Pan-Hispanic Ballad Project

Total: 11


0145:2 Grimaldos desterrado y nacimiento de Montesinos (á)            (ficha no.: 1599)

Versión de España. Recogida 00/00/1550 Publicada en un pliego suelto del siglo XVI. Aquí comiezan dos rom. del conde Grimaltos y su hijo Montesinos (vale decir este romance y el que sigue), en el Rom. gen. del señor Durán, Silva de varios rom. ed. de Barcelona, 1582 y Floresta de varios rom. ed. de Madrid, 1761 (Romance de Grimaltos). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 175, vol. II, pp. 251-267.  520 hemist.  Música registrada.

     Muchas veces oí decir    y a los antiguos contar,
  2   que ninguno por riqueza    no se debe de ensalzar,
     ni por pobreza que tenga    se debe menospreciar.
  4   Miren bien, tomando ejemplo    do buenos suelen mirar,
     cómo el conde, a quien Grimaltos    en Francia suelen llamar,
  6   llegó en las cortes del rey    pequeño y de poca edad;
     fue luego paje del rey    del más secreto lugar
  8   porque él era muy discreto    y de él se podía fiar;
     y después de algunos tiempos,    cuando más entró en edad,
  10   le mandó ser camarero    y secretario real;
     y después le dio un condado,    por mayor honra le dar;
  12   y por darle mayor honra    y estado en Francia sin par
     lo hizo gobernador,    que el reino pueda mandar.
  14   Por su virtud y nobleza,    grande esfuerzo sin par,
     le quiso tomar por hijo    y con su hija le casar.
  16   Celebráronse las fiestas    con placer y sin pesar.
     Ya después de algunos días    de sus honras y holgar,
  18   el rey le mandó al conde    que le fuese a gobernar
     y poner cobro en las tierras    que lo fuera a encomendar.
  20   --Pláceme-- dijera el conde,    pues no se puede excusar.
     Ya se ordena la partida,    y el rey manda aparejar
  22   sus caballeros y damas    para haber de acompañar.
     Ya se partía el buen conde    con la condesa a la par,
  24   y caballeros y damas    que no le quieren dejar.
     Por la gran virtud del conde    no se pueden apartar;
  26   de París hasta León    le fueron acompañar.
     Vuélvense para París    después de placer tomar.
  28   Las nuevas que dan al rey    es descanso de escuchar,
     de cómo rige a León    y le tiene a su mandar
  30   y el estado de su Alteza,    cómo lo hacía acatar.
     De tales nuevas el rey    gran placer fuera a tomar.
  32   No prosigo más del rey,    sino que lo dejo estar.
     Tornemos a don Grimaltos    cómo empieza a gobernar.
  34   Bien querido de los grandes,    sin la justicia negar,
     trata a todos de tal suerte    que a ninguno da pesar.
  36   Cinco años él estuvo    sin al buen rey ir a hablar,
     ni del conde a él ir quejas,    ni de sentencia apelar.
  38   Mas fortuna que es mudable,    y no puede sosegar
     quiso serle tan contraria    por su estado lo quitar.
  40   Fue el caso que don Tomillas    quiso en traición tocar:
     revolvióle con el rey    por más le escandalizar,
  42   diciéndole que su yerno    se le quiere rebelar
     y que en villas y ciudades    sus armas hace pintar;
  44   y por señor absoluto    él se manda intitular
     y en las villas y lugares    guarnición quiere dejar.
  46   Cuando el rey aquesto oyera    tuvo de ello gran pesar,
     pensando en las mercedes    que al conde lo fuera a dar.
  48   ¡Sólo por buenos servicios    le pusiera en tal lugar,
     y después por galardón    tal traición le ordenar!
  50   Él ha determinado    de hacerle justiciar.
     Dejemos lo de la corte,    y al conde quiero tornar,
  52   que estando con la condesa    una noche a bel folgar,
     adurmióse el buen conde,    recordara con pesar;
  54   las palabras que decía    son de dolor y pesar:
     --¿Qué te hice, vil fortuna?    ¿Por qué te quieres mudar
  56   y quitarme de mi silla,    en que el rey me fue a sentar?
     ¡Por falsedad de traidores    causarme tanto de mal
  58   que según yo creo y pienso    no lo puede otro causar.--
     A las voces que da el conde    su mujer fue a despertar;
  60   recordó muy espantada    de verle así hablar
     y hacer lo que no solía    y de condición mudar.
  62   --¿Qué habéis, mi señor el conde?    ¿En qué podéis vos pensar?
     --No pienso en otro señora,    sino en cosa de pesar
  64   porque un triste y mal sueño    alterado me hace estar.
     Aunque en sueños no fiemos,    no sé a qué parte lo echar,
  66   que parecía muy cierto    que vi una águila volar;
     siete halcones tras ella    mal aquejándola van,
  68   y ella por guardarse de ellos    retrújose a mi ciudad;
     encima de una alta torre    allí se fuera a asentar.
  70   Por el pico echaba fuego,    por las alas alquitran;
     el fuego que de ella sale    la ciudad hace quemar;
  72   a mi quemaba las barbas,    y a vos quemabael brial.
     ¡Cierto tal sueño como éste    no puede ser sino mal!
  74   Esta es la causa, condesa,    que me sentiste quejar.
     --Bien lo merecéis, buen conde,    si de ello os viene algún mal,
  76   que bien ha los cinco años,    que en corte no os ven estar,
     y sabéis vos bien, el conde,    quién allí os quiere mal,
  78   que es el traidor de Tomillas,    que no suele reposar:
     yo no lo tengo a mucho    que ordene alguna maldad.
  80   Mas, señor, si me creéis,    mañana antes de yantar
     mandad hacer un pregón    por toda esa ciudad:
  82   que vengan los caballeros    que están a vuestro mandar
     y por todas vuestras tierras    también los mandéis llamar,
  84   que para cierta jornada    todos se hayan de juntar.
     Desque todos estén juntos    decirles heis la verdad:
  86   que queréis ir a París    para con el rey hablar
     y que se aperciban todos    para en tal caso os honrar.
  88   Según de ellos sois querido,    creo no os podrán faltar.
     Iros heis con todos ellos    a París, esa ciudad,
  90   besaréis la mano al rey    como la soléis besar,
     y entonces sabréis, señor,    lo que él os quiere mandar;
  92   que si enojo de vos tiene    luego os lo demostrará,
     y viendo vuestra venida    bien se lo podrá quitar.
  94   --Pláceme, dijo, señora,    vuestro consejo tomar.
     Pártese el conde Grimaltos    a París, esa ciudad,
  96   con todos sus caballeros    y otros que él pudo juntar.
     Desque fue cerca París    bien quince millas o más,
  98   mandó parar a su gente,    sus tiendas mandó armar.
     Hizo aposentar los suyos    cada cual en su lugar.
  100   Luego el rey de él hubo cartas,    respuesta no quiso dar.
     Cuando el conde aquesto vido    en París se fue a entrar;
  102   fuérase para el palacio    donde el rey solía estar;
     saludó a todos los grandes,    la mano al rey fue a besar:
  104   el rey de muy enojado    nunca se la quiso dar,
     antes más le amenazaba    por su muy sobrado osar,
  106   que habiendo hecho tal traición    en París osase entrar;
     jurando que por su vida    se debía maravillar
  108   cómo, visto lo presente,    no lo hacía degollar;
     y si no hubiera mirado    su hija no deshonrar,
  110   que antes que el día pasara    lo hiciera justiciar.
     Mas por dar a él castigo    y a otros escarmentar,
  112   le mandó salir del reino    y que en él no pueda estar.
     Plazo le dan de tres días    para el reino vaciar
  114   y el destierro es de esta suerte:    que gente no ha de llevar,
     caballeros, ni criados    no lo hayan de acompañar,
  116   ni lleve caballo o mula    en que pueda cabalgar;
     moneda de plata y oro    deje, y aun la de metal.
  118   Cuando el conde esto oyera    ¡ved cuál podía estar!
     Con voz alta y rigurosa,    cercado de gran pesar,
  120   como hombre desesperado    tal respuesta le fue a dar:
     --Por desterrarme tu Alteza,    consiento en mi desterrar;
  122   mas quien de mí tal ha dicho,    miente y no dice verdad,
     que nunca hice traición,    ni pensé en maldad usar;
  124   mas si Dios me da la vida,    yo haré ver la verdad.
     Ya se sale de palacio    con doloroso pesar;
