| |
De Mantua salió el marqués, Danés Urgel el leal; |
| 2 |
allá va a buscar la caza a las orillas del mar. |
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Con él van sus cazadores con aves para volar; |
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con él van los sus monteros con perros para cazar; |
| |
con él van sus caballeros para haberlo de guardar. |
| 6 |
Por la ribera del Pou la caza buscando van. |
| |
El tiempo era caluroso, víspera era de Sant Juan. |
| 8 |
Métense en una arboleda para refresco tomar; |
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al derredor de una fuente a todos mandó asentar. |
| 10 |
Viandas aparejadas traen, procuran yantar. |
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Desque hubieron yantado comenzaron de hablar |
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solamente de la caza cómo se ha de ordenar. |
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Al pie están de una breña que junto a la fuente está; |
| 14 |
oyeron un gran ruido entre las ramas sonar. |
| |
Todos estuvieron quedos por ver qué cosa será; |
| 16 |
por las más espesas matas veen un ciervo asomar. |
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De sed venía fatigado, al agua se iba a lanzar; |
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los monteros a gran priesa los perros van a soltar. |
| |
Sueltan lebreles sabuesos para le haber de tomar. |
| 20 |
El ciervo que los sintió al monte se vuelve a entrar; |
| |
caballeros y monteros comienzan de cabalgar. |
| 22 |
Siguiéndole iban el rastro con gana de lo alcanzar; |
| |
cada uno va corriendo sin uno a otro esperar. |
| 24 |
El que traía buen caballo corría más por le atajar; |
| |
apártanse unos de otros sin al marqués aguardar. |
| 26 |
El ciervo era muy ligero, mucho se fue adelantar; |
| |
al ladrido de los perros los más siguiendo le van. |
| 28 |
El monte era muy espeso, todos perdido se han. |
| |
El sol se quería poner, la noche quería cerrar, |
| 30 |
cuando el buen marqués de Mantua solo se fuera, a fallar |
| |
en un bosque tan espeso que no podía caminar. |
| 32 |
Andando a un cabo y a otro, mucho alejado se ha; |
| |
tantas vueltas iba dando que no sabe donde está. |
| 34 |
La noche era muy escura, comenzó recio a tronar; |
| |
el cielo estaba nublado, no cesa de relampaguear. |
| 36 |
El marqués que así se vido su bocina fue a tomar; |
| |
a sus monteros llamando. tres veces la fue a tocar. |
| 38 |
Los monteros eran lejos, por demás era el sonar; |
| |
el caballo iba cansado de por las breñas saltar; |
| 40 |
a cada paso caía, no se podía menear. |
| |
El marqués muy enojado la rienda le fue a soltar; |
| 42 |
por do el caballo quería lo dejaba caminar. |
| |
El caballo era de casta, esfuerzo fuera a tomar. |
| 44 |
Diez millas ha caminado sin un momento parar; |
| |
no va, camino derecho mas por do podía andar. |
| 46 |
Caminando todavía un camino va a topar; |
| |
siguiendo por el camino va a dar en un pinar. |
| 48 |
Por él anduvo una pieza sin poder d`él se apartar. |
| |
Pensó reposar allí o adelante pasar, |
| 50 |
mas por buscar a los suyos adelante quiere andar. |
| |
Del pinar salió muy presto, por un valle fuera a entrar, |
| 52 |
cuando oyó dar un gran grito temeroso y de pesar, |
| |
sin saber que de hombre fuese, o qué pudiese estar. |
| 54 |
Solo gran dolor mostraba, otro no pudo notar, |
| |
de que se turbó el marqués, todo espeluzado se ha; |
| 56 |
mas aunque viejo de días empiézase de esforzar. |
