesús,
  8   que viene cansado    de cargar la cruz.

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0098.1:16 ¿Cómo no cantáis, la bella? A lo divino (é-a)            (ficha no.: 4575)

Versión de Pasto (Nariño, Colombia).   Recitada por Teresita del Rosario Chávez (9a). Recogida por Gisela Beutler, 00/03/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 12, pp. 304-305.  008 hemist.  Música registrada.

     La Virgen se está peinando    debajo de una palmera;
  2   su peinecito de plata,    su cinta del redadera.
     Del cielo cayó una carta,    escrita del niño Jesús,
  4   y en lo explica y decía:    ¡que los casemos los dos!

Nota: -2b redadera sic. Aprendió el romance de su prima.

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0098.1:17 ¿Cómo no cantáis, la bella? A lo divino (é-a)            (ficha no.: 4576)

Versión de Pasto (Nariño, Colombia).   Recitada por Doris Cristina Salas (8a). Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 13, p. 305.  008 hemist.  Música registrada.

     La Virgen se está peinando    debajo de una palmera;
  2   el peine será de plata,    la cinta de primavera.
     Del cielo bajó una rosa,    Merceditas la cogió
  4   y se la puso en la cabecita,    ¡qué bonita que quedó!

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0098.1:18 ¿Cómo no cantáis, la bella? A lo divino (é-a)            (ficha no.: 4577)

Versión de Pasto (Nariño, Colombia).   Recitada por Miriam del Carmen Delgado (11a). Recogida por Gisela Beutler, 00/03/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 14, p. 305.  008 hemist.  Música registrada.

     La Virgen se está peinando    debajo de una palmera;
  2   sus peines eran de plata,    su cinta de primavera,
     Por aquí pasó José,    diciéndole a la reina,
  4   que ¿porqué no cantaba ella,    siendo ella la primera?

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0098.1:19 ¿Cómo no cantáis, la bella? A lo divino (é-a)            (ficha no.: 4578)

Versión de Pasto (Nariño, Colombia).   Recitada por Lucy Beatriz Guerrero (10a). Recogida por Gisela Beutler, 00/03/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 15, p. 305.  008 hemist.  Música registrada.

     La Virgen se está peinando    debajo de una palmera;
  2   los peines eran de plata,    su cinta es de primavera.
     Por aquí pasó José,    diciéndole de esta manera:
  4   --El hijo que yo tenía,    ya lo están crucificando.--

Nota: la recitadora aprendió el romance en casa.

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0098.1:20 ¿Cómo no cantáis, la bella? A lo divino (é-a)            (ficha no.: 4579)

Versión de Pasto (Nariño, Colombia).   Recitada por Fanny Garzón (8a). Recogida por Gisela Beutler, 00/03/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 16, p. 305.  006 hemist.  Música registrada.

     La Virgen se está peinando    debajo de una palmera;
  2   sus peines eran de plata    su cinta de primavera.
     Por aquí pasó Jesús,    diciéndole de esta manera.

Nota: la recitadora aprendió el romance en casa.

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0098.1:21 ¿Cómo no cantáis, la bella? A lo divino (é-a)            (ficha no.: 4580)

Versión de Barbacoas (Nariño, Colombia).   Recitada por Neila Solarte (9a). Recogida por Gisela Beutler, 00/02/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 17, p. 305.  004 hemist.  Música registrada.

     María se está peinando    enfrente de una palmera;
  2   el peine era de plata    y la cinta de primavera.

Nota: la recitadora aprendió el romance en el colegio de Barbacoas.

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0226:26 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 4595)

Versión de Potosí (Nariño, Colombia).   Recitada por Rosa Elvira Castillo (12a). Recogida por Gisela Beutler, 00/02/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 32, p. 309.  024 hemist.  Música registrada.

     Camina la Virgen pura,    camina para Belén
  2   y en la mitad del camino    el niño tenía sed.
     Allí arriba en aquel alto    hay un viejo naranjal.
  4   Un ciego lo está guardando,    ¡qué diera el ciego por ver!
     --¡Ciego mío, ciego mío,    si una naranja me dieras
  6   para la sed de este niño    un poquito entretener!
     --Sí, señora, sí, señora,    toma ya las que usted quisiere.--
  8   La Virgen, como era Virgen,    no quería más de tres.
     El niño, como era niño,    todas las quería coger.
  10   Apenas se va la Virgen,    el ciego comienza a ver.
     --¿Quién ha sido esta señora,    que me hizo tal merced?--
  12   Ha sido la Virgen pura,    que va de Quito para Belén.

Nota: Aprendido en San Pedro, Nariño, del maestro Sr. Teófilo Mejía.

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0226:27 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 4596)

Versión de Potosí (Nariño, Colombia).   Recitada por Isabel Arévalo (72a). Recogida por Gisela Beutler, 00/02/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 33, p. 310.  046 hemist.  Música registrada.

     Camina la Virgen pura,    camina para Belén,
  2   con un niño entre sus brazos,    que estaba un cielo de ver.
     En el medio del camino    pidió el niño de beber.
  4   --No pidas agua, mi niño,    no pidas agua, mi bien;
     que los ríos corren turbios    y los arroyos también.
  6   Las fuentes se secaron    y ya no pueden correr.--
     Allí arriba en aquel alto    hay un fresco naranjal,
  8   cargadíto de naranjas,    que otro no puede haber.
     --¡Cieguecito, cieguecito,    que guardas el naranjal!,
  10   dame una sola naranja    para el niño entretener!
     --Entra, señora, en mi huerto,    cójalas que ha de menester.
  12   Coja de aquellas más grandes,    deje las chicas crecer.
     Y en cogiendo para el niño,    coja para usted también.--
  14   Cuantas más quita la Virgen,    más salen al naranjal.
     Quitábalas de una en una,    salían de cien en cien.
  16   Las ramas que estaban secas    tornaban a florecer.
     La Virgen salió del huerto,    del huerto del naranjal
  18   y al mirar al cieguecito,    el ciego comenzó a ver.
     --¿Quién será aquella señora,    quién será aquella mujer,
  20   que sin pedirla yo nada,    ella me hizo tanto bien?
     Me dio la luz de mis ojos,    la del corazón también.--
  22   Érase la Virgen Santa    que al lado de San José
     con un niño entre sus brazos    camina para Belén.

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0226:28 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 4597)

Versión de Barbacoas (Nariño, Colombia).   Recitada por Ofelia Cabeza. Recogida por Gisela Beutler, 00/02/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 34, p. 310.  026 hemist.  Música registrada.

     Camina la Virgen pura    del Valle para Belén.
  2   En la mitad del camino    pidió el niño agua beber.
     --No la beberés, mi niño,    no la beberés, mi bien,
  4   porque las aguas `tan turbias,    ríos y fuentes también.--
     Camina más pa` delante,    topás con un triste ciego.
  6   --Ciego, darme una naranja,    pa `l niño aplacar la sed.
     --Señora, allí está el naranjo,    cogerla que es menester.--
  8   Cogerla de una en una,    florecen de en tres en tres.
     A lo que se fue la Virgen,    el ciego empezaba a ver.
  10   --¿Cuál será esta gran señora,    que me hizo esta gran merced?
     --¿Si será la Virgen pura    o el Patriarca San José?
  12   --¿Si será la Virgen pura    o el Patriarca San José?
     --¿Si sería esta gran Señora,    que me hizo esa gran merced?--

Nota de G. Beutler: delante del verso -11 comenta: "vuelta".

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0226:29 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 4598)

Versión de Barbacoas (Nariño, Colombia).   Recitada por José Antonio Cortés (14a). Recogida por Gisela Beutler, 00/02/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 35, p. 311.  017 hemist.  Música registrada.

     Camina la Virgen pura    del Valle para Belén.
  2   En la mitad del camino    pidió el niño agua beber.
     --No la beberás, mi niño,    no la beberás, mi bien;
  4   porque las aguas están turbias,    ríos y fuente también.
     Subiendo para el Calvario    toparon un triste ciego.
  6   --¡Ciego, que nada no ve,    ciego, dame una naranja
     para el niño entretener!
  8   --Ahí está el palo, señora,    cójalas que menester.
     Cójalas de una en una,    hasta el niño calme la sed.--

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0226:30 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 4599)

Versión de Barbacoas (Nariño, Colombia).   Recitada por Eugalicia de Castillo (11a). Recogida por Gisela Beutler, 00/02/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 36, p. 311.  022 hemist.  Música registrada.

     Camina la Virgen pura    lejito para Belén
  2   y en la mitad del camino    el niño tenía sed.
     Allá encima, allá en `que` alto,    hay un ciego naranjal.
  4   --¡Ciego mío, ciego mío,    si una naranja me diera
     para calmar la sed de este niño    un poquito entretener!
  6   --Sí, señora, sí, señora,    escójalas que usted quiera.--
     La Virgen, como era Virgen,    no cogía más que tres.
  8   Pero el niño, que es niño,    todas las quiere coger.
     Apenas se va la Virgen,    el ciego comienza a ver.
  10   --¿Quién ha sido esta señora,    que me ha hecho tal merced?--
     Ha sido la Virgen pura,    que va lejito para Belén.

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0226:31 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 4600)

Versión de Barbacoas (Nariño, Colombia).   Recitada por Ofelia Cabeza (unos 35a) y Victorina Angulo de Angulo (unos 35a). Recogida por Gisela Beutler, 00/02/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 37, p. 311.  030 hemist.  Música registrada.

     Camina la Virgen pura    del Valle para Belén
  2   y en la mitad del camino    pidió el niño agua beber,
     --No la beberés, mi niño,    no la beberés, mi bien;
  4   porque las aguas tan turbias,    ríos y fuente también.--
     Y en la mitad del camino    pide el niño agua beber.
  6   --No la beberés, mi niño,    no la beberés, mi bien;
     porque las aguas `tan turbias,    ríos y fuente también.--
  8   Camina más adelante,    toparés un triste ciego.
     --¡Ciego, que nada no vía,    ciego, que nada no ve,
  10   ciego, dame una naranja    pa` niño aplacar la sed!
     --Mi señora, y éste el arbol,    cójalas que menester.
  12   Cójala, de una en una,    flores dan de tres en tres.--
     La Virgen que dio la vuelta    y el ciego empezaba ver.
  14   --¿Cuál ser` esta gran señora,    que mi hiz` esta gran merced?
     ¿Si será la Virgen pura    o el Patriarca San José?--

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0226:32 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 4601)

Versión de Pasto (Nariño, Colombia).   Recitada por Lucy Beatriz Guerrero (10a). Recogida por Gisela Beutler, 00/03/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 38, p. 312.  024 hemist.  Música registrada.

     Camina la Virgen pura    de Egipto para Belén.
  2   En la mitad del camino    el niño tenía sed.
     Allí arriba en aquel alto    hay un viejo naranjal.
  4   Un ciego lo está guardando,    ¡qué diera el ciego por ver!
     --Ciego mío, ciego mío,    ¿si una naranja me dieras,
  6   para la sed de este niño    un poquito entretener?
     --Ay, señora, sí, señora,    tome ya las que quisiera.--
  8   La Virgen, como era Virgen,    no cogía más que tres.
     El niño, coma era niño,    todas las quiere coger.
  10   Apenas se va la Virgen,    el ciego comenzó a ver.
     --¿Quién ha sida esta señora,    que me hizo tal merced?--
  12   Ha sido la Virgen pura,    que va de Egipto para Belén.

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0226:42 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 4611)
[Villancico, contam.]

Versión de Barbacoas (Nariño, Colombia).   Recitada por Rosa María de Rentería (45a). Recogida por Gisela Beutler, 00/02/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 49, p. 316.  038 hemist.  Música registrada.

     Con bombas, conunos y sonajas,    con bombas, conunos y sonajas,
  2   Vamos a dentrar al portal de Belén,    vamos a dentrar al portal de Belén.
     Cómo hizo la entrada preciosa,    cómo hizo la entrada preciosa
  4   La Virgen María y a Jerusalén,    la Virgen María y a Jerusalén.
     Camina la Virgen pura    del Valle para Belén.
  6   En la mitad del camino    pide el niño agua beber.
     Con bombas, conunos y sonajas, etc.
  8   No la beberes, mi niño,    no la beberes, mi bien,
     porque las aguas `tan turbias,    ríos y fuentes también.
  10   Con bombas, conunos y sonajas, etc.
     Camina más pa` delante,    toparás a un triste ciego.
  12   --Ciego, que nada no vía,    ciego, que nada no ve,
     Ciego, darme una naranja    pa `1 niño aplacar la sed.
  14   --Y éste el árbol, señora,    cójalas que es menester.
     Cójalas de una en una,    ay, florecen de tres en tres.--
  16   Con bombas, conunos y sonajas, etc.
     A lo que se fue la Virgen,    el ciego empezaba a ver.
  18   --¿Cuál sería esta gran señora,    que me hizo tan gran merced?
     ¿Si sería la Virgen pura    o el Patriarca San José?--
  20   Con bombas, conunos y sonajas, etc.

Notas: Cada hemistiquio del romance se repite. -1a: conunos, especie de tambor. Precede al romance un villancico.

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0593:3 Congoja de la Virgen en Belén (í-a)            (ficha no.: 4612)
[Villancico, contam.]

Versión de Pasto (Nariño, Colombia).   Recitada por Carmen Salas (13a). Recogida por Gisela Beutler, 00/03/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 50, pp. 316-317.  020 hemist.  Música registrada.

     La Virgen y San José    iban a romería,
  2   Tan cansada iba la Virgen    que caminar no podía.
     Cuando llegan a Belén,    toda la gente dormía.
  4   --¿Abran las puertas, porteros,    a San José y a María!
     --Si estas puertas no se abren,    hasta que amanesca el día.--
  6   Se fueron a guardecer    a un portalito que había.
     Entre la mula y el buey    hay estrella, sol y luna.
  8   La Virgen y San José,    la Virgen no tenía ni un pañal;
     se quitó la capa blanca    y le cubrió su cabello,
  10   y de allí hizo cuatro pedazos,    que envolvía a su niñito.

Nota: Aprendido de su mamá.

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0023:52 Gerineldo (í-o)            (ficha no.: 4613)

Versión de Barbacoas (Nariño, Colombia).   Recitada por Francisco González, "el Alacrán". Recogida por Gisela Beutler, 00/02/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 96, pp. 335-336, notación musical, nº 11, p. 559.  022 hemist.  Música registrada.

     --Gerineiro, Gerineiro,    paje del rey muy querido,
  2   hoy quisiera hablar contigo    tres horas en el castillo.--
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . . ]
     --¿Dónde viene. Gerineiro,    tan blanco y descolorido?
  4   ¿Has peleado con los turcos,    con infuante has dormido?
     Si no la espada de mi padre    que en el medio amanecido.
  6   --Ni he peleado con los turcos,    ni con infuante he dormido,
     si no la espada de mi padre    que en el medio amanecido.
  8   --¿Dónde viene Gerineldo,    tan blanco y descolorido?
     ¿Has peleado con los turcos,    o con infuante has dormido?
  10   --No he peleado con los turcos,    ni con infuante hei dormído
     si no la espada de mi padre    que en el medio amanecido.--

Nota: -4b, -6b, -9b, 10b infuante sic. La melodía nº 11 es una especie de estribillo. Afirma el recitador tener 110 años.

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0023:53 Gerineldo (í-o)            (ficha no.: 4614)

Versión de Barbacoas (Nariño, Colombia).   Recitada por Cecilio Cortés Martínez (66a). Recogida por Gisela Beutler, 00/02/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 97, p. 336.  028 hemist.  Música registrada.

     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     --Gerineldo, Gerineldo,    ¡qué mal sueño hemos tenido,
  2   que la espada de mi padre    en el medio amanecido!--
     Se levantó Gerineldo,    tan blanco y descolorido;
  4   cogió la espada en la mano    y siguió para el castillo.
     --¿De dónde vienes, Gerineldo,    tan blanco y descolorido,
  6   que te han corrido los turcos,    o con la infuant has dormido?
     --No me han corrido los turcos    ni con la infuanta hei dormido
  8   sino que vengo a llevar    mi castigo merecido.
     --Tu castigo merecido,    yo te lo daré después,
  10   que ella ha de ser tu mujer,    y tú has de ser su marido.
     --Yo no he de querer con ella,    ni ella ha de querer conmigo,
  12   que el dinero que yo tengo    no alcanza para un vestido.
     --Si el dinero que tú tienes    no alcanza para un vestido,
  14   ¿y cómo estabas durmiendo    como mujer con marido?--

Nota: -6b, -7b infuanta sic.

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0023:54 Gerineldo (í-o)            (ficha no.: 4615)

Versión de Barbacoas (Nariño, Colombia).   Recitada por Margarita de Castillo (30a). Recogida por Gisela Beutler, 00/02/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 98, p.336.  028 hemist.  Música registrada.

     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     --Gerineldo, Gerineldo,    qué mal sueño hemos tenido,
  2   que la espada de mi padre    en el medio ha amanecido.--
     Se levanta Gerineldo,    pálido y descolorido;
  4   cogió la espada en la mano    y marchó para el castillo.
     --Gerineldo, Gerineldo,    ¡qué pálido y descolorido!
  6   ¿Has dormido con princesa,    o los turcos te han corrido?
     --No he dormido con princesa,    ni los turcos me han corrido,
  8   sino que vengo a pagar    mi delito cometido.
     --El delito cometido,    yo te lo diré, atrevido,
  10   que ella será tu mujer    y tú serás su marido.
     --Yo no seré su marido,    ni ella será mi mujer,
  12   porque el dinero que tengo    no me alcanza para comer.
     --Si el dinero que tenéis    no te alcanza para un vestido,
  14   ¿cómo duermes abrazado    como mujer con marido?--

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0075:69 Delgadina (á-a)            (ficha no.: 4643)

Versión de Barbacoas (Nariño, Colombia).   Recitada por Feliciana Arizala (16a). Recogida por Gisela Beutler, 00/02/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 127, pp. 352-353, notación musical, nº 20, p. 563.  012 hemist.  Música registrada.

    
Un rey tenía tres hijas. [ ...] Cuando ya estaban jóvenes, se fue a otra ciudad. Y allá le mandó y le escribió a la primera una carta, mandándola enamorar. Entonces ya no se la contestó. Después le mandó otra, y ya con esa, ya la contestó, que sí lo quería. Después a la otra, y lo mismo hizo. Y allí la manda a la última. Entonces ella no quiso. Y ella no lo quiso ... Cuando el papá oyó, que no lo quería, le dijo: --Que si no lo quería, le hacía una casa en el aire y no le daba de comer ni de beber.-- ... Ella dijo, ¡que bueno, que se la hiciera! Y cuando vino el papá y le hizo la casa en el aire, y allí la metió y no le daba ni de comer, ni de beber ... Cuando ella se asomaba al balcón, que daba vuelta del `acey` y decía:
     Hermana, por ser en su sala,    convídame un jarro de agua,
  2   que más padezco de sed,    a Dios pienso darle el alma.
    
Casián el mayor, puede con casia, no casia,
    
no entran, no lo sé, ello si está,
    
me hará, o no me hará.
    
Entonces, cuando vuelta, la hermana le contestaba:
     --Tate, tate, Doña Elvira,    tate, tate en tu malvada.
     ¿Por qué no quisiste darle    a mi padre la palabra?--
  4   --Hermana, por ser en su sala,    convídame un jarro de agua,
     y ahora sí le pienso    darle a mi padre la palabra.--
    
Allí ella era, cuando ya el padre así bajó corriendo y le llevó el vaso de agua. Entonces ya se lo bebió. Y cuando ya dijo, que sí la quería, entonces no lo quiso. Y le `metido` golpe, y vuelta la iba a bajar. Cuando después vuelta, o cuando ya tenía sed, volvió a hacer lo mismo. Y cuando la madre vio, que dijo: --Voy a ver, qué este hombre hace con mi hija, él encima.--Cuando subía allí arriba y se escondió detrás de un cuarto. Entonces llegó al último cuarto. Y cuando llegó allá, entonces ya acabó de tomar el agua. Y cuando ya la iba a forzarla, ( ... ) le dijo: --Ahá, eso, ¡qué va a hacer con mi hija!--Llegó y la retiró. (...) Le dijo: --¡Muérase usted con su hija, que en su parto maldecía!--Y la encerró en esa casa y entonces se bajó él a su casa. Y de noche ellos vían que esa casa se iluminaba de luces. Y eso eran los ángeles, que se esperaban la madre, para irse ellos al cielo con la mamá y la hija. (...) Cuando ellos vieron, --la hija mayor vio, que esa casa estaba iluminadita de ángeles, que iban bajando ángel por ángel ahí. (. . .) Cuando dijo ella:--Papacito, venga a ver, ¡cómo está la casa de mi hermana iluminadita de luces!--Entonces le dijo el padre: --Que eso era, que eso era mentira, que la casa de ella (i. e. la hermana mayor) sola estaba llena de luz.--Y cuando ellos vieron, que eso en donde ellos estaban, se llenó de agua; y se volvió un agua. Y se fueron al infierno. Y ellas se fueron al cielo

Nota: Los puntos suspensivos representan las palabras "y entonces", con las que la narradora comenzaba invariablemente sus frases. Los versos del romance, al ser dictados por la informante, quedaron de la siguiente manera: Doña Elvira: --Hermana, por estar en su sala, / convídame un vaso de agua,// que más padezco cie sed, / a Dios pienso dar el alma.// Hermana: --Tate, tate, Doña Elvira, / tate, tate, en tu malvada.// ¿Por qué no quisiste darle / a mi padre la palabra?// Madre: --Tate, tate, Doña Elvira, / tate, tate en tu morada, // que por tu grande hermosura, / mi Dios me hizo mal casada.--//. La informante dice que aprendió el cuento de una anciana que murió en 1959 en Barbacoas.

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0113:113 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 4658)

Versión de Barbacoas (Nariño, Colombia).   Recitada por Francisco González, "el Alacrán". Recogida por Gisela Beutler, 00/02/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 154, p. 369; notación musical , nº 24,p. 564.  022 hemist.  Música registrada.

     --Catalina, Catalina,    Blancaflor de Filomena,
  2   mañana me voy pa` Francia,    ¿qué mandas o qué querés?
     --Mi vida, si a Francia fueras,    a mi bien saludaráslo.
  4   --¿Cómo voy a saludarlo,    si no conozco quién es.
     --El es muy chico de cuerpo,    y en el hablar muy cortés.
  6   El caballito en que anda    una palomita es.
     --Que mi Dios no lo permita,    ni San Pedro, ni su ley,
  8   que si mi marido es muerto,    de monja me meteré.
     Tres hijos varones tengo    para servicio de rey.
  10   El más chiquítico a pie    y el grandecito a caballo,
     porque el chiquíto no sabe    los ejercicios del rey.--

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0168.1:19 ¿Dónde vas, Alfonso XII? (í)            (ficha no.: 4682)

Versión de La Cruz de Mayo (Nariño, Colombia).   Recitada por Lola Muñoz (11a). Recogida por Gisela Beutler, 00/03/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 177, p. 377.  013 hemist.  Música registrada.

     --¿Dónde vas, rey Alfonsito,    dónde vas, triste de mí?
  2   --Voy en busca de Mercedes,    que ayer tarde no la vi.
     --Merceditas ya está muerta,    muerta está, que yo la vi.
  4   Cuatro condes la llevaron    por la calle de Madrid,
     en una caja forrada    de cristal y de marfil.
  6   El velo que la cubría    era azul y carmesí,
     con borlones de oro y plata    . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..--

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0224:31 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 4708)

Versión de Ipiales (Nariño, Colombia).   Recitada por Laura Rodríguez (40a). Recogida por Gisela Beutler, 00/02/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 203, p. 385.  006 hemist.  Música registrada.

     Filito, filito de oro,    yo jugando al ajedrez,
  2   pregunto a esta gran señora:    --¿Cuántas hijas tenés?
     --Téngalas que tenga,    nadie puede saber.--

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0224:32 Hilo de oro (é+á)            (ficha no.: 4709)

Versión de Barbacoas (Nariño, Colombia).   Recitada por Marielena Quiñones (50a). Recogida por Gisela Beutler, 00/02/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 204, pp. 385-386.  028 hemist.  Música registrada.

     Hilitos, hilitos de oro,    yo jugando al ajedrez,
  2   pregunto una gran señora,    --¿Qué si hijas lindas tenés?
     --Téngalas o no las tenga,    la dejaría de tener,
  4   del zapato que yo uso,    ellas también usarán,
     del agua que yo bebo,    ellas también beberán,
  6   del pan que yo como,    ellas también comerán.
     --Me voy muy enojado    por el palacio del rey,
  8   porque las hijas del rey Moro    no me la dan por mujer.
     --Venga acá, Señor Galán,    conversaremos cortés;
  10   esas tres hijas que tengo,    escoja la más mejor.
     --Esta escojo, esta llevo    por legítima mujer.
  12   --Lo (que) te encargo, soltero,    que no me la maltrates;
     su sopita de mañana,    su pastel de mediodía,
  14   sentadita en silla de oro,    bordando paños para el rey.--

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0224:33 Hilo de oro (é+á)            (ficha no.: 4710)

Versión de La Florida (Nariño, Colombia).   Recitada por Evangelina Tutistar de García (42a). Recogida por Gisela Beutler, 00/02/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 205, p. 386.  008 hemist.  Música registrada.

     Hilito, hilito de oro,    yo jugando al ajedrez,
  2   pregunta una gran señora,    --¿Qué lindas hijas tenéis?
     --El zapato que yo uso,    ellas también usarán,
  4   el agua que yo tomo,    ellas también tomarán.--
    
Anden pronti, anden juntos,
    
y por onde anden, andaremos,
    
y salir a la carrera.

Nota: se indica que el primer verso lo dice un "señor"; los vv 3-4, la madre. Siguen los versos del coro.

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0224:34 Hilo de oro (é+á)            (ficha no.: 4711)

Versión de La Cruz de Mayo (Nariño, Colombia).   Recitada por Alda Luz Benavides (11a). Recogida por Gisela Beutler, 00/02/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 206, p. 386.  014 hemist.  Música registrada.

     Anilito, anilito de oro,    de cristal y de marfil,
  2   un zarcillo y un coral.
     Una señora me ha dicho:    --¡Lindas hijas tiene usted!
  4   --Que las tenga, que las tenga,    yo las sabré mantener.
     Del calzado que yo calce,    ellas también calzarán.
  6   --Esta escojo por hermosa,    por hermosa la mejor,
     que parece un capullo de oro,    de oro, acabado de nacer.--

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0113:137 Señas del esposo (polias.)            (ficha no.: 4726)

Versión de Barbacoas (Nariño, Colombia).   Recitada por Eugalicia de Castillo (11a). Recogida por Gisela Beutler, 00/02/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 221, p. 392.  020 hemist.  Música registrada.

     --Yo soy la recién viuda,    hace un año me casé,
  2   mi marido me ha abandonado    por amar la libertad.
     --Ven acá, mi buen soldado,    ¿si me ha visto a mi marido?
  4   --No, señora, no lo he visto,    ni tampoco sé quién es.
     --Es un alto joven rubio,    tiene tipo de francés,
  6   y en la chapa de l`espalda    lleva el nombre de José.
     --Sí, señora, sí, lo he visto,    sí, le puedo dar razón,
  8   que en la esquina del mercado    estaba por descender.
     --Pobrecito mi marido,    que me ha dado de comer;
  10   que Dios lo tenga en el cielo    y no lo deje caer.--

Nota: -6a espalda. sic.

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0144:31 Don Gato (á-o)            (ficha no.: 4733)

Versión de Potosí (Nariño, Colombia).   Recitada por Isabel Arévalo (72a). Recogida por Gisela Beutler, 00/02/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 228, p. 395.  026 hemist.  Música registrada.

     Estaba el señor don Gato    en silla de oro sentado,
  2   sus medias eran de seda,    sus zapaticos calados.
     Llegó el compadre y le dijo,    que si quería ser casado
  4   con una gata morisca,    que andaba por el tejado.
     Y el gato por verla pronto    se echó del tejado abajo.
  6   Ay, se ha roto dos costillas    y se ha descompuesto un brazo.
     --Llamen pronto al sangrador,    al médico, al cirujano,
  8   pero mejor es que llamen    al Señor Doctor Don Carlos.--
     Llegó Don Carlos y le dijo,    que le dieran buenos caldos.
  10   A la mañana siguiente    amaneció muerto el gato.
     Los ratones de alegría    se visten de colorado.
  12   Las gatas se ponen luto,    capotes negros los gatos,
     y los gálicos chiquitos    dicen: miau, miau.

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0144:32 Don Gato (á-o)            (ficha no.: 4734)

Versión de Potosí (Nariño, Colombia).   Recitada por Victoria Ramírez (19a). Recogida por Gisela Beutler, 00/02/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 229, p. 395.  022 hemist.  Música registrada.

     Estaba el señor don Gato    en sillas de oro sentado,
  2   calado medias de seda    y zapaticos dorados,
     cuando llegó la noticia,    que debía de ser casado
  4   con una gálica parda,    hija de un galo romano.
     El galo por verla pronto    se rodó tejado abajo;
  6   se rompió siete costillas    y la puntica del rabo.
     Llamaron al sangrador,    quien le dijo cirujano.
  8   Vino Don Carlos y dijo,    que le dieran buenos caldos.
     A la mañana siguiente    amaneció muerto el gato.
  10   Los ratones de alegría    se visten de colorado,
     capote negro las gatas    y los gálicos chiquitos dicen: miau, miau.

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0144:33 Don Gato (á-o)            (ficha no.: 4735)

Versión de Potosí (Nariño, Colombia).   Recitada por una franciscana. Recogida por Gisela Beutler, 00/09/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 230, pp. 395-396.  016 hemist.  Música registrada.

     El Señor Don Gato    seniadito en su tejao,
  2   Ha recibido una carta,    que si quiere ser casao
     con una gálica blanca,    hija del galo rayado.
  4   Pero loco de alegría    se ha caído del tejao.
     Se puso hacer testamento    de lo que se había robado:
  6   cien varas de longaniza    y un quesito.
     Ya lo llevan a enterrar    por la puerta del mercao,
  8   y al olor de la sardina    el gato ha resucitao.

Nota: se canta el estribillo marra miau, miau, miau, miau, tras el segundo hemistiquio, que luego se repite (a través de todo el romance). El romance procede de un cuaderno de una franciscana del Colegio de la Escuela de Lourdes, Potosí, Nariño. La informante dice haber aprendido el romance en el Convento de Maridías, Pasto.

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0144:34 Don Gato (á-o)            (ficha no.: 4736)

Versión de Pasto (Nariño, Colombia).   Recitada por Miriam Ortiz Martínez (11a). Recogida por Gisela Beutler, 00/03/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 231, p. 396.  034 hemist.  Música registrada.

     Estaba el señor don Gato    en silla de oro sentado.
  2   Lucía media de seda    y zapatico dorado.
     Llegó el compadre y le dijo,    que si quiere ser casado
  4   con una gata romana    que conocía el mes pasado.
     El gato, del alegría,    subió bailar al tejado.
  6   Mas con un palo le dieron,    y rodando vino abajo.
     Se rompió siete costillas    y la puntica del rabo.
  8   --¡Que llamen pronto, pronto    al doctorcito, al cirujano!
     Mejor es que llamen    al doctor don Hadriano.
  10   Ya viene don Hadriano y dice,    que le den sus buenos caldos.
     Al otro día de mañana    amanece el gato muerto.
  12   Los ratones de alegría    se visten de colorado,
     las gatas capota negra    y vestido aderezado.
  14   Ya lo llevan a enterrar    por la calle del pescado.
     Al olor de la sardina    el gato ha resucitado.
  16   Los ratones de alegría,    los ratones corren, corren, corren,
     y los gatos corren, corren,    corren detrás.

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0144:35 Don Gato (á-o)            (ficha no.: 4737)

Versión de Pasto (Nariño, Colombia).   Recitada por María Concepción Revello (8a). Recogida por Gisela Beutler, 00/03/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 232, p. 396.  026 hemist.  Música registrada.

     Estando el señor don Gato    sentado en su tejado,
  2   con mediecitas de seda    y zapatitos calados.
     Ha recibido una carta,    si se quería ser casado
  4   con una gata morisca,    sobrina del gato pardo.
     El gato por verla pronto    cayó del tejado abajo.
  6   Se ha roto nueve costillas,    el rabo y el espinazo.
     Y llamen al doctor    y al médico cirujano.
  8   Unos dicen: bueno, bueno;    y otros dicen: venga, venga.
     El doctor le ha recetado    una taza de caldo por la mañana
  10   y otra por la tarde.    Ya se ha muerto el pobre gato.
     Ya lo llevan a enterrar    por la calle del pescado.
  12   Los gálicos van de duelo,    los ratoncitos de colorado,
     y al olor de las sardinas    el1 gato ha resucitado.

Nota: Oído en casa.

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0178:28 Mambrú (7+7 á)            (ficha no.: 4759)

Versión de Barbacoas (Nariño, Colombia).   Recitada por Alfonso Castillo Cabeza (7a). Recogida por Gisela Beutler, 00/02/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 256, p. 255.  009 hemist.  Música registrada.

     Chon Pipa se fue a la guerra,    montado en una perra.
  2   La perra que se resbala,    Chon Pipa que se hace bala.
     Chon Pipa se fue a la guerra,    no sé, cuando vendrá.
  4   Si vendrá por las Pascuas    o por la Navidad.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    Lo llevan a enterrar

Notas: Los primeros hemistiquios se repiten, intercalando el estribillo: ¡qué dolor, qué dolor, qué pena!. Los segundos también se repiten intercalando el estribillo: dorremí, dorrefá, dorrefá.

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0113:122 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 4667)

Versión de Chocó (Quibdó, Colombia).   Recitada por Dominga Palacio (90a). Recogida por Gisela Beutler, 00/01/1963 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 163, p. 372.  026 hemist.  Música registrada.

     --Catalina, Catalina,    la del quinto ginové,
  2   mañana me voy pa` Francia,    ¿qué mandás o qué querés?
     --Una carta tengo escrita,    que a mi marido dejé.
  4   --No conozco a tu marido,    ni tampoco sé quién es.
     --Mi marido es alto y delgado,    en el hablar muy cortés;
  6   caballero en su caballo,    una palomita es.
     --Por la seña que me dan    tu marido muerto es.
  8   En el balcón de una dama    lo mató Marambolé.
     --Dos hijas mujer que tengo    a monjas las meteré.
  10   Un hijo varón que tengo    al rey se lo entregaré.
     Siete años lo he aguardado,    otros siete aguardaré.
  12   No lo permita mi Dios,    ni el glorioso San José,
     que si mi marido es muerto,    yo viva me enterraré.--

Nota -9a mujer sic.

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0126:19 Santa Catalina (7+7 pareados)            (ficha no.: 4768)

Versión de Ibagué (Tolima, Colombia).   Recitada por María Edith Vásquez (11a). Recogida por Gisela Beutler, 00/07/1961 (Colec.: Beutler, G.). Publicada en Beutler 1977 [1978], nº 265, pp. 413-414.  007 hemist.  Música registrada.

     La Santa Catalina,    era hija de un rey.
  2   Su padre era pagano,    pero su madre no.
     Un día estaba rezando,    y su padre la encontró,
  4   y tres tiros le metió.

Nota: Se intercala el estribillo "pirulín, pirulín, pimpín" tras todos los hemistiquios y se repiten los segundos así: era hija de un rey-ey-ey, / era hija de un rey. (-2b: no-o-o; -3b: encontró-ó-ó). Cf. La versión de Paulina Bastidas, 12 años, Neiva (Huila), escuela pública, la que aprendió en Alpujarra (Tolima) en 1961; se la enseñó un misionero de la "Santa Misión". Tomada en Neiva, julio 1961: La Santa Catalina,/ prirí, pirín, pompón,/ la Santa Catalina,/ pirirín, pirirí, pompón,/ era hija de un rey-eéy, eéy,/ era hija de un rey-eéy, eéy,/ era hija de un rey,/ era hija de un rey. / Su padre era pagano, etc,/ ... pero su madre no, -oó, -oó, etc./ pero su madre no. ... --¿Qué haces, Catalina, etc./ ... en esa posición, -oón, -oón,/ en esa posición?

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0168.1:34 ¿Dónde vas, Alfonso XII? (í)            (ficha no.: 5026)

Versión de Cartago (Costa Rica).   Recitada por Jenny Sáenz de Cruz (59a). Recogida 00/00/1973 Publicada en Cruz-Sáenz 1986. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº II, 6.2, p. 40.  008 hemist.  Música registrada.

     --¿Dónde vas, Alfonso XII,    dónde vas, pobre de ti?
  2   --Ando en busca de Mercedes    que ayer tarde la perdí.
     --A Mercedes la llevaba,    la llevaba a enterrar
  4   entre cuatro zopilotes    y un ratón de sacristán.--

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3013.9:4 El carabí (no rom. (á))            (ficha no.: 5097)

Versión de Cartago (Costa Rica).   Recitada por Leda María Cruz de Montero (34a). Recogida 00/00/1975 Publicada en Cruz-Sáenz 1986, p. 74. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº IX, 6.1, p. 92.  016 hemist.  Música registrada.

     En un coche va una niña,    hija de un capitán.
  2   ¡Qué hermoso pelo tiene!    ¿quién se lo peinará?
     Lo peinará su tía,    con mucha suavidad,
  4   con peinecito de oro    y horquillas de cristal.
     La ya niña está muerta,    la llevan a enterrar
  6   en cajita de oro    con tapa de cristal.
     Encima de la caja,    un pajarillo va
  8   cantando el pío, pío,    el pío, pío, pa.

Nota: se canta el estribillo así: tras los primeros hemistiquios, carabín, y tras los segundos (vv 3-8), carabiburí, carabiburá.

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0144:47 Don Gato (é)            (ficha no.: 5155)

Versión de San José (Costa Rica).   Recitada por Mayela Brenes (32a). Recogida 00/00/1979 Publicada en Cruz-Sáenz 1986, p. 31. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XIII, 6.1, p. 134.  036 hemist.  Música registrada.

     Estaba el señor don Gato    sentadito en su tejado,
  2   calzando medias nuevas    y muñito colorado,
     cuando recibe noticias    que debía ser casado
  4   con una gata montesa,    sobrina del gato pardo.
     Don Gato, con alegría,    se cayó tejado abajo.
  6   Se rompió siete costillas    y la puntita del rabo.
     Ya llegan a visitarlo    doctores y cirujanos:
  8   Unos dicen: --Bueno, bueno--    y otros dicen: --Malo, malo.
     Que traigan al señor don cura    para que confiese el gato
  10   y haga su testamento    con lo mucho que ha robado:
     cuatro quesos, dos morcillos    y un chorizo colorado.--
  12   Los gatos se ponen de luto,    los gatos capotes largos.
     Unos buenos funerales    le hacen al señor don Gato.
  14   Los ratones de contra el luto    se visten de colorado
     y celebran una fiesta    por el muerto de un villano.
  16   Ya lo llevan a enterrar    por la calle del pescado
     y del olor de los sardines    el gato ha resucitado.
  18   Por eso dice la gente    que siete vidas tiene un gato.

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0224:50 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 5194)

Versión de Costa Rica s. l. (Costa Rica).   Recogida 00/00/1941 Publicada en Gamboa 1941. Reeditada en Cruz-Sáenz 1986, p. XXVII y Díaz Roig 1990a, nº XVII, 6.2, p. 165.  030 hemist.  Música registrada.

     --Hilo, hilo, hilo verde,    que hilando lo hilé,
  2   que en el camino me han dicho    lindas hijas tiene el rey.
     --Téngalas o no las tenga    yo las sabré mantener,
  4   que del pan que yo comiera,    comerán ellas también.
     --Yo me voy muy enojado    de los palacios del rey,
  6   que las hijas del rey moro    no me las dan por mujer.
     --Vuelva, vuelva, caballero,    no sea usted tan descortés,
  8   que de las hijas que tengo    la mejor será de usted.
     --Ésta cojo por mi esposa    y por mi mujer también,
  10   que parece una rosita    acabada de nacer.
     --Lo que a usted le encargo    que me la cuide muy bien,
  12   sentadita en silla de oro    bordando paños del rey.
     --Eso sí que yo no hago    de pegarle a mi mujer
  14   que parece una rosita    acabada de nacer,
     sentadita en silla de oro    dándole besos al rey.--

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0113:158 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 5313)
[0168.1 ¿Dónde vas, Alfonso XII?, contam.]

Versión de Santa Cruz de Guanacaste (Costa Rica).   Recitada por Marta Vásquez-Chávez (50a). Recogida 00/00/1973 Publicada en Cruz-Sáenz 1986, p. 17. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXX, 6.1, p. 234.  024 hemist.  Música registrada.

     --¿Para dónde va usté, señora,    para dónde, pobre de ti?
  2   --Voy en busca de mi marido    que hace tiempo lo perdí.
     --Déme las señas, señora,    para poderlo conocer.
  4   --Mi marido es alto y grueso;    viste bálsamo francés
     --Por la seña que usté me ha dado,    su marido muerto es;
  6   en la guerra con los moros;    un camello lo mató.
     --Quince años lo he esperado    y otros quince lo esperaré.
  8   Si a los treinta no regresa,    yo de monja me meteré.
     Y la chiquita que tengo,    a un convento la meteré,
  10   a que rece por su padre    que en la guerra muerto es.
     Y el chiquito que tengo,    al rey se lo entregaré,
  12   pa que luche por la patria    donde su padre murió.--

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3013.9:6 El carabí (no rom. (á))            (ficha no.: 5099)

Versión de San Ramón (Alajuela, Costa Rica).   Recitada por Katia Ramírez (10a). Recogida 00/00/1979 Publicada en Cruz-Sáenz 1986, pp. 70-71. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº IX, 6.3, p. 93.  007 hemist.  Música registrada.

     En coche va una niña,    hija de un capitán.
  2   ¡Qué hermoso pelo tiene!    ¿Quién se lo peinará?
     Se lo peinará su tía
  4   con peinecito de oro    y horquilla de cristal.

Nota: se canta el estribillo así: tras los primeros hemistiquios, carabín, y tras los segundos, carabí, ru, ri, carabí, ru, ra.

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0168.1:33 ¿Dónde vas, Alfonso XII? (í)            (ficha no.: 5025)

Versión de Cartago (Cartago, Costa Rica).   Recitada por Jorge Alberto Cruz-Sáenz (21a). Recogida 00/00/1973 Publicada en Cruz-Sáenz 1986, p. 27. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº II, 6.1, p. 40.  008 hemist.  Música registrada.

     --¿Adónde vas, Alfonso XII,    adónde vas, pobre de ti?
  2   --Voy en busca de Mercedes    que anteanoche la perdí.
     --Ya Mercedes se murió,    ya Mercedes no está aquí,
  4   la llevaron cuatro duques    por las calles de Madrid.--

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0178:40 Mambrú (7+7 á)            (ficha no.: 5235)

Versión de Cot (Cartago, Costa Rica).   Recitada por María Granados (22a). Recogida 00/00/1973 Publicada en Cruz-Sáenz 1986, p. 67. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXI, 6.1, p. 189.  014 hemist.  Música registrada.

     Mambrú se fue a la guerra    y no sé cuándo vendrá,
  2   vendrá para la Pascua    o para la Trinidad.
     Allá veo un soldado,    ¿qué noticias tendrá?
  4   --La noticia que traigo    ya se la voy a dar:
     Mambrú se ha muerto en guerra,    Mambrú no vuelve más.
  6   Mambrú se ha muerto en guerra,    ¡qué dolor, qué dolor, qué pena!
     Mambrú se ha muerto en guerra,    Mambrú no vuelve más.--

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0180:39 Marinero al agua (á-a)            (ficha no.: 5255)

Versión de Cot (Cartago, Costa Rica).   Recitada por María Granados (22a). Recogida 00/00/1973 Publicada en Cruz-Sáenz 1986, p. 26. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXII, 6.1, p. 199.  020 hemist.  Música registrada.

     Entre San Pedro y San Pablo    hicieron un barco nuevo,
  2   el barco era de oro,    su casco de acero.
     Una noche muy oscura,    cayó un marinero al agua,
  4   se le presenta el demonio,    diciéndole estas palabras:
     --¿Qué me darás, marinero,    por que te saque del agua?
  6   --Yo te daré mi navío    cargado de oro y de plata.
     --Yo no quiero tu navío,    ni tu oro, ni tu plata,
  8   yo quiero que cuando mueras    a mi me entregues el alma.
     --El alma la entrego a Dios,    el cuerpo al agua salada
  10   y mi mujer y mis hijos    a la Virgen soberana.--

Título original El marinero.

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0226:49 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 5348)
[0028 Búsqueda de la Virgen, contam.]

Versión de Cartago (Cartago, Costa Rica).   Recitada por María Cruz de Montero (34a). Recogida 00/00/1975 Publicada en Cruz-Sáenz 1986, p. 4. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXXIII, 6.2, p. 257.  024 hemist.  Música registrada.

     Camina la Virgen pura    de Egipto para Belén.
  2   En la mitad del camino    el niño tenía sed.
     Allá arriba, en aquel alto,    había un viejo naranjel,
  4   un ciego lo está cuidando    ¡qué diera el ciego por ver!
     --Ciego mío, ciego mio,    si una naranja me dieras
  6   para la sed de este niño    un poquito entretener.
     --Ah, señora, sí señora,    coged todas las que queráis.--
  8   La Virgen, como era Virgen,    no cogía más de tres,
     el niño, como era niño,    todas las quería coger.
  10   Apenas se va la Virgen,    que el ciego comienza a ver.
     --¿Quién ha sido esta señora    que me ha hecho esta merced?
  12   --Ha sido la Virgen pura    que va de Egipto para Belén.--

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3013.9:15 El carabí (no rom. (á))            (ficha no.: 7984)

Versión de Cartago (Cartago, Costa Rica).   Recitada por Jorge Alberto Cruz-Sáenz (21a). Recogida por Michèlle Cruz-Sáenz, 15/08/1973 publicada en Cruz-Sáenz 1986, El romancero tradicional de Costa Rica, nº 18k, p. 75.  018 hemist.  Música registrada.

     En coche va una niña,    hija de un capitán.
  2   ¡Qué hermoso pelo tiene!    ¿Quién se lo peinará?
     Lo peinará su tía,    con mucha suavidad,
  4   con peinecito de oro,    y horquilla de cristal.
     Elisa está enferma,    quizás no sanará;
  6   Elisa ya está muerta,    la llevan a enterrar
     con varios oficiales,    y un cura sacristán.
  8   Encima de la tumba,    un pajarillo va,
     cantando el pío, pío,    el pío pío pá.

Nota: se canta el estribillo así: tras los primeros hemistiquios, carabín, y tras los segundos, carabí, rurí, carabí rurá.

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0184:80 Blancaflor y Filomena (é-a+ó)            (ficha no.: 4424)

Versión de Liberia (Guanacaste, Costa Rica).   Recitada por Trinidad Montiel (48a). Recogida por Michèlle Cruz-Sáenz, 05/08/1979 (Colec.: Cruz-Sáenz). Publicada en Cruz-Sáenz 1986, p. 9 y Cruz-Sáenz 1994, pp. 221-222 (texto y notación musical). Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº__, 6.1, p. 67.  028 hemist.  Música registrada.

     Santa Fé estaba sentada    a la luz de una candela,
  2   con sus dos hijas queridas,    Blancaflor y Filomena.
     Vino un galán de Turquía,    enamorado de Filomena.
  4   Enamorado de Filomena,    se casó con Blancaflor.
     Por casado que se hallaba,    para su tierra se la llevó,
  6   y a las nueve meses de casado,    onde su suegra regresó.
     --Bienvenido estás, mi yerno,    mi yernito de mi corazón.
  8   Dame razón de mi hijita,    de mi hijita, la Blancaflor.
     --Pues, señorá, quedó muy buena,    sólo de parto quedó.
  10   Y le manda a suplicar    que le mande a Filomena.
     --Mi hijitá tomá las llaves,    y vestite de color,
  12   que te ha mandado a llamar    tu hermanita, la Blancaflor.--
     Por vestida si se hallaba,    a la polca se la montó
  14   y allá por medio camino,    cha ra rá, ta ra rá, ta ra rá.

Notas: -6ª las sic. En cuanto al final truncado, explica la recolectora, "Don Trinidad no quiso terminar la canción porque se trató de cosas demasiado terribles para mencionar, según él".

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3013.9:5 El carabí (no rom. (á))            (ficha no.: 5098)

Versión de Liberia (Guanacaste, Costa Rica).   Recitada por Zeide Guevara de Cibaja (43a). Recogida 00/00/1979 Publicada en Cruz-Sáenz 1986, p. 70. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº IX, 6.2, p. 93.  010 hemist.  Música registrada.

     En un coche va una niña,    hija de un capitán.
  2   ¡Qué hermoso pelo tiene!    ¿Quién se lo peinará?
     Lo peinará su tía,    con mucha suavidad.
  4   Elisa ya está muerta,    la llevan a enterrar
     con cuatro zopilotes    y un cura sacristán.

Nota: se canta el estribillo así: tras los primeros hemistiquios, carabín, y tras los segundos, carabí, ru, ri, carabí, ru, ra.

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0113:159 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 5314)

Versión de Liberia (Guanacaste, Costa Rica).   Recitada por Dennis Baltodano (49a). Recogida 00/00/1979 Publicada en Cruz-Sáenz 1986, p. 16. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXX, 6.2, pp. 234-235.  024 hemist.  Música registrada.

     Qué bonito el soldadito    paradito en el cuartel,
  2   con el fusilito al hombro    esperando al coronel.
     --Dígame, señor soldado,    ¿de la guerra viene usté?
  4   --Sí, señora, de allí vengo;    ¿por qué me pregunta usted?
     --No me ha visto a mi marido    que hace un año que se fue.
  6   --No, señora, no lo he visto,    dígame las señas de él.
     --Él es alto y delgadito,    tiene tipo de francés,
  8   y en el cuello de la camisa    lleva el nombre de Isabel.
     --Señora, sí lo he visto,    hace un año que murió.
  10   Y en el testamento puso    que se case usted con yo.
     --¡Dios me libre, Dios me arde,    y la Virgen Santa Inés!
  12   ¡Que ya muerto mi marido    me case otra vez!--

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0222:53 Bernal Francés (í+polias.)            (ficha no.: 8963)

Versión de Liberia (Guanacaste, Costa Rica).   Recitada por Trinidad Montiel (48a). Recogida por Michèlle Cruz-Sáenz, 05/08/1979 (Colec.: Cruz-Sáenz). Publicada en Cruz-Sáenz 1994, p. 10, nº 5a.  032 hemist.  Música registrada.

     Andando como un di` cuando    por los planes del Quarranca,
  2   allí es donde se encontró,    Benigno con don Fernando.
     Al momento se marchó,    llegó a la casa de Elena;
  4   llegó a la casa de Elena    y la puerta le golpeó.
     Al abrir la media puerta,    Benigno apagó el candil.
  6   Se tomaron de las manos,    se fueron a dormir.
     Estando allá acostado,    Elena le dijo así:
  8   --Si eres Fernando el Francés,    ¿por qué no me hablas a mí?
     ¿Tú tienes amores en Francia,    o quieres a otra más que a mí?
  10   No le temas a mi marido    porque está lejos de aquí.
     --Ni tengo amores en Francia,    ni quiero a otra más que a ti,
  12   ni le temo a tu marido    porque te está junto de ti.
     --Perdóname, esposo mío,    perdóname mi desventura;
  14   ya no lo hagas por mí,    hadedlo por tus criaturas.--
     Vengan todas las casadas    a tomar ejemplo allí
  16   con tres tiros de revolver    que su marido le dio.

Notas: -15 la primera vez cantó: Ven aquí las casadas, / no les pasen como a mí.//

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0075:57 Delgadina (pareados)            (ficha no.: 4425)

Versión de Puriscal (San José, Costa Rica).   Recitada por Emma Benegas Salazar (64a). Recogida por Michèlle Cruz-Sáenz, 13/07/1979 (Colec.: Cruz-Sáenz). Publicada en Cruz-Sáenz 1986, p. 7 y Cruz-Sáenz 1994, pp. 220-221 (texto y Notación musical).  028 hemist.  Música registrada.

     Delgadina se paseaba    por su sala bien cuadra`a,
  2   con el collarcito de oro    en su pecho le brillaba.
     --Levántate, Delgadina,    póngase el vestido blanco,
  4   que nos vamos para misa,    al estilo del Durazno.--
     Cuando salieron de misa    su papá le conversaba:
  6   --Delgadina, hija mía,    yo te quiero para dama.
     --Papacito de mi vida,    eso sí no puede ser,
  8   porque usted es mi padre    y mi madre es su mujer.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     Papacito de mi vida,    de castigo me estoy sufriendo.
  10   Alcanzame un vaso de agua,    que de sed me estoy muriendo.--
     Cuando le alcanzaron el agua    Delgadina esta muerta,
  12   con sus ojitos cerrados    y la boquita entreabierta.
     Y con ésta me despido    con la flor del clavellina.
  14   Aquí termina la historia,    la historia de Delgadina.

Nota de la editora (ed. 1986): -4b durazno / Durazno, quizás una referencia a una familia local.

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0075:153 Delgadina (pareados)            (ficha no.: 5137)

Versión de Cantón de Mora (San José, Costa Rica).   Recitada por Zenaida Corrales (44a). Recogida 00/00/1979 Publicada en Cruz-Sáenz 1986, pp. 6-7. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XII, 6.1, p. 116.  038 hemist.  Música registrada.

     Delgadina se paseaba    por su sala bien cuadrada
  2   con su talmantito de oro    en su pecho le brillaba.
     --Levantarte Delgadina,    ponerte el vestido blanco
  4   porque nos vamos para misa    al establo del Durazno.--
     Cuando salieron de misa    su papá le conversaba:
  6   --Delgadina, hija mía,    yo te quiero para dama.
     --Papacito de mi vida,    eso sí no puedo hacer,
  8   porque tú eres mi padre,    y mi madre tu mujer.
     --Si tú no me lo consientes,    te pondré un buen castigo.
  10   --Papacito de mi vida,    eso sí no puedo hacer,
     porque tú estás para Dios    y también para mi madre.
  12   --Vengan todos los hombres bravos,    hagan presa a Delgadina,
     cierra bien los candados    que no se oiga la bocina.--
  14   --Papacito de mi vida    tu castigo estoy sufriendo;
     regalarme un vaso de agua,    que de sed me estoy muriendo.--
  16   Cuando le llevaron agua,    Delgadina estaba muerta,
     con sus bracitos cruzados    y su boca bien abierta.
  18   Ya con ésta me despido    con la flor de clavellina,
     aquí termina la historia,    la historia de Delgadina.

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0224:49 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 5193)

Versión de San Isidro de Puriscal (San José, Costa Rica).   Recitada por Leticia Salazar (13a). Recogida 00/00/1979 Publicada en Cruz-Sáenz 1986, p. 29. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XVII, 6.1, pp. 164-165.  020 hemist.  Música registrada.

     --Hilitos, hilitos de oro,    que se me vienen quebrando,
  2   que manda decir el rey    que cuántas hijas tenéis.
     --Que tenga las que tuviera,    que nada le importa al rey.
  4   --Ya me voy desesperado    a darle la nueva al rey.
     --¡Vuelva, vuelva, caballero!    ¡No sea tan descortés!
  6   De las tres hijas que tengo    escoja la más mujer.
     --No la quiero por bonita,    ni la quiero por mujer,
  8   lo que quiero es una rosa    acabada de nacer.
     --Hilitos, hilitos de oro,    que se me vienen quebrando,
  10   que manda decir el rey    que cuántas hijas tenéis.--

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0178:41 Mambrú (7+7 á)            (ficha no.: 5236)

Versión de San Isidro del General (San José, Costa Rica).   Recitada por Lucrecia Vargas (26a). Recogida 00/00/1979 Publicada en Cruz-Sáenz 1986, p. 67. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXI, 6.2, p. 189.  002 hemist.  Música registrada.

     Mambrú se fue a la guerra,    y nunca regresó.

Notas: El primer hemistiquio se repite, intercalando el estribillo: ¡qué dolor, qué dolor, qué pena!. El segundo también se repite intercalando el estribillo: ay, ay, ay, qué dolor.

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0113:160 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 5315)

Versión de Puriscal (San José, Costa Rica).   Recitada por María Calderón (44a). Recogida 00/00/1979 Publicada en Cruz-Sáenz 1986, p. 20. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXX, 6.3, p. 235.  024 hemist.  Música registrada.

     Qué bonito soldadito    paradito en el cuartel
  2   con su riflicito al hombro    esperando al coronel.
     --Dígame, señor soldado,    ¿de la guerra viene usted?
  4   Sí, señora, de allá vengo,    ¿por qué me pregunta usted?
     --Si no ha visto a mi marido,    que hace un año que se fue,
  6   y en el cuello de la camisa    carga el nombre de Isabel.
     --Sí, señora, sí lo vide,    es un año que murió,
  8   y el me dejó dicho    que se case usted con yo.
     --¡Dios me guarde y Dios me libre,    y la Virgen Santa Inés,
  10   viendo muerto a mi marido    casarme segunda vez!
     Ya me voy pal mercadito    a comprarne las verduras
  12   pa que los muchachos digan:    "¡Qué hermosa quedó la viuda!"--

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0226:48 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 5347)
[0028 Búsqueda de la Virgen, contam.]

Versión de Puriscal (San José, Costa Rica).   Recitada por Emma Benegas Salazar (64a). Recogida 00/00/1979 Publicada en Cruz-Sáenz 1986, pp. 2-3. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXXIII, 6.1, pp. 256-257.  034 hemist.  Música registrada.

     Camina la Virgen pura    de Egipto para Belén
  2   en la borriquita mansa    que le compró San José;
     lleva un niño entre los brazos    y el santo camina a pie.
  4   Mas en medio del camino    el niño tenía sed.
     --No pidas agua, mi niño,    no pidas agua, mi bien,
  6   que los ríos vienen turbios    y no se pueden beber.
     Más arriba, en aquel alto    hay un verde naranjel,
  8   hay un ciego que me espera,    es un ciego que no ve.--
     --Por Dios pido al viejo,    así Dios te deje ver,
  10   que me des una naranja    que mi niño tiene sed.
     --Coja la que a usted le guste,    que toditas son de usted.--
  12   La Virgen, por ser tan buena,    no ha cogido más de tres;
     una se la dio a su niño    y otra se la dio a José
  14   y otra se dejó en sus manos    para la Virgen oler.
     Saliendo de aquel collado,    el ciego comenzó a ver.
  16   --¿Quién es esta señora    que me ha hecho tanto bien?--
     Era la Virgen María,    la que al ciego hizo ver.

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0169:53 Hermana cautiva (8+8 í-a)            (ficha no.: 2501)
[0100 Caballero burlado, contam.]

Versión de Santiago de Cuba (Cuba).   Recitada por Enriqueta Comas de Marrero. Recogida por Ramón Menéndez Pidal, 00/00/1937 (Archivo: AMP; Colec.: Comas, E.). Publicada en Poncet y de Cárdenas 1985, Investigaciones y apuntes literarios, Apéndice, pp. 627-628 y Díaz Roig 1990a, nº XV. 8.2, p. 152. Reeditada en Mariscal 1996, p. 70 y Petersen-Web 2000, Texto (del ms. original en el AMP).  046 hemist.  Música registrada.

     Señores, voy a contarles    la historia de una niñita
  2   que cautivaron los moros    a los ricos de Melilla.
     Siendo yo muy pequeñita,    apenas tenía cinco años,
  4   de los brazos de mi madre    los moros me arrebataron.
     --Quítate de ahí, mora bella,    quítate de ahí, mora linda,
  6   deja beber mi caballo    de esa fuente cristalina.
     --No soy mora, caballero,    que soy cristiana cautiva;
  8   Me cautivaron los moros    a los ricos de Melilla.
     --Ven móntate en mi caballo,    y huid de la morería.--
  10   Y al pasar por la frontera,    la morita se reía.
     --¿De qué te ríes, mora bella,    de qué te ríes, mora linda?
  12   --No me río del caballo    ni del galán que lo guía,
     me río de verme en España    que también es tierra mía.
  14   --¿Cómo se llaman tus padres?    --Mi padre se llama Elía
     y un hermanito que tengo    se llama José María.
  16   --Válgame Dios de los cielos    y la Sagrada María,
     creí robarme una mora    y robo una hermana mía.
  18   Ábreme la puerta, padre,    ventanas y celosías;
     Aquí les traigo el tesoro    por quien lloran noche y día.--
  20   Mis padres la recibieron    con muchísima alegría,
     y luego le preguntaron que    qué hacía en la morería.
  22   --Padre mío, los moritos    a mí mucho me querían,
     y decían que yo era    la reina de la Morería.--

Nota. 2b. a los ricos en lugar de en los riscos, de otras versiones. La informante la aprendió en su infancia.

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0169:101 Hermana cautiva (8+8 í-a)            (ficha no.: 2555)

Versión de Camagüey (Cuba).   Recogida por Carolina Poncet y de Cárdenas, (Archivo: AMP; Colec.: Poncet, C.). Publicada en Poncet y de Cárdenas 1985, Apéndice, pp. 628-630. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XV. 8.1, p. 151 y Mariscal 1996, pp. 71.  054 hemist.  Música registrada.

     Al salir de Casablanca,    cerca de una morería,
  2   había una mora lavando    en una fuente cristalina.
     --¿Que haces ahí, mora linda?    ¿Que haces ahí, mora bella?
  4   Deja beber mi caballo    en esa agua cristalina.
     --No soy mora, caballero,    que soy cristiana cautiva,
  6   me cautivaron los moros    desde niña chiquitica,
     me cautivaron los moros    día de Pascua florida.
  8   --Si quieres venir a España    monta en mi caballería.
     --Y mi honra, caballero,    ¿dónde yo la dejaría?,
  10   y estos pañales que lavo,    ¿dónde yo los dejaría?
     --Los de seda y los de holanda    sobre mi caballo irían
  12   y aquellos que son más malos    sobre el río abajo irían.
     --Y mi honra, caballero,    ¿y la gente que diría?
  14   --Yo te juro por mi espada    y por la claridad del día
     de no tocarte ni hablarte    hasta llegar a monte Oliva.
  26   Al llegar a aquellos montes    la mora llorar se veía.
     --¿Por qué lloras, mora linda?    ¿por qué lloras, mora bella?
  18   --Lloro porque en estos montes    mi padre a cazar salía
     y también mis hermanitos    con toda su comitiva.
  20   --¡Oh cielos!, ¿qué es lo que oigo?,    ¡Virgen Sagrada María!,
     pensando traer mujer    traigo una hermanita mía.
  22   Ábreme las puertas, madre,    ventanas y celosías,
     que aquí te traigo una prenda    por quien lloras noche y día.
  24   La madre la abrazaba    y le decía:
     --Hijita mía,    ¿donde has estado metida?
  26   --En un castillo de moros    y de esclava me tenían,
     lavándole los pañales    a una morita que había.

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0140:55 Tamar (á-a)            (ficha no.: 3595)

Versión de La Habana (Cuba).   Recitada por Dominga Martínez. Recogida por Carolina Poncet y de Cárdenas, hacia 1912 (Colec.: Poncet, C.). Publicada en Poncet y de Cárdenas 1923, Révue Hispanique, 57, pp. 286-314. Reeditada en Poncet y de Cárdenas 1928, Archivos del folklore cubano, La Habana, p. 16 y Mariscal 1996, Romancero general de Cuba, nº 7, pp. 82-83.  060 hemist.  Música registrada.

     Encontrárase el hijo del rey    muy enfermo en una cama;
  2   fue su padre a visitarle    un día por la mañana.
     --¿Qué comerás, el mi hijo,    qué comerás que te traiga?
  4   --Yo comiera, el rey mi padre,    la pechuga de una pava.
     Altamara me la guise,    Altamara me la traiga,
  6   Altamara venga sola,    venga sola y sin compaña;
     con el ruido de la gente    gran calentura se me arma.--
  8   Por la escalera de amor    sube la linda Altamara;
     una mano lleva el pan,    otra llevaba una jarra,
  10   y al hombro derecho    lleva una blanquita toalla.
     --Buenos días, el mi hermano.    --Santos y buenos, mi hermana.
  12   --¿Qué tal te va, el mi hermano,    qué tal te va en esa cama?
     --Los tus amores, traidora,    me tienen en esta cama.
  14   --Los mis amores, traidor,    para ti no valen nada.
     --Que valgan, que no valieron,    de aquí has salir deshonrada.--
  16   Hizo de ella lo que quiso,    hasta esgarriarle la cara.
     --¡Anda, marcha, perra, marcha,    adonde más perras haya!
  18   Yo por tu honra no doy    los cascos de una avellana.--
     Por la escalera de amor    baja la linda Altamara,
  20   dando voces y alaridos:    --¡Ay mi Dios, que aquí me valga!--
     En el medio la escalera    con su padre se encontrara.
  22   --¿Qué tal queda el mi hijo,    qué tal queda en esa cama?
     --El su hijo, bueno queda,    si el demonio lo llevara.--
  24   Aún la palabra no es dicha    ya la casa está rodeada;
     unos entran por la puerta,    otros entran por ventanas.
  26   --Devuelve, tú, la mi hija,    devuelve tú la palabra.
     --Palabra que yo dijese    no sería redoblada.
  28   --Ya quedarías a gusto,    ya quedarías vengada.
     --¡Aún no he quedado yo a gusto,    aún no he de quedar vengada
  30   mientras no le vea arder    y l`arrame la cernada!--

Nota: Aunque registrada aquí como versión cubana, la informante era originaria de Entrepeñas, Zamora, por lo que tal vez sería más apropiada considerarla una versión zamorana. Apenas se conoce el romance en el nuevo mundo (véase Espinosa 1916a, Traditional Ballads from Andalucía para una versión andaluza recogida en California). En todo caso, conviene comparar esta versión con otras del noroeste de la Península.

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0049:68 Conde Niño (á)            (ficha no.: 3596)

Versión de Santa María del Rosario (Cuba).   Recitada por unos niños. Recogida por José María Chacón y Calvo, 00/00/1914 publicada en Chacón y Calvo 1914 b, Romances tradicionales en Cuba: Contribución al estudio del folk-lore cubano y Chacón y Calvo 1922 , Ensayos de literatura cubana, pp. 149-150. Reeditada en Chacón y Calvo 1926, "Figuras del Romancero: El conde Olinos ", AFC, 44-45 y Mariscal 1996, Romancero general de Cuba, nº 6, pp. 74.  024 hemist.  Música registrada.

     Mañanita de San Juan    se levanta el Conde Nilo
  2   a dar agua a su caballo    en las orillas del mar.
     Mientras su caballo bebe    él se ponía a cantar,
  4   y las aves que pasaban    se ponían a escuchar.
     La Reina llama a su niña,    la llama desde el portal:
  6   --Y verá qué lindo cantan    las sirenitas del mar.
     --Madre, no son las sirenas    las que usted oía cantar,
  8   que es el conde Bejardino,    con quien me voy a casar.
     --Si tú te casas con él,    yo lo mandaré a matar,
  10   y a los tres días siguientes    lo mandaré enterrar:--
     Yo me volví una iglesia,    él un rico altar
  12   donde celebran la misa    la mañana de San Juan.

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0075:54 Delgadina (á-a+polias.)            (ficha no.: 3597)

Versión de Cuba s. l. (Cuba).   Recitada por Marta Abreu de Estévez. Recogida por Marta Abreu de Estévez, publicada en Milwitzky 1905 , "El viajero filólogo y la antigua España" CyA 19:17,pp. 326-327. Reeditada en Mariscal 1996, Romancero general de Cuba, nº 2, p.54.  048 hemist.  Música registrada.

     Pues señor, este era un rey    que tenía tres hijitas
  2   y la más chirritica    Anguerina se llamaba.
     Cuando su madre iba a misa,    su padre la enamoraba;
  4   cuando su madre venía,    todito se lo contaba.
     --Corran todos mis vasallos    enciérrenme esa Anguerina
  6   en el cuarto más oscuro    que está al lado de la cocina.
     No me le den de comer    ni siquiera de beber,
  8   cuando pida de comer:    huesos de carne salada
     y cuando pida de beber:    zumo de la retama.
  10   --Hermanita de mi vida,    dame un poco de agua,
     que este pecho se me inflama    y la garganta se me abrasa.
  12   Anguerina, yo no puedo,    porque nuestro padre ha dicho
     que me arranca el corazón    y me da de puñaladas.
  14   ¡Ay madre!, si eres mi madre,    dame un vasito de agua,
     que este pecho se me inflama    y la garganta se me abrasa.
  16   Anguerina, yo no puedo,    porque tu padre me ha dicho
     que me arranca el corazón    y me da de puñaladas.
  18   --Padrecito de mi alma,    dame un vasito de agua,
     que este pecho se me inflama    y la garganta se me abrasa.
  20   --Corran todos mis vasallos    lleven agua a esa Anguerina,
     en el vasito de oro    y del agua cristalina.--
  22   Al subir las escaleras,    Anguerma ya está muerta,
     y los ángeles del cielo    repicaban las campanas;
  24   la Virgen del Rosario    arreglaba la mortaja.

Variante: 2a chirriquitica.

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0118:13 Grifos Lombardo (á-o)            (ficha no.: 3598)

Versión de La Habana (Cuba).   Recitada por una joven. Recogida por Carolina Poncet y de Cárdenas, 00/00/1915 (Colec.: Poncet, C.). Publicada en Poncet y de Cárdenas 1985, Investigaciones y apuntes literarios, Apéndice, pp. 615-617. Reeditada en Mariscal 1996, Romancero general de Cuba, nº 1, p.51.  072 hemist.  Música registrada.

     Al conde lo llevan preso,    al conde Miguel de Prado,
  2   no ha sido por arrobar    ni delitos que ha causado,
     fue por forcear una niña    en el camino de Santiago.
  4   Como era hija del rey,    sobrina del Padre Santo,
     como era de buen linaje,    a muerte lo han sentenciado.
  6   Cerráranle en una torre,    tiénenle bien custodiado,
     de día le pon cien hombres    y de noche ciento cuatro.
  8   Desde el presidio le manda,    a su primo don Bernardo,
     que le librase la vida, pues,    dicen que muere ahorcado.
  10   Cuando el primo lo supiera    baja y monta en su caballo,
     con una espada en el cinto    y otra desnuda en la mano.
  12   Por las calles donde iba,    la gente queda temblando;
     en el medio del camino,    con el buen rey se ha encontrado.
  14   --¿Dónde va usté, caballero,    que así va determinado?
     Voy soltar un primo mío,    que dicen que muere ahorcado.
  16   --Pare, pare, caballero,    vamos a jugar un rato,
     que si es un primo suyo,    luego mandaré a soltarlo.--
  18   Se pusieron a jugar,    con muchísimo despacio;
     oyen picar a la puerta,    preguntan por don Bernardo.
  20   Don Bernardo está jugando,    con la baraja en la mano.
     --Salga luego, don Bernardo,    que a su primo están ahorcando:
  22   cogió el naipe con la mano ,    y al rey se lo ha tirado.
     --Poco a poco, don Bernardo,    que en la corona me ha dado.
  24   --A mí no me da por rey,    ni tampoco por su mando,
     que soy un mozo soltero,    libre y desembarazado.--
  26   Treinta pasos de escalera ,    de un brinco los ha saltado,
     sin poner pie en el estribo,    ya se monta en el caballo;
  28   cuando va por tierra cuesta,    corre que parece un galgo,
     cuando va por tierra llana,    nadie lo va divisando.
  30   Llega a dar vista a la horca,    ya lo están ajusticiando.
     Le da un puntapié a la horca,    la deshizo en cien pedazos;
  32   pega un sablazo al verdugo,    la cabeza le ha quitado.
     Toma esta espada, mi primo,    juégala como hombre honrado,
  34   que ninguno de mi sangre    no ha de morir ahorcado.
     --¡Nuestra Señora me valga,    válgame el señor Santiago!
  36   --¡Nuestra Señora me valga,    que mi primo me ha salvado!--

Nota: Al igual que la única versión cubana de Tamar, ésta también fue aprendida por la recitadora en España, antes de llegar a Cuba. Para los estudios comparativos, conviene enfrentarla primero con otras versiones asturianas.

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0153:66 Mala suegra (á+á-e)            (ficha no.: 3599)

Versión de Santiago de Cuba (Cuba).   Recitada por Enriqueta Comas de Marrero. Recogida por Ramón Menéndez Pidal, 00/00/1937 (Archivo: AMP; Colec.: María Goyri-Ramón Menéndez Pidal). Publicada en Poncet y de Cárdenas 1985, Investigaciones y apuntes literarios, Apéndice, pp. 630-632. Reeditada en Mariscal 1996, Romancero general de Cuba, nº 9, p.91.  068 hemist.  Música registrada.

     En el salón de aquel valle    donde Carmela paseaba,
  2   con los dolores de parto    la vida se le arrancaba.
     Su cuñada muy perversa,    como todas, falsa y mala:
  4   --Carmela, coge tu ropa,    vete a casa de tu madre;
     si viene Pedro a la noche    le daré de qué cenar,
  6   si viene con ropa sucia,    le daré de qué mudar.--
     Vino Pedro por la noche:    --¿Y Carmela dónde está?
  8   ¿Carmela dónde se ha ido?    --Carmela en casa de su madre,
     que nos ha llamado infames,    insultó nuestro linaje.
  10   Pedro, Pedro, hermano, mío,    Carmela es falsa y mala,
     dijo que no te quería,    que ella a ti no te amaba,
  12   que el hijo que va a nacer,    quiera Dios que se muriera,
     porque le pesa tener    sangre tuya en sus venas.--
  14   Montó Pedro en su caballo    el criado por delante.
     Llegó a casa de Carmela.    --Carmela, por Dios, levántate.
  16   --¿Cómo quieres que me levante    con tres horas de parida?
     con tres horas de parida,    no hay mujer que se levante.
  18   --No me repliques, Carmela,    no me vuelvas a replicar,
     que si tú no te levantas,    yo te haré levantar.--
  20   Carmela se levantó    y montó en su caballo;
     anduvieron siete leguas    uno y otro sin hablarse.
  22   --¿Por qué no me hablas, Carmela?    --¿Cómo quieres que te hable,
     si el pecho de mi caballo    está bañadito en sangre?
  24   --No me repliques, Carmela,    no me vuelvas a replicar,
     que detrás de aquella ermita    yo te voy a matar.
  26   --¿Por qué matas a mi madre?    pregunta el niño de pecho.
     --Porque la muy infame    insultó nuestro linaje.
  28   --Pedro, Pedro, hermano mío,    ¿qué has hecho de mi cuñada?
     Yo le di tres puñaladas,    insultó nuestro linaje.
  30   --Di qué has hecho de tu hijo,    del hijo de mi cuñada.
     Yo le di tres puñaladas    lo mismo que a esa malvada.--
  32   Las campanas de aquel pueblo    ellas solas se deshacen.
     --¿Quién ha muerto, quién ha muerto?    --La condesa de Olivares,
  34   por un falso testimonio    que han solido levantarle.--

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0184:44 Blancaflor y Filomena (é-a)            (ficha no.: 3600)

Versión de La Habana (Cuba).   Recitada por Dominga Martínez. Recogida por Carolina Poncet y de Cárdenas, hacia 1912 (Colec.: Poncet, C.). Publicada en Poncet y de Cárdenas 1923, Révue Hispanique, 57, pp. 286-314 y Poncet y de Cárdenas 1928, Archivos del folklore cubano, La Habana, 1928.. Reeditada en Poncet y de Cárdenas 1985, Investigaciones y apuntes literarios, pp. 424-426 y Mariscal 1996, Romancero general de Cuba, nº 10, pp. 93-94.  074 hemist.  Música registrada.

     [Por esos campos arriba    se pasea una romera,
  2   con dos hijas de la mano],    Blancaflor y Celimena.
     Pasó por allí un traidor    y de amores la requiebra,
  4   y le pide a Celimena    para casarse con ella.
     --Celimena no la doy,    que Celimena es muy tierna;
  6   yo te daré a Blancaflor    que de los tus días era.--
     Ya se casan, ya se esposan,    mañana van pa su tierra;
  8   y al cabo de nueve meses    el traidor por allí vuelva.
     --Buenos días, la mi madre.    --Santo y bueno, yerno, sea.
  10   ¿Cómo queda la mi hija,    cómo la mí hija queda?
     --Queda en horas de parir,    en horas de parir queda,
  12   y por Dios queda diciendo    que le mande a Celimena.
     --Celimena sí la doy,    pero has de dar cuentas de ella.
  14   --Yo cuentas, sí, señora,    como si mi hija fuera.--
     Montó en un caballo tordo,    y ella en una yegua negra,
  16   y al bajar de un cuestica,    y al entrar una ribera,
     se bajara del caballo,    la tírara de la yegua.
  18   --¡Quítate de ahí, demonio,    que es el diablo que te tienta!--
     Hizo de ella lo que quiso,    hasta cortarle la lengua.
  20   --¡Quién tuviera un pajarcico,    de los que andan por mi tierra,
     para escribirle unas letra    a Blancaflor que las lea!--
  22   Aún la palabra no es dicha    y el pájaro que allí llega.
     --El papel aquí lo traigo,    la tinta en casa me queda.
  24   --Escribe, pájaro, escribe,    con la sangre de mi lengua.--
     Blancaflor desque lo supo    con el dolor malpariera;
  26   el hijo que malparió    guisólo en una cazuela,
     para dar a su marido    a la noche cuando venga.
  28   --¿Qué me has dado, Blancaflor    , qué me has dado en esta cena?
     que cena que tú me has dado,    ninguna ha sido como ésta.
  30   --Más te supieron, traidor,    los besos de Celimena.
     --¿Quién lo dijo, Blancaflor,    Blancaflor, quién lo dijera?
  32   --Díjomelo un pajarcico    que por los aires viniera.--
     La cogió por los cabellos,    barrió la casa con ella,
  34   y ella sacara un puñal    y el corazón le atraviesa.
     --Madres que criades hijas,    no las déis pa tierra ajena,
  36   mi madre ha criado dos,    ambas se quedó sin ellas,
     una se quedó viudita,    otra sin habla y sin lengua.--

Notas: -1ab y -2a proporcionados por la C. Poncet. Para los estudios comparativos conviene tener en cuenta que la versión es en realidad zamorana, ya que la recitadora llegó a Cuba de Entrepeñas, ZM, donde aprendió los romances.

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0023+0110:272 Gerineldo+La Condesita (í-o+á)            (ficha no.: 4375)
[0118 Grifos Lombardo, contam.]

Versión de La Habana (Cuba).   Recitada por Ángel Saldaña (11a). Recogida por José María Chacón y Calvo, 00/00/1914 (Archivo: AMP). Publicada en Chacón y Calvo 1914, pp. 200-206. Reeditada en RTLH 5 (1971-1972), pp. 205-206, nº VII.265.  004 hemist.  Música registrada.

    
(Precede el romance de Gerineldo, 0023.)
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  14   Ya se ha formado una guerra    entre Francia y Portugal
     y nombran a Gerinaldo    de capitán general.

Nota: dictada en dos recitaciones, en buena parte en prosa. En la primera recitación, tras los 2 versos de La Condesita, cuenta Ángel: «Gerinaldo tiene grandes triunfos y al volver le dicen que están guindando a un primo suyo. Va Gerinaldo donde estaba su primo, lo desenguinda y hace gran matanza». Rn la Revista Bimestre Cubana se consigna: «Antes me lo había referido así: «Vuelve Gerinaldo de la guerra a su pueblo. Como ha obtenido grandes triunfos, le aclaman por todas partes. Le dicen entonces que van a guindar a un primo suyo. Gerinaldo se dirige a donde está el verdugo, desenginda a su primo y hace una gran matanza». Tras una segunda recitación (o versión mixta) cuenta: «Al volver Gerinaldo de la guerra, el rey lo condena a que muera guindado. Entonces la princesa decide no tomar sino pan y agua para morir de hambre. El rey se apiada, perdona a Gerinaldo y éste y la princesa se casan». Chacón envió a Menéndez Pidal las dos recitaciones en sendas cartas de 15/06/1914 y de 19/06/1914 .
Nota: Véase la entrada nº 5170 para primera parte del romance doble.

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0191:17 La dama y el pastor (estróf. (vill. glos. ))            (ficha no.: 4433)

Versión de Camagüey (Cuba).   Recitada por Elvira Pino (o Elisa Porro). Recogida por José Antonio Fernández de Castro, 00/00/1923 (Archivo: AMP; Colec.: Chacón y Calvo). Publicada en Chacón y Calvo 1925, pp. 289-290. Reeditada en RTLH 11 (1977-1978), pp. 114-115 y Díaz Roig 1990a, nº__, 8.1, p. 105 y Mariscal 1996, Romancero general de Cuba, nº 17, pp. 125-126.  041 hemist.  Música registrada.

  1A   Estaba un pastor y estaba
     de amores muy enojado.
     Preguntóle una dama
     si quería ser casado.
     ¡Ay Dios!
  1B   --Yo no quiero ser casado
     (responde el villano vil),
     mi ganado está en la sierra,
     y con él me voy a dormir.
     ¡Ay Dios!
  2A   --Mira qué pie tan pulido
     para un zapato bordado,
     mira que soy niña,
     ¡sí, sí!
     y dispuesta a tu mandato.
     ¡Ay Dios!
  2B   --Yo no quiero ser mandado
     (responde el villano vil),
     mi ganado está en la sierra,
     y con él me voy a dormir.
     ¡Ay Dios!
  3A   --Pastor que estás en la sierra
     durmiendo en duros terrones,
     si te casaras conmigo
     dormirías en colchones.
     ¡Ay Dios!
  3B   --Yo no quiero tus colchones
     (responde el villano vil),
     mi ganado está en la sierra,
     y con él me voy a dormir.
     ¡Ay Dios!
  4A   --Pastor, si tú me quisieras,
     mi madre te daría un coche,
     para que me visitaras
     los sábados por la noche.
     ¡Ay Dios!
  4B   --Yo no quiero su gran coche,
     (responde el villano vil),
     mi ganado está en la sierra,
     y con él me voy a dormir.--
     ¡Ay Dios!
  5A   --Zagala, cuando me hablaste,
     tu palabra no entendí;
     dispénsame, gran señora,
     si en algo yo os ofendí.
     ¡Ay Dios!
  5B   --Ya es tarde, gran caballero,
     para que venga a persuadir;
     su ganado está en la sierra
     vaya con él a dormir.--

Variante: 4B.1 un gran (C. Y C.)
Nota: La recitadora, Elvira Pino (or Elisa Porro, según la edición) de Primelles, dice haber aprendido el romance hacia 1870 (hacia 1880, según la edición). El recolector envió el texto dictado por E. P. a Chacón y Calvo en 1923 y éste lo envió copiado a máquina a Ramón Menéndez Pidal en 1924. En en esta copia sólo aparecen las estrofas 1A y B, 2A y B y 5B. Restauro la enumeración secuencial 5A, 5B, aunque los editores del RTLH han preferido designarlas 5B, 5ª.

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0234:58 Albaniña (ó)            (ficha no.: 5013)

Versión de Cuba s. l. (Cuba).   Documentada en o antes de 1914. Publicada en Poncet y de Cárdenas 1914b, pp. 135-138. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº I, 8.1, pp. 28-29.  092 hemist.  Música registrada.

     Mañanita, mañanita,    mañanita de San Simón,
  2   estaba una señorita    sentadita en su balcón,
     arreglada y bien compuesta    con un poco de primor.
  4   Al pasar un caballero,    hijo del emperador,
     con la bandurria en la mano    esta canción le cantó:
  6   --Dormiré contigo, Luna,    dormiré contigo, Sol.--
     La joven le contestó:    --Venga usté una noche o dos,
  8   mi marido está cazando    en los montes de León.
     Para que no vuelva más    le echaré una maldición:
  10   cuervos le saquen los ojos,    águilas el corazón,
     y los perros con que él caza    lo saquen en procesión.--
  12   Al decir estas palabras    el caballero llegó.
     --Ábreme la puerta, Luna,    ábreme la puerta, Sol,
  14   que te traigo un león vivo    de los montes de León.
     Va Luna a abrirle la puerta,    mudadita de color.
  16   --O tú tienes calentura,    o tú tienes nuevo amor.
     --Yo no tengo calentura,    ni tampoco nuevo amor;
  18   se me han perdido las llaves    de tu rico comedor.
     --Si de plata se han perdido,    de oro las tengo yo;
  20   un platero tengo en Francia    y otro tengo en Aragón.--
     Fue a abrazar a su señora    y el caballo relinchó.
  22   --¿De quién es ese caballo    que en mi cuadra siento yo?
  24   --Pa que vayas a cazar    a los montes de León;
     --Mil gracias dale a tu padre,    que caballo tengo yo;
  26   cuando yo no lo tenía    nunca me lo regaló,
     ¿De quién es ese sombrero    que en mi percha veo yo?
  28   --Ése es tuyo, esposo mío,    mi padre te lo mandó
     pa que vayas a la boda    de mi hermana la mayor.
  30   --Muy feliz sea tu hermana    que sombrero tengo yo,
     cuando yo no lo tenía    nunca me lo regaló.
  32   ¿De quién es esa escopeta    que en mi rincón veo yo?
     --Ésa es tuya, amado mío,    mi padre te la mandó
  34   pa que fueras a cazar    a los montes de León.
     --Mil gracias dale a tu padre,    que escopeta tengo yo;
  36   cuando yo no la tenía    nunca me la regaló.--
     El joven ya con sospechas,    a la cama se acercó.
  38   --¿Quién es este caballero    que en mi cama veo yo?
     --¡Mátame, marido mío,    que te he jugado traición!--
  40   Él la cogió por un brazo    y al suegro se la llevó.
     --Téngala usted, suegro mío,    que me ha jugado traición.
  42   --Llévatela, yerno mío,    que la Iglesia te la dio.--
     Él con ira la amenaza    y al campo se la llevó.
  44   Le ha dado una puñalada    que el corazón le enfrió.
     A la una murió ella,    a las dos murió su amor,
  46   y el otro, como tunante,    en la cama se quedó.

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0168.1:36 ¿Dónde vas, Alfonso XII? (í+pareados)            (ficha no.: 5028)

Versión de La Habana (Cuba).   Recogida hacia 00/00/1939 Publicada en Arissó 1940, pp. 53-54. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº II, 8.1, pp. 40-41.  040 hemist.  Música registrada.

     --¿Dónde vas Alfonso XII,    dónde vas triste de ti?
  2   --Voy en busca de Mercedes    que ayer tarde no la vi.
     --Ya Mercedes está muerta,    muerta está que yo la vi,
  4   cuatro duques la llevaban    por las calles de Madrid.--
     Al subir los escalones    Alfonso se desmayó,
  6   y las tropas le decían:    "Alfonso, tened valor".
     El vestido que llevaba    era color carmesí,
  8   que se lo regalo Alfonso    la noche que le dio el sí.
     El velo que la cubría    era de fino crespón,
  10   que se lo regaló Alfonso    la noche que se casó.
     Los zapatos que llevaba    eran de un finó charol,
  12   que se los regaló Alfonso    la noche que se casó.
     Las flores que la cubrían    eran de plata y marfil,
  14   con un letrero que dice:    "ya murió la flor de aquí".
     Ya murió la flor de mayo,    ya murió la flor de abril,
  16   ya murió la que reinaba    en las cortes de Madrid.
     Las campanas de la iglesia    ya no quieren repicar,
  18   porque Mercedes se ha muerto    y luto quieren guardar.
     Los faroles del palacio    ya no quieren alumbrar,
  20   porque Mercedes se ha muerto    y luto quieren guardar.

Nota de la editora: recogida en el Instituto de Sagua la Grande.

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1537.1:28 El rastro divino (á-o)            (ficha no.: 5082)

Versión de La Habana (Cuba).   Recitada por una vieja mulata. Documentada en o antes de 1930. Publicada en Poncet y de Cárdenas 1985, pp. 474-475. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº VII, 8.1, pp. 82-83.  028 hemist.  Música registrada.

     Por las calles de Jerusalén    va la Virgen preguntando
  2   que si han visto pasar    a Jesucristo su amado.
     --Sí, señora, yo lo vi;    ha ratico que ha pasado
  4   con una cruz en los hombros    y una cadena arrastrando,
     y me pidió que le diera    un paño de mi tocado
  6   para limpiarse su rostro    que lo lleva ensangrentado.
     --Caminemos, caminemos,    hasta llegar al Calvario,
  8   que por pronto que lleguemos    ya lo habrán crucificado.--
     Ya le ponen la corona,    ya le clavan los tres clavos,
  10   ya le dan una lanzada    en su divino costado.
     El que esta, oración dijera    todos los viernes del año
  12   saca un ánima de pena    y la suya de pecado.
     Quien la sabe y no la dice,    quien la oye y no la aprende
  14   el día del juicio sabrá    lo que esta oración contiene.

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0115:4 Polonia y la muerte del galán (á-a+á-o)            (ficha no.: 5093)
[0101 No me entierren en sagrado, contam.]

Versión de Cuba s. l. (Cuba).   Documentada en o antes de 1914. Publicada en Poncet y de Cárdenas 1914, pp. 174-175. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº VIII, 8.1, p. 89.  030 hemist.  Música registrada.

     Una noche muy oscura    tempestuosa de agua y truenos,
  2   se paseaba un caballero    con un coche y su cochero.
     El vestido que llevaba    todito le relumbraba;
  4   llevaba tres plumas blancas,    también dos plumas moradas.
     Al doblar las cuatro esquinas    le dieron de puñaladas.
  6   Ya lo llevan, ya lo traen    a la puerta de su casa:
     --Abre la puerta, Polonia,    que vengo herido en el alma;
  8   lo que siento, lo que siento,    que te dejo embarazada,
     que si naciera varón    será príncipe de España,
  10   y que si naciera hembra    fuera monja `e Santa Clara.
     Entiérrame en campo verde    donde pise mi ganado;
  12   me pones a la cabeza    la silla de mi caballo
     con un letrero que diga:    "Aquí ha muerto un desdichado;
  14   no ha muerto de calentura    ni de dolor de costado,
     que ha muerto de puñalada,    que es un mal desesperado".--

Título original: El caballero herido.

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3013.9:8 El carabí (no rom. (á))            (ficha no.: 5101)

Versión de Cuba s. l. (Cuba).   Recogida 00/00/1925 Publicada en Córdova de Fernández 1925, p. 135. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº IX, 8.2, p. 93.  008 hemist.  Música registrada.

     A Atocha va una niña,    hija de un capitán.
  2   ¡Qué hermoso pelo lleva!    ¿Quién se lo peinará?
     Se lo peinará su tía    con peinecitos de oro,
  4   con peinecitos de oro    y moldes de cristal.

Nota: se canta el estribillo así: tras los primeros hemistiquios, curubá, y tras los segundos, hurí, hurí, hurá.

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0126:21 Santa Catalina (á-a)            (ficha no.: 5108)

Versión de Cuba s. l. (Cuba).   Recogida 00/00/1914 Publicada en Poncet y de Cárdenas 1914, p. 150. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº X, 8.1, p. 97.  018 hemist.  Música registrada.

     En Cádiz hay una niña    que Catalina se llama.
  2   Todos los días de fiesta    su padre la regañaba
     porque no quería hacer    lo que su padre mandaba.
  4   Mándale hacer una rueda    de cuchillas y navajas;
     ya la rueda estaba hecha,    Catalina arrodillada.
  6   Bajó un ángel del cielo    con su corona y su espada:
     --Sube, sube, Catalina,    que el rey del cielo te llama.
  8   --¿Para qué me quiere él    que tan de prisa me llama?
     --Para entregarte las llaves    las llaves del reino del cielo.--

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0126+0180:4 Santa Catalina+Marinero al agua (á-a)            (ficha no.: 5109)

Versión de Cuba s. l. (Cuba).   Recogida 00/00/1914 Publicada en Poncet y de Cárdenas 1914, p. 151. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº X, 8.2, p. 98.  036 hemist.  Música registrada.

     En Galicia hay una niña    que Catalina se llama.
  2   Su padre es un perro moro,    su madre una renegada.
     Todos los días de fiesta    su padre la regañaba
  4   porque no quería hacer    lo que su madre mandaba.
     Mándale hacer una rueda    de cuchillos y navajas;
  6   ya la rueda estaba hecha,    Catalina arrodillada.
     Bajó un ángel del cielo    con su corona y su palma:
  8   --Sube, sube, Catalina,    que allá en el cielo te llaman.
     --¿Para qué me querrán en el cielo    que tan de prisa me llaman?
  10   --Para ajustarte las cuentas    de la semana pasada.--
     Al subir Catalina    cayó un marinero al agua.
  12   --¿Qué me das, marinerito,    por que te saque del agua?
     --Te doy mis tres navíos    cargados de oro y de plata,
  14   y a mi mujer que te sirva    y a mis hijos por esclavos.
     --Yo no quiero tus navíos    ni tu oro ni tu plata,
  16   ni tu mujer que me sirva    ni tus hijos por esclavos;
     quiero que cuando te mueras    me entregues a mí tu alma.
  18   --El alma la entrego a Dios    y el cuerpo a la mar salada.--

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0075:154 Delgadina (á-a+pareados)            (ficha no.: 5138)

Versión de Santiago de Cuba (Cuba).   Recitada por Enriqueta Comas de Marrero. Recogida por Carolina Poncet y de Cárdenas, 00/00/1937 (Archivo: AMP; Colec.: Comas-R. de Santiago de Cuba y Camagüey). Publicada en Poncet y de Cárdenas 1985, Investigaciones y apuntes literarios, Apéndice, pp. 633-636. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XII, 8.1, pp. 117-118.  120 hemist.  Música registrada.

     Pues señor, éste era un rey    que tenía tres hijitas
  2   y la más chiquirritica    Delgadina se llamaba.
     Cuando su madre iba a misa    su padre la galanteaba,
  4   cuando su madre volvía,    Delgadina lo contaba.
     Estando una vez en la mesa    su padre la contemplaba,
  6   y la niña admirada    le habló así a su padre:
     --Padre, ¿por qué así miráis    a vuestra hija la cara?
  8   --Niña, porque vas a ser    mi querida enamorada.
     --Ni que Dios lo permita    ni la Virgen adorada,
  10   que sea mujer de mi padre,    y madrastra de mis hermanas.
     --Corran, corran mis criados    a encerrar a Delgadina
  12   en el cuarto más oscuro    más allá de la cocina.--
     Pasaron días, pasaron días,    pasaron siete semanas
  14   y se asoma Delgadina    a una ventana muy alta
     y ve a su padre paseando    de una sala a otra sala:
  16   --Papacito, si es mi padre    déme una poquita de agua,
     que el corazón me lo pide    y el alma me lo llama,
  18   y cuando salga de aquí    yo seré su fiel esclava.
     --Delgadina, hija querida,    yo el agua te daré
  20   pero con la condición    de que serás mi mujer.
     --Ni que Dios lo permita    ni la Virgen adorada,
  22   que sea mujer de mi padre    y madrastra de mis hermanas.--
     Se quita Delgadina    muy triste y desconsolada,
  24   con las lágrimas que echaba    ella su sala regaba,
     con el pelo que tenla    ella su sala barría.
  26   Pasaban días, pasaron días,    pasaron siete semanas,
     y se asoma Delgadina    a una ventana muy alta:
  28   y ve a su madre paseando    de una sala en otra sala.
     --Mamacita, si es mi madre,    déme una poquita de agua,
  30   que el corazón me lo pide    y el alma me lo llama,
     y cuando salga de aquí    yo seré su fiel esclava.
  32   --Delgadina, hija querida,    no te puedo dar el agua,
     que si tu padre me ve    me mata a puñaladas.--
  34   Se quita Delgadina    muy triste y desconsolada,
     con las lágrimas que echaba    ella su sala regaba,
  36   con el pelo que tenía    ella su sala barría.
     Pasaban días, pasaron días,    pasaron siete semanas,
  38   y se asoma Delgadina    a una ventana muy alta,
     ve a sus hermanas tejiendo    con rico hilo de plata:
  40   --Hermanas, si son mis hermanas,    denme una poquita
     que el corazón me lo pide    y el alma me lo llama,
  42   y cuando salga de aquí    yo seré su fiel esclava.
     --Quítate de ahí, Delgadina,    Delgadina falsa y mala,
  44   que no quisiste hacer    lo que tu padre mandaba.--
     Se quita Delgadina    muy triste y desconsolada,
  46   con las lágrimas, que echaba    ella su sala regaba,
     con el pelo que tenía    ella su sala barría:
  48   Pasaban días, pasaron días,    pasaron siete semanas
     y se asoma Delgadina    a una ventana muy alta
  50   y vuelve a ver a su padre    de una sala en otra sala:
     --Papacito, si es mi padre,    déme una poquita de agua,
  52   que el corazón me lo pide    y el alma me lo llama,
     y cuando salga de aquí    yo seré su enamorada.
  54   --Corran, corran mis vasallos    a darle agua a Delgadina,
     en la copa de cristal    y en el platico de China.--
  56   Cuando el agua le llevaron    muertecita estaba ya.
     Dios maldiga a sus hermanos    y lo mismo a su papá.
  58   En la cama de mi madre,    ángeles y serafines,
     en la cama de mis hermanas,    cucarachas y ratones,
  60   y en la cama de mi padre,    el diablo con sus doblones.

Nota: en los índices de Díaz Roig se identifica como informante primero a Enriqueta Comas y a continuación, a Enrique Comas. Sin consultar los manuscrito original, no se puede aclarar. Tal vez se trata tan sólo de Enriqueta, quien envió su colección a Menéndez Pidal.

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0075:155 Delgadina (á-a+polias.)            (ficha no.: 5139)

Versión de Regla (Cuba).   Recitada por Ángela Comas Puján (60a). Recogida 00/00/1954 Publicada en Alzola 1961, p. 49. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XII, 8.2, p. 118.  032 hemist.  Música registrada.

     Pues, señor, éste era, un rey    que tenía tres hijitas
  2   y la más chirriquitica    Ambarina se llamaba.
     Cuando su mamá iba a misa    su papá la regañaba;
  4   cuando su mamá volvía,    todito se lo contaba.
     Hasta que llegó un día    en que el señor rey la oyó;
  6   la encerró en un cuarto oscuro    sin comer y sin beber.
     Soldaditos, soldaditos    demen un poco de agua,
  8   que este pecho se me enciende    y el corazón se me abrasa.
     --Ay, niñita, ay niñita    yo no se la puedo dar,
  10   que si el señor rey me ve    me mandará a matar.
     --Papaíto, papaíto    dame un poquito de agua,
  12   que este pecho se me enciende    y el corazón se me abrasa.
     --Corran, corran mis vasallos    a darle agua a Ambarina
  14   en el vasito de plata    y el platico de cristal.--
     Al darle agua a Ambarina,    Ambarina se murió
  16   y los ángeles del cielo    la lloraban, la lloraban.

Nota en la edición de Díaz Roig: -10b La misma súplica se dirige a la madre, las hermanas, los animalitos que cruzan, etc.

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0144:49 Don Gato (é)            (ficha no.: 5157)

Versión de Cuba s. l. (Cuba).   Documentada en o antes de 1990. Publicada en Díaz Roig 1990a, nº XIII, 8.1, pp. 134-135.  034 hemist.  Música registrada.

     Estaba el señor don Gato    en silla de oro sentado,
  2   calzando medias de seda    y zapatico calado,
     cuando llega la noticia    que había de ser casado
  4   con una gatica rubia,    hija de un gato dorado.
     Don Gato, con alegría,    subió a bailar al tejado,
  6   tropezó con la veleta    y rodando viene abajo;
     se rompió cuatro costillas    y la puntita del rabo,
  8   Ya llaman a los doctores,    sangrador y cirujano;
     uno le toma el pulso,    otros le miran el rabo,
  10   todos dicen a la vez:    --Muy malo está el señor Gato.--
     A la mañana siguiente    ya van todos a enterrarlo.
  12   Los ratones, de contento,    se visten de colorado.
     Las gatas se ponen luto,    los gatos capotes pardos
  14   y los gaticos pequeños    lloraban: miau, miau, miau, miau,
     Ya lo llevan a enterrar    por la calle del pescado.
  16   Al olor de las sardinas,    don Gato ha resucitado.
     Los ratones corren, corren,    detrás de ellos corre el gato.

Nota: Esta versión no está incluida en el índice de fuentes de los textos publicados; de momento le asigno la fecha de recolección de la misma antología de Díaz Roig.

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0144:50 Don Gato (é)            (ficha no.: 5158)

Versión de Sagua la Grande (Cuba).   Recogida hacia 00/00/1939 Publicada en Arissó 1940, p. 60. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XIII, 8.2, p. 135.  014 hemist.  Música registrada.

     Estaba el señor don Gato    subidito en un tejado,
  2   con sus botas amarillas    y los zapatos calzados.
     En eso llegó una gata    con ojos muy relumbrones
  4   y el gato por darle un beso    se cayó del tejado al pozo.
     Y los ratones, de gusto,    se visten con encarnado
  6   diciendo: --Gracias a Dios    que murió este condenado
     que nos hacía volar    con el rabito parado.--

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0023+0110:279 Gerineldo+La Condesita (í-o+á)            (ficha no.: 5170)

Versión de La Habana (Cuba).   Recitada por Ángel Saldaña (11a). Recogida 00/00/1914 Publicada en Chacón y Calvo 1922, pp. 165-166. Reeditada en RTLH 8 (1976), II.265 con variantes. y Díaz Roig 1990a, nº XIV, 8.1, pp. 142-143.  030 hemist.  Música registrada.

     --Gerineldo, Gerineldo,    paje mío más querido,
  2   cuántas damas y doncellas    quisieran dormir contigo.
     --Como soy vuestro criado,    señora, os burláis conmigo.
  4   --No me burlo, Gerineldo,    yo de veras te lo digo.
     --Calle, calle usted, señora,    el trato está prometido.
  6   A las diez se acuesta el rey,    a las once está dormido,
     a la una es la ocasión    cuando canta el gallo pío.
  8   --¿Quién es ese retunante    que llama por el postigo?
     --Gerineldo soy, señora,    que viene a lo prometido.--
  10   Lo ha cogido de la mano    y en su cuarto lo ha metido;
     se acostaron par a par,    como mujer y marido.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  12   --Alevanta, Gerineldo,    paje mío más querido,
     que la espada de mi padre    entre los dos ha dormido.--
  14   Ya se ha formado una guerra    entre Francia y Portugal
     y nombran a Gerineldo    por capitán general.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
    
(Sigue el romance de La Condesita)

Nota: Véase la entrada nº 4375 para la continuación del romance doble (unos cuatro versos y un resumen del romance en prosa).

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0023+0110:280 Gerineldo+La Condesita (í-o+á)            (ficha no.: 5171)

Versión de Santiago de Cuba (Cuba).   Recitada por Enriqueta Comas de Marrero. Recogida por Carolina Poncet y de Cárdenas, 00/00/1937 publicada en Poncet y de Cárdenas 1985, Investigaciones y apuntes literarios, Apéndice, pp. 637-638. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XIV, 8.2, pp. 143-144 y Mariscal 1996, pp. 130-131.  064 hemist.  Música registrada.

     --Gerineldo, Gerineldo,    paje del rey más querido,
  2   yo te quisiera tener    tres horas en mi castillo.
     --Como soy vuestro criado,    señora, jugáis conmigo.
  4   --Yo no juego, Gerineldo,    que de veras te lo digo.
     --¿Y a qué hora, gran señora,    se cumple lo prometido?
  6   --Entre las doce y la una,    cuando el rey esté dormido.
     A las diez se acuesta el rey    y a las once está dormido,
  8   y a las doce, Gerineldo,    yo te espero en mi castillo,
     con zapatillas de raso    para que no seáis sentido.--
  10   Veinte vueltas dio al palacio    y otras tantas al castillo,
     y a las doce de la noche    en su alcoba se ha metido.
  12   --¿Quién ha sido el insolente,    quién ha sido el malnacido,
     que a estas horas de la noche    en mi alcoba se ha metido?
  14   Perdóname, Gerineldo,    no te había conocido.--
     Lo ha tomado de la mano    y en su cama lo ha metido;
  16   se besaron, se abrazaron,    como mujer y marido,
     y el rey, que ha dado una vuelta,    los ha encontrado dormidos;
  18   no queriendo despertarlos,    puso el puñal por testigo.
     Ya que la infanta despierta,    tres horas el sol nacido:
  20   --Despiértate, Gerineldo,    levántate, amor mío,
     que el puñal de mi padre    entre los dos ha dormido.
  22   --¿Por dónde me iré ya ahora    para no ser conocido?
     --Vete por esos jardines    cogiendo rosas y lirios.
  24   Pero el rey, que lo ha sabido,    al encuentro le ha salido.
     --¿Qué te pasa, Gerineldo,    que estás tan descolorido?
  26   --La fragancia de una rosa    los colores me ha comido.
     --Es mentira, Gerineldo,    tú con la infanta has dormido.
  28   --Mátame, mi buen señor,    que lo tengo merecido.
     --No te mato, Gerineldo,    que te crié desde niño,
  30   pero mañana a estas horas    seréis mujer y marido.
     --Tengo hecho juramento    a la Virgen de la Estrella
  32   de no casarme con dama    que haya dormido con ella.--
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
    
(Sigue el romance de La Condesita,) 0110.)

Nota: Véase la entrada nº 9249 para la continuación del romance doble.

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0826:8 Las hijas de Merino (estróf.)            (ficha no.: 5178)

Versión de Cuba s. l. (Cuba).   Recogida hacia 00/00/1937 Publicada en Poncet y de Cárdenas 1985, pp. 652-653. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XVI, 8.1, p. 157.  026 hemist.  Música registrada.

     --Mamá, ¿quiere usted que vaya    un ratico a la alameda
  2   con las hijas de Merino    que llevan ricas meriendas?--
     A la hora del paseo    se perdió la más pequeña;
  4   su padre la anda buscando    calle arriba y calle abajo.
     Dónde la vino a encontrar,    en una casa vacía
  6   hablando con su galán,    y el galán que le decía:
     --Conmigo te has de casar    aunque tu padre no quiera.
  8   --Mi abuela tiene un peral    que echa unas peras muy buenas.
     En su última ramita    una tortolita había,
  10   que echa sangre por las alas    y por el pico decía:
     "El demonio a las mujeres    que de los hombres se fían."
  12   A los hombres puñetazos    y a las mujeres besitos.
     Los hombres son los diablitos,    las mujeres angelitos.--

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0224:53 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 5197)

Versión de Sagua la Grande (Cuba).   Recogida hacia 00/00/1939 Publicada en Arissó 1940, p. 52. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XVII, 8.1, p. 166.  022 hemist.  Música registrada.

     Hilito, hilito de oro,    yo jugando al ajedrez,
  2   díjele a una gran señora:    --Qué lindas hijas tenéis.
     --Téngalas o no las tenga    yo las sabré mantener,
  4   que del agua que bebiere,    beberán ellas también,
     que del pan que yo comiere,    comerán ellas también.
  6   --Yo me voy muy enojado    a los palacios del rey,
     pues las hijas del rey moro    no me dejan escoger.
  8   --Vuelva, vuelva, caballero,    no sea usted tan descortés,
     que de las hijas del rey moro    una puede usted escoger.
  10   --Escojo a la más pequeña    por su mirada de diosa,
     porque parece una rosa    acabada de nacer.--

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0224:54 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 5198)

Versión de Santiago de Cuba (Cuba).   Documentada en o antes de 1939. Publicada en Poncet y de Cárdenas 1985, p. 98. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XVII, 8.2, pp. 166-167.  020 hemist.  Música registrada.

     --Hilito, hilito de oro,    yo hebrando una hebrera,
  2   me dijo una gran señora    que lindas hijas tenéis.
     --Téngalas o no las tenga,    yo las sabré mantener,
  4   con el pan que yo comiere,    comerán ellas también.
     --Yo me voy muy enojado    para el palacio del rey,
  6   pues las hijas del rey moro    no me las dan por mujer.
     --Vuelva, vuelva, caballero,    caballero tan cortés,
  8   de las tres hijas que tengo    escoja la que queréis.
     --Escojo ésta por esposa,    por esposa y por mujer,
  10   que me parece una rosa,    que me parece un clavel.--

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0133:18 Ricofranco (é)            (ficha no.: 5214)

Versión de La Habana (Cuba).   Recogida 00/00/1922 Publicada en Chacón y Calvo 1922, pp. 125-126. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XVIII, 8.1, pp. 174-175.  022 hemist.  Música registrada.

     En el monte hay un palacio    que le dicen de Oruzbel
  2   y allí vive una muchacha    que la llaman Isabel.
     Un día estando jugando    lindo juego de alfiler,
  4   viene un duque y se la lleva    a la pobre de Isabel.
     --¿Por qué lloras, hija mía,    por qué lloras, Isabel?
  6   Si lloras por padre y madre,    en la guerra los maté,
     si lloras por tus hermanos,    prisioneros han de ser.
  8   --Yo no lloro por mis padres    ni por mis hermanos tres,
     yo no lloro por nada de eso    ni por ningún interés,
  10   lloro por el puñal de oro.    --Si me dices para qué.--
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     Apenas se lo hubo dado    con el puñal le mató.

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0133:19 Ricofranco (é)            (ficha no.: 5215)

Versión de Cuba s. l. (Cuba).   Recogida 00/00/1914 Publicada en Poncet y de Cárdenas 1914, p. 112. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XVIII, 8.2, p. 175.  020 hemist.  Música registrada.

     En Madrid hay un palacio    que le llaman de Oropel
  2   y allí vive una muchacha    que la llaman la Isabel.
     Un día estaba jugando    al juego del ajedrez,
  4   viene un hombre y se la lleva    la corona de Isabel.
     --¿Por qué lloras, hija mía,    por qué lloras, Isabel?
  6   Si lloras por padre y madre,    no los volverás a ver,
     si lloras por tus hermanos    prisioneros han de ser.
  8   --No lloro por nada de eso    ni por nada de interés,
     lloro por un puñal de oro.    --Si me dices para qué.
  10   --Para partir esta pera,    que vengo muerta de sed.--
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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0221:45 Me casó mi madre (6+6 í-a)            (ficha no.: 5219)

Versión de La Habana (Cuba).   Documentada en o antes de 1939. Publicada en Poncet y de Cárdenas 1985. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XX, 8.1, p. 179.  028 hemist.  Música registrada.

     Me casó mi madre    tan chiquita y niña
  2   con un maragato    que yo no quería.
     A la medianoche    el pícaro se iba,
  4   me dejaba sola,    solita y sin compañía.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     Póngome a escuchar    a ver lo que oía;
  6   con tiernas palabras    así le decía:
     --A ti te daré    sayas y mantillas,
  8   pero a mi mujer    palos por las costillas.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     --Ábreme la puerta,    esposa querida,
  10   que vengo cansado    de buscar la vida.
     --Tú vienes cansado    de casa dé tu amiga,
  12   donde pasas la noche,    pasarás el día.
     --Pepa del demonio,    ¿quién te lo diría?
  14   --Pepe de los diablos,    yo que lo sabía.--

Nota: Tras los versos pares se repite el estribillo Al run, run del alma, al run, run.
Título original La mal casada.

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0178:45 Mambrú (7+7 á)            (ficha no.: 5240)

Versión de Cuba s. l. (Cuba).   Documentada en o antes de 1925. Publicada en Córdova de Fernández 1925, pp. 140-142. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXI, 8.2, pp. 190-191.  022 hemist.  Música registrada.

     En Francia nació un niño    de padre natural,
  2   por no tener padrino    Mambrú se ha de llamar.
     Mambrú se fue a la guerra    y no sé cuándo vendrá,
  4   si vendrá por las Pascuas    o por la Navidad.
     Por allí viene un paje,    ¿qué noticias traerá?
  6   --La noticia que traigo    las va a hacer llorar:
     que ya Mambrú se ha muerto,    lo llevan a enterrar;
  8   la caja es de terciopelo,    la tapa de cristal;
     encima de la tapa    una corona va,
  10   encima de la corona    un pajarito va
     cantado el pio, pío,    y el pio, pío, pa.--

Notas: Los primeros hemistiquios se repiten, intercalando el estribillo: Qué dolor, qué dolor, qué pena. . Los segundos también se repiten intercalando el estribillo: Que do, re, mi, que do, re, fa.

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0178:46 Mambrú (7+7 á)            (ficha no.: 5241)

Versión de Cuba s. l. (Cuba).   Recogida 00/00/1914 Publicada en Poncet y de Cárdenas 1914, p. 89. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXI, 8.3, p. 191.  026 hemist.  Música registrada.

     En Francia nació un niño    de padre natural,
  2   por no tener padrino    Mambrú se ha de llamar.
     A los dieciocho años    Capitán General.
  4   ¡Mambrú se fue a la guerra,    no sé cuándo vendrá,
     si vendrá por la Pascua    o por la Trinidad!
  6   Asómate a la torre    a ver si viene ya.
     --Lo que viene es un coche,    qué noticias traerá?
  8   --Las noticias que traiga    nos van a hacer llorar:
     que ya Mambrú se ha muerto,    lo llevan a enterrar
  10   en caja de terciopelo    con tapa de cristal.--
     Encima de la caja    un ramillete va
  12   y encima del ramillete    un pajarito va
     cantando el pío, pío,    el pío, pío, pa.

Notas: Los primeros hemistiquios se repiten, intercalando el estribillo: Qué dolor, qué dolor, qué pena. . Los segundos también se repiten intercalando el estribillo: Que do, re, mi, que do, re, fa.

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0225:12 Monja por fuerza (é-o)            (ficha no.: 5267)

Versión de Cuba s. l. (Cuba).   Documentada en o antes de 1939. Publicada en Poncet y de Cárdenas 1985, p. 661. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXIII, 8.1, p. 204.  022 hemist.  Música registrada.

     Yo me quería casar    con un mocito barbero
  2   y mis padres me querían    monjita del monasterio.
     Una tarde de verano    me sacaron de paseo
  4   y al revolver una esquina    había un convento abierto.
     Salieron todas las monjas,    todas vestidas de negro,
  6   me cogieron de la mano    y me metieron adentro.
     Me empezaron a quitar    los adornos de mi cuerpo:
  8   pulseritas de mis manos,    anillitos de mis dedos,
     pendientes de mis orejas,    gargantilla de mi cuello,
  10   mantilla de tafetán    y jubón de terciopelo.
     ¡Lo que más sentía yo    era mi mata de pelo!

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0113:161 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 5316)

Versión de Cuba s. l. (Cuba).   Recogida 00/00/1914 Publicada en Poncet y de Cárdenas 1914, pp. 78-79. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXX, 8.1, p. 235.  030 hemist.  Música registrada.

     --Catalina, flor de lima,    flor de todo genovés,
  2   mañana voy para Francia,    mandad lo que queréis.
     --Quiero que llevéis la carta    al conde le don Manuel.
  4   --¿Cómo se la doy, señora,    si no lo he de conocer?
     --Mi marido es alto y rubio    y en su habla muy cortés,
  6   monta en un caballo blanco,    viste y calza a lo francés.
     --Por las señas que me ha dado,    su marido muerto es;
  8   en la mesa de los dados,    muerte le dio un genovés.
     --Once años lo he esperado    como una buena mujer,
  10   si a los doce no ha llegado,    para un convento me iré;
     un hijo varón que tengo    al rey se lo entregaré;
  12   una hija también tengo,    conmigo la llevaré
     para que me lave y planche    y me haga de comer.--
  14   --Échame los brazos, dueña,    que presente me tenéis.--
     Que se celebren las bodas    de Catalina y Manuel.

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0113:163 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 5318)

Versión de Cuba s. l. (Cuba).   Recogida 00/00/1914 Publicada en Poncet y de Cárdenas 1914, pp. 77-78. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXX, 8.3, pp. 236-237.  044 hemist.  Música registrada.

     --Yo soy, yo soy la viudita    que no ceso de llorar;
  2   me abandonó mi marido    por seguir la libertad.
     Venga acá, señor soldado,    --¿Qué se la ha ofrecido a usted?
  4   --Si usted ha visto a mi marido    en la guerra alguna vez
     --Si lo he visto, no recuerdo,    déme usted las señas de él.
  6   --Mi marido es alto y rubio    vestido de aragonés,
     y en fa punta de su espada    lleva un pañuelo inglés
  8   que lo bordé cuando niña,    siendo niña lo bordé.
     --Por las señas que usté ha dado    su marido muerto es,
  10   pues lo mataron de un tiro    en la puerta de un café;
     en el testamento puso    que me casara con usted.
  12   --Siete años lo he esperado    y otros siete esperaré,
     si a los catorce no viene    a monja me meteré.
  14   Estas tres hijas que tengo    ¿dónde las colocaré?
     Una en casa`e doña Juana    y otra en casa `e doña Inés
  16   y la más chirriquitica    con ella me quedaré
     para que me lave y me cuide,    y que me dé de comer,
  18   y me lleve por la mano    a casa del coronel.
     Y este varón que tengo    a la guerra lo echaré
  20   para que busque a su padre    o muera junto con él.
     --Calla, calla, mi señora,    calla, calla, mi mujer,
  22   yo soy tu esposo marido    y tú mi amada mujer.--

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0113:164 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 5319)

Versión de Cuba s. l. (Cuba).   Recogida 00/00/1914 Publicada en Poncet y de Cárdenas 1914, pp. 75-76. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXX, 8.4, p. 237.  026 hemist.  Música registrada.

     --Soldadito de la guerra,    ¿de la guerra viene usted?
  2   ¿Usté ha visto a mi marido    en la guerra alguna vez?
     --No, señora, no lo he visto,    diga usté las señas de él.
  4   --Mi marido es blanco y rubio    con el tipo aragonés
     y en la punta de su espada    lleva las armas del rey.
  6   --Si, señora, si lo he visto    y murió hace más de un mes,
     y dejó en su testamento    que me case con usted.
  8   --No lo permita la Virgen    ni mi madre Santa Inés,
     que las tres hijas que tengo    yo las acomodaré:
  10   una en casa de doña Juana,    otra en casa de doña Inés,
     y la más chiquirritica    con ella me quedaré
  12   para que barra la casa,    y que me dé de comer,
     y me lleve de la mano    a casa del coronel.--

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0226:50 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 5349)
[0028 Búsqueda de la Virgen, contam.]

Versión de Cuba s. l. (Cuba).   Recogida 00/00/1914 Publicada en Poncet y de Cárdenas 1914, pp. 153-154. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXXIII, 8.1, p. 257.  016 hemist.  Música registrada.

     Caminemos, caminemos    hasta llegar a Belén
  2   que en las puertas de Belén    hay un rico naranjel,
     el guardador que las guarda,    ¡pobre ciego!, no las ve.
  4   --Ciego, dame una naranja    para el niño entretener.
     --Escójala usted, señora,    escoja las que queréis.--
  6   Cuantas más cogía la Virgen,    más ten`ia el naranjel.
     --¿Quién es esta señora    que me ha hecho tanto bien?
  8   --La madre de Jesucristo    que va derecho a Belén.--

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0126+0180:5 Santa Catalina+Marinero al agua (á-a)            (ficha no.: 5110)

Versión de Camagüey (Camagüey, Cuba).   Documentada en o antes de 1965. Publicada en Redondo de Feldman 1965, pp. 369-370. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº X, 8.3, p. 98.  030 hemist.  Música registrada.

     En Galicia hay una niña    que Catalina se llama.
  2   Todos los días de fiesta    su madre la regañaba
     porque no quería hacer    lo que su padre mandaba.
  4   Mandole hacer una rueda    de cuchillas y navajas;
     ya la rueda estaba hecha,    Catalina arrodillada.
  6   Bajó un ángel del cielo    con su corona y su palma:
     --Sube, sube, Catalina,    que allá en el cielo te llaman.
  8   --¿Para qué me querrán en el cielo    que tan de prisa me llaman?
     --Para cobrarte una cuenta    de la semana pasada.--
  10   Al subir Catalina    cayó un marinero en el agua.
     --¿Cuánto me das, marinero,    porque te saque del agua?
  12   --Todo mi oro y mi plata    y a mi mujer que te sirva.
     --No, no, no, yo no quiero    ni tu oro ni tu plata,
  14   yo lo que quiero es que tú    te cases conmigo.--
     Que el marinero no se ahogó,    que Catalina lo salvó.

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0221:46 Me casó mi madre (6+6 í-a)            (ficha no.: 5220)

Versión de Camagüey (Camagüey, Cuba).   Recitada por Susana Redondo de Feldman y sus hermanas. Recogida 00/00/1965 Publicada en Redondo de Feldman 1965, pp. 370-371. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XX, 8.2, p. 180.  044 hemist.  Música registrada.

     Chiquita y bonita    me casó mi madre
  2   con un muchachito    que yo no quería.
     A la medianoche    el muy picarón se iba.
  4   Me dejaba sola    por una querida.
     Le seguí los pasos    a ver dónde iba
  6   y le vi entrar    en casa de su amiga.
     Yo le oí decir:    --A ti te compraría
  8   mantones de seda,    flores y maravillas,
     y a la otra mujer,    palos por las costillas.--
  10   Me fui para mi casa    triste y angustiada.
     Me puse a barrer,    barrer no podía;
  12   me asomé al balcón    a ver si venía;
     ya lo veo venir    por la calle arriba:
  14   --Ábreme, María,    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     que vengo cansado    de buscarme la vida.
  16   --Tú vendrás cansado    de hablar con tu amiga.
     --María del diablo,    ¿quién te lo diría?
  18   --Juan de los demonios,    yo que lo sabía.--
     Me tiró una silla,    le tiré un sillón,
  20   vino la justicia
     lo llevaron preso    a la Inquisición.
  22   --Ya tú ves, María,
     que me llevan preso    a la Inquisición.--

Nota: Tras cada verso (1-19) se repite el estribillo Ay, ay, ay. y se agrega también a -21a y -23a.
Título original La mal casada.

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0049:88 Conde Niño (á)            (ficha no.: 5283)

Versión de Camagüey (Camagüey, Cuba).   Documentada en o antes de 1939. Publicada en Poncet y de Cárdenas 1985, pp. 632-633. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXVIII, 8.1, p. 219.  024 hemist.  Música registrada.

     Un conde Niño se levanta    a las orillas del mar,
  2   mientras el caballo bebía    él se ponía a cantar
     y las aves que pasaban    se ponían a escuchar.
  4   La reina llama a su hija    y le dice: --Ven acá,
     oye qué bonito canta    la sirenita del mar.
  6   Madre, ésa no es la sirena    la que usted oye cantar,
     es la voz de un conde Niño    con quien me voy a casar.
  8   --Si tú te casas con él    yo lo mandaré a matar.--
     A la mañana siguiente    lo mandaron a matar;
  10   él acabó de morir    y ella acabó de expirar.
     Ella se volvió paloma    y el se volvió gavilán
  12   y se celebraron las bodas    la mañana de San Juan.

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0225:25 Monja por fuerza (é-o)            (ficha no.: 9541)

Versión de Camagüey (Camagüey, Cuba).   Recitada por Alma Flor Ada (58a). Recogida en Madrid por Ana Pelegrín, 22/07/1996 (Archivo: ASFG; Colec.: Fraile Gil, J. M.). Publicada en Fraile Gil Rom-Panhisp.-2 2010+2CD, cd 1, corte nº 78, texto nº VII.A.9ter, p. 157-158. © Fraile Gil. Reproducida aquí con permiso del editor.  014 hemist.   Música registrada.

     Una tarde de verano    me llevaron a paseo.
  2   Al pasar por una esquina    me encontré con un convento,
     desde allí salía una monja    toda vestida de negro
  4   con una luz en la mano    que parecía un entierro.
     Me sentaron en una sillita,    me cortaron la melena,
  6   anillito de mi dedo,    pulsera de mi muñeca,
     gargantilla de mi cuello,    polisón de mi cadera.

Nota del editor: Cedida amablemente por Ana Pelegrín Sandoval
Nota: Véase Fraile Gil Rom-Panhisp.-2/CD 2010, pp. 157-158 sobre la antigüedad y amplia difusión del tema de la niña que no quiere ser monja.

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3013.9:7 El carabí (no rom. (á))            (ficha no.: 5100)

Versión de Paterna Arriba (Gran Tierra, Cuba).   Recogida 00/00/1967 Publicada en Farray 1970, p. 3335. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº IX, 8.1, p. 93.  018 hemist.  Música registrada.

