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Pan-Hispanic Ballad Project

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0325:1 Después que Vellido Dolfos (á-o)            (ficha no.: 1437)

Versión de España. Recogida 00/00/1605 Publicada en Escobar, Romancero del Cid (De la muerte del rey don Sancho). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 48, vol. I, pp. 147-149 (Del Cid.--XXV1.).  072 hemist.  Música registrada.

     Después que Vellido Dolfos,    ese traidor afamado,
  2   derribó con cruda muerte    al valiente rey don Sancho
     juntáronse en una tienda    los mayores de su campo
  4   y juntase todo el real    como estaba alborotado.
     Don Diego Ordóñez de Lara    grandes voces está dando,
  6   y con coraje encendido    muy presto se había. armado
     Para retar a Zamora,    junto al muro se ha llegado,
  8   y lanzando fuego vivo    de esta suerte ha razonado:
     --Fementidos y traidores    sois todos los zamoranos,
  10   porque dentro de esa villa    acogistes al malvado
     de Vellido, ese traidor,    el que mató al rey don Sancho
  12   mi buen señor, y buen rey,    de quien soy muy lastimado:
     que los que acogen traidores    traidores sean llamados;
  14   y por tales yo vos reto,    y a vuestros antepasados,
     y a los que traidores son    los pongo en el mismo grado,
  16   y a los panes, y a las aguas    de que sois alimentados
     y esto os faré conocer,    ansí como estoy armado
  18   y lidiaré con aquellos    que no quieren confesallo,
     ó con cinco uno a uno,    como en España, es usado:
  20   que lidie el que a concejo    como yo había retado.--
     Arias Gonzalo, ese viejo,    ansí le había fablado,
  22   después que hubo entendido    lo que Ordoño ha razonado.
     --Non debiera yo nacer,    si es como tú has contado;
  24   mas yo aceto el desafío    que por ti es demandado,
     y te daré a conocer    no ser lo que has publicado.--
  26   Y a todos los de Zamora    de esta manera ha fablado:
     --Varones de grande estima    los pequeños y de estado,
  28   si hay alguno entre vosotros    que en aquesto se haya hallado,
     dígalo muy prontamente    de decillo no haya empacho;
  30   mas quiero irme de esta tierra    en Africa desterrado,
     que no en campo ser vencido    por alevoso y malvado.--
  32   Todos dicen a una voz,    sin alguno estar callado:
     --Mal fuego nos mate, conde,    si en tal muerte hemos estado:
  34   no hay en Zamora ninguno    que tal hubiese mandado.
     El traidor Vellido Dolfos    por sí solo lo ha acordado:
  36   muy bien podéis ir seguro    id con Dios, Arias Gonzalo.

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0325:2 Después que Vellido Dolfos (á-o)            (ficha no.: 1443)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 144; Canc. de rom. 1550, f. 148 y Silva de 1550, tom. I, f. 64 (Romance nuevamente hecho de la muerte que dió el traidor de Vellido Dolfos al rey don Sancho estando sobre el cerco de Zamora, y de la batalla que hubo Don Diego Ordóñez con los hijos de Arias Gonzalo, ...*). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 53, vol. I, pp. 161-174 (Del Cid.--XXXII.).  414 hemist.  Música registrada.

     Después que Vellido Dolfos,    aquel traidor afamado,
  2   derribó con cruda muerte    al valiente rey don Sancho,
     se allegan en una tienda    los mayores de su campo:
  4   júntanse todo el real    como estaba alborotado
     de ver el venablo agudo    que a su rey ha traspasado.
  6   No se lo quieren sacar    hasta que haya confesado;
     y ese conde don García    que de Cabra era llamado,
  8   viendo de tal modo al rey    de esta manera le ha hablado:
     --¡Oh rey, en quien yo tenía    la esperanza de mi estado!
  10   véote tan mal herido    que remedio no he hallado
     sino solo encomendarte    a lo que eres obligado.
  12   Toma cuenta a tu conciencia,    y mira en lo que has errado
     contra aquel alto Señor    que te puso en tal estado.
