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Pan-Hispanic Ballad Project

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0170:5 Soldados forzadores (í-a)            (ficha no.: 1840)

Versión de Muxía (ay. Muxía, p.j. Corcubión, A Coruña, España).   Recitada por Mariana Martínez Liñeiro (55a). Recogida por Jesús Bal y Gay y Eduardo Martínez Torner, 00/00/1931 (fecha deducida) (Archivo: AMP; Colec.: Bal y Gay-Torner, E. M.). Publicada en RT-Galicia 1998, pp. 368-369.  058 hemist.  Música registrada.

     Una mañán de San Juan,    cuando la pasión salía,
  2   salen tres primas hermanas    ¡oh, qué linda maravilla!
     Una se llama Adelaida,    otra se llama Toribia,
  4   la más chiquitita de ellas    se llama doña María.
     Dice el sargento al alférez    cuál mejor le parecía.
  6   --Aquella de lo encarnado,    que lleva el alma y la vida,
     hay siete años, va por ocho    que la tengo pretendida;
  8   esta noche tengo de ir    un poquito a divertirla
     con veinticinco soldados,    los mejores que tenía.--
  10   Sale la viuda al balcón,    una viudita muy linda.
     --¿Qué buscan aquí, sargento,    de esta hora a puerta mía?
  12   --Vengo buscar a su hija,    su hija doña María.
     --Mi hija no está en casa,    que va en casa de su tía,
  14   que la vinieron llamar    para la Pascua florida.--
     El sargento es porfiado,    dijo que no la entendía;
  16   anduvo de sala en sala    y de cocina en cocina
     y se la encontró llorando    en la sala más arriba.
  18   La cogió por los cabellos,    arrastrada la traía.
     --Por Dios te pido, sargento,    y por la Virgen María,
  20   que me deje ir a otro cuarto    a mudar una camisa.--
     El sargento es porfiado,    dijo que no la entendía;
  22   la partió en cuatro cuartos    y la puso en cada esquina.
     La madre que ha visto aquello,    de accidentes se caía.
  24   --¡Ay justicia de Dios venga,    pues que en la tierra no había,
     que me mataron mi hija,    mi hija doña María!--
  26   A las once de la noche    el sargento a la horca iba;
     lleva un papel en sus manos    y en aquel papel decía:
  28   "Esto sirva de escarmiento,    esto de escarmiento sirva,
     esto sirva de escarmiento    pra os señores de esta villa".

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0170:9 Soldados forzadores (í-a)            (ficha no.: 3261)
[0232 Una fatal ocasión, contam.]

Versión de Aballe (parr. Huera de Dego, ay. Parres, p.j. Cangas de Onís, Asturias, España).   Recitada por Joaquina Fernández (46a). Recogida por José Amador de los Ríos, entre 1860-1865 (Archivo: AMP; Colec.: Amador de los Ríos, J.; cinta: Ms. Rodrigo A., n. 23, pp. 111-116). Publicada en J. Menéndez Pidal 1885, Colección de los viejos romances ... asturianos, 1885, pp. 172-4, nº XLII. Reeditada en SilAstur I 1999, (J. Antonio Cid, ed.), pp. 134-135 y SilAstur II 2003, pp.172-4, nº XLII.  062 hemist.  Música registrada.