| |
Por su camino adelante empieza de caminar. |
| 58 |
A pie va que no a caballo, el caballo va a dejar |
| |
porque estaba muy cansado y no podía bien andar; |
| 60 |
en un prado que allí estaba allí lo fuera a dejar. |
| |
Cuando llegó a un río, en medio de un arenal |
| 62 |
un caballo vido muerto, comenzóle de mirar. |
| |
Armado estaba de guerra a guisa de pelear; |
| 64 |
los brazos tenía cortados, las piernas otro que tal; |
| |
un poco más adelante una voz sintió hablar: |
| 66 |
--¡Oh Santa María Señora, lo me quieras olvidar! |
| |
¡A ti encomiendo mi alma, plégate de la guardar! |
| 68 |
En este trigo de muerte esfuerzo me quieras dar; |
| |
pues a los tristes consuelas, quieras a mí consolar |
| 70 |
y tu muy precioso Hijo por mí te plega rogar |
| |
que perdone mis pecados, mi alma quiera salvar.-- |
| 72 |
Cuando aquesto oyó el marqués luego se fuera apartar; |
| |
revolvióse el manto al brazo la espada fuera, a sacar. |
| 74 |
Apartado del camino, por el monte fuera a entrar; |
| |
hacia do sintió la voz empieza de caminar. |
| 76 |
Las ramas iba cortando para la vuelta acertar; |
| |
a todas partes miraba por ver qué cosa será; |
| 78 |
el camino por do iba cubierto de sangre está. |
| |
Vínole grande congoja, todo se fue a demudar, |
| 80 |
que el espíritu le daba sobresalto de pesar. |
| |
De donde la voz oyera muy cerca fuera a llegar; |
| 82 |
al pie de unos altos robles vido un caballero estar, |
| |
armado de todas armas sin estoque ni puñal. |
| 84 |
Tendido estaba en el suelo, no cesa de se quejar; |
| |
las lástimas que decía al marqués hacen llorar. |
| 86 |
Por entender lo que dice acordó de se acercar. |
| |
Atento estaba escuchando sin bullir ni menearse |
| 88 |
lo que decía el caballero razón es de lo contar. |
| |
--¿Dónde estás, señora mía, que no te pena mi mal? |
| 90 |
De mis pequeñas heridas compasión solías tomar, |
| |
¡agora de las mortales no tienes ningún pesar! |
| 92 |
No te doy culpa, señora, que descanso en el hablar; |
| |
mi dolor que es muy sobrado me hace desatinar. |
| 94 |
Tú no sabes de mi mal ni de mi angustia mortal; |
| |
yo te pedí la licencia para mi muerte buscar. |
| 96 |
Pues yo la hallé, señora, a nadie debo culpar, |
| |
cuanto más a ti, mi bien, que no me la querías dar; |
| 98 |
mas cuando más no podiste bien sentí tu gran pesar |
| |
en la fe de tu querer, según te vi demostrar. |
| 100 |
¡Esposa mía y señora! no cures de me esperar; |
| |
fasta el día del juicio no nos podemos juntar. |
| 102 |
Si viviendo me quisiste, al morir lo has de mostrar, |
| |
no en hacer grandes extremos, mas por el alma rogar. |
| 104 |
¡Oh mi primo Montesinos, Infante don Merín, |
| |
deshecha es la compañía en que solíamos andar! |
| 106 |
¡Ya no esperéis más de verme no os cumple más de buscar, |
| |
que en balde trabajaréis pues no me podréis hallar! |
| 108 |
¡Oh esforzado don Renaldos! ¡Oh buen paladín Roldán! |
| |
¡Oh valiente don Urgel! ¡Oh don Ricardo Normante! |
| 110 |
¡Oh marqués don Oliveros! ¡Oh Durandarte el galán! |
| |
¡Oh archiduque don Estolfo! ¡Oh gran duque de Milán! |
| 112 |
¿Dónde sois todos vosotros? ¿No venís a me ayudar? |
| |
¡Oh emperador Carlo Magno, mi buen señor natural, |
| 114 |
si supieses tú mi muerte cómo la harías vengar! |
| |
Aunque me mató tu hijo justicia querrías guardar, |
| 116 |
pues me mató a traición viniéndole acompañar. |
| |
¡Oh principe don Carloto! ¿qué ira tan desigual |
| 118 |
te movió sobre tal caso a quererme así matar, |
| |
