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Pan-Hispanic Ballad Project

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0031:1 Bodas de doña Lambra (á-a+á-e (+á-o))            (ficha no.: 1402)
[0305 Yo me estava en Barbadillo, contam.]

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 164 (Romance de doña Hambrç); Canc. de rom. 1550, f. 170 y Silva de 1550 t. I. f, 86**. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 19, vol. I, pp. 61-65 (Romances sobre los siete infantes de Lara y del bastardo Mudarra).  138 hemist.  Música registrada.

     A Calatrava la Vieja    la combaten castellanos;
  2   por cima de Guadiana    derribaron tres pedazos;
     por los dos salen los moros,    por el uno entran cristianos.
  4   Allá dentro de la plaza    fueron a armar un tablado,
     que aquel que lo derribare    ganará de oro un escaño.
  6   Este don Rodrigo de Lara,    que ese lo había ganado,
     del conde Garci-Hernández, sobrino    y de doñ Sancha es hermano,
  8   al conde Garci-Hernández    se lo llevó presentado,
     que le trate casamiento    con aquesa doña Lambra.
  10   Ya se trata casamiento,    ¡hecho fue en hora menguada!
     doña Lambra de Burueva,    con don Rodrigo de Lara.
  12   Las bodas fueron en Burgos,    las tornabodas en Salas;
     en bodas y tornabodas    pasaron siete semanas.
  14   Tantas vienen de las gentes,    que no caben por las plazas,
     y aun faltaban por venir    los siete infantes de Lara.
  16   Helos, helos por do vienen,    con toda la su compaña:
     saliólos a recebir    la su madre doña Sancha:
  18   --Bien vengades, los mis hijos,    buena sea vuestra llegada;
     allá iredes a posar    a esa cal de Cantarranas;
  20   hallaréis las mesas puestas,    viandas aparejadas.
     Desque hayáis comido, hijos,    no salgades a las plazas
  22   porque las gentes son muchas,    y trábanse muchas barrajas.--
     Desque todos han comido    van a bohordar a la plaza;
  24   no salen los siete infantes,    que su madre se lo mandara;
     mas desque hubieron comido    siéntanse a jugar las tablas.
  26   Tiran unos, tiran otros,    ninguno bien bohordaba.
     Allí salió un caballero    de los de Córdoba la llana,
  28   bohordó hacia el tablado    y una vara bien tirara.
     Allí hablara la novia,    de esta manera hablara:
  30   --Amad, señoras, amad    cada una en su lugar,
     que más vale un caballero    de los de Córdoba la llana,
  32   que no veinte ni treinta    de los de la casa de Lara.--
     Oídolo había doña Sancha,    de esta manera hablara:
  34   --No digáis eso, señora,    no digades tal palabra,
     porque aun hoy os desposaron    con don Rodrigo de Lara.
  36   --Mas calláis vos, doña Sancha,    que no debéis ser encuchada,
     que siete hijos paristes    como puerca encenagada.--
  38   Oídolo había el ayo    que a los infantes criaba;
     de allí se había salido,    triste se fue a su posada.
  40   Halló que estaban jugando    los infantes a las tablas,
     si no era el menor de ellos,    Gonzalo González se llama;
  42   recostado lo halló    de pechos en una baranda.
     --¿Cómo venís triste, amo?,    decí ¿quién os enojara?--
  44   Tanto le rogó Gonzalo,    que el ayo se lo contara:
     --Mas mucho os ruego, mi hijo,    que no salgáis a la plaza.--
  46   No lo quiso hacer Gonzalo,    mas antes tomó una lanza;
     caballero en un caballo    vase derecho a la plaza;
  48   vido estar el tablado    que nadie lo derribara.
     Enderezóse en la silla,    con él en el suelo daba;
  50   desque lo hubo derribado    de esta manera hablara:
     --Amade, putas, amad,    cada una en su lugar,
  52   que más vale un caballero    de los de la casa de Lara,
     que cuarenta ni cincuenta    de los de Córdoba la llana.--
  54   Doña Hambra que esto oyera    bajóse muy enojada;
     sin aguardar a los suyos    fuése para su posada;
  56   halló en ella a don Rodrigo,    de esta manera le habla:
     --Yo me estaba en Barbadillo,    en esa mi heredad;
  58   mal me quieren en Castilla    los que me habían de aguardar:
     los hijos de doña Sancha    mal amenazado me han
  60   que me cortarían las faldas    por vergonzoso lugar
     y cebarían sus halcones    dentro de mi palomar,
  62   y me forzarían mis damas    casadas y por casar;
     matáronme un cocinero    so faldas del mi brial.
  64   Si de esto no me vengáis,    yo mora me iré a tornar.--
     Allí habló don Rodrigo,    bien oiréis lo que dirá:
  66   --Calledes, la mi señora,    vos no digades atal.
     De los infantes de Salas    yo vos pienso de vengar;
  68   telilla les tengo ordida,    bien gela cuido tramar,
     que nacidos y por nacer    de ello tengan que contar.{M}

