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Pan-Hispanic Ballad Project

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0374:10 Hermana avarienta (í-a)            (ficha no.: 8229)

Versión de Casomera (ay. Aller, p.j. Lena, ant. Laviana, Asturias, España).   Recitada por María Carballo. Recogida por Juan Menéndez Pidal y Ramón Menéndez Pidal, 00/08/1909 (Archivo: AMP; Colec.: María Goyri-Ramón Menéndez Pidal). Publicada en Romancero asturiano, tomo II (en prensa) y Petersen-Web 2006, Texto.  070 hemist.  Música registrada.

     El rey tenía dos hijas,    dambas las casó en un día,
  2   las casó con dos galanes    guapos a la maravilla.
     El uno era jugador,    jugaba cuanto tenía,
  4   el otro era granjeador,    granjeaba muy bien su vida.
     La mujer del jugador    se hallaba muy aflegida,
  6   fue pa` en casa ` la su hermana,    que limosna le pedía.
     --Dame una limosna, hermana,    para toda mi familia.--
  8   Le respondió con soberbia    que dijo que no tenía.
     --El tu caudal y el mío    fueron por peso y medida.--
  10   Ella se vuelve a su casa    muy triste y muy aflegida,
     encontró a to`s sus niños    con alegre y compañía.
  12   --¿Qué nos traerá, mi madre,    de en casa de la mi tía?
     --Hijos, no vos traigo nada,    que dijo que no tenía,
  14   que el su caudal y el mío    fueron por peso y medida.--
     Los hijos se caen muertos,    y su madre en compañía,
  16   y el ángel de la guarda    con la candela encendida.
     Eso de la medianoche    vino el granjeador de la vida.
  18   --Dame de cenar, mujer,    que hora ya la sería.--
     Y se fue para la mesa,    dos panecillos cogía.
  20   Parte uno, parte otro,    materia y sangre corría.
     --¿Qué pobre vino a tu puerta,    que limosna te pedía?
  22   --Hombre, no ha venido nadie,    no más que una hermana mía.
     --Maldita seas tú, mujer,    de Dios y Santa María,
  24   no lo das a la tu hermana,    mal lo darás a la mía.--
     Y coge dos panecillos,    en ca` ` su cuñada día.
  26   Topó las puertas cerradas    y nadie no parecía,
     miró por junto a un a`ujero    que junto al fuego tenía,
  28   vio siete niños muertos    y su madre en compañía,
     y el ángel de la guarda    con la candela encendida;
  30   El se fue para su casa    con más tristeza que alegría.
     En el medio del camino    encontró la Virgen María.
  32   --Tienes tu mujer colgada,    no la entierres en la villa,
     entiérrala en la montaña,    la más estraña que había,
  34   donde no cantan los gallos    ni tampoco campanillas,
     donde canta la culebra    más de noche que de día.--
     ¡Válgame Nuestra Señora,    válgame Santa María!

Variantes: -4b g. m. b. la v.; -18 Levantóse la mujer / fue a un arca que tenía; -19 sacaba dos panecillos / y en la mesa los ponía; -20a parte de uno, parte de otro; -26a Encontró l. p. c.
Variantes de Cesárea González 19-20: Levantóse la mujer, / fue a un arca que tenía; // sacaba dos panecillos / y en la mesa los ponía. // Parte de uno, parte de otro...

Nota: Original ms. de letra de R. Menéndez Pidal.

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0374:11 Hermana avarienta (í-a)            (ficha no.: 8230)

Versión de El Entrego (parr. Linares, ay. San Martín del Rey Aurelio, p.j. Laviana, Asturias, España).   Recitada por María de Pedro. Recogida por Juan Menéndez Pidal y Ramón Menéndez Pidal, 00/08/1909 (Archivo: AMP). Publicada en Romancero asturiano, tomo II (en prensa) y Petersen-Web 2006, Texto.  088 hemist.  Música registrada.