  126   fuése a casa de Oliveros,    y allí halló a don Roldán.
     Contábales las palabras    que con el rey fue a pasar;
  128   despidiéndose está de ellos,    pues les dijo la verdad,
     jurando que nunca en Francia    lo verían asomar,
  130   si no fuese castigado    quien tal cosa fue a ordenar.
     Ya se despedia de ellos,    por París comienza a andar
  132   despidiéndose de todos    con quien solía conversar:
     despidióse de Valdovinos    y del romano Fincán,
  134   y del gaston Angeleros,    y del viejo don Beltrán,
     y del duque don Estolfo,    de Malgesí otro que tal,
  136   y de aquel solo invencible    Reinaldos de Montalván.
     Ya se despide de todos    para su viaje tomar.
  138   La condesa fue avisada,    no tardó en París entrar:
     derecha fue para el rey    sin con el conde hablar,
  140   diciendo que de su Alteza    se quería maravillar,
     cómo al buen conde Grimaltos    lo quisiese así tratar;
  142   que sus obras nunca han sido    de tan mal galardonar,
     y que suplica a su Alteza    que en ello mande mirar,
  144   y, si el conde no es culpado    que al traidor haga pagar
     lo que el conde merecía    si aquello fuese verdad,
  146   y así será castigado    quien lo tal fue a ordenar.
     Cuando el rey aquesto oyera    luego la mandó callar
  148   diciendo que si más habla    como a él la ha de tratar
     y que le es muy excusado    por el conde le rogar,
  150   pues quien por traidores ruega    traidor se pueda llamar
     La condesa que esto oyera ,    llorando con gran pesar,
  152   descendióse del palacio    para al conde ir a buscar.
     Viéndose ya con el conde    se llegó a lo abrazar;
  154   lo que el uno y otro dicen    lástima era de escuchar:
     --¿Éste es el descanso, conde,    que me habíades de dar?
  156   ¡No pensé que mis placeres    tan poco habían de durar!
     Mas en ver que sin razón,    por placer nos dan pesar,
  158   quiero que cuando vais, conde,    cuenta de ello sepáis dar.
     Yo os demando una merced,    no me la queráis negar,
  160   porque cuando nos casamos    hartas me habíades de dar.
     Yo nunca las he habido,    aun las tengo de cobrar,
  162   ahora es tiempo, buen conde,    de haberlas de demandar.
     --Excusado es, la condesa,    eso ahora demandar,
  164   porque jamás tuve cosa    fuera de vuestro mandar,
     que cuando vos demandéis    por mi fe de lo otorgar.
  166   --Es, señor, que donde fuéredes    con vos me hayáis de llevar.
     --Por la fe que yo os he dado    no se os puede negar;
  168   mas de las penas que siento    ésta es la más principal
     porque perderme yo solo    este perder es ganar,
  170   y en perderos vos, señora,    es perder sin más cobrar;
     mas pues así lo queréis,    no queramos dilatar.
  172   ¡Mucho me pesa, condesa,    porque no podías andar,
     que siendo niña y preñada,    podríades peligrar!
  174   Mas pues fortuna lo quiere    recibidlo sin pesar,
     que los corazones fuertes    se muestran en tal lugar.--
  176   Tómanse mano por mano,    sálense de la ciudad;
     con ellos sale Oliveros,    y ese paladín Roldán,
  178   también el Dardín Dardeña,    y ese romano Fincán,
     y ese gastón Angeleros,    y el fuerte Meridán.
  180   Con ellos va don Reinaldos,    y Valdovinos el galán,
     y ese duque don Estolfo,    y Malgesí otro que tal;
  182   las dueñas y las doncellas    también con ellos se van.
     CInco millas de París    los hubieron de dejar.
  184   El conde y condesa solos    tristes se habían de quedar;
     cuando partirse tenían    no se podían hablar.
  186   Llora el conde y la condesa,    sin nadie les consolar,
     porque no hay grande ni chico    que estuviese sin llorar.
  188   ¡Pues las damas y doncellas,    que allí hubieron de llegar,
     hacen llantos tan extraños,    que no los oso contar
  190   porque mientras pienso en ellos    nunca me puedo alegrar!
     Mas el conde y la condesa    vanse sin nada hablar;
  192   los otros caen en tierra    con la sobra del pesar;
     otros crecen más sus lloros    viendo cuán tristes se van.
  194   Dejo de los caballeros    que a París quieren tornar,
     vuelvo al conde y la condesa,    que van con gran soledad
  196   por los yermos y asperezas    do gente no suelo andar.
     Llegado el tercero día,    en un áspero boscaje
  198   la condesa de cansada,    triste, no podía andar.
     Rasgáronse sus servillas,    no tiene ya qué calzar;
  200   de la aspereza del monte    los pies no podía alzar;
     do quiera que el pie ponía    bien quedaba la señal.
  202   Cuando el conde aquesto vido,    queriéndola consolar,
     con gesto muy amoroso    la comenzó de hablar:
  204   --No desmayedes, condesa,    mi bien, queráis esforzar,
     que aquí está una fresca fuente    do el agua muy fría está;
  206   reposaremos, condesa,    y podremos refrescar.--
     La condesa que esto oyera    algo el paso fue a alargar
  208   y en llegando a la fuente    las rodillas fue a hincar.
     Dió gracias a Dios del cielo,    que la trujo en tal lugar,
  210   diciendo: --¡Buen agua es ésta    para quien tuviese pan!--
     Estando en estas razones    el parto le fue a tomar,
  212   y allí pariera un hijo,    que es lástima de mirar
     la pobreza en que se hallan    sin poderse remediar.
  214   El conde cuando vio el hijo    comenzóse de esforzar;
     con el sayo que traía    al niño fue a cobijar;
  216   también se quitó la capa    por a la madre abrigar.
     La condesa tomó el niño    para darle de mamar.
  218   El conde estaba pensando    qué remedio le buscar,
     que pan ni vino no tienen,    ni cosa con que pasar.
  220   La condesa con el parto    no se puede levantar;
     tomóla el conde en los brazos    sin ella el niño dejar,
  222   súbelos a una alta sierra    para más lejos mirar.
     En unas breñas muy hondas    grande humo vio estar;
  224   tomó su mujer y hijo,    para allá les fue a llevar.
     Entrando en la espesura    luego al encuentro le sale
  226   un virtuoso ermitaño    de reverencia muy grande.
     El ermitaño que los vido    comenzóles de hablar:
  228   --¡Oh válgame Dios del cielo!    ¿Quién aquí os fue a aportar?
     Porque en tierra tan extraña    gente no suele habitar,
  230   sino yo que por penitencia    hago vida en este valle.--
     El conde lo respondió    con angustia y con pesar.
  232   --Por Dios te ruego, ermitaño,    que uses de caridad,
     que después habremos tiempo    de cómo vengo, a contar; :
  234   mas para esta triste dueña    dame qué le pueda dar,
     que tres días con sus noches    ha que no ha comido pan;
  236   que allá en esa fuente fría    el parto le fue a tomar.--
     El ermitaño que esto oyera,    movido de gran píedad,
  238   llevóles para la ermita    do él solía habitar.
     Dióles del pan que tenía,    y agua, que vino no hay.
  240   Recobró algo la condesa    de su flaqueza muy grande.
     Allí lo rogó el conde    quiera el niño bautizar,
  242   --Pláceme--, dijo, --de grado;    ¿mas cómo le llamarán?
     --Como quisiéredes, Padre,    el nombre lo podréis dar.
  244   --Pues nació en ásperos montes    Montesinos le dirán--
     Pasando y viniendo días,    todos vida santa hacen;
  246   bien pasaron quince años,    que el conde de allí no parte,
     Mucho trabajó el buen conde    en haberle de enseñar
  248   a su hijo Montesinos    todo el arte militar,
     la vida de caballero    cómo la había de usar,
  250   cómo ha de jugar las armas,    y qué honra ha de ganar,
     cómo vengará el enojo    que al padre fueron a dar.
  252   Muéstrale en leer y escribir    lo que lo puede enseñar,
     muéstrale jugar a tablas,    y cebar un gavilán.
  254   A veinte y cuatro de junio,    día era de San Juan,
  256   padre y hijo paseando    de la ermita se van;
     encima de una alta sierra    se suben a razónar.
  258   Cuando el conde alto se vido    vido a París la ciudad.
     Tomó al hijo por la mano,    comenzóle de hablar,
  260   con lágrimas y sollozos    no deja de suspirar.