Variantes: -43a ayo. Las ed. posteriores del Canc. de rom.; -57a El Canc. de rom. s. a. y la Silva de 1550 tienen de este romance solo el fragmento que comienza por este verso; -58b guardar. Silva; -62a forzaran. Silva; -67a Lara. Las ed. post. del M}Canc. de Rom ; -67 Este y el verso que le antecede faltan en la Silva; -68a Urdida. Silva; -69a que falta en la Silva; -69b tendrán Silva.
Nota: *Lambra Silva. [Falta por comprobar el texto en la Silva. SHP]

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0031:2 Bodas de doña Lambra (á-a)            (ficha no.: 1403)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Silva de 1550. t. II. f. 60 (Romance de don Rodrigo de Lara). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 20, vol. I, pp. 65-68 (De los siete infantes de Lara.--II.).  094 hemist.  Música registrada.

     ¡Ay Dios, qué buen caballero    fue don Rodrigo de Lara,
  2   que mató cinco mil moros    con trescientos que llevaba!
     Si aqueste muriera entonces    ¡qué gran fama que dejara!
  4   No matara a sus sobrinos    los siete infantes de Lara,
     ni vendiera sus cabezas    al moro que las llevaba.
  6   Ya se trataban sus bodas    con la linda doña Lambra:
     las bodas se hacen en Burgos,    las tornabodas en Salas:
  8   las bodas y tornabodas    duraron siete semanas;
     las bodas fueron muy buenas,    mas las tornabodas malas.
  10   Ya convidan por Castilla,    por Castilla y por Navarra;
     tanta viene de la gente    que no hallaban posadas
  12   y aun faltan por venir    los siete infantes de Lara.
     Helos, helos por do vienen    por aquella vega llana;
  14   sálelos a recebir    la su madre doña Sancha.
     --Bien vengades, los mís hijos,    buena sea vuestra llegada.
  16   --Nora buena estéis, señora,    nuestra madre doña Sancha.--
     Ellos le besan las manos,    ella a ellos en la cara.
  18   --Huelgo de veros a todos,    que ninguno no faltaba,
     y más a vos, Gonzalvico,    porque a vos mucho amaba.
  20   Tornad a cabalgar, hijos,    y tomedes vuestras armas
     y allá iréis a posar    al barrio de Cantaranas.
  22   Por Dios os ruego, mís hijos,    no salgáis de las posadas,
     porque en semejantes fiestas    se urden buenas lanzadas.--
  24   Ya cabalgan los infantes    y se van a sus posadas;
     hallaron las mesas puestas    y viandas aparejadas.
  26   Después que hubieron comido    pidieron juego de tablas,
     si no fuera Gonzalvico    que su caballo demanda.
  28   Muy bien puesto en la silla    se sale para la plaza,
     y halló a don Rodrigo    que a una torre tira varas,
  30   con una fuerza crecida    a la otra parte pasa.
     Gonzalvico, qu` esto viera,    las suyas también tirara:
  32   las suyas pesan muy mucho,    a lo alto no llegaban.
     Cuando esto vio doña Lambra,    de esta manera hablara:
  34   --Adamad, dueñas, amad    cada cual de buena gana,
     que más vale un caballero    que cuatro de los de Salas.--
  36   Cuando esto oyó doña Sancha    respondió muy enojada:
     --Calledes vos, doña Lambra,    no digáis la tal palabra,
  38   si los infantes lo saben,    ante tí lo matarán.
     --Callases tú, doña Sancha,    que tienes por qué callar,
  40   que pariste siete hijos    como puerca en muladar.--
     Gonzalvico que esto oyera    esta respuesta le da:
  42   --Yo te cortaré las faldas    por vergonzoso lugar
     por cima de las rodillas    un palmo y mucho más.--
  44   Al llanto de doña Lambra    don Rodrigo fue a llegar:
     --¿Qué es aquesto, doña Lambra?,    ¿quién te ha quesido enojar?
  46   Si me lo dices, yo entiendo    de te lo muy bien vengar,
     porque a dueña tal cual vos,    todos la deben honrar.--

