Pan-Hispanic Ballad Project

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0139:5 Don Juan de Lara (á-a)            (ficha no.: 3551)

Versión de Arauco (Arauco, Chile).   Recitada por Emeterio Ruiz (54a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 106 (A), pp. 283-288.  158 hemist.  Música registrada.

     En la ciudad de Segovia    por todo el mundo nombrada,
  2   por lo fuerte y abundante,    que el cielo mismo la guarda,
     coronándola de estrellas;    en esta ilustre ciudada
  4   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    reside don Juan de Lara,
     caballero noble y rico    y de ilustre sangre hidalga.
  6   Gozaba de los favores    de su esposa doña Laura,
     y era devoto en extremo    de San Antonio de Padua.
  8   En verdad que la fortuna    nunca puede estar parada:
     a muchos hombres los sigue    la rueda de la desgracia.
  10   De la gran ciudad de Mura    tuvo don Juan una carta,
     que su padre estaba enfermo    y en gran peligro se hallaba.
  12   Dando a su esposa noticia    de todo lo que pasaba,
     disponiendo su viaje    con dos pajes en compaña,
  14   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    llegó a su querida patria,
     y halló a su padre querido    metido en mortales ansias.
  16   Al cabo ¡ay! en este tiempo    rindió la vida [á] la parca,
     quedando el cuerpo cadáver,    y Dios le pordone su alma.
  18   Ahí estuvo nueve meses    en negocios de importancia;
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    volvió a su querida patria,
  20   y pensando hallar alivio,    fue su pena más doblada:
     halló a su esposa encinta    y del parto muy cercana.
  22   Sale a recibirlo en brazos,    porque mucho lo deseaba.
     Don Juan, lleno de recelos,    le pega una bofetada,
  24   y le dice: --Vil traidora,    tus discursos son de farsa.
     Tú intentabas atrevida    manchar mi honor y mi fama:
  26   yo te he de quitar la vida,    pues lo requiere tu infamia.
     Si yo te quito la vida,    es quitarle a Dios dos almas,
  28   y Dios me cartigará;    he de aguardar a que paras.--
     No se pasaron dos días    sin que Laura se enfermara;
  30   llegó el prímero de enero,    y amaneció con luz clara
     sobre los montes vecinos    el sol que rayos dispara.
  32   Se levanta la señora    afligida y angustiada,
     con los dolores del parto    y la muerte muy cercana.
  34   Mas hincóse de rodillas    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     delante de un crucifijo,    diciendo así estas palabras:
  36   «Señor mío Jesucristo,    que por redimir las almas
     en esta cruz padeciste,    del cielo llave y escala:
  38   bien sabes, Padre amoroso,    que d`esta no debo nada.
     No siento, Señor, mi muerte,    ni el dolor ni la tardanza;
  40   el mayor dolor que tengo,    haberte ofendido ingrata.
     ¡Misericordia, Señor,    que no se pierda mi alma,
  42   ni el honor de mi marido,    esta es verdad declarada!»
     A este tiempo parió    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
  44   un tierno infante    que al sol los rayos quitaba,
     con letras siete en la frente    que prodigioso declara,
  46   diciendo: «Yo soy Antonio,    nadie ponga repugnancia».
     Agarra la madre al niño,    acostándolo en la cama.
  48   Lo miraba y le decía:    --¡Hijo mío de mi alma,
     e hoy habís nacido al mundo    en manos de la desgracia.--
  50   Entra al tiempo el caballero,    con la intención más dañada
     desenvainando el acero;    abre los brazos la dama,
  52   descubre su blanco pecho,    le pega él la puñalada
     y como si diera en bronce    se hizo pedazos la daga.
  54   A este tiempo San Antonio    entró por las mismas salas,
     vestido de religioso    de la orden franciscana.
  56   Mirándolo el caballero    le dijo estas palabras:
     --Mucho extraño, padre mío,    que esta visita se me haga.
  58   --No lo extrañe, caballero,    que de mi primera infancia
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    á. Dios le di mi palabra
  60   de visitar los enfermos,    y este motivo es la causa.
     Supe yo d`esta señora    que en gran peligro se halla,
  62   con los dolores del parto,    y he venido a visitarla.--
     Oyendo esto la señora,    alegremente escuchaba;
  64   el corazón le decía    lo qu` ella misma ignoraba:
     que éste era San Antonio    que venía a visitarla.
  66   El Santo le pide al niño,    la señora se lo daba;
     agarrándolo en los brazos    cariñosamente le habla:
  68   --¡Dios te guarde, hermoso niño,    Dios te libre de desgrácia!
     Bajo de santa obediencia    no me habís de negar nada.
  70   Pregunto: ¿quién es tu padre?    --Mi padre es don Juan de Lara;
     mi madre, más bien lo sabes    que se llama doña Laura.--
  72   Oyendo esto el caballero    de puro gozo lloraba;
     botándose a los pies,    al Santo besó las plantas.
  74   Gran ruido hizo este milagro:    la ciudad, alborotada,
     y la casa, un jubileo    de caballeros y damas.
  76   Tuvo el señor arzobispo    noticia `e lo que pasaba,
     mandando pedir al niño,    por ver maravilla tanta,
  78   le ofreció ser su padrino,    bautizarlo con la gracia.
     Lo sacan en procesión    con música concertada,
  80   y la Virgen de Belén    y San Antonio de Padua.
     Aquí el humilde poeta    pide perdón de sus faltas,
  82   que aunque haiga falta en los puetas,    en San Antonio no hay falta.