Variantes: -4a Mirad bien, tomad ejemplo. Silva; -5a que el conde don. Silva, Flor; -5b qu` en. Silva, Flor; -6a que llegó en cortes. Silva, Flor; -8a secreto. Silva; -11b el que ya oistes nombrar. Silva; -118a buen conde. Silva; -18b se. Silva, Flor; -22b haberle. Silva, Flor; -24b los querían. Silva; -31b mucho placer fue. Silva; -36a cuatro o cinco años. Silva; -36b sin ir al rey. Silva; -37a ir al rey. Silva; -40a fue que el falso de. Silva; -46b de ello tuvo. Silva; -47a en los beneficios. Silva; -47b dio sin pesar. Silva; -55a yo. Silva-57b tanto pesar. Silva; -59b la condesa hace despertar. Silva; -63a nada. Silva; -64a sino triste soñé un sueño. Silva; -64b que alterado. Silva; -65a en ellos. Silva; -72b y a vos señora. Silva; -74b de que me sentía. Silva; -76a cerca. Silva; -77b que allí hay quien. Silva; -78a y el traidor de don Tomillas. Silva; -79b os urda. Silva; -84a por una jornada cierta. Silva, Flor; -91a señor, entonces veréis. Silva; -92b lo ha de mostrar. Silva; -103b tomar. Silva; -113b para del reino botar.Silva; -118b ¡ved que tal podía quedar! Silva; -122a mal te dijo. Silva; -134a y de Gastón Silva; quien tal quiere ordenar. Silva; -146b después de este verso se hallan en la }Silva los dos siguientes: con enojo y con pesar, // con gran saña muy airado /; -147a y si más en ello le había. Silva; -148a viera. Silva; -153a viendo así ir al conde. Silva; -153b llegado la ha. Silva; -160b arras. Silva, Flor; -164b no fuese a. Silva; -165b doy. Silva; -167b no lo vos puedo. Silva; -169b al perder llamo. Silva, Flor; -174a fortuna os convida. Silva; -179b Merián. Silva; -181b Después de este verso pone la Silva los dos siguientes: cien caballeros de salva / los salen acompañar//; -182a damas, dueñas y. Silva; -200a camino. Silva; -200b van los pies corriendo sangre. Silva; -204b bien os queráis. Silva; -205b agua fresca sale. Silva; -213b no se puede. Silva; -216b por cobijar a su madre. Silva; -223b vido que gran humo sale. Silva; -241b Allí lo suplicó el conde / que huviese de bautizar // al triste niño nacido / con tribulación tan grande. //Silva; -244ble llamad. Silva; -246b En la. Silva se hallan después de este verso los dos siguientes: Do se crió Montesinos, / y su hijo natural. //; -247b mostrar. Silva; -248a Éste y el verso que le sigue faltan en la Silva; -250a y en exercitar. Silva; -251a En vez de este y del verso que le sigue lleva la Silva los siguientes: Él mira bien el consejo / que le daba el conde su padre //; -254b mañana. Silva; -256b se salen. Silva.
Nota: *No habiendo estado a nuestro alcance el pliego suelto arriba citado, del que se ha aprovechado el señor Durán al publicar este romance en su Romancero general, hemos juzgado lo mejor el copiar literalmente su texto, anotando todavía las variantes de la Silva, y las más importantes de la Flor. .

Go Back
0145:4 Grimaldos desterrado y nacimiento de Montesinos (á)            (ficha no.: 3218)

Versión de Uznayo (ay. Polaciones, p.j. San Vicente de la Barquera, ant. Cabuérniga, Cantabria, España).   Recitada por Vicenta Gómez. Recogida por Diego Catalán, José Manuel Cela, Paloma Montero y Flor Salazar, 09/07/1977 (Archivo: ASOR; Colec.: Encuesta NORTE 77; cinta: `Uznayo-Portilla` A2). Publicada en AIER 1 (1982), nº 12:1,pp. 32-33.  078 hemist.  Música registrada.