Variante: -35a mi c. Enmienda de Durán.

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0031:3 Bodas de doña Lambra (á-a)            (ficha no.: 1408)

Versión de España. Recogida 00/00/1600 Publicada en un pliego suelto del s. XVI. Síguense tres rom. El primero que dize los casamientos de doña Lambra con don Rodrigo de Lara, etc. [Praga I, pl. 9, 65- 70; Dicc. 1075]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 25, vol. I, pp. 81-89 (De los siete infantes de Lara.--VII.).  291 hemist.  Música registrada.

     Ya se salen de Castilla    castellanos con gran saña,
  2   van a desterrar los moros    a la vieja Calatrava.
     Derribaron tres pedazos    por partes de Guadiana;
  4   por el uno salen moros    que ningún vagar se daban:
     por unas sierras arriba    grandes alaridos daban,
  6   renegando de Mahoma    y de su secta malvada.
     ¡Cuán bien pelea Rodrigo    de una lanza y adarga!
  8   Ganó un escaño tornido    con una tienda romana.
     Al conde Fernán González    se la envía presentada,
  10   que le trate casamiento    con la linda doña Lambra.
     Concertadas son las bodas:    ¡ay Dios, en hora menguada!,
  12   a doña Lambra la linda    con don Rodrigo de Lara.
     En bodas y tornabodas    se pasan siete semanas.
  14   Las bodas fueron muy buenas,    y las tornabodas malas;
     las bodas fueron en Burgos,    las tornabodas en Salas.
  16   Tanta viene de la gente,    no caben en las posadas;
     y faltaban por venir    los siete infantes de Lara.
  18   Helos, helos por do asoman    con su compañía honrada.
     Sálelos a recebir    la su madre doña Sancha.
  20   --Bien vengades, los mis hijos,    buena sea vuestra llegada.
     Allá iréis a posar, hijos,    a barrios de Cantarranas;
  22   hallaréis las mesas puestas,    viandas aparejadas;
     y después que hayáis comido    ninguno salga a la plaza,
  24   porque son las gentes muchas,    siempre trabaréis palabras.--
     Doña Lambra con fantasía    grandes tablados armara.
  26   Allí salió un caballero    de los de Córdoba la llana,
     caballero en un caballo,    y en su mano una vara;
  28   arremete su caballo,    al tablado la tirara,
     diciendo: --Amad, señoras,    cada cual como es amada,
  30   que más vale un caballero    de los de Córdoba la llana,
     más vale que cuatro o cinco    de los de la flor de Lara.--
  32   Doña Lambra que lo oyera    de ello mucho se holgara:
     --¡Oh maldita sea, la dama    que su cuerpo te negaba!,
  34   que si yo casada no fuera    el mío yo te entregara.--
     Allí habló doña Sancha,    esta respuesta le daba:
  36   --Calléis, Alambra, calléis,    no digáis tales palabras,
     que si lo saben mis hijos    habrá grandes barajadas.
  38   --Callad vos, que a vos os cumple,    que tenéis porque callar,
     que pariste siete hijos    como puerca en cenegal.--
  40   Oídolo ha un caballero    que es ayo de los infantes;
     llorando de los sus ojos    con gran angustia y pesar
  42   se fue para los palacios    do los infantes estaban.
     Unos juegan a los dados,    otros las tablas jugaban,
  44   sino fuera Gonzalillo    que arrimado se estaba.
     Cuando le vido llorar,    una pregunta le daba;
  46                                     comenzóle a preguntar:
     --¿Qué es aquesto, el ayo mío,    quién vos quisiera enojar?