Notas de V. C. : -3b ciudada. Así pronunciaba distintamente el recitador, queriendo, sin duda, restablecer el asonante, que su oído echaba de menos; -10a Mura: ¿Murcia? ; -49a habís Es común en el pueblo chileno substituir la terminación verbal éispor is, así en el presente como en el futuro: comís, comerís, por coméis, comeréis; -82a haiga: Común en todas las clases sociales. Menos frecuente en las nuevas generaciones; puetas: a veces, a la alteración fonética de una palabra corresponde una modificación. de significado: así m`estro no es exactamente lo mesmo que maestro, ni pueta que poeta, ni mama que mamá, aunque este último vocablo tiene en castellano las dos acentuaciones, si bten con idéntica acepción. M`estro es el artesano ramplón o el pedagogo ignorante; pueta, el bardo popular; mama, la nodriza o la niñera. El hijo de familia acomodada y de abolengo, tiene mamá y también mamacita, si prefiere el diminutivo cariñioso; el pobre y de humilde origen, sólo tiene mamita, que es como él nombra a su madre en toda edad de la vida;

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0139:7 Don Juan de Lara (á-a)            (ficha no.: 3553)

Versión de Temuco (Cautín, Chile).   Recitada por Margarita Pizarro (28a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 108 (C), pp. 293-297.  111 hemist.  Música registrada.

