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Pan-Hispanic Ballad Project

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0676:2 La maldita Teresa (é-a)            (ficha no.: 2094)

Versión de Astudillo (ay. Astudillo, p.j. Palencia, ant. Astudillo, Palencia, España).   Recitada por Dominica Alonso (53a). Recogida por Narciso Alonso Cortés, (Archivo: AMP; Colec.: Alonso Cortés, N.). Publicada en Alonso Cortés 1906, pp. 117-118. Reeditada en IGR-vulgar 1999, pp. 302-03.  067 hemist.  Música registrada.

     Cristo, rendido y cansado    de la venerable sierra,
  2   quisiera, en traje de pobre,    dar a mostrar su grandeza.
     En ca un cura fue a pedir,    y un ochavito le dieran.
  4   --Un ochavo no es limosna,    un poco de pan quisiera.
     --Dáselo tú, la criada,    que yo me voy pa la iglesia.
  6   --Parece el pobre importuno,    ¿le darán más en su tierra?
     --Como no soy mendingante . . .    --Sólo por esa respuesta
  8   no le tengo dar bocado,    ¡marche por la puerta afuera!--
     Con pasos muy amorosos    caminó Cristo a la iglesia;
  10   se puso a ayudar a misa,    que el cura ya estaba en ella.
     Se le olvidó una palabra    y el pobre se la dijera.
  12   Ya concluída la misa,    salieron los dos afuera.
     --Venga, hermano, que es mi gusto,    a comer a la mi mesa.--
  14   Les ha visto la criada    y estas palabras dijera:
     --Por estos zaparrastrosos    no saldremos de quimeras.
  16   --Teresa, --la dice el cura--,    presta un poco de paciencia,
     que a los buenos Dios les salva    y a los malos Dios condena.
  18   --Digo la verdad, señor,    que el pobre en una cazuela
     puede comer a un rincón    donde gente no le vea.--
  20   Ya marchó por la comida    para que los dos comieran.
     Mientras tanto el cura al pobre    una pregunta le hiciera:
  22   que si había buenos campos    o si había buenas muestras;
     y el pobre le contestó:
  24   --Buenos campos hay, señor,    y también hay buenas muestras,
     sólo allá en el mes de mayo    un bolpe de agua le espera.
  26   --Eso no es para nosotros,    sólo para Dios se queda.
     --Es tan cierto lo que digo,    como a la ingrata Teresa
  28   en el medio la cocina,    en el medio estará muerta,
     rodeada de demonios    y gatos en apariencia,
  30   sacándola la asadura,    las entrañas y la lengua.--
     Fue a levantarse y no pudo,    por resplandor que le acerca;
  32   vuelve la cabeza atrás,    vio un crucifijo en la mesa.
     Por los aires va diciendo:    --Maldita sea mi soberbia,
  34   que por no hospedar al pobre    me veo ahora en tantas penas.--

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0676:1 La maldita Teresa (é-a (L))            (ficha no.: 511)

Versión de Riaza (ay. Riaza, p.j. Sepúlveda, ant. Riaza, Segovia, España).   Recitada por Ignacia Moreno (76a). Recogida por María Goyri, 00/09/1905 (Archivo: AMP; Colec.: María Goyri-Ramón Menéndez Pidal). Publicada en TRC-Segovia 1993, pp. 428-430.  160 hemist.  Música registrada.

     Sacro Dios incomprensible,    criador del cielo y tierra,
  2   gran supremo de los reyes,    en quien todo bien se encierra.
     Y los hombres ostinados    en la avaricia y soberbia (sic)
  4   quebrantan los mandamientos    de nuestra madre la Iglesia.
     Y dicen que descendió    Cristo del cielo a la tierra
  6   y nació de madre virgen    quedando infanta azucena.
     Haced, mi Dios poderoso,    por vuestra seria clemencia,
  8   amparado de la gracia    pueda conseguir mi idea
     de explicar a mi auditorio,    atención, que ya comienza.
  10   En el famoso obispado    de la ilustre Cartagena,
     hay un pequeño lugar    que llaman Aldeanueva.
  12   El párroco de este pueblo,    con don Manuel de la Ceda,
     noble anciano venerable,    cerboroso en tal manera    (sic)
  14   que grandes necesidades    socorría con su hacienda,
     dando posada a los pobres.    Mas una maldita hembra
  16   que por criada tenía,    la cual llamada Teresa,
     a todos les ultrajaba    con palabras desatentas.
  18   Y el amo dice: --Teresa,
     ama a Dios, debes al pobre    tratarle con reverencia,
  20   que la que al pobre ofendiere    castigo grande la espera.--
     Ella respondió: --Señor,    no meta usted tanta harenga;
  22   me espanto que su merced    de vagabundos se crea.
     Esos que piden limosna    son gente muy lisonjera,
  24   y a mí me lleve el demonio    si yo de ellos me creyera.--
     Llegó Cristo en este traje    del sacerdote a la puerta
  26   a pedir una limosna.    --¡Oh, qué fea es la pobreza!;
     hasta el mismo Dios la ame,    así nadie la aborrezca.
  28   Quiso, con traje de pobre,    dar a entender su grandeza.
     El párroco venerable    sacó de su faldriquera
  30   un realito y le besó    con humilde reverencia.
     --Tenga, hermano,-- dijo a Cristo.    Mas la Magestad suprema
  32   respondió: --Un poco de pan    estimara que me diera.--
     Dijo el sacerdote: --Sí,    con voluntad fina y buena
  34   te lo daré, hermano mío.    --Dale limosna, Teresa.
     No detengas a este pobre,    que yo me voy a la iglesia.--
  36   Mas la maldita criada    respondió con aspereza:
     --¿Que un realito no es limosna?,    ¿le dan más allá en su tierra?--
  38   Y Cristo dijo: --Teresa,
     das algo de tu salario,    mira por si no te pierdas.
  40   --Pareces, pobre, soberbio    sólo por esa respuesta,
     no has de llevar un bocado    de pan.-- Y cerró la puerta.
  42   Quedóse Cristo en la calle,    ¡oh, soberana grandeza!,
     de Dios todopoderoso    qué temeridad es ésa;
  44   una mujer despechada    desprecia así su grandeza.
     Con pasos muy amorosos    camina Cristo a la iglesia
  46   donde estaba el sacerdote    esperando a que viniera
     algún hombre para que    le asista con reverencia
  48   al divino sacrificio,    al punto que Cristo llega.
     --Venga, hermano, --dijo a Cristo--    que los hombres de esta tierra
  50   siendo día de trabajo    pocos vienen a la iglesia,
     adoran al sacrificio    y se salen con presteza.--
  52   El sacerdote y al pobre    le puso a su mano diestra.
     --Venga, hermano, que es mi gusto    que coma usted a mi mesa.--
  54                                     A lo cual dio por respuesta
     el Redentor de las almas:    --Mucho estimo la firmeza,
  56   que yo por tal interés    no hiciera la diligencia.--
     En fin, llegaron a casa    y luego a comer se prestan.
  58   Dijo entonces la criada:    --No saldremos de quimeras.-
     Y el amo dijo: --Teresa,
  60   no te muestres tan altiva,    presta un poco de paciencia.
     --Digo la verdad, señor,    el pobre en una cazuela
  62   comer puede en un rincón.--    Con esto se salió fuera
     para entrarles la comida.    --Dígame, hermano, ¿en su tierra
  64   están fértiles los campos?,    ¿acaso hay buena cosa hecha?
     --En este año que estamos    esperanzas no lo pierda.
  66   Que Dios ha de enviar agua    en abril, es cosa cierta;
     y también el mes de mayo    por el principio se espera.
  68   --Hermano, hermano,    eso para Dios se queda,
     que los hombres no podemos    penetrar tan alta idea.
  70   --Es tan cierto y tan seguro    -dijo Dios- como Teresa,
     vuestra criada, se halla    dentro de aquel cuarto en tierra,
  72   y tres horribles demonios,    de gatos en la apariencia,
     la comen el corazón,    las entrañas y la lengua.--
  74   El santo ministro, entonces,    atemorizado queda,
     casi sin vital aliento,    pero recobrando fuerza,
  76   dice: --De parte de Dios,    o de parte de obediencia,
     me habéis de decir ahora    la causa de esta doncella.--
  78   Dice el uno: "A mí me toca    el mito de la paciencia ."
     Dice el otro: "Soy la envidia,    que es mía la dependencia."
  80   Dice el otro: "Soy la injuria,    que toda maldita lengua
     maldiciente, inflamadora,    castigo de esta manera".(sic)

Nota: La informante es la madre de María Albertos (pueden consultarse aquí unos diez romances cantados por ella).

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