     Paséase la viudina    con tres hijas que tenía;
  2   por la mano las llevaba,    por la mano las traía,
     por la mano las llevaba    a la fuente de agua fría.
  4   La vieron dos caballeros    que muy bien les parecía;
     dice el uno para el otro:    --¿Cuála será la más linda?
  6   --La de lo morado es buena,    es buena por vida mía,
     mas la de lo colorado    mejor donaire tenía.
  8   Dejémoslo para la noche    aunque nos durase el día.--
     Al punto vino la noche    y fueron a ver la viudina;
  10   estaba rezando el rosario    como costumbre tenía.
     --Viudina, buena viudina,    ¿dónde están las sus dos hijas?
  12   --Mis hijas no están en casa,    que fueron a una visita.--
     Ambos dicen a una voz:    --Miente, miente la viudina,
  14   sus hijas que están en casa    eso yo bien lo sabía;
     enciéndanos una luz    que yo se las buscaría.--
  16   Con el ruido de los dos    despertara la más linda:
     --Los señores caballeros,    si lo son de cortesía,
  18   sólo me dejan vestir    una tan sola basquiña.
     --Vista, vista, la señora,    cuatro y cinco si tenía.--
  20   Al salir de la su puerta    estas palabras decía:
     --Adiós, la mi madre, adiós,    adiós, hermana querida,
  22   que no os volveré a ver    en los días de mi vida.--
     Fuerónse por unos montes,    por una montaña arriba;
  24   vuelta el uno, vuelta el otro,    el puñal de oro caía,
     y la niña le agarró    con gran modo y cortesía.
  26   Se le metió por el pecho    y por la espalda salía.
     Con las ansias de la muerte    el caballero decía:
  28   --No te alabes en tu tierra    ni te alabes en la mía,
     que has matado a un caballero    con las armas que él traía.
  30   --Tengo alabarme en [su] tierra,    tengo alabarme en la mía,
     que he matado un caballero    con las armas que él traía.
  32   Con la mi camisa blanca    yo la mortaja te haría,
     con los mis ojos morenos    yo también te lloraría.
     ¡Válgame Nuestra Señora,    válgame Santa María!

Notas del editor: -30a en el ms. t. a. en mi tierra. J. Amador de los ríos estudió y citó un fragmento de esta versión en su Historia crítica de la Literatura española, VII (Madrid: J. Muñoz, 1865), pp. 443-44. La versión publicada por Juan M.P. en Colección de los viejos romances... asturianos (1885) es un texto muy retocado que envió el hijo del colector a J. Menéndez Pidal y el mismo que publicó M.M. Pelayo en su Antología (1900). Aquí en cambio se sigue el texto original ms [AMP: Col. A. de los Ríos].

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0170:10 Soldados forzadores (í-a)            (ficha no.: 3285)

Versión de Villaoril de Bimeda (parr. Bimeda, ay. Cangas del Narcea, p.j. Cangas del Narcea, ant. Cangas de Tineo, Asturias, España).   Recitada por Carmen González (c. 20a). Recogida por Åke W. Munthe, 00/08/1886 (Colec.: Munthe, A. W.). Publicada en Munthe 1887, «Folkpoesi fran Asturien» (1887), nº VIII, pp. 119-20. Reeditada en SilAstur I 1999, (J. Antonio Cid, ed.), pp. 224-225.  102 hemist.  Música registrada.

     --¿Quién pica en la mi puerta,    quién en la mi puerta pica?
  2   --Son los cuatro caballeros    en busca de la su hija.
     --La mi hija no está en casa,    que está en casa de la tía,
  4   que la viniera a buscar    pa` una función que tenía.--
     Sin hacer caso de eso    la puerta en el suelo tiran
  6   y se dirigen al cuarto    donde la niña cosía.
     La niña en cuanto los vio,    se tira de la almogadilla.
  8   --Por Dios, me dejen vestir    una muy blanca camisa.--
     Responde el mayor de ellos    con una falsa sonrisa:
  10   --Adonde está la mi capa    no te hace falta camisa.
     --Por Dios, me dejen despedir    de la triste madre mía.
  12   --Hija, mira por la tu honra,    mira por la tu honra, hija.
     --Madre, mire por la suya,    que la mía va perdida.--
  14   La sacaron siete leguas    más afuera de la villa,
     hacen lo que quieren de ella,    hasta quita`la la vida.
  16   Unos dicen: --¡Muera, muera!--    Otros dicen: --¡Viva, viva!--
     La agarran por los cabellos,    a su madre se la envían.
  18   Su madre en cuanto la vio,    medio muerta se cayía.
     --Levántese, la mi madre,    levántese, madre mía;
  20   la su alma ya la mía    `stán con la Virgen María,
     y la de los caballeros    en los infiernos ardía.
     ¡Válgame la Virgen santa,    válgame Santa María!