     En coche va una niña,    hija de un capitán.
  2   ¡Qué hermoso pelo tiene!    ¿Quién se lo peinará?
     Se lo peina su tía    con mucha suavidad,
  4   con peinecito de oro,    horquilla de cristal.
     Elisa ya está enferma,    quizás se salvará.
  6   Elisa ya está muerta,    la llevan a enterrar
     con varios oficiales,    un cura de cristal.
  8   Encima de la tumba    un pajarito va
     cantando el pío, pío,    cantando el pío, pa.

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0169:200 Hermana cautiva (8+8 i-a)            (ficha no.: 9475)

Versión de Baracoa (Guantánamo, Cuba).   Recitada por Oralina Morales Lobina (90a). Recogida por Sarah Portnoy, 00/00/2003 (Colec.: Portnoy, S.). Publicada en Petersen-Web 2014, Texto © S. Portnoy. Reproducida con permiso de la editora. Se trata de un video en formato mp4 que tarda en cargarse.  050 hemist.   Música registrada.

     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    pasé por la morería
  2   oí cantar a una mora    al pie de una fuente fría.
     --Apártate, mora bella,    apártate, mora linda,
  4   que va a tomar mi caballo    de esa agua tan cristalina.
     --No soy mora, caballero,    que soy cubana nativa;
  6   los moros a mí robaron    siendo pequeñita niña.
     De los brazos de mi madre    los moros me arrebataron.
  8   Cuando tenía quince años    a mí me querían casar
     con un morito muy guapo    y de mucho capital.
  10   --Si te quieres ir conmigo    para mi caballería.
     --Los pañuelos que lavo    ¿dónde yo los dejaría?
  12   --Los deja y ---(¿)    para mi caballería.
     y los pañuelos que sean    con la corriente irían.--
  14   Caminamos siete leguas    sin hablar una palabra
     cuando a poquito rato    la morita suspiraba
  16   --¿Por qué suspira, la mora,    por qué suspira, la linda?
     --Suspiro por qué no sé    donde dejaré mi honra.
  18   --Tu honra la llevo yo    en la punta de mi espada,
     la punta de mi espada    y en mi corazón clavada.--
  20   Caminamos siete leguas    sin hablar una palabra
     cuando a poquito rato    la morita suspiraba
  22   ¿Por qué suspira, la mora?,    ¿por qué suspira, la linda?
     Suspiro por qué ya veo    el pueblo donde nací yo.
  24   Dime quiénes son tus padres    y todita tu familia.
     Mi padre se llama Carlos    y mi madre Ana María,
  26   y un hermanito que tengo    el . . . . . . . . . . . .

Notas: -1a de difícil audición al igual que -26b donde la grabación se interrumpe, aunque parece que Oralina no había acabado su versión. La recolectora había entrevistado a Oralina un año antes (el 10 de septiembre de 2002), pero no pudo oralizar su repertorio por encontrarse enferma.Ya recuperada en el 2003, pudo cantar tres o cuatro romances. Véase también su versión de Conde Niño (ficha nº 9476).

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0075:242 Delgadina (á-a)            (ficha no.: 9476)

Versión de Baracoa (Guantánamo, Cuba).   Recitada por Isabelle Antúnez de Pierra. Recogida por Sarah Portnoy, 28/09/2002 (Colec.: Portnoy, S.). Publicada en Petersen-Web 2014, Texto © S. Portnoy. Reproducida con permiso de la editora. Se trata de un video en formato mp4 que tarda en cargarse.  036 hemist.   Música registrada.

     Pues, señor, había un rey    que tenía siete hijas
  2   y la más chirriquititica    Delgadina se llamaba.
     Cuando su madre iba a misa    su padre le enamoraba,
  4   y cuando de acá venía    todito se lo contaba.
     --Corran, corran mis vasallos,    a encerrar a Delgadina
  6   en el cuarto más oscuro,    más allá de la cocina.
     --Hermanita, hermanita,    me darás un vaso de agua
  8   y de la sed que yo tengo    a mi Dios entrego el alma.
     --Delgadina, Delgadina,    no te puedo dar el agua
  10   porque si papa me ve    me mataría a puñaladas.
     --Papasito, papasito,    me darás un vaso de agua,
  12   y de la sed que yo tengo    a mi Dios entrego el alma.
     --Mamasita, mamasita,    me darás un vaso de agua
  14   y de la sed que yo tengo    a mi Dios entrego el alma.
     --Corran, corran mis vasallos    a darle agua a Delgadina
  16   en la copa de cristal    de la fuente cristalina.--
     Cuando los vasallos fueron    Delgadina muerta estaba
  18   y los ángeles del cielo    repicaban la campana.

Variantes de una primera anterior: -1a este era un r.; -1b tres chiqitas; -4a cuando venía su madre; -4b el padre la regañaba.
Notas: La recolectora ayuda a Isabelle con los versos 4-5, seguramente porque ya había tomado apuntes de audiciones anteriores no grabadas. La grabación se interrumpe tras el v. -6. Al olvidarse de momento de lo que sigue, dice que no se acuerda de más. El resto proviene de los apuntes de campo. Los versos 11-14 aparecen invertidos respecto del orden acostumbrado, que sería -13,-14, -11-12 puesto que casi siempre es el rey padre quien, ya tarde, manda acudir con agua.

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0049:401 Conde Niño (á-a)            (ficha no.: 9477)

Versión de Baracoa (Guantánamo, Cuba).   Recitada por Oralina Morales Lobina (90a). Recogida por Sarah Portnoy, 00/00/2003 (Colec.: Portnoy, S.). Publicada en Petersen-Web 2014, Texto © S. Portnoy. Reproducida con permiso de la editora. Se trata de un video en formato mp4 que tarda en cargarse.  032 hemist.  Música registrada.

     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     va el Conde Niño    la mañana de San Juan
  2   a darle agua a su caballo    a las orillas del mar.
     Mientras su caballo bebe    él se pone a cantar;
  4   las aves que van cruzando    se detienen a escuchar.
     La reina dice a su hija    --Ven, mi hija, a escuchar
  6   y verás lo bien que cantan    las sirenitas del mar.
     --Madre, ésta no es sirena,    ni tampoco su cantar,
     que éste es el Conde Niño    con quien me voy a casar.
     --Si te vas a casar,    yo lo mandaré a matar.
  10   --Madre, mándelo a matar,    que viuda no he de quedar.--
     A la mañana siguiente    lo mandaron a matar
  12   y él acabó de morir    que ella acabó de respirar.
     Ella se volvió una paloma,    él se volvió un gavilán
  14   y fueron a hacer su nido    a las orillas del mar.
     Ella se volvió una iglesia    él se volvió un altar
  16   y allí se oyó una misa    la mañana de San Juan.

Notas: respirar sic. La recolectora había entrevistado a Oralina un año antes (el 10 de septiembre de 2002), pero no pudo oralizar su repertorio por encontrarse enferma.Ya recuperada en el 2003, pudo cantar tres o cuatro romances. Véase también su versión de Hermana cautiva (ficha nº 9474).

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0113:162 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 5317)

Versión de La Habana (La Habana, Cuba).   Recogida 00/00/1922 Publicada en Chacón y Calvo 1922, p. 105. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXX, 8.2, p. 236.  038 hemist.  Música registrada.

     Éste es el Mambrú, señores,    que lo cantan al revés.
  2   --¿Ha visto usted a mi marido    en la guerra alguna vez?
     --Si lo he visto no me acuerdo,    déme usted las señas de él.
  4   --Mi marido es alto y rubio,    vestido de aragonés,
     en la punta de la lanza    lleva un pañuelo bordés,
  6   que lo bordé cuando niña,    cuando niña lo bordé.
     --Por las señas que me ha dado,    su marido muerto es,
  8   que en la mesa de los dados    lo ha matado un genovés.
     --Siete años lo he esperado    como una buena mujer,
  10   y si a los ocho no viene,    a monja me meteré,
     y a las tres hijas que tengo    yo las colocaré.
  12   Una en casa de doña Juana,    otra en casa de doña Inés,
     y la más chiquirritita,    con ella me quedaré
  14   para que me friegue y barra    y me haga de comer.
     Y los tres hijos que tengo,    a frailes los meteré.
  16   Y si no quieren ser frailes,    vayan a servir al rey,
     que donde murió su padre,    que mueran ellos también.--
  18   --No haga eso, mujer mía,    no lo hagas, Isabel,
     que aquí tienes a quien buscas,    que aquí está tu esposo Andrés.--

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0075:245 Delgadina (á-a)            (ficha no.: 9481)

Versión de Madruga (La Havana, Cuba).   Recitada por Tomasita Quiala Reina (37a). Recogida por Maximiano Trapero, Marcos León Fernández, y Ana Ortiz Cortés, 04/20/2000 (Archivo: CUBA; Colec.: Trapero, M./ASFG Fraile Gil, J. M). Publicada en Trapero - Esquenaz Pérez 2002, Nº 15.31, pp. 188-189. Reeditada en Fraile Gil Rom-Panhisp.-2 2010+2CD, cd 1, corte núm 80, texto núm VII.B.1, pp. 160-161. Reproducida aquí con permiso del editor.  072 hemist.   Música registrada.

     Pues señor, este era un rey    que tenía tres hijitas
  2   y la mayorcita de ellas    Delgadina se llamaba.
     Un día estando almorzando    su padre la enamoraba.
  4   --Yo te juro, Delgadina,    que has de ser mi esposa amada.--
     Al oír estos requiebros    Delgadina contestaba:
  6   --Padre, yo no quiero ser    madrastra de mis hermanas.--
     Mandó entonces dos criados    a encerrar a Delgadina
  8   en un cuarto muy oscuro    más allá de la oficina.
     Al otro día siguiente    Delgadina en la ventana
  10   viendo a una de sus hermanas    comiéndose una manzana.
     --Hermanita, hermanita,    dame un poquito de agua,
  12   que este pecho se me quema    y la vida se me acaba
     --Delgadina, Delgadina,    yo no puedo darte agua
  14   porque papa lo ha prohibido    y si se entera me mata.--
     Al otro día siguiente    Delgadina en la ventana
  16   vio a la otra de sus hermanas    jugando al juego de damas.
     --Hermanita, hermanita,    dame un poquito de agua
  18   que este pecho se me quema    y la vida se me acaba.
     --Delgadina, Delgadina,    yo no puedo darte agua
  20   porque papa lo ha prohibido    y si se entera me mata.--
     Al otro día siguiente    Delgadina en la ventana
  22   viendo a su querida madre    peinando sus blancas canas.
     --Mamaíta, mamaíta,    dame un poquito de agua
  24   que este pecho se me quema    y la vida se me acaba.
     --Alza p` allá, sinvergüenza,    consentida y malcriada,
  26   que por ti hace seis años    que yo vivo maltratada.--
     Al otro día siguiente    Delgadina en la ventana
  28   viendo a su querido padre    afeitándose las barbas.
     --Papaíto, papaíto,    dame un poquito de agua,
  30   que cuando salga de aquí    yo seré tu enamorada.
     --Corran, corran, mis criados,    delen agua a Delgadina
  32   en la copa de cristal    de la fuente de la china.--
     Al subir los escalones    Delgadina muerta estaba,
  34   la encontraron en la puerta    totalmente desmayada.
     Las campanas desde el Cielo    por Delgadina clamaban,
  36   las campanas del infierno    por su padre replicaban.

Notas: -31b delenPI{} sic. Tomasita comenta que las niñas de la escuela dramatizaban el romance, repartiendo los papeles entre ellas y cambiando las voces. Era, asegura, un juego para niñas y lo recuerda con cariño. Amablemente cedida a Fraile Gil para su segunda Antología sonora por Maximiano Trapero Trapero. Según informa el editor, la misma versión, con ligeras variantes, fue publicada en Trapero - Esquenazi Perez 2002, nº15.31, págs. 188-189.

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0154.9:4 Muerte de Prim (no rom. (7+7 pareados))            (ficha no.: 5278)

Versión de Matanzas (Matanzas, Cuba).   Recogida 00/00/1914 Publicada en Poncet y de Cárdenas 1914, pp. 188-189. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXV, 8.1, p. 212.  026 hemist.  Música registrada.

     Al pasar el palacio    le dijeron a Prim:
  2   --Ande usted con cuidado    que lo quieren herir.
     --Si me quieren herir,    que me vengan a hablar
  4   para darle la espada    a otro general.--
     Por la calle del Turco    ya mataron a Prim,
  6   sentadito en su coche    con la guardia civil.
     Cuatro tiros le dieron    a boca de cañón.
  8   --¿Quién sería el rebelde,    quién sería el traidor,
     quién sería el rebelde    que a mi padre mató?
  10   Aunque soy chiquitico    y me falta la edad,
     la muerte de mi padre    yo la he de vengar.--
  12   ¡Cómo lloraba el niño,    cómo lloraba ya,
     cómo lloraba el niño    la muerte de su papá!

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0154.9:5 Muerte de Prim (no rom. (7+7 pareados))            (ficha no.: 5279)

Versión de Trinidad (Sancti Spiritus, Cuba).   Recitada por María Blanco (30a). Recogida 00/00/1957 Publicada en Alzola 1961, p 57. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXV, 8.2, p. 212.  020 hemist.  Música registrada.

     Al salir de su casa    le dijeron al príncipe
  2   que tuviera cuidado,    que lo iban a herir.
     --Si me quieren herir,    que me dejen hablar
  4   para entregarle la espada    al señor general.--
     Sentadito en su coche    con la guardia civil
  6   le tiraron un tiro    por la boca del fusil.
     --¡Quién sería el infame,    quién seria el traidor,
  8   quién sería el cobarde    que a mi padre mató!
     Como soy chiquitico    y no tengo la edad
  10   pero la muerte de mi padre    yo la habré de vengar.--

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0169:193 Hermana cautiva (8+8 í-a)            (ficha no.: 8780)

Versión de Santiago de Cuba (Santiago de Cuba, Cuba).   Recitada por Ángela Guzmán. Recogida por Sarah Portnoy, 13/10/2002 (Colec.: Portnoy, S.). Publicada en Petersen-Web 2005, Texto © S. Portnoy. Reproducida con permiso de la editora. Se trata de un video en formato mp4 que tarda en cargarse.  013 hemist.   Música registrada.

     El día de los Manueles    me fui a la marmorería
  2   y había una mora lavando    al pie de una fuente fría.
     --Levántate, mora linda,    levántate, mora bella,
  4   deja beber mi caballo    en agua tan cristalina.
     --No soy mora, caballero,    que soy cubana cautiva;
  6   me cautivaron los moros    siendo niña todavía.
     --Si te quieres ir conmigo    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]

Notas: -7b al parecer se cansa, diciendo al final "No puedo más". La recolectora informa que Ángela trabajaba en una librería en Santiago de Cuba. Dijo haber aprendido el romance de niña de unos cubanos de origen canario. No estaba segura quiénes eran los "moros" pero decía que debía tratarse de gente de tierras lejanas.

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0023+0110:294 Gerineldo+La Condesita (í-o+á)            (ficha no.: 9249)

Versión de Santiago de Cuba (Santiago de Cuba, Cuba).   Recogida por Carolina Poncet y de Cárdenas, 00/00/1937 publicada en Poncet y de Cárdenas 1985, Investigaciones y apuntes literarios, Apéndice, pp. 637-638. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XIV, 8.2, pp. 143-144 y Mariscal 1996, pp. 130-131.  040 hemist.  Música no registrada.

    
(Precede el romance de Gerineldo, 0023.)
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     Se ha declarado una guerra    entre España y Portugal
  34   y al pobre de Gerineldo    lo han desterrado allá.
     Esto el rey lo ha hecho    en castigo de su juramento audaz.
  36   --Si a los tres años no vengo,    niña, te puedes casar.
     Han pasado los tres años,    no se le ha visto llegar;
  38   se ha vestido de romera    y lo ha salido a buscar
     y en el medio del camino    se ha encontrado una vacada.
  40   --Vaquerito, vaquerito,    por la santa Trinidad,
     que me niegues la mentira    y me digas la verdad,
  42   ¿de quién son tantas vaquitas    con tanto hierro y señal?
     --Son del conde Gerineldo,    mañana se va a casar.
  44   --Toma este doblón de a cuatro,    vaquerito, y ponme allá.--
     Ha pedido una limosna    y él se la ha salido a dar.
  46   --El demonio eres, romera,    que me vienes a tentar.
     --No soy demonio, Gerineldo,    soy tu esposa natural,
  48   si eres noble cual hermoso    conmigo te casarás.--
     La tomó por una mano,    la condujo hasta el altar
  50   y le hizo juramento    de no olvidarla jamás.
     La otra novia preparada,    del susto se desmayó,
  52   y a los tres días temprano    con un duque se casó.

Nota: Véase la entrada n° 5171 para la primera parte del romance doble.

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0178:44 Mambrú (7+7 á)            (ficha no.: 5239)

Versión de Sagua la Grande (Villa Clara, Cuba).   Recogida hacia 00/00/1939 Publicada en Arissó 1940, pp. 54-55. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXI, 8.1, p. 190.  017 hemist.  Música registrada.

     Mambrú se fue a la guerra    y no sé cuándo vendrá,
  2   vendrá para la Pascua    o para Navidad.
     La Navidad se pasa,    y Mambrú no ha vuelto más.
  4   Por ahí viene un paje
     las noticias que trae    os han de hacer llorar:
  6   que ya Mambrú se ha muerto    y lo llevan a enterrar.
     La caja era de oro    y la tapa de cristal;
  8   Encima de la tapa    un pajarito va
     cantando el pío, pío,    cantando el pío, pa.

Notas: Los primeros hemistiquios se repiten, intercalando el estribillo: Qué dolor, qué dolor, qué pena. . Los segundos también se repiten intercalando el estribillo: Do, re, mi, do, re, fa.

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0173:25 Santa Irene (6+6 á-a+estróf.)            (ficha no.: 5275)

Versión de Santa Clara (Villa Clara, Cuba).   Recitada por Ana María Luján (20a). Recogida 00/00/1960 Publicada en Alzola 1961, pp. 55-56. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXIV, 8.1, p. 208.  033 hemist.  Música registrada.

     Había tres niñas    bordando una bufanda
  2   con aguja de oro    y dedal de plata.
     Pasó un caballero    pidiendo posada.
  4   --Entre, caballero,    y tome su posada.--
     En el comedor    pusieron la mesa
  6   con cuchara de oro    cuchillo y tenedor.
     Arriba en el cuarto    hicieron la cama
  8   con funda de seda    y sábana bordada.
     A la medianoche    él se levantó,
  10   de las tres hermanas    a Elena se llevó.
     La montó a caballo    y se la, llevó.
     . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . .
  12   Ahí sacó su espada    y la degolló,
     . . . . . . . . . . . .    y allí la enterró.
  14   A los siete años    por allí pasó
     y con su caballo    la tierra pisó.
  16   --Perdóname, Elena,    por lo que te hice.
     --Ya estás perdonado,    pero no me pises.--

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0049:89 Conde Niño (á)            (ficha no.: 5284)

Versión de Santa Clara (Villa Clara, Cuba).   Recitada por David Salvador. Recogida 00/00/1960 Publicada en Alzola 1961. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXVIII, 8.2, p. 219.  028 hemist.  Música registrada.

     Una mañana en San Juan    se despierta el niño conde
  2   a dar agua a su caballo    a la orillita del mar,
     Mientras su caballo bebe    él se ponía a cantar
  4   y las aves iban pasando    y se ponían a escuchar.
     La madre llama a la hija:    --Hija, levántate ya
  6   para que oigas las sirenas,    las sirenitas del mar.
     --Madre, ésa no es la sirena    lo que yo voy a escuchar,
  8   es la voz del niño conde    con quien me voy a casar.
     --Si tú te casas con él    yo lo mandaré a matar.--
  10   Y a las cinco de la tarde    ya lo van a asesinar.
     Ella se volvió paloma    y él se volvió un palomar
  12   y fueron a hacer su nido    a la orillita del mar.
     Ella se volvió una iglesia    y él se volvió sacristán
  14   y a las misas les llamaban    una mañana en San Juan.

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0178:52 Mambrú (7+7 á)            (ficha no.: 5247)

Versión de Eucador s. l. (Ecuador).   Recitada por Isaac J. Barrera. Recogida 00/00/1935 Publicada en Mena - Montero 1966, p. 130. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXI, 13.1, p. 194.  016 hemist.  Música registrada.

     Se ve venir un paje,    ¿qué noticia nos traerá?
  2   La noticia que nos trae:    Mambrú se ha muerto ya;
     le llevan a enterrar    en caja de cristal
  4   y encima de la caja    una tarjeta va,
     encima de la tarjeta    una corona va,
  6   encima de la corona    un ramillete va,
     encima del ramillete    un pajarito va
  8   cantando pío, pío,    pío, pío, pío, pa.

Nota: Texto incompleto, pero que se ha incluido por ser el único ecuatoriano.

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0113:173 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 5328)
[0178 Mambrú, contam.]

Versión de Ecuador s. l. (Ecuador).   Recogida 00/00/1935 Publicada en Mena - Montero 1966, pp. 129-130. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XXX, 13.1, p. 242.  022 hemist.  Música registrada.

     Mambrú se fue a la guerra    y no sé cuándo vendrá;
  2   si vendrá por Pascua y Reyes    o vendrá por Navidad.
     --Diga usted, señor soldado,    usted que ha servido al rey,
  4   si le ha visto a mi marido    por Flandes alguna vez.
     --No, señora, no lo he visto,    déme usted las señas de él.
  6   --Mi marido es Félix Blanco,    Félix Blanco, aragonés,
     y en el puño de su espada    carga las armas del rey.
  8   --Sí, señora, sí lo he visto,    su marido murió ya
     y dejó por testamento    que me case con usted.
  10   --Que el cielo no lo permita,    ni mi padre San Andrés,
     que una niña de quince años    se case por sexta vez.--

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0384:1 Hero y Leandro (estróf.)            (ficha no.: 2643)
[0049 Conde Niño, contam.]

Versión de California s. l. (California, EEUU).   Recogida por Joanne B. Purcell, (Archivo: JBP; Colec.: JBP 1969-1970). Publicada en Purcell 1968, 2. Reeditada en Costa Fontes 1997b, Índice Temático (© HSA: HSMS), pp. 103-104, F2.  012 hemist.  Música registrada.

     Numa noit` serena e escura    Leandro deitou-s` ò mar.
  2   Érula faltou com a luz,    vinha a meio do canal.
     --Se tu, Érula, soubess`s    na agonia em que eu ando,
  4   eras capaz de morrer    por teu quelido Leandro.--
     No outro dia de manhã,    Leandro na areia morto.
  6   Érula o mandou chamar,    no seu quarto o foi deitar.
                                  
    
(Neste ponto ela morreu de paixão)

Nota: De momento prefiero reunir bajo un mismo epígrafe los varios romances pan-hispánicos de Hero y Leandro (á-o en la tradición antigua [ "Por el brazo d`Esponto", Durán 466]; á-o y ó en la tradición sefardí y estrófico en la tradición portuguesa) aunque seguramente no se trata de un solo poema. Para los que se interesan en el tema, les resultará más cómodo poder dar con todos los textos y/o toda la bibliografía con una sola búsqueda (ni son muchos los textos ni grande la bibliografía).
Nota del editor: O romance prossegue com as transformações características do Conde Ninho (J1) [0049].
Título original: HERO E LEANDRO (ESTRÓF.) (=SGA Cf. F2, F3/A[arne]T[hompson] 666*)

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0168:7 Aparición de la enamorada muerta (í)            (ficha no.: 5044)

Versión de Santa Barbara (California, EEUU).   Recitada por Eduviges Cordero (89a). Documentada en o antes de 1918. Publicada en Espinosa 1918, p. 310. Reeditada en Díaz Roig 1990A, nº III, 1.1, p. 49.  020 hemist.  Música registrada.

     En una arenosa playa    una hermosa ninfa vi,
  2   que cuanto más me alejaba    más se acercaba a mi.
     --¿Dónde vas, caballerito,    ausentándote de mí?
  4   --Voy, en busca de mi esposa    que hace días no la vi,
     --Tu esposa ya está muerta,    muerta está que yo la vi,
  6   muchos condes la llevaban    al palacio de Madrid.--
     Ya murió la, flor de mayo,    ya murió la flor de abril,
  8   ya murió la que reinaba    en la corte de Madrid.
     A la orilla de una playa    una sombra negra vi,
  10   yo me retiraba de ella,    ella se acercaba a mí.

Nota: Díaz Roig identifica la publicación como "Espinosa 1918", pero en vista de su procedencia, tal vez sea "Espinosa 1925", "Romances tradicionales en California", pp. 229-313.

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0222:30 Bernal Francés (í)            (ficha no.: 5053)

Versión de Santa Barbara (California, EEUU).   Recitada por Jesús Ruiz (58a). Recogida 00/00/1925 Publicada en Espinosa 1925, pp. 304-305. Reeditada en Díaz Roig 1990A, nº V, 1.2, p. 55.  024 hemist.  Música registrada.

     --¡Válgame la Virgen santa!    ¡Válgame el señor San Gil!
  2   ¿quién es ese caballero    que mis puertas viene a abrir?
     --Soy don Hernández Francés    el que te suele servir.--
  4   Se levanta de la cama,    media puerta le va a abrir
     y lo toma de la mano    y se lo lleva al jardín
  6   Se lavan de pies y manos    con agua de toronjil,
     se visten de paños blancos    y se acuestan a dormir.
  8   --¿Qué tienes, Hernández Francés,    qué no te volteas a mi?
     ¿Tienes amores en Francia,    o quieres a otra más que a mí?
  10   ¿O temes a mi marido    que está cien leguas de mí?
     --No tengo amores en Francia    ni quiero a otras más que a ti,
  12   ni le temo a tu marido    porque está al ladito de ti.--

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1537.1:21 El rastro divino (á-o)            (ficha no.: 5074)

Versión de Santa Barbara (California, EEUU).   Recitada por María Pico (64a). Documentada en o antes de 1925. Publicada en Espinosa 1925, p. 311. Reeditada en Díaz Roig 1990A, nº VII, 1.3, p. 78.  052 hemist.  Música registrada.

     Por el rastro de la sangre    que Jesús ha derramado,
  2   iba la Virgen María    buscando a su hijo amado.
     Por el camino donde iba    una mujer ha encontrado.
  4   --¿Qué haces aquí mujer?    ¿Qué haces aquí llorando?
     --¿Me habrías visto pasar    a mi hijo, Jesús amado?
  6   --Dadme las señas, señora,    de vuestro hijo adorado.
     --Es más blanco que la nieve,    más brillante que oro y plata;
  8   a su frente trae el sol    y su cara es de ángel.
     --Por aquí pasó, señora,    por aquí Cristo ha pasado,
  10   con una cruz en los hombros    y una cadena arrastrando,
     una corona de espinas    y su cuerpo maltratado.
  12   Me ha pedido que le diera    un paño de mi tocado
     para limpiarse el rostro,    que lo tenía sudado.
  14   Tres dobleces tenía el paño;    tres figuras me han quedado.
     Si lo quiere ver, señora,    aquí lo tengo retratado.--
  16   Oyendo la Virgen esto    cayó al suelo desmayada;
     San Juan y la Magdalena    ya iban a levantarla.
  18   --Vamos, vamos, mi señora,    vamos presto en el Calvario,
     que por presto que lleguemos    ya lo habrán crucificado.--
  20   Ya lo ponen a la cruz,    ya le ponen los tres clavos,
     ya le dieron la bebida    de amarga hiel y vinagre,
  22   ya le dieron la lanzada    a su divino costado.
     La sangre que derramaba    en el cáliz sobresale;
  24   el hombre que bebe de él    será bienaventurado.
     Quien esta oración dirá    todos los viernes del año
  26   sacará un alma de penas    y la suya de pecado.
     La gracia que pedirá    de Dios le será otorgada;
  28   la del Padre, la del Hijo    y la del Espíritu Santo.

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1537.1:22 El rastro divino (á-a)            (ficha no.: 5075)

Versión de Santa Barbara (California, EEUU).   Recitada por Manuel Pico (60a). Documentada en o antes de 1925. Publicada en Espinosa 1925, pp. 311-312. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº VII, 1.4, p. 78.  018 hemist.  Música registrada.

     Viernes santo, a medianoche,    madruga la Virgen madre,
  2   en busca de Jesucristo,    y San Juan la acompaña.
     --¿No han visto por aquí    al hijo de mis entrañas?
  4   --Por aquí pasó, señora,    antes que el gallo cantara.
     Cinco mil azotes lleva    en sus sagradas espaldas,
  6   una corona de espinas    que sus sienes traspasaba.--
     Lloraban las tres Marías    de ver el paso en que andaba;
  8   una le enjuga las pies,    otra el rostro le limpiaba,
     otra recogía la sangre,    la que el Señor derramaba.

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0191:18 La dama y el pastor (estróf. (vill. glos.))            (ficha no.: 5119)

Versión de San Jose (California, EEUU).   Recitada por Máximo A. Fernández (84a). Documentada en o antes de 1925. Publicada en Espinosa 1925, pp. 307-308. Reeditada en Díaz Roig 1990A, nº XI, 1.1, pp. 102-103.  036 hemist.  Música registrada.

  1A   Una niña en un balcón
     le dice a un pastor: --Espera
     Que por ti está la zagala
     que de amores desespera.
  1B   --No me hables de esa manera--
     (responde el villano vil),
     --que ya me muero de sueño
     y me quiero ir a dormir.
  2A   --Te daré una pila de oro
     y unas cañas de marfil
     tan sólo porque te quedes
     esta noche aquí a dormir.
  2B   --No quiero tu pila de oro
     ni tus cañas de marfil,
     --que ya me muero de sueño
     y me quiero ir a dormir.
  3A   --Mira qué lindos cabellos,
     que llevarás que contar;
     hasta el sol se mira en ellos
     cuando me salgo a pasear.
     Mira qué pulido pie
     para un zapato dorado;
     mira que soy niña y tierna
     y dispuesta a tu mandado.
  3B   --A mí no me da cuidado--
     (responde el villano vil),
     --que ya me muero de sueño
     y me quiero ir a dormir.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  4A   --Zagala, cuando me hablastes,
     tus palabras no entendí;
     perdóname, dueña amada,
     si en algo yo te ofendí.
  4B   --Cuando quise no quisistes,
     y ahora que quieres no quiero;
     pasaré mi vida triste
     como la pasé primero.--

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0075:146 Delgadina (á-a)            (ficha no.: 5130)

Versión de Santa Barbara (California, EEUU).   Recitada por María de los Santos Calderón (52a). Documentada en o antes de 1925. Publicada en Espinosa 1925, p. 310. Reeditada en Díaz Roig 1990A, nº XII, 1.3, p. 112.  024 hemist.  Música registrada.

     Delgadina se paseaba    de la sala a cocina.
  2   --Hija mía, Delgadina,    ¿quieres ser mi hermosa dama?
     --¡No lo permita mi Dios    ni la reina soberana!
  4   --Júntense todos mis criados    y encierren a Delgadina.
     Si les pide que comer,    la comida muy salada.
  6   Si les pide de beber,    denle el agua trasnochada.
     --Padrecito de mi vida,    socórrame un vaso de agua.
  8   Júntense todos mis criados,    llévenle agua a Delgadina,
     unos en vasos de plata    y otros en vasos de china.--
  10   Cuando los criados llegaban    Delgadina estaba muerta.
     Delgadina se murió    coronada de angelitos,
  12   y el padre se murió    coronado de demonios.

Nota: Al final de cada verso (menos el 8 y el 11) se canta el estribillo ¡Que din, que dan, que dan, dan, dan!

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0113:144 Señas del esposo (é+pareados)            (ficha no.: 5299)

Versión de Santa Barbara (California, EEUU).   Recitada por Federico Ruiz (18a). Recogida 00/00/1925 Publicada en Espinosa 1925, p. 304. Reeditada en Díaz Roig 1990A, nº XXX, 1.3, p. 229.  024 hemist.  Música registrada.

     --Yo soy la recién casada,    que nadie me gozará.
  2   Me abandonó mi marido    por amar la libertad.
     Caballero, por ventura,    ¿ha visto usted a mi marido?
  4   --No, señora, no lo conozco.    Déme usted las señas de él.
     --Mi marido es blanco y rubio    y en el hablar muy cortés
  6   y en la copa del sombrero    tiene un letrero francés.
     --Por las señas que me ha dado    su marido muerto es;
  8   en la guerra de Valencia    lo mató un traidor francés.
     Señorita, si usted quiere,    nos casaremos los dos,
  10   con su voluntá y la mía    y la voluntad de Dios.
     --Cinco años que lo he aguardado,    y cinco que lo esperaré.
  12   Si a los diez años no vuelve    de monja me meteré.--

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1537.1:19 El rastro divino (á-a+pareados)            (ficha no.: 5072)

Versión de Manassa (Colorado, EEUU).   Documentada en o antes de 1951. Publicada en Rael [1951], p. 24. Reeditada en Díaz Roig 1990A, nº VII, 1.1, pp. 76-77.  056 hemist.  Música registrada.

     Por el rastro de la sangre    que Jesucristo derrama,
  2   camina la Virgen pura    en una fresca mañana.
     De tan mañana que era    a la hora que caminaba,
  4   las campanas de Belén    solas tocaban el alba.
     Encuentra a San Juan Bautista    y de esta manera le habla:
  6   --¿No me has visto por aquí    al hijo de mis entrañas?
     --Por aquí pasó, señora,    antes que el gallo cantara;
  8   cinco mil azotes lleva    en sus sagradas espaldas.
     Con una cruz en sus hombros    de madera muy pesada;
  10   como el madero era verde,    cada paso arrodillaba.
     Una soga a la garganta    que más que cien nudos daba;
  12   allí estaba una mujer    Verónica se llamaba.
     Lleva un clarín por delante    publicando el padecer,
  14   una corona de espinas    de juncos marinos es.
     Tres clavos lleva en sus manos,    con los que ha de ser clavado;
  16   corona de espinas lleva,    con que ha de ser coronado.--
     Cuando la Virgen oyó esto,    cayó en tierra desmayada;
  18   San Juan, como buen sobrino,    procuraba levantarla.
     --Levántate, tía mía,    ya no es tiempo de tardanza,
  20   que allí en el monte Calvario,    tristes trompetas sonaban.
     --¡Ay, Jesús, mi Padre amado,    que por mí estás de esta suerte,
  22   haz que nos vaga la muerte    por redimir el pecado!--
     Quien esta oración cantare,    todos los viernes del año,
  24   saca una ánima de penas    y la suya del pecado.
     El que sabe y no la enseña,    el que la oiga y no la aprende,
  26   el día del juicio sabrá    lo que esta oración contiene.
     Madre mía de Guadalupe,    madre de consolación,
  28   Señora de los Dolores,    yo te ofrezco esta oración.

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0866:1 Galán que vuelve de las Indias (á-a)            (ficha no.: 2000)

Versión de Delacroix (Louisiana, EEUU).   Recitada por Lilly López Rayburn (78a) y Julia Melernie Schiel (80a). Recogida por Samuel G. Armistead, 00/00/1980 (Archivo: FLSJ; Colec.: Armistead-Silverman). Publicada en Armistead 1983b, NRFH, pp. 46-47, nº 11A. Reeditada en IGR-vulgar 1999, pp. 607 (apén.).  026 hemist.  Música registrada.

     Ahí vinía mi papá    arriba de su caballo,
    
(a darme las nuevas que ya me habían matado a mi esposo.)
  2   --Vístanme mi casa `e luto,    de luto tamién mi cama,
     pónganme camisas negras    y negras también mis sayas,
  4   que se me van pa(ra) las Indias    los dos ojos de mi cara.--
     Y el galán, enternecido    juró a la cruz de su espada,
  6   que al cumplir el año y medio    y en cumplir en su palabra.
     Y antes de cumplir el año (y medio),    ya la dama era casada,
  8   con un rico mercadero    allí mismito de España.
     Y al cumplir el año y medio,    y el galán en tierra estaba;
  10   y a la primera vesita,    sentadita en su ventana,
     con un niñito en los brazos    que el mismo sol lo envidiaba.
  12   Quédese con Dios, señora,    yo de usted no quiero nada.
     --Váyase con Dios, señor,    que yo he sido la engañada.--

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0222:21 Bernal Francés (í+pareados)            (ficha no.: 4845)

Versión de Delacroix (Louisiana, EEUU).   Recitada por Malvina Pérez. Recogida por Samuel G. Armistead, 28/03/1976 (Archivo: FLSJ; Colec.: Armistead-Silverman). Publicada en Armistead 1992, pp. 65-66. Reeditada en Díaz Roig 1990A, nº__, 1.4, pp. 56-57.  028 hemist.  Música registrada.

     En este plan de barranco,    sin saber cómo ni cuándo,
  2   ahí fu` onde se alcontró    Viyano con don Fernando.
     Le sacó y el machete,    su rifle de a diesisei.
  4   Sinco balaso le pegó    y a don Femando el fransé
     A luego que ya se día    y a luego vuelve otra ve
  6   y a ponerse el vestido    de don Fernando el francé
     --Ábrame la puerta, dueñ` Ilena,    ábramela con confiansa.
  8   Mira que soy don Fernando    que cabe yegá de Fransia.--
     Apena m` abrió la puerta    y ayí le apagué el candil.
  10   La vestí toda de blanco    y me la yevé al jardín.
     --Perdona, mari`o mío,    perdona, meselicoria.
  12   No lo jagas por mí,    halo por mi criatura.
     --De mí no tienes perdón;    de mí no `cansas victoria;
  14   tú sola te desgrasiates;    pide a Dio miselicoria.--

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0075:144 Delgadina (á-a)            (ficha no.: 5128)

Versión de Reggio (Louisiana, EEUU).   Recitada por Josephine Acosta (60a). Recogida 00/00/1982 (Archivo: FLSJ; Colec.: Armistead-Silverman). Publicada en Armistead 1983b, pp. 45-46. Reeditada en Díaz Roig 1990A, nº XII, 1.1, pp. 110-111.  060 hemist.  Música registrada.

     Había un rey    que tenía tres hijitas
  2   y la mas pequeñita    Delgadina se llamaba,
     y cuando su madre dé a misa    su padre la enamoraba,
  4   y como ella no quería    en un cuarto la encerraba,
     en un cuarto tan oscuro    donde las ranas cantaban.
  6   A los tres días de encierro,    Delgadina en su ventana
     y alcanzó a ver a su hermana    jugando un juego de amas:
  8   --Hermana, por ser mi hermana    ¿me darás un trago de agua?,
     que de esta hambre y de esta sed    [y] a Dios pienso dar del alma.
  10   --Pasa, pasa, perra malvada,    quítate de esa ventana,
     que si mi padre te ve    y puñaladas te daba.--
  12   Delgadina se quitaba    muy triste y desconsolada
     y con las lágrimas de los ojos    todo el cuarto lo bañaba.
  14   A los seis días de encierro,    Delgadina en su ventana
     y alcanzó a ver a su otra hermana    jugando un juego de amas:
  16   --Hermana, por ser mi hermana,    ¿me darás un trago de agua?,
     que de esta hambre y de esta sed    [y] a Dios pienso dar del alma.
  18   --Pasa, pasa, perra malvada,    quítate de esa ventana,
     que si mi padre te ve    y puñaladas te daba.--
  20   Delgadina se quitaba    muy triste y desconsolada
     y con las lágrimas de los ojos    todo el cuarto lo bañaba.
  22   Y a los nueve días de encierro,    Delgadina en su ventana
     y alcanzó a ver a su padre    enamorando otra dama:
  24   --Padre, por ser mi padre,    ¿me darás un trago de agua?,
     que de esta hambre y de esta sed    y a Dios pienso dar del alma.
  26   --Vaygan, caballeros,    denle agua a Delgadina,
     --No me la den en tazas de oro    ni en vasos de plata,
  28   denme una copa de cristal    para que me refresque el alma.--
     Y en la gloria las campanas repicando    y los angelitos cantando
  30   porque al montar las escaleras    Delgadina muerta estaba.

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0113:146 Señas del esposo (é+pareados)            (ficha no.: 5301)

Versión de Delacroix (Louisiana, EEUU).   Recitada por Joseph Campo. Recogida 00/00/1980 (Archivo: FLSJ; Colec.: Armistead-Silverman). Publicada en Armistead 1983b, p. 43. Reeditada en Díaz Roig 1990A, nº XXX, 1.5, p. 230.  014 hemist.  Música registrada.

     --Yo soy la recién casada,    de mí nadie gozará,
  2   mi marido está en la guerra    por servir su libertad.
     --Señora, si usted quisiera    déme una seña de su marido.
  4   --Mi marido es alto y rubio,    nada tiene de cortes,
     en el puño de su espada    lleva un letrero francés,
  6   Hay seis años que lo espero,    seis más que lo esperaré,
     si a los doce años no viene    con usted me casaré.--

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0226:44 La Virgen y el ciego (é)            (ficha no.: 5343)
[0028 Búsqueda de la Virgen, contam.]

Versión de Chalmette (Louisiana, EEUU).   Recitada por Julia Melerine (80a). Recogida 00/00/1980 (Archivo: FLSJ; Colec.: Armistead-Silverman). Publicada en Armistead 1983b, p. 46. Reeditada en Díaz Roig 1990A, nº XXXIII, 1.1, pp. 254-255.  018 hemist.  Música registrada.

     Ahí arriba en aquel alto    venden ricos naranjeros;
  2   ciego es el que los vende,    ciego es el que no ve.
     --Ciego, déme una naranja    para mi niño comer.
  4   --Entra adentro, la señora,    y coja las que quisiera.--
     Una cogió para mi niño comer    y cientas volvieron a nacer.
  6   Camina la Virgen pura    y camina para Belén
     con su niño entre los brazos    que es el Jesús de Nazarén.
  8   Cuando ella día llegando    ya lo estaban crucificando,
     cuando ella llegó    ya le habían remachado los clavos.

Nota de Díaz Roig: Los dos últimos versos son un cruce con otro romance religioso: La búsqueda de la Virgen.

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0188:9 Sábado por la tarde (é-o+estróf.)            (ficha no.: 9583)

Versión de Delacroix (Louisiana, EEUU).   Recitada por José Campo. Recogida por Samuel G. Armistead, 19/12/1980 (Archivo: FLSJ; Colec.: Armistead-Silverman). Publicada en Armistead 1983b, p. 45.  024 hemist.  Música registrada.

     Y un sábado por la tarde,    toda tu calle pasedo,
  2   por hablar con tus amigos,    ya que contigo no puedo.
     El otro día domingo,    fue d`en casa delantero
  4   por ver si te vide venir    y con ese lindo cuerpo.
     Cuando te vide venir,    me tapé con el sombrero
  6   porque no diga tu padre    que por tus amores muero.
     Entrates en la iglesia;    de rodillas ves al Sacramento,
  8   a rogarle y a pedirle:    Dio nos libre del infierno.
     Cuando a ti t`estén echando    las alas en el pañuelo,
  10   a mí me estarán echando    mi cuerpo en el cimenterio.
     Cuando a ti t`estén sacando    a bailar con buenos mozos,
  12   a mí me estarán sacando    los gusanitos de los ojo(s).

Título original: El rondador rechazado.

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0023:42 Gerineldo (í-o)            (ficha no.: 3603)

Versión de Ranchitos [Taos] (New Mexico, EEUU).   Recitada por Marcelino Morgas (89a). Recogida por Aurelio Macedonio Espinosa, (Archivo: AMP; Colec.: Espinosa, A. M.). Publicada en Espinosa 1953, Romancero de Nuevo Méjico , pp.52-53. Reeditada en RTLH 7 (1975) , vól. 7, pp. 247-248 y Díaz Roig 1990A, nº__, 1.1, pp. 141-142.  088 hemist.  Música registrada.

     --Gerineldo, Gerineldo,    mi camarero y guerrido,
  2   ¡quién te pescara tres horas,    tres horas en mi servicio!
     --¿Tres horas dice, señora?,    ¡pudiera Dios fueran cinco!
  4   Como soy vuestro criado,    quedrá usted burlas conmigo.
     --Calla, calla, Gerineldo,    que de veras te lo digo.
  6   --Pues, ¿para cuándo, señora,    ha de ser lo prometido?
     --Para esta noche, a las doce,    cuando el rey esté dormido.--
  8   Todavía ni las doce han dado,    para la puerta se ha ido.
     Halló la puerta cerrada    , pegó un sollozo y suspiro.
  10   La infanta, que despertó,    y de esta manera dijo:
     --¿Quién es este caballero,    que a mis puertas ha venido?
  12   --Señora, soy Gerineldo,    que vengo a lo prometido.--
     La infanta se levantó,    para la puerta se ha ido.
  14   Ya lo agarra de la mano,    a la cama se han metido.
     En medio de sus deleites    ya se han quedado dormidos.
  16   Después de la medianoche    pidió el rey sus vestidos;
     ya los fue a llevar un paje    que de Gerineldo es amigo.
  18   --¿Ónde está mi Gerineldo,    mi camarero y guerrido?
     --Señor, en la cama está    con calenturas y fríos.--
  20   Ya se viste de milicia,    y pa el castillo se ha ido;
     halló la puerta entreabierta,    y pa adentro se ha metido.
  22   Los halla boca con boca,    como mujer y marido.
     Intentando de matarlos,    de esta manera dijo:
  24   --Si mato a mi Gerineldo,    yo le he criado desde niño,
     si mato a mi hija la infanta,    ya mi reino está perdido;
  26   pondré la espada entre ambos    pa que sepan que he sentido:
     La infanta se ha despertado    y de esta manera dijo:
  28   --Levántate, Gerineldo,    mi camarero y guerrido;
     la espada del rey mi padre    entre los dos ha dormido.--
  30   Se levanta Gerineldo,    y de esta manera dijo:
     --¡Quién no hubiera sido criado!    ¡Quién no hubiera nacido!
  32   --Calla, calla, Gerineldo,    mi camarero y guerrido,
     que yo le diré a mi padre    que te escojo por marido.--
  34   Otro día por la mañana,    el rey pidió sus vestidos;
     se los llevó Gerineldo,    como otras veces había ido.
  36   --Gerineldo, Gerineldo,    mi camarero y guerrido,
     ¿Ónde la noche has pasado?,    ¿ónde la noche has dormido?
  38   --Señor, jugando a las damas;    ni he ganado ni he perdido.
     --¡Qué grande disimular,    por lo mucho que yo he visto!--
  40   Hinca la rodilla en tierra,    y de esta manera ha dicho:
     --Señor, yo seré la carne,    vuestra merced el cuchillo;
  42   corte por donde usted quiera;    de mí no se haiga dolido.
     --Levántate, Gerineldo,    mi camarero y guerrido,
  44   que dice mi hija la infanta    que te escoge por marido.--

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0023:44 Gerineldo (í-o)            (ficha no.: 3605)

Versión de Nutritas (New Mexico, EEUU).   Recitada por Justiciano Atencio (32a). Recogida por Aurelio Macedonio Espinosa, entre 1902-1910 (Archivo: AMP; Colec.: Espinosa, A. M.). Publicada en Espinosa 1915, nº 9, pp. 19-21, [Romancero nuevomejicano, pp. 461-466] y RTLH 7 (1975) , vól. 7, pp. 245-246. Reeditada en Espinosa 1953, Romancero de Nuevo Méjico , pp. 51-52.  096 hemist.  Música registrada.

     --Gerineldo, Gerineldo,    mi camareru aguerrido,
  2   ¡quién te tuviera tres horas,    tres horas a mi servicio!
     --¡Como dice que son tres,    dijera que jueran cinco!
  4   comu he sido criado suyo    quieri usted burlar conmigo.
     --Gerineldo, Gerineldo,    de de veras te lo digo.
  6   --Señora, ¿pa cuándo vengo    a lo que mi ha prometido?
     --Para mañan` en nochi,    cuando `l rey esté dormido.----
  8   Se levanta Gerineldo    y se va para `l casti[ll]o;
     halla la puerta cerrada    y da un sollozo suspiro.
  10   --¿Quién es ese caballero,    alevoso y atrevido,
     qui a deshoras de la nochi    a mi casti[ll]u ha venido?
  12   --Señora, soy Gerineldo    que vengu a lo prometido.--
     Se levanta ya l`infanta    y lo mete p`al casti[ll]o;
  14   ya se dan besos y abrazos    como mujer y marido.
     Si acabaron sus deleites,    y se quedaron dormidos,
  16   acostaus boca con boca    como mujer y marido.
     Cosa de la media nochi    ya pide el rey sus vestidos;
  18   va a llevárselos un paje,    de Gerineldu es amigo.
     --¿Dónde está mi Gerineldo,    mi carareru aguerrido?
  20   --Señor, en la cam`    está de calenturas y fríos.--
     Toma su capa y su espada    y se va para `l casti[ll]o;
  22   hálla la puert` entri abierta,    para dentro si ha metido:
     los halla boca con boca    como mujer y marido.
  24   Intenta luego matalos     y de esta manera ha dicho:
     --Si matu a mi Gerineldo,    que lu he criado desde niño;
  26   si matu a mi hija l`infanta,    queda mi reino perdido;
     pondré mi espad` entremedio    pa que vean son sentidos.--
  28   L`infanta qui ha despertado,    de esta manera ha dicho:
     --Levántate, Gerineldo,    mi camareru aguerrido,
  30   que l`espada de mi padre    entri ambos dos ha dormido.--
     Se levanta Gerineldo     desiando nu haber nacido.
  32   --Nu estés triste, Gerineldo,    mi camareru aguerrido,
     yo le dirí al rey, mi padre,    que te estimo por marido.
  34   En caso que te pregunte    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     ¿dónde la noch`has pasado,    dónde la noch`has dormido?
  36   --Señor, jugando a las damas,    ni he ganado ni he perdido.--
     Otro día de mañana    ya pide el rey sus vestidos;
  38   va Gerineldu y lo lleva    como di antes había ido.
     --Gerineldo, Gerineldo,    mi camareru aguerrido,
  40   ¿Dónde la noch`has pasado,    dónde la noch`has dormido?
     --Señor jugandu a las damas,    ni he ganado ni he perdido.
  42   --Gerineldo, Gerineldo,    ¿negarás lo que yu he visto?--
     Hinca la rodill` en tierra    y de esta manera ha dicho:
  44   --Corte por donde quisiere,    yo la carni, usté el cuchi[ll]o,
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    qui usté es el juez vengativo.
  46   --Levántate, Gerineldo,    mi camareru aguerrido,
     que mi hija l`infanta dice    que te estima por marido--
  48   Se levanta Gerineldo,     pegando saltos y brincos,
     como l`hubier` hecho yo,    si Gerineldo había sido.

Notas: A. M. E. anota el seseo y el yeísmo y normaliza la ortografía y resuelve las elisiones. También transcribe pide`l, d`esta, qu` he, maner`ha, mi (hi)ja, etc. aunque estas pronunciaciones son normales en el español de muchas áreas. La -u final (por -o) y la -i (por -e) son abiertas. En la copia del "Extrait de la Revue Hispanique , tome XXXIII" que manejo, el recitador figura como Justiniano Atencio.

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0222:28 Bernal Francés (í)            (ficha no.: 4852)

Versión de Taos (New Mexico, EEUU).   Recitada por Celso Espinosa (50a). Recogida por Aurelio Macedonio Espinosa, (Colec.: Espinosa, A. M.). Publicada en Espinosa 1915, nº 15, p. 27 y Espinosa 1953, Romancero de Nuevo México, Madrid: CSIC, 1953, nº 45.  030 hemist.  Música registrada.

     --Francisquita, Francisquita,    la del cuerpo muy sutil,
  2   ábrele la puerta, mi alma,    a quien te solía servir.
     --¿Quién es ese caballero    que mis puertas quiere abrir?
  4   --Yo soy don Bernal Francés    que en un tiempo te serví.--
     Se levanta alborotada    para encender el candil
  6   y en la puerta de la casa    le apagó él el candil.
     Ya se van para la cama,    ya se acuestan a dormir.
  8   --Media noche hemos dormido,    medianoche hay que dormir.
     ¿Qué tienes, Bernal Francés,    que no te llegas a mí?
  10   O te han corrido los moros    o te han dicho mal de mí,
     o tienes amor en Francia    que lo quieres más que a mí,
  12   o temes a mi marido    que está mil leguas de aquí.
     --Ni me han corrido los moros    ni me han dicho mal de ti
  14   ni tengo amores en Francia    que los quiero más que a ti,
     ni le temo a tu marido    que está a un ladito de ti.--

Nota: En la copia del "Extrait de la Revue Hispanique , tome XXXIII" que manejo, Albuquerque figura como el lugar de origen del recitador.

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0234:49 Albaniña (ó)            (ficha no.: 5004)

Versión de Albuquerque (New Mexico, EEUU).   Recitada por Manuelita Cisneros (33). Recogida por Aurelio Macedonio Espinosa, (Colec.: Espinosa, A. M.). Publicada en Espinosa 1915, nº 18, pp. 29-30 y Espinosa 1953a, pp 62-63. Reeditada en Díaz Roig 1990A, nº I, 1.1, pp. 22-23.  060 hemist.  Música registrada.

     Andábame yo paseando    por las orillas del mar,
  2   me encontré con una dama,    y ella me hizo emborrachar.
     Nos tomamos de la mano,    a su casa me llevó,
  4   y en la cama nos sentamos    para conversar de amor.
     Ya estábamos platicando,    cuando el marido llegó.
  6   --¡Tu marido!, ¡Tu marido!,    `hora verás, ¿qué hago yo?
     --Acuéstate en esa cama,    mientras me disculpo yo.
  8   --Ábreme la puerta, cielo,    ábreme la puerta, sol.--
     Ha bajado la escalera,    quebradita la color.
  10   --Tú has tenido calentura,    o has tenido nuevo amor.
     --Yo no tengo calentura,    ni he tenido nuevo amor,
  12   las llaves se me han perdido    de tu rico tocador.
     --Si tú las tienes de acero,    de oro las tengo yo.
  14   ¿De quién es ese caballo    que en mi corral relinchó?
     --Tuyo, tuyo, vida mía,    mi padre te lo mandó,
  16   pa que fueras a la boda    de mi hermana, la mayor.
     --Viva tu padre mil años,    que caballos tengo yo.
  18   ¿De quién es ese trabuco    que en ese clavo colgó?
     --Tuyo, tuyo, mi marido,    mi padre te lo mandó,
  20   para llevarlo a la boda    de mi hermana, la mayor.
     --Viva tu padre mil años,    que trabucos tengo yo.
  22   ¿Quién es ese caballero    que en mi cama se acostó?
     --Es una hermanita mía,    que mi padre la mandó
  24   pa llevarnos a la boda    de mi hermana, la mayor.--
     La ha tomado en la mano,    al padre se la llevó.
  26   --Toma, padre, aquí, a tu hija,    que me ha jugado traición.
     --Llévatela tú, el mi yerno,    que la Iglesia te la dio.
  28   Ya la toma de la mano,    al campo se la llevó;
     allí de tres puñaladas,    allí luego la mató.
  30   La dama murió a la una,    y el galán murió a las dos.

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0234:50 Albaniña (ó)            (ficha no.: 5005)

Versión de Tomé (New Mexico, EEUU).   Recitada por José de León Padilla (49). Recogida por Aurelio Macedonio Espinosa, (Colec.: Espinosa, A. M.). Publicada en Espinosa 1953a, pp. 64-65. Reeditada en Díaz Roig 1990A, nº I, 1.2, p. 23.  060 hemist.  Música registrada.

     Andándome yo paseando    por las orillas del mar,
  2   encontré una joven bella    y me empezó a enamorar.
     Luego la traté de amores    y de amores me trató,
  4   luego me tomó de brazo,    pa su casa me llevó.
     Estábamos platicando    cuando el marido llegó.
  6   --¡Mi marido! ¡Mi marido!    Mala suerte nos tocó.
     --¡Tu marido! ¡tu marido!,    `hora, ¿onde me escondo yo?
  8   --Acuéstate en esta cama    mientras me disculpo yo.
     --Ábreme la puerta, cielo,    ábreme la puerta, sol.
  10   ¿Qué has tenido calentura    o has tenido nuevo amor?
     --No he tenido calentura    ni tampoco nuevo amor,
  12   se me han perdido las llaves    de tu nuevo tocador.
     --¿Quién es ese vagamundo    que en mi cama se acostó?
  14   --No te asustes, bien de mi alma,    que es mi hermana la menor.
     --¿De quién es ese caballo    que en mi corral relinchó?
  16   --No te asustes, bien de mi alma,    mi padre te lo mandó
     pa que fueras a las bodas    de mi hermana la mayor.
  18   --Bien me puedes ir diciendo,    qué caballos tengo yo.
     Voy a ver a mi corral,    a ver qué caballo relinchó.
  20   --Mete piernas al caballo    mientras me disculpo yo.--
     Cuando del corral volvió,    a la mujer preguntó:
  22   --¿Quién es ese caballero    que de mi patio salió?
     --No te asustes, bien de mi alma,    que es mi hermana la mayor
  24   que fue a avisarle a mis padres    que su hermano se enceló.
     --¡Válgame Dios de los cielos!,    `hora sí, ¿cómo haré yo?
  26   Yo se lo decía jugando    y tu hermana lo creyó.
     --No te asustes, bien de mi alma,    tu abogada seré yo;
  28   anda, conforma a mis padres;    satisfecha quedo yo.--
     En un buque de la mar    una joven se embarcó;
  30   fue a platicarle al sujeto    lo bien que se disculpó.

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0168:8 Aparición de la enamorada muerta (í)            (ficha no.: 5045)

Versión de Socorro (New Mexico, EEUU).   Recitada por Gregorio García (30a). Recogida por Aurelio Macedonio Espinosa, (Colec.: Espinosa, A. M.). Publicada en Espinosa 1915, nº 21, p. 32 y Espinosa 1953, p. 24. Reeditada en Díaz Roig 1990A, nº III, 1.2, p. 49.  024 hemist.  Música registrada.

     En una playa arenosa    una blanca sombra vi,
  2   y entre más me retiraba,    más se acercaba a mí.
     --¿Dónde vas, caballerito,    alejándote de mi?
  4   --Voy en busca de mi esposa,    que hace días no la vi.
     --Ya tu esposa ya es muerta,    con mis ojos yo la vi,
  6   cuatro duques la llevaban    a la ciudad de Madrid.
     El coche en que la llevaban    era de oro y cortesí,
  8   la tapa que le pusieron    era de oro y de marfil.
     Cásate, caballerito,    y no te quedes así,
  10   y al primer niño que tengas    ponle nombre como a mí.--
     Ya murió la flor de mayo,    ya murió la flor de abril,
  12   ya murió la que reinaba    en la ciudad de Madrid.

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0222:29 Bernal Francés (í)            (ficha no.: 5052)

Versión de Albuquerque (New Mexico, EEUU).   Recitada por Néstor González (49a). Recogida por Aurelio Macedonio Espinosa, (Colec.: Espinosa, A. M.). Publicada en Espinosa 1915, nº 16, pp. 27-28 y Espinosa 1953a, pp. 59-60. Reeditada en Díaz Roig 1990A, nº V, 1.1, p. 55.  040 hemist.  Música registrada.

     --¡Francisquita, Francisquita,    la del cuerpo muy sutil!
  2   Ábreme las puertas, mi alma,    que yo te las mando abrir.
     --¿Quién es ese caballero    que mis puertas manda abrir?
  4   --Yo soy el Andrés Francés    que en un tiempo te serví.--
     Se levanta Francisquita    y hace encender el candil
  6   y lo toma de la mano    y lo mete para el jardín.
     Lo lava de pies y manos    con agua de toronjil,
  8   lo viste de paños blanco    y se acuestan a dormir.
     --Media noche hemos dormido,    media falta que dormir.
  10   ¿Qué tienes, Andrés Francés,    que no volteas a mí?
     O te han corrido los moros    o te han dicho mal de mí,
  12   o tienes amor en Francia,    que lo quieres más que a mí,
     o temes a mi marido,    que está cien leguas de ti.
  14   --No me han corrido los moros    ni me han dicho mal de ti,
     ni tengo amores en Francia,    que los quiero más que a ti,
  16   ni le temo a tu marido,    que está en un ladito de ti.
     Mañana por la mañana,    te cortaré que vestir
  18   tu gargantón colorado    y tu rico faldillín.
     Escribiré a Andrés Francés    que arrastre luto por ti
  20   y pagaré las campanas,    que doblen tristes por ti.--

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0222:31 Bernal Francés (í+pareados)            (ficha no.: 5054)

Versión de Magdalena (New Mexico, EEUU).   Recitada por Eduardo Gómez (50a). Recogida por Aurelio Macedonio Espinosa, (Colec.: Espinosa, A. M.). Publicada en Espinosa 1953a, pp. 69-70. Reeditada en Díaz Roig 1990A, nº V, 1.3, p. 56.  052 hemist.  Música registrada.

     --Ábreme la puerta, Elena,    no me tengas desconfianza,
  2   que soy Fernández Francés    que ahora vengo de Francia.--
     Se levanta doña Elena    con el candil en la mano,
  4   y al tiempo de abrir la puerta,    la vela se le ha apagado.
     Lo toma así de la mano    y lo mete a su jardín,
  6   lo cambia de ropa limpia    y se acuestan a dormir.
     --Media noche hemos dormido,    media falta que dormir.
  8   ¿Qué tiene mi rey francés    que no se ha acercado a mi?
     ¿O lo han corrido los moros,    o le han dicho mal de mí,
  10   o le teme a mi marido,    que está cien leguas de aquí?
     --Ni me han corrido los moros,    ni me han dicho mal de ti,
  12   ni le temo a tu marido,    que está a un ladito de ti.
     --Perdóname, esposo mío,    perdona mi desventura,
  14   ya no lo hagas por mí,    hazlo por tus dos criaturas.
     Perdóname, esposo mío,    perdona mi debilidad,
  16   que no es la primer mujer    que cae en fragilidad.
     --De mí no alcanzas perdón,    de mí no alcanzas ternura;
  18   que te perdone el malvado    que gozó de tu hermosura.
     Toma, criada, esos niños,    y llévaselos a su abuela;
  20   si pregunta por Elena,    dile que no sabes de ella.--
     La pobrecita de Elena,    pobrecita, ya murió,
  22   con seis tiros de pistola    que su marido le dio!
     Suenen, suenen las campanas    y ciérrense los conventos,
  24   la pobrecita de Elena    no alcanzó los sacramentos.
     Pongan cuidado, casadas,    miren lo que sucedió,
  26   que Elena por cautelosa    su marido la mató.

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1537.1:20 El rastro divino (á-a+pareados)            (ficha no.: 5073)

Versión de Santa Cruz (New Mexico, EEUU).   Recitada por Ana María Bustos (70a). Recogida por Aurelio Macedonio Espinosa, (Colec.: Espinosa, A. M.). Publicada en Espinosa 1953a, pp. 174-175. Reeditada en Díaz Roig 1990A, nº VII, 1.2, p. 77.  032 hemist.  Música registrada.

     Por el rastro de la sangre    que Jesucristo derrama,
  2   camina la Virgen pura    en una fresca mañana.
     Como era tan de mañana    a la hora que caminaba,
  4   las campanas de Belén    todas repican el alba.
     Se encontró a San Juan Bautista    y de esta manera le habla:
  6   --¿No ha pasado por aquí    el hijo de mis entrañas?
     --Por aquí pasó, señora,    antes que el gallo cantara;
  8   lleva cinco mil azotes    en sus sagradas espaldas,
     lleva una cruz en sus hombros    de madera muy pesada;
  10   una corona de espinas    que sus sienes traspasaban.--
     Al punto que oyó la Virgen,    cayó en tierra desmayada;
  12   San Juan, como buen sobrino,    luego acude a levantarla.
     --Levántese, tía mía,    que no es tiempo de tardanza,
  14   que en el Calvario sangriento    roncas trompetas sonaban.--
     Suenan las roncas trompetas    y el destemplado tambor;
  16   póngase luto la Virgen,    que ha muerto nuestro Señor.

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0191:19 La dama y el pastor (estróf. (vill. glos.))            (ficha no.: 5120)

Versión de Peña Blanca (New Mexico, EEUU).   Recitada por José A. Ribera (42a). Recogida por Aurelio Macedonio Espinosa, (Colec.: Espinosa, A. M.). Publicada en Espinosa 1915, nº 10, pp. 22-23 y Espinosa 1953a, pp. 33-34. Reeditada en RTLH 11 (1977-1978), pp. 101-102 y Díaz Roig 1990A, nº XI, 1.2, p. 103.  060 hemist.  Música registrada.

  1A   Una niña en un balcón
     le dice a un pastor: --Espera,
     aquí te habla una zagala,
     que de amores desespera.
  1B   --No me hables de esa manera,
     (le dice el villano vil;)
     mi ganado está en la sierra,
     con él me voy a dormir.
  2A   --Mira qué rojos cabellos
     y llevarás que contar;
     el sol se enamora de ellos
     cuando me siento a peinar.
     Mira qué pulido pie
     para un zapato bordado;
     mira que soy niña y tierna
     y que estoy a tu mandado.
     Te doy una pila de oro
     y tres cañas de marfil,
     tan sólo por que te quedes
     esta noche aquí a dormir.
  2B   --No quiero tu pila de oro
     ni tus cañas de marfil;
     mi ganado está en la sierra,
     con él me voy a dormir.
  3A   --Te doy el burro y el carro,
     el catre y el almirez,
     tan sólo porque te quedes
     esta noche y otras tres.
  3B   --No quiero el burro ni el carro,
     ni el catre ni el almirez;
     mi ganado está en la sierra,
     con él me voy otra vez.--
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  4B   --Zagala, cuando me hablaste,
     tus palabras no entendí.
     Perdóname, gran señora,
     si en algo yo te ofendí.
     Yo te doy las posesiones
     donde pastea mi ganado,
     tan sólo porque me dejes
     arrimarme por tu lado.
  5A   --Pastor rústico y cansado,
     villano, vete de aquí;
     tu ganado está en la sierra,
     con él te vas a dormir.
  5B   --Yo te doy mi ganadito,
     con to` y perros y pastores,
     tan sólo porque me dejes
     arrimarme a tus amores.
  6A   --Pastor rústico y cansado,
     villano, vete de aquí;
     tu ganado está en la sierra,
     con él te vas a dormir.
  6B   --Haré de cuenta que tuve
     una sortijita de oro,
     y que se me cayó en el mar
     y así la perdí del todo.
  7A   --Cuando quise no quisiste,
     y hora que quieres no quiero;
     llora tú tu soledad,
     que yo la lloré primero.--

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0075:145 Delgadina (á-a)            (ficha no.: 5129)

Versión de Gallegos (New Mexico, EEUU).   Recitada por Francisco Vigil (48a). Recogida por Aurelio Macedonio Espinosa, (Colec.: Espinosa, A. M.). Publicada en Espinosa 1915, nº 2, pp. 11-12 y Espinosa 1953a, pp. 39-40. Reeditada en Díaz Roig 1990A, nº XII, 1.2, p. 111.  074 hemist.  Música registrada.

     Delgadina se paseaba    en una sala cuadrada,
  2   con una mantona de oro    que la sala relumbraba.
     Su padre, como enojado,    se metió por la cocina:
  4   --¡Sálgase la gente afuera!,    déjenme a la Delgadina.
     Delgadina, hija mía,    tú pudieras ser mi dama.
  6   --No lo permita mi Dios    ni la reina soberana.
     ¡Qué tal ofensa a mi Dios!    ¡Qué tal ofensa a mi nana!
  8   --¿Quieren darle de comer?    Denle comida pesada.
     ¿Quieren darle de beber?    Denle de la agua mezclada.--
  10   Otro día por la mañana,    se levanta a la madrugada;
     se va adonde está su madre,    doblones de oro jugaba:
  12   --Madrecita, si es mi madre,    socórrame un jarro de agua,
     que ya me abraso de sed    y a mi Dios le entrego el alma.
  14   --Delgadina, hija mía,    yo no te puedo dar agua,
     porque si nos ve tu padre,    las dos somos castigadas.--
  16   Otro día por la mañana,    se levanta a madrugada;
     se va a donde está su hermana,    cabellos de oro peinaba:
  18   --Hermanita, si es mi hermana,    socórrame un jarro de agua,
     que ya me abraso de sed    y a mi Dios le entrego el alma.
  20   --Hermanita Delgadina,    yo no te puedo dar agua,
     porque si nos ve mi padre,    las dos somos castigadas.--
  22   Otro día por la mañana,    se levanta a madrugada;
     se va adonde está su hermano,    bolitas de oro jugaba:
  24   --Hermanito, si es mi hermano,    socórrame un jarro de agua,
     que ya me abraso de sed    y a mi Dios le entrego el alma.
  26   --Hermanita Delgadina,    yo no te puedo dar agua,
     porque si nos ve mi padre,    los dos somos castigados.--
  28   Se levanta Delgadina    otro día por la mañana;
     se va adonde está su padre,    barajas de oro jugaba:
  30   --Padrecito, si es mi padre,    socórrame un jarro de agua
     que ya me abraso de sed    y a mi Dios le entrego el alma.
  32   --¿Te acordarás, Delgadina,    lo que te dije en la mesa?
     --Sí me acuerdo, padrecito,    agacharé la cabeza.--
  34   La cama de Delgadina    de ángeles está rodeada;
     San José la está velando,    y la Virgen del Pilar.
  36   Ya murió la Delgadina;    derecho al cielo se fue,
     y el cornudo de su padre    a los infiernos se fue.

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0075:147 Delgadina (pareados)            (ficha no.: 5131)

Versión de Rancho de Taos (New Mexico, EEUU).   Recitada por Juan A. Bernal (87a). Recogida 00/00/1946 Publicada en Campa 1946, pp. 32-33. Reeditada en Díaz Roig 1990A, nº XII, 1.4, p. 112.  046 hemist.  Música registrada.

     Delgadina se paseaba    en su sala bien cuadrada,
  2   con su manto de hilo de oro,    que en su pecho brillaba.
     --Levántate, Delgadina,    ponte tu vestido de seda
  4   para llevarte a la misa    a la ciudad de Morelia.--
     Cuando salieron de misa,    su papá la platicaba:
  6   --Delgadina, hija querida,    yo te quiero para dama.
     --Ni lo permita mi Dios    ni la reina soberana;
  8   son ofensas para Dios,    traiciones para mi máma.
     --Arriba mis once criados,    encierren a Delgadina
  10   en los cuartos más oscuros    donde se oiga más ladina,
     con sus candaditos de oro    y sus llavitas muy finas.
  12   --Mamacita de mi vida,    un favor te estoy pidiendo:
     regálame un vaso de agua    que de sed me estoy muriendo.
  14   --Delgadina, hija querida,    no te regalamos nada
     porque no quisiste hacer    lo que tu padre mandaba.
  16   --Mamacita de mi vida,    ¿cómo querías que lo hiciera,
     cómo querías que lo hiciera    si de amores me trataba?
  18   --Arriba mis once criados,    llévenle agua a Delgadina;
     unos en vasitos de oro    y otros en cristal de China.--
  20   Cuando la llevaron el agua    Delgadina estaba muerta,
     con sus ojito cerrados    y la boca seca, seca.
  22   Delgadina está en el cielo    dándole cuenta a Dios,
     su padre de Delgadina    está con el diablo mayor.

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0144:41 Don Gato (é)            (ficha no.: 5150)
[0101 No me entierren en sagrado, contam.]

Versión de New Mexico s. l. (New Mexico, EEUU).   Recogida por Aurelio Macedonio Espinosa, (Colec.: Espinosa, A. M.). Publicada en Espinosa 1953a, p. 82. Reeditada en Díaz Roig 1990A, nº XIII, 1.1, p. 132.  038 hemist.  Música registrada.

     Estaba señor don Gato    en silla de oro sentado,
  2   usando media de seda    y zapatito picado.
     Entró su compadre y dijo    si quería ser casado
  4   con una gata morisca    que andaba por los tejados.
     El gato, por verla pronto,    Cayó del tejado abajo;
  6   se ha quebrado dos costillas,    se ha desconcertado un brazo.
     ¡Ea, ea, que vengan pronto    médicos y cirujanos.
  8   ¡Y sobre tocó que venga,    el señor doctor Don Carlos!
     El doctor Don Carlos dijo,    después de haberlo pulsado,
  10   que maten una gallina    y que le den buenos caldos.
     --Si acaso yo me muriere,    no me entierren en sagrado;
  12   entiérrenme en campos verdes,    donde me pise el ganado,
     pa que digan los pastores:    "Aquí murió el desdichado;
  14   no murió de muerte fina    ni de dolor, de costado,
     murió de un dolor de amores    que le dio desesperado."--
  16   Otro día por la mañana    amaneció muerto el gato.
     Los ratones, de alegría,    se visten de colorado;
  18   las gatas se ponen luto,    los gatos capotes largos,
     y los gatitos chiquitos    hacen: ¡Miao! ¡Miao!

Nota de Díaz Roig: "Sacado de un cuaderno de materiales recogidos por su padre".

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0224:38 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 5182)

Versión de Las Cruces (New Mexico, EEUU).   Documentada en o antes de 1942. Publicada en Campa 1946, p. 82. Reeditada en Díaz Roig 1990A, nº XVII, 1.1, p. 161.  016 hemist.  Música registrada.

     --Hilitos, hilitos de oro    que se me vienen quebrando,
  2   que dice el rey y la reina    qué tantos hijos tendrá.
     --Que tenga los que tuviera,    que nada le importa al rey.
  4   --Ya me voy muy descontento    a darle la cuenta al rey.
     --Vuelvan, vuelvan caballeros    no sean tan discordel.
  6   De las hijas que yo tengo    escoja la más mujer.
     --No escojo por bonita    ni tampoco por mujer,
  8   yo escojo una florecita    acabada de nacer.--

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0178:32 Mambrú (7+7 á)            (ficha no.: 5227)

Versión de Taos (New Mexico, EEUU).   Recitada por Celso Espinosa (50a). Recogida por Aurelio Macedonio Espinosa, (Colec.: Espinosa, A. M.). Publicada en Espinosa 1915, nº 26, pp. 35-36; notación musical: pp. 113-114) y Espinosa 1953a, p. 93. Reeditada en Díaz Roig 1990A, nº XXI, 1.1, p. 186.  024 hemist.  Música registrada.

     Atención, señores míos,    Membruno se va a casar
  2   con una niña hermosa    nacida en Portugal.
     En la noche del baile
     con el dóminos teque del fraile    fue entrando un oficial.
  4   En la mano le pone
     con el dóminos teque dispone    una cédula real.
     Membruno se va a la guerra    no sé cuándo vendrá,
  6   si vendrá pa la Pascua    o pa la Navidad.
     Me subí a una alta torre
     con el dóminos teque le corre    a ver si venía ya.
  8   Ya vi venir un paje
     con el dóminos teque salvaje    ¿Qué noticias traerá?
     --Las noticias que traigo
     con el dóminos teque me caigo    Membruno es muerto ya.
  10   Los padres mandan jota
     con el dóminos teque pelota    cantándole van ya.
     Los padres musicudos
     con el dóminos teque trompudos    ya lo van a enterrar.
  12   Aquí se acabó la historia
     con el dóminos teque zanoria    Membruno descansa ya.

Notas: Se repiten los primeros hemistiquios (o la mayoría de ellos), intercalando un estribillo cuya última palabra--que rima con la última del primer hemistiquio--va variando (fraile / baile; dispone / pone; corre / torre, etc.). En la copia del "Extrait de la Revue Hispanique , tome XXXIII" que manejo, Albuquerque figura como el lugar de origen del recitador.

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0113:142 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 5297)

Versión de Ranchitos [Taos] (New Mexico, EEUU).   Recitada por Marcelino Morgas (89a). Recogida por Aurelio Macedonio Espinosa, (Colec.: Espinosa, A. M.). Publicada en Espinosa 1953a, pp. 28-29. Reeditada en Díaz Roig 1990A, nº XXX, 1.1, p. 228.  036 hemist.  Música registrada.

     Catalina, Catalina,    la del paño limonés,
  2   ¿qué se te ofrece pa Francia?    Dime, niña, ¿qué queréis?
     --Estas cartas que aquí tengo    a mi marido las dé.
  4   --No conozco a tu marido.    --Yo las señas le daré:
     Mi marido es gente noble,    y en el habla muy cortés.
  6   Anda en un caballo blanco    que le dio Andrés Francés,
     con un letrero en la lanza:    "Jesús, María y José".
  8   --Por las señas que usted da,    ya el caballero muerto es;
     en la ciudad de Barela    lo mató un traidor francés;
  10   lo lloraban diez solteras,    casadas cuarenta y tres.
     Si necesita de amores,    mi alma, yo le serviré.
  12   --No necesito de amores,    y ni los he menester.
     Cinco años ya lo he esperado    y diez que lo esperaré;
  14   y si a los quince no viene,    de monja me meteré:
     Estas dos hijas que tengo,    de monjas las meteré,
  16   que rueguen a Dios por mí    y por su padre también.--
     Aquí va la despedida,    borrando tinta y papel,
  18   que no hay mujer en el mundo    que guarde tanto su ley.

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0113:143 Señas del esposo (é+pareados)            (ficha no.: 5298)

Versión de Las Vegas (New Mexico, EEUU).   Recitada por Luisa Nevárez (59a). Recogida por Aurelio Macedonio Espinosa, (Colec.: Espinosa, A. M.). Publicada en Espinosa 1953a, p. 30. Reeditada en Díaz Roig 1990A, nº XXX, 1.2, p. 229.  036 hemist.  Música registrada.

     --Traigo una pena doblada    y un crecido sentimiento;
  2   a nadie le digo nada,    yo sola soy la que siento.
     Yo soy la recién casada    que nunca me casaré;
  4   me abandonó mi marido    por amar la libertad.
     Caballero, por fortuna,    ¿no ha visto usté a mi marido?
  6   --Señora, no lo conozco;    déme una seña y le digo.
     --Mi marido es alto y grueso    y en el hablar muy cortés,
  8   y en la copa del sombrero    trae un letrero francés.
     --Por las señas que usté ha dado,    su marido muerto es,
  10   y en las guerras de Valverde    lo mató un traidor francés.
     Señorita, si usted gusta,    nos casaremos los dos,
  12   con el gusto de uno y otro    y la voluntad de Dios.
     --Diez años que lo he esperado    diez que lo esperaré,
  14   si a los veinte no viniere,    de monja me meteré.
     --Diez años lo has esperado,    ya diez no lo esperarás,
  16   porque a tus pies yo postrado,    perdón quiero que me des.
     Yo soy aquel hombre ingrato    que a mi esposa abandoné,
  18   y ahora perdón te pido    y te prometo lealtad.--

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0113:145 Señas del esposo (é+pareados)            (ficha no.: 5300)

Versión de Socorro (New Mexico, EEUU).   Recitada por Electo Baca (50a). Recogida por Aurelio Macedonio Espinosa, (Colec.: Espinosa, A. M.). Publicada en Espinosa 1953a, pp. 29-30. Reeditada en Díaz Roig 1990A, nº XXX, 1.4, pp. 229-230.  032 hemist.  Música registrada.

     --Yo soy la recién casada    que nunca me casaré;
  2   me abandonó mi marido,    pero aquí lo esperaré.
     Caballero, por fortuna,    ¿no ha visto usté a mi marido?
  4   --Señora, no lo conozco;    déme una seña y le digo.
     --Mi marido es alto y rubio    yen el hablar muy cortés,
  6   y en la copa del sombrero    lleva un letrero francés.
     --Por las señas que usté ha dado,    su marido muerto es;
  8   en las guerras de Valerio    lo ha matado un rey francés,
     Señorita, si usted gusta,    nos casaremos los dos,
  10   con el gusto de uno y otro    y la voluntad de Dios.
     --Diez años que lo he esperado    y diez que lo esperaré,
  12   si a los veinteno viniere,    de monja me meteré
     y a mis dos hijas que tengo,    en convento las pondré,
  14   pa que rueguen por su madre    y por su padre también.
     Me pondré un túnico azul    y mi sombrero morado;
  16   me miraré en el espejo:    ¡Qué linda viuda he quedado!--

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0113:147 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 5302)

Versión de Leyba (New Mexico, EEUU).   Recitada por Francisco S. Leyba (81a). Recogida por Aurelio Macedonio Espinosa, (Colec.: Espinosa, A. M.). Publicada en Espinosa 1953a, pp. 30-31. Reeditada en Díaz Roig 1990A, nº XXX, 1.6, p. 230.  020 hemist.  Música registrada.

     --Yo soy la recién casada    que nadie me gozará;
  2   yo abandoné a mi marido    por gozar la libertad.
     Caballero, por fortuna,    ¿no me ha visto a mi marido?
  4   --Señora, no lo conozco;    déme una seña y le digo.
     --Mi marido es alto y rubio,    y en el hablar muy cortés,
  6   y en la copa del sombrero    trae un letrero francés.
     --Por las señas que usté ha dado    su marido muerto lo es;
  8   en las guerras, de Valerio,    lo mató un traidor francés.
     --Ya en mi marido no pienso,    ya no se me da cuidado;
  10   yo me miro en el espejo:    ¡Qué linda viuda he quedado!--

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0222:55 Bernal Francés (í +pareados)            (ficha no.: 9579)

Versión de Chimayó (Nuevo M`exico, EEUU).   Recitada por Consuelo y Félix Ortega. Recogida por J. D. (John Donald) Dodd, 16/03/1946 (Archivo: ASFG; Colec.: Fraile Gil, J. M.). Publicada en Dodd 1952 LP, Spanish & Mexican Folk Music of New Mexico, corte nº 12 (de 16). Reeditada en Fraile Gil Rom-Panhisp.-2 2010+2CD, cd 2, corte nº 95, texto nº VII.D.3, p. 180-81. © Fraile Gil. Reproducida aquí con permiso del editor.  084 hemist.   Música registrada.

     --Elena, querida mía,    (y) una cosa has de escuchar,
     [--Y tú, Benito, ¿qué tienes,    que vienes tan enojado?
     --Elena, no digas eso,    ni lo vuelvas a dícir,
     En ese Plan de Barrancas,    sin saber cómo ni cuándo,
     --Por el honor que usté tiene, por el honor que usté goza,
     Del más alto firmamento    yo vi bajar una estrella,
     Echó mano a su mosquete,    calibre cincuenta y seis,
     Le quitó la perolina    y se puso la ropa de él
     --Pero Benito, ¿qué tienes?    Tú nunca venías así.
     --No tengo amores en Francia    ni quiero a otra más que a ti,
     Ya se agarran de la mano    y se fueron para el jardín;
     Elena, muy asustada,    se agachaba y lo miraba,
     --Perdóname, esposo mío,    perdóname, por piedad,
     Perdóname, esposo mío,    perdona mi desventura,
     --De mí no alcanzas perdón,    de mí no alcanzas ventura;
     --Ahí te encargo a mis chiquitos,    se los llevas a mis padres.
     A mis hermanas les dices    que pongan luto por mí,
     Le quitó la querolina    y la dejó en camisón;
     Le quitó la querolina    y la dejó en camisón
     Vuela, vuela, palomita,    dale fuerza a tu volido,
     Vuela, vuela, palomita,    párate en aquella higuera,

Notas: Los recitadores van acompañados de guitarra. En otras versiones del corrido de Elena los versos 39-42 (o parecidos) figuran como estribillo cantado tras los versos pares.
Título original: La venganza del marido.

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0224:39 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 5183)

Versión de El Paso (Texas, EEUU).   Recitada por unos niños. Documentada en o antes de 1946. Publicada en Campa 1946, p. 81. Reeditada en Díaz Roig 1990A, nº XVII, 1.2, p. 161.  012 hemist.  Música registrada.

     --Ángel de oro,    vista de un marcel,
  2   ha venido un indio    enviado por Satel.
     --Ésta no la quiero    por fea y pelona;
  4   ésta me la llevo    por linda y hermosa.
     Parece una rosa,    parece un clavel
  6   acabado de nacer    al amanecer.--

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0075:246 Delgadina (pareados (predom. í-a+á-a))            (ficha no.: 9482)

Versión de Houston (Texas, EEUU).   Recitada por Lydia Mendoza. Recogida entre 1926-1936 (Archivo: ASFG; Colec.: Fraile Gil, J. M.). Publicada en Texas-Mexican Border Music, vol. 9. Cancioneros de Ayer -Part 4. Songsters from the Past, 1920`s/1930`s (Folklyric Records, 1977), 9016,cara A, corte 5. Reeditada en Fraile Gil Rom-Panhisp.-2 2010+2CD, cd 2, corte núm 81, texto núm VII.B.1, p. 161. Reproducida aquí con permiso del editor.  040 hemist.   Música registrada.

     Delgadina se pasiaba    en su sala bien cuadrada
  2   con su manto d`hilo di oro    que en su pecho le brillaba
     --Levántate, Delgadina,    ponte tu vestido blanco
  4   porque nos vamos a misa    al estado de Durango.--
     Cuando salieron de misa    su papá le platicaba:
  6   --Delgadina, hija mía,    yo te quiero para dama.
     --No lo permita mi Dios    ni la Reina Soberana,
     que es ofensa para Dios    y también para mi mama.
     --Delgadina, hija mía,    oye bien lo que te digo;
     mira, si no condesciendes,    yo te pongo un buen castigo.
     --Papacito de mi vida,    eso sí no puedo hacer
     porque tú eres mi padre    y mi mama es tu mujer.
     --Vénganse los once criados,    pongan presa a Delgadina,
  14   remachen bien los candados    que no se oiga su bocina.
     --Papacito de mi vida,    tu castigo estoy sufriendo,
  16   regálame un vaso de agua    que de sed me estoy muriendo.--
     Cuando le llevaron l`agua    Delgadina estaba muerta
  18   con sus manitas cruzadas,    su boquita bien abierta.
     Ya con esta me despido    con la ñor de clavelina,
  20   aquí termina la historia,    la historia de Delgadina.

Notas del Fraile Gil: Lydia Mendoza, apodada La Alondra de la Frontera" y "La Cancionera de los Pobres", comenzó desde muy joven a grabar junto a los músicos de su familia varios discos de pizarra, entre los que figuraban rancheras y corridos de origen español como este romance de Delgadina, reeditada en un LP titulado Texas-Mexican Border Music, vol. 9. Cancioneros de Ayer -Part 4. Songsters from the Past, 1920`s/1930`s (Folklyric Records, 1977), 9016, cara A, corte 5

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0190.1:3 Partida del esposo (á)            (ficha no.: 4460)

Versión de Alejandría (Egipto).   Recitada por Matilda Abayo. Recogida en Qiryat Matalón, Petah Tikwa por Susana Weich-Shahak, 06/04/1976 (Archivo: NSAJ; Colec.: Weich-Shahak, S.; cinta: NSA Yc1096/18). Publicada en Weich-Shahak CRTS 1991 y 1994, Oriente, corte 24. © Weich-Shahak. Reproducida aquí con permiso de la editora.  012 hemist.   Música registrada.

     --¿De qué lloras, Blancaniña,    de qué lloras, Blancaflor?
  2   --Lloro por ti, caballero,    que te vas y me des+ás;
     me des+ás niña y muchacha,    chica de la poca edad,
  4   Tengo hij+icos chiquiticos,    lloran y demandan pan.--
     Metió la mano `n su pecho,    cien doblones ya le dio:
  6   --¿Esto para que m` abasa    para vino, para pan?--

Notas de transcripción: -2b y 3ª deshás (s hatchek); -4 hijicos [z hatchek].

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0224:46 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 5190)

Versión de El Salvador s. l. (El Salvador).   Documentada en o antes de 1944. (Archivo: M.I.P.). Publicada en Com. de Investigaciones Folklóricas. Recopilación de materiales folklóricos salvadoreños. I (Min. de Instruc. Púb.), p. 194. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XVII, 4.1, p. 163.  020 hemist.  Música registrada.

     --Hilo, hilo, hilo verde,    que hilando, lo hilé,
  2   que en el camino me han dicho    que lindas niñas tenés.
     --Si las tengo, no las tengo,    pero no son para dar,
  4   que del vino que yo tomara,    todas ellas tomarán.
     --Yo me voy muy enojado    a los palacios del rey,
  6   a decirle a mi señor,    lo que tú me respondés.
     --Vuelva, vuelva, caballero,    no sea tan descortés,
  8   que de las niñas que tengo,    la mejor es para usted.
     --Ésta escojo por bonita,    por bonita y por mujer,
  10   que parece una rosa    acabada de nacer.--

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0224:47 Hilo de oro (é)            (ficha no.: 5191)

Versión de El Salvador s. l. (El Salvador).   Documentada en o antes de 1944. (Archivo: M.I.P.). Publicada en Com. de Investigaciones Folklóricas. Recopilación de materiales folklóricos salvadoreños. I (Min. de Instruc. Púb.), p. 190. Reeditada en Díaz Roig 1990a, nº XVII, 4.2, p. 164.  033 hemist.  Música registrada.

     --De Francia vengo, señores,    de reinado portugués,
  2   que en el camino me han dicho    que lindas hijas tenéis.
     --Si las tengo, no las tengo,    no las tengo para dar,
  4   del vino que yo tomo,    todas ellas tomarán,
     del pan que yo como,    todas ellas comerán.
  6   --Tan alegre que venía,    tan triste que me voy
     a decirle a mi señor    lo que tú me respondés.
  8   --Vuelva, vuelva, caballero,    no sea tan descortés,
     que de tres hijas que tengo,    escolté la que querés.
  10   --Ésta huele a gemela,    ésta a lirio, a clavel,
     ésta escojo por bonita,    por bonita, y por mujer,
  12   que parece una rosa    acabada de nacer.
     --No me la siente en el suelo,    que no es hija de Consuelo,
  14   siéntala en una silla de oro,    que es hija de Isidoro.
     --Bien sentada la tendré    bordando pañuelos al rey,
  16   azotitos con correa,    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     mojaditos en vinagre,    para que le sienten bien.--

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2686:1 Cipión destruye a Numancia (á-o)            (ficha no.: 1380)

Versión de España. Recogida 00/00/1573 Publicada en Timoneda, Rosa gentil* (Romance de cómo Cipión destruyó a Numancia). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 1, vol. I, pp. 3-5.  076 hemist.  Música registrada.

     Enojada estaba Roma    de ese pueblo soriano:
  2   envía, que le castigue,    a Cipión el Africano.
     Sabiendo los de Numancia    que en España había llegado,
  4   con esfuerzo varonil    lo esperan en el campo.
     A los primeros encuentros    Cipión se ha retirado:
  6   mas volviendo a la batalla    reciamente ha peleado.
     Romanos son vencedores    sobre los de Soria han dado:
  8   matan casi los más de ellos,    los otros se han encerrado.
     Metidos en la ciudad    Cipión los ha cercado,
  10   púsoles estancias fuertes,    y un foso desaforado:
     y tanto les tuvo el cerco,    que el comer les ha faltado
  12   Púsolos en tanto estrecho,    que en fin han determinado
     de matar toda la gente    que no tome arma en mano.
  14   Ponen fuego a la ciudad,    ardiendo de cabo a cabo,
     y ellos dan en el real    con ánimo denodado:
  16   pero al fin todos murieron,    que ninguno no ha escapado.
     Veinte días ardió el fuego,    que dentro ninguno ha entrado.
  18   Ya que entrar dentro pudieron,    cosa viva no han hallado,
     sino un mochacho pequeño    que a trece años no ha llegado,
  20   que se quedó en una cuba,    do el fuego no le ha dañado.
     Vuélvese Cipión a Roma,    solo el mochacho ha llevado:
  22   pide que triunfo le den,    pues a Soria había asolado.
     Visto lo que Cipión pide,    el triunfo le han denegado,
  24   diciendo, no haber vencido,    pues ellos lo habían causado.
     Lo que Roma determina    por sentencia del senado:
  26   que Cipión vuelva a Soria,    y que al mozo, que ha escapado,
     le ponga sobre una torre,    la más alta que ha quedado,
  28   y allí le entregue las llaves,    teniéndolas en su mano,
     y se las tome por fuerza,    como a enemigo cercado,
  30   y en tomarlas de esta suerte    el triunfo le será dado.
     A Soria vuelve Cipión,    según que le fue mandado:
  32   puso el mochacho en la torre    del arte que era acordado.
     Allí las llaves le pide;    mas él se las ha negado,
  34   dijo: --No quieran los dioses,    que haga tan mal recaudo.
     Ni por mí te den el triunfo,    habiendo solo quedado:
  36   pues que nunca lo ganaste    de los que ante mí han pasado.
     Estas palabras diciendo,    con las llaves abrazado,
  38   se echó de la torre abajo    con ánimo muy osado:
     y así quedó Cipión    sin el triunfo deseado.

Variante: -4b lo: en el texto por equivocación los.
Nota: *Este romance es, en verdad, no muy popular y más bien sacado e imitado de una crónica quizá por el mismo Timoneda; sin embargo tiene rasgos tradicionales: por eso y por haberlo omitido en nuestra Rosa de romances, lo reimprimimos aquí por primera vez en una colección moderna.

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0279:1 Violación de la casa de Hércules (á)            (ficha no.: 1381)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a.., f. 126; Silva de 1550 tom. I, f. 43; Canc. de rom. 1550, f. 124 (Romance del rey don Rodrigo cómo entró en Toledo en la casa de Hercules) y Timoneda, Rosa española, 1573 (Romance de como el rey don Rodrigo abrir la casa de Hercules). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 2, vol. I, pp. 6-7 (Romances del rey don Rodrigo.--1.).  046 hemist.  Música registrada.

     Don Rodrigo, rey de España,    por la su corona honrar,
  2   un torneo en Toledo    ha mandado pregonar;
     sesenta mil caballeros    en él se han ido a juntar
  4   Bastecido el gran torneo,    queriéndole comenzar,
     vino gente de Toledo    por le haber de suplicar
  6   que a la antigua casa de Hércules    quisiese un candado echar,
     como sus antepasados    lo solían acostumbrar.
  8   El rey no puso el candado,    mas todos los fue a quebrar
     pensando que gran tesoro    Hércules fuera a dejar.
  10   Entrando dentro en la casa    no fuera otro hallar
     sino letras que decían:    «Rey has sido por tu mal
  12   que el rey que esta casa abriere    a España tiene quemar.»
     Un cofre de gran riqueza    hallaron dentro un pilar,
  14   dentro dél nuevas banderas    con figuras de espantar,
     alárabes de caballo    sin poderse menear,
  16   con espadas a los cuellos,    ballestas de buen echar
     Don Rodrigo pavoroso    no curó de más mirar.
  18   Vino un águila del cielo,    la casa fuera [a] quemar.
     Luego envía mucha gente    para Africa conquistar;
  20   veinte y cinco mil caballeros    dió al conde don Julián,
     y pasándolos el conde    corría fortuna en la mar:
  22   perdió doscientos navíos,    cien galeras de remar
     y toda la gente suya,    sitio cuatro mil no mas.

Variantes: -4b queriéndose. Tim., Rosa esp.; --5a principales de Toledo. Tim.; -5b para habelle de suplicar. Canc. de rom. s. a. y 1550; le han venido a suplicar. Tim.; -8b quitar Tim.; -9b debía dejar. Canc. de rom. s.a., Canc. de 1550,Tim.; -10a Entrado. Tim.; -10b otra cosa no fue hallar. Tim.; nada otro fuera hallar. Las ed. posteriores del Canc. de rom.; -12a y el rey que esta casa abra. Tim.; -16b de bien echar. Canc. de rom. s. a., y de 1550;de bien tirar. Las ed. posteriores del Canc. de rom.; ballestas de par en par. Tim.; -18b Después de este verso acaba el texto de Timoneda con los dos siguientes: El rey en pensar en esto, / no hay quien le pueda alegrar. //

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0296:1 Amores trata Rodrigo (á-o)            (ficha no.: 1382)

Versión de España. Recogida 00/00/1557 Publicada en Silva de var. rom.2a ed. Barcelona, 1557 (Romance de la Cava). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 3, vol. I, pp. 8-10 (Del rey don Rodrigo.--II.).  070 hemist.  Música registrada.

     Amores trata Rodrigo:    descubierto ha su cuidado;
  2   a la Cava lo decía    de quien era enamorado;
     miraba su lindo rostro,    miraba su rostro alindado,
  4   sus lindas y blancas manos    él se las está loando.
     --Querría que me entendieses    por la vía que te hablo:
  6   darte hía mi corazón,    y estaría al tu mandado.--
     La Cava, como es discreta,    a burlas lo había echado.
  8   El rey le hace juramento    que de veras se lo ha hablado.
     Todavía lo disimula    y burlando se ha excusado.
  10   El rey va a tener la siesta,    y en un retreto se ha entrado;
     con un paje de los suyos    por la Cava ha enviado.
  12   La Cava, muy descuidada,    cumplió luego su mandado.
     El rey, luego que la vido,    hale de recio apretado,
  14   haciéndole mil ofertas,    si ella hacía su rogado.
     Ella nunca hacerlo quiso,    por cuanto él le ha mandado:
  16   y así el rey lo hizo por fuerza    con ella, y contra su grado.
     La Cava se fue enojada,    y en su cámara se ha entrado.
  18   No sabe si lo decir,    o si lo tener callado.
     Cada día gime y llora,    su hermosura va gastando.
  20   Una doncella, su amiga,    mucho en ello había mirado,
     y hablóle de esta manera,    de esta suerte le ha hablado:
  22   --Agora siento, la Cava,    mi corazón engañado,
     en no me decir lo que sientes    de tu tristeza y tu llanto.--
  24   La Cava no se lo dice;    mas al fin se lo ha otorgado:
     dice como el rey Rodrigo    la ha por fuerza deshonrado,
  26   y por que más bien lo crea,    háselo luego mostrado.
     La doncella que lo vido    tal consejo le ha dado:
  28   --Escríbeselo a tu padre,    tu deshonra demostrando.--
     La Cava lo hizo luego,    como se lo ha aconsejado,
  30   y da la carta a un doncel    que de la Cava es criado.
     Enbarcárase en Tarifa,    y en Ceuta la hubo levado,
  32   donde era su padre, el conde,    y en sus manos la hubo dado.
     Su madre, como lo supo,    grande llanto ha comenzado.
  34   El conde la consolaba    con que la haría bien vengado
     de la deshonra tan grande    que el rey les había causado.

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0296:2 Amores trata Rodrigo (á-o)            (ficha no.: 1383)

Versión de España. Recogida 00/00/1570 Publicada en Canc. de rom., ed. de Medina, del año de 1570 y Cancionero llamado Flor de enamorados. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 3a, vol. I, pp. 10-11 (Del rey don Rodrigo.--III.).  036 hemist.  Música registrada.

     Amores trata Rodrigo:    descubierto ha su cuidado;
  2   a la Cava se lo dize    de quien anda enamorado:
     --Mira, mi querida Cava,    mira agora lo que te hablo:
  4   darte he yo mi corazón,    y estaría a tu mandado.--
     La Cava, como es discreta,    en burlas lo ha tomado,
  6   respondió muy mesurada    y el gesto baxo humillado:
     --Pienso que burla tu Alteza    o quiere probar el vado;
  8   no me lo mandéis señor,    que perderé gran ditado.--
     Don Rodrigo le responde,    que conceda lo rogado:
  10   "que de este reino de España    puedes hacer tu mandado".
     Ella hincada de rodillas,    él la estava enamorando,
  12   sacándole está aradores    de su odorífera mano.
     Fué a dormir el rey la siesta,    por la Cava havía embiado.
  14   Cumplió el rey su voluntad    más por fuerça que por grado,
     por lo cual se perdió España    por aquel tan gran pecado.
  16   La malvada de la Cava    a su padre lo ha contado.
     Don Julián, que es el traidor    con moros se ha concertado
  18   que destruyesen a España    por lo haber así jurado.

Variantes: -5b como b. Flor de enamorados; -10a de estos reinos. Flor; -10b puede hacer a su mandado. Flor; -13b ha. Flor; -16a maldita. Flor; -18a destruyese. Canc. de rom.

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0296:3 Amores trata Rodrigo (á-o)            (ficha no.: 1384)

Versión de España. Recogida 00/00/1573 Publicada en Timoneda, Rosa de amores (Romance del rey don Rodrigo). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 3b, vol. I, pp. 11-12 (Del rey don Rodrigo.--IV.).  034 hemist.  Música registrada.

     De amores trata don Rodrigo;    descubierto ha su cuidado;
  2   a la Cava se lo dize    de quien anda enamorado;
     sacándole está aradores    en sus haldas reclinado,
  4   y apretándole la mano    de esta suerte ha proposado:
     --Sepas, mi querida Cava,    que de ti estó apasionado;
  6   pido que me dés remedio,    pues todo está a tu mandado:
     mira, que lo que el rey pide,    ha de ser por fuerça, o grado.--
  8   La Cava, siendo discreta,    como en burlas lo ha tomado,
     respondióle mansamente,    el gesto bajo, humillado:
  10   --Pienso que burla la tu alteza,    o quiere probar el vado;
     no me pidas tal, señor,    que perderé gran ditado.--
  12   Don Rodrigo le responde,    que conceda lo rogado,
     y será reina de España    y de todo su reinado.
  14   No concediendo su ruego,    de la Cava se ha ausentado;
     fuérase a dormir la siesta,    y por ella huvo enviado.
  16   Cumplió el rey su voluntad    más por fuerza que por grado.
     La malvada de la Cava    a su padre lo ha contado,
  18   que es el conde don Julián;    el conde, muy agraviado,
     de vender a toda España    con moros se ha concertado.

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0018:1 En Ceuta está don Julián (á-a)            (ficha no.: 1385)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Canc. de rom. 1550, f. 125; Timoneda, Rosa española (Romance de cómo el conde don Julian, padre de la Cava, vendió a España) y Pliego suelto s. XVI, s. a. n. l. (Aquí se contienen cinco romances. El primero, de como fue vencido el rey don Rodrigo etc.) [Dicc. 709/710]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 4, vol. I, pp. 13-14 (Del rey don Dodrigo.--V.).  052 hemist.  Música registrada.

     En Ceupta está Julián,    en Ceupta la bien nombrada:
  2   para las partes de aliende    quiere enviar su embajada;
     moro viejo la escrebia,    y el conde se la notaba;
  4   después de haberla escripto,    al moro luego matara.
     Embajada es de dolor,    dolor para toda España:
  6   las cartas van al rey moro    en las cuales le juraba
     que si le daba aparejo    le dará por suya España.
  8   Madre España, ¡ay de tí!    en el mundo tan nombrada
     de las partidas la mejor    la mejor y más ufana,
  10   Donde nace el fino oro,    y la plata no faltaba,
     dotada de hermosura,    y en proezas extremada;
  12   por un perverso traidor    toda eres abrasada,
     todas tus ricas ciudades    con su gente tan galana
  14   las domeñan hoy los moros    por nuestra culpa malvada,
     si no fueran las Astúrias,    por ser la tierra tan brava.
  16   El triste rey don Rodrigo,    él que entonces te mandaba,
     viendo sus reinos perdidos    sale a la campal batalla
  18   el cual en grave dolor    enseña su fuerza brava;
     mas tantos eran los moros    que han vencido la batalla.
  20   No paresce el rey Rodrigo,    ni nadie sabe do estaba.
     Maldito de tí, don Orpas,    obispo de mala andanza:
  22   en esta negra conseja    uno a otro se ayudaba.
     ¡Oh dolor sobre manera!    oh cosa nunca cuidada!
  24   que por sola una doncella,    la cual Cava se llamaba,
     causen estos dos traidores    que España sea domeñada,
  26   y perdido el rey señor,    sin nunca dél saber nada.

Variantes de Timoneda: -1b muy n.; --3a las escribe; --3b y él la carta le notaba; -5a es falta; -5b d. era p.; -6a Faltan este y los tres versos que le siguen ; -9a de las tres partes del mundo; -9b m. galana; -11b y en la nobleza estimada; -13b muy lozana; -14a las señorean; -16b entonces la. Con este verso acaba el romance en Tim.; -20b El pliego suelto lleva hasta aquí un texto casi idéntico con él del Canc. de rom.; desde este verso empero hasta al fin varía del todo, pues dice: ¡Oh dolor sobre manera, / y cosa nunca pensada!// que por causa de un traidor / España fue sujetada // al gran poder de Mahoma: / ¡cosa fue nunca pensada!//

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0019:1 Las huestes de don Rodrigo (í-a)            (ficha no.: 1386)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a., f. 127; Canc. de rom. 1550, fol. 126; Silva de 1550, t. I, fol. 44; Pl. s. gót., s. l. ni a., Biblioteca Nacional: Mdrid, R-9488; Pl. s. gót. sin l. ni a., Univ. de Praga, nº 39 [1550-1560 y Romances de Miles, 1550, fol. 132v. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 5, vol. I, pp. 15-17 (Del rey don Rodrigo.--VI.).  060 hemist.  Música registrada.

     Las huestes de don Rodrigo    desmayavan y huían
  2   cuando en la octava batalla    sus enemigos vencían.
     Rodrigo deja sus tiendas    y del real se salía:
  4   solo va el desventurado,    que no lleva compañía;
     el cavallo de cansado    ya mudar no se podía:
  6   camina por donde quiere,    que no le estorva la vía.
     El rey va tan desmayado    que sentido no tenía:
  8   muerto va de sed y hambre    que de velle era mancilla;
     ibva tan tinto de sangre,    que una brasa parecía.
  10   Las armas lleva abolladas,    que eran de gran pedrería;
     la espada lleva hecha sierra    de los golpes que tenía;
  12   el almete abollado    en la cabeça se le hundía;
     la cara lleva hinchada    del trabajo que sufría.
  14   Subióse encima de un cerro    el más alto que veía:
     dende allí mira su gente    cómo iva de vencida.
  16   D` allí mira sus vanderas,    y estandartes que tenía,
     cómo están todos pisados    que la tierra los cubría.
  18   Mira por los capitanes    que ninguno parescía;
     mira el campo tinto en sangre,    la cual arroyos corría.
  20   Él, triste de ver aquesto,    gran manzilla en sí tenía,
     llorando de los sus ojos    de esta manera dezía:
  22   --Ayer era rey de España,    oy no lo soy de una villa;
     ayer villas y castillos,    oy ninguno poseía;
  24   ayer tenía criados,    y gente que me servía,
     oy no tengo una almena    que pueda dezir que es mía.
  26   ¡Desdichada fue la hora,    desdichado fue aquel día
     en que nascí y eredé    la tan grande señoría,
  28   pues lo avía de perder    todo junto y en un día!
     ¡Oh muerte!, ¿por qué no vienes    y llevas esta alma mía
  30   de aqueste cuerpo mezquino,    pues te se agradecería?--

Variantes: 1-2 faltan en los pl. y demás versiones que empiezan con "Los vientos eran contrarios"; -3a tiendas, Silva 1ª; tierras los demás textos; -5ab cans. menear no se p., Pl. s, 5 rom. Praga y Madrid; cans. menearse no p., Floresta; -8b verle Rosa, Silva, Floresta; -10a lleva bolladas, Floresta; de p., Rosa, Silva, Floresta; -11a va hecha, Pl.s 5 Rom, Praga y Madrid; hecha una s., Rosa, Silva; era una cierra, Floresta; -12a almete abollado, Silva 1ª, Rom Miles; la c. le h., Rosa, Silva, Floresta; se hundía, Cº 1444, Pl. s. 5 Rom., Praga y madrid; -13 llevaba, Cº 1555, Floresta; -14a Subió enc., Floresta, e un, Pl. s. Madrid. 1550; q. allí avía, Rosa, Silva, Floresta. -15a de allí mirava, Rosa, Silva, Floresta; miró, {I| en otras eds de la Silva. -16a de allí, Pl. s. Praga, Cº 1550, Silva 1ª y las fuentes del romance anterior. -19b el cual a., Pl. s. 5 rom. Praga y madrid, Rosa, Silva, Floresta; -20b sentía Pl. s. Praga; -21 llorava, Rosa, Silva, Floresta; -22b y oy no, Floresta; -24b i oy ninguno me -3a tierras. Canc. de rom. s. a. y 1550; -12a de abollado. Canc. de rom. s. a. y 1550; -24b y gente que, Canc. de rom. s. a. y 1550; -25b ora no, Rosa, Silva; no t. ahora, Floresta; un almena, Pl. s. Madrid 1550; -27b tan gran reino y s., Rosa, Silva, Floresta; -28b junto en un, Floresta; -29b lleva, Pl. s. Praga y Madrid 1550; -30 deste c. tan m., Pl. s. 5 rom Praga y madrid; deste c, Pl. s. Madrid 1550; de este, Pl. s. Praga, Silva; te se Silva 1º.
Nota: De este romance se conoce una sola versión del s. XVI, conservada en los dos pliegos sueltos citados, de mediados del siglo. De una edición anterior de estos pliegos tomó el romance el Cº s. a.,, fol 127, de donde lo copian el Cº de 1550, fol. 126, la Silva primera, fol. 44 y los Romances de Miles, 1550, fol. 132.v. Rosa Española, la Silva de Mendaño, la Floresta de Tortajada y otro pliego suelto lo publican como continuación de Los vientos eran contrarios [véase la entrada siguiente.]

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0389:1 Profecía de la pérdida de España (í-a)            (ficha no.: 1387)

Versión de España. Recogida 00/00/1573 Publicada en Pl. s. gót., s. l. ni a., Biblioteca Nacional: Mdrid, R-9477; Pliego Praga I, Pliego 38, 337; Timoneda, Rosa española; Silva de Mendaño, Granada, 1588, 2ª pte, p. 62 y Floresta de varios rom. (Romance de cómo se perdió España por causa del rey don Rodrigo), 1608. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 5a, vol. I, pp. 17-18 (Del rey don Rodrigo.--VII.) y RTLH 1 (1957), nº 8, pp. 42-43.  052 hemist.  Música registrada.

     Los vientos eran contrarios,    la luna estaba crescida,
  2   los peces davan gemidos    por el mal tiempo que hazía,
     cuando el buen rey don Rodrigo    junto a la Cava dormía,
  4   dentro de una rica tienda    de oro bien guarnescida.
     Trezientas cuerdas de plata    que la tienda sostenían;
  6   dentro avía cien donzellas    vestidas a maravilla:
     las cincuenta están tañendo    con muy extraña armonía,
  8   las cincuenta están cantando    con muy dulce melodía.
     Allí habló una doncella    que Fortuna se decía:
  10   --Si duermes, rey don Rodrigo,    despierta por cortesía,
     y verás tus malos hados,    tu peor postrimería,
  12   y verás tus gentes muertas,    y tu batalla rompida,
     y tus villas y ciudades    destruidas en un día;
  14   tus castillos fortalezas,    otro señor los regía.
     Si me pides quién lo ha hecho,    yo muy bien te lo diría:
  16   esse conde don Julián    por amores de su hija,
     porque se la deshonraste    y más d` ella no tenía.
  18   Juramento viene echando    que te ha de costar la vida.--
     Despertó muy congoxado    con aquella boz que oía;
  20   con cara triste y penosa    d` esta suerte respondía:
     --Mercedes a ti, Fortuna,    d` esta tu mensagería.--
  22   Estando en esto allegó    uno que nuevas traía:
     cómo el conde don Julián    las tierras le destruía.
  24   Apriesa pide el caballo,    y al encuentro le salía.
     Los contrarios son tantos    que esfuerzo no le valía,
  26   que capitanes y gentes    huía el que más podía.
    
Rodrigo deja sus tierras,    y del real se salía.

Variantes: -2b p. el t. q. Floresta; -3a el rey, Rosa, Silva, Floresta; -9a hablara, Rosa, Silva, Floresta; -10a si d. buen rey R., Floresta; -14a cast. y fort., Floresta; -10b las regía, Floresta; -16b por el amor de, Floresta; -18a viene haciendo, Floresta; -18b costra, Pl. s. Praga, errata que falta en el Pl. s. Madrid, por donde se ve que no salieron de una misma tirada. -19a enojado, Floresta; -22a en esto allegó, Rosa, Silva; e llegó, Floresta; -22b nuevas, Rosa, Silva, Floresta; -25a los enemigos son t., Rosa, Silva, Floresta; -26b huía, Rosa, Silva, Floresta.
Nota de los editores de RTLH: -23b Quizá en este verso acababa el romance tradicional. Los tres restantes están añadidos para empalmarlo con el otro romance Las huestes de don Rodrigo [0019], (la entrada anterior, nº1386).
Nota: Lo mismo señalan W.-H. en -27b con el «etc.», y en nota el comentario «Desde este verso el romance es casi idéntico con aquel que le precede, y hemos ya anotado a él las más notables variantes.» Es decir, a partir del verso 27 se trata del romance Las huestes de don Rodrigo. EP}

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0412:1 Ya se sale de la priesa (á-o)            (ficha no.: 1388)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Silva de 1550, tom. I, f. 45; Canc. de rom. s. a. f. 128 y Canc. de rom. 1550, f. 127 (Romance del rey don Rodrigo como fuyo de la batalla. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 6, vol. I, pp. 19-21 (Del rey don Rodrigo.--VIII.).  074 hemist.  Música registrada.

     Ya se sale de la priesa    el rey Rodrigo cansado;
  2   pusiérase hacia una parte    por de allí mirar su campo:
     ve que su gente se apoca,    y cómo va desmayando.
  4   Desque esto vido Rodrigo    no curó de mas mirallo,
     porque bien ve que los suyos    ya no pueden soportallo.
  6   Volvió las riendas apriesa,    da de espuelas al caballo,
     huyendo va a más andar.    Por un tremedal abajo;
  8   violo huir Aliastras,    un su capitán honrado;
     acordó seguir tras él,    mas nunca pudo hallarlo.
  10   Desque vio que no le halla,    a Toledo hubo llegado,
     donde quedara la corte,    y la reina había quedado.
  12   Pesábale por llevar    de su rey tan mal recaudo;
     en entrando por la puerta,    comenzó a decir llorando:
  14   --Ya, señora, no sois reina,    ya no tenéis ningún mando,
     porque en ocho batallas    perdistes todo el estado.
  16   Perdistes al rey Rodrigo    el vuestro marido honrado,
     porque le vi ir huyendo    muy malamente llagado
  18   y que la hora de agora    será muerto o cautivado.--
     La reina, sin oír más,    cayó tendida en su estrado;
  20   después de grandes cuatro horas    en su sentido ha tornado:
     manda Aliastras que cuente    todo como había pasado.
  22   Aliastras se lo cuenta,    que nada no había dejado.
     La reina con gran congoja    dijo: --Ya, lo he yo tragado,
  24   porque la noche pasada    un mal sueño había soñado
     y es que vía el rey Rodrigo    con el gesto muy airado,
  26   los ojos vueltos en sangre,    que iba muy apresurado
     para ir a vengar la muerte    del desdichado don Sancho,
  28   y que volvía sangriento,    y su cuerpo mal llagado,
     y que se llegaba a mí    y me tiraba del brazo,
  30   y decía estas palabras    muy fuertemente llorando:
     --Quédate adiós, reina triste,    quédate adiós, que me parto;
  32   los moros me han ya vencido,    los moros me han sojuzgado.
     No cures llorar mi muerte,    no cures llorar tu estado,
  34   procúrate de esconder    allá en lo más apartado;
     vete luego a las montañas    de aquel reino Asturiano,
  36   porque no hay otro remedio    si quieres quedar en salvo,
     porque España y lo demas    todo está ya sujetado.--

Variantes: -7b dromedal. Canc. de rom. s. a. y 1550; -9b mas no pudo él hallarlo. Canc. de rom. s. a. y 1550; --21a mandó. Canc. de rom. s. a. y 1550.

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0020:9 Penitencia del rey don Rodrigo (í-a) (í-a)            (ficha no.: 1389)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Silva de 1550, tom. I, f. 47 (Romance de la penitencia del rey don Rodrigo); Canc. de rom. s. a. f. 129; Canc. de rom. 1550, f. 129 y Timoneda, Rosa española (Romance de la penitencia que hizo el rey don Rodrigo). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 7, vol. I, pp. 21-25 (Del rey don Rodrigo.--IX.).  116 hemist.  Música registrada.

     Después que el rey don Rodrigo    a España perdido había,
  2   íbase desesperado    por donde más le placía.
     Métese por las montañas,    las más espesas que había,
  4   porque no lo hallen los moros    que en su seguimiento iban.
     Topado ha con un pastor    que su ganado traía,
  6   díjole: --¿Dime, buen hombre,    lo que preguntar quería:
     si hay por aquí poblado    o alguna casería
  8   donde pueda descansar,    que gran fatiga traía?--
     El pastor respondió luego    que en balde la buscaría,
  10   porque en todo aquel desierto    sola una ermita había
     adonde estaba un ermitaño,    que hacía muy santa vida.
  12   El rey fue alegre de esto    por allí acabar su vida.
     Pidió al hombre que le diese    de comer, si algo tenía.
  14   el pastor sacó un zurrón,    que siempre en él pan traía;
     diole d` él y de un tasajo    que acaso allí echado había
  16   El pan era muy moreno,    al rey muy mal le sabía;
     las lágrimas se le salen,    detener no las podía
  18   acordándose en su tiempo    los manjares que comía.
     Después que hubo descansado    por la ermita le pedía;
  20   el pastor le enseñó luego    por donde no erraría.
     El rey le dio una cadena,    y un anillo que traía:
  22   joyas son de gran valer    que el rey en mucho tenía.
     Comenzando a caminar,    ya cerca el sol se ponía,
  24   llegado es a la ermita    que el pastor dicho le había.
     Él, dando gracias a Dios,    luego a rezar se metía;
  26   después que hubo rezado    para el ermitaño se iba;
     hombre es de autoridad,    que bien se le parecía.
  28   Preguntóle el ermitaño    cómo allí fue su venida.
     El rey, los ojos llorosos,    aquesto le respondía:
  30   --El desdichado Rodrigo    yo soy, que rey ser solía.
     Vengo a hacer penitencia    contigo en tu compañía;
  32   no recibas pesadumbre    por Dios y Santa María.--
     El ermitaño se espanta,    por consolallo decía:
  34   --Vos cierto habéis elegido    camino cual convenía
     para vuestra salvación,    que Dios os perdonaría.--
  36   El ermitaño ruega a Dios    por si le revelaría
     la penitencia que diese    al rey que le convenía.
  38   Fuéle luego revelado    de parte de Dios un día
     que le meta en una tumba    con una culebra viva
  40   y esto tome en penitencia    por el mal que hecho había.
     El ermitaño al rey    muy alegre se volvía:
  42   contóselo todo al rey    cómo pasado lo había.
     El rey de esto muy gozoso    luego en obra lo ponía;
  44   métese como Dios manda    para allí acabar su vida.
     El ermitaño muy santo    mírale el tercero día.
  46   Dice: --¿Cómo os va, buen rey?    ¿Vaos bien con la compañía?
     --Hasta ahora no me ha tocado    porque Dios no lo quería.
  48   Ruega por mí, el ermitaño,    porque acabe bien mi vida.--
     El ermitaño lloraba,    gran compasión le tenía;
  50   comenzóle a consolar    y esforzar cuanto podía.
     Después vuelve el ermitaño    a ver si ya muerto había;
  52   halla que estaba rezando    y que gemía y plañía
     Preguntóle cómo estaba:    --Dios es en la ayuda mía;--
  54   respondió el buen rey Rodrigo:    --La culebra me comía;
     cómeme ya por la parte    que todo lo merecía,
  56   por donde fue el principio    de la mi muy gran desdicha.--
     El ermitaño lo esfuerza,    el buen rey allí moría.
  58   Aquí acabó el rey Rodrigo,    al cielo derecho se iba.

Variantes: -3b que vía. Canc. de rom. s. a. y 1500; las más ásperas que había. Tim.; -8b sentía. Tim.; -12a El rey holgárase de ello. Tim.; -13a pastor. Tim.; -14b do la provisión traía. Tim.; -15a diole pan. Tim.; -15b que en él dentro. Tim.; -22a valor. Tim.; -23b ya que el sol se retraía. Tim.; -29b Con vergüenza. Tim.; -40b tenía. Tim.; -42a contóselo por extenso. Tim.; -44a mandó. Canc. de rom. s. a. y 1550; -47a no me ha tocado hasta agora. Tim.; -48a rogad por mí, hombre santo. Tim.; -51b a ver el muerto sería. Tim.; -52a halló. Canc. de rom. s. a., ed. de 1550 y Tim.; -54b La lección de Cervantes (Don Quijote, Parte II. cap. 33 en estos versos es: ya me comen, ya me comen / por do más pecado había.//; -57b Con este verso acaba el texto de Tim.

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0013:1 Nacimiento de Bernardo del Carpio (á-a)            (ficha no.: 1390)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Canc, de rom. 1550 f. 135 (Romance de Bernaldo del Carpio). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 8, vol. I, p. 26, Romances sobre Bernardo del Carpio.  016 hemist.  Música registrada.

     En los reinos de León    el casto Alfonso reinaba:
  2   hermosa hermana tenía,    doña Jimena se llama.
     Enamorárase de ella    ese conde de Saldaña,
  4   mas no vivía engañado,    porque la infanta lo amaba.
     Muchas veces fueron juntos,    que nadie lo sospechaba;
  6   de las veces que se vieron    la infanta quedó preñada.
     La infanta parió a Bernaldo,    y luego monja se entraba;
  8   mandó el rey prender al conde    y ponerle muy gran guarda.

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1524:1 En corte del casto Alfonso (í-a)            (ficha no.: 1391)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 136; Silva de 1550. t. I. f. 55 y Canc. de rom. 1550, f. 135 (Romance de Bernaldo del Carpio que cuenta[n], cómo estando en las cortes del rey don Alfonso el Casto supo como el mesmo rey su señor tenía preso a su padre, ...). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 9, vol. I, pp. 27-29 (De Bernardo del Carpio.--II.).  080 hemist.  Música registrada.

     En corte del casto Alfonso    Bernaldo a placer vivía,
  2   sin saber de la prisión    en que su padre yacía.
     A muchos pesaba de ella,    mas nadie gelo decía.
  4   Non osaba ninguno,    que el rey gelo defendía,
     y sobre todos pesaba    a dos deudos que tenía;
  6   uno era Vasco Meléndez,    a quien la prisión dolía,
     y el otro Suero Velásquez,    que en el alma lo sentia.
  8   Para descubrir el caso    en su poridad metían
     a dos dueñas fijas dalgo,    que eran de muy gran valía;
  10   una era Urraca Sánchez,    la otra dicen María,
     Meléndez era el renombre    que sobre nombre tenía.
  12   Con estas dueñas fablaron    en gran poridad un día,
     diciendo: --Nos vos rogamos    señoras, por cortesía,
  14   que le digáis a Bernaldo,    por cualquier manera ovía,
     cómo yace preso el conde    su padre, don Sancho Díaz;
  16   que trabaje de sacarlo,    si pudiere, en cualquier guisa,
     que nos al rey le jurarnos    que de nos non lo sabría.--
  18   Las dueñas, cuando lo oyeron,    a Bernaldo lo decían.
     Cuando Bernaldo lo supo    pesóle a gran demasía,
  20   tanto que dentro en el cuerpo    la sangre se le volvía.
     Yendo para su posada    muy grande llanto hacía;
  22   vestióse paños de duelo,    y delante el rey se iba.
     El rey cuando así lo vido    de esta suerte le decía:
  24   --Bernaldo, ¿por aventura    cobdicias la muerte mía?--
     Bernaldo dijo: --Señor,    vuestra muerte no quería,
  26   más duéleme que está preso    mi padre gran tiempo había.
     Señor, pidoos por merced,    y yo vos lo merecía,
  28   que me lo mandedes dar.--    Empero el rey, con gran ira,
     le dijo: --Partíos de mí,    y no tengáis osadía
  30   de más esto me decir,    ca sabed que os pesaría:
     ca yo vos juro y prometo    que en cuantos días yo viva
  32   que de la prisión no veades    fuera a vuestro padre un día.--
     Bernaldo, con gran tristeza,    aquesto al rey respondía:
  34   --Señor, rey sois, y faredes    a vuestro querer y guisa;
     empero yo ruego a Dios,    también a Santa María,
  36   que vos meta en corazón    que lo soltedes aina,
     ca yo nunca dejaré    de vos servir todavía.--
  38   Mas el rey con todo esto    amábale en demasía
     y ansí se pagaba d` él    tanto cuanto más le vía,
  40   por lo cual siempre Bernaldo    ser fijo del rey creía.

Variante: -23a vio. Canc. de rom. s. a. y 1550.
Nota: sigue el epígrafe: . . ., el cual gelo pidió de merced, y no gelo dando hizo grande estrago en la tierra.

