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Pan-Hispanic Ballad Project

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0041:1 Juicio de Paris (í-a)            (ficha no.: 9333)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en Canc. de rom. 1550 fol. 206v; Rodríguez-Moñino 1967, pp. 257-259 (reed.). Reeditada en Di Stefano 1993, nº 63, pp. 233-237.  184 hemist.  Música no registrada.

     Por una linda espessura    de arboleda muy florida,
  2   donde corren muchas fuentes    de agua clara muy luzida,
     un río caudal la cerca    que nace dentro en Turquía,
  4   en las tierras del Soldán    y las del Gran Can Suría;
     mil y quinientos molinos    que d` él muelen noche y día:
  6   quinientos muelen canela    y quinientos perla fina
     y quinientos muelen trigo    para sustentar la vida.
  8   Todos eran del gran rey    que a los reyes precedía,
     padre del buen cavallero,    orden de cavallería,
  10   del esforçado don Héctor    que a los griegos destruía.
     En medio d` esta arboleda    el infante Paris dormía;
  12   el arco tiene colgado    de una murta muy florida
     y el aljava de los tiros    por cabecera tenía.
  14   Era por el mes de mayo,    que los calores hazía;
     por el suelo muchas flores,    mucha fina clavellina,
  16   de lirios y rosas frescas    que era grande maravilla.
     El ruiseñor cantava    con muy dulce melodía,
  18   cantavan mil paxaricos    todos con grande armonía.
     Y estando assí el infante    que el sueño más le vencía,
  20   dormiendo soñava un sueño    de una visión que veía,
     de tres damas las más lindas    que en todo el mundo avía,
  22   vestidas de oro y de seda,    perlas y gran pedrería:
     los joyeles que llevavan    no tienen par ni valía;
  24   ruvios cabellos tendidos    que un sotil velo cubrían.
     Y estando assí dormiendo    que de sí nada sabía,
  26   cuando estas lindas damas    cada cual bien lo servía:
     la una le peina el cabello,    la otra aire le hazía,
  28   la otra le coge el sudor    que de su rostro salía.
     Recuerda el infante Paris,    no sabiendo si dormía;
  30   mas ya en sí acordado    con espanto que tenía,
     y en ver tan alta visión    doblado esfuerço tenía.
  32   Palabras está diziendo,    de aquesta suerte dezía:
     --¡Oh Dios, y qué lindas damas!    ¡Qué linda filosomía!
  34   Bien parecen estos gestos    ser damas de gran valía.
     Dezidme si sois hermanas    o si sois cosa divina
  36   o si sois encantamiento    o buena ventura mía.
     Dezid si puedo serviros    con las fuerças y la vida:
  38   aventuraré mi cuerpo    en batallas noche y día,
     porque el día en que naciera    grandes cosas se dezían
  40   en las cortes del mi padre,    que grandes sabios avía;
     y aún la infanta mi hermana,    que lee en astrologia,
  42   dixo que en esta arboleda,    dentro en esta pradería,
     me vernía un aventura    por donde me perdería.
  44   Mas aunque sepa morir,    de servir no cansaría,
     que en los buenos cavalleros    mal está la covardia.--
  46   Combidávanse las reinas    cuál primero hablaría.
     Habló primero la Palas    una razón bien sabida:
  48   --Ah, vos, el infante Paris,    escuchadme por mi vida,
     pues que sois tal cavallero    digno en la sabiduría.
  50   Estad con ojos abiertos,    despertad la fantasía,
     porque estas reinas y yo    venimos en gran porfía
  52   de cuál era más hermosa,    de cuál era más garrida.
     Paris, si juzgáis por mí    aqueste don vos daría:
  54   daros he ventura en armas,    dicha en cavallería,
     vencerás cualquier batalla,    aunque tengas demasía.--
  56   Luego que acabó la Palas    habló Iunia, assí dezía:
     --Ah, vos, esforçado Paris,    oiga vuestra señoría.
  58   Cavallero sois en armas    que en el mundo otro no avía;
     persona tan justiciera    porque se alegra mi vida,
  60   que sé que no quitaréis    aquello que yo merecía.
     Y si me dais este don    yo a vos otro daría:
  62   daros he muchos dineros,    más que ningún rey tenía;
     sobre todos los señores    siempre avréis la señoría.--
  64   Hablada que avía Juno,    Venus luego que venía,
     de ropas verdes vestida,    un arco al cuello traía.
  66   Hablava luego a Paris,    que delante le tenía:
     --Ah, vos, el príncipe Paris,    hijo del rey d` esta isla,
  68   hijo sois del mejor rey    que en todo el mundo avía,
     hermano del cavallero    que don Héctor se dezía.
  70   Yo sé que fuerça ni miedo    no os hará torcer la vía,
     por do espero que mi derecho,    Paris, no se perdería;
  72   en vuestras manos, señor,    encomiendo la honra mía.
     Y si juzgas, Paris, por mí,    por empresa te daría
  74   esta saeta de amor    que llegando luego hería:
     darte he la más linda dama    que en el mundo otra no avía;
  76   y Paris, sobre las otras    siempre avrás la señoría.--
     Don París desque se vido    metido en tan gran porfía,
  78   hablando muy reposado    estas palabras dezía:
     --Suplico a vuestras altezas    desnudas veros querría,
  80   que ya he visto lo público    el secreto ver querría,
     porque yo pueda juzgar    y absolver vuestra porfía.--
  82   Todas juntas a la par    se desnudan en camisa.
     Juzgara el infante París,    d` esta manera dezía:
  84   que en gala y discreción,    hermosura y cortesía
     y en todo lo demás,    y a lo que a él parecía,
  86   juzga que la deessa Venus    llevasse la mejoría.
     Luego Palas y la Iunia    empieçan hazer su vía,
  88   métense por un boscage,    por una gran pradería,
     estas palabras diziendo    ambas juntas en porfía:
  90   --Paris, ¡y cuan mal mirastes,    mal mirastes la honra mía!
     Pudiérades tomar provecho    y escogistes la perdida.
  92   Y os haré morir en batalla    que será de gran valía.--

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