Nota del editor: Se cantaba, pero AWM la tomó al dictado.

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0170:6 Soldados forzadores (í-a)            (ficha no.: 1914)

Versión de La Seca [de Alba] (ay. Cuadros, p.j. León, comc. La Robla, León, España).   Recitada por Irene Fernández Machín (19a). Recogida por Eduardo Martínez Torner, 00/00/1916 (Archivo: AMP; Colec.: Torner, E. M.). Publicada en IGR-vulgar 1999, pp. 48-49.  072 hemist.  Música registrada.

     Era un domingo de ramos    a la salida de misa
  2   y diban las tres hermanas    juntas a la calle arriba.
     Una diba de lo verde    y otra de lo verde diba
  4   y otra de lo azul morado,    preso me tiene la vida.
     Diba el sargento Gutiérrez,    también va el cabo García.
  6   --¿Cuála de las tres que van    a ti más te gustaría?
     --A mí la de azul morado    me tiene preso la vida.
  8   Esta noche, caballero,    me ayudarás a rendirla.
     --Esta noche sí, por cierto,    antes que sea de día.--
  10   Eso de la medianoche,    cuando a la su puerta pican,
     principiaron a llamar,    y la maire a abrir salía.
  12   --Pues a usted no la llamamos,    que llamamos a su hija.
     --La hija no está en casa,    que está en casa de una tía.--
  14   El demonio del sargento,    aunque el diablo se lo diga,
     no hizo caso de la madre    y fue a la cama de la niña.
  16   --Déjenme, señores, dejen,    déjenme vestir camisa,
     que la que tengo en mi cuerpo    de sangre ya va teñida.
  18   --¿Para qué quiere, la perla,    para qué quiere, la niña,
     para qué quiere, la flor,    para qué quiere camisa?
  20   Teniendo yo aquí mi capa    en ella te envolvería.--
     Ya la coge entre los brazos    y con ella se encamina,
  22   y la pobre de la madre    desta manera decía:
     --Mira por la honra, hija,    aunque te cueste la vida.
  24   --Mira por la suya, madre,    la mía ya va perdida.--
     Ya la sacan siete leguas,    donde población no había,
  26   ya se gozaban los dos,    ¡qué compasión allí habría!
     Uno dice: --Muera, muera--,    y otro dice: --Viva, viva,
  28   es compasión que se pierda    esta carita tan linda.--
     Ya le sacan un puñal    y en el pecho se lo cincan;
  30   ya le cortan la cabeza    y a su madre se la ínvian
     diciendo: "Toma, demonio,    la honra de la tu hija".
  32   --¡Ay, mi hija de mi alma!,    ¿yo pa qué te criaría?--
     Comenzó a hablar la cabeza    como si estuviese viva:
  34   --Calle, la mi madre, calle,    no tenga pena ninguna,
     que mi alma está en el cielo,    por la suya pediría;
  36   la del sargento y el cabo    en el infierno arderían.--

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0170:11 Soldados forzadores (í-a)            (ficha no.: 3355)

Versión de Castrocalbón (ay. Castrocalbón, p.j. La Bañeza, comc. Valdería, León, España).   Recitada por Concepción García (66a). Recogida por José Manuel Fraile Gil, Paloma Díaz-Mas, y Antonio Lorenzo Vélez, 16/01/1983 (Archivo: ASFG; Colec.: Fraile Gil, J. M.). Publicada en Fraile Gil Rom-Panhisp.-1 1992/5CD, Primera Antología Sonora, v. 3, TECNOSAGA, KPD-(5)10.9004, corte 6.© Fraile Gil. Reproducida aquí con permiso del editor.  044 hemist.   Música registrada   (MP3 30 sec. clip). Versión completa (streaming media).