  14   Al cuerpo no busques cura,    porque su tiempo es pasado;
     ya son tus días cumplidos,    ya tu plazo es allegado;
  16   paga lo que te obligaste    cuando fuiste bautizado.
     La muerte sierva y señora,    no te da largo plazo,
  18   no consiente apelación    sino que pagues de grado:
     cumple curar de tu alma,    del cuerpo no hayas cuidado.
  20   Respondió en aquesto el rey,    todo en lágrimas bañado;
     temblando tiene la lengua    y el gesto tiene mudado:
  22   --Bien andante seáis, conde,    y en armas aventurado,
     en todo habláis muy bien,    buen consejo me habéis dado;
  24   yo bien sé cuál es la causa    que en tal punto soy llegado
     por pecados cometidos    al inmenso Dios sagrado,
  26   y también fue por la jura    que a mi padre hube quebrado
     en cercar esta ciudad,    que a mí hermana hubo dejado.
  28   A Dios encomiendo el alma    pues que estoy en tal estado
     traedme los sacramentos    porque estó a muerte llegado.--
  30   Y ansí se le salió el alma,    y el cuerpo se le ha enfriado.
     En aquesto sus vasallos    a Zamora han enviado
     32aquese don Diego Ordóñez,    un caballero estimado,
     a decir a los vecinos    como a su rey ha matado
  34   el falso Vellido Dolfos,    vasallo del rey don Sancho,
     por tanto que desafía    al traidor de Arias Gonzalo,
  36   y a todos los zamoranos,    pues en ella se han hallado,
     y a los panes, y a las aguas,    y a lo que no está criado,
  38   y aun a todos los nacidos    que en Zamora son hallados,
     y a los grandes y pequeños    aunque no sean engendrados.
  40   Arias Gonzalo responde    diciendo que ha mal hablado:
     mandan asinar varones    que juzguen en este caso.
  42   Doce salen de Zamora,    y otros doce van del campo.
     Arias Gonzalo se armaba,    para combatir el pacto:
  44   consigo van cuatro hijos    que en el mundo Dios le ha dado.
     A todos los de Zamora    de esta, manera ha hablado:
  46   --Varones de gran estima,    los pequeños y de estado,
     si hay alguno entre vosotros,    que en esto se haya hallado,
  48   dígalo muy prestamente;    de decillo no haya empacho,
     mas quiero irme de esta tierra,    en Africa desterrado,
  50   que no en campo ser vencido    por alevoso y malvado.--
     Todos dicen prestamente    Sin ninguno estar callado:
  52   --Mal fuego nos queme, conde,    si en tal muerte hemos estado:
     no hay en Zamora ninguno    que tal hubiese mandado.
  54   El traidor Vellido Dolfos    por sí solo lo ha acordado:
     bien podéis vos ir seguro;    id con Dios, Arias Gonzalo.--
  56   Ya se sale por la puerta,    por la que salían al campo,
     consigo lleva sus hijos    todos juntos a su lado.
  58   Él quiere ser el primero    porque en tal muerte no ha estado;
     mas doña Urraca la infanta    la batalla le ha quitado,
  60   llorando de los sus ojos    y el cabello destrenzado:
     --¡Ay!, ruégoos por Dios, el conde,    buen conde Arias Gonzalo,
  62   que dejéis esta batalla    porque sois viejo y cansado:
     dejaisme desamparada    y todo mi haber cercado;
  64   ya sabéis lo que mi padre    a vos dejó encomendado
     que no me desamparéis,    endemas, en tal estado.--
  66   En oyendo aquesto el conde    mostróse muy enojado:
     --Dejédesme ir, señora,    que yo estoy desafiado,
  68   tengo de hacer batalla,    porque fui traidor llamado.--
     Júntanse diez caballeros,    todos juntos le han rogado
  70   que les deje la batalla,    que la tomarán de grado.
     Desque el conde vido aquesto    recibió pesar doblado;
  72   llamara sus cuatro hijos,    y al uno de ellos ha dado
     las sus armas y su escudo,    el su estoque y su caballo;
  74   échale su bendición    porque era dél muy amado.
