Pan-Hispanic Ballad Project

Total: 23


0151:6 Gaiferos libera a Melisenda (á(-e))            (ficha no.: 1597)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Silva de 1550 t. II. f. 150 (Romance de don Gaiferos que trata de cómo sacó a su esposa que estaba en tierra de moros); Canc. de rom. s. a. f. 55,Canc. de rom. 1550 f. 55, y Códice del siglo XVI, en el Rom. gen. del señor Durán*; Floresta de varios rom.. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 173, vol. II, pp. 229-248 (Gaiferos - 111.).  612 hemist.  Música registrada.

     Asentado está Gaiferos    en el palacio real,
  2   asentado al tablero    para las tablas jugar.
     Los dados tiene en la mano,    que los quiero arrojar
  4   cuando entró por la sala    don Carlos el emperante.
     Desque así jugar lo vido    empezóle de mirar;
  6   hablándol` está hablando    palabras de gran pesar:
     --¡Si así fuésedes, Gaiferos,    para las armas tomar
  8   como sois para los dados    y para las tablas jugar!:
     vuestra esposa tienen moros,    iríadesla a buscar.
  10   Pésame a mí por ello    por que es mi hija carnal.
     De muchos fue demandada,    y a nadie quiso tomar;
  12   pues con vos casó por amores,    amores la hayan de sacar;
     si con otro fuera casada    no estuviera en catividad.--
  14   Gaiferos desque esto vido,    movido de gran pesar
     Levantóse del tablero    no queriendo más jugar;
  16   y tomáralo en las manos    para haberlo de arrojar,
     si no por él que con él juega    que era hombre de linaje:
  18   jugaba con él Guarinos,    almirante de la mar.
     Voces da por el palacio,    que al cielo quieren llegar:
  20   preguntando va, preguntando    por su tío don Roldán.
     Halláralo en el patín,    que quería cabalgar;
  22   con él era Oliveros    y Durandarte el galán;
     con él muchos caballeros    de aquellos de los doce pares.
  24   Gaiferos desque lo vido    empezóle de hablar:
     --Por Dios vos ruego, mi tío,    por Dios vos quiero rogar:
  26   vuestras armas y caballo    vos me las queráis prestar,
     que mi tío el emperante    tan mal me quiso tratar,
  28   diciendo que soy para juego    y no para las armas tomar.
     Bien lo sabéis vos, mi tío,    bien sabéis vos la verdad,
  30   que busqué a mi esposa;    culpa no me deben dar.
     Tres años anduve triste    por los montes y los valles,
  32   comiendo la carne cruda,    bebiendo la roja sangre,
     trayendo los pies descalzos,    las uñas corriendo sangre.
  34   Nunca yo hallarla pude    en cuanto pude buscar.
     Agora sé que está en Sansueña,    en Sansueñia, esa ciudad.
  36   Sabéis que estoy sin caballo.    sin armas otro que tal,
     que las tiene Montesinos,    que es ido a festejar
  38   allá a los reinos de Hungría    para torneos armar.
     Pues sin armas y caballo    mal la podré yo sacar;
  40   por esto vos ruego, tío,    las vuestras me queráis dar.--
     Don Roldán de que esto oyó    tal respuesta lo fue a dar:
  42   --Calledes, sobrino Gaiferos,    no querades hablar tal;
     siete años ha que vuestra esposa    ella está en captividad;
  44   siempre os he visto armas    y caballo otro que tal,
     agora que no las tenéis    la queréis ir a buscar.
  46   Sacramento tengo hecho    allá en Sant Juan de Letrán
     a ninguno prestar mis armas,    no me las hagan cobardes;
  48   mi caballo está bien vezado    mal vezo no te quieran dar.--
     Gaiferos que esto oyó    la espada fue a sacar;
  50   con una voz muy sañosa    empezara de hablar:
     --¡Bien parece, don Roldán,    que siempre me quesistes mal!