     Al verdadero Jesús    suplico me dé su gracia,
  2   y a la Reina de los cielos,    madre de Dios soberana.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     Se despidió de su esposa,    prenda que mucho estimaba,
  4   se fue a la ciudad de Muros    con dos pajes en compaña,
     hallando a su amado padre    metido en mortales ansias.
  6   Allí estuvo nueve meses    en negocios de importancia.
     Cumplidos los nueve meses    vuelve a su querida patria,
  8   pensando en hallar consuelo,    y eran sus penas dobladas:
     hallaba a su esposa encinta    y del parto muy cercana.
  10   Salió a recibirlo en brazos,    porque mucho lo deseaba;
     don Juan, todo lleno `e celos,    le tiró una bofetada,
  12   diciéndole: --Vil traidora,    tu gran discurso ¿`ónde pára?
     Tú, destentada, atrevida,    manchas mi honor y mi fama;
  14   yo te quitaré la vida    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     si lo requieres, infame,    y te dejaré que paras,
  16   que si te quito la vida    es quitarle a Dios un alma.--
     Se retiró la señora    en lágrimas anegada;
  18   no hallaba culpa que echarse,    que ella no era culpada.
     Año de mil setecientos    cuarenta y cinco, reclara;
  20   a los dos días de enero    le amaneció con luz clara,
     todos los montes vecinos    que al sol sus rayos le embargan.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  22   Recogió la madre al niño    con letra cierta en la frente:
     «Yo soy Antonio de Padua,    pónganme sin repugnancia».
  24   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    Acostándose en la cama
     lo miraba y le decía:    «¡Ay, hijo mío del alma!»
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  26   A los pies de un crucifijo,    diciendo aquí esta palabra:
     «Señor mío Jesucristo,    que por redimir las almas
  28   en esta cruz te pusieron,    llave del cielo y escala.»
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     A este tiempo entró don Juan,    con intención desalmada
  30   desenvainando la espada.    Abrió los brazos la dama,
     recibió el ingrato golpe    en la milagrosa estampa
  32   de la Virgen de Belén    y San Antonio de Padua,
     y como dar en un bronce,    se hizo pedazos la daga.
  34   A este tiempo San Antonio    entró por la misma sala,
     vestido de religioso    de la orden franciscana.
  36   Quedó turbado don Juan,    mas d`esta suerte le hablaba:
     --Mucho extraño, padre mío,    que esta visita usté me haga.
  38   --No lo extrañe, caballero,    que de mi primera infancia
     tengo yo por devoción,    y a Dios le di la palabra,
  40   de visitar los enfermos,    y esta razón es la causa.
     Mas supe qu` esta señora    en gran peligro se hallaba
  42   con sus dolores de parto,    y he venido a visitarla.--
     El Santo le pidió al niño,    la señora lo entregaba;
  44   lo que lo tomó en los brazos    alegremente le hablaba:
     --¡Dios te guarde, hermoso niño,    Dios te libre de desgracias!
  46   Bajo verdad y obediencia    no me habís de negar nada.
     Pregunto: ¿quién es tu padre?    Esta verdad me reclara.--
  48   Abrió los hermosos labios    el niño, y respuesta daba:
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    --El señor don Juan de Lara:
  50   mi madre, ya vos lo sabes    que se llama doña Laura.--
     Esto que oyó el caballero,    sólo del gozo lloraba,
  52   arrodillóse a los pies    del Santo y besó sus plantas.
     Se despidió San Antonio,    dejando victorias grandes
  54   contra el maldito demonio    que procuraba `ivorciarla.
     Hizo milagro hasta el río    que la ciudá alborotaba.
  56   La imagen de San Antonio,    ¡qué clavel con tantas gracias,
     que viene del mismo cielo    compartiendo sus fragancias!

Notas de V. C. : -4a Muros: ¿Murcia?; -13a destentada: Desatentada; -19b Reclarar por declarar. Es la forma corriente en el pueblo; -22b Letra cierta por letras siete (de ANTONIO); -44a Lo que por cuando, o mejor, por apenas: "Lo que (cuando o apenas); llegue Juan se irá Pedro"; En Aragón y en Colombia se dice á lo que, forma también usada en Chile; -46b habís: Es común en el pueblo chileno substituir la terminación verbal éispor is, así en el presente como en el futuro: comís, comerís, por coméis, comeréis; -54b `ivorciarla: La d inicial se pierde a veces. Vide rom. 65; la referencia de la nota 2 está equivocada; -55a "Hasta el río" , frase ponderativa: "Mintió hasta el río", que vale: "dijo muchas mentiras".
Comentario de V. C. : Este romance se encuentra en el índice de pliegos sueltos impresos del siglo XVIII en adelante, publicado por Durán. (Vide Romancero, t. I, p. LXXXVIII)

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0139:6 Don Juan de Lara (á-a)            (ficha no.: 3552)

Versión de Lontué (Talca, Chile).   Recitada por Antonio Ureta (60a). entre 1900-1912 (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 107 (B), pp. 288-293.  154 hemist.  Música registrada.

