Pan-Hispanic Ballad Project

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0063:5 Mira, Zaide, que te aviso (á-e)            (ficha no.: 7957)

Versión de España. Recogida 00/00/1595 Publicada en Pérez de Hita, Historia de los bandos de Cegríes etc.. Reeditada en Durán 1849-1851, Romancero General, I (Madrid: Rivadeneyra, 1849), I, nº 56, p. 27 y Carreño 1984, p. ; Ruiz Casanova 1998, nº164, pp. 292-294.  076 hemist.  Música registrada.

     --Mira, Zaide, que te digo    que no pases por mi calle,
  2   no hables con mis mujeres,    ni con mis cautivos trates,
     no preguntes en qué entiendo    ni quién viene a visitarme,
  4   qué fiestas me dan contento    ni qué colores me aplacen;
     basta que son por tu causa    las que en el rostro me salen,
  6   corrida de haber mirado    moro que tan poco sabe.
     Confieso que eres valiente,    que hiendes, rajas y partes,
  8   y que has muerto más cristianos    que tienes gotas de sangre;
     que eres gallardo ginete,    que danzas, cantas y tañes,
  10   gentilhombre, bien criado    cuanto puede imaginarse;
     blanco, rubio por extremo,    señalado entre linajes,
  12   el gallo de los bravatos,    la nata de los donaires;
     que pierdo mucho en perderte    y gano mucho en ganarte,
  14   y que si nacieras mudo    fuera posible adorarte;
     mas por ese inconviniente    determino de dejarte,
  16   que eres pródigo de lengua    y amargan tus liviandades;
     habrá menester ponerte    la que quisiere llevarte
  18   un alcázar en los pechos    y en los labios un alcaide.
     Mucho pueden con las damas    los galanes de tus partes,
  20   porque los quieren briosos,    que hiendan y que desgarren;
     mas con esto, Zaide amigo,    si algún banquete les hacen
  22   del plato de sus favores    quieren que coman y callen.
     Costoso me fue el que heciste;    qué dichoso fueras, Zaide,
  24   si conservarme supieras    como supiste obligarme.
     Mas no bien saliste apenas    de los jardines de Atarfe,
  26   cuando heciste de la mía    y de tu desdicha alarde.
     A un morillo mal nacido    he sabido que enseñaste
  28   la trenza de mis cabellos    que te puse en el turbante.
     No quiero que me la vuelvas,    ni que tampoco la guardes,
  30   mas quiero que entiendas, moro,    que en mi desgracia la traes.
     También me certificaron    cómo le desafiaste
  32   por las verdades que dijo,    que nunca fueran verdades.
     De mala gana me río;    ¡qué donoso disparate!
  34   No guardaste tu secreto    ¿y quieres que otro lo guarde?
     No puedo admitir disculpa,    otra vez tomo [a] avisarte
  36   que ésta será la postrera    que te hable y que me hables.--
     Dijo la discreta Zaida    al gallardo Abencerraje,
  38   y al despedirse replica    --Quien tal hace, que tal pague.--

Nota: Numerosas variantes se dan en las diversas impresiones antiguas del romance, las cuales identificaré en cuanto disponga de ediciones de fiar. De momento me tengo que conformar con el texto publicado en Ruiz Casanova 1998 (Cátedra), que aprovecha la versión publicada en Carreño 1984.

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0063:1 Mira, Zaide, que te aviso (á-e)            (ficha no.: 1892)

Versión de Vilouta (parr. Tapia, ay. Ames, ant. Ames, p.j. Santiago de Compostela, ant. Negreira, A Coruña, España).   Recitada por Josefa Pensado (c. 60a). Recogida por Óscar Lojo Batalla, entre 1915-1925 (Archivo: M. PV; Colec.: Sampedro). Publicada en IGR-vulgar 1999, p. 29.  041 hemist.  Música registrada.

     --Mira, Zaide, que ch`aviso    que no pases por mi calle,
  2   nin hables con mis mujeres,    nin con mis cautivos trates,
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     Quiero que entiendas, moro,    que por mi desgracia la traes.

Nota: Parece ser Lojo Batalla el recolector, pero no es seguro.

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0063:2 Mira, Zaide, que te aviso (á-e)            (ficha no.: 1893)

Versión de Vilouta (parr. Tapia, ay. Ames, ant. Ames, p.j. Santiago de Compostela, ant. Negreira, A Coruña, España).   Recitada por Amparo (c. 80a). Recogida por J. Antonio Cid, 21/09/1985 (Archivo: ASOR; Colec.: Encuesta Add.-Galicia; cinta: Tapia 1-B5). Publicada en IGR-vulgar 1999, pp. 29-30.  016 hemist.  Música registrada.

     --Mira, Zaide, que te aviso,    que no pases por mi calle,
  2   ni hables con mis mujeres,    ni con mis cautivos trates,
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     Quiero que entiendas, moro,    que por mi motivo la traes.

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0063:3 Mira, Zaide, que te aviso (á-e)            (ficha no.: 1894)

Versión de Tetuán (Marruecos).   Recogida por Arcadio de Larrea Palacín, entre 1950-1952 publicada en Larrea Palacín 1952b, I, pp. 78-79, T22, M18. Reeditada en IGR-vulgar 1999, pp. 29-30.  058 hemist.  Música registrada.