rogándome que viniese contigo por te guardar? |
| 120 |
¡Oh desventurado yo, cómo venía sin cuidar |
| |
que tan alto caballero pudiese hacer tal maldad! |
| 122 |
Pensando venir a caza, mi muerte vine a cazar. |
| |
No me pesa del morir pues es cosa natural, |
| 124 |
¡mas por morir como muero sin merecer ningún mal |
| |
y en tal parte donde nunca la mi muerte se sabrá! |
| 126 |
¡Oh alto Dios poderoso, justiciero y de verdad, |
| |
sobre mi muerte inocente justicia quieras mostrar! |
| 128 |
¡De esta ánima pecadora quieras haber piedad! |
| |
¡Oh triste reina mi madre, Dios te quiera consolar, |
| 130 |
que ya es quebrado el espejo en que te solías mirar! |
| |
Siempre de mí recelaste recebir algún pesar, |
| 132 |
¡agora de aquí adelante no te cumple recelar! |
| |
En las justas y torneos consejo me solías dar, |
| 134 |
¡agora triste en la muerte aun no me puedes hablar! |
| |
¡Oh noble marqués de Mantua, mi señor tío carnal! |
| 136 |
¿dónde estaís que no ois mi doloroso quejar? |
| |
¡Qué nueva tan dolorosa vos será de gran pesar, |
| 138 |
cuando de mí no supiérdes ni me pudiérdes hallar! |
| |
Hecístesme heredero por vuestro Estado heredar, |
| 140 |
¡mas vos lo habréis de ser mío aunque sois de más edad! |
| |
¡Oh mundo desventurado, nadie debe en ti fiar: |
| 142 |
al que más subido tienes mayor caída haces dar! |
| |
Estas palabras diciendo no cesa de sospirar, |
| 144 |
sospiros muy dolorosos para el corazón quebrar. |
| |
Turbado estaba el marqués, no pudo más escuchar; |
| 146 |
el corazón se le aprieta, la sangre vuelta se le ha. |
| |
A los pies del caballero junto se fue a llegar; |
| 148 |
con la voz muy alterada empezóle de hablar: |
| |
--¿Qué mal tenéis?, caballero, ¿querádesmelo contar? |
| 150 |
¿Tenéis heridas de muerte, o tenéis otro algún mal?-- |
| |
Cuando lo oyó el caballero la cabeza probó alzar; |
| 152 |
pensó que era su escudero, tal respuesta lo fue a dar: |
| |
--¿Qué dices, amigo mío? ¿Traes con quien me confesar? |
| 154 |
Que ya el alma se me sale, la vida quiero acabar; |
| |
del cuerpo no tengo pena, que el alma querría salvar. |
| 156 |
Luego le entendió el marqués por otro le fuera a tomar; |
| |
respondióle muy turbado que apenas pudo hablar: |
| 158 |
--Yo no soy vuestro criado, nunca comí vuestro pan; |
| |
antes soy un caballero que por aquí acerté a pasar. |
| 160 |
Vuestras voces dolorosas aquí me han hecho llegar, |
| |
a saber qué mal tenéis o de qué es vuestro penar. |
| 162 |
Pues que caballero sois querades vos esforzar, |
| |
que para esto es este mundo para bien y mal pasar. |
| 164 |
Decidme, señor, quién sois y de qué es vuestro mal, |
| |
que si remediarse puede, yo os prometo de ayudar. |
| 166 |
No dudéis, buen caballero, de decirme la verdad.-- |
| |
Tornara en sí Valdovinos, respuesta le fuera a dar: |
| 168 |
--Muchas mercedes, señor, por la buena voluntad; |
| |
mi mal es crudo y de muerte, no se puede remediar. |
| 170 |
Veinte y dos feridas tengo que cada una es mortal; |
| |
el mayor dolor que siento, es morir en tal lugar, |
| 172 |
do no se sabrá mi muerte para poderse vengar, |
| |
porque me han muerto a traición sin merescer ningún mal. |
| 174 |
A lo que habéis preguntado por mi fe os digo verdad, |
| |
que a mí dicen Valdovinos, que el Franco solían llamar: |
| 176 |
hijo soy del rey de Dacia, hijo soy suyo carnal; |
| |
uno de los doce pares que a la mesa comen pan. |
| 178 |
La reina doña Ermeline es mi madre natural, |
| |
el noble marqués de Mantua era mi tío carnal, |