     RUn día el rey y la reina    juntitos a misa van
  2   y Tornillos iba hablando    lo que no debía hablar:
     --La infantita está ocupada    de siete meses o más.--
  4   Y el rey, de que esto oyó,    y un castillo mandó armar,
     para matar la infantita    o mandarla desterrar
  6   a los montes más alejanos    que se solían andar.
     Pasa tiempo, pasa tiempo,    la infantita parirá.
  8   Y asomóse a una ventana    de las más altas de allá:
     --Virgen pura, Virgen pura,    Virgen de la Soledad,
  l0   y ampárame en esta hora    y en esta necesidad.
     Y si primero la llama,    primero estaba allí ya:
  12   --Y anima, anima, infantita,    y un infante tienes ya;
     y anima, anima, infantita,    ¿cómo le quieres llamar?
  l4   --Montesino, mi señora,    que nació en montesidad.
     San José será padrino    y usted madrina será
  16   y Jesucristo del cielo    le bajará a bautizar.
     --Más crecerá éste en un día    que otros en un año y más.--
  18   Y al cabo de cuatro meses    con su padre iba a cazar.
     Se asentaron en un canto    y en un canto a merendar:
  20   --Mira a París, hijo mío,    mira Francia dónde está;
     mira castillos dorados,    tus abuelos allí están.
  22   --Déjeme ir allá, padre,    padre, déjeme ir allá.
     --No te dejo, hijo mío,    que no les sabes hablar.
  24   Y aunque su padre no quiso    niño para allá se va.
     --Buenos días, señor rey,    y su corona real
  26   y a la señorita reina    y a los que con ella están;
     y a Tornillos no le hablo,    porque no le debo hablar.
  28   Tornillos, de que esto oyó,    y el niño quiso matar.
     --Y estáte quieto, Tornillos,    que el niño no te hace mal,
  30   que el niño parece bueno    y cortés en el hablar.
     --Dime de quién eres hijo    y a quién vienes a buscar.
  32   --Nieto suyo soy, buen rey    nieto suyo soy carnal,
     soy de aquella infantita    que usted mandó desterrar,
  34   los montes más alejanos    que se solían andar.
     --Pues vete allá tú, hijo mío    y dile que venga acá.
  36   --Tiene hecho juramento    de no volver acá más
     si no matan a Tornillos    o le mandan desterrar.
  38   Y unos matan a Tornillos    y otros a por ella van.
     Y, con eso, yo me vine    y a todos los dejé allá.

Notas: La recitadora aspira la j; 1-27 cantados seguidas; a continuación dijo 39; Pero después de las intervenciones de D. Catalán y de Juliana Garcia (que había dicho otra versión del mismo tema) recordó 29-30 y 28-29a, cantados, y 31-39, recitados. 14-15 Juliana Garcia apuntó entre estos versos el 15 de su versión por considerar que Vicenta lo había olvidado.

Go Back
0145:5 Grimaldos desterrado y nacimiento de Montesinos (á)            (ficha no.: 3343)

Versión de Uznayo (ay. Polaciones, p.j. San Vicente de la Barquera, ant. Cabuérniga, Cantabria, España).   Recitada por Teresa Cossío Rábago (68a). Recogida en Puente Pumar por José Manuel Fraile Gil y Álvaro Fernández Buendía, 16/09/1989 (Archivo: ASFG; Colec.: Fraile Gil, J. M.). Publicada en Fraile Gil Rom-Panhisp.-1 1992/5CD, Primera Antología Sonora, v. 2, TECNOSAGA, KPD-(5)10.9004, corte 1.© Fraile Gil. Reproducida aquí con permiso del editor.  078 hemist.   Música registrada.

     Un día el rey y la reina    juntitos a misa van
  2   y Tornillos iba hablando    lo que no debía hablar
     que la infanta está ocupada    de siete meses o más.
  4   Su padre de que esto oyó    la ha mandado a desterrar
     en los montes más lejanos    que se solían andar.
  6   Pasan tiempos, pasan tiempos    la infantita parirá.
     Se ha asomado a una ventana    de las más altas de allá.
  8   --Virgen santa, Virgen santa,    Virgen de la Soledad
     Ampararme, si podéis,    en esta necesidad.--
  10   Si primero la llamaba,    primero estaba allí ya.
     --Anima, anima, infantita,    qu` un infante tienes ya,
  12   anima, anima, infantita,    ¿cómo le quieres llamar?
     --Montesino, mi señora,    que nació en montesidad.
  14   Así se llama su padre    y él así se ha de llamar.
     Madrina será la Virgen,    padrino será San Juan
  16   y Jesucristo del cielo    le bajará a bautizar.--
     Más crece aquel en un día    que otros en un año o más.
  18   Cuando tenía seis años    con su padre iba a cazar;
     se sentaron en un alto    una tarde a merendar.
  20   --Mira París, hijo mío,    mira Francia en donde está
     y los castillos dorados,    tus abuelos allí están.
  22   --Déjeme ir allá, padre,    padre, déjeme ir allá.
     --No te dejo ir, hijo mío,    que no les sabes hablar.--
  24   Su padre que no, él que sí,    y el niño se fue pa` allá.
     --Buenos días tenga el rey    con su corona real;
  26   también la señora reina    y a las que con ella están,
     y a Tornillo no le hablo    porque no le debo hablar.--
  28   Tornillo de que esto oyó    al niño quiso matar.
     --Estáte quieto, Tornillo,    que el niño no te hace mal,
  30   que el niño parece bueno    y cortés en el hablar.
     --Dime de quién eres hijo,    qué vienes a buscar?
  32   --Nieto suyo soy, señora,    nieto suyo soy carnal;
     soy hijo de aquella infanta    que usted mandó a desterrar
  34   en los montes más lejanos    que se solían andar.
     --Vete a por ella, hijo mío,    y dile que venga acá.
  36   --Pues ha hecho juramento    de no volver acá más,
     si no matan a Tornillos    o le mandan desterrar.--
  38   Unos matan a Tornillo    y otros a por ella van
     y con esto yo me vine    y a todos los dejé allá.

Nota: -39b: dejé o dejo?
Notas de Fraile Gil: La informante lo aprendió de una tía suya que mos apedreaba con él siempre cuando éramos pequeñas, mi prima Cándida y yo. Al igual que sucede con otros romances de la zona (véase La esposa de don García), tengo referencias de que este tema se acompañó con el rabel de dos cuerdas, la bandurria y de la que ya habla Covarrubias en su Tesoro. Título en la Antología: Nacimiento de Montesinos+Destierro de Grimaldos

Go Back
0145:6 Grimaldos desterrado y nacimiento de Montesinos (á)            (ficha no.: 5398)

Versión de Salceda (ay. Polaciones, p.j. San Vicente de la Barquera, ant. Potes, Cantabria, España).   Recogida por José María de Cossío y Tomás Maza Solano, entre 1933-1934 publicada en Cossío 1933-1934, I. XV (nº 51 pp. 97-99.  084 hemist.  Música registrada.

