|
Un caballero en Sevilla, tratante de paño y seda, |
2 |
tenía un hijo de tres añ os, de todo le daba cuenta. |
|
--Dime, mi hijo Francisco, ¿quién es el que en mi casa entra? |
4 |
--El alférez de la guerra que con mi madre conversa. |
|
--Calla, mi hijo Francisco, que te he de quitar la lengua.-- |
6 |
N`otro día d`aquel día su padre se fue a una feria |
|
y la perra de la madre de matar al hijo ordena. |
8 |
Lo pusiera en tres pedazos y a un lado la cabeza. |
|
--Parla, mi hijo Francisco, que ahora te doy licencia. |
10 |
--Parlaré, perra traidora, como si vivo estuviera.-- |
|
Vino a la noche su padre más molido qu` una arena. |
12 |
--Para un hombre cansado ¿no habrá una triste cena? |
|
--Sube, mi marido, arriba, te tengo una rica cena: |
14 |
la cabeza d`un cabrito y la lengua d`una tenrera, |
|
y para mejor compuesta, la tengo en una cazuela.-- |
16 |
El marido se sentó a partir pan por la mesa, |
|
con el cuchillo en la mano para partir la cabeza. |
18 |
Bajara una voz del cielo diciendo de esta manera: |
|
--¡Atento, mi padre, atento, no me hagáis tal ofensa! |
20 |
Salí de vuestras entrañ as, no permitáis que a ellas vuelva.-- |
|
La madre, qu` aquello oyó, se marchó para una celda |
22 |
a llamar por los demonios que vinieran ya por ella. |
|
Tantos eran los demonios que no cabían por la puerta; |
24 |
unos entran por la puerta y otros por la chimenea; |
|
unos decían: "Partirla", y otros: "Llevémosla entera". |
26 |
El demonio, com` es sutil, en cuerpo y alma la lleva. |
|
Y aquí se acabó la historia de la graciosa morena. |