| 180 |
hermano era de mi padre sin en nada discrepar; |
| |
la linda infanta Sevilla es mi esposa sin dudar. |
| 182 |
Hame ferido Carloto su hijo del emperante, |
| |
porque él requirió de amores a mi esposa con maldad; |
| 184 |
porque no le dio su amor él en mí se fue, a vengar |
| |
pensando que por mi muerte con ella había de casar. |
| 186 |
Hame muerto a traición viniendo yo a le guardar, |
| |
porque él me rogó en París le viniese acompañar |
| 188 |
a dar fin a una aventura en que se quería probar. |
| |
Quien quier que seais, caballero, la nueva os plega llevar |
| 190 |
de mi desastrada muerte a París esa ciudad, |
| |
y si hacia París no fuerdes a Mantua la iréis a dar, |
| 192 |
que el trabajo que ende habréis muy bien vos lo pagarán, |
| |
y si no quisiérdes paga, bien se vos agradecerá.-- |
| 194 |
Cuando aquesto oyó el marqués la habla perdido ha, |
| |
en el suelo dio consigo, la espada fue arrojar, |
| 196 |
las barbas de la su cara empezólas de arrancar, |
| |
los sus cabellos muy callo comiénzalos de mesar. |
| 198 |
A cabo de una gran pieza en pie se fue a levantar; |
| |
allegóse al caballero por las armas le quitar. |
| 200 |
Desque le quitó el almete comenzóle de mirar: |
| |
estaba bañado en sangre con la color muy mortal; |
| 202 |
estaba desfigurado, no lo podía figurar, |
| |
ni le podía conoscer en el gesto ni el hablar; |
| 204 |
dudando estaba dudando si era mentira o verdad. |
| |
Con un paño que traía la cara le fue a limpiar: |
| 206 |
desque la hubo limpiado luego conocido lo ha. |
| |
En la boca lo besaba, no cesando de llorar, |
| 208 |
las palabras que decía dolor es de las contar: |
| |
--¡Oh sobrino Valdovinos, mi buen sobrino carnal! |
| 210 |
¿Quién vos trató de tal suerte? ¿Quién vos trajo a tal lugar? |
| |
¿Quién es el que a vos mató que a mi vivo fue a dejar? |
| 212 |
¡Mas valiera la mi muerte que la vuestra en tal edad! |
| |
¿No me conocéis, sobrino? ¡Por Dios me queráis hablar! |
| 214 |
--Yo soy el triste marqués que tío solíades llamar, |
| |
yo soy el marqués de Mantua que debo de reventar |
| 216 |
llorando la vuestra muerte por con vida no quedar. |
| |
¡Oh desventurado viejo! ¿Quién me podrá conortar?, |
| 218 |
que pérdida tan crecida más dolor es consolar. |
| |
Yo la muerte de mis hijos con vos podría olvidar. |
| 220 |
Agora, mi buen señor, de nuevo habré de llorar. |
| |
A vos tenía por sobrino para mi estado heredar; |
| 222 |
agora por mi ventura yo vos habré de enterrar. |
| |
Sobrino, de aquí adelante yo no quiero vivir más; |
| 224 |
ven, muerte, cuando quisieres, no te quieras detardar; |
| |
¡mas al que menos te teme le huyes por más penar! |
| 226 |
¿Quién le llevará las nuevas amargas de gran pesar? |
| |
A la triste madre vuestra ¿quién la podrá consolar? |
| 228 |
Siempre lo oí decir, agora veo ser verdad, |
| |
que quien larga vida vive mucho mal ha de pasar. |
| 230 |
Por un placer muy pequeño pesares ha de gustar. |
| |
De estas palabras y otras no cesaba de hablar, |
| 232 |
llorando de los sus ojos sin poderse conortar. |
| |
Esforzóse Valdovinos con el angustia mortal; |
| 234 |
desque conoció a su tío alivio fuera a tomar. |
| |
Tomóle entrambas las manos, muy recio le fue apretar; |
| 236 |
disimulando su pena comenzó al marqués hablar: |
| |
--No lloredes, señor tío, por Dios no queráis llorar, |
| 238 |
que me dais doblada pena y al alma hacéis penar; |
| |
mas lo que vos encomiendo es por mí queráis rogar, |
| 240 |
y no me desamparéis en este esquivo lugar; |