     En las calles de Madrid    un caballero vivía,
  2   el cual que tiene dos hijas,    ambas las casó en un día.
     Las casó con dos hermanos    y les dio cuanto tenía,
  4   tanto dio a una como a otra,    por su peso y su medida.
     El uno era jugador,    jugaba cuanto tenía,
  6   el otro era ganador    que sabía ganar la vida.
     La mujer del jugador    se vio triste y afligida,
  8   hasta un día por la tarde,    que de hambre se moría.
     Se fue a en casa ` su hermana,    por ver si la socorría,
  10   que le emprestase medio pan,    que de hambre se moría.
     Le contestó la su hermana,    muy de color encendida:
  12   --Date a trabajar si quieres,    también a ganar la vida,
     mi padre nos ha casado    ambas juntitas nun día;
  14   tanto dio a una como otra,    por su peso y su medida.--
     Se fue la hermana pa` casa,    con muy poquita alegría,
  16   están los niños a la puerta    con muchísima alegría.
     --¿Qué nos trae la nuestra madre,    qué nos trae la madre mía?
  18   ¿Qué nos trae la nuestra madre    de en casa ` la nuestra tía?
     --Nos remedie Dios del cielo    y la sagrada María,
  20   no nos quiso remediar    la ingrata de vuestra tía.--
     Se subieron pa` la sala,    la más alta que allí había,
  22   se caen los niños muertos    y la madre en compañía.
     Ya viene el ganador    también de ganar la vida.
  24   --Dame de comer, mujer,    que es más de mediodía.--
     Puso tres panes en la mesa    como aquel que bien podía,
  26   al primero que partió    a la sangre parecía,
     y al segundo que partió    por la mesa trasvertía.
  28   --¿Aquí qué hubo, mujer,    aquí algún milagro había.--
     Ella le contestó diciendo:    --No hubo nada, marido,
  30   sino vino la mi hermana,    cuñada tuya sería,
     a pedirme medio pan,    que de hambre se moría.
  32   Yo le respondí diciendo,    muy de color encendida,
     "Date a trabajar si quieres,    y también a ganar la vida.
  34   Mi padre nos ha casado    ambas juntitas nun día,
     tanto dio a una como a otra,    por su peso y su medida".
  36   --Válgate el diablo, mujer,    y [lal] sagrada María,
     no remedias la tu sangre,    mal remediarás la mía.--
  38   Cogió un pan en el pañuelo    y a la cuñada camina;
     halló las puertas cerradas,    por allí nadie había.
  40   Se subió por la ventana    de las más altas que allí había,
     halló la cuñada muerta    y los niños en compañía.
  42   Dio la vuelta pa` su casa    con muy poquita alegría,
     halló la mujer colgada,    eso es lo que el diablo quería,
  44   y un gallo ni campaña    en aquel llugar no había.

Nota: Original ms. de letra que no identificamos.

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0374:12 Hermana avarienta (í-a)            (ficha no.: 8231)

Versión de San Pedro de Villanueva (ay. Parrés, p.j. Cangas de Onís, Asturias, España).   Recitada por Adosinda Pedraces de Viego (12). Recogida por Juan Menéndez Pidal, 00/00/1902 (fecha deducida) (Archivo: AMP; Colec.: María Goyri-Ramón Menéndez Pidal). Publicada en Romancero asturiano, tomo II (en prensa) y Petersen-Web 2006, Texto.  070 hemist.  Música registrada.

     Una mujer tenía dos hijas,    ambas las casó nun día;
  2   una con un labrador,    labraba toda la vida,
     otra con un jugador,    jugaba toda la vida.
  4   Hizo tiempo y pasó tiempo    que el jugador se moría;
     dejó sola a su mujer    con siet` hijos que tenía.
  6   Fue pa` casa de su madre    a ver si la socorría,
     la madre la socorrió    como una madre a una hija.
  8   El socorro que le dio    para dos meses tendría,
     y después que lo acabó    en ca` ` su cuñada iría.
  10   --Cuñada de la mi alma,    a ver si me socorría.--
     Le respondió la cuñada:    --Veste para casa y hila,
  12   que el dote que nos han dado    sólo por un peso iría.--
     Fuese pa` la su casa    muy triste    y adolorida,
  14   los hijos le pedíen pan,    ella no lo tenía.
     Fue pa` casa de su hermana    por ver si la socorría.
  16   Le dijo con gran soberbía,    le dijo que no quería.
     --Que el dote que nos han dado    sólo por un peso iría.--
  18   Vino el marido . . . . . . . . .    . . . . . . . . . al mediodía;
     puso un pan sobre la mesa,    la misma sangre corría;
  20   quitó aquel y puso otro,    la misma sangre corría.
     --¿Qué tienes, mujer, qué tienes,    algo te pasó po`l día?
  22   --Aquí vino tu cuñada    a ver si la socorría,
     le dije con gran soberbía,    le dije que no quería,
  24   que el dote que nos han dado    sólo por un peso iría.
     --Cuando no socorres la tu sangre,    ¿qué harás a la mía?--
  26   Puso un pan so el brazo,    pa en ca` ` su cuñada iría;
     encontró puertas cerradas,    ventanas y cerarquías.
  28   Entró por donde el sol entraba,    por donde la luna salía;
     topó la cuñada muerta    con siet`hijos que tenía.
  30   --Cuñada de la mi alma,    sobrinos del alma mía,
     ¿por qué muristeis con falta    de lo que en mi casa había?
  32   La vuestra alma está en los cielos,    ¿dónde estará la mía?--
     Respondió el niño más pequeño,    sólo dos meses tendría:
  34   --La nuestra alma está en los cielos,    pero ¡ay de la de mi tía!,
     que está ardiendo en los infiernos    más de noche que de día.--