     Se pasean el rey y la reina    por el su palacio real,
  2   van hablando de Tunillos,    de Tunillos hablando van.
     --Tunillos es un buen muchacho,    bien le podemos casar
  4   con nuestra hija la infantina,    que no había de estar mal.--
     Tunillos lo estaba oyendo    y ha salido a contestar:
  6   --Casen, casen la infantina,    buena cuenta les traerá;
     la infantina está preñada    de siete meses y más.--
  8   Esto que ha oído su padre,    la ha mandado desterrar
     en aquel castillo nuevo,    muy cerca de allí no está.
  10   Al cabo de nueve meses    un fuerte parto la da.
     --Virgen de la Aparecida,    Virgen de la Soledad.--
  12   Apenas la ha invocado    la Virgen allí está ya:
     --Ánimo, ánimo, infantina,    que un infante tienes ya;
  14   dime, dime tú, infantina,    si le quieres bautizar.
     --Bautizarle sí, señora,    sí le quiero bautizar.
  16   --Dime, dime tú, hija mía,    cómo le quieres llamar.
     --Montesinos, mi señora,    que por el monte ha de andar.--
  18   Más crece el niño en un hora    que otros en un año y más;
     y al cabo de los siete años    con su madre iba a cazar.
  20   --Mira a París, hijo mío,    mira a Francia donde está,
     y el palacio de tus abuelos    aquel más fuerte será.
  22   --Deje, déjeme, mi madre,    déjeme usted ir allá.
     --No, hijo mío, no te dejo,    no te dejo ir allá,
  24   que tú al rey y a la reina    no les sabrás saludar.
     --Que me deje o no me deje    yo allá tengo que bajar.--
  26   Se puso el niño en camino    y en palacios está ya;
     hincó la rodilla en tierra    y echó la boina pa atrás:
  28   --Buenos días tenga el rey    y la su corona real;
     buenos los tenga la reina    y los que con ella están.
  30   A Tunillos no le hablo    porque no le debo hablar.--
     Tunillos de que lo oye    al niño quiere pegar.
  32   --Al niño no se le pega,    tampoco se le hace mal.
     --Qué bueno parece el niño    y prudente en el hablar.
  34   --Dime, dime tú, hijo mío,    de qué pueblo o qué ciudad.
     --Nieto soy suyo, señora,    nieto soy suyo carnal.
  36   --¿Y tu madre, hijo mío,    y tu madre dónde está?
     --Mi madre por esos mundos    sin consuelo y sin piedad.
  38   --Vete, vete tú, hijo mío,    y dila que venga acá.
     --Juramento, tiene hecho    en el vino y en el pan
  40   si no matan a Tunillos,    mi madre no vuelve más.--
     Unos matan a Tunillos,    otros a por ella van;
  42   la cabeza de Tunillos    el niño la lleva ya.

Título original: Montesinos.

Go Back
0145:7 Grimaldos desterrado y nacimiento de Montesinos (á)            (ficha no.: 5399)

Versión de Campo de Ebro (ay. Valderredible, p.j. Reinosa, Cantabria, España).   Recogida por José María de Cossío y Tomás Maza Solano, entre 1933-1934 publicada en Cossío 1933-1934, I. XV (nº 52), pp. 100-101.  090 hemist.  Música registrada.

     El rey y la reina un día    juntitos a misa van,
  2   y Tornillo va diciendo    lo que no debe de hablar,
     que la infanta está preñada    de siete meses o más.
  4   Eso que ha oído su padre    la ha mandado desterrar;
     una tropa de soldados    en su compañía van.
  6   En medio de aquellos montes    la vinieron a dejar.
     Vino tiempo y pasó tiempo    y ella allí sola se está.
  8   A eso de los nueve meses    el parto la vino a dar.
     Asomóse y vióse sola    sin tener a quien llamar.
  10   Se la apareció la Virgen    y así la vino a hablar:
     --En mis brazos, hija mía,    en mis brazos parirás;
  12   gracias a Dios, hija mía,    que un infante tienes ya.
     ¿Cómo le quieres poner,    cómo le quieres llamar?
  14   --Yo no lo sé, mi señora,    su padre no lo está acá.
     --Mírale por dónde viene    Montesinos de cazar.
  16   --Gracias a Dios, hijo mío,    que un infante tienes ya.
     ¿Cómo le quieres poner,    cómo le quieres llamar?
  18   --Montesinos, mi señora,    pues nació en montesidad.
     Madrina será la Virgen,    padrino el señor San Juan,
  20   y Jesucristo el del cielo    le bajará a bautizar.--
     Más hace el niño en un día    que otros en un año y más.
  22   A los tres días cabales    con su padre fue a cazar.
     --Mira París, hijo mío,    mira Francia dónde está,
  24   y los dorados castillos    donde tu abuelito está.
     --Déjeme usted, padre mío,    déjeme usted ir allá.
  26   --Eso no lo hago yo, hijo,    eso no lo hago yo tal,
     porque tú al rey y a la reina    no les sabrás saludar.--
  28   Que quisiera o no quisiera    el niño se marchó allá.
     Hincó la rodilla en tierra,    echó el sombrerito atrás.
  30   --Buenos días, señor rey    y la su corona real;
     también la señora reina,    los que en compañía están;
  32   a Tornillo no le hablo    porque no le debo hablar.--
     Eso que ha oído Tornillo    al niño quiere matar.
  34   --Deten tu mano, Tornillo--    la reina vino a clamar;
     --el niño parece listo,    no se le debe hacer mal.
  36   ¿Quién eres, querido niño    tan prudente en el hablar?
     --Nieto soy de usted, señora,    nieto soy de usted carnal,
  38   de aquella linda infantina    que usted mandó desterrar.
     --¿Y tu madre, hijito mío,    tu madre, dónde lo está?
  40   --Por aquellos montes anda    sin consuelo y sin piedad.
     --Vete, dila tú, hijo mío,    vete, di que venga acá.
  42   --Eso no haré, abuelita,    eso no lo haré yo tal:
     juramento tiene hecho,    no le querrá quebrantar,
  44   de no volver al palacio    mientras Tornillo esté acá.--
     Unos matan a Tornillo,    otros por la infanta van.

Título original: Montesinos.

Go Back
0145:8 Grimaldos desterrado y nacimiento de Montesinos (á)            (ficha no.: 5400)

Versión de Reinosa (ay. Reinosa, p.j. Reinosa, Cantabria, España).   Recogida por José María de Cossío y Tomás Maza Solano, entre 1933-1934 publicada en Cossío 1933-1934, I. XV (nº 53), pp. 101-102.  088 hemist.  Música registrada.