     Pedrarias había nombre,    Pedrarias el castellano.
  76   Por la puerta de Zamora    se sale fuera y armado;
     topárase con don Diego    su enemigo y su contrario:
  78   --Sálveos Dios, don Diego Ordóñez,    y él os haga prosperado,
     en las armas muy dichoso,    de traiciones libertado:
  80   ya sabéis que soy venido    para lo que está aplazado,
     a libertar a Zamora    de lo que le han levantado.--
  82   Don Diego le respondiera    con soberbia que ha tomado:
     --Todos juntos sois traidores,    y por tal seréis quedados.--
  84   Vuelven los dos las espaldas    por tomar lugar del campo,
     hiriéronse juntamente    en los pechos muy de grado;
  86   saltan astas de las lanzas    con el golpe que se han dado;
     no se hacen mal alguno    porque van muy bien armados.
  88   Don Diego dió en la cabeza    a Pedrarias desdichado,
     cortárale todo el yelmo    con un pedazo del casco;
  90   desque se vido herido    Pedrarias y lastimado,
     abrazárase a las clines,    y al pescuezo del caballo:
  92   sacó esfuerzo de flaqueza    aunque estaba mal llagado,
     quiso herir a don Diego,    mas acertó en el caballo,
  94   que la sangre que corría    la vista le había quitado:
     cayó muerto prestamente    Pedrarias el castellano.
  96   Don Diego que vido aquesto    toma la vara en la mano,
     dijo a voces a Zamora:    --¿Dónde estás, Arias Gonzalo?
  98   envía el hijo segundo,    que el primero ya es finado;
     ya se acabaron sus días    su juventud fin ha dado.--
  100   Envió el hijo segundo,    que Diego Arias es llamado.
     Tornara a salir don Diego    con armas y otro caballo,
  102   y diérale fin a aqueste    como al primero le ha dado.
     El conde viendo a sus hijos,    que los dos le han ya faltado,
  104   quiso enviar al tercero    aunque con temor doblado.
     Llorando de los sus ojos    dijo: --Ve, mi hijo amado,
  106   haz como buen caballero    y lo que eres obligado:
     pues sustentas la verdad,    de Dios serás ayudado;
  108   venga las muertes sin culpa,    que han pasado tus hermanos.--
     Hernan D`Arias, el tercero,    al palenque había llegado;
  110   mucho mal quiere a don Diego,    mucho mal y mucho daño.
     Alzó la mano con saña    un gran golpe le había dado;
  112   mal herido le ha en el hombro,    en el hombro y en el brazo.
     Don Diego con el su estoque    le hiriera muy de grado,
  114   hiriéralo en la cabeza,    en el casco le ha tocado.
     Recudió el hijo tercero    con un gran golpe al caballo,
  116   que hizo ir a don Diego    huyendo por todo el campo.
     Ansí quedó esta batalla    sin quedar averiguado
  118   cuáles son los vencedores,    los de Zamora o del campo.
     Quisiera volver don Diego    A la batalla de grado
  120   mas no quisieron los fieles,    ni liciencia no le han dado.
     Doña Urraca, la infanta,    mensajeros ha llamado
  122   que vayan con las sus cartas    a don Alonso su hermano,
     el cual estaba en Toledo    del rey moro acompañado.
  124   Toman postas y caballos    los más lijeros y flacos,
     caminan días y noches    con camino apresurado:
  126   llegaron presto a Toledo;    en un lugar muy poblado,
     Olías había por nombre,    Olías el saqueado,
  128   toparon a Peranzures,    un caballero afamado,
     que en libertar a su rey    mucho tiempo ha trabajado.
  130   Llamara a los mensajeros    en un lugar apartado,
     cortárales las cabezas,    las cartas les ha tomado,
  132   fuérase para Toledo,    sin a nadie haber topado;
     fuése para don Alonso    que dél era muy amado,
  134   contóle toda la muerte    que fue dada al rey don Sancho,
     y cómo por él venían    para dalle el reinado:
  136   que lo tuviese secreto,    porque al rey parte no ha dado.
