Pan-Hispanic Ballad Project
Total: 5
0203:1 Galán que requiebra a una mujer casada (estróf.) (ficha no.: 3058)
Versión de Arcos de la Frontera (ay. Arcos de la Frontera, p.j. Arcos de la Frontera, ant. Arcos de la Frontera, Cádiz, España).
Recitada por Amelia Sena (56a). Recogida por Virtudes Atero Burgos y Pedro Piñero Ramírez, 00/10/1982 publicada en Piñero-Atero 1986a, R-Arcos de la Frontera, nº 2.8.1. 026 hemist. Música registrada. |
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Un domingo de mañana a misa fui con mi madre, |
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me encontré a una señorita que era más bella que un ángel; |
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la seguí paso por paso sólo por ver dónde entraba, |
4 |
yo vi que entró en un jardín; le dije que me mataba, |
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y ella se volvió y me dijo: --Caballero, soy casada |
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y a mi marido del alma faltarle no quiero en nada.-- |
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Un día triste y lluvioso a un arroyo me acerque |
8 |
sólo por un pajarillo, con su voz me consolé. |
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El pájaro me contesta: --Trátala tú con firmeza, |
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que antes de cumplir el mes lograrás to lo que intentas. |
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--Clara soy, Clara me llamo, siendo clara mento el bien, |
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por eso no hay que decir «De este agua no he de beber», |
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que por turbia que la veas aprieta mucho la sed.-- |
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Nota: Se repiten, al cantar, los versos pares. Publicado con el título El galán que corteja a una mujer casada.
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0203:2 Galán que requiebra a una mujer casada (estróf.) (ficha no.: 3059)
Versión de Arcos de la Frontera (ay. Arcos de la Frontera, p.j. Arcos de la Frontera, ant. Arcos de la Frontera, Cádiz, España).
Recitada por Catalina García Veas (35a). Recogida por Virtudes Atero Burgos y Pedro Piñero Ramírez, 00/01/1983 publicada en Piñero-Atero 1986a, R-Arcos de la Frontera, nº 2.8.2. 036 hemist. Música registrada. |
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Un domingo de mañana yo fui a misa con mi madre, |
2 |
me he encontrado a una mujer que era más bella que un ángel; |
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yo los pasos le seguí sólo por ver donde estaba, |
4 |
y vi que entró en un jardín, le dije que me mataba. |
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Ella me respondió a mí: --Mire usted que soy casada |
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y a mi marido, buen mozo, no le quiero faltar en nada.-- |
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Desesperado me vi, a un arroyo me acerqué, |
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y a un pajarito que canta con su voz me consolé. |
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--Pajarito, pajarito, qué me dice, qué me das |
10 |
para una mujer que quiero y no la puedo alcanzar.-- |
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El pájaro me contesta: --Síguele tú con firmeza, |
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cuando llegue fin de mes ya lograrás la contenta.-- |
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Así lo fui yo haciendo como el pájaro decía, |
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ya ha llegado fin de mes, ya logré lo que quería. |
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--Clara fui, Clara me llamo, y siendo clara me engañé: |
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nadie diga en este mundo «De este agua no he de beber», |
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porque el camino es muy largo y puede apretar la sed.-- |
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Nota: Publicada con el título El galán que corteja a una mujer casada.
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0203:3 Galán que requiebra a una mujer casada (estróf.) (ficha no.: 3150)
Versión de Atunara (ay. La Línea de la Concepción, p.j. San Roque, comc. Campo de Gibraltar, Cádiz, España).
Recitada por Francisea Sarmiento (52a). Recogida por Marco Antonio Casquero Benavente, 00/00/1986 publicada en Ruiz Fernández 1995b, La tradición oral del Campo de Gibraltar, nº I. 24. 030 hemist. Música registrada. |
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Por la mañana un domingo fui a misa con mi madre, |
2 |
me he encontrado a una mujer que me ha parecido un ángel. |
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Yo al momento la seguí para ver adónde entraba, |
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y al entrar en su jardín le dije que la adoraba. |
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Ella me constesta y dice: --Caballero, soy casada, |
6 |
y a mi marido querido no debo faltarle en nada.-- |
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Desesperado me fui y a un arroyo me bajé |
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y un canario que cantaba con su voz me consolé. |
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--Pajarito, tú que cantas, ¿qué medicina me das |
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para una mujer que quiero y no la puedo lograr?-- |
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El canario me contesta: --Síguela tú con firmeza |
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y al cabo de fin de mes ya lograrás lo que intentas.-- |
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--Clara soy, Clara me llamo, siendo Clara me enturbié; |
14 |
nadie diga en este mundo «De esta agua no he de beber», |
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que el arroyito es muy largo y aprieta mucho la sed.-- |
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Nota: Marco Antonio Casquero Benavente era alumno del Colegio Menéndez Tolosa. Título original: Galan que corteja a una mujer casada.