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1514:1 Alfonso el Casto ofrece el reino a Carlomagno (á-o)            (ficha no.: 1392)

Versión de España. Recogida entre 1547-1549 Publicada en Silva de rom, 1550, t. I. f. 59; Canc. de rom. s. a. f. 139 y Canc. de rom. 1550, f. 140. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 10, vol. I, pp. 29-31 (De Benardo del Carpio.--III.).  074 hemist.  Música registrada.

     Andados treinta y seis años    del rey don Alfonso el Casto,
  2   en la era de ochocientos    y cincuenta y tres ha entrado
     el número de esta cuenta,    y el rey ha más reposado,
  4   faciendo en León sus cortes,    y habiendo a ellas llegado
     los altos hombres del reino    y los de mediano estado,
  6   mientras las cortes se facen    el rey facer ha mandado
     generales alegrías,    con que a la corte ha alegrado,
  8   corriendo cada día toros    y bohordando tablados.
     Don Arias y don Tibalte,    dos condes de gran estado,
  10   eran tristes además    cuando vieron que Bernaldo
     no entraba en aquellas fiestas,    a los cuales ha pesado,
  12   porque no ha entrado en ellas    les era gran menoscabo,
     y eran menguadas las cortes    no habiendo a ellas andado.
  14   Después de haberse entre sí    ambos a dos acordado,
     suplicaron a la reina    que le dijese a Bernaldo,
  16   que por su amor cabalgase,    y que lanzase al tablado.
     Folgando la reina de ello,    a Bernaldo lo ha rogado,
  18   diciéndo: --Yo vos prometo    de que al rey haya hablado,
     yo le pida a vuestro padre,    ca no me lo habrá negado.--
  20   Bernaldo cabalgó entonces,    y fue a complir su mandado:
     llegando delante el rey,    con tanta furia ha tirado,
  22   que esforzándose en sus fuerzas,    el tablado ha quebrantado.
     El rey desque esto fue fecho    fuése a yantar al palacio.
  24   Don Tibalte y Arias, godos,    a la reina le han membrado
     que cumpliese la merced    que a Bernaldo le ha mandado.
  26   La reina fue luego al rey,    la cual así le ha fablado:
     --Mucho vos ruego, señor    que me déis, si os viene en grado,
  28   al conde don Sancho Díaz,    que tenéis aprisionado;
     ca este es el primer don    que yo vos he demandado.--
  30   El rey cuando aquesto oyó    gran pesar hubo tomado,
     y mostrando grande enojo,    esta respuesta le ha dado:
  32   --Reina, yo non lo faré,    no vos trabajéis en vano,
     ca non quiero quebrantar    la jura que hube jurado.--
  34   La reina fincó muy triste    porque el rey no se lo ha dado,
     mas Bernaldo en gran manera    fue de esto mal enojado,
  36   acordando de irse al rey    a suplicarle de cabo
     le diese a su padre el conde,    y si no, desafiallo.

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1542:1 En gran pesar y tristeza era el valiente Bernardo (á-o)            (ficha no.: 1393)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Silva de 1550. t. I, f. 60; Canc. s. a. f. 140 y Canc. 1550, f. 1-11. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 11, vol. I, pp. 32-35 (De Benardo del Carpio.--IV.).  100 hemist.  Música registrada.

     En gran pesar y tristeza    era el valiente Bernaldo,
  2   por ver a su padre preso    y no poder libertallo.
     Vestidos paños de duelo,    y de sus ojos llorando,
  4   se lo pidió de merced    al rey don Alfonso el Casto,
     el cual dar no se lo quiso,    mas por respuesta le ha dado:
  6   --Que de decirlo otra vez    no fuese jamás osado,
     ca si lo osase facer    con su padre haría echarlo.--
  8   Bernaldo cuando esto vido    al rey así ha fablado:
     --Señor, por cuanto os serví    ya debiérades soltallo;
  10   bien remembrarse vos debe,    si non se vos ha olvidado,
     de cómo vos acorrí    cuando vos tenían cercado
  12   los moros en Benavente,    andando en la lid lidiando,
     en la cual sabéis que os vistes    en muy peligroso estado
  14   con gente del rey Orés    que la tierra os habían entrado
     y vos dijístesme entonces    que vos pidiese a mi grado
  16   un don cualquier que quisiese    de vos me sería dado:
     yo pedíos a mi padre,    y por vos me fue otorgado.
  18   Otrosí cuando lidiastes    con Alzamán el pagano,
     que yacía sobre Zamora    teniendo cerco asentado,
  20   bien sabedes lo que aí fice    para sacaros en salvo.
     Desque la lid fue vencida    vuestra fe me hubistes dado
  22   de darme a mi padre el conde    libre, suelto, vivo y sano.
     Y también cuando os tenían    cercado en el mismo grado
  24   los moros cerca del río    que Horbi era llamado
     y vos daban muy gran priesa,    que fuera escapar milagro,
  26   y estando en horas de muerte    llegué yo por aquel cabo,
     y bien sabéis lo que fice,    y cómo os hube librado.
  28   Agora pues que me veo    ser de vos tan mal pagado,
     que a mi padre no me dais,    habiéndomelo mandado,
  30   de vos me quito, y no quiero    ser ya más vuestro vasallo.
     Y rieto todos aquellos    cuantos son de vuestro bando,
  32   para en cualquiera lugar    que los hubiere fallado,
     si más pudiere que ellos,    como enemigo contrario.--
  34   De esto fue el rey muy sañudo,    y díjole así a Bernaldo:
     --Bernaldo, pues que así es,    que me salgades, vos mando,
  36   desde hoy en nueve días    de mi tierra y mi reinado,
     y no vos falle yo ende,    que vos digo, sí vos fallo
  38   después que fuere complido    el término que os señalo,
     que vos mandaré echar    donde vuestro padre ha estado.--
  40   Bernaldo entonces se fue    para Saldaña enojado,
     y luego Vasco Meléndez,    que en sangre le era llegado,
  42   y también Suero Velázquez,    que era su deudo cercano,
     y don Nuño de León,    deudo otrosí de Bernaldo,
  44   viendo que así se partía    y que del rey iba airado,
     despidiéronse del rey    y besáronle la mano,
  46   y fuéronse para Saldaña,    con Bernaldo se han juntado.
     Bernaldo comenzó entonces    a facer gran mal y daño;
  48   corrió la tierra de León,    fizo en ella gran estrago.
     Duraron aquestas guerras,    que hubo entre el rey y Bernaldo,
  50   gran tiempo, fasta que fue    muerto Alfonso, el rey casto.

Variantes: -14b había. Silva; -22b salvo. Silva; -27a sabréis. Canc. de rom. s. a. y 1550; -28a Yo. Canc. de rom. s. a. y 1550; -31a riepto. Silva.

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0297:1 Por las riberas de Arlanza (á-a)            (ficha no.: 1394)

Versión de España. Recogida 00/00/1573 Publicada en Timoneda, Rosa Española. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 12, vol. I, pp. 35-36 (Bernardo del Carpio.--V.) y RTLH 1 (1957), nº 2b, pp. 185-186.  056 hemist.  Música registrada.

     Por las riberas de Arlanza    Bernardo del Carpio cabalga
  2   con un caballo morcillo    enjaezado de grana,
     gruesa lanza en la su mano,    armado de todas armas.
  4   Toda la gente de Burgos    le mira como espantada,
     porque no se suele armar    sino a cosa señalada
  6   Tambien lo miraba el rey,    que fuera vuela una garza;
     diciendo estaba a los suyos:    --Esta es una buena lanza:
  8   si no es Bernardo del Carpio,    este es Muza él de Granada.--
     Ellos estando en aquesto,    Bernardo que allí llegaba,
  10   ya sosegado el caballo,    no quiso dejar la lanza;
     mas puesta encima del hombro    al rey de esta suerte hablaba:
  12   --Bastardo me llaman, rey,    siendo hijo de tu hermana
     y del noble Sancho Díaz,    ese conde de Saldaña
  14   dicen que ha sido traidor,    y mala mujer tu hermana.
     Tú y los tuyos lo habéis dicho,    que otro ninguno no osara:
  16   mas quien quiera que lo ha dicho    miente por medio la barba;
     mi padre no fue traidor,    ni mi madre mujer mala,
  18   porque cuando fui engendrado    ya mi madre era casada.
     Pusiste a mi padre en hierros,    y a mi madre en órden santa,
  20   y por que no herede yo    quieres dar tu reino a Francia.
     Morirán los castellanos    antes de ver tal jornada:
  22   montañeses, y leoneses,    y esa gente esturiana,
     y ese rey de Zaragoza    me prestará su compaña
  24   para salir contra Francia    y darle cruda batalla;
     y si buena me saliere,    será el bíen de toda España;
  26   si mala, por la república    moriré yo en tal demanda.
     Mi padre mando que sueltes    pues me diste la palabra;
  28   si no, en campo, como quiera    te será bien demandada.

Nota: «Este romance», dice el señor Durán, «es muy popular. Lope de Vega le sigue casi todo en su comedia de las Mocedades de Bernardo del Carpio.»--Y a este romance se referiría la cuarteta que cita el señor Depping (I. p. 68), creyendo el romance perdido: Para tomar de su tío / el rey Alfonso venganza, // sale corriendo Bernardo / por las riberas de Arlanza //.

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0027:2 Bernardo se entrevista con el rey (á)            (ficha no.: 1395)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Silva de 1550. t. II. f. 85 (Romance de Bernaldo del Carpio). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 13, vol. I, pp. 37-40 (Bernardo del Carpio.--VI.) y RTLH 1 (1957), nº 1b, pp. 154-155.  108 hemist.  Música registrada.

     Las cartas y mensajeros    del rey a Bernaldo van:
  2   que vaya luego a las cortes,    para con él negociar.
     No quiso ir allá Bernaldo,    que mal recelado se ha,
  4   las cartas echó en el fuego,    los suyos manda juntar.
     Desque los tuvo juntados    comenzóles de hablar:
  6   --Cuatrocientos soys, los míos,    los que coméis el mi pan,
     nunca fuisteis repartidos,    agora os repartirán:
  8   en el Carpio queden ciento    para el castillo guardar;
     y ciento por los caminos,    que a nadie dejéis pasar;
  10   doscientos iréis comigo    para con el rey hablar.
     Si mala me la dijere,    peor se la entiendo tornar.--
  12   Con esto luego se parte    y comienza a caminar,
     por sus jornadas contadas    llega donde el rey está.
  14   De los doscientos que lleva    los ciento mandó quedar,
     para que tengan segura    la puerta de la ciudad;
  16   con los ciento que le quedan    se va al palacio real,
     cincuenta deja a la puerta    que a nadie dejen pasar;
  18   treinta deja a la escalera    por el subir y el bajar;
     con solamente los veinte    a hablar con el rey se va.
  20   A la entrada de una sala    con él se vino a topar,
     allí le pidió la mano,    mas no gela quiso dar.
  22   --Dios vos mantenga, buen rey,    y a los que con vos están.
     Decí ¿á qué me habéis llamado,    o qué me queréis mandar?
  24   Las tierras que vos me distes,    ¿por qué me las queréis quitar?--
     El rey, como está enojado,    aun no le quiere mirar,
  26   a cabo de una gran pieza    la cabeza fuera alzar.
     --Bernaldo, mal seas venido,    traidor, hijo de mal padre,
  28   díte yo el Carpio en tenencia,    tómastelo en heredad.
     --Mentides, buen rey, mentides,    que no decides verdad,
  30   que nunca yo fui traidor,    ni lo hubo en mi linaje.
     Acordárseos debiera    de aquella del Romeral,
  32   cuando gentes extranjeras    a vos querían matar.
     Matáron vos el caballo,    a pie vos vide yo andar;
  34   Bernaldo como traidor    el suyo vos fuera a dar,
     con una lanza y adarga    ante vos fue a pelear.
  36   Allí maté a dos hermanos,    ambos hijos de mi padre,
     que obispos ni arzobispos    no me quieren perdonar.
  38   El Carpio entonces me distes,    sin vos lo yo demandar.
     --Nunca yo tal te mandé,    ni lo tuve en voluntad.
  40   Prendeldo, mis caballeros,    que atrevido se me ha.--
     Todos le estaban mirando,    nadie se le osa llegar;
  42   revolviendo el manto al brazo    la espada fuera a sacar.
     --¡Aquí, aquí, los mis doscientos,    los que coméis el mi pan!
  44   que hoy es venido el día    que honra habéis de ganar.--
     El rey como aquesto vido,    procuróle de amansar:
  46   --Malas mañas has, sobrino,    no las puedes olvidar,
     lo que hombre te dice en burla    a veras lo quieres tomar;
  48   si lo tienes en tenencia,    yo te lo do en heredad,
     y si fuere menester,    yo te lo iré a segurar.--
  50   Bernaldo que esto le oyera    esta respuesta le da:
     --El castillo está por mí,    nadie me lo puede dar;
  52   quien quitármelo quisiere,    procurarle he de guardar.--
     El rey que le vio tan bravo    dijo por le contentar:
  54   --Bernaldo, tente en buen hora    con tal que tengamos paz.--

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0027:3 Bernardo se entrevista con el rey (ó)            (ficha no.: 1396)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Canc. de rom. 1550 f. 137r. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 13a, vol. I, pp. 40-42 (Bernardo del Carpio.--VII.) y RTLH 1 (1957), nº 1a, pp. 153-154.  072 hemist.  Música registrada.

     Con cartas y mensajeros    el rey al Carpio envió;
  2   Bernaldo, como es discreto,    de traición se receló;
     las cartas echó en el suelo    y al mensajero habló:
  4   --Mensajero eres, amigo,    no mereces culpa, no;
     mas a el rey que acá te envía    dígaslo tú esta razon:
  6   que no lo estimo yo a él,    ni aun cuantos con él son,
     mas por ver lo que me quiere,    todavía allá iré yo.--
  8   Y mandó juntar los suyos:    d` esta suerte les habló:
     --Cuatrocientos sois, los míos,    los que comedes mi pan:
  10   los ciento irán al Carpio,    para el Carpio guardar;
     los ciento por los caminos,    que a nadie dejen pasar;
  12   doscientos iréis conmigo    para con el rey hablar.
     Si mala me la dijere    peor se la he de tornar.--
  14   Por sus jornadas contadas    a la corte fue a llegar.
     --Manténgavos Dios, buen rey,    y a cuantos con vos están.
  16   --Mal vengades vos, Bernaldo,    traidor, hijo de mal padre:
     dite yo el Carpio en tenencia,    tú tómaslo de heredad.
  18   --Mentides, el rey, mentides,    que no dices la verdad;
     que si yo fuese traidor,    a vos os cabría en parte.
  20   Acordársevos debía    de aquella del encinal,
     cuando gentes extranjeras    allí os trataron tan mal,
  22   que os mataron el caballo    y aun a vos querían matar.
     Bernaldo como traidor    de entre ellos os fue a sacar.
  24   Allí me distes el Carpio    de juro y de heredad;
     prometístesme a mi padre,    no me guardastes verdad.
  26   --Prendeldo, mis caballeros,    que igualado se me ha.
     --Aquí, aquí, los mis doscientos,    los que comedes mi pan,
  28   que hoy era venido el día    que honra habemos de ganar.--
     El rey, de que aquesto viera,    d` esta, suerte fue a hablar:
  30   --¿Qué ha sido aquesto, Bernaldo,    que así enojado te has?
     Lo que hombre dice de burla    ¿de véras vas a tomar?
  32   Yo te dó el Carpio, Bernaldo,    de juro y de heredad.
     --Aquesas burlas, el rey,    no son burlas de burlar.
  34   Llamástesme de traidor,    traidor, hijo de mal padre;
     el Carpio yo no lo quiero,    bien lo podéis vos guardar,
  36   que cuando yo lo quisiere,    muy bien lo sabré ganar.--

Notas: -5a lo suyo sería al rey (sic); -5b el texto impreso dice diga le (sic).

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0291:1 Desafío de don Urgel y Bernardo (á-o)            (ficha no.: 1397)

Versión de España. Recogida 00/00/1600 Publicada en un pliego suelto del XVI. Aquí comiença un romance de un desafio entre don Urgel y Bernardo del Carpio. (Romance de un desafio entre don Urgel y Bernardo del Carpio) [Praga I, pl. 1, 1-4; Dicc. 707]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 14, vol. I, pp. 42-47 (Bernardo del Carpio.--VIII.).  168 hemist.  Música registrada.

     En las cortes de León    gran fiesta se ha pregonado,
  2   mandáralas pregonar    el rey don Alfonso el Casto.
     Todos los grandes del reino,    que supieron su mandado,
  4   como vasallos leales    prestamente se han juntado.
     Todo género de fiestas    en León se ha celebrado,
  6   porque el rey muy francamente    sus haberes ha gastado:
     unos sacan invenciones,    otros salen disfrazados;
  8   unos muy reñida justa,    otros torneo han cercado;
     unos juegan a las cañas    otros corren sus caballos;
  10   unos lidian bravos toros,    otros juegan a los dados.
     Pero aqueste claro día    envidia lo ha eclipsado:
  12   un extaño caballero    ante el rey se ha presentado,
     armado de todas armas    y el caballo encubertado,
  14   blandiendo una gruesa lanza,    bien apuesto y divisado;
     demandó seguro al rey    para un caso señaladó.
  16   Según que lo demandó    por el rey le fue otorgado.
     Por medio de la gran plaza    dice muy determinado:
  18   --Si hay algún caballero    que salga conmigo al campo,
     probaré que soy mejor,    y de mejor rey vasallo.--
  20   Sus palabras descorteses    a todos han alterado;
     conocido fue de algunos    ser Urgel el esforzado,
  22   uno de los doce pares,    mucho temido y dudado.
     Bien había caballeros    que le hubieran demandado
  24   aquellas locas palabras    que ante su rey ha hablado;
     mas no osaron por temor,    que el rey estaba enojado
  26   de una líd que fue otorgada    otra vez sin su mandado;
     también porque sabían    que el rey estaba inclinado
  28   para dar el plazo y honra    a su sobrino Bernaldo.
     Soberbio está don Urgel,    porque nadie lo ha reptado.
  30   Iban dueñas y doncellas,    todas hacen cruel llanto,
     porque en la flor de Castilla    un frances se haya nombrado.
  32   El buen rey con gran enojo    abajóse del andamio
     por los cantones y plazas    pregonar había mandado:
  34   que cualquiera que venciese    aquel frances tan osado,
     le hará grandes mercedes,    y le dará un condado.
  36   Los castellanos con saña    dicen: --Salga don Bernardo.--
     A buscallo iba el buen rey    con diligencia y cuidado.
  38   Dentro en la iglesia mayor    prestamente fue hallado:
     haciendo estaba oración    al apostol Santiago.
  40   --Manténgaos Dios, sobrino.    --Señor, seáis bien llegado.--
     Allí hablara el buen rey,    bien oiréis lo que ha hablado:
  42   --Todas las gentes de España    han venido a mi llamado;
     solo vos, mi buen sobrino,    os andáis de mí apartando,
  44   que no queréis ver mis fiestas,    y estáis de mí despagado.
     --Aqueso, mi buen señor,    vuestra alteza lo ha causado,
  46   que tiene preso a mi padre    con guarda y aherrojado,
     y no es justo, estando preso,    que yo esté regocijado.
  48   --Pues si vos queréis, sobrino,    obedecer mi mandado,
     haré libre a vuestro padre,    aunque mal me hubo enojado.--
  50   Don Bernardo que lo oyera,    en el suelo arrodillado
     besó las manos al rey    por el bien que le ha otorgado,
  52   protestando de servillo    como bueno y fiel criado.
     Luego el rey le dió la cuenta    de todo lo que ha pasado:
  54   de cómo un frances soberbio    los había desafiado.
     Don Bernardo que lo supo,    mal lo había amenazado.
  56   Por todos los ricos hombres    que el rey tenía a su lado,
     con ricas y fuertes armas    Bernardo fue luego armado:
  58   danle un caballo del rey,    el mejor y más preciado,
     terciada lleva la lanza,    y el escudo embrazado,
  60   contorneando el caballo    a la plaza fue llegado.
     Quien miraba su postura    le quedaba aficionado:
  62   era diestro y animoso,    bien dispuesto y mesurado.
     Para hacer la batalla    jueces les han señalado,
  64   pártenles el campo y sol,    por que nadie esté agraviado.
     A la segunda carrera    el frances fue derribado.
  66   Bernardo con gran presteza    del caballo fue apeado;
     ponen mano a las espadas,    cada cual muy denodado,
  68   hiérense por todas partes    con rigor desmesurado,
     tan bravos golpes se daban,    que el rey estaba espantado.
  70   De los escudos y mallas    todo el campo está sembrado;
     mas un punto de flaqueza    ninguno ha demostrado.
  72   Sin conocerse ventaja    tres horas han peleado.
     Para recebir aliento    un poco se hán apartado.
  74   Para tornar a la lid    Bernardo se ha anticipado
     y con saña que tenía    de esta suerte le ha hablado
  76   --Desdícete, caballero,    si no, serás castigado.
     --Aquesto, dijo el frances,    no lo he acostumbrado,
  78   morir puedo en la batalla;    mas no vivir deshonrado.--
     De la sangre que perdia    andaba desatinado;
  80   como muerto cayó en tierra,    de las fuerzas despojado.
     Don Bernardo lo sacó    de la raya do han lidiado.
  82   Así quedó vencedor,    y el frances fue deshonrado
     y después en Roncesvalles    le acabó de dar su pago,
  84   que en muy reñida batalla    la cabeza le ha cortado.

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0804:1 La infanta navarra libera al conde castellano (í-a)            (ficha no.: 1398)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Canc. de rom. 1550 f. 168 (De la prisión del conde Fernán Gonzáles). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 15, vol. I, pp. 48-51 (Romances del conde de Castilla, Fernán González).  110 hemist.  Música registrada.

     Preso está Fernán González,    el gran conde de Castilla;
  2   tiénelo el rey de Navarra    maltratado a maravilla.
     Vino allí un conde normando    que pasaba en romería,
  4   supo qu` este hombre famoso    en cárceles padecía.
     Fuése para Castroviejo,    donde el conde residía;
  6   dádivas daba al alcaide    si dejar velle quería:
     el alcaide fue contento    y las prisiones le abria.
  8   Mucho los condes hablaron.    El normando se salía,
     fuése donde estaba el rey    con lo que pensado había.
  10   Procuró ver a la infanta,    que era fermosa y cumplida,
     animosa y muy discreta,    de persona muy crecida.
  12   Tanto procura de vella,    qu` esto le hablara un día:
     --Dios vos lo perdone, infanta,    Dios, también Santa María,
  14   que por vos se pierde un hombre,    el mejor que se sabía;
     por vos se causa gran daño,    por vos se pierde Castilla:
  16   los moros entran en ella    por no ver quién la regía,
     que por veros muere preso;    por amor de vos moría.
  18   ¡Mal pagáis amor, infanta,    a quien tanto en vos confía!
     Si no remediáis al conde    seréis muy aborrecida,
  20   y si por vos saliese    seréis reina de Castilla.--
     Tan bien le habla el normanno    que a la infanta enternecía,
  22   determina de librallo    si por mujer la quería.
     El conde selo promete;    a vello la infanta iba.
  24   --No temáis--, dijo, --señor,    que, yo os daré la salida.--
     Y engañando aquel alcaide,    salen los dos de la villa.
  26   Toda la noche anduvieron    hasta que el alba reía.
     Escondidos en un bosque,    un arcipreste los vía,
  28   que venía andando a caza    con un azor que traía.
     Amenázalos con muerte,    si la infanta no ofrecía
  30   de folgar allí con ella,    si no, que al rey los traería.
     El conde, más cruda muerte    quisiera que lo que oía;
  32   pero la discreta infanta    dando esfuerzo le decía:
     --Por vuestra vida, señor,    más que esto hacer debría,
  34   que no se sabrá esta afrenta    ni se dirá en esta vida.--
     Priesa daba el arcipreste,    y amenaza todavía.
  36   Con grillos estaba el conde.    y sin armas se veía;
     mas, viendo que era forzado,    como puede se desvía.
  38   Apártala el arcipreste;    de la mano la traía,
     y cuando abrazalla quiso    ella de él muy fuerte huía:
  40   los brazos le ha embarazado,    socorro al conde pedia,
     el cual vino apresurado,    aunque correr no podía.
  42   Quitádole ha al arcipreste    un cuchillo que traía,
     y con él le diera el pago    que su aleve merecía.
  44   Ayudándole la infanta,    camina todo aquel día.
     A la bajada de un puente    ven muy gran caballería;
  46   gran miedo tienen en vella,    porque creen que el rey la envía.
     La infanta tiembla y se muere,    en el monte se escondía;
  48   mas el conde, más mirando,    daba voces de alegría:
     --Salid, salid, doña Sancha,    ved el pendón de Castilla,
  50   míos son los caballeros,    que a mi socorro venían.--
     La infanta con gran placer    a vellos luego salía.
  52   Conocidos de los suyos,    con alarido venían:
     --Castilla--, vienen diciendo,    --cumplida es la jura hoy día.--
  54   A los dos besan la mano,    a caballo los subían.
     Así los traen en salvo    al condado de Castilla.

Variante: -19a remediéis. Canc. de 1550.

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0809:1 Castellanos y leoneses (ó-e)            (ficha no.: 1399)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. 1550, f. 165v (Romance del rey don Sancho Ordoñez ); Silva de 1550 t. I. f. 83; Canc. de rom. s. a. f. 161. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 16, vol. I, pp. 51-54 (Del conde Fernán González.--II.).  088 hemist.  Música registrada.

     Castellanos y leoneses    tienen grandes divisiones.
  2   El conde Fernán González    y el buen rey don Sancho Ordóñez:
     sobre el partir de las tierras,    ahí pasan malas razones:
  4   llamánse hideputas,    hijos de padres traidores;
     echan mano a las espadas,    derriban ricos mantones.
  6   No les pueden poner treguas    cuantos en la corte sone;
     pónenselas dos frailes,    aquesos benditos monjes:
  8   el uno es tío del rey,    el otro hermano del conde;
     pónenlas por quince días,    que no pueden por más, non,
  10   que se vayan a los prados    que dicen de Carrión.
     Si mucho madruga el rey,    el conde no dormía, no;
  12   el conde partió de Burgos,    y el rey partió de León;
     venido se han a juntar    al vado de Carrión
  14   y a la pasada del río    movieron una quistíon:
     los del rey que pasarían,    y los del conde que non.
  16   El rey, como era risueño,    la su mula revolvió;
     el conde con lozanía    su caballo arremetió;
  18   con el agua y el arena    al buen rey ensalpicó
     Allí hablara el buen rey,    su gesto muy demudado:
  20   --Buen conde Fernán González,    mucho sois deamesurado
     si no fuera por las treguas    que los monjes nos han dado,
  22   la cabeza de los hombros    ya vos la oviera quitado,
     con la sangre que os sacara    yo tiñera aqueste vado.--
  24   El conde le respondiera,    como aquel que era osado:
     --Eso que decís, buen rey,    véolo mal aliñado;
  26   vos venís en gruesa mula,.    yo en ligero caballo;
     vos traéis sayo de seda,    yo traigo un arnés tranzado;
  28   vos traéis alfanje de oro,    yo traigo lanza en mi mano,
     vos traéis cetro de rey,    yo un venablo acerado;
  30   vos con guantes olorosos,    yo con los de acero claro;
     vos con la gorra de fiesta,    yo con un casco afinado;
  32   vos traéis ciento de mula,    yo trescientos de caballo.--
     Ellos en aquesto estando,    los frailes que han allegado:
  34   --¡Tate, tate, caballeros!    ¡tate, tate, hijos dalgo!
     ¡Cuán mal cumplistes las treguas    que nos habíades mandado!--
  36   Allí hablara el buen rey:    --Yo las cumpliré de grado.--
     Pero respondiera el conde:    --Yo de pies puesto en el campo.--
  38   Cuando vido aquesto el rey,    no quiso pasar el vado;
     vuélvese para sus tierras,    malamente va enojado,
  40   grandes bascas va haciendo,    reciamente va jurando
     que había de matar al conde    y destruir su condado
  42   y mandó llamar a cortes,    por los grandes ha enviado.
     Todos ellos son venidos,    sólo el conde ha faltado.
  44   Mensajero se le hace    a que cumpla su mandado.
     El mensajero que fue    d` esta suerte le ha hablado.

Variantes: -3b y el poner de los mojones Silva; -4a llamábanse hi-de-putas Canc. de rom. s. a.; -7a hermanos. Canc. de rom. s. a. y Silva; -8 falta en Canc. de rom. s. a.; y Silva; -18b ensalpicó Silva; -20. ¡Cómo sois soberbio, el conde! / ¡cómo sois desmesurado!//Silva; -25a el rey. Silva; -29a sceptro Silva.

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0123:1 El conde Fernán González llamado a cortes (ó)            (ficha no.: 1400)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Silva de 1550 t. I. f. 85; Canc. de rom. s. a. f. 163 y Canc.de Rom. 1550 f. 167 (Romance del conde Fernan Gonzales). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 17, vol. I, pp. 54-55 (Del conde Fernán Gonzáles).  038 hemist.  Música registrada.

     --Buen conde Fernán González,    el rey envía por vos,
  2   que váyades a las cortes    que se hacían en León;
     que si vos allá vais, conde,    daros han buen galardón,
  4   daros ha a Palenzuela    y a Palencia la mayor,
     daros ha las nueve villas,    con ellas a Carrión,
  6   daros ha a Torquemada,    la torre de Mormojon.
     Buen conde, si allá no ides,    daros hían por traidor.--
  8   Allí respondiera el conde    y dijera esta razon:
     --Mensajero eres, amigo,    no mereces culpa, no,
  10   que yo no he miedo al rey,    ni a cuantos con él son:
     Villas y castillos tengo,    todos a mi mandar son.
  12   De ellos me dejó mi padre,    de ellos me ganara yo:
     los que me dejó mi padre    poblélos de ricos hombres,
  14   las que yo me hube ganado    poblélas de labradores;
     quien no tenía más de un buey,    dábale otro, que eran dos;
  16   al que casaba su hija    dóle yo muy rico don.
     Cada día que amanece    por mí hacen oración;
  18   no la hacían por el rey,    que no la merece, non:
     él le puso muchos pechos    y quitáraselos yo.--

Variantes: -6b En el Canc. de rom. 1550 van añadidos los cuatro versos siguientes: daros ha a Tordecillas, / y a Torre de Lobatón, // y si más quisieredes, conde, / daros han a Carrión. //; -16b El Canc. de rom. 1550 interpone los dos versos siguientes: al que lo faltan dineros / también se los presto yo.

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0050:1 Ardid de la condesa de Castilla para liberar a su marido (á-o)            (ficha no.: 1401)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Silva de 1550 t. II. f. 91 (Otro romance del conde Fernán Gonzalez*); Canc. de rom. ed. de Medina, 1570. f. 54 y Timoneda, Rosa española* (Romance de como fue librado de la prision el Conde Fernan Gonzalez por astucia de su mujer). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 18, vol. I, pp. 56-60 (Del conde Fernán Gonzáles.--IV.).  132 hemist.  Música registrada.

     Preso está Fernán González,    el buen conde castellano;
  2   prendiólo don Sancho Ordóñez,    porque no le ha tributado
     En una torre en León    lo tienen a buen recaudo.
  4   Rogaban por él al rey    muchas personas de estado
     y también por él rogaba    ese monje fray Pelayo;
  6   mas el rey, con grande enojo,    nunca quisiera soltallo.
     Sabiéndolo la condesa,    determina ir a sacallo;
  8   cabalgando en una mula,    como siempre lo ha usado,
     consigo lleva dos dueñas,    y dos escuderos ancianos.
  10   Lleva en su retaguardia    trescientos hijos dalgo
     armados de todas armas,    cada uno buen caballo.
  12   Todos llevan hecho voto    de morir en demandarlo
     y de no volver a Burgos    hasta morir o librarlo.
  14   Caminan para León    contino por despoblado;
     mas cerca de la ciudad    en un monte se han entrado.
  16   La condesa, como es sabía,    mandó ensillar un caballo
     y mandóle a un escudero    que al conde quede aguardando,
  18   y que en siendo salido    se lo dé, y le ponga en salvo.
     La condesa con las dueñas    en la ciudad se ha entrado;
  20   como viene de camino    vase derecho al palacio.
     Así como el rey la vido,    a ella se ha levantado.
  22   --¿Adónde bueno, condesa?    --Señor, voy a Santiago,
     y víneme por aquí    para besaros las manos.
  24   Suplícoos me deis licencia    para al conde visitar.
     --Que me place--, dijo el rey    --pláceme de voluntad.--
  26   Llévenla luego a la torre,    donde el conde preso está.
     Por amor de la condesa    las prisiones quitádole han.
  28   Desde [h]a rato que llegó,    la condesa lo fue a hablar:
     --Levantaos luego, señor,    no es tiempo de echado estar,
  30   y vestíos estas mis ropas,    y tocaos vos mis tocados,
     y junto con esas dueñas    os salí acompañado,
  32   y en saliendo, que salgáis,    hallaréis vuestro caballo;
     íros heis para el monte,    do está la gente aguardando.
  34   Yo me quedaré aquí    hasta ver vuestro mandado.--
     Al conde le pareció    que era bien aconsejado;
  36   vístese las ropas de ella,    largas tocas se ha tocado.
     Las dueñas son avisadas,    a las guardas han llamado;
  38   las guardas estaban prestas,    quitan de presto el candado;
     salen las dueñas y el conde,    nadie los había mirado.
  40   Dijo una dueña a las guardas    que la andaban rodeando:
     --Por tener larga jornada,    hemos madrugado tanto.--
  42   Y así se partieron de ellas    sin sospecha ni cuidado.
     Luego que fuera salieron,    halló el conde su caballo,
  44   el cual tomó su camino    para el monte señalado.
     Las dueñas y el escudero    hasta el día han aguardado;
  46   subido se han a la torre    do la condesa ha quedado.
     Las guardas, desque las vieron,    mucho se han maravillado.
  48   --Decí, ¿a qué subís señoras,    háseos acá olvidado algo?
     --Abrí, veréis lo que queda,    porque llevemos recaudo.--
  50   Como las guardas abrieron,    a la condesa han hallado.
     Como la condesa vido    que las dueñas han tornado:
  52   --Id, decid al señor rey,    que, aquí estoy a su mandado,
     que haga en mí la justicia,    que el conde ya está librado.--
  54   Como aquesto supo el rey,    hallóse muy espantado;
     tuvo en mucho a la condesa    saber hacer tal engaño.
  56   Luego la manda sacar    y dalle todo recaudo,
     y envióla luego al conde,    muchos la han acompañado.
  58   El conde, desque la vido,    holgóse en extremo grado;
     enviado ha decir al rey,    que pues tan bien lo ha mirado,
  60   que le mandase pagar    lo del azor y el caballo,
     si no, que lo pediría    con la espada en la mano.
  62   Todo por el rey sabido,    su consejo ha tomado;
     sumaba tanto la paga,    que no pudo numerallo;
  64   así que, todo bien visto,    fue por el rey acordado
     de le soltar el tributo    que el conde le era obligado.
  66   De esta manera el buen conde,    a Castilla ha libertado.

Variantes:-2a el rey don Ordóñez. Silva, Tim.; -2b porque estaba d`él airado. Canc. de rom. ed. de 1570; -3b lo tiene a muy buen recaudo. Tim., Canc. de rom.; -4a al rey por él. Canc. de rom.; -5b don. Canc. de rom.; -6b nunca ha querido sacallo. Tim.; -7b librallo. Tim.,Canc. de rom.; -8b había. Canc. de rom.; -10a y llevaba en su reguarda. Canc. de rom.; -10b los quinientos. Tim.; -11b cada cual en buen caballo. Tim., Canc. de rom.; -15a muy. Tim. Canc. de rom; -18a para. Tim., Canc. de rom.; -18b se p. Tim., Canc. de rom.; -20a tal cual v. Tim.; -20 se fue derecho a palacio. Tim.; -22a ¿Dónde bueno vais, condesa?. Tim.; -24b que pueda al conde hablallo. Tim., Canc. de rom.; -25a Pláceme--, dijera el rey. Canc. de rom.; -25b pláceme de muy buen grado. Canc. de rom. que me place de buen grado. Tim.; -26 Llévanla llego a la torre / do está el conde aprisionado //. Tim., Canc. de rom.; -27b le han quitado. Tim., Canc. de rom.; -28a Pasada la medianoche. Canc. de rom.; -28b le ha hablado. Tim., Canc. de rom.; -29a señor marido. Tim.; -26 estar echado. Tim., Canc. de rom.; -29b tocaros heis mi tocado. Canc. de rom.; y tocáos este tocado. Tim.; -33a y guiaréis. Tim.; -34a que yo aquí me quedaré. Tim.; -38a están. Canc. de rom.; -39a las guardas. Silva; -40a Este verso y los tres que le siguen, faltan en la Rosa de Timoneda; -41b tanto madrugado. Canc. de rom.; -42a de ellos. Tim., Canc. de rom.; -41b En ser el conde salido // halló a punto su caballo, / y tomó luego el camino//. Tim.; -46b do la condesa han dejado. Tim.; -47a como l. v.. Tim., Canc. de rom.; -48a volvéis. Canc. de rom.; -48a Dícenles: --¿A qué volvéis?. Tim.; -48b hase acá algo olvidado?. Canc. de rom. decí ¿qué se os ha olvidado?. Tim.; -51b Este y el verso que precede, faltan en el Canc. de rom. y en la Rosa de Tim.; -52a dijoles: --Decid al rey. Tim.; -53a la injuria. Canc. de rom.; -53b porque ya el conde está en salvo. Tim.; -54a oyera. Tim.; -56a mandó. Canc. de rom., Tim.; -57a enviándosela. Canc. de rom.; -59a y envió. Canc. de rom.; envió a. Tim.; -59b t. mal. Canc. de rom.; -62b y su consejo tomado. Canc. de rom.; consejo en ello ha tomado. Tim.; -63b no hay quien pueda numerallo. Tim.; -65b conde estaba. Tim.; -66a Lo cual por el conde oido, / con gran placer lo ha otorgado// y así de aquesta manera /. Canc. de rom.
Notas: *De cómo fue librado de la prisión el conde Fernán González por astucia de su mujer. Timoneda.
** Nótese el variar del asonante en el texto de la Suis, y cómo las redacciones posteriores del Canc. de rom. y de Timoneda lo han uniformado. La prisión del conde de que trata este romance es la que sufrió por órden del rey don Sancho I de León al paso que el otro romance que empieza también por: Preso está Fernán González / el gran conde de Castilla //, trata de la prisión que sufrió en Navarra por orden del rey don García.

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0031:1 Bodas de doña Lambra (á-a+á-e (+á-o))            (ficha no.: 1402)
[0305 Yo me estava en Barbadillo, contam.]

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 164 (Romance de doña Hambrç); Canc. de rom. 1550, f. 170 y Silva de 1550 t. I. f, 86**. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 19, vol. I, pp. 61-65 (Romances sobre los siete infantes de Lara y del bastardo Mudarra).  138 hemist.  Música registrada.

     A Calatrava la Vieja    la combaten castellanos;
  2   por cima de Guadiana    derribaron tres pedazos;
     por los dos salen los moros,    por el uno entran cristianos.
  4   Allá dentro de la plaza    fueron a armar un tablado,
     que aquel que lo derribare    ganará de oro un escaño.
  6   Este don Rodrigo de Lara,    que ese lo había ganado,
     del conde Garci-Hernández, sobrino    y de doñ Sancha es hermano,
  8   al conde Garci-Hernández    se lo llevó presentado,
     que le trate casamiento    con aquesa doña Lambra.
  10   Ya se trata casamiento,    ¡hecho fue en hora menguada!
     doña Lambra de Burueva,    con don Rodrigo de Lara.
  12   Las bodas fueron en Burgos,    las tornabodas en Salas;
     en bodas y tornabodas    pasaron siete semanas.
  14   Tantas vienen de las gentes,    que no caben por las plazas,
     y aun faltaban por venir    los siete infantes de Lara.
  16   Helos, helos por do vienen,    con toda la su compaña:
     saliólos a recebir    la su madre doña Sancha:
  18   --Bien vengades, los mis hijos,    buena sea vuestra llegada;
     allá iredes a posar    a esa cal de Cantarranas;
  20   hallaréis las mesas puestas,    viandas aparejadas.
     Desque hayáis comido, hijos,    no salgades a las plazas
  22   porque las gentes son muchas,    y trábanse muchas barrajas.--
     Desque todos han comido    van a bohordar a la plaza;
  24   no salen los siete infantes,    que su madre se lo mandara;
     mas desque hubieron comido    siéntanse a jugar las tablas.
  26   Tiran unos, tiran otros,    ninguno bien bohordaba.
     Allí salió un caballero    de los de Córdoba la llana,
  28   bohordó hacia el tablado    y una vara bien tirara.
     Allí hablara la novia,    de esta manera hablara:
  30   --Amad, señoras, amad    cada una en su lugar,
     que más vale un caballero    de los de Córdoba la llana,
  32   que no veinte ni treinta    de los de la casa de Lara.--
     Oídolo había doña Sancha,    de esta manera hablara:
  34   --No digáis eso, señora,    no digades tal palabra,
     porque aun hoy os desposaron    con don Rodrigo de Lara.
  36   --Mas calláis vos, doña Sancha,    que no debéis ser encuchada,
     que siete hijos paristes    como puerca encenagada.--
  38   Oídolo había el ayo    que a los infantes criaba;
     de allí se había salido,    triste se fue a su posada.
  40   Halló que estaban jugando    los infantes a las tablas,
     si no era el menor de ellos,    Gonzalo González se llama;
  42   recostado lo halló    de pechos en una baranda.
     --¿Cómo venís triste, amo?,    decí ¿quién os enojara?--
  44   Tanto le rogó Gonzalo,    que el ayo se lo contara:
     --Mas mucho os ruego, mi hijo,    que no salgáis a la plaza.--
  46   No lo quiso hacer Gonzalo,    mas antes tomó una lanza;
     caballero en un caballo    vase derecho a la plaza;
  48   vido estar el tablado    que nadie lo derribara.
     Enderezóse en la silla,    con él en el suelo daba;
  50   desque lo hubo derribado    de esta manera hablara:
     --Amade, putas, amad,    cada una en su lugar,
  52   que más vale un caballero    de los de la casa de Lara,
     que cuarenta ni cincuenta    de los de Córdoba la llana.--
  54   Doña Hambra que esto oyera    bajóse muy enojada;
     sin aguardar a los suyos    fuése para su posada;
  56   halló en ella a don Rodrigo,    de esta manera le habla:
     --Yo me estaba en Barbadillo,    en esa mi heredad;
  58   mal me quieren en Castilla    los que me habían de aguardar:
     los hijos de doña Sancha    mal amenazado me han
  60   que me cortarían las faldas    por vergonzoso lugar
     y cebarían sus halcones    dentro de mi palomar,
  62   y me forzarían mis damas    casadas y por casar;
     matáronme un cocinero    so faldas del mi brial.
  64   Si de esto no me vengáis,    yo mora me iré a tornar.--
     Allí habló don Rodrigo,    bien oiréis lo que dirá:
  66   --Calledes, la mi señora,    vos no digades atal.
     De los infantes de Salas    yo vos pienso de vengar;
  68   telilla les tengo ordida,    bien gela cuido tramar,
     que nacidos y por nacer    de ello tengan que contar.{M}

Variantes: -43a ayo. Las ed. posteriores del Canc. de rom.; -57a El Canc. de rom. s. a. y la Silva de 1550 tienen de este romance solo el fragmento que comienza por este verso; -58b guardar. Silva; -62a forzaran. Silva; -67a Lara. Las ed. post. del M}Canc. de Rom ; -67 Este y el verso que le antecede faltan en la Silva; -68a Urdida. Silva; -69a que falta en la Silva; -69b tendrán Silva.
Nota: *Lambra Silva. [Falta por comprobar el texto en la Silva. SHP]

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0031:2 Bodas de doña Lambra (á-a)            (ficha no.: 1403)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Silva de 1550. t. II. f. 60 (Romance de don Rodrigo de Lara). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 20, vol. I, pp. 65-68 (De los siete infantes de Lara.--II.).  094 hemist.  Música registrada.

     ¡Ay Dios, qué buen caballero    fue don Rodrigo de Lara,
  2   que mató cinco mil moros    con trescientos que llevaba!
     Si aqueste muriera entonces    ¡qué gran fama que dejara!
  4   No matara a sus sobrinos    los siete infantes de Lara,
     ni vendiera sus cabezas    al moro que las llevaba.
  6   Ya se trataban sus bodas    con la linda doña Lambra:
     las bodas se hacen en Burgos,    las tornabodas en Salas:
  8   las bodas y tornabodas    duraron siete semanas;
     las bodas fueron muy buenas,    mas las tornabodas malas.
  10   Ya convidan por Castilla,    por Castilla y por Navarra;
     tanta viene de la gente    que no hallaban posadas
  12   y aun faltan por venir    los siete infantes de Lara.
     Helos, helos por do vienen    por aquella vega llana;
  14   sálelos a recebir    la su madre doña Sancha.
     --Bien vengades, los mís hijos,    buena sea vuestra llegada.
  16   --Nora buena estéis, señora,    nuestra madre doña Sancha.--
     Ellos le besan las manos,    ella a ellos en la cara.
  18   --Huelgo de veros a todos,    que ninguno no faltaba,
     y más a vos, Gonzalvico,    porque a vos mucho amaba.
  20   Tornad a cabalgar, hijos,    y tomedes vuestras armas
     y allá iréis a posar    al barrio de Cantaranas.
  22   Por Dios os ruego, mís hijos,    no salgáis de las posadas,
     porque en semejantes fiestas    se urden buenas lanzadas.--
  24   Ya cabalgan los infantes    y se van a sus posadas;
     hallaron las mesas puestas    y viandas aparejadas.
  26   Después que hubieron comido    pidieron juego de tablas,
     si no fuera Gonzalvico    que su caballo demanda.
  28   Muy bien puesto en la silla    se sale para la plaza,
     y halló a don Rodrigo    que a una torre tira varas,
  30   con una fuerza crecida    a la otra parte pasa.
     Gonzalvico, qu` esto viera,    las suyas también tirara:
  32   las suyas pesan muy mucho,    a lo alto no llegaban.
     Cuando esto vio doña Lambra,    de esta manera hablara:
  34   --Adamad, dueñas, amad    cada cual de buena gana,
     que más vale un caballero    que cuatro de los de Salas.--
  36   Cuando esto oyó doña Sancha    respondió muy enojada:
     --Calledes vos, doña Lambra,    no digáis la tal palabra,
  38   si los infantes lo saben,    ante tí lo matarán.
     --Callases tú, doña Sancha,    que tienes por qué callar,
  40   que pariste siete hijos    como puerca en muladar.--
     Gonzalvico que esto oyera    esta respuesta le da:
  42   --Yo te cortaré las faldas    por vergonzoso lugar
     por cima de las rodillas    un palmo y mucho más.--
  44   Al llanto de doña Lambra    don Rodrigo fue a llegar:
     --¿Qué es aquesto, doña Lambra?,    ¿quién te ha quesido enojar?
  46   Si me lo dices, yo entiendo    de te lo muy bien vengar,
     porque a dueña tal cual vos,    todos la deben honrar.--

Variante: -35a mi c. Enmienda de Durán.

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1142:1 ¿Quién es aquel caballero? (í-a)            (ficha no.: 1404)

Versión de España. Recogida 00/00/1580 Publicada en Sepúlveda 1551, Romances nuevamente sacados ... Anvers: Nucio. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 21, vol. I, pp. 68-72 (De los siete infantes de Lara.--III.).  120 hemist.  Música registrada.

     ¿Quién es aquel caballero    que tan gran traición hacía?
  2   Ruy Velázquez es de Lara,    que a sus sobrinos vendía.
     En el campo de Almenar    a los infantes decía
  4   que fuesen a correr moros,    que él los acorrería;
     que habríen muy gran ganancia,    muchos captivos traerían.
  6   Ellos en aquesto estando,    grandes gentes parecían;
     más de diez mil son los moros,    las señas traen tendidas.
  8   Los infantes le preguntan    qué gente es la que venía.
     --No hayáis miedo, mis sobrinos, --    Ruy Velázquez respondía,
  10   --todos son moros astrosos,    moros de poca valía,
     que viendo que vais a ellos    a huir luego echarían;
  12   que si ellos vos aguardan    yo en vuestro socorro iría.
     corrílos yo muchas veces,    ninguno lo defendía.--
  14   A ellos id, mis sobrinos,    no mostredes cobardía.---
     ¡Palabras son engañosas    y de muy grande falsía!
  16   Los infantes como buenos    con moros arremetian;
     caballeros son doscientos    los que su guarda seguían.
  18   Él a furto de cristianos    a los moros se venía.
     Díjoles que sus sobrinos    no escape ninguno a vida,
  20   que les corten las cabezas    que él no los defendería.
     Doscientos hombres, no más    llevaban en compañía.
  22   Don Nuño que ir los vido    oido había por su espía,
     y cuando oyó las palabras    que a los moros les decía,
  24   daba muy grandes las voces    que en el cielo las ponía.
     --¡O Ruy Velázquez traidor,    el mayor que ser podría!
  26   ¿A tus sobrinos infantes    a la muerte los traías?
     Mientras el mundo durare    durará tu alevosía,
  28   y la falsedad que has hecho    contra la tu sangre misma.--
     Después que esto hobo dicho    a los infantes volvía,
  30   díjoles: --Armáos mis hijos,    que vuestro tío os vendía:
     de consuno es con los moros,    ya concertado tenía
  32   que os maten a todos juntos.--    Ellos armáronse aína:
     las quince huestes de moros    a todos cerco ponían;
  34   don Nuño, que era su ayo,    gran esfuerzo les ponía:
     --Esforzáos, no temades,    haced lo que yo hacía:
  36   a Dios yo vos encomiendo,    mostrad vuestra valencía.--
     En la delantera haz    don Nuño herido había;
  38   mató muchos de los moros,    mas a él muerto lo habían.
     Los infantes arremeten    con la su caballería:
  40   mezcláronse con los moros,    a muchos quitan la vida.
     Los cristianos eran pocos,    veinte para uno había;
  42   mataron a los cristianos,    que a vida ninguno finca;
     solos quedan los hermanos,    que ninguna ayuda habían.
  44   Encomendáronse a Dios,    "Santiago, valme", decían:
     firieron recio en los moros,    gran matanza les hacían;
  46   no osan estar delante    que gran braveza traían.
     Fernán González menor    a sus hermanos decía:
  50   --Esforzad, los mis hermanos,    lidiemos con valencía,
     mostremos gran corazón    contra aquesta morería.
  52   Ya no habemos ayuda,    sólo Dios darla podía;
     ya murió Nuño Salido,    y nuestra caballería;
  54   venguémoslos o muramos,    nadie muestre cobardía,
     que desque estemos cansados    esta sierra nos valdría.--
  56   Volvieron a pelear,    ¡oh qué reciamente lidian!
     muchos matan de los moros,    a otros muchos herían;
  58   muerto han a Fernán González,    seis solos quedado habían.
     Cansados ya de lidiar    a la sierra se subían;
  60   limpiáronse los sus rostros    que sangre y polvo tenían.

Variante: -44b val Edición de 1551.

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1144:1 Cansados de pelear (í-a)            (ficha no.: 1405)

Versión de España. Recogida 00/00/1580 Publicada en Sepúlveda 1551, Romances nuevamente sacados ... Anvers: Nucio. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 22, vol. I, pp. 72-75 (De los siete infantes de Lara.--IV.).  103 hemist.  Música registrada.

     Cansados de pelear    los seis hermanos yacían;
  2   infantes todos los llaman    que de Lara se decían.
     No pueden alzar los brazos,    ¡tan cansados los tenían!
  4   El dolor era crecido    que Viara y Galve habían
     capitanes de Almanzor:    a su tío maldecían
  6   en dejar morir hidalgos    de tan alta valentía,
     mayormente siendo hijos    de una hermana que había.
  8   Sácanlos de entre los moros,    que matarlos no querían:
     lleváronlos a sus tiendas;    desarmado los habían:
  10   mandáronles dar del pan    y también de la bebida.
     Ruy Velázquez que lo vido    a Viara y Galve decía:
  12   --¡Muy mal lo hacéis vosotros    dejar aquestos a vida!
     porque si ellos escapan,    a Castilla no tornaría,
  14   ca ellos me matarán:    defenderme no podría.--
     Los moros han gran pesar    de esto que decir le oían.
  16   El menor de los infantes    con enojo le decía:
     --¡Oh traidor, falso, malvado,    grande es tu alevosía!
  18   Trujístenos con tu hueste    a quebrantar la morisma
     enemigos de la fe,    y a ellos tu nos vendías,
  20   y dices que aquí nos maten.    ¡De Dios perdon no recibas,
     ni perdone él tu pecado    tan perverso que hoy hacías!--
  22   Los moros a los infantes    aquesto les respondían:
     --No sabemos qué os hacer,    infantes de gran valía,
  24   que si vivos os dejamos    Ruy Velázquez él se iría
     a Córdoba al Almanzor    Y moro se tornaría:
  26   darle ha muy gran poder,    y si contra nos lo envía,
     a nos buscará gran mal,    que es hombre de gran falsía.
  28   Vivos tornar vos queremos    do la batalla se hacía:
     procurad de os defender;    vuestro mal a nos dolía.
  30   Los infantes se han armado;    y al campo tornado habían,
     y encomendándose a Dios    a los moros atendían.
  32   Los moros cuando los vieron    a ellos van con gran grita.
     ¡Muy cruda es la batalla!    ¡Ellos bien se defendían!
  34   Como los moros son muchos,    poca mella les hacían.
     Dos mil y sesenta han muerto,    sin los que han dado heridas.
  36   Don Gonzalo, el menor de ellos,    es el que más mal hacía:
     ¡gran matanza hizo en moros!    ¡la su vida bien vendía!
  38   Cansados son de lidiar,    moverse ya no podían;
     matáronles los caballos,    lanza ni espada tenían,
  40   ni otras armas algunas,    que quebrado las habían.
     Los moros presos los tienen;    desnudaron sus lorigas;
  42   descabezado los han;    Ruy Velázquez que lo vía.
     Don Gonzalo el más pequeño    grande cuita en sí tenía;
  44   cuando vio descabezados    hermanos que bien quería,
     cobró muy gran corazón;    quitóse dél que lo asía:
  46   arremetió con el moro    que la crueldad hacía,
     diole tan recia puñada.    muerto en tierra lo ponía.
  48   De presto tomó la espada,    veinte moros muerto había.
     Volvieron luego a prenderlo,    descabezado lo habían.
  50   Quedan los infantes muertos,    Ruy Velázquez se volvía
     a Burueva su lugar;    por vengado se tenía,
  52   habiendo hecho traición    la mayor que ser podía.

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0368:1 Saliendo de Canicosa (á-a)            (ficha no.: 1406)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Silva de 1550 t. II, f. 62 (Muerte de los infantes de Lara). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 23, vol. I, pp. 75-77(De los siete infantes de Lara.--V.).  068 hemist.  Música registrada.

     Saliendo de Canicosa    por el val de Arabiana
  2   donde don Rodrigo espera    los hijos de la su hermana
     por campo de Palomares    vió venir muy gran compaña,
  4   muchas armas reluciendo,    mucha adarga bien labrada,
     mucho caballo ligero,    mucha lanza relumbraba,
  6   mucho estandarte y bandera    por los aires revolaba.
     La seña que viene en ellas    es media luna cortada;
  8   Alá traen por apellido,    a Mahoma a voces llaman;
     tan altos daban los gritos    que los campos resollaban;
  10   lo que las voces decían    grande mal significaban:
     --¡Mueran, mueran--, van diciendo,    --siete infantes de Lara!
  12   ¡Venguemos a don Rodrigo,    pues que tiene de ellos saña!--
     Allí está Nuño Salido,    el ayo que los criara;
  14   como vee la gran morisma    de esta manera les habla:
     --¡Oh los mis amados hijos    ¡quién vivo no se hallara
  16   por no ver tan gran dolor    como agora se esperaba!
     Si no os hubiera criado    no sintiera tanta rabia;
  18   mas quiéroos tanto, mis hijos,    que se me arrancaba el alma.
     ¡Ciertamente nuestra muerte    está bien aparejada!
  20   No podemos escapar    de tanta gente pagana.
     Vendamos bien nuestros cuerpos,    y miremos por las almas;
  22   peleemos como buenos,    las muertes queden vengadas;
     ya que lleven nuestras vidas,    que las dejen bien pagadas.
  24   No nos pese de la muerte,    pues va tan bien empleada,
     pues morimos todos juntos    como buenos en batalla.--
  26   Como los moros se acercan,    a cada uno por sí abraza;
     cuando llega a Gonzalvico    en la cara le besara:
  28   --¡Hijo Gonzalo González;    de lo que más me pesaba
     es de lo que sentirá    vuestra madre doña Sancha!
  30   Érades su claro espejo,    más que a todos os amaba.--
     En esto los moros llegan,    traban con ellos batalla,
  32   los infantes los reciben    con sus adargas y lanzas:
     "Santiago, Santiago",    a grandes voces llamaban.
  34   Matan infinitos moros;    mas todos allí quedaran.

Variantes: -30b Después de este verso una edición posterior de la Silva añade, según la reimpresión en el Romancero de Durán, los dos versos siguientes: y agora perderos tiene / sin tener más esperanza //; -33a Santiago, cierra. Durán; -34b ellos. Silva, ed. de Barcelona de 1582.

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0310:1 Pártese el moro Alicante (á)            (ficha no.: 1407)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Silva de 1550 t. II. f. 64 (Presenta, Almanzor a Gustios las Cabezas de sus hijos). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 24, vol. I, pp. 77-81 (De los siete infantes de Lara.--VI.).  112 hemist.  Música registrada.

     Pártese el moro Alicante    víspera de Sant Cebrián;
  2   ocho cabezas llevaba    todas de hombres de alta sangre.
     Sábelo el rey Almanzor,    a recebírselo sale;
  4   aunque perdió muchos moros,    piensa en esto bien ganare.
     Manda hacer un tablado    para mejor las mirare,
  6   mandó traer un cristiano    qu` estaba en captividade.
     Como ante sí lo trujeron    empezóle de hablare,
  8   díjole: --Gonzalo Gustos,    mira quién conoscerás;
     que lidiaron mis poderes    en el campo de Almenare.
  10   Sacaron ocho cabezas,    todas son de gran linaje.
     Respondió Gonzalo Gustos:    --Presto os diré la verdade.--
  12   E limpiándoles la sangre    asaz se fuera a turbar;
     dijo llorando agramente:    --¡Conózcolas por mi mal!,
  14   la una es de mi carillo,    las otras me duelen más,
     de los infantes de Lara    son, mis hijos naturales.--
  16   Así razona con ellos,    como si vivos hablasen:
     --¡Dios os salve, el mi compadre,    el mi amigo leal!
  18   ¿Adónde son los mis hijos    que y` os quise encomendar?
     Muerto sois como buen hombre    como hombre de fiar.--
  20   Tomara otra cabeza    del hijo mayor de edad:
     --Sálveos Dios, Diego González,    hombre de muy gran bondad,
  22   del conde Fernán González    alferez el principal;
     a vos amaba yo mucho,    que me habíades de heredar.--
  24   Alimpiándola con lágrimas    volviérala a su lugar,
     y toma la del segundo,    Martín Gómez que llamaban;
  26   --Dios os perdono, el mi hijo,    hijo que mucho preciaba.
     Jugador era de tablas    el mejor de toda España,
  28   mesurado caballero,    muy buen hablador en plaza.--
     Y dejándola llorando    la del tercero tomaba:
  30   --Hijo Suero Gustos,    todo el mundo os estimaba,
     el rey os tuviera en mucho,    solo para la su caza;
  32   gran caballero esforzado,    muy buen bracero a ventaja.
     ¡Ruy Gómez vuestro tío    estas bodas ordenara!--
  34   Y tomando la del cuarto    lasamente la miraba:
     --¡Oh hijo Fernán González,    nombre del mejor de España!,
  36   del buen conde de Castilla,    aquel que vos baptizara.
     Matador de puerco espin,    traigo de gran compaña;
  38   nunca con gente de poco    os vieran en alianza.--
     Tomó la de Ruy Gómez,    de corazón la abrazaba:
  40   --¡Hijo mío, hijo mío!    ¿quién como vos se hallara?
     nunca le oyeron mentira,    nunca por oro ni plata;
  42   animoso, buen guerrero,    muy gran feridor de espada,
     que a quien dábades de lleno    tullido o muerto quedaba.--
  44   Tomando la del menor    el dolor se le doblara:
     --¡Hijo Gonzalo González,    los ojos de doña Sancha!
  46   ¿Qué nuevas irán a ella    que a vos más que a todos ama?
     Tan apuesto de persona,    decidor bueno entre damas,
  48   repartidor en su haber,    aventajado en la lanza.
     ¡Mejor fuera la mi muerte    que ver tan triste jornada!--
  50   Al duelo que el viejo hace    toda Córdoba lloraba.
     El rey Almanzor cuidoso    consigo se lo llevaba
  52   y mandó a una morica    lo sirviese muy de gana.
     Esta le torna en prisones,    y con hambre le curaba;
  54   hermana era del rey,    doncella moza y lozana.
     Con esta Gonzalo Gustos    vino a perder su saña,
  56   que de ella le nació un hijo    que a los hermanos vengara.

Nota: -52a mandó o en La Silava, por error.

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0031:3 Bodas de doña Lambra (á-a)            (ficha no.: 1408)

Versión de España. Recogida 00/00/1600 Publicada en un pliego suelto del s. XVI. Síguense tres rom. El primero que dize los casamientos de doña Lambra con don Rodrigo de Lara, etc. [Praga I, pl. 9, 65- 70; Dicc. 1075]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 25, vol. I, pp. 81-89 (De los siete infantes de Lara.--VII.).  291 hemist.  Música registrada.

     Ya se salen de Castilla    castellanos con gran saña,
  2   van a desterrar los moros    a la vieja Calatrava.
     Derribaron tres pedazos    por partes de Guadiana;
  4   por el uno salen moros    que ningún vagar se daban:
     por unas sierras arriba    grandes alaridos daban,
  6   renegando de Mahoma    y de su secta malvada.
     ¡Cuán bien pelea Rodrigo    de una lanza y adarga!
  8   Ganó un escaño tornido    con una tienda romana.
     Al conde Fernán González    se la envía presentada,
  10   que le trate casamiento    con la linda doña Lambra.
     Concertadas son las bodas:    ¡ay Dios, en hora menguada!,
  12   a doña Lambra la linda    con don Rodrigo de Lara.
     En bodas y tornabodas    se pasan siete semanas.
  14   Las bodas fueron muy buenas,    y las tornabodas malas;
     las bodas fueron en Burgos,    las tornabodas en Salas.
  16   Tanta viene de la gente,    no caben en las posadas;
     y faltaban por venir    los siete infantes de Lara.
  18   Helos, helos por do asoman    con su compañía honrada.
     Sálelos a recebir    la su madre doña Sancha.
  20   --Bien vengades, los mis hijos,    buena sea vuestra llegada.
     Allá iréis a posar, hijos,    a barrios de Cantarranas;
  22   hallaréis las mesas puestas,    viandas aparejadas;
     y después que hayáis comido    ninguno salga a la plaza,
  24   porque son las gentes muchas,    siempre trabaréis palabras.--
     Doña Lambra con fantasía    grandes tablados armara.
  26   Allí salió un caballero    de los de Córdoba la llana,
     caballero en un caballo,    y en su mano una vara;
  28   arremete su caballo,    al tablado la tirara,
     diciendo: --Amad, señoras,    cada cual como es amada,
  30   que más vale un caballero    de los de Córdoba la llana,
     más vale que cuatro o cinco    de los de la flor de Lara.--
  32   Doña Lambra que lo oyera    de ello mucho se holgara:
     --¡Oh maldita sea, la dama    que su cuerpo te negaba!,
  34   que si yo casada no fuera    el mío yo te entregara.--
     Allí habló doña Sancha,    esta respuesta le daba:
  36   --Calléis, Alambra, calléis,    no digáis tales palabras,
     que si lo saben mis hijos    habrá grandes barajadas.
  38   --Callad vos, que a vos os cumple,    que tenéis porque callar,
     que pariste siete hijos    como puerca en cenegal.--
  40   Oídolo ha un caballero    que es ayo de los infantes;
     llorando de los sus ojos    con gran angustia y pesar
  42   se fue para los palacios    do los infantes estaban.
     Unos juegan a los dados,    otros las tablas jugaban,
  44   sino fuera Gonzalillo    que arrimado se estaba.
     Cuando le vido llorar,    una pregunta le daba;
  46                                     comenzóle a preguntar:
     --¿Qué es aquesto, el ayo mío,    quién vos quisiera enojar?
  48   Quien a vos hizo enojo    cúmplele de se guardar.--
     Metiéranse en una sala,    todo se le fue a contar.
  50   Manda ensillar su caballo,    empiézase de armar;
     después que estuvo armado    apriesa fue a cabalgar.
  52   Sálese de los palacios,    y vase para la plaza.
     En llegando a los tablados    pedido había una vara;
  54   arremetió su caballo,    al tablado la tiraba
     diciendo: --Amad, lindas damas,    cada cual como es amada,
  56   que más vale un caballero    de los de la flor de Lara
     que veinte ni treinta hombres    de los de Córdoba la llana.--
  58   Doña Lambra que esto oyera    de sus cabellos tiraba;
     llorando de los sus ojos    se saliera de la plaza.
  60   Fuérase a los palacios    donde don Rodrigo estaba;
     en entrando por las puertas    estas querellas le daba:
  62   --Quéjome a vos, don Rodrigo,    que me puedo bien quejar;
     los hijos de vuestra hermana    mal abaldonado me han:
  64   que me cortarían las haldas    por vergonzoso lugar,
     me pornían rueca en cinta    y me la harían hilar;
  66   y dicen si algo les digo,    que luego me harían matar.
     Si d` esto no me dáis venganza,    mora me quiero tornar:
  68   a ese moro Almanzor    me iré a querellar.
     --Calledes vos, mi señora,    no queráis hablar lo tal,
  70   que una tela tengo urdida,    otra entiendo de ordenar,
     que nacidos y por nacer    tuviesen bien que contar.--
  72   Fuese para los palacios,    donde el buen conde está;
     en entrando por las puertas    estas palabras fue a hablar:
  74   --Si matásemos, buen conde,    los hijos de nuestra hermana,
     mandaréis a Castilla Vieja,    y aun los barrios de Salas,
  76   donde hablaremos nosotros,    y nuestras personas valdrán.--
     Cuando aquesto oyó el buen conde    comenzóse a santiguar:
  78   --Eso que dices, Rodrigo,    díceslo por me tentar,
     que quiero más los infantes    que los ojos de mi faz,
  80   que muy buenos fueron ellos    en aquella de Cascajar,
     que si por ellos no fuera,    no volviéramos acá.--
  82   Cuando aquello oyó Rodrigo    luego fuera a cabalgar.
     Encontrado ha con Gregorio,    el su honrado capellán,
  84   que por fuerza que por grado    en una iglesia lo hizo entrar;
     tomárale una jura    sobre un libro misal:
  86   que lo que allí lo dijese    que nadie no lo sabrá.
     Después que hubo jurado    papel y tinta le da;
  88   escribieron una carta    de poco bien y mucho mal
     a ese rey Almanzor    con traición y falsedad:
  90   que le envíe siete reyes    a campos de Palomar,
     y aquese moro Aliarde    venga por su capitan:
  92   «los siete infantes de Lara    que te los quiero empresentar.»
     En escribiendo la carta    la hizo luego llevar.
  94   Fuérase luego el conde    do los infantes están;
     sentados son a la mesa,    comenzaban a yantar.
  96   --Nora buena estéis, sobrinos.    --Vos, tío, muy bien vengáis.
     --Oidme ahora, sobrinos,    lo que os quiero contar:
  98   concertado he con los moros,    vuestro padre nos han de dar;
     salgamos a recebirlo    a campos de Palomar,
  100   solos y sin armadura,    armas no hemos de llevar.--
     Respondiera Gonzalillo,    el menor y fue a hablar:
  102   --Tengo ya hecha la jura    sobre un libro misal,
     que en bodas ni tornabodas    mis armas no he de dejar,
  104   y para hablar con moros    bien menester nos serán,
     que con cristiano ninguno    nunca tienen lealtad.
  106   --Pues yo voy, los mis sobrinos,    y allá os quiero esperar.--
     En las sierras de Altamira    que dicen de Arabiana,
  108   aguardaba don Rodrigo    a los hijos de su hermana.
     No se tardan los infante,    el traidor mal se quejaba;
  110   está haciendo la jura    sobre la cruz de la espada
     que al que detiene los infantes    él le sacaría el alma.
  112   Deteníalos Nuño Salido,    que buen consejo les daba.
     Ya todos aconsejados    con ellos él caminaba,
  114   con ellos va la su madre    una muy larga jornada.
     Partiéronse los infantes    donde su tío esperaba,
  116   partióse Nuño Salido    a los agüeros buscar;
     después que vio los agüeros    comenzó luego a hablar:
  118   --Yo salí con los infantes,    salimos por nuestro mal:
     siete celadas de moros    aguardándonos están.--
  120   Así allegó a la peña    do los infantes están;
     tomáralos a su lado,    empezóles de hablar:
  122   --Por Dios os ruego, señores,    que me queráis escuchar:
     que ninguno pase el río,    ni allá quiera pasar,
  124   que aquel que allá pasare    a Salas no volverá.--
     Allí hablara Gonzalo    con animo singular;
  126   era menor en los días    y muy fuerte en pelear.
     --No digáis eso, mi ayo,    que allá hemos de llegar.--
  128   Dio de espuelas al caballo,    el río fuera a pasar;
     los hermanos que lo vieron    empiezan a guerrear,
  130   mas la morisma era tanta,    que no les daban lugar:
     uno a uno, dos a dos    degollado se los han.
  132   Con la empresa que tenían    para Córdoba se van;
     las alegrías cine hacen    gran cosa era de mirar.
  134   Alicante con placer    a su tío fue a hablar:
     --Norabuena estéis, mi tío.    --Mi sobrino, bien vengáis.
  136   ¿Cómo os ha ido, sobrino,    con las guerrillas de allá?
     --Guerras os parecerían,    que no guerrillas de allá;
  138   por siete cabezas que traigo    mil me quedaron allá.--
     Tomara el rey las cabezas,    al padre las fue a enviar;
  140   está haciendo la jura,    por su corona real
     si el viejo no las conoce    de hacerlo luego matar
  142   y si él las conocía,    le haría luego soltar.
     Toma el viejo las cabezas,    empezara de llorar,
  144   estas palabras diciendo    empezara de hablar:
     --No os culpo yo a vosotros,    que érades de poca edad;
  146   más culpo a Nuño Salido    que no os supo guardar.--

Variantes: -37b barragadas Pl. Praga; -49b lo f. Pl. Praga; -76b y v. n. p. Pl. Praga; -92a q. los i. Pl. Praga; -92b omite que Pl. Praga; -114a Con ellos va la su m. Pl. Praga, anteponiendo a este verso: Con ellos va la su madre, / la su madre doña Sancha;// -129b hizieron otro que tal.// Los moros estavan cerca, / sálenlos a saltear, // los infantes que lo vieron // empiezan a guerrear, // Pl. Praga..
Notas de los editores: -76b Hemos restituído este verso conforme a la asonancia, pues el texto lo lleva trasportado por equivocación: y valdrán nuestras personas.; -91a Debiera decir: Alicante; véase el fin de este romance, y el romance que dice: Pártese el moro Alicante.

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0367:1 A cazar va don Rodrigo (á-a)            (ficha no.: 1409)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 165; Canc. de rom. 1550, f. 172 y Silva de 1550. tom. I, f. 37 (Romance de don Rodrigo de Lara). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 26, vol. I, pp. 90-91 (De los siete infantes de Lara y del bastardo Mudarra.--VIII.).  044 hemist.  Música registrada.

     A cazar va don Rodrigo,    y aun don Rodrigo de Lara
  2   con la gran siesta que hace    arrimádose ha a una haya,
     maldiciendo a Mudarrillo,    hijo de la renegada,
  4   que si a las manos le hubiese,    que le sacaría el alma.
     El señor estando en esto    Mudarrillo que asomaba.
  6   --Dios te salve, caballero,    debajo la verde haya.--
     --Así haga a tí, escudero,    buena sea tu llegada.
  8   --Dígasme tú, el caballero,    ¿cómo era la tu gracia?
     --A mí dicen don Rodrigo,    y aun don Rodrigo de Lara,
  10   cuñado de Gonzalo Gustos,    hermano de doña Sancha;
     por sobrinos me los hube    los siete infantes de Salas.
  12   Espero aquí a Mudarrillo    hijo de la renegada;
     si delante lo tuviese    yo le sacaría el alma.
  14   --Si a tí dicen don Rodrigo,    y aun don Rodrigo de Lara,
     a mí Mudarra Gonzáles,    hijo de la renegada,
  16   de Gonzalo Gustos hijo,    y añado de doña Sancha;
     por hermanos me los hube    los siete infantes de Salas.
  18   Tú los vendiste, traidor,    en el val de Arabiana;
     mas si Dios a mí me ayuda    aquí dejarás el alma.
  20   --Espéresme, don Gonzalo,    iré a tomar las mis armas.
     --El espera que tú diste    a los infantes de Lara.
  22   Aquí morirás, traidor,    enemigo de doña Sancha.--

Variantes: -1a A caza. Silva; -1b el que se llama de Lara. Silva; -4a viniese. Silva; -7b la tu. Silva; -16b anado. Canc.de rom. s. a.; cuñado. Canc. de rom. 1550.

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2215:1 Casamiento se hacía (á-o)            (ficha no.: 1410)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Silva de 1550, tom. II, f. 70. Aquí comiençan cinco romances: con vna glosa. El primero amores trata Rodrigo. etc.; Pliego suelto del s. XVI ([Otro]Romance de doñ Teresç) [Praga I, pl. 38, 331; Dicc. 655]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 27, vol. I, pp. 91-93 (De los siete infantes de Lara y del bastardo Mudarra.--VIII.).  044 hemist.  Música registrada.

     Casamiento se hacía    que a Dios ha desagradado:
  2   casan a doña Teresa    con un moro renegado,
     rey que era de allende,    por nombre Audalla llamado.
  4   Casábala el rey su hermano    por mal juicio guiado;
     perlados ni ricos hombres    que sobre ello se han juntado,
  6   no ha sido ninguno parte,    para que fuese estorbado.
     A todos responde el rey    que está muy bien ordenado.
  8   La infanta desque lo supo    gran sentimiento ha mostrado:
     las ropas que traía vestidas    de arriba abajo ha rasgado,
  10   su cara y rubios cabellos    muy mal los había tratado.
     --¡Ay de tí--, decía la infanta,    --cómo te cubrió mal hado,
  12   tu mocedad y frescura    qué mal que la has empleado!--
     Aquestas palabras diciendo    por veces se ha desmayado;
  14   echádole han agua al rostro,    sus damas en sí la han tornado.
     Desque ya más reposada    un poco en sí había tornado,
  16   de hinojos en el suelo    de esta manera ha hablado:
     --A tí, señor Dios, me quejo    de tan gran desaguisado,
  18   que siendo yo sierva tuya,    con un moro me han casado.
     Tú sabes que esto es fuerza    y contra todo mi grado;
  20   mi hermano es él que lo quiere    y él que lo ha ordenado.
     Miémbrate, señor de mí,    no me hayas desamparado;
  22   mira el tan gran peligro    que a mí está aparejado.--

Variantes del Pl. s.: -5ap. y; -11a mí; -15b y un poco en sí haber.
Nota: *Hermana del rey don Alonso V. de León.

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0346:1 Diego Laínez y sus hijos (á-o)            (ficha no.: 1411)

Versión de España. Recogida 00/00/1573 Publicada en Timoneda, Rosa española (De cómo Diego Laínez, padre del Cid, probó de los cuatro hijos que tenía, el más valiente) y Cancionero llamado Flor de enamorados. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 28, vol. I, pp. 94-96 (Romances del Cid).  068 hemist.  Música registrada.

     Ese buen Diego Laínez    después que hubo yantado,
  2   hablando está sobre mesa    con sus hijos todos cuatro.
     Los tres son de su mujer,    pero el otro era bastardo,
  4   y aquel que bastardo era,    era el buen Cid castellano.
     Las palabras que les dice    son de hombre lastimado:
  6   --Hijos, mirad por la honra,    que yo vivo deshonrado;
     que porque quité una liebre    a unos galgos que cazando
  8   hallé del conde famoso    llamado conde Lozano;
     palabras sucias y viles    me ha dicho y ultrajado.
  10   ¡A vosotros toca, hijos,    no a mí que soy anciano!--
     Estas palabras diciendo,    al mayor había tomado;
  12   queriendo hablarle en secreto,    metióle en un apartado;
     tomóle el dedo en la boca,    fuertemente le ha apretado:
  14   con el gran dolor que siente    un grito terrible ha echado.
     El padre le echara fuera,    que nada le hubo hablado.
  16   A los dos metiera juntos,    que de los tres han quedado;
     la misma prueba les hizo,    el mismo grito habían dado.
  18   Al Cid metiera el postrero,    que era el menor y bastardo;
     tomóle el dedo en la boca,    muy recio se lo ha apretado.
  20   Con el gran dolor que siente    un bofetón le ha amagado.
     --Aflojad, padre, le dijo,    si no, seré mal criado.--
  22   El padre que aquesto vido    grandes abrazos le ha dado.
     --Ven acá tú, hijo mío,    ven acá tú, hijo amado;
  24   a ti encomiendo mis armas,    mis armas y aqueste cargo:
     que tú mates ese conde    si quieres vivir honrado.--
  26   El Cid calló y escuchólo,    respuesta no le ha tornado.
     A cabo de pocos días    el Cid al conde ha topado;
  28   hablóle de esta manera    como varón esforzado:
     --Nunca lo pensara, el conde    fuérades tan mal criado,
  30   que porque quitó una liebre    mi padre a un vuestro galgo,
     de palabras ni de obras    fuese de vos denostado.
  32   ¿Cómo queredes que sea    que tiene de ser vengado?--
     El conde tomólo a burlas;    el Cid presto se ha enojado;
  34   apechugó con el conde    de puñaladas le ha dado.

Variantes de la Flor de enamorados: -1b después de haber ayantado; --9a suyas; -9by me ha ultrajado; -10b viejo y cano; -18b más chico; -19b fuertemente le ha; -30b que porque quitó mi padre / una liebre a vuestro galgo.

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0036:1 Cabalga Diego Laínez (á-o)            (ficha no.: 1412)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Silva de 1550, t. I. f. 76; Canc. de rom. s. a. f. 155 (Romance de cómo vino el Cid a besar las manos al rey sobre seguro*), y Canc. de rom. 1550. f. 160 [Romance del Cid Ruy diaz]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 29, vol. I, pp. 96-99 (Del Cid.--II.).  086 hemist.  Música registrada.

     Cabalga Diego Laínez    al buen rey besar la mano;
  2   consigo se los llevaba    los trescientos hijos dalgo.
     Entr` ellos iba Rodrigo    el soberbio castellano;
  4   todos cabalgan a mula,    sólo Rodrigo a caballo;
     todos visten oro y seda,    Rodrigo va bien armado;
  6   todos espadas ceñidas,    Rodrigo estoque dorado;
     todos con sendas varicas,    Rodrigo lanza en la mano;
  8   todos guantes olorosos,    Rodrigo guante mallado;
     todos sombreros muy ricos,    Rodrigo casco afilado,
  10   y encima del casco lleva    un bonete colorado.
     Andando por su camino    unos con otros hablando,
  12   allegados son a Burgos    con el rey se han encontrado.
     Los que vienen con el rey    entre sí van razonando,
  14   unos lo dicen de quedo,    otros lo van preguntando:
     --Aquí viene entre esta gente    quien mató al conde Lozano.--
  16   Como lo oyera Rodrigo    en hito los ha mirado;
     con alta y soberbia voz    de esta manera ha hablado:
  18   --Si hay alguno entre vosotros    su pariente o adeudado,
     que le pese de su muerte    salga luego a demandallo;
  20   yo se lo defenderé    quiera a pie, quiera a caballo.--
     Todos responden a una:    --Demándelo su pecado.--
  22   Todos se apearon juntos    para al rey besar la mano;
     Rodrigo se quedó solo    encima, de su caballo.
  24   Entonces habló su padre,    bien oiréis lo que ha hablado:
     --Apeáosvos, mi hijo,    besaréis al rey la mano,
  26   porque él es vuestro señor,    vos, hijo, sois su vasallo.--
     Desque Rodrigo esto oyó    sintióse más agraviado;
  28   las palabras que responde    son de hombre muy enojado:
     --Si otro me lo dijera    ya me lo hubiera pagado;
  30   mas por mandarlo vos, padre,    yo lo haré de buen grado.--
     Ya se apeaba Rodrigo    para al rey besar la mano;
  32   al hincar de la rodilla    el estoque se ha arrancado.
     Espantóse d` esto el rey,    y dijo como turbado:
  34   --Quítate, Rodrigo allá,    quítate me allá, diablo,
     que tienes el gesto de hombre,    y los hechos de león bravo.--
  36   Como Rodrigo esto oyó    apriesa pide el caballo;
     con una voz alterada,    contra el rey así ha hablado:
  38   --Por besar mano de rey    no me tengo por honrado;
     porque la besó mi padre    me tengo por afrentado.--
  40   En diciendo estas palabras    salido se ha del palacio;
     consigo se los tornaba    los trescientos hijos dalgo:
  42   si bien vinieron vestidos,    volvieron mejor armados,
     y si vinieron en mulas    todos vuelven en caballos.

Variantes de la Silva: -9b afinado; -23a queda; -25a hijo mío; -36a lo.
Nota: *Este epígrafe está tomado de la Rosa española de Timoneda, pues la Silva y el Canc. de rom. dicen solamente: Romance del Cid Ruy Días. El texto de Timoneda es ya muy empeorado y defectuoso, así que no vale la pena de notar sus variaciones.

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0001:1 Jimena pide justicia (á)            (ficha no.: 1413)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s a. f. 155 (Romance de Jimena Gómez); Silva de 1550, t. I, f. 75 y Canc. de rom. ed. de Medina del año 1570, f. 44. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 30, vol. I, pp. 99-100 (Del Cid.---III.).  034 hemist.  Música registrada.

     Cada día que amanece    veo quien mató a mi padre
  2   y me pasa por la puerta    por me dar mayor pesar
     con un falcón en la mano    que trae para cazar;
  4   mátame mis palomillas    que están en mi palomar.
     Rey que no face justicia    non debía de reinar,
  6   ni cabalgar en caballo,    ni con la reina holgar.--
     El rey cuando aquesto oyera    comenzara de pensar:
  8   --Si yo prendo o mato al Cid,    mis Cortes revolverse han;
     mandar le quiero una carta,    mandar le quiero llamar.--
  10   Las palabras no son dichas,    la carta camino va;
     mensajero que la lleva    dado la había a su padre.
  12   --Malas mañas habéis, conde,    no vos las puedo quitar,
     que cartas que el rey vos manda    no me las queréis mostrar.
  14   --No era nada, mi hijo,    sino que vades allá;
     quedávos aquí, mi hijo,    yo iré en vuestro lugar.
  16   --Nunca Dios atal quisiese,    ni Santa María lo mande,
     sino que adonde vos fuéredes    que vaya yo adelante.--

Variantes: -5b debría. Silva; 15b queadvos hijo. Canc. d e rom. s. a. quedadvos vos acá, hijo. Canc. de rom. ed. de Medina.

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0001:2 Jimena pide justicia (á)            (ficha no.: 1414)

Versión de España. Recogida 00/00/1605 Publicada en Escobar, Romancero del Cid y Timoneda, Rosa española (Romance de cómo Jimena Gómez, hija del conde Lozano, se vino a querellar al rey del Cid). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 30a, vol. I, pp. 100-102 (Del Cid.--IV.).  056 hemist.  Música registrada.

     En Burgos está el buen rey    asentado a su yantar,
  2   cuando la Jimena Gómez    se le vino a querellar.
     Cubierta toda de luto,    tocas de negro cendal,
  4   las rodillas por el suelo    comenzara de fablar:
     --Con mancilla vivo, rey,    con ella murió mi madre;
  6   cada día que amanece    veo al que mató a mi padre
     caballero en un caballo,    y en su mano un gavilan;
  8   por facerme más despecho    cébalo en mi palomar,
     mátame mis palomillas    criadas y por criar;
  10   la sangre que sale de ellas    teñido me ha mi brial.
     Enviéselo a decir,    envióme a amenazar.
  12   Hacedme, buen rey, justicia,    no me la queráis negar.
     Rey que non face justicia    non debiera de reinar,
  14   ni cabalgar en caballo,    ni con la reina holgar
     ni comer pan a manteles,    ni menos armas armar.--
  16   El rey cuando aquesto oyera    comenzara de pensar:
     --Si yo prendo o mato al Cid    mis cortes revolverse han;
  18   pues si lo dejo de hacer    Dios me lo ha de demandar.
     Mandarle quiero una carta,    mandarle quiero llamar.--
  20   Las palabras no son dichas,    la carta camino va;
     mensajero que la lleva    dado la había a su padre.
  22   Cuando el Cid aquesto supo    así comenzó a fablar:
     Malas mañas habéis, conde,    non vos las puedo quitar,
  24   que carta que el rey vos manda    no me la queréis mostrar.
     --Non era nada, mi fijo,    si non que vades allá;
  26   fincad vos acá, mi fijo,    que yo iré en vueso lugar.
     --Nunca Dios lo tal quisiese    ni Santa María su madre,
  28   sino que donde vos fuéredes    tengo yo de ir adelante.

Variantes: -3a paños. Tim.; -6b quien. Tim.; -10a de ellas sale. Tim. -12b Este y el verso que le antecede faltan en el Romancero de Escobar; -13b debía. Tim.; 14b fablar. Escobar.; -15a en. Tim.; -15b se armar. Tim.; -16a Desque el rey aquesto oyó. Tim.; -16b empezara. Tim.; -17a Si este caballero prendo. Tim.; -17b revolveránse. Escobar; -18b demandará. Tim.; -19a En la Rosa de Timoneda se suprimen este verso y los que le siguen, y se les sustituyen los siguientes: Hablara doña Jimena / palabras bien de notar: //--Yo te lo diré, buen rey, / cómo lo has de remediar: // que me lo dés por marido, / con él me quieras casar, / que quien tanto mal me hizo / quizá algún bien me hará.--// El rey vista la presente, /el Cid envió a llamar, // que venga sobre seguro / que lo quiero perdonar.//

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0001:3 Jimena pide justicia (á-o)            (ficha no.: 1415)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Canc. de rom. 1550 f. I. 162 (Romance be Jimena Gómez). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 30b, vol. I, pp. 103-105 (Del Cid.--V.).  078 hemist.  Música registrada.

     Día era de los reyes,    día era, señalado,
  2   cuando dueñas y doncellas    al rey piden aquinaldo,
     sino es Jimena Gómez,    hija del conde Lozano,
  4   que puesta delante el rey,    de esta manera ha hablado:
     --Con mancilla vivo, rey,    con ella, vive mi madre;
  6   cada día que amanece    veo quien mató a mi padre
     caballero en un caballo    y en su mano un gavilán;
  8   otra vez con un halcón    que trae para cazar,
     por me hacer más enojo    cébalo en mi palomar;
  10   con sangre de mis palomas    ensangrentó mi brial.
     Enviéselo a decir,    envióme a amenazar
  12   que me cortará mis haldas    por vergonzoso lugar,
     me forzará mis doncellas    casadas y por casar;
  14   matárame un pajecico    so haldas de mi brial.
     Rey que, no hace justicia    no debía de reinar,
  16   ni cabalgar en caballo,    ni espuela de oro calzar,
     ni comer pan a manteles,    ni con la reina holgar,
  18   ni oír misa en sagrado,    porque no merece más.--
     El rey de que aquesto oyera    comenzara de hablar:
  20   --¡Oh válame Dios del cielo!    quiérame Dios consejar:
     si yo prendo o mato al Cid,    mis cortes se volverán,
  22   y si no hago justicia,    mi alma lo pagará.
     --Tente las tus cortes, rey,    no te las revuelva nadie;
  24   al Cid que mató a mi padre    dámelo tú por igual,
     que quien tanto mal me hizo    sé que algún bien me hará.--
  26   Entonces dijera el rey,    bien oiréis lo que dirá:
     --Siempre lo oí decir,    y agora veo que es verdad,
  28   que el seso de las mujeres    que no era natural;
     hasta aquí pidió justicia,    ya quiere con él casar.
  30   Yo lo haré de buen grado,    de muy buena voluntad;
     mandarle quiero una carta,    mandarle quiero llamar.--
  32   Las palabras no son dichas,    la carta camino va,
     mensajero que la lleva    dado la había a su padre.
  34   --Malas mañas habéis, conde,    no vos las puedo quitar,
     que cartas que el rey vos manda    no me las queréis mostrar.
  36   --No era nada, mi hijo,    sino que vades allá;
     quedávos aquí, hijo,    yo iré en vuestro lugar.
  38   --Nunca Dios atal quisiese    ni Santa María lo mande,
     sino que adonde vos fuéredes    que vaya yo adelante.--

Variantes: -24b dañe lo. Canc. de rom. 1550, lo que es equivocación, que enmiendan las ediciones posteriores del mismo.
Nota de los editores: -12b Desde este verso al de Rey que no hace justicia es una interpolación manifiesta e impertinente, tomada de aquel romance viejo de doña Lambra, que empieza: A Calatrava la Vieja.

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0037:1 El Cid pide parias al moro (í-a)            (ficha no.: 1416)

Versión de España. Recogida 00/00/1600 Publicada en Codice del s. XVI en el Rom. general del señor Durán (El Cid pido el tributo al moro). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 31, vol. I, pp. 105-106 (Del Cid.--VI.).  034 hemist.  Música registrada.

     Por el Val de las Estacas    pasó el Cid a mediodía,
  2   en su caballo Babieca:    ¡oh qué bien que parecía!
     El rey moro que lo supo    a recibirle salía,
  4   dijo: --Bien vengas, el Cid,    buena sea tu venida,
     que si quieres ganar sueldo,    muy bueno te lo daría,
  6   ó si vienes por mujer,    darte he una hermana mía.
     --Que no quiero vuestro sueldo    ni de nadie lo querría,
  8   que ni vengo por mujer,    que viva tengo ha mía:
     vengo a que pagues las parias    que tú debes a Castilla.
  10   --No te las daré yo, el buen Cid,    Cid, yo no te las daría:
     si mi padre las pagó    hizo lo que no debía.
  12   --Si por bien no me las das,    yo por mal las tomaría.
     --No lo harás así, buen Cid,    que yo buena lanza había.
  14   --En cuanto a eso, rey moro,    creo nada te debía,
     que si buena lanza tienes,    por buena tengo la mía:
  16   mas da sus parias al rey,    a ese buen rey de Castilla.
     --Por ser vos su mensajero    de buen grado las daría.

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2406:1 El Cid y el moro Abdalla (í-a)            (ficha no.: 1417)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Silva de 1550, t. II. f. 48 (Romance del Cid Ruydiaz) y Timoneda, Rosa española (De cómo el Cid fue a buscar el moro Abdalla. Timoneda, Rosa española). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 32, vol. I, pp. 107-108 (Del Cid--VII.).  040 hemist.  Música registrada.

     Por el val de las Estacas    el buen Cid pasado había;
  2   a la mano izquierda deja    la villa de Constantina.
     En su caballo Babieca,    muy gruesa lanza traía;
  4   va buscando al moro Abdalla    que enojado le tenía.
     Travesando un antepecho,    y por una cuesta arriba,
  6   dábale el sol en las armas,    ¡oh cuán bien que parecía!
     Vido ir al moro Abdalla    por un llano que allí había,
  8   armado de fuertes armas,    muy ricas ropas traía.
     Dábale voces el Cid,    de esta manera decía:
  10   --Espéresme, moro Abdalla,    no muestres tú cobardía.--
     A las voces que el Cid daba    el moro le respondía:
  12   --Muchos tiempos ha, el Cid,    que esperaba yo este día,
     porque no hay hombre nacido    de quien yo me escondería
  14   porque desde mi niñez    siempre huí de cobardía.
     --Alabarte, moro Abdalla,    poco te aprovecharía;
  16   mas si eres cual tú hablas    en esfuerzo y valentía,
     a tiempo eres venido    que menester te sería.--
  18   Estas palabras diciendo    contra el muro arremetia:
     encontróle con la lanza,    y en el suelo lo derriba;
  20   cortárale la cabeza,    sin le hacer cortesía.

Variantes: -4a Audalla. Silva; -10b no demuestres. Tim.; -12a buen Cid. Tim.; -14a mas si tú eres lo que dices. Tim.; 17a sé que a tiempo eres venido. Tim.; 20b descortesía. Tim.

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0352:1 El Cid ante el papa romano (ó)            (ficha no.: 1418)

Versión de España. Recogida 00/00/1600 Publicada en un pliego suelto del s. XVI. Siguense tres romances. El primero que dize los casamientos de Doña Lambra con don Rodrigo de Lara etc. (El rey y el Cid a Roma) [Praga I, pl. 9, 70-71; Dicc. 1075]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 33, vol. I, pp. 108-111 (Del Cid---VIII.).  092 hemist.  Música registrada.

     Rey don Sancho, rey don Sancho*,    cuando en Castilla reinó,
  2   corrió a Castilla la vieja    de Burgos hasta León,
     corrió todas las Asturias    dentro hasta San Salvador,
  4   también corrió a Santillana,    y dentro en Navarra, entró,
     y a pesar del rey de Francia,    los puertos de Aspa pasó.
  6   Siete días con sus noches    en el campo le esperó.
     Desque vio que no venía    a Castilla se volvió.
  8   Luego le viniéron cartas    d`ese padre de Aviñón,
     que se vaya para Roma,    y le alzarán emperador;
  10   que lleve treinta de mula,    y de caballo que non,
     y que no lleve consigo    ese Cid campeador;
  12   que las Cortes estén en paz,    no las revolviese, non.
     El Cid cuando lo supo    a las Cortes se partió
  14   con trescientos de a caballo,    todos hijos dalgo son.
     ---Mercedes, buen rey, mercedes,    otorgádmelas señor,
  16   que cuando fuereis a Roma    que me llevedes con vos,
     que por las tierras do fuéredes    yo sería el gastador,
  18   hasta salir de Castilla,    do mis haberes gastando;
     cuando fuéremos por Francia    el campo iremos robando,
  20   por ver si algún francés    saldría a demandallo.--
     A sus jornadas contadas    a Roma se han llegado;
  22   apeado se ha el buen rey,    al Papa besó la mano;
     también sus caballeros,    que se lo habían enseñado:
  24   no lo hizo el buen Cid,    que no lo había acostumbrado.
     En la capilla de San Pedro    don Rodrigo se ha entrado,
  26   viera estar siete sillas    de siete reyes cristianos
     viera la del rey de Francia    par de la del Padre santo,
  28   y vio estar la de su rey    un estado más abajo:
     vase a la del rey de Francia,    con el pie la ha derrocado,
  30   y la silla era de oro,    hecho se ha cuatro pedazos,
     tomara la de su rey,    y subióla en lo más alto.
  32   Ende hablara un duque    que dicen el saboyano:
     --Maldito seas, Rodrigo,    del Papa descomulgado,
  34   que deshonraste a un rey,    el mejor y más sonado.--
     Cuando lo oyó el buen Cid    tal respuesta le ha dado:
  36   --Dejemos los reyes, duque,    ellos son buenos y honrados,
     y hayámoslo los dos    como muy buenos vasallos.--
  38   y allegóse cabe el duque,    un gran bofetón le ha dado.
     Allí hablara el duque:    --¡Demándetelo el diablo!--
  40   El Papa desque lo supo    quiso allí descomulgallo.
     Don Rodrigo que lo supo    tal respuesta le hubo dado:
  42   --Si no me absolvéis, el Papa,    seríaos mal contado:
     que de vuestras ricas ropas    cubriré yo mi caballo.--
  44   El Papa desque lo oyera    tal respuesta le hubo dado:
     --Yo te absuelvo, don Rodrigo,    yo te absuelvo de buen grado,
  46   que cuanto hicieres en Cortes    seas de ello libertado.

Nota: *Según la tradición debió decir: Fernando.--Véase la Crónica rimada del Cid.--El asunto es todo fabuloso.

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0884:1 A concilio dentro en Roma. F. de Santos (á-o)            (ficha no.: 1419)

Versión de España. Recogida 00/00/1573 Publicada en Timoneda, Rosa española (Romance de cómo el Cid fue a concilio con el rey don Sancho hasta Romç) y Escobar, Romancero del Cid, 146-147. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 34, vol. I, pp. 111-113 (Del Cid.--IX.).  054 hemist.  Música registrada.

     A concilio dentro en Roma,    a concilio habían llamado.
  2   Por obedecer al Papa,    ese noble rey don Sancho
     para Roma fue derecho,    con el Cid acompañado.
  4   Por sus jornadas contadas    en Roma se han apeado:
     el rey con gran cortesía    al Papa besó la mano,
  6   y el Cid y sus caballeros    cada cual de grado en grado.
     En la iglesia de San Pedro    don Rodrigo había entrado,
  8   do vido las siete sillas    de siete reyes cristianos,
     y vio la del rey de Francia    junto a la del Padre santo,
  10   y la del rey su señor    un estado más abajo.
     Vase a la del rey de Francia,    con el pie la ha derribado;
  12   la silla era de marfil,    hecho la ha cuatro pedazos;
     tomara la de su rey    y subióla en lo más alto.
  14   Allí hubo un honrado duque    que dicen el saboyano:
     --Maldito sea, Rodrigo,    del Papa descomulgado,
  16   porque deshonraste un rey    el mejor y, más preciado.--
     En oír aquesto el Cid,    tal respuesta le hubo dado:
  18   --Dejemos los reyes, duque,    y si os sentis agraviado
     haymoslo los dos solos;    de mi a vos sea demandado.--
  20   Allegóse cabe el duque,    un gran bofeton le ha dado.
     El duque le respondió:    --¡Demándetelo el diablo.--
  22   El Papa cuando lo supo    al Cid ha descomulgado;
     en saberlo luego el Cid    ante él se ha arrodillado.
  24   --Absolvedme dijo, Papa,    si no, seráos mal contado.--
     El Papa de piadoso    respondió muy mesurado:
  26   --Yo te absuelvo, don Rodrigo,    yo te absuelvo de buen grado,
     con que seas en mi corte    muy cortes y mesurado.

Variantes del Romancero del Cid de Escobar: -1b el Padre santo ha llamado; -11a Fuése; -13a y tomó; -20b rempujon; -21a El duque sin responder; -21b se quedó muy mesurado; -23b ante el Papa se ha postrado.
Nota: *En la Rosa y en el Romancero del Cid de Escobar el rey es llamado también: don Sancho, en vez de Fernando. --Véase la nota del anterior.

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0009:1 Muerte del rey Fernando (á-o)            (ficha no.: 1420)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Silva de 1550 t. I. f. 79 y Canc. de rom. s. a. f. 157 (Romance del rey don Fernando primero)*. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 35, vol. I, pp. 113-114 (Del Cid, --X.).  016 hemist.  Música registrada.

     Doliente estaba, doliente,    buen rey don Fernando;
  2   los pies tiene cara oriente    y la candela en la mano.
     A la cabecera tiene    los sus fijos todos cuatro.
  4   Los tres eran de la reina,    y el uno era bastardo.
     Ese que bastardo era    quedaba mejor librado;
  6   arzobispo es de Toledo    y en las Españas perlado.
     --Si yo no muriera, hijo,    vos fuérades Padre santo,
  8   mas con la renta que os queda,    bien podréis, hijo, alcanzarlo.--

Variantes: -6b Arzobispo de Toledo, / de las Españas primado//. Silva; -8b bien podéis, hijo alcanzallo. Silva.
Nota: *La ed. de 1550 y las posteriores del Canc. de rom. llevan este romance ya con variaciones notables y con cuatro versos añadidos al fin que sirven de introducción mas bien al romance que dice: morir vos que- redes, padre. Por eso ponemos en seguida el texto de estas ediciones.

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0009:2 Muerte del rey Fernando (á-o)            (ficha no.: 1421)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Canc. de rom. 1550 f. 146. (Romance del rey don Fernando primero). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 35bis, vol. I, pp. 113-114 (Del Cid, --Xbis.).  024 hemist.  Música registrada.

     Doliente se siente el rey,    ese buen rey don Fernando;
  2   los pies tiene hácia oriente    y la candela en la mano.
     A su cabecera tiene    arzobispos y perlados,
  4   a su man derecha tiene    a sus fijos todos cuatro.
     Los tres eran de la reina,    y el uno era bastardo:
  6   ese que bastardo era    quedaba mejor librado.
     Arzobispo es de Toledo    maestro de Santiago,
  8   abad era en Zaragoza,    de las Españas primado.
     --Hijo, si yo no muriera,    vos fuérades Padre santo,
  10   mas con la renta que os queda,    vos bien podréis alcanzarlo.--
     Ellos estando en aquesto    entrara Urraca Fernando,
  12   y vuelta hácia su padre    de esta manera ha hablado.

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0004:1 Quejas de doña Urraca (á-a)            (ficha no.: 1422)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 158; Silva de 1550 t. I. f. 79; Canc. de rom. 1550. f. 146 y Timoneda, Rosa española (Romance de doña Urraca). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 36, vol. I, pp. 115-116 (Del Cid.--XI.).  034 hemist.  Música registrada.

     --Morir vos queredes, padre,    San Miguel vos haya el alma.
  2   Mandastes las vuestras tierras    a quien se vos antojara,:
     a don Sancho a Castilla,    Castilla la bien nombrada,
  4   a don Alonso a León,    y a don García a Vizcaya.
     A mí porque soy mujer,    dejáisme desheredada.
  6   Irm` he yo por esas tierras    como una mujer errada
     y este mi cuerpo daría    a quien se me antojara:
  8   a los moros por dineros    y a los cristianos de gracia;
     de lo que ganar pudiere    haré bien por la vuestra alma.
  10   --Calledes, hija, calledes,    no digades tal palabra,
     que mujer que tal decía,    merescia ser quemada.
  12   Allá en Castilla la Vieja    un rincon se me olvidaba,
     Zamora había por nombre,    Zamora la bien cercada;
  14   de una parte la cerca el Duero,    de otra, peña tajada,
     de la otra, la morería:    una cosa muy preciada.
  16   Quien vos la tomare, hija,    la mi maldición le caiga.--
     Todos dicen amen, amen,    sino don Sancho que calla.

Variantes: -6a de tierra en tierra. Silva, Tim.; -8b en gracia. Silva; -9b La ed. de 1550 y las posteriores del Canc. de rom. interponen aquí los cuatro hemistiquios siguientes: Allí preguntara el rey: / ¿Quién es esa que así habla? // Respondiera el arzobispo: / Vuestra hija doña Urraca. //; -15a del otro. Canc. de rom. s. a. y 1550; y de otra. Timoneda; -16a quitare. Silva, Tim.; -17b La ed. de 1550 y las posteriores del Canc. de rom. añaden aquí los siguientes versos, intercalados, claro está, para unir este romance con él que dice: Afuera afuera, Rodrigo, al cual sirven de introducción, a que van impresos también como romance separado, con un principio algo diferente (véase al no. 773 en el Romancero general del señor Durán): El buen rey era muerto: / Zamora ya está cercada: // de un cabo la cerca el rey / del otro el Cid la cercaba. // Del cabo que el rey la cerca / Zamora no se da nada; // del cabo que el Cid la cerca, / Zamora ya se tomaba. // Asomóse doña Urraca / asomóse a una ventana, //de allá de una torre mocha / estas palabras hablaba//.

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0021:1 Afuera, afuera Rodrigo (á-o)            (ficha no.: 1423)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 157; Silva de 1550 t. I. f. 78 (Del Cid Ruy Díaz*); Canc. de rom. 1550. f. 147 [Romance del Cid ruy diaz] y Timoneda, Rosa española** (Romance de las quejas de la infanta contra el Cid Ruy Díaz). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 37, vol. I, pp. 116-118 (Del Cid.--XII.).  034 hemist.  Música registrada.

     --Afuera, afuera, Rodrigo,    el soberbio castellano.
  2   Acordársete debría    de aquel tiempo ya pasado
     cuando fuiste caballero    en el altar de Santiago,
  4   cuando el rey fue tu padrino,    tú, Rodrigo el ahijado:
     mi padre te dió las armas,    mi madre te dió el caballo,
  6   yo te calcé las espuelas    porque fueses más honrado,
     que pensé casar contigo,    no lo quiso mi pecado.
  8   Casaste con Jimena Gómez,    hija del conde Lozano;
     con ella hubiste dineros,    conmigo hubieras estado;
  10   bien casaste tú, Rodrigo,    muy mejor fueras casado:
     dejaste hija de rey    por tomar de su vasallo.
  12   --Si os parece, mi señora,    bien podemos desligallo.
     --Mi ánima penaría    si yo fuese en discrepallo.
  14   --Afuera, afuera, los míos,    los de a pie y de a caballo,
     pues de aquella torre mocha    una vira me han tirado:
  16   no traía el asa hierro,    el corazón me ha pasado;
     ya ningún remedio siento    siento vivir más penado.

Variantes: -2b de aquel buen tiempo pasado. Tim.; -3a que te armaron caballero. Tim.; -3b nel. Canc. de rom. s.a.; en`l. Tim.; -5 Él verso falta en la Silva y en el Canc. de rom. s. a.; -7a pensando casar. Tim.;-7b mas no. Canc. de rom. s.a y 1550; -9b {M|conmigo fueras honrado, // porque si la renta es buena / muy mejor es el Estado//. Tim.; -11 Si bien casaste, Rodrigo, / muy mejor fueras casado; // Pues dejaste hija de rey, / por tomar de su vasallo.-- //En oír esto Rodrigo / quedó de ello algo turbado; // con la turbación que tiene / esta respuesta le ha dado//. Tim.; -12b castigallo. Las ed. posteriores del Canc. de rom.; desviallo. En el Rom. Gen. del sr. Durán. Después de esto verso van intercalados los siguientes en el texto de Timoneda: Respondióle doña Urraca / con gesto muy sosegado: //--No lo mande Dios del cielo, / que por mí se haga tal caso, //que mi alma penaría / si yo fuese en discrepallo. // Volvióse presto Rodrigo, / y dijo muy angustiado: - -Afuera etc.; -16a hasta el hierro. Silva; y aunque no traía fierro. Tim.
Notas: *En la Silva y en el Canc. de rom. no hay otro título que el general de: Del Cid Ruy Díaz.
**Ya se ve que la Silva y la ed. del Canc. de rom. s. a. han dado los tres últimos romances aun más correspondientes, es verdad, a sus formas primitivas y populares, empero como fragmentes incoherentes y puestos en órden contrario a su contenido, pues los llevan impresos en el siguente: 1. Afuera, afuera, Rodrigo; --2. Doliente estaba, doliente; --3. Morir vos queredes, padre. La ed. de 1550 del Canc. de rom. fue la primera que restituó la série conforme al sentido y unió los fragmentos con versos intercalados. En la Rosa española de Timoneda se hallan solamente dos de estos romances, a saber el que dice: Morir etc. f. XXI, y el otro que dice: Afuera etc. f. XXXVIII, separado de aquel por una larga série de otros romances del rey don Sancho y del Cid.

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1208:1 Prisión del rey Alfonso en Carrión (ó)            (ficha no.: 1424)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Silva de 1550. t. II. f. 69 (Romance de los reyes don Sancho de Castilla y don Alonso de León*) y Pliego suelto del s. XVI Aquí cominezan cinco romances: con una glosa. El primero amores trata rodrigo etc. [Praga I, pl. 38, 332-333; Dicc. 655]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 38, vol. I, pp. 118-120 (Del Cid.--XIII.).  070 hemist.  Música registrada.

     Entre dos reyes cristianos    hay muy grande división,
  2   don Sancho rey de Castilla    y don Alonso de León.
     Don Sancho dice que el reino    le viene por sucesión;
  4   don Alonso le defiende    y estáse en la posesión;
     no les pueden poder treguas    cuantos en la corte son,
  6   perlados, ni ricos hombres,    ni monjes de religión.
     El hecho se pone en armas    y con esta condición:
  8   que el reino pierda el vencido    sin haber más redempción.
     Ya juntadas las batallas,    ya trabada es la quistión,
  10   juntáronse en las vegas,    en las vegas de Carrión.
     Los leoneses pelean    como hombres de razón;
  12   los castellanos van malos    venido han en perdición,
     todos iban de huida    sin ninguna ordenación.
  14   Don Alonso es piadoso    de su misma inclinación,
     no quiso seguir l` alcance    movido de compasión.
  16   Ellos en aquesto estando,    asomado había un pendón,
     todo de seda bermeja,    y de oro la guarnición,
  18   una cruz en medio verde    que traía por devoción.
     Castellanos eran todos,    castellanos de nación;
  20   el Cid y toda su gente    era aquella guarnición,
     que no se halló en la batalla,    porque tuvo ocupación.
  22   Don Sancho desque lo vido    tomado ha consolación,
     dan sobre los leoneses    que están sin avisación,
  24   prendieran al rey don Sancho,    metIdo le han en prisión.
     Llevándolo ansí preso    llegó el Cid a la sazón;
  26   habló como caballero    muy allegado a razón:
     --Escuchadme, caballeros,    sea esta la conclusión:
  28   dádnos nuestro rey, vosotros,    y con buena bendición,
     y vos daremos el vuestro    luego sin más dilación.--
  30   Los leoneses no quisieron    con grande orgullo y presunción,
     temiendo su rey ser muerto    y que aquello era traición.
  32   Entonces el Cid en ellos    hizo grande destruición;
     a su rey ha delibrado,    y a ellos puso en confusión;
  34   preso llevan al rey don Alonso    que era verle compasión,
     metídolo han en grillos    sin más consideración.

Variantes: -4a lo. Pl. s.; -15a El alcance. Pl. s.; -22b Ha gran. Pl. s.; -30a Leones. Silva.
Nota: *Véase sobre el asunto de este romance, la batalla de Golpejares, y el papel poco honrado que hizo en ella el Cid, Dozy, Recherches t. I. pp. 447-448.

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0033:1 Doña Urraca libera a su hermano de prisión (ó)            (ficha no.: 1425)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Silva de 1550, t. II. f. 48 (Romance del rey don Sancho de Castilla) y Timoneda, Rosa española (Del rey don Sancho, de cómo echó en prisión a su hermano don Alonso). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 39, vol. I, pp. 120-122 (Del Cid.--XIV.).  050 hemist.  Música registrada.

     Rey don Sancho, rey don Sancho    cuando en Castilla reinó,
  2   le salían las sus barbas,    ¡y cuán poco las logró!
     A pesar de los franceses    los puertos de Aspa pasó;
  4   siete días con sus noches    en campo los aguardó,
     y viendo que no venían    a Castilla se volvió.
  6   Matara el conde de Niebla,    y el condado le quitó
     y a su hermano don Alonso    en las cárceles lo echó
  8   y después que lo echara    mandó hacer un pregón
     que él que rogase por él    que lo diesen por traidor.
  10   No hay caballero ni dama,    que por él rogase, no,
     sino fuera una su hermana    que al rey se lo pidió:
  12   --Rey don Sancho, rey don Sancho,    mi hermano y mi señor,
     cuando yo era pequeña    prometístesme un don;
  14   agora que soy crecida,    otorgámelo, señor.--
     --Pedildo vos, mi hermana;    mas con una condición,
  16   que no me pidáis a Burgos,    a Burgos, ni a León,
     ni a Valladolid la rica,    ni a Valencia de Aragón:
  18   de todo lo otro, mi hermana,    no se os negará, no.
     --Que no os pido yo a Burgos,    a Burgos, ni a León,
  20   ni a Valladolid la rica,    ni a Valencia de Aragón;
     mas pídoos a mi hermano,    que lo tenéis en prisión.
  22   --Pláceme, dijo, hermana,    mañana os lo daré yo.
     --Vivo lo habéis de dar, vivo,    vivo, que no muerto, no.
  24   --Mal hayas tú, mi hermana,    y quien tal te aconsejó,
     que mañana, de mañana,    muerto te lo diera yo.

Variantes de la Rosa española de Timoneda: -2a las barbas que le salían; -8b después que lo tuvo preso / un pregón hacer mandó; -13b sé que un don me prometió; -14b señor otorgádmelo; -18a cualquier otra cosa; -18b no se os ha de negar; -19a Señor, yo no pido; --21a lo que pido es; -24a mal hayades vos; -24b t. os; -25b se.

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0336:1 Rey don Sancho, rey don Sancho, ya te apuntaban las barbas (á-a)            (ficha no.: 1426)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Silva de 1550, t. II, f. 52 (Romance del rey don Sancho de Castilla). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 40, vol. I, pp. 122-124 (Del Cid.--XV.).  055 hemist.  Música registrada.

     Rey don Sancho, rey don Sancho,    ya que te apuntan las barbas,
  2   quien te las vido nacer,    no te las verá logradas.
     Aquestos tiempos andando    unas Cortes ordenara,
  4   y por todas las sus tierras    enviaba las sus cartas:
     las unas iban de ruego,    las otras iban con sana,
  6   a unos ruega que vengan,    a otros amenazaba.
     Ya que todos son llegados,    de esta suerte les hablara:
  8   --Ya sabéis, los mis vasallos,    cuando mi padre finara,
     cómo repartió sus tierras    a quien bien se le antojara:
  10   las unas dió a doña Elvira,    las otras a doña Urraca,
     las otras a mis hermanos    
  12   todas estas eran mías,    que yo las heredaba.
     Ya que yo se las quitase    ningún agravio aquí usaba,
  14   porque quitar lo que es mío    a nadie en esto dañaba.--
     Todos miraban al Cid    por ver si se levantaba,
  16   para que responda al rey    lo que en esto le agradaba
     El Cid, que vee que lo miran,    de esta suerte al rey habla:
  18   --Ya sabéis, rey mi señor,    como, cuando el rey finara,
     hizo hacer juramento    a cuantos allí se hallaban:
  20   que ninguno de nosotros    fuese contra lo que él manda,
     y que ninguno quitase    a quien él sus tierras daba
  22   todos dijimos amen,    ninguno lo rehusara
     Pues ir contra el juramento    no hallo ley que lo manda;
  24   mas si vos queréis, señor    , hacer lo que os agradaba,
     nos no podemos dejar    de obedecer vuestra manda;
  26   mas nunca se logran hijos    que al padre quiebran palabra.--
     Ni tampoco tuvo dicha    en cosa que se ocupaba,
  28   nunca Dios le hizo merced,    ni es razon que se la haga.

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0318:1 Riberas de Duero arriba (á-o)            (ficha no.: 1427)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Silva de 1550, t. II, f. 54 (Romance de Diego Ordóñez*) y Pliego suelto del s. XVI. Aqui comienzan dos romances. El primero que dice: Riberas del Duero arriba en el Romancero del señor Durán [Madrid, IV, pl.169, 357-58; Dicc. 663]**. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 41, vol. I, pp. 124-127 (Del Cid.--XVI.).  080 hemist.  Música registrada.

     Riberas de Duero arriba    cabalgan dos zamoranos
  2   en caballos alazanes    ricamente enjaezados.
     Fuertes armas traen secretas    y encima sus ricos mantos
  4   con sendas lanzas y adargas    como hombres enemistados.
     A grandes voces oímos    estándonos desarmando,
  6   si habria dos para dos    caballeros zamoranos,
     que quisiesen tomar lid    con otros dos castellanos;
  8   y los que las voces daban    padre y hijo son entrambos.
     padre y hijo eran los hombres,    padre y hijo los caballos.
  10   Dicen que es don Diego Ordóñez    y su hijo don Hernando,
     aquel que reptó a Zamora    por muerte del rey don Sancho,
  12   cuando el traidor de Vellido    le mató con un venablo.
     Y aun al pasar de la puente    padre y hijo van hablando:
  14   --No sé si oisteis, hijo,    las damas que están mirando.
     --Bien las oí yo, señor,    lo que quedan razonando,
  16   que las ancianas decían:    "¡Oh qué viejo tan honrado!"
     y las doncellas decían:    "¡Oh qué mozo tan lozano!"--
  18   Palabras de gran soberbia    son las que ellos van hablando,
     que si caso se ofreciese,    y hubiese ruido en campo,
  20   que se matarían con tres    y se matarían con cuatro,
     y si cinco les saliesen,    que no los huirían el campo;
  22   con tal que no fuesen primos    ni menos fuesen hermanos,
     ni de las tiendas del Cid    ni de sus paniaguados,
  24   de la casa de los Arias    salgan seis más esforzados.--
     No falta quien los ha oído    lo que ellos van razonando.
  26   Oídolo ha Gonzalo Arias.    hijo de Arias Gonzalo.
     Siete caballeros vienen,    todos siete bien armados,
  28   cubiertos de sus escudos,    las lanzas van blandeando,
     y traen por apellido    a San Jorge y Santiago.
  30   --¡Mueran, mueran los traidores,    mueran y dejen el campo!--
     A recebírselos sale    don Ordoño y don Hernando:
  32   a los primeros encuentros    don Ordoño mató cuatro,
     don Hernando mató dos    y el otro les huyó el campo.
  34   Por aquel que se les iba    las barbas se están mesando;
     preguntara el padre al hijo:    --Di, hijo, ¿si estás llagado?
  36   --Eso os pregunto, señor,    que yo no estoy sino sano.
     --Siempre lo tuvistes, hijo,    mozo y flojo en el caballo;
  38   cuando habéis de cabalgar    cabalgáis trasero y largo.
     Yo viejo, de los sesenta,    a mis pies he muerto cuatro,
  40   vos, mozo de veinte y cinco,    matáis dos vascos un gato.--

Variantes del Pliego Suelto: -11b por la muerte de don Sancho; -13a aun falta; -13b el padre al hijo ha hablado; -14a oiste; -14b a las damas que han hablado; -15a Muy bien las oí; -15b que estaban; -18b entre sí van razonando; -19b habiendo; -20b y lo mismo harían; -21a y si les saliesen cinco; -25a faltó; -25b de los que andan por los campos; -26a Oídolos; -30b m. o; -31a Al encuentro les salieron; -34b se van; -35b Decí, hijo, ¿estáis llagado?; -36b que no estoy yo; -37b ser muy flojo; -39a de años; -39b estaban cuatro; -40a y vos, de los veinte y cinco.
Notas: *Con este romance comienzan los del cerco de Zamora.
**Este romance tiene, como ha observado el señor Durán, «una casi identidad en la letra de varios fragmentos» con los dos que lo siguen, «á la par que una completa diferencia y cambio del asunto.» Y en efecto en el tercero romance los versos que dicen: Los dos contrarios guerreros, etc. parece, que aludan al asunto de éste, y que el componedor de éste haya confundido al caballero zamorano don Diego Ordóñez con el más célebre castellano del mismo apellido, así que aquí al principio son zamoranos los dos que retan a los castellanos, conforme a la tradición original de este romance, y al fin aparecen enemigos de Zamora y de Arias Gonzalo, como lo fue según la tradición común el castellano don Diego Ordóñez.

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0318:2 Riberas de Duero arriba (á-o)            (ficha no.: 1428)

Versión de España. Recogida 00/00/1600 Publicada en un pliego suelto del s. XVI. Romance que dice: Riberas de Duero arriba caualgan dos çamoranos, con su glosa, hecha por Francisco de Argullo, etc. [Praga, II, pl. 73, 257-262; Dicc. 31]*. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 42, vol. I, pp. 127-129 (Del Cid.--XVII. Reto de los dos caballeros zamoranos).  058 hemist.  Música registrada.

     Riberas de Duero arriba    cabalgan dos zamoranos:
  2   las armas llevan blancas,    caballos rucios rodados,
     con sus espadas ceñidas,    y sus puñales dorados,
  4   sus adargas a los pechos,    y sus lanzas en las manos,
     ricas capas aguaderas    por ir más disimulados,
  6   y por un repecho arriba    arremeten los caballos:
     que, según dicen, las gentes,    Padre e hijo son entramhos. (sic)
  8   Palabras de gran soberbia    entre los dos van hablando:
     que se matarán con tres,    lo mesmo harán con cuatro,
  10   y si cinco les saliesen    que no les huirian el campo,
     con tal que no fuesen primos,    ni menos fuesen hermanos,
  12   ni de la casa del Cid,    ni de sus paniaguados,
     ni de las tiendas del rey,    ni de sus leales vasallos:
  14   de todos los otros que haya    salgan los más esforzados.
     Tres condes lo han oido,    todos tres eran cuñados.
  16   --Atendédnos, caballeros,    que nos estamos armando.--
     Mientra los condes se arman    el padre al hijo ha hablado:
  18   --Tú bien, vees hijo, mío,    aquellos tablados altos
     donde dueñas y doncellas    nos están de allí mirando,
  20   si lo haces como bueno    serás de ellas muy honrado;
     si lo haces como malo    serás de ellas ultrajado;
  22   más vale morir con honra    que no vivir deshonrado,
     que el morir es una cosa    que a cualquier nacido es dado.--
  24   Estas palabras diciendo    los condes han allegado.
     A los encuentros primeros    el viejo uno ha derrocado;
  26   vuelve la cabeza el viejo,    vido al hijo mal tratado,
     arremete para allá,    y otro conde ha derribado;
  28   el otro desque esto vido    vuelve riendas al caballo;
     los dos iban en su alcance:    en Zamora lo han cerrado.

Nota: *Durán ha publicado de este romance tan solo un fragmento sacado de una glosa en disparates que de él se hizo (Glosa de los romances ¡Oh Belerma, etc. Pliego suelto). Este fragmento dice así: Riberas del Duero arriba / cabalgan dos zamoranos // que, según dicen las gentes, / padre y hijo son entrambas. // Palabras muy soberbiosas / entre si las van hablando, // que con tres se matarían, / y aun harían así con cuatro; // que si cinco les viniesen, / no les negarían el campo, // con tal que no fuesen primos, / ni menos fuesen hermanos, // ni de las tiendas del Cid, / ni de sus paniaguados: // mas de las tiendas del rey / salgan los más esforzados // que a todos bueno farían / lo que dejan asentado.

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0318:3 Riberas de Duero arriba (á-o)            (ficha no.: 1429)

Versión de España. Recogida 00/00/1605 Publicada en Escobar, Romancero del Cid y Timoneda, Rosa española. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 42a, vol. I, pp. 129-133 (Del Cid.--XVIII.).  108 hemist.  Música registrada.