| |
fasta que yo haya espirado, no me querades dejar. |
| 242 |
Encomiéndoos a mi madre, vos la queráis consolar, |
| |
que bien creo que mi muerte su vida habrá de acabar; |
| 244 |
encomiéndoos a mi esposa, por ella queráis mirar; |
| |
el mayor dolor que siento es no la poder hablar. |
| 246 |
Ellos estando en aquesto su escudero fue a llegar. |
| |
Un ermitaño traía que en el bosque fue a hallar, |
| 248 |
hombre de muy santa vida de órden sacerdotal. |
| |
Cuando llegó el ermitaño el alba quería quebrar. |
| 250 |
Esforzando a Valdovinos comenzóle amonestar |
| |
que olvidase aqueste mundo y de Dios se quiera acordar. |
| 252 |
Aparte se fue el marqués por dalles mejor lugar; |
| |
el escudero a otra parte también se fuera apartar. |
| 254 |
E marqués de quebrantado gran sueño le fue a tomar. |
| |
Confesóse Valdovinos a toda su voluntad. |
| 256 |
Estando en su confesión, ya que quería acabar, |
| |
las angustias de la, muerte comienzan de le aquejar. |
| 258 |
Con el dolor que sentía una gran voz fuera a dar; |
| |
llama a su tío el marqués, comenzó así de hablar: |
| 260 |
--Adiós, adiós, mi buen tío, adiós vos queráis quedar, |
| |
que yo me voy de este mundo para la mi cuenta dar. |
| 262 |
Lo que vos ruego y encomiendo no lo queráis olvidar; |
| |
dadme vuestra bendición, la mano para besar. |
| 264 |
Luego perdiera el sentido, luego perdiera el hablar, |
| |
los dientes se le cerraron, los ojos vuelto se le han. |
| 266 |
Recordó luego el marqués, a él se fuera a llegar, |
| |
muchas veces lo bendice no cesando de llorar. |
| 268 |
Absolvióle el ermitaño; por él comienza a rezar. |
| |
A cabo de poco rato Valdovinos fue a espirar. |
| 270 |
El marqués de verlo así amortecido se ha, |
| |
consuélalo el ermitaño, muchos ejemplos le da; |
| 272 |
el marqués como discreto acuerdo fuera a tomar, |
| |
pues remediar no se puede, a haberse de conortar. |
| 274 |
Lo que hacía el escudero lástima era de mirar; |
| |
rescuñaba la su cara, sus ropas rasgado ha, |
| 276 |
sus barbas y sus cabellos por tierra los va a lanzar. |
| |
A cabo de una gran pieza, que ambos cansados están, |
| 278 |
el marqués al ermitaño comienza de preguntar: |
| |
--Pídoos por Dios, padre honrado, respuesta me queráis dar. |
| 280 |
¿Dónde estamos, o en qué reino, en qué señorío o lugar? |
| |
¿Cómo se llama esta tierra? ¿Cuya es, y a qué mandar?-- |
| 282 |
El ermitaño responde: --Pláceme de voluntad: |
| |
debéis de saber, señor, que esta es tierra sin poblar; |
| 284 |
otro tiempo fue poblada, despoblóse por gran mal, |
| |
por batallas muy crueles que hubo en la cristiandad. |
| 286 |
A esta llaman la Floresta sin ventura y de pesar, |
| |
porque nunca caballero en ella se acaeció entrar |
| 288 |
que saliese sin gran daño o desastre desigual. |
| |
Esta tierra es del marqués de Mantua, la gran ciudad: |
| 290 |
fasta Mantua son cien millas, sin poblado ni lugar, |
| |
sino sola una ermita que a seis millas de aquí está, |
| 292 |
donde yo hago mi vida por del mundo me apartar. |
| |
El más cercano poblado a veinte millas está; |
| 294 |
es una villa cercada del ducado de Milán. |
| |
Ved lo que queréis, señor, en que yo os pueda ayudar, |
| 296 |
que por servicio de Dios lo haré de voluntad, |
| |
y por vuestro acatamiento, y por hacer caridad.-- |
| 298 |
El marqués que aquesto oyera comenzóle de rogar |
| |
que no recibiese pena de con el cuerpo quedar, |
| 300 |
mientra él y el escudero el caballo van buscar |
| |