Variante: -5b en compañía.
Nota: La recitadora, al parecer, la aprendió o era familiar de Teresa Covián, de Sobrepiedra, quien dictó otros romances; original ms. de letra de J. Menéndez Pidal.

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0374:3 Hermana avarienta (í-a)            (ficha no.: 2187)

Versión de Rocamundo (ay. Valderredible, p.j. Reinosa, Cantabria, España).   Recitada por Daniela Fernández (57a). Recogida por Jesús Bal y Gay, 00/00/1931 (Archivo: AMP; Colec.: Bal y Gay). Publicada en IGR-vulgar 1999, pp. 415-416.  068 hemist.  Música registrada.

     Dos hijas tenía un rey,    hijas que más no tenía;
  2   las casó con dos indianos    que de las Indias venían.
     El uno era juegador    y el otro tienda tenía.
  4   Vino tiempo y pasó tiempo,    que el juegador se moría.
     Dejó mujer embrazada    con cinco hijos de familia.
  6   El más pequeñito de ellos    pide pan y no lo había.
     --Vete, hijo de mi alma,    vete en casa de tu tía,
  8   a pedirla medio pan    por Dios y Santa María.--
     El niño era pequeñito,    dijo que no se atrevía.
  10   Coge el niño en sus brazos    y en casa la hermana iba.
     --Dame, hermana, medio pan,    por Dios y Santa María.--
  12   Y no se lo quiso dar,    como una desconocida.
     --Más de cuatro hay por el mundo    que a la rueca se valían.
  14   --¡Cómo me he de valer yo,    cinco bocas y la mía!--
     Qué triste y desconsolada    pa su casa se volvía,
  16   cierra todas las ventanas,    las puertas y celosías.
     Estando en estas razones,    el marido que venía.
  18   --Ponme de comer, mujer,    que ganas ya las traía.--
     Se pone a partir el pan,    gotas de sangre caían.
  20   --¿Qué es esto, la mi mujer,    qué es esto, la mujer mía?,
     ¿si ha venido algún pobre,    como otros días solían?.
  22   --No ha venido ningún pobre,    sino una hermana mía,
     a pedirme medio pan    por Dios y Santa María,
  24   y no se lo he querido dar,    como una desconocida.--
     Ha cogido cinco panes    y en casa la cuñada iba.
  26   Encontró puertas cerradas,    ventanas y celosías;
     por la ventana más alta    se ha subido a la cocina,
  28   encontró dos cuerpos muertos    en medio de la cocina.
     Anda un poco más alante    y un niño vida tenía.
  30   Le dijo si quería pan,    dijo que no lo quería.
     --¡Malhaya sea mi tía,    en el infierno ardería!--
  32   Qué triste y desconsolado    pa su casa se volvía,
     y vio la mujer colgada    en medio de la cocina.
  34   --¡Si a la tuya no lo das,    bien lo darás a una mía!--

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0374:6 Hermana avarienta (í-a)            (ficha no.: 5532)

Versión de Belmonte (ay. Polaciones, p.j. San Vicente de la Barquera, ant. Cabuérniga, Cantabria, España).   Recogida por José María de Cossío y Tomás Maza Solano, entre 1933-1934 publicada en Cossío 1933-1934, I. LI (nº 215), pp. 383-385.  078 hemist.  Música registrada.