     Riberas del Duero arriba    cabalgan dos zamoranos:
  2   las divisas llevan verdes,    los caballos alazanos,
     ricas espadas ceñidas,    sus cuerpos muy bien armados,
  4   adargas ante sus pechos    gruesas lanzas en sus manos,
     espuelas llevan ginetas    y los frenos plateados.
  6   Como son tan bien dispuestos    parecen muy bien armados,
     y por un repecho arriba    salen más recios que galgos,
  8   y súbenlos a mirar    del real del rey don Sancho.
     Desque a otra parte fueron    dieron vuelta a los caballos,
  10   y al cabo de una gran pieza    soberbios ansí han fablado:
     --¿Tendrédes dos para dos,    caballeros castellanos,
  12   que puedan armas facer    con otros dos zamoranos,
     para daros a entender    no face el rey como hidalgo
  14   en quitar a doña Urraca    lo que su padre lo ha dado?
     Non queremos ser tenidos,    ni queremos ser honrados,
  16   ni rey de nos faga cuenta,    ni conde nos ponga al lado,
     si a los primeros encuentros    no los hemos derribado;
  18   y siquiera salgan tres,    y siquiera salgan cuatro,
     y siquiera salgan cinco,    salga siquiera el diablo,
  20   con tal que no salga el Cid,    ni ese noble rey don Sancho,
     que lo habemos por señor,    y el Cid nos ha por hermanos:
  22   de los otros caballeros    salgan los más esforzados.--
     Oídolo habían dos condes    los cuales eran cuñados:
  24   --Atended, los caballeros,    mientras estamos armados.--
     Piden apriesa las armas,    suben en buenos caballos,
  26   caminan para las tiendas    donde yace el rey don Sancho;
     piden que les dé licencia    que ellos puedan hacer campo
  28   contra aquellos caballeros,    que con soberbia han hablado.
     Allí fablara el buen Cid,    que es de los buenos dechado:
  30   --Los dos contrarios guerreros    non los tengo yo por malos,
     porque en muchas lides de armas    su valor habían mostrado,
  32   que en el cerco de Zamora    tuvieron con siete campo:
     el mozo mató a los dos,    el viejo mató a los cuatro;
  34   por uno que se les fuera    las barbas se van pelando.--
     Enojados van los condes    de lo que el Cid ha fablado;
  36   el rey cuando ir los viera    que vuelvan está mandando.
     Otorgó cuanto pedían,    más por fuerza que de grado.
  38   Mientras los condes se arman,    el padre al hijo está hablando:
     --Volved, hijo, hacia Zamora,    a Zamora y sus andamios;
  40   mirad dueñas y doncellas,    cómo nos están mirando.
     Hijo, no miran a mí    porque ya soy viejo y cano;
  42   mas miran a vos, mi hijo,    que sois mozo y esforzado.
     Si vos facéis como bueno    seréis de ellas muy honrado;
  44   si lo facéis de cobarde,    abatido y ultrajado.
     Afirmaos en los estribos,    terciad la lanza en las manos,
  46   esa adarga ante los pechos    y apercebid el caballo,
     que al que primero acomete    tienen por más esforzado.--
  48   Apenas esto hubo dicho,    ya los condes han llegado;
     el uno viene de negro    y el otro de colorado;
  50   vanse unos para otros,    fuertes encuentros se han dado,
     mas él que al mozo le cupo    derribólo del caballo,
  52   y el viejo al otro de encuentro    pasóle de claro en claro.
     El conde, de que esto viera,    huyendo sale del campo
  54   y los dos van a Zamora    con vitoria muy honrados.

Variantes de la Rosa española de Timoneda: -7b suben; -8a sálenselos; -10b soberbiamente; -11b Si habla dos para dos; -12a que quisiesen facer armas; -13a por darlos a conocer.; -14b cuanto; -23a tres; -23b esos tres condes; -24b armando; -26b posa; -31a muchos campos.; -31b bon; -32b ficieron; -35b mesando; -36a desque; -36b llamando; -49b y el otro viene de blanco, // y el otro viene de verde, / dicen que es enamorado: //; -51a con el; -53a Y el otro; -54a ya los vuelven.

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1209:1 Junto al muro de Zamora (í-o)            (ficha no.: 1430)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Silva de 1550. t. II. f. 54 (Romance de Zamora). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 43, vol. I, pp. 133- 134(Del Cid.---XIX.).  042 hemist.  Música registrada.

     Junto al muro de Zamora    vide un caballero erguido,
  2   armado de todas piezas,    sobre un caballo morcillo,
     a grandes voces diciendo:    --Vélese bien el castillo,
  4   que al que hallaré velando    ayudarle he con mi grito,
     y al que hallaré durmiendo    echarle he de arriba vivo;
  6   pues por la honra de Zamora    yo soy llamado y venido.
     Si hubiere algún caballero,    salga hacer armas comigo,
  8   con tál que no fuese el Cid,    ni Bermudez su sobrino.--
     Las palabras que decía,    el buen Cid las ha oido.
  10   ¿Quién es ese caballero    que hace el tal desafío?
     --Ortuño me llamo, Cid,    Ortuño es mi apellido.
  12   --Acordársete debría, Ortuño,    de la pasada del río,
     cuando yo vencí los moros,    y Babieca iba comigo.
  14   En aquestos tiempos tales    no eras tan atrevido.--
     Ortuño, de que esto oyera:    de esta suerte ha respondido:
  16   --Estonces era novel,    agora soy más crecido,
     y usando, buen Cid, las armas,    me he hecho tan atrevido.
  18   Mas no desafío yo a tí,    ni a Bermudez tu sobrino,
     porque os tengo por señores,    y me tenéis por amigo;
  20   mas si hay otro caballero,    que salga hacer armas comigo,
     que aquí en el campo lo espero    con mis armas y rocino.

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0330:1 Rey don Sancho, rey don Sancho, no digas que no te aviso (í-o)            (ficha no.: 1431)

Versión de España. Recogida 00/00/1573 Publicada en Timoneda, Rosa española (Romance he la traición de Vellido Dolfos). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 44, vol. I, pp. 134-137(Del Cid.--XX.).  092 hemist.  Música registrada.

     --Rey don Sancho, rey don Sancho,    no digas que no te aviso,
  2   que del cerco de Zamora    traidor había salido:
     Vellido Dolfos se llama    hijo de Dolfos Vellido,
  4   a quien él mismo matara    y después echó en el río.
     Si te engaña, rey don Sancho,    no digas que no lo digo.*--
  6   Oídolo ha el traidor,    ¡gran enojo ha recibido!
     Fuése donde estaba el rey;    de aquesta suerte le ha dicho:
  8   --Bien conoscedes, señor,    el malquerer y homecillo
     que el malo de Arias Gonzalo    y sus hijos han conmigo:
  10   en fin hasta tu real    agora me han perseguido:
     esto, porque les reptaba    que estorbaban tu partido,
  12   que otorgase doña Urraca    a Zamora en tu servicio.
     Agora que han bien mirado    como está bien entendido
  14   que tú prendas a Zamora    por el postigo salido,
     trabajan buscar tu daño    dañando el crédito mío.
  16   Si me quieres por vasallo    serviréte sin partido.--
     El buen rey siendo contento,    dijole: --Muéstrame, amigo,
  18   por donde tome a Zamora,    que en ella serás tenido
     mucho más que Arias Gonzalo,    que la manda con desvío.--
     20Besóle el traidor la mano,    en gran poridad le dijo:
     --Vámonos tú y yo, señor,    solos, por no hacer bullicio,
  22   verás lo que me demandas,    y ordenarás tu partido
     donde se haga una cava,    y lo que manda mi aviso.
  24   Después con ciento de a pie    matar las guardas me obligo,
     y se entrarán tus banderas    guardándoles el postigo.--
  26   Otro día de mañana    cabalgan Sancho y Vellido,
     el buen rey en su caballo,    y Vellido en su rocino:
  28   juntos van a ver la cerca,    solos a ver el postigo.
     Desque el rey lo ha rodeado    saliérase cabe el río,
  30   do se hubo de apear    por necesidad que ha habido.
     Encomendóle un venablo    a ese malo de Vellido.
  32   dorado era y pequeño,    que el rey lo traía consigo.
     Arrojóselo el traidor,    malamente lo ha herido;
  34   pasóle por las espaldas,    con la tierra lo ha cosido.
     Vuelve riendas al caballo    a más correr al postigo.
  36   La causa de la corrida    le demandaba Rodrigo,
     el cual dicen de Vivar:    el malo no ha respondido.
  38   El Cid apriesa cabalga,    sin espuelas lo ha seguido;
     nunca le pudo alcanzar,    que en la ciudad se ha metido.
  40   Que le metan en prisión    doña Urraca ha proveido:
     guárdale Arias Gonzalo    para cuando sea pedido.
  42   Tornóse el Cid con coraje,    como no prendió a Vellido,
     maldiciendo vi caballero    que sin espuelas ha ido.
  44   No sospecha tal desastre,    cuida ser otro el delito,
     que si lo que era creyera    bien defendiera el postigo
  46   hasta vengar bien la muerte    del rey don Sancho el querido.

Nota: *Es Arias Gonzalo el viejo que aquí habla avisando al rey.

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0330:2 Rey don Sancho, rey don Sancho, no digas que no te aviso (í-o)            (ficha no.: 1432)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 158v-159r; Canc. de rom. 1550, f. 148r y Silva de 1550 t. I. f. 80 (Romance del rey don Sancho); Silva de 1550 ed. de Barcelona. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 45, vol. I, pp. 137-138 (Del Cid.).  020 hemist.  Música registrada.

     --¡Rey don Sancho, rey don Sancho,    no digas que no te aviso!,
  2   que de dentro de Zamora    un alevoso ha salido:
     llámase Vellido Dolfos,    hijo de Dolfos Vellido,
  4   cuatro traiciones ha hecho,    y con esta serán cinco.
     Si gran traidor fue el padre,    mayor traidor es el hijo.--
  6   Gritos dan en el real,    a don Sancho han mal herido;
     muerto le ha Vellido Dolfos,    gran traición ha cometido.
  8   Desque le tuviera muerto,    metióse por un postigo;
     por las calles de Zamora    va dando voces y gritos:
  10   --Tiempo era, doña Urraca,    de complir lo prometido.--

Variantes: -1 Guarte, guarte. Canc. de rom. 1550; -10a es Silva; -10b cumplir. Silva.
Nota de Prim.: -1a Es el noble Arias Gonzalo, defensor de Zamora, él que avisa al rey don Sancho, que se precava de una traición inminente.

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0315:1 De Zamora sale Dolfos (á-o)            (ficha no.: 1433)

Versión de España. Recogida 00/00/1605 Publicada en Escobar, Romancero del Cid (Romance de Vellido Dolfos) y Canc. de rom. ed. de Medina, año de 1570, f. 32 vo. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 46, vol. I, pp. 138-142 (Del Cid.--XXII.).  102 hemist.  Música registrada.

     De Zamora sale el Dolfos    corriendo y apresurado,
  2   huyendo va de los hijos    del buen viejo Arias Gonzalo
     y en la tienda del buen rey,    en ella se había amparado.
  4   --Manténgate Dios, señor.    --Villido, seas bien llegado.
     --Señor, tu vasallo soy,    tu vasallo y de tu bando,
  6   y por yo aconsejarle    a aquel viejo Arias Gonzalo,
     que te entregase a Zamora,    pues que te había quedado,
  8   hame querido matar,    y de él me soy escapado.
     A vos me vengo, señor,    por ser en vuestro mandado,
  10   con deseo de serviros,    como cualquier fijo dalgo,
     y os entregaré a Zamora,    aunque pese a Arias Gonzalo,
  12   que por un falso postigo    en ella seréis entrado.--
     El buen Arias de leal    al rey había avisado,
  14   desde encima del adarve    estas palabras ha hablado:
     --A ti lo digo, el buen rey,    y a todos tus castellanos,
  16   que allá ha salido Vellido,    Vellido un traidor malvado,
     que si traición te ficiere    a nos non sea imputado.--
  18   Oídolo había Vellido    que al rey tien por la mano:
     --Non lo creades, señor,    lo que contra mí ha fablado,
  20   que don Arias lo publica    porque el lugar no sea entrado,
     porque él sabe bien que sé    por donde será tomado.--
  22   Allí fablara el buen rey    de Vellido confiado:
     --Yo lo creo bien, Vellido    el Dolfos, mi buen criado;
  24   por tanto, vámonos luego    a ver el postigo falso.
     --Vámonos luego, señor,    id solo, no acompañado.--
  26   Apartados del real,    el buen rey se había apartado
     con voluntad de facer    lo que a nadie es excusado:
  28   el venablo que llevaba    a Vellido se lo ha dado,
     el cual desque así lo vido    de espaldas y descuidado
  30   levantóse en los estribos,    con fuerza se lo ha tirado;
     diérale por las espaldas,    y a los pechos ha pasado.
  32   Allí cayó luego el rey    muy mortalmente llagado.
     ¡Viole caer don Rodrigo,    que de Vivar es llamado,
  34   y como le vio ferido,    cabalgara en su caballo;
     con la priesa que tenía    espuelas no se ha calzado.
  36   Huyendo iba el traidor,    tras él iba el castellano,
     si apriesa había salido,    a mayor se había entrado;
  38   Rodrigo ya lo alcanzaba,    mas viendo a Dolfos en salvo
     mil maldiciones se echaba    el nieto de Laín Calvo:
  40   --Maldito sea el caballero    que como yo ha cabalgado,
     que si yo espuelas trujera,    no se me fuera el malvado.--
  42   Todos van a ver al rey,    que mortal estaba echado.
     Todos le dicen lisonjas,    nadie verdad ha fablado,
  44   sino fue el conde de Cabra,    un buen caballero anciano:
     --Sois mi rey y mi señor    y yo soy vueso vasallo;
  46   comple que miréis por vos,    que es verdad lo que vos fablo,
     que del ánima curedes,    del cuerpo non fagáis caso;
  48   a Dios vos encomendad,    pues fue este día aciago.
     --Buena ventura hayáis, conde,    que así me heis aconsejado.--
  50   En diciendo estas palabras,    el alma a Dios había dado.
     De esta suerte murió el rey    por haberse confiado.

Variantes: -4a El rey. Escobar, Romancero del Cid; -7b pues se te había quitado. Escobar; -9a A ti. Escobar; -9b el tu. Escobar; -10a servirte. Escobar; -11a Yo te. Escobar; -12b serás. Escobar; -13a el. Escobar; -14a El muro. Escobar; -14b hablando. Escobar; -16b que es. Canc. de Medina; -17a vos. Canc. de Med.; -21a sabe que yo. Escobar; -24a nos vamos. Canc. de Medina; -29a allí. Canc. de Med.; -29b como lo vio descuidado. Canc. de Med.; -30a enestóse (diría: enertóse). Canc. de Med.; -31a y diole. Canc. de Med.; -32a Y así. Canc. de Med.; -33a visto lo habla. Canc. de Med.; -33b del real los ha mirado. Canc. de Med.; -34a luego conoció lo que era. Canc. de Med.; -38a Rodrigo que ya llegaba. Canc. de Med.; -38b y el Dolfos que estaba en salvo. Canc. de Med.; -39a maldiciones que. Canc. de Med.; -47a tengáis cargo. Canc. de Med.; -49a haya. Canc. de Med.; -49b me has. Canc. de Med.; -50b ha. Canc. de Med.; -51a Destarte (sic) murió el buen rey. Canc. de Med.

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0331:1 Ya se sale Diego Ordóñez (í-o)            (ficha no.: 1434)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Canc. de rom. 1550 f. 150*. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 47, vol. I, pp. 142-143 (Del Cid.---XXIII. El reto de los zamoranos).  032 hemist.  Música registrada.

     Ya cabalga Diego Ordóñez,    del real se había salido
  2   de dobles piezas armado    y un caballo morcillo.
     Va a reptar los Zamoranos    por la muerte de su primo,
  4   que mató Vellido Dolfos,    hijo de Dolfos Vellido.
     --Yo os riepto, los Zamoranos,    por traidores fementidos;
  6   riepto a todos los muertos,    y con ellos a los vivos;
     riepto hombres y mujeres,    los por nascer y nascidos;
  8   riepto a todos los grandes,    a los grandes y los chicos,
     a las carnes y pescados,    y las aguas de los ríos.--
  10   Allí habló Arias Gonzalo,    bien oiréis lo que hubo dicho:
     --¿Qué culpa tienen los viejos?    ¿qué culpa tienen los niños?
  12   ¿qué merecen las mujeres,    y los que no son nascidos?
     ¿por qué rieptas a los muertos,    los ganados y los ríos?
  14   Bien sabéis vos, Diego Ordóñez,    muy bien lo tenéis sabido,
     que aquel que riepta concejo    debe de lidiar con cinco.--
  16   Ordóñez le respondió:    --Traidores heis todos sido.--

Variante: -16a El texto dice: Vellido, que es equivocación manifiesta.
Nota: *Esta romance falta en la edición s. a. del Canc. de rom. y en la Silva, ed. de 1550; en la del año de 1550 del Canc. de rom. y en las posteriores está interpuesto entre él que dice: Después que Vellido Dolfos, y M de: Arias Gonzalo responde. Trata el mismo asunto, de un modo algo diferente, que se halla contenido en el primero ola primera parte del largo romance desde el verso: a aquese don Diego Ordóñez.

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0331:2 Ya se sale Diego Ordóñez (í-o)            (ficha no.: 1435)

Versión de España. Recogida 00/00/1600 Publicada en un pliego suelto del s. XVI. Siguense ocho romances viejos, el primero De la presa de Tunez, etc. en el Romancero de Durán [Cataluña, pl. 41, 299-300; Dicc. 1068]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 48, vol. I, pp. 143-145 (Del Cid.--XXIV.).  048 hemist.  Música registrada.

     Sálese Diego Ordóñez,    del real se ha salido
  2   armado de piezas dobles    en un caballo morcillo:
     la lanza lleva terciada,    levantado en los estribos.
  4   Va a rieptar los de Zamora    por la traición de Vellido:
     vido estar a Arias Gonzalo    asomado en el castillo;
  6   con un denuedo feroz    estas palabras le ha dicho:
     --Yo riepto a los de Zamora    por traidores conoscidos,
  8   porque fueron en la muerte    del rey don Sancho mi primo,
     y acogieron en la villa    al que esta traición hizo.
  10   Por eso fueron traidores,    en consejo, fecho y dicho:
     por eso riepto a los viejos,    por eso riepto a los niños,
  12   y a los que están por nascer,    hasta los recien nascidos;
     riepto al pan, riepto las carnes;    riepto las aguas y el vino,
  14   desde las hojas del monte    hasta las piedras del río.--
     Respondióle Arias Gonzalo,    ¡Oh qué bien que ha respondido!
  16   --Si yo soy cual tú lo dices,    no debiera ser nascido;
     mas hablas como esforzado,    é no como entendido,
  18   porque sabes que en Castilla    hay un fuero establecido,
     que él que riepta concejo    haya de lidiar con cinco,
  20   y si algullo le venciere,    el concejo queda quito.--
     Don Diego, que lo oyera,    algo fuera arrepentido;
  22   mas sin mostrar cobardía,    dijo: --Afírmome a lo dicho,
     y con esas condiciones    yo acepto el desafío,
  24   que los mataré en el campo,    o dirán lo que yo he dicho.--

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0331:3 Ya se sale Diego Ordóñez (í-o)            (ficha no.: 1436)

Versión de España. Recogida 00/00/1573 Publicada en Timoneda, Rosa espanola. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 47b, vol. I, pp. 145-147 (Del Cid.--XXV.).  068 hemist.  Música registrada.

     Ya se sale Diego Ordóñez,    del real se había salido
  2   armado de piezas dobles    en un caballo morcillo.
     Va a reptar los zamoranos    con gran enojo encendido
  4   por el alevosa muerte    del rey don Sancho su primo.
     Vido estar a Arias Gonzalo    asomado en un castillo;
  6   puso piernas al caballo,    hacia él corriendo ha ido;
     con alta voz temerosa    de esta suerte le había dicho:
  8   --Yo os riepto, zamoranos,    por traidores conocidos:
     matastes al rey don Sancho,    y en la villa fue acogido
  10   el traidor, dile hizo este mal,    y traidores habéis sido.
     Sobre esto riepto los muertos,    sobre esto riepto los vivos,
  12   sobre esto riepto los hombres,    y también riepto los niños,
     sobre esto riepto las yerbas,    y las aguas de los ríos.--
  14   Esto oyendo Arias Gonzalo    de esta suerte ha respondido:
     --Si cuál tú dices soy yo,    no debiera ser nacido;
  16   mas hablas como enojado,    y no como hombre entendido.
     ¿Qué culpa tienen los muertos    de lo que hacen los vivos?
  18   Y en lo que hacen los hombres    ¿qué culpa tienen los niños,
     ni las aguas, ni las yerbas    que son cosas sin sentido?
  20   Mas bien sabes que en España    antigua costumbre ha sido
     que hombre que riepto concejo    el concejo queda quito.
  22   En oír esto don Diego    hallóse muy arrepiso;
     dijo --La razón que tengo    me disculpa de lo dicho,
  24   y si mi lengua ha errado    no mi intención y sentido.
     Mas yo acepto, Gonzalo    con los cinco el desafío;
  26   o los mataré en el campo,    o dirán lo que yo digo.
     --En buen hora sea, don Diego.--    Arias Gonzalo le dijo,
  28   --A Dios pongo por juez    porque es justo su juicio.
     Plegue a él que así os ayude    como es verdad vuestro dicho
  30   porque la muerte del rey    permisión de Dios ha sido,
     porque quebrantó el mandado    que el rey su padre le hizo.
  32   Así, creo, morirán    los que siguen su partido.--
     Seis regidores llamaron    de la villa para oíllo;
  34   tres o nueve días de plazo    tomaron para cumplillo.

Notas: -11a en el texto dice lol muertos; -21a ya se ve que entre éste y el verso que le sigue aquí se han omitido los versos que en el romance anterior dicen: haya de lidiar con cinco, // y si alguno le venciere/.

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0325:1 Después que Vellido Dolfos (á-o)            (ficha no.: 1437)

Versión de España. Recogida 00/00/1605 Publicada en Escobar, Romancero del Cid (De la muerte del rey don Sancho). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 48, vol. I, pp. 147-149 (Del Cid.--XXV1.).  072 hemist.  Música registrada.

     Después que Vellido Dolfos,    ese traidor afamado,
  2   derribó con cruda muerte    al valiente rey don Sancho
     juntáronse en una tienda    los mayores de su campo
  4   y juntase todo el real    como estaba alborotado.
     Don Diego Ordóñez de Lara    grandes voces está dando,
  6   y con coraje encendido    muy presto se había. armado
     Para retar a Zamora,    junto al muro se ha llegado,
  8   y lanzando fuego vivo    de esta suerte ha razonado:
     --Fementidos y traidores    sois todos los zamoranos,
  10   porque dentro de esa villa    acogistes al malvado
     de Vellido, ese traidor,    el que mató al rey don Sancho
  12   mi buen señor, y buen rey,    de quien soy muy lastimado:
     que los que acogen traidores    traidores sean llamados;
  14   y por tales yo vos reto,    y a vuestros antepasados,
     y a los que traidores son    los pongo en el mismo grado,
  16   y a los panes, y a las aguas    de que sois alimentados
     y esto os faré conocer,    ansí como estoy armado
  18   y lidiaré con aquellos    que no quieren confesallo,
     ó con cinco uno a uno,    como en España, es usado:
  20   que lidie el que a concejo    como yo había retado.--
     Arias Gonzalo, ese viejo,    ansí le había fablado,
  22   después que hubo entendido    lo que Ordoño ha razonado.
     --Non debiera yo nacer,    si es como tú has contado;
  24   mas yo aceto el desafío    que por ti es demandado,
     y te daré a conocer    no ser lo que has publicado.--
  26   Y a todos los de Zamora    de esta manera ha fablado:
     --Varones de grande estima    los pequeños y de estado,
  28   si hay alguno entre vosotros    que en aquesto se haya hallado,
     dígalo muy prontamente    de decillo no haya empacho;
  30   mas quiero irme de esta tierra    en Africa desterrado,
     que no en campo ser vencido    por alevoso y malvado.--
  32   Todos dicen a una voz,    sin alguno estar callado:
     --Mal fuego nos mate, conde,    si en tal muerte hemos estado:
  34   no hay en Zamora ninguno    que tal hubiese mandado.
     El traidor Vellido Dolfos    por sí solo lo ha acordado:
  36   muy bien podéis ir seguro    id con Dios, Arias Gonzalo.

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0265:1 Tristes van los zamoranos (á-o)            (ficha no.: 1438)

Versión de España. Recogida 00/00/1573 Publicada en Timoneda, Rosa española* (Romance de la tristeza que recibieron los zamoranos por el riepto). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 49, vol. I, pp. 150-152 (Del Cid.---XXVII.).  074 hemist.  Música registrada.

     Tristes van los zamoranos    metidos en gran quebranto;
  2   reptados son de traidores,    de alevosos son llamados
     más quieren ser todos muertos,    que no traidores nombrados.
  4   Día era de San Millan,    ese día señalado,
     todos duermen en Zamora;    mas no duerme Arias Gonzalo.
  6   Acerca de las dos horas    del lecho se ha levantado:
     castigando está sus hijos,    a todos cuatro está armando:
  8   las palabras que les dice    son de mancilla y quebranto:
     --Ayúdeos Dios, hijos míos,    guárdeos Dios, hijos amados,
  10   pues sabéis cuán falsamente    habemos sido reptados
     tomad esfuerzo, mis hijos,    si nunca lo habéis tomado,
  12   acordaos que descendéis    de la sangre de Laín Calvo,
     cuya noble fama y gloria    hasta hoy no se ha olvidado,
  14   pues que sabéis que don Diego    es caballero preciado,
     pero mantiene mentira,    y Dios de ello no es pagado:
  16   el que de verdad se ayuda    de Dios siempre es ayudado.
     Uno falta para cinco,    porque no sois más de cuatro,
  18   yo seré el quinto, y primero,    que quiero salir al campo.
     Morir quiero, y no ver muerte    de hijos que tanto amo
  20   Mis hijos, Dios os bendiga    como os bendice mi mano--
     Sus armas pide el buen viejo,    sus hijos le están armando,
  22   las grevas le están poniendo,    doña Urraca había entrado;
     los brazos le echara encima    muy fuertemente llorando:
  24   ¿Dónde vais, mi padre viejo,    o para qué estáis armado?
     Dejad las armas pesadas,    que ya sois viejo cansado,
  26   pues que sabéis si vos moris    perdido es todo mi estado.
     Acordaos que prometistes    a mi padre don Fernando
  28   de nunca desampararme,    ni dejar de vuestra mano.
     ---Pláceme señora hija,    respondió Arias Gonzalo.
  30   Cabalgara Pedro D`Arias    su hijo, que era el mediano,
     que aunque era mozo de días,    era en obras esforzado.
  32   Dijo: --Cabalgad, mi hijo,    dile os esperan el campo:
     vais en tal llora y tal punto    que nos saquéis de cuidado.--
  34   Sin poner pie en el estribo    Arias Pedro ha cabalgado:
     por aquel postigo viejo    galopeando ha llegado
  36   donde estaban los jueces    que le estaban esperando.
     Partido les han el sol,    dejado les han el campo.

Nota: *Este romance es mas bien una versión de aquel largo que dice: Después que Vellido Dolfos variándolo desde el verso: Ya se salen por la puerta, y esta parte va también como romance separado.

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0034:1 Entierro de Fernandarias (á-o)            (ficha no.: 1439)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 159 (Romance be Fernán D`Arias fijo de Gonzalo); Canc. de rom. 1550, f. 156; Silva de 1550. t. I, f. 81; Canc. de rom. ed. de Medina 1570 y Timoneda, Rosa española [Romance de la muerte de Fernan de Arias]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 50, vol. I, pp. 152-153 (Del Cid.--XXVIII.).  030 hemist.  Música registrada.

     Por aquel postigo viejo,    que nunca fuera cerrado,
  2   vi venir pendón bermejo    con trescientos de caballo:
     en medio de los trescientos    viene un monumento armado
  4   y dentro del monumento    viene un cuerpo de un finado,
     Fernán D` Arias ha por nombre,    fijo de Arias Gonzalo.
  6   Llorábanle cien doncellas,    todas ciento hijasdalgo,
     todas eran sus parientas    en tercero y cuarto grado:
  8   las unas le dicen primo,    otras le llaman hermano,
     las otras decían tío,    otras lo llaman cuñado.
  10   Sobre todas lo lloraba,    aquesa Urraca Hernando:
     ¡Y cuán bien que la consuela    ese viejo Arias Gonzalo!
  12   --Calledes, hija, calledes,
     que si un hijo me han muerto    allí me quedaban cuatro.
  14   No murió por las tabernas,    ni a las tablas jugando;
     mas murió sobre Zamora    vuestra honra resguardando.

Variantes: -4a Después de este verso el Canc. de rom. 1550 ha intercalado los dos siguientes: viene un ataud de palo, // y dentro del ataud /; -4b venía / un cuerpo finado. Canc. de rom. 1550; viene un cuerpo sepultado. Canc. de rom. s. a.; -5a Hernán. Silva; -9a le dicen tío. Silva; otras lo decían tío. Tim. Rosa esp.; -11a Oh c. Tim.; -12 Claro está que después de este verso falta el que continúa la asonancia; con efecto lo llevan el Canc. de rom. ed. de Med. 1570:calladas Urraca Hernando; y Timoneda: no hagades tan gran llanto. El Canc. de rom. 1550 da en vez de este verso los cuatro siguientes: --¿Por qué lloráis, mis doncellas? / ¿por qué hacéis tan grande llanto? // no lloréis así, señoras, / que no es para llorallo //; -13b quedan otros cuatro. Silva; aun me quedan otros cuatro. Tim.; -14b menos. Tim.; -15b bien guardando. Silva; defensando. Tim; El Canc. de rom. 1550 añade los dos versos siguientes: murió como caballero / con sus armas peleando //.

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0034:2 Entierro de Fernandarias (á-o)            (ficha no.: 1440)

Versión de España. Recogida 00/00/1600 Publicada en Pliego suelto del s. XVI. Siguense ocho romances viejos, el primero De la presa de Túnez, en el Romancero de Durán [Cataluña pl. 41, 300-301; Dicc. 1068]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 50a, vol. I, pp. 154-155 (Del Cid.--XXIX.).  032 hemist.  Música registrada.

     Por aquel postigo viejo    que nunca fuera cerrado,
  2   vi venir seña bermeja    con trecientos de caballo:
     un pendón traen sangriento,    de negro muy bien bordado,
  4   y en medio de todos ellos    traen un cuerpo finado:
     Hernan D`Arias ha por nombre,    hijo de Arias Gonzalo,
  6   que no murió entre las damas    ni menos estando holgando,
     sí en defensa de Zamora    como caballero honrado:
  8   matólo don Diego Ordoñea    cuando Zamora ha rieptado,
     y a la entrada de Zamora    un gran llanto es comenzado.
  10   Llóranle todas las damas,    y todos los hijos dalgo:
     unos dicen: ¡Ay, mi primo!    otros dicen: ¡Ay, mi hermano!
  12   Arias Gonzalo decía:    --¡Quién no te hubiera criado,
     para verte agora muerto,    Arias Hernando, en mis brazos!--
  14   Mandan tocar las campanas,    ya lo llevan a enterrallo,
     allá en la iglesia Mayor    que llaman de Santiago,
  16   en una tumba muy rica    como requiere su estado.

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1263:1 En Toledo estaba Alfonso (á) (á)            (ficha no.: 1441)

Versión de España. Recogida 00/00/1605 Publicada en Escobar, Romancero del Cid y Canc. de rom. ed. de Med. del año de 1570 (Romance del rey don Alfonso*). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 51, vol. I, pp. 155-158 (Del Cid.--XXX.).  090 hemist.  Música registrada.

     En Toledo estaba Alfonso,    que non cuidaba reinar;
  2   desterrárale don Sancho    por su reino le quitar:
     doña Urraca a don Alfonso    mensajero fue a envíar;
  4   las nuevas que le traían    a él gran placer le dan.
     --Rey Alfonso, rey Alfonso,    que te envían a llamar;
  6   castellanos y leoneses    por rey alzado te han,
     por la muerte de don Sancho,    que Vellido fue a matar.
  8   Solo entre todos Rodrigo    que no te quiere acetar,
     porque amaba mucho al rey    quiere que hayas de jurar
  10   que en la su muerte, señor,    no tuviste que culpar.
     --Bien vengáis, los mensajeros,    secretos queráis estar,
  12   que si el rey moro lo sabe    él aquí nos detendrá.--
     El conde don Peranzures    un consejo le fue a dar,
  14   que caballos bien herrados    al reves habían de herrar.
     Descuélganse por el muro,    sálense de la ciudad,
  16   fueron a dar a Castilla    do esperándolos están.
     Al rey le besan la mano,    el Cid no quiere besar,
  18   sus parientes castellanos    todos juntado se han.
     --Heredero sois, Alfonso,    nadie os lo quiere negar;
  20   pero si os place, señor,    non vos debe de pesar
     que nos hagáis juramento    cual vos lo quieren tornar,
  22   vos y doce de los vuesos,    los que vos queráis nombrar,
     de que en la muerte del rey    non tenedes qué culpar.
  24   --Pláceme, los castellanos,    todo os lo quiero otorgar.--
     En Santa Gadea de Burgos    allí el rey se va a jurar;
  26   Rodrigo tomó la jura    sin un punto más tardar,
     y en un cerrojo bendito    le comienza a conjurar:
  28   --Don Alonso, y los leoneses,    veníos vos a salvar,
     que en la muerte de don Sancho    non tuvisteis que culpar,
  30   ni tampoco de ella os plugo,    ni a ella disteis lugar.
     Mala muerte hayáis, Alfonso,    si non dijerdes verdad;
  32   villanos sean en ella    non fidalgos de solar,
     que non sean castellanos,    por más deshonra vos dar,
  34   sino de Asturias de Oviedo    que non vos tengan piedad.
     --Amen, amen--, dijo el rey,    --que non fui en tal maldad.--
  36   Tres veces tomó la jura,    tantas le va a preguntar.
     El rey viéndose afincado,    contra el Cid se fue a airar:
  38   --Mucho me afincáis, Rodrigo,    en lo que no hay que dudar,
     cras besarme heis la mano,    si agora me hacéis jurar.
  40   --Sí, señor--, dijera el Cid,    --si el sueldo me habéis de dar,
     que en la tierra de otros reyes    a fijos dalgos les dan.
  42   Cuyo vasallo yo fuere    también me lo ha de pagar;
     si vos dármelo quisiéredes,    a mí placer me vendrá.--
  44   El rey por tales razones    contra el Cid se fue a enojar;
     siempre desde allí adelante    gran tiempo le quiso mal.

Variantes del Cancionero de Medina, 1570: -3b Doña Urraca Fernando / mensajeros fue a enviar; -5a por muerte del rey don Sancho; -8a solo finaba; -8b no lo; -9b hayáis; -10b tuvistes; -12a deterná; -13a Peranzules; -13b consejo le fuera; -14b hayan; -16a fuéronse para; -21b querrán; -22a vos y doce hombres buenos; -22b cuales vos queráis juntar; -23a que de; -23b tuvistes; -26a toma; -26b él la quiere razonar; -27a con un cerrojo sagrado; -28b vos venís aquí os salvar; -31a tal muerte mueras; -33b a te dar; -34bque no tienen; -35bnunca; -36a toma; -39a me besaréis; -39by; -41a en las tierras; -41b lo; -43b a mí en placer me verná; -45a de allí.
Nota: *También este romance trata el mismo asunto de aquel largo que dice: Después que Vellido Dolfos, desde el verso: Doña Urraca la infanta.

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0035:1 Jura de Santa Gadea (á-o)            (ficha no.: 1442)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 153; Canc. de rom. 1550. f. 156 (Romance del que tomó el Cid al rey don Alonso); Silva de 1550. t. I. f. 74 [Romance del juramento que tomo el Cid al Rey Don Alonso] y Timoneda, Rosa española [Romance del juramento que tomo el Cid al Rey Don Alonso hermano del rey don Sancho]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 52, vol. I, pp. 158-161 (Del Cid.--XXXI.).  068 hemist.  Música registrada.

     En sancta Gadea de Burgos    do juran los hijos dalgo,
  2   allí le toma la jura    el Cid al rey castellano.
     Las juras eran tan fuertes,    que al buen rey ponen espanto;
  4   sobre un cerrojo de hierro    y una ballesta de palo:
     --Villanos te maten, Alonso,    villanos, que no hidalgos,
  6   de las Asturias de Oviedo,    que no sean castellanos;
     mátente con aguijadas,    no con lanzas ni con dardos;
  8   con cuchillos cachicuernos,    no con puñales dorados;
     abarcas traigan calzadas,    que no zapatos con lazo;
  10   capas traigan aguaderas,    no de contray, ni frisado;
     con camisones de estopa,    no de holanda, ni labrados;
  12   caballeros vengan en burras,    que no en mulas ni en caballos;
     frenos traigan de cordel,    que no cueros fogueados.
  14   Mátente por las aradas,    que no en villas ni en poblado,
     sáquente el corazón    por el siniestro costado,
  16   si no dijeres la verdad    de lo que te fuere preguntado:
     si fuiste, ni consentiste    en la muerte de tu hermano.--
  18   Jurado había el rey,    que en tal nunca se ha hallado;
     pero allí hablara el rey    malamente y enojado:
  20   --Muy mal me conjuras, Cid,    Cid, muy mal me has conjurado;
     mas hoy me tomas la jura,    mañana me besarás la mano.--
  22   --Por besar mano de rey    no me tengo por honrado;
     porque la besó mi padre    me tengo por afrentado.
  24   --Vete de mis tierras, Cid,    mal caballero probado,
     y no vengas más a ellas    dende este día en un año.--
  26   --Pláceme--, dijo el buen Cid,    --pláceme--, dijo, --de grado,
     por ser la primera cosa,    que mandas en tu reinado.
  28   Tú me destierras por uno,    yo me destierro por cuatro.--
     Ya se parte el buen Cid,    sin al rey besar la mano,
  30   con trescientos caballeros,    todos eran hijos dalgo;
     todos son hombres mancebos,    ninguno no había cano.
  32   Todos llevan lanza en puño    y el hierro aciclado,
     y llevan sendas adargas,    con borlas de colorado;
  34   mas no le faltó al buen Cid    adonde asentar su campo.

Variantes: -1a Águeda. Canc. de rom. 1550; -2a le toman jura a Alfonso / por la muerte de su hermano.// Tomábasela el buen Cid, / ese buen Cid castellano, //sobre un cerrojo de hierro, / y una ballesta de palo, // y con unos evangelios / y un crucifijo en la mano // Las palabras son tan fuertes / que al buen rey ponen espanto; //. Canc. de rom. 1550; -3b a todos. Tim.; -9b de lazos. Tim.; -12a vayan cabalgando. Tim.; -13b no de. Tim.; -14b no por villas ni poblados. Tim.; -16a dijeres verdad. Silva, Tim.; -16b eres. Silva; te es. Tim.; -17a o. Canc. de rom. 1550; -18a Las juras eran tan fuertes, / que el rey no las ha otorgado. // Allí habló un caballero / que del rey es más privado: // --Haced la jura, buen rey, / no tengáis de eso cuidado, // que nunca fue rey traidor, / ni papa descomulgado. // Jurado había el rey /. Canc. de rom. 1550; Jurado tiene el buen rey. Tim.; -18b que en tal caso no es culpado. Tim.; -19a pero con voz alterada. Tim.; -19b dijo muy mal enojado. Tim.; -21b después besarme has. Tim.; -24a tiendas. Tim.; -25a y no me estés mas en ellas. Tim.; -29a despide. Tim.; -30b esforzados. Tim.; -31b hay viejo ni. Tim.; -32b acecalado. Canc. de rom. s. a.; -34b Los dos últimos versos faltan en la Rosa de Timoneda.

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0325:2 Después que Vellido Dolfos (á-o)            (ficha no.: 1443)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 144; Canc. de rom. 1550, f. 148 y Silva de 1550, tom. I, f. 64 (Romance nuevamente hecho de la muerte que dió el traidor de Vellido Dolfos al rey don Sancho estando sobre el cerco de Zamora, y de la batalla que hubo Don Diego Ordóñez con los hijos de Arias Gonzalo, ...*). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 53, vol. I, pp. 161-174 (Del Cid.--XXXII.).  414 hemist.  Música registrada.

     Después que Vellido Dolfos,    aquel traidor afamado,
  2   derribó con cruda muerte    al valiente rey don Sancho,
     se allegan en una tienda    los mayores de su campo:
  4   júntanse todo el real    como estaba alborotado
     de ver el venablo agudo    que a su rey ha traspasado.
  6   No se lo quieren sacar    hasta que haya confesado;
     y ese conde don García    que de Cabra era llamado,
  8   viendo de tal modo al rey    de esta manera le ha hablado:
     --¡Oh rey, en quien yo tenía    la esperanza de mi estado!
  10   véote tan mal herido    que remedio no he hallado
     sino solo encomendarte    a lo que eres obligado.
  12   Toma cuenta a tu conciencia,    y mira en lo que has errado
     contra aquel alto Señor    que te puso en tal estado.
  14   Al cuerpo no busques cura,    porque su tiempo es pasado;
     ya son tus días cumplidos,    ya tu plazo es allegado;
  16   paga lo que te obligaste    cuando fuiste bautizado.
     La muerte sierva y señora,    no te da largo plazo,
  18   no consiente apelación    sino que pagues de grado:
     cumple curar de tu alma,    del cuerpo no hayas cuidado.
  20   Respondió en aquesto el rey,    todo en lágrimas bañado;
     temblando tiene la lengua    y el gesto tiene mudado:
  22   --Bien andante seáis, conde,    y en armas aventurado,
     en todo habláis muy bien,    buen consejo me habéis dado;
  24   yo bien sé cuál es la causa    que en tal punto soy llegado
     por pecados cometidos    al inmenso Dios sagrado,
  26   y también fue por la jura    que a mi padre hube quebrado
     en cercar esta ciudad,    que a mí hermana hubo dejado.
  28   A Dios encomiendo el alma    pues que estoy en tal estado
     traedme los sacramentos    porque estó a muerte llegado.--
  30   Y ansí se le salió el alma,    y el cuerpo se le ha enfriado.
     En aquesto sus vasallos    a Zamora han enviado
     32aquese don Diego Ordóñez,    un caballero estimado,
     a decir a los vecinos    como a su rey ha matado
  34   el falso Vellido Dolfos,    vasallo del rey don Sancho,
     por tanto que desafía    al traidor de Arias Gonzalo,
  36   y a todos los zamoranos,    pues en ella se han hallado,
     y a los panes, y a las aguas,    y a lo que no está criado,
  38   y aun a todos los nacidos    que en Zamora son hallados,
     y a los grandes y pequeños    aunque no sean engendrados.
  40   Arias Gonzalo responde    diciendo que ha mal hablado:
     mandan asinar varones    que juzguen en este caso.
  42   Doce salen de Zamora,    y otros doce van del campo.
     Arias Gonzalo se armaba,    para combatir el pacto:
  44   consigo van cuatro hijos    que en el mundo Dios le ha dado.
     A todos los de Zamora    de esta, manera ha hablado:
  46   --Varones de gran estima,    los pequeños y de estado,
     si hay alguno entre vosotros,    que en esto se haya hallado,
  48   dígalo muy prestamente;    de decillo no haya empacho,
     mas quiero irme de esta tierra,    en Africa desterrado,
  50   que no en campo ser vencido    por alevoso y malvado.--
     Todos dicen prestamente    Sin ninguno estar callado:
  52   --Mal fuego nos queme, conde,    si en tal muerte hemos estado:
     no hay en Zamora ninguno    que tal hubiese mandado.
  54   El traidor Vellido Dolfos    por sí solo lo ha acordado:
     bien podéis vos ir seguro;    id con Dios, Arias Gonzalo.--
  56   Ya se sale por la puerta,    por la que salían al campo,
     consigo lleva sus hijos    todos juntos a su lado.
  58   Él quiere ser el primero    porque en tal muerte no ha estado;
     mas doña Urraca la infanta    la batalla le ha quitado,
  60   llorando de los sus ojos    y el cabello destrenzado:
     --¡Ay!, ruégoos por Dios, el conde,    buen conde Arias Gonzalo,
  62   que dejéis esta batalla    porque sois viejo y cansado:
     dejaisme desamparada    y todo mi haber cercado;
  64   ya sabéis lo que mi padre    a vos dejó encomendado
     que no me desamparéis,    endemas, en tal estado.--
  66   En oyendo aquesto el conde    mostróse muy enojado:
     --Dejédesme ir, señora,    que yo estoy desafiado,
  68   tengo de hacer batalla,    porque fui traidor llamado.--
     Júntanse diez caballeros,    todos juntos le han rogado
  70   que les deje la batalla,    que la tomarán de grado.
     Desque el conde vido aquesto    recibió pesar doblado;
  72   llamara sus cuatro hijos,    y al uno de ellos ha dado
     las sus armas y su escudo,    el su estoque y su caballo;
  74   échale su bendición    porque era dél muy amado.
     Pedrarias había nombre,    Pedrarias el castellano.
  76   Por la puerta de Zamora    se sale fuera y armado;
     topárase con don Diego    su enemigo y su contrario:
  78   --Sálveos Dios, don Diego Ordóñez,    y él os haga prosperado,
     en las armas muy dichoso,    de traiciones libertado:
  80   ya sabéis que soy venido    para lo que está aplazado,
     a libertar a Zamora    de lo que le han levantado.--
  82   Don Diego le respondiera    con soberbia que ha tomado:
     --Todos juntos sois traidores,    y por tal seréis quedados.--
  84   Vuelven los dos las espaldas    por tomar lugar del campo,
     hiriéronse juntamente    en los pechos muy de grado;
  86   saltan astas de las lanzas    con el golpe que se han dado;
     no se hacen mal alguno    porque van muy bien armados.
  88   Don Diego dió en la cabeza    a Pedrarias desdichado,
     cortárale todo el yelmo    con un pedazo del casco;
  90   desque se vido herido    Pedrarias y lastimado,
     abrazárase a las clines,    y al pescuezo del caballo:
  92   sacó esfuerzo de flaqueza    aunque estaba mal llagado,
     quiso herir a don Diego,    mas acertó en el caballo,
  94   que la sangre que corría    la vista le había quitado:
     cayó muerto prestamente    Pedrarias el castellano.
  96   Don Diego que vido aquesto    toma la vara en la mano,
     dijo a voces a Zamora:    --¿Dónde estás, Arias Gonzalo?
  98   envía el hijo segundo,    que el primero ya es finado;
     ya se acabaron sus días    su juventud fin ha dado.--
  100   Envió el hijo segundo,    que Diego Arias es llamado.
     Tornara a salir don Diego    con armas y otro caballo,
  102   y diérale fin a aqueste    como al primero le ha dado.
     El conde viendo a sus hijos,    que los dos le han ya faltado,
  104   quiso enviar al tercero    aunque con temor doblado.
     Llorando de los sus ojos    dijo: --Ve, mi hijo amado,
  106   haz como buen caballero    y lo que eres obligado:
     pues sustentas la verdad,    de Dios serás ayudado;
  108   venga las muertes sin culpa,    que han pasado tus hermanos.--
     Hernan D`Arias, el tercero,    al palenque había llegado;
  110   mucho mal quiere a don Diego,    mucho mal y mucho daño.
     Alzó la mano con saña    un gran golpe le había dado;
  112   mal herido le ha en el hombro,    en el hombro y en el brazo.
     Don Diego con el su estoque    le hiriera muy de grado,
  114   hiriéralo en la cabeza,    en el casco le ha tocado.
     Recudió el hijo tercero    con un gran golpe al caballo,
  116   que hizo ir a don Diego    huyendo por todo el campo.
     Ansí quedó esta batalla    sin quedar averiguado
  118   cuáles son los vencedores,    los de Zamora o del campo.
     Quisiera volver don Diego    A la batalla de grado
  120   mas no quisieron los fieles,    ni liciencia no le han dado.
     Doña Urraca, la infanta,    mensajeros ha llamado
  122   que vayan con las sus cartas    a don Alonso su hermano,
     el cual estaba en Toledo    del rey moro acompañado.
  124   Toman postas y caballos    los más lijeros y flacos,
     caminan días y noches    con camino apresurado:
  126   llegaron presto a Toledo;    en un lugar muy poblado,
     Olías había por nombre,    Olías el saqueado,
  128   toparon a Peranzures,    un caballero afamado,
     que en libertar a su rey    mucho tiempo ha trabajado.
  130   Llamara a los mensajeros    en un lugar apartado,
     cortárales las cabezas,    las cartas les ha tomado,
  132   fuérase para Toledo,    sin a nadie haber topado;
     fuése para don Alonso    que dél era muy amado,
  134   contóle toda la muerte    que fue dada al rey don Sancho,
     y cómo por él venían    para dalle el reinado:
  136   que lo tuviese secreto,    porque al rey parte no ha dado.
     Respondió que sí haría    que no tuviese cuidado.
  138   Fuérase el rey don Alonso,    desque de este se ha apartado,
     a ese rey Alimaimón,    que a Toledo había tomado.
  140   Díjole secretamente    todo lo que había pasado,
     porque siempre don Alonso    fue discreto y avisado,
  142   y pensó que si estas nuevas    de otro el rey fuese informado,
     que no le vendría bien,    sino mucho mal y daño.
  144   Pero respondióle el rey,    con gran placer que ha tomado:
     --Yo te doy mi fe y palabra    que tu Dios te ha consejado,
  146   porque tengo en los caminos    mucha gente de caballo,
     que te guarden las salidas,    y las entradas y pasos:
  148   si salieras sin liciencia,    tu fueras despedazado;
     mas pues eres tan fiel,    galardón te será dado.
  150   Sentáronse en una mesa    y el ajedrez han tomado:
     juega tanto don Alonso,    que el rey estaba enojado:
  152   tres veces le dijo: --Vete,    vete, y salte del palacio.--
     Don Alonso muy contento,    fuése a su casa de grado
  154   fuése con él Peranzurez    que de esto mucho ha holgado.
     Toma sogas y maromas    para echar del muro abajo,
  156   fuera tienen los caballos,    todos están en el campo;
     sálense a la medianoche,    que está todo asosegado,
  158   cubierto con las estrellas    y con la luna alumbrado.
     Bajan por Sant Agustín,    un monesterio cercado,
  160   cerca está de ls ribera    de aquese río de Tajo;
     sálense hácia la vega    y en el camino han entrado,
  162   no paran noche ni día    porque no vayan alcanzallos:
     llegan muy presto a Zamora    que es pueblo muy bien cercado;
  164   recíbenle sus vasallos    aunque no le habían jurado.
     Hablando está con su hermana    de la muerte de su hermano
  166   allí salió un caballero    que Ruy Díaz es llamado
     Este nunca había querido    a su rey besar la mano,
  168   hasta que por juramento    pruebe ser libre y salvado
     de la muerte que fue dada    a su hermano el rey don Sancho;
  170   porque nadie de los suyos    nunca en esto ha sido osado
     de tomar tal juramento    sitio el Cid, que es muy honrado.
  172   En esto respondió el rey,    bien oiréis lo que ha hablado:
     --¿Qué es la causa, mis vasallos,    qué es la causa y el pecado
  174   que solo Ruy Díaz queda    que no me besa la mano?
     Yo siempre le hice honra,    como mi padre ha mandado,
  176   Allí respondiera el Cid    con semblante muy airado:
     --Don Alonso, don Alonso,    por fuerza tenéis vasallos,
  178   que todos tienen sospecha    que vos solo sois culpado
     de la muerte que fue dada    a vuestro hermano en el campo,
  180   y cualquier que me quisiere    por contino y por vasallo,
     pagaráme muy buen sueldo,    y si no, soy libertado,
  182   que ser siervo de traidores    no me cumple ni es mi grado:
     vos haréis el juramento    que todos han demandado.
  184   Mucho se holgó el rey    de lo que el Cid ha hablado:
     --Dios os ponga en honra, el Cid,    en gran honra y tal estado.
  186   Ruego a la Virgen María    y al su hijo muy amado,
     que muriese yo tal muerte    como murió el rey don Sancho,
  188   si yo fui en dicho, ni en hecho,    de la muerte de mi hermano,
     aun como sabéis todos    me tenía el reino forzado:
  190   por tanto os ruego, señores,    como amigos y vasallos,
     que deis orden y manera    como de esto sea librado.--
  192   Allí respondieran todos    sus vasallos y criados:
     --Este juramento, el rey,    en Burgos será jurado,
  194   en Santa Gadea, la iglesia,    do juran los hijos dalgo,
     vos y doce caballeros    de los vuestros toledanos.--
  196   Él fue de esto muy contento,    luego se parte de grado.
     En santa Gadea de Burgos    estaba el rey asentado,
  198   cuando se llegó el Cid    con un libro en la su mano,
     en que están los evangelios    y un crucifijo pintado.
  200   Comienza de esta manera,    de esta manera ha hablado:
     --Todos venís con el rey    porque jure y sea librado:
  202   si cualquiera de vosotros    en aquesto habéis estado,
     y si vos, rey don Alonso,    de cruel muerte seáis matado.
  204   --Amen, amen, dijo el rey,    que de tal no soy culpado.--
     Entónce los sus vasallos    las llaves le han entregado:
  206   alzáronle por su rey,    todos le besan las manos,
     a todos hace mercedes,    de todos es muy amado.

Variantes: -4a júntase. Tim.; -21b y el gesto muy demudado. Tim.; -23a hablastes. Tim.; -24b a tal. Tim.; -29b porque a muerte soy llegado. Tim.; -30b Con este verso acaba el romance en la Rosa de Timoneda, y en la 2ª ed. de la Silva; -32a La 2ª edición de la Silva (Barcelona, 1557) comienza el largo romance por este verso, algo alterado, así: Ya se parte Diego Hordoñez, habiendo puesto la parte anterior como romance separado. Por eso ha mudado el verso de nuestro texto que dice: a decir a los vecinos, en: va decir los zamoranos.; -41a asignar. Silva; -51b callando. Silva; -56b salen. Silva -75a por nombre. Silva; -84a espadas Canc. de rom. s. a.; -142a Así todos los textos pero debió decirse: pensó que si de estas nuevas.; -155a Toman. Silva; -166b era Silva; -170b de esto Silva; -188b en. Silva; -189a aunque. Silva; -189b tiene. Canc. de rom. s. a. y 1550; -194a Águeda. Canc. de rom. 1550; -196b del. Canc. de rom. s. a. y 1550; -197a Águeda. Canc. de rom. 1550.
Nota: * sigue el epígrafe:...., «y cómo el rey don Alonso sucedió en el reino.». En la Silva de 1550 faltan ya en el epígrafe las palabras: nuevamente hecho, lo que es tanto más significativo, cuanto que este largo romance fue en efecto por la mitad del siglo XVI nuevamente hecho por un juglar, ensartando y amalgamando en uno algunos de los romances populares primitivos del harto decantado cerco de Zamora (véase nuestra introducción, nota 6), de los cuales corren por separados de nuevo en las colecciones posteriores los que dicen: Después que Vellido Dolfos; --Arias González responde; --Ya se sale, por la puerta. --Doña Urraca la infanta. Este largo romance compuesto exactamente así como en el Canc. de rom. s. a. y la Silva de 1550, se halla también en un pliego suelto impreso en el año de 1550 (véase nuestro tratado: Ueber die Prager Sammlung, pag. 7 y 41, adonde dice también el título: nuevamente hecho, con un: Villancico del mismo autor, y en el Canc. de rom. ed. de Medina del año de 1570. Menos escrupulosas que la Silva las ediciones con fecha (inclusive la de 1550) del Canc. de rom. repiten en el epígrafe aquel: nuevamente hecho, mientras debieron decir mas bien: deshecho de nuevo, pues imprimen por separado el primer romance o la primera parte del largo, e interponen entre ella y la que empieza por el verso de: Arias Gonzalo responde, un romance con asonancia diferente, el que dice: Ya cabalga Diego Ordóñez, y que por eso y por repetirse en él con alguna variación el asunto ya tratado en la primera parte del largo, nosotros hemos dado por separado y antepuesto al largo, de que fue en efecto o base, o versión diferente, como los que dicen: Tristes van los zamoranos; --Por aquel postigo viejo; --En Toledo estaba Alfonso; --En santa Gadea de Burgos, de cuyos asuntos el largo romance es un resumen o una narración continua, al cual, respecto a los romances populares primitivos y conservados todavía en parte en los separados, se podría llamar un pequeño cantar de gesta juglaresco.

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0032:1 Las almenas de Toro (é-a)            (ficha no.: 1444)

Versión de España. Recogida 00/00/1573 Publicada en Timoneda, Rosa española (Romance de la reprehensión que hizo el Cid al rey don Alons). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 54, vol. I, pp. 174-175 (Del Cid.--XXXIII.).  034 hemist.  Música registrada.

     En las almenas de Toro,    allí estaba una doncella,
  2   vestida de paños negros,    reluciente como estrella:
     pasara el rey don Alonso,    namorado se había de ella,
  4   dice: --Si es hija de rey    que se casaría con ella,
     y si es hija de duque    serviría por manceba.--
  6   Allí hablara el buen Cid,    estas palabras dijera:
     --Vuestra hermana es, señor,    vuestra hermana es aquella.
  8   --Si mi hermana es, dijo el rey,    ¡fuego malo encienda en ella!
     llámenme mis ballesteros;    tírenle sendas saetas,
  10   y a aquel que la errare    que le corten la cabeza.--
     Allí hablara el buen Cid,    de esta suerte respondiera:
  12   --Mas aquel que la tirare    pase por la misma pena.
     --los de mis tiendas, Cid,    no quiero que estéis el ellas.
  14   --Pláceme, respondió el CId,    que son viejas, y no nuevas:
     irme he yo para las mías,    que son de brocado y seda,
  16   que no las gané holgando    ni bebiendo en la taberna;
     ganélas en las batallas    con mi lanza y mi bandera.

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0045:7 El moro que reta a Valencia (á-a)            (ficha no.: 1445)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 179r-180v; Canc. de rom. 1550. f. 188; Silva de 1550, t. I. f. 102 (Romance del rey moro que perdió a Valencia); Timoneda, Rosa española[Romance de como el Cid ganó a Valencia] y Floresta de varios rom.. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 55, vol. I, pp. 175-178 (Del Cid.--XXXIV.).  082 hemist.  Música registrada.

     Helo, helo, por dó viene    el moro por la calzada,
  2   caballero a la gineta    encima una yegua baya,
     borzeguíes marroquíes    y espuela de oro calzada,
  4   una adarga ante los pechos    y en su mano una zagaya.
     Mirando estaba a Valencia,    Valencia la bien cercada.
  6   --¡Oh Valencia, oh Valencia,    de mal fuego seas quemada!
     Primero fuiste de moros    que de cristianos ganada;
  8   si la lanza no me miente    a moros serás tornada.
     Aquel perro de aquel Cid    prenderélo por la barba,
  10   su mujer doña Jimena    será de mí captivada,
     su hija Urraca Hernando    será mi enamorada:
  12   después de yo harto d` ella    la entregaré a mi compaña.--
     El buen Cid no está tan lejos    que todo bien lo escuchaba.
  14   --Venid vos acá, mi hija,    mi hija doña Urraca,
     dejad las ropas continas    y vestid ropas de pascua.
  16   Aquel moro hi de perro    detenémelo en palabras
     mientra yo ensillo a Babieca,    y me ciño la mi espada.--
  18   La doncella muy hermosa    se paró a una ventana;
     el moro desque la vido    de esta suerte le hablara:
  20   --Alá te guarde, señora,    mi señora, doña Urraca
     --Así haga a vos, señor,    buena sea vuestra llegada.
  22   Siete años ha, rey, siete,    que soy vuestra enamorada.
     --Otros tantos ha, señora,    que os tengo dentro en mi alma.--
  24   Ellos estando en aquesto,    el buen Cid que asomaba.
     --Adiós, adiós, mi señora,    la mi linda enamorada,
  26   que del caballo Babieca    yo bien oigo la patada.--
     Do la yegua pone el pie,    Babieca pone la pata.
  28   Allí hablara el caballo,    bien oiréis lo que hablaba:
     --¡Rebentar debía la madre    que a su hijo no esperaba!--
  30   Siete vueltas la rodea    alderredor de una jara
     la yegua que era ligera    muy adelante pasaba
  32   fasta llegar cabe un río    adonde una barca estaba.
     El moro desque la vido    con ella bien se holgaba;
  34   grandes gritos da al barquero    que le allegase la barca.
     El barquero es diligente,    túvosela aparejada;
  36   embarcó muy presto en ella,    que no se detuvo nada.
     Estando el moro embarcado    el buen Cid que llegó al agua
  38   y por ver al moro en salvo    de tristeza rebentaba;
     mas con la furia que tiene    una lanza le arrojaba
  40   y dijo: --Recoged, mi yerno,    arrecogedme esa lanza,
     que quizá tiempo verná    que os será bien demandada.--

Variantes: -2b vaya Silva; -3a1 marroquínes. Silva, Tim.; -4b azagaya. Silva, Tim., Flor;.-7a fueste Silava; -9b prenderlo he. Flor; -10b captivara Silva; -11a Hernández. Flor; -11b la mi linda. Tim.; -12b entregarla he. Silva, Tim., Flor; -14b la mi. Tim. Flor; -15a continuas. Tim. Flor; -16a y a aquel. Tim.; aquel moro que aquí viene Flor; -16b detenémele Silva, Flor; en palabra. Tim.; -24b allegaba. Tim.; -28a Allí hablara el caballero. Flor; al caballo. Las ed. poster. del Canc. de rom.; -28b hablara. Silva, Flor; -30b siete veces la rodea alrededor de una gata; -31a como es ligera. Tim.; mas la yegua era ligera. Flor; -32a el río. Silva, Tim., Flor; -33b con ella mucho se holgara. Tim.; -35b tiénesela. Silva. Flor; -37b llega. Tim.; -38b y viendo al moro en salvo / de corage rebentaba. Flor; -39a fuerza. Tim.; -40b diciendo: --Recoged, yerno, / --recogedme aquesa lanza//. Silva, Tim., Flor.

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0910:1 Búcar huye del Cid (á-a)            (ficha no.: 1446)

Versión de España. Recogida 00/00/1605 Publicada en Escobar, Romancero del Cid (Huye el moro Búcar del Cid). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 56, vol. I, pp. 178-179 (Del Cid.--XXXV.).  030 hemist.  Música registrada.

     Encontrádose ha el buen Cid    en medio de la batalla
  2   con aquese moro Búcar,    que tanto le amenazaba.
     Cuando el moro vido al Cid    vuelto le ha las espaldas;
  4   hácia la mar iba huyendo,    parece llevaba alas:
     caballo trae corredor,    muy recio le espoleaba;
  6   alongado se ha del Cid,    que Babieca no lo alcanza
     por estar laso y cansado    de la batalla pasada.
  8   El Cid con gran voluntad    de vengar en él su saña,
     para escarmiento del moro    y de toda su compaña,
  10   hiérele de las espuelas,    mas poco le aprovechaba.
     Cerca llegaba del moro    y la espada le arrojaba,
  12   en las espaldas le hirió,    mucha sangre derramaba.
     El moro se entró huyendo    en la barca que le aguarda.
  14   Apeárase el buen Cid    para tomar la su espada,
     también tomó la del moro    era buena y muy preciada.

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0335:1 De concierto están los condes (á-o)            (ficha no.: 1447)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 159; Canc. de rom. 1550. f. 161; Silva de 1550. t. I. f. 81 (Romance de los condes he Carrión) y Timoneda, Rosa española [Romance de como los Condes yernos del Cid açotaron sus mugeres]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 57, vol. I, pp. 179-182 (Del Cid.--XXXVI.).  070 hemist.  Música registrada.

     De concierto están los condes    hermanos Diego y Fernando;
  2   afrentar quieren al Cid,    muy gran traición han armado.
     Quieren volverse a sus tierras;    sus mujeres han demandado,
  4   y luego su suegro el Cid,    se las hubo entregado.
     --Mirad yernos, que tratedes    como a dueñas hijas dalgo
  6   mis hijas, pues que a vosotros    por mujeres las he dado.--
     Ellos ambos le prometen    de obedecer su mandado.
  8   Ya cabalgaban los condes,    y el buen Cid ya está a caballo
     con todos sus caballeros,    que le van acompañando;
  10   por las huertas y jardines    van riendo y festejando;
     por espacio de una legua,    el Cid los ha acompañado.
  12   Cuando de ellas se despide,    las lágrimas le van saltando;
     como hombre que ya sospecha    la gran traición que han armado,
  14   manda, que vaya tras ellos    Alvarañez su criado.
     Vuélvese el Cid y su gente,    y los condes van de largo.
  16   Andando con muy gran priesa,    en un monte habían entrado
     muy espeso y muy escuro,    de altos arboles poblado.
  18   Mandaron ir toda su gente    adelante muy gran rato;
     quédanse con sus mujeres    tan solos Diego y Fernando.
  20   Apéanse de los caballos,    y las riendas han quitado;
     sus mujeres que lo ven,    muy gran llanto han levantado.
  22   Apéanlas de las mulas    cada cual para su lado;
     como las parió su madre    ambas las han desnudado,
  24   y luego a sendas encinas    las han fuertemente atado.
     Cada uno azota la suya,    con riendas de su caballo;
  26   la sangre que de ellas corre,    el campo tiene bañado;
     mas no contentos con esto,    allí se las han dejado.
  28   Su primo que las fallara,    como hombre muy enojado
     a buscar los condes iba,    como no los ha hallado,
  30   volvióse para ellas,    muy pensativo y turbado:
     en casa de un labrador    allí se las ha dejado.
  32   Vase para el Cid su tío,    todo se lo ha contado.
     Con muy gran caballería,    por ellas ha enviado.
  34   De aquesta tan grande afrenta    el Cid al rey se ha quejado;
     el rey como aquesto vido,    tres Cortes había armado.

Variantes: -3b con sus mujeres al lado; Tim.; -4b entregóselas de grado. Tim.; -8a los dos. Tim.; -1a de ellos. Silva, Tim.; -12b le han saltado. Tim.; -13b la traición que habían armado. Tim.; -16a con mucha. Tim.; -16b en un gran monte han entrado. Tim. -18a Mandan ir toda la gente. Silva; su gente mandaron ir. Tim.; -22b cada cual la suya al lado. Tim.; -23b ambos. Silva.; -25a azótanlas bravamente. Tim.; -28b como bueno y esforzado. Tim.; -29b y no habiéndolos. Tim.; -30a volviérase para ellas. Silva; hácia ellas presto vino. Tim.; -32b todo el hecho le. Tim.; -33b hubo. Tim.

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0340:1 Por Guadalquivir arriba (ó-e) (ó-e)            (ficha no.: 1448)

Versión de España. Recogida 00/00/1600 Publicada en un pliego suelto del s. XVI en el Romancero General del señor Durán. Siguenense ocho rom. viejos, el primero De la presa de Tunez, etc. (De cómo el Cid acudió a las Cortes) [Cataluña pl. 41, 299; Dicc. 1068]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 58, vol. I, pp. 182-183 (Del Cid.--XXXVII.).  026 hemist.  Música registrada.

     Por Guadalquivir arriba    cabalgan caminadores,
  2   que, según dicen las gentes,    ellos eran buenos hombres:
     ricas aljubas vestidas,    y encima sus albornoces;
  4   capas traen aguaderas,    a guisa de labradores.
     Daban cebada de día    y caminaban de noche,
  6   no por miedo de los moros    mas por las grandes calores.
     Por sus jornadas contadas    llegados son a las Cortes:
  8   sálelos a recibir    el rey con sus altos hombres.
     --Viejo que venís, el Cid,    viejo venís y florido.
  10   --No de holgar con las mujeres;    mas de andar en tu servicio:
     de pelear con el rey Búcar,    rey que es de gran señorío;
  12   de ganalle las sus tierras    sus villas y sus castillos;
     también le gané yo al rey    el su escaño tornido.--

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0364:1 Tres cortes armara el rey (ó)            (ficha no.: 1449)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 160 y Silva de 1550 t. I. f. 82 (Romance que dice: Tres cortes armara el rey). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 59, vol. I, pp. 183-184 (Del Cid.--XXXVIII.).  036 hemist.  Música registrada.

     Tres cortes armara el rey    todas tres a una sazón;
  2   las unas armara en Burgos,    las otras en León,
     las otras armó en Toledo    donde los hidalgos son,
  4   para cumplir de justicia    al chico con el mayor.
     Treinta días da de plazo,    treinta días, que más no,
  6   y el que a la postre viniese    que lo diesen por traidor.
     Veinte nueve son pasados,    los condes llegados son;
  8   treinta días son pasados,    y el buen Cid no viene, non.
     Allí hablaran los condes:    --Señor, daldo por traidor.--
  10   Respondiérales el rey:    --Eso non faría, non,
     qu` el buen Cid es caballero    de batallas vencedor,
  12   pues que en todas las mis Cortes    no lo había otro mejor.--
     Ellos en aquesto estando    el buen Cid que asomó
  14   con trescientos caballeros,    todos hijos dalgo son,
     todos vestidos de un paño,    de un paño y de una color,
  16   si no fuera el buen Cid    que traía un albornoz.
     --Manténgavos Dios, el rey,    y a vosotros sálveos Dios,
  18   que no hablo yo a los condes,    que mis enemigos son.--

Variantes: -6a a ellos no Silva; -7a a los veinte y nueve días Silva -7b venidos Silva; -8a llegados Silva; -9a hablaron Silva; -16b La edición de 1550 del Canc. de rom. intercala entre este y el verso que le sigue cuatro otros que dicen: el albornoz era blanco, / parecía un emperador, // capacete en la cabeza / que relumbra como el sol.// -18b Parece ser continuación inmediata del discurso del Cid y suplemento de este romance el del Tomo II de la Silva que dice: Yo me estando en Valencia. La edición de 1550 y las posteriores del Canc. de rom. llevan empero adjuntos al último verso de este romance los siguientes, que tienen también su puntita de antiguos y populares, aunque dejan incompleta la narración: Allí dijeron los condes, / hablaron esta razon: // --Nos somos hijos de reyes, / sobrinos do emperador; // ¿merecimos ser casados / con hijas de un labrador? // Allí hablara el buen Cid, / bien oiréis lo que habló: // --Convidáraos yo a comer / buen rey, tomásteslo vos, // y al alzar de los manteles / dijístesme esta razon, // que casase yo a mis hijas / con los condes de Carrión. // Diéraos yo en respuestç: / preguntarlo he yo a su madre, // a la madre que las parió, // preguntarlo he yo a su ayo, / al ayo que las crió. // Dijérame a mí el ayo: / Buen Cid, no lo hagáis, no, // que los condes son muy pobres, / y tienen grand presunción. // Por no deshacer vuestra palabra, / buen rey, hiciéralo yo. // Treinta días duraron las bodas, / que no quisieron mas, no: // cien cabezas matara / de mi ganado mayor: // de gallinas y capones, / buen rey, no os los cuento, no. //.
Nota: *Después de éste, falta el verso con el asonante; lo tiene suplido Durán de esto modo: con respeto y con amor.

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2123:1 Yo me estando en Valencia (ó)            (ficha no.: 1450)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Silva de 1550. t. II, f. 51 (Romance de los condes be Carrión). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 60, vol. I, pp. 185-187 (Del Cid.--XXXIX.).  086 hemist.  Música registrada.

     Yo me estando en Valencia*,    en Valencia la mayor,
  2   buen rey, vi yo vuestra seña,    y vuestro honrado pendón.
     Saliera yo a recebirle,    como vasallo a señor.
  4   Enviástesme una carta    con un vuestro embajador:
     que diese yo las mis hijas    a los condes de Carrión.
  6   No quería Jimena Gómez,    la madre que las parió.
     Por cumplir vuestro mandado    otorgáraselas yo.
  8   Treinta días durán las bodas,    treinta días, que más non;
     y un día estando comiendo    soltárase un leon.
  10   Los condes eran cobardes,    luego piensan la traición:
     pidiéranme las mis hijas    para volver a Carrión.
  12   Como eran sus mujeres    entregáraselas yo.
     ¡Ay, en medio del camino    cuán mal paradas que son!
  14   Hallólas un caballero    (¡déle Dios el gualardón!)
     a la una dió su manto,    y a la otra su ropón.
  16   Hallólas tan mal paradas    que de ellas hubo compasión.
     --Si el escudero quisiera,    los condes cornudos son.--
  18   Allí respondieran los condes    una muy mala, razón:
     --Mentides, el Cid, mentides,    que non éramos traidores.--
  20   Levantóse Pero Bermudez    el que las damas crió,
     y al conde que esto hablara    diole un grande bofetón.
  22   Allí hablara el rey,    y dijera esta razón:
     --Afuera, Pero Bermudez    no me revolváis quistión.
  24   --Otórganos campo, rey,    otórganoslo, señor,
     que con muy gran dolor vive    la madre que las parió.--
  26   Ya les otorgaba el campo,    ya les partian el sol.
     Por el Cid va Nuño Gustos,    hombre de muy gran valor,
  28   con él va Pero Bermudez    para ser su guardador.
     Los condes como lo vieron    no consienten campo, non.
  30   Allí hablara el buen rey,    bien oiréis lo que habló:
     --Si no otorgáis el campo,    yo haré justicia hoy.--
  32   Allí hablara un criado    de los condes de Carrión:
     --Ellos otorgan el campo    mañana en saliendo el sol.--
  34   Allí hablara el buen Cid,    bien oiréis lo que habló:
     --Si quieren uno a uno,    o si quieren dos a dos:
  36   allá va Nuño Gustos,    [y] el ayo que las crió.--
     Dijo el rey: --Pláceme, Cid,    y así lo otorgo yo.--
  38   Otro día de mañana    muy bien les parten el sol.
     Los condes vienen de negro,    y los del Cid de color.
  40   Ya los meten en el campo,    de vellos es gran dolor;
     luego abajaban las lanzas,    ¡cuán bien combatidos son!
  42   A los primeros encuentros    los condes vencidos son,
     y Gustos y Pero Bermudez    quedaron por vencedores.

Nota: *Parece ser que este romance, documentado únicamente en la Silva de 1550, quedó sin catalogar entre los 256 romances del Cid identificados en el Catálogo Analítico del Archivo Romancístico Menéndez Pidal-Goyri. Podía ser que sea el mismo que el IGRH 2411 (En Valencia está el buen Cid / en esa iglesia mayor , pero, según indica el Catálogo- Analítico (AMP-Cat. 1998, p. 256, registro 3186, A005138-001), etse último romance sólo se conoce por "Cita o alusión" en Universitäts-Bibliothek: Praha (olim I), 1560-1565. Por lo tanto he preferido asignarle su propio número en el IGRH. **Habla el Cid

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2405:1 El pecho de los cinco maravedís: En esa ciudad de Burgos (á-o)            (ficha no.: 1451)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 177 y Silva de 1550. t. I, f. 1 y 222(Romance de los cinco maravedís que el rey don Alonso octavo pedia a los hijosdalgo)*. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 61, vol. I, pp. 188- 190.  084 hemist.  Música registrada.

     En esa ciudad de Burgos    en Cortes se habían juntado
  2   el rey que venció las Navas    con todos los hijos dalgo.
     Habló con don Diego el rey,    con él se había consejado,
  4   que era señor de Bizcaya    de todos el más privado.
     --Consejédesme, don Diego,    que estoy muy necesitado,
  6   que con las guerras que he hecho    gran dinero me ha faltado.
     Querría llegarme a Cuenca,    no tengo lo necesario;
  8   sí os pareciese, don Diego,    por mí fuese demandado
     que cinco maravedís    me peche cada hidalgo.
  10   --Grave cosa me parece--,    le respondiera el de Haro,
     --que querades vos, señor,    al libre her tributario;
  12   mas por lo mucho que os quiero    de mí seréis ayudado,
     porque yo soy principal,    de mí os será pagado.--
  14   Siendo juntos en las Cortes,    el rey se lo había hablado;
     levantado está don Diego,    como ya estaba acordado.
  16   --Justo es lo que el rey pide,    por nadie le sea negado;
     mis cinco maravedís    helos aquí de buen grado.--
  18   Don Nuño, conde de Lara,    mucho mal se había enojado;
     pospuesto todo temor,    de esta manera ha hablado:
  20   --Aquellos donde venimos    nunca tal pecho han pagado,
     nos menos lo pagaremos,    ni al rey tal será dado;
  22   el que quisiere pagarle    quede aquí como villano,
     váyase luego tras mí    el que fuere hijo dalgo.--
  24   Todos se salen tras él,    de tres mil tres han quedado.
     En el campo de la Glera    todos allí se han juntado;
  26   el pecho que el rey demanda    en las lanzas lo han atado,
     y envíanle a decir    que el tributo está llegado,
  28   que envíe sus cogedores    que luego será pagado;
     mas que si él va en persona    no será d` él acatado,
  30   pero que enviase aquellos    de quien fue aconsejado.--
     Cuando aquesto oyera el rey    y que solo se ha quedado,
  32   volvióse para don Diego,    consejo le ha demandado.
     Don Diego, como sagaz,    este consejo lo ha dado:
  34   --Desterrédesme, señor,    como que yo lo he causado,
     y así cobraréis la gracia    de los vuestros hijos dalgo.--
  36   Otorgó el rey el consejo,    a decir les ha enviado
     que quien le dio tal consejo    será muy bien castigado,
  38   que hidalgos de Castilla    no son para haber pechado.
     Muy alegres fueron todos,    todo se hubo apaciguado;
  40   desterraron a don Diego    por lo que no había pecado;
     mas dende a pocos días    a Castilla fue tornado.
  42   El bien de la libertad    por ningún precio es comprado.

Variantes: -11b hacer. Silva; -29b de ellos no será. Silva; Durán dice: no será desacatado; -33a como es sagaz. Silva.
Notas: -29a El asunto de este romance parece ser imitación de una parte de la Chanson des Saxons, compuesta en el siglo XIII por Jean Bodel d`Arras y publicado por M. Francisque Michel (Paris, 1839. t. I. pag. 40-80), donde se refiere casi el mismo suceso del emperador Carlomagno con los caballeros renitentes Herupois.
**Con este verso rompe la Silva, f. 101 vuelto al texto de este romance, y anota: Lo que falta de este romance: hallaréis al fin de todo y [en] efecto el resto de él se halla en la última plana del tomo primero, inmediatamente antes del: «Deo gratias».

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0333:1 El pecho de los cinco maravedís: En Burgos está el buen rey (á-o)            (ficha no.: 1452)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Canc. de rom. 1550, f. 295. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 61a, vol. I, pp. 191- 196.  188 hemist.  Música registrada.

     En Burgos está el buen rey    don Alonso el Deseado,
  2   el octavo que en Castilla    de tal nombre fue llamado.
     Mirando andaba las Huelgas,    aquel monesterio honrado;
  4   míralo de parte a parte,    porque él mismo lo ha fundado.
     Triste andaba y muy penoso    por verse tan alcanzado,
  6   que ha gastado los tesoros    que su padre le había dejado
     haciendo guerra a los moros    que en su reino habían quedado,
  8   después que fue destruido    por desdicha y gran pecado
     de aquel buen rey don Rodrigo    de los godos tan nombrado.
  10   Entre sí mismo decía,    y triste se andaba pensando
     de dónde habria dineros    para haber de guerreallos.
  12   Rogando anda a Dios del cielo    que le hubiese ayudado,
     pues lo hace con tal celo    de su fé haber ensalzado.
  14   Piensa de favorecerse    de los hombres hijos dalgo,
     que le ayuden con un pecho    muy pequeño y moderado;
  16   cinco maravedís tan solos    a cada uno ha demandado,
     y para esto decirles    a Cortes los ha llamado,
  18   donde estaba ese don Diego    de su casa más privado;
     señor era de Vizcaya,    en Castilla el más honrado,
  20   con el cual tomó consejo    para haber de comenzarlo.
     Don Diego por le agradar    luego se lo había dado:
  22   --Creo que será, buen rey,    malo de ser acabado.
     Comenzaldo vos, señor,    yo os habré bien ayudado;
  24   pero son tan libertados,    que no querrán haber pechado.
     Mis cinco maravedís    en su presencia habré dado.--
  26   De esto se tuviera el rey    por muy bien aconsejado.
     Propuesto este caso en Cortes,    de esta manera ha hablado:
  28   --Ya sabéis, mis caballeros,    lo mucho que yo he gastado
     guerreando con los moros    que están en nuestro reinado.
  30   Para hacer lo que querría    me hallo muy alcanzado,
     que he gastado los tesoros    que mi padre me había dejado;
  32   de los que me dejó mi aguelo    ninguna cosa me ha quedado.
     Ya veis que yo no lo despiendo    donde sea mal gastado;
  34   ayúdeme en esta guerra    cada hombre hijo dalgo
     con cinco maravedís,    cada uno, en cada un año.
  36   La cantía es tan poca,    que muy bien podréis pagallo
     sin vender vuestras haciendas    ni haberos pobres quedado,
  38   y con ellos ganaré    para haberos bien pagado.--
     Allí se levantó don Diego,    como fuese tan privado:
  40   --Bien habemos visto, rey,    lo mucho que habéis gastado;
     en cuanto cargo vos somos    a todos nos está muy claro;
  42   que os ayudemos en esto    el reino habremos honrado;
     Dios os dé tanta victoria,    que la fé hayáis ensalzado.
  44   Mis cinco maravedís    helos aquí de buen grado.--
     El buen don Nuño de Lara    luego se había levantado:
  46   --¿Has hablado como varón    bien discreto y esforzado?
     no lo quiera Dios del cielo    ni tal hubiese mandado,
  48   que hijo dalgo ninguno    tal pecho hubiese pagado.--
     Hablando de esta manera,    salido se ha de palacio:
  50   --Los que quieren ser pecheros    con el rey se hayan quedado,
     y los que quieren ser libres    hayádesme acompañado.--
  52   De tres mil que dentro estaban    no quedaron sino cuatro;
     el uno era don Diego,    y un camarero privado,
  54   y con él dos pajecicos    que quedaron a su lado.
     De que fueron en su posada    don Nuño les ha hablado:
  56   --Haced como caballeros,    no os hayáis atribulado;
     mirad aquellas hazañas    de los hombres hijos dalgo
  58   que han hecho en nuestras Españas    del tiempo que es ya pasado.
     Si tomaredes mi consejo    yo os lo daré de grado.--
  60   Allí hablaron aquellos    caballeros hijos dalgo:
     --Dédesnoslo vos, señor,    que bien queremos tomallo.
  62   --Íos a vuestras posadas,    armaos bien a caballo,
     los cinco maravedís    ataldos bien en un paño;
  64   en las puntas de las lanzas    los traigáis aquí colgado.--
     El consejo no fue aun dicho,    cuando todo fue acabado.
  66   .---Védesnos aquí, don Nuño,    ved que nos habéis mandado;
     prestos somos a complillo    sin fuerza, de muy buen grado.--
  68   Allí hablara don Nuño,    bien oiréis lo que ha hablado:
     --Vayan los dos de vosotros    al rey a haber razonado,
  70   que envíe luego a la pelea,    donde lo están esperando,
     al cogedor del tributo    que su Alteza había echado;
  72   allí están los hijos dalgo    para se lo haber pagado.
     Si el cogedor no volviere    no se haya maravillado,
  74   que en España los hidalgos    ningún tributo han pagado.
     Quien el tributo quisiere    muy caro le habrá comprado.--
  76   Así se fueron los dos    delante el rey a contallo.
     El rey, vistas sus razones,    se había mal enojado;
  78   allí hablara don Diego    discreto, sabio, esforzado:
     --Este hecho vos, buen rey,    a mí me lo hayáis cargado:
  80   vos me echéis a mí la culpa,    decí que os lo he aconsejado,
     desterréisme de estos reinos,    mis tierras me hayáis tomado.
  82   De esta manera, señor,    lo habréis apaciguado.--
     A don Nuño el buen rey    luego lo había llamado:
  84   hablando de esta manera,    el caso les ha contado:
     --Perdonáme, caballeros,    porque yo he sido engañado,
  86   que don Diego de Vizcaya    me lo había aconsejado.
     No quiero vuestro tributo,    antes más libres vos hago.
  88   Don Diego su mal consejo    muy bien lo habría pagado;
     destiérrenlo de mis reinos,    sus tierras le han tomado
  90   porque quien mal aconseja    muy bien sea castigado.--
     Va desterrado don Diego,    déjanlo deseredado;
  92   mas a cabo de pocos días    el destierro le han alzado;
     dábanle todo lo suyo,    y mucho más que le han dado:
  94   todo fuera a pedimiento    de los hombres hijos dalgo.

Variantes: -8a destruida. dice el Canc. de rom. por equivocación; -35a El texto dice: maravedís de tributo, lo que parece ser glosa, que además de ser ociosa, destruye la medida del verso; -46a No has hablado como hombre. Las ed. poster. del .Canc. de rom.

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0563:1 Querellas de Alfonso X (í)            (ficha no.: 1453)

Versión de España. Recogida 00/00/1564 Publicada en Fuentes, Libro de los cuarenta cantos*. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 62, vol. I, pp. 197-198 (Querellas del rey Alonso X. de Castilla.--I.).  038 hemist.  Música registrada.

     Yo salí de la mi tierra    para ir a Dios servir,
  2   y perdí lo que había    desde mayo hasta abril,
     todo el reino de Castilla    hasta allá al Guadalquivir.
  4   Los obispos y prelados    cuidé que metian paz
     entre mí y el hijo mío    como en su decreto yaz.
  6   Estos dejaron aquesto,    y metieron mal asaz,
     non a excuso, mas a voces,    bien como el añafil faz.
  8   Falleciéronme parientes,    y amigos que yo había,
     con haberes y con cuerpos    y con su caballería.
  10   Ayúdeme Jesucristo    y su madre Santa María,
     que yo a ellos me encomiendo,    de noche Y también de día.
  12   No he más a quien lo decir,    ni a quien me querellar,
     pues los amigos que había    lo me osan ayudar;
  14   que por medio de don Sancho    desamparado me han:
     pues Dios no me desampare    cuando por mí ha de enviar;
  16   ya yo oí otras veces    de otro rey así contar,
     que con desamparo que hubo,    se metió en alta mar,
  18   a se morir en las ondas    o las venturas buscar;
     Apolonio fue aqueste,    e yo haré otro tal.

Nota: *«Este romance», dice el señor Durán, que en la introducción de su libro cita Alonso de Fuentes, «tiene todos los caracteres de ser viejo y oral. De su construcción y lenguaje se infiere que pudo reducirse a la redacción que tiene en los primeros años del siglo XV, aunque proceda de tiempos anteriores».

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0563:2 Querellas de Alfonso X (á)            (ficha no.: 1454)

Versión de España. Recogida 00/00/1566 Publicada en Sepúlveda 1566, Romances nuevamente sacados ..., ed. de 1566, Anvers: Nucio (De cómo fue desheredado Don Alfonso). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 63, vol. I, pp. 198-200 (Del rey don Alonso X.--II.).  064 hemist.  Música registrada.

     El viejo rey don Alfonso    iba huyendo a más andar,
  2   que su hijo el rey don Sancho    desheredado lo ha.
     Mandóse dar por sentencia    no ser él para reinar.
  4   Con lágrimas en sus ojos    estas trovas fue a trovar:
     --Santa María, señora,    no me quieras olvidar,
  6   caballeros de Castilla    desamparado me han,
     y por miedo de don Sancho    no me osan ayudar:
  8   iréme a tierras ajenas    navegando a más andar,
     en una galera negra    que denote mi pesar,
  10   y sin gobierno ni jarcia    me porné por alta mar,
     que así ficiera Apolonio,    y yo fiaré otro que tal.--
  12   Enviara su corona    que la fuesen a empeñar
     a un rey de Berbería    que llaman--Abenyuzaf.
  14   El rey viendo el mensajero    su consejo fue a juntar,
     díjoles: --¡oh mis vasallos!    bien me queráis consejar:
  16   Alfonso, rey de Castilla,    está en gran necesidad,
     porque su hijo don Sancho    desheredado lo ha.
  18   Su corona me ha enviado    a que la haya de empeñar,
     ved en esto qué os parece,    que tengo de él piedad.--
  20   Allí habló un moro anciano,    anciano y de gran edad,
     que en España ha guerreado    siendo de más fresca edad:
  22   --Lo que me parece, oh rey,    es que le hayas de ayudar,
     que Alfonso es buen caballero    suélense muy bien pagar.--
  24   El rey que era valeroso    mandó el cristiano llamar,
     díjole: --Dirás a Alfonso    que quiera en Dios confiar;
  26   veinte y cuatro mil caballos    en su favor pasarán,
     y si aquestos pocos fuéren    mi persona pasará.--
  28   Dióle sesenta mil doblas,    la corona le fue a dar.
     Pero no llegó el socorro    por fortuna de la mar
  30   donde se perdieron todos    que moro no fue a quedar:
     pero en ese medio y tiempo    Alfonso tornó a reinar,
  32   que su hijo el rey don Sancho    no gozo su mocedad.

Nota: Véase el romance anterior.

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0598:1 Fernando IV emplazado por los Carvajales (é-a)            (ficha no.: 1455)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 165; Canc. de rom. 1550 (Romance del rey don Fernando el cuarto); Silva de 1550, t. I, f. 88 (Romance del rey don Fernando cuarto) y Pliego suelto del s. XVI. Aqui se contienen cinco romances. El primero, de cómo fue vencido el rey don Rodrigo,... El quinto del rey don Fernando que dicen que murió aplazado [Madrid III, pl. 112, 175-176 Dicc. 709]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 64, vol. I, pp. 201- 204.  094 hemist.  Música registrada.

     Válasme, Nuestra Señora,    cual dicen de la Ribera,
  2   donde el buen rey don Fernando    tuvo la su cuarentena.
     Desde el miércoles corvillo    hasta el jueves de la Cena,
  4   que el rey no hizo la barba    ni peinó la su cabeza.
     Una silla era su cama,    un canto por cabecera,
  6   los cuarenta pobres comen    cada día a la su mesa;
     de lo que a los pobres sobra    el rey hace la su cena,
  8   con vara de oro en su mano    bien hace servir la mesa.
     Dícenle sus caballeros:    --¿Dónde irás tener la fiesta?
  10   --A Jaén--, dice, --señores,    con mi señora la reina.--
     Después que estuvo en Jaén,    y la fiesta hubo pasado,
  12   pártese para Alcaudete    ese castillo nombrado.
     El pie tiene en el estribo,    que aun no se había apeado,
  14   cuando le daban querella    de dos hombres hijos dalgo,
     y la querella le daban    dos hombres como villanos:
  16   abarcas traen calzadas    y aguijadas en las manos.
     --Justicia, justicia, rey,    pues que somos tus vasallos,
  18   de don Pedro Caravajal    y de don Alonso su hermano,
     que nos corren nuestras tierras    y nos robaban el campo
  20   y nos fuerzan las mujeres    a tuerto y desaguisado;
     comíannos la cebada    sin después querer pagallo;
  22   hacen otras desvergüenzas    que vergüenza era contallo.
     --Yo haré de ello justicia,    tornáos a vuestro ganado.--
  24   Manda al pregonar el rey    y por todo su reinado,
     de cualquier que lo hallase    le daría buen hallazgo.
  26   Hallólos el almirante    allá en Medina del Campo,
     comprando muy ricas armas,    jaeces para caballos.
  28   --Presos, presos, caballeros.    presos, presos, hijos dalgo.
     --No por vos, el almirante,    si de otro no traéis mandado.
  30   --Estád presos, caballeros,    que del rey traigo recaudo.
     --Plácenos, el almirante,    por complir el su mandado.
  32   Por las sus jornadas ciertas    en Jaén habían entrado.
     --Manténgate Dios, el rey.    --Mal vengades, hijos dalgo.--
  34   Mándales cortar los pies.    mándales cortar las manos,
     y mándalos despeñar    de aquella peña de Martos.
  36   Allí hablara el uno de ellos,    el menor y más osado:
     --¿Por qué lo haces, el rey    por qué haces tal mandado?
  38   Querellámonos, el rey,    para ante el soberano,
     que dentro de treinta días    vais con nosotros a plazo
  40   y ponemos por testigos    a San Pedro y a San Pablo,
     ponemos por escribano    al apóstol Santiago.--
  42   El rey no mirando en ello    hizo complir su mandado
     por la falsa información    que los villanos le han dado.
  44   Y muertos los Carvajales,    que lo habían emplazado,
     antes de los treinta días    él se fallara muy malo:
  46   y desque fueron cumplidos,    en el postrer día del plazo,
     fue muerto dentro en León    do la sentencia hubo dado.

Variantes: -1a Válame. Pliego suelto; -4a no se hizo. Las ed. posteriores del Canc. de rom.; afeitó. Pl. s.; -4b se lavó. Pl. s.; -5b su. Pl. s.; -6a cuarenta pobres comían. Pl. s.; -7b hacía. Pl. s.; -8a en mano. P1. s.; -8b su mesa. Pl. s.; -9b que ado irá a tener la fiesta. Silva; do había de tener la fiesta. Pl. s.; -11b En Jaén tuvo la pascua, y en Martos el cabodaño; Pl. s.; -12a íbase; Silva; -13b que aun no había cabalgado; Silva; aun no habla descabalgado. Pl. s.; -15a y dábanle la querella. Pl. s.; -17a el rey.Pl. s.; -18a Carvajal. Canc. de rom. 1550, Silva;.-18b y don Rodrigo. Pl s.; -19b roban el ganado. Silva; roban nuestro campo. Pl. s.; -20a fuérzannos nuestras mujeres. Pl. s.; -21a y cómennos.Pl. s.; -21b no nos la quieren pagar. Pl. s.; -22b que era vergüenza. Pl. s.; -23a ellos. Pl. s.; -24a manda pregonar. Silva, Pl. s.; -25a que. Pl. s.; -25b los. Silva. Pl. s.; -27b para los. Silva; para sus. Pl. s.; -29b es. Pl. s.; -30a sed presos los. Pl. s.; -30b mandado. Pl. s.; -31a Pues así es. Pl. s.; -31b plácenos de muy buen grado. Pl. s.; -32b a Jaén habían llegado. Pl. s.; -34a mandóles. Pl. s.; -36a Allí hablara el menor. Pl. s.; -37a nos matas. Pl. s.; -37b siendo tan mal informado. Pl. s.; -38a quejámonos de ti, el rey. Pl. s.; -38b al juez que es soberano. Pl. s.; -39b con nosotros seas en plazo. Pl. s.; -40ab sant. Silva; -41a testimonio. Pl. s.; -42a Desde este verso hasta al fin el texto del Pliego suelto es todo otro, y dice así: Y sin más poder decir / mueren estos hijos dalgo. // Antes de los treinta días / malo está el rey don Fernando, // el cuerpo cara oriente, / y la candela en la mano // así falleció su Alteza, / de esta manera citado //.

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0046:30 Muerte del maestre de Santiago (á-o)            (ficha no.: 1456)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 166; Canc. de rom. 1550. f. 173; Silva de 1550 t. I. f. 89 (Romance de don Fadrique maestre Santiago y de cómo lomandó matar el rey don Pedro su hermano) y Timoneda, Rosa española [Romance de como el rey don Pedro hizo matar al Maestre su hermano]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 65, vol. I, pp. 205-209 (Romances del rey don Pedro I. de Castilla, llamado el Cruel).  122 hemist.  Música registrada.

     --Yo me estaba allá en Coimbra    que yo me la hube ganado,
  2   cuando me vinieron cartas    del rey don Pedro mi hermano
     que fuese a ver los torneos    que en Sevilla se han armado.
  4   Yo, maestre sin ventura,    yo, maestre desdichado,
     tomara trece de mula,    veinte y cinco de caballo,
  6   todos con cadenas de oro    y jubones de brocado.
     Jornada de quince días    en ocho la había andado.
  8   A la pasada de un río,    pasándole por el vado,
     cayó mi mula comigo,    perdí mi puñal dorado,
  10   ahogáraseme un paje    de los míos más privado,
     criado era en mi sala    y de mí muy regalado.
  12   Con todas estas desdichas    a Sevilla hube llegado;
     a la puerta Macarena    encontré con un ordenado,
  14   ordenado de evangelio    que misa no había cantado.
     --Manténgate Dios, Maestre,    Maestre, bien seáis llegado.
  16   Hoy te ha nacido hijo,    hoy cumples veinte y un año.
     Si te pluguiese, Maestre,    volvamos a baptizallo,
  18   que yo sería el padrino,    tú, Maestre, el ahijado.--
     Allí hablara el Maestre,    bien oiréis lo que ha hablado:
  20   --No me lo mandéis, señor,    padre, no queráis mandallo,
     que voy a ver qué me quiere    el rey don Pedro mi hermano.--
  22   Di de espuelas a mi mula,    en Sevilla me hube entrado;
     de que no vi tela puesta    ni vi caballero armado,
  24   fuíme para los palacios    del rey don Pedro mi hermano.
     En entrando por las puertas    las puertas me habían cerrado,
  26   quitáronme la mi espada,    la que traía a mi lado,
     quitáronme mi compañía,    la que me había acompañado.
  28   Los míos desque esto vieron    de traición me han avisado,
     que me saliese yo fuera    que ellos me pondrían en salvo.
  30   Yo como estaba sin culpa    de nada hube curado
     fuIme para el aposento    del rey don Pedro mi hermano.
  32   --Manténgaos Dios, el rey,    y a todos de cabo a cabo.--
     --Mal hora vengáis, Maestre,    Maestre, mal seáis llegado.
  34   nunca nos venís a ver    sino una vez en el año,
     y esta que venís, Maestre,    es por fuerza o por mandado.
  36   Vuestra cabeza, Maestre,    mandada está en aguinaldo.
     --¿Por qué es aqueso, buen rey?    nunca os hice desaguisado,
  38   ni os dejé yo en la lid,    ni con moros peleando.
     --Venid acá, mis porteros,    hágase lo que he mandado.--
  40   Aun no lo hubo bien dicho,    la cabeza le han cortado;
     a doña María de Padilla    en un plato la ha enviado.
  42   así hablaba con él    como si estuviera sano.
     Las palabras que le dice    de esta suerte está hablando:
  44   --Aquí pagaréis, traidor,    lo de antaño y lo de ogaño,
     el mal consejo que diste    al rey don Pedro tu hermano.
  46   Asióla por los cabellos,    echado se la ha a un alano;
     el alano es del Maestre,    púsola sobre un estrado,
  48   a los aullidos que daba    atronó todo el palacio.
     Allí demandara el rey:    --¿Quién hace mal a ese alano?--
  50   Allí respondieron todos    a los cuales ha pesado:
     --Con la cabeza lo ha, señor,    del Maestre vuestro hermano.--
  52   Allí hablara una su tía    que tía era de entrambos:
     --¡Cuán mal lo mirastes, rey!    Rey, ¡qué mal lo habéis mirado!
  54   Por una maja mujer    habéis muerto un tal hermano.--
     Aun no lo había bien dicho,    cuando ya le había pesado.
  56   Fuése para doña María,    de esta suerte le ha hablado:
     --Prendelda, mis caballeros,    ponédmela a buen recado,
  58   que yo le daré tal castigo    que a todos sea sonado.--
     En cárceles muy escuras    allí la había aprisionado;
  60   él mismo le da a comer,    él mismo con la su mano;
     no se fía de ninguno    sino de un paje que ha criado.

Variantes: -1b que yo la había. Tim.; -7b hube Tim.; -11a era criado en mi casa. Tim.; -13a Macharena. Tim.; -13b topé. Tim.; -14a de un evangelio. Canc. de rom. s.a.; ordenado es de evangelio. Tim.; -16a un hijo. Silva, Tim.; -16b cumple. Silva; -27a compaña. Silva, Tim.; -30b No me (he). Tim.; -32b Este y el verso que le sigue faltan en Tim.; -37a No. Tim.; -38a ni menos os dejé. Tim.; -38b con los. Tim.; -42a ella. Canc. de rom. s. a. y 1550, Silva; -43b ha proposado. Tim.; -46b echósela. Tim.; -48a los aullidos. Tim.; -48b atruenan. Tim.; -49a En oírlo dijo el rey. Tim.; -52a Allí habló una señora. Tim.; -54b a vuestro hermano. Tim.; -55a Aun no se lo hubo. Tim.; -56a Fuérase a. Tim.; -57b recaudo. Silva, Tim.; -59b emprisionado. Tim.; -60b todo pasa por. Tim.; -61b paje preciado. Tim.

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0124:2 Predicción de la muerte del rey don Pedro (é-o)            (ficha no.: 1457)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Silva de Rom. de 1550. t. II. f. 78 (Romance del rey don Pedro). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 66, vol. I, pp. 209-211 (Del rey don Pedro el Cruel de Castilla.--II.).  060 hemist.  Música registrada.

     Por los campos de Jerez,    a caza ya el rey don Pedro:
  2   allegóse a una laguna,    allí quiso ver un vuelo.
     Vió salir de ella una garza,    remontóle un sacre nuevo,
  4   echóle un neblí preciado,    degollado se le ha luego,
     a sus pies cayó el neblí,    túvolo por mal agüero.
  6   Sube la garza muy alta,    parece entrar en el cielo.
     De hácia Medina Sidonia    vió venir un bulto negro:
  8   cuanto más se le allegaba,    poniéndole va más miedo.
     Salió dél un pastorcico,    llorando viene y gimiendo,
  10   con un bastón en sus manos,    los ojos en tierra puestos,
     sin bonete su cabeza,    todo vestido de duelo,
  12   descalzo, lleno de espinas.    De trailla trae un perro,
     aullidos daba muy tristes,    concertados con su duelo;
  14   sus cabellos va mesando,    la su cara va rompiendo;
     el duelo hace tan triste    e al rey hace poner miedo.
  16   A voces dice: --Castilla,    Castilla, perdéte has cedo,
     que en tí se vierte la sangre    de tus nobles caballeros,
  18   mátaslos contra justicia,    reclaman a Dios del cielo.--
     Los aritos daba muy altos,    todos se espantan de vello.
  20   Su cara lleva de sangre,    allegóse al rey don Pedro;
     dijo: --Rey, lo que te digo,    sin duda te verná presto:
  22   serás muy acalumniado,    y serás por armas muerto.
     Quieres mal a doña Blanca,    a Dios ensañas por ello;
  24                                     perderás por ello el reino.
     Si quieres volver con ella    darte ha Dios un heredero.--
  26   El rey fue mucho turbado,    mandó el pastor fuese preso;
     mandó hacer gran pesquisa    si la reina fuera en esto.
  28   El pastor se les soltara,    nadie sabe qué se ha hecho.
     Mandó matar a la reina    ese día a un caballero,
  30   pareciéndole acababa    con su muerte el mal agüero.

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0124:3 Predicción de la muerte del rey don Pedro (é-o)            (ficha no.: 1458)

Versión de España. Recogida 00/00/1573 Publicada en Timoneda, Rosa española (Romance del rey don Pedro el Cruel) y Pliego suelto del s. XVI. Aqui comiençan seys romances. El primero del rey don Pedro etc. [Dicc. 680-82]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 66a, vol. I, pp. 211-213 (Del rey don Pedro el Cruel de Castilla.--III.).  056 hemist.  Música registrada.

     Por los campos de Jerez    a caza va el rey don Pedro.
  2   En llegando a una laguna    allí quiso ver un vuelo;
     vido volar una garza,    desparóle un sacre nuevo,
  4   remontárale un neblí,    a sus pies cayera muerto.
     A sus pies cayó el neblí,    túvolo por mal agüero.
  6   Tanto volaba la garza    parece llegar al cielo.
     Por donde la garza sube    vio bajar un bulto negro.
  8   Mientras más se acerca el bulto,    más temor le va poniendo;
     con el abajarse tanto,    parece llegar al suelo.
  10   Delante de su caballo    a cinco pasos de trecho,
     d` él salió un pastorcico    sale llorando y gimiendo,
  12   la cabeza desgreñada,    revuelto trae el cabello,
     con los pies llenos de abrojos,    el cuerpo lleno de vello;
  14   y en su mano una culebra    y en la otra un puñal sangriento,
     en el hombro una mortaja,    una calavera al cuello;
  6   a su lado de traílla    traía un perro negro:
     los aullidos que daba    a todos ponían gran miedo,
  18   y a grandes voces decía:    --Morirás, el rey don Pedro,
     que mataste sin justicia    los mejores de tu reino;
  20   mataste tu propio hermano    el Maestre, sin consejo,
     y desterraste a tu madre,    a Dios darás cuenta de ello.
  22   Tienes presa a doña Blanca,    enojaste a Dios por ello,
     que si tornas a quererla    darte ha Dios un heredero,
  24   y si no, por cierto sepas    vendrá desmán por ello:
     serán malas las tus hijas    por tu culpa y mal gobierno,
  26   y tu hermano don Henrique    te habrá de heredar el reino:
     morirás a pulñaladas,    tu casa será el infierno.--
  28   Todo esto recontado,    despareció el bulto negro.

Variantes del Pliego suelto: -2a al pasar de; -2b quiso ver volar un vuelo; -6b subir; -9a tanto se abajaba el bulto; -11a saliera; -12a la cabeza sin caperuza; -20b Este y el verso que le antecede faltan; -23a y si tornares con ellos; -24a sepas por cierto; -28b Los dos últimos versos faltan en el Pl. s.

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0286:1 El hijo de doña Blanca y del Maestre (í-a)            (ficha no.: 1459)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Silva de 1550, t. II, f. 56 (Romance que dice: entre la gente se dice). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 67, vol. I, pp. 213-217 (Del rey don Pedro el Cruel.--IV.).  138 hemist.  Música registrada.

     Entre la gente se dice,    y no por cosa sabida,
  2   que del honrado Maestre    don Fadrique de Castilla,
     hermano del rey don Pedro    que por nombre el Cruel había,
  4   está la reina preñada;    otros dicen que paría,
     entre los unos secreto,    entre otros se publica;
  6   no se sabe por más cierto    de que el vulgo lo decía.
     El rey don Pedro está lejos,    y de esto nada sabía:
  8   que si de esto algo supiera,    bien castigado lo habría.
     La reina, de muy turbada,    no sabe lo que haría
  10   a la disfamia tan fuerte    que su casa padescía,
     llamando a un secretario    que el Maestre bien quería,
  12   Alonso Pérez se llama,    este es su nombre de pila.
     Desque lo tuvo delante    estas palabras decía:
  14   --Ven acá tú, Alonso Pérez,    dime verdad por mi vida:
     ¿qué es del honrado Maestre?    ¿qué es d` él, que no parecía?
  16   --A caza es ido, señora,    con toda su montería.
     --Dime, ¿qué te paresce    de lo que d` él se decía?
  18   Quejosa estoy del Maestre    con gran razón que tenía,
     por ser de sangre real,    y hacer tal villanía,
  20   que dentro en mis palacios    una doncella paría,
     de todas las de mi casa    a quien yo muy más quería:
  22   mi hermana era de leche    que negar no la podía.
     A la ánima me llegara,    si en el reino se sabía.--
  24   Alonso Pérez responde,    bien oiréis lo que decía:
     --Darme el nacido, señora,    que yo me lo criaría.--
  26   Luego lo mandara dar    envuelto en una faldilla
     amarilla y encarnada,    que guarnición no tenía.
  28   Allá le lleva a criar    dentro del Andalucía,
     a un lugar muy nombrado    que Llerena se decía.
  30   A una ama le ha encargado,    hermosa es a maravilla,
     Paloma tiene por nombre,    según se dice por la villa
  32   hija es de un tornadizo    y de una linda judía.
     Mientra se cria el infante    sábelo doña María
  34   aquella falsa traidora    que los reinos revolvía.
     No estaba bien informada    cuando al rey se lo escrebia:
  36   --Yo, tu leal servidora,    doña María de Padilla,
     que no te hice traición,    ni consentir la quería,
  38   para que sepas, soy cierta    de aquesto te avisaría;
     quién te la hace, señor,    declarar no se sufría,
  40   hasta que venga a tiempo    que de mí a ti se diría.
     No me alargo mas, señor,    en aquesta letra mía.--
  42   El rey, vista la presente    que escribe doña María,
     entró en consejo de aquesto    un lunes ¡qué fuerte día!
  44   dejando por sustituto    en el cargo que tenía
     en Tarifa la nombrada    los que aquí se nombrarían:
  46   a don Fadrique de Acuña    que es hombre de gran valía,
     porque era sabio en la guerra    y en campo muy bien regía,
  48   y a otro, su primo hermano    don García de Padilla,
     y al buen Tello de Guzmán    que el rey criado había,
  50   el cual nombraban su ayo,    y él por tal le obedecía.
     Un miércoles en la tarde    el rey tomaba la vía
  52   con García López Osorio    de quien sus secretos fía.
     Llegado han aquella noche    a las puertas de Sevilla,
  54   las puertas halló cerradas,    no sabe por do entraría,
     sino por un muladar    que cabe el muro yacía.
  56   El rey arrima el caballo,    subióse sobre la silla,
     asido se ha de una almena,    en la ciudad se metía.
  58   Fuése para sus palacios    donde posarse solía;
     ansí llamaba a la puerta    como si fuera de día.
  60   Las guardas están velando,    muy muchas piedras lo tiran:
     herido han al rey don Pedro    de una mala herida.
  62   Garcí-López les da voces,    que estas palabras decía:
     --Tate, tate, que es el rey    este que llegado había.--
  64   Entonces bajan las guardas    por ver si verdad sería.
     Abierto le han las puertas,    para su aposento aguija.
  66   Tres días está secreto,    que no sale por la villa;
     otro día escribió cartas    a Cáliz aquesa villa,
  68   al Maestre su hermano,    en las cuales le decía,
     que viniese a los torneos    que en Sevilla se hacían.

Variantes: -29b En la Silva este nombre está desfigurado así: el arena. El lugar de Llerena era propiedad de la órden de Santiago; -43b Lunes es nombrado en los romances muchas veces: fuerte o aciago día; p. e. el romance del duque de Gandia: un lunes, en fuerte día; En el romance de la reina Elena: lunes era, caballeros, / lunes fuerte y aciago //.

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0286:2 El hijo de doña Blanca y del Maestre (í-a)            (ficha no.: 1460)

Versión de España. Recogida 00/00/1600 Publicada en Códice de la segunda mitad del siglo XVI. En el Romancero del señor Durán*. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 67a, vol. I, pp. 217-220 (Del rey don Pedro el Cruel).  078 hemist.  Música registrada.

     Entre las gentes se suena,    y no por cosa sabida,
  2   que de ese buen Maestre    don Fadrique de Castilla
     la reina estaba preñada,    otros dícen que parida.
  4   No se sabe por de cierto,    mas el vulgo lo decía;
     ellos piensan que es secreto,    ya esto no se escondía.
  6   La reina con su                         por Alonso Pérez envía,
     mandóle que viniese    de noche y no de día;
  8   secretario es del Maestre    en quien fiarse podía.
     Cuando lo tuvo delante    de esta manera decía:
  10   --¿Adónde está el Maestre?    ¿Qué es d` él que no parescía?
     ¡Para ser de sangre real,    hecho ha gran villanía!
  12   Ha deshonrado mi casa,    y dícese por Sevilla
     que una de mis doncellas    del Maestre está parida.
  14   --El Maestre, mi señora,    tiene cercada a Coimbra,
     y si vuestra Alteza manda    yo luego lo llamaría;
  16   y sepa vuestra Alteza    que el Maestre no se escondía;
     lo que vuestra Alteza dice    debe ser muy gran mentira.
  18   --No lo es--, dijo la reina,    --que yo te lo mostraría.--
     Mandara sacar un niño    que en su palacio tenía;
  20   sacólo su camerera    envuelto en una faldilla.
     --Mirá, mirá, Alonso Pérez,    el niño, ¿á quién parescía?
  22   --Al Maestre, mi señora,    Alonso Pérez decía.
     --Pues daldo luego a criar,    y a nadie esto se diga.--
  24   Sálese Alonso Pérez,    ya se sale de Sevilla;
     muy triste queda la reina,    que consuelo no tenía;
  26   llorando de los sus ojos    de la su boca decía:
     --Yo, desventurada reina,    más que cuantas son nascidas,
  28   casáronme con el rey    por la desventura mía.
     De la noche de la boda    nunca más visto lo había,
  30   y su hermano el Maestre    me ha tenido compañía.
     Si esto ha pasado    toda la culpa era mía.
  32   Si el rey don Pedro lo sabe    de ambos se vengaría;
     mucho más de mí la reina,    por la mala suerte mía.--
  34   Ya llegaba Alonso Pérez    a Llerena aquesa villa:
     puso el infante a criar    en poder de una judía;
  36   criada fue del Maestre,    Paloma por nombre había;
     y como el rey don Enrique    reinase luego en Castilla,
  38   tomara aquel infante    y almirante lo hacía:
     hijo era de su hermano    como el romance decía.

Variante: -22b Este verso ha intercalado el señor Durán para el sentido, y porque falta en el original.
Notas: *Ya Garibay (Compendio historial. Anvers, 1571. Tomo II. lib. 14. Cap 29) con respecto a la tradición muy notable en que se fundan estos romances: «algunas canciones de este tiempo, conservadas hasta agora en memoría de las gentes, quieren aliviar la culpa de que el rey don Pedro cargan, en el odio que tomó a la reina, dando a entender, haberla aborrecido, porque se hizo preñada de don Fadrique.»--Que había existido aun una tercera versión de este romance, prueban las citas de Ortiz y Zúñiga, quien dice en su Discurso genealógico de los Ortizes de Sevilla (Cádiz, 1670, f. 15 y 16), hablando de «Alonso 0rtiz, camarero del Maestre», a quien hace representar el mismo papel de su confidente y de la reina, en lugar del secretario Alonso Pérez (de nuestros refiriéndose a un romance: «Introduce el romance (que justamente se excusa poner entero, hallárase en Romanceros antiguos, especialmente en uno que se imprimió en Sevilla el año de 1573 [que nos es ahora desconocido]) hablando a una real dama: a un criado del Maestre, que Alonso Ortiz se decía, // su camerero y privado, / noble, de gran fiaduría. //... Prosigue [el romance] que [la reina] le entregó el niño, disimulando ser suyo, y que él, llevándola a Llerena, lo dejó a criar en ella, por este estilo: Llegado había Alonso Ortiz / a Llerena aquesa villa, // dejara al niño a criar / en poder de una judía, // vasalla era del Maestre // y Paloma se decía //». Y el principio de este romance cita el mismo Ortiz en sus Anales de Sevilla (Madrid, 1795 y 1796. Tomo II. pag. 305), donde dice, hablando otra vez de aquel camarero Alonso Ortiz: «Uno de los romances que mencioné en el «Discurso de mi familia de Ortiz», de que era el camarero, comienza: Entre las gentes se dice, / mas no por cosa sabida // que la reina doña / del Maestre está parida. //» Así se cantaba más ha de ciento y cincuenta años [la primera edición de sus Anales vio la luz pública en el año de 1677] en públicos Romances que corren impresos, cuando aun la modestia recateaba vulgarizar el secreto en desdoro de la opinión de la reina doña Blanca». Obsérvese, que aun la versión citada por Ortiz, aunque difiere esencialmente de nuestros textos, tiene la misma asonancia (en í-a), lo que hace suponer un manantial comun a todas estas versiones.

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0152:1 Muerte de doña Blanca (ó)            (ficha no.: 1461)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Silva de 1550, t. II. f. 46 (Romance be doña Blanca de Borbón) y Timoneda. Rosa española (De cómo hizo matar don Pedro a doña Blanca de Borbón). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 68, vol. I, pp. 221-222 (Del rey don Pedro el Cruel.--IV.).  052 hemist.  Música registrada.

     --Doña María de Padilla,    n` os mostredes triste, no:
  2   si me descasé dos veces    hícelo por vuestro amor,
     Y por hacer menosprecio    de doña Blanca de Borbón.
  4   a Medina Sidonia envío,    que me labren un pendón;
     será de color de sangre,    de lágrimas su labor:
  6   tal pendón, doña María,    se hace por vuestro amor.--
     Llamara Alonso Ortíz,    que es un honrado varón,
  8   para que fuese a Medina    a dar fin a la labor.
     Respondió Alonso Ortíz:    --Eso, Señor, no haré yo,
  10   que quien mata a su señora    es aleve a su señor.--
     El rey no le respondiera,    en su cámara se entró;
  12   enviara por dos maceros,    los cuales él escogió.
     Estos fueron a la reina,    halláronla en oración;
  14   la reina como los viera    casi muerta se cayó,
     mas después que en sí tornara    esforzada les habló:
  16   --Ya sé a qué venís amigos,    que mi alma lo sintió;
     aqueso que está ordenado    no se puede excusar, no.
  18   ¡Oh Castilla! ¿qué te hice?    no, por cierto, traición.
     ¡Oh Francia, mi dulce tierra!    ¡oh mi casa de Borbón!
  20   hoy cumplo deciseis años,    a los decisiete muero yo.
     El rey no me ha conocido,    con las vírgenes me vo.
  22   Doña María de Padilla,    esto te pardono yo;
     por quitarte de cuidado    lo hace el rey mi señor.--
  24   Los maceros le dan priesa,    ella pide confesión:
     perdonáralos a ellos,    y puesta en su oración
  26   danle golpes con las mazas,    y ansí la triste murió.

Variantes de Timoneda: -3b a; -4a envió luego a Sidonia; -7a Fue a llamar a.; -9a Respondiera; -11a El rey no le dijo nada; -12a enviara dos.; -14a vido; -15a mas después en sí tornada.; -15b con esfuerzo; -17a y pues lo; -18a Di.; -20b a los cuales; -21b voy; 14 perdono; -25b en contemplación.

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0152:2 Muerte de doña Blanca (ó)            (ficha no.: 1462)

Versión de España. Recogida 00/00/1565 Publicada en Canc. de rom. 1550 f. 115 (De la muerte de la reina Blanca). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 68a, vol. I, pp. 223- 224.  060 hemist.  Música registrada.

     --Doña María de Padilla,    no os me mostráis triste vos,
  2   que si me casé dos veces    hícelo por vuestra pro,
     y por hacer menosprecio    a doña Blanca de Borbón.
  4   A Medina Sidonia envío    a que me labre un pendón:
     será el color de su sangre,    de lágrimas la labor.
  6   Tal pendón, doña María,    le haré hacer por vos.--
     Y llamara a Íñigo Ortiz,    un excelente varón:
  8   díjole fuese a Medina    a dar fin a tal labor.
     Respondiera Íñigo Ortiz:    --Aqueso no faré yo,
  10   que quien mata a su señora    hace aleve a su señor.--
     El rey de aquesto enojado    a su cámara se entró,
  12   y a un ballestero de maza    el rey entregar mandó.
     Aqueste vino a la reina    y hallóla en oración.
  14   Cuando vido al ballestero    la su triste muerte vio.
     Aquel le dijo: --Señora,    el rey acá me envió
  16   a que ordenéis vuestra alma    con aquel que la crió,
     que vuestra hora es llegada,    no puedo alargalla yo.
  18   --Amigo, dijo la reina,    mi muerte os perdono yo:
     si el rey mi señor lo manda,    hágase lo que ordenó.
  20   Confesión no se me niegue,    sino pido a Dios perdón.--
     Sus lágrimas y gemidos,    al macero enterneció,
  22   con la voz flaca, temblando,    esto a decir comenzó:
     --¡Oh Francia, mi noble tierra!    ¡oh mi sangre de Borbón!
  24   hoy cumplo decisiete años    en los deciocho voy:
     el rey no me ha conocido,    con las vírgenes me voy.
  26   Castilla, di ¿qué te hice?    no te hice traición.
     Las coronas que me diste    de sangre y sospiros son;
  28   mas otra terné en el cielo,    que será a de más valor.--
     Y dichas estas palabras    el macero la hirió:
  30   los sesos de su cabeza    por la sala les sembró.

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0341:1 El Prior de San Juan y Alfonso XI (á)            (ficha no.: 1463)

Versión de España. Recogida 00/00/1573 Publicada en Timoneda, Rosa española (Romance de don García he Padillç. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 69, vol. I, pp. 225-228 (Del rey don Pedro el Cruel.--VIII.).  110 hemist.  Música registrada.

     Don García de Padilla,    ese que Dios perdonase,
  2   tomara al rey por la mano    y apartólo en puridad:
     --Un castillo hay en Consuegra    que en el mundo no hay su par,
  4   mejor es para vos, rey,    que lo sabréis sustentar.
     No sufráis más que le tenga    ese prior de Sant Joan:
  6   convidédesle, buen rey,    convidédesle a yantar.
     La comida que le diéredes,    como dió el Toro a don Joan**,
  8   que le cortéis la cabeza    sin ninguna piedad:
     desque se la hayáis cortado,    en tenencia me lo dad.--
  10   Ellos en aquesto estando    el prior llegado ha.
     --Mantenga Dios a tu Alteza    y a tu corona real.
  12   --Bien vengáis, el buen prior,    digádesme la verdad:
     ¿el castillo de Consuegra    sepamos por quién está?
  14   --El castillo con la villa,    señor, a vuestro mandar.
     --Pues convídoos, el prior,    para conmigo yantar.
  16   --Pláceme, dijo, buen rey,    de muy buena voluntad:
     déme licencia tu Alteza,    licencia me quiera dar:
  18   monjes nuevos son venidos,    irélos a aposentar.
     --Vais con Dios, Hernan Rodrigo,    luego vos queráis tornar.--
  20   Vase para la cocina,    do su cocinero está,
     así hablaba con él,    como si fuera su igual:
  22   --Tomes estos mis vestidos,    los tuyos me quieras dar,
     y a hora de medianoche    salirte has a pasear.--
  24   Vase a la caballeriza    do su macho fuera a hallar.
     --¡Macho rucio, macho rucio,    Dios te me quiera guardar!
  26   Ya de dos me has escapado,    con aquesta tres serán;
     si de aquesta tú me escapas    luego te entiendo ahorrar.--
  28   Presto le echaba la silla,    comienza de cabalgar;
     en allegando a Azoguejo    comenzó el macho a roznar.
  30   Media noche era por filo,    los gallos querían cantar,
     cuando entraba por Toledo,    por Toledo, esa ciudad:
  32   antes que el gallo cantase    a Consuegra fue a llegar.
     Halló las guardas velando,    comiénzales de hablar:
  34   --Digádesme, veladores,    digádesme la verdad:
     ¿el castillo de Consuegra    si sabéis por quién está?
  36   --El castillo con la villa    por el prior de Sant Joan.
     --Pues abrid luego las puertas;    catalde aquí donde está.--
  38   La guarda desque lo oyó    abriólas de par en par.
     --Tomases allá ese macho,    dél muy bien quieras curar:
  40   déjesme la vela a mí,    que yo la quiera velar.
     ¡Velá velá, veladores,    así mala rabia os mate!
  42   Que quien a buen señor sirve    este gualardon le dan.--
     El prior estando en esto    el rey que llegado ha,
  44   halló las guardas velando,    comenzóles de hablar:
     --Decidme, los veladores,    que Dios os guarde de mal,
  46   ¿el castillo de Consuegra    por quién se tiene o está?
     --El castillo con la villa    por el prior de Sant Joan.
  48   --Pues abrid luego las puertas    que veislo aquí donde está.
     --Afuera, afuera, buen rey,    que el prior llegado ha.
  50   --¡Macho rucio, dijo el rey,    muermo te quiera matar!
     Siete caballos me has muerto    y con este ocho serán.
  52   `Ábreme tú, buen prior,    allá me dejes entrar:
     por mi corona te juro    de no hacerte ningún mal.
  54   --Hacerlo vos, el buen rey,    agora en mi mano está.--
     Mandárale abrir la puerta,    diole muy bien a cenar.

Notas de los editores: Don Diego García de Padilla, Maestre de Calatrava, hermano de doña María de Padilla. -7b Don García alude en el consejo que da aquí al rey don Pedro, su cuñado, a la muerte del infante don Juan el Tuerto, a quien el padre de don Pedro, el rey don Alonso XI, hubo convidado a comer a Toro, y allí le hizo matar, noticioso de que dicho don Juan trataba de ganar contra él a los reyes de Aragón y Portugal y en seguida de esta singular justicia apoderóse el rey don Alonso de las villas y castillos de don Juan (véase la Historia general de España por don Modesto Lafuente, Tomo VI, pag. 472.)
***Con este verso y el siguiente comienza el célebre romance del conde Claros.

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0341:2 El Prior de San Juan y Alfonso XI (á)            (ficha no.: 1464)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Silva de 1550 tom. II, f. 94 (Romance del prior de sant Juan). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 69a, vol. I, pp. 228-231 (Del rey don Pedro el Cruel.--IX.).  104 hemist.  Música registrada.