que allí cerca había dejado en un prado a descansar. |
| 302 |
Plúgole al ermitaño allí haberlos de esperar. |
| |
El marqués y el escudero el caballo van buscar; |
| 304 |
por el camino do iban comenzóle a preguntar: |
| |
--Dígasme, buen escudero, si Dios te quiera guardar, |
| 306 |
¿qué venía tu señor por esta tierra buscar |
| |
y por qué causa lo han muerto, y quién le fuera a matar? |
| 308 |
Respondió el escudero, tal respuesta le fue a dar: |
| |
--Por la fe que debo a Dios yo no lo puedo pensar, |
| 310 |
porque no lo sé, señor; lo que vi os quiero contar. |
| |
Estando dentro en París en cortes del emperante, |
| 312 |
el príncipe don Carloto a mi señor envió a llamar. |
| |
Estuvieron en secreto todo el día en su hablar; |
| 314 |
cuando la noche cerró ambos se fueron a armar. |
| |
Cabalgaron a caballo, salieron de la ciudad |
| 316 |
armados de todas armas a guisa de pelear. |
| |
Yo salí con Valdovinos y con Carloto un paje; |
| 318 |
ayer hubo quince días salimos de la ciudad. |
| |
Luego cuando aquí llegamos a este bosque de pesar, |
| 320 |
mi señor y don Carloto mandaron nos esperar. |
| |
Solos se entraron los dos por aquel espeso valle; |
| 322 |
el paje estaba cansado, gran sueño le fue a tomar; |
| |
yo pensando en Valdovinos no podía reposar. |
| 324 |
Apartéme del camino en un árbol fui a pujar, |
| |
a todas partes miraba cuándo los veria tornar. |
| 326 |
A cabo de un gran rato caballos oí relinchar, |
| |
vi venir tres caballeros mi señor no vi tornar. |
| 328 |
Venían bañados en sangre, luego vi mala señal: |
| |
el uno era don Carloto, los dos no pude notar. |
| 330 |
Con gran miedo que tenía, no les osé preguntar |
| |
dó quedaba Valdovinos, dó le fueran a dejar, |
| 332 |
mas abajéme del árbol, entré por aquel pinar. |
| |
Desque los vi trasponer yo comencé de buscar |
| 334 |
a mi señor Valdovinos, mas no lo podía hallar: |
| |
El rastro de los caballos no dejaba de mirar. |
| 336 |
A la entrada de un llano, al pasar de un arenal, |
| |
vi la huella de otro caballo la cual me pareció mal. |
| 338 |
Vi mucha sangre por tierra de que me fui a espantar; |
| |
en la orilla del río el caballo fui a hallar, |
| 340 |
más adelante no mucho a Valdovinos vi estar. |
| |
Boca abajo estaba en tierra, y casi quería espirar, |
| 342 |
todo cubierto de sangre que apenas podía hablar. |
| |
Levantáralo de tierra, comencéle de limpiar; |
| 344 |
por señas me demandó confesor fuese a buscar. |
| |
Esto es, noble señor, lo que sé de este gran mal.-- |
| 346 |
En estas cosas hablando el caballo van topar. |
| |
Cabalgó en él el marqués, y a las ancas fuele a tomar; |
| 348 |
a do quedó el ermitaño presto tornado se han. |
| |
Desque hablaron un rato acuerdo van a tomar |
| 350 |
que se fuesen a la ermita, y el cuerpo allá lo llevar. |
| |
Pónenlo encima el caballo, nadie quiso cabalgar. |
| 352 |
El ermitaño los guía, comienzan de caminar; |
| |
llevan via de la ermita apriesa y no de vagar. |
| 354 |
Deque allá hubieron llegado el cuerpo van desarmar. |
| |
Quince lanzadas tenía, cada una era mortal, |
| 356 |
que de la menor de todas ninguno podría escapar. |
| |
Cuando así lo vio el marqués traspasóse de pesar; |
| 358 |
a cabo de una gran pieza, un gran suspiro fue a dar. |
| |
Entró dentro en la capilla, de rodillas se fue a hincar, |
| 360 |
puso la mano en una ara que estaba sobre el altar |
| |
en los pies de un crucifijo jurando, empezó de hablar: |
| 362 |
--Juro por Dios poderoso por Santa María su Madre, |
| |