     Respondió que sí haría    que no tuviese cuidado.
  138   Fuérase el rey don Alonso,    desque de este se ha apartado,
     a ese rey Alimaimón,    que a Toledo había tomado.
  140   Díjole secretamente    todo lo que había pasado,
     porque siempre don Alonso    fue discreto y avisado,
  142   y pensó que si estas nuevas    de otro el rey fuese informado,
     que no le vendría bien,    sino mucho mal y daño.
  144   Pero respondióle el rey,    con gran placer que ha tomado:
     --Yo te doy mi fe y palabra    que tu Dios te ha consejado,
  146   porque tengo en los caminos    mucha gente de caballo,
     que te guarden las salidas,    y las entradas y pasos:
  148   si salieras sin liciencia,    tu fueras despedazado;
     mas pues eres tan fiel,    galardón te será dado.
  150   Sentáronse en una mesa    y el ajedrez han tomado:
     juega tanto don Alonso,    que el rey estaba enojado:
  152   tres veces le dijo: --Vete,    vete, y salte del palacio.--
     Don Alonso muy contento,    fuése a su casa de grado
  154   fuése con él Peranzurez    que de esto mucho ha holgado.
     Toma sogas y maromas    para echar del muro abajo,
  156   fuera tienen los caballos,    todos están en el campo;
     sálense a la medianoche,    que está todo asosegado,
  158   cubierto con las estrellas    y con la luna alumbrado.
     Bajan por Sant Agustín,    un monesterio cercado,
  160   cerca está de ls ribera    de aquese río de Tajo;
     sálense hácia la vega    y en el camino han entrado,
  162   no paran noche ni día    porque no vayan alcanzallos:
     llegan muy presto a Zamora    que es pueblo muy bien cercado;
  164   recíbenle sus vasallos    aunque no le habían jurado.
     Hablando está con su hermana    de la muerte de su hermano
  166   allí salió un caballero    que Ruy Díaz es llamado
     Este nunca había querido    a su rey besar la mano,
  168   hasta que por juramento    pruebe ser libre y salvado
     de la muerte que fue dada    a su hermano el rey don Sancho;
  170   porque nadie de los suyos    nunca en esto ha sido osado
     de tomar tal juramento    sitio el Cid, que es muy honrado.
  172   En esto respondió el rey,    bien oiréis lo que ha hablado:
     --¿Qué es la causa, mis vasallos,    qué es la causa y el pecado
  174   que solo Ruy Díaz queda    que no me besa la mano?
     Yo siempre le hice honra,    como mi padre ha mandado,
  176   Allí respondiera el Cid    con semblante muy airado:
     --Don Alonso, don Alonso,    por fuerza tenéis vasallos,
  178   que todos tienen sospecha    que vos solo sois culpado
     de la muerte que fue dada    a vuestro hermano en el campo,
  180   y cualquier que me quisiere    por contino y por vasallo,
     pagaráme muy buen sueldo,    y si no, soy libertado,
  182   que ser siervo de traidores    no me cumple ni es mi grado:
     vos haréis el juramento    que todos han demandado.
  184   Mucho se holgó el rey    de lo que el Cid ha hablado:
     --Dios os ponga en honra, el Cid,    en gran honra y tal estado.
  186   Ruego a la Virgen María    y al su hijo muy amado,
     que muriese yo tal muerte    como murió el rey don Sancho,
  188   si yo fui en dicho, ni en hecho,    de la muerte de mi hermano,
     aun como sabéis todos    me tenía el reino forzado:
  190   por tanto os ruego, señores,    como amigos y vasallos,
     que deis orden y manera    como de esto sea librado.--
  192   Allí respondieran todos    sus vasallos y criados:
     --Este juramento, el rey,    en Burgos será jurado,
  194   en Santa Gadea, la iglesia,    do juran los hijos dalgo,
     vos y doce caballeros    de los vuestros toledanos.--
  196   Él fue de esto muy contento,    luego se parte de grado.