     Don Rodrigo de Padilla,    aquel que Dios perdonase,
  2   tomara al rey por la mano    y apartólo en puridad:
     --Un castillo está en Consuegra    que en el mundo no lo hay tal:
  4   más vale para vos, el rey,    que para el Prior de Sant Juan.
     Convidédesle, el buen rey,    convidédesle a cenar,
  6   la cena que vos le diésedes    fuese como en Toro a don Juan,
     que le cortéis la cabeza    sin ninguna piedad:
  8   desque se la hayas cortado,    en tenencia me la dad.--
     Ellos en aquesto estando    el prior llegado ha.
  10   --Mantenga Dios a tu Alteza,    y a tu corona real.
     --Bien vengáis vos, el prior,    el buen prior de San Juan.
  12   Digádesme, el prior,    digádesme la verdad:
     El castillo de Consuegra,    digades, por quién está?
  14   --El castillo con la villa    está todo a tu mandar.
     --Pues convídoos, el prior,    para conmigo a cenar.
  16   --Pláceme, dijo el prior,    de muy buena voluntad.
     Déme licencia tu Alteza,    licencia me quiera dar,
  18   mensajeros nuevos tengo,    irlos quiero aposentar.
     --Vais con Dios, el buen prior,    luego vos queráis tornar.--
  20   Vase para la cocina,    donde el Cocinero está.
     así hablaba con él    como si fuera su igual:
  22   --Tomes estos mis vestidos,    los tuyos me quieras dar;
     ya después de mediodía    saliéseste a pasear.--
  24   Vase a la caballeriza    donde el macho suele estar.
     --De tres me has escapado,    con esta cuatro serán,
  26   y si de esta me escapas    de oro te haré herrar.--
     Presto le echó la silla,    comienza de caminar.
  28   Media noche era por filo,    los gallos quieren cantar
     cuando entra por Toledo,    por Toledo, esa ciudad.
  30   Antes que el gallo cantase    a Consuegra fue a llegar.
     Halló las guardas velando,    empiézales de hablar:
  32   --Digádesme, veladores,    digádesme la verdad,
     ¿el castillo de Consuegra,    digades, por quién está?
  34   --El castillo con la con la villa    por el prior de Sant Juan.
     --Pues abrádesme las puertas,    catalde aquí donde está.
  36   La guarda desque lo vido    abriólas de par en par.
     --Tomédesme allá este macho,    y dél me queráis curar:
  38   dejadme a mí la vela    porque yo quiero velar.
     ¡Velá velá, veladores,    que rabia os quiera matar!
  40   que quien a buen señor sirve    este galardón le dan.--
     Y él estando en aquesto    el buen rey llegado ha:
  42   halló a las guardas velando,    comiénzales de hablar:
     --Digádesme, veladores,    que Dios os quiera guardar,
  44   ¿el castillo de Consuegra,    digades, por quién está?
     --El castillo con la villa    por el prior de Sant Juan.
  46   --Pues abrádesme las puertas;    catalde aquí donde está.
     --Afuera, afuera, el buen rey,    que el prior llegado ha.
  48   --iMacho rucio, macho rucio,    muermo te quiera matar!
     ¡siete caballos me cuestas,    y con este ocho serán!
  50   Abrídme, el buen prior,    allá me dejéis entrar;
     Por mi corona te juro    de nunca te hacer mal.
  52   --Harélo eso, el buen rey,    que ahora en mi mano está.--

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0592:1 Prisión del duque de Arjona (á)            (ficha no.: 1465)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Canc. de rom. 1550 f. 287 (Romance del duque de Arjona). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 70, vol. I, pp. 232- 233.  034 hemist.  Música registrada.

     En Arjona estaba el duque,    y el buen rey en Gibraltar;
  2   envióle un mensajero    que le hubiese a hablar.
     Malaventurado duque    vino luego sin tardar;
  4   jornada de quince días    en ocho la fuera a andar.
     Hallaba las mesas puestas    y aparejado el yantar.
  6   Desque hubieron comido    vanse a un jardín a holgar.
     Andándose paseando    el rey comenzó a hablar:
  8   --De vos, el duque de Arjona,    grandes querellas me dan,
     que forzades las mujeres    casadas y por casar;
  10   que les bebiades el vino,    y les comiades el pan;
     que les tomáis la cebada,    sin se la querer pagar.--
  12   --Quien os lo dijo, buen rey,    no vos dijo la verdad.
     --Llámenme mi camarero    de mi cámara real,
  14   que me trajise unas cartas,    que en mi barjuleta están.
     Védeslas aquí, el duque,    no me lo podéis negar.
  16   Preso, preso, caballeros,    preso de aquí lo llevad:
     entregaldo al de Mendoza,    ese mi alcalde el leal.

Nota: *Véanse las Obras del Marqués de Santillana, publ. por don José Amador de los Ríos; Madrid, 1852. pag. 642, donde dice el erudito editor, que Cárlos de Guivara, quien floreció en el reinado de los Reyes Católicos, hace mención de este romance, cual de cosa ya corriente y vulgar, en su composición, inserta en el Canc. gen., que dice: Bien publican vuestras coplas.

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0010:1 Asalto a Baeza (á-a)            (ficha no.: 1466)

Versión de España. Recogida 00/00/1588 Publicada en Argote de Molina Noblesa de Andalucia. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 71, vol. I, pp. 234-235 (Romance del asalto de Baeza).  016 hemist.  Música registrada.

     Moricos, los mis moricos,    los que ganáis mi soldada,
  2   derribédesme a Baeza,    esa villa torreada,
     y a los viejos y a los niños    los traed en cabalgada,
  4   y a los mozos y varones    los meted todos a espada,
     y a ese viejo Pero Díaz    prendédmelo por la barba,
  6   y aquesa linda Leonor    será la mi enamorada.
     Id vos, capitán Vanegas,    porque venga más honrada,
  8   que si vos sois mandadero,    será cierta la jornada.

Nota: *Mahomad, rey de Granada, sitió en el mes de agosto del año de 1407 la ciudad de Baeza, defendida por los caballeros Don Pero Díaz de Quesada y Garci González Valdés. «El autor de este romance, dice Lafuente Alcántara (Historia de Granada, Tomo III. pag. 34), posterior al suceso, incurre en un anacronismo los moros Venegas de Granada eran de linaje de cristianos, hijos de un caballero de la casa de Luque cautivado después.» El romance refiere el suceso en forma de arenga del rey de Granada a sus soldados.

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0010:2 Asalto a Baeza (á-a)            (ficha no.: 1467)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 185; Canc. de rom. 1550, f. 195 y Silva de 1550. tom. I, f. 109. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 71a, vol. I, pp. 235.  018 hemist.  Música registrada.

     Moricos, los mis moricos,    los que ganáis mi soldada,
  2   derribédesme a Baeza,    esa ciudad torreada,
     y los viejos y las viejas    los meted todos a espada,
  4   Y los mozos y las mozas    los traé en la cabalgada,
     y la hija de Pero Díaz,    para ser mi enamorada,
  6   y a su hermana Leonor,    de quien sea acompañada.
     Id vos, capitán Vanegas,    porque venga más honrada
  8   porque enviándoos a vos,    no recelo en la tornada,
     que recibiréis afrenta    ni cosa desaguisada.--

Variantes: -4b traedlos en cabalgada. Silva; -5a Días. Canc. de rom. s. a. y 1550.

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0268:1 Reduán bien se te acuerda (á-a)            (ficha no.: 1468)

Versión de España. Recogida 00/00/1595 Publicada en Pérez de Hita, Historia de los bandos de Cegríes etc.*. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 72, vol. I, pp. 236-237 (De la salida del rey Chico de Granada y de Reduán, para recobar a Jaen**).  044 hemist.  Música registrada.

     --Reduán, bien se te acuerda,    que me diste la palabra
  2   que me darías a Jaén    en una noche ganada.
     Reduán, si tú lo cumples,    daréte paga doblada,
  4   y si tú no lo cumplieres    desterrarte he de Granada;
     echarte he en una frontera,    do no goces de tu dama.--
  6   Reduán le respondía    sin demudarse la cara:
     --Si lo dije, no me acuerdo    mas cumpliré mi palabra.--
  8   Reduán pide mil hombres,    el rey cinco mil le daba.
     Por esa puerta de Elvira    sale muy gran cabalgada.
  10   ¡Cuánto del hidalgo moro!    cuánta de la yegua baya!
     cuánta de la lanza en puño!    cuánta de la adarga blanca!
  12   cuánta de marlota verde!    cuánta aljuba de escarlata!
     cuánta pluma y gentileza!    cuánto capellar de grana!
  14   cuánto bayo borceguí!.    cuánto lazo que le esmalta!
     cuánta de la espuela de oro!    cuánta estribera de platal
  16   Toda es gente valerosa    y experta para batalla:
     en medio de todos ellos    va el rey Chico de Granada.
  18   Míranlo las damas moras    de las torres del Alhambra.
     La reina mora su madre    de esta manera le habla:
  20   --Alá te guarde, mi hijo,    Mahoma vaya en tu guarda,
     y te vuelva de Jaén    libre, sano, y con ventaja,
  22   y te dé paz con tu tío,    señor de Guadix y Baza.

Nota: *«Por esta jornada, dice Hita, que hizo el rey Chico a Jaén se compuso aquel antiguo romance.» **Salieron en el mes de octubre del año de 1407 y murió en este cerco de Jaén Reduán, el más intrépido de los caudillos granadinos. Véase la Historia de Granada, por Lafuente Alcántara, Tomo III. pag. 38 y 39.

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0382:1 El alcaide de Cañete venga a su hijo (á-o)            (ficha no.: 1469)

Versión de España. Recogida 00/00/1600 Publicada en un pliego suelto del s. XVI. Aqui se contienen cinco rom. y unas canciones muy graciosas. El primero es: Angustiada está la reina etc. [Praga II, pl. 55, 119; Dicc. 711]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 73, vol. I, pp. 237-239 (De Ferandarias*).  044 hemist.  Música registrada.

     --¡Buen alcaide de Cañete,    mal consejo habéis tomado
  2   en correr a Setenil,    hecho, se había, voluntario!
     ¡Harto hace el caballero    que guarda lo encomendado!
  4   Pensastes correr seguro,    y celada os han armado.
     Hernandarias Sayavedra    vuestro padre os ha vengado;
  6   ca acuerda correr a Ronda,    y a los suyos va hablando:
     --El mi hijo Hernandarias    muy mala cuenta me ha dado;
  8   encomendéle a Cañete,    él muerto fuera en el campo.
     Nunca quiso mi consejo,    siempre fue mozo liviano
  10   que por alancear un moro    perdiera cualquier estado.
     Siempre esperé su muerte    en verle tan voluntario.
  12   Mas hoy los moros de Ronda    conocerán que le amo.--
     A Gonzalo de Aguilar    en celada le han dejado.
  14   Viniendo a vista de Ronda    los moros salen al campo.
     Hernandarias dió una vuelta    con ardid muy concertado,
  16   y Gonzalo de Aguilar    sale a ellos denodado,
     blandeando la su lanza    iba diciendo: --¡Santiago,
  18   a ellos que no son nada,    hoy venguemos a Fernando!--
     Murió allí Juan Delgadillo,    con hartos buenos cristianos;
  20   mas por los puertas de Ronda    los moros iban entrando:
     veinte y cinco traía presos,    trescientos moros matáron;
  22   mas el viejo Hernandarias    no se tuvo por vengado.

Nota: *Después el asalto malogrado de Antequera en el 27 de mayo del año de 1410, infante don Fernando, para distraer sus soldados y ocuparlos en acopiar víveres dejó hacer correrías por los contornos. Algunas de ellas se hicieron con exito. No tuvo igual fortuna la del jóven Hernando de Sayavedra, alcaide de Cañete; sorprendido en sus merodeos por el gobernador de Setenil muerto de un bote de lanza. Véase la Historia de Granada, por Lafuente Alcántara, Tomo III, pag. 67.

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0382:2 El alcaide de Cañete venga a su hijo (á-o)            (ficha no.: 1470)

Versión de España. Recogida 00/00/1566 Publicada en Sepúlveda 1566, Romances nuevamente sacados ..., ed. de 1566, Anvers: Nucio (Romance de la venganza de Fernandarias). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 73a, vol. I, pp. 239- 240.  050 hemist.  Música registrada.

     --¡Buen alcaide de Cañete,    mal consejo habéis tomado
  2   en correr a Setenil,    hecho asaz bien excusado!
     ¡Harto hace el caballero    que guarda lo encomendado,
  4   y muere en la fortaleza    donde lo han juramentado!
     Siempre lo tuvistes, hijo,    de ser en ardid sobrado,
  6   sin mirar inconvenientes    sino ver moros en campo.
     Mas antes de veinte días    yo seré muerto ovengado
  8   entre esos moros de Ronda    que me han amenazado.--
     En aquesto Fernandarias    fue al infante don Fernando;
  10   gente de a pie le ha pedido,    junto con la de a caballo.
     A Pero Guzmán Merino    y a su copero le ha dado,
  12   y a Gonzalo de Aguilar,    un muy valiente bastardo,
     junto con Juan Delgadillo,    su maestre-sala y privado.
  14   Entrada hacen en Ronda;    Cañete quedó a recado.
     En bosques cabe la vega    gente de armas se ha enboscado:
  16   con ella Juan Delgadillo,    caballero muy preciado,
     Fernandarias Sayavedra    cerca de Ronda ha llegado;
  18   salen a él muchos moros,    con órden se ha retirado;
     haciendo rostro ha venido    al bosque, disimulado,
  20   donde estaba la celada    que a los moros ha cercado.
     A los primeros encuentros    muchos quedan en el campo,
  22   entre ellos Juan Delgadillo,    con más catorce hijos dalgo:
     mas a la fin Sayavedra    de ellos fue muy bien vengado,
  24   que rotos fueron los moros;    pocos se han escapado.
     Con honra y gran cabalgada    a Cañete se ha tornado.

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0054:1 Antequera pide auxilio a su rey (í-a)            (ficha no.: 1471)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. 180; Canc. de rom. 1550, f. 189; Silva de 1550. t. I. f, 103 (Romance de Antequera) y Timoneda, Rosa española [Romance que dize. De An[te]quera salio el Moro]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 74, vol. I, pp. 241- 244.  110 hemist.  Música registrada.

     De Antequera partió el moro    tres horas antes del día,
  2   con cartas en la su mano    en que socorro pedía,
     escritas iban con sangre,    mas no por falta de tinta.
  4   El moro que las llevaba    ciento y veinte años había;
     la barba tenía blanca,    la calva le relucía;
  6   toca llevaba tocada,    muy grande precio valía:
     la mora que la labrara    por su amiga la tenía;
  8   alhaleme en su cabeza    con borlas de seda fina;
     caballero en una yegua,    que caballo no quería;
  10   solo con un pajecico    que le tenga compañía,
     no por falta de escuderos,    que en su casa hartos había.
  12   Siete celadas le ponen    de mucha caballería,
     mas la yegua era ligera    de entre todos se salía.
  14   Por los campos de Archidona    grandes voces decía:
     --Oh buen rey, si tú supieses    mi triste mensajería,
  16   mesarías tus cabellos    y la tu barba vellida--
     El rey, que venir lo vido,    a recebirlo salía
  18   con trescientos de caballo,    la flor de la morería.
     --Bien seas venido, el moro,    buena sea tu venida.
  20   --Alá te mantenga, el rey,    con toda tu compañía.
     --Dime, ¿qué nuevas me traes    de Antequera, esa mi villa?
  22   --Yo te las diré, buen rey,    si tú me otorgas la vida.
     --La vida t` es otorgada,    si traición en ti no había.
  24   --Nunca Alá lo permetiese    hacer tan gran villanía;
     mas sepa tu real alteza    lo que ya saber debría,
  26   que esa villa de Antequera    en grande aprieto se vía,
     que el infante don Fernando    cercada te la tenía.
  28   Fuertemente la combate    sin cesar noche ni día;
     manjar que tus moros comen,    cueros de vaca cocida.
  30   Buen rey, si no la socorres    muy presto se perdería.--
     El rey, cuando aquesto oyera,    de pesar se amortecía;
  32   haciendo gran sentimiento    muchas lágrimas vertía;
     rasgaba sus vestiduras,    con gran dolor que tenía,
  34   ninguno le consolaba,    porque no lo permitia.
     Mas después en sí tornando    a grandes voces decía:
  36   --Tóquense mis añafiles,    trompetas de plata fina;
     júntense mis caballeros    cuantos en mi reino había;
  38   vayan con mis dos hermanos    a Archidona, esa mi villa,
     en socorro de Antequera,    llave de mi señoría.--
  40   Y ansí con este mandado    se juntó gran morería;
     ochenta mil peones fueron    el socorro que venía,
  42   con cinco mil de caballo,    los mejores que tenía.
     Ansí en la Boca del Asna    este real sentado había
  44   a vista dél del infante,    el cual ya se apercebia,
     confiando en la gran vitoria    que d` ellos Dios le daría.
  46   Sus gentes bien ordenadas,    de San Juan era aquel día,
     cuando se dió la batalla    de los nuestros tan herida,
  48   que por ciento y veinte muertos    quince mil moros había.
     Después de aquesta batalla    fue la villa combatida
  50   con lombardas y pertrechos    y con una gran bastida,
     con que le ganan las torres    de donde era defendida.
  52   Después dieron el castillo    los moros a pleitesía
     que libres con sus haciendas    el infante los pornía
  54   en la villa de Archidona,    lo cual todo se cumplía.
     Y ansí se ganó Antequera    a loor de Santa María.

Variantes: -1a salió. Tim.; -4b tenía. Tim.; -5a llevaba. Tim.; -6b que muy gran precio valía. Silva, Tim.; -8a alhareme. Silva, Tim.; -10a Este verso y los tres que le siguen, faltan en la Rosa de Timoneda; -13b todas. Tim.; -14a Archidonia Canc. de rom. s.a. y 1550; -21b aquesa villa. Tim.; -24b hacer yo tal. Tim.; -25a gran. Tim.; -33b sentía. Silva, Tim.; -35a después de en sí tornado. Silva; mas después en sí tornado Tim.; -41a quince. Tim.; -41a moros. Silva; -41b ese socorro que envía. Tim.; -43a Junto. Tim.; -43b el. Tim.; -44a y a vista del infante. Silva; a la vista del infante. Tim.; -45a en la vitoria. Tim.; -47b reñida. Tim.; -49a La batalla ya pasada. Tim.; -50a bombardas. Tim.; -55b con esfuerzo y valentía. Tim.

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0011:1 Pérdida de Antequera y escaramuza de Alcalá (á-a)            (ficha no.: 1472)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Silva de 1550. f. II.--f. 76; Pliego suelto del s. XVI. Aqui comiençan seys romances: el primero es de la mañana de Sant Juan etc. [Praga II, pl. 68, 218; Dicc. 683] y Timoneda, Rosa española*. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 75, vol. I, pp. 245-247 (De cómo la nueva de la conquista de Antequera llegó al rey moro de Granada, y de la escaramuza de Alcalá**).  050 hemist.  Música registrada.

     La mañana de Sant Joan    al tiempo que alboreaba,
  2   gran fiesta hacen los moros    por la Vega de Granada.
     Revolviendo sus caballos,    y jugando de las lanzas,
  4   ricos pendones en ellas    broslados por sus amadas,
     ricas marlotas vestidas    tejidas de oro y grana:
  6   el moro que amores tiene    señales de ello mostraba,
     y el que no tenía amores    allí no escaramuzaba.
  8   Las damas moras los miran    de las torres del Alhambra,
     también se los mira el rey    de dentro de la Alcazaba.
  10   Dando voces vino un moro    con la cara ensangrentada:
     --Con tu licencia, el rey,    te diré una nueva mala:
  12   el infante don Fernando    tiene a Antequera ganada;
     muchos moros deja muertos,    yo soy quien mejor librara:
  14   siete lanzadas yo traigo,    el cuerpo todo me pasan;
     los que conmigo escaparon    en Archidona quedaban.--
  16   Con la tal nueva el rey    la cara se le demudaba.
     Manda juntar sus trompetas    que toquen todas al arma,
  18   manda juntar a los suyos,    hace muy gran cabalgada,
     y a las puertas de Alcalá,    que la real se llamaba,
  20   los cristianos y los moros    una escaramuza traban.
     Los cristianos eran muchos,    mas llevaban órden mala;
  22   los moros, que son de guerra,    dádoles han mala carga:
     d` ellos matan, d` ellos prenden,    d` ellos toman en celada.
  24   Con la victoria, los moros    van la vuelta de Granada;
     a grandes voces decían:    --¡La victoria ya es cobrada!--

Variantes: -1bnal punto. Tim. Pl. s.; -3b jugando iban las cañas. Pl. s.; jugando van de las lanzas. Tim.; -4b labrados. Tim. Pl. s.; -5a y sus aljubas. Tim. Pl. s.; -5b de sedas finas y grana. Pl. s.; de seda y oro labradas. Tim.; -7a y el que amiga no tiene. Pl. s.; y el que amiga no tenía. Tim.; -8a Moras los están mirando. Tim. Pl. s. -9a también los miraba. Tim. Pl. s.; -9b de los Alixares do estaba. Tim. Pl. s.; -10b cuando vino un moro viejo / sangrienta toda la cara, // las rodillas por el suelo, / de esta manera le habla: //. Tim., Pl. s.; -12a que ese, Tim., Pl. s.; -13a ha muerto allí muchos moros. Tim., Pl. s.; -14a y cuatro lanzadas traigo. Tim., Pl. s.; -14b la menor me llega al alma. Tim., Pl. s.; -16 Cuando el rey oyó tal nueva / la color se le mudara //. Tim., Pl. s.; -17a mandó tocar. Tim., Pl. s.; -17b y sonar. Pl. s.; y poner. Tim.; -18a juntados mil de a caballo. Pl. s.; Vienen unos, vienen otros, / mucha gente se allegaba, // juntados mil de caballo. Tim.; -18b para hacer. Pl. s.; cada cual bien caminaba. Tim.; -19a cuando llegan a Alcalá. Tim., Pl. s.; -20a talando viñas y panes. Tim., Pl. s.; -20b escaramuza se traba. Tim.; -22b En vez de este y los dos versos que le siguen, no hay en el Pl. s., y en la Rosa de Timoneda que aqueste solo: tómanles la cabalgada.; -24a Con tal. Tim. Pl. s.; -24b vuélvense para Granada. Tim., Pl. s.; -25b Los dos últimos versos faltan en el Pl.s. y en la Rosa de Timoneda.
Notas: *Entre los romances moriscos de Pérez de Hita hay uno cuyo primer tercio es casi idéntico al nuestro; pero en todo lo demás difiere de él, tanto por la letra como por el asunto, habiéndolo Hita transformado en un romance artístico novelesco. --Tambien en la edición de 1566 del Romancero de Sepúlveda se halla una versión reformada a lo artístico de nuestro texto.
**Fue tomada la ciudad de Antequera en el mes de setiembre del año de 1410 por el infante don Fernando, por eso nombrado él de Antequera, y vinieron Alkármen, alcaide moro que fue de Antequera, y sus heróicos compañeros a Granada, contar al rey su desgracia. El rey moro Jusef quiso vengar la pérdida de una ciudad tan importante. Algunos campeadores se presentaron a la vista de Antequera cobraron el castillo de Jegar y prendieron al alcaide Pedro Escobar.--Véase la Hist. de Granada por Lafuente Alcántara. t.III.p.77.

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0052.6:1 El rey moro y la mora cautiva en Antequera (á-a)            (ficha no.: 1473)

Versión de España. Recogida 00/00/1573 Publicada en Timoneda, Rosa de amores. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 76, vol. I, pp. 247-248 (Sobre la pérdida de Antequera).  038 hemist.  Música registrada.

     Suspira por Antequera    el rey moro de Granada:
  2   no suspira por la villa,    que otra mejor le quedaba,
     sino por una morica    que dentro en la villa estaba;
  4   blanca, rubia a maravilla,    sobre todas agraciada:
     deziseis años tenía    en los dezisiete entraba;
  6   crióla el rey de pequeña,    más que a sus ojos la amaba,
     y en verla en poder ajeno    sin poder ser remediada,
  8   suspiros da sin consuelo,    que el alma se le arrancaba.
     Con lágrimas de sus ojos    Estas palabras hablaba:
  10   --¡Ay Narcisa de mi vida!    ¡Ay Narcisa de mi alma!
     Enviéte yo mis cartas    con el alcaide de Alhambra,
  12   Con palabras amorosas    salidas de mis entrañas,
     Con mi corazón herido    de una saeta dorada.
  14   La respuesta que le diste:    que escribir poco importaba.
     Daría por tu rescate    Almería la nombrada.
  16   ¿Para qué quiero yo bienes    pues mi alma presa estaba?
     Y cuando esto no bastare    yo me saldré de Granada;
  18   Yo me iré para Antequera    donde estás presa, alindada,
     Y serviré de captivo    sólo por mirar tu cara.

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0810:1 Caballeros de Moclín (é-a)            (ficha no.: 1474)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Canc. de rom. 1550, f. 192*. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 77, vol. I, pp. 248-250 (Los moros de Moclín hacen una correría por las tierras de Alcalá).  048 hemist.  Música registrada.

     Caballeros de Moclín,    peones de Colomera,
  2   entrado habían en acuerdo    en su consejada negra
     a los campos de Alcalá,    donde irían a hacer presa.
  4   Allá la van a hacer    a esos molinos de Huelma.
     Derrocaban los molinos,    derramaban la cibera,
  6   prendían los molineros    cuantos hay en la ribera.
     Ahí hablara un viejo,    que era más discreto en guerra:
  8   --Para tanto caballero    chica cabalgada es esta;
     soltemos un prisionero    que a Alcalá lleve la nueva;
  10   démosle tales heridas,    que en llegando luego muera;
     cortémosle el brazo derecho    porque no nos haga guerra.--
  12   Por soltar un molinero    un mancebo se les sale
     que era nacido y criado    en Jerez de la Frontera,
  14   que corre más que un gamo    y salta más que una cierva.
     Por los campos de Alcalá    diciendo va: --¡Afuera, afuera!
  16   caballeros de Alcalá,    no os alabaréis de aquesta,
     que por una que hecistes,    y tan caro como cuesta,
  18   que los moros de Moclín    corrido vos han la ribera,
     robado vos han el campo,    y llevado vos han la presa.--
  20   Oídolo ha don Pedro    por su desventura negra;
     cabalgara en su caballo,    que le decían Boca-negra.
  22   Al salir de la ciudad    encontró con Sayavedra:
     --No vayades allá, hijo,    si mi maldición os venga:
  24   que si hoy fuere la suya,    mañana será la vuestra.--

Variantes: -12b un mancebo les saliera. Ed. posteriores del Canc. de rom.
Nota: *Alude probablemente este romance a una de las correrías que se hicieron por los contornos de Antequera por lo años de 1420. Véase la Historia de Granada, por Lafuente Alcántara, Tomo III pag. 86.

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0051:1 Abenámar (í-a)            (ficha no.: 1475)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 182 (Romance que dicen: Abenámar, Abenámar1); Canc. de rom. 1550. f. 191; Silva de 1550. t. I. f. 105; Canc. de rom. ed. de Medina del año de 1570 f. 74 y Timoneda. Rosa española (Romance del moro llamado Abenámar). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 78, vol. I, pp. 250- 253.  052 hemist.  Música registrada.

     --Abenámar, Abenámar,    moro de la morería,
  2   ¿qué castillos son aquellos?    ¡altos son y relucian!
     --El Alhambra era, señor.    y la otra es la mezquita;
  4   los otros los Alixares    labrados a maravilla.
     El moro que los labró    cien doblas ganaba al día.
  6   La otra era Granada,    Granada la noblecida
     de los muchos caballeros,    y de la gran ballestería.--
  8   Allí habla el rey don Juan,    bien oiréis lo que diría:
     --Granada, si tú quisieses    contigo me casaría:
  10   darte he yo en arras y dote    a Córdoba y a Sevilla,
     y a Jerez de la Frontera    que cabe si la tenía.
  12   Granada, si más quisieses    mucho más yo te daría.--
     Allí hablara Granada,    al buen rey le respondía:
  14   --Casada so, el rey don Juan,    casada soy, que no viuda;
     el moro que a mí me tiene    bien defenderme querría.--
  16   Allí habla el rey don Juan,    estas palabras decía:
     --Échenme acá mis lombardas    doña Sancha y doña Elvira,
  18   tiraremos a lo alto,    lo bajo ello se daría.--
     El combate era tan fuerte    que grande temor ponía:
  20   los moros del baluarte,    con terrible algacería
     trabajan por defenderse    mas facello no podían.
  22   El rey moro que esto vido    prestamente se rendía
     y cargó tres cargas de oro,    al buen rey se las envía;
  24   prometió ser su vasallo    con parias que le daría.
     Los castellanos quedaron    contentos a maravilla:
  26   cada cual por do ha venido    se volvió para Castilla.

Variantes: -2b Según Pérez de Hita fue «el rey don Juan el primero que hizo aquella pregunta al moro Abenámar»; lo que es yerro manifiesto, pues además de que este rey no estuvo jamás tan cerca de Granada, todos los datos de la versión más antigua de nuestro romance se ajustan muy bien con las relaciones históricas de la campaña del rey don Juan II. de Castilla contra los granadinos en el año de 1431, quien antes de la batalla de la Higueruela, «colocado en la puerta de su tienda, pedia prolijas explicaciones el infante Jusef (Jusef Aben Alhamar a Aben Almao) sobre los Alixares, la Alhambra, etc.», y por eso aplica también oeste suceso Lafuente Alcántara (Historia de Granada, Tomo III. pag. 232) con sobrada razón nuestro romance; La edición de 1550 y las posteriores del Canc. de rom. anteponen la introducción siguiente a este verso: Por Guadalquivir arriba / el buen rey don Juan camina: // encontrara con un moro / que Abenámar se decía. // El buen rey desque lo vido / de esta suerte le decía: // --Abenámar, Abenámar, / moro de la morería. // hijo eres de un moro perro / y de una cristiana cativa. // A tu padre llaman Halí / y a tu madre Catalina. // Cuando tú naciste, moro, / la luna estaba crecida, // y la mar estaba en calma, / viento no la rebullia. // Moro que en tal signo nace, / no debe decir mentira: // preso tengo un hijo tuyo, / yo le otorgaré la vida, // si me dices la verdad / de lo que te preguntaría. // Moro, si no me la dices, / a ti también mataría. // --Yo te la diré, buen rey, / si me otorgas la vida. //--Dígasmela tú, el moro, / que otorgada te sería. // ¿Qué castillos son aquellos, / que altos son y relucian?//; -5a labraba. Tim.; -5b La ed. de 1550 y las posteriores del Canc. de rom. intercalan entre este y el verso que le sigue en el texto los siguientes: y el día que no los labra / de lo suyo las perdia//: desque los tuvo labrados, / el rey le quitó la vida // porque no labre otros tales / al rey del Andalucía. //; -6a Lo demás. Tim.; -7b y de. Silva. Las ed. post. del Canc. de rom.; de la. Tim.; -8a hablara. Silva; habló. Tim.; -8b decía. Tim.; -12a si tú. Tim.; -13b al rey así. Tim.; -15b bien defenderme sabría. Tim.; -16a Allí hablara. Silva; Respondiera. Tim.; -16b bien oiréis que proseguía. Tim.; -17a Dénme acá esas bumbardas. Tim.; -18a y tiremos. Tim.; -20b algazaría. Tim.; -21a de. Tim.; -21b mas muy poco les valía. Tim.; -23a y carga. Silva cargando. Tim.

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0051:2 Abenámar (í-a)            (ficha no.: 1476)

Versión de España. Recogida 00/00/1595 Publicada en Pérez de Hita, Historia de los bandos de Cegríes etc... Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 78a, vol. I, pp. 253- 254.  046 hemist.  Música registrada.

     --¡Abenámar, Abenámar,    moro de la morería,
  2   el día que tú naciste,    grandes señales había!
     Estaba la mar en calma,    la luna estaba crecida:
  4   moro que en tal signo nace    no debe decir mentira.--
     Allí respondiera el moro,    bien oiréis lo que decía:
  6   --Yo te la diré, señor.    aunque me cueste la vida,
     porque soy hijo de un moro    y una cristiana cautiva;
  8   siendo yo niño y muchacho    mi madre me lo decía,
     que mentira no dijese,    que era grande villanía:
  10   por tanto pregunta, rey,    que la verdad te diría.
     --Yo te agradezco, Abenámar,    aquesa tu cortesía:
  12   ¿qué castillos son aquellos    ¡altos son y relucían!
     --El Alhambra era, señor,    y la otra la mezquita;
  14   los otros los Alixares,    labrados a maravilla.
     El moro que los labraba    cien doblas ganaba al día,
  16   y el día que no los labra    otras tantas se perdía.
     El otro es Generalife,    huerta que par no tenía;
  18   el otro Torres-Bermejas,    castillo de gran valía.--
     Allí habló el rey don Juan,    bien oiréis lo que decía:
  20   --Si tú quisieses, Granada,    contigo me casaría;
     daréte en arras y dote    a Córdoba y a Sevilla.
  22   --Casada soy, rey don Juan,    casada soy, que no viuda;
     el moro que a mí me tiene    muy grande bien, me quería.

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0788:1 Muerte del adelantado en Álora (í-o)            (ficha no.: 1477)

Versión de España. Recogida 00/00/1573 Publicada en un pliego suelto del s. XVI. Nueva glosa fundada sobre aquel antiguo y verdadero romance de: Álora la bien cercada, etc. Códice del siglo XVI en el Rom. gen. del señor Durán [Praga II, pl. 54, 105-109; Dicc. 2 y Timoneda, Rosa española. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 79, vol. I, pp. 254- 256.  038 hemist.  Música registrada.

     Álora, la bien cercada,    tú que estás en par del río,
  2   cercóte el adelantado    una mañana en domingo,
     de peones y hombres d` armas    el campo bien guarnecido.
  4   Con la gran artillería    hecho te había un portillo.
     Viérades moros y moras    todos huir al castillo:
  6   las moras llevaban ropa,    los moros harina y trigo,
     y las moras de quince años    llevaban el oro fino
  8   y los moricos pequeños    llevaban la pasa e higo.
     Por cima de la muralla    su pendón llevan tendido.
  10   Entre almena y almena    quedado se había un morico
     con una ballesta armada,    y en ella puesto un cuadrillo.
  12   En altas voces decía,    que la gente lo había oido:
     --¡Treguas, treguas, adelantado,    por tuyo se da el castillo!--
  14   Alza la visera arriba    por ver el que tal le dijo.
     Asestárale a la frente,    salido le ha al colodrillo.
  16   Sacólo Pablo de rienda,    y de mano Jacobillo,
     estos dos que había criado    en su casa desde chicos;
  18   lleváronle a los maestros    por ver si será guarido;
     a las primeras palabras    el testamento les dijo.

Variantes: -3a con. Cod. del s. XVI, Tim.; -4b Los dos versos que anteceden a este verso faltan en el codice citado y en la Rosa de Timoneda, que llevan también este verso como sigue: hecho la había un portillo. Cod.; hecho le habían un portillo. Tim.; -5b que iban huyendo. Cod. Tim.; -7 Este verso y los tres que le siguen faltan en el Cod. y en la Rosa; -9a Por encima del adarbe. Cod., Tim.; -10a Allá detras de una almena. Cod., Tim.; -12b y a voces decía muy altas que del real le han oido. Tim.; -14b Alzó la visera en alto / por ver quién lo había dicho: //. Cod., Tim.; -15a apuntó el moro Tim.; apuntáralo. Cod.; -16a Tomale. Cod.; Tomóle. Tim.; -16b Jacobico. Cod.; Jacobito. Tim.; -17b que eran dos esclavos suyos / que había criado de chicos//. Cod.; que eran dos esclavos suyos / que fielmente le han servido //.Tim.; -18b Llevanle a los maestros / por ver si le dan guarido //. Cod.; Llevanle a su tienda entrambos / confesión allí ha pedido //. Tim.; -19b a las primeras palabras / por testamento les dijo // que él a Dios se encomendaba, / y el alma se le ha salido //. Cod.; ya después deconfesado / el alma a Dios ha ofrecido //. Tim.
Nota: *El señor Durán llama al adelantado del que trata este romance, Sotomayor, conde de Belalcázar; empero el señor Alcántara ha allegado testimonios contemporaneos en su Historia de Granada (Tomo III, p. 247) que prueban, que el adelantado muerto por mano traidora en el en el mes de mayo del año de 1434 fue don Diego Gómez de Ribera.

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0798:1 Muerte del conde de Niebla (á)            (ficha no.: 1478)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Silva de 1550, t. II, f. 82 (Romance de don Henrique he Guzmán*) y Sepúlveda; Romances nuevamente sacados etc. ed. de 1566, Anvers: Nucio**. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 80, vol. I, pp. 256- 258.  048 hemist.  Música registrada.

     --Dadme nuevas, caballeros,    nuevas me querades dar
  2   de aquese conde de Niebla,    don Henrique de Guzmán,
     que hace guerra a los moros,    y ha cercado a Gibraltar.
  4   Veo hoy lutos en mi corte,    ayer vi fiestas muy grandes;
     o el príncipe es fallecido,    o alguno de mi sangre,
  6   o don Álvaro de Luna,    el maestre y condestable.
     --No es muerto, señora, el príncipe,    mas ha fallecido un grande,
  8   que veredes a los moros    cuan poco vos temerán,
     que a este sólo temían    y no osaban saltear.
  10   Es el buen conde de Niebla    que se ha anegado en la mar,
     por acorrer a los suyos,    nunca se quiso salvar;
  12   en un batel donde venía    le hicieron trastornar,
     socorriendo un caballero    que se le iba a anegar.
  14   La mar andaba tan alta    que no se pudo escapar,
     teniendo cuasi ganada    la fuerza de Gibraltar.
  16   Llóranle todas las damas,    galanes otro que tal,
     llórale gente de guerra    por ser tan buen captán,
  18   llóranle duques y condes,    porque a todos sabía honrar.
     --¡Oh qué nuevas me traedes,    caballeros, de pesar!
  20   Vístanse todos de jerga,    no se hagan fiestas más,
     vaya luego un mensajero,    venga su hijo don Juan:
  22   confirmalle he lo del padre,    más le quiero acrecenta
     y de Medina Sidonia    duque le hago de hoy mas,
  24   que a hijo de tan buen padre    poco galardón se da.--

Variantes de Sepúlveda: -1b nuevas me queráis contar; -4a Hoy veo jergas; -4b fiestas asaz Sepúlveda; -5a algún grande ha fallecido; -5b de Castilla y; -7a Desde este verso el romance de Sepúlveda es todo diferente. Véase la nota al fin de nuestro texto.
Notas: *Véase la Historia de Granada de Lafuente Alcántara, Tomo III. p. 247 y 264. Murió el conde de Niebla en el mes de agosto del año de 1434.
**Esta versión reformada, añadida a la edición de Felipe Nucio por un anónimo, dice desde el verso notado como se sigue: --Ningún grande ha fallecido, / ni hombre de vuestra sangre, // ni don Álvaro de Luna / el maestre y condestable; // mas es muerto un caballero / que era su valor tan grande // que verédes a los moros / en cuán poco vos ternán. // Por ayudar a los suyos, / podiéndose bien salvar, /// por oír solo su nombre / por se ir solo llamar, // tornó en un batel pequeño / a la braveza del mar. // Don Enrique es, rey, aqueste, / don Enrique de Guzmán: // dejad, señor, los brocados, / no querades más solaz.-- // El rey oyendo tal nueva / bobo en extremo pesar, // porque tan buen caballero / no se quisiera salvar; // mandó traer a su hijo, / aquel que quedado le ha, // y de Medina Sidonia / duque le fue intitular //.

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0303:1 Batalla de los Alporchones (á)            (ficha no.: 1479)

Versión de España. Recogida 00/00/1595 Publicada en Pérez de Hita, Historia de los bandos de Cegríes etc.. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 81, vol. I, pp. 259-262 (Batalla de los Alporchones, en que Quiñonero queda cautivo*).  120 hemist.  Música registrada.

     Allá en Granada la rica    instrumentos oí tocar
  2   en la calle de los Gomeles,    a la puerta de Abidbar,
     el cual es moro valiente    y muy fuerte capitán.
  4   Manda juntar muchos moros    bien diestros en pelear,
     porque en el campo de Lorca    se determina de entrar;
  6   con él salen tres alcaides,    aquí los quiero nombrar.
     Almoradí de Guadix,    este es de saligre real;
  8   Abenacízes el otro,    y de Baza natural;
     y de Vera es Alabez,    de esfuerzo muy singular,
  10   y en cualquier guerra su gente    bien la sabe acaudillar.
     Todos se juntan en Vera    para ver lo que harán;
  12   el campo de Cartagena    acuerdan de saquear.
     A Alabez, por ser valiente,    lo hacen su general;
  14   otros doce alcaides moros    con ellos juntado se han,
     que aquí no digo sus nombres    por quitar prolijidad.
  16   Ya se partian los moros,    ya comienzan de marchar,
     por la fuente de Pulpé,    por ser secreto lugar,
  18   y por el puerto los Peines,    por orillas de la mar.
     En campos de Cartagena    con furor fueron a entrar;
  20   cautivan muchos cristianos,    que era cosa de espantar.
     Todo lo corren los moros    sin nada se les quedar;
  22   el rincon de San Ginés    y con ellos al Pinátar.
     Cuando tuvieron gran presa    hácia Vera vuelto se han,
  24   y en llegando al Puntaron,    consejo tomado han
     si pasarían por Lorca,    o si irían por la mar.
  26   Alabez, como es valiente,    por Lorca quería pasar,
     por tenerla muy en poco    y por hacerle pesar;
  28   y así con toda su gente    comenzáron de marchar.
     Lorca y Murcia lo supieron;    luego los van a buscar,
  30   y el comendador de Aledo,    que Lisón suelen llamar,
     junto de los Alporchones    allí los van a alcanzar.
  32   Los moros iban pujantes,    no dejaban de marchar;
     cautivaron un cristiano    caballero principal,
  34   al cual llaman Quiñonero,    que es de Lorca natural.
     Alabez, que vio la gente,    comienza de preguntar:
  36   --Quiñonero, Quiñonero,    dígasme tú la verdad,
     pues eres buen caballero,    no me la quieras negar:
  38   ¿qué pendones son aquellos    que están en el olivar?--
     Quiñonero le responde,    tal respuesta le fue a dar:
  40   --Lorca y Murcia son, señor,    Lorca y Murcia, que no mas,
     y el comendador de Aledo,    de valor muy singular,
  42   que de la francesa sangre    es su prosapia real.
     Los caballos traían gordos,    ganosos de pelear.--
  44   Allí respondió Alabez,    lleno de rabia y pesar:
     --Pues por gordos que los traigan,    la Rambla no han de pasar,
  46   y si ellos la Rambla pasan,    ¡Alá, y qué mala señal!--
     Estando en estas razones    allegara el mariscal
     y el buen alcaide de Lorca,    con esfuerzo muy sin par.
  48   Aqueste alcaide es Faxardo,    valeroso en pelear,
     la gente traen valerosa,    no quieren más aguardar.
  50   A los primeros encuentros    la Rambla pasado han,
     y aunque los moros son muchos,    allí lo pasan muy mal.
  52   Mas el valiente Alabez    hace gran plaza y lugar.
     Tantos de cristianos matan,    que es dolor de lo mirar.
  54   Los cristianos son valientes,    nada les pueden ganar;
     tantos matan de los moros,    que era cosa de espantar.
  56   Por la sierra de Aguaderas    huyendo sale Abidbar
     con trescientos de a caballo,    que no pudo más sacar.
  58   Faxardo prendió a Alabez    con esfuerzo singular.
     Quitaronle la cabalgada,    que en riqueza no hay su par.
  60   Abidbar llegó a Granada,    y el rey lo mandó matar.

Nota: *Véase sobre la batalla de los Alporchones, en el 17 de marzo del silo de 1452, la Historia de Granada, por Lafuente Alcántara, Tomo III. pag. 279 a 284. Pérez de Hita llama a este romance: «antiguo».

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0794:1 El obispo don Gonzalo (á-o)            (ficha no.: 1480)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 175; Canc. de rom. 1550. f. 183*), Argote de Molina; Nobleza de Andalucía (Romance de la prisión del obispo don Gonzalo), y Silva de 1550, t. I. f. 98 (Romance del obispo don Gonzalo)**. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 82, vol. I, pp. 263- 265.  072 hemist.  Música registrada.

     Día era de San Antón,    ese santo señalado,
  2   cuando salen de Jaén    cuatrocientos hijos dalgo
     y de Ubeda y Baeza    se salían otros tantos,
  4   mozos deseosos de honra,    y los más enamorados.
     En brazos de sus amigas    van todos juramentados
  6   de no volver a Jaén    sin dar moro en aguinaldo.
     La seña que ellos llevaban    es pendón rabo de gallo;
  8   por capitán se lo llevan    al obispo don Gonzalo.
     Armado de todas armas    en un caballo alazano,
  10   todos se visten de verde    el obispo azul y blanco.
     Al castillo de la Guardia    el obispo había llegado.
  12   Sáleselo a recibir    Mexía, el noble hidalgo:
     --Por Dios te ruego, el obispo,    que no pasedes el vado,
  14   porque los moros son muchos,    a la Guardia habían llegado;
     muerto me han tres caballeros    de que mucho me ha pesado:
  16   el uno era tío mío,    el otro mi primo hermano
     y el otro es un pajecico    de los míos más preciado.
  18   --Démos la vuelta, señores,    démos la vuelta a enterrallos:
     harémos a Dios servicio,    honrarémos los cristianos.--
  20   Ellos estando en aquesto,    llegó don Diego de Haro:
     --¡Adelante, caballeros,    que me llevan el ganado!
  22   Si de algún villano fuera,    ya lo hubiérades quitado.
     Empero alguno está aquí    que le place de mi daño;
  24   no cumple decir quién es,    que es el del roquete blanco.--
     El obispo que lo oyera,    dió de espuelas al caballo;
  26   el caballo era ligero,    saltado había un vallado.
     Mas al salir de una cuesta,    a la asomada de un llano,
  28   vido mucha adarga blanca,    mucho albornoz colorado
     y muchos hierros de lanzas,    que relucian en el campo.
  30   Metídose había por ellos    como leon denodado:
     de tres batallas de moros    la una ha desbaratado
  32   mediante la buena ayuda    que en los suyos ha hallado;
     aunque algunos de ellos mueren,    eterna fama han ganado.
  34   Los moros son infinitos,    al obispo habían cercado;
     cansado de pelear    lo derriban del caballo,
  36   y los moros victoriosos    a su rey lo han presentado.

Variantes: -1a Un día de Sant Antón.Canc. de rom. s. a., Canc. de rom. 1550, Silva; -1b día. ibid.; -2a se salían de San Juan. ibid.; -3a Éste y los siete versos que lo siguen, faltan en el Canc. de rom. s. a. y Canc. de rom. 1550 y en la Silva; -7a Las señas. ibid.; -8a por capitán lo llevaban. Silva; -9b encima de un buen caballo. Canc. de rom. s. a., Canc. de rom. 1550; -10b Este y el verso que le antecede, faltan en el Canc. de rom. s. a., y en la Silva; -11a Fuése para la Guarda. Canc. de rom. s. a., Canc. de rom. 1550, Silva (en ésta se dice: Guardia); -11b ese castillo nombrado. ibid.; -12b don Rodrigo, ese hidalgo. ibid.; -13a Por Dios os ruego, obispo. ibid.; -14b que a la Guarda. Canc. de rom. s. a., Canc. de rom. 1550; Guardia. Silva; -16a el uno era mi primo. ibid.; -16b y el otro era mi hermano. ibid.; -17a y el otro era un paje mío. ibid.; -17b que en mi casa se ha criado. ibid.; -23b a quien. ibid.; -24a cale. ibid.; -29b relucen. ibid.; -31b las dos. ibid.; -34a Desde este verso hasta el fin el texto del Canc. de rom. s. a., del Canc. de rom. 1550, y de la Silva es todo diferente, y dice así: Todos pasan adelante, / ninguno atras se ha quedado, // siguiendo a su capitán / el cobarde es esforzado. // Honra ganan los cristianos, / los muros Pierden el campo; // diez moros pierden la vida / por la muerte de un cristiano; // si alguno de ellos escapa / es por uña de caballo. // Por su mucha valentía / toda la prez han cobrado: // así con esta vitoria, / como señores del campo, // se vuelven para Jaén / con la honra que han ganado.// Con este texto es casi idéntico el que cita Ortiz («Discurso general de los Ortizes», f. 89 y 90), tomado de un «Romancero que se imprimió en Sevilla el año de 1573.»
Notas: *Hay un fragmento de este romance «viejo», aun más desfigurado que la versión del Canc. de rom.< I> y de la
Silva--en la Historia de los bandos de Cegríes etc. de Gines Pérez de Hita, de este tenor (también Pedraza, Hist. ecles. de Granada, f. 133 vo. cita cuatro cuartetas de este romance de que tuvo un. versión completa y algo diferente de esta; pues dice: «En esta entrada quedó el obispo cautivo, como se colige del mismo romance, y fue traido a Granada etc»): Ya repican en Andújar, / y en la Guardia dan rebato, // y se salen de Jaén / cuatrocientos hijos dalgo, // y de Ubeda y Baeza / se salían otros tantos. // Todas son mancebos de honra / y los más enamorados: // de manos de sus amigas / todos van juramentados // de no volver a Jaén / sin dar moro u aguinaldo, // y el que linda dama tiene / le promete tres ocuatro. // Por capitán se lo llevan / al obispo don Gonzalo. // Don Pedro Caravajal / de esta suerte ha hablado: // --Adelante, caballeros, / que me llevan el ganado; / si de algún villano fue / ya le hubiérades quitado. // Alguno va entre nosotros / que se huelga de mi daño: // yo lo digo por aquel, / que lleva el roquete blanco. // Hita pone este romance por equivocación, hablando de otra: «en tiempo del rey Chico de Granada, el año de l49l», y le antepone una otra versión, más ajustada al suceso de que habla, que sin duda es refundición suya, y empieza: Muy revuelto anda Jaén.
**Romance del obispo don Gonzalo. Canc. de rom. s. a. y Canc. de rom. 1550, Silva de 1550. Don Gonzalo de Estúñiga o de Zúñiga, obispo de Jaén, fue preso por los moros en el año de 1456. Véase Lafuente Alcántara, Hist. de Granada, t. III. p. 298.

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0271:1 Derrota de Montejícar (á-o)            (ficha no.: 1481)

Versión de España. Recogida 00/00/1573 Publicada en Timoneda, Rosa española. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 82a, vol. I, pp. 266- 268.  084 hemist.  Música registrada.

     Ya se salen de Jaén    los trescientos hijos dalgo:
  2   mozos codiciosos de honra,    pero más enamorados.
     Por amor de sus amigas,    todos van juramentados
  4   de llegar hasta Granada    y correrles todo el campo,
     y no dar vuelta sin traer    algún moro en aguinaldo.
  6   Un lunes por la mañana    parten todos muy lozanos,
     con lanzas y con adargas    muy ricamente adrezados.
  8   Todos visten oro y seda,    todos puñales dorados:
     ¡muy bravos caballos llevan    a la gineta ensillados!
  10   Los jaeces son azules    de plata y oro broslados;
     las reatas son listones    que sus damás les han dado.
  12   Los mozos más orgullosos    son don Juan Ponce y su hermano;
     y también Pedro de Torres,    Diego Gil, y su cuñado.
  14   En medio de todos iban    cuatro viejos muy ancianos;
     estos van diciendo a todos:    --Perdémonos de livianos,
  16   en querer ir a probar    donde hay moriscos doblados.--
     Cuando esto oyó don Juan,    con gran enojo ha hablado:
  18   --No debían ir en guerra    los hombres viejos cansados,
     porque estorban los ardidos    y pónenles embarazos:
  20   si en Jaén queréis quedar,    quedaréis más descansados.--
     Allí respondieron todos    de valientes y esforzados:
  22   --No lo mande Dios del cielo    que de miedo nos volvamos,
     que no queremos perder    la honra que hemos ganado.--
  24   Llegados son a Granada,    dado han vuelta a todo el campo
     ya que llevaban la presa,    de moros hueste ha asomado:
  26   más de seis mil son de guerra,    que los estaban mirando.
     Ven tocar los atambores,    ven pendones campeando,
  28   ven poner los escuadrones    los de pie y los de caballo;
     vieron mil moros mancebos,    tanto albornoz colorado;
  30   vieron tanta yegua overa,    tanto caballo alazano,
     tanta lanza con dos fierros,    tanto del fierro acerado,
  32   tantos pendones azules    y de lunas plateados,
     con tanta adarga ante pechos,    cada cual muy bien armado.
  34   Los de Jaén esto viendo,    como mozos hijos dalgo,
     parecióles que el huír    les sería mal contado:
  36   aborreciendo las vidas    por no vivir deshonrados,
     comenzaron a llamar    a voz alta, ¡Santiago!
  38   y entráronse por los moro`    con ánimo peleando.
     Más han muerto de dos mil,    como leones, rabiando;
  40   mas cargaron tantos moros    que pocos han escapado:.
     doscientos y treinta y seis    han muerto y aprisionado,
  42   por no seguir ni creer    los mozos a los ancianos.

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0313:1 Fajardo (í-a)            (ficha no.: 1482)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 185; Canc. de rom. 1550. f. 195; Silva de 1550 t. I. f. 108. Argote de Molina; Nobleza de Andalucía (Romance de Fajardo*) y Timoneda, Rosa española [Romance del moro Fajardo]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 83, vol. I, pp. 269- 270.  024 hemist.  Música registrada.

     Jugando estaba el rey moro    y aun al ajedrez un día,
  2   con aquese buen Fajardo    con amor que le tenía.
     Fajardo jugaba a Lorca,    y el rey moro Almería;
  4   jaque le dió con el roque,    el alferez le prendía.
     A grandes voces dice el moro:    --La villa de Lorca es mía.--
  6   Allí hablara Fajardo,    bien oiréis lo que decía:
     --Calles, calles, señor rey,    no tomes la tal porfía,
  8   que aunque me la ganases,    ella no se te daría:
     caballeros tengo dentro    que te la defenderían.--
  10   Allí hablara el rey moro,    bien oiréis lo que decía:
     --No juguemos mas, Fajardo,    ni tengamos más porfía,
  12   que sois tan buen caballero,    que todo el mundo os temía.--

Variantes: -1a Jugando está al ajedrez. Tim.; -1b el rey de Granada un día. Tim. en rico ajedrez un día. Argote de Molina.-2a gran. Argote; -3b el rey moro juega a. Argote; -4a da. Argote; -4b el orfil que le prendía. Tim.; -5a a voces le dice el moro. Argote. En esto dijo el rey moro. Tim.; -6a respondió. Tim.; -6b Este y el verso que le antecede faltan en el texto de Argote; -7a Calles, buen rey, no me enojes. Argote; -7b ni tengas tal fantasía. Argote; -8a aunque tú me. Silva, Argote, Tim.; -8b Lorca. Argote; -9b Con este verso acaba el texto de Argote; -10b de esta suerte respondía. Silva; -12a por ser. Tim.; -12b contigo paz ofrescía. Tim.
Nota: *Don Alonso Yañez Fajardo, señor de Cartagena, fue adelantado del reino de Murcia, por los años de 1460. Era célebre por su victoria en la batalla de los Alporchones, y entretenía después estrecha amistad con el rey de Granada. Véase la Historia de Granada, por Lafuente Alcántara, Tomo III, pag. 281 y 326.

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0055:1 Moro alcaide (í-a)            (ficha no.: 1483)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Canc. de rom. 1550, f. 194. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 84, vol. I, pp. 270 (De cómo el rey de Granada mandó prender al alcaide que perdió plaza de Alhama, conquistada por el marqués de Cádiz*.  016 hemist.  Música registrada.

     --Moro alcaide, moro alcaide,    el de la barba vellida,
  2   el rey os manda prender    porque Alhama era perdida.
     --Si el rey me manda prender    porque es Alhama perdida,
  4   el rey lo puede hacer,    mas yo nada le debía
     porque yo era ido a Ronda    a bodas de una mi prima;
  6   yo dejé cobro en Alhama,    el mejor que yo podía.
     Si el rey perdió su ciudad,    yo perdí cuanto tenía:
  8   perdí mi mujer y hijos,    la cosa que más quería.--

Nota: *Fue conquistado el Castillo de Alhama el jueves, 28 de febrero del año de 1482. Véase la Historia de Granada por Lafuente Alcántara, t. III. pag. 363 a 369.

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0055:2 Moro alcaide (á-a)            (ficha no.: 1484)

Versión de España. Recogida 00/00/1595 Publicada en Pérez de Hita, Historia de los bandos de Cegríes etc. donde está llamado «un sentido y antiguo romance». Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 84a I: 271- 272.  050 hemist.  Música registrada.

     --Moro alcaide, moro alcaide,    él de la vellida barba,
  2   el rey te manda prender    por la pérdida de Alhama,
     y cortarte la cabeza    y ponerla en el Alhambra,
  4   porque a ti sea castigo    y otros tiemblen en miralla,
     pues perdiste la tenencia    de una ciudad tan preciada.--
  6   El alcaide respondía,    de esta manera les habla:
     --Caballeros y hombres buenos,    los que regís a Granada,
  8   decid de mi parte al rey,    como no le debo nada;
     yo me estaba en Antequera    en bodas de una mi hermana:
  10   ¡mal fuego queme las bodas    y quien a ellas me llamara!
     El rey me dió su licencia,    que yo no me la tomara:
  12   pedíla por quince días,    diómela por tres semanas.
     De haberse Alhama perdido    a mí me pesa en el alma,
  14   que si el rey perdió su tierra,    yo perdí mi honra y fama;
     perdí hijos y mujer,    las cosas que más amaba;
  16   perdí una hija doncella,    que era la flor de Granada.
     El que la tiene cautiva    marqués de Cádiz se llama:
  18   cien doblas le doy por ella,    no me las estima en nada.
     La respuesta que me han dado    es que mi hija es cristiana,
  20   y por nombre le habían puesto    doña María de Alhama;
     el nombre que ella tenía    mora Fátima se llama.--
  22   Diciendo esto el alcaide,    le llevaron a Granada
     y siendo puesto ante el rey,    la sentencia le fue dada,
  24   que le corten la cabeza    y la lleven al Alhambra:
     ejecutóse justicia    así como el rey lo manda.

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0040.6:1 ¡Ay de mi Alhama! [A] (á-a)            (ficha no.: 1485)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 183; Canc. de Rom. 1550. f. 1; Silva de 1550 t. I. f. 106 (Romance del rey moro que perdió Alhama) y Timoneda, Rosa española. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 85, vol. I, pp. 272- 274.  052 hemist.  Música registrada.

     Paseábase el rey moro    por la ciudad de Granada,
  2   cartas le fueron venidas    Alhama era ganada:
     las cartas echó en el fuego,    y al mensajero matara.
  4   Echó mano a sus cabellos    y las sus barbas mesaba;
     apeóse de una mula,    y en un caballo cabalga.
  6   Mandó tocar sus trompetas,    sus añafiles de plata;
     porque lo oyesen los moros    que andaban por el arada.
  8   Cuatro a cuatro, cinco a cinco,    juntado se ha gran batalla.
     Allí habló un moro viejo,    que era alguacil de Granada:
  10   --¿A qué nos llamaste, rey,    a qué fue nuestra llamada?
     --Para que sepáis, amigos,    la gran pérdida de Alhama.
  12   --Bien se te emplea, señor,    señor, bien se te empleaba,
     por matar los Bencerrajes    que eran la flor de Granada,
  14   acogiste a los judíos    de Córdoba la nombrada,
     degollaste un caballero    persona muy estimada;
  16   muchos se te despidieron    por tu condición trocada.
     --¡Ay si os pluguiese, mis moros,    que fuésemos a cobralla!
  18   --Mas si, rey, a Alhama has de ir,    deja buen cobro a Granada,
     y para Alhama cobrar    menester es grande armada,
  20   que caballero está en ella    que sabrá muy bien guardalla.
     --¿Quién es este caballero    que tanta honra ganara?
  22   --Don Rodrigo es de León,    marqués de Cáliz se llama,
     otro es Martín Galindo,    que primero echó el escalas.--
  24   Luego se van para Alhama    que de ellos no se da nada,
     combátenla prestamente,    ella está bien defensada.
  26   De que el rey no pudo mas,    triste se volvió a Granada.

Variantes: -2a cuando le vinieron cartas. Tim.; -4b de. Tim.; -7b estaban. Tim.; -10a el rey. Silva; -18a es de ir. Canc. de rom. s. a. Si a Alhama has de ir, buen rey. Tim.; -19b gruesa. Tim.; -21a ese. Silva, Tim.; -21b ganaba. Tim.; -22b Cádiz. Tim.; -23b Con este verso acaba el romance en el texto de Timoneda.

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0040.6:2 ¡Ay de mi Alhama! [A] (á-a)            (ficha no.: 1486)

Versión de España. Recogida 00/00/1595 Publicada en Pérez de Hita, Historia de los bandos de Cegríes etc.* y Narváez, Delphin de Música, 1538 (notación musical) con estribillo. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 85a, vol. I, pp. 274- 276.  044 hemist.  Música registrada.

     Paseábase el rey moro    por la ciudad de Granada
  2   desde la puerta de Elvira    hasta la de Vivarambla.
     «¡Ay de mi Alhama!»
     Cartas le fueron venidas    que Alhama era ganada:
  4   las cartas echó en el fuego    y al mensajero matara.
     «¡Ay de mi Alhama!»
     Descabalga de una mula,    y en un caballo cabalga;
  6   por el Zacatín arriba    subido se había al Alhambra.
     «¡Ay de mi Alhama!»
     Como en el Alhambra estuvo,    al mismo punto mandaba
  8   que se toquen sus trompetas,    sus añafiles de plata.
     «¡Ay de mi Alhama!»
     Y que las cajas de guerra    apriesa toquen al arma,
  10   porque lo oigan sus moros    los de la Vega y Granada.
     «¡Ay de mi Alhama!»
     Los moros que el son oyeron    que al sangriento Marte llama,
  12   uno a uno y dos a dos    juntado se ha gran batalla.
     «¡Ay de mi Alhama!»
     Allí habló un moro viejo,    de esta manera hablara:
  14   --¿Para qué nos llamas, rey,    para qué es esta llamada?--
     «¡Ay de mi Alhama!»
     --Habéis de saber, amigos,    una nueva desdichada;
  16   que cristianos de braveza    ya nos han ganado Alhama.--
     «¡Ay de mi Alhama!»
     Allí habló un alfaquí    de barba cruda y cana:
  18   --¡Bien se te emplea, buen rey,    buen rey, bien se te empleara!
     «¡Ay de mi Alhama!»
     Mataste los Bencerrajes,    que eran la flor de Granada;
  20   cogiste los tornadizos    de Córdoba la nombrada.
     «¡Ay de mi Alhama!»
     Por eso mereces, rey,    una pena muy doblada;
  22   que te pierdas tú y el reino,    y aquí se pierda Granada.--
     «¡Ay de mi Alhama!»

Nota: *«Este romance», dice Hita, «se hizo en arábigo en aquella ocasión de la pérdida de Alhama, el cual era muy doloroso, y tanto que vino a vedarse en Granada que no le cantasen, porque cada vez que le cantaban en cualquiera parte provocaba a llanto y dolor: después se cantó en lengua castellana de la misma manera, que decía (véase el romance que sigue).»

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0040.7:1 ¡Ay de mi Alhama! [B] (é-a)            (ficha no.: 1487)

Versión de España. Recogida 00/00/1595 Publicada en Pérez de Hita, Historia de los bandos de Cegríes etc.. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 85b, vol. I, pp. 276- 278.  046 hemist.  Música registrada.

     Por la ciudad de Granada    el rey moro se pasea,
  2   desde la puerta de Elvira    llegaba a la Plaza Nueva.
     Cartas le fueron venidas    que le dan muy mala nueva:
  4   que le habían ganado Alhama    con batalla y gran pelea.
     El rey con aquestas cartas    grande enojo recibiera:
  6   al moro que se la trajo    mandó cortar la cabeza.
     Las cartas hizo pedazos    con la saña que le ciega;
  8   descabalga de una mula    y cabalga en una yegua.
     Por la cal del Zacatin    al Alhambra se subiera:
  10   trompetas manda tocar    y las cajas de pelea
     porque lo oyeran los moros    de Granada y de la Vega.
  12   Uno a uno, dos a dos    gran escuadron se hiciera.
     Cuando los tuviera juntos,    un moro allí le dijera:
  14   --¿Para qué nos llamáis, rey,    con trompa y caja de guerra?
     --Habréis de saber, amigos,    que tengo una mala nueva,
  16   que la mi ciudad de Alhama    ya del rey Fernando era:
     los cristianos la ganaron    con muy crecida pelea.
  18   Allí habló un alfaquí,    de esta suerte le dijera:
     --Bien se te emplea, buen rey,    buen rey, muy bien se te emplea:
  20   mataste los Bencerrajes,    que eran la flor de esta tierra,
     acogiste los tornadizos    que de Córdoba vinieran,
  22   y me parece, buen rey,    que todo el reino se pierda,
     y que se pierda Granada,    y que te pierdas con ella.

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0304:1 El tornadizo y la Virgen (í-a)            (ficha no.: 1488)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a.--f. 1341, I>Canc. de rom. 1550, f. 194; Silva de 1550 t. I, f. 107 y Timoneda, Rosa española (Romance de cómo, yendo et rey moro de Granada a Almería, le mostró un tornadizo a nuestra señora). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 86, vol. I, pp. 278- 279.  030 hemist.  Música registrada.

     Ya se salía el rey moro    de Granada para Almería,
  2   con trescientos moros perros    que lleva en su compañía.
     Jugando van de la lanza    hendo van barraganía;
  4   cada cual iba hablando    de las gracias de su amiga.
     Allí habló un tornadizo,    que criado es en Sevilla:
  6   --Pues que habéis dicho, señores,    decir quiero de la mía:
     blanca es y colorada    como el sol cuando salía.--
  8   Allí hablara el rey moro,    bien oiréis lo que decía:
     --Tal amiga como aquesa    para mí pertenescia.
  10   --Yo te la daré, buen rey,    si me otorgares la vida.
     --Diésesmela tú, el morico,    que otorgado te sería.--
  12   Echara mano a su seno,    sacó a la virgen María;
     desque la vido el rey moro,    a la pared se volvía:
  14   --Tomáme luego este perro,    y llevámelo a Almería:
     tales prisiones le echá,    de ellas no salga en su vida.--

Variantes: La Silva y el Canc. de rom. citan solamente el primer verso: Romance que dice etc.; -1a partía. Tim., sale. Silva; -1b Granada a. Tim.; -2a caballeros. Tim.; -2b que le hacen. Tim.; -3b haciendo. Silva, Tim.; -4a contando. Tim.; -5b que junto del rey venía. Tim.; -6a que falta en la Rosa de Timoneda; -6b quiero decir. Silva; quiero os decir. Tim.; -7a es resplandeciente. Tim.; -7b más que el sol cuando salía, // que sola su claridad / escurece la del día. //. Tim.; -8b Como el rey moro lo oyera / de esta suerte respondía: // Tim.; -9a Esta tal amiga, amigo, Tim.; -10a señor. Tim.; -11a --Muéstramela, dijo el rey. Tim.; -12a Echa. Silva; -14a Tomadme. Silva; -15a echad. Silva.
Nota: *Desde este verso es todo otro el texto de Timoneda, donde dice: El buen hombre sin temor, / con la gran fe que tenía, // metió la mano en su seno, / sacó la virgen María. // Así como el rey la vido / amortecido se había: // dando voces a su gente / de esta manera decía: //--Prendelde luego, los míos, / y llevaldo a Almería, // jugaréismelo a las cañas / en antes que pase el día.--//.

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0649:1 El maestre, la reina y Barberín (é-a)            (ficha no.: 1489)

Versión de España. Recogida 00/00/1573 Publicada en Timoneda, Rosa española (Romance del Maestre*). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 87, vol. I, pp. 279- 282.  082 hemist.  Música registrada.

     Por la vega de Granada    un caballero pasea
  2   un caballo morcillo    ensillado a la gineta:
     adarga trae embrazada,    la lanza traía sangrienta
  4   de los moros que había muerto    antes de entrar en la vega.
     Los relinchos del caballo    dentro en el Alhambra suenan;
  6   oídolo habían las damas    que están vistiendo a la reina:
     salen de presto a mirar    por allí a ver quién pasea;
  8   vieron que en su lado izquierdo    traía una cruz vermeja;
     conocieron ser cristiano,    vanlo a decir a la reina.
  10   La reina, cuando lo supo,    vistiérase muy de priesa;
     acompañada de damas    asomóse a una azotea.
  12   El Maestre la conoce,    bajado le ha la cabeza;
     la reina le hace mesura,    y las damas reverencia.
  14   Con un paje que allí estaba    le envía a decir, ¿qué espera?
     El Maestre le responde:    --Amigo, decí a su Alteza
  16   que si caballero moro    hubiere que lo merezca,
     que por servir a las damas    me venga a echar de la vega.--
  18   Oídolo ha Barbarín,    que quiere tomar la empresa;
     las damas lo están armando,    mirándolo está la reina.
  20   Muy gallardo sale el moro,    caballero en una yegua,
     por las calles donde iba    va diciendo: --¡Muera, muera!--
  22   Cuando fue junto al Maestre,    de esta suerte le dijera:
     --Date por mi prisionero,    que a las damas y a la reina
  24   he dejado prometido    de llevarles tu cabeza.
     Si quieres ser mi captivo,    les quitaré la promesa.--
  26   El Maestre le responde    con voz alta y muy modesta:
     --Cumple, a ser buen caballero,    si tú quieres, tal empresa.--
  28   Apártanse uno de otro    con diligencia y presteza,
     juegan muy bien de las lanzas,    arman muy buena pelea.
  30   El Maestre era más diestro,    al moro muy mal hiriera:
     el moro desesperado    las espaldas le volviera.
  32   El Maestre le da voces,    diciendo: --¡Cobarde, espera,
     que te afrentarán las damas    si no cumples tu promesa!--
  34   Y viendo que se le iba,    a más correr le siguiera,
     enviándole con furia    la lanza por mensajera.
  36   Acertádole había al moro,    el moro en tierra cayera;
     apeádose ha el Maestre,    y cortóle la cabeza.
  38   Con un paje se la envía    a la reina, que la espera,
     con un recaudo que dice:    --Amigo, decí a la reína,
  40   que pues el moro no cumple    la palabra que le diera,
     que yo quedo en su lugar    para servir a su Alteza.

Nota: *Don Rodrigo Tellez Girón, gran maestre de la órden de Calatrava, hijo y sucesor en el maestrazgo en el año de 1466 del célebre don Pedro Tellez Girón, se hizo tanto renombre en los fastos y tradiciones novelescas de las guerras de Granada, que es probablemente a él que alude este romance, llamándole-------, «el Maestre». --Véase sobre este héroe la Historia de Granada, por Lafuente Alcántara. Tomo III. pag. 375 y 376.

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0342:1 El maestre de Calatrava y Albayaldos (á-a)            (ficha no.: 1490)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Silva de 1550, t. II, f. 74 (Romance del Maestre de Calatrava). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 88, vol. I, pp. 282- 283.  026 hemist.  Música registrada.

     ¡Ay Dios, qué buen caballero    el Maestre de Calatrava!
  2   ¡cuán bien que corre los moros    por la vega de Granada,
     desde la puerta de Elvira    hasta la de Bibarambla!
  4   Con su brazo arremangado    arrojara la su lanza.
     Aquesta injuria que hace    nadie osa demandalla;
  6   cada día mata moros,    cada día los mataba
     viga abajo, vega arriba,    ¡oh, cómo los acosaba!
  8   hasta a lanzadas metellos    por las puertas de Granada.
     Tiénenle tan grande miedo    que nadie salir osaba,
  10   nunca huyó a ninguno,    a todos los esperaba,
     hasta que a espaldas vueltas    los hace entrar en Granada.
  12   El rey con grande temor    siempre encerrado se estaba,
     no osa salir de día,    de noche bien se guardaba.

Nota: *Don Rodrigo Girón, o según otros don Pedro su padre.

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0342:2 El maestre de Calatrava y Albayaldos (á-a)            (ficha no.: 1491)

Versión de España. Recogida 00/00/1573 Publicada en Codice del siglo XVI. En el Romancero de Durán, Timoneda, Rosa española (Del Maestre de Calatrava) y Pliego suelto del s. XVI. Aqui comineçan seys romances: el primero es de la mañana de sant Juan etc.. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 88a, vol. I, pp. 283-288 [Praga II, pl. 68, 218-220; Dicc. 683].  133 hemist.  Música registrada.

     ¡Ay Dios, qué buen caballero    el Maestre de Calatrava!
  2   ¡Oh cuán bien corre los moros    por la vega de Granada,
     con trecientos caballeros,    todos con cruz colorada,
  4   desde la puerta del Pino    hasta la Sierra-Nevada!
     Por esa puerta de Elvira    arrojara la su lanza.
  6   las puertas eran de hierro,    de banda a banda las pasa,
     que no hay un moro tan fuerte    que a demandárselo salga.
  8   Oídolo ha Albayaldos    en sus tierras donde estaba.
     Arma fustas y galeras,    por la mar gran gente armaba.
  10   Sáleselo a recebir    el rey Chico de Granada.
     --Bien vengáis vos, Albayaldos,    buena sea vuestra llegada;
  12   si venís a ganar sueldo,    daros he paga doblada,
     y si venís por mujer    dárosla he muy galana.
  14   --Muchas gracias, el buen rey,    por merced tan señalada,
     que no vengo por mujer,    que la mía me bastaba;
  16   mas sí porque me dijeron,    allende el mar donde estaba,
     que ese malo del Maestre    tiene cercada a Granada,
  18   y por servirte, buen rey,    traigo yo toda esta armada.
     --La verdad--, dijo el rey moro,    --la verdad te fue contada,
  20   que no hay moro en esta tierra    que lo espere cara a cara,
     sino fuere el buen Escado    que era alcaide del Alhama,
  22   y una vez que le saliera    ¡caro le costó a Granada!:
     veinte mil hombres llevó    y ninguno no tornara;
  24   él encima de una yegua    muy herido se escapaba.
     --¡Oh mal hubiese Mahoma    allá do dicen que estaba,
  26   cuando un freile capilludo    arrojó en Granada lanza!
     Diésedesme tú, buen rey,    la gente que buena estaba,
  28   los ginetes de Jaén,    los peones de tu casa,
     que ese malo del Maestre    yo te lo traeré a Granada.
  30   --Calles, calles, Albayaldos,    no digas la tal palabra--,
     dijo un moro, --que el Maestre    es muy fuerte en las batallas,
  32   si él en campo te toma    haráte temblar la barba.--
     Respondiérale Albayaldos    una muy fea palabra:
  34   --¡Si no fuera por el rey    diérate una bofetada!
     --Esa bofetada, moro,    fuérate muy bien vengada,
  36   que tres hijos tengo alcaides    en el reino de Granada:
     el uno tengo en Guadix    y el otro lo tengo en Baza,
  38   el otro le tengo en Lorca,    esa villa muy nombrada,
     y a mí, porque era muy viejo,    entregáronme al Alhama;
  40   porque veas, perro moro,    si te fuera bien vengada.--
     El buen rey los puso en paz,    que ninguno más no habla,
  42   sino Albayaldos, que pide    licencia le sea dada,
     porque con sola su gente    quiere cumplir su palabra.
  44   El rey se la concedió;    mucha gente le acompaña.
     Por los campos de Jaén    todo el ganado robaba,
  46   muchas vacas, mucha oveja,    y el pastor que lo guardaba;
     mucho cristiano mancebo    y mucha linda cristiana.
  48   A la pasada de un río,    junto a la orilla del agua
     soltádosele ha un pastor    de los que presos llevaba;
  50   por las puertas de Jaén    al Maestre voces daba:
     --¿Dónde estás tú, el Maestre ?    ¿Qué es de tu noble compaña?
  52   Hoy pierdes toda tu gloria,    y Albayaldos se la gana.--
     Oídolo ha el Maestre    en sus palacios do estaba.
  54   --Calles, calles tú, el pastor,    no digas la tal palabra,
     que si hoy pierdo mi gloria,    mañana será ganada.
  56   ¡Al arma, mis caballeros,    todo hombre, sus alarma!--
     Luego que en campo se vido    a los suyos esforzaba.
  58   A la bajada de un valle,    por cima de una asomada
     vio cómo iba Abalyaldos    [con toda su cabalgada].
  60   El Maestre que los viera,    d` esta suerte razonaba:
     --A ellos, mis caballeros,    que ninguno se nos vaya.--
  62   Pone piernas al caballo    y aprieta muy bien su lanza.
     Al primero que encontró    en tierra muerto le echara.
  64   Andando en esta refriega    con Albayaldos topara;
     con la fuerza del Maestre    Albayaldos se desmaya.
  66   Cae muerto del caballo,;    y así su vida acabara.
     Los suyos cuando esto vieron    cada cual a huir se daba.

Variantes: -5b arrojando va la. Tim., Pl. s.; -7a y no hay. Tim., Pl. s.; -8a Halo sabido Albayardos. Tim., Pl. s. Timoneda pone ese nombre siempre de esta manera; el Pl.s. dice Avayaldos o Abayardos; -9b arma. Tim., Pl. s.; -11a vengades. Tim., Pl. s.; -15b viva estaba Tim.; -16a más vengo que. Tim., Pl. s; -18a pago. Tim., Pl. s.; -19a el buen rey. Tim., Pl. s.; -21a el Benecendo. Tim.; -23a cinco mil moros. Tim., Pl. s.; -24a y él herido en una yegua. Tim., Pl. s.; -24b de sus manos. Tim., Pl. s.; -26a porque un fraile capelludo. Tim., Pl. s. Los caballeros profesos de las órdenes militares se llamaban Freiles o Freires, y llevaban por sobreveste y en forma de escapulario una capilleta que les cubria el pecho. A esta y no a una capucha de fraile alude la voz capílludo. Nota de Durán; -26b arroja lanza en Granada. Tim., Pl. s.; -27a si tú me dieses. Tim., Pl. s.; -29b Después de éste Timoneda interpone los dos versos siguientes: Respondiera Benecendo / porque allí delante estaba: //; -30a que el maestro es esforzado. Tim.; que el maestro es nido y mozo. Pl. s.; -30b y venturoso en batalla. Tim., P1. s.; -33a Allí respondió. Tim., Pl. s.; -34a Si no fueras tú, buen rey. Pl. s.; -37b el segundo. Tim., Pl. s.; -38a el tercero tengo en Loja. Tim.; El tercero tengo en Lorca. Pl. s.; -39b entregóme el rey a Alhama. Tim.; -40b demandada. Tim., Pl. s.; -41a El rey los pusiera en paz. Tim.; Pusieronlos luego en paz. Pl. s.; -48b Timoneda no pone este verso; a la orilla de un agua. Pl. s.; -49a un pastor se les soltaba. Tim.; -49b que como un gamo corría, / y como un ciervo saltaba // Tim. Versos tomados del romance que dice: Caballeros de Moclín. Tim., P1. s.; -51a donde estás, dime Maestre. Tim., Pl. s.; -55a mi honra. Cod. del siglo XVI; -56b presto, presto, al arma, al arma. Tim., Pl. s.; -57a Aun no lo hubo bien dicho / cada cual a punto estaba // Luego que en campo se vido. Tim.; -58b Por cima do asomaba. Cod. del s. XVI; -62a Puso. Tim., Pl. s.; -64a Andando por la pelea. Cod. del siglo XVI; -66a cayó. Cod. del s. XVI; -66b sin hablar una palabra. Tim., Pl. s.
Nota de los editores: -6b Hasta este verso lo pone como fragmento Pérez de Hita en su Historia de los bandos de los Cegríes etc.; pero allí supone hacerse la batalla del Maestre con Muza.
Nota: -59a Verso cojo en Prim. aunque según Piacentini 1981, el texto del pliego tiene 194 hemistiquios. SHP

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0342:3 El maestre de Calatrava y Albayaldos (á-a)            (ficha no.: 1492)

Versión de España. Recogida 00/00/1600 Publicada en un pliego suelto del s. XVI. Siguense ocho romances viejos, en el Romancero de Durán [Cataluña pl. 41, 302; Dicc. 1068]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 88b, vol. I, pp. 288- 289.  020 hemist.  Música registrada.

     ¡Ay Dios, qué buen caballero    el Maestre de Calatrava!
  2   ¡Qué bien que corre los moros    por la vega de Granada,
     dende la puerta de Quiros    hasta la Sierra-Nevada!
  4   Trecientos comendadores    todos de cruz colorada:
     dende la puerta de Quiros    les va arrojando la lanza.
  6   Las puertas eran de pino,    de banda a banda las pasa:
     tres moricos dejó muertos    de los buenas de Granada,
  8   que el uno ha nombre Alanese,    el otro Agameser se llama,
     el otro ha nombre Gonzalo,    hijo de la renegada.
  10   Sabido lo ha Albayaldos    en un paso que guardaba.

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0342:4 El maestre de Calatrava y Albayaldos (á-a)            (ficha no.: 1493)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Silva de Rom. de 1550. t. II f. 71 (Romance de la muerte de Albayaldos). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 89, vol. I, pp. 289- 293.  136 hemist.  Música registrada.

     ¡Santa Fe, cuán bien pareces    en los campos de Granada!
  2   que en ti están duques y condes    muchos señores de salva,
     en ti estaba el buen Maestre    que dicen de Calatrava,
  4   este a quien temen los moros,    esos moros de Granada,
     y aquese que los corría,    picándolos con su lanza,
  6   desde la puente de Pinos    hasta la Sierra-Nevada,
     y después de bien corrida    da la vuelta por Granada.
  8   Hasta las puertas de Elvira    llegó a hincar su lanza;
     las puertas eran de pino.    de claro en claro las pasa.
  10   Sacábales los captivos    que estaban en la barbacana,
     tómales los bastimentos    que vienen para Granada.
  12   No tienen ningún moro    que a demandárselo salga,
     sino fuera un moro viejo    que Penatilar* se llama,
  14   que salió con dos mil moros,    y volvió huyendo a Granada.
     Sabido lo ha Albayaldos    allá allende do estaba,
  16   hiciera armar un navío,    pasara la mar salada.
     Sálenselo a recebir    esos moros de Granada,
  18   allá se lo aposentaban    en lo alto de la Alhambra.
     Íbaselo a ver el rey,    el rey Alijar de Granada:
  20   --Bien vengades, Albayaldos,    buena sea vuestra llegada.
     Si venís a ganar sueldo    dároslo he de buena gana
  22   y si venís por mujer,    dárseos ha mora lozana;
     de tres hijas que yo tengo,    dárseos ha la más gallarda.
  24   --¡Mahoma te guarde, el rey,    Alá sea en la tu guarda!
     no vengo a ganar sueldo,    que en mis tierras lo pagaba,
  26   ni vengo a tomar mujer,    porque yo casado estaba;
     mas una nueva es venida    de la cual a mí pesaba,
  28   que vos corría la tierra    el Maestre de Calatrava,
     y que sin ningún temor    hasta la ciudad llegaba,
  30   y que por la puerta de Elvira    atestaba la su lanza,
     y que nadie de vosotros    demandárselo osaba.
  32   A esto vengo yo, el rey,    a esto fue mi llegada,
     para prender al Maestre,    y traelle por la barba.--
  34   Allí habló luego un moro    que era alguacil de Granada:
     --Calles, calles, Albayaldos,    no digas la tal palabra,
  36   que si vieses al Maestre    temblar te hia la barba,
     porque es muy buen caballero    y esforzado en la batalla.
  38   Cuando lo oyó Albayaldos    enojadamente habla:
     --Calles, calles, perro moro,    si no, dárte he una bofetada,
  40   porque yo soy caballero,    y cumpliré mi palabra.
     --Si me la das, Albayaldos,    serte ha bien demandada.
  42   El rey desque vio esto    el guante en medio arrojara:
     --Calledes vos, alguacil,    no se os debe dar nada,
  44   que Albayaldos es mancebo;    no miró lo que hablaba.--
     Allí hablara Albayaldos,    al rey de esta suerte habla:
  46   --Dédesme vos dos mil moros,    los que a mí me agradaban,
     y a ese fraile capilludo    yo os le traeré por la barba.--
  48   Diérale el rey dos mil moros,    los que él le señalara:
     todos los toma mancebos,    casado no le agradaba.
  50   Sabídolo ha el Maestre    allá en Santa Fe do estaba,
     salióselos a recebir    por aquella vega llana
  52   con quinientos comendadores,    que entonces más no alcanzaba.
     A los primeros encuentros    un comendador a pie anda;
  54   Avendaño había por nombre,    Avedaño se llamaba.
     Punchándole anda Albayaldos    con la punta de la lanza,
  56   a grandes voces diciendo,    con su lanza ensangrentada:
     --Dáte, dáte, capilludo,    a la casa de Granada.
  58   --¡Ni por vos, el moro perro,    ni por la vuestra compaña!--
     Ellos en aquesto estando,    el Maestre que allegaba,
  60   a grandes voces diciendo:    --¡Santiago! y ¡Calatrava!--
     Álzase en los estribos,    y la lanza le arrojaba;
  62   diole por el corazón,    salido le había a la espalda.
     Como ovejas sin pastor    que andan descaminadas,
  64   ansí andaban los moros    desque Albayaldos faltara,
     que de dos mil y quinientos    treinta solos escaparan,
  66   los cuales vuelven huyendo,    y se encierran en Granada.
     Bien lo ha visto el rey moro    de las torres donde estaba;
  68   si miedo tenía de antes,    mucho más allí cobrara.

Nota: *¿Diría: Ben Alatar?

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0070.6:1 El maestre y Aliatar [A] (á-a)            (ficha no.: 1494)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Silva de 1550* t. II, f. 74 (Romance del moro Aliatar**; Timoneda. Rosa española y Pliego suelto del s. XVI. Aqui comiençan seys romances: el primero es de la mañana de sant Juan etc. [Praga II, 68, 220-221; Dicc. 683]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 90, vol. I, pp. 293- 295.  064 hemist.  Música registrada.

     De Granada parte el moro    que Alatar se llamaba,
  2   primo hermano de Bayaldos,    el que el Maestre matara.
     caballero en un caballo    que de diez años pasaba,
  4   tres cristianos se le curan,    y él mismo le da cebada.
     Una lanza con dos hierros,    que de treinta palmos pasa:
  6   hízola aposta el moro    para bien señorealla;
     una adarga ante sus pechos    toda muza y cotellada;
  8   una toca en su cabeza,    que nueve vueltas le daba:
     los cabos eran de oro,    de oro y seda de Granada;
  10   lleva el brazo arremangado,    sola la mano alheñada.
     Tan saludo iba el moro,    que bien demuestra su saña,
  12   que mientras pasa la puente    jamás a Darro mirara.
     Rogando iba a Mahoma,    y Alá le suplicaba
  14   le demuestre algún cristiano    en que sangriente su lanza.
     Camino va de Antequera,    parecía que volaba;
  16   solo va sin compañía    con una furiosa saña.
     Antes que llegue a Antequera    vido una seña cristiana;
  18   vuelve riendas al caballo    y para allá le guiaba;
     la lanza iba blandiendo,    parecía que la quebraba.
  20   Sáleselo a recebir    el Maestre de Calatrava,
     caballero en una yegua    que ese día la ganara
  22   con esfuerzo y valentía    a ese alcaide del Alhama
     Armado de todas armas,    hermoso se devisaba;
  4   una veleta traía    en una lanza acerada.
     Arremete el uno al otro,    el moro gran grito daba:
  26   --¡Por Alá, perro cristiano,    te prenderé por la barba!--
     Y el Maestre entre sí mesmo    a Jesús se encomendaba.
  28   Ya andaba cansado el moro,    su caballo ya cansaba;
     el Maestre, que es valiente,    muy gran esfuerzo tomara.
  30   Acometió recio al moro,    la cabeza le cortara.
     El caballo, que era bueno,    al rey se lo presentara;
  32   la cabeza en el arzón    porque supiese la causa.

Variantes: --2a Abayardos. Tim.; Abayaldo. Pl. s. -5b que treinta palmos pasaba. Tim., Pl. s.; -6a aposta la hizo el moro. Tim.; -9b con seda de fina grana. Tim.; -11b mostraba. Tim.; -13b a Mahoma. Tim.; -14b ensangriente. Tim., Pl. s.; -18b a la seña. Tim.; -20a Saliósele. Tim., Pl. s.
Notas: *Pérez de Hita pone en su Historia de los bandos de Cegríes etc., un romance al mismo asunto que no sólo tiene un principio casi igual a este (De Granada sale el moro etc.), sino repite también trozos enteros de él; por eso no es más que una refundición ampliada de nuestro texto.
**Sobre el asunto según lo cuentan los romances, véase Clemencín, Comentario al Don Quijote, tomo V. p. 390; y sobre Aliatar, el histórico, y el cerco de Loja en el año de 1482, cuyo alcalde fue entonces Aliatar, y en cuyo ataque murió el Maestre don Rodrigo Giron, véase la Hist. de Granada de Lafuente Alcántara, tomo III. p. 399 a 403.

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0272:1 Prisión del rey Chico (í-o)            (ficha no.: 1495)

Versión de España. Recogida 00/00/1570 Publicada en Canc. de rom. ed. de Medina 1570 (Romance de la huída del rey moro) y Timoneda, Rosa española (Romance de cómo fue preso el rey Chiquito de Granaba, y después rescatado). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 91, vol. I, pp. 296- 298.  064 hemist.  Música registrada.

     Junto al vado de Genil,    por un camino seguido
  2   viene un moro de a caballo,    de polvo y sangre teñido,
     corriendo a todo correr    como el que viene huido.
  4   Llegado junto a Granada,    da gran grito y alarido,
     publicando malas nuevas    de un caso que ha acontecido:
  6   --Que se perdió el rey Chiquito    y los que con él han ido
     y que no escapó nínguno,    preso, muerto o mal herido;
  8   que de cuantos allí fueron    yo solo me he guarecido,
     a traer nueva tan triste    del gran mal que ha sucedido.
  10   Los que a vuestro rey vencieron    sabed, si no habéis sabido,
     que fue aquel Diego Hernández,    de Córdoba es su apellido,
  12   alcaide de los donceles,    hombre sabio y atrevido,
     y aquel gran conde de Cabra,    que en su ayuda ha venido.
  14   Y este venció la batalla    y aquel trance tan reñido,
     y otro, Lope de Mendoza,    que de Cabra había salido,
  16   que andaba entre los peones    como un león atrevido.
     Y sabed que el rey no es muerto,    más que está en prisión metido,
  18   que le vide ir en trailla    con acto muy abatido,
     y llevábanlo a Lucena,    junto adonde fue vencido.--
  20   Lloraba toda Granada,    con grande llanto y gemido;
     lloraban mozos y viejos    con algazara y ruido;
  22   lloraban todas las moras    un llanto muy dolorido;
     mesan sus cabellos negros    desgarrando sus vestidos,
  24   arrañadas blancas caras    y sus rostros tan lucidos:
     unas por padres y hijos,    otras hermano marido,
  26   lloran tanto caballero    como allá se hubo perdido;
     lloraban por su buen rey    tan amado y tan querido.
  28   Queréllanse de Mahoma,    que ansí ha desfavorecido
     a su ejército y su rey,    que fuese así destruido,
  30   prometiendo todas sus joyas,    para que sea redimido,
     sus ajorcas y tejillos,    atutes de oro subido,
  32   y con estas y otras cosas    dar su rescate cumplido.

Variantes de Timoneda: -10a nuestro; -16b como león bravo metido; -17b está en prisión rendido; -19a faltan este y los tres versos que le siguen; -23a unas lloran padres, hijos; -25a También faltan éste y los tres versos que le siguen; -28a Prometen todas sus joyas; -30a con esto y otras riquezas / fue rescatado y traído // el rey Chiquito a Granada, / y en su posesión metido //.
Notas: * Sobre la prisión del rey moro Boabdil 21 de abril del año de 1483 véase la Historia de Granada por Lafuente Alcántara, tomo III. pag. 432 a 435.

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0830.7:1 Anuncian al rey Chico la llegada de los cristianos (á-a) (á-a)            (ficha no.: 1496)

Versión de España. Recogida 00/00/1595 Publicada en Pérez de Hita, Historia de los bandos de Cegríes,etc.. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 92, vol. I, pp. 298-300 (Llegan nuevas a Granada de que el ejército cristiano se aproxima para sitiarla).  056 hemist.  Música registrada.

     Mensajeros le han entrado    al rey Chico de Granada;
  2   entran por la puerta Elvira,    y paran en el Alhambra.
     Ese que primero llega    Mahomad Cegrí se llama;
  4   herido viene en el brazo    de una muy mala lanzada;
     y así como ante él llegó,    de esta manera le habla,
  6   con el rostro demudado,    de color muy fría y blanca:
     --Nuevas te traigo, señor,    y una muy mala embajada:
  8   por ese fresco Genil    mucha gente viene armada,
     sus banderas traen tendidas,    puestos a son de batalla,
  10   un estandarte dorado,    en el cual viene bordada
     una muy hermosa cruz,    que más relumbra que plata,
  12   y un Cristo crucificado    traía por cada banda.
     General de aquella gente    el rey Fernando se llama;
  14   todos hacen juramento    en la imágen figurada,
     de no salir de la vega    hasta ganar a Granada;
  16   y con esta gente viene    una reina muy preciada,
     llamada doña Isabel,    de grande nobleza y fama.
  18   Veisme aquí, que herido vengo    agora de una batalla
     que entre cristianos y moros    en la vega fue trabada:
  20   treinta Cegríes quedan muertos,    pasados por el espada
     de cristianos Bencerrajes    con braveza no pensada,
  22   con otros acompañados    de la cristiana mesnada.
     Hicieron aqueste estrago    en la vega de Granada:
  24   perdóname por Dios, rey,    que no puedo hablar palabra,
     que me siento desmayado    de la sangre que me falta.--
  26   Estas palabras diciendo,    el Cegrí allí se desmaya:
     de esto quedó triste el rey,    y no pudo hablar palabra.
  28   Quitáron de allí al Cegrí,    y lleváronle a su casa.

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0830.6:1 Anuncian al rey Chico la llegada de los cristianos (á-o) (á-o)            (ficha no.: 1497)

Versión de España. Recogida 00/00/1595 Publicada en Pérez de Hita, Historia de los bandos de Cegríes etc.. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 92a, vol. I, pp. 300- 302.  044 hemist.  Música registrada.

     Al rey Chico de Granada    mensajeros le han entrado;
  2   entran por la puerta Elvira,    y en el Alhambra han parado.
     Ese que primero llega    es ese Cegrí nombrado,
  4   con una marlota negra,    señal de luto mostrando.
     Las rodillas por el suelo,    de esta manera ha hablado:
  6   --Nuevas te traigo, señor,    de dolor en sumo grado:
     por este fresco Genil    un campo viene marchando,
  8   todo de lucida gente;    las armas van relumbrando.
     Las banderas traen tendidas,    y un estandarte dorado.
  10   El general de esta gente    se llama el rey don Fernando:
     en el estandarte traen    un Cristo crucificado.
  12   Todos hacen juramento    morir por el Figurado,
     Y no salir de la vega,    ni atras volver un paso
  14   hasta ganar a Granada    y tenerla a su mandado.
     Y también viene la reina,    mujer del rey don Fernando,
  16   la cual tiene tanto esfuerzo,    que anima a cualquier soldado.
     Yo vengo herido, buen rey,    un brazo traigo pasado,
  18   y un escuadron de tus moros    ha sido desbaratado;
     todo el campo de Alhendín    queda roto y saqueado.--
  20   Estas palabras diciendo,    cayó el Cegrí desmayado:
     mucho lo sintió el rey moro;    del gran dolor ha llorado.
  22   Quitáron de allí al Cegrí    y a su casa lo llevaron.

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0067.6:1 Garcilaso y el Ave María (á-o)            (ficha no.: 1498)

Versión de España. Recogida 00/00/1595 Publicada en Pérez de Hita, Historia de los bandos de Cegríes etc. donde este romance está llamado antiguo. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 93, vol. I, pp. 302-306 (De Garcilaso de la Vega).  138 hemist.  Música registrada.

     Cercada está Santa Fe    con mucho lienzo encerado,
  2   al derredor muchas tiendas    de seda, oro y brocado,
     donde están duques y condes,    señores de grande estado,
  4   y otros muchos capitanes    que lleva el rey don Fernando,
     todos de valor crecido,    como ya habréis notado
  6   en la guerra que se ha hecho    contra el granadino estado;
     cuando a las nueve del día    un moro se ha demostrado
  8   encima un caballo negro    de blancas manchas manchado,
     cortados ambos hocicos,    porque lo tiene enseñado
  10   el moro que con sus dientes    despedace a los cristianos.
     El moro viene vestido    de blanco, azul y encarnado,
  12   y debajo esta librea    trae un muy fuerte jaco,
     y una lanza con dos hierros    de acero muy bien templado,
  14   y una adarga hecha en Fez    de un ante rico estimado.
     Aqueste perro, con befa,    en la cola del caballo,
  16   la sagrada Ave María    llevaba, haciendo escarnio.
     Llegando junto a las tiendas    de esta manera ha hablado:
  18   --¿Cuál será aquel caballero    que sea tan esforzado
     que quiera hacer conmigo    batalla en aqueste campo?
  20   Salga uno, salgan dos,    salgan tres osalgan cuatro:
     el alcaide de los donceles    salga, que es hombre afamado;
  22   salga ese conde de Cabra,    en guerra experimentado;
     salga Gonzalo Fernández,    que es de Córdoba nombrado,
  24   ó si no, Martín Galindo,    que es valeroso soldado;
     salga ese Portocarrero,    señor de Palma nombrado,
  26   ó el bravo don Manuel    Ponce de León llamado,
     aquel que sacara el guante    que por industria fue echado
  28   donde estaban los leones,    y él le sacó muy osado**;
     y si no salen aquestos,    salga el mismo rey Fernando,
  30   que yo le daré a entender    si soy de valor sobrado.--
     Los caballeros del rey    todos le están escuchando
  32   cada uno pretendía    salir con el moro al campo.
     Garcilaso estaba allí,    mozo gallardo, esforzado;
  34   licencia le pide al rey    para salir al pagano.
     --Garcilaso, sois muy mozo    para emprender este caso;
  36   otros hay en el real    para poder encargarlo.--
     Garcilaso se despide    muy confuso y enojado,
  38   por no tener la licencia    que al rey había demandado.
     Pero muy secretamente    Garcilaso se había armado,
  40   y en un caballo morcillo    salido se había al campo.
     Nadie le ha conocido    porque sale disfrazado;
  42   fuése donde estaba el moro    y de esta suerte le ha hablado:
     --¡Ahora verás, el moro,    si tiene el rey don Fernando
  44   caballeros valerosos    que salgan contigo al campo!
     Yo soy el menor de todos,    y vengo por su mandado.--
  46   El moro cuando le vio    en poco le había estimado,
     y díjole de esta suerte:    --Yo no estoy acostumbrado
  48   a hacer batalla campal    sino con hombres barbados:
     Vuélvete, rapaz, le dice.    y venga el más estimado.--
  50   Garcilaso con enojo    puso piernas al caballo;
     arremetió para el moro,    y un gran encuentro le ha dado.
  52   El moro que aquesto vio    revuelve así como un rayo:
     comienzan la escaramuza    con un furor muy sobrado.
  54   Garcilaso, aunque era mozo,    mostraba valor sobrado;
     diole al moro una lanzada    por debajo del sobaco:
  56   el moro cayera muerto,    tendido le había en el campo.
     Garcilaso con presteza    del caballo se ha apeado:
  58   cortárale la cabeza    y en el arzón la ha colgado:
     quitó el Ave-María    de la cola del caballo:
  60   hincado de ambas rodillas    con devoción la ha besado,
     y en la punta de su lanza    por bandera la ha colgado.
  62   Subió en su caballo luego,    y el del moro había tomado.
     Cargado de estos despojos    al real se había tornado,
  64   do estaban todos los grandes,    también el rey don Fernando.
     Todos tienen a grandeza    aquel hecho señalado;
  66   también el rey y la reina    mucho se han maravillado
     en ser Garcilaso mozo    y haber hecho un tan gran caso.
  68   Garcilaso de la Vega    desde allí se ha intitulado,
     porque en la vega hiciera    campo con aquel pagano.

Nota: *Sobre la tan célebre hazaña de Hernán Pérez del Pulgar la cual ocasionó este desafío al fin del año de 1490, véase la Historia de Granada, por Lafuente Alcántra, tomo IV. pag. 100 a 102.
** Véase el romance de don Manuel de León que dice: Ese conde don Manuel.

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0061:2 Don Manuel y el moro Muza (á-o)            (ficha no.: 1499)

Versión de España. Recogida 00/00/1600 Publicada en un pliego suelto del s. XVI. Romance de don Manuel glosado por Padilla, en el Rom. general del señor Durán [Dicc. 415/416]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 94, vol. I, pp. 306-308 (De don Manuel Ponce de León*).  058 hemist.  Música registrada.

     --¿Cuál será aquel caballero    de los míos más preciado,
  2   que me traiga la cabeza    de aquel moro señalado
     que delante de mis ojos    a cuatro ha lanceado,
  4   pues que las cabezas trae    en el pretal del caballo?--
     Oídolo ha don Manuel    que andaba allí paseando,
  6   que de unas viejas heridas    no estaba del todo gano.
     Apriesa pide las armas,    y en un punto fue armado,
  8   y por delante el corredor    va arremetiendo el caballo.
     Con la gran fuerza que puso,    la sangre le ha reventado:
  10   gran lástima le han las damas    de velle que ya tan flaco.
     Ruéganle todos que vuelva;    mas él quiere aceptarlo.
  12   Derecho va para el moro,    que está en la plaza parado.
     El moro desque lo vido    de esta manera ha hablado:
  14   --Bien sé yo, don Manuel,    que vienes determinado,
     y es la causa conocerme    por las nuevas que te han dado;
  16   mas, porque logres tus días,    vuélvete, y deja el caballo,
     que yo soy el moro Muza,    ese moro tan nombrado:
  18   soy de los Almoradíes,    de quien el Cid ha temblado.
     --Yo te lo agradezco, moro    que de mí tengas cuidado,
  20   que pues las damas me envían,    no volveré sin recaudo.--
     Y sin hablar más razones    entrambos han apartado,
  22   y a los primeros encuentros    el moro deja el caballo,
     y puso mano a un alfanje,    como valiente soldado.
  24   Fuése para don Manuel,    que ya le estaba aguardando;
     mas don Manuel, como diestro,    la lanza le había terciado.
  26   Vara y media que da fuera,    que le queda blandeando,
     y desque muerto lo vido    apeose del caballo.
  28   Cortádole ha la cabeza,    y en la lanza la ha hincado,
     y por delante las damas    al buen rey la ha presentado.

Nota: * «Don Manuel Ponce de León, dice Salazar de Mendoza (Crónica de la excelentísima casa de los Ponces de León. Toledo, 1620. en 4to, f. 177 vo.); . . . fue aquel valiente y valeroso caballero, de quien se han contado y escrito tan grandes hechos en armas. Hallóse en la conquista del reino de Granada y en muchas cosas en que intervino su hermano el gran duque de Cádiz. Casó en Valladolid con doña Guiomar de Castro». Fue éste el progenitor de los condes de Baylen. --Este acontecimiento, caso que sea histórico, hubo de suceder por el fin del año de 1491. --Véase la Historia de Granada, por Lafuente Alcántara, Tomo IV. pag. 126 y 127, donde se refiere la catástrofe misteriosa y algo novelesca de la heróica vida del valiente Muza.

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0064:1 Muerte de don Alonso de Aguilar (á-a)            (ficha no.: 1500)

Versión de España. Recogida 00/00/1600 Publicada en un pliego suelto del s. XVI. Nueva glosa fundada sobre aquel antiguo y verdadero romance de Álora la bien cercada etc.[Pliego suelto nº. 1: Praga II, pl. 54, 109-111; Dicc. 21]) y Pliego suelto del s. XVI. Romance de don Alonso de Aguilar etc. [Pl. s. No. 2: Gotinga, pl. 6, 45-47]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 95, vol. I, pp. 308-313 (Romance fronterizo XXXV.).  150 hemist.  Música registrada.

     Estando el rey don Fernando    en conquista de Granada
  2   con valientes capitanes    de la nobleza de España,
     armados estaban todos    de ricas y fuertes armas.
  4   El rey los llama en su tienda    un lunes por la mañana.
     Desque los tuviera juntos    de esta manera les habla:
  6   --¿Cuál será aquel caballero    que, por ensalzar su fama,
     mostrando su gran esfuerzo    sube a la sierra mañana?--
  8   Unos a otros se miran,    el sí ninguno le daba,
     que la ida es peligrosa,    mucho más es la tornada,
  10   y con el temor que tienen    a todos tiembla la barba.
     Levantóse don Alonso    que de Aguilar se llamaba.
  12   --Yo subiré allá, buen rey,    desde ahora lo aceptaba;
     tal empresa como aquesa    para mí estaba guardada.
  14   Quiero morir o vencer    aquesa gente pagana;
     que si Dios me da salud    la injuria será vengada.--
  16   Armóse luego ante el rey    de las sus armas preciadas;
     saltó sobre un gran caballo,    y su escudo embrazara,
  18   gruesa lanza con dos hierros    en la su mano llevaba.
     Valiente va don Alonso,    su esfuerzo gran temor daba;
  20   van con él sus caballeros,    toda su noble compaña.
     Entre moros y cristianos    se traba cruel batalla;
  22   los moros, como son muchos,    a los cristianos maltratan.
     Huyendo van los cristianos,    huyendo por una playa.
  24   Esfuérzalos don Alonso    diciendo tales palabras:
     --¡Vuelta, vuelta, caballeros,    vuelta, vuelta a la batalla!,
  26   que aunque ellos eran muchos,    cobarde es el que desmaya.
     Acordaos del gran esfuerzo    de la gente castellana.
  28   Mejor es aquí morir    ejercitando las armas,
     que no vivir con deshonra    con vida tan aviltada:
  30   que muriendo viviremos,    pues vivirá nuestra fama,
     que la vida presto muere,    la honra mucho duraba.--
  32   Con estas palabras todos    muy gran esfuerzo tomaban;
     murieron como valientes,    ninguno con vida escapa.
  34   ólo queda don Alonso,    el cual blandiendo su lanza
     se mete entre los moros    con crecida y grande saña:
  36   a muchos quita la vida,    a otros muy mal los llaga.
     En torno lo cercan moros    con grita y gran algazara.
  38   Tantos moros tiene muertos    que sus cuerpos lo amparaba.
     Cércanlo de todas partes,    muy malamente lo llagan;
  40   siete lanzadas tenía,    todas el cuerpo le pasan.
     Muerto yace don Alonso,    su sangre la tierra baña.
  42   Llorando está, llorando    una captiva cristiana,
     que cuando niño pequeño    a sus pechos le criara.
  44   Estaba cerca del cuerpo    arañando la su cara.
     Tanto llora la captiva    que de llorar se desmaya,
  46   y después de vuelta en sí    con don Alonso se abraza,
     besaba el cuerpo defunto,    en lágrimas lo bañaba,
  48   torcía sus blancas manos,    los ojos al cielo alzaba,
     los gritos que estaba dando    junto a los cielos llegaban;
  50   las lástimas que decía    los corazones traspasan:
     --¡Don Alonso, don Alonso!    ¡Dios perdone la tu alma!,
  52   que te mataron los moros,    los moros del Alpujarra;
     no se tiene por buen moro    quien no te daba lanzada.
  54   Lloren todos como yo,    lloren tu muerte temprana,
     llórete el rey don Fernando,    tu vida poco lograda,
  56   llore Aguilar y Montilla    tal señor como le matan,
     lloren todos los cristianos    pérdida tan lastimada,
  58   llore ese gran capitán    pérdida tan señalada,
     que muerte de tal hermano    razon es, la gima y plaña:
  60   que tu esfuerzo tan crecido    esta muerte te causara.
     Dechado tomen los buenos    para tomar noble fama,
  62   pues murió como valiente,    y no en regalos de damas;
     murió como caballero    matando gente pagana.--
  64   Y estas palabras diciendo    otra vez se traspasaba.
     Llegó allí un moro viejo,    la barba crecida y cana:
  66   --No quiera Alá--, dijo a voces    --a ti más ofensa se haga.--
     Echó mano a un alfange,    la cabeza le cortara,
  68   tomóla por los cabellos,    para su rey la llevaba,
     diciendo: --Tal caballero    esforzado y de tal fama,
  70   no es justo siendo muerto,    que tal baldón se le haga.--
     El rey moro que lo vido,    gran pesar de ello cobrara;
  72   el cuerpo manda traer    de allí donde muerto estaba.
     Enviólo al rey don Fernando,    y la cabeza cortada;
  74   el rey hubo gran placer    en que muerto le cobraba,
     que puesto que allí muriera    su fama siempre volaba.

Variantes del Pliego suelto No. 2: -3b armados de fuertes armas; -4a llamó; -7b a la sierra Nevada; -9b muy dudosa la tornada; -12a De subir a ella, buen rey; -12b yo de; -15a salud me da -20b suben a sierra Nevada; -21b se trabó Pl. s. No. 2; -26a que aunque los moros son muchos; -32b a la batalla tornaban; -33a muriendo; -35a metió; -35b cruel; -39b mortalmente; -44a a su pecho lo criara: / que cuando oyera su muerte // se huyó de quien estaba, / llegóse junto del cuerpo; -57b señalada; -62b no en regalos ni entre damas; -66a No quiero, le dijo a voces; -66b aquí; -70b ningún b,; -72a mandó; -75a que aunque él.

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0064:2 Muerte de don Alonso de Aguilar (á-a)            (ficha no.: 1501)

Versión de España. Recogida 00/00/1595 Publicada en Pérez de Hita, Historia de los bandos de Cegríes etc. *. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 95a, vol. I, pp. 313-316 (Romance fronterizo. XXXVI.).  086 hemist.  Música registrada.

     Estando el rey don Fernando    en conquísta de Granada,
  2   donde están duques y condes    y otros señores de salva,
     con valientes capitanes    de la nobleza de España,
  4   desque la hubo ganado,    a sus capitanes llama.
     Cuando los tuviera juntos,    de esta manera les habla:
  6   --¿Cuál de vosotros, amigos,    irá a la sierra mañana
     a poner el mi pendón    encima del Alpujarra?--
  8   Mirábanse unos a otros,    y ninguno el sí le daba,
     que la ida es peligrosa    y dudosa la tornada,
  10   y con el temor que tienen,    a todos tiembla la barba,
     si no fuera a don Alonso    que de Aguilar se llamaba.
  12   Levantóse en pie ante el rey;    de esta manera le habla:
     --Aquesta empresa, señor,    para mí estaba guardada,
  14   que mi señora la reina    ya me la tiene mandada.--
     Alegróse mucho el rey    por la oferta que le daba.
  16   Aun no era amanecido    don Alonso ya cabalga
     con quinientos de a caballo,    y mil infantes llevaba.
  18   Comienza a subir la sierra    que llamaban la Nevada.
     Los moros que lo supieron    ordenaron gran batalla,
  20   y entre ramblas y mil cuestas    se pusíeron en parada.
     La batalla se comienza    muy cruel y ensangrentada;
  22   porque los moros son muchos,    tienen la cuesta ganada
     aquí la caballería    no podía hacer nada,
  24   y ansí con grandes peñascos    fue en un punto destrozada.
     Los que escaparon de aquí    vuelven huyendo a Granada.
  26   Don Alonso y sus infantes    subieron a una llanada;
     aunque quedan muchos muertos    en una rambla y cañada,
  28   tantos cargan de los moros,    que a los cristianos mataban.
     Solo queda don Alonso,    su compaña es acabada:
  30   pelea como un león,    mas su esfuerzo vale nada
     porque los moros son muchos    y ningún vagar le daban.
  32   En mil partes ya herido    no puede mover la espada;
     de la sangre que ha perdido    don Alonso se desmaya.
  34   Al fin cayó muerto en tierra,    a Dios rindiendo su alma;
     no se tiene por buen moro    el que no le da lanzada.
  36   Lleváronle a un lugar    que es Ojicar la nombrada;
     allí le vienen a ver    como a cosa señalada.
  38   Míranle moros y moras,    de su muerte se holgaban.
     Llorábale una cautiva,    una cautiva cristiana,
  40   que de chiquito en la cuna    a sus pechos le criara.
     A las palabras que dice,    cualquiera mora lloraba:
  42   --Don Alonso, don Alonso,    Dios perdone la tu alma,
     que te mataron los moros,    los moros de la Alpujarra.

Nota: *«Este fin lastimoso, dice Pérez de Hita tuvo don Alonso de Aguilar: ahora sobre su muerte hay discordia entre los poetas que sobre esta historia han escrito romances, porque uno dice que esta batalla y otra de cristianos fue en la Sierra Nevada; otro poeta que hizo el romance de Rio verde, dice que fue la batalla en Sierra Bermeja.» --Harto conocido es ya, que fue en la Sierra Bermeja, que murió don Alonso de Aguilar, hermano del gran Capitán Gonzalo de Córdoba, con otros caballeros, 16 de marzo del año de 1501, en una batalla contra los moriscos amotinados de las Alpujarras. --Véase la Historia de Granada, por Lafuente Alcántara, Tomo IV. pag. 167 a 169; - y sobre Alonso de Aguilar, ibid. Tomo III, pag. 374 y 375.

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0106:1 Prisión de Sayavedra: Río Verde (í-a) (í-a)            (ficha no.: 1502)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 174); Canc. de rom. 1550 f. 182 y Silva de 1550 tom. I, f. 97 (Romance de Sayavedra). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 96, vol. I, pp. 316-318 (Romance fronterizo.--XXXVII.).  072 hemist.  Música registrada.

     ¡Río Verde, Río Verde,    más negro vas que la tinta!
  2   entre ti y Sierra Bermeja    murió gran caballería,
     mataron a Ordiales,    Sayavedra huyendo iba;
  4   con el temor de los moros    entre un jaral se metia.
     Tres días ha, con sus noches,    que bocado no comia;
  6   aquejábale la sed    y la hambre que tenía.
     Por buscar algún remedio    al camino se salía;
  8   visto lo habían los moros    que andan por la serranía.
     Los moros desque lo vieron,    luego para él se venían.
  10   Unos dicen: --¡Muera, muera!--    otros dicen: --¡Viva, viva!--
     Tómanle entre todos ellos;    bien acompañado iba.
  12   Allá le van a presentar    al rey de la morería.
     Desque el rey moro lo vido    bien oiréis lo que decía:
     14--¿Quién es ese caballero    que ha escapado con la vida?
     --Sayavedra es, señor,    Sayavedra el de Sevilla,
  16   el que mataba tus moros    y tu gente destruía,
     el que hacía cabalgadas    y se encerraba en su manida.--
  18   Allí hablara el rey moro,    bien oiréis lo que decía:
     --Dígasme tú, Sayavedra,    si Alá te alargue la vida,
  20   si en tu tierra me tuvieses,    ¿qué honra tú me harías?--
     Allí habló Sayavedra,    de esta suerte le decía:
  22   --Yo te lo diré, señor,    nada no te mentiria:
     si cristiano te tornases,    grande honra te haría;
  24   y si así no lo hicieses,    muy bien te castigaría:
     la cabeza de los hombros    luego te la cortaría.
  26   --Calles, calles, Sayavedra,    cese tu malenconía;
     tórnate moro si quieres,    y verás qué te daría:
  28   darte he villas y castillos,    y joyas de gran valía.--
     Gran pesar ha Sayavedra    d` esto que oír decía;
  30   con una voz rigurosa    d` esta suerte respondía:
     --Muera, muera Sayavedra;    la fe no renegaría,
  32   que mientra vida tuviere    la fe yo defendería.
     Allí hablara el rey moro,    y d` esta suerte decía:
  34   --Prendeldo, mis caballeros,    y d` él me haced justicia.--
     Echó mano a su espada,    de todos se defendía;
  36   mas como era uno solo,    allí hizo fin su vida.

Variantes y nota: -12a Llévanle a presentar. Silva; -19b diría Silva; -29b así en la Silva, todas las ed. del Canc. de rom. y aun el Romancero de Durán, mientras en Primavera se insiste en nota que se trata de una "equivocación manifiesta": que debía de ser decir oía.

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0106:2 Prisión de Sayavedra: Río Verde (í-a) (í-a)            (ficha no.: 1503)

Versión de España. Recogida 00/00/1595 Publicada en Pérez de Hita, Historia de las bandos de Cegríes etc.. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 96a, vol. I, pp. 319-320 (Romance fronterizo. - XXXVIII.).  062 hemist.  Música registrada.

     ¡Río Verde, Río Verde!    tinto vas en sangre viva;
  2   entre ti y Sierra-Bermeja    murió gran caballería.
     Murieron duques y condes,    señores de gran valía;
  4   allí murió Urdiales,    hombre de valor y estima.
     Huyendo va Sayavedra    por una ladera arriba;
  6   tras dél iba un renegado,    que muy bien lo conocía.
     Con algazara muy grande    de esta manera decía.
  8   --Date, date, Sayavedra,    que muy bien te conocia;
     bien te vide jugar cañas    en la plaza de Sevilla,
  10   y bien conocí tus padres    y a tu mujer doña Elvira.
     Siete años fui tu cautivo,    y me diste mala vida;
  12   ahora lo serás mío,    o me ha de costar la vida.--
     Sayavedra, que lo oyera,    como un leon revolvía;
  14   tiróle el moro un cuadrillo    y por alto hizo vía.
     Sayavedra con su espada    duramente lo hería:
  16   cayó muerto el renegado    de aquella grande herida.
     Cercaron a Sayavedra    más de mil moros que había;
  18   hiciéronle mil pedazos    con saña que dél tenían.
     Don Alonso en este tiempo    muy gran batalla hacía:
  20   el caballo le habían muerto,    por muralla le tenía,
     y arrimado a un gran peñon    con valor se defendía.
  22   Muchos moros tiene muertos;    mas muy poco le valía,
     porque sobre él cargan muchos    y le dan grandes heridas,
  24   tantas que allí cayó muerto    entre la gente enemiga.
     Tambien el conde de Ureña    mal herido en demasía,
  26   se sale de la batalla,    llevado por una guía
     que sabía bien la senda,    que de la sierra salía;
  28   muchos moros deja muertos,    por su grande valentía.
     Tambien algunos se escapan    que al buen conde le seguían.
  30   Don Alonso quedó muerto,    recobrando nueva vida
     con una fama inmortal    de su esfuerzo y su valía.

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2013:1 Muerte de Sayavedra y de don Alonso de Aguilar (á-a)            (ficha no.: 1504)

Versión de España. Recogida 00/00/1595 Publicada en Pérez de Hita, Historia de los bandos de Cegríes etc.. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 96b., vol. I, pp. 321- 323 (Romance fronterizo. - XXXIX.*).  066 hemist.  Música registrada.

     ¡Río Verde, Río Verde!    ¡cuánto cuerpo ti se baña
  2   de cristianos y de moros    muertos por la dura espada!
     Y tus ondas cristalinas    de roja sangre se esmaltan,
  4   entre moros y cristianos    se trabó muy gran batalla.
     Murieron duques y condes,    grandes señores de salva,
  6   murió gente de valía    de la nobleza de España.
     En ti murió don Alonso,    que de Aguilar se llamaba;
  8   el valeroso Urdiales    con don Alonso acababa.
     Por una ladera arriba    el buen Sayavedra marcha:
  10   natural es de Sevilla,    de la gente más granada;
     tras dél iba un renegado;    de esta manera le habla:
  12   --Date, date Sayavedra,    no huigas de la batalla;
     yo te conozco muy bien;    gran tiempo estuve en tu casa,
  14   y en la plaza de Sevilla    bien te vide jugar cañas;
     conozco tu padre y madre    y a tu mujer doña Clara.
  16   Siete años fui tu cautivo;    malamente me tratabas,
     y ahora lo serás mío,    si Mahoma me ayudara,
  18   y tan bien te trataré    como tú a mí me tratabas.--
     Sayavedra, que lo oyera,    al moro volvió la cara.
  20   Tiróle el moro una flecha,    pero nunca le acertara;
     mas hirióle Sayavedra    de una herida muy mala.
  22   Muerto cayó el renegado,    sin poder hablar palabra.
     Sayavedra fue cercado    de mucha mora canalla,
  24   y al cabo quedó allí muerto    de una muy mala lanzada.
     Don Alonso en este tiempo    bravamente peleaba;
  26   el caballo le habían muerto,    y lo tiene por muralla;
     mas cargan tantos de moros,    que mal lo hieren y tratan;
  38   de la sangre que perdia,    don Alonso se desmaya:
     al fin, al fin, cayó muerto    al pie de una peña alta.
  30   Tambien el conde de Ureña,    mal herido, se escapaba,
     guiábalo un adalid,    que sabe bien las entradas.
  32   Muchos salen tras el conde,    que le siguen las pisadas:
     muerto quedó don Alonso    eterna fama ganara.

Nota: *«Teniendo noticia algunos poetas que la muerte de don Alonso de Aguilar fue en Sierra Bermeja, alumbrados de los cronistas reales, habiendo visto el romance pasado, no faltó un poeta que hizo otro nuevo, que dice: » (Pérez de Hita, Hist. de los bandos de Cegríes etc. Parte I. cap. 17.).

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1391:1 La galera de Galera (á)            (ficha no.: 1505)

Versión de España. Recogida 00/00/1595 Publicada en Pérez de Hita, Guerras civiles etc. 2a parte*. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 97, vol. I, pp. 323-325 (Romance fronterizo.--XL. La toma de Galera.).  066 hemist.  Música registrada.

     Mastredajes, marineros    de Huéscar y otro lugar
  2   han armado una galera    que no la hay tal en la mar.
     No tiene velas ni remos,    y navega, y hace mal;
  4   el castillo de la popa    tiene muy bien que mirar.
     La carena es una pena    muy fuerte para espantar;
  6   ¡quien pudo galafatarla,    bien sabe galafatar!
     No lleva estopa ni brea,    y el agua no puede entrar,
  8   sino por escotillón,    hecho a costa principal.
     Marinero que la rige    sarracino es natural,
  10   criado acá en nuestra España    por su mal y nuestro mal:
     Abenhozmín ha por nombre,    y es hombre de gran caudal.
  12   Confiado en su Galera,    va diciendo este cantar:
     «¡Galera, la mi Galera,    Dios te me guarde de mal,
  14   del mundo, de los peligros    y del principe don Juan,
     y de su gente española,    que te viene a conquistar!
  16   Si de este golfo me sacas    delante pienso pasar
     a la vuelta de Toledo,    Madrid y el Escorial:
     18el Pardo y Aranjuez    los presumo visitar,
     y llegar a las Asturias,    do otra vez pudo llegar
  20   Abenhozmín mi pasado,    que vino de atiende el mar,
     y poseyó las Españas    casi mil años, o más.»
  22   Estas palabras diciendo,    la galera fue a encallar;
     no puede ir adelante,    ni puede volver atras.
  24   Cristianos la rodearon    para haberla de tomar;
     toda es gente belicosa,    con ellos el gran don Juan.
  26   Comienzan de combatirla,    y ella quiere pelear
     sin darse a ningún partido,    antes quiere allí acabar.
  28   Fuertemente la combate    el de Austria sin la dejar;
     con cañones reforzados    comienza a cañonear.
  30   Poco vale combatirla,    que es fuerte para espantar
     hasta que le arrojan dentro    pólvora, fuego, alquitran,
  32   con que la dan cruda guerra,    y al fin la hacen volar:
     así acabó esta galera    sin poder más navegar.

Nota: *«Y ahora» dice Pérez de Hita después de haber hecho una narración histórica muy circunstanciada del cerca y la toma de Galera (cap. 21 y 22), «trasladaremos aquí otro romance, que sobre el levantamiento de Galera escribió un amigo nuestro.» --Y en efecto, este es, a nuestro modo de ver, el único romance de origen tradicional y en tono popular, de todos los que ha inserto en la segunda parte de su obra. -- El hecho a que se refiere este romance acaeció en el principio del año de 1570, al salir a campaña el infante don Juan de Austria contra los moriscos rebeldes de la Alpujarra. --Véase la excelente obra del señor conde Alberto de Circourt, Hist. da mores Mudejares et des Morisques (Paris, 1846. Tomo III, pag. 56 sg. y pag. 238 a 242).

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0603:1 Don Juan de Navarra y la Fortuna (í-a)            (ficha no.: 1506)

Versión de España. Recogida 00/00/1600 Publicada en un pliego suelto del s. XVI.* (Romance del rey don Juan que perdió a Navarra) [Praga, II, pl 45, 39-40] y Pliego suelto s. l. ni a. del siglo XVI. Aquí comiençan seys romances. El Primero del rey don Pedro etc. [Cataluña pl. 28, 219; Dicc. 681]**. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 98, vol. I, pp. 326- 327.  030 hemist.  Música registrada.