     Dos hijas tenía un rey,    dos hijas no más tenía,
  2   casólas con dos indianos    que de las Indias venían;
     el uno era cazador    y el otro tienda traía.
  4   Vino tiempo y pasó tiempo    que el cazador se moría;
     dejó a su mujer preñada    y cinco hijos en compañía;
  6   el más pequeñito de ellos    pan a su madre pedía.
     --¿Cómo te he de dar pan, hijo,    cómo te he de dar pan, vida?
  8   . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    vete en casa de tu tía,
     que te diera medio pan    que yo de hambre me moría.
  10   --¿Cómo tengo de ir yo, madre,    cómo tengo de ir, madre mía,
     cómo tengo de ir yo, madre,    si no va usted en compañía?--
  12   Cogió el niño entre los brazos    y a casa su hermana iba,
     pidiéndole medio pan    que ella de hambre se moría,
  14   y no se lo quiso dar    como una desconocida.
     --Valte a la rueca, hermana,    valte a la rueca, querida,
  16   que otras de menos posibles    a la rueca se valían.--
     Ahora vino don Juan    que de la tienda venía,
  18   pidiendo de merendar    porque ganas lo traía.
     Le puso el pan a la mesa    y el cuchillo en compañía.
  20   A la primer torrejuela    gotas de sangre caían;
     a la segunda torreja    toda la mesa cubría.
  22   --¿Qué es esto, la mi mujer,    qué es esto, la mujer mía?
     ¿ha venido algún pobre    como otras veces solía?
  24   --No ha venido ningún pobre,    tan solo una hermana mía,
     pidiéndome medio pan    que ella de hambre se moría,
  26   y no se lo quise dar    como a una desconocida.
     --Malhaya la mi mujer,    malhaya la mujer mía,
  28   no se lo das a una tuya,    mal lo darás a una mía.--
     Cogió don Juan cinco panes    y a casa de su cuñado iba,
  30   y halló las puertas cerradas    con llaves de cirrujía.
     Por la ventana más alta    que aquel palacio tenía
  32   sube el caballero, sube,    no paró hasta la cocina,
     y halló cinco cuerpos muertos    y uno todavía vivía.
  34   --Toma tú pan, hijo mío,    toma tú pan de tu tía,
     --No quiero pan, tío mío,    no quiero pan de mi tía,
  36   que en los profundos infiernos    arderá toda la vida.--
     Volvió don Juan a su casa,    desconsolado volvía
  38   y halló a su mujer colgada    de una soga que tenía,
     más negra que los tizones    que eso el demonio lo haría.

Título original: Las dos hermanas.

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0374:7 Hermana avarienta (í-a)            (ficha no.: 5533)

Versión de Pido (ay. Camaleño, p.j. San Vicente de la Barquera, ant. Potes, Cantabria, España).   Recogida por José María de Cossío y Tomás Maza Solano, entre 1933-1934 publicada en Cossío 1933-1934, I. LI (nº 216), p. 386.  056 hemist.  Música registrada.

     Hoy se casan dos hermanas    ambas juntas en un día,
  2   se casan con dos hermanos    que de las Indias venían;
     el uno era jugador,    el otro haciendas tenía.
  4   --Dejarás el juego, hermano,    que a ti el juego te perdía.--
     Llega tiempo tras de tiempo    que el jugador se moría;
  6   la dejó a su mujer    cinco niños de familia.
     A otro día a la mañana    en su casa comer no había.
  8   Marcha pa casa su hermana    donde su cuñado vivía,
     a pedir medio pan    por Dios y Santa María,
  10   y no se lo quiere dar    como a una desconocida.
     --Mantendráste a hilar, hermana,    que tú a hilar te mantendrías.
  12   --¿Cómo quieres que mantenga    cinco bocas y la mía?--
     Llegó el marido a la noche    y de cenarla pedía;
  14   se ponen a patir pan,    gotas de sangre caían.
     --Qué es esto, la mi mujer,    qué es esto, la mujer mía?
  16   Acá ha venido algún pobre,    limosna no le darías.
     --No ha venido ningún pobre    sino una hermana mía,
  18   a pedirme medio pan    por Dios y Santa María,
     y no se lo quise dar    como una desconocida.
  20   --Si a tu hermana no das pan,    ¿qué hicieras si fuera mía?--
     Cogió un pan entre los brazos,    en la capa lo envolvía;
  22   marcha en casa de su hermano    donde su cuñada vivía.
     Todo lo encontró cerrado,    balcones y celosías.
  24   --Cuñada de la mi alma,    sobrinos de la mi vida,
     aquí moristes con falta    de lo que en mi casa había.--
  26   El más chiquitito de ellos    en alta voz le decía:
     --La nuestra alma en gracia va,    pero, ¡ay de la de mi tía!
  28   tan negra está en los infiernos    de noche como de día.--

Título original: Las dos hermanas.