     En santa Gadea de Burgos    estaba el rey asentado,
  198   cuando se llegó el Cid    con un libro en la su mano,
     en que están los evangelios    y un crucifijo pintado.
  200   Comienza de esta manera,    de esta manera ha hablado:
     --Todos venís con el rey    porque jure y sea librado:
  202   si cualquiera de vosotros    en aquesto habéis estado,
     y si vos, rey don Alonso,    de cruel muerte seáis matado.
  204   --Amen, amen, dijo el rey,    que de tal no soy culpado.--
     Entónce los sus vasallos    las llaves le han entregado:
  206   alzáronle por su rey,    todos le besan las manos,
     a todos hace mercedes,    de todos es muy amado.

Variantes: -4a júntase. Tim.; -21b y el gesto muy demudado. Tim.; -23a hablastes. Tim.; -24b a tal. Tim.; -29b porque a muerte soy llegado. Tim.; -30b Con este verso acaba el romance en la Rosa de Timoneda, y en la 2ª ed. de la Silva; -32a La 2ª edición de la Silva (Barcelona, 1557) comienza el largo romance por este verso, algo alterado, así: Ya se parte Diego Hordoñez, habiendo puesto la parte anterior como romance separado. Por eso ha mudado el verso de nuestro texto que dice: a decir a los vecinos, en: va decir los zamoranos.; -41a asignar. Silva; -51b callando. Silva; -56b salen. Silva -75a por nombre. Silva; -84a espadas Canc. de rom. s. a.; -142a Así todos los textos pero debió decirse: pensó que si de estas nuevas.; -155a Toman. Silva; -166b era Silva; -170b de esto Silva; -188b en. Silva; -189a aunque. Silva; -189b tiene. Canc. de rom. s. a. y 1550; -194a Águeda. Canc. de rom. 1550; -196b del. Canc. de rom. s. a. y 1550; -197a Águeda. Canc. de rom. 1550.
Nota: * sigue el epígrafe:...., «y cómo el rey don Alonso sucedió en el reino.». En la Silva de 1550 faltan ya en el epígrafe las palabras: nuevamente hecho, lo que es tanto más significativo, cuanto que este largo romance fue en efecto por la mitad del siglo XVI nuevamente hecho por un juglar, ensartando y amalgamando en uno algunos de los romances populares primitivos del harto decantado cerco de Zamora (véase nuestra introducción, nota 6), de los cuales corren por separados de nuevo en las colecciones posteriores los que dicen: Después que Vellido Dolfos; --Arias González responde; --Ya se sale, por la puerta. --Doña Urraca la infanta. Este largo romance compuesto exactamente así como en el Canc. de rom. s. a. y la Silva de 1550, se halla también en un pliego suelto impreso en el año de 1550 (véase nuestro tratado: Ueber die Prager Sammlung, pag. 7 y 41, adonde dice también el título: nuevamente hecho, con un: Villancico del mismo autor, y en el Canc. de rom. ed. de Medina del año de 1570. Menos escrupulosas que la Silva las ediciones con fecha (inclusive la de 1550) del Canc. de rom. repiten en el epígrafe aquel: nuevamente hecho, mientras debieron decir mas bien: deshecho de nuevo, pues imprimen por separado el primer romance o la primera parte del largo, e interponen entre ella y la que empieza por el verso de: Arias Gonzalo responde, un romance con asonancia diferente, el que dice: Ya cabalga Diego Ordóñez, y que por eso y por repetirse en él con alguna variación el asunto ya tratado en la primera parte del largo, nosotros hemos dado por separado y antepuesto al largo, de que fue en efecto o base, o versión diferente, como los que dicen: Tristes van los zamoranos; --Por aquel postigo viejo; --En Toledo estaba Alfonso; --En santa Gadea de Burgos, de cuyos asuntos el largo romance es un resumen o una narración continua, al cual, respecto a los romances populares primitivos y conservados todavía en parte en los separados, se podría llamar un pequeño cantar de gesta juglaresco.

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