  52   Si otro me lo dijera    mostrárale si soy cobarde,
     mas quien a mí ha injuriado    no lo vais por mí a vengar;
  54   si vos tío no me fuésedes    con vos querría pelear.--
     Los grandes que allí se hallan    entre los dos puesto se han;
  56   hablado le ha don Roldán,    empezóle de hablar:
     --¡Bien parece, don Gaiferos,    que sois de muy poca edad!
  58   Bien oistes un ejemplo,    que conocéis ser verdad:
     que aquel que bien os quiere    aquel vos quiere castigar.
  60   Si fuérades mal caballero,    no vos dijera esto tal;
     mas porque sé que sois bueno    por esto vos quise castigar.
  62   Que mis armas y caballo    a vos no se han de llegar,
     y si queréis compañía,    yo vos quiero acompañar.
  64   --Mercedes, dijo Gaiferos,    de la buena voluntad;
     solo me quiero ir, solo,    para haberla de sacar;
  66   nunca me dirá ninguno    que me vido ser cobarde.--
     Luego mandó don Roldán    sus armas aparejar;
  68   él encubierta el caballo    por mejor lo encubertar;
     él mesmo lo pone las armas    y le ayudaba a armar.
  70   Luego cabalgó Gaiferos    con enojo y con pesar.
     Pésale a don Roldán,    también a los doce pares,
  72   y más al emperador    desque solo le vido andar;
     y desque ya se salía    del gran palacio real,
  74   con una voz amorosa    llamáralo don Roldán:
     --Esperad un poco, sobrino;    pues solo queréis andar,
  76   dejédesme vuestra espada,    la mía queráis tomar
     y aunque vengan dos mil moros    nunca les volváis la haz:
  78   al caballo dalde rienda    y haga a su voluntad,
     que si él vee la suya,    bien vos sabrá ayudar,
  80   y si vee demasía    de ella vos sabrá sacar.--
     Ya le daba su espada.    y toma la de don Roldán;
  82   da de espuelas al caballo,    sálese de la ciudad.
     Don Beltrán que ir lo vido    empezóle de hablar:
  84   --Tornad acá, hijo Gaiferos,    pues que me tenéis por padre,
     tan solamente vos vea    la condesa vuestra madre,
  86   tomará con vos consuelo,    que tan tristes llantos hace;
     dar vos hia caballeros    los que hayáis necesidad.
  88   --Consolalda vos, mi tío,    vos la queráis consolar.
     Acuérdese que me perdió    chiquito y de poca edad;
  90   haga cuenta que de entonces    no me ha visto jamás. ,
     Que ya sabéis que en los doce    corren malas voluntades;
  92   no dirán que vuelvo por ruego,    mas que vuelvo por cobarde;
     que yo no volveré en Francia    sin Melisenda tornar.--
  94   Don Beltrán desque lo oyera    tan enojado hablar,
     vuelve riendas al caballo    y entróse en la ciudad.
  96   Gaiferos en tierra de moros    empieza de caminar;
     jornada de quince días    en ocho la fue a andar.
  98   Por las sierras de Sansueña    Gaiferos mal airado va;
     las voces que iba dando    al cielo quieren llegar.
  100   Maldiciendo iba el vino,    maldiciendo iba el pan,
     el pan que comían los moros,    mas no de la cristiandad;
  102   maldiciendo iba la dueña    que tan solo un hijo pare;
     si enemigos se lo matan    no tiene quien lo vengar;
  104   maldiciendo iba al caballero    que cabalgaba sin paje;
     si se le cae el espuela    no tiene quién se la calce;
  106   maldiciendo iba el árbol    que solo en el campo nasce,
     que todas las aves del mundo    en él van a quebrantar,
  108   que de rama ni de hoja    al triste no dejan gozar.
     Dando estas voces y otras    a Sansueña fue a llegar.
  110   Viernes era en aquel día,    los moros hacen solenidad;
     el rey Almanzor va a la mezquita    para la zalá rezar,
  112   con todos sus caballeros    cuantos él pudo llevar.
     Cuando allegó Gaiferos    a Sansueña esa ciudad,
  114   miraba si vería alguno    a quien pudiese demandar.