     En Villamedia del Campo    han hecho capillanía,
  2   entre duques y marqueses,    toda gente muy lucida.
     Bajan por la calle abajo,    suben por la calle arriba,
  4   encontraron tres mozuelas    de misa u sermón venían.
     --La de lo verde era guapa,    la de lo encarnado, linda,
  6   la del guamarillo, alférez,    para usted bien convenía.--
     A eso de la medianoche    las puertas a tierra iban.
  8   Salió su madre a la puerta    como leona parida.
     --¿Qué hacéis aquí, villanos,    tan tarde a la puerta mía?
  10   No la queremos a usted,    ni haciendias que usted tenía.
     --Que queremos a su hija,    que es una perla muy linda.
  12   --La mi hija no está en casa,    qu` ha ido en casa su tía,
     bordando unos puños de oro    para una camisa fina.--
  14   Uno, por más atrevido,    para dentro se camina.
     --Aquí está lo que yo quiero,    aquí está lo que quería,
  16   aquí está el bien de mis ojos,    aquí está el bien de mi vida.
     --Déjenme calzar zapato,    si también calzo bastilla,
  18   que una chica como yo    no andará así por la villa.--
     La montan en el caballo    y a su madre se la envía:
  20   --Aquí tiene usted a su hija    tan honrada como iba,
     aquí tiene usted a su hija    tan honrada como iba.
  22   --Baje justicia del cielo    porque en la tierra no había,
     a matar estos villanos    que me mataron la hija.--

Notas: Las primeras palabras del v. -1a no quedaron grabadas -10b de difícil audición: haciendias, es decir, haciendas o bien facendas. .

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0170:7 Soldados forzadores (í-a)            (ficha no.: 1915)

Versión de Moleiras (parr. Piquín, ay. Ribeira de Piquín, ant. Meira, p.j. Fonsagrada, Lugo, España).   Recitada por Francisca Saavedra (85a). Recogida por Eduardo Martínez Torner, 00/00/1929 (Archivo: AMP; Colec.: Torner, E. M.). Publicada en IGR-vulgar 1999, p. 49.  034 hemist.  Música registrada.

     ¡Válgame Nuestra Señora,    la del Rosario, María!
     Dijo un sargento a un alférez:    --Vamos por la calle arriba,
  2   vamos a ver las doncellas    que de la pasión salían;
     unas visten de blanco    y otras de azul se vestían,
  4   y aquella de colorado    siete años fue mi amiga,
     entre los siete y los ocho    olvidó la compañía.
  6   Tengo de vengar la injuria    antes que amanezca el día.--
     Cuando es la medianoche    sargento a la puerta iba.
  8   Saliera su madre afuera,    por la ventana de arriba.
     --¿Tú qué haces ahí, sargento,    qué haces a la puerta mía?,
  10   que la niña no está en casa,    que va a ver una su tía.--
     Sargento, como vellano,    hizo que non entendía;
  12   diera un golpe a la puerta,    la sacara para arriba.
     Anduviera siete pisos,    la hallara en el más de arriba;
  14   la agarrara por la mano,    la sacó fuera de villa;
     la puso en cuatro pedazos,    la clavara en cuatro esquinas.
  16   ¡Válgame Dios, qu` así llora    una madre que tenía!
     Cuando es por la mañana    sargento a la horca iba.

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0170:4 Soldados forzadores (í-a)            (ficha no.: 1839)

Versión de Palleirós (parr. Raigada, ay. Manzaneda, p.j. Pobra de Trives, Ourense, España).   Recitada por Josefa Hervella. Recogida por Alfonso Hervella Courel, (Archivo: AMP). Publicada en RT-Galicia 1998, p. 368.  052 hemist.  Música registrada.