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0203:4 Galán que requiebra a una mujer casada (estróf.) (ficha no.: 5867)
Versión de Jerez de la Frontera (ay. Jerez de la Frontera, Cádiz, España).
Recitada por Fernando Alconchel. Recogida por Alconchel Fernando, 21/12/2004 publicada en Petersen-Web 2004, Texto. Reeditada en Petersen-Web 2000-2007, Texto. 028 hemist. Música registrada. |
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Un domingo de mañana fui a misa con mi padre, |
2 |
y en el camino encontré a una mujer que era un ángel. |
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La seguí paso por paso sólo por ver dónde entraba; |
4 |
la vi entrar en un jardín, le dije que me mataba. |
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--Caballero, usted qué dice, mire usted, que soy casada, |
6 |
y a mi marido del alma no quiero faltarle en nada.-- |
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A la mañana siguiente a un arroyo yo bajé, |
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y oí cantar a un jilguero, con su voz me consolé. |
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--Jilguerito, jilguerito, ¿qué medicina me das |
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para una mujer que quiero y no la puedo lograr?-- |
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Y el jilguero me contesta: --Trátala tú con firmeza, |
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bastará que sea mujer para ablandar su dureza. |
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--Nadie diga en este mundo «De este agua no he de beber». |
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que por muy turbia que venga, puede aplacar la sed.-- |
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Nota: Fernando, al remitirme su versión por correo, dijo que aprendió el romance de su abuela materna, doña Concepción Lara Carrera, natural de Jerez de la Frontera, donde reside él también.
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0203:5 Galán que requiebra a una mujer casada (estróf.) (ficha no.: 8857)
Versión de Tetuán (Marruecos).
Recogida por Arcadio de Larrea Palacín, entre 1950-1952 (Archivo: AMP; Colec.: Larrea Palacín). Publicada en Larrea Palacín 1952b, II, pp. 223-224 [T. 232]. Música, M241, p. 222. 047 hemist. Música registrada. |
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Una mañana de lunes, |
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yendo a misa de Cervantes, me encontré con una joven |
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más hermosita que un ángel. Yo la he seguido los pasos |
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por ver dónde se metía; yo la he visto de meterse |
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y a la iglesia consagrada. Mientras estaba en la iglesia |
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no estaba atento a la misa porque se me figuraba |
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que ya era imagen divina; y salí por otra puerta. |
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Yo la he seguido los pasos yo la he visto en su puerta, |
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le dije que la adoraba. Ella me contestó al punto: |
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--No, señor, que soy casada, y a mi marido del alma |
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no debo faltarle en nada.-- Ya se acabó mi esperanza, |
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ya se acabó mi ilusión, ya se llena de penitas |
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todito mi corazón. Yo me asomé a un arroyuelo |
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por ver si me consolaba, y en el arroyo encontré |
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un jilguero que cantaba, y con su voz me consolé; |
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le dije: --Jilguero mío, ¿qué medicina me das |
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para la mujer que adoro y no la puedo lograr? |
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Y el jilguero me contesta: --Trátala tú con firmeza |
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que, al fin y al cabo, es mujer y abandonará su dureza.-- |
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Yo la traté con firmeza, como el jilguero me dijo, |
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y, al cabo de poco tiempo, alcancé lo que he querido. |
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Clara soy, Clara me llamo, siendo Clara me turbié |
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y por eso nadie diga: --De esta agua no he de beber. |
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Por más turbia que la veo no puedo apartar la sed.-- |
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Nota del editor: En la Península hallamos este romance cantado en juego de niñas, pero sólo los versos 1 al 2 y 21-22. [Véanse las versiones gaditanas.]
Correspondencia: IDEA (Instit. de Estudios Africanos, C.S.I.C.), 453.
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