     En la ciudad de Lisboa    por todo el mundo nombrada;
  2   por lo fuerte y abundante    el mismo cielo la guarda,
     coronándola de estrellas    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
  4   En esta ilustre ciudad    reside don Juan de Lara,
     caballero noble y rico    y de ilustre sangre hidalga.
  6   Gozaba de los favores    de su esposa doña Labra,
     que en discreción y hermosura    sólo Dios pudo pintarla.
  8   Era devota en extremo    de San Antonio de Padua.
     En verdad que la fortuna    nunca puede estar parada;
  10   a muchos hombres los sigue    la rueda de la desgracia.
     De la gran ciudad de Mura    t uvo don Juan una carta,
  12   como su padre está enfermo    y en grandes peligros se hállá.
     La pena y el sentimiento    en el corazón le guarda:
  14   le da a su esposa noticia    de todo lo que le pasa,
     y disponiendo su viaje    con dos pajes en compaña,
  16   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    llegó a su querida patria,
     halló a su querido padre    metido en mortales ansias,
  18   y al cabo de aquí este tiempo    rindió la vida a la parca.
     Allá estuvo nueve meses    en negocios de importancia.
  20   [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    Volvió a su querida patria,
     y pensando hallar alivio,    fue su pena más doblada,
  22   porque halló a su esposa encinta    y del parto muy cercana.
     Fue a recibirlo en sus brazos,    porque mucho lo deseaba,
  24   y don Juan, lleno de celos,    le pega una bofetada,
     diciéndola: --Vil traidora,    tus discursos son de pára.
  26   Has intentado atrevida    manchar mi honor y mi fama;
     pues te he de quitar la vida,    pues lo requiere tu infamia.--
  28   Se retira el caballero    diciendo a sí estas palabras:
     «Si yo le quito la vida.    es quitarle a Dios dos almas,
  30   y Dios me ha de castigar;    he de aguardar a que pára.
     No se pasaron los días    sin que l`hora fue llegada.
  32   El primer día de enero    amaneció con luz clara.
     sobre los montes vecinos,    el sol que rayos dispara.
  34   Se levantó la señora    afligida y angustiada,
     con los dolores del parto    y con su muerte cercana.
     delante de un crucifijo,    diciendo así estas palabras:
  38   «Señor mío Jesucristo,    que por redimir las almas
     en esta cruz os pusieron,    del ciclo llave y escala:
  40   bien sabís, Padre amoroso,    que d`ésta no debo nada.
     No siento, señor, mi muerte,    el dolor y la tardanza;
  42   el mayor dolor que tengo,    de haberte ofendido ingrata.
     ¡Misericordia, Señor,    de que no se pierda mi alma,
  44   el honor de mi marido    y esta verdad declarada!»
     Parió en esto un tierno infante    que al sol los rayos quitaba,
  46   con letras siete en la frente    que prodigioso declaran,
     diciendo: «yo soy Antonio;    nadie ponga repugnancia».
  48   Agarró la madre al niño,    acostándolo en la cama;
     lo miraba y le decía:    «¡Ay, hijo mío de mi alma,
  50   hoy habís nacido al mundo    en manos de la desgracia!»
     Entró a este tiempo don Juan    y con la intención dañada.
  52   Desenvainando el acero,    abrió los brazos la dama
     y le entriega el blanco pecho:    al golpe que le dispara,
  54   como si diera en bronce,    s` hizo pedazos la daga.
     A este tiempo San Antonio    dentró por la misma sala,
  56   vestido de religioso    de la orden franciscana.
     --Mucho extraño, padre mío,    qu` esta visita se me haga.
  58   --No lo extrañe, caballero,    que de mi primera infancia
     he tenido devoción,    y a Dios le di mi palabra,
  60   de visitar los enfermos,    y este motivo es la causa.
     Supe como esta señora    en grande peligro se halla,
  62   con los dolores del parto,    y he venido a visitarla.--
     Esto que oyó la señora,    alegremente escuchaba,
  64   su corazón le decía    lo qu` ella misma ignoraba:
     aquél era San Antonio    que venía a visitarla.
  66   El Santo le pide al niño,    la señora se lo daba.
     Agarrándolo en sus brazos    cariñosamente le habla:
  68   --Dios te guarde, hermoso niño,    y te libre de desgracia;
     bajo de santa obediencia    no me habís de negar nada.
  70   Pregunto: ¿quién es tu padre?    --El señor don Juan de Lara;
     mi madre, ya lo sabéis    que se llama doña Labra.--
  72   Esto que oyó el caballero,    de puro gozo lloraba,
     y botándose a los pies    del santo, besó sus plantas.
  74   Hizo el milagro tal ruido,    que la ciudad lo brotara,
     fue la casa un jubileo    de caballeros y damas.
  76   Tuvo el señor arzobispo    noticia `e lo que pasaba,
     mandando pedir al niño,    por ver maravilla tanta.
  78   Se ofreció ser su padrino,    bautizado con la gracia
     de la Virgen de Belén    y San Antonio de Padua.