     Por la calle abajo va    una madre con dos hijas,
  2   y un capitán le pregunta    cuál de las dos es más linda,
     si la del verde encarnado    o la de saya teñida.
  4   --Esta noche he robar una,    más que me cueste la vida.--
     Yendo por la medianoche,    va cumplir lo que quería;
  6   llamara a la puerta,    la madre le respondía.
     --Yo no llamo por la madre,    que yo llamo por la hija.
  8   --Mi hija no está en casa,    que fue dormir con su tía.--
     Rondara siete salones,    la cama donde dormía,
  10   y al cabo de siete salas    apenas la encontraría.
     --Déjame atopar mi hija,    déjame atopar mi vida,
  12   pra donde quiera que vaya    que vaya aseada y limpia.--
     Saliera a la puerta,    la madre se despedía.
  14   --Adiós, madre de mi alma,    madre de toda mi vida,
     tenga cuenta de su alma,    que la mía va perdida.
  16   --No te dejes vencer, hija,    mas que te cueste la vida.--
     La montara n`un caballo
  18   y la llevara a un prado    retirado de la villa.
     Capitán tendió la capa    y el alférez la levita.
  20   --Aquí t`has dejar vencer    o t`ha de costar la vida.--
     Y ella le dijo que no    para mejor atrevida.
  22   Tres puñaladas le diera    y el corazón le partira;
     la montara n`un caballo    y a su madre se la envía.
  24   -Aquí tiene usté a su hija,    honrada y limpia como iba.
     --Mejor la quiero ver muerta    que deshonrada y en vida.--
  26   Baja justicia del cielo,    que en la tierra no la había.

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0170:12 Soldados forzadores (í-a)            (ficha no.: 3762)

Versión de El Payo (ay. El Payo, p.j. Ciudad Rodrigo, Salamanca, España).   Recogida por Ramón Menéndez Pidal, 00/09/1910 (Archivo: AMP; Colec.: María Goyri-Ramón Menéndez Pidal). Publicada en Petersen-Web 2002, Texto. Reeditada en Petersen-Web 2000-2007, Texto.  054 hemist.  Música registrada.

     Estando en Villamayol    un jueves a mediodía,
  2   sólo por ver tres mozuelas    que en Villamayol había:
     --La de lo azul bien parece,    la de lo blanco se estima,
  4   la de lo anaranjadito    siete años ha que es mi amiga.
     La tengo de gozar    aunque me cueste la vida.--
  6   Se ha marchado para casa    más triste que ella solía;
     la rueca puso por tranca    y el fuso por aldabilla.
  8   A eso de la medianoche    las puertas al suelo iban.
     Se ha levantado su madre    en blanco ruedo camisa:
  10   --¿Qué queréis, los picarones,    picarones, qué querían?
     --Queremos a Blancaflor,    Blancaflor de Alejandría.
  12   --Blancaflor no está en casa,    que está en casa una su tía;
     como vísperas de Pascua,    está acabando una camisa.
  14   --De allá venimos ahora,    dijo que en casa estaría.--
     El más atrevido de ellos    subió a la escalera arriba
  16   y la ha venido a encontrar    en una sala metida.
     Debajo de siete mantas    siete colchones había;
  18   si blancas eran las mantas,    mucho más era la niña.
     La agarran por los cabellos,    y en el suelo la ponían.
  20   --Aguarde, señor soldado,    que me ponga la esclavina.
     --Ande usted, la señora,    que ella esclavina traía.
  22   --Hija, mira por tu honra    aunque te cueste la vida.
     --Madre, mire por la suya,    que la mía va perdida.--
  24   La sacan por los centenos    más fuertes que en Villamayor había.
     Hizon de ella lo que quiso    hasta quitarla la vida;
  26   la cortaron la cabeza    y a su madre se la envían.
     --¡Más quiero ver la cabeza    que la su honra perdida!--

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0170:1 Soldados forzadores (í-a)            (ficha no.: 450)

Versión de Riaza (ay. Riaza, p.j. Sepúlveda, ant. Riaza, Segovia, España).   Recitada por Apolonia. Recogida por María Goyri y Ramón Menéndez Pidal, 00/09/1905 (Archivo: AMP; Colec.: María Goyri-Ramón Menéndez Pidal). Publicada en TRC-Segovia 1993, p. 324.  052 hemist.  Música registrada.