     Vido un cativo cristiano    que andaba por los adarbes;
  116   desque lo vido Gaiferos    empezóle de hablar:
     --Dios te salve, el cristiano,    y te torne en libertad.
  118   Nuevas que pedirte quiero,    no me las quieras negar.
     Tú que andas con los moros,    si les oíste hablar
  120   si hay aquí alguna cristiana,    que sea de alto linaje.--
     El cativo que lo oyera    empezara de llorar:
  122   --¡Tantos tengo de mis duelos,    que de otros non puedo curar!
     que todo el día los caballos    del rey me hacen pensar
  124   y de noche en honda sima    me hacen aprisionar.
     Bien sé que hay muchas cativas    cristianas de gran linaje,
  126   especialmente una    que es de Francia natural;
     el rey Almanzor la trata    como a su hija carnal.
  128   Sé que muchos reyes moros    con ella quieren casar.
     Por eso idvos, caballero,    por esa calle adelante;
  130   verlas heis a las ventanas    del gran palacio real.--
     Derecho se va a la plaza,    a la plaza la más grande.
  132   Allí estaban los palacios    donde el rey solía estar.
     Alzó los ojos en alto    por los palacios mirar,
  134   vido estar a Melisenda    en una ventana grande
     con otras damas cristianas,    que estaban en captividad.
  136   Melisenda que lo vido    empezara de llorar,
     no por que lo conociese    en el gesto ni en el traje,
  138   mas en verlo con armas blancas    recordóse de los doce pares,
     recordóse de los palacios    del emperador su padre,
  140   de justas, galas, torneos,    que por ella solían armar.
     Con una voz triste, llorosa    le empezara de llamar:
  142   --Por Dios os ruego, caballero,    a mí vos queráis llegar;
     si sois cristiano o moro    no me lo queráis negar.
  144   Darvos he unas encomiendas,    bien pagadas vos serán.
     Caballero si a Francia ides    por Gaiferos preguntad,
  146   decilde que la su esposa    se lo envía a encomendar,
     que ya me parece tiempo    que la debía sacar.
  148   Si no me deja por miedo    de con los moros pelear,
     debe tener otros amores ,    de mí no lo dejan recordar:
  150   ¡los ausentes por los presentes    ligeros son de olvidar!
     Aun le diréis, caballero,    por darle mayor señal,
  152   que sus justas y torneos    bien las supimos acá.
     Y si estas encomiendas    no recibe con solaz,
  154   darlas heis a Oliveros,    darlas heis a don Roldán,
     darlas heis a mi señor    el emperador mi padre.
  156   Diréis como estó en Sansueña,    en Sansueña esa ciudad;
     que si presto no me sacan    mora me quieren tornar:
  158   casarme han con el rey moro    que está allende la mar.
     De siete reyes de moros    reina me hacen coronar;
  160   según los reyes que me traen    mora me harán tornar;
     mas amores de Gaiferos    no los puedo yo olvidar.--
  162   Gaiferos que esto oyera    tal respuesta le fue a dar:
     --No lloréis vos, mi señora,    no queráis así llorar,
  164   porque esas encomiendas    vos mesma las podéis dar,
     que a mí allá dentro en Francia    Gaiferos me suelen nombrar.
  166   Yo soy el infante Gaiferos    señor de París la grande,
     primo hermano de Oliveros,    sobrino de don Roldán.
  168   Amores de Melisenda    son los que acá me traen.--
     Melisenda que esto vido    conosciólo en el hablar,
  170   tiróse de la ventana,    la escalera fue a tomar,
     salióse para la plaza    donde lo vido estar.
  172   Gaiferos que venir la vido    presto la fue a tomar;
     abrázala con sus brazos    para haberla de besar.
  174   Allí estaba un perro moro    para los cristianos guardar;
     las voces daba tan altas    que al cielo querían llegar.
  176   Al gran alarido del moro    la ciudad mandan cerrar.
     Siete veces la rodea Gaiferos,    no halla por donde andar,
  178   Presto sale el rey Almanzor    de la mezquita y el rezar.
     Veréis tocar las trompetas    apriesa y no de vagar,
  180   veréis armar caballeros    y en caballos cabalgar;
     tantos se arman de los moro    que gran cosa es de mirar.