Notas de V. C. : -6blabra: cuando al diptongo au sigue r, la u se consonantiza en b: abra, Labra, Rosabra, por aura, Laura, Rosaura. En el vocablo tahur, el vulgo, por influencia de los anteriores, hizo la diptongación y agregó una e paragógica, pronunciando táure, de donde resultó la forma tabre, hoy tan popular; -11a Mura: ¿Murcia?; -25b Son de pára por son de farsa, de la versión A, o por ¿`onde paran de la variante C; -40a sabís: es común en el pueblo chileno substituir la terminación verbal éispor is, así en el presente como en el futuro: comís, comerís, por coméis, comeréis; -46a las siete letras de la palabra ANTONIO; -53a entriega: Este y otros verbos que tienen en la penúltima silaba la vocal e, los conjuga el vulgo como irregulares, por asimilación con algunos de uso frecuente que lo son, como regar, refregar, remendar, tropezar, etc.; -55b dentródentrar por entrar es común en todas las clases sociales.

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0139:2 Don Juan de Lara (á-a)            (ficha no.: 2122)

Versión de La Linde (ay. Cangas del Narcea, ant. Cangas de Tineo, p.j. Cangas del Narcea, ant. Cangas de Tineo, Asturias, España).   Recitada por Antonia González (66a). Recogida por Margarita Morton, Maximiano Trapero, Madeline Sutherland y Robert Haifetz, 01/07/1980 (Archivo: ASOR; Colec.: Encuesta NORTE 80; cinta: 7.1-7.2 A/9). Publicada en IGR-vulgar 1999, p. 332.  062 hemist.  Música registrada.

     En la ciudad de Burgos    a don Juan vino una carta;
  2   lo que en la carta traía    lo diré si me acordara:
     que tenía a su padre enfermo,    de la muerte muy cercana.
  4   Ya había visto a su padre    y nueve meses tardara.
     Eso de los nueve meses,    echara andar pa su casa.
  6   Y en el medio del camino,    muy acerca de su casa,
     se encontró dos caballeros    de los que él más estimaba.
  8   --Mucho sentimos, don Juan,    el decirle una palabra,
     siendo un hombre como usted    quien una mujer mandara.--
  10   Llegó a su casa y llamó,
     su mujer salió a abrazarle;    le pegó una bofetada:
  12   --Quita, perra traidora,    quítate, perra malvada,
     que tú quitaste mi honor,    tú, . . . a dónde para.--
  14   Ya se marchó para el cuarto    donde cosía y bordaba.
     --Allí tengo un crucifijo    y un San Antonio de Pauda.
  16   Dios me sabe el crucifijo    y el San Antonio de Pauda
     que el honor de mi marido    que yo no le debo nada.--
  18   Y estando en estas palabras    entró un hombre por la sala,
     vestido de religioso    de la honra franciscana.
  20   --No mereces tal vesita,    pa venir a la hora sana.
     Soy devoto de los enfermos,
  22   y he oído que estás en hora    de la muerte estás cercana.
     Pedí permiso a mi Diós    pa venir a visitarla.--
  24   Entre dolor y dolor    y entre puntada y puntada,
     y entre dolor y dolor    un niño a los piés bajara.
  26   Pide el niño a la señora    y el resto se lo alarga
     y en brazos de San Antonio    el niño que bien hablaba.
  28   --Ven acá, niño querido,    ¿tu padre cómo se llama?
     --Mi padre se llama Juan,    se llama don Juan de Lara
  30   y mi madre ya lo sabe,    se llama doña Laura,
     y aquello era el demonio    que los quería tentar almas.--
  32   Se dieron los dos la mano,    vivieron como Dios manda.