  48   Quien a vos hizo enojo    cúmplele de se guardar.--
     Metiéranse en una sala,    todo se le fue a contar.
  50   Manda ensillar su caballo,    empiézase de armar;
     después que estuvo armado    apriesa fue a cabalgar.
  52   Sálese de los palacios,    y vase para la plaza.
     En llegando a los tablados    pedido había una vara;
  54   arremetió su caballo,    al tablado la tiraba
     diciendo: --Amad, lindas damas,    cada cual como es amada,
  56   que más vale un caballero    de los de la flor de Lara
     que veinte ni treinta hombres    de los de Córdoba la llana.--
  58   Doña Lambra que esto oyera    de sus cabellos tiraba;
     llorando de los sus ojos    se saliera de la plaza.
  60   Fuérase a los palacios    donde don Rodrigo estaba;
     en entrando por las puertas    estas querellas le daba:
  62   --Quéjome a vos, don Rodrigo,    que me puedo bien quejar;
     los hijos de vuestra hermana    mal abaldonado me han:
  64   que me cortarían las haldas    por vergonzoso lugar,
     me pornían rueca en cinta    y me la harían hilar;
  66   y dicen si algo les digo,    que luego me harían matar.
     Si d` esto no me dáis venganza,    mora me quiero tornar:
  68   a ese moro Almanzor    me iré a querellar.
     --Calledes vos, mi señora,    no queráis hablar lo tal,
  70   que una tela tengo urdida,    otra entiendo de ordenar,
     que nacidos y por nacer    tuviesen bien que contar.--
  72   Fuese para los palacios,    donde el buen conde está;
     en entrando por las puertas    estas palabras fue a hablar:
  74   --Si matásemos, buen conde,    los hijos de nuestra hermana,
     mandaréis a Castilla Vieja,    y aun los barrios de Salas,
  76   donde hablaremos nosotros,    y nuestras personas valdrán.--
     Cuando aquesto oyó el buen conde    comenzóse a santiguar:
  78   --Eso que dices, Rodrigo,    díceslo por me tentar,
     que quiero más los infantes    que los ojos de mi faz,
  80   que muy buenos fueron ellos    en aquella de Cascajar,
     que si por ellos no fuera,    no volviéramos acá.--
  82   Cuando aquello oyó Rodrigo    luego fuera a cabalgar.
     Encontrado ha con Gregorio,    el su honrado capellán,
  84   que por fuerza que por grado    en una iglesia lo hizo entrar;
     tomárale una jura    sobre un libro misal:
  86   que lo que allí lo dijese    que nadie no lo sabrá.
     Después que hubo jurado    papel y tinta le da;
  88   escribieron una carta    de poco bien y mucho mal
     a ese rey Almanzor    con traición y falsedad:
  90   que le envíe siete reyes    a campos de Palomar,
     y aquese moro Aliarde    venga por su capitan:
  92   «los siete infantes de Lara    que te los quiero empresentar.»
     En escribiendo la carta    la hizo luego llevar.
  94   Fuérase luego el conde    do los infantes están;
     sentados son a la mesa,    comenzaban a yantar.
  96   --Nora buena estéis, sobrinos.    --Vos, tío, muy bien vengáis.
     --Oidme ahora, sobrinos,    lo que os quiero contar:
  98   concertado he con los moros,    vuestro padre nos han de dar;
     salgamos a recebirlo    a campos de Palomar,
  100   solos y sin armadura,    armas no hemos de llevar.--
     Respondiera Gonzalillo,    el menor y fue a hablar:
  102   --Tengo ya hecha la jura    sobre un libro misal,