     Jueves Santo, Jueves Santo,    Jueves Santo en aquel día,
  2   cuando los soldados iban    de tres en compañía.
     Le dice el cabo al sargento:    --Vámonos la calle arriba
  4   a ver las buenas muchachas    que en Villamayor había.--
     Al revolver de una esquina    tres iban de compañía:
  6   la de lo verde era guapa,    la de lo pajizo brilla,
     pero la de lo encarnado    es la que nos convenía.
  8   --Pues tengo de gozar de ella    aunque me cueste la vida.--
     El huso pone por tranco,    la rueca por aldabilla,
  10   a eso de la medianoche    la puerta por tierra iba.
     Se ha levantado su madre    en una blanca camisa.
  12   --¿Qué hacéis ahí, picarones,    qué hacéis a la puerta mía?
     --No venimos por robarla,    tampoco por istruirla,
  14   venemos por Blancaflor,    Blancaflor de Alejandría.
     --Blancaflor ya no está en casa,    que está en casa de su tía,
  16   que está a bordar un vestido    para la Virgen María.--
     Sin aguardar más razones    suben la escalera arriba,
  18   se dirigen a la alcoba    donde Blancaflor dormía.
     Alzaron siete colchones,    Blancaflor no parecía,
  20   mas al ahuecar los ocho    Blancaflor allí estaría.
     --Hija, mira por tu honra,    por la tuya y por la mía.
  22   --Madre, mire por la suya    que la mía va perdida.--
     La han cortado la cabeza,    a su madre se la envían.
  24   --Hija de mi corazón,    regalada prenda mía,
     más te quiero ver así    que no deshonrada y niña,
  26   que la mujer deshonrada    de tós es aborrecida.
     Eso dicen las madres    que quieren bien a sus hijas.

Variantes: 2 c. por Villamayor___tropa de c.; 11a ha bajado su m. Otra vecina 25b q. n. desgraciada y n.; 27 añade.

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0170:2 Soldados forzadores (í-a)            (ficha no.: 451)

Versión de Riaza (ay. Riaza, p.j. Sepúlveda, ant. Riaza, Segovia, España).   Recitada por Rufina del Pino. Recogida por Ramón Menéndez Pidal, 00/09/1905 (Archivo: AMP; Colec.: María Goyri-Ramón Menéndez Pidal). Publicada en TRC-Segovia 1993, pp. 323-324.  074 hemist.  Música registrada.

     Jueves Santo, Jueves Santo,    cuando la Pasión salía,
  2   cuando por Villamayor    tropa de caballería.
     Le dice el cabo al sargento:    --Vámonos la calle arriba
  4   por ver las buenas muchachas    que en Villamayor había.--
     Al regolver una esquina    iban tres en compañía;
  6   la de lo verde era guapa,    la de lo pajizo brilla,
     la de lo encarnao supera,    es la que nos convenía.
  8   Las mozas, avergonzadas,    para su casa se iban.
     Atrancaron bien las puertas,    más que lo que solían,
  10   el huso pusieón por tronco,    la rueca por aldabilla;
     a eso de la medianoche    las puertas a tierra iban.
  12   Se ha levantado su madre    con una blanca camisa.
     --¿Qué hacéis aquí, picarones,    qué hacéis a la puerta mía?
  14   --No venimos por robarla,    ni tampoco por istruirla,
     venimos por Blancaflor,    Blancaflor de Alejandría.
  16   --Blancaflor no está en casa,    --su madre la respondía,--
     Blancaflor no está en casa,    está en casa de su tía,
  18   está a bordar un vestido    para la Virgen María.--
     El sargento, mu atrevido,    subió la escalera arriba,
  20   ha penetrado en la alcoba    donde Blancaflor dormía;
     ha alzado siete colchones,    Blancaflor no parecía,
  22   ha llegado hasta los ocho    y Blancaflor allí estaría.
     No la ha dejado vestir,    ni ponerse las basquiñas.
  24   --Tus basquiñas no hacen falta,    que mi capa cubrería.--
     La ha montado en el caballo    que de la tropa traía,
  26   la ha llevado a los centenos    que en Villamayor había.
     De que aquí solos estaban    y con Blancaflor se veía,
  28   con unas palabras dulces    su honra se la pedía.
     Blancaflor, llena de miedo,    estas palabras decía:
  30   --Yo para vos no me entrego    aunque me cueste la vida.--
     El sargento, enfurecido,    a Blancaflor la decía:
  32   --Blancaflor, si no te entregas,    
     en este mismo momento    a usted la quito la vida.--
  34   La ha cortado la cabeza    y a su madre se la envía,
     y su madre, en tristes lágrimas,    estas voces se la oían:
  36   --Hija de mi corazón,    regalada prenda mía,
     más quiero ya verte muerta    que no verte perdida.--
  38   Eso lo dicen las madres    que quieren bien a sus hijas.