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0139:3 Don Juan de Lara (á-a)            (ficha no.: 2123)

Versión de Peredilla (ay. La Pola de Gordón, p.j. León, ant. La Vecilla, comc. Gordón, León, España).   Recitada por Concepción Álvarez Arias (57a en 1920). Recogida por Josefina Sela, (Archivo: AMP; Colec.: Sela, J. (M. Goyri-R. Menéndez Pidal)). Publicada en IGR-vulgar 1999, p. 332-334.  088 hemist.  Música registrada.

     En la ciudad de Madrid    junto a los caños del agua
  2   habitaba un caballero    con su esposa doña Laura.
     Uno y otro son devotos    de San Antonio de Pauda;
  4   le alumbran de día y de noche    con una lámpara de plata.
     De las islas de la mar    vino a don Juan una carta:
  6   que está su padre muy malo,    de la muerte muy cercano.
     --Lo que siento, mujer mía,    dejarte a ti sola la casa,
  8   pero si tardo en venir    yo te escribiré una carta,
     y con ella te diviertes    mientras yo la vuelta daba.--
  10   Pensó tardar siete meses,    nueve fueron la tardanza.
     Su mujer fue a recibirlo,    como siempre acostumbraba;
  12   en lo mejor de su rostro    le pegó una bofetada.
     Volvió su mujer pa casa    muy triste y desconsolada.
  14   --Jesucristo de mi vida,    San Antonio de mi alma,
     desto que don Juan me dice,    bien sabéis no tengo nada,
  16   lo que os pido, Señor,    que don Juan no pierda el alma,
     que niño o niña que traiga    a Dios es quitar su alma.--
  18   Don Juan, que estaba escuchando,    y don Juan, que escuchando estaba:
     --La tengo dejar parir,    y dispués logro mi fama.--
  20   Estando en estas razones    ya pariera la doña Ana,
     ya va don Juan para arriba,    sube don Juan pa la sala.
  22   Le tiró con un cuchillo,    pegó en la sagrada estampa.
     Pensó la hubiera matado,    pero no le tocó nada.
  24   Cayó el cuchillo en el suelo    y tres pedazos se taja,
     y, estando en estas razones,    un flaire a la puerta llama.
  26   --Cuanto siento, padre mío    de la muerte franciscana,
     tan tarde y tan a deshora    esta vesita me haga.
  28   --Le tengo dao palabra a Dios,    y a Dios le di la palabra,
     de vesitar los enfermos    cuando de peligro se hallan,
  30   y me han dicho que esta mujer    se hallaba necesitada.--
     Cogió el niño entre los brazos,    desta manera le hablaba:
  32   --Desto que yo te pregunte,    niño, no me niegues nada,
     que me has decir quién es tu padre    y tu madre, la doña Ana.--
  34   Desprende el niño los labios    y hablar recio prencipiaba:
     --Mi madre bien lo sabéis,    mi padre es don Juan de Lara;
  36   de la noche que él marchó    ella quedó embarazada.
     --¿Y tú cómo te llamas, niño,    niño, tú cómo te llamas?
  38   --Yo me tengo de llamar Antonio,    Antonio de Pauda.--
     Y don Juan, que estaba escuchando,    y don Juan, que escuchando estaba,
  40   ese otro día era domingo    y pa un convento se marchara.
     Confesó todas sus culpas    y entre ellas aquella causa.
  42   Veintidós padres llamó,    todos a comer a su casa;
     les dio de comer dos días    y beber a mesa franca,
  44   y a cada uno de ellos    una cantidad de plata.
     ¡Válganos Nuestra Señora    y San Antonio de Pauda!