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0374:8 Hermana avarienta (í-a)            (ficha no.: 5534)

Versión de Cosío (ay. Rionansa, p.j. San Vicente de la Barquera, Cantabria, España).   Recogida por José María de Cossío y Tomás Maza Solano, entre 1933-1934 publicada en Cossío 1933-1934, I. LI (nº 217), p. 387.  058 hemist.  Música registrada.

     Cásanse las dos hermanas,    cásanse ambas en un día,
  2   cásanse con dos indianos    que de las Indias venían.
     El uno era jugador,    el otro hacienda pedía.
  4   --Déjate del juego, hermano,    mira que te convenía.
     --Tú gobierna la tu casa,    yo gobernaré la mía.--
  6   Vino tiempo y pasó tiempo    y el jugador se moría;
     dejó la mujer cargada    con cinco hijos que tenía,
  8   el más chico pidió pan,    bendito el bocado había,
     y fue a casa de su hermana    donde su cuñao vivía,
  10   a pedirle medio pan    por Dios y Santa María,
     y no se lo quiso dar    más que una desconocida,
  12   y se volvió para casa    muy triste y sin alegría.
     Vino el marido a la noche    y de cenar le pedía.
  14   --Dame de cenar, mujer    que gana ya la tenía.--
     Púsole el pan en la mesa    y el cuchillo en compañía,
  16   y a la primer rabanada    gotas de sangre caían,
     y a la segunda rabanada    la mesa se le cubría.
  18   --¿Qué ha sido esto, mi mujer,    qué ha sido esto, mujer mía?
     si habrá venido algún pobre    limosna no le darías.
  20   --No ha venido aquí ninguno    si no es una hermana mía
     a pedirme medio pan    por Dios y la Santa María,
  22   y no se lo quise dar    más que a una desconocida.--
     La cogió el pan de la mesa    so la capa le metía,
  24   y fue a casa de su hermano    donde su cuña vivía,
     y halló las puertas cerradas,    ventanas y celosías.
  26   Por la ventana más alta    quiso Dios que entrado había,
     y halló a la mujer muerta    con cinco hijos que tenía.
  28   Se yolvió para su casa    muy triste y sin alegría,
     y halló la mujer colgada    de una soga que tenía.
     ¡Válgame Nuestra Señora,    válgame Santa María!

Título original: Las dos hermanas.

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0374:9 Hermana avarienta (í-a)            (ficha no.: 5535)

Versión de Campo de Ebro (ay. Valderredible, p.j. Reinosa, Cantabria, España).   Recogida por José María de Cossío y Tomás Maza Solano, entre 1933-1934 publicada en Cossío 1933-1934, I. LI (nº 218), p. 388.  060 hemist.  Música registrada.

     Dos hijas tenía un rey,    se las dio a Santa María;
  2   vino tiempo y pasó tiempo    y casaron en un día
     entrambas con dos hermanos    y el dote entre ellas partían.
  4   El uno se dio al trabajo,    otro a jugar tos los días.
     Vino tiempo y pasó tiempo    que el jugador se moría,
  6   dejando a su mujer sola    y a cinco hijos que tenía.
     No les ha dejado nada    más que la noche y el día.
  8   Cogió la viuda al pequeño    y a casa su hermana iba,
     a pedir una limosna    pa los cinco que tenía;
  10   si no quiere pa los cinco    pa el que en los brazos traía.
     Ni para unos, ni para otros,    la dijo que no quería,
  12   que para partir la dote    fue por peso y por medida.
     La viuda por una puerta,    el marido por otra iba.
  14   --Si hay que almorzar, mi mujer,    que ganas ya las traía.--
     Le ha sacado un, panecillo    y en sangre se convertía.
  16   --¿Quién ha estado aquí, mujer,    qué necesidad traía?
     --En casa no ha estado nadie,    si no es que la hermana mía
  18   a pedirme una limosna    pa cinco hijos que tenía,
     si no quería pa los cinco    pa el que en los brazos traía;
  20   ni para unos ni para otros,    la dije que no quería,
     que para partir la dote    fue por peso y por medida.
  22   --Calla tú, cruel mujer,    lo has sido toda la vida,
     si a tu hermana no socorres    bien socorrerás la mía.--
  24   Cogió cinco panecillos,    en ca la cuñada iba,
     halló la puerta cerrada    lo que allí nunca se vía.
  26   Por saber lo que había dentro    en el suelo la derriba;
     halló la cuñada muerta,    y cinco hijos que tenía.
  28   Estándolo allí mirando    una voz del cielo oía:
     --Basta, basta, caballero,    tú alma se salvaría,
  30   pero la de tu mujer    muy en duda lo pondría.--

Título original: Las dos hermanas.