Variantes: 1b Jueves Santo en aquel día; 35b estas palabras decía.

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0170:3 Soldados forzadores (í-a)            (ficha no.: 452)

Versión de Riaza (ay. Riaza, p.j. Sepúlveda, ant. Riaza, Segovia, España).   Recitada por Juliana de la Vega. Recogida por Ramón Menéndez Pidal, 00/09/1905 (Archivo: AMP; Colec.: María Goyri-Ramón Menéndez Pidal). Publicada en Petersen-Web 2000, Texto. Reeditada en Petersen-Web 2000-2007, Texto.  023 hemist.  Música registrada.

     Jueves Santo, Jueves Santo,    cuando la Pasión salía,
  2   cuando por Villamayor    tropa de caballería.
     Le dice el cabo al soldado:    --Vámonos de compañía
  4   a ver las buenas muchachas    que en Villamayor había.--
     Se encontraron con tres damas,    las que a ellos les convenía;
  6   la de lo verde era guapa,    la de lo pajizo brilla,
     pero la de lo encarnado    es la que nos convenía.
  8   Se echaron la calle abajo,    se fueron en ca su tía
     a preguntar por Blancaflor,    Blancaflor no parecía.
  10   El sargento, el atrevido,    subió la escalera arriba;
     alzaron siete colchones,    Blancaflor no parecía,
  12   alzar los ocho [colchones],    Blancaflor ya parecía.
     La montaron a caballo,    se echaron la calle arriba.

Variantes: 1b Jueves Santo en aquel día.

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0170:13 Soldados forzadores (í-a)            (ficha no.: 8917)

Versión de Salónica (Grecia).   Recogida por Baruch Uziel, (Colec.: Uziel, B.). Publicada en Uziel 1927, 9 (1930), 359-397. Reeditada en Larrea Palacín 1959, "El cancionero de Baruch Uziel", nº 12, pp. 338-339.  040 hemist.  Música registrada.

     En mis güertas crezen flores    y en los sacsis graveínas,
  2   se apean damas y donzellas    a ver esta maravilla.
     Por allí pasó un cavallero,    cargado de oro y perlería,
  4   al relumbror de las donzellas    el cavallo non le camina.
     Echó los ojos en alto,    por ver quién havía arriva,
  6   vido a las donzellas a la ventana,    se enamoró de la más chica;
     aprometió todos sus bienes    por ver si an él quería.
  8   --Vaite, vaite, cavayero,    vaite, vaite, por tu vida;
     más munchos tiene mi padre    que es un grande de Sevía.--
  10   El cavallero, como es mansevo,    allí sus mientes metería,
     a la fin de la media noche    a la su puerta batiría.
  12   Topó puertas cerradas,    ventanas que non se avrían,
     topó a la niña durmiendo    entre conjás y graveínas.
  14   Metió mano en su pecho    por ver si se consentía.
     --¿Quién es que bate en mi pecho    y quién tiene tala ozadía?
  16   Vaite, vaite, cavallero,    vaite, vaite, por tu vida.--
     Y de aquí echo un fiero grito:    --Te acuso toda Sevía.--
  18   Ya se esparte el cavayero,    ya se esparte y se ía,
     de los ojos llorava    y de la su boca dezía:
  20   --Mal año a tal hombre    que en mujer se enfiziguaría.--