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0139:4 Don Juan de Lara (á-a)            (ficha no.: 2963)

Versión de Madrid (Barrio de Ventas) (ay. Madrid, p.j. Madrid, Madrid, España).   Recitada por José Coronado Olaya. Recogida por José Manuel Fraile Gil y José Manuel Pedrosa, 29/10/1996 (Archivo: ASFG; Colec.: Fraile Gil, J. M.). Publicada en Fraile Gil MT 12/CD, Madrid Tradicional. Antología v. 12, TECNOSAGA, WKPD-10/2023, corte 4, © Fraile Gil. Reproducida aquí con permiso del editor.  051 hemist.   Música registrada.

     La rueda de la fortuna    nunca puede estar parada
  2   por que algunos nos persigue    la rueda de la desgracia.
     En este lugar había    un señor don Juan de Lara,
  4   caballero ya muy rico,    divertido entre las damas.
     Le mandó razón su padre    que estaba enfermo en la cama,
  6   que se pusiera en camino    ca a la noche le aguardaba.
     Marchó a la ciudad del moro,    cuatro pajes le acompañan;
  8   allí se estuvo ocho meses    hasta que su padre le hizo falta.
     A cabó los ocho meses    regresó para su casa;
  10   se encontró a su esposa encinta    y de parto muy cercana.
     Su esposa cuando lo vio    al cuello se le abrazaba
  12   y don Juan, enfurecido,    la pegó una bofetada.
     --Quítate, perra judía,    quítate, perra malvada,
  14   que me has quitado el honor    estando tu embarazada.--
     Sin reparar lo que hacía    la pegó una puñalada
  16   y como si diera en bronce    se hizo pedazos la daga.
     Apareció San Antonio    vestido de religioso
  18                                     de la orden franciscana:
     --No le extrañe a usted, señor,    que esta visita le haga;
  20   he tenido la razón    que está la condesa mala
     y vengo a favorecerle,    que su falta remediarla.--
  22   El caballero se arrodilló    y besó sus puras plantas;
     hizo una procesión    que por el pueblo fue nombrada.
  24   De dinero le costó    tres mil ducados de plata.
     A ver si con tanta memoria    podemos alcanzar todos
  26   como el conde don Juan Lara    el perdón y la santa gloria.
    

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0139:1 Don Juan de Lara (á-a)            (ficha no.: 2121)

Versión de Vegalatrave (ay. Vegalatrave, p.j. Zamora, ant. Alcañices, comc. Aliste, Zamora, España).   Recitada por una anciana. Recogida por Tomás Navarro Tomás, 00/00/1910 (fecha deducida) (Archivo: AMP; Colec.: Navarro Tomás, T.). Publicada en IGR-vulgar 1999, pp. 330-331.  140 hemist.  Música registrada.