     El rey y la reina un día    juntitos a misa van;
  2   Tonillos iba diciendo    lo que se había de callar:
     que la infanta iba ocupada    de siete meses o más.
  4   El rey, que esto había oído,    la ha mandado desterrar.
     En medio de aquellos montes    un castillo mandó armar.
  6   Allí la ha dejado sola    en aquella soledad.
     Al cabo de poco tiempo    el parto la vino a dar.
  8   Asomóse a la ventana,    no encontró a quien llamar.
     --¡Virgen de la Aparecida,    Virgen de la Soledad!
  10   Amparadme si queréis    en esta necesidad.
     --En los brazos de la Virgen    la infantica parirá.
  12   Alégrate, infantica,    que un infante tienes ya;
     ¿cómo le has de poner, hija,    y cómo le has de llamar?
  14   --Eso no sé yo, señora,    Montesinos no está acá.
     --Vele, vel` por dónde viene    Montesinos a cazar.
  16   ¡Bienvenido, Montesinos,    un infante tienes ya!
     ¿cómo le has de poner, hijo,    y cómo le has de llamar?
  18   --Montesinos, mi señora,    nació en la montesidad;
     y así se llama su padre    y él así se ha de llamar.
  20   San José será padrino,    la Virgen será madrina,
     Jesucristo, el de los cielos,    le bajará a bautizar.--
  22   Más crece el niño en una hora    que otros en tres años o más.
     Al cabo de los tres años,    con su padre a caza va.
  24   --Vele, vel`, tú, hijo mío,    vele, vel`, a dónde está;
     el castillo de tus abuelos    mírale a dónde está,
  26   --Déjeme dir usted, padre,    déjeme usted dir allá.
     --Eso no lo haré yo, hijo,    eso no lo haré yo tal;
  28   está allí el rey y la reina    y no les sabes hablar.--
     Que quiso, que no quisiera,    el niño pa allá se va.
  30   --Buenos días tenga el rey    y la su corona real;
     a Tonillos no le hablo,    que no le merece hablar.--
  32   Tonillos que esto había oído    al niño quiere pegar.
     --Eh, quieto, quieto, Tonillos,    que al niño no se hace mal,
  34   que lo parece prudente    este niño en el hablar.
     ¿De quién eres tú, hijo mío,    y tus padres dónde están?
  36   --Nieto soy de usted, señora,    nieto soy de usted carnal,
     soy hijo de la infantica    que mandasteis desterrar.
  38   --¿Y tus padres, dónde están, hijo,    y tus padres dónde están?
     --Por aquellos montes afuera andan    sin consuelo y sin piedad.
  40   --Vete a casa tú, hijo mió,    y diles que vengan acá.
     --Eso no lo haré yo, no,    eso no lo haré yo tal;
  42   tienen hecho juramento    en la punta de su puñal,
     mientras Tonillos no muera    ellos no volver acá.
  44   --La cabeza de Tonillos,    hijo, tú la has de llevar.--

Título original: Montesinos.

Go Back
0145:10 Grimaldos desterrado y nacimiento de Montesinos (á)            (ficha no.: 8941)

Versión de Uznayo (ay. Polaciones, p.j. San Vicente de la Barquera, ant. Cabuérniga, Cantabria, España).   Recitada por Juliana García (64a). Recogida por Diego Catalán, José Manuel Cela, Paloma Montero y Flor Salazar, 09/07/1977 (Archivo: ASOR; Colec.: Encuesta NORTE 77; cinta: NG 1). Publicada en AIER 1 (1982), nº 12:2, pp. 33-35.  080 hemist.  Música registrada.

     Un día el rey y la reina    juntitos a misa van
  2   y Tornillos iba hablando    lo que no debía hablar:
     que la infanta está ocupada    de siete meses o más.
  4   Y el rey, de que esto oyó,    un castillo mandó armar
     para matar la infantita    o mandarla desterrar
  v6   a los montes más lejanos    que se solían andar.
     Pasa tiempos, pasa tiempos,    la infantita pare allá.
  v8   Asomóse a una ventana    diciendo estas palabras:
     --Virgen pura, Virgen pura,    Virgen de la Soledad,
  10   ampárame, si podéis,    en esta necesidad. --
     Si primero llamó a la Virgen,    primero estaba allí ya:
  12   --Anime, anime, infantita,    un infante tienes ya;
     anime, anime, infantita,    ¿cómo le quieres llamar?
  14   --Montesinos, mi señora,    que nadién montesidad.
     que así se llama su padre    y él así se ha de llamar.
  16   San José será padrino    y usted madrina será
     y Jesucristo del cielo    le bajará a bautizar.--
  18   Más crece éste en un día    que otros en un año y más.
     y a cabo de cuatro meses    con su padre iba a cazar.
  20   Se asentaron n` una piedra    su padre y él a merendar.
     --Mira, padre. --Si, hijo mío,    mira Francia dónde está;
  22   mira castillos dorados,    tus abuelos allí están.
     --Déjeme ir allá, padre,    padre, déjeme ir allá.
  24   --No te dejo, hijo mío,    porque no sabes hablar.--
     Su padre que quiso o no    y el niño para allá va.
  26   Hincó su rodilla en tierra,    tiró el sombrero pa atrás:
     --Buenos días, señor rey,    con la corona real,
  28   a la señorita reina    y a los que con ella está;
     a Tornillos no le hablo    porque no debía de hablar.--
  30   Tornillos, de que esto oyó,    al niño quiso pegar.
     --Estáte quieto, Tornillos,    que el niño no te hace mal,
  32   que el niño parece bueno    y cortés en el hablar.
     --Dime de quién eres hijo    y a quién vienes a buscar.
  34   --Hijo suyo soy, buen rey,    hijo suyo soy carnal,
     hijo de aquella infantita    que usted mandó desterrar.
  36   --Vete, hijo mío,    y dile que venga acá.
     --Tiene hecho juramento    de no volver acá más,
  38   si no matan a Tornillos    o lo mandan desterrar.--
     Unos matan a Tornillos    y otros a buscarla van.
  40   Y con eso yo me vine    y a todos los dejé allá.

Variante: -39b y otros a por ella van. Al insistir D. Catalán, dijo "es igual".
Notas: -9b palabras, sic; -14b nadién, sic. Dicha en presencia de su nieto, nacido en Mannheim, y a la puerta de su casa mientras el marido, Gabriel Morante Morante hacía unas almadreñas. Lo cantaban "en las hilas que nos ajumábamos".