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0374:2 Hermana avarienta (í-a)            (ficha no.: 1739)

Versión de Palleirós (parr. Raigada, ay. Manzaneda, p.j. Pobra de Trives, Ourense, España).   Recitada por Josefa Hervella. Recogida por Alfonso Hervella Courel, (Archivo: AMP). Publicada en RT-Galicia 1998, pp. 409-410.  060 hemist.  Música registrada.

     Dúas hijas tenía el rey    que n`el alma las quería;
  2   las casó con dos varones    que eran la flor de Sevilla,
     uno era muy jugador    y outro ejemplo de vida.
  4   El jugador se muriera    y el otro no se moría.
     Quedó la triste viuda    muy triste y aborrecida,
  6   sin ter ela qué comer,    sólo o que por Dios pedía.
     Se fuera onde una hermana    muy engrata que tenía.
  8   --Dame una libra de pan,    que yo te la volvería.
     --Sácate de ahí, mi hermana,    no me días rabia y fatiga,
  10   tus haciendas y las mías    fueron por peso y medida.--
     Viniera el hombre del campo,    gana de comer traguía;
  12   alcontró la mesa puesta    con dos panes encima.
     Empeza de partir pan    y en sangre se le volvía,
  14   empeza de partir otro,    por la mesa le corría.
     --Ven acá, mala mujer,    ven acá, mujer indina,
  16   ¿quién t`ha pedido limosna?    tú limosna no darías.
     --Aquí no ha venido nadie,    non sendo una hermana mía.
  18   --Anda acá, mala mujer,    anda acá, mujer indina,
     no das limosna a tu hermana,    ¿qué hicieras si fuera mía?--
  20   Cogiera un pan en los brazos    y a levárselo camina.
     Alcontró todo pechado,    non sendo unha ventaniña.
  22   Tres veces petou na porta    e naide lle respondía;
     le respondera un niño    que día y medio tenía.
  24   --Abrem` a porta, sobriño,    que eu de comer che traguía.
     --Dios se lo pague, mi tío,    que `o falta no la tenía.
  26   Mi madre vai en los cielos    con la toda su familia,
     y mi padre en los infiernos,    mi tía pra allí camina,
  28   y usted, si no se enmienda,    llevará la misma guía.
     Echem` agua de socorro,    por Dios y Santa María,
  30   échem` agua de socorro,    que `o de morirme tenía.

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0374:5 Hermana avarienta (í-a)            (ficha no.: 4906)

Versión de Villarmentero de Campos (ay. Villarmentero de Campos, p.j. Carrión de los Condes, Palencia, España).   Recogida por Narciso Alonso Cortés, (Colec.: Alonso Cortés, N.). Publicada en Alonso Cortés 1920, pp. 250-251.  068 hemist.  Música registrada.

     Un rey tenía dos hijas,    sólo dos hijas tenía;
  2   las casó con dos indianos    que de las Indias venían;
     el uno era cazador    y el otro bienes tenía.
  4   Vino tiempo tras del tiempo    y el cazador se moría,
     y tenía el cazador    cinco hijos en compañía.
  6   El más pequeñito de ellos    pidió pan y no lo había.
     --Anda, vete tú, hijo mío,    anda, vete en ca tu tía.
  8   --Madre, que yo no voy solo,    venga usté en mi compañía.--
     Le ha agarrado de la mano,    para en ca su hermana iba.
  10   --Hermana, por Dios, hermana,    ¿me darás lo que te pida?
     ¿Me darás un medio pan,    que yo de hambre me moría.--
  12   No se le ha querido dar    como a una desconocida:
     --Mantente, hermana, a la rueca,    como otras se mantenían,
  14   que otras de menos posibles    a la rueca se valían.--
     Se marchó para su casa    más desconsolada que iba.
  16   Viene el marido a cenar,    gana de cenar traía:
     --Vamos a cenar, mujer,    vamos a cenar, mujer mía.--
  18   En el medio de la mesa    gotas de sangre caían.
     --¿Qué tienes tú, mi mujer,    qué tienes tú, mujer mía?
  20   ¿Ha venido aquí algún pobre    como otros días venían?
     --No ha venido ningún pobre,    si no es que una hermana mía,
  22   a pedirme un medio pan,    que ella de hambre se moría;
     no se le he querido dar,    como a una desconocida.
  24   --¡Malhaya para ti, ingrata,    malhaya para tu vida!
     Si a tu hermana no se le das,    menos darás a la mía.--
  26   Ha cogido cinco panes,    pa en ca su cuñada iba;
     todo lo ha hallado cerrado,    ventanas y celosías.
  28   De la ventana más alta    no paró hasta la cocina.
     Cinco cuerpos halló muertos    y a su madre en compañía;
  30   el más pequeñito de ellos    tiene un poquito de vida.
     --Toma tú pan, hijo mío,    toma pan que te traía.
  32   --Ya no quiero pan, mi tío,    adiós, tío de mi vida.
     El alma de mi tío    para los cielos iría,
  34   y mi tía la malvada    en el infierno ardería.--