     Los aires andan contrarios,    el sol eclipse hacía,
  2   la luna perdió su lumbre,    el norte no parecía,
     cuando el triste rey don Juan    en la su cama yacía,
  4   cercado de pensamientos,    que valer no se podía.
     --¡Recuerda, buen rey, recuerda,    llorarás tu mancebía!
  6   ¡Cierto no debe dormir    el que sin dicha nacía!
     --¿Quién eres tú, la doncella?,    dímelo por cortesía.
  8   --A mí me llaman Fortuna,    que busco tu compañía.
     --¡Fortuna, cuánto me sigues,    por la gran desdicha mía,
  10   apartado de los míos,    de los que yo más quería!
     ¿Qué es de ti, mí nuevo amor,    qué es de ti, triste hija mía?,
  12   que en verdad hija tú tienes,    Estella, por nombradia.
     ¿Qué es de ti, Olite y Tafalla?    qué es de mi genealogía?
  14   Y ese castillo de Maya    que el duque me lo tenía!
     Pero si el rey no me ayuda    la vida me costaría.--

Variantes del Pliego s. No. 2: -1aLos cielos andan revueltos; -3b en su cama do yacía; -6a debrí; -7b que a mí recordado habías; -11a mi triste hija; -11b Faltan éste y el verso que le sigue; -15a Que; -15b entiendo perder la vida.
Nota: *al ejemplar de que nos hemos aprovechado ha faltado la portada: véase su descripción en la obra de F. Wolf, Ueber eine, Sammlung span. Rom. in fliegenden Blättern auf der Universitäts-Bibliothek zu Prag; pag. 11, No. XLIV.)
**El señor Durán ha publicado este romance según el mismo pliego suelto. --Claro está que el héroe de este romance no es el rey Juan II de Castilla, mas Juan d`Albret que perdió su reino de Navarra en la guerra contra el rey don Fernando el Católico por los años de 1513-1515. El romance parece contemporaneo, y está contrahecho de aquel célebre del rey Rodrigo que empieza lo mismo: Los vientos eran contrarios. --Véanse sobre el asunto: Ant. Nebrisensis (Lebrija), De bello Nacariensi libri duo (Granada, 1545); --Alesón, Anales del reino de Navarra; Tomo V, pag. 250 sg.; -- y Luis Correa, Historia de la conquista del reino de Navarra por el duque de Alba (Pamplona, 1843). -14b El duque de Alba, general del rey don Fernando el Católico. En el verso siguiente se trata de Luis XII, rey de Francia.

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0302:1 Ya se asienta el rey Ramiro (á-e)            (ficha no.: 1507)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 232; Canc. de rom. 1550 f. 246. y Silva de 1550 t. I, f. 155 (Romance del rey Ramiro [de Aragón]*). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 99, 328-329.  028 hemist.  Música registrada.

     Ya se asienta el rey Ramiro,    ya se asienta a sus yantares;
  2   los tres de sus adalides    se le pararon delante:
     al uno llaman Armiño,    al otro llaman Galván,
  4   al otro Tello, lucero    que los adalides trae.
     --Manténgaos Dios, señor.    --Adalides, bien vengades:
  6   ¿qué nuevas me traedes    del campo de Palomares?
     --Buenas las traemos, señor,    pues que venimos acá:
  8   siete días anduvimos,    que nunca comimos pan,
     ni los caballos cebada,    de lo que nos pesa mas;
  10   ni entramos en poblado,    ni vimos con quien hablar
     sino siete cazadores    que andaban a cazar.
  12   Que nos pesó o nos plugo,    hubimos de pelear:
     los cuatro de ellos matamos,    los tres traemos acá.
  14   Y si lo creéis, buen rey,    si no, ellos lo dirán.--

Variantes de la Silva: -6a traéis; -12a que n.
Nota: «No sabemos», dice el señor Duran, «a qué rey Ramiro de Aragón pertenece la época de este romance, el cual parece que es solo fragmento de alguno que se ha perdido; pero de todos modos es acaso uno de los más célebres y populares y que más han servido para glosas, y para temas de otros muchos que lo han mudado o contrahecho».

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0383:1 Retraída estaba la reina (í-a)            (ficha no.: 1508)

Versión de España. Recogida 00/00/1448 Publicada en Cancionero de Lope de Stúñiga, hecho en 1448, manuscrito, de donde han sacado y publicado por primera vez este romance los señores Gayangos y Vedia en las adiciones a su traducción ...* y Carvajal, Poesie, nº 76 (ed. y estudio de Emma Scoles, Roma: Edizioni dell` Ateneo, 1967]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 100, vol. I, pp. 330-332 (De la reina María de Aragon**).  090 hemist.  Música registrada.

     Retraída estaba la reina,    la muy casta doña María,
  2   mujer de Alfonso el Magno,    fija del rey de Castilla,
     el, el templo de Diana    do sacrificio fasía.
  4   Vestida estaba de blanco,    un parche de oro ceñia,
     collar de jarras al cuello    con un grifo que pendía,
  6   Pater noster en sus manos,    corona de palmería.
     Acabada su oración,    como quien planto fasía,
  8   mucho más triste que leda,    sospirando así desía:
     --¡Maldigo la mi fortuna,    que tanto me perseguía,
  10   para ser tan mal fadada    ¡muriera cuando nascía!
     ¡Y muriera una vegada    y non tantas cada día!
  12   Oh muriera en aquel punto    que de mí se despedia
     mi marido y mi señor    para ir en Berbería:
  14   ya tocaban trompetas,    la gente se recogía;
     todos daban mucha priesa    contra mí a la porfía:
  16   quien izaba, quien bogaba,    quien entraba, quien salía;
     quien las áncoras levaba,    quien mis entrañas rompía;
  18   quien próises desataba,    quien mi corazón fería;
     el terramote era tan grande,    que por cierto parescía
  20   que la máquina del mundo    del todo se desfasia.
     ¿Quién sufrió nunca dolor    cual entonces yo sufría?
  22   Cuando mi cunta flota    y el estol vela fasía,
     yo quedé desamparada    como vida dolorida,
  24   mis sentidos todos muertos,    cuasi el alma me salía,
     buscando todos remedios    ninguno no me valía;
  26   pediendo la muerte quejosa    y menos me obedescia.
     Dije con lengua rabiosa,    con dolor que me aflegia:
  28   «¡Oh maldita seas Italia,    causa de la pena mía!
     ¿Qué te fise, reina Juana,    que rubaste mi alegría,
  30   y tomásteme por fijo    un marido que tenía?
     Feciste perder el fruto    que de mi flor atendía.»
  32   ¡Oh madre desconsolada    que fija tal parido había
     y diome por marido un César    qu` en todo el mundo no cabía:
  34   animoso de coraje,    muy sabio con valentía,
     non nasció por ser regido    mas por regir a quien regía.
  36   La fortuna invidiosa    que yo tanto bien tenía,
     ofrescióle cosas altas    que magnánimo seguía,
  38   plasientes a su deseo    con fechos de nombradía,
     y diole luego nueva empresa    del realme de Secilia.
  40   Seguiendo el planeta Mars,    dios de la caballería,
     dejó sus reinos y tierras,    las ajenas conquería;
  42   dejó a mí desventurada,    años veinte y dos había,
     dando leyes en Italia,    mandando a quien más podía;
  44   sojusgando con su poder    a quien menos lo temía:
     en África y en Italia    dos reyes vencido había.--

Notas de los editores: -1b Esposa de de. Alonso V de Aragón, I. de Nápoles I. -5a La orden de la Jarra o del Grifo, instituída por el rey don Fernando de Aragon. -22a C. vi junta la f. Carvajal; -23b ¿diría: viuda? Comentan al final la Historia de la literatura española del señor Ticknor. Tomo I, pag. 509 y 510: "Aunque claro está que este romance es ya el producto de un poeta artístico de la corte del rey don Alonso V de Aragón, lo hemos aquí reimpreso, por ser el más antiguo con fecha fija y por ser probable que haya pertenecido a un ciclo de romances que habían tratado de las cosas de aquel reino, como lo indica la asonancia (en í-a) que le es común con los otros conocidos que se refieren a esos sucesos."

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0270:1 Quejas de Alfonso V ante Nápoles (í-a)            (ficha no.: 1509)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Silva de 1550 t. II, f. 78 (Romance del rey de Aragón*); Floresta de varios rom. y Pliego suelto del s. XVI. Glosa ahora nuevamente compuesta a un romance muy antiguo que comiença: quan traydor eres Marquillos: con otra glosa al romance de Miraua de campo viejo etc.[Praga I, pl 32, 269-271; Dicc. 880]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 101, vol. I, pp. 332- 333 y Díaz-Mas 1994, pp. 168-169.  034 hemist.  Música registrada.

     Miraba de Campo Viejo    el rey de Aragón un día,
  2   miraba la mar d` España    cómo menguaba y crecía;
     miraba naos y galeras,    unas van y otras venían:
  4   unas venían de armada,    otras de mercadería;
     unas van la vía de Flandes,    otras la de Lombardía.
  6   Esas que vienen de guerra    ¡oh cuán bien le parecían!
     Miraba la gran ciudad    que Nápoles se decía;
  8   miraba los tres castillos    que la gran ciudad tenía:
     Castel novo y Capuana,    Santelmo, que relucía,
  10   aqueste relumbra entre ellos    como el sol de mediodía.
     Lloraba de los sus ojos,    de la su boca decía:
  12   --¡Oh ciudad, cuánto me cuestas    por la gran desdicha mía!
     cuéstasme duques y condes,    hombres de muy gran valía;
  14   cuéstasme un tal hermano    que por hijo le tenía;
     d` esotra gente menuda    cuento ni par no tenía.
  16   Cuéstasme veinte y dos años,    los mejores de mi vida,
     qu` en ti me nacieron barbas,    y en ti las encanecía.--

Variantes: -6b ¡oh qué bien que parecían! Flor; -9a Capuana y Castil novo. Pl. s.; -13b señores de gran valía. Pl. s.; -14a que me cuestas un hermano. Pl. s.; -14b que por padre. Pl. s. Este hermano de don Alonso fue el infante don Pedro de Aragon, que le ayudó en efecto valerosamente a conquistar el reino de Nápoles; murió éste, «el mejor caballero que salió de España,» al cercar con el rey a Nápoles en el mes de setiembre del año de 1433 de un tiro de lombarda que le llevó la mitad de la cabeza. Véase la Historia general de España por don Modesto Lafuente, Tomo VIII, pág. 319.; -15a parte menuda. Flor. En el Pl. s. se suprimen este y los versos que le siguen, y se les sustituyen los siguientes: aunque agora te ganase, / por el costo te daría. // Dios nos dé a nosotros gracia / y a ellos allá la gloria.
Nota: *Don Alonso V de Aragón, I de Nápoles. Véase la vida de este rey descrita por el señor Bisticci, en el Archivio stórico italiano Tomo IV, año de 1843, pág. 381 sg. y 464 sg.

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0270:2 Quejas de Alfonso V ante Nápoles (í-a)            (ficha no.: 1510)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. 1550 f. 274. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 101a, vol. I, pp. 334 y MMP Prim 1945, p. 260.  024 hemist.  Música registrada.

     Miraba de Campo Viejo    el rey de Aragón un día,
  2   miraba la mar de España    cómo menguaba y crecía;
     mira naos y galeras,    unas van y otras venían;
  4   unas cargadas de sedas,    y otras de ropas finas,
     unas van para Levante,    otras van para Castilla.
  6   Miraba la gran ciudad    que Nápoles se decía:
     --¡Oh ciudad, cuánto me cuestas    por la gran desdicha mía!--

Notas de Primavera: -7b Este romance está imperfecto.

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0314:1 La reina de Nápoles (í-a)            (ficha no.: 1511)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 262 (Romance de la reina de Nápoles). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 102, vol. I, pp. 335.  026 hemist.  Música registrada.

     La triste reina de Nápoles    sola va sin compañía,
  2   va llorando y gritos dando    do su mal contar podía:
     --¡Quién amase la tristeza    y aborreciese alegría,
  4   porque sepan los mis ojos    cuanto lloro yo tenía!
     Yo lloré el rey mi marido    las cosas que yo más quería;
  6   lloré el príncipe don Pedro,    que era la flor de Castilla.
     Vinome lloro tras lloro,    sin haber consuelo un día.
  8   Yo me estando en estos lloros,    vínome mensajería
     de aquese buen rey de Francia,    que el mi reino me pedia.
  10   Subiérame a una torre,    la más alta que tenía:
     vi venir siete galeras    que en mi socorro venían,
  12   dentro venía un caballero,    almirante de Castilla.
     ¡Bien vengas, el caballero,    buena sea tu venida!--

Notas: -5a Fernando I, rey de Nápoles, cuya segunda esposa fue la heroina de este romance doña Juana de Aragon, hermana del rey Católico don Fernando de Aragón. Fernando I de Nápoles murió el día 25 de enero 1494. -6a Don Pedro de Aragon, hermano de Alonso V, rey de Aragón, falleció en el año 1438. Véase la nota del romance nº 101. -9a Carlos VIII.

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0314:2 La reina de Nápoles (í-a)            (ficha no.: 1512)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Silva de 1550 t. II, f. 76 (Romance de la reina de Nápoles*); Pliego suelto del s. XVI Glosa del romance que dice Afuera, fuera Rodrigo Con otras coplas y villancicos [No. 1: Praga II, pl 56, 125-136; Dicc. 8 y Pl. s. del siglo XV. Aqui comienzan las coplas de Madalenica. Con otras coplas de la Reyna de Napules [No. 2: Madrid III, pl.120, pp. 234-235; Dicc. 665] En el Romancero del señor Duran. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 102a, vol. I, pp. 336- 338.  060 hemist.  Música registrada.

     Emperatrices y reinas    que huís del alegría,
  2   la triste reina de Nápoles    busca vuestra compañía.
     Va diciendo y gritos dando:    --De mi mal contar podría
  4   quien amase a la tristeza    y olvidase el alegría,
     porque viesen los mis ojos    el daño que les venía
  6   en perder un tal marido    que jamás no cobraría.
     Lloren damas y doncellas    la reina que en tal se vía;
  8   quien pensó tener consuelo    mal tras mal le combatía.
     Un año había y más    qu` este mal a mí seguía;
  10   vínome lloro tras lloro    sin haber descanso un día.
     Yo lloré al rey Alfonso    por la muerte que moría,
  12   yo lloré a su hermano,    que otro hijo no había,
     lloré al príncipe don Juan    cuando fraile se metia.
  14   Estando en estas congojas    vinome mensajería:
     que ese rey de los franceses    el mi reino me pedía,
  16   porque dice que fue suyo,    y que a él pertenecía.
     Un consuelo me quedaba    para mi postrimería:
  18   estos fueron dos hermanos,    rey y reina de Castilla.
     Demandéles yo socorro    que de grado les placia;
  20   subiérame a una torre,    la más alta que tenía,
     para ver si vienen velas    de este reino decía.
  22   Vi venir unas galeras,    y unas naos vizcaínas;
     mas el tiempo fuera tal    que mi dicha lo desvía:
  24   que las galeras y naos    vueltas son para Castilla.--
     Ya después de esto pasado    éstas y otras más venían.
     26En ellas viene un caballero    de la noble Andalucía,
     este fue Gonzalo Hernández    con muy gran caballería.
  28   Quiera Dios de le guardar    de muy mala compañía,
     y a la reina que es de Nápoles    su muy alta señoría,
  30   y dejar vivir alegre    en los días de su vida.

Variantes: -1b las que. Pl. s. No. 1 y 2; -7b que tal se veía. P1. s. No. 1; -10b consuelo. Pl. s. No. 1; -11a al rey don Alonso. P1. s. No. 1 y 2. Este fue el rey de Nápoles don Alonso II, atenado de la reina doña Juana, el cual falleció 1495: 19 de noviembre; -12a Yo también. Pl. s. No. 2; mi hermana. Pl. s. No. 1; -12b {M|que un otro hijo. Pl. s. No. 2; que otra hija. Pl. s. No. I. (Las variantes de éste y del verso que le antecede, son muy notables, y prueban que las alusiones genealógicas que contienen ya entonces eran oscuras para los copiantes; la lección más natural y conforme con los datos históricos nos parecería la siguiente: yo lloré a su hermana / que otro hijo no había; vale decir la hermana de Alonso, doña Beatriz, reina viuda de Hungria, la que, por haberse probado estéril, fue repudiada por su desposado Ladislao rey de Bohemia.); -14b me vino. Pl. s. No. 2; -18a y este fue los. Pl. s. No. 2; -20a en. Pl. s. No. 1; -20b que yo había. Pl. s. No. 1; -22a galeas. Pl. s. No. 2; -23b las. Pl. s. No. 1; -24a y las naos. Pl. s. No. 1; {M|que las galeas y naves. Pl. s. No. 2; -25a de todo esto. Pl. s. No. 1; -25b y otras venían. Pl. s. No. 1; -26a y en ellas un caballero. Pl. s. No. 2; -27a Este es. Pl. s. No. 2; -28a Plegue a. Pl. s. No. 2; 20 dejaría. Pl. s. No. 1.
Notas de los editores: En el Pliego suelto No. 1(sic) lleva este romance el epígrafe: Coplas de la reina de Nápoles y con efecto el romance está allí impreso en cuartetas separadas. -13b Su otro hijastro el Cardinal don Juan de Aragón, que falleció en 1484. -28b Alude a la batalla de Seminara en el mes de junio del año de 1195, la única derrota que sufrió el Gran Capitán, por haber contra su dictamen cargado a los enemigos los Calabreses: «su muy mala compañía».

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0314:3 La reina de Nápoles (í-a)            (ficha no.: 1513)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Canc. de rom. 1550 f. 277* (Romance de la reina de Nápoles). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 102b, vol. I, pp. 338- 340.  054 hemist.  Música registrada.

     Emperatrices y reinas    cuantas en el mundo había,
  2   las que buscáis la tristeza    y huis del alegría,
     la triste reina de Nápoles    busca vuestra compañía.
  4   Va llorando y gritos dando    do su mal contar podía.
     --¡Quíén amase la tristeza    y olvidase el alegría,
  6   porque lloren los mis ojos    cuanto lloro yo tenía!
     Vínome lloro tras lloro,    sin haber consuelo un día;
  8   yo lloré al mi marido    que de este mundo partía;
     yo lloré al rey Alfonso,    porque su reino perdía;
  10   lloré al rey don Fernando**,    las cosas que más quería;
     yo lloré una su hermana,    que era reina de Hungría**;
  12   lloré al príncipe don Juan,    q ue era la flor de Castilla***,
     lloré al príncipe mi hijo,    porque fraile se metia.
  14   Llóranme duques y condes,    y otras gentes de valía;
     llóranme las cien doncellas    que en mi palacio tenía.
  16   Estando en estos mis lloros,    vInome mensajería
     de ese rey de los franceses    que mi reino me pedía,
  18   porque dice que era suyo    y que a él pertenecía;
     y que si no se lo daba    que él me lo tomaría.
  20   Un consuelo me quedaba    asentado en rica silla:
     esto eran dos hermanos    rey y reina de Castilla.
  22   Enviéles por socorro,    que de grado les placía.
     Subiérame a una torre,    la más alta que tenía,
  24   por ver si venían velas    de los reinos de Castilla.
     Vi venir unas galeras    que venían de Andalucía;
  26   dentro viene un caballero,    el gran capitán***** se decía:
     bien vengáis, el caballero,    buena sea vuestra venida.

Notas: *Se echa de ver que las tres versiones antecedentes este romance contienen variantes y adiciones tanto más notables cuanto que por los datos cronológicos a que aluden y que hemos tratado de verificar, se puede determinar casi con exactitud la fecha de su composición sucesiva, así que el romance pimitivo conservado en la versión no. I., debió ser compuesto entre el mes de mayo del año de 1495 cuando es dejó ver la armada castellana en el puerto de Mesina, y el mes de noviembre del mismo año, pues el 19 de este mes falleció el rey don Alonso II. de Nápoles, de cuya muerte aun no hace mención esta versión; --La versión No. 2 se hubo de extender al menos antes del mes de octubre del año de 1496, cuando la muerte del yerno de la reina «de la cosa que más quería», como dice ya expresamente la versión no. III., intercalando el lloro de la muerte del rey don Fernando II de Nápoles, que fue casado con su tia de parte del padre, doña Juana hija de la reina, y cuya muerte por cierto fue la más lastimosa para ella; intercalación que, como hemos anotado, causó la equivocación de la última versión, llamando hermana de don Fernando a la reina de Hungría, al paso que ella lo fue de su padre don Alonso II, de cuya muerte hablan los versos que anteceden inmediatamente a los interpolados.
**Don Fernando II, rey de Nápoles, hijo de don Alonso II y yerno de la reina Juana, fallecó 1496, el 7 de octubre.
***Doña Beatriz, reina de Hungría no fue hermana de don Fernando, sino, como queda dicho, de su padre don Alonso. Regresó a su patria por los años 1492 y falleció en el año de 1508 en la isla de Ischia, después de haber visto aprobada por los papas Alejandro VI. y Julio II su repudiación, y llorado también ella, empobrecida la decadencia de la casa de Nápoles.
****El infante don Juan de Castilla y Aragon, hijo de los reyes Católicos, fallecido en el año de 1497.
*****Gonzalo de Córdoba no fue apellidado «El gran Capitán» sino desde la victoria de Ateia en el año de 1496.

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0127:1 Coimbra rechaza a la reina castellana (á)            (ficha no.: 1514)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 169; Canc. de rom. 1550 f. 176 y Silva de 1550 t. I f. 92 (Romance de doña Isabel). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 103, vol. I, pp. 341-342 (De doña Isabel de Liar.--I.).  046 hemist.  Música registrada.

     Yo me estando en Tordesillas    por mi placer y holgar,
  2   vínome al pensamiento,    vínome a la voluntad
     de ser reina de Castilla,    infanta de Portugal.
  4   Mandé hacer unas andas    de plata, que non de al,
     cubiertas con terciopelo    forradas en tafetan.
  6   Pasé las aguas de Duero,    pasélas yo por mi mal,
     en los brazos a don Pedro,    y por la mano a don Juan.
  8   Fuérame para Coimbra,    Coimbra de Portugal.
     Coimbra desque lo supo,    las puertas mandó cerrar.
  10   Yo triste, que aquesto vi,    recibiera gran pesar.
     Fuérame a un monesterio    que estaba en el arrabal,
  12   casa es de religión    y de grande santidad.
     Las monjas están comiendo,    ya que querían acabar.
  14   Luego yo desque lo supe,    envié con mi mandar
     a decir a la abadesa    que no se tarde en bajar,
  16   que la espera doña Isabel    para con ella hablar.
     La abadesa, que lo supo,    muy poco tardó en bajar;
  18   tomárame por la mano,    a lo alto me fue a llevar,
     hízome poner la mesa    para haber de yantar.
  20   Después que hube yantado    comenzóme a preguntar
     cómo vine a la su casa,    cómo no entré en la ciudad.
  22   Yo le respondí: --Señora,    eso es largo de contar:
     otro día hablaremos,    cuando tengamos lugar.--

Variante: -5b con. Silva

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0047:3 Muerte de Isabel de Liar (á)            (ficha no.: 1515)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 169; Canc. de rom. 1550 f. 191; Silva de 1550 t. I, f. 93 (Otra romance de doña Isabel, cómo, porque el rey tenía hijos de ella, la reina la mandó matar); Timoneda, Rosa española y Pliego suelto del s. XVI*. Aquí comiençan tres romances nuevos. El primero es que dize. Yo me estando en Giromena, etc. [Praga II, pl 81, 321-323; Dicc. 696]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 104, vol. I, pp. 343-347 (De Isabel de Liar. - II.).  130 hemist.  Música registrada.

     Yo me estando en Giromena    a mi placer y holgar,
  2   subiérame a un mirador    por más descanso tomar:
     por los campos de Monvela    caballeros vi asomar;
  4   ellos no vienen de guerra,    ni menos vienen de paz,
     vienen en buenos caballos,    lanzas y adargas traen.
  6   Desque yo lo vi, mezquina,    parémelos a mirar.
     Conociera al uno d` ellos    en el cuerpo y cabalgar,
  8   don Rodrigo de Chavela,    que llaman del Marichal,
     primo hermano de la reina,    mi enemigo era mortal.
  10   Desque yo, triste, le viera,    luego vi mala señal;
     tomé mis hijos comigo    y subíme al homenaje.
  12   Ya que yo iba a subir,    ellos en mi sala están:
     don Rodrigo es el primero,    y los otros tras él van.
  14   --Sálveos Dios, doña Isabel.    --Caballeros, bien vengades.
     --¿Conoscédesnos, señora,    pues así vais a hablar?
  16   --¡Ya os conozco, don Rodrigo,    ya os conozco por mi mal!
     ¿A qué era vuestra venida?    ¿quién os ha enviado acá?
  18   --Perdonédesme, señora,    por lo que os quiero hablar.
     Sabed que la reina, mi prima    acá enviado me ha
  20   porque ella es muy mal casada,    y esta culpa en vos está,
     porque el rey tiene en vos hijos    y en ella nunca los ha.
  22   Siendo, como sois, su amiga,    y ella mujer natural,
     manda que muráis, señora,    paciencia queráis prestar.--
  24   Respondió doña Isabel    con muy gran honestidad:
     --Siempre fuistes, don Rodrigo,    en toda mi contrariedad;
  26   si vos queredes, señor,    bien sabedes la verdad,
     que el rey me pidió mi amor,    y yo no se le quise dar,
  28   temiendo más a mi honra,    que no sus reinos mandar.
     Desque vio que no quería    mis padres fuera a mandar;
  30   ellos tan poco quisieron    por la su honra guardar.
     Desdque todo aquesto vido,    por fuerza me fue a tomar;
  32   trújome a esta fortaleza,    do estoy en este lugar.
     Tres años he estado en ella    fuera de mi voluntad,
  34   y si el rey tiene en mí hijos,    plugo a Dios y a su bondad,
     y si no los ha en la reina,    es ansí su voluntad.
  36   ¿Porqué me habéis de dar muerte,    pues que no merezco mal?
     Una merced os pido, señores,    no me la queráis negar:
  38   desterréisme de estos reinos,    que en ellos no estaré mas;
     irme he yo para Castilla,    o a Aragón más adelante,
  40   y si aquesto no bastare,    a Francia me iré a morar.
     --Perdonédesme, señora,    que no se puede hacer más.
  42   Aquí está el duque de Bavia    y el marqués de Villa Real,
     y aquí está el obispo de Oporto,    que os viene a confesar.
  44   Cabe vos está el verdugo    que os había de degollar,
     y aun aqueste pajecico    la cabeza ha de llevar.--
  46   Respondió doña Isabel,    con muy gran honestidad:
     --Bien parece que soy sola,    no tengo quien me guardar,
  48   ni tengo padre ni madre,    pues no me dejan hablar;
     y el rey, no está en esta tierra,    que era ido allende el mar;
  50   mas desque él sea venido    la mi muerte vengará.
     --Acabedes ya, señora,    acabedes ya de hablar.
  52   Tomalda, señor obispo,    y metelda a confesar.--
     Mientras en la confesión,    todos tres hablando están,
  54   si era bien hecho o mal hecho    esta dama degollar:
     los dos dicen que no muera,    que en ella culpa no ha.
  56   Don Rodrigo es tan cruel,    dice que la ha de matar.
     Sale de la confesión    con sus tres hijos delante,
  58   el uno dos años tiene,    el otro para ellos va,
     y el otro era de teta,    dándole sale a mamar,
  60   toda cubierta de negro;    lástima es de la mirar.
     --Adiós, adiós, hijos míos;    hoy os quedaréis sin madre:
  62   caballeros de alta sangre,    por mis hijos queráis mirar,
     que al fin son hijos de rey,    aunque son de baja madre.--
  64   Tiéndenla en un repostero    para habella de degollar:
     así murió esta señora,    sin merecer ningún mal.

Variantes: -5b sus lanzas. Silva; guisa de pelear. Tim.; -8a Chaveda. Pl. s.; -8b Marchal. Pl. s.;-10a vido. Tim.; -11b por subirme. Tim.; -12a al punto que. Tim.; -14b vengáis. Pl. s.; Señores, vengáis en paz. Tim.; -17b o quién os fuera a enviar. Tim.; o quién os envió acá. Pl. s.; -18a Perdonédesnos. Tim.; -18b narrar. Tim.; -19a cómo. Tim.; -19b nos ha. Silva; acá me mandó llegar. Tim.; -21b no. Pl. s.; -24b grande. Silva; mucha. Pl. s.; -25b en la. Tim.; -26a si vos lo queréis decir. Pl. s.; -26b muy bien sabéis. Tim.; -28a Durán enmienda: teniendo en más; -37b queradesme la otorgar. Silva; -40a no queréis. Tim.; -41a Perdonedes nos. Silva, Tim;.-46b grande puridad. Tim.; -47b Timoneda intercala entre este y el próximo verso al siguiente: ni hallo quien cae defienda; -48b Este verso falta en la Rosa de Tim.; -49a ni el rey. Tim.; -49b es. Tim.; -50a mas después que. Tim.; -52b procuralda. Tim.; -53a Mientra está en la confesión. Silva. Mientras que se confesaba. Tim.; -54b a la. Tim.; -55b que culpa ninguna ha. Tim.; -57b con sus hijos a la par. Tim.; -58a tres. Tim.; -58b para dos. Tim. tres. Pl. s.; -59a el tercero. Tim.; -61b sin madre habéis de quedar. Tim.; -62a guisa. Silva; caballeros, por mis hijos Tim.; -62b ruego os que. Tim; por ellos. Silva; -63baunque su madre no es tal. Tim.; -64b para allí la degollar. Silva; a fin de la degollar. Tim.
Nota: *El señor Duran pone a este romance la siguiente nota que copiamos al pie de la letra, por no tener noticias que pongan más claro el asunto a que se refieren estos romances de Isabel de Liar: «Mucha analogía tiene este romance (y aun más el no. IV.) con las tradiciones de doña Ines de Castro; pero no sabemos si es ella de la que se trata. ¿Quién era esta doña Isabel de Liar? ¿Quién el rey portugues su amante que estaba ausente, sin duda en África, cuando se verificó la tragedia de su querida? ¿Quién la reina mujer de aquel, que, siendo estéril y envidiosa de la fecundidad de su rival, la hace matar, siendo ella muerta por el rey su esposo cuando tornó de su jornada, como se ve en los dos siguientes romances? ¿Quiénes eran el marqués de Villareal, el don Rodrigo de Chavela, el duque de Bavia, y el obispo de Oporto?, ¿asesinos de doña Isabel? No lo sabemos; nos es desconocido el fundamento de la tradición que ha dado motivo a un romance tan interesante y sencillamente narrado, que parece hecho a la vista del trágico suceso. De todas maneras, aunque no hemos podido hasta ahora hallar la procedencia del romance, es probable que sea la misma que la de doña Inés de Castro, pues Mejía de la Cerda, en su tragedia sobre esta dama, trae un romance casi igual al que anotamos.».

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2257:1 El rey don Juan Manuel, que era de Ceuta y Tanjar (á)            (ficha no.: 1516)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Silva de 1550 t. II. f. 34 (Romance de la venganza de doña Isabel). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 105, vol. I, pp. 348-349 (De Isabel de Liar.--III.).  060 hemist.  Música registrada.

     El rey don Juan Manuel    que era de Cepta y Tánjar,
  2   después que venció a los moros    volviérase a Portugal.
     Desembarcara en Lisboa,    no va do la reina está;
  4   fuérase para Coimbra    a doña Isabel hablar.
     Llegando a la fortaleza,    visto había mala señal:
  6   que no halló los porteros,    que la solían guardar;
     no quiso entrar más adentro,    preguntara en la ciudad:
  8   ¿qué era de doña Isabel?    ¿qué era de ella o dónde está?
     Dijéronle que la reina    la ha mandado degollar
  10   por celos que de ella había,    por vella con él holgar,
     y que cuatro caballeros    lo hubieron de efectuar:
  12   el uno era don Rodrigo    que dicen del Mariscal
     los otros tres caballeros,    no saben quién se serán.
  14   Dos hermanos de la reina    le fueron aconsejar,
     que la lleven a Viseo    a su cuerpo sepultar.
  16   Deque aquesto oyó el rey,    no quiso más escuchar,
     fuése donde está la reina,    triste y con gran pesar,
  18   y dende a muy pocos días    la reina caído ha mal.
     No le saben su dolencia,    no la aciertan a curar;
  20   muerto se había la reina    de encubierta enfermedad.
     Después que fue enterrada    el rey a Viseo va,
  22   prender hizo a don Rodrigo    que él solía mucho amar.
     Vase a la sepultura    do doña Isabel está,
  24   hecho la había sacar de ella    y luego desenterrar.
     Encima de un rico estrado,    allí la mandó sentar,
  26   púsole daga en la mano    y a don Rodrigo delante.
     El rey le tiene la mano,    de puñaladas le da.
  28   --Aquí os vengaréis, señora,    de quien os hizo este mal.--
     Luego se casó con ella    así muerta como está,
  30   porque pudiesen sus hijos    a sus reinos heredar.

Variante: --1b que era en Ceuta y Tánger. Silva, ed. de 1582.

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2255:1 El rey de Portugal venga a doña Isabel (á)            (ficha no.: 1517)

Versión de España. Recogida 00/00/1573 Publicada en Timoneda, Rosa española (De cómo el rey be Portugal vengó la muerte de doña Isabel de Liar). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 106, vol. I, pp. 350-351 (De Isabel de Liar. - IV.).  056 hemist.  Música registrada.

     En Ceuta estaba el buen rey,    ese rey de Portugal,
  2   cuando le dieron aviso    de tristeza y de pesar,
     diciendo que le habían muerto    a doña Isabel Liar,
  4   y que lo mandó la reina    por su mala voluntad.
     Don Rodrigo fue el cruel,    el que llaman del Marchal,
  6   y ese duque de Salinas,    y el marqués de Villareal,
     con el obispo de Oporto,    que la fuera a confesar.
  8   Cuando aquesto supo el rey,    no hace sino llorar;
     juraba por su corona    que la había de vengar.
  10   Mandó tocar sus trompetas,    el real mandara alzar;
     vistióse todo de luto,    luego se quiso embarcar
  12   con solo diez caballeros    que no le quieren dejar.
     No quiso aguardar la flota,    por no se tanto tardar,
  14   y dentro de siete días    a Sevilla fue a llegar;
     y de allí a pocos días    es llegado a Portugal.
  16   Fuése derecho a palacio,    do solía reposar.
     La reina cuando lo supo,    vínose a lo visitar,
  18   mas el rey con mucha saña    de esta suerte le fue a hablar:
     --Mal vengades vos, la reina,    malo sea vuestro llegar.--
  20   En diciendo estas razones,    la mandó presto tomar,
     y en el mismo repostero    do su amiga fue a finar,
  22   mandó degollar la reina,    don Rodrigo cuartear,
     y a ese duque de Salinas,    y al marqués de Villareal,
  24   y al buen obispo de Oporto    le mandó descabezar.
     Hizo sacar a su amiga    para con ella casar,
  26   y por heredar sus hijos,    a don Pedro y a don Juan,
     y después con mucha honra    la mandó luego enterrar:
  28   de este modo vengó el rey    a doña Isabel Liar.

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0326:1 Duquesa de Braganza (í-a)            (ficha no.: 1518)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Silva de 1550 t. II. f. 81 (Romance de la duquesa de Berganza*). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 107, vol. I, pp. 351- 353.  034 hemist.  Música registrada.

     Un lunes a las cuatro horas,    ya después de mediodía,
  2   ese duque de Berganza    con la duquesa reñia:
     lleno de muy grande enojo    de aquesta suerte decía:
  4   --Traidora sois, la duquesa,    traidora, fementida.--
     La duquesa muy turbada    de esta suerte respondía:
  6   --No so yo traidora, el duque,    ni en mi linaje lo había,
     nunca salieron traidores    de la casa do venía.
  8   Yo me lo merezco, el duque,    en venirme de Castilla,
     para estar en vuestra casa    en tan mala compañía.--
  10   El duque con grande enojo    la espada sacado había;
     la duquesa con esfuerzo    en un punto a ella se asia.
  12   --Suelta la espada, duquesa,    cata, que te cortaría.
     --No podéis cortar más, duque,    harto cortado me había.--
  14   Viéndose en este aprieto,    a grandes voces decía:
     --Socorrédme, caballeros,    los que truje de Castilla.--
  16   Quiso la desdicha suya    que ninguno parecía,
     que todos son portugueses    cuantos en la sala había.

Nota: Doña María Téllez, esposa del infante D. Juan de Portugal, duque de Braganza, hijo del rey don Pedro y de doña Ines de Castro, fue muerta a manos de su esposo, por haberle inspirado injustos celos contra ella su misma hermana doña Leonor, y excitado su ambición con la oferta de la mano de doña Beatriz, hija suya y del rey don Fernando y heredera presuntiva del trono de su padre, habiendo trazado este enredo doña Leonor, envidiosa de que si don Juan llegase al trono, doña María siendo reina la sería superior, y fingiendo asegurar el cetro a su hija, si uniese sus derechos a los de don Juan por el matrimonio de ambos. Conocido ea que los cómplices en este delito no lograron el fruto de sus ambiciones, habiendo alzado los portugueses por sucesor de don Fernando al Maestre de Avis don Juan, hijo también bastardo del rey don Pedro. Sobra Leonor y María Téllez, véase: Raumer, Histor. Taschenbuch Série 3, Tomo II, 1850, pag. 9 sig.

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0326:2 Duquesa de Braganza (í-a)            (ficha no.: 1519)

Versión de España. Recogida 00/00/1562 Publicada en Cancionero llamado Flor de enamorados y Timoneda, Rosa española (Romance de cómo el buque de Berganza mató a la duquesa su mujer). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 107a, vol. I, pp. 353- 355.  078 hemist.  Música registrada.

     Lunes se decía, lunes,    tres horas antes del día,
  2   cuando el duque de Braganza    con la duquesa reñía.
     El duque con grande enojo    estas palabras decía:
  4   --Traidora me sois, duquesa,    traidora, falsa, malina,
     porque pienso que traición    me hacéis y alevosía.
  6   --No te soy traidora, duque,    ni en mi linaje lo había.--
     Echó la mano a la espada,    viendo que así respondía;
  8   la duquesa con esfuerzo    con las manos la tenía.
     --Dejes la espada, duquesa,    las manos te cortaría.
  10   --Por más cortadas, el duque,    a mí nada se daría,
     si no, vedlo por la sangre    que mi camisa teñía.
  12   ¡Socorred, mis caballeros,    socorred por cortesía!--
     No hay ninguno allí de aquellos    a quien la favor pedia,
  14   que eran todos portugueses    y ninguno la entendía,
     sino era un pajecico    que a la mesa la servía.
  16   --Dejes la duquesa, el duque,    que nada te merecía.--
     El duque muy enojado    detras del paje corría,
  18   y cortóle la cabeza    aunque no lo merecía.
     Vuelve el duque a la duquesa,    otra vez la persuadía:
  20   --A morir tenéis, duquesa,    antes que viniese el día.
     --En tus manos estoy, duque,    haz de mí a tu fantasía,
  22   que padre y hermanos tengo    que te lo demandarían,
     y aunque estos estén en España,    allá muy bien se sabría.
  24   --No me amenacéis, duquesa,    con ellos yo me avernía.
     --Confesar me dejes, duque,    y mi alma ordenaría.
  26   --Confesaos con Dios, duquesa,    con Dios y Santa María.
     --Mírad, duque, esos hijicos    que entre vos y mí había.
  28   --No los lloréis mas, duquesa,    que yo me los criaría.--
     Revolvió el duque su espada,    a la duquesa hería:
  30   diole sobre su cabeza,    y a sus pies muerta caía.
     Cuando ya la vido muerta,    y la cabeza volvía,
  32   vido estar sus dos hijicos    en la cama do dormía,
     que reían y jugaban    con sus juegos a porfía.
  34   Cuando así jugar los vido    muy tristes llantos hacía;
     con lágrimas de sus ojos    les hablaba y les decía:
  36   --Hijos ¡cuál quedáis sin madre,    a la cual yo muerto había!
     Matéla sin merecello,    con enojo que tenía.
  38   ¿Dónde irás, el triste duque?    de tu vida ¿qué sería?
     ¿Cómo tan grande pecado    Dios te lo perdonaría?--

Variantes de Timoneda: -4b falsa enemiga; -5a entiendo; -6a no vos soy traidora, el duque; -7a Echó mano de su espada; -9a Dejéis; -9b os segaría; -10a segadas; -13b socorro; -14a que todos son; -14b ninguno no; -16a Dejéis; -16b pues que nada; -17a Con un grande enojo el duque; -18b cierto no se lo debía; -20a Este y el verso que le antecede, faltan en la Flor de enamorados; -22a hermano; -22b demandaría; -23a faltan éste y los tres versos que le sigue; -25a dejéis; -25b con Dios y Sancta María; -26b faltan éste y el verso que le antecede; -28a vos.

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0242:1 Mujer del duque de Guimaraes (á-o)            (ficha no.: 1520)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 177; Canc. de rom. 1550 f. 184 y Silva de 1550 t. I,. f. 99 (Romance de la mujer del duque de Guymaraes de Portugal). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 108, vol. I, pp. 356- 357.  048 hemist.  Música registrada.

     --Quéjome de vos, el rey,    por haber crédito dado
  2   del buen duque, mi marido,    lo que le fue levantado;
     mandástesmelo prender,    no siendo en nada culpado.
  4   ¡Mal lo hecistes, señor!,    ¡mal fuistes aconsejado!,
     que nunca os hizo aleve    para ser tan maltratado,
  6   antes os sirvió ¡mezquina!    poniendo por vos su estado.
     Siempre vino a vuestras cortes    por cumplir vuestro mandado;
  8   no lo hiciera, señor,    si en algo os hubiera errado,
     que gente y armas tenía    para darse a buen recaudo;
  10   mas vino, como inocente    qu` estaba de aquel pecado.
     Vos, no rairando justicia,    habéismelo degollado.
  12   No lloro tanto su muerte,    como vello deshonrado
     con un pregón que decía    lo por él nunca pensado;
  14   murió por culpas ajenas    injustamente juzgado.
     Él ganó por ello gloria,    yo para siempre cuidado,
  16   y prisiones muy esquivas    en que vos me habéis echado
     con una hija que tengo,    que otro bien no me ha quedado;
  18   que tres hijos que tenía    habéismelos apartado:
     el uno es muerto en Castilla,    el otro desheredado,
  20   el otro tiene su ama,    no espero de verlo criado,
     por el cual pueden decir,    inocente, desdichado.
     22Y pido de vos enmienda,    rey señor, primo y hermano,
     a la justicia de Dios    de hecho tan mal mirado,
  24   por verme a mí con venganza,    y a él, sin culpa, desculpado.--

Variantes: -16a La Silva y el Canc. de rom s. a. y 1550 dicen: y en prisiones, que es yerro de imprenta manifiesto. El señor Durán ha impreso este verso, según un pliego suelto o su propia emendación, así: agora vivo en prisiones; -20b de. falta en la Silva y en la edición del sr. Durán; -24b Las ed. posteriores del Canc. de rom. y los editores modernos dicen por equivocación: y a el sin culpa, culpado.
Nota: *Don Fernando II, duque de Guimaraes y Braganza, casado con Isabel infanta Portugal y hermana de doña Leonor, esposa del rey de Portugal don Juan II. Conocido es, que este rey hizo sentenciar por traidor y degollar publícamente a su propio cuñado el duque en el año de 1483.

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0043:1 Paris y Elena (á-o)            (ficha no.: 1521)

Versión de España. Recogida 00/00/1600 Publicada en pliegos sueltos s. XVI. 1. Glosa del romance de don Tristán. Y el rom. que dizen de la reyna Elena, etc. [Praga I, pl. 18, 155-157; Dicc. 883] y 2. Romance nuevo por muy gentil estilo: con una glosa nueva al romance que dize: En Castilla está un castillo, etc. [Praga, II, pl. 71, 245-247; Dicc. 1048]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 109, vol. II, pp. 3-7.  138 hemist.  Música registrada.

     --Reina Elena, reina Elena,    Dios prospere tu estado;
  2   si mandáis alguna cosa    veísme aquí a vuestro mandado.
     --Bien vengades vos, Paris,    Paris el enamorado.
  4   Paris, ¿dónde vais camino,    dónde tenéis vuestro trato?
     --Por la mar ando, señora,    hecho un terrible cosario;
  6   traigo un navío muy rico,    de plata y oro cargado,
     llévolo a presentar    a ese buen rey castellano.--
  8   Respondérale la reina,    de esta suerte le ha hablado:
     --Tal navío como aquese    razón era de mirarlo.--
  10   Respondiérale Paris    muy cortés y mesurado:
     --El navío y yo, señora,    somos a vuestro mandado.
  12   --Gran placer tengo, Paris,    como venís bien criado.
     --Vayádeslo a ver, señora,    veréis cómo va cargado.
  14   --Pláceme--, dijo la reina,    --por hacer vuestro mandado.--
     Con trescientas de sus damas    a la mar se había llegado.
  16   Echó la compuerta Paris    hasta que hubieron entrado.
     Desque todos fueron dentro    bien oiréis, lo que ha mandado:
  18   --¡Alzen áncoras, tienden velas!--    y a la reina se ha llevado.
     Lunes era, caballeros,    lunes fuerte y aciago,
  20   cuando entró por la sala    aquese rey Menelao,
     mesándose las sus barbas,    fuertemente sospirando,
  22   sus ojos tornados fuentes,    de la su boca hablando:
     --Reina Elena, reina Elena,    ¿quién de mí os ha apartado?
  24   Aquese traidor Paris,    el señor de los troyanos,
     con las sus palabras falsas,    malamente os ha engañado!--
  26   ¡Cuán bien se lo consolaba    don Agamenón su hermano!:
     --No lloredes vos, el rey,    no hagades tan gran llanto,
  28   que llorar y sollozar    a las mujeres es dado;
     a un tal rey como vos,    con el espada en la mano.
  30   Yo os ayudaré, señor,    con treinta mil de caballo;
     yo seré capitán de ellos,    y los iré ordenando.
  32   Por las tierras donde fuere    iré hiriendo y matando;
     la villa que se me diere    haréla yo derribar,
  34   y la que tomare por armas    esa sembraré de sal.
     Mataré las criaturas    y cuantos en ella están,
  36   y d` esta manera iremos    hasta en Troya allegar.
     --Buen consejo es ese, hermano,    y así lo quiero tomar.--
  38   Ya se sale el buen rey    por la ciudad a pasear,
     con trompetas y añafiles    comienzan a pregonar:
  40   quién quisiere ganar sueldo    de grado se lo darán.
     Tanta viene de la gente    que era cosa de espantar.
  42   Arman naos y galeras,    comiénzanse de embarcar.
     Agamenón los guiaba,    todos van a su mandar.
  44   Por las tierras donde iban    van haciendo mucho mal.
     Andando noches y días    a Troya van a llegar;
  46   los troyanos que lo saben    las puertas mandan cerrar.
     Agamenón qu` esto vido    mandó apercebir su real;
  48   pone en orden su gente    como había de estar.
     Los troyanos eran muchos,    bien reparan su ciudad.
  50   Otro día de mañana    la comienza de escalar;
     derriban el primer paño,    de dentro quieren entrar,
  52   si no fuera por don Héctor,    que allí se fue a hallar;
     con él estaba Troílo    y el esforzado Picar.
  54   Paris esfuerza su gente    que empiezan de desmayar;
     las voces eran tan grandes    que al cielo quieren llegar.
  56   Matan tantos de los griegos    que no los saben contar.
     Mas venían de otra parte    que no hay cuento ni par;
  68   entrado se han por Troya,    ya la empiezan de robar,
     prenden al rey y a la reina    y al esforzado Picar;
  60   matan a Troílo y a Héctor    sin ninguna piedad
     y al gran duque de Troya    ponen en captividad.
  62   Y sacan a la reina Elena,    pónenla en su libertad.
     Todos le besan las manos    como a reina natural.
  64   Preso llevan a Paris    con mucha riguridad.
     Tres pascuas que hay en el año    le sacan a justiciar:
  66   sácanle ambos los ojos,    los ojos de la su faz,
     córtanle el pie del estribo,    la mano del gavilán;
  68   treinta quintales de hierro    a sus pies mandan echar
     y el agua hasta la cinta    por que pierda el cabalgar.

Variantes del Pl. s. No. 2: -1b tu alto estado; -18b han; -19b un día fuerte aciago; -25a con sus palabricas; -25b han; -26a Tan bien; -29a y a un; -31b arreglando; -35b y cuantas en ellas; -43a regía; -47b gente; [conviene aclarar que este verso y el siguiente se funden, dejando el verso cojo. SHP]; -53a Troilos; -65b le mandan justiciar.

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0376:1 Por los bosques de Cartago (í-a)            (ficha no.: 1522)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Canc. de rom. 1550, f. 223 y Timoneda, Rosa de amores*. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 110, vol. II, pp. 7-11(Eneas y Dido.).  098 hemist.  Música registrada.

     Por los bosques de Cartago    salía a montería
  2   la reina Dido y Eneas    con muy gran caballería;
     un sobrino de la reina,    y Junio Ascanio que los guía
  4   por la dehesa de Juno,    donde más caza salía.
     Preguntando iba la reina    Ascanio qué tal venía,
  6   y si se acuerda de Troya,    si vio cómo se perdia.
     Eneas tomó la mano,    por el hijo respondía:
  8   --Pues mandáis, reina Dido,    renovar la llaga mía,
     ya os conté cómo vi a Troya,    que por mil partes ardía:
  10   vi las doncellas forzadas,    muerta la caballería,
     y a Hécuba reina troyana,    nadie no la socorría.
  12   Sus hijos ya sepultados,    Priamo no parecía;
     a Casandra y Policena    muertas cabe si tenía.
  14   Elena quedaba viuda    mil veces la maldecía.--
     Eneas que esto contaba.    un ciervo que parecía;
  16   echó mano a su aljaba    una saeta le tira.
     Él golpe le dio en vano,    el ciervo muy bien corría.
  18   Pártense los cazadores,    síguelo el que más podía;
     la reina Dido y Eneas    quedaron sin compañía.
  20   Tomárala por la mano,    con turbación le decía:
     --¡Oh reina, cuán mejor fuera    en Troya perder la vida!
  22   Los tristes campos de Frigia,    fueran sepultura mía;
     Héctor, Troílo y Paris    tuviérales compañía.
  24   ¡Oh reina Pantasilea,    flor de la caballería!,
     más envidia he de tu muerte,    que deseo la vida mía--
  26   Estas palabras diciendo    muchas lágrimas vertía.
     La reina le dijo a Eneas:    --Esforzaos por cortesía,
  28   que los muertos sobre Troya    rescatar no se podían.
     --No lloraba yo los muertos,    lloro la desdicha mía,
  30   que me escapé de los griegos    y a las tus manos moría;
     que tu grande hermosura    de amor me quita la vida.--
  32   --Falso es tu atrevimiento,--    la reina le respondía.
     --Eneas, vete a tus naves,    sal de esta tierra mía;
  34   que la fe que di a Deyphebos    yo no la quebrantaría.--
     Ellos en aquesto estando,    el cielo se revolvía:
  36   las nubes cubren el sol,    que gran escuridad hacía;
     los relámpagos y truenos    en gran miedo los metía;
  38   el granizo era tan grande    que sin piedad llovía.
     La reina con gran pavor    del palafrén se caía.
  40   Eneas bajó con ella,    y con el manto la cobría.
     Mirando hacia todas partes,    una cueva vio vacía;
  42   tomóla en los sus brazos    en la cueva la metía.
     El aposento era estrecho,    revolver no se podía.
  44   Mientras la reina en sí tornaba,    Eneas se desenvolvía;
     apartóle paños de oro,    los de lienzo l` encogía.
  46   Cuando la reina en sí tornó    de amores se sintió herida.
     --¡Oh traidor, hasme burlado!    ¿cuál tratas la honra mía?
  48   Complida tu voluntad,    olvidarme has otro día
     y si así lo has de hacer, Eneas,    yo misma me mataría.

Variantes: -1b salían. Tim. Rosa de amores y las ed. post. del Canc. de rom.; -3b que. falta en la Rosa de Tim. y en las ed. post. del Canc. de rom.; -5b a Ascanio. Tim.; -6a si se le. Tim.; -8a Sorprende que aquí en el Canc. de rom. 1550, la reina es llamada Yseo en vez de Dido. En las ed. posteriores de él, este verso dice: pues mandáis vos reina Dido, y en la Rosa de Timoneda: pues mandáis reina y señora; -9a Yo diré cuál vide a Troya. Tim.; -13a Casandria. Canc. de rom.; -14a Elena que estaba viva. Tim.; -15a Eneas esto contaba. Tim.; -15b aparecía. Tim.; -16a echó mano de su aljaba. Tim.; -16b envía. Tim.; -17a el golpe le diera en vano. Tim.; -18b síguele quien. Tim.; -19b Solos quedan aquel día. Tim.; -21b Fenencer sin alegría. Tim.; -22a de Fixa Canc. de rom. 1550, en tristes campos de Troya. Tim.; -22b y hacerles compañías. Tim.; -23a a Héctor. Tim.; -23b con esfuerzo y valentía. Tim.; -24a Este y los tres versos que le siguen faltan en la Rosa de Timoneda; -28b que la pérdida de Troya / rescatar no se podía//. Tim.; -30a libré. Tim.; -31b que de tu gran hermosura / aquí do estoy fenecía//. Tim.; -33b salte d`esta. Las ed. post. del Canc. de rom. Tim.; -34a Deyphebo. Las ed. post del Canc. de rom. y Tim.; -36b que falta en la Rosa de Timoneda; -37b ponía. Tim.; -38b caía. Tim.; 40a bajó de presto. Tim.; -41a y mirando a. Tim.; -42a abrazándose con ella. Tim.;-44a torna. Las ed. post del Canc. de rom. y Tim.; -44b revolvía. Tim.; -46b Cuando la reina tornó / ya el amor la convencía//. Tim.; -47b sin mirar. Tim.; -48a cumpliste. Tim.; -49a si así lo haces, Eneas. Tim.
Nota: *Sobre el modo de que este romance y la tradición popular en general en España ha tratado la historia de Dido y Eneas, véase Ticknor, Hist. de la lit. cap. trad. castell. , t. I p. 163.

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0400:1 Virgilios (é)            (ficha no.: 1523)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 189 y Canc. de rom. 1550 f. 200 (Romance de Vergilios). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 111, vol. II, pp. 11-12.  050 hemist.  Música registrada.

     Mandó el rey prender Vergilios    y a buen recaudo poner,
  2   por una traición que hizo    en los palacios del rey.
     Porque forzó una doncella    llamada doña Isabel,
  4   siete años lo tuvo preso,    sin que se acordase d`él;
     y un domingo estando en misa    mientes se le vino d`él.
  6   --Mis caballeros, Vergilios,    ¿qué se había hecho d`él?--
     Allí habló un caballero    que a Vergilios quiere bien:
  8   --Preso lo tiene tu Alteza,    y en tus cárceles lo tien.--
     --Via comer, mis caballeros    caballeros, via comer;
  10   después que hayamos comido,    a Vergilios vamos ver.--
     Allí hablara la reina:    --Yo no comeré sin él.--
  12   A las cárceles se van    adonde Vergilios es.
     --¿Qué hacéis aquí, Vergilios?    Vergilios, ¿aquí qué hacéis?--
  14   --Señor, peino mis cabellos,    y las mis barbas también:
     aquí me fueron nacidas,    aquí me han de encanecer;
  16   que hoy se cumplen siete años    que me mandaste prender.--
     --Calles, calles tú, Vergilios,    que tres faltan para diez.--
  18   --Señor, si manda tu Alteza,    toda mi vida estaré.--
     --Vergilios, por tu paciencia,    comigo irás a comer.--
  20   --Rotos tengo mis vestidos,    no estoy para parecer.--
     --Que yo te los daré, Vergilios,    yo dártelos mandaré.--
  22   Plugo a los caballeros    y a las doncellas también;
     mucho más plugo a una dueña    llamada Doña Isabel.
  24   Ya llaman un arzobispo,    ya la desposan con él.
     Tomárala por la mano,    y llévasela a un vergel.

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0386:1 Troco requebrado por Salmacis (á-a)            (ficha no.: 1524)

Versión de España. Recogida 00/00/1528 Publicada en Cancionero, Flor de enamorados, Silva de var. rom. de 1582 y Timoneda, Rosa de amores (Romance del infante Troco). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 112, vol. II, pp. 13-14.  064 hemist.  Música registrada.

     En el tiempo que Mercurio    en occidente reinaba,
  2   hubo en Venus su mujer    un hijo que tanto amaba.
     Púsole por nombre Troco,    porque muy bien le cuadraba;
  4   criáronsele las diosas    en la montaña troyana.
     Era tal su hermosura,    que una estrella semejaba.
  6   Deseando ver el mundo,    sus amas desamparaba.
     Andando de tierra en tierra    hallóse do no pensaba,
  8   en una gran pradería    de arrayanes bien poblada,
     en medio de una laguna    toda de flores cercada.
  10   Es posada de una diosa    que Salamancia se llamaba,
     diosa de la hermosura,    sobre todas muy nombrada.
  12   El oficio de esta diosa    era holgarse en su posada,
     peinar sus lindos cabellos,    componer su linda cara.
  14   No va con sus compañeras,    no va con ellas a caza;
     no toma el arco en la mano,    ni los tiros del aljaba,
  16   ni el sabueso de trailla,    ni en lo tal se ejercitaba.
     Ella desque vido a Troco    quedó de amores llagada,
  18   que ni pudo detenerse,    ni quiso verse librada.
     Mirando su hermosura    de esta manera le habla:
  20   --Eres mancebo tan lindo,    de hermosura tan sobrada,
     que no sé determinarme    si eres dios o cosa humana.
  22   Si eres dios, eres Cupido,    el que de amores nos llaga:
     si eres hombre, ¡cuán dichosa;    fue aquella que te engendrara!
  24   Y si hermana alguna tienes,    de hermosura es muy dotada.
     Mi señor, si eres casado,    hurto quiero que se haga;
  26   y si casado no eres,    yo seré tuya de gana.--
     El Troco, como es mancebo,    de vergüenza no hablaba;
  30   ella cautiva de amores    de su cuello le abrazaba.
     El Troco lo dice asi,    de esta manera le hablaba:
  32   --Sí no estáis, señora, queda,    dejaré vuestra posada.--

Variantes: -6a saber. Silva de rom., Tim.; -10b Salamacia. Silva, Salamacia era llamada. Tim.;-30a Vencida. Tim.; -30b se a. Tim.; -31a le está diciendo. Tim.; -31b habla. Tim.; -32a queda, señora. Tim.

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0825:1 El baño del Jordán (á)            (ficha no.: 1525)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Canc. de rom. 1550 f. 293. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 113, vol. II, pp. 15 (El baño en el Jordan).  024 hemist.  Música registrada.

     --Malas mañas habéis, tío,    no las podéis olvidar:
  2   más precias matar un puerco    que ganar una ciudad.
     Vuestros hijos y mujer    en poder de moros van,
  4   los hijos en una cebra,    y la madre en un cordal.
     La mujer dice: «¡ay marido!»    los hijos dicen: «¡ay padre!»
  6   De lástima que les hube    yo me los fuera a quitar;
     heridas traigo de muerte,    de ellas no puedo escapar.
  8   Apretádmelas, mi tío,    con tocas de caminar.--
     Ya le aprieta las heridas,    comienzan de caminar.
  10   A vuelta de su cabeza    caído lo vido estar.
     Allá se le fue a caer    dentro del río Jordán;
  12   como fue dentro caído,    sano le vio levantar.

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0078:14 El prisionero (ó-e)            (ficha no.: 1526)

Versión de España. Recogida 00/00/1511 Publicada en Canc. general ed. de 1511, f. 136. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 114, vol. II, pp. 16 (El prisionero).  012 hemist.  Música registrada.

     Que por mayo era, por mayo,    cuando los grandes calores,
  2   cuando los enamorados    van servir a sus amores,
     sino yo, triste mezquino,    que yago en estas prisiones,
  4   que ni sé cuándo es de día,    ni menos cuándo es de noche,
     sino por una avecilla    que me cantaba al albor.
  6   Matómela un ballestero;    ¡déle Dios mal galardón!

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0078:15 El prisionero (ó)            (ficha no.: 1527)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 251; Canc. de rom. 1550 f. 265 y Silva de 1550 t. I. f. 176. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 114a, vol. II, pp. 16-17.  040 hemist.  Música registrada.

     Por el mes era de mayo    cuando hace la calor,
  2   cuando canta la calandria,    y responde el ruiseñor,
     cuando los enamorados    van a servir al amor,
  4   sino yo triste, cuidado,    que vivo en esta prisión,
     que ni sé cuándo es de día,    ni cuando las noches son
  6   sino por una avecilla    que me cantaba al albor:
     matómela un ballestero;    ¡déle Dios mal galardón!
  8   Cabellos de mi cabeza    lléganme al corvejón;
     abellos de mi barba,    por manteles tengo yo;
  10   las uñas de las mis manos    por cuchillo tajador.
     Si lo hacía el buen rey,    hácelo como señor;
  12   si lo hace el carcelero,    hácelo como traidor.
     Mas ¡quién ahora me diese    un pájaro hablador!,
  14   siquiera fuese calandria,    o tordico o ruiseñor;
     criado fuese entre damas    y avezado a la razón,
  16   que me lleve una embajada    a mi esposa Leonor,
     que me envíe una empanada,    no de trucha ni salmón,
  18   sino de una lima sorda    y de un pico tajador:
     la lima para los hierros    y el pico para la torre.
  20   Oídolo había el rey,    mandóle quitar la prisión.

Variantes: -1a La tabla del. Canc. de rom. s. a. dice: Por mayo era, por mayo...; -7b Con este verso acaba el romance también en el Canc. de rom. s. a. y en la Silva.

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0611:1 Rosafresca (ó)            (ficha no.: 1528)

Versión de España. Recogida 00/00/1527 Publicada en Canc. gen. ed. de Toledo, 1527. f. 107 (Romance de Rosa fresca, con la glosa Pinar); Canc. de rom. s. a. f. 230; Canc. de rom. 1550 f. 244 y Silva de 1550 t. I. f. 153 (Romance de Rosa frescç. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 115, vol. II, pp. 18.  022 hemist.  Música registrada.

     Rosafresca, Rosafresca,    tan garrida y con amor,
  2   cuando vos tuve en mis brazos,    no vos supe servir, no;
     y agora que os serviría,    no vos puedo haber, no.
  4   --Vuestra fue la culpa, amigo,    vuestra fue, que mía no;
     envístesme una carta    con un vuestro servidor
  6   y en lugar de recaudar    él dijera otra razón:
     que érades casado, amigo,    allá en tierras de León,
  8   que tenéis mujer hermosa    y hijos como una flor.
     --Quien os lo dijo, señora,    no vos dijo verdad, no;
  10   que yo nunca entré en Castilla    ni allá en tierras de León,
     sino cuando era pequeño,    que no sabía de amor.

Variantes: -2a yo os. Silva, Canc. de rom. s. a. y 1550; -7b Ptierra. Canc. gen.
Nota: *Romance mudado por otro viejo: [en lugar de incluirlo en nota como hacen W.-H. , lo reproduzco a continuación como versión independiente SHP].

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0611:2 Rosafresca (í)            (ficha no.: 1529)

Versión de España. Recogida 00/00/1511 Publicada en Canc. gen. de Constantina, f. 63* y Canc. gen. Castillo, ed. de Valencia, 1511. f. 136. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 115n, vol. II, pp. 18.  012 hemist.  Música registrada.

     Rosafresca, Rosafresca,    por vos se puede decir
  2   que nascistes con más gracias    que nadie pudo escrevir,
     porque vos sola nascistes    para quitar el vivir:
  4   ¡ay de mí, desventurado,    que nascí para sufrir!
     Yo me vi en tiempo, señora,    que os pudiera bien servir,
  6   y agora que os serviría    véome triste morir.

Variantes: -1 yo os. Silva, Canc. de rom. s. a. y 1550; 2 tierras. Canc. gen.
Nota: Véase la nota a la versión anterior (Prim. , nº 115; IGRH 0611:1).

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0229:1 Fontefrida (ó)            (ficha no.: 1530)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 230; Canc. de rom. 1550 f. 245; Canc. de Constantina f. 58 y Silva de 1550. t. I. f. 153 (Romance de Fontefrida). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 116, vol. I, pp. 19.  026 hemist.  Música registrada.

     Fontefrida, fontefrida,    fontefrida y con amor,
  2   do todas las avecicas    van tomar consolación,
     sino es la tortolica    que está viuda y con dolor.
  4   Por allí fuera a pasar    el traidor de ruiseñor;
     las palabras que le dice    llenas son de traicion:
  6   --Si tú quisieses, señora,    yo sería tu servidor.--
     --Véte de ahí, enemigo,    malo, falso, engañador,
  8   que ni poso en ramo verde,    ni en prado que tenga flor;
     que si el agua hallo clara,    turbia la bebía yo;
  10   que no quiero haber marido,    porque hijos no haya, no;
     no quiero placer con ellos,    ni menos consolación.
  12   Déjame, triste enemigo,    malo, falso, mal traidor,
     que no quiero ser tu amiga    ni casar contigo, no!--

Variantes: -4a ahí. Canc. de rom. s. a. y 1550; -4b del. Canc de rom. s. a. y 1550, Silva; -5a que él decía. Canc. de rom. s. a. y 1550, Silva; -9a que si hallo el agua clara. Canc. de rom. s. a. y 1550, Silva.

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0635:2 La buena hija (á)            (ficha no.: 1531)

Versión de España. Recogida 00/00/1605 Publicada en Juan de Ribera, Nueve romances s. 1., 1605. en 4to. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 117, vol. II, pp. 20 (La buena hija).  020 hemist.  Música registrada.

     Paseábase el buen conde    todo lleno de pesar,
  2   cuentas negras en sus manos    do suele siempre rezar;
     palabras tristes diciendo,    palabras para llorar:
  4   --Véoos, hija, crecida,    y en edad para casar;
     el mayor dolor que siento    es no tener qué os dar.
  6   --Calledes, padre, calledes,    no debéis tener pesar,
     que quien buena hija tiene,    rico se debe llamar;
  8   y el que mala la tenía,    viva la puede enterrar,
     pues amengua su linaje,    que no debiera amenguar,
  10   y yo, si no me casare,    en religión puedo entrar.--

Variantes: -4a Desde este verso hasta el -7b, hizo una glosa Alonso de Armenta, que se halla en el pliego suelto intitulado: {"Pregunta que fizo un caballero mancebo a Alonso de Armenta etc. ", y también en la Segunda parte del Cancionero general, Zaragoza, Stevan G. de Nágera, 1552, en-12mo. Allí el romance es llamado `viejo`; -5a la mayor pena. Glosa de Armenta; -6b no queredes decir tal. Glosa de Arm.; -7b hecho tiene el ajuar. Glosa de Arm.

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0345:1 Estaba la linda infanta (í-a)            (ficha no.: 1532)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 193 y Canc. de rom. 1550 f. 204 (Romance de la linda infanta). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 118, vol. II, pp. 21.  024 hemist.  Música registrada.

     Estaba la linda infanta    a sombra de una oliva,
  2   peine de oro en las sus manos,    los sus cabellos bien cría.
     Alzó su ojos al cielo    en contra do el sol salía;
  4   vio venir un fuste armado    por Guadalquivir arriba.
     Dentro venía Alfonso Ramos,    almirante de Castilla.
  6   --Bien vengáis, Alfonso Ramos,    buena sea tu venida,
     ¿y qué nuevas me traedes    de mi flota bien guarnida?
  8   --Nuevas te traigo, señora,    si me seguras la vida.
     --Diéseslas, Alfonso Ramos,    que segura te sería.
  10   --Allá llevan a Castilla    los moros de la Berbería.
     --Si no me fuese por qué,    la cabeza te cortaría.
  12   --Si la mía me cortases,    la tuya te costaría.--

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0133:9 Ricofranco (é)            (ficha no.: 1533)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 191 y Canc. de rom. 1550 f. 202 (Romance de Rico Franco). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 119, vol. II, pp. 22-23.  036 hemist.  Música registrada.

     A caza iban, a caza    los cazadores del rey,
  2   ni fallaban ellos caza,    ni fallaban qué traer.
     Perdido habían los halcones,    ¡mal los amenaza el rey!
  4   Arrimáranse a un castillo    que se llamaba Maynés.
     Dentro estaba una doncella    muy fermosa y muy cortes;
  6   siete condes la demandan,    y así facían tres reyes.
     Robárala Rico Franco,    Rico Franco aragonés;
  8   llorando iba la doncella    de sus ojos tan cortés.
     Falágala Rico Franco,    Rico Franco aragonés:
  10   --Si lloras tú padre o madre,    nunca más vos los veréis,
     si lloras los tus hermanos,    yo los maté todos tres.
  12   --Ni lloro padre ni madre,    ni hermanos todos tres;
     mas lloro la mi ventura,    que no sé cuál ha de ser.
  14   Prestédesme, Rico Franco,    vuestro cuchillo lugués;
     cortaré fitas al manto,    que no son para traer.--
  16   Rico Franco de cortese    por las cachas lo fue tender;
     la doncella, que era artera,    por los pechos se lo fue a meter.
  18   --Así vengó padre y madre,    y aun hermanos todos tres.--

Variantes: --3b Este y el verso que le antecede faltan en el Canc. de rom. s. a.; -6b y así facen reyes tres. Canc de rom. de 1550 y ed. posteriores.

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0292:2 Marquillos (ó)            (ficha no.: 1534)

Versión de España. Recogida 00/00/1573 Publicada en Pliego suelto del siglo XVI. Glosa agora nuevamente compuesta a un rom. muy antiguo que comienza: quan traydor eres Marquillos etc. [Praga I, pl. 32, 265-168; Dicc. 880] y Timoneda, Rosa de amores (Romance de Marquillos). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 120, vol. II, pp. 23-24.  030 hemist.  Música registrada.

     ¡Cuán traidor eres, Marquillos,    cuán traidor de corazón!
  2   Por dormir con tu señora    habías muerto a tu señor;
     desque lo tuviste muerto,    quitástele el chapirón,
  4   fuéraste al castillo fuerte    donde está la Blancaflor.
     --Ábreme, linda señora,    que aquí viene mi señor;
  6   si no lo quieres creer,    véis aquí su chapirón.--
     Blancaflor desque lo viera    las puertas luego le abrió.
  8   Echóle brazos al cuello,    allí luego la besó;
     abrazándola y besando    a un palacio la metió.
  10   --Marquillos, por Dios te ruego    que me otorgases un don:
     que no durmieses conmigo    hasta que rayase el sol.--
  12   Marquillos, como es hidalgo,    el don luego le otorgó;
     como viene tan cansado    en llegando se adurmió.
  14   Levantóse muy ligera    la hermosa Blancaflor;
     tomara cuchillo en mano    y a Marquillos degolló.

Variantes: --2b degollaste. Timoneda, Rosa de amor; -5 abridme. Tim.; -9b en un secreto la entró. Tim.; -10b concedas. Tim.; -13a y como venía. Tim.

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0312:1 Moriana y Galván (á-e)            (ficha no.: 1535)

Versión de España. Recogida 00/00/1573 Publicada en Códice del siglo XVI, en el Rom. gen. del señor Durán [Pliego Cracovia XIV, 111-112; Dicc. 721]; Timoneda, Rosa de amores; Silva de rom. ed. de Barcelona 1582. en-12mo. y Cancionero llamado Flor de enamorados (Romance primero de Moriana). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 121, vol. II, pp. 25-27.  064 hemist.  Música registrada.

     Moriana en un castillo    juega con el moro Galvane;
  2   juegan los dos a las tablas    por mayor placer tomare.
     Cada vez qu` el moro pierde    bien perdía una ciudade,
  4   cuando Moriana pierde    la mano le da a besare;
     del placer qu` el moro toma    adormescido se cae.
  6   Por aquellos altos montes    caballero vio asomare;
     llorando viene y gimiendo,    las uñas corriendo sangre,
  8   de amores de Moriana,    hija del rey Moriane.
     Captiváronla los moros    la mañana de Sant Juane,
  10   cogiendo rosas y flores    en la huerta de su padre.
     Alzó los ojos Moriana,    conociérale en mirarle;
  12   lágrimas de los sus ojos    en la faz del moro dane.
     Con pavor recuerda el moro    y empezara de fablare:
  14   --¿Qu` es esto, la mi señora?    ¿Quién vos ha fecho pesare?
     Si os enojaron mis moros,    luego los haré matare,
  16   o si las vuesas doncellas,    farélas bien castigare;
     y si pesar los cristianos,    yo los iré conquistare.
  18   Mis arreos son las armas,    mi descanso el peleare,
     mi cama, las duras peñas,    mi dormir, siempre velare.--
  20   --Non me enojaron los moros,    ni los mandedes matare,
     ni menos las mis doncellas    por mí reciban pesare,
  22   ni tampoco a los cristianos    vos cumple de conquistare;
     pero d` este sentimiento    quiero vos decir verdade:
  24   que por los montes aquellos    caballero vi asomare,
     el cual pienso que es mi esposo,    mi querido, mi amor grande.--
  26   Alzó la su mano el moro    un bofetón le fue a dare:
     teniendo los dientes blancos    de sangre vuelto los hae,
  28   y mandó que sus porteros    la lleven a degollare
     allí do viera a su esposo,    en aquel mismo lugare.
  30   Al tiempo de la su muerte    estas voces fue a fablare:
     --Yo muero como cristiana,    y también sin confesare
  32   mis amores verdaderos    de mi esposo naturale.--

Variantes: -1a el c. Tim; -1b Después de este verso inserta Timoneda los dos siguientes: Más servida que contenta, / aunque no lo va mostrar//; -2b solaz. Tim.; -3b él perdía Tim. Flor de enam., Silva; -4b ha de. Tim Flor de enam. fué. Tim. Flor de enam., Silva; -6b fue. Tim Flor de enam. ; -12a las lágrimas en los ojos. Tim.; -20b ni los mandéis matar. Tim Flor de enam., Silva; -22b ni tampoco los cristianos / cumple de los conquistar//. Tim. Flor de enam., Silva; -25a el cual es cierto mi esposo. Tim.; -26a En oír aquesto... Tim.; -29a vido ha. Tim.; -30b palabras. Tim. Flor de enam., Silva; -31b por c.Tim.; -32a los a. Tim.
Notas: -1b hipermétrico por "el", que sobra; [Restituyo las /e`s/ finales de verso conforme al Pliego y Timoneda. SHP]. -18a Este verso y los otros tres siguientes [octosílabos] son el principio de un romance contrahecho, que empieza también diciendo: Mis arreos son las armas, el cual cita Cervantes en el Quijote. Este romance se halla en nuestra colección tomado de la Silva, ed. del 1550, y del Cancionero de rom. s. a. [Véase abajo Prim. , nº 125.]

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1507:1 Diálogo de Moriana con el verdugo (á-e)            (ficha no.: 1536)

Versión de España. Recogida 00/00/1573 Publicada en Códice del siglo XVI, en el Rom. gen. del señor Durán y Timoneda, Rosa de amores (Romance segundo de Moriana). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 122, vol. II, pp. 27-29.  040 hemist.  Música registrada.

     Rodillada está Moriana,    que la quieren degollare,
  2   de sus ojos envendados    non cesando de llorare;
     atada de pies y manos,    que era lástima mirare:
  4   los cabellos de oro puro    que al suelo quieren llegare
     y los pechos descubiertos,    más blancos que non cristale.
  6   De ver el verdugo moro    en ella tanta beldade,
     de su amor estando preso    sin poderlo más celare,
  8   hablóle en algarabía    como a aquella que la sabe:
     --Perdonédesme, Moriana,    querdesme perdonare,
  10   que mandado soy, señora,    por el rey moro Galvane.
     ¡Ojalá viese mi alma    como vos poder librar!
  12   Para libertar dos vidas    que aquí las veo penare.--
     Moriana dijo: --Moro,    lo que te quiero rogare
  14   es que cumplas con tu oficio    sin un punto más tardare.--
     Estando los dos en esto    el esposo fue a asomare,
  16   matando y firiendo moros,    que nadie lo osa esperare.
     Caballero en su caballo    junto de ella fue a llegare.
  18   El verdugo la desata,    y le ayuda a cabalgare;
     los tres van de compañía    sin ningún contrario hallare;
  20   en el castillo de Breña    se fueron a aposentare.

Variantes de Timoneda: -4a no el. -5b os pudiese. -11b efectúes. -14a un punto dilatar. -15b En el texto de Timoneda están intercalados los dos versos siguiente de la linda Moriana / con seguridad mostrar//.
Nota: -1 Restituyo las `e`s finales de verso conforme al Pliego y Timoneda. SHP

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1516:1 Quejas de Galván abandonado (á)            (ficha no.: 1537)

Versión de España. Recogida 00/00/1573 Publicada en Códice del Siglo XVI, en el Rom. gen. del señor Durán y Timoneda Rosa de amores (Romance tercero de Moriana). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 123, vol. II, pp. 29-30.  052 hemist.  Música registrada.

     Al pie de una verde haya    estaba el moro Galván;
  2   mira el castillo de Breña    donde Moriana está;
     de riendas tiene el caballo,    que non lo quiere soltar.
  4   Tiene el almete quitado    por poder mejor mirar;
     cuando con voz dolorosa    entre llanto y suspirar,
  6   comenzó el moro quejando    de esta manera a fablar:
     --Moriana, Moriana,    principio y fin de mi mal,
  8   ¿cómo es posible, señora,    non te duela mi penar,
     viendo que por tus amores    muero sin me remediar?
  10   De aquel buen tiempo pasado    te debrías recordar
     cuando dentro en mi castillo    conmigo solías folgar,
  12   cuando contigo jugaba,    mi alma debrías mirar;
     cuando ganaba perdienido    porque era el perder ganar,
  14   cuando merescí ganando    tus bellas manos besar,
     y más cuando en tu regazo    me solía reclinar
  16   y cuando con ti fablando    durmiendo solía quedar.
     Si esto non fue amor, señora,    ¿cómo se podrá llamar?
  18   Y si lo fue, Moriana,    ¿cómo se puede olvidar?--
     A lo alto de una torre    Moriana fue a asomar
  20   y al enamorado moro    aquesto fue a declarar:
     --Fuye de aquí, perro moro    el que me quiso matar,
  22   el que me robó doncella    y dueña me hubo forzar;
     las caricias que te fice    fueron por de ti burlar
  24   y atender mi noble esposo    que viniese a libertar.--
     Salió de Breña el cristiano    y arremete al buen Galván:
  26   pasádole ha con la lanza    y el alma del cuerpo sale.

Variantes de Timoneda: -2a mirando el castillo fuerte. -4a con e.a.. -8b no dolerte mi pesar. -10a Pues de aquel. -16a hablando contigo. -18b Con este verso acaba el texto de Timoneda.

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0320:1 Julianesa (á-e)            (ficha no.: 1538)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. fol. 227; Canc. de rom. 1550 f. 241 (Romance que dice: Arriba canes arriba) y Silva de 1550 t. l. f. 152 (Romance que dice: Arriba canes. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 124, vol. II, pp. 31 (De Julianesç).  020 hemist.  Música registrada.

     --¡Arriba, canes, arriba,    que rabia mala os mate!
  2   en jueves matáis el puerco    y en viernes coméis la carne.
     ¡Ay, que hoy hace los siete años    que ando por este valle!
  4   pues traigo los pies descalzos,    las uñas corriendo sangre,
     pues como las carnes crudas,    y bebo la roja sangre
  6   buscando triste a Julianesa    la hija del emperante,
     pues me la han tomado moros    mañanica de Sant Juan,
  8   cogiendo rosas y flores    en un vergel de su padre.
     Oídolo ha Julianesa,    que en brazos del moro está;
  10   las lágrimas de sus ojos    al moro dan en la faz.

Nota: *El señor Durán ha colocado este romance con los de Moriana, mudando el nombre de Julianesa en él de Moriana.

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0522:1 Mis arreos son las armas (á)            (ficha no.: 1539)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 252; Canc. de rom. 1550. f. 267. y Silva de 1550 t. I. f. 177. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 125, vol. II, pp. 32 (La constanciç).  014 hemist.  Música registrada.

     --Mis arreos son las armas,    mi descanso es pelear,
  2   mi cama las duras peñas,    mi dormir siempre velar.
     Las manidas son escuras,    los caminos por usar,
  4   el cielo con sus mudanzas    ha por bien de me dañar,
     andando de sierra en sierra    por orillas de la mar,
  6   por probar si mi ventura    hay lugar donde avadar.
     Pero por vos, mi señora,    todo se ha de comportar.--

Variantes: -6a en mí. Las ed. post. del Canc. de rom.
Nota: *Así ha intitulado el sr. Durán este fragmento de un romance viejo, que en la Silva y el Canc. de rom. s. a. lleva el epígrafe otro romance, y cuyos cuatro primeros versos se hallan también entre los del que dice: Moriana en un castillo, los cuales cita Cervantes en el Quijote.

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0072:1 Bovalías el pagano (á-o)            (ficha no.: 1540)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 186; Canc. de rom. 1550 f. 196 y Silva de 1550 t. I. f. 109 (Romance de Bovalías el pagano). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 126, vol. II, pp. 32-33.  028 hemist.  Música registrada.

     Por las sierras de Moncayo    vi venir un renegado:
  2   Bovalías ha por nombre,    Bovalías el pagano.
     Siete veces fuera moro,    y otras tantas mal cristiano;
  4   y al cabo de las ocho    engañólo su pecado,
     que dejó la fe de Cristo,    la de Mahoma ha tornado.
  6   Este fuera el mejor moro    que allende había pasado.
     Cartas le fueron venidas    que Sevilla está en un llano.
  8   Arma naos y galeras,    gente de a pie y de caballo;
     por Guadalquebir arriba    su pendón llevan alzado.
  10   En el campo de Tablada    su real había asentado
     con trescientas de las tiendas    de seda, oro y brocado.
  12   `N` el medio de todas ellas    está la del renegado;
     encima en el chapitel    estaba un rubí preciado:
  14   tanto relumbra de noche    como el sol en día claro.

Variantes de la Silva: -12a en. -14b sol de.

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2338:1 Entre muchos reyes sabios (í-a)            (ficha no.: 1541)

Versión de España. Recogida 00/00/1573 Publicada en Timoneda, Rosa de amores (Romance del rey Búcar). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 127, vol. II, pp. 33-35.  040 hemist.  Música registrada.

     Entre muchos reyes sabios,    que hubo en la Andalucía
  2   reinara un moro viejo    que rey Búcar se decía.
     Siendo ya de muchos años    que amancebado vivía
  4   por ruegos de su manceba    que amaba mucho y quería
     llamó a Cortes a sus gentes    para un señalado día
  6   porque en ellas se tratase    lo que a sus reinos cumplia
     De muchas leyes que pone    esta de nuevo añadía:
  8   «que todo hombre enamorado    se casase con su amiga
     y quien no la obedeciese    la vida le costaría».
  10   A todos parece bien,    a muchos les convenía
     sino a un sobrino del rey,    el cual ante d`él venía;
  12   con palabras muy quejosas    de esta manera decía:
     --La ley que tu Alteza puso,    cierto que me desplacía;
  14   todos se alegran con ella,    yo solo me entristecía
     que mal puedo yo casarme,    siendo casada la mía:
  16   casada, y tan mal casada    que gran lástima ponía.
     Una cosa os digo, rey,    que a nadie no lo diría
  18   que si yo mucho la quiero,    ella muy más me quería.--
     Allí hablara el rey Búcar,    esta respuesta le hacía:
  20   --Siendo casada, cual dices,    la ley no te comprehendía.

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0053:1 Cabalgada de Peranzules (é-o)            (ficha no.: 1542)

Versión de España. Recogida 00/00/1573 Publicada en Timoneda, Rosa gentil (Romance de Sevilla). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 128, vol. II, pp. 35-36.  046 hemist.  Música registrada.

     Sevilla está en una torre    la más alta de Toledo;
  2   hermosa es a maravilla,    que el amor por ella es ciego.
     Púsose entre las almenas    por ver riberas del Tejo
  4   y el campo todo enramado,    como está de flores lleno.
     Por un camino espacioso    vio venir un caballero
  6   armado de todas armas,    encima un caballo overo.
     Siete moros traía presos    aherrojados con fierro;
  8   en alcance de éste viene    un perro moro moreno,
     armado de piezas dobles    en un caballo ligero.
  10   El continente que trae,    a guisa es de buen guerrero;
     blasfemando de Mahoma,    de sobrada furia lleno.
  12   Grandes voces viene dando:    --Espera, cristiano perro,
     que de esos presos que llevas    mi padre es el delantero,
  14   los otros son mis hermanos,    y amigos que yo bien quiero;
     si me los das a rescate,    pagártelos he en dinero
  16   y si hacerlo no quisieres,    quedarás hoy muerto o preso.--
     En oírlo Peranzules    el caballo volvió luego;
  18   la lanza puso en el ristre    para el moro se va recio,
     con tal furia y ligereza    cual suele llevar un trueno.
  20   A los primeros encuentros    derribádolo ha en el suelo;
     apeara del caballo,    el pie le puso en el cuello;
  22   cortárale la cabeza:    ya después que hizo esto
     recogió su cabalgada,    metióse dentro en Toledo.

Variantes: -7a Presos siete moros traía /. Enmienda del señor Durán en su Romancero general, I. p. 2; -21a En el suelo lo derriba, / y a los primeros encuentros// apeáranse del caballo /. Enmienda del señor Durán; -23b metióse luego. Durán.

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0045:8 El moro que reta a Valencia (á-a)            (ficha no.: 1543)

Versión de Cataluña s. l. (España).   Recogida por Manuel Milà i Fontanals, (Colec.: Milà i Fontanals, M.). Publicada en Milá y Fontanals 1853, Observaciones sobre la poesía popular, pag. 123 y 124 y Milá y Fontanals 1882, Romancerillo catalán: Canciones tradicionales , º 238.[[/210-211. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 129, vol. II, pp. 36-38 (Romance del rey moro) y Catalán 1969, Siete siglos, pp. 169-70.  044 hemist.  Música registrada.

     --¡Oh Valencia, eh Valencia!    ¡Oh Valencia valenciana!,
  2   un tiempo fuiste de moros,    y ahora eres cristiana;
     no pasará mucho tiempo    de moros serás tornada,
  4   que al rey de los cristianos    yo le cortaré la barba,
     a la su esposa la reina    la tomaré por criada,
  6   y a la su hija bonita    la tomaré por mi dama.--
     Ya quiso el Dios de los cielos    que el buen rey se lo escuchaba;
  8   va al palacio de la infanta    que en el lecho descansaba.
     --¡Hija de mi corazón,    oh hija de mis entrañas!,
  10   levántate al mismo punto,    ponte la ropa de Pascua,
     y vete hacia el rey moro,    y entreténlo con palabras.--
  12   --Me dirías, buena niña,    ¿cómo estás tan descuidada?--
     --Mi padre está en la pelea,    mi madre al lecho descansa,
  14   y mi hermano mayor    lo han muerto en la campaña.--
     --Me dirías, buena niña    ¿qué ruido es que sonaba?--
  16   --Son los pajes de mi padre,    que al caballo dan cebada.--
     --Me dirías, buena niña    ¿adónde van tantas armas?--
  18   --Son los pajes de mi padre,    que vienen de la campaña--
     No pasó espacio de una hora    que al rey moro lo ligaban.
  20   --Me dirías, buena    ¿qué pena me será dada?--
     --La pena que merecías:    mereces que te quemaran
  22   y la ceniza que harás    merece ser aventada.

Nota: Tradicional; conservado en Cataluña y publicado por el señor Milá y Fontanals en sus Observaciones. . . .
Variantes: -13: mi hermano al l. d; -14: hermano menor. [Se trata de una versión retocada: regularizada en el lenguaje y en la versificación]

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0136:11 Flores y Blancaflor (í-a)            (ficha no.: 1544)

Versión de Cataluña s. l. (España).   Documentada en o antes de 1853. Publicada en Milá y Fontanals 1853, Observaciones sobre la poesía popular, pag. 124 y 125. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 130, vol. II, pp. 38-40 (Las dos Hermanas).  086 hemist.  Música registrada.

     --Moro, si vas a la España,    traerás una cautiva
  2   no sea blanca ni fea,    ni gente de villanía.--
     Ve venir el conde Flores    que viene de la capilla,
  4   viene de pedir a Dios    que le dé un hijo o una hija.
     --Conde Flores, conde Flores,    tu mujer será cautiva.--
  6   --No será cautiva, no,    antes perderé la vida.--
     Cuando partió el conde Flores    su mujer quedó cautiva.
  8   --Aquí traigo, reina mora,    una cristiana, muy linda,
     que no es blanca ni fea,    ni gente de villanía;
  10   no es mujer de ningún rey,    lo es del conde de Castilla.--
     --De las esclavas que tengo    tú serás la más querida,
  12   aquí te entrego mis llaves    para hacer la mi cocina.--
     --Yo las tomaré, señora,    pues tan gran dicha es la mía--
  14   La reina estaba preñada    la cautiva estaba encinta;
     quiso Dios y la fortuna,    las dos parieron un día.
  16   La reina parió en el trono,    la esclava en tierra paría.
     Una hija parió la reina,    la esclava un hijo paría;
  18   las comadronas son falsas,    truecan el niño y la niña:
     a la reina dan el hijo,    la esclava toma la hija.
  20   Cuando un día la apañaba    estas palabras decía:
     --No llores, hija, no llores,    hija mía y no parida,
  22   que si fuese a las mis tierras    muy bien te bautizaría
     y te pondria por nombre    María Flor de la vida,
  24   que yo tenía una hermana    que este nombre se decía,
     que yo tenía una hermana    de moros era cautiva,
  26   que fueron a cautivarla    una mañanita fría
     cogiendo rosas y flores    en un jardín que tenía.
  28   La reina ya lo escuchó    del cuarto donde dormía;
     ya la enviaba a buscar    por un negro que tenía:
  30   --¿Qué dices, la linda esclava?    ¿qué dices, linda cautiva?--
     Palabras que hablo, señora    yo también te las diría:
  32   No llores, hija, no llores,    hija mía y no parida, etc. . . .
     --Si aquesto fuese verdad    hermana mía serías.
  34   --Aquesto es verdad, señora,    como el día en que nacía.--
     Ya se abrazaban las dos    con grande llanto que había.
  36   El rey moro lo escuchó    del cuarto donde escribía;
     ya las envía a buscar    por un negro que tenía:
  38   --¿Qué lloras, regalo mío?    ¿qué lloras, la prenda mía?
     Tratábamos de casaros    con lo mejor de Turquía.--
  40   Ya le respondió la reina,    estas palabras decía:
     --No quiero mezclar mi sangre    con la de perros maldita.--
  42   Un día mientras paseaban    con su hijo y con su hija,
     hecho convenio las dos,    a su tierra se volvían.

Nota de los editores: Tradicional; conservado en Cataluña y publicado por el señor Milá y Fontanals en [Observaciones sobre la poesía popular], pag. 124 y 125 donde, pag. 117 y 118, se halla también una versón catalana de este asunto, así como una portuguesa en el Romanceiro del señor Almeida Garrett, tomo 11. pag. 183, Rainha e captiva y hasta los Suecos han tratado al mismo asunto en un canto popular, el célebre de la Linda Ana..

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0443:1 Cautivo del renegado (é-a)            (ficha no.: 1545)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 229; Canc. de rom. 1550f. 243 (Romance que dice: Mi padre era de Ronda)*; Silva de 1550. t. I. f. 152 y Timoneda, Rosa de Amores, 62-63**. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 131, vol. II, pp. 41-42 (Del cautivo cristiano).  034 hemist.  Música registrada.

     Mi padre era de Ronda,    y mi madre de Antequera;
  2   cativáronme los moros    entre la paz y la guerra,
     y lleváronme a vender    a Jerez de la Frontera.
  4   Siete días con sus noches    anduve en almoneda:
     no hubo moro ni mora    que por mí diese moneda,
  6   si no fuera un moro perro    que por mí cien doblas diera
     y llevárame a su casa,    y echárame una cadena.
  8   Dábame la vida mala,    dábame la vida negra:
     de día majar esparto,    de noche moler cibera,
  10   y echóme un freno a la boca,    porque no comiese d` ella.
     Mi cabello retorcido    y tornóme a la cadena.
  12   Pero plugo a Dios del cielo    que tenía el ama buena:
     cuando el moro se iba a caza    quitábame la cadena
  14   y echárame en su regazo,    y espulgóme la cabeza.
     Por un placer que le hice    otro muy mayor me hiciera:
  16   diérame los cien doblones    y enviárame a mi tierra.
     Y así plugo a Dios del cielo    que en salvo me pusiera.

Variantes: -1a Mi padre es cierto. Tim.; -3b a Vélez de la Gomera. Canc. de rom. 1550, Tim.; -4b en la moneda. Canc. de rom. s. a. y 1550. en el almoneda. Tim.; -5b que por mi una blanca diera. Tim.; -6b que cien doblas ofreciera. Tim.; -9a majaba. Tim.;-9b molía. Tim.; -10a y echóme freno Silva. echóme un freno. Tim; -11b Este y el verso que le antecede faltan en la en la Rosa de Tim.; -14a echábame Silva, Tim.; -14b mil regalos me hiciera, // espulgábame y limpiaba / mejor que yo mereciera // Tim.; -15b otro mayor me ofreciera. Tim.; -16a Desde este verso es todo otro en la Rosa de Timoneda donde dice: diérame casi cien doblas, / en libertad me pusiera, // Por temor que el moro perro / quizá la muerte nos diera. // Así plugo al rey del cielo / de quien mercedes se espera //que me ha vuelto en vuestros brazos. / como de primero era//.
Notas: *En la Rosa de amores de Timoneda lleva este romance la siguiente introducción: Preguntando está Florida / a su esposo placentera // en un vergel asentada / junto a una verde ribera: // --Dígasme tú esposo amado / ¿de dónde eres? de qué tierra? // ¿y adónde te captivaron? / libertad quién te la diera?-- // --Yo os lo diré, dulce esposa, / estad atenta siquiera.-- //.
**Sobre el mismo asunto hay un romance portugués, más cabal pero mucho más moderno, que con el título de O captivo, ha insertado el señor Almeida Garrett en su Romanceiro Tomo 111. pag. 77.

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0687:1 Moraima (á)            (ficha no.: 1546)

Versión de España. Recogida 00/00/1511 Publicada en Canc. general ed. de Valencia 1511, f. 135; Canc. de rom. s. a. f. 237; Canc. de rom. 1550 f. 251 (Romance que dice: yo me era mora moraima) y Silva de 1550 t. I. f. 160 (Romance que dicen). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 132, vol. II, pp. 42-43.  026 hemist.  Música registrada.

     Yo m` era mora Moraima    morilla d`un bel catar:
  2   cristiano vino a mi puerta,    cuitada, por m` engañar.
     Hablóme en algarabía    como aquel que la bien sabe:
  4   --Ábrasme las puertas, mora,    si Alá te guarde de mal.
     --¿Cómo te abriré, mezquina,    que no se quién te serás?--
  6   --Yo soy el moro Mazote,    hermano de la tu madre,
     que un cristiano dejo muerto,    tras mí venía el alcande.
  8   Si no me abres tú, mi vida,    aquí me verás matar--
     Cuando esto oí, cuitada,    comencéme a levantar,
  10   vistiérame una almejía    no hallando mi brial;
     fuérame para la puerta    y abríla de par en par.

Variantes: -1a moraima. Silva; -1b morica. Silva; -6a moro Mazote. Canc. gen. ; -7b viene Canc. gen.; alcaide. Canc. de rom. 1550.

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0613:1 Estratagema de los sitiados por hambre (á-e)            (ficha no.: 1547)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 251; Canc. de rom. 1550 f. 266 y Silva de 1550 t. I, f. 176 (Romance de don García)*. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 133, vol. II, pp. 43-45.  048 hemist.  Música registrada.

     Atal anda don García    por una sala adelante,
  2   saetas de oro en la mano,    en la otra un arco trae;
     maldiciendo a la fortuna,    grandes querellas le dae:
  4   --Crióme el rey de pequeño,    hízome Dios barragán;
     diome armas y caballo,    por do todo hombre más vale,
  6   diérame a doña María    por mujer y por iguale,
     diérame a cien doncellas    para ella acompañare,
  8   dióme el castillo de Urueña    para con ella casare,
     diérame cien caballeros    para el castillo guardare;
  10   basteciómele de vino,    basteciómele de pane,
     bastecióle de agua dulce    que en el castillo no la haye.
  12   Cercáronmelo los moros    la mañana de Sant Juane:
     siete años son pasados    el cerco no quieren quitare;
  14   veo morir a los míos    no teniendo qué les dar,
     póngolos por las almenas    armados como se están,
  16   porque pensasen los moros    que podrían pelear.
     En el castillo de Urueña    no hay sino solo un pan;
  18   si le doy a los mis hijos,    la mi mujer ¿qué hará?
     Si lo como yo, mezquino,    los míos se quejarán--
  20   Hizo el pan cuatro pedazos    y arrojólos al real.
     El uno pedazo de aquellos    a los pies del rey fue a dar.
  22   --¡Alá pese a mis moros,    Alá le quiera pesar!,
     de las sobras del castillo    nos bastecen el real.--
  24   Manda tocar los clarines    y su cerco luego alzare.

Variantes: -1b adarve. Canc. de rom. 1550; -8a Ureña. Las ed. posteriores del Canc. de rom.
Notas: *El asunto en este romance es del todo tradicional, y está quizás fundado en el cantar de gesta francés de Ogier de Danois, quien supo con semejante estratagema engañar al Emperador Carlomagno al cerco de Castelfort, sitiado también por siete años. Véase La chevalerie Ogier de Danemarce por Raimbert de Paris (Paris, 1842, tomo II, pag. 339 sg.).

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0614:1 El guante en la leonera (á-o)            (ficha no.: 1548)

Versión de España. Recogida 00/00/1573 Publicada en Códice del siglo XVI. En el Rom. gen. del señor Durán y Timoneda, Rosa gentil (Romance de don Manuel de León*). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 134, vol. II, pp. 45-48.  084 hemist.  Música registrada.

     Ese conde don Manuel,    que de León es nombrado,
  2   hizo un hecho en la corte    que jamás será olvidado,
     con doña Ana de Mendoza,    dama de valor y estado.
  4   Y es que después de comer,    andándose paseando
     por el palacio del rey,    y otras damas a su lado,
  6   y caballeros con ellas    que las iban requebrando,
     a unos altos miradores    por descanso se han parado,
  8   y encima la leonera,    la doña Ana ha asomado,
     y con ella casi todos,    cuatro leones mirando,
  10   cuyos rostros y figuras    ponían temor y espanto.
     Y la dama por probar    cuál era más esforzado,
  12   dejóse caer el guante,    al parecer, descuidado.
     Dice que se le ha caido,    muy a pesar de su grado.
  14   Con una voz melindrosa    de esta suerte ha proposado:
     --¿Cuál será aquel caballero    de esfuerzo tan señalado,
  16   que saque de entre leones    el mi guante tan preciado?,
     que yo lo doy mi palabra    que será mi requebrado;
  18   será entre todos querido,    entre todos más amado.--
     Oído lo ha don Manuel,    caballero muy honrado,
  20   que de la afrenta de todos    también su parte ha alcanzado.
     Sacó la espada de cinta,    revolvió su manto al brazo;
  22   entró dentro la leonera    al parecer demudado.
     Los leones se lo miran,    ninguno se ha meneado;
  24   salióse libre y exento    por la puerta do había entrado.
     Volvió la escalera arriba,    el guante en la izquierda mano,
  26   y antes que el guante a la dama    un bofetón le hubo dado,
     diciendo y mostrando bien    su esfuerzo y valor sobrado:
  28   --Tomad, tomad, y otro día,    por un guante desastrado
     no pornéis en riesgo de honra    a tanto buen fijo dalgo;
  30   y a quien no le pareciere    bien hecho lo ejecutado,
     a ley de buen caballero    salga en campo a demandallo.--
  32   La dama le respondiera    sin mostrar rostro turbado:
     --No quiero que nadie salga,    basta que tengo probado
  34   que sedes vos, don Manuel,    entre todos más osado;
     y si de ello sois servido    a vos quiero por velado:
  36   marido quiero valiente,    que ose castigar lo malo.
     En mí el refrán que se canta    se ha cumplido, ejecutado,
  38   que dice: «El que bien te quiere,    ese te habrá castigado».--
     De ver que a virtud y honra    el bofetón ha aplicado,
  40   y con cuanta mansedumbre    respondió, y cuán delicado,
     muy contento y satisfecho    don Manuel se lo ha otorgado;
  42   y allí en presencia de todos,    los dos las manos se han dado.

Variantes de Timoneda: -19a oyólo. -26a el guante le diera en tierra. -27a do dijo. -34a vos sois. -35a y si servido seréis. -37b efectuado. -38b aquel.
Notas: *Sobre este caballero véase la nota al romance fronterizo que dice: Cuál será aquel caballero: y sobre las varias versiones de la tradición a que se refiere este romance, véase al Taschenbush deutscher Romanzen, por Fr. G. V. Schmidt (Berlin, 1827, en-8. pág. 376 a 382); y (Blätter fü Lit. u. Kunst. Beilage zur Wienerzeitung. No, 39, pag. 225 y 226, «Der Löwehof auf dem Prager Schlosse» por F. B. Milkowec. Garcí Sánchez de Badajoz dice de nuestro héroe con referencia a su hazaña de los leones, en su obra llamada Infierno de amor (en el Canc. gen. ed. de 1557, f. 167 y 168): Y vi más a don Manuel / de León, armado en blanco, / y el Amor la historia d`él / de muy esforzado, franco, / pintado con un pincel. / Entre las cuales pinturas / vide las siete figuras / de los moros que mató, / los leones que domó, y otras dos mil aventuras / que de vencido venció.

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0110:49 La Condesita (á)            (ficha no.: 1549)

Versión de España s. l. (España).   Documentada en o antes de 1849. Publicada en Durán en su Rom. gen. (El conde Sol)*. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 135, vol. II, pp. 48-52.  122 hemist.  Música registrada.

     Grandes guerras se publican    entre España y Portugal:
  2   pena de la vida tiene    quien no se quiera embarcar.
     Al conde Sol le nombran    por capitán general;
  4   del rey se fue a despedir,    de su esposa otro que tal.
     La condesa que era niña,    todo se le va en llorar.
  6   --Dime, conde, ¿cuántos años    tienes de echar por allá?
     --Si a los seis años no vuelvo,    condesa, os podéis casar.--
  8   Pasan los seis, y los ocho,    pasan diez, y pasan más,
     y el conde Sol no tornaba    ni nuevas suyas fue a dar.
  10   Estando en su estancia sola,    fuéla el padre a visitar:
     --¿Qué tienes, hija querida,    que no cesas de llorar?
  12   --Padre de toda mi alma,    por la santa Trinidad,
     que me queráis dar licencia    para al conde ir a encontrar.
  14   --Mi licencia tenéis, hija,    haced vuestra voluntad.--
     La condesa al otro día    al conde se fue a buscar,
  16   triste por Italia y Francia,    por la tierra y por la mar.
     Ya estaba desesperada,    ya se torna para acá,
  18   cuando gran vacada un día    devisó allá en un pinar.
     --Vaquerito, vaquerito,    por la santa Trinidad,
  20   que me niegues la mentira    y me digas la verdad:
     ¿de quién son estas vaquitas    que en estos montes están?
  22   --Del conde Sol son, señora,    que manda en este lugar.
     --¿Y de quién son esos trigos    que cerca están de segar?
  24   --Señora, del mismo conde,    porque los hizo sembrar.
     --¿Y de quién tantas ovejas    que a corderos dan mamar?
  26   --Señora, del conde Sol,    porque los hizo criar.
     --¿De quién, dime, esos jardines    y ese palacio real?
  28   --Son del mismo caballero;    porque allí suele habitar.
     --¿De quién, de quién los caballos    que se oyen relinchar?
  30   --Del conde Sol, que suele    sobre ellos ir a cazar.
     --¿Y quién es aquella dama    que un hombre abrazando está?
  32   --La desposada señora,    con que el conde va a casar.
     --Vaquerito, vaquerito,    por la santa Soledad,
  34   toma mi ropa de seda,    y vísteme tu sayal,
     que ya hallé lo que buscaba,    no lo quiero, no, dejar;
  36   agárrame de la mano    y a su puerta me pondrás,
     que a pedirle voy limosna,    por Dios, si la quiere dar.--
  38   Desque estuvo la condesa    del palacio en el umbral,
     una limosnica pide    que se la den por piedad,
  40   y fue tanta su ventura,    aun más que era de esperar,
     que la limosna demanda    y el conde se la fue a dar:
  42   --¿De dónde eres, peregrina?    --Soy de España natural.
     --¿Cómo llegastes aquí?    --Vine mi esposo a buscar
  44   por tierra pisando abrojos,    pasando riesgos en mar,
     y cuando le hallé, señor,    supe que se iba a casar,
  46   supe que olvidó a su esposa,    su esposa que fue leal,
     su esposa que por buscalle    cuerpo y alma fue a arriesgar.
  48   --¡Romerica, romerica,    calledes, no digas tal,
     que eres el diablo sin duda    que me vienes a tentar!
  50   --No soy el diablo, buen conde,    ni yo te quiero enojar;
     soy tu mujer verdadera,    y así te vine a buscar.
  52   El conde cuándo esto oyera,    sin un punto más tardar,
     un caballo muy ligero    ha mandado aparejar
  54   con cascabeles de plata    guarnido todo el pretal;
     con los estribos de oro,    las espuelas otro tal,
  56   y cabalgando de un salto,    a su esposa fue a tomar,
     que de alegría y contento    no cesaba de llorar.
  58   Corriendo iba, corriendo,    corriendo va sin parar,
     hasta que llegó al castillo    donde es señor natural.
  60   Quedádose ha la novia    vestidica y sin casar,
     que quien de lo ajeno viste,    desnudo suele quedar.

Variantes: -1 efectuado. Tim; 2 aquel. Tim
Nota: *Tradicional. Impreso por el señor Durán en su Rom. gen. . En nota [Durán] dice: Este romance aun se conserva y pasa de boca en boca en Andalucía y tierras de Ronda. Claro está que este romance tradicional tiene rasgos del cuento de Perrault: Le chat botté.

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0234:27 Albaniña (ó)            (ficha no.: 1550)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Canc. de rom. 1550 f. 288. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 136, vol. II, pp. 52-53 (De Blanca-Niña).  040 hemist.  Música registrada.

     --Blanca sois, señora mía,    más que el rayo del sol;
  2   ¿si la dormiré esta noche    desarmado y sin pavor?
     Que siete años había, siete,    que no me desarmo, no.
  4   Más negras tengo mis carnes    que un tiznado carbón.
     --Dormilda, señor, dormilda,    desarmado sin temor,
  6   que el conde es ido a la caza    a los montes de León.
     Rabia le mate los perros,    y águilas el su halcón,
  8   y del monte hasta casa    a él arrastre el morón.
     Ellos en aquesto estando    su marido que llegó:
  10   --¿Qué hacéis la Blancaniña,    hija de padre traidor?
     --Señor, peino mis cabellos,    peínolos con gran dolor,
  12   que me dejéis a mí sola    y a los montes os vais vos.
     --Esa palabra, la niña,    no era sino traición:
  14   ¿cuyo es aquel caballo    que allá bajo relinchó?
     --Señor, era de mi padre,    y envióslo para vos.
  16   --¿Cuyas son aquellas armas    que están en el corredor?
     --Señor, eran de mi hermano,    y hoy os las envió.
  18   --¿Cuya es aquella lanza,    desde aquí la veo yo?--
     --Tomalda, conde, tomalda,    matadme con ella vos,
  20   que aquesta muerte, buen conde,    bien os la merezco yo.--

Nota en Adiciones, correcciones y enmiendas: El erudito señor Edélestand Du Méril ha publicado en su excelente obra titulada: Histoire de la poésie scandinave. Protegomènes (Paris, 1839, pág. 466 y 467), una traducción francesa (en prosa) de este romance, y alegado los cantos populares, tratando del mismo asunto, de los Suecos, Daneses y Escoseses.

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0234:28 Albaniña (ó)            (ficha no.: 1551)

Versión de España. Recogida 00/00/1562 Publicada en Cancionero llamado Flor de enamorados (Romance del conde Lombardo) y Timoneda, Rosa de amores (De Albertos). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 136a, vol. II, pp. 53-55.  050 hemist.  Música registrada.

     --¡Ay cuan linda que eres, Alba,    más linda que no la flor!
  2   ¡Quién contigo la durmiese    una noche sin temor!,
     que no lo supiese Albertos,    ese tu primero amor.
  4   --A caza es ido, a caza    a los montes de León.
     --Si a caza es ido, señora,    caígale mi maldición:
  6   rabia le mate los perros,    aguilillas el falcón,
     lanzada de moro izquierdo    le traspase el corazón.
  8   --Apead, conde don Grifos,    porque hace gran calor.
     ¡Lindas manos tenéis, conde!    ¡Ay cuán flaco estáis, señor!
  10   --No os maravilléis, mi vida,    que muero por vuestro amor,
     y por bien que pene y muera    no alcanzo ningún favor.
  12   En aquesto estando, Albertos    toca a la puerta mayor.
     --¿Dónde os pondré yo, don Grifos,    por hacer salvo mi honor?
  14   Tomáralo de la mano    y subióle a un mirador,
     y bajóse a abrir a Albertos    muy de presto y sin sabor.
  16   --¿Qué es lo que tenéis señora?    ¡Mudada estáis de color!
     ¡O habéis bebido del vino,    o tenéis celado amor!
  18   --En verdad, amigo Albertos,    no tengo de eso pavor,
     sino que perdí las llaves,    las llaves del mirador.
  20   --No toméis enojo, Alba,    de eso no toméis rancor,
     que si de plata eran ellas,    de oro las haré mejor.
  22   ¿Cuyas son aquellas armas    que tienen tal resplandor?
     --Vuestras, que hoy, señor Albertos,    las limpié de ese tenor.
  24   --¿De quién es aquel caballo    que siento relinchador?--
     Cuando Alba aquesto oyera    cayó muerta de temor.

Variantes: -4a es señora. Tim. (sic; debió decir `señor`); -5b cáyale. Tim.; -7b que le pase. Tim.; -15a abajara abrir. Tim.; -15b Después de este verso lleva Timoneda intercalados los dos versos siguientes: Albertos, como la vido, / díjole con gran rigor //; -17a Perdistes alguna joya. Tim.; -21b y mejor. Tim.

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0118:7 Grifos Lombardo (á-o)            (ficha no.: 1552)

Versión de España. Recogida 00/00/1562 Publicada en Cancionero llamado Flor de enamorados (Romance del conde Lombardo). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 137, vol. II, pp. 55-56.  030 hemist.  Música registrada.

     En aquellas peñas pardas,    en las sierras de Moncayo
  2   fue do el rey mandó prender    al conde Grifos Lombardo,
     porque forzó una doncella    camino de Santiago,
  4   la cual era hija de un duque,    sobrina del Padre Santo.
     Quejábase ella del fuerzo;    quéjase el conde del grado.
  6   Allá van a tener pleito    delante de Carlo Magno
     y mientras que el pleito dura    al conde han encarcelado
  8   con grillones a los pies,    sus esposas en las manos,
     una gran cadena al cuello    con eslabones doblados.
  10   La cadena era muy larga,    rodea todo el palacio;
     allá se abre y se cierra    en la sala del rey Carlos.
  12   Siete condes le guardaban,    todos han juramentado
     que si el conde se revuelve    todos serán a matallo.
  14   Ellos estando en aquesto,    cartas habían llegado
     para que casen la infanta    con el conde encarcelado.
Se echa de ver que este romance debe ser fragmento de alguno mas completo; y en efecto, existe todavía una versión más cabal en portugués, la cual con el título de: Justiça de Deus lleva inserta el señor Almeida Garrett en su Romanceiro, Tomo II, pág. 285.

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0149:1 Galiarda y Florencios (á-e)            (ficha no.: 1553)

Versión de España. Recogida 00/00/1600 Publicada en un pliego suelto del s. XVI.* Aquí se contienen cinco rom., y unas canciones muy graciosas. El primero es: Angustiada está la reina, etc. [Praga II, pl. 55, 119; Dicc. 711]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 138, vol. II, pp. 56-57.  020 hemist.  Música registrada.

     --¡Galiarda, Galiarda!    ¡Oh quién contigo holgase,
  2   y otro día de mañana**    con los cien moros pelease!
     Si a todos no los venciese    luego matarme mandases,
  4   porque con tan gran favor    grande esfuerzo tomaría.***
     --De dormir, dices**** Florencios,    de dormir, sí dormiréis;
  6   mas sois niño y mochacho,    luego vos alabaréis.--
     Miró hacia al cielo Florencios,    y la su espada sacó:
  8   --A esta muera yo, señora,    si de tal me alabe yo.--
     Aquella noche Florencios    con Galiarda dormió
  10   Otro día de mañana    en las cortes se alabó.

Notas: *Véase la versión siguiente, sacada de la nota de Wolf-Hofmann a esta versión (Prim. , nº 138n).
**Este verso y los tres que le siguen se hallan también en el romance del Conde Claros que dice: Media noche era por filo.
***falta la asonancia.
****El texto lleva por equivocación: dice.

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0149:2 Galiarda y Florencios (á-e)            (ficha no.: 1554)

Versión de España. Recogida 00/00/1600 Publicada en un pliego suelto del s. XVI: que lleva por título: Aquí comiençan cinco romances con una glosa . . . . de Aliarda [Praga I, pl. 38, 333-336]*. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 138n, vol. II, pp. 57.  018 hemist.  Música registrada.

     Ya se salía Aliarda    de los baños de bañar;
  2   le vi sacar su rostro    como la leche y la sangre.
     Topara al conde Florencios    y comenzó de hablar:
  4   --¡Aliarda Aliarda!    ¡Oh quién contigo holgase,
     y otro día en la mañana    con dos mil moros lidiar!
  6   Si a todos no los venciese,    me mandéis luego matar.
     --De holgar, conde, conmigo,    bien podrías tú holgar;
  8   mas eres muchacho y niño,    irte has luego alabar.
     . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . .
     Y otro día en la mañana    a las cortes se fue a alabar.

Nota: *Ésta es la versión entresacada por W.-H. de la glosa arriba identificada. En su Primavera el texto figura como nota a la versión anterior. [SHP]

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0149:3 Galiarda y Florencios (é-a)            (ficha no.: 1555)

Versión de España. Recogida 00/00/1600 Publicada en el mismo pliego suelto del s. XVI: [Praga II, pl. 55, 117-118] (Galiarda) y Tímoneda, Rosa de amores (Romance de Aliarda). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 139, vol. II, pp. 57-58.  028 hemist.  Música registrada.

     --Esta noche, caballeros,    dormí con una doncella
  2   que en los días de mi vida    yo no vi cosa más bella.
     Todos dicen a una voz:    --¡Cierto, Galiarda es ésa!.--
  4   Oídolo había un su hermano,    un su hermano que era de ella:
     --¡Por Dios! te ruego, Florencios,    que te cases con ella.
  6   --No quiero hacer, caballeros,    para mí cosa tan fea
     en tomar yo por mujer    la que tuve por manceba.--
  8   Aun bien no acabó Florencios    de decir aquella nueva,
     cuando todos a una voz    dicen luego: --¡Muera, muera!
  10   ¡muera el que ha deshonrado    a Galiarda la más bella!--
     Desque Galiarda lo supo    gran enojo recibiera:
  12   --Pésame, mis caballeros,    hagáis cosa tan mal hecha;
     lo que aquel loco decía    no era cosa creedera.
  14   Hasta saberlo de cierto    no le habíades de dar pena.--

Variantes de Timoneda: -3b Aliarda. -5b Oídolo habla su hermano, / un hermano carnal de ella. // Dijéronle allí: --Florencios, / bien es casarte connella. -9a prontamente. 10a m. aquel. -10b Aliarda Tim.; -11a En saber esto Aliarda. -11b Después de este verso Timoneda ha intercalado los dos siguientes: Envioles a decir / en breve de esta manera: //; -12b de hacer. -13a que lo que el. -14b habían.
Nota: *Hay rasgos parecidos a estos dos romances en el lindo portugués que ha publicado el señor Almeida Garrett en su Romanceiro tomo III. pag. 15, con el título de Albaninha.

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2933:1 Compañero, compañero (í-a)            (ficha no.: 1556)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Canc. de rom. 1550 f. 170 (Romance donde se queja a su amigo de que se casó su amiga). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 140, vol. II, pp. 59.  018 hemist.  Música registrada.

     --Compañero, compañero,    casóse mi linda amiga;
  2   casóse con un villano,    que es lo que más me dolía.
     Irme quiero a tornar moro    allende la morería;
  4   cristiano que allá pasare    yo le quítaré la vida.
     --No lo hagas, compañero    no lo hagas por tu vida;
  6   de tres hermanas que tengo    darte he yo la más garrida,
     si la quieres por mujer,    si la quieres por amiga.
  8   --¡Ni la quiero por mujer,    ni la quiero por amiga,
     pues que no pude gozar    de aquella que más quería.

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0671:1 Catalina abandonada (ó)            (ficha no.: 1557)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 252; Canc. de rom. 1550 f. 267 y Silva de 1550 t. I. f. 178. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 141, vol. II, pp. 59-60 (Romance de Catalina).  016 hemist.  Música registrada.

     Yo me adamé una amiga    dentro en mi corazón;
  2   Catalina había por nombre,    no la puedo olvidar, no.
     Rogóme que la llevase    a las tierras de Aragón.
  4   --Catalina, sois mochacha,    no podréis caminar, no.--
     --Tanto andaré, el caballero,    tanto andaré como vos;
  6   si lo dejáis por dineros,    llevaré para los dos,
     ducados para Castilla,    florines para Aragón.--
  8   Ellos en aquesto estando,    la justicia que llegó.

Variantes de la Silva: -4a pequeña. -5a el falta en la Silva.

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0281:1 La bella malmaridada (í)            (ficha no.: 1558)

Versión de España. Recogida 00/00/1566 Publicada en Sepúlveda 1551, Romances nuevamente sacados ... Anvers: Nucio, (Romance de la bella mal maridada) y Pliego suelto del siglo XVI. Aquí comienzan tres romances glosados, y este primero etc. [Dicc. 685/686/689]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 142, vol. II, pp. 60-62.  054 hemist.  Música registrada.

     --La bella mal maridada,    de las lindas que yo ví,
  2   véote tan triste, enojada,    la verdad díla tú a mí.
     Si has de tomar amores    por otro, no dejes a mí,
  4   que a tu marido, señora,    con otras dueñas lo ví,
     besando y retozando,    mucho mal dice de ti;
  6   juraba y perjuraba    que te había de ferir.--
     Allí habló la señora,    allí habló, y dijo así:
  8   --Sácame tú, el caballero,    tú sacásesme de aquí;
     por las tierras donde fueres    bien te sabría yo servir:
  10   yo te haría bien la cama    en que hayamos de dormir,
     yo te guisaré la cena    como a caballero gentil,
  12   de gallinas y de capones    y otras cosas más de mil;
     que a este mi marido    ya no le puedo sufrir,
  14   que me da muy mala vida    cual vos bien podéis oír.--
     Ellos en aquesto estando    su marido helo aquí:
  16   --¿Qué hacéis mala traidora?    ¡Hoy habedes de morir!--
     --¿Y por qué, señor? ¿por qué?,    que nunca os lo merecí.
  18   Nunca besé a hombre,    mas hombre besó a mí.
     Las penas que él merecía,    señor, daldas vos a mí:
  20   con riendas de tu caballo,    señor, azotes a mí;
     con cordones de oro y sirgo    viva ahorques a mí.
  22   En la huerta de los naranjos    viva entierres tú a mí,
     en sepoltura de oro    y labrada de marfil,
  24   y pongas encima un mote,    señor, que diga así:
     «Aquí está la flor de las flores,    por amores murió aquí
  26   cualquier que muere de amores    mándese enterrar aquí
     que así hice yo, mezquina,    que por amar me perdí.»

Nota: *El señor Durán, cuyo texto hemos copiado, anota a este romance: «Este romance se ha corregido por la glosa que de él hizo Quesada y se publicó en un pliego suelto. Es el verdadero romance viejo, y tan célebre, que dio motivo a mil glosas e imitaciones. »

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0107:1 La bella en misa (ó)            (ficha no.: 1559)

Versión de España. Recogida 00/00/1600 Publicada en un pliego suelto del siglo XVI. Romance nuevamente compuesto por Antonio Ruyz de Santillana: con su glosa. E otra glosa al romance que dice: En Sevilla esta una hermita, etc. [Dicc. 499/500]*. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 143, vol. II, pp. 62-63 (La ermita de San Simon).  022 hemist.  Música registrada.

     En Sevilla está una ermita    cual dicen de San Simón
  2   adonde todas las damas    iban a hacer oración;
     allá va la mi señora,    sobre todas la mejor.
  4   Saya lleva sobre saya,    mantillo de un tornasol,
     en a su boca muy linda    lleva un poco de dulzor,
  6   en la su cara muy blanca    lleva un poco de color
     y en los sus ojuelos garzos    lleva un poco de alcohol.
  8   A la entrada de la hermita    relumbrando como el sol,
     el abad que dice la misa    no la puede decir, non;
  10   monacillos que le ayudan    no aciertan responder, non:
     por decir «amen, amen»,    decían «amor, amor. »

Nota: *El romance catalán que lleva por titulo: La dama de Aragón (en la obra citada del señor Milá y Fontanals, pag. 140), es cuasi una versión de este romance, que se ha entresacado de la glosa citada.

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0433:1 Esa guirnalda de rosas (á-a)            (ficha no.: 1560)

Versión de España. Recogida 00/00/1600 Publicada en un pliego suelto del s. XVI. Síguese un romance que dize Tiempo es el cavallero: glosado nuevamente. E otro que comiença essa guirnalda de rosa etc. [Praga II, pl. 76; Dicc. 318]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 144, vol. II, pp. 63-64 (Romance de la guirnalda de rosas).  030 hemist.  Música registrada.

     --Esa guirnalda de rosas,    hija, ¿quién te la endonara?--
  2   --Donómela un caballero    que por mi puerta pasara;
     tomárame por la mano,    a su casa me llevara,
  4   en un portalico escuro    conmigo se deleitara.
     Echóme en cama de rosas    en la cual nunca fui echada,
  6   hízome, no sé qué hizo,    que d`él vengo enamorada;
     traigo, madre, la camisa    de sangre toda manchada.
  8   --¡Oh sobresalto rabioso!,    ¡qué mi ánima es turbada!
     Si dices verdad, mi hija,    tu honra no vale nada,
  10   que la gente es maldiciente,    luego serás deshonrada.
     --Calledes, madre, calledes,    calléis madre muy amada,
  12   que más vale un buen amigo    que no ser mal maridada.
     Dame el buen amigo, madre,    buen mantillo y buena saya;
  14   la que cobra mal marido    vive malaventurada.
     --Hija, pues queréis así,    tú contenta, yo pagada.--

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0191:6 La dama y el pastor (é)            (ficha no.: 1561)

Versión de España. Recogida 00/00/1600 Publicada en un pliego suelto del siglo XVI. Aquí comiençan tres romances glosados y este primero dize. Estasse la gentil dama etc. (Romance de una gentil dama, y un rústico pastor) [Dicc. 687/690] y Cancionero de obras de burlas provocantes a risa, ed. de Londres, 1841, en-8o. pag. 239. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 145, vol. II, pp. 64-65.  040 hemist.  Música registrada.

     --Estáse la gentil dama    paseando en su vergel,
  2   los pies tenía descalzos    que era maravilla ver;
     desde lejos me llamara,    no le quise responder.
  4   Respondíle con gran saña:    --¿Qué mandáis, gentil mujer?--
     Con una voz amorosa    comenzó de responder:
  6   --Ven acá el pastorcico,    si quieres tomar placer;
     siesta es de mediodía,    que ya es hora de comer;
  8   si querrás tomar posada    todo es a tu placer.
     --Que no era tiempo, señora,    que me haya de detener;
  10   que tengo mujer y hijos,    y casa de mantener,
     y mi ganado en la sierra    que se me iba a perder,
  12   y aquellos que me lo guardan    no tenían qué comer.
     --Vete con Dios, pastorcillo,    no te sabes entender:
  14   hermosuras de mi cuerpo    yo te las hiciera ver:
     delgadica en la cintura,    blanca soy como el papel,
  16   la color tengo mezclada    como rosa en el rosel,
     el cuello tengo de garza,    los ojos de un esparver,
  18   las teticas agudicas    que el brial quieren romper.
     Pues lo que tengo encubierto    maravilla es de lo ver.
  20   --Ni aunque más tengáis, señora,    no me puedo detener.--

Variantes del Cancionero de obras de burlas: -3a Hablábame desde lejos; -6a Ven acá tú, e. p.; -7a faltan éste y los tres versos que lo siguen. -18b hender; los dos últimos versos van antepuestos al que dice: el cuello etc.