Go Back
0145:11 Grimaldos desterrado y nacimiento de Montesinos (á)            (ficha no.: 8942)

Versión de El Tojo (ay. Los Tojos, p.j. Torrelavega, ant. Cabuérniga, Cantabria, España).   Recitada por Mariuca Ceballos (66a). Recogida por Diego Catalán, Thomas Lewis, Madeline Sutherland y Jane Yokoyama, 11/07/1977 (Archivo: ASOR; Colec.: Encuesta NORTE 77; cinta: `Correpoco-Saja` A10). Publicada en AIER 1 (1982), nº 12:3, pp. 35-36.  044 hemist.  Música registrada.

     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     que la infanta está preñada    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  2   . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    la mandaron desterrar.
     --Virgen pura, Virgen santa    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  4   ampárame, si podéis,    n` esta triste soledad.
     --Anime, anime, infantita,    que el infante nació ya.
  6   Montesino ha de ser, hijo,    Montesino de verdad,
     madrina será la Virgen,    padrino será San Juan
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  8   . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    con su padre fue a cazar.
     --Déjame tú, padre mío,    déjeme usté ir allá.
  10   --No puedes irte, hijo mío,    que tu no sabes hablar.--
     Que quiso su padre o no    el infante se fue allá.
  12   --Buenos días, señor rey,    buenos días,¿cómo está?
     --Dime hijo de quién eres    o qué vienes a buscar.
  14   --Nieto suyo soy, buen rey,    nieto suyo soy carnal.
     Soy hijo de aquella infanta    que usted mandó desterrar.--
  16   Tornillo que se ha enterado    al niño quería matar.
     --Estáte quieto, Tornillo,    que el niño no te hace mal,
     Pues vete tú allá, hijo mío,    y dile que venga acá.
  20   --Pues ha hecho el juramento    de no volver acá más,
     si no matan a Tornillo    o le mandan desterrar.--
  22   Unos matan a Tornillo,    otros la infanta a buscar.
     Cuando llegan al castillo    la infanta muerta está allá
  24   de alegría y regocijo    porque su hijo fue allá.
     {I8}Notas: Dijo haberlo aprendido en Polaciones hace muchos años. Sacado con gran dificultad. No lo recordaba bien. Cantó después los versos 14-15, -19a y parte de b, 20-24; -4b n`esta gran s. otra vez; -6b duda; -8 sigue contando: {M|}mira los castillos del rey, / que allí tus abuelos están; -9 a 10 En un intento postenor dijo: --Pues no vayas hijo mío / que no le sabes hablar; antes había vacilado entre irte e ir; -13a
     En el intento posterior, según texto; antes había vacilado: Pues dime tú de quién eres, Pues dime, hijo, quién eres; -15b q. usted le andó d. al cantar; -23 cuando llegan a la infanta al cantar. Maniuca Ceballos añade que la sabe mejor su hija Margarita Fernández, casada con Angelín, "el Cabrito" que vive en Renedo (en la carretera de Viaña). La intentamos ver, pero estaba ausente.
     {EP}

Go Back
0145:1 Grimaldos desterrado y nacimiento de Montesinos (á)            (ficha no.: 702)

Versión de Tejeira (ay. Villafranca del Bierzo, ant. Paradaseca, p.j. Ponferrada, ant. Villafranca del Bierzo, comc. Burbia, León, España).   Recitada por Bárbara Poncelas (69a). Recogida por Débora Catalán, Diego Catalán, Paloma Díaz-Mas y Bárbara Fernández, 16/07/1985 (Archivo: ASOR; Colec.: Encuesta LEÓN 85; cinta: 2.16-7.3/A-11). Publicada en TOL I 1991, pp. 72-73.  090 hemist.  Música registrada.

     El rey y la reina    juntitos a misa van,
  2   van hablando de Tornillos,    que es un bizarro galán.
     Entonces habló Tornillos    lo que no debiera hablar:
  4   --La infanta está preñada    de ocho meses o algo más.--
     El rey, oyendo aquello,    la mandara desterrar;
  6   ciento ocho caballeros,    bien acompañada va.
     La llevaron a un desierto,    junto de un muradal;
  8   con dolores de parida    allí la dejan quedar.
     Tenía su niño en brazos,    no tenía quién lo empañar;
  10   bajó la Virgen del cielo    y al niño fue a empañar.
     --Dime tú, infanta mía,    si lo quieres bautizar.
  12   --Bautizarlo sí, señora,    que en buenos brazos está.
     --Dime tú, infanta mía,    cómo lo quieres llamar.
  14   --Eso no lo sé, señora,    su padre no está acá.
     --Míralo por dónde viene    Montesino de cazar.
  16   --Mira tú, buen Montesino,    un infante tienes ya;
     dime tú, buen Montesino,    si lo quieres bautizar.
  18   --Bautizarlo sí, señora,    que en buenos brazos está.
     --Dime tú, buen Montesino,    cómo le quieres llamar.
  20   --Montesino es su padre,    nacido en montesidad,
     Montesino es su padre,    también el niño será.--
  22   El niño tiene cuatro años    y otros tres meses más,
     el niño tiene cuatro años,    con su padre iba a cazar;
  24   en el medio del camino    le iba enseñando a hablar:
     --Mira niño, mira a Francia,    mira el palacio real,
  26   mira las puertas verdes    donde tus abuelos `stán,
     mira la mesa redonda    donde ás doce comen pan.
  28   --Permiso le pido, padre,    yo me tengo de ir allá.
     --Eso no lo haré yo, niño,    eso no lo haré yo tal,
  30   que eres muy niño pequeño    y al rey no sabes hablar.
     --Permiso le pido, padre,    que `o me tengo de ir allá.--
  32   --Buenos días, señor rey    y su divina majestad;
     a Tornillos no le hablo,    que no debo de le hablar.--
  34   Entonces iba Tornillos    para al niño degollare.
     --Detente, noble Tornillos,    al niño no le hagas mal,
  36   que el niño viene de bueno,    de bueno nos pedirá.
     --Pues sí, yo vengo de bueno,    que soy su nieto carnal.--
  38   Y el rey, oyendo aquello,    desmayado cae atrás;
     cabo que volvió en sí,    al niño fue a abrazar.
  40   --Dime, niño, dime, niño,    tu madre por dónde está.
     --Mi madre anda por el monte,    sin duelo ni caridad.
  42   --Vete, hijo, vete, hijo,    y dile que venga acá.
     --Juramiento tiene hecho,    no lo quiere quebrantar,
  44   de bajar a los palacios    y a Tornillos degollar.
     --La cabeza de Tornillos,    hijo, tú la has de llevar.
     ¡Válgame Nuestra Señora    y la Virgen del Pilar!--

Go Back
0145:3 Grimaldos desterrado y nacimiento de Montesinos (á)            (ficha no.: 1737)
[0469 Infanta preñada and 0159 Conde Claros en hábito de fraile, contam.]