Nota: título original: La mala hermana.

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0374:13 Hermana avarienta (í-a)            (ficha no.: 9054)

Versión de Rebanal de las Llantas (ay. Cervera de Pisuerga, p.j. Carrión de los Condes, ant. Saldaña, Palencia, España).   Recitada por Agustina Barreda Valle (61a). Recogida por Carlos Antonio Porro Fernández y José María Silva, en dos ocasiones, 04/03/1996+00/10/1996 (Colec.: Porro Fdez, C. A.). Publicada en Porro Fernández 2000 CD, "Archivo de la Tradición Oral en Palencia", Vol. III. Saga WKPD 10/503. Reeditada en Rey García 2006, El romancero y su música en la provincia de Palencia, Diss. UAM, nº 157 (notación musical).  066 hemist.  Música registrada.

     Dos hijas tenía un rey,    dos hijas na` más tenía,
  2   casólas con dos indianos    que de las Indias venían.
     El uno era jugador,    el otro hacienda tenía.
  4   Pasó tiempo y vino tiempo,    que el jugador se moría.
     Dejó a la mujer encinta,    cinco hijos en compañía,
  6   El más pequeño de ellos    pide pan y no lo había.
     --Anda, hijo, anda vete,    anda vete en ca` tu tía
  8   a que te dé medio pan,    que Dios se lo pagaría.
     --¿Cómo iré yo, la mi madre,    cómo iré yo, madre mía?
  10   ¿Cómo iré yo, la mi madre,    si no va usted en compañía?--
     --Acá vengo, la mi hermana,    acá vengo, hermana mía,
  12   a que me des medio pan,    que Dios te lo pagaría.
     --Date a la rueca, mi hermana,    que a la rueca te valdrías.
  14   --¿Cómo voy a mantener    cinco bocas y la mía
     y la que tengo en mi vientre,    que también comer quería?--
  16   Se volvió para su casa,    más desconsolada que iba.
     Vino el marido de arar    como otras veces solía.
  18   Ya estaba la mesa puesta,    gotas de sangre caían.
     --¿Qué pasa, la mi mujer,    qué pasa, la mujer mía?
  20   ¿Ha venido acá algún pobre,    limosna no le darías?
     --No ha venido ningún pobre,    sino que una hermana mía
  22   a que la dé medio pan,    que Dios me lo pagaría.
     Yo no se lo quise dar    como una desagradecida.
  24   --¡Oh, malhaya paz, ingrata,    oh, malhaya pa tu vida!,
     no se lo das a tu hermana,    bien se lo darías a una mía.--
  26   Cogió cinco panecillos,    en ca` la cuñada iba,
     halló las puertas cerradas,    ventanas y celosías.
  28   Por la ventana más alta    que aquel palacio tenía.
     entró y no hizo parada,    parada hasta la cocina.
  30   Cinco cuerpos halló muertos    y su madre en compañía.
     El más pequeño de ellos    todavía tenía vida:
  32   --Hijo mío, ¿quieres pan?--    Y dijo que no lo quería.
     --¿Rogarás por mí en el cielo    y por la buena de tu tía?--

Notas: Posteriormente A. C. Porro entrevistó a la recitadora en agosto de 1999 y en marzo y abril de 2000. Nota: Para bajar una imagen mejor (en formato PDF), tras pulsar en el enlace a la notación musical, sustituya "jpg" con "pdf en el URL.

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0374:1 Hermana avarienta (í-a)            (ficha no.: 188)

Versión de Carbonero el Mayor (ay. Carbonero el Mayor, p.j. Segovia, Segovia, España).   Recitada por Josefa Fernández. Recogida por Agapito Marazuela Albornos, (Archivo: AMP; Colec.: Agapito Marazuela 1933). Publicada en Marazuela Albornós 1964, parcialmente en p. 395.  060 hemist.  Música registrada.