     Al soberano Jesús    suprico le dé su gracia,
     uno y trino verdadero,    amparo de nuestras almas.
     En terra de Portugal    es la gente lusitana,
  2   son devotos en extremo    a San Antonio de Pauda;
     tienen la divina imagen    hecha de una fina toalla
  4   en la ciudad de Lisboa,    por todo el mundo nombrada.
     Allí vive un caballero    casado con doña Laura,
  6   que en belleza y hermosura    sólo Dios pudo pintarla.
     Es verdad que la Fortuna    nunca puede estar parada
  8   y a muchos hombres le sigue    la rueda de la desgracia.
     De la gran ciudad de Muro    don Juan tuvo una carta:
  10   como su padre está enfermo    y en fuerte peligro se halla.
     Le dio el saber a su esposa    de la novedad que pasa,
  12   la pena y el sentimiento    pa su corazón aguarda;
     determina de marchar    con dos pajes en compaña.
  14   Encuentra su querido padre    metido en mortales ansias,
     y al cabo de los tres días    rindió la vida a la patria
  16   y el cuerpo quedó cadabre,    Dios le perdone su alma.
     Le llevaron nueve meses    en negocios y emportancias,
  18   y al cabo `e los nueve meses    volvió a su querida patria.
     El diabro, como es así,    es cosa que nunca para,
  20   en el medio del camino
     se le apareció diciendo:    --Amigo don Juan de Lara,
  22   m`alegro de verte güeno.--    Tiernamente se abrazaban
     y don Juan le preguntó    por su esposa doña Laura.
  24   --Amigu miu, tu esposa    es una mujer mundana,
     que te hace muchas ufensas    cuando sales de tu casa.--
  26   Y don Juan, lleno de celos,    se marchaba pa su casa.
     Ella se l`vantó a abrazarle    a quien tanto deseaba;
  28   y don Juan, lleno de celos,    le prantó una bofetada.
     Se retira la señora    con lágrimas anegadas,
  30   sin poderle dar disculpa,    y ella no era la culpada.
     --El Dios, que todo lo sabe,    ponga el rigor en tempranza,
  32   el niño, o niña, que tiene    en el vientre esta tirana,
     yo si le quito la vida    es quitarle a Dios un alma,
  34   y a mí me ha de castigar,    aguardemos a que parga.--
     Y al cabo de los dos días,    ya que la hora llegara,
  36   con los dolores del parto    la señora se retiraba;
     en su sala se metía,    en su sala retirada,
  38   parió, en esto, un tierno infante,    que al sol los rayos dispara,
     con letras doce en la frente    que pordigiosas declaran:
  40   --Yo soy el San Antonio,    nadie tenga repunancia.--
     La madre cogía al niño:
  42   --Hijo mío de mis ojos,    querido de mis entrañas,
     hoy habías venido al mundo    en manos de la desgracia.--
  44   A este tiempo entró don Juan    desenvainando la espada.
     La estampa de San Antonio    que la defende y ampara,
  46   como si fuera en un bronce    se hizo pedazos la daga.
     Y don Juan, de que vio esto,    para atrás se retiraba.
  48   A este tiempo entró San Antonio
     en traje de religioso    como que iba a visitarla.
  50   --Mucho extraño, padre mío,    que esta vesita se me haga.
     --No se extrañe, el caballero,    que ende mi primera infancia
  52   hice voto e castidad,    a Dios le dí la palabra
     de vesitar los enfermos    que en fuerte peligro se hallan;
  54   supe cómo esta señora    en fuerte peligro se halla,
     en traje de religioso    he venido a vesitarla.--
  56   El santo le pide el niño;    ella coge y se lo alarga.
     --Dios te guarde, hermoso niño,    y te libre de desgracias.
  58   --Me dirás quién es tu padre,    esta verdad decrararla.--
     Abrió los hermosos labios    diciendo de estas palabras:
  60   --Mi rico padre se llama,    se llama don Juan de Lara,
     mi madre ya lo sabéis    que se llama doña Laura.--
  62   Tal ruido dio la alegría,    que la ciudad alborotaba.
     Supo el señor arzobispo    de la alegría que pasa,
  64   s` ufrició a ser su padrino    y a bautizarlo con su gracia,
     vistió veinticuatro pobres,    todos de mucha importancia
  66   y allí los tuvo tres días    comiendo en su mesa franca.
     Previnieron nueve altares    y hicieron nueve paradas,
  68   para hacerles portisiones    a San Antonio de Pauda.
     Por eso se que soy poeta,    por eso que poeta me llaman;
  70   ya que vive San Antonio    nadie tenga repunancia.

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