y al santo Sacramento que aquí suelen celebrar, |
| 364 |
de nunca peinar mis canas ni las mis barbas cortar, |
| |
de no vestir otras ropas ni renovar mi calzar, |
| 366 |
de no entrar en poblado ni las armas me quitar, |
| |
sino fuere una hora para mi cuerpo limpiar; |
| 368 |
de no comer a manteles ni a mesa me asentar, |
| |
fasta matar a Carloto por justicia o pelear, |
| 370 |
o morir en la demanda manteniendo la verdad, |
| |
y si justicia me niegan sobre esta tan gran maldad, |
| 372 |
de con mi Estado y persona contra Francia guerrear, |
| |
y manteniendo la guerra morir o vencer sin paz. |
| 374 |
Y por este juramento prometo de no enterrar |
| |
el cuerpo de Valdovinos fasta su muerte vengar. |
| 376 |
De que aquesto hubo jurado mostró no sentir pesar; |
| |
rogando está al ermitaño que le quisiese ayudar |
| 378 |
para llevar aquel cuerpo al más cercano lugar. |
| |
El ermitaño piadoso su bestia le fue a dejar; |
| 380 |
amortajaron el cuerpo, en ella lo van a posar. |
| |
Con las armas de Valdovinos el marqués se fue armar; |
| 382 |
cabalgara en su caballo, comienza de caminar. |
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Camino llevan de la villa que arriba oistes nombrar. |
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Con él iba el ermitaño por el camino mostrar. |
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Antes que a la villa lleguen una abadía van fallar |
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de la órden de Sant Bernardo que en una montaña está, |
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a la bajada de un puerto y a la entrada de un lugar. |
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Allá se fue el marqués y allí acordó quedar |
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por estar más encubierto, y el cuerpo en guarda dejar, |
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por hacelle un ataúd y habello de embalsamar. |
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Al ermitaño rogaba dineros quiera tomar; |
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desque dineros no quiso sus ricas joyas le da. |
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No quiso ninguna cosa, su bestia fue a demandar; |
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despidióse del marqués, a Dios le fue encomendar. |
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Después de ser despedido para su ermita se va; |
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por el camino do vuelve a muchos topado ha |
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que el marqués iban buscando, llorando por le hallar. |
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Muchos por él preguntaban, las señales ciertas dan; |
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por las señas que le dieron él conocido lo ha, |
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a todos les respondía: --Yo vos digo de verdad, |
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que un hombre de tales señas, que no sé quién es ni cuál, |
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dos días ha que le acompaño sin saber adónde va; |
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dejélo en un abadía que dicen de Flores Valle, |
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con un caballero muerto que acaso fuera a fallar: |
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si allá queréis ir, señores, fallaréislo de verdad. |