     Por la calle de su dama    se pasea el moro Zaidi,
  2   aguardando a que sean horas    que se asome para hablarle;
     dio una salida al balcón    más linda que cuando sale
  4   la luna en su oscura noche,    el sol en sus tempestades.
     Llegóse el Zaidi diciendo:    --Bella mora, Dios te guarde;
  6   de las moras sos más linda    que cuantas hay en el valle.
     Dímelo tú, Zaida hermosa,    dímelo tú y no me engañes:
  8   si es verdad lo que han dicho    tus criados a mis pajes.
     Dices que quieres dejarme    porque pretendes casarte
  10   con un moro que ha venido    de las tierras de tu padre;
     con un moro feo y tonto    indigno de un bien muy grande.
  12   Dímelo tú, Zaida hermosa,    dímelo tú, y no me engañes
     porque lo que más se guarda    eso es lo que más se sabe.
  14   --Mira que te encargo, Zaidi,    que no pases por mi calle,
     ni hables con mis criados    ni con mis cautivos trates,
  16   ni preguntes con quién duermo    ni quién viene a vesitarme,
     ni qué fiestas me dan gustos,    ni qué comidas me placen.
  18   La trenza de mi cabello    que te pusi en tu turbante
     no quiero que te la pongas,    ni tampoco que la guardes;
  20   quiero que lo entiendas, Zaidi,    que en tu desgracia lo traes;
     no te faltará otra mora,    hermosa y de galantares
  22   que te quiera y tú la quieras,    pero que tú no la engañes.--
     Cerró la dama el balcón    y al Zaidi dejó en la calle.
  24   --Yo, honrada en mi balcón;    y tú, como perro en la calle.--
     Ya lloraba el moro Zaide    que se quiere arreventare.
  26   Abrió la dama el balcón    y al Zaidi fue a consolarle:
     --No llores tú, Zaidi hermoso;    no te quieras hacer males:
  28   tuya soy, tuya seré,    tuya digo hoy de quedarme.--
     Otro día en la mañana    las ricas bodas se hacen.

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0063:4 Mira, Zaide, que te aviso (á-e)            (ficha no.: 1895)
[0032 Las almenas de Toro (é-a), contam.]

Versión de Tetuán (Marruecos).   Recogida por Manuel Manrique de Lara, 00/00/1915 (Archivo: AMP; Colec.: Manrique de Lara, M.). Publicada en IGER-vulgar 1999, pp. 30-31.  090 hemist.  Música registrada.

     Por las almenas del Toro    se pasea una doncella,
  2   blanca y rubia y colorada,    su cara como una estrella.
     Saliera rey de Granada    con su moro alcaide un día.
  4   Preguntó el rey a su alcaide:    --¿Hija de quién es aquella?,
     si es hija de conde o duque    o del almirante es ella,
  6   y si es hija de algún fidalgo    yo me casaré con ella.
     --Calleis, calleis, mi señor rey,    no digas tan fuerte cosa,
  8   que es namorada del Zaide,    sabiendo lo que valía.
     --Pronto, pronto, mis criados,    arméis pronto una pelea.--
  10   Ahí se alhadró el moro Zaidi,    pronto, pronto habló por ella.
     --Todo el que a esa niña toque    le cortaré la cabeza
  12   y el que no la tocare    le daré de mi moneda.
     Por la calle de su dama    se pasea el moro Zaide,
  14   aguardando que sean horas    que se asome para hablarle,
     vido salir al balcón    más linda que cuando sale
  16   la luna en la escura noche    y el sol en su tempestade.
     Llegóse el Zaidi diciendo:    --Bella mora, Dios te guarde,
  18   de las moras sois tan linda    que cuantas hay en el valle.
     --Mira, el Zaidi, que te aviso,    que no pases por mi calle,
  20   que no hables con mis criados    ni con mis cautivos trates,
     ni preguntes con quien duermo    ni quién viene a visitarme,
  22   ni qué fiestas me dan gustos    ni qué colores me placen,
     sabiendo que es por tu causa    las que en el rostro me salen.
  24   --Dímelo tú, Zaida hermosa,    dímelo y tú no te calles,
     no quieras guardar secreto    lo que tan claro [se] sabe.
  26   --Bien sabrás las pesadumbres    que hay tenido con mi padre
     por aguardarte a deshoras    y tú, Zaidi, vienes tarde,
  28   y por dita d`ucasión    que me querían casarme
     con un moro que ha venido    de las tierras de mi padre.--
  30   Respondió el Zaidi diciendo,    cargado de mil pesares:
     --¡Eso era lo que dijimos    en el balcón la otra tarde!
  32   Dejas a un moro tan bueno,    alto y de alto linaje,
     tomas a un moro tan feo,    bajo y de bajo linaje.
  34   --La trenza de mi cabello    que te puse en el turbante,
     a todos, moros y moras,    mis guedejas (me) enseñastes.
  36   Yo quiero que me la des,    no quiero que me la guardes.--
     Cerró la mora el balcón    y al Zaidi dejó en la calle.
  38   Ya lloraba el moro Zaidi,    que se quiere arreventare.
     Abrió la mora el balcón    y al Zaidi volviera a hablarle.
  40   --No llores, el moro Zaidi,    ni quieras arreventare.
     No te faltará otra mora,    alta y de alto linaje,
  42   que te quiera y tú la quieras,    porque lo mereces, Zaidi.
     --A todo esto, Zaida hermosa,    ha de menester alcaide,
  44   a poner plato y banquete    a unos hombres prencipales.--
     A otro día en la mañana    las ricas bodas se hacen.

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