     que en bodas ni tornabodas    mis armas no he de dejar,
  104   y para hablar con moros    bien menester nos serán,
     que con cristiano ninguno    nunca tienen lealtad.
  106   --Pues yo voy, los mis sobrinos,    y allá os quiero esperar.--
     En las sierras de Altamira    que dicen de Arabiana,
  108   aguardaba don Rodrigo    a los hijos de su hermana.
     No se tardan los infante,    el traidor mal se quejaba;
  110   está haciendo la jura    sobre la cruz de la espada
     que al que detiene los infantes    él le sacaría el alma.
  112   Deteníalos Nuño Salido,    que buen consejo les daba.
     Ya todos aconsejados    con ellos él caminaba,
  114   con ellos va la su madre    una muy larga jornada.
     Partiéronse los infantes    donde su tío esperaba,
  116   partióse Nuño Salido    a los agüeros buscar;
     después que vio los agüeros    comenzó luego a hablar:
  118   --Yo salí con los infantes,    salimos por nuestro mal:
     siete celadas de moros    aguardándonos están.--
  120   Así allegó a la peña    do los infantes están;
     tomáralos a su lado,    empezóles de hablar:
  122   --Por Dios os ruego, señores,    que me queráis escuchar:
     que ninguno pase el río,    ni allá quiera pasar,
  124   que aquel que allá pasare    a Salas no volverá.--
     Allí hablara Gonzalo    con animo singular;
  126   era menor en los días    y muy fuerte en pelear.
     --No digáis eso, mi ayo,    que allá hemos de llegar.--
  128   Dio de espuelas al caballo,    el río fuera a pasar;
     los hermanos que lo vieron    empiezan a guerrear,
  130   mas la morisma era tanta,    que no les daban lugar:
     uno a uno, dos a dos    degollado se los han.
  132   Con la empresa que tenían    para Córdoba se van;
     las alegrías cine hacen    gran cosa era de mirar.
  134   Alicante con placer    a su tío fue a hablar:
     --Norabuena estéis, mi tío.    --Mi sobrino, bien vengáis.
  136   ¿Cómo os ha ido, sobrino,    con las guerrillas de allá?
     --Guerras os parecerían,    que no guerrillas de allá;
  138   por siete cabezas que traigo    mil me quedaron allá.--
     Tomara el rey las cabezas,    al padre las fue a enviar;
  140   está haciendo la jura,    por su corona real
     si el viejo no las conoce    de hacerlo luego matar
  142   y si él las conocía,    le haría luego soltar.
     Toma el viejo las cabezas,    empezara de llorar,
  144   estas palabras diciendo    empezara de hablar:
     --No os culpo yo a vosotros,    que érades de poca edad;
  146   más culpo a Nuño Salido    que no os supo guardar.--

Variantes: -37b barragadas Pl. Praga; -49b lo f. Pl. Praga; -76b y v. n. p. Pl. Praga; -92a q. los i. Pl. Praga; -92b omite que Pl. Praga; -114a Con ellos va la su m. Pl. Praga, anteponiendo a este verso: Con ellos va la su madre, / la su madre doña Sancha;// -129b hizieron otro que tal.// Los moros estavan cerca, / sálenlos a saltear, // los infantes que lo vieron // empiezan a guerrear, // Pl. Praga..
Notas de los editores: -76b Hemos restituído este verso conforme a la asonancia, pues el texto lo lleva trasportado por equivocación: y valdrán nuestras personas.; -91a Debiera decir: Alicante; véase el fin de este romance, y el romance que dice: Pártese el moro Alicante.

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