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0116:1 Tristán e Iseo (á-a)            (ficha no.: 1562)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 192 y Canc. de rom. 1550 f. 202 (Romance de don Tristán). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 146, vol. II, pp. 66.  018 hemist.  Música registrada.

     Ferido está don Tristán    de una mala lanzada;
  2   diérasela el rey su tío    por zelos que del cataba.
     El fierro tiene en el cuerpo,    de fuera le tembla el asta:
  4   valo a ver la reina Iseo    por la su desdicha mala.
     Júntanse boca con boca    cuanto una misa rezada;
  6   llora el uno, llora el otro,    la cama bañan en agua.
     Allí nace un arboledo    que azucena se llamaba:
  8   cualquier mujer que la come    luego se siente preñada.
     Comiérala reina Iseo    por la su desdicha mala.

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0116:2 Tristán e Iseo (á-a)            (ficha no.: 1563)

Versión de España. Recogida 00/00/1600 Publicada en Códice de mediado del siglo XVI. en el Rom. gen. del señor Durán (Romace de don Tristán), Pliego suelto del siglo XVI. Glosa del romance de don Tristán [Pliego suelto No. 1: Madrid II, pl. 68, 177-179; Dicc. 882] y Pliego suelto del s. XVI. Romance de don Tristán nuevamente glosado por Alonso de Salaya. (Véase Golbol Volkslieder u. rom. der Spanier, Berlin, 1843. pag. 193.)]Pl. s. No 2: Praga I, pl. 18, 153-155]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 146a, vol. II, pp. 66-67.  030 hemist.  Música registrada.

     Herido está don Tristán    de una muy mala lanzada,
  2   diérasela el rey su tío    con una lanza herbolada;
     diósela desde una torre,    que de cerca no osaba,
  4   que el hierro tiene en el cuerpo,    de fuera le tiembla el asta.
     Tan malo está don Tristán,    que a Dios quiere dar el alma.
  6   Valo a ver la reina Iseo,    la su linda enamorada,
     cubierta de un paño negro    que de luto se llamaba.
  8   Viéndole tan mal parado,    dice así la triste dama:
     --Quien vos hirió, don Tristán,    heridas tenga de rabia,
  10   que no hallase maestro    que sopiese de sanallas.--
     Tanto están de boca en boca    como una misa rezada.
  12   Llora el uno, llora el otro,    toda la cama se baña.
     El agua que de ellos sale    una azucena regaba;
  14   toda mujer que la bebe    luego se siente preñada.
     Así hice yo, mezquina,    por la mi ventura mala.

Variantes: -2b con la lanza enerbolada. Pl. s. no. 2; -6a Váselo a ver doña Iseo. Pl. s. no. 2; -7a manto n. Pl. s. no. 2; -8b Este y el verso que le antecede faltan en los pliegos sueltos no. 1 y 2; -10b oviese. Pl. s. no. 1 y 2; -11a boca a boca. Pl. s. no. 1 y 2; -13a Del a. Pl. s. no. 1 y 2; -14b se hace. Pl. s. no. 1 y 2; -15b Los dos últimos versos faltan en el pliego suelto no. 2.

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0535:1 Lanzarote y el ciervo del pie blanco (á+á-o+í-a)            (ficha no.: 1564)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Canc. de rom. 1550 f. 242 (Romance de Lanzarote). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 147, vol. II, pp. 68-69.  054 hemist.  Música registrada.

     Tres hijuelos había el rey,    tres hijuelos, que no más;
  2   por enojo que hubo de ellos    todos maldito los ha.
     El uno se tornó ciervo,    el otro se tornó can
  4   el otro se tornó moro,    pasó las aguas del mar.
     Andábase Lanzarote    entre las damas holgando,
  6   grandes voces dio la una:    --Caballero, estad parado.
     Si fuese la mi ventura,    cumplido fuese mi hado
  8   que yo casase con vos    y vos comigo de grado
     y me diésedes en arras    aquel ciervo del pie blanco.--
  10   --Dároslo he yo, mi señora,    de corazón y de grado
     y supiese yo las tierras    donde el ciervo era criado.--
  12   Ya cabalga Lanzarote,    ya cabalga y ya su vía;
     delante de sí llevaba    los sabuesos por la traílla.
  14   Llegado había a una ermita,    donde un ermitaño había.
     --Dios te salve, el hombre bueno.    --Buena sea tu venida:
  16   Cazador me pareceéis    en los sabuesos que traía.
     --Dígasme tú, el ermitaño,    tú que haces santa vida,
  18   ese ciervo del pie blanco,    ¿dónde hace su manida?
     --Quedáis os aquí, mi hijo,    hasta que sea de día;
  20   contaros he lo que vi    y todo lo que sabía.
     Por aquí pasó esta noche    dos horas antes del día,
  22   siete leones con él    y una leona parida.
     Siete condes deja muertos    y mucha caballería.
  24   Siempre Dios te guarde, hijo,    por do quier que fuer tu ida,
     que quien acá te envió    no te quería dar la vida.
  26   ¡Ay dueña de Quintañones,    de mal fuego seas ardida,
     que tanto buen caballero    por tí ha perdido la vida!

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0530:1 Lanzarote y el orgulloso (í-o)            (ficha no.: 1565)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 228 (Romance de Lanzarote) y Canc. de Rom. 1550 f. 242. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 148, vol. II, pp. 69-70.  034 hemist.  Música registrada.

     Nunca fuera caballero    de damas tan bien servido
  2   como fuera Lanzarote    cuando de Bretaña vino:
     que dueñas curaban dél,    doncellas del su rocino,
  4   esa dueña Quintañona,    ésa le escanciaba el vino,
     la linda reina Ginebra    se lo acostaba consigo.
  6   Y estando al mejor sabor,    que sueño no había dormido,
     la reina toda turbada    un pleito ha conmovido.
  8   --Lanzarote Lanzarote,    si antes hubieras venido
     no hablara el Orgulloso    las palabras que había dicho,
  10   que a pesar de vos, señor,    se acostaría comigo.--
     Ya se arma Lanzarote    de gran pesar conmovido;
  12   despídese de su amiga,    pregunta por el camino,
     topó con el Orgulloso    debajo de un verde pino.
  14   Combátense de las lanzas,    a las hachas han venido.
     Ya desmaya el Orgulloso,    ya cae en tierra tendido;
  16   cortárale la cabeza,    sin hacer ningún partido.
     Vuélvese para su amiga    donde fue bien recibido.

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2328:1 Ya piensa don Bernaldino (á)            (ficha no.: 1566)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 258; Canc. de rom. 1550 f. 273 (Romance de Don Bernaldino) y Silva de 1550 t. I, f. 183 (Romance de Don Berlandino). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 149, vol. II, pp. 71-72.  054 hemist.  Música registrada.

     Ya piensa don Bernaldino    su amiga visitar;
  2   da voces a los sus pajes,    de vestir le quieran dar.
     Dábanle calzas de grana,    borceguís de cordobán,
  4   un jubón rico broslado,    que la corte no hay su par;
     dábanle una rica gorra    que no se podría apreciar,
  6   con una letra que dice:    «Mi gloria por bien amar».
     La riqueza de su manto    no vos la sabría contar:
  8   sayo de oro de martillo    que nunca se vio su igual.
     Una blanca hacanea    mandó luego ataviar
  10   con quince mozos de espuelas    que le van acompañar.
     Ocho pajes van con él,    los otros mandó tornar;
  12   de morado y amarillo    es su vestir y calzar.
     Allegado han a las puertas    do su amiga solía estar;
  14   fallan las puertas cerradas,    empiezan de preguntar:
     --¿Dónde está doña Leonor,    la que aquí solía morar?--
  16   Respondió un maldito viejo    que él luego mandó matar:
     --Su padre se la llevó    lejas tierras habitar.--
  18   Él rasga sus vestiduras    con enojo y gran pesar
     y volvióse a los palacios    donde solía reposar.
  20   Puso una espada a sus pechos    por sus días acabar.
     Un su amigo que lo supo    veníalo a consolar
  22   y en entrando por la puerta    vídolo tendido estar.
     Empieza a dar tales voces    que al cielo quieren llegar;
  24   vienen todos sus vasallos,    procuran de lo enterrar
     en un rico monumento    todo hecho de cristal,
  26   en torno del cual se puso    un letrero singular:
     «Aquí está don Bernaldino    que murió por bien amar.»

Variantes: -1 Berlandino Silva}; -13a han falta en la Silva; -14a falló. Silva; -17b lejos. Silva y todas las ediciones del Canc. de rom.

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0288:1 El infante vengador (ó)            (ficha no.: 1567)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 187; Canc. de rom. 1550 f. 197 y Silva de 1550. t. I. f. 110 (Romance del infante vengador). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 150, vol. II, pp. 72-74.  060 hemist.  Música registrada.

     ¡Helo, helo por do viene    el infante vengador,
  2   caballero a la gineta    en un caballo corredor,
     su manto revuelto al brazo,    demudada la color
  4   y en la su mano derecha    un venablo cortador.
     Con la punta del venablo    sacarían un arador.
  6   Siete veces fue templado    en la sangre de un dragón
     y otras tantas fue afilado    porque cortase mejor;
  8   el hierro fue hecho en Francia,    y el asta en Aragón;
     perfilándoselo iba    en las alas de su halcón.
  10   Iba buscar a don Cuadros,    a don Cuadros el traidor.
     Allá le fuera a hallar    junto el emperador;
  12   la vara tiene en la mano,    que era justicia mayor.
     Siete veces lo pensaba    si lo tiraría o no
  14   y al cabo de las ocho    el venablo le arrojó.
     Por dar al dicho don Cuadros    dado ha al emperador,
  16   pasado le ha manto y sayo    que era de un tornasol;
     por el suelo ladrillado    más de un palmo le metió.
  18   Allí le habló el rey,    bien oiréis lo que habló:
     --¿Por qué me tiraste, infante?    ¿Por qué me tiras, traidor?
  20   --Perdóneme tu Alteza,    que no tiraba a ti, no;
     tiraba al traidor de Cuadros,    ese falso engañador,
  22   que siete hermanos tenía,    no ha dejado, si a mí, no;
     por eso delante de ti,    buen rey, lo desafío yo.
  24   Todos fían a don Cuadros    y al infante no fían, no,
     si no fuera una doncella,    hija es del emperador,
  26   que los tomó por la mano    y en el campo los metió.
     A los primeros encuentros    Cuadros en tierra cayó.
  28   Apeárase el infante,    la cabeza le cortó
     y tomárala en su lanza,    y al buen rey la presentó.
  30   De que aquesto vido el rey    con su hija le casó.

Variantes de la Silva: -11b al. -23a de falta en la Silva.

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0164:1 La Infantina (í-a)            (ficha no.: 1568)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 192 y Canc. de rom. 1550 f. 203 (Romance de la infantina)*. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 151, vol. II, pp. 74-76.  050 hemist.  Música registrada.

     A cazar va el caballero,    a cazar como solía;
  2   los perros lleva cansados    el falcón perdido había,
     arrimárase a un roble,    alto es a maravilla.
  4   En una rama más alta,    viera a estar una infantina;
     cabellos de su cabeza    todo el roble cobrían.
  6   --No te espantes, caballero,    ni tengas tamaña grima.
     Fija soy yo del buen rey    y de la reina de Castilla;
  8   siete fadas me fadaron    en brazos de una ama mía,
     que andase los siete años    sola en esta montiña.
  10   Hoy se cumplian los siete años,    o mañana en aquel día;
     por Dios te ruego, caballero,    llévesme en tu compañia,
  12   si quisieres por mujer,    si no, sea por amiga.
     --Esperéisme vos, señora,    fasta mañana, aquel día.
  14   Iré yo tornar consejo    de una madre que tenía.--
     La niña le respondiera    y estas palabras decía:
  16   --¡Oh mal haya el caballero    que sola deja la niña!
     Él se va a tomar consejo,    y ella queda en la montiña.--
  18   Aconsejóle su madre    que la tomase por amiga.
     Cuando volvió el caballero    no la hallara en la montiña:
  20   vidola que la llevaban    con muy gran caballería.
     El caballero desque la vido,    en el suelo se caía;
  22   desque en sí hubo tornado    estas palabras decía:
     --Caballero que tal pierde,    muy gran pena merecía;
  24   yo mesmo seré el alcalde,    yo me seré la justicia:
     que le corten pies y manos    y lo arrastren por la villa.--

Variantes: -17b Con este verso concluye el romance en el Canc. de rom. s. a. ; -25a En todas las ediciones del Canc. de rom. este verso está impreso así: no hallara la montina. Hemos, pues, suplido lo necesario para reintegrar la frase; -25b me arrastren. En las ed. posteriores del Canc. de rom.
Nota: *La más antigua versión de este romance muy viejo y muy popular, aunque probablemente de orígen francés, es la que se ha conservado en la boca del pueblo en Portugal, y la cual lleva publicada el señor Almeida Garrett en su excelente Romanceiro (Lisboa, 1851 Tomo 11. p. 21-24); por eso y por ser y muy linda esta versión, la reimprimimos aquí: [Véase la versión siguiente, transcrita aparte: Prim. 151 n, pp. 76-77. SHP]

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0074:1 Espinelo (í-a)            (ficha no.: 1570)

Versión de España. Recogida 00/00/1573 Publicada en Timoneda, Rosa de amores (Romance de Espinelo) y Cancionero llamado Flor de enamorados. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 152, vol. II, pp. 77-79.  076 hemist.  Música registrada.

     fMuy malo estaba Espinelo,    en una cama yacía,
  2   los bancos eran de oro,    las tablas de plata fina,
     los colchones en que duerme    eran de holanda muy rica,
  4   las sábanas que le cubren    en el agua no se vían,
     la colcha que encima tiene,    sembrada de perlería.
  6   A su cabecera asiste    Mataleona su amiga;
     con las plumas de un pavón    la su cara le resfría.
  8   Estando en este solaz    tal demanda le hacía:
     --Espinelo, Espinelo,    ¡cómo naciste en buen día!
  10   El día que tú naciste    la luna estaba crecida,
     que ni punto le faltaba,    ni punto le fallecía.
  12   Contásesme tú, Espinelo,    contásesme la tu vida.
     --Yo te la diré, señora,    con amor y cortesía:
  14   mi padre era de Francia,    mi madre de Lombardía;
     mi padre con su poder    a toda Francia regía;
  16   mi madre, como señora,    una ley introducía:
     que muger que dos pariese    de un parto y en un día,
  18   que la den por alevosa,    y la quemen por justicia
     o la echen en la mar    porque adulterado había.
  20   Quiso Dios y mi ventura,    que ella dos hijos paría
     de un parto, y en una hora,    que por deshonra tenía.
  22   Fuérase a tomar consejo    con tan loca fantasía
     a una captiva mora,    sabía en nigromancía.--
  24   --¿Qué me aconsejas tú, mora,    por salvar la honra mía?--
     Respondiérale: --Señora,    yo de parecer sería,
  26   que tomases a tu hijo,    el que se te antojaría,
     y lo eches en la mar    en una arca de valía
  28   bien embetunada toda,    con mucho oro y joyería
     porque quien al niño hallase    de criarlo holgaría.--
  30   --Cayera la suerte en mí    y en la gran mar me ponía,
     la cual estando muy brava    arrebatado me había
  32   y púsome en tierra firme    con el furor que traía
     a la sombra de una mata    que por nombre Espino había,
  34   que por eso me pusieron    de Espinelo nombradía.
     Marineros navegando    halláronme en aquel día,
  36   lleváronme a presentar,    al gran soldán de Suría.
     El soldán no tenía hijos,    por su hijo me tenía;
  38   el soldán agora es muerto,    yo por el soldán regía.--

Variantes de Flor de enamamorados: -1a está. -3b son de una holanda muy fina. -5a pone. -6a tiene. -6b querida. -12b Contádesme Espinelo / contádesme vuestra vida. -16b hecho tenía. -17a la mujer. -20a su. -23b que sabía de. -28b que más segura sería, // y pongas también en ella / mucho oro y joyería//. -32b con la sabor que había. -37a no tiene hijo.

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0435:1 Infante Arnaldos (á)            (ficha no.: 1571)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 192, Canc. de rom. 1550 f. 203 (Romance del conde Arnaldos) y Pliego suelto del siglo XVI. Glosa agora nuevamente compuesta a un romance muy antiguo que comiença «quan traydor eres Marquillos» etc. [Praga I, pl. 32, 268; Dicc. 880] (Romance del Infante Arnaldos). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 153, vol. II, pp. 80-81.  026 hemist.  Música registrada.

     ¡Quién hubiese tal ventura    sobre las aguas de mar,
  2   como hubo el conde Arnaldos    la mañana de San Juan!
     Con un falcón en la mano    la caza iba cazar;
  4   vio venir una galera    que a tierra quiere llegar:
     las velas traía de seda,    la ejercia de un cendal,
  6   marinero que la manda    diciendo viene un cantar
     que la mar facía en calma,    los vientos hace amainar,
  8   los peces que andan `nel hondo    arriba los hace andar,
     las aves que andan volando    n` el mástel las face posar.
  10   Allí fabló el conde Arnaldos,    bien oiréis lo que dirá:
     --Por Dios te ruego, marinero,    dígasme ora ese cantar.--
  12   Respondióle el marinero,    tal respuesta, le fue a dar:
     --Yo no digo esta canción    sino a quien conmigo va.--

Variantes del Pliego suelto: -2a infante; -3 andando a buscar la caza / para su halcon cebar; -4b que venía en alta mar; -5 Las áncoras tiene de oro, / y las velas de un cendal; -6a guía; -6b va diciendo este cantar; -7a Faltan éste y los cinco versos que le siguen; -8a Hemos conservado esta forma notable del Canc. de rom. s. a. (nel), anteponiendo solamente el apóstrofo; en la ed. de 1550 hay: en él, y en las posteriores: al; -9b Después de este verso, la ed. de 1550 y las posteriores del Canc. de rom. llevan intercalados los siguientes: --Galera, la mi galera, / Dios te me guarde de mal, // de los peligros del mundo / sobre aguas de la mar, // de los llanos de Almería, / del estrecho de Gibraltar, // y del golfo de Venecia, / y de los bancos de Flandes, // y del golfo de León / donde suelen peligrar. // También el pliego suelto ha interpuesto este pasaje, pero de modo algún tanto diferente, y acaba al romance con él, diciendo asi: --Galera, la mi galera, / Dios te me guarde de mal // de los peligros del mundo, / de fortunas de la mar, // de los golfos de León, /y estrecho de Gibraltar, // de las fustas de los moros / que andaban a saltear. // El señor Delius ha publicado en el Archiv für das Studium der neueren Sprachen herausgegeben von Herrig, Tomo XII. pag. 235, otra versión de este romance, sacada de un manuscrito, según dice, del British Museum (Ms. Add. 10341). El texto de este manuscrito parece ser muy corrupto; pero, por no haberse podido hallar, a nuestra demanda, el citado manuscrito en el British Museum, lo reimprimos (sic) aquí según la lección del señor Delius corrigiendo tan sólo los yerros palpables, y trascribiéndolo conforme a nuestro sistema de ortografía y prosodia. [Véase la siguiente versión, entresacada de esta nota para que puedan confrontarse las tres versiones antiguas conservadas. La versión de las varias eds. del Canc. de rom. ) también va transcrita entera, por separado. SHP]

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0435:2 Infante Arnaldos (á)            (ficha no.: 1572)
[0049 Conde Niño, contam.]

Versión de España. Recogida 00/00/1600 Publicada en Ms. Londres, British Library 1, f. 31r (versión del señor Delius, que W.-H. reproducen en Prim.). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 153n, vol. II, pp. 81.  032 hemist.  Música registrada.

     ¡Quién tuviese tal ventura    con sus amores folgar,
  2   como el Infante Arnaldos    la mañana de San Juan!
     Andando a matar lagartos    por riberas de la mar,
  4   vido venir un navío    navigando por la mar;
     marinero que dentro viene,    diciendo viene este cantar:
  6   --Galera, la mi galera,    Dios te me guarde de mal,
     de los peligros del mundo,    de las ondas de la mar,
  8   y del golfo de León,    del puerto de Gibraltar,
     de los castillos de moros    que combaten con la mar.
     --Si saliredes, mi madre,    si saliredes de mirar
  12   y veredes cómo canta    la sirena de la mar.
     --Que non era la sirena,    la sirena de la mar,
  14   que non era sino Arnaldos,    Arnaldos era el infante,
     que por mí muere de amores,    que le quería frustrar.*
  16   ¡Quién le pudiese valer,    que tal pena no pagase!

Nota: *En la nota de Prim. los editores aclaran: el texto dice: frūare; el señor Delius lee: firmare.

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0100:2 Caballero burlado (í-a)            (ficha no.: 1573)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 259; Canc. de rom. 1550 f. 274 (Romance que dicen: De Francia partió la niña) y Silva de 1550. t. I. f. 184. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 154, vol. II, pp. 82-83 (De la hija del rey de Francia).  052 hemist.  Música registrada.

     De Francia partió la niña    de Francia la bien guarnida;
  2   íbase para París,    do padre y madre tenía.
     Errado lleva el camino,    errada lleva la guía,
  4   arrimárase a un roble    por esperar compañiía;
     vio venir un caballero    que a París lleva la guía.
  6   La niña desque lo vido    de esta suerte le decía:
     --Si te place, caballero,    llévesme en tu compañía.
  8   --Pláceme,-- dijo, --señora,    pláceme--, dijo,-- mi vida.--
     Apeóse del caballo    por hacelle cortesía;
  10   puso la niña en las ancas    y él subiérase en la silla.
     En el medio del camino    de amores la requería;
  12   la niña desque lo oyera    díjole con osadía:
     --Tate, tate, caballero,    no hagáis tal villanía:
  14   hija soy de un malato    y de una malatía;
     el hombre que a mí llegase    malato se tornaría.--
  16   El caballero con temor    palabra no respondía.
     A la entrada de París    la niña se sonreía.
  18   --¿De qué vos reís, señora?    ¿de que vos reís, mi vida?
     --Ríome del caballero,    y de su gran cobardía:
  20   ¡tener la niña en el campo,    y catarle cortesía!--
     Caballero con vergüenza    estas palabras decía:
  22   --Vuelta, vuelta, mi señora,    que una cosa se me olvida.--
     La niña como discreta    dijo: --Yo no volvería,
  24   ni persona, aunque volviese,    en mi cuerpo tocaría:
     hija soy del rey de Francia    y de la reina Constantina;
  26   el hombre que a mí llegase    muy caro lo costaría.--

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0100:3 Caballero burlado (í-a)            (ficha no.: 1574)

Versión de España. Recogida 00/00/1600 Publicada en un pliego suelto del siglo XVI. Comienza un razonamiento por coplas etc. En el romancero del sr. Durán, donde dice que este romance se halla inserto en el pliego suelto a nombre de Rodrigo de Reinosç [Madrid I, pl. 11, 80-81; D. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 154a, vol. II, pp. 83-86.  080 hemist.  Música registrada.

     De Francia salió la niña,    de Francia la bien guarnida.
  2   Perdido lleva el camino,    perdida lleva la guía,
     arrimádose ha a un roble    por atender compañía.
  4   Vido venir un caballero    dispuesto es a maravilla.
     Comiénzale de fablar,    tales palabras decía:
  6   --¿Qué hacéis aquí, mi alma?    ¿Qué hacéis aquí, mi vida?--
     Allí fabló la doncella,    bien veréis lo que diría:
  8   --Espero compañía, señor,    para Francia la bien guarnida.--
     Respóndele el caballero,    tales palabras decía:
  10   --Si te pluguiere, señora,    conmigo te llevaría:
     si quieres por mujer,    si quieres por amiga.--
  12   La niña que sola estaba,    estas palabras decía:
     --Pláceme,-- dijo --señor,    --pláceme,-- dijo, --mi vida;
  14   diésesme luego la mano    y luego cabalgaría.--
     El caballero le da la mano,    la niña cabalgado había.
  16   Andando por su camino    de amores la requería.
     allí habló la doncella,    bien oiréis lo que decía:
  18   --Está, quedo, caballero,    non fagáis tal villanía,
     fija soy de un malato    que tiene la malatía
  20   y quien a mí llegare    luego se le pegaría;
     que si vos a mí llegades    la vida vos costaría.
  22   Mucho os ruego, señor,    que me catéis cortesía.--
     Y a la salida de un monte    y asomada de una montiña
  24   el caballero iba seguro,    la niña se sonreía.
     Allí fabló el caballero,    bien oiréis lo que decía:
  26   --¿De qué vos reís, mi alma?    ¿De qué vos reís, mi vida?--
     La niña, que estaba en salvo,    aquesto le respondía:
  28   --Ríome del caballero    y de su gran cobardía:
     que tenía niña en el monte,    y usaba de cortesía.--
  30   El caballero que esto oyó    ahorcarse quería;
     con gran enojo que tiene,    estas palabras decía:
  32   --Caballero que tal pierde    ¿qué pena merescía?
     él se era el alcalde,    él se era la justicia:
  34   que le corten pies y manos    y lo cuelguen de una encina.--
     Y él estándose en aquesto    y que hacerlo quería,
  36   si no fuera por una fada    que a fablarle venía.
     Las palabras que le dice,    quien quiera se las sabía:
  38   --No desesperes, caballero,    no desesperes de tu vida:
     darte ha Dios grande vitoria    en arte de caballería,
  40   que con los vivos se sirve a Dios    y su madre Santa María.--
                                  
    
Deshecha del caballero, que dice con enojo:
    
--Plega a Dios que a alguno améis
    
como yo, señora, a vos,
    
porque rabiéis y penéis,
    
sin ser conformes los dos:
    
él se goce, y vos rabiéis
    
él que diga. ¿vos qué habéis
    
vos a él: ¿no me queréis?
    
responda: no puedo veros
.

Notas: Claro está que Reinosa, caso que sea el autor de esta trova, ha tomado por base el asunto del romance antecedente, amalgamándolo con él del romance que dice: «A cazar va el caballero», y poniéndole un final de su cosecha. De esta tradición sin género de duda de orígen frances, hay una versión portuguesa conservada en el lindo romance que con el título de A infeitiçada ha insertado el sr. Almeida Garrett en su Romanceiro (Tomo II. p. 32). La versión portuguesa contiene algunos rasgos notables que ya faltan cuando la niña dice: Que, antes que me baptisassem / me deram feitiçaria: // sette bruxas me imbruxaram: / antes que en fosse a pia // o homem que a mim se chegasse / malato se tornaria. // Y en el desenlace, reconociendo el caballero a la niña por su hermana: Cuidei de levar amante / levo urna irman minha. // Con que se asemeja esta tradición a la del romance asturiano de Don Bueso publicado según la tradición oral por el sr. Durán (l. c. Tomo I. pag. LXV). [Véase las versiones asturianas de Hermana cautiva (IGR# 0169) en la presente base de datos. SHP.]

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0113:60 Señas del esposo (á)            (ficha no.: 1575)

Versión de España. Recogida 00/00/1573 Publicada en Códice del siglo XVI, en el Rom. gen. Rosa de amores [Romance de amores]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 155, vol. II, pp. 87-88 (De las señas del esposo).  034 hemist.  Música registrada.

     Caballero, si a Francia ides,    por mi señor preguntad;
  2   y porque le conozcáis    con poca dificultad,
     daros he las señas d`él    sin ninguna falsedad:
  4   él es dispuesto de cuerpo,    y de mucha gravedad,
     blanco, rubio y colorado,    mancebo y de poca edad,
  6   el cual por ser tan hermoso    temo de su lealtad.
     Hablaréisle con crianza,    porque en él suele morar;
  8   decidle que su señora    se le envía a encomendar,
     que ya me parece tiempo    de venirme a libertar
  10   de esta prisión en que vivo,    muriendo del soledad;
     y se acuerde que me deja    sin ninguna libertad,
  12   que me la llevó consigo    de mi propia voluntad.
     Y las justas y torneos    yo las supe de verdad;
  14   la divisa que sacó    en señal de desamar.
     Y si acaso amores tiene    y no los quiere dejar,
  16   decidle de parte mía,    sin ningún temor mostrar
     que ausentes, por los presentes,    ligeros son de olvidar.

Variante: 1 Do muero con. Tim.
Nota: *Es mas bien este romance un fragmento, con algunas adiciones, conservando todavía versos enteros de aquel romance viejo que empieza: Asentado está Gaiferos desde el verso que en él dice: Caballero, si a Francia ides, / por Gaiferos preguntad //.

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0113:61 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 1576)

Versión de España. Recogida 00/00/1605 Publicada en Juan de Ribera, Nueve romances s. 1., 1605 en 4o. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 156, vol. II, pp. 88-90.  024 hemist.  Música registrada.

     --Caballero de lejas tierras,    llegáos acá, y paréis,
  2   hinquedes la lanza en tierra,*    vuestro caballo arrendéis;
     preguntaros he por nuevas,    si mi esposo conocéis.
  4   --Vuestro marido señora,    decid ¿de qué señas es?--
     --Mi marido es mozo y blanco,    gentil hombre y bien cortés,
  6   muy gran jugador de tablas,    y también del ajedrez.
     En el pomo de su espada    armas trae de un marqués,
  8   y un ropón de brocado    y de carmesí al envés:
     cabe el fierro de la lanza    trae un pendón portugués,
  10   que ganó en unas justas    a un valiente francés.
     --Por esas señas, señora,    tu marido muerto es:
  12   en Valencia le mataron    en casa de un ginovés;
     sobre el juego de las tablas    lo matara un milanés.
  14   Muchas damas lo lloraban,    caballeros con arnés,
     sobre todo lo lloraba    la hija del ginovés;
  16   todos dicen a una voz    que su enamorada es;
     si habéis de tomar amores,    por otro a mí no dejéis.
  18   --No me lo mandéis señor,    señor, no me lo mandéis,
     que antes que eso hiciese,    señor, monja me veréis.
  20   --No os metáis monja, señora,    pues que hacello no podéis,
     que vuestro marido amado    delante de vos lo tenéis.**

Notas: *Éste y los dos versos que le siguen, están tomados del romance de Valdovinos que dice: Nuño vero, Nuño vero, como en general este romance parece ser mas bien una trova moderna de aquel viejo romance.
**El señor Durán ha puesto a este romance la siguiente nota (en su Rom. gen. pag. 175): «Aun se conserva entre nosotros tradicionalmente aplicada a las circunstancias de la guerra de sucesión en tiempo de Felipe V, el cual dice asi: . . . » [La versión moderna que transcribe en nota Durán se registra en la entrada siguiente. Continúa la nota de W.-H. :] La versión la más antigua parece estar conservada en el romance portugués que ha publicado el señor Almeida Garrett en su Romanceiro II, «Romances cavalharescos antigos» (Lisboa, 1851. p. 7 sig.) bajo el título de la Bella infanta, que dice: Estava a bella infanta / en seu jardim assentada etc. //. Hay también dos romances catalanes muy semejantes a éste, es a saber los intitulados de Blancaflor y de La vuelta del peregrino en la colección del señor Manuel Milá y Fontanals (Observaciones sobre la poesía popular, etc. Barcelona, 1853, pág. 110 y 111).

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0113:62 Señas del esposo (é)            (ficha no.: 1577)

Versión de España s. l. (España).   Documentada en o antes de 1849. Publicada en Versión moderna, incluída por Durán en su Romancero gen. como nota a una versión antigua de Señas del esposo (t. I, nº 318, p. 175), reproducida como nota en Prim. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 156n, vol. II, pp. 89-90.  048 hemist.  Música registrada.

     Oiga, oiga, buen soldado,    si solo que parecéis,
  2   ¿a mi marido habéis visto    por la guerra alguna vez?
     --No lo sé, señora mía,    dadme algunas señal d`él.--
  4   --Mi marido es gentil hombre,    gentil hombre y muy cortés;
     monta un potro pelicano    más ligero que uno inglés,
  6   y en el arzón de la silla    lleva las armas del rey
     con la su espada ceñida    con cinturón de morlés.--
  8   --Ese hombre que decís,    habrá ya que murió un mes,
     y manda en el testamento    que conmigo vos caséis.
  10   --No permita Dios del cielo,    ni mi madre, Santa Inés,
     que fembra de mi linaje    se case más de una vez:
  12   de tres hijas que me deja    la primera casaré,
     la mediana será monja,    la tercera guardaré,
  14   que me cuide y me acompañe,    que me guise de comer,
     y me lleve de la mano    en casa del coronel.--
  16   --No vos acuitéis, señora,    señora, no os acuitéis;
     miradme, miradme el rostro    por ver si me conoséis.
  18   --Vos sois Mambrú, dulce esposo,    vos sois mi dueño y querer,
     vos sois. . . Cayó desmayada    en los brazos de su bien
  20   la dama desfallecida    con tanto gusto y placer.
     Después que hubo vuelto en sí,    fuéronse juntos al rey,
  22   que los recibió en sus brazos    a ir a echarse a sus pies.
     Éste es el Mambrú, señores,    que se canta del revés,
  24   y una gitana lo canta    en la plaza de Aranjuez.

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0468:1 Bodas se hacían en Francia (í)            (ficha no.: 1578)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Canc. de rom. 1550 f. 294 (Romance de las reales bodas que se hacían en Francia) y Timoneda, Rosa de amores (Romance de doña Beatriz). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 157, vol. II, pp. 90-91.  018 hemist.  Música registrada.

     Bodas hacían en Francia    allá dentro en París.
  2   ¡Cuán bien que guía la danza    esta doña Beatriz!
     ¡Cuán bien que se la miraba    el buen conde don Martín!
  4   --¿Qué miráis aquí, buen conde?    conde ¿qué miráis aquí?
     Decid, si miráis la danza,    o si me miráis vos a mí.
  6   --Que no miro yo a la danza,    porque muchas danzas vi;
     miro yo vuestra lindeza    que me hace penar a mí.
  8   --Si bien os parezco, conde,    conde, saquéisme de aquí,
     qu` el marido tengo viejo    y no puede ir atrás mí.--

Variantes de Timoneda: -1a se hacen; -2b tal; -3a más también; -3b ese; -5b Mirades; -7b Que ver no la merecí, // la cual me mata de amores / y a ser vuestro me rendí //; -9b Y no nos podrá seguir.

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0444:1 Tiempo es el caballero (í)            (ficha no.: 1579)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Canc. de rom. 1550 f. 289 (De la infanta y el hijo del rey de Francia)*. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 158, vol. II, pp. 91-92.  032 hemist.  Música registrada.

     Tiempo es, el caballero,    tiempo es de andar de aquí,
  2   que ni puedo andar en pie,    ni al emperador servir,
     que me crece la barriga    y se me acorta el vestir:
  4   vergüenza he de mis doncellas,    las que me dan el vestir;
     míranse unas a otras    no hacen sino reír;
  6   vergüenza he de mis caballeros,    los que sirven ante mí.
     --Parildo--, dijo, --señora,    que así hizo mi madre a mí;
  8   hijo soy de un labrador    y mi madre pan vendí.--
     La infanta desque esto oyera    comenzóse a maldecir:
  10   --¡Maldita sea la doncella    que de tal hombre fue a parir!--
     --No vos maldigáis, señora,    no vos queráis maldecir,
  14   que hijo soy del rey de Francia,    mi madre es doña Beatriz;
     cien castillos tengo en Francia,    señora, para os guarir,
  16   cien doncellas me los guardan,    señora, para os servir.--

Variantes: -8b Sic. Las ediciones posteriores del Canc. de rom. 1550 enmiendan este verso así: mi madre y yo pan vendí.
Nota: *De este romance llevan los pliegos sueltos diferentes versiones o mas bien fragmentos de tales con o en glosas; como aquél publicado por los señores Böhl de Faber, 1. no. 144 y Durán no. 306, y otro casi idéntico con aquél, publicamos aquí tomado también de un pliego suelto del siglo XVI que lleva por título: Síguese un romance que dize Tiempo es el cavallero glosado nuevamente etc. y dice así: [La versión se registra en la entrada siguiente. SHP]

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0444:2 Tiempo es el caballero (í)            (ficha no.: 1580)

Versión de España. Recogida 00/00/1600 Publicada en un pliego suelto de s. XVI. Síguese un romance que dize «Tiempo es el cavallero» glosado nuevamente... hechos por Francisco de Lora [Pl Praga II, 76, 281-3?; Dicc. 318]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 158n, vol. II, pp. 92.  024 hemist.  Música registrada.

     --Tiempo es, el caballero,    tiempo es de andar de aquí,
  2   que me crece la barriga,    y se me acorta el vestir.
     Vergüenza he de mis doncellas,    las que me dan el vestir:
  4   míranse unas a otras,    y no hacen sino reír.
     Si tenéis algún castillo    donde nos podamos ir.--
  6   --Paridlo vos, mi señora,    que así hizo mi madre a mí;
     hijo soy de un labrador    que de cavar es su vivir.--
  8   --¡Maldita sea yo, princesa    a la hora en que nací!
     ¡Antes reventases, vientre,    que de tal hombre parir!--
  10   --Calléis, infanta, calléis,    no vos queráis maldecir,
     que hijo soy del rey de Francia    y de la reina emperatriz,
  12   villas y castillos tengo    donde vos pueda encobrir.

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0507:1 Falsa doncellez de la infanta (í-a)            (ficha no.: 1581)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 227; Canc. de rom. 1550 f. 240 (Romance que dicen: Bien se pensaba la reina) y Silva de 1550 t. I. f. 151. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 159, vol. II, pp. 92-93 (De la infanta y don Galván).  024 hemist.  Música registrada.

     Bien se pensaba la reina    que buena hija tenía,
  2   que del conde don Galván,    tres veces parido había,
     que no lo sabía ninguno    de los que en la corte había,
  4   sino fuese una doncella    que en su cámara dormía;
     y por un enojo que hubiera    a la reina lo decía.
  6   La reina se la llamaba    y a su cámara la metía
     y estando en este cuidado    de palabras la castiga:
  8   --Ay, hija, si virgo estáis,    reina seréis de Castilla;
     hija, si virgo no estáis,    de mal fuego seas ardida.--
  10   --Tan virgo estoy, la mi madre,    como el día que fui nascida.
     Por Dios os ruego, mi madre,    que no me dedes marido;
  12   doliente soy del mi cuerpo,    que no soy para servillo.--

Variantes: -5a un. Falta en la Silva; -9b seáis Silva; -12b En la ed. de 1550 y las posteriores ed. del Canc. de rom. se añaden los versos siguientes: Subiérase la infanta / a lo alto de una torre; // si bien labraba la seda, / mejor labraba el retros* // vido venir a Galván / telas de su corazón. // Ellas en aquesto estando / el parto le** tomó: // ¡Ay por Dios! ¡ay mi señor! / alleguéisos a esa torre, // recogedme esto mochacho / en cabo de vuestro manto: // dédesmelo a criar / a la madre que os parió. // *Las ed. post. dicen: el oro. **que le. ed. post.

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0138:2 Infanta parida (á-a)            (ficha no.: 1582)

Versión de España. Recogida 00/00/1572 Publicada en un pliego suelto del siglo XVI (Valladolid, 1572). Siguense ocho romances viejos. El primero de la presa de Túnez etc. en el Rom. gen. del señor Durán [II. nº. 1889, Suplemento]*. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 160, vol. II, pp. 94-96.  074 hemist.  Música registrada.

     Parida estaba la infanta,    la infanta parida estaba;
  2   para cumplir con el rey    decía que estaba mala.
     Envió a llamar al conde    que viniese a la su sala;
  4   el conde siendo llamado    no tardó la su llegada.
     --¿Qué me queredes, mi vida?    qué me queredes, mi alma?--
  6   --Que toméis esta criatura,    e la deis a criar a un ama.--
     Ya la tomaba el buen conde    en los cantos de su capa;
  8   mas, de la sala saliendo,    con el buen rey encontrara.
     --¿Qué lleváis, el buen conde,    en cantos de vuestra capa?
  10   --Unas almendras, señor,    que son para una preñada.
     --Dédesme de ellas, el conde,    para mi hija la infanta.
  12   --Perdonedes vos, el rey,    porque las traigo contadas.--
     Ellos en aquesto estando,    la criatura lloraba.
  14   --Traidor me sois vos, el conde,    traidor me sois en mi casa.
     --Yo no soy traidor, el rey,    ni en mi linaje se halla:
  16   hermanos y primos tengo    los mejores de Granada.--
     Revolvió el manto al brazo    y arrancó de la su espada;
  18   el conde, por la criatura,    retiróse por la sala.
     El rey decía: --Prendeldo; --    mas nadie prenderlo osaba.
  20   La infanta, que luego oyera    rencilla tan grande e brava,
     a una de las damas suyas    lo que era preguntaba.
  22   --Es que el rey, señora, al conde    de traidor lo disfamaba
     porque en la su falda un niño    del palacio lo sacaba,
  24   creyendo que a vos, señora,    el conde vos deshonrara.--
     Sale la infanta de prisa    adonde su padre estaba
  26   y la espada de la mano    de presto se la quitara
     diciendo: --Oidme, señor,    una cosa que os contara.--
  28   El rey, que la quería bien,    que dijese le mandaba.
     --Mía es la criatura    que el conde, señor, llevaba,
  30   y el conde es mi marido,    yo por tal lo publicaba.--
     El rey, que aquello oyera,    triste y espantado estaba:
  32   por un cabo quería vengarse,    e por otro non osaba.
     Al fin al mejor consejo    como cuerdo se allegaba:
  34   con voz alta e amorosa    dijo que les perdonaba.
     Mándales tomar las manos    a un cardenal que allí estaba,
  36   e hacer bodas sumptuosas    de que todo el mundo holgaba,
     y así el pesar pasado    en gran gozo se tornaba.

Nota: sigue... (De cómo la infanta, casada a hurto del rey con el conde parió, y éste fue sorprendido al sacar de palacio la criatura; de cómo el rey, aplacado, los perdonó) [Cataluña, 41, 301-302; Dicc. 1068]

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0023:32 Gerineldo (í-o)            (ficha no.: 1583)

Versión de España. Recogida 00/00/1537 Publicada en Desesperaciones de amor, Pliego suelto, s. 1. 1537 en el Rom. gen. del señor Durán [Madrid IV, pl. 132 (BU, 1537), 16; Dicc. 836]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 161, vol. II, pp. 96-97.  040 hemist.  Música registrada.

     Levantóse Gerineldo    que al rey dejara dormido:
  2   fuése para la infanta    donde estaba en el castillo.
     --Abráisme--, dijo, --señora,    abráisme, cuerpo garrido.
  4   --¿Quién sois vos, el caballero,    que llamáis a mi postigo?
     --Gerineldo soy, señora,    vuestro tan querido amigo.--
  6   Tomárala por la mano,    en un lecho la ha metido,
     y besando y abrazando    Gerineldo se ha dormido.
  8   Recordado había el rey    de un sueño despavorido;
     tres veces lo había llamado,    ninguna le ha respondido.
  10   --Gerineldo, Gerineldo,    mi camarero polido,
     si me andas en traición,    trátasme como a enemigo;
  12   o dormías con la infanta,    o me has vendido el castillo.--
     Tomó la espada en la mano,    en gran saña va encendido;
  14   fuérase para la cama,    donde a Gerineldo vido.
     Él quisiéralo matar;    mas crióle de chiquito;
  16   sacara luego la espada,    entre entrambos la ha metido,
     porque desque recordase    viese cómo era sentido.
  18   Recordado había la infanta,    e la espada ha conocido.
     --Recordados, Gerineldo,    que ya érades sentido,
  20   que la espada de mi padre    yo me la he bien conocido.--

Nota: Para ver la 1ª pág. del pliego (copia de la ed. facsímil) pulse aquí; para la última pág. pulse aquí y para una transcripción fiel a la ortografía del ms, pulse aquí.

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0023:33 Gerineldo (í-o)            (ficha no.: 1584)

Versión de España. Recogida 00/00/1600 Publicada en un pliego suelto del siglo XVI. Este es un romance de Gerineldo el paje del rey nuevamente compuesto. . . , en el Rom. gen. del señor Durán [Dicc. 875]* (Romance de Gerineldo). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 161a, vol. II, pp. 97-101.  118 hemist.  Música registrada.

     --Gerineldo, Gerineldo,    el mi paje más querido,
  2   quisiera hablarte esta noche    en este jardín sombrío.
     --Como soy vuestro criado,    señora, os burláis conmigo.
  4   --No me burlo, Gerineldo,    que de verdad te lo digo.
     --¿A qué hora, mi señora,    comprir heis lo prometido?
  6   --Entre las doce y la una,    que el rey estará dormido.--
     Tres vueltas da a su palacio    y otras tantas al castillo;
  8   el calzado se quitó    y del buen rey no es sentido
     y viendo que todos duermen    do posa la infanta ha ido.
  10   La infanta que oyera pasos    de esta manera le dijo:
     --¿Quién a mi estancia se atreve?    ¿Quién a tanto se ha atrevido?
  12   --No vos turbéis, mi señora,    yo soy vuestro dulce amigo,
     que acudo a vuestro mandado    humilde y favorecido.--
  14   Enilda le ase la mano    sin más celar su cariño;
     cuidando que era su esposo    en el lecho se han metido,
  16   y se hacen dulces halagos    como mujer y marido.
     Tantas caricias se hacen    y con tanto fuego vivo,
  18   que al cansancio se rindieron    y al fin quedaron dormidos.
     El alba salía apenas    a dar luz al campo amigo,
  20   cuando el rey quiere vestirse,    mas no encuentra sus vestidos:
     --Que llamen a Gerineldo    el mi buen paje querido.
  22   Unos dicen: --No está en casa.--    Otros dicen: --No lo he visto.--
     Salta el buen rey de su lecho    y vistióse de proviso,
  24   receloso de algún mal    que puede haberle venido.
     Al cuarto de Enilda entrara    y en su lecho halla dormidos
  26   a su hija y a su paje    en estrecho abrazo unidos.
     Pasmado quedó y parado    el buen rey muy pensativo,
  28   pensándose qué hará    contra los dos atrevidos.
     --¿Mataré yo a Gerineldo,    al que cual hijo he querido?
  30   ¡Si yo matare la infanta,    mi reino tengo perdido!--
     En tal estrecho el buen rey,    para que fuese testigo,
  32   puso la espada por medio    entre los dos atrevidos.
     Hecho esto se retira    del jardín a un bosquecillo.
  34   Enilda al despertarse,    notando que estaba el fila
     de la espada entre los dos,    dijo asustada a su amigo:
  36   --Levántate, Gerineldo,    levántate, dueño mío,
     que del rey la fiera espada    entre los dos ha dormido.
  38   --¿Adónde iré, mi señora?    ¿Adónde me iré, Dios mío?
     ¿Quién me librará de muerte,    de muerte que he merecido?
  40   --No te asustes, Gerineldo,    que siempre estaré contigo;
     márchate por los jardines    que luego al punto te sigo.--
  42   Luego obedece a la infanta,    haciendo cuanto le ha dicho
     pero el rey, que está en acecho,    se le hace encontradizo.
  44   --Dónde vas, buen Gerineldo?    ¿Cómo estás tan sin sentido
     --Paseaba estos jardines    para ver si han florecido,
  46   y vi que una fresca rosa    el calor ha deslucido.
     --Mientes, mientes, Gerineldo,    que con Enilda has dormido.--
  48   Estando en esto el sultán,    un gran pliego ha recibido
     ábrelo luego y al punto    todo el color ha perdido.
  50   --Que prendan a Gerineldo,    que no salga del castillo.--
     En esto la hermosa Enilda    cuidosa llega a aquel sitio.
  52   De lo que pasa informada,    y conociendo el peligro,
     sin esperar a que torne    el buen rey enfurecido,
  54   salta las tapias ligera    en pos de su amor querido.
     Huyendo se va a Tartaria    con su amante y fiel amigo,
  56   que en un brioso caballo    la atendía en el egido.
     Allí antes de casarse    recibe Enilda el bautismo,
  58   y las joyas que lleva    en dos cajas de oro fino:
     una vida regalada    a su amante ha prometido.

Notas: *El señor Durán pone a este romance la nota que sigue (1. c. I. p. 177): Con algunas variantes se conserva e imprime este romance, y es uno de los vulgares que venden los ciegos. Todavía en Andalucía, con el nombre de Corrió o Corrido o Carrerilla, que así llama la gente del campo a los romances que conserva por tradición, se recita o cuenta el siguiente, que trata también de Gerineldo: Carrerilla de Gerineldo: --¿Dónde vienes, Gerineldo, / tan triste y tan afligido? // --Vengo del jardín, señora, / de coger flores y lirios. // --Gerineldo, Gerineldo, / mi camarero es Pulío // el que te pondrá esta noche / tres horas a mi servicio. // --Como soy vuestro criado, / señora, os burláis conmigo. // --No me burlo, Gerineldo, /que de veras te lo digo: // a la una de la noche / has de venir al castillo, // con zapatitos de seda / para que no seas sentido.-- //Esto le dijo la Infanta, / y al punto se ha despedido, // diciéndole Gerineldo: / --Señora. será cumplido. // Hállase también una versión portuguesa de este romance, publicada por primera vez por el señor de Almeida Garrett, en su Romanceiro, Tomo II pag. 158. En ella el héroe lleva el nombre de Regialdo, pero en algunas versiones también el de Eginaldo, Generaldo, o Girinaldo o atrevido. La versión portuguesa coincide en lo esencial con la primera castellana que es la más antigua; las adiciones de la portuguesa (como el llanto de la madre de Gerineldo, y el cantar de éste en su prisión) son más bien interpolaciones, de las cuales carece todavía la lección de Alemtejo, y por eso es la más castiza.

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2687:1 El conde de Barcelona rescata a la emperatriz de Alemania (í-a)            (ficha no.: 1585)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Silva de 1550 t. II, f. 40 (Romance de cómo el conde don Ramón de Barcelona libró a la Emperatriz de Alemaniç que la tenían para quemar) y Timoneda, Rosa gentil Valenica 1573. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 162, vol. II, pp. 102-110.  270 hemist.  Música registrada.

     En el tiempo que reinaba    y en virtudes florecía,
  2   ese conde don Ramón,    flor de la caballería,
     en Barcelona la grande    que por suya la tenía,
  4   nuevas ciertas de dolor    de un extranjero sabía:
     que allá en Alemaña    grande llanto se hacía
  6   por la noble emperatriz    que en virtud resplandecía,
     que dos malos caballeros    la acusan de alevosía
  8   ante el gran emperador    que más que a sí la quería,
     diciendo: --Sepa tu Alteza,    gran señor, si te placía,
  10   que nosotros hemos visto    a la emperatriz un día
     holgar con su camarero,    no mirando que hacía
  12   traición a tí, señor,    y a su gran genealogía.
     L` emperador muy turbado    de esta suerte respondía:
     --Si es verdad, los caballeros,    esa tan gran villanía;
  14   yo haré un tal castigo    cual conviene a la honra mía.--
     Mandóla luego prender    y en prisiones la ponía
  16   hasta ser cumplido el plazo    que la ley lo disponía.
     Buscase dos caballeros    que defiendan la su vida
  18   contra los acusadores,    que en el campo se vería
     la justicia cuya era,    y a quién Dios favorecía.
  20   Pues sabida por el conde    esta nueva dolorida,
     determina de partir    a librarla si podía,
  22   con no más de un escudero,    de quien él mucho sé fía.
     Andando por sus jornadas    sin parar noche ni día,
  24   llegado es a las Cortes    que el emperador tenía
     para dar la gran sentencia    de allí a tercero día
  26   de quemar la emperatriz,    ¡cosa de muy gran mancilla!
     pues no había caballero    en tan gran caballería
  28   que por una tal señora    quiera aventurar su vida,
     por ser los acusadores    de gran suerte y gran valía.
  30   Pues el conde ya llegado,    preguntó si ser podría
     hablar con la emperatriz    por cosa, que le cumplía.
  32   Supo que ninguno entraba    do estaba su Señoría,
     sino es su confesor,    fraile de muy santa vida.
  34   Vase el Conde para él,    de esta suerte le decía:
     --Padre, yo soy extranjero;    de lejas tierras venía
  36   a librar, si Dios quisiese,    o morir en tal porfía,
     a la gran emperatriz,    que es sin culpa, yo creía;
  38   mas primero, si es posible,    gran descanso me sería
     hablar con su Majestad,    si esto hacerse podía.--
  40   --Yo daré órden, señor--,    el buen fraile respondía:
     --tomará vuestra merced    a mi hábito que yo tenía,
  42   y vestirse ha como fraile    y irá en mi compañía.--
     Ya se parte el buen conde    con el fraile que lo guía.
  44   Llegados que fueron dentro    en la cárcel do yacía,
     las rodillas por el suelo    el buen conde así decía:
  46   --Yo soy, muy alta señora,    de España la noblecida,
     y de Barcelona conde,    ciudad de gran nombradía.
  48   Estando en la mi corte    con solaz y alegría,
     por muy cierta nueva supe    la congoja que tenía
  50   vuestra real Majestad,    de la cual yo me dolía,
     y por eso yo partí    a poner por vos la vida.--
  52   La emperatriz que esto oyera    de gozosa no cabía;
     lágrimas de los sus ojos    por su linda faz vertía;
  54   tomárale por las manos,    de esta suerte le decía:
     --Bien seáis venido, conde,    buena sea vuestra venida;
  56   vuestra nobleza y valor,    vuestro esfuerzo y valentía
     ya me hacen ser muy cierta    de mi honra, vuestra vida;
  58   mi innocencia os librará,    pues que Dios bien la sabía,
     de la falsa acusación    que contra mí se ponía.--
  60   Ya se despide el buen conde,    ya las manos le pedía
     para haberlas de besar,    mas ella no consentía.
  62   Vase para su posada,    e ya que el plazo se cumplía,
     armado de todas armas    bien a punto se ponía,
  64   y él como era muy dispuesto    ¡oh cuán bien que parecía!
     Su escudero iba con él    bien armado, que salía
  66   en un caballo morcillo    muy rijoso en demasía.
     Yendo para la grande plaza    con el orgullo que traía,
  68   encontró con un mochacho    que de vello era mancilla,
     en ver que luego murió    sin remedio de su vida.
  70   L` escudero qu` esto vido,    con temor que en él había,
     comenzó luego a huir    cuanto el caballo podía,
  72   y quedó el conde solo,    mas no de esfuerzo y valentía,
     y como era valeroso    no dejó de hacer su vía;
  74   puesto ante los jueces    dijo que él defendería
     ser maldad y traición,    ser envidia y ser falsía
  76   la acusación que le ponen    a su alta Señoría;
     y que salgan uno a uno    pues está sin compañía.
  78   Estas palabras diciendo,    ya el acusador venía
     con trompetas y atabales,    con estruendo y gallardía.
  80   Parten el sol los jueces,    cada cual tomó su vía;
     arremeten los caballos,    gran encuentro se hacía.
  82   Del acusador la lanza    en piezas volado había
     sin herir a don Ramón    ni menearlo de la silla.
  84   don Ramón a su contrario    de tal encuentro lo hería,
     que del caballo abajo    derribado lo había.
  86   El conde que así lo vido,    del caballo descendía
     va para él con denuedo,    donde le quitó la vida.
  88   El otro acusador    que vio tanta valentía
     en l` extraño caballero    gran temor en sí tenía
  90   y viendo que falsamente    él acusación hacía,
     demandó misericordia    y al buen conde se rendía.
  92   Don Ramón con gran nobleza    de esta suerte respondía:
     --No soy parte, caballero,    para yo daros la vida;
  94   pedilda a su Majestad    que es quien dárosla podía.--
     Y preguntó a los jueces    si más hacer se debía
  96   por librar la emperatriz    de lo que se le imponía.
     Respondieron que la honra    él ganada la tenía,
  98   que en su libertad estaba    de hacer lo que quería.
     Desque aquesto oyera el conde,    del palenque se salía;
  100   vase para su posada,    no reposa hora ni día:
     días encima su caballo    desarmado se salía;
  102   el camino de su tierra    en breve pasado había.
     Tornando al emperador,    grande fiesta se hacía;
  104   sacaron la emperatriz    con muy grande alegría,
     con los juegos y las fiestas    toda la ciudad se hundía.
  106   Todos iban muy galanos,    cada cual quien más podía.
     L` emperador muy contento    por el vencedor pedía,
  108   para hacerle aquella honra    que su bondad merecía.
     Desque supo que era ido    gran dolor en sí sentía;
  110   a la emperatriz pregunta    le responda por su vida:
     quién era su caballero    que tan bien la defendía.
  112   Respondiérale: --Señor,    yo jurado le tenía
     no decir quién era él,    hasta el tercero día.--
  114   Mas después de ser pasado    ante muchos lo decía,
     como era el gran conde    flor de la caballería,
  116   señor de Cataluña    y de toda su valía.
     L` emperador que lo supo    de contento no cabía
  118   viendo que tan gran señor    de su honra se dolía.
     La emperatriz determina,    y l` emperador lo quería,
  120   de partirse para España,    y así luego se partía
     para ver su caballero    a quien tanto ella debía.
  122   Con trescientos de caballo    comenzó hacer su vía,
     dos cardenales con ella,    por tenerle compañía;
  124   muchos duques, muchos condes,    con muy gran caballería.
     El buen conde que lo supo    gran aparato hacía,
  126   y cerca de Barcelona    a recibirla salía
     acompañado de los grandes    de su grande señoría;
  128   y una legua de camino    y otros más dicen que había,
     mandó poner grandes mesas    de comer muy bastecidas.
  130   Pues, recebida que fue    con muy grande cortesía,
     entraron en Barcelona,    la cual estaba guarnida
  132   de muy ricos paramentos    y de gran tapicería.
     Hacen justas y torneos    y otras fiestas de alegría.
  134   De esta manera el buen conde    a la emperatriz servía,
     hasta que para su tierra    de tornarse fue servida.

Variantes de Timoneda Rosa gentil: -12a no mirando lo que hacía // y que hacía traición / a su gran geneología. //; -13a el emperador turbado; -14b cual a mi honra convenía; -15b metía; -16b cual; -25b dentro del; -32b adonde ella residía; -39a hablar con ella primero; -39b aquesto; -42a y entrara; -46b ennoblecida; -48a Estando allá; -48b con descanso; -50a sacra; -51a por eso me partí presto; -52b de contenta; -65a su escudero con él; -65b también armado salía; -67b son la furia; -70a dio el compañero a huir / cuanto el cabalo podía // y quedóse el conde solo. /; -75b y rebeldía; -80b una; -85a que de encima del caballo; -85b veía;-87b y cortóle la cabeza; -88a El segundo; -89a en el caballero extraño; -89b muy gran temor concebía; -93b para yo darte la vida; 94a pídela; -94b que es el que darla podía; -104b con muy sobrada; -110b le respondió si sabía; -111a aquel; -111b que defendido le había; -113a de no decir quien es él; -113b sino es al tercero día; -116b como aquel era el buen conde de Barcelona la rica.; -119b La emperatriz muy contenta; -122b Luego empezaron su vía. -125b aparato grande; -127b noble. Tim; -129b para quien comer querría, / bastecidas de viandas / que nada no fallecía. Tim; -130b la reina y su compañía. Tim.
Nota: *Aquí acaba el epígrafe en la Rosa gentil de Timoneda. En la Silva le antecede el siguiente título general: Síguense los romances que tratan de historias españolas: y este primero es de cómo etc. Por ser el asunto del todo fabuloso, hemos colocado aquí este romance. Véase sobre el origen y la propagación de esta tradición caballeresca. Fern. Wolf, Ueber die Lais pag. 217, nota 60. Hay otra versión castellana en el romance que dice: En la ciudad de Toledo (í-a), con el epígrafe: Romance de la duquesa de Lorayna, sacado de la historia del rey don Rodrigo que perdió a España (en la Silva, ed. de 1550. Tomo I. f. XL, en el Canc. de rom. s. a. f. 122, y también en el Romancero de Sepúlveda), el cual, aunque fundado en una versión más antigua de aquella tradición, está, en verdad, ya sacado de la fabulosa Crónica del Rey don Rodrigo (Parte I c. 37), y no es más que prosa rimada, obra probablemente del mismo Sepúlveda; por eso lo hemos excluido de nuestra colección. La tradición de que tratamos tiene rasgos comunes con aquella del conde Claros en el romance que dice: A caza va el Emperador. [Véase IGR# 0280: Duquesa de Lorena. SHP]

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0503:7 Conde Alarcos (í-a)            (ficha no.: 1586)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 107; Canc. de rom. 1550 f. 107; Silva de 1550 t. II. f. 191 (Romance del conde Alarcos y de la infanta Solisç); Floresta de varios rom. (Romance del Conde Claros) y Pliego suelto del siglo XVI. Romance del conde Alarcos y de la infanta Solisa [Dicc. 485]**. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 163, vol. II, pp. 111-126.  428 hemist.  Música registrada.

     Retraída está la infanta,    bien así como solía,
  2   viviendo muy descontenta    de la vida que tenía,
     viendo que ya se pasaba    toda la flor de su vida
  4   y que el rey no la casaba,    ni tal cuidado tenía.
     Entre sí estaba pensando    a quién se descubriría,
  6   acordó llamar al rey    como otras veces solía
     por decirle su secreto    y la intención que tenía.
  8   Vino el rey siendo llamado,    que no tardó su venida;
     vidola estar apartada,    sola está sin compañía;
  10   su lindo gesto mostraba    ser más triste que solía.
     Conociera luego el rey    el enojo que tenía.
  12   --¿Qu` es aquesto, la infanta?    ¿qu` es aquesto, hija mía?
     Contadme vuestros enojos,    no toméis malenconía,
  14   que sabiendo la verdad    todo se remediaría.--
     --Menester será, buen rey,    remediar la vida mía,
  16   que a vos quedé encomendada    de la madre que tenía.
     Dédesme, buen rey, marido,    que mi edad ya lo pedía;
  18   con vergüenza os lo demando,    no con gana que tenía,
     que aquestos cuidados tales    a vos, rey, pertenecían.--
  20   Escuchada su demanda,    el buen rey le respondía:
     --Esa culpa, la infanta,    vuestra era, que no mía,
  22   que ya fuérades casada    con el príncipe de Hungría;
     no quesistes escuchar    la embajada que os venía,
  24   pues acá en las nuestras cortes,    hija, mal recaudo había,
     porque en todos los mis reinos    vuestro par igual no había,
  26   sino era el conde Alarcos,    hijos y mujer tenía.
     --Convidaldo vos, el rey,    al conde Alarcos un día,
  28   y después que hayáis comido    decilde de parte mía,
     decilde que se acuerde    de la fe que d`él tenía,
  30   la cual él me prometió,    que yo no se la pedía
     de ser siempre mi marido    yo que su mujer sería.
  32   Yo fui de ello muy contenta    y que no me arrepentía;
     si casó con la condesa,    que mirase lo que hacía,
  34   que por él no me casé    con el príncipe de Hungría;
     si casó con la condesa,    d`él es culpa, que no mía.
  36   Perdiera el rey en oírlo    el sentido que tenía,
     mas después en sí tornado    con enojo respondía:
  38   --¡No son estos los consejos,    que vuestra madre os decía!
     ¡Muy mal mirastes infanta    do estaba la honra mía!
  40   Si verdad es todo eso    vuestra honra ya es perdida:
     no podéis vos ser casada,    siendo la condesa viva.
  42   Si se hace el casamiento    por razón o por justicia,
     en el decir de las gentes    por mala seréis tenida.
  44   Dadme vos, hija, consejo,    que el mío no bastaría,
     que ya es muerta vuestra madre    a quien consejo pedía.
  46   --Yo os lo daré, buen rey,    de este poco que tenía:
     mate el conde a la condesa,    que nadie no lo sabría,
  48   y eche fama que ella es muerta    de un cierto mal que tenía,
     y tratarse ha el casamiento    como cosa no sabida.
  50   D`esta manera buen rey,    mi honra se guardaría.
     De allí se salía el rey,    no con placer que tenía;
  52   lleno va de pensamientos    con la nueva que sabía.
     Vido estar al conde Alarcos    entre muchos que decía:
  54   --¿Qué aprovecha, caballeros,    amar y servir amiga,
     que son servicios perdidos    donde firmeza no había?
  56   No pueden por mí decir    aquesto que yo decía,
     qu` en el tiempo que yo serví    una que tanto quería,
  58   si muy bien la quise entonces,    agora más la quería;
     mas por mí pueden decir    "quien bien ama tarde olvida".--
  60   Estas palabras diciendo    vido al buen rey que venía,
     y hablando con el rey    de entre todos se salía.
  62   Dijo el buen rey al conde    hablando con cortesía:
     --Convidaros quiero, conde,    por mañana en aquel día,
  64   que queráis comer comigo    por tenerme compañía.
     --Que se haga de buen grado    lo que su Alteza decía;
  66   beso sus reales manos    por la buena cortesía
     de tenerme he aquí mañana    aunque estaba de partida,
  68   que la condesa me espera    según la carta me envía.--
     Otro día de mañana    el rey de misa salía;
  70   asentóse luego a comer    no por gana que tenía,
     sino por hablar al conde    lo que hablarle quería.
  72   Allí fueron bien servidos    como a rey pertenecía.
     Después que hubieron comido,    toda la gente salida,
  74   quedóse el rey con el conde    en la tabla do comía.
     Empezó de hablar el rey    la embajada que traía:
  76   --Unas nuevas traigo, conde,    que d`ellas no me placía,
     por las cuales yo me quejo    de vuestra descortesía.
  78   Prometistes a la infanta    lo que ella no vos pedía:
     de siempre ser su marido,    y a ella que lo placía.
  80   Si otras cosas pasastes    no entro en esa porfía.
     Otra cosa os digo, conde,    de que más os pesaría:
  82   que matéis a la condesa    que cumple a la honra mía;
     echéis fama que ella es muerta    de cierto mal que tenía,
  84   y tratarse ha el casamiento    como cosa no sabida
     porque no sea deshonrada    hija que tanto quería.--
  86   Oidas estas razones    el buen conde respondía:
     --No puedo negar, el rey,    lo que la infanta decía
  88   sino que otorgo ser verdad    todo cuanto me pedía.
     Por miedo de vos, el rey,    no casé con quien debía:
  90   no pensé que vuestra Alteza    en ello consentiría.
     De casar con la infanta    yo, señor, bien casaría;
  92   mas matar a la condesa,    señor rey, no lo haría
     porque no debe morir    la que mal no merecía.--
  94   --De morir tiene, el buen conde,    por salvar la honra mía
     pues no mirastes primero    lo que mirar se debía.
  96   Si no muere la condesa    a vos costará la vida.
     Por la honra de los reyes    muchos sin culpa morían,
  98   porque muera la condesa    no es mucha maravilla.
     --Yo la mataré, buen rey,    mas no será la culpa mía;
  100   vos os avendréis con Dios    en fin de vuestra vida.
     Y prometo a vuestra Alteza,    a fe de caballería,
  102   que me tengan por traidor    si lo dicho no cumplía
     de matar a la condesa,    aunque mal no merecía.
  104   Buen rey, si me dais licencia,    yo luego me partiría.
     --Vayáis con Dios, el buen conde,    ordenad vuestra. partida.--
  106   Llorando se parte el conde,    llorando sin alegría;
     llorando por la condesa,    que más que a sí la quería.
  108   Lloraba también el conde    por tres hijos que tenía,
     el uno era de teta,    que la condesa lo cría,
  110   que no quería mamar    de tres amas que tenía
     sino era de su madre    porque bien la conocía;
  112   los otros eran pequeños,    poco sentido tenían
     Antes que llegase el conde    estas razones decía:
  114   --¡Quién podrá mirar, condesa,    vuestra cara de alegría,
     que saldréis a recebirme    a la fin de vuestra vida!
  116   Yo soy el triste culpado,    esta culpa toda es mía.--
     En diciendo estas palabras    la condesa ya salía,
  118   que un paje le había dicho    como el conde ya venía.
     Vido la condesa al conde    la tristeza que tenía,
  120   vióle los ojos llorosos,    que hinchados los tenía
     de llorar por el camino    mirando el bien que perdía.
  122   Dijo la condesa al conde:    --¡Bien vengáis, bien de mi vida!
     ¿Qué habéis, el conde Alarcos?    ¿Por qué llorais, vida mía?,
  124   que venís tan demudado    que cierto no os conocía.
     No parece vuestra cara    ni el gesto que ser solía;
  126   dadme parte del enojo    como dais de la alegría.
     ¡Decídmelo luego, conde,    no matéis la vida mía!
  128   --Yo vos lo diré, condesa,    cuando la hora sería.
     --Si no me lo decís, conde,    cierto yo reventaría.--
  130   --No me fatiguéis señora,    que no es la hora venida.
     Cenemos luego, condesa,    de aqueso que en casa había.
  132   --Aparejado está, conde,    como otras veces solía.--
     Sentóse el conde a la mesa,    no cenaba ni podía,
  134   con sus hijos al costado,    que muy mucho los quería.
     Echóse sobre los hombros,    hizo como que dormía;
  136   de lágrimas de sus ojos    toda la mesa cubría.
     Mirándolo la condesa,    que la causa no sabía,
  138   no le preguntaba nada,    que no osaba ni podía.
     Levantóse luego el conde,    dijo que dormir quería;
  140   dijo también la condesa    que ella también dormiría;
     mas entr`ellos no había sueño,    si la verdad se decía.
  142   Vanse el conde y la condesa    a dormir donde solían,
     dejan los niños de fuera    que el conde no los quería;
  144   lleváronse el más chiquito,    el que la condesa cría.
     Cierra el conde la puerta,    lo que hacer no solía.
  146   Empezó de hablar el conde    con dolor y con mancilla:
     --Oh desdichada condesa,    grande fue la tu desdicha!
  148   --No so desdichada, el conde,    por dichosa me tenía
     sólo en ser vuestra mujer:    esta fue gran dicha mía.
  150   --¡Si bien lo sabéis condesa,    esa fue vuestra desdicha.
     Sabed que en tiempo pasado    yo amé a quien servía,
  152   la cual era la infanta,    por desdicha vuestra y mía.
     Prometí casar con ella    y a ella que le placía,
  154   demándame por marido    por la fe que me tenía.
     Puédelo muy bien hacer    de razón y de justicia;
  156   díjomelo el rey su padre    porque de ella lo sabía.
     Otra cosa manda el rey    que toca en el alma mía:
  158   manda que muráis, condesa,    a la fin de vuestra vida,
     que no puede tener honra    siendo vos, condesa, viva.--
  160   Desque esto oyó la condesa    cayó en tierra amortecida;
     mas después en sí tornada    estas palabras decía:
  162   --Pagos son de mis servicios,    conde, con que yo os servía!
     si no me matais, el conde,    yo bien os aconsejaría
  164   enviédesme a mis tierras    que mi padre me ternía;
     yo criaré vuestros hijos    mejor que la que vernía;
  166   yo os mantendré castidad    como siempre os mantenía.
     --De morir habéis, condesa,    en antes que venga el día.
  168   --¡Bien parece, el conde Alarcos,    yo ser sola en esta vida
     porque tengo el padre viejo,    mi madre ya es fallecida
  170   y mataron a mi hermano    el buen conde don García,
     qu` el rey lo mandó matar    por miedo que d`él tenía!
  172   No me pesa de mi muerte,    porque yo morir tenía,
     mas pésame de mis hijos,    que pierden mi compañía;
  174   hacémelos venir, conde,    y verán mi despedida.
     --No los veréis más, condesa,    en días de vuestra vida.
  176   Abrazad este chiquito,    que aqueste es él que os perdía.
     Pésame de vos, condesa,    cuanto pesar me podía;
  178   no os puedo valer, señora,    que más me va que la vida.
     Encomendaos a Dios    que esto hacerse tenía.
  180   --Dejéisme decir, buen conde,    una oración que sabía.
     --Decilda presto, condesa,    enantes que venga el día.
  182   --Presto la habré dicho, conde,    no estaré un Ave María.--
     Hincó las rodillas en tierra    esta oración decía:
  184   --En las tus manos, Señor,    encomiendo el alma mía;
     no me juzgues mis pecados    según que yo merecía,
  186   mas según tu gran piedad    y la tu gracia infinita.
     Acabada es ya, buen conde,    la oración que sabía;
  188   encomiénd` os esos hijos    que entre vos y mí había
     y rogad a Dios por mí    mientra tuvierdes vida,
  190   que a ello sois obligado    pues que sin culpa moría.
     Dédesme acá ese hijo,    mamará por despedida.
  192   --No lo despertéis condesa,    dejaldo estar, que dormía,
     sino que os demando perdón    porque ya viene el día.
  194   --A vos yo perdono, conde,    por el amor que os tenía;
     mas yo no perdono al rey,    ni a la infanta su hija,
  196   sino que queden citados    delante la alta justicia,
     que allá vayan a juicio    dentro de los treinta días.--
  198   Estas palabras diciendo    el conde se apercebía;
     echóle por la garganta    una toca que tenía,
  200   apretó con las dos manos    con la fuerza que podía,
     no le aflojó la garganta    mientra que vida tenía.
  202   Cuando ya la vido el conde    traspasada y fallecida,
     desnudóle los vestidos    y las ropas que tenía;
  204   echóla encima la cama,    cubrióla como solía;
     desnudóse a su costado,    obra de un Ave María.
  206   Levantóse dando voces    a la gente que tenía:
     --¡Socorré, mis escuderos,    que la condesa se fina!--
  208   Hallan la condesa muerta    los que a socorrer venían.
     Así murió la condesa    sin razón y sin justicia;
  210   mas también todos murieron    dentro de los treinta días:
     los doce días pasados    la infanta ya moría;
  212   el rey a los veinte y cinco,    el conde al treinteno día;
     allá fueron a dar cuenta    a la justicia divina.
  214   Acá nos dé Dios su gracia,    y allá la gloria cumplida.

Variantes: -31a y yo Canc. de rom. s. a. y 1550, Flor; -33a Si la condesa es burlada. Pl. s. ; -35b si la condesa es burlada, / d` él es la culpa y no mía Flor; -37a tornando. Silva; -47b sabía. Canc. de rom s. a., Silva. Esta lección, como la más antigua, sería de conservar y de integrar: que nadie sabía que el conde lo prometió; -66b por la merced que me hacía. Silva; -70a sentóse. Silva. Luego se asentó a comer. Las ed. posteriores del Canc. de rom; sentose a comer. Flor; -75a comenzó Silva, Flor; -77a una nueva os traigo conde / que de ella no me placía,// por la cual estoy quejoso. Silva. Sabed que estoy muy quejoso. Flor; -80b Después de este verso intercala la Flor. los dos siguientes: que no lo he demandado / ni se lo demandaría.; -98a pues que muera. Flor; Que muera pues. Pl. s.; -102a que me escriba. Flor, Pl. s.; -103b no lo. Silva; -130a condesa. Silva; -131a presto. Silva; -136b corría. Flor, Pl. s; -137a mirábalo. Flor, Pl. s.; -150a miráis. Pl. s.; -151b a quien no debía. Flor; A quien bien servía. Pl. s.; -158b y que se os quite la vida. Flor; -191a niño. Flor; chiquillo. Pl. s.; -193a pido. Silva, Las ed. post. del Canc. de rom.;sino que me perdoneis. Flor; -193b se viene. Flor, Pl. s.` llegaba Las ed. post. del Canc. de rom.
Notas: *Los pliegos sueltos que llevan este romance, lo dicen "hecho por Pedro de Riano".
**De este romance tan célebre hay versiones en las lenguas catalana y portuguesa y lo que es bien de notar, siempre con la misma asonancia (en í-a). La catalana de: El conde Floris se halla en la obra citada del señor Milá Fontanals (pag. 118 y 119). La portuguesa que dicen también del Conde Alarcos pero, en "los districtos menos próximos al contacto castellano", Conde Yanno. Va impresa con este título en el Romanceiro del señor Almeida Garrett (Tomo II. pag. 41 y sig.), y es tan linda, tan sencilla y verdaderamente popular que creemos servir bien a los aficionados reimprimiendo entero este romance portugués del Conde Yanno. [Traspaso la transcripción a la siguiente entrada, con enumeración consecutiva: IGR# 0503: __ SHP]

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0190:1 Conde Dirlos (á-e)            (ficha no.: 1588)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Silva ed. de 1550 t. II. f. 66 (Síguense los romances que tratan historias francesas, y este primero es el Romance del conde Dirlos y de las grandes venturas que hubo)*; Canc. de rom. s. a. f. 6, y Canc. de rom. 1550 f. 6 (Romance del conde Dirlos); Floresta de var. rom. (conde de Irlos**). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 164, vol. II, pp. 129-170.  1374 hemist.  Música registrada.

     Estábase el conde Dirlos,    sobrino de don Beltrán,
  2   asentado en sus tierras    deleitándose en cazar,
     cuando le vinieron cartas    de Carlos el emperante.
  4   De las cartas placer hubo,    de las palabras pesar,
     que lo que las cartas dicen    a él parece muy mal.
  6   --Rogar vos quiero, sobrino,    el buen francés natural,
     lleguéis vuestros caballeros,    los que comen vuestro pan;
  8   darles heis doblado sueldo    del que les soledes dar,
     dobles armas y caballos,    que bien menester los han;
  10   darles heis el campo franco    de todo lo que ganaren;
     partiros heis a los reinos    del rey moro Aliarde.
  12   Desafiamiento me ha dado    a mí y a los doce pares
     grande mengua me sería    que todos hobiesen de andar.
  14   No veo caballero en Francia    que mejor pueda enviar,
     sino a vos, el conde Dirlos,    esforzado en pelear.--
  16   El conde que esto oyó,    tomó tristeza y pesar,
     no por miedo de los moros    ni miedo de pelear,
  18   mas tiene mujer hermosa,    mochacha de poca edad.
     Tres años anduvo en armas    para con ella casar,
  20   y el año no era cumplido,    de ella lo mandan apartar.
     De que esto él pensaba    tomó de ello gran pesar,
  22   triste estaba y pensativo,    no cesa de sospirar;
     despide los falconeros,    los monteros manda pagar,
  24   despide todos aquellos    con quien solía deleitarse;
     no burla con la condesa    como solía burlar;
  26   mas muy triste y pensativo    siempre le veían andar.
     La condesa que esto vido,    llorando empezó de hablar:
  28   --¡Triste estades vos, el conde,    ¡triste, lleno de pesar
     de esta tan triste partida    para mí de tanto mal!
  30   Partir vos queréis, el conde,    a los reinos de Aliarde,
     dejaisme en tierras ajenas    sola y sin quien me acompañe.
  32   ¿Cuántos años, el buen conde,    hacéis cuenta de tardar?
     Yo volverme he a las tierras,    a las tierras de mi padre;
  34   vestirme he de un paño negro,    ese será mi llevar;
     maldiré mi hermosura,    maldiré mi mocedad,
  36   maldiré aquel triste día    que con vos quise casar.
     Mas si vos queredes, conde,    yo con vos querría andar;
  38   mas quiero perder la vida,    que sin vos de ella gozar.
     El conde desque esto oyera    empezóla de mirar;
  40   con una voz amorosa    presto tal respuesta hace:
     --No lloredes vos, condesa,    de mi partida no hayáis pesar;
  42   no quedaréis en tierra ajena,    sino en vuestra a vuestro mandar,
     que antes que yo me parta    todo vos lo quiero dar.
  44   Podéis vender cualquier villa,    y empeñar cualquier ciudad,
     como principal heredera    que nada vos puedan quitar.
  46   Quedaréis encomendada    a mi tío don Beltrán
     y a mi primo Gaiferos,    señor de París la grande;
  48   quedaréis encomendada    a Oliveros y a Roldán,
     al emperador, y a los doce    que a una mesa comen pan;
  50   porque los reinos son lejos    del rey moro Aliarde;
     que son cerca la Casa Santa    allende del nuestro mar.
  52   Siete años, la condesa,    todos siete me esperad;
     si a los ocho no viniere,    a los nueve vos casad;
  54   seréis de veinte y siete años    que es la mejor edad.
     El que con vos casare, señora,    mis tierras tome en ajuar;
  56   gozará de mujer hermosa,    rica y de gran linaje.
     Bien es verdad, la condesa,    que comigo vos querría llevar;
  58   mas yo voy para batallas,    y no cierto para holgar.
     Caballero que va en armas    de mujer no debe curar
  60   porque con el bien que os quiero    la honra habría de olvidar.
     Mas aparejad, condesa,    mandad vos aparejar,
  62   iréis comigo a las cortes,    a París esa ciudad.
     Toquen, toquen mis trompetas,    manden luego cabalgar.
  64   Ya se parte el buen conde,    la condesa otro que tal;
     la vuelta van de París    apriesa, no de vagar.
  66   Cuando son a una jornada    de París esa ciudad
     el emperador que lo supo    a recebir se lo sale.
  68   Con él sale Oliveros,    con él sale don Roldán,
     con él Arderín de Ardeña,***    y Urgel de la fuerza grande;
  70   con él infante Guarinos,    almirante de la mar,
     con él sale el esforzado    Renaldos de Montalván,
  72   con él van todos los doce    que a una mesa comen pan,
     sino el infante Gaiferos    y el buen conde don Beltrán,
  74   que salieron tres jornadas    mas que todos adelante.
     No quiso el emperador    que hubiesen de aposentar,
  76   sino en sus reales palacios    posada les mandó dar.
     Empiezan luego su partida    apriesa y no de vagar;
  78   dale diez mil caballeros    de Francia más principales,
     y con mucha otra gente    y gran ejército real.
  80   El sueldo les paga junto    por siete años y más.
     Ya tomadas buenas armas,    caballos otro que tal,
  82   enderezan su partida,    empiezan de cabalgar;
     cuando el buen conde Dirlos    ruega mucho al emperante
  84   que él y todos los doce    se quisiesen ayuntar.
     Cuando todos fueron juntos    en la gran sala real,
  86   entra el conde y la condesa,    mano por mano se van.
     Cuando son en medio de ellos,    el conde empezó de hablar:
  88   --A vos lo digo, mi tío,    el buen viejo don Beltrán,
     y a vos, infante Gaiferos,    y a mi buen primo carnal,
  90   y esto delante de todos    lo quiero mucho rogar
     y al muy alto emperador,    que sepa mi voluntad,
  92   como villas y castillos,    y ciudades y lugares
     los dejo a la condesa,    que nadie las pueda quitar;
  94   mas como principal heredera    en ellas pueda mandar,
     en vender cualquiera villa,    y empeñar cualquier ciudad.
  96   De aquello que ella hiciere    todos se hayan de agradar.
     Si por tiempo yo no viniere    vosotros la queráis casar,
  98   el marido que ella tome    mis tierras haya en ajuar;
     y a vos la encomiendo, tío,    en lugar de marido y padre;
  100   y a vos, mi primo Gaiferos,    por mí la queráis, honrar;
     y encomiéndola a Oliveros,    y encomiéndola a Roldán,
  102   y encomiéndola a los doce,    y a don Carlos el emperante.
     A todos les place mucho    de aquello que el conde hace.
  104   Ya se parte el buen conde    de París esa ciudad;
     la condesa que ir lo vido    jamás lo quiso dejar
  106   fasta orillas de la mar    do se había de embarcar.
     Con ella va don Gaiferos,    con ella va don Beltrán,
  108   con ella va el esforzado    Renaldos de Montalván,
     sin otros muchos caballeros    de Francia más principales.
  110   A tan triste despedida    el uno del otro hacen,
     que si el conde iba triste,    la condesa mucho más.
  112   Palabras están diciendo    que era dolor de escuchar:
     el conorte que se daban    era contino llorar.
  114   Con gran dolor manda el conde    hacer vela y navegar.
     Como sin la condesa se vido    navegando por la mar,
  116   movido de muy gran saña,    movido de gran pesar,
     diciendo que por ningún tiempo    de ella lo harán apartar.
  118   Sacramento tiene hecho    sobre un libro misal
     de jamás volver en Francia,    ni en ella comer pan,
  120   ni que nunca enviará carta,    porque de él no sepan parte.
     Siempre triste y pensativo,    puesto en pensamiento grande,
  122   navegando en sus jornadas    por la tempestuosa mar,
     llegado es a los reinos    del rey moro Aliarde.
  124   Ese gran soldán de Persia,    con poderío muy grande
     ya les estaba aguardando    a las orillas del mar.
  126   Cuando vino cerca tierra    las naves mandó llegar;
     con un esfuerzo esforzado    los empieza de esforzar.
  128   --¡Oh esforzados caballeros!    ¡oh mi compaña leal,
     acuérdeseos que dejamos    nuestra tierra natural!
  130   De ellos dejamos mujeres,    de ellos hijos, de ellos padres
     sólo para ganar honra,    y no para ser cobardes.
  132   Pues esforzados, caballeros,    esforzad en pelear;
     yo llevaré la delantera,    y no me queráis dejar.
  134   La morisma era tanta,    tierra no les dejan tomar.
     El conde era esforzado    y discreto en pelear,
  136   manda toda la artillería    en las sus barcas posar.
     Con el ingenio que traía    empiézales de tirar;
  138   los tiros eran tan fuertes,    que por fuerza hacen lugar.
     Veréis sacar los caballos,    y muy apriesa cabalgar;
  140   tan fuerte dan en los moros,    que tierra les hacen dejar.
     En tres años que el buen conde    entendió en pelear,
  142   ganados tiene los reinos    del rey moro Aliarde.
     Con todos sus caballeros    parte por iguales partes;
  144   tan grande parte da al chico,    tanto le da como al grande;
     Sólo él se retraía    sin querer algo tomar.
  146   Armado de armas blancas,    y cuentas para rezar,
     ¡tan triste vida hacía    que no se puede contar!
  148   El soldán le hace tributo    y los reyes de allende el mar;
     de los tributos que le daban    a todos hacía parte.
  150   A todos hace mandamiento    y a los mejores jurar,
     ninguno sea osado    hombre a Francia enviar,
  152   y al que cartas enviase    luego le hará matar.
     Quince años el conde estuvo    siempre allende del mar,
  154   que no escribió a la condesa,    ni a su tío don Beltrán,
     ni escribió a los doce,    ni menos al emperante.
  156   Unos creían que era muerto,    otros anegado en mar.
     Las barbas y los cabellos    nunca los quiso afeitar;
  158   tiénelos fasta la cinta,    fasta la cinta, y aun más;
     la cara mucho quemada    del mucho sol y del aire,
  160   con el gesto demudado    muy fiero y espantable.
     Los quince años cumplidos,    deciséis querían entrar,
  162   acostóse en su cama    con deseo de holgar.
     Pensando estaba pensando    la triste vida que hace,
  164   pensando en aquel tiempo    que solía festejar,
     cuando justas y torneos    por la condesa solía armar.
  166   Dormióse con pensamiento    y empezara de holgar,
     cuando hace un triste sueño    para él de gran pesar:
  168   que veía estar la condesa    en brazos de un infante.
     Salto diera de la cama    con un pensamiento grande,
  170   gritando con altas voces,    no cesando de hablar:
     --¡Toquen, toquen mis trompetas,    mi gente manden llegar!--
  172   Pensando que había moros    todos llegado se han.
     Desque todos son, llegados,    llorando empezó a hablar:
  174   --¡Oh esforzados caballeros!    ¡ oh mí compaña leal!,
     yo conozco aquel ejemplo    que dicen, y es verdad,
  176   que cualquier hombre nacido    que es de hueso y de carne,
     el mayor deseo que tiene    era en sus tierras holgar.
  178   Ya cumplidos son quince años,    y en deciséis quiere entrar,
     que somos en estos reinos    y estamos en soledad.
  180   Quien dejó mujer hermosa    vieja la ha de hallar;
     el que dejó hijos pequeños    hallarlos ha hombres grandes;
  182   ni el padre conocerá al hijo,    ni el hijo menos al padre.
     Hora es mis caballeros,    de ir a Francia a holgar,
  184   pues llevamos harta honra    y dineros mucho más.
     Lleguen, lleguen luego naves,    mándolas aparejar;
  186   ordenemos capitanes    para las tierras guardar.
     Ya todo es aparejado,    ya empiezan a navegar.
  188   Cuando todos son llegados    a las orillas del mar,
     llorando de los sus ojos    el conde empieza de hablar:
  190   --¡Oh esforzados caballeros!    ¡oh mi compaña leal!
     una cosa rogar vos quiero,    no me la queráis negar;
  192   quien secreto me tuviere    yo le he de galardonar,
     que todos hagáis juramento    sobre un libro misal,
  194   que en parte ninguna que sea    no me hayáis de nombrar,
     porque con el gesto que traigo    ninguno me conocerá;
  196   mas viéndome con tanta gente    y un ejército real,
     si vos demandan quién soy    no les digáis la verdad,
  198   mas decid que soy mensajero    que vengo de allende el mar,
     que voy con una embajada    a don Carlos el emperante
  200   porque es hecho un mal suyo,    y quiero ver si es verdad.
     Con el alegría que llevan    de a Francia se tornar,
  202   todos hacen sacramento    de tenerle poridad.
     Embárcanse muy alegres,    empiezan de navegar;
  204   el viento tienen muy fresco    que placer es de mirar.
     Allegados son en Francia,    en sus tierras naturales.
  206   Cuando el conde se vio en tierra,    empieza de caminar;
     no va la vuelta de las cortes    de Carlos el emperante,
  208   mas va la vuelta de sus tierras    las que solía mandar.
     Ya llegado que es a ellas,    por ellas empieza de andar.
  210   Andando por su camino    una villa fue a hallar;
     llegado se había cerca    por con alguno hablar.
  212   Alzó los ojos en alto    a la puerta del lugar,
     llorando de los sus ojos    comenzara de hablar:
  214   --¡Oh esforzados caballeros,    de mi dolor habed pesar,
     armas que mi padre puso    mudadas las veo estar!
  216   O es casada la condesa,    o mis tierras van a mal.
     Allegóse a las puertas    con gran enojo y pesar,
  218   y mirando por entre ellas    gentes de armas vido estar.
     Llamando está uno de ellos    mas viejo en antigüedad;
  220   de la mano él lo toma    y empiézale de hablar:
     --Por Dios te ruego, el portero,    me digas una verdad.
  222   ¿De quién son aquellas tierras?    ¿Quién las solía mandar?
     --Pláceme--, dijo el portero,    --de decir vos la verdad;
  224   ellas eran del conde Dirlos,    señor de aqueste lugar,
     agora son de Celinos    de Celinos el infante.--
  226   El conde desque esto oyera    vuelto se le ha la sangre;
     con una voz demudada    otra vez le fue a hablar:
  228   --Por Dios te ruego, hermano,    no te quieras enojar,
     que esto que agora me dices    tiempo habrá que te lo pague.
  230   ¿Díme si las heredó Celinos,    o si las fue a mercar?
     ¿o si en juego de dados    si las fuera a ganar?
  232   ¿o si las tenía por fuerza    que no las quiere tornar?--
     El portero que esto oyera    presto le fue a hablar:
  234   --No las heredó señor,    que no le vienen de linaje,
     que hermanos tiene el conde    aunque se querían mal
  236   y sobrinos tiene muchos    que las podrían heredar,
     ni menos las ha mercado,    que no las basta a pagar,
  238   que Irlos es muy grande ciudad,    y ha muchas villas y lugares.
     Cartas hizo contrahechas,    que al conde muerto lo han,
  240   por casar con la condesa    que era rica y de linaje;
     y aun ella no casara,    cierto a su voluntad,
  242   sino por fuerza de Oliveros,    y a porfía de Roldán,
     y a ruego de Carlo Magno,    de Francia rey emperante,
  244   por casar bien a Celinos,    y ponerle en buen lugar;
     mas el casamiento han hecho    con una condición tal,
  246   que no allegase a la condesa,    ni a ella haya de llegar;
     mas por él se desposara    ese paladín Roldán.
  248   Ricas fiestas se hicieron    en Irlos esa ciudad;
     gastos, galas y torneos    muchos, de los doce pares.
  250   El conde de que esto oyera    vuelto se le ha la sangre,
     por mucho que disimula    no cesa de sospirar,
  252   diciéndole está: --Hermano,    no te enojes de contar,
     ¿quién fue en aquestas bodas?    ¿y quien no quiso estar?--
  254   --Señor en ellas fue Oliveros,    y el emperador y Roldán
     fue Belardos y Montesinos,    y el gran conde don Grimaldo
  256   y otros muchos caballeros    de aquellos de los doce pares.
     Pesó mucho a Gaiferos,    pesó mucho a don Beltrán,
  260   más pesó a don Galván    y al fuerte Merián.
     Ya que eran desposados,    misa les quieran dar;
  262   allegó un falconero    a don Carlos emperante,
     que venía de aquellas tierras    de allá de allende el mar.
  264   Dijo que el conde era vivo,    y que traía señal.
     Plugo mucho a la condesa,    pesó mucho al infante
  266   porque en las grandes fiestas    hubo grande desbarate.
     Allá traen grandes pleitos    en las cortes del emperante,
  268   por lo cual es vuelta Francia    y todos los doce pares.
     Ella dice que un año de tiempo    pidió antes de desposar,
  270   por enviar mensajeros    muchos allende la mar;
     si el conde era ya muerto,    el casamiento fuese adelante;
  272   si era vivo, bien sabía    que ella no podía casar.
     Por ella responde Gaiferos,    Gaiferos y don Beltrán;
  274   por Celinos era Oliveros,    Oliveros y Roldán.
     Creemos que es dada sentencia,    o se quería ahora dar,
  276   porque ayer hubimos cartas    de Carlos el emperante:
     que quitemos aquellas armas,    pongamos las naturales,
  278   y que guardemos las tierras    por el Conde don Beltrán;
     que ninguno de Celinos    en ellas no pueda entrar.
  280   El conde desque esto oyera,    movido de gran pesar,
     vuelve riendas al caballo,    en el lugar no quiso entrar;
  282   mas allá en un verde prado    su gente mandó llegar.
     Con una voz muy humilde    les empieza de hablar:
  284   --¡Oh esforzados caballeros!    ¡oh, mi compañía leal!
     el consejo que os pidiere    bueno me lo queráis dar.
  286   ¿Si me consejáis que vaya    a las cortes del emperante,
     o que mate a Celinos,    a Celinos el infante?
  288   ¿Volverémos en allende    do seguros podemos estar?
     Caballeros que esto oyeron    presto tal respuesta hacen:
  290   --¡Calledes, conde, calledes!    ¡conde, no digáis atal!
     No miréis a vuestra gana,    mas mirad a don Beltrán,
  292   y esos buenos caballeros    que tanta honra vos hacen.
     Si vos matáis a Celinos    dirán que fuistes cobarde;
  294   si no, que vais a las cortes    de Carlos el emperante;
     conoceréis quién bien os quiere    y quién vos quería mal.
  296   Por bueno que es Celinos,    vos sois de tan buen linaje,
     y tenéis dos tantas tierras    y dineros que gastar.
  298   Nosotros vos prometemos    con sacramento leal,
     que somos diez mil caballeros,    y franceses naturales;
  300   de por vos perder la vida    y cuanto tenemos gastar,
     quitando al emperador,    contra cualquier otro grande.--
  302   El conde desque esto oyera,    respuesta ninguna hace;
     da de espuelas al caballo,    va por el camino adelante.
  304   La vuelta va de París    como aquel que bien la sabe.
     Cuando fue a una jornada    de las cortes del emperante,
  306   otra vez llega a los suyos    y les empieza de hablar:
     --Esforzados caballeros,    una cosa os quiero rogar:
  308   siempre tomé vuestro consejo,    el mío queráis tomar
     porque si entro en París    con ejército real,
  310   saldrá por mí el emperador    con todos los principales.
     Si no me conoce de vista,    conocerme ha en el hablar
  312   y así no sabré de cierto    todo mi bien y mi mal.
     Al que no tiene dineros    yo le daré que gastar:
  314   los unos vuelvan a zaga    los otros pasen adelante,
     los otros en derredor    posad en villas y lugares.
  316   Yo solo con cient caballeros    entraré en la ciudad
     de noche y escurecido    que nadie de mí sepa parte.
  318   Vosotros en ocho días    podreis poco a poco entrar;
     hallaréisme en los palacios    de mi tío don Beltrán,
  320   aparejarvos he posada    y dineros que gastar.
     Todos fueron muy contentos,    pues al conde así le place.
  322   Noche era escurecida    cerca diez horas o más,
     cuando entró el conde Dirlos    en París esa ciudad.
  324   Derecho va a los palacios    de su tío don Beltrán,
     a lo cual atravesaban    por medio de la ciudad.
  326   Vido asomar tantas hachas,    gente de armas mucho más;
     por do él pasar había,    por allí van a pasar.
  328   El conde de que los vido    los suyos manda apartar;
     desque todos son pasados    el postrero fue a llamar:
  330   --Por Dios te ruego, escudero,    me digas una verdad:
     ¿quién son esta gente de armas    que agora van por ciudad?--
  332   El escudero que esto oyera    tal respuesta le fue a dar:
     --Señor, la condesa Dirlos    viene del palacio real,
  334   sobre un pleito que traía    con Oliveros y Roldán.
     Los que la llevan en medio    son Reinaldos y don Beltrán:
  336   aquellos que van zagueros    donde tantas lumbres van
     son el infante Gaiferos    y el fuerte Merián.--
  338   El conde de que esto oyera    de la ciudad él se sale.
     Debajo de una espesura    para cabe los adarves,
  340   diciendo está a los suyos:    --No es hora de entrar,
     que desque sean apeados    tornarán a cabalgar.
  342   Yo quiero entrar en hora    que de mí no sepan parte.--
     Allí están razonando    de armas y de hechos grandes
  344   hasta que era medianoche,    los gallos querían cantar.
     Vuelven riendas a los caballos,    y entran en la ciudad.
  346   La vuelta van de los palacios    del buen conde don Beltrán:
     antes de llegar a ellos    de dos calles y aun más,
  348   tantas cadenas hay puestas    que ellos no pueden pasar.
     Lanzas les ponen a los pechos,    no cesando de hablar:
  350   --¡Vuelta, vuelta, caballeros,    que por aquí no hay pasaje!
     que aquí están los palacios    del buen conde don Beltrán,
  352   enemigo de Oliveros,    enemigo de Roldán,
     enemigo de Belardos,    y de Celinos el infante.--
  354   El conde desque esto oyera    presto tal respuesta hace:
     --Ruégote yo, caballero,    que me quieras escuchar:
  356   anda, ve, y dile luego    a tu señor don Beltrán,
     que aquí está un mensajero    que viene de allende el mar:
  358   cartas traigo del conde Dirlos,    su buen sobrino carnal.
     El caballero con placer    empieza de aguijar;
  360   presto las nuevas le daba    al buen conde don Beltrán,
     el cual ya se acostaba    en su cámara real.
  362   Desque tal nueva oyera    tornóse a vestir y calzar;
     caballeros al derredor,    trescientos trae por guardarle;
  364   hachas muchas encendidas    al patín hizo bajar;
     mandó que al mensajero    solo lo dejen entrar.
  366   Cuando fue en el patín    con la mucha claridad
     mirándole está, mirando,    viéndole como salvaje.
  368   Como el que está espantado    a él no se osa llegar;
     bajito el conde le habla    dándole muchas señales.
  370   Conocióle don Beltrán    entonces en el hablar,
     y con los brazos abiertos    corre para le abrazar;
  372   diciéndole está: --¡Sobrino!--,    no cesando de sospirar.
     El conde le está rogando    que nadie de él sepa parte.
  374   Envían presto a las plazas,    carnecerías otro que tal,
     para mercalles de cena    y mándales aparejar.
  376   Mandan que a sus caballeros    todos los dejen entrar;
     que les tomen los caballos    y los hagan bien pensar.
  378   Abren muy grandes estudios,    mándanlos aposentar.
     Allí entra el conde y los suyos,    ningún otro dejan entrar
  380   porque no conozcan el conde    ni de él supiesen parte.
     Veréis todos los del palacio    unos con otros hablar,
  382   si es este el conde Dirlos,    o quién otro puede estar,
     según el recibimiento    lo ha hecho don Beltrán.
  384   Oídolo ha la condesa    a las voces que dan grandes;
     mandó llamar sus doncellas    y encomienza de hablar:
  386   --¿Qué es aquesto, mis doncellas,    no me lo queráis negar,
     que esta noche tanta gente    por el palacio siento andar?
  388   Decidme, ¿do es el señor,    el mi tío don Beltrán?
  390   ¿Si quizá dentro en mis tierras    Roldán ha hecho algún mal?--
     Las doncellas que lo oyeran    atal respuesta le hacen:
  392   --Lo que vos sentís, señora,    no son nuevas de pesar,
     es venido un caballero    así propio como salvaje;
  394   muchos caballeros con él,    ¡gran acatamiento le hacen!
     ¡Muy rica cena le guisa    el buen conde don Beltrán!
  396   Unos dicen que es mensajero    que viene de allende el mar;
     otros que es el conde Dirlos,    nuestro señor natural.
  398   Allá se han encerrado,    que nadie no puede entrar;
     según ven el aparejo    creen todos que es verdad.--
  400   La condesa que esto oyera    de la cama fue a saltar;
     apriesa demanda el vestido,    apriesa demanda el calzar,
  402   muchas damas y doncellas    y empiezan de aguijar.
     A las puertas de los estudios    grandes golpes manda dar,
  404   llamando a don Beltrán,    que dentro la mande entrar.
     No quería el conde Dirlos    que la dejasen entrar.
  406   Don Beltrán salió a la puerta    no cesando de hablar:
  408   --Qué es esto, señora prima?    no tengáis priesa tan grande,
     que aun no sé bien las nuevas    que el mensajero me trae,
  410   porque es de tierras ajenas    y no entiendo el lenguaje.
     Mas la condesa por esto    no quiere sino entrar,
  412   que mensajero de su marido    ella le quiere honrar.
     De la mano la entraba    ese conde don Beltrán.
  414   De que ella es de dentro    al mensajero empieza a mirar;
     él mirar no la osaba,    y no cesa de sospirar,
  416   meneando la cabeza    los cabellos ponía a la faz.
     Desque la condesa oyera    a todos callar y no hablar,
  418   con una voz muy humilde    empieza de razónar:
     --¡Por Dios vos ruego, mi tío,    por Dios vos quiero rogar,
  420   pues que este mensajero    viene de tan luengas partes,
     que si no terná dineros,    ni tuviere qué gastar,
  422   decid, si algo le falta    no cese de demandar!
     Pagarle hemos su gente,    darle hemos que gastar,
  424   pues viene por mi señor,    yo no le puedo faltar
     a él y a todos los suyos,    aunque fuesen muchos más.--
  426   Estas palabras hablando    no cesaba de llorar.
     Mancilla hubo su marido    con el amor que le tiene grande;
  428   pensando de consolarla    acordó de la abrazar,
     y con los brazos abiertos    iba para la tomar.
  430   La condesa espantada    púsose tras don Beltrán:
     el conde con grandes sospiros    comenzóle de hablar:
  432   --¡So fuyades, la condesa,    ni os queráis espantar,
     que yo soy el conde Dirlos,    vuestro marido carnal!
  434   Estos son aquellos brazos    en que soléades holgar.--
     Con las manos se aparta    los cabellos de la haz;
  436   conociólo la condesa    entonces en el hablar.
     En sus brazos ella se echa    no cesando de llorar.
  438   --¿Qué es aquesto, mi señor?    ¿Quién vos hizo ser salvaje?
     ¡No es este aquel gesto    que vos teníades ante!
  440   Quiten vos aquestas armas,    otras luego os quieran dar;
     traigan de aquellos vestidos    que solíades llevar.--
  442   Ya les paraban las mesas,    ya les daban a cenar,
     cuando empezó la condesa    a decir y a hablar:
  444   --¡Cierto parece, señor,    que lo hacemos muy mal,
     que el conde está ya en sus tierras    y en la su heredad,
  446   que no avisemos aquellos    que su honra quieren mirar!
     No lo digo aun por Gaiferos,    ni por su hermano Merián,
  448   sino por el esforzado    Renaldos de Montalván.
     ¡Bien sabedes, señor tío,    cuánto se quiso mostrar,
  450   siendo siempre con nosotros    contra el paladín Roldán!--
     Llaman luego dos caballeros    de aquesos más principales,
  452   el uno envían a Gaiferos,    otro a Renaldos de Montalván.
     Apriesa viene Gaiferos,    apriesa y no de vagar;
  454   desque vido la condesa    en brazos de aquel salvaje,
     a ellos él se allega    y empezóles de hablar.
  456   Desque el conde lo vido,    levantóse a abrazarle;
     desque se han conocido    grande acatamiento se hacen.
  458   Ya puestas eran las mesas,    ya les daban a cenar;
     la condesa lo servía    y estaba siempre delante
  460   cuando llegó don Renaldos,    Renaldos de Montalván,
     y desque el conde lo vido    hubo un placer muy grande.
  462   Con una voz amorosa    le empezara de hablar:
     --¡Oh esforzado conde Dirlos    de vuestra venida me place,
  464   aunque agora vuestros pleitos    mejor se podrán librar!
     Mas si yo fuera creído,    fueran fechos antes de vos llegar,
  466   o no me hallárdes vivo,    o al paladín Roldán.--
     El conde desque esto oyera    grandes mercedes le hace
  468   diciendo: --Juramento ha hecho    sobre un libro misal,
     de jamás se quitar las armas,    ni con la condesa holgar,
  470   hasta que haya complido    toda la su voluntad--
     El concierto que ellos tienen    por mejor y natural
  472   es que en el otro día,    cuando yante el emperante,
     vaya el conde a palacio    por la mano le besar.
  474   Toda la noche pasaron    descansando, en hablar,
     cuando vino el otro día,    a la hora del yantar.
  476   Cabalgara el conde Dirlos,    ¡muy lucidas armas trae!
     y encima un collar de oro    y una ropa rozagante,
  478   solo con cient caballeros,    que no quiere llevar más;
     a la parte izquierda Gaiferos,    a la derecha don Beltrán,
  480   viénense a los palacios    de Carlos el emperante.
     Cuantos grandes allí hallan    acatamiento le hacen
  482   por honra de don Gaiferos,    que era suya la ciudad.
     Cuando son a la gran sala    hallan allí al emperante
  484   asentado a la mesa,    que le daban a yantar.
     Con él está Oliveros,    con él está don Roldán,
  486   con él está Valdovinos    y Celinos el infante,
     con él estaban muchos grandes    de Francia la natural.
  488   Y entrando por la sala    grande reverencia hacen,
     saludan al emperador    los tres juntos a la par.
  490   Desque don Roldán los vido    presto se fue a levantar;
     apriesa demanda a Celinos    no cesando de hablar:
  492   --Cabalgad presto, Celinos,    no estéis más en la ciudad,
     que quiero perder la vida,    si bien miráis las señales,
  494   si aquel no es el conde Dirlos    que viene como salvaje.
     Yo quedaré por vos, primo,    a lo que querrán demandar.
  496   Ya, cabalgaba Celinos,    y sale de la ciudad:
     con él va gran gente de armas    por haberlo de guardar.
  498   El conde y don Gaiferos    lléganse al emperante,
     la mano besar le quieren    y él no se la quiere dar;
  500   mas está muy maravillado,    diciendo: --¿Quién puede estar?
     El conde que así lo vido    empezóle de hablar:
  502   --No se maraville vuestra Alteza,    que no es de maravillar,
     que quien dijo que era muerto,    mentira dijo y no verdad.
  504   Señor, yo soy el conde Dirlos,    vuestro servidor leal;
     mas los malos caballeros    siempre presumen el mal.--
  506   Conocídolo han todos    entonces en el hablar.
     Levantóse el emperador    y empezó de abrazarle,
  508   y mandó salir a todos    y las puertas bien cerrar.
     Sólo queda Oliveros    y el paladín Roldán,
  510   el conde Dirlos y Gaiferos,    y el buen viejo don Beltrán.
     Asentóse el emperador    y a todos manda posar;
  512   entonces con voz humilde    le empezó de hablar:
     --Esforzado conde Dirlos,    de vuestra venida me place,
  514   aunque de vuestro enojo    no es de tener pesar,
     porque no hay cargo ninguno,    ni vergüenza otro que tal,
  516   que si casó la condesa    no cierto a su voluntad,
     sino a porfía mía    y a ruego de don Roldán,
  518   y con tantas condiciones    que sería largo de contar,
     por do siempre ha mostrado    teneros amor muy grande.
  520   Si ha errado Celinos,    hízolo con mocedad;
     en escribir que érades muerto,    pues que no era verdad,
  522   mas por eso nunca quise    a ella dejar tocar,
     ni menos a los desposorios    a él no dejé estar;
  524   mas por él fue presentado    ese paladín Roldán.
     Mas la culpa, conde, es vuestra    y a vos os la debéis dar;
  526   para ser vos tan discreto,    esforzado y de linaje,
     dejastes mujer hermosa,    moza y de poca edad.
  528   Si de vista no la visitastes,    de cartas la debíades visitar.
     Si supiera que a la partida    llevábades tan gran pesar,
  530   no os enviara yo, el conde,    que otros pudiera enviar;
     mas por ser buen caballero    solo a vos quise enviar.--
  532   El conde de que esto oyera    atal respuesta le hace:
     --¡Calle, calle vuestra Alteza!,    ¡buen señor, no diga tal!
  534   que no cabe quejar de Celinos    por ser de tan poca edad,
     que con tales caballeros    yo no me acostumbro honrar;
  536   mas por él está aquí Oliveros,    y por él está don Roldán,
     que son buenos caballeros    y los tengo yo por tales.
  538   ¡Consentir ellos tal carta!    y ¡consentir tan gran maldad!
     ¡O me tenían en poco,    o me tienen por cobarde,
  540   que sabiendo que era vivo    no se lo osaría demandar!
     Por eso suplico a tu Alteza    campo nos quiera otorgar;
  542   pues por él el pleito toman,    el campo pueden aceptar;
     si quieren uno por uno,    o los dos juntos a la par,
  544   no perjudicando a los míos    aunque haya hartos de linaje,
     que a esto y mucho más que esto    recaudo bastan a dar.
  546   Porque conozcan que sin parientes,    amigos no me han de faltar,
     tomaré al esforzado    Renaldos de Montalván.--
  548   Don Roldán que esto oyera    con gran enojo y pesar,
     no por lo que el conde dijo,    que con razón lo veía estar,
  550   mas en nombrarle Renaldos,    vuelto se le ha la sangre
     porque los que mal le quieren,    cuando le quieren hacer pesar
  552   luego lo dan por los ojos    Renaldos de Montalván.
     Movido de muy gran saña    luego habló don Roldán:
  554   --Soy contento, el conde Dirlos,    y tomad este mi guante,
     y agradeced que sois venido    tan presto sin más tardar,
  556   que a pesar de quien pesare,    yo los hiciera casar
     sacando a don Gaiferos,    sobrino del emperante.
  558   --Calledes--, dijo Gaiferos,    --Roldán, no digáis atal.
     Por ser soberbio y descortés    mal vos quieren los doce pares;
  560   que otros tan buenos como vos    defienden la otra parte,
     que yo faltar no les puedo,    ni dejar pasar lo tal.
  562   Aunque mi primo es Celinos,    hijo de hermana de madre,
     bien sabéis que el conde Dirlos    es hijo de hermano de padre,
  564   por ser hermano de padre,    no le tengo de faltar,
     ni porque no pase la vuestra,    que a todos ventaja queréis llevar.--
  566   El conde Dirlos el guante toma,    y de la sala se sale,
     tras él iba Gaiferos,    y tras él va don Beltrán.
  568   Triste está el emperador,    haciendo llantos muy grandes,
     viendo a Francia revuelta    y a todos los doce pares.
  570   Desque Renaldos lo supo    hubo de ello placer grande:
     al conde palabras decía,    mostrando tener voluntad:
  572   --Esforzado conde Dirlos,    de lo que habéis hecho me place
     y muy mucho más del campo    contra Oliveros y Roldán.
  574   Una cosa rogar vos quiero,    no me la queráis negar;
     pues no es principal Oliveros,    ni menos es don Roldán,
  576   sin perjudicar vuestra honra    con cualquier podéis pelear:
     tomad vos a Oliveros,    y dejadme a don Roldán.--
  578   --Pláceme--, dijo el conde,    --Renaldos, pues a vos place.--
     Desque supieron las nuevas    los grandes y principales
  580   que es venido el conde Dirlos,    y que está ya en la ciudad,
     veréis parientes y amigos    qué grandes fiestas le hacen.
  582   Los que a Roldán mal quieren    al conde Dirlos hacen parte,
     por lo cual toda la Francia    en armas veréis estar.
  584   Mas si los doce quisieran,    bien los podían paciguar;
     mas ninguno por paz se pone,    todos hacen parcialidad
  586   sino el arzobispo Turpín,    que es de Francia cardenal,
     sobrino del emperador,    en esfuerzo principal,
  588   que sólo aquel se ponía    si los podía apaciguar;
     mas ellos escuchar no quieren,    tanto se han mala voluntad.
  590   Veréis ir dueñas y doncellas    a unos y a otros rogar.
     Ni por ruegos ni por cosas    no los pueden apaciguar.
  592   Sobre todos mostraba saña    el esforzado Merián,
     hermano del conde Dirlos    y hermano de Durandarte,
  594   aunque por diferencias    no se solían hablar,
     de que sabe lo que ha dicho    en el palacio real,
  596   que si el conde más tardara,    el casamiento ficiera pasar
     a pesar de todos ellos    y a pesar de don Beltrán.
  598   Por esto cartas envía    con palabras de pesar,
     que aquello que él ha dicho    no lo basta hacer verdad;
  600   que aunque el conde no viniera    había quien lo demandar.
     El emperador que lo supo    muy grandes llantos que hace;
  602   por perdida dan a Francia    y a toda la cristiandad.
     Dicen que alguna de las partes    con moros se irá a juntar.
  604   Triste iba y pensativo,    no cesando el sospirar;
     mas los buenos consejeros    aprovechan a la necesidad.
  606   Consejan al emperador    el remedio que ha de tomar:
     que mande tocar las trompetas    y a todos mande juntar,
  608   y al que luego no viniere    por traidor lo mande dar;
     que le quitará las tierras    y le mandará desterrar;
  610   mas todos son muy leales,    que todos juntado se han.
     El emperador en medio de ellos    llorando empezó de hablar:
  612   --¡Esforzados caballeros    y los mis primos carnales!
     entre vosotros no hay diferencia,    vosotros la queréis buscar:
  614   todos sois muy esforzados,    todos primos y de linaje,
     acuérdeseos de morir    y que a Dios hacéis pesar,
  616   no sólo en perder a vosotros,    mas a toda la cristiandad.
     Una cosa rogar os quiero,    no vos queráis enojar:
  618   que sin mi licencia en Francia    campo no se puede dar.
     De tal campo no soy contento,    ni a mí cierto me place
  620   porque yo no veo causa    porque lo haya de dar,
     ni hay vergüenza ninguna    que a nadie se pueda dar,
  622   ni al conde han enojado    Oliveros ni Roldán,
     ni el conde a ellos menos    porque se hayan de matar.
  624   De ayudar a sus amigos    ya usanza es atal.
     Si Celinos ha errado    con amor y mocedad,
  626   pues no ha tocado a la condesa,    no ha hecho tanto mal
     que de ello merezca muerte,    ni se la deben de dar.
  628   Ya sabemos que el conde Dirlos    es esforzado y de linaje,
     y de los grandes señores    que en Francia comen pan,
  630   que quien a él enojare    él le basta a enojar,
     aunque fuese el mejor caballero    que en el mundo se hallase.
  630   Mas porque sea escarmiento    a otros hombres de linaje,
     que ninguno sea osado,    ni pueda hacer lo tal
  634   si estimare su honra    en esto no osara entrar,
     que mengüemos a Celinos    por villano, y no de linaje;
  636   que en el número de los doce    no se haya de contar,
     ni cuando el conde fuere en cortes    Celinos no haya de estar,
  638   ni do fuere la condesa    él no pueda habitar.
     Y esta honra, el conde Dirlos,    para siempre os la darán.--
  640   Don Roldán desque esto oyera    presto tal respuesta hace:
     --Más quiero perder la vida    que tal haya de pasar.--
  642   El conde Dirlos que lo oyera    presto se fue a levantar,
     y con una voz muy alta    empezara de hablar:
  644   --Pues requiéroos, don Roldán,    por mí y el de Montalván:
     que de hoy en los tres días    en campo hayáis de estar;
  646   si no, a vos y a Oliveros    daros hemos por cobardes.
     --Pláceme--, dijo Roldán,    --y aun si queredes antes.--
  648   Veréis llantos en el palacio,    que al cielo quieren llegar;
     dueñas y grandes señoras    casadas y por casar,
  650   de maridos e hijos    las veréis arrodillar.
     Gaiferos fue el primero    que ha mancilla de su madre,
  652   asimesmo don Beltrán    de su hermana carnal,
     don Roldán de su esposa    que tan tristes llantos hace.
  654   Retíranse entonces todos    para irse aposentar;
     los valedores hablando    a voz alta y sin parar:
  656   --Mejor es, buenos caballeros,    vos hayamos apaciguar,
     pues no hay cargo ninguno,    que todo se haya de dejar.
  658   Entonces dijo Roldán    que es contento y que le place,
     con aquesta condición,    y esto se quiere aturar,
  660   porque Celinos es mochacho    de quince años y no más,
     y no es para las armas,    ni aun para pelear:
  662   que fasta veinte y cinco años,    y fasta en aquella edad,
     que en el número de los doce    no se haya de contar,
  664   ni en la mesa redonda    menos pueda comer pan;
     ni donde fuere el conde y condesa    Celinos no pueda estar:
  666   desque fuere de veinte años    o puesto en mejor edad,
     si estimare su honra    que lo pueda demandar,
  668   y que entonces por las armas    cada cual defienda su parte
     porque no diga Celinos    que era de menor edad.
  670   Todos fueron muy contentos,    y a ambas partes les place.
     Entonces el emperador    a todos los hace abrazar;
  672   todos quedan muy contentos,    todos quedan muy iguales.
     Otro día el emperador    muy real sala les hace
  674   a damas y caballeros    convídalos a yantar.
     El conde se afeita las barbas,    los cabellos otro que tal,
  676   la condesa en las fiestas    sale muy rica y triunfante.
     Los mestrasalas que servían    de parte del emperante:
  678   el uno es don Roldán,    y Renaldos de Montalván,
     por dar más avinenteza    que hubiesen de hablar.
  680   Cuando hubieron yantado,    antes de bailar ni danzar,
     se levantó el conde Dirlos    delante todos los grandes
  682   y al emperador entregó    de las villas y lugares
     las llaves de lo ganado    del rey moro Aliarde;
  684   por lo cual el emperador    de ello le da muy gran parte
     y él a sus caballeros    grandes mercedes les hace.
  686   Los doce tenían en mucho    la gran victoria que trae.
     De allí quedó con gran honra    y mayor prosperidad.

Variantes: -8a áis. Canc. de rom. de 1550; -9b lo. Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550; -12a Deseximiento. Canc. de rom. s. a. y ed. de 1554. En la de la. Flor; hay también: desafiamiento; -34b esa. Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550; -42a quedáis. Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550, Flor; -112a Palabras. Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550, Flor; -118a Juramento. Silva, Flor; -136a la. falta en el Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550; -138b que falta en el Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550 y en la Flor; -145b Este verso falta en Silva, en el Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550 y está tomado de las ed. post. del Canc. de rom.; En la Flor faltan los versos desde el que dice: Tan grande parte da al chico hasta el que dice: tan triste vida hacía; -172b llegados Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550, Flor; -175b es gran Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550; -176a todo Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550, Flor; -177a tenía Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550; -180a tenía Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550; -189b llorando el conde de sus ojos / le empieza de hablar. Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550; -195b ninguno me conocerán. Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550; nadie me conocerá. Flor; -200a porque he hecho un mal sueño. Flor; -201a Con el alegrir. Canc. de rom.,ed. post. En la alegría. Flor; -222a aquestas. Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550, Flor; -236b podían. . Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550; -243a Carlos Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550; -255b Grimalde. Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550; Grimaldos. Flor; -261b Flor. querían. Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550 Flor; -262b Flor. Carlos. Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550, Flor; -263b s. a. y de allende. Silva de 1550; -266b grandes disparates. Flor; -314a a caza. Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550; -315b Pasad. Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550 s. a. y por las villas. Ed. posteriores del Canc. de rom. En la Flor este verso y el que antecede son enteramente desfigurados, pues dicen: otros al redededor poseen (sic, l. posen) / en las villas y y lugar; -318b podéis. Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550, Flor; -335b Roldán. Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550. Claro está que la buena lección es la de la Silva y de la Flor; -375a mercarles. Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550; por mercarles Flor; -398a ha. Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550; -422a nada. Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550; -531a ser vos. Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550; -535b no me acostumbro. Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550; -541a vuestra. Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550; -541b me. Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550, Flor; -551a mal se Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550; -567a guía. Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550 aguija. r Flor; -610b juntos. Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550; -618a sin mis leyes de Francia. Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550; -621a ni injuria Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550; no hay agravio, ni injuria Flor; -621b ninguno. Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550; -634a estimara. Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550; -637b pueda. Canc. de rom. s. a. y ed. de 1550, Flor; -679a aviventeza. Canc. de rom. s. a. y ed. de 155. En la. Flor faltan los versos desde el que dice: Los mestrasalas que servían, hasta el que dice: que hubiesen de hablar.
Notas: *El asunto de este romance tiene afinidad con aquellas leyendas de una peregrinación al oriente de las cuales bajo este epígrafe (Die Fahrt in den Osten) ha tratado el erudito profesor D. Guillermo Müller en su obra intitulada: Neidersachsische Sagen und Märchen (Gotinga, 1855. pag. 389 sig.).
** En la Flor. se dice siempre conde Irlos.
*** Dardín Dardeña Flor.

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0088:1 Marqués de Mantua (á)            (ficha no.: 1589)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Silva de 1550 t. II. f. 122 (Romance del Marqués de Mantua); Canc. de rom. s. a. f. 29; Canc. de rom. 1550 f. 29 y Floresta de varios romances. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 165, vol. II, pp. 171-195.  818 hemist.  Música registrada.