     ¡Oh qué pan más excelente    es el que amasó María
  2   cuando la pobre mujer    tres días que no comía,
     ni ella, ni los sus hijos,    ni otro que en brazos tenía!
  4   Fue a pedir una limosna    en casa una hermana un día.
     --Hermana, ¿me das limosna?,    que por Dios te lo pedía.
  6   --Hermana, vete pa casa,    cógete la rueca e hila,
     que la tu hacienda y la mía    todo fue a un peso y medida;
  8   si tu marido la juega    yo culpa no te tenía.--
     La mujer se fue pa casa    muy triste y sin alegría,
  10   los hijos tiene a la puerta    por ver lo que les traía.
     --¿Qué no[s] traes, la mi madre,    qué nos traes, madre mía?
  12   --El consuelo de Dios, hijos,    que otro en la tierra no había.--
     Se fueron para una sala    con una luz encendida,
  14   se pusieron a rezar    como otras veces lo hacían.
     El marido de la hermana    de la labranza venía.
  16   Le mandó poner la mesa    pa su mujer y familia;
     mandó poner de dos panes    como otras veces hacía.
  18   Luego fuese a partir de uno,    la sangre que le corría;
     luego fuese a partir de otro,    lo mismo le sucedía.
  20   --¿Qué pobre vino a la puerta,    qué limosna no darías?
     --Pobre no vino ninguno,    que vino una hermana mía.
  22   --Cuando no diste a tu hermana,    ¡qué hicieras si fuese mía!--
     Se coge el pan en las manos    y el hombre pa allá camina;
  24   llama que llama a la puerta    y nadie le respondía.
     Cuando a poco de llamar,    salió la Virgen María
  26   y los vio estar todos muertos    con una luz encendida.
     --Vete pa casa, buen hombre,
  28   te encuentras con tu mujer,    con tu mujer y familia,
     te la has de encontrar colgada    donde tu rocín comía,
  30   por no dar una limosna    a una hermana que tenía.

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0374:4 Hermana avarienta (í-a)            (ficha no.: 2867)

Versión de Vinhais s. l. (c. Vinhais, dist. Bragança, Trás-os-Montes e Alto Douro, Portugal).   Documentada en o antes de 1928. Publicada en Martins 1928, I, 185-86. Reeditada en Costa Fontes 1997b, Índice Temático (© HSA: HSMS), p. 332, X9.  058 hemist.  Música registrada.

     Naquela serrinha alta    rico lavrador vivia;
  2   tem duas filhas mui lindas,    criadas em fantasia.
     Casara-as com dois irmãos,    ambos d` igual valia;
  4   um era jogador,    o outro homem de fortuna.
     Morrera o jogador;    ficara a triste viúva
  6   sem ter nada que comer    senão o que de Deus le vinha.
     Fora a casa de sua irmã    que lhe desse uma esmolinha
  8   p`r` alimentar os filhinhos    que de fome lhe morriam.
     Ela diz que lha não dava,    que coisa neúma tinha:
  10   --Pois o meu dote e o teu    foram d` igual valia.
     Tornou-se a triste p`ra casa    chorando de sua vida.
  12   --Chorai, chorai, meus filhinhos,    que remédio não havia.
     Veio o marido da caça    como de costume tinha;
  14   pôs-lhe de comer    como dantes lho fazia.--
     Foi a encertar um pão,    em sangue se resolvia;
  16   empeçou de encertar outro,    e pela mesa corria.
     --Que novas houve, mulher,    ou que novas haveria?
  18   --Veio aqui minha irmã,    que le desse uma esmolinha,
     e eu disse-le que la não dava,    que coisa neúma tinha.
  20   --Valha-te Deus, ó mulher,    porque tu lha não darias?
     Quando la não dás òs teus,    que faria a gente minha?--
  22   Pegara em dois pãezinhos,    para casa da cunhada ia.
     Estavam as portas fechadas    e rumores não havia.
  24   --Abre-m` a porta, cunhada,    qu` eu culpa neúma tinha.--
     Subiu ao cimo da escada    e a porta se le abria;
  26   ela estava amortalhada    com sete filhos que tinha.
     Em redor da sua mesa    todos os manjares havia.
  28   Tornou-se o homem p`ra casa,    mui triste da sua vida;
     ao chegar a sua casa    a mulher desaparecia.

Título original: AS DUAS IRMÃS (Í-A) (=SGA X27)

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