  182   Melisenda que lo vido    en una priesa tan grande
     con una voz delicada    le empezara de hablar:
  184   --Esforzado don Gaiferos,    no querades desmayar,
     que los buenos caballeros    son para necesidad.
  186   Si de esta escapáis, Gaiferos,    harto ternéis que contar!
     ¡Ya quisiese Dios del cielo    y Santa María su Madre
  188   fuese tal vuestro caballo    como él de don Roldán!
     Muchas veces le oí decir    en palacio del emperante,
  190   que si se hallaba cercado    de moros en algún lugar,
     al caballo aprieta la cincha,    y aflojábale el petral;
  192   hincábale la espuelas    sin ninguna piedad;
     el caballo es esforzado,    de otra parte va a saltar.--
  194   Gaiferos de que esto oyó    presto se fuera a apear;
     al caballo aprieta la cincha    y aflójale el petral;
  196   sin poner pie en el estribo    encima fue a cabalgar,
     y Melisenda a las ancas,    que presto las fue tomar.
  198   El cuerpo le da por la cintura    por que le pueda abrazar,
     al caballo hinca las espuelas    sin ninguna piedad.
  200   Corriendo venían los moros    apriesa y no de vagar;
     las grande voces que daban    al caballo hacen saltar.
  202   Cuando fueron cerca los moros    la rienda le fue a largar:
     el caballo era ligero,    púsolo de la otra parte.
  204   El rey Almanzor que esto vido    mandó abrir la ciudad;
     siete batallas de moros    todos de zaga le van.
  206   Volviéndose iba Gaiferos    mirando a todas partes;
     desque vido que los moros    le empezaban de cercar,
  208   volvióse a Melisenda,    empezóle de hablar:
     --No os enojéis vos, mi señora,    fuerza vos será apear,
  210   y en esta grande espesura    podéis, señora aguardar,
     que los moros son tan cerca,    de fuerza nos han de alcanzar.
  212   Vos, señora, no traéis armas    para haber de pelear;
     yo, pues que las traigo buenas,    quiérolas ejercitar.--
  214   Apeóse Melisenda    no cesando de rezar;
     las rodillas puso en tierra,    las manos fue a levantar,
  216   los ojos puestos al cielo    no cesando de rezar.
     Sin que Gaiferos volviese    el caballo fue a aguijar.
  218   Cuando huía de los moros    parece que no puede andar
     y cuando iba hacia ellos    iba con furor tan grande
  220   que del rigor que llevaba    la tierra hacía temblar.
     Donde vido la morisma    entre ellos fuera a entrar:
  222   si bien pelea Gaiferos,    el caballo mucho más.
     Tantos mata de los moros    que no hay cuento ni par;
  224   de la sangre que de ellos salía    el campo cubierto se ha.
     El rey Almanzor que esto vido    empezara de hablar:
  226   --¡Oh válasme tú, Alá!    ¿esto qué podía estar?
     ¡que tal fuerza de caballero    en pocos se puede hallar!
  228   Debe ser el encantado    ese paladín Roldán,
     o si es el esforzado    Renaldos de Montalván,
  230   o es Urgel de la Marcha    esforzado singular.
     No hay ninguno de los doce    que bastase hacer tal.--
  232   Gaiferos que esto oyó    tal respuesta le fue a dar
     --Calles, calles, el rey moro,    calles, y no digas tal;
  234   muchos otros hay en Francia,    que tanto como estos valen.
     Yo no soy ninguno de ellos    mas yo me quiero nombrar:
  236   yo soy el infante Gaiferos,    señor de París la grande,
     primo hermano de Oliveros,    sobrino de don Roldán.--
  238   El rey Almanzor que lo oyera    con tal esfuerzo hablar,
     con los más moros que pudo    se entrara en la ciudad.
  240   Solo quedaba, Gaiferos,    no halló con quien pelear;
     volvió riendas al caballo    para Melisenda buscar.
  242   Melisenda desque lo vido    a recebírselo sale;
     vidole las armