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Por una linda espessura de arboleda muy florida, |
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donde corren muchas fuentes de agua clara muy luzida, |
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un río caudal la cerca que nace dentro en Turquía, |
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en las tierras del Soldán y las del Gran Can Suría; |
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mil y quinientos molinos que d` él muelen noche y día: |
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quinientos muelen canela y quinientos perla fina |
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y quinientos muelen trigo para sustentar la vida. |
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Todos eran del gran rey que a los reyes precedía, |
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padre del buen cavallero, orden de cavallería, |
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del esforçado don Héctor que a los griegos destruía. |
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En medio d` esta arboleda el infante Paris dormía; |
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el arco tiene colgado de una murta muy florida |
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y el aljava de los tiros por cabecera tenía. |
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Era por el mes de mayo, que los calores hazía; |
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por el suelo muchas flores, mucha fina clavellina, |
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de lirios y rosas frescas que era grande maravilla. |
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El ruiseñor cantava con muy dulce melodía, |
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cantavan mil paxaricos todos con grande armonía. |
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Y estando assí el infante que el sueño más le vencía, |
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dormiendo soñava un sueño de una visión que veía, |
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de tres damas las más lindas que en todo el mundo avía, |
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vestidas de oro y de seda, perlas y gran pedrería: |
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los joyeles que llevavan no tienen par ni valía; |
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ruvios cabellos tendidos que un sotil velo cubrían. |
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Y estando assí dormiendo que de sí nada sabía, |
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cuando estas lindas damas cada cual bien lo servía: |
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la una le peina el cabello, la otra aire le hazía, |
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la otra le coge el sudor que de su rostro salía. |
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Recuerda el infante Paris, no sabiendo si dormía; |
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mas ya en sí acordado con espanto que tenía, |
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y en ver tan alta visión doblado esfuerço tenía. |
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Palabras está diziendo, de aquesta suerte dezía: |
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--¡Oh Dios, y qué lindas damas! ¡Qué linda filosomía! |
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Bien parecen estos gestos ser damas de gran valía. |
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Dezidme si sois hermanas o si sois cosa divina |
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o si sois encantamiento o buena ventura mía. |
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Dezid si puedo serviros con las fuerças y la vida: |
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aventuraré mi cuerpo en batallas noche y día, |
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porque el día en que naciera grandes cosas se dezían |
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en las cortes del mi padre, que grandes sabios avía; |
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y aún la infanta mi hermana, que lee en astrologia, |
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dixo que en esta arboleda, dentro en esta pradería, |
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me vernía un aventura por donde me perdería. |
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Mas aunque sepa morir, de servir no cansaría, |
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que en los buenos cavalleros mal está la covardia.-- |
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Combidávanse las reinas cuál primero hablaría. |
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Habló primero la Palas una razón bien sabida: |
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--Ah, vos, el infante Paris, escuchadme por mi vida, |
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pues que sois tal cavallero digno en la sabiduría. |
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Estad con ojos abiertos, despertad la fantasía, |
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porque estas reinas y yo venimos en gran porfía |
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de cuál era más hermosa, de cuál era más garrida. |
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Paris, si juzgáis por mí aqueste don vos daría: |
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daros he ventura en armas, dicha en cavallería, |
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vencerás cualquier batalla, aunque tengas demasía.-- |
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Luego que acabó la Palas habló Iunia, assí dezía: |
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--Ah, vos, esforçado Paris, oiga vuestra señoría. |
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Cavallero sois en armas que en el mundo otro no avía; |
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persona tan justiciera porque se alegra mi vida, |
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que sé que no quitaréis aquello que yo merecía. |
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Y si me dais este don yo a vos otro daría: |
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daros he muchos dineros, más que ningún rey tenía; |
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sobre todos los señores siempre avréis la señoría.-- |
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Hablada que avía Juno, Venus luego que venía, |
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de ropas verdes vestida, un arco al cuello traía. |
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Hablava luego a Paris, que delante le tenía: |
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--Ah, vos, el príncipe Paris, hijo del rey d` esta isla, |
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hijo sois del mejor rey que en todo el mundo avía, |
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hermano del cavallero que don Héctor se dezía. |
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Yo sé que fuerça ni miedo no os hará torcer la vía, |
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por do espero que mi derecho, Paris, no se perdería; |
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en vuestras manos, señor, encomiendo la honra mía. |
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Y si juzgas, Paris, por mí, por empresa te daría |
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esta saeta de amor que llegando luego hería: |
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darte he la más linda dama que en el mundo otra no avía; |
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y Paris, sobre las otras siempre avrás la señoría.-- |
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Don París desque se vido metido en tan gran porfía, |
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hablando muy reposado estas palabras dezía: |
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--Suplico a vuestras altezas desnudas veros querría, |
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que ya he visto lo público el secreto ver querría, |
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porque yo pueda juzgar y absolver vuestra porfía.-- |
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Todas juntas a la par se desnudan en camisa. |
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Juzgara el infante París, d` esta manera dezía: |
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que en gala y discreción, hermosura y cortesía |
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y en todo lo demás, y a lo que a él parecía, |
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juzga que la deessa Venus llevasse la mejoría. |
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Luego Palas y la Iunia empieçan hazer su vía, |
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métense por un boscage, por una gran pradería, |
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estas palabras diziendo ambas juntas en porfía: |
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--Paris, ¡y cuan mal mirastes, mal mirastes la honra mía! |
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Pudiérades tomar provecho y escogistes la perdida. |
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Y os haré morir en batalla que será de gran valía.-- |