     De Mantua salió el marqués,    Danés Urgel el leal;
  2   allá va a buscar la caza    a las orillas del mar.
     Con él van sus cazadores    con aves para volar;
  4   con él van los sus monteros    con perros para cazar;
     con él van sus caballeros    para haberlo de guardar.
  6   Por la ribera del Pou    la caza buscando van.
     El tiempo era caluroso,    víspera era de Sant Juan.
  8   Métense en una arboleda    para refresco tomar;
     al derredor de una fuente    a todos mandó asentar.
  10   Viandas aparejadas    traen, procuran yantar.
     Desque hubieron yantado    comenzaron de hablar
  12   solamente de la caza    cómo se ha de ordenar.
     Al pie están de una breña    que junto a la fuente está;
  14   oyeron un gran ruido    entre las ramas sonar.
     Todos estuvieron quedos    por ver qué cosa será;
  16   por las más espesas matas    veen un ciervo asomar.
     De sed venía fatigado,    al agua se iba a lanzar;
  18   los monteros a gran priesa    los perros van a soltar.
     Sueltan lebreles sabuesos    para le haber de tomar.
  20   El ciervo que los sintió    al monte se vuelve a entrar;
     caballeros y monteros    comienzan de cabalgar.
  22   Siguiéndole iban el rastro    con gana de lo alcanzar;
     cada uno va corriendo    sin uno a otro esperar.
  24   El que traía buen caballo    corría más por le atajar;
     apártanse unos de otros    sin al marqués aguardar.
  26   El ciervo era muy ligero,    mucho se fue adelantar;
     al ladrido de los perros    los más siguiendo le van.
  28   El monte era muy espeso,    todos perdido se han.
     El sol se quería poner,    la noche quería cerrar,
  30   cuando el buen marqués de Mantua    solo se fuera, a fallar
     en un bosque tan espeso    que no podía caminar.
  32   Andando a un cabo y a otro,    mucho alejado se ha;
     tantas vueltas iba dando    que no sabe donde está.
  34   La noche era muy escura,    comenzó recio a tronar;
     el cielo estaba nublado,    no cesa de relampaguear.
  36   El marqués que así se vido    su bocina fue a tomar;
     a sus monteros llamando.    tres veces la fue a tocar.
  38   Los monteros eran lejos,    por demás era el sonar;
     el caballo iba cansado    de por las breñas saltar;
  40   a cada paso caía,    no se podía menear.
     El marqués muy enojado    la rienda le fue a soltar;
  42   por do el caballo quería    lo dejaba caminar.
     El caballo era de casta,    esfuerzo fuera a tomar.
  44   Diez millas ha caminado    sin un momento parar;
     no va, camino derecho    mas por do podía andar.
  46   Caminando todavía    un camino va a topar;
     siguiendo por el camino    va a dar en un pinar.
  48   Por él anduvo una pieza    sin poder d`él se apartar.
     Pensó reposar allí    o adelante pasar,
  50   mas por buscar a los suyos    adelante quiere andar.
     Del pinar salió muy presto,    por un valle fuera a entrar,
  52   cuando oyó dar un gran grito    temeroso y de pesar,
     sin saber que de hombre fuese,    o qué pudiese estar.
  54   Solo gran dolor mostraba,    otro no pudo notar,
     de que se turbó el marqués,    todo espeluzado se ha;
  56   mas aunque viejo de días    empiézase de esforzar.
     Por su camino adelante    empieza de caminar.
  58   A pie va que no a caballo,    el caballo va a dejar
     porque estaba muy cansado    y no podía bien andar;
  60   en un prado que allí estaba    allí lo fuera a dejar.
     Cuando llegó a un río,    en medio de un arenal
  62   un caballo vido muerto,    comenzóle de mirar.
     Armado estaba de guerra    a guisa de pelear;
  64   los brazos tenía cortados,    las piernas otro que tal;
     un poco más adelante    una voz sintió hablar:
  66   --¡Oh Santa María Señora,    lo me quieras olvidar!
     ¡A ti encomiendo mi alma,    plégate de la guardar!
  68   En este trigo de muerte    esfuerzo me quieras dar;
     pues a los tristes consuelas,    quieras a mí consolar
  70   y tu muy precioso Hijo    por mí te plega rogar
     que perdone mis pecados,    mi alma quiera salvar.--
  72   Cuando aquesto oyó el marqués    luego se fuera apartar;
     revolvióse el manto al brazo    la espada fuera, a sacar.
  74   Apartado del camino,    por el monte fuera a entrar;
     hacia do sintió la voz    empieza de caminar.
  76   Las ramas iba cortando    para la vuelta acertar;
     a todas partes miraba    por ver qué cosa será;
  78   el camino por do iba    cubierto de sangre está.
     Vínole grande congoja,    todo se fue a demudar,
  80   que el espíritu le daba    sobresalto de pesar.
     De donde la voz oyera    muy cerca fuera a llegar;
  82   al pie de unos altos robles    vido un caballero estar,
     armado de todas armas    sin estoque ni puñal.
  84   Tendido estaba en el suelo,    no cesa de se quejar;
     las lástimas que decía    al marqués hacen llorar.
  86   Por entender lo que dice    acordó de se acercar.
     Atento estaba escuchando    sin bullir ni menearse
  88   lo que decía el caballero    razón es de lo contar.
     --¿Dónde estás, señora mía,    que no te pena mi mal?
  90   De mis pequeñas heridas    compasión solías tomar,
     ¡agora de las mortales    no tienes ningún pesar!
  92   No te doy culpa, señora,    que descanso en el hablar;
     mi dolor que es muy sobrado    me hace desatinar.
  94   Tú no sabes de mi mal    ni de mi angustia mortal;
     yo te pedí la licencia    para mi muerte buscar.
  96   Pues yo la hallé, señora,    a nadie debo culpar,
     cuanto más a ti, mi bien,    que no me la querías dar;
  98   mas cuando más no podiste    bien sentí tu gran pesar
     en la fe de tu querer,    según te vi demostrar.
  100   ¡Esposa mía y señora!    no cures de me esperar;
     fasta el día del juicio    no nos podemos juntar.
  102   Si viviendo me quisiste,    al morir lo has de mostrar,
     no en hacer grandes extremos,    mas por el alma rogar.
  104   ¡Oh mi primo Montesinos,    Infante don Merín,
     deshecha es la compañía    en que solíamos andar!
  106   ¡Ya no esperéis más de verme    no os cumple más de buscar,
     que en balde trabajaréis    pues no me podréis hallar!
  108   ¡Oh esforzado don Renaldos!    ¡Oh buen paladín Roldán!
     ¡Oh valiente don Urgel!    ¡Oh don Ricardo Normante!
  110   ¡Oh marqués don Oliveros!    ¡Oh Durandarte el galán!
     ¡Oh archiduque don Estolfo!    ¡Oh gran duque de Milán!
  112   ¿Dónde sois todos vosotros?    ¿No venís a me ayudar?
     ¡Oh emperador Carlo Magno,    mi buen señor natural,
  114   si supieses tú mi muerte    cómo la harías vengar!
     Aunque me mató tu hijo    justicia querrías guardar,
  116   pues me mató a traición    viniéndole acompañar.
     ¡Oh principe don Carloto!    ¿qué ira tan desigual
  118   te movió sobre tal caso    a quererme así matar,
     rogándome que viniese    contigo por te guardar?
  120   ¡Oh desventurado yo,    cómo venía sin cuidar
     que tan alto caballero    pudiese hacer tal maldad!
  122   Pensando venir a caza,    mi muerte vine a cazar.
     No me pesa del morir    pues es cosa natural,
  124   ¡mas por morir como muero    sin merecer ningún mal
     y en tal parte donde nunca    la mi muerte se sabrá!
  126   ¡Oh alto Dios poderoso,    justiciero y de verdad,
     sobre mi muerte inocente    justicia quieras mostrar!
  128   ¡De esta ánima pecadora    quieras haber piedad!
     ¡Oh triste reina mi madre,    Dios te quiera consolar,
  130   que ya es quebrado el espejo    en que te solías mirar!
     Siempre de mí recelaste    recebir algún pesar,
  132   ¡agora de aquí adelante    no te cumple recelar!
     En las justas y torneos    consejo me solías dar,
  134   ¡agora triste en la muerte    aun no me puedes hablar!
     ¡Oh noble marqués de Mantua,    mi señor tío carnal!
  136   ¿dónde estaís que no ois    mi doloroso quejar?
     ¡Qué nueva tan dolorosa    vos será de gran pesar,
  138   cuando de mí no supiérdes    ni me pudiérdes hallar!
     Hecístesme heredero    por vuestro Estado heredar,
  140   ¡mas vos lo habréis de ser mío    aunque sois de más edad!
     ¡Oh mundo desventurado,    nadie debe en ti fiar:
  142   al que más subido tienes    mayor caída haces dar!
     Estas palabras diciendo    no cesa de sospirar,
  144   sospiros muy dolorosos    para el corazón quebrar.
     Turbado estaba el marqués,    no pudo más escuchar;
  146   el corazón se le aprieta,    la sangre vuelta se le ha.
     A los pies del caballero    junto se fue a llegar;
  148   con la voz muy alterada    empezóle de hablar:
     --¿Qué mal tenéis?, caballero,    ¿querádesmelo contar?
  150   ¿Tenéis heridas de muerte,    o tenéis otro algún mal?--
     Cuando lo oyó el caballero    la cabeza probó alzar;
  152   pensó que era su escudero,    tal respuesta lo fue a dar:
     --¿Qué dices, amigo mío?    ¿Traes con quien me confesar?
  154   Que ya el alma se me sale,    la vida quiero acabar;
     del cuerpo no tengo pena,    que el alma querría salvar.
  156   Luego le entendió el marqués    por otro le fuera a tomar;
     respondióle muy turbado    que apenas pudo hablar:
  158   --Yo no soy vuestro criado,    nunca comí vuestro pan;
     antes soy un caballero    que por aquí acerté a pasar.
  160   Vuestras voces dolorosas    aquí me han hecho llegar,
     a saber qué mal tenéis    o de qué es vuestro penar.
  162   Pues que caballero sois    querades vos esforzar,
     que para esto es este mundo    para bien y mal pasar.
  164   Decidme, señor, quién sois    y de qué es vuestro mal,
     que si remediarse puede,    yo os prometo de ayudar.
  166   No dudéis, buen caballero,    de decirme la verdad.--
     Tornara en sí Valdovinos,    respuesta le fuera a dar:
  168   --Muchas mercedes, señor,    por la buena voluntad;
     mi mal es crudo y de muerte,    no se puede remediar.
  170   Veinte y dos feridas tengo    que cada una es mortal;
     el mayor dolor que siento,    es morir en tal lugar,
  172   do no se sabrá mi muerte    para poderse vengar,
     porque me han muerto a traición    sin merescer ningún mal.
  174   A lo que habéis preguntado    por mi fe os digo verdad,
     que a mí dicen Valdovinos,    que el Franco solían llamar:
  176   hijo soy del rey de Dacia,    hijo soy suyo carnal;
     uno de los doce pares    que a la mesa comen pan.
  178   La reina doña Ermeline    es mi madre natural,
     el noble marqués de Mantua    era mi tío carnal,
  180   hermano era de mi padre    sin en nada discrepar;
     la linda infanta Sevilla    es mi esposa sin dudar.
  182   Hame ferido Carloto    su hijo del emperante,
     porque él requirió de amores    a mi esposa con maldad;
  184   porque no le dio su amor    él en mí se fue, a vengar
     pensando que por mi muerte    con ella había de casar.
  186   Hame muerto a traición    viniendo yo a le guardar,
     porque él me rogó en París    le viniese acompañar
  188   a dar fin a una aventura    en que se quería probar.
     Quien quier que seais, caballero,    la nueva os plega llevar
  190   de mi desastrada muerte    a París esa ciudad,
     y si hacia París no fuerdes    a Mantua la iréis a dar,
  192   que el trabajo que ende habréis    muy bien vos lo pagarán,
     y si no quisiérdes paga,    bien se vos agradecerá.--
  194   Cuando aquesto oyó el marqués    la habla perdido ha,
     en el suelo dio consigo,    la espada fue arrojar,
  196   las barbas de la su cara    empezólas de arrancar,
     los sus cabellos muy callo    comiénzalos de mesar.
  198   A cabo de una gran pieza    en pie se fue a levantar;
     allegóse al caballero    por las armas le quitar.
  200   Desque le quitó el almete    comenzóle de mirar:
     estaba bañado en sangre    con la color muy mortal;
  202   estaba desfigurado,    no lo podía figurar,
     ni le podía conoscer    en el gesto ni el hablar;
  204   dudando estaba dudando    si era mentira o verdad.
     Con un paño que traía    la cara le fue a limpiar:
  206   desque la hubo limpiado    luego conocido lo ha.
     En la boca lo besaba,    no cesando de llorar,
  208   las palabras que decía    dolor es de las contar:
     --¡Oh sobrino Valdovinos,    mi buen sobrino carnal!
  210   ¿Quién vos trató de tal suerte?    ¿Quién vos trajo a tal lugar?
     ¿Quién es el que a vos mató    que a mi vivo fue a dejar?
  212   ¡Mas valiera la mi muerte    que la vuestra en tal edad!
     ¿No me conocéis, sobrino?    ¡Por Dios me queráis hablar!
  214   --Yo soy el triste marqués    que tío solíades llamar,
     yo soy el marqués de Mantua    que debo de reventar
  216   llorando la vuestra muerte    por con vida no quedar.
     ¡Oh desventurado viejo!    ¿Quién me podrá conortar?,
  218   que pérdida tan crecida    más dolor es consolar.
     Yo la muerte de mis hijos    con vos podría olvidar.
  220   Agora, mi buen señor,    de nuevo habré de llorar.
     A vos tenía por sobrino    para mi estado heredar;
  222   agora por mi ventura    yo vos habré de enterrar.
     Sobrino, de aquí adelante    yo no quiero vivir más;
  224   ven, muerte, cuando quisieres,    no te quieras detardar;
     ¡mas al que menos te teme    le huyes por más penar!
  226   ¿Quién le llevará las nuevas    amargas de gran pesar?
     A la triste madre vuestra    ¿quién la podrá consolar?
  228   Siempre lo oí decir,    agora veo ser verdad,
     que quien larga vida vive    mucho mal ha de pasar.
  230   Por un placer muy pequeño    pesares ha de gustar.
     De estas palabras y otras    no cesaba de hablar,
  232   llorando de los sus ojos    sin poderse conortar.
     Esforzóse Valdovinos    con el angustia mortal;
  234   desque conoció a su tío    alivio fuera a tomar.
     Tomóle entrambas las manos,    muy recio le fue apretar;
  236   disimulando su pena    comenzó al marqués hablar:
     --No lloredes, señor tío,    por Dios no queráis llorar,
  238   que me dais doblada pena    y al alma hacéis penar;
     mas lo que vos encomiendo    es por mí queráis rogar,
  240   y no me desamparéis    en este esquivo lugar;
     fasta que yo haya espirado,    no me querades dejar.
  242   Encomiéndoos a mi madre,    vos la queráis consolar,
     que bien creo que mi muerte    su vida habrá de acabar;
  244   encomiéndoos a mi esposa,    por ella queráis mirar;
     el mayor dolor que siento    es no la poder hablar.
  246   Ellos estando en aquesto    su escudero fue a llegar.
     Un ermitaño traía    que en el bosque fue a hallar,
  248   hombre de muy santa vida    de órden sacerdotal.
     Cuando llegó el ermitaño    el alba quería quebrar.
  250   Esforzando a Valdovinos    comenzóle amonestar
     que olvidase aqueste mundo    y de Dios se quiera acordar.
  252   Aparte se fue el marqués    por dalles mejor lugar;
     el escudero a otra parte    también se fuera apartar.
  254   E marqués de quebrantado    gran sueño le fue a tomar.
     Confesóse Valdovinos    a toda su voluntad.
  256   Estando en su confesión,    ya que quería acabar,
     las angustias de la, muerte    comienzan de le aquejar.
  258   Con el dolor que sentía    una gran voz fuera a dar;
     llama a su tío el marqués,    comenzó así de hablar:
  260   --Adiós, adiós, mi buen tío,    adiós vos queráis quedar,
     que yo me voy de este mundo    para la mi cuenta dar.
  262   Lo que vos ruego y encomiendo    no lo queráis olvidar;
     dadme vuestra bendición,    la mano para besar.
  264   Luego perdiera el sentido,    luego perdiera el hablar,
     los dientes se le cerraron,    los ojos vuelto se le han.
  266   Recordó luego el marqués,    a él se fuera a llegar,
     muchas veces lo bendice    no cesando de llorar.
  268   Absolvióle el ermitaño;    por él comienza a rezar.
     A cabo de poco rato    Valdovinos fue a espirar.
  270   El marqués de verlo así    amortecido se ha,
     consuélalo el ermitaño,    muchos ejemplos le da;
  272   el marqués como discreto    acuerdo fuera a tomar,
     pues remediar no se puede,    a haberse de conortar.
  274   Lo que hacía el escudero    lástima era de mirar;
     rescuñaba la su cara,    sus ropas rasgado ha,
  276   sus barbas y sus cabellos    por tierra los va a lanzar.
     A cabo de una gran pieza,    que ambos cansados están,
  278   el marqués al ermitaño    comienza de preguntar:
     --Pídoos por Dios, padre honrado,    respuesta me queráis dar.
  280   ¿Dónde estamos, o en qué reino,    en qué señorío o lugar?
     ¿Cómo se llama esta tierra?    ¿Cuya es, y a qué mandar?--
  282   El ermitaño responde:    --Pláceme de voluntad:
     debéis de saber, señor,    que esta es tierra sin poblar;
  284   otro tiempo fue poblada,    despoblóse por gran mal,
     por batallas muy crueles    que hubo en la cristiandad.
  286   A esta llaman la Floresta    sin ventura y de pesar,
     porque nunca caballero    en ella se acaeció entrar
  288   que saliese sin gran daño    o desastre desigual.
     Esta tierra es del marqués    de Mantua, la gran ciudad:
  290   fasta Mantua son cien millas,    sin poblado ni lugar,
     sino sola una ermita    que a seis millas de aquí está,
  292   donde yo hago mi vida    por del mundo me apartar.
     El más cercano poblado    a veinte millas está;
  294   es una villa cercada    del ducado de Milán.
     Ved lo que queréis, señor,    en que yo os pueda ayudar,
  296   que por servicio de Dios    lo haré de voluntad,
     y por vuestro acatamiento,    y por hacer caridad.--
  298   El marqués que aquesto oyera    comenzóle de rogar
     que no recibiese pena    de con el cuerpo quedar,
  300   mientra él y el escudero    el caballo van buscar
     que allí cerca había dejado    en un prado a descansar.
  302   Plúgole al ermitaño    allí haberlos de esperar.
     El marqués y el escudero    el caballo van buscar;
  304   por el camino do iban    comenzóle a preguntar:
     --Dígasme, buen escudero,    si Dios te quiera guardar,
  306   ¿qué venía tu señor    por esta tierra buscar
     y por qué causa lo han muerto,    y quién le fuera a matar?
  308   Respondió el escudero,    tal respuesta le fue a dar:
     --Por la fe que debo a Dios    yo no lo puedo pensar,
  310   porque no lo sé, señor;    lo que vi os quiero contar.
     Estando dentro en París    en cortes del emperante,
  312   el príncipe don Carloto    a mi señor envió a llamar.
     Estuvieron en secreto    todo el día en su hablar;
  314   cuando la noche cerró    ambos se fueron a armar.
     Cabalgaron a caballo,    salieron de la ciudad
  316   armados de todas armas    a guisa de pelear.
     Yo salí con Valdovinos    y con Carloto un paje;
  318   ayer hubo quince días    salimos de la ciudad.
     Luego cuando aquí llegamos    a este bosque de pesar,
  320   mi señor y don Carloto    mandaron nos esperar.
     Solos se entraron los dos    por aquel espeso valle;
  322   el paje estaba cansado,    gran sueño le fue a tomar;
     yo pensando en Valdovinos    no podía reposar.
  324   Apartéme del camino    en un árbol fui a pujar,
     a todas partes miraba    cuándo los veria tornar.
  326   A cabo de un gran rato    caballos oí relinchar,
     vi venir tres caballeros    mi señor no vi tornar.
  328   Venían bañados en sangre,    luego vi mala señal:
     el uno era don Carloto,    los dos no pude notar.
  330   Con gran miedo que tenía,    no les osé preguntar
     dó quedaba Valdovinos,    dó le fueran a dejar,
  332   mas abajéme del árbol,    entré por aquel pinar.
     Desque los vi trasponer    yo comencé de buscar
  334   a mi señor Valdovinos,    mas no lo podía hallar:
     El rastro de los caballos    no dejaba de mirar.
  336   A la entrada de un llano,    al pasar de un arenal,
     vi la huella de otro caballo    la cual me pareció mal.
  338   Vi mucha sangre por tierra    de que me fui a espantar;
     en la orilla del río    el caballo fui a hallar,
  340   más adelante no mucho    a Valdovinos vi estar.
     Boca abajo estaba en tierra,    y casi quería espirar,
  342   todo cubierto de sangre    que apenas podía hablar.
     Levantáralo de tierra,    comencéle de limpiar;
  344   por señas me demandó    confesor fuese a buscar.
     Esto es, noble señor,    lo que sé de este gran mal.--
  346   En estas cosas hablando    el caballo van topar.
     Cabalgó en él el marqués,    y a las ancas fuele a tomar;
  348   a do quedó el ermitaño    presto tornado se han.
     Desque hablaron un rato    acuerdo van a tomar
  350   que se fuesen a la ermita,    y el cuerpo allá lo llevar.
     Pónenlo encima el caballo,    nadie quiso cabalgar.
  352   El ermitaño los guía,    comienzan de caminar;
     llevan via de la ermita    apriesa y no de vagar.
  354   Deque allá hubieron llegado    el cuerpo van desarmar.
     Quince lanzadas tenía,    cada una era mortal,
  356   que de la menor de todas    ninguno podría escapar.
     Cuando así lo vio el marqués    traspasóse de pesar;
  358   a cabo de una gran pieza,    un gran suspiro fue a dar.
     Entró dentro en la capilla,    de rodillas se fue a hincar,
  360   puso la mano en una ara    que estaba sobre el altar
     en los pies de un crucifijo    jurando, empezó de hablar:
  362   --Juro por Dios poderoso    por Santa María su Madre,
     y al santo Sacramento    que aquí suelen celebrar,
  364   de nunca peinar mis canas    ni las mis barbas cortar,
     de no vestir otras ropas    ni renovar mi calzar,
  366   de no entrar en poblado    ni las armas me quitar,
     sino fuere una hora    para mi cuerpo limpiar;
  368   de no comer a manteles    ni a mesa me asentar,
     fasta matar a Carloto    por justicia o pelear,
  370   o morir en la demanda    manteniendo la verdad,
     y si justicia me niegan    sobre esta tan gran maldad,
  372   de con mi Estado y persona    contra Francia guerrear,
     y manteniendo la guerra    morir o vencer sin paz.
  374   Y por este juramento    prometo de no enterrar
     el cuerpo de Valdovinos    fasta su muerte vengar.
  376   De que aquesto hubo jurado    mostró no sentir pesar;
     rogando está al ermitaño    que le quisiese ayudar
  378   para llevar aquel cuerpo    al más cercano lugar.
     El ermitaño piadoso    su bestia le fue a dejar;
  380   amortajaron el cuerpo,    en ella lo van a posar.
     Con las armas de Valdovinos    el marqués se fue armar;
  382   cabalgara en su caballo,    comienza de caminar.
     Camino llevan de la villa    que arriba oistes nombrar.
  384   Con él iba el ermitaño    por el camino mostrar.
     Antes que a la villa lleguen    una abadía van fallar
  386   de la órden de Sant Bernardo    que en una montaña está,
     a la bajada de un puerto    y a la entrada de un lugar.
  388   Allá se fue el marqués    y allí acordó quedar
     por estar más encubierto,    y el cuerpo en guarda dejar,
  390   por hacelle un ataúd    y habello de embalsamar.
     Al ermitaño rogaba    dineros quiera tomar;
  392   desque dineros no quiso    sus ricas joyas le da.
     No quiso ninguna cosa,    su bestia fue a demandar;
  394   despidióse del marqués,    a Dios le fue encomendar.
     Después de ser despedido    para su ermita se va;
  396   por el camino do vuelve    a muchos topado ha
     que el marqués iban buscando,    llorando por le hallar.
  398   Muchos por él preguntaban,    las señales ciertas dan;
     por las señas que le dieron    él conocido lo ha,
  400   a todos les respondía:    --Yo vos digo de verdad,
     que un hombre de tales señas,    que no sé quién es ni cuál,
  402   dos días ha que le acompaño    sin saber adónde va;
     dejélo en un abadía    que dicen de Flores Valle,
  404   con un caballero muerto    que acaso fuera a fallar:
     si allá queréis ir, señores,    fallaréislo de verdad.

Variantes: -8b refrescor Canc. de rom. s. a. y 1550; -62a caballero Canc. de rom. s. a. y 1550; -70ay al tu Canc. de rom. s. a. y 1550; -87b meneare Silva; -94a de mi bien Silva; -115b querías Canc. de rom. s. a. y 1550; -119b arguardare Canc. de rom. s. a. y 1550; -178a Ermelina Silva; -213b queráisme Canc. de rom. s. a. y 1550; -214b soléis Canc. de rom. s. a. y 1550; -220a agora de aquí adelante Silva. Agora, mi buen sobrino. Flor; -221ahijo Flor; -227b que es Silva; -273b cordura es se conotar Flor; -324b Puyare Silva, Flor; -333a lo Canc. de rom. s. a. y 1550, Flor; -337a de tres caballos Silva de otros caballo. Canc. de rom. s. a.;de los caballos. Flor; -364b ni las barbas me cortare Silva. Ni de mis barbas cortar. Flor; -367a por un hora Silva. Sólo una hora. Flor; -367b alimpiar Canc. de rom. s. a. y 1550; -373b sin pare. Canc. de rom s. a. y 1550. Vencer, o en ella acabar. Flor; -386a Benito. Flor; -386b aspereza. Flor; -387b que cerca de un valle hay. Flor; -390a hacelle. Flor; -392b algunas. Flor; -397b por no lo. Flor; -402a acompañé. Flor; -405b halleréisle sin dudar.--// Todos se van muy alegres, / para su señor hablar//. Flor.

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0843:1 De Mantua salen apriesa (á)            (ficha no.: 1590)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Silva de 1550 t. II. f. 136 (Romance de la embajada que envió Danés Urgel, marqués de Mantua al Emperador) Canc. de rom. s. a. f. 42; Canc. de rom. 1550 f. 43 y Floresta de varios rom.. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 166, vol. II, pp. 195-210 (Del Marqués de Mantua, Valdovinos y Carloto).  516 hemist.  Música registrada.

     De Mantua salen apriesa    sin tardanza ni vagar
  2   ese noble conde Dirlos,    visorey de allende el mar,
     con el duque de Sansón    de Picardía natural;
  4   camino van de París,    aunque ninguno lo sabe,
     que el marqués Danés Urgero    los envía con mensaje
  6   a ese alto emperador    que estaba en París la grande.
     Llegados son a París    sin mucho tiempo tardar;
  8   caballeros son de estima,    de grande estado y linaje,
     de los doce que a la mesa    redonda comían pan.
  10   Los grandes que lo supieron    salen por los acompañar.
     Desque entraron en París    vanse al palacio real;
  12   preguntan por el emperador    para habelle de hablar.
     Desque lo supo don Carlos    luego los mandó entrar;
  14   desque son delante dél    las rodillas van hincar;
     demandaronle las manos,    mas no se las quiso dar;
  16   mandólos alzar de tierra,    comenzóles preguntar:
     --¿De dónde venides, duque?    ¿de qué parte o qué lugar?
  18   ¿Dónde habéis estado, conde?,    ¿venís de allende la mar?--
     Respondieron ambos juntos    presto tal respuesta dan:
  20   --En Francia, habemos estado    en Mantua esa ciudad,
     con el marqués Danés Urgero    por le haber de acompañar;
  22   embajada vos traemos,    señor, queráisla escuchar:
     mandad salir todos fuera,    no quede sino Roldán,
  24   que después siendo contento,    bien se podrá publicar.--
     Todos se salieron luego    de la cámara real,
  26   todos cuatro quedan solos,    las puertas mandan cerrar.
     De rodillas por el suelo    el conde comenzó a hablar:
  28   --¡Oh muy alto emperador,    sacra real majestad!
     tu vasallo soy, señor,    y de Francia natural,
  30   pues vengo por mensajero    licencia me manda dar
     para decir mi embajada,    si no recibes pesar.--
  32   Respondió el emperador    sin el semblante mudar:
     --Decid, conde, qué queréis,    no vos queráis recelar;
  34   bien sabéis que el mensajero    licencia tiene de hablar.
     Al amigo y enemigo    siempre se debe escuchar,
  36   por amistad al amigo,    y al otro por se avisar.--
     Levantóse luego el conde,    una carta fue a mostrar,
  38   la cual era de creencia,    dióla en manos de Roldán;
     comenzó de hacer su habla    con discreto razonar:
  40   --Creyendo hacer más servicio    a tu sacra majestad,
     acepté, señor, el cargo    de este mensaje explicar,
  42   porque sin pasión ninguna    la verdad podré contar,
     según que vengo informado,    sin añadir ni quitar.
  44   La embajada que yo traigo    es justicia demandar
     del infante don Carloto,    tu propio hijo carnal.
  46   Dicen que él mató sin culpa    a Valdovinos el infante,
     hijo del buen rey de Dacia,    tu vasallo natural;
  48   dicen que le mató con aleve,    con engaño y falsedad,
     rogándole que se fuese    con él a le acompañar.
  50   Por casarse con su esposa    dicen que le fue a matar;
     de este delito se quejan    muchos hombres de linaje,
  52   que son parientes del muerto,    y se sienten del tal mal.
     El marqués Danés Urgero    se muestra más principal
  54   por ser tío de Valdovinos,    hermano del rey su padre.
     Demás de ser su pariente,    tiene muy mayor pesar
  56   porque lo falló herido,    casi a punto de espirar,
     en un bosque muy esquivo,    apartado de lugar.
  58   El mismo le contó el caso,    a él se fue encomendar;
     en sus brazos espiró,    razón es no le olvidar:
  60   y ese maestre de Rodas    Urgel de la fuerza grande,
     que es primo del marqués,    tio también del infante;
  62   y ese duque de Baviera    don Naimo el singular
     abuelo de Valdovinos,    padre carnal de su madre;
  64   y ese rey de Sansueña,    tu vasallo natural,
     padre de la infanta Sevilla    que cristiana fue a tornar
  66   por amor de Valdovinos    para con él se casar;
     y otros muchos caballeros    también se van a quejar,
  68   los unos por parentesco,    los otros por amistad;
     sobre todos esa reina    doña Ermeline, su madre.
  70   Tus naturales y extraños    también te envían a suplicar
     que si tu hijo los mata    ¿quién los ha de defensar?
  72   Si no mantienes justicia    dejarán su natural,
     y se partirán de Francia    a otros reinos a morar.
  74   El caso es abominable,    y terrible de contar;
     si tal cosa es, señor,    bien lo debes castigar.
  76   Acuérdate de Trajano    en la justicia guardar,
     que no dejó sin castigo    su único hijo carnal;
  78   aunque perdonó la parte,    él no quiso perdonar.
     Si niegas, señor, justicia,    mucho te podrán culpar,
  80   que tal caso como este    no es para dejar pasar.
     ¡Mira bien, señor, en ello!    Respuesta nos manda dar.--
  82   Turbóse el emperador,    que apenas pudo hablar;
     la mano tenía en la barba,    muy pensativo además.
  84   A cabo de una gran pieza    tal respuesta le fue a dar:
     --¡Si lo que habéis dicho, conde,    se puede hacer verdad;
  86   mas quisiera que mi hijo    fuera el muerto sin dudar!
     El morir es una cosa    que a todos es natural,
  88   la memoria queda viva    del que muere sin fealdad;
     del que vive deshonrado    se debe tener pesar,
  90   porque así viviendo muere    olvidado de bondad.
     Decilde, conde, al marqués    y a cuantos con él están
  92   que el pesar que de esto tengo    no lo puedo demostrar;
     mas yo daré tal ejemplo    en esta muerte vengar,
  94   que la pena del delito    sobrepuje a la maldad
     porque todos escarmienten    cuantos lo oyeren nombrar.
  96   Vengan pedir su justicia    que yo la haré guardar
     como es costumbre de Francia    usada de antigua edad.
  98   Si buena verdad trujeren    en mi corte se verá;
     do mi persona estuviere    la justicia será igual,
  100   así al pobre como al rico,    así al chico como al grande,
     y también al extranjero,    como al propio natural.
  102   ¡Mas quiero dejar memoria    de grande riguridad,
     que dejar sin dar castigo,    al que comete maldad,
  104   aunque sea mi propio hijo    que me tenía de heredar.
     Cuando esto oyó el conde    las manos le fue a besar;
  106   alabando su respuesta,    el duque comenzó hablar:
     --Siempre, señor, confiamos    de tu ínclita bondad,
  108   que por mantener justicia    tal respuesta habías de dar;
     mas porque el caso requiere    en sí mesmo gravedad,
  110   y, por ser cosa de hijo,    tú no lo debes juzgar.
     El marqués Danés Urgero    te envía a suplicar,
  112   que porque él tiene jurado    de en poblado nunca entrar
     fasta que alcance derecho    de Carloto el infante
  114   y él mismo tiene de ser,    el que lo ha de acusar,
     que no quieras ser presente    para haber de sentenciar;
  116   mas que nombres caballeros    que puedan determinar
     según costumbre de Francia,    entre hombres de linaje,
  118   y que los que señalardes    para este caso mirar.
     Sean caballeros de estado    de tu consejo imperial
  120   y que hagan juramento    de administrar la verdad
     y tu majestad provea    de señalar un lugar
  122   en el campo, sin poblado,    a do se haya de juzgar
     para oír ambas las partes    fasta ejecución final.
  124   Y porque el marqués trae gentes    para se haber de guardar
     de quien algo le quisiere    y le hubiere de enojar,
  126   y sus parientes y amigos    vienen por le acompañar,
     y entre ellos viene Renaldos,    el señor de Montalván,
  128   el cual está puesto en bandos    con tu sobrino Roldán;
     porque no sabe el marqués    si recibirás pesar,
  130   no quiere venir con gentes    sin saber tu voluntad,
     pues viene a pedir justicia    y no para guerrear,
  132   que tú, señor, le asegures    y a cuantos con él vernán,
     mientra que el pleito durare    seguro les mandes dar
  134   para venida y estada,    y después para tornar.
     No porque él tema a ninguno,    ni haya de quién se recelar;
  136   mas por cumplir lo que debe    a tu sacra majestad.
     De esta manera, señor,    él vendrá sin detardar,
  138   que ya es partido de Mantua,    no cesa de caminar.
     Don Renaldos le aposenta    sin hacer daño ni mal,
  140   en tierras de señoríos    todos recaudo le dan,
     pagando de sus dineros    lo acostumbrado pagar.
  142   Para pasar por tus tierras    licencia les manda dar,
     y todos los bastimentos    que hubieren necesidad,
  144   pagando lo que valiere    no se les debe negar.--
     Al emperador le plugo,    todo lo fue así otorgar:
  146   --El marqués venga seguro    y cuantos con él vernán.
     Venga siquiera de guerra,    o como le placerá,
  148   yo lo tomo so mi amparo,    so mi corona real.
     Porque más seguro venga    este mi anillo tomad;
  150   todo lo que os prometo    siempre fallaréis verdad;
     la licencia que pedís    soy contento de vos dar;
  152   ordenaldo a vuestra guisa,    que así lo quiero firmar.--
     Sacó un anillo de oro    con el sello imperial;
  154   el duque le tomó luego,    las manos le fue a besar.
     Del emperador se despiden,    a sus posadas se van.
  156   Don Roldán quedó enojado,    mas no lo quiso mostrar.
     Luego se supo en la corte    todo lo que fue a pasar,
  158   la embajada que traían,    lo que venían a demandar.
     Mucho pesó a don Carloto,    quiérelo disimular;
  160   fuése al emperador    a haberse de desculpar
     mas nunca lo quiso oír    sino en consejo real.
  162   La audiencia que le dio    fue mandarlo aprisionar
     fasta ser determinada    por su corte la verdad.
  164   Desque preso y a recado    en guarda lo fuera dar
     a don Arnaldos de Belanda    que Ayuelos suelen llamar,
  166   gran condestable de Francia,    y en cortes gran senescal.
     Mucho pesaba a los grandes    que le tenían amistad,
  168   sobre todos le pesaba    a ese paladín Roldán.
     Todos buscaban maneras    para le haber de soltar,
  170   mas nunca el emperador    a nadie quiso escuchar.
     Cuanto más por él le ruegan,    tanto más lo hace guardar.
  172   Cada día entra en consejo,    las leyes hacía mirar,
     quien tal crímen cometía    qué pena le habían de dar.
  174   Estando en esto las cosas    el marqués fuera a llegar
     a tres millas de París    a vista de la ciudad.
  176   No quiso pasar adelante,    mandó asentar su real.
     Aposentóle Renaldos    ribera de un río caudal,
  178   do mejor le pareció    y más seguro lugar;
     él se pasó adelante    una milla o poco más.
  180   Armaron luego su tienda,    su bandera mandó alzar;
     la gente de la ciudad    todos iban a mirar
  182   el gran campo del marqués,    su concierto singular,
     la diversidad de gentes,    la órden que el marqués trae.
  184   Muchos señores y grandes    al marqués iban hablar
     por probar algún concierto    y saber su voluntad.
  186   El estábase en su tienda,    en aquel estado grande,
     armado de todas armas,    y descubierta la faz,
  188   el ataúd allí delante    por más dolor demostrar
     la madre de Valdovinos    y su esposa, allí a la par
  190   de aquella forma y manera    que arriba oistes nombrar.
     Los que venían a la tienda    para el marqués visitar,
  192   desque le veían armado    y de aquella forma estar,
     habían d`él compasión,    llegaban por le hablar.
  194   Recibíalos muy bien,    cabe él los hacía sentar;
     el caso como pasara    a todas iba a contar.
  196   Cuando algo le rogaban    mostraba mucho pesar;
     rogaba con cortesía    le quisiesen perdonar
  198   por no poder complacerlos    como era su voluntad
     porque él se había quitado    sobre esto la libertad.
  200   El juramento que hizo    a todos hacía mostrar,
     porque no tuviesen causa    sobre ello lo importunar.
  202   Los grandes que allí venían    no le querían fatigar,
     ni querían sobre tal caso    su dolor le renovar.
  204   Volvíanse para París    pensativos además,
     diciendo tener razón    el marqués de se vengar
  206   de un tan grave delito,    y hacello bien castigar.
     Cuando el emperador supo    que el marqués fuera a llegar,
  208   mandó llamar al consejo    en su palacio imperial.
     Mandó cuando fueron juntos    los embajadores llamar:
  210   la embajada que trajeron    tornasen a recontar.
     Levantóse el conde Dirlos    comenzóla de explicar;
  212   desque la hubo acabado    tornóse luego asentar.
     Todos se maravillarban    de oír tan gran maldad.
  214   Por amor del emperador    todos recebían pesar;
     mirábanse unos a otros,    a todos parecía mal.
  216   Antes que hablase ninguno    el emperador fue hablar:
     --Lo que aquí pide el marqués    por primero y principal,
  218   es que yo nombre jueces    para esto determinar;
     por ser caso de Carloto    presente no quiero estar.
  220   Para mejor señalarlos    y todo mi poder dar,
     que administren la justicia,    en su conciencia y verdad--
  222   A todos está mirando    y empiézales de hablar:
     --Los jueces que yo nombro    para justicia guardar,
  224   el uno es Dardín Dardeña    que el Delfín suelen llamar,
     de tres estados de Francia,    el primero en consejar;
  226   el otro el conde de Flándes,    don Alberto el singular,
     uno de los tres estados,    y primero en el mandar;
  228   otro el duque de Borgoña,    primero estado en juzgar,
     riguroso y justiciero,    en mis reinos principal;
  230   el otro el duque don Carlos,    mi sargento general;
     otro el duque de Borbón,    mi cuñado don Grimalte;
  232   el otro el conde de Foy,    y el buen viejo don Beltrán;
     otro sea don Reyner,    llamado duque de Aste,
  234   y el conde don Galalón    de Alemaña principal;
     otro el duque de Vibiano    de Agramonte natural,
  236   asistente de mi corte    para los pleitos juzgar;
     otro el duque de Saboya    que venturas fue a buscar
  238   y en las más partes del mundo    trances ha visto pasar;
     otro el duque de Ferrara,    esa nombrada ciudad,
  240   don Arnao el gran Bastardo,    así se hace intitular;
     otro sea don Guarinos,    almirante de la mar,
  242   de todas flotas y armadas    sobre todos general.
     Y nombro por presidente    para en mi lugar estar
  244   don Arnaldos de Belanda,    de Francia gran condestable.
     Para ello le doy mi cetro,    poder soluto en mandar.
  246   Todos estos juntos puedan    absolver y sentenciar
     esto que pide el marqués    como se debe juzgar,
  248   si por prueba de testigos    o trance de pelear.
     Yo les doy mi comisión    con poder y facultad,
  250   que la sentencia que dieren    la puedan ejecutar,
     según costumbre de Francia,    por su propia autoridad,
  252   dando la pena y castigo    a quien la hubieren de dar.
     Así por vía de justicia,    como por en campo entrar,
  254   al cual puedan ser presentes,    y en mi nombre asegurar
     al marqués Danés Urgero    y a cuantos con él están,
  256   más que a mi persona propia    nadie le pueda demandar.--
     Así como aquí lo dijo    a todos lo va a mandar,
  258   so pena de ser traidor    quien lo osare quebrantar.

Variantes: -3a Así dicen todas las antiguas ediciones del Canc. de rom., de la Silva y de la Flor; solamente la ed. de la Silva de Barcelona de 1582 tiene una variante notable, poniendo: con el duque de Saxonia. El señor Durán enmienda con mucha probabilidad: con el duque de Sanson; -13a don Carloto. Flor; -33b pues no os cumple recelare. Las ed. posteriores del Canc. de rom.; Decid, conde, a vuestra guisa, / no habéis de recelar//. Flor; -45a principe. Flor; -46a a traición. Flor; -52b y sienten este desman. Flor; -60a maestre de todos. Flor. Esto parece ser la mejor lección pues no puede haberse nombrado a Urgel, maestre de Rodas, hasta pasado el año 1310. Véase la nota de Clemencin al Don Quijote, tomo V. pag 390; -62b con Rayner el singular. Flor; -63b padre. Flor; -69b Ermelina. Silva.. Ermelian Flor; -97b antigüedades. Silva, Flor; -105a el conde Irlos. Flor; -142b mandes. Flor; -146b están. Flor; -147b parecerá. Flor; -161b sin su. Silva; -165a Renaldos de Belanda. Todas las ed. del Canc. de rom. La enmienda de Silva que hemos acogido en el texto, prueba el conocimiento más exacto de su editor de la tradición original francesa; distingue siempre muy bien entre Arnaldo de Belanda y Renaldo de Montalbán. La Flor. al contrario, lleva éstos y otros nombres propios aun más desfigurados; así dice en este lugar: A don Reynaldos de Gulanda / que Añuelos suelen llamar//; -183b y el orden que en todo hay. Flor; -131b Grimaltos. Flor; -232a Fox. Silva. Foix. Flor;-238b franceses vido pasar. Flor; -256b Nadie le puede enojar. Flor.

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0800:1 En el nombre de Jesús (á-o)            (ficha no.: 1591)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Silva de 1550 t. II f. 147 (Sentencia dada a don Carloto*), Canc. s. a. F. 51, Canc. 1550 f. 32 y Floresta de varios rom.. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 167, vol. II, pp. 211-217 (Del marqués de Mantua, Valdovinos y Carloto).  196 hemist.  Música registrada.

     En el nombre de Jesús    que todo el mundo ha formado,
  2   y de la Virgen su Madre,    que de niño lo ha criado,
     nosotros: Dardín Dardeña,    Delfín en Francia llamado;
  4   don Alberto y don Reyner,    de tres estados nombrado;
     el conde de Flandes viejo,    consejero delegado,
  6   con el duque de Borgoña,    el primero en el juzgado,
     con el buen duque don Carlos,    el regente, el sargentado;
  8   con el duque de Borbón    don Grimalte, fiel cuñado
     del muy alto emperador,    con su hermana casado;
  10   el buen viejo don Beltrán    con el conde de Foyxano,
     y el conde don Galalón,    con el duque de Vibiano;
  12   con el duque de Saboya,    que venturas ha buscado;
     con el duque de Ferrara    don Narván del bastardado;
  14   el almirante Guarinos    en las mares estimado;
     don Arnaldos de Belanda,    condestable, diputado
  16   en el lugar y mandar    del sumo emperador Carlo,
     todos juntos en consejo    y acuerdo deliberado,
  18   vista la requisición    que el buen marqués nos ha dado;
     vista también la demanda    que él mesmo ha procesado;
  20   vistas todas las respuestas    que don Carloto ha enviado,
     el proceso por entero    con gran fe examinado,
  22   lo que venía de justicia    y de derecho mirado,
     ni al uno por el otro    el derecho no quitado;
  24   teniendo a Dios en la piensa    y en los ojos presentado;
     visto que claro paresce    por lo que es llegado,
  26   que según la ley divina    quien mata ha de ser matado,
     con cuchillo o sin cuchillo    a tal acto ejercitado;
  28   y visto que traición    don Carloto ha intentado
     en matar a Valdovinos    en una bosque despoblado,
  30   según que claro se muestra    por la confesión que ha dado
     don Carloto a la demanda    que el marqués ha presentado;
  32   visto que punto por punto    el delito ha confesado
     por la pena del tormento,    aunque lo había negado;
  34   y visto que nada obsta    que él se haya sojuzgado
     a la real audiencia,    pues que le han perdonado
  36   lo que viene de justicia,    nada otro no mirado,
     por esta nuestra sentencia,    cada cual bien informado
  38   del hecho de la verdad,    según que se ha confesado,
     condenamos a Carloto:    primero, a ser arrastrado
  40   por el campo y por la arena    por un rocín mal domado
     después de lo cual queremos    que sea descabezado
  42   en un alto cadahalso,    do pueda ser bien mirado
     de fuera de la ciudad    por donde será llevado;
  44   después de lo cual cumplido,    y aquesto ser acabado,
     le corten los pies y manos,    porque quede más pagado,
  46   después de lo cual mandamos    que sea descuartizado.
     Lo cual cumplido, queremos    sea un edificio obrado
  48   de piedra muy bien labrada    y de canto bien picado,
     que sea en lo venidero    memoria de lo pasado
  50   de caso de Valdovinos    y de cómo fue vengado.--
     Don Carloto temeroso,    aunque era muy esforzado,
  52   tremecióse cuando oyó    lo que se ha publicado.
     Esforzóse cuanto pudo,    una pluma ha demandado;
  54   diéronle tinta y papel,    una carta ha ordenado.
     Con un paje que allí estaba    a don Roldán la ha enviado.
  56   Nadie sabe lo que envía,    para vello se ha apartado
     don Roldán, leyó la carta ,    todo se ha alterado;
  58   él de cierto bien quisiera    dar remedio en lo rogado.
     Doloroso y pensativo    un poco tiempo ha pensado,
  60   dada si debe hacer    lo que le fue suplicado,
     o si deba dar desvío    a lo que le es recitado.
  62   Hallóse puesto en gran duda,    en gran estrecho y cuidado;
     el amor dice que haga,    el temor teme el mandado
  64   de ese sumo emperador    que al marqués ha segurado.
     Mas al fin quiere la sangre    perder por la sangre estado.
  66   Delibera hacer respuesta,    que no esté temorizado,
     que con parientes y amigos    él saldrá al campo armado
  68   con deseo de perder    la vida o ser remediado.
     Sin que gran rato pasase    fue don Carloto informado
  70   de lo que ordena Roldán,    de que fue algo gozado.
     Quiérelo disimular,    mas no pudo ser celado;
  72   allégase el condestable    y el papel le ha tomado.
     Leído que fue el papel,    por París se ha divulgado
  74   que don Roldán hace gente    y que ejército ha juntado.
     El emperador lo sabe,    al marqués ha avisado,
  76   manda poner a Carloto    a percebido recaudo.
     Pregonan por la ciudad    que nadie sea osado,
  78   so pena de perder la vida,    de otro día ir armado.
     A Roldán envió a decir    que solo no sea osado
  80   de más estar en París    fasta un año pasado,
     so pena de ser traidor    y por traidor publicado.
  82   El marqués que sintió el caso    a Reinaldos ha enviado
     que otro día en amaneciendo    sea sin falta llegado
  84   a las puertas de París    con tres mil hombres de estado;
     de a caballo lleve mil    y que no sea mudado
  86   fasta tanto que Carloto    en medio sea tomado
     y puesto en el cadahalso    do ha de ser sentenciado
  88   y que cualquiera que venga    defienda lo encomendado.
     Otro día de mañana    todo así fue acabado.
  90   Ya, sacaban a Carloto    con hierros muy bien herrado,
     los pregoneros delante    su gran maldad publicando.
  92   Cuando fueron a la puerta    don Renaldos lo ha tomado,
     en medio de toda su gente    lo ha bien aposentado.
  94   Cuando son en el lugar    do ha de ser sentenciado,
     delante toda París.    fue todo ejecutado,
  96   según que por la sentencia    fue proveído y mandado.
     Así murió don Carloto,    quedando alevosado
  98   y Valdovino viviendo,    aunque murió muy honrado.

Variantes: -2b lo. falta en las ed. de Canc. de rom. s. a. y 1550; -3a con este verso el romance viene mencionado en la Tabla de la Silva; -8b Arnaldo Flor; -10b Foxamo Silva . Y el conde Foix esforzado. Flor. -13b Con Armaut, el gran bastardo. Flor; Don Armao, el gran Bastardo. las ed. poster. del Canc. de rom. -15a Renaldos. Todas las ed. del Canc. de rom.; Don Arnaldo de Berlanda. Flor. -20b Carlos. Silva; -35b que él se haya juzgado // a la audiencia real /, pues no le han perdonado. //; -57a a escribirla se ha apartado // Don Roldán lehó el papel. /; -60a podrá. Flor; -86b será. Canc. de 1550; -97a muerto. Silva.
Notas de los editores: *En pliegos sueltos (p. e. Búrgos, 1562 y 1563) se dice en la portada de este romance: Y otro ahora de nuevo añadido, que es de la sentencia que dieron a Carloto. Hecha por Jeronymo Temiño de Calatayud. Por de contado Jer. Temiño es, cuando más, autor o reformador de esta nueva añadidura. Claro está que en estos romances de Urgero el danés y de Valdovinos se han confundido las tradiciones francesas, conservadas todavía en cantares de gesta, de Ogier de Danemarche, quien vengó la muerte de su hijo natural Baudouinet, matado de golpes de tablero por el infante don Carloto, y de Baudouin, hermano de Roldán y amante de Sebilla (Sebile), esposa de Guiteclín (Widukind), rey de los saxones, cuya muerte, en batalla contra los últimos, se pinta, como el señor Durán ha muy bien observado, en todo igual a la de Roldán, su hermano, en Roncesvalles (véanse La Chevalerie Ogier de Danemarche, por Raimbert de Paris, París, 1842, y La chanson des Saxons, por Jean Bodel, París, 1839.) Existe sobre el mismo asunto una xácara portuguesa, inserta en el Romanceiro del Sr. Almeida Garrett (timo III, págs. 195 y siguientes), la cual es, sin duda, una imitación vulgar y posterior a los romances castellanos, en forma más dramática.

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0801:1 Nuño Vero trata de engañar a la fiel esposa de Valdovinos (á-o)            (ficha no.: 1592)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 186; Canc. de rom. 1550 f. 196 y Silva de 1550 f. 109 (Romance que dicen: Nuño Vero). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 168, vol. II, pp. 217-218 (Valdovinos.-- IV.).  028 hemist.  Música registrada.

     --Nuño Vero, Nuño Vero,    buen caballero probado,
  2   hinquedes la lanza en tierra    y arrendedes el caballo;
     preguntaros he por nuevas    de Baldovinos el franco.--
  4   --Aquesas nuevas, señora,    yo vos las diré de grado.
     Esta noche a medianoche    entramos en cabalgada,
  6   y los muchos a los pocos    lleváronnos de arrancada;
     herieron a Baldovinos    de una mala lanzada.
  8   La lanza tenía dentro,    de fuera le tiembla el asta:
     o esta noche morirá    o de buena madrugada.
  10   Si te pluguiese, Sebilla,    fueses tú mi enamorada.
     --Nuño Vero, Nuño Vero,    mal caballero probado,
  12   yo lo pregunto por nuevas,    tú respóndesme al contrario,
     que aquesta noche pasada    conmigo durmiera el franco;
  14   él me diera una sortija,    y yo lo di un pendón labrado.--

Variantes: -7b El hierro tiene en el cuerpo. Silva. Éste y el verso que le sigue ocurren también en el romance de Tristán que dice: Herido está don Tristán; -8b Entre éste y el verso que sigue, intercala la edición de 1550 del Canc. de rom. los dos siguientes: Su tío el emperador, / A penitencia le daba. //; -9a O falta en la Silva; -10b Después de este verso añade la ed. de 1550 del Canc. de rom. los dos siguientes: Adamédesme mi señora / que en ello no perderéis nada. //.
Nota: *La variación del asonante y la consevación de los nombres propios de la tradición primitiva (Baudouin y Sebile), así como su imitación en trovas más modernas (véase el romance entre los caballerescos sueltos que dice: Caballero de lejas tierras) son indicios de la grande antigüedad de este romance.

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0109:1 Valdovinos suspira (í-a)            (ficha no.: 1593)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 194 (Romance de Valdovinos) y Pliegos sueltos del s. XVI: No. 1.--Glosa de los romances que dicen Cata a Francia Montesinos y la de Sospirastes, Valdovinos. Y ciertas coplas hechas por Juan del Enzina s. l. n. a.;*. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 169, vol. II, pp. 218-219 (Valdovinos.--V.).  024 hemist.  Música registrada.

     Tan claro hace la luna    como el sol a mediodía,
  2   cuando sale Valdovinos    de los caños de Sevilla.
     Por encuentro se la hubo    una morica garrida,
  4   y siete años la tuviera    Valdovinos por amiga.
     Cumpliéndose sus siete años    Valdovinos que sospira:
  6   --Sospirastes, Valdovinos,    amigo que yo más quería;
     o vos habéis miedo a moros,    o adamades otra amiga.
  8   --Que no tengo miedo a moros,    ni menos tengo otra amiga,
     que vos mora y yo cristiano,    hacemos la mala vida,
  10   y como la carne en viernes    que mi ley lo defendía.
     --Por tus amores, Valdovinos,    yo me tornaré cristiana
  12   si quisieres por mujer,    si no, sea por amiga.--

Variantes: -1a Tan clara hacía la luna. Pl. s. no. 1 y 2; -5a los. Pl. s. no. 1. cumpliendo los. Pl. s. no. 2; -6b a quien. Pl. s. no. 2; -11a por tu amor. Pl. s. no. 2; -11b cristiana me tornaría. Pl. s. no. 2 (si no es enmienda del señor Durán?); -12a si me quieres. Pl. s. no. 2.
* [sigue...] No. 2.--Idem: otra ed. en el Rom. gen. del Sr. Durán [Dicc. 892-95]

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0095:1 Conde Alemán (í-a+á)            (ficha no.: 1594)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Canc. de rom. 1550 f. 205 (Romance de Valdovinos)*. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 170, vol. II, pp. 220-221 (Valdovinos.--VI.).  036 hemist.  Música registrada.

     Atan alta va la luna    como el sol a mediodía
  2   cuando el buen conde Alemán    ya con la reina dormía.
     No lo sabe hombre nascido    de cuantos en la corte había,
  4   sino era la infanta,    aquesta infanta su hija.
     Su madre le hablaba,    de esta manera decía:
  6   --Cuanto viéredes tú, infanta,    cuanto vierdes, encobrildo;
     daros ha el conde Alemán    un manto de oro fino.
  8   --¡Mal fuego queme, madre,    el manto de oro fino,
     cuando en vida de mi padre    tuviese padrastro vivo!--
  10   De allí se fuera llorando,    el rey su padre la ha visto.
     --¿Por qué lloráis, la infanta,    decí ¿quién llorar os hizo?
  12   --Yo me estaba aquí comiendo,    comiendo sopas en vino,
     entró el conde Alemán,    echómelas por el vestido.
  14   --Calléis, mi hija, calléis;    no toméis de eso pesar,
     que el conde es niño y mochacho,    hazerlo ía por burlar.
  16   --¡Mal fuego quemase, padre,    tal reír y tal burlar!
     Cuando me tomó en sus brazos    conmigo quiso holgar.
  18   --Si él os tomó en sus brazos    y con vos quiso holgar,
     en antes que el sol salga    yo lo mandaré matar.--

Variante: -2b El texto del Canc. de rom. ed. de 1550 y ed. posteriores lleva: y con etc. Claro está que esto, no teniendo sentido, es yerro de imprenta. Que se ha de leer «ya» viene comprobado por la versión portuguesa que empieza así: Ja lá vem o sol na serra / ja lá vem o claro día // e inda a conde d`Allemanha / com a raina dormía//.
Nota: *De este romance hay una versión portuguesa muy linda y muy popular, publicada por el señor Almelda-Garrett en su Romanceiro, Tomo II pag. 78, con el título de: O conde d`Allemanha (Allamanha o Aramanha). Esta versión tiene además una especie de epílogo, entre la madre y la hija sobre el suplicio del conde Alemán, acusándose reciprocamente de haberlo causado.

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0087:6 Gaiferos y Galván (á)            (ficha no.: 1595)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 103, Canc. de rom. 1550 f. 103 [Dos romances de Gayferos: en los quales se contiente como mataron a don Galuan] y Pliego suelto del s. XVI s. a. ni l. Síguense dos romances de Gaiferos en los cuales se contiene cómo mataron a don Galván, en el Rom. gen.. del señor Durán [Dicc. 1062?]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 171, vol. II, pp. 222-225.  118 hemist.  Música registrada.

     Estábase la condesa    en su estrado asentada,
  2   tisericas de oro en mano,    su hijo afeitando estaba.
     Palabras le está diciendo,    palabras de gran pesar;
  4   las palabras eran tales    que al niño hacen llorar.
     --Dios te dé barbas en rostro,    y te haga barragán;
  6   déte Dios ventura en armas,    como al paladín Roldán,
     porque vengases, mi hijo,    la muerte de vuestro padre.
  8   Matáronlo a traición    por casar con vuestra madre.
     Ricas bodas me hicieron    en las cuales Dios no ha parte;
  10   ricos paños me cortaron,    la reina no los ha tales.--
     Maguera pequeño el niño,    bien entendido lo ha.
  12   Allí respondió Gaiferos,    bien oiréis lo que dirá:
     --Así ruego a Dios del cielo    y a Santa María su Madre.--
  14   Oídolo había el conde    en los palacios do está:
     ¡Calles, calles, la condesa,    boca mala sin verdad!,
  16   que yo no matara el conde,    ni lo hiciera matar;
     mas tus palabras, condesa,    el niño las pagará.--
  18   Mandó llamar escuderos,    criados son de su padre,
     para que lleven al niño,    que lo lleven a matar.
  20   La muerte que él les dijera    mancilla es de la escuchar:
     --Córtenle el pie del estribo,    la mano del gavilán,
  22   sáquenle ambos los ojos    por más seguro andar
     y el dedo y el corazón    traédmelo por señal.--
  24   Ya lo llevan a Gaiferos,    ya lo llevan a matar;
     hablaban los escuderos    con mancilla que d` él han:
  26   --¡Oh válasme Dios del cielo    y Santa María su Madre!,
     si este niño matamos    ¿qué galardón nos darán?--
  28   Ellos en aquesto estando,    no sabiendo qué harán,
     vieron venir una perrita    de la condesa su madre.
  30   Allí habló el uno de ellos,    bien oiréis lo que dirá:
     --Matemos esta perrita    por nuestra seguridad,
  32   saquémosle el corazón    y llevémoslo a Galván,
     cortémosle el dedo al chico    por llevar mejor señal.--
  34   Ya tomaban a Gaiferos,    para el dedo le cortar:
     --Venid acá vos, Gaiferos,    y querednos escuchar;
  36   vos íos de aquesta tierra    y en ella no parezcáis más.--
     Ya le daban entre señas    el camino que hará:
  38   --Irvos heis de tierra en tierra    a do vuestro tío está.--
     Gaiferos desconsolado    por ese mundo se va;
  40   los escuderos se volvieron    para do estaba Galván.
     Danle el dedo y el corazón    y dicen que muerto lo han.
  42   La condesa que esto oyera    empezara gritos dar;
     lloraba de los sus ojos    que quería reventar.
  44   Dejemos a la condesa,    que muy grande llanto hace,
     y digamos de Gaiferos,    del camino por do va.
  46   Que de día ni de noche    no hace sino caminar
     fasta que llegó a la tierra    adonde su tío está.
  48   Dícele de esta manera,    y empezóle de hablar:
     --Manténgaos Dios, el mi tío.    --Mi sobrino, bien vengáis.
  50   ¿Qué buena venida es esta?,    vos me la queráis contar.
     --La venida que yo vengo    triste es y con pesar,
  52   que Galván con grande enojo    mandado me había matar;
     mas lo que vos ruego, mi tío,    y lo que vos vengo a rogar,
  54   vamos a vengar la muerte    de vuestro hermano, mi padre.
     Matáronlo a traición    por casar con la mi madre.
  56   --Sosegaos, el mi sobrino,    vos queráis asosegar,
     que la muerte de mi hermano    bien la iremos a vengar.--
  58   Y ellos así estuvieron    dos años y aun más,
     fasta que dijo Gaiferos    y empezara de hablar.

Variante: -5b Dios te deje crecer, hijo, / y llegar a barragán. // Dios te dé barba en rostro / y en el cuerpo fuerza grande. // Pl. s.

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0087:7 Gaiferos y Galván (á)            (ficha no.: 1596)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 205, Canc. de rom. 1550 f. 205 y Pliego suelto del s. XVI s. a. ni l. Síguense dos romances de Gaiferos en los cuales se contiene cómo mataron a don Galván . . . Síguese el segundo Romance. En el Rom. gen.. del señor Durán [Dicc. 1062?]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 172, vol. II, pp. 226-228 (Gaiferos.--II.).  090 hemist.  Música registrada.

     --Vámonos--, dijo, --mi tío,    a París esa ciudad
  2   en figura de romeros,    no nos conozca Galván,
     que si Galván nos conoce    mandar nos hía matar.
  4   Encima ropas de seda    vistamos las de sayal;
     llevemos nuestras espadas    por más seguros andar;
  6   llevemos sendos bordones    por la gente asegurar.--
     Ya se parten los romeros,    ya se parten, ya se van,
  8   de noche por los caminos,    de día por los jarales.
     Andando por sus jornadas    a París llegado han;
  10   las puertas hallan cerradas,    no hallan por donde entrar.
     Siete vueltas la rodean    por ver si podrán entrar,
  12   y al cabo de las ocho    un postigo van hallar.
     Ellos que se vieron dentro    empiezan a demandar;
  14   no preguntan por mesón,    ni menos por hospital,
     preguntan por los palacios    donde la condesa está.
  16   A las puertas del palacio    allí van a demandar.
     Vieron estar la condesa,    y empezaron de hablar:
  18   --Dios te salve, la condesa.    --Los romeros, bien vengáis.
     --Mandedes nos dar limosna    por honor de caridad.
  20   --Con Dios vades, los romeros,    que no os puedo nada dar,
     que el conde me había mandado    a romeros no albergar.
  22   --Dadnos limosna señora,    qu` el conde no lo sabrá;
     así la den a Gaiferos    en la tierra donde está.--
  24   Así como oyó Gaiferos    comenzó de sospirar;
     mandábales dar del vino,    mandábales dar del pan.
  26   Ellos en aquesto estando    el conde llegado ha.
     --¿Qué es aquesto, la condesa?    aquesto ¿qué puede estar?
  28   ¿No os tenía yo mandado    a romeros no albergar?--
     Y alzara la su mano,    puñada le fuera a dar
  30   que sus dientes menudicos    en tierra los fuera a echar.
     Allí hablaran los romeros,    y empiezan de hablar:
  32   --¡Por hacer bien la condesa    cierto no merece mal!
     --¡Calledes vos, los romeros,    no hayades vuestra parte!--
  34   Alzó Gaiferos su espada,    un golpe le fue a dar
     que la cabeza de sus hombros    en tierra la fuera a echar.
  36   Allí habló la condesa    llorando con gran pesar:
     --¿Quién érades, los romeros,    que al conde fuistes matar?
  38   Allí respondió el romero,    tal respuesta le fue a dar:
     --Yo soy Gaiferos, señora,    vuestro hijo natural.
  40   --Aquesto no puede ser,    ni era cosa de verdad,
     que el dedo y el corazón    yo lo tengo por señal.
  42   --El corazón que vos tenéis    en persona no fue a estar,
     el dedo bien es aqueste,    que en esta mano me falta.--
  44   La condesa que esto oyera    empezóle de abrazar;
     la tristesa que tenía    en placer se fue a tornar.

Variantes: -29a dijo y alzara su mano {I|(Pl. s.); -31b y empezaronle (Pl. s.); -43b aquí lo veréis faltar. (Pl. s.) (si no es enmienda de Durán).

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0151:6 Gaiferos libera a Melisenda (á(-e))            (ficha no.: 1597)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Silva de 1550 t. II. f. 150 (Romance de don Gaiferos que trata de cómo sacó a su esposa que estaba en tierra de moros); Canc. de rom. s. a. f. 55,Canc. de rom. 1550 f. 55, y Códice del siglo XVI, en el Rom. gen. del señor Durán*; Floresta de varios rom.. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 173, vol. II, pp. 229-248 (Gaiferos - 111.).  612 hemist.  Música registrada.

     Asentado está Gaiferos    en el palacio real,
  2   asentado al tablero    para las tablas jugar.
     Los dados tiene en la mano,    que los quiero arrojar
  4   cuando entró por la sala    don Carlos el emperante.
     Desque así jugar lo vido    empezóle de mirar;
  6   hablándol` está hablando    palabras de gran pesar:
     --¡Si así fuésedes, Gaiferos,    para las armas tomar
  8   como sois para los dados    y para las tablas jugar!:
     vuestra esposa tienen moros,    iríadesla a buscar.
  10   Pésame a mí por ello    por que es mi hija carnal.
     De muchos fue demandada,    y a nadie quiso tomar;
  12   pues con vos casó por amores,    amores la hayan de sacar;
     si con otro fuera casada    no estuviera en catividad.--
  14   Gaiferos desque esto vido,    movido de gran pesar
     Levantóse del tablero    no queriendo más jugar;
  16   y tomáralo en las manos    para haberlo de arrojar,
     si no por él que con él juega    que era hombre de linaje:
  18   jugaba con él Guarinos,    almirante de la mar.
     Voces da por el palacio,    que al cielo quieren llegar:
  20   preguntando va, preguntando    por su tío don Roldán.
     Halláralo en el patín,    que quería cabalgar;
  22   con él era Oliveros    y Durandarte el galán;
     con él muchos caballeros    de aquellos de los doce pares.
  24   Gaiferos desque lo vido    empezóle de hablar:
     --Por Dios vos ruego, mi tío,    por Dios vos quiero rogar:
  26   vuestras armas y caballo    vos me las queráis prestar,
     que mi tío el emperante    tan mal me quiso tratar,
  28   diciendo que soy para juego    y no para las armas tomar.
     Bien lo sabéis vos, mi tío,    bien sabéis vos la verdad,
  30   que busqué a mi esposa;    culpa no me deben dar.
     Tres años anduve triste    por los montes y los valles,
  32   comiendo la carne cruda,    bebiendo la roja sangre,
     trayendo los pies descalzos,    las uñas corriendo sangre.
  34   Nunca yo hallarla pude    en cuanto pude buscar.
     Agora sé que está en Sansueña,    en Sansueñia, esa ciudad.
  36   Sabéis que estoy sin caballo.    sin armas otro que tal,
     que las tiene Montesinos,    que es ido a festejar
  38   allá a los reinos de Hungría    para torneos armar.
     Pues sin armas y caballo    mal la podré yo sacar;
  40   por esto vos ruego, tío,    las vuestras me queráis dar.--
     Don Roldán de que esto oyó    tal respuesta lo fue a dar:
  42   --Calledes, sobrino Gaiferos,    no querades hablar tal;
     siete años ha que vuestra esposa    ella está en captividad;
  44   siempre os he visto armas    y caballo otro que tal,
     agora que no las tenéis    la queréis ir a buscar.
  46   Sacramento tengo hecho    allá en Sant Juan de Letrán
     a ninguno prestar mis armas,    no me las hagan cobardes;
  48   mi caballo está bien vezado    mal vezo no te quieran dar.--
     Gaiferos que esto oyó    la espada fue a sacar;
  50   con una voz muy sañosa    empezara de hablar:
     --¡Bien parece, don Roldán,    que siempre me quesistes mal!
  52   Si otro me lo dijera    mostrárale si soy cobarde,
     mas quien a mí ha injuriado    no lo vais por mí a vengar;
  54   si vos tío no me fuésedes    con vos querría pelear.--
     Los grandes que allí se hallan    entre los dos puesto se han;
  56   hablado le ha don Roldán,    empezóle de hablar:
     --¡Bien parece, don Gaiferos,    que sois de muy poca edad!
  58   Bien oistes un ejemplo,    que conocéis ser verdad:
     que aquel que bien os quiere    aquel vos quiere castigar.
  60   Si fuérades mal caballero,    no vos dijera esto tal;
     mas porque sé que sois bueno    por esto vos quise castigar.
  62   Que mis armas y caballo    a vos no se han de llegar,
     y si queréis compañía,    yo vos quiero acompañar.
  64   --Mercedes, dijo Gaiferos,    de la buena voluntad;
     solo me quiero ir, solo,    para haberla de sacar;
  66   nunca me dirá ninguno    que me vido ser cobarde.--
     Luego mandó don Roldán    sus armas aparejar;
  68   él encubierta el caballo    por mejor lo encubertar;
     él mesmo lo pone las armas    y le ayudaba a armar.
  70   Luego cabalgó Gaiferos    con enojo y con pesar.
     Pésale a don Roldán,    también a los doce pares,
  72   y más al emperador    desque solo le vido andar;
     y desque ya se salía    del gran palacio real,
  74   con una voz amorosa    llamáralo don Roldán:
     --Esperad un poco, sobrino;    pues solo queréis andar,
  76   dejédesme vuestra espada,    la mía queráis tomar
     y aunque vengan dos mil moros    nunca les volváis la haz:
  78   al caballo dalde rienda    y haga a su voluntad,
     que si él vee la suya,    bien vos sabrá ayudar,
  80   y si vee demasía    de ella vos sabrá sacar.--
     Ya le daba su espada.    y toma la de don Roldán;
  82   da de espuelas al caballo,    sálese de la ciudad.
     Don Beltrán que ir lo vido    empezóle de hablar:
  84   --Tornad acá, hijo Gaiferos,    pues que me tenéis por padre,
     tan solamente vos vea    la condesa vuestra madre,
  86   tomará con vos consuelo,    que tan tristes llantos hace;
     dar vos hia caballeros    los que hayáis necesidad.
  88   --Consolalda vos, mi tío,    vos la queráis consolar.
     Acuérdese que me perdió    chiquito y de poca edad;
  90   haga cuenta que de entonces    no me ha visto jamás. ,
     Que ya sabéis que en los doce    corren malas voluntades;
  92   no dirán que vuelvo por ruego,    mas que vuelvo por cobarde;
     que yo no volveré en Francia    sin Melisenda tornar.--
  94   Don Beltrán desque lo oyera    tan enojado hablar,
     vuelve riendas al caballo    y entróse en la ciudad.
  96   Gaiferos en tierra de moros    empieza de caminar;
     jornada de quince días    en ocho la fue a andar.
  98   Por las sierras de Sansueña    Gaiferos mal airado va;
     las voces que iba dando    al cielo quieren llegar.
  100   Maldiciendo iba el vino,    maldiciendo iba el pan,
     el pan que comían los moros,    mas no de la cristiandad;
  102   maldiciendo iba la dueña    que tan solo un hijo pare;
     si enemigos se lo matan    no tiene quien lo vengar;
  104   maldiciendo iba al caballero    que cabalgaba sin paje;
     si se le cae el espuela    no tiene quién se la calce;
  106   maldiciendo iba el árbol    que solo en el campo nasce,
     que todas las aves del mundo    en él van a quebrantar,
  108   que de rama ni de hoja    al triste no dejan gozar.
     Dando estas voces y otras    a Sansueña fue a llegar.
  110   Viernes era en aquel día,    los moros hacen solenidad;
     el rey Almanzor va a la mezquita    para la zalá rezar,
  112   con todos sus caballeros    cuantos él pudo llevar.
     Cuando allegó Gaiferos    a Sansueña esa ciudad,
  114   miraba si vería alguno    a quien pudiese demandar.
     Vido un cativo cristiano    que andaba por los adarbes;
  116   desque lo vido Gaiferos    empezóle de hablar:
     --Dios te salve, el cristiano,    y te torne en libertad.
  118   Nuevas que pedirte quiero,    no me las quieras negar.
     Tú que andas con los moros,    si les oíste hablar
  120   si hay aquí alguna cristiana,    que sea de alto linaje.--
     El cativo que lo oyera    empezara de llorar:
  122   --¡Tantos tengo de mis duelos,    que de otros non puedo curar!
     que todo el día los caballos    del rey me hacen pensar
  124   y de noche en honda sima    me hacen aprisionar.
     Bien sé que hay muchas cativas    cristianas de gran linaje,
  126   especialmente una    que es de Francia natural;
     el rey Almanzor la trata    como a su hija carnal.
  128   Sé que muchos reyes moros    con ella quieren casar.
     Por eso idvos, caballero,    por esa calle adelante;
  130   verlas heis a las ventanas    del gran palacio real.--
     Derecho se va a la plaza,    a la plaza la más grande.
  132   Allí estaban los palacios    donde el rey solía estar.
     Alzó los ojos en alto    por los palacios mirar,
  134   vido estar a Melisenda    en una ventana grande
     con otras damas cristianas,    que estaban en captividad.
  136   Melisenda que lo vido    empezara de llorar,
     no por que lo conociese    en el gesto ni en el traje,
  138   mas en verlo con armas blancas    recordóse de los doce pares,
     recordóse de los palacios    del emperador su padre,
  140   de justas, galas, torneos,    que por ella solían armar.
     Con una voz triste, llorosa    le empezara de llamar:
  142   --Por Dios os ruego, caballero,    a mí vos queráis llegar;
     si sois cristiano o moro    no me lo queráis negar.
  144   Darvos he unas encomiendas,    bien pagadas vos serán.
     Caballero si a Francia ides    por Gaiferos preguntad,
  146   decilde que la su esposa    se lo envía a encomendar,
     que ya me parece tiempo    que la debía sacar.
  148   Si no me deja por miedo    de con los moros pelear,
     debe tener otros amores ,    de mí no lo dejan recordar:
  150   ¡los ausentes por los presentes    ligeros son de olvidar!
     Aun le diréis, caballero,    por darle mayor señal,
  152   que sus justas y torneos    bien las supimos acá.
     Y si estas encomiendas    no recibe con solaz,
  154   darlas heis a Oliveros,    darlas heis a don Roldán,
     darlas heis a mi señor    el emperador mi padre.
  156   Diréis como estó en Sansueña,    en Sansueña esa ciudad;
     que si presto no me sacan    mora me quieren tornar:
  158   casarme han con el rey moro    que está allende la mar.
     De siete reyes de moros    reina me hacen coronar;
  160   según los reyes que me traen    mora me harán tornar;
     mas amores de Gaiferos    no los puedo yo olvidar.--
  162   Gaiferos que esto oyera    tal respuesta le fue a dar:
     --No lloréis vos, mi señora,    no queráis así llorar,
  164   porque esas encomiendas    vos mesma las podéis dar,
     que a mí allá dentro en Francia    Gaiferos me suelen nombrar.
  166   Yo soy el infante Gaiferos    señor de París la grande,
     primo hermano de Oliveros,    sobrino de don Roldán.
  168   Amores de Melisenda    son los que acá me traen.--
     Melisenda que esto vido    conosciólo en el hablar,
  170   tiróse de la ventana,    la escalera fue a tomar,
     salióse para la plaza    donde lo vido estar.
  172   Gaiferos que venir la vido    presto la fue a tomar;
     abrázala con sus brazos    para haberla de besar.
  174   Allí estaba un perro moro    para los cristianos guardar;
     las voces daba tan altas    que al cielo querían llegar.
  176   Al gran alarido del moro    la ciudad mandan cerrar.
     Siete veces la rodea Gaiferos,    no halla por donde andar,
  178   Presto sale el rey Almanzor    de la mezquita y el rezar.
     Veréis tocar las trompetas    apriesa y no de vagar,
  180   veréis armar caballeros    y en caballos cabalgar;
     tantos se arman de los moro    que gran cosa es de mirar.
  182   Melisenda que lo vido    en una priesa tan grande
     con una voz delicada    le empezara de hablar:
  184   --Esforzado don Gaiferos,    no querades desmayar,
     que los buenos caballeros    son para necesidad.
  186   Si de esta escapáis, Gaiferos,    harto ternéis que contar!
     ¡Ya quisiese Dios del cielo    y Santa María su Madre
  188   fuese tal vuestro caballo    como él de don Roldán!
     Muchas veces le oí decir    en palacio del emperante,
  190   que si se hallaba cercado    de moros en algún lugar,
     al caballo aprieta la cincha,    y aflojábale el petral;
  192   hincábale la espuelas    sin ninguna piedad;
     el caballo es esforzado,    de otra parte va a saltar.--
  194   Gaiferos de que esto oyó    presto se fuera a apear;
     al caballo aprieta la cincha    y aflójale el petral;
  196   sin poner pie en el estribo    encima fue a cabalgar,
     y Melisenda a las ancas,    que presto las fue tomar.
  198   El cuerpo le da por la cintura    por que le pueda abrazar,
     al caballo hinca las espuelas    sin ninguna piedad.
  200   Corriendo venían los moros    apriesa y no de vagar;
     las grande voces que daban    al caballo hacen saltar.
  202   Cuando fueron cerca los moros    la rienda le fue a largar:
     el caballo era ligero,    púsolo de la otra parte.
  204   El rey Almanzor que esto vido    mandó abrir la ciudad;
     siete batallas de moros    todos de zaga le van.
  206   Volviéndose iba Gaiferos    mirando a todas partes;
     desque vido que los moros    le empezaban de cercar,
  208   volvióse a Melisenda,    empezóle de hablar:
     --No os enojéis vos, mi señora,    fuerza vos será apear,
  210   y en esta grande espesura    podéis, señora aguardar,
     que los moros son tan cerca,    de fuerza nos han de alcanzar.
  212   Vos, señora, no traéis armas    para haber de pelear;
     yo, pues que las traigo buenas,    quiérolas ejercitar.--
  214   Apeóse Melisenda    no cesando de rezar;
     las rodillas puso en tierra,    las manos fue a levantar,
  216   los ojos puestos al cielo    no cesando de rezar.
     Sin que Gaiferos volviese    el caballo fue a aguijar.
  218   Cuando huía de los moros    parece que no puede andar
     y cuando iba hacia ellos    iba con furor tan grande
  220   que del rigor que llevaba    la tierra hacía temblar.
     Donde vido la morisma    entre ellos fuera a entrar:
  222   si bien pelea Gaiferos,    el caballo mucho más.
     Tantos mata de los moros    que no hay cuento ni par;
  224   de la sangre que de ellos salía    el campo cubierto se ha.
     El rey Almanzor que esto vido    empezara de hablar:
  226   --¡Oh válasme tú, Alá!    ¿esto qué podía estar?
     ¡que tal fuerza de caballero    en pocos se puede hallar!
  228   Debe ser el encantado    ese paladín Roldán,
     o si es el esforzado    Renaldos de Montalván,
  230   o es Urgel de la Marcha    esforzado singular.
     No hay ninguno de los doce    que bastase hacer tal.--
  232   Gaiferos que esto oyó    tal respuesta le fue a dar
     --Calles, calles, el rey moro,    calles, y no digas tal;
  234   muchos otros hay en Francia,    que tanto como estos valen.
     Yo no soy ninguno de ellos    mas yo me quiero nombrar:
  236   yo soy el infante Gaiferos,    señor de París la grande,
     primo hermano de Oliveros,    sobrino de don Roldán.--
  238   El rey Almanzor que lo oyera    con tal esfuerzo hablar,
     con los más moros que pudo    se entrara en la ciudad.
  240   Solo quedaba, Gaiferos,    no halló con quien pelear;
     volvió riendas al caballo    para Melisenda buscar.
  242   Melisenda desque lo vido    a recebírselo sale;
     vidole las armas blancas,    tintas en color de sangre.
  244   Con una voz triste y llorosa    le empezó de preguntar:
     --Por Dios os ruego, Gaiferos,    por Dios vos quiero rogar,
  246   si traéis alguna herida    queráismela vos mostrar,
     que los moros eran tantos    quizá vos han hecho mal.
  248   Con las mangas de mi camisa    vos las quiero yo apretar,
     con la toca, que es más grande,    yo os las entiendo sanar.
  250   --Calledes--, dijo Gaiferos--    infanta, no digades tal;
     por más que fueran los moros    no me podían hacer mal,
  252   que estas armas y caballo    son de mi tío don Roldán.
     Caballero que las trae    no podía peligrar.
  254   Cabalgad presto, señora,    que no es tiempo de aquí estar;
     antes que los moros tornen    los puertos hemos de pasar.--
  256   Ya cabalga Melisenda    en un caballo alazán.
     Razonando van de amores,    de amores, que no de al;
  258   ni de los moros han miedo    ni de ellos nada se dan;
     con el placer de ambos juntos    no cesan de caminar.
  260   De noche por los caminos,    de día por los jarales,
     comiendo de las yerbas verdes    y agua si pueden hallar,
  262   hasta que entraron en Francia    y en tierra de cristiandad.
     Si hasta allí alegres fueron,    mucho más de allí adelante.
  264   A la entrada de un monte    y a la salida de un valle,
     caballero de armas blancas    de lejos vieron asomar.
  266   Gaiferos desque lo vido    la sangre vuelto se le ha,
     diciendo su señora:    --¡Esto es más de recelar,
  268   que aquel caballero que asoma    gran esfuerzo es el que trae!
     Si era cristiano o moro,    forzado me será pelear,
  270   apeaos vos, mi señora,    y venidme a la par.
     De la mano la traía    no cesando de llorar,
  272   y desque se vieron juntos    comiénzanse aparejar.
     Las lanzas y los escudos    en son de bien pelear.
  274   Los caballos ya de cerca,    comienzan de relinchar;
     conoció su caballo Gaiferos    y empezara de hablar:
  276   --Perded cuidado, señora,    y tornad a cabalgar,
     que el caballo que allí viene    mío es en la verdad;
  278   yo le di mucha cebada    y más le entiendo de dar;
     las armas según que veo    mías son otro que tal,
  280   y aquel es Montesinos    que me viene a buscar,
     que cuando yo me partí    no estaba en la ciudad.
  282   Plugo mucho a Melisenda    aquello si fuese verdad.
     Ya que se van acercando    cuasi juntos a la par,
  284   con voz alta y crecida    empiézanse de interrogar.
     Conóscense los dos primos    entonces en el hablar;
  286   apeáronse a gran priesa,    muy grandes fiestas se hacen.
     Desque hubieron hablado    tornaron a cabalgar;
  288   razonando van de amores,    de otro no quieren hablar.
     Andando por sus jornadas    a tierra de cristiandad,
  290   cuantos caballeros hallan    todos los van acompañar,
     y dueñas a Melisenda,    doncellas otro que tal.
  292   Al cabo de pocos días    a París van a llegar.
     A siete leguas de la ciudad    el emperador a recebirlos sale;
  294   con él sale Oliveros,    con él sale don Roldán,
     con él el infante Guarinos,    almirante de la mar;
  296   con él sale don Belmudez    y el buen viejo don Beltrán;
     con él muchos de los doce    que a su mesa comen pan;
  298   y con él iba doña Alda,    la esposica de Roldán;
     con él iba Juliana    la hija del rey Julian;
  300   dueñas damas y doncellas    las más altas de linaje.
     El emperador abraza a su hija,    no cesando de llorar;
  302   palabras que le decía    dolor eran de escuchar.
     Los doce a don Gaiferos    gran acatamiento le hacen:
  304   tiénenlo por esforzado    mucho más de allí adelante
     pues que sacó a su esposa    de muy gran catividad.
  306   Las fiestas que le hacían    no tienen cuento ni par.

Variantes: -17asino por quien. Silva, Cod. del sr. Durán, Flor. ; -22a iba. Silva; -23b con él muchos de los doces / que a su mesa comen pan. // Flor; -26b la. Canc. de rom. s. a. y 1550; vos lo. Cod. del sr. Durán; -28a dice que soy para poco. Flor; -30b si no busqué a mi esposa / culpa no me pueden dar. // Flor; -48b no lo querría mal vezar. Cod. de Durán. mal no le quieran vezar. Flor; -61b así hablar. {I|Cod. de Durán; -69b y le ayuda a cabalgar. Silva, Flor; -70a cabalga. Silva; -93b Melisenda. dicen siempre la Silva y la Flor y esta lección, por ser más conforme a la original francesa (Belissent), es de preferir a Melisendra, como la dan todas las ediciones del Canc. de rom. y los editores de las colecciones modernas; -96a G. a. Silva, Flor; -105a cae la. Silva, Flor., Cod. de Durán; -110b los moros sus fiestas hacen. Cod. de Durán; Gran fiesta los moros hacen. Flor; -111a el rey iba a la mezquita. Cod. de Durán y las ediciones posteriores del Canc. de rom. Almanzor a la mezquita / va para hacer la zalá// Flor; -114b poder. Cod. de Durán, las ed. posteriores del Canc. de rom.y la Flor; -123b peinar. Flor; -131a Derecho se va Gaiferos / do los palacios están. // Desque estuvo cerca de ellos / comenzólas de mirar, // vio gallarda a Melisenda / en una ventana estar // con otras demás cristianas /etc. Flor; -137b en el jesto, ni en el hablar; //mas en verlo con armas blancas / en los doce fue a pensar. Flor; -142b queráisos a mí llegar. Cod. de Durán. A mí no os queráis negar. Flor; -143b decidme ahora la verdad. Flor; -145b Véase la nota del romance que dice: Caballero, si a Francia ides por mi señor preguntad [Prim. 155; IGR# 0151]; -160a reyes me acuitan. Cod. de Durán. Según los ruegos me hacen. Flor; -172a cuando la vido. Cod. de Durán. {MY Gaiferos que la vido. Flor; -174b las cristianas. Flor; -177b Siete veces la rodean / no haya por do escapar. // Cod. de Durán; Siete veces la rodean no hallando por donde andar. Flor; -178b mezquita rezar. Cod. de Durán. mezquita a rezar. Las ed. post. del Canc. de rom; -190b que mil veces de entre moros / lo sacó sin peligrar Flor; -206b no cesaba de mirar. Cod. de Durán y las ed. post. del Canc. de rom; . por ver qué cosa será Flor; -224b está. Silva; -228a Este debe ser encantado. Canc. de rom. s. a. y 1550; -229a este debe de ser. Canc. de rom. s. a. y 1550; o debe ser. Cod. de Durán; -230a este es Ogel. Canc. de rom s. a. y 1550; -230b el esforzado singular. Canc. de rom. s. a. y 1550. esforzado y singular. Cod. de Durán. esforzado en pelear. Flor; -249a y con la mi rica toca. Cod. de Durán. con la toca que es mayor. Flor; -267b que sea cristiano o moro / fuerza será de pelear. // Cod. de Durán; -272b Lléganse los caballeros / comienzan aprarejar. // Cod. de Durán. Desque el uno es cerca al otro; comiénzanse a aparejar. Flor; -282b que aquello. Cod. de Durán, Flor; -293a de París. Silva; -293b el emperador les sale. Cod. de Durán. Las ed. post. de Canc. de rom. El emperador que lo supo / a recibírselos sale. // Flor; -299a Julianesa. Cod. de Durán, Flor.
Nota: *En el Romancero del señor Almeida Garrett (tomo II pág. 250 sig) hay un romance portugués de Don Gaiferos, el cual es más corto y aun más popular en el castellano; pero es muy posterior a él, faltando ya en el portugués algunos de los más bellos rasgos.

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0828:1 Gaiferos sale de cautividad (á)            (ficha no.: 1598)

Versión de España. Recogida 00/00/1600 Publicada en un pliego suelto del s. XVI. Romance de don Roldán y de la trayción de Galalon. Con el romance de Gayferos [Pl Praga II, pl. 41, 7-8 Dicc. 1004]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 174, vol. II, pp. 248-250 (Gaiferos.--IV.).  058 hemist.  Música registrada.

     Media noche era por filo,    los gallos querían cantar,
  2   cuando el infante Gaiferos    salió de captividad;
     muerto deja al carcelero    y a cuantos con él están.
  4   Vase por una calle ayuso    como hombre mundanal,
     hablando en algarabía    como aquel que bien la sabe.
  6   Fuése para la puerta,    la puerta de la ciudad;
     halla las puertas cerradas,    no halla por do botar.
  8   Desque se vido perdido    empezara de llamar:
     --¡Ábrasme la puerta, el moro,    si Alá te guarde de mal!
  10   Mensajero soy del rey,    cartas llevo de mensaje.--
     Allí hablara el moro,    bien oiréis lo que dirá:
  12   --Si eres mensajero, amigo,    y cartas llevas de mensaje,
     esperases tú al día,    y con los otros saldrás.--
  14   Desque esto oyera Gaiferos    bien oiréis lo que dirá:
     --¡Ábrasme la puerta, el moro,    si Alá te guarde de mal!
  16   Darte he tres pesantes de oro,    que aquí no traía más.--
     Oídolo había una morica    que en altas torres está,
  18   dícele de esta manera,    empezóle de hablar:
     --Toma los pesantes, moro,    que menester te serán:
  20   la mujer tienes moza,    hijos chicos de criar.--
     Desque esto oyó el moro    recio se fue a levantar;
  22   las puertas que están cerradas    abriólas de par en par.
     Acordósele a Gaiferos    de una espada que trae;
  24   la cabeza de los hombros    derribado se la ha.
     Muerto cae el morico,    en el suelo muerto cae.
  26   Desque esto vio la morica    empieza de gritos dar;
     ella los daba tan grandes    que al cielo quieren llegar:
  28   --¡Abrasmonte, Abrasmonte,    el señor de este lugar!--
     Cuando acuerdan por Gaiferos,    ya estaba en la cristiandad.

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0145:2 Grimaldos desterrado y nacimiento de Montesinos (á)            (ficha no.: 1599)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en un pliego suelto del siglo XVI. Aquí comiezan dos rom. del conde Grimaltos y su hijo Montesinos (vale decir este romance y el que sigue), en el Rom. gen. del señor Durán, Silva de varios rom. ed. de Barcelona, 1582 y Floresta de varios rom. ed. de Madrid, 1761 (Romance de Grimaltos). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 175, vol. II, pp. 251-267.  520 hemist.  Música registrada.

     Muchas veces oí decir    y a los antiguos contar,
  2   que ninguno por riqueza    no se debe de ensalzar,
     ni por pobreza que tenga    se debe menospreciar.
  4   Miren bien, tomando ejemplo    do buenos suelen mirar,
     cómo el conde, a quien Grimaltos    en Francia suelen llamar,
  6   llegó en las cortes del rey    pequeño y de poca edad;
     fue luego paje del rey    del más secreto lugar
  8   porque él era muy discreto    y de él se podía fiar;
     y después de algunos tiempos,    cuando más entró en edad,
  10   le mandó ser camarero    y secretario real;
     y después le dio un condado,    por mayor honra le dar;
  12   y por darle mayor honra    y estado en Francia sin par
     lo hizo gobernador,    que el reino pueda mandar.
  14   Por su virtud y nobleza,    grande esfuerzo sin par,
     le quiso tomar por hijo    y con su hija le casar.
  16   Celebráronse las fiestas    con placer y sin pesar.
     Ya después de algunos días    de sus honras y holgar,
  18   el rey le mandó al conde    que le fuese a gobernar
     y poner cobro en las tierras    que lo fuera a encomendar.
  20   --Pláceme-- dijera el conde,    pues no se puede excusar.
     Ya se ordena la partida,    y el rey manda aparejar
  22   sus caballeros y damas    para haber de acompañar.
     Ya se partía el buen conde    con la condesa a la par,
  24   y caballeros y damas    que no le quieren dejar.
     Por la gran virtud del conde    no se pueden apartar;
  26   de París hasta León    le fueron acompañar.
     Vuélvense para París    después de placer tomar.
  28   Las nuevas que dan al rey    es descanso de escuchar,
     de cómo rige a León    y le tiene a su mandar
  30   y el estado de su Alteza,    cómo lo hacía acatar.
     De tales nuevas el rey    gran placer fuera a tomar.
  32   No prosigo más del rey,    sino que lo dejo estar.
     Tornemos a don Grimaltos    cómo empieza a gobernar.
  34   Bien querido de los grandes,    sin la justicia negar,
     trata a todos de tal suerte    que a ninguno da pesar.
  36   Cinco años él estuvo    sin al buen rey ir a hablar,
     ni del conde a él ir quejas,    ni de sentencia apelar.
  38   Mas fortuna que es mudable,    y no puede sosegar
     quiso serle tan contraria    por su estado lo quitar.
  40   Fue el caso que don Tomillas    quiso en traición tocar:
     revolvióle con el rey    por más le escandalizar,
  42   diciéndole que su yerno    se le quiere rebelar
     y que en villas y ciudades    sus armas hace pintar;
  44   y por señor absoluto    él se manda intitular
     y en las villas y lugares    guarnición quiere dejar.
  46   Cuando el rey aquesto oyera    tuvo de ello gran pesar,
     pensando en las mercedes    que al conde lo fuera a dar.
  48   ¡Sólo por buenos servicios    le pusiera en tal lugar,
     y después por galardón    tal traición le ordenar!
  50   Él ha determinado    de hacerle justiciar.
     Dejemos lo de la corte,    y al conde quiero tornar,
  52   que estando con la condesa    una noche a bel folgar,
     adurmióse el buen conde,    recordara con pesar;
  54   las palabras que decía    son de dolor y pesar:
     --¿Qué te hice, vil fortuna?    ¿Por qué te quieres mudar
  56   y quitarme de mi silla,    en que el rey me fue a sentar?
     ¡Por falsedad de traidores    causarme tanto de mal
  58   que según yo creo y pienso    no lo puede otro causar.--
     A las voces que da el conde    su mujer fue a despertar;
  60   recordó muy espantada    de verle así hablar
     y hacer lo que no solía    y de condición mudar.
  62   --¿Qué habéis, mi señor el conde?    ¿En qué podéis vos pensar?
     --No pienso en otro señora,    sino en cosa de pesar
  64   porque un triste y mal sueño    alterado me hace estar.
     Aunque en sueños no fiemos,    no sé a qué parte lo echar,
  66   que parecía muy cierto    que vi una águila volar;
     siete halcones tras ella    mal aquejándola van,
  68   y ella por guardarse de ellos    retrújose a mi ciudad;
     encima de una alta torre    allí se fuera a asentar.
  70   Por el pico echaba fuego,    por las alas alquitran;
     el fuego que de ella sale    la ciudad hace quemar;
  72   a mi quemaba las barbas,    y a vos quemabael brial.
     ¡Cierto tal sueño como éste    no puede ser sino mal!
  74   Esta es la causa, condesa,    que me sentiste quejar.
     --Bien lo merecéis, buen conde,    si de ello os viene algún mal,
  76   que bien ha los cinco años,    que en corte no os ven estar,
     y sabéis vos bien, el conde,    quién allí os quiere mal,
  78   que es el traidor de Tomillas,    que no suele reposar:
     yo no lo tengo a mucho    que ordene alguna maldad.
  80   Mas, señor, si me creéis,    mañana antes de yantar
     mandad hacer un pregón    por toda esa ciudad:
  82   que vengan los caballeros    que están a vuestro mandar
     y por todas vuestras tierras    también los mandéis llamar,
  84   que para cierta jornada    todos se hayan de juntar.
     Desque todos estén juntos    decirles heis la verdad:
  86   que queréis ir a París    para con el rey hablar
     y que se aperciban todos    para en tal caso os honrar.
  88   Según de ellos sois querido,    creo no os podrán faltar.
     Iros heis con todos ellos    a París, esa ciudad,
  90   besaréis la mano al rey    como la soléis besar,
     y entonces sabréis, señor,    lo que él os quiere mandar;
  92   que si enojo de vos tiene    luego os lo demostrará,
     y viendo vuestra venida    bien se lo podrá quitar.
  94   --Pláceme, dijo, señora,    vuestro consejo tomar.
     Pártese el conde Grimaltos    a París, esa ciudad,
  96   con todos sus caballeros    y otros que él pudo juntar.
     Desque fue cerca París    bien quince millas o más,
  98   mandó parar a su gente,    sus tiendas mandó armar.
     Hizo aposentar los suyos    cada cual en su lugar.
  100   Luego el rey de él hubo cartas,    respuesta no quiso dar.
     Cuando el conde aquesto vido    en París se fue a entrar;
  102   fuérase para el palacio    donde el rey solía estar;
     saludó a todos los grandes,    la mano al rey fue a besar:
  104   el rey de muy enojado    nunca se la quiso dar,
     antes más le amenazaba    por su muy sobrado osar,
  106   que habiendo hecho tal traición    en París osase entrar;
     jurando que por su vida    se debía maravillar
  108   cómo, visto lo presente,    no lo hacía degollar;
     y si no hubiera mirado    su hija no deshonrar,
  110   que antes que el día pasara    lo hiciera justiciar.
     Mas por dar a él castigo    y a otros escarmentar,
  112   le mandó salir del reino    y que en él no pueda estar.
     Plazo le dan de tres días    para el reino vaciar
  114   y el destierro es de esta suerte:    que gente no ha de llevar,
     caballeros, ni criados    no lo hayan de acompañar,
  116   ni lleve caballo o mula    en que pueda cabalgar;
     moneda de plata y oro    deje, y aun la de metal.
  118   Cuando el conde esto oyera    ¡ved cuál podía estar!
     Con voz alta y rigurosa,    cercado de gran pesar,
  120   como hombre desesperado    tal respuesta le fue a dar:
     --Por desterrarme tu Alteza,    consiento en mi desterrar;
  122   mas quien de mí tal ha dicho,    miente y no dice verdad,
     que nunca hice traición,    ni pensé en maldad usar;
  124   mas si Dios me da la vida,    yo haré ver la verdad.
     Ya se sale de palacio    con doloroso pesar;
  126   fuése a casa de Oliveros,    y allí halló a don Roldán.
     Contábales las palabras    que con el rey fue a pasar;
  128   despidiéndose está de ellos,    pues les dijo la verdad,
     jurando que nunca en Francia    lo verían asomar,
  130   si no fuese castigado    quien tal cosa fue a ordenar.
     Ya se despedia de ellos,    por París comienza a andar
  132   despidiéndose de todos    con quien solía conversar:
     despidióse de Valdovinos    y del romano Fincán,
  134   y del gaston Angeleros,    y del viejo don Beltrán,
     y del duque don Estolfo,    de Malgesí otro que tal,
  136   y de aquel solo invencible    Reinaldos de Montalván.
     Ya se despide de todos    para su viaje tomar.
  138   La condesa fue avisada,    no tardó en París entrar:
     derecha fue para el rey    sin con el conde hablar,
  140   diciendo que de su Alteza    se quería maravillar,
     cómo al buen conde Grimaltos    lo quisiese así tratar;
  142   que sus obras nunca han sido    de tan mal galardonar,
     y que suplica a su Alteza    que en ello mande mirar,
  144   y, si el conde no es culpado    que al traidor haga pagar
     lo que el conde merecía    si aquello fuese verdad,
  146   y así será castigado    quien lo tal fue a ordenar.
     Cuando el rey aquesto oyera    luego la mandó callar
  148   diciendo que si más habla    como a él la ha de tratar
     y que le es muy excusado    por el conde le rogar,
  150   pues quien por traidores ruega    traidor se pueda llamar
     La condesa que esto oyera ,    llorando con gran pesar,
  152   descendióse del palacio    para al conde ir a buscar.
     Viéndose ya con el conde    se llegó a lo abrazar;
  154   lo que el uno y otro dicen    lástima era de escuchar:
     --¿Éste es el descanso, conde,    que me habíades de dar?
  156   ¡No pensé que mis placeres    tan poco habían de durar!
     Mas en ver que sin razón,    por placer nos dan pesar,
  158   quiero que cuando vais, conde,    cuenta de ello sepáis dar.
     Yo os demando una merced,    no me la queráis negar,
  160   porque cuando nos casamos    hartas me habíades de dar.
     Yo nunca las he habido,    aun las tengo de cobrar,
  162   ahora es tiempo, buen conde,    de haberlas de demandar.
     --Excusado es, la condesa,    eso ahora demandar,
  164   porque jamás tuve cosa    fuera de vuestro mandar,
     que cuando vos demandéis    por mi fe de lo otorgar.
  166   --Es, señor, que donde fuéredes    con vos me hayáis de llevar.
     --Por la fe que yo os he dado    no se os puede negar;
  168   mas de las penas que siento    ésta es la más principal
     porque perderme yo solo    este perder es ganar,
  170   y en perderos vos, señora,    es perder sin más cobrar;
     mas pues así lo queréis,    no queramos dilatar.
  172   ¡Mucho me pesa, condesa,    porque no podías andar,
     que siendo niña y preñada,    podríades peligrar!
  174   Mas pues fortuna lo quiere    recibidlo sin pesar,
     que los corazones fuertes    se muestran en tal lugar.--
  176   Tómanse mano por mano,    sálense de la ciudad;
     con ellos sale Oliveros,    y ese paladín Roldán,
  178   también el Dardín Dardeña,    y ese romano Fincán,
     y ese gastón Angeleros,    y el fuerte Meridán.
  180   Con ellos va don Reinaldos,    y Valdovinos el galán,
     y ese duque don Estolfo,    y Malgesí otro que tal;
  182   las dueñas y las doncellas    también con ellos se van.
     CInco millas de París    los hubieron de dejar.
  184   El conde y condesa solos    tristes se habían de quedar;
     cuando partirse tenían    no se podían hablar.
  186   Llora el conde y la condesa,    sin nadie les consolar,
     porque no hay grande ni chico    que estuviese sin llorar.
  188   ¡Pues las damas y doncellas,    que allí hubieron de llegar,
     hacen llantos tan extraños,    que no los oso contar
  190   porque mientras pienso en ellos    nunca me puedo alegrar!
     Mas el conde y la condesa    vanse sin nada hablar;
  192   los otros caen en tierra    con la sobra del pesar;
     otros crecen más sus lloros    viendo cuán tristes se van.
  194   Dejo de los caballeros    que a París quieren tornar,
     vuelvo al conde y la condesa,    que van con gran soledad
  196   por los yermos y asperezas    do gente no suelo andar.
     Llegado el tercero día,    en un áspero boscaje
  198   la condesa de cansada,    triste, no podía andar.
     Rasgáronse sus servillas,    no tiene ya qué calzar;
  200   de la aspereza del monte    los pies no podía alzar;
     do quiera que el pie ponía    bien quedaba la señal.
  202   Cuando el conde aquesto vido,    queriéndola consolar,
     con gesto muy amoroso    la comenzó de hablar:
  204   --No desmayedes, condesa,    mi bien, queráis esforzar,
     que aquí está una fresca fuente    do el agua muy fría está;
  206   reposaremos, condesa,    y podremos refrescar.--
     La condesa que esto oyera    algo el paso fue a alargar
  208   y en llegando a la fuente    las rodillas fue a hincar.
     Dió gracias a Dios del cielo,    que la trujo en tal lugar,
  210   diciendo: --¡Buen agua es ésta    para quien tuviese pan!--
     Estando en estas razones    el parto le fue a tomar,
  212   y allí pariera un hijo,    que es lástima de mirar
     la pobreza en que se hallan    sin poderse remediar.
  214   El conde cuando vio el hijo    comenzóse de esforzar;
     con el sayo que traía    al niño fue a cobijar;
  216   también se quitó la capa    por a la madre abrigar.
     La condesa tomó el niño    para darle de mamar.
  218   El conde estaba pensando    qué remedio le buscar,
     que pan ni vino no tienen,    ni cosa con que pasar.
  220   La condesa con el parto    no se puede levantar;
     tomóla el conde en los brazos    sin ella el niño dejar,
  222   súbelos a una alta sierra    para más lejos mirar.
     En unas breñas muy hondas    grande humo vio estar;
  224   tomó su mujer y hijo,    para allá les fue a llevar.
     Entrando en la espesura    luego al encuentro le sale
  226   un virtuoso ermitaño    de reverencia muy grande.
     El ermitaño que los vido    comenzóles de hablar:
  228   --¡Oh válgame Dios del cielo!    ¿Quién aquí os fue a aportar?
     Porque en tierra tan extraña    gente no suele habitar,
  230   sino yo que por penitencia    hago vida en este valle.--
     El conde lo respondió    con angustia y con pesar.
  232   --Por Dios te ruego, ermitaño,    que uses de caridad,
     que después habremos tiempo    de cómo vengo, a contar; :
  234   mas para esta triste dueña    dame qué le pueda dar,
     que tres días con sus noches    ha que no ha comido pan;
  236   que allá en esa fuente fría    el parto le fue a tomar.--
     El ermitaño que esto oyera,    movido de gran píedad,
  238   llevóles para la ermita    do él solía habitar.
     Dióles del pan que tenía,    y agua, que vino no hay.
  240   Recobró algo la condesa    de su flaqueza muy grande.
     Allí lo rogó el conde    quiera el niño bautizar,
  242   --Pláceme--, dijo, --de grado;    ¿mas cómo le llamarán?
     --Como quisiéredes, Padre,    el nombre lo podréis dar.
  244   --Pues nació en ásperos montes    Montesinos le dirán--
     Pasando y viniendo días,    todos vida santa hacen;
  246   bien pasaron quince años,    que el conde de allí no parte,
     Mucho trabajó el buen conde    en haberle de enseñar
  248   a su hijo Montesinos    todo el arte militar,
     la vida de caballero    cómo la había de usar,
  250   cómo ha de jugar las armas,    y qué honra ha de ganar,
     cómo vengará el enojo    que al padre fueron a dar.
  252   Muéstrale en leer y escribir    lo que lo puede enseñar,
     muéstrale jugar a tablas,    y cebar un gavilán.
  254   A veinte y cuatro de junio,    día era de San Juan,
  256   padre y hijo paseando    de la ermita se van;
     encima de una alta sierra    se suben a razónar.
  258   Cuando el conde alto se vido    vido a París la ciudad.
     Tomó al hijo por la mano,    comenzóle de hablar,
  260   con lágrimas y sollozos    no deja de suspirar.

Variantes: -4a Mirad bien, tomad ejemplo. Silva; -5a que el conde don. Silva, Flor; -5b qu` en. Silva, Flor; -6a que llegó en cortes. Silva, Flor; -8a secreto. Silva; -11b el que ya oistes nombrar. Silva; -118a buen conde. Silva; -18b se. Silva, Flor; -22b haberle. Silva, Flor; -24b los querían. Silva; -31b mucho placer fue. Silva; -36a cuatro o cinco años. Silva; -36b sin ir al rey. Silva; -37a ir al rey. Silva; -40a fue que el falso de. Silva; -46b de ello tuvo. Silva; -47a en los beneficios. Silva; -47b dio sin pesar. Silva; -55a yo. Silva-57b tanto pesar. Silva; -59b la condesa hace despertar. Silva; -63a nada. Silva; -64a sino triste soñé un sueño. Silva; -64b que alterado. Silva; -65a en ellos. Silva; -72b y a vos señora. Silva; -74b de que me sentía. Silva; -76a cerca. Silva; -77b que allí hay quien. Silva; -78a y el traidor de don Tomillas. Silva; -79b os urda. Silva; -84a por una jornada cierta. Silva, Flor; -91a señor, entonces veréis. Silva; -92b lo ha de mostrar. Silva; -103b tomar. Silva; -113b para del reino botar.Silva; -118b ¡ved que tal podía quedar! Silva; -122a mal te dijo. Silva; -134a y de Gastón Silva; quien tal quiere ordenar. Silva; -146b después de este verso se hallan en la }Silva los dos siguientes: con enojo y con pesar, // con gran saña muy airado /; -147a y si más en ello le había. Silva; -148a viera. Silva; -153a viendo así ir al conde. Silva; -153b llegado la ha. Silva; -160b arras. Silva, Flor; -164b no fuese a. Silva; -165b doy. Silva; -167b no lo vos puedo. Silva; -169b al perder llamo. Silva, Flor; -174a fortuna os convida. Silva; -179b Merián. Silva; -181b Después de este verso pone la Silva los dos siguientes: cien caballeros de salva / los salen acompañar//; -182a damas, dueñas y. Silva; -200a camino. Silva; -200b van los pies corriendo sangre. Silva; -204b bien os queráis. Silva; -205b agua fresca sale. Silva; -213b no se puede. Silva; -216b por cobijar a su madre. Silva; -223b vido que gran humo sale. Silva; -241b Allí lo suplicó el conde / que huviese de bautizar // al triste niño nacido / con tribulación tan grande. //Silva; -244ble llamad. Silva; -246b En la. Silva se hallan después de este verso los dos siguientes: Do se crió Montesinos, / y su hijo natural. //; -247b mostrar. Silva; -248a Éste y el verso que le sigue faltan en la Silva; -250a y en exercitar. Silva; -251a En vez de este y del verso que le sigue lleva la Silva los siguientes: Él mira bien el consejo / que le daba el conde su padre //; -254b mañana. Silva; -256b se salen. Silva.
Nota: *No habiendo estado a nuestro alcance el pliego suelto arriba citado, del que se ha aprovechado el señor Durán al publicar este romance en su Romancero general, hemos juzgado lo mejor el copiar literalmente su texto, anotando todavía las variantes de la Silva, y las más importantes de la Flor. .

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9289:1 Montesinos mata a Tomillas (á(-e))            (ficha no.: 1600)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 193* y Canc. de rom. 1550, f. 206 (Romance de Montesinos). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 176, vol. II, pp. 267-269 (vv 1-23) (Montesinos.--II.).  046 hemist.  Música registrada.

     --Cata Francia, Montesinos,    cata París la ciudad,
  2   cata las aguas de Duero,    do van a dar en la mar;
     cata palacios del rey,    cata los de don Beltrán,
  4   y aquella que ves más alta    y que está en mejor lugar
     es la casa de Tomillas,    mi enemigo mortal.
  6   Por su lengua difamada    me mandó el rey desterrar
     y he pasado a causa de esto    mucha sed, calor y hambre,
  8   trayendo los pies descalzos,    las uñas corriendo sangre.
     A la triste madre tuya    por testigo puedo dar,
  10   que te parió en una fuente    sin tener en qué te echar.
     Yo triste quité mi sayo    para haber de cobijarte;
  12   ella me dijo llorando    por te ver tan mal pasar:
     --Tomes este niño, conde,    y lléveslo a cristianar;
  14   llamédesle Montesinos    Montesinos le llamad.--
     Montesinos que lo oyera    los ojos volvió a su padre;
  16   las rodillas por el suelo    empezóle de rogar
     le quisiese dar licencia,    que en París quiere pasar,
  18   y tomar sueldo del rey    si se lo quisiere dar,
     por vengarse de Tomillas,    su enemigo mortal;
  20   que si sueldo del rey toma,    todo se puede vengar.
     Ya que despedirse quieren    a su padre fue a rogar
  22   que a la triste de su madre    él la quiera consolar
     y de su parte le diga    que a Tomillas va buscar.**

Nota: *[Incluyo aquí la nota original de W.-H. aunque advierto al lector que me ha parecido preferible truncar el texto de Prim nº 176 donde acaba el romance en el Canc. de rom. s. a. y en la ed. de 1550 y pasar a una entrada aparte (Prim 176bis) los versos que corresponden al texto impreso en la Silva de varios romances, ed. de Barcelona de 1582. Para ello, incorporo al 176bis el comienzo de la versión de la Silva tal como consta en la nota de W. H a su nº 176. La nota original de estos editores (sin los versos) dice así:] **«Con este verso acaba el romance en todas las ediciones del Canc. del rom. Lo que sigue se ha tomado de la Silva de var. de rom. ed. de Barcelona del año 1582, donde también la parte que antecede es tan diferente texto del Canc. de rom. que la ponemos aquí entera; el texto de la Flor. de var. rom. está en un todo conforme con él de la Silva, teniendo tan sólo algunas ligeras variaciones o enmendaciones mas bien posteriormente hechas con arreglo a los preceptos de la poesía astística. » SHP

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9289:2 Montesinos mata a Tomillas (á(-e))            (ficha no.: 1601)

Versión de España. Recogida 00/00/1582 Publicada en Silva de var. rom. ed. de Barcelona del año 1582* y Floresta de varios rom. *. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 176n+176 texto a partir del verso 24, vol. II, pp. 269-273.  168 hemist.  Música registrada.

     --Cata Francia, Montesinos,    y París esa ciudad;
  2   cata palacio del rey    tu abuelo natural;
     cata casa de Tomillas    mi enemigo mortal.
  4   Por su inicua y mala lengua    me mandaron desterrar,
     do he pasado a causa de esto    mucha sed, calor y hambre,
  6   aguas, nieves y ventiscos    por estos asperos valles.
     Y la triste madre tuya    por testigo puedo dar,
  8   que te parió en un fuente    sin tener cosa en que echarte.
     Yo triste quité mi sayo    para haber de cobijarte.
  10   Otras mil angustias tristes    que yo no quería contar,
     y el traidor de don Tomillas    todo esto quiso ordenar;
  12   mas si Dios me da la vida    yo lo entiendo de vengar.--
     Montesino que esto oyera    los ojos volvió a su padre,
  14   las rodillas puso en tierras    por la mano le besar.
     Pidió le diese licencia    que a París quiere llegar
  16   porque él ha oido decir    que sueldo acostumbran dar
     a los buenos caballeros    que lo quisieren tomar.
  18   --Por eso, señor, vos ruego,    de ello no toméis pesar;
     que si el sueldo del rey tomo    todo se podrá vengar.--
  20   Viendo el conde su deseo,    la bendición le fue a dar.
     Partiéndose Montesinos    volvió a rogar a su padre,
  22   que haya por encomendada    a la condesa su madre,
     y de su parte le diga,    que a Tomillas va a buscar.
  24   --Pláceme, dijera el conde,    hijo, por te contentar.--
     Ya se parte Montesinos    para en París entrar,
  26   y en entrando por las puertas    luego quiso preguntar
     por los palacios del rey    que se los quieran mostrar.
  28   Los que se lo oían decir    d`él se empiezan a burlar;
     viéndolo tan mal vestido    piensan que es loco, o truhán.
  30   En fin muéstranle el palacio,    por ver qué quiere buscar.
     Sube alto en el palacio,    entró en la sala real,
  32   halló que comía el rey,    don Tomillas a la par.
     Mucha gente está en la sala,    por él no quieren mirar.
  34   Desque hubieron ya comido    al ajedrez van a jugar
     solos el rey y Tomillas    sin nadie a ellos hablar,
  36   si no fuera Montesinos    que llegó a los mirar.
     Mas el falso de Tomillas,    en quien nunca hubo verdad,
  38   jugara una treta falsa,    donde no pudo callar
     el noble de Montesinos,    y publica su maldad.
  40   Don Tomillas que esto oyera,    con muy gran riguridad
     levantara la su mano,    un bofetón lo fue a dar.
  42   Montesinos con el brazo    el golpe lo fue a tomar,
     y echó mano al tablero,    y a don Tomillas fue a dar
  44   un tal golpe en la cabeza,    que le hubo de matar.
     Murió el perverso dañado,    sin valerle su maldad.
  46   Alborótanse los grandes    cuantos en la sala están;
     prendieron a Montesinos    y queríanlo matar,
  48   sino que el rey mandó a todos    que no le hiciesen mal,
     porque él quería saber    quién le dio tan gran asar;
  50   que no sin algún misterio    él no osara tal pensar.
     Cuando el rey le interrogara    él dijera la verdad.
  52   --Sepa tu real Alteza    soy tu nieto natural;
     hijo soy de vuestra hija,    la que hicisteis desterrar
  54   con el conde don Grimaltos,    vuestro servidor leal,
     y por falsa invención    le quisiste maltratar.
  56   Mas agora vuestra Alteza    de ello se puede informar:
     que el falso de don Tomillas    sepan si dijo verdad,
  58   y si pena yo merezco,    buen rey, mandádmela dar,
     y también si no la tengo    que me mandásedes soltar,
  60   y al buen conde y la condesa    los mandéis ir a buscar,
     y les tornéis a sus tierras    como solía gobernar.--
  62   Cuando el rey aquesto oyera    no quiso más escuchar.
     Aunque veía ser él su nieto,    quiso saber la verdad.
  64   Supo que don Tomillas    ordenió aquella maldad,
     porque tuvo envidia    viéndole en prosperidad.
  66   Cuando el rey la verdad supo    al conde hizo ir a buscar
     Gente de a pie y de a caballo    iban para le acompañar
  68   y damas por la condesa    como solía llevar.
     Llegado junto a París    dentro no quieren entrar,
  70   porque cuando d`él salieron    los dos fueron a jurar
     que las puertas de París    nunca las vieran pasar.
  72   Cuando el rey aquello supo    luego mandó derribar
     un pedazo de la cerca    por do pudiesen pasar
  74   sin quebrar el juramento    que ellos fueron a jurar.
     Lleváronlos al palacio    con mucha solemnidad;
  76   hácenlos muy ricas fiesta,    cuantos en en la corte están.
     Caballeros, dueñas, damas    los vienen a visitar
  78   y el rey delante de todos    por mayor honra les dar.
     Les dijo que había sabido    cómo era todo maldad
  80   lo que dijo don Tomillas    cuando lo hizo desterrar
     y porque sea más creído    allí les tornó a afirmar
  82   todo lo que antes tenían,    y el gobierno general,
     y que después de sus días,    el reino haya de heredar
  84   el noble de Montesinos    y así lo mandó firmar.

Nota: *Repito la parte relevante de la nota de W.-H. a su texto nº 176: «. . . el texto de la Flor. de var. rom. está en un todo conforme con él de la Silva, teniendo tan sólo algunas ligeras variaciones o enmendaciones mas bien posteriormente hechas con arreglo a los preceptos de la poesía astística. » [SHP]

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0358:1 Montesinos y Oliveros desafiados (á-o)            (ficha no.: 1602)

Versión de España. Recogida 00/00/1600 Publicada en un pliego suelto del s. XVI. Síguese un romance: el cual cuenta el desafío que hizo Montesinos a Oliveros en las sales de París: hecho por Juan del Campo [Praga I, pl. 30, 249-252; Dicc. 1084]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 177, vol. II, pp. 273-278 (Montesinos.--III.).  189 hemist.  Música registrada.

     En las salas de París,    en un palacio sagrado
  2   ado está el emperador    con los pares razonando,
     acabando de comer,    un rumor se ha levantado:
  4   Oliveros y Montesinos    mal se quieren en celado.
     Oliveros fue el primero    que se había desmesurado:
  6   --Dicho os he, Montesinos,    días ha que os he rogado,
     que de amores de Aliarda    no tuviésedes cuidado,
  8   que no sois para servilla,    ni para ser su criado;
     si no fuese por el emperador    yo os habría castigado.--
  10   Montesinos que esto oyera    la color se le ha mudado,
     así le tiemblan las carnes    como a hombre sentenciado.
  12   Echó mano a la su espada,    su rico manto abajado,
     tiró un golpe a Oliveros,    mas no le había acertado.
  14   Oliveros no tenía armas,    dos saltos atrás ha dado.
     Metióse la gente en medio,    otra cosa no ha pasado.
  16   Ellos en aquesto estando    don Roldán había llegado
     a grandes voces diciendo:
  18   --¡Viva, viva el emperador,    y el que vive a su mandado!
     --¡Viva!-- dijo Montesinos,    --mas no de ser ultrajado;
  20   que si de esto no me vengo,    no entraré más en poblado,
     ni comeré pan a mesa,    ni oiré misa en sagrado,
  22   ni me vestiré loriga,    ni cabalgaré en caballo,
     ni me llamarán en Francia    hijo del conde Grimaldo.--
  24   Abájase del escala    con pasión, muy lastimado;
     fuérase al mesón de Burgo    ado estaba aposentado.
  26   Armóse de una loriga    y de un arnés tranzado,
     echóse un escudo al cuello:    de todas armas armado,
  28   sin poner pie en el estribo,    en el caballo había saltado.
     Sale por la puerta afuera    muy honesto y mesurado,
  30   por las calles que había gente    íbase muy sosegado,
     por do vía que no estaba    va corriendo como un gamo.
  32   En saliendo de París    topara con don Reinaldo,*
     primo suyo carnal,    en amor más que hermano.
  34   --¿Adónde vais, Montesinos,    adó vais tan bien armado?
     O vais con mensaje a moros,    o venís desafiado.--
  36   --No voy a nada de aqueso,    ni de ello tengo cuidado;
     mas Oliveros en palacio    de palabras me ha ultrajado.
  38   Respondiérale yo a ellas,    mas no quedé bien pagado.
     Por Dios os ruego, mi primo,    que vais a desafiarlo,
  40   que le digáis de mi parte    que le espero en el campo,
     en el campo de SanDionís    bien armado y a caballo.
  42   --Pláceme, dijo Reinaldo,    pláceme de muy buen grado,
     decírselo he de boca,    aunque esté muy ocupado.
  44   Si no quisiere uno por uno,    seremos dos por cuatro,
     aunque viniese con ellos    don Roldán el encantado.--
  46   Ellos en aquesto estando    Oliveros que ha llegado
     con la sobrevista verde.    ¡Oh cuán bien parece armado!
  48   El gesto trae descubierto,    blanco es y colorado,
     a grandes voces diciendo:    --Tiraos afuera, Reinaldo,
  50   lo que ha dicho Montesinos    presto le costará caro.
     --Pláceme le dijo él,    pláceme de muy buen grado.--
  52   Volvió riendas al caballo,    en París se había lanzado.
     Mejor fuera para ellos    no habellos él dejado.
  54   Pocas palabras se dicen,    metido se han en un prado.
     Apartóse el uno del otro    cuanto un tiro de dardo.
  56   De los muy recios encuentros    a tierra se han derrocado.
     Herido fue Montesinos    en el su izquierdo lado;
  58   así quedara Oliveros    por medio de su costado,
     que el hierro de Montesinos    en el cuerpo le ha quedado.
  60   Levántanse ambos en pie,    las espadas han sacado;
     entre los dos caballeros    cruel batalla se ha trabado.
  62   Ellos en aquesto estando    Baldovinos que ha llegado
     con sus perras de traílla    y su halcín en la mano.
  64   Rogado les ha por la paz;    d` él nada no se han curado.
     Batió piernas al caballo,    y el así los ha dejado.
  66   Fuése al emperador    muy triste, desconsolado.
     --¿Qué hacéis aquí, señor,    con tan pequeño cuidado?
  68   Que hoy pierdes dos caballeros,    los mejores de tu estado,
     en el campo de San Dionís    cada uno mal llagado.
  70   Si presto no socorréis    el campo será acabado.--
     Don Carlos cuando lo oyera    temblaba como azogado;
  72   cabalgó en un palafrén    por no esperar a caballo.
     Con él iba en compañía    ese conde don Grimaldo,
  74   con él iban caballeros,    todos eran hijos dalgo.
     En llegando a San Dionisio    venlos estar en lo llano;
  76   cada cual caído en tierra,    que no bullen pie ni mano.
     Cuando así los vido el conde,    de su boca había hablado:
  78   --¡Qué tal estáis, mi hijo,    el mi hijo mucho amado,
     por las tierras do yo voy    por vos fuera muy honrado!
  80   Si habéis herida de muerte    de vuestra alma habed cuidado.
     Aunque vos muráis, mi hijo,    de mí no seréis llorado,
  82   que ni moris por mesones,    ni por tableros jugando;
     moris como caballero    en el campo peleando.
  84   --Que no moriré, señor,    de lo que estoy agora llagado;
     mas socorred a Oliveros,    ved si está peor tratado.
  86   --Con él está acá, mi hijo,    el emperador don Carlos.
     Mucho estaba mal herido,    vos no estáis muy bien librado.--
  88   Allí llegó el emperador,    su rostro todo mojado
     de lágrimas de sus ojos    que por ellos ha llorado.
  90   --Si sois vivo, Montesinos,    yo quedaré consolado.--
     --Cuál me hallardes señor,    estoy a vuestro mandado.--
  92   Con igual honra en París    ambos los han lanzado;
     con la vida de los dos    el pueblo se ha holgado.
  94   Mucho más se holgó el conde,    y así hiciera Reinaldo,
     que del bien de Montesinos    él estaba muy pagado.

Nota: *El texto lleva por equivocación: Roldán, mientras la asonancia y el sentido piden: Reinaldo.

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0358:2 Montesinos y Oliveros desafiados (á-o)            (ficha no.: 1603)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 65 (Romance de un desafío que se hizo en París de dos caballeros principales de la tabla redonda, los cuales son Montesinos y Oliveros. Fue el desafío por amores de una dama llamada Aliarda)* y Canc. de rom. 1550 f. 65; Silva de 1550 t. II. f. 162, y Floresta de varios romances. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 177a, vol. II, pp. 279-289 (Montesinos. IV.).  366 hemist.  Música registrada.

     En las salas de París,    en el palacio sagrado
  2   donde está el emperador    con su imperial estado,
     también estaban los doce    que a una mesa se han juntado,
  4   obispos y arzobispos    y un patriarca honrado.
     Después que hubieron comido    y las mesas se han alzado,
  6   ya se levanta la gente,    todos iban paseando