Notas de Larrea Palacín: -1b sacsis, [T.] maceta de flores; -1b,-13b graveínas clavelinas; -9b Sevía, Sevilla; -13b conjás, rosas; -20b enfiziguaría, tener fe.
Notas: Para un estudio detallado de probable la relación genética entre este romance sefardí (que Armistead llama El forzador [O.7]), las versiones asturianas de Soldados forzadores (que Armistead llama La hija de la viudina) y las versiones de marroquíes, portuguesas, extremeñas y leonesas de Soldados forzadores, véase Armistead 1979p, Tres Calas, pp. 32-43 (registro n° 317 en la bibliografía). De momento sigo usando el título y número IGR únicos asignados hace años para los tres romances, pese a varias divergencias notables entre uno y otro. Con la ayuda de Ester Solay de la Universidad de Jerusalén, Larrea Palacín trasladó todos los romances judeo-españoles de la colección de Uziel, originariamente publicados en caracteres hebreos en Reshumôth y en Yeda-`Am, a caracteres latinos al editarlos para Vox Romanica.
Título original: La sevillana orgullosa.

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0170:8 Soldados forzadores (í-a)            (ficha no.: 2730)

Versión de Portugal s. l. (Portugal).   Recogida por José Leite de Vasconcellos, (Colec.: Leite de Vasconcellos). Publicada en Leite de Vasconcellos 1958-1960, RP, 472. Reeditada en Costa Fontes 1997b, Índice Temático (© HSA: HSMS), pp. 197-198, O4.  052 hemist.  Música registrada.

     Naquela Vila Viçosa    entrou a cavalaria.
  2   Diz o tenente ao alferes:    --Vamos passear a vila.
     Foram por uma rua abaixo,    vieram por outra acima,
  4   encontraram duas meninas    numa janela, tão lindas!
     Uma vestia de branco,    outra de verde vestia.
  6   --A que vestia de branco    bem bonita me parecia,
     mas a que vestia de verde    era o sol da maravilha!
  8   Hei-de roubar-te esta noite,    antes que me custe a vida,
     com vinte e cinco soldados,    para minha companhia.--
  10   Era meia-noite em ponto,    à sua porta batia.
     --Quem bate à minha porta,    que ainda não é dia?
  12   --Não é por si, Don` Ana,    que é pela sua filha.
     --Minha filha não está em casa,    foi dormir com sua tia.--
  14   Entravam pela porta dentro    sem nenhuma cortesia.
     Foram a ter à sala    onde a menina dormia,
  16   e ela, como vergonhosa,    com a roupa se cobria.
     --Atrás, atrás, cavaleiros,    deixem vestir a menina;
  18   por as terras onde passar,    que vá bem asseadinha.--
     Lá no meio do caminho    de amores a pretendia,
  20   e ela, como resistisse,    disse-lhe que não que queria.
     Não fez mais nada que matá-la    com uma espada que ele tinha,
  22   pô-la no seu cavalo    e para casa a trazia.
     --Ó Don` Ana, ó Don` Ana,    aqui tem a sua filha;
  24   ela não quis perder a honra,    mas também perdeu a vida.
     --Do céu venha o castigo,    já que na terra não o havia,
  26   para matar o traidor    que matou a minha filha.--

Título original: OS SOLDADOS VIOLADORES (Í-A) (=SGA O6)

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