Versión de Mancegar (parr. Alvidión, ay. Antas de Ulla, p.j. Chantada, Lugo, España).   Recitada por María Souto (90a). Recogida por Paloma Díaz-Mas, Concha Enríquez de Salamanca, Pere Ferré y Beatriz Mariscal, 11/07/1983 (Archivo: ASOR; Colec.: Encuesta GALICIA 83; cinta: 8.11-7.1-B4). Publicada en RT-Galicia 1998, pp. 455-456.  086 hemist.  Música registrada.

     Don Conde de Montealvar    tiene una hierba muy mala,
  2   Sabeliña la tocara    y la encontra embarazada.
     Entonces, un día su padre,    su padre la reparaba:
  4   --¿Tú qué tienes, Sabeliña,    que tanto tienes de saya?
     O tienes mal de amores    o tú te encuentras preñada.
  6   --Ni tengo mal de amores    ni tampoco estoy preñada,
     tengo mal de callentura    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  8   Llamó cuatro doctores,    los mejores de la Habana;
     miran unos para otros    y ninguno dice nada.
  10   Vino un viejo por allí    de maldita la Granada:
     --¿Qué le quieres a esa niña?    Esa niña está preñada.--
  12   Su padre que tal oyó    la trató de quemar;
     en cuatro lugares de lumbre    no ha podido hallar.
    
(Ningún encontrou lumbre pa poder queimala y después la trataron de la sacar. Como non encontrou donde queimala, tratou de a clavar o altar.)
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
    
(Y entonces llegó a eso un fillo que lle fixera o outro; o conde de Montealvar)
  14   --Dígame, madre mía,    qué consello me ha de dar.
     --Yo algún día te los di,    no los quisistes tomar
  16   y agora que no los tengo    los vienes a buscar;
     pues colle o caballo    que está na cuadra,
  18   revólvelle as ferraduras    co de diante para atrás
     e colle as boas armas    pa que podas cortar;
  20   si te dicen que te arrimes    no te debes arrimar.--
     Llevaba navalla de ouro,    cuchilla de buen cortar.
    
(Entonces el se baixa e dice-lle, pois el iba vestido de fraire)
  22   --Pois una niña como esa    muy mal va por confesar,
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     y si non o quieren creer    clavola naquel altar;
  24   váyanse ustedes, señores,    váyanse a desayunar,
     que una palabra buena    a esta niña yo le sabré dar.
    
(Marchouse, claro, entonces díxolle ela cuando estaba cortando o vestido)
  26   --Non me cortes este traxe    que é moi malo de cortar.
     --Si este vestido es bueno    outro mejor te hei de dar(e),
  28   que de sete leguas    ha de relumbrar(e).--
    
(Cuando xa marcharon, levaban sete leguas de distancia pero no alto de donde venían, e decía)
     --Si la llevas para escrava,    Dios te la deje gozar,
  30   si la llevas para dama,    Dios te la deje matar.--
    
(Pero . . . non morreu. Quedoulle o neno. Entonces o neno solo estaba con su padre de pequeniño)
     --¿De quién son aquellas torres    de tan alto relumbrar(e)?
  32   --Son os dos teus abuelos    que . . . . . . . . .
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    cuando a tu madre querían quemar.
  34   --Vamos allí, mi padre,    vamos a visitar.
     --Non vaias alá, meu fillo,    que te han de querer matar.
  36   --Non, mi padre, non,    que yo les he saber hablar.--
     --Dios les guarde a usted, señores,    y a mí me debe guardar(e).
  38   --¿Dónde es ese chiquitín    que tan noble sabe hablar?
     --Son un nieto de ustedes    que los vengo a visitar;
  40   mi madre está en el cielo,    mi padre en el tribunal.--
     Ao decir estas palabras    os abuelos estaban a temblar,
  42   --No temblen máis, abuelos,    no temblen . . . . . . . . .
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    que aquí no hay que temblar,
  44   que mi madre está en el cielo,    mi padre en el tribunal;
     mis abuelos no inferno    no nos han de gobernar.

Go Back
0145:9 Grimaldos desterrado y nacimiento de Montesinos (á-e)            (ficha no.: 7799)

Versión de Tetuán (Marruecos).   Recitada por Alicia Bendayán (60a en 1983). Recogida en Ashqelon, Israel por Susana Weich-Shahak, 25/09/1983 (Archivo: NSAJ; Colec.: Weich-Shahak, S.; cinta: NSA Y 3994/7). Publicada en Weich-Shahak 1997, pp. 46-48 (notación musical: p. 47). Reeditada en Weich-Shahak TME-26 2002/CD, corte 3. ©Weich-Shahak. Reproducidas aquí con permiso de la editora.  072 hemist.   Música registrada.

     --Armas, armas, caballeros,    las que solían armare,
  2   cartas me hubieron venido    del rey de la Cristiandade:
     que el rico, con su riqueza,    no debe de alinajarse,
  4   y el pobre, con su pobreza,    no debe menospreciarse.
     Esto lo digo, señores,    por el conde, don Alvarez,
  6   que cuando vino a esta tierra,    viniera hecho un salvaje,
     y el rey, con su merced,    le hiciera coronale
  8   y le diera por mujer    a la infanta coronale.
     Caballeros, con envidia,    con el rey le meten male:
  10   que le han visto con la reina    en sus palacios reales.
     El día por la mañana    los buenos días le fue a dare.
  12   --No quiero tus buenos días,    ni me los vengas a dare;
     yo te destierro a ti, el conde,    de mis palacios reales
  14   y de todos los mis trigos,    lo que te doy yo es un pane,
     y de todas mis haciendas    lo que te doy yo es un reale.--
  16   --Vete ahora, la infanta,    véte a casa de tu padre,
     que tu padre me destierra    de sus palacios reales,
  18   y de todos los sus trigos    lo que me da es un pane,
     y de todas sus haciendas,    lo que me da es un reale.
  20   --Contigo yo, el buen conde,    contigo me he de quedare.--
     Siete leguas no han andado,    el zapato se la cortare;
  22   de los pies de la infanta    ya corre la fina sangre.
     Y ¿dónde los cogió la noche?    en lo alto de un cijare
  24   y ellos en estas palabras    los dolores que la daren.
     --¿Adó, el conde, mis parteras    que solían partearme?
  26   ¿adó, el conde, mis doncellas    que me solían cuidare?
     ¿adó, el conde, los mis caldos    que yo solía tomare?--
  28   Como esto oyera el buen conde    se tirara del cijare.
     Y habló la criatura    con la gracia de Dios Padre:
  30   --Si Dios me dejó vivir,    salir de estrecho lugare,
     mataría yo al buen reye    y a la infanta, mi madre!--
  32   Ya criaba la infanta,    ya cría hijo sin padre:
     siete años no había tenido,    ya sabía cabalgare,
  34   diez años no había tenido,    ya manejaba el puñale,
     doce años no ha tenido,    ya sabía guerreare.
  36   Matara al buen conde    y se sentara en su lugare.

Nota -30a dejó sic.
Título original: El nacimiento de Montesinos+El hijo vengador [B19+G2].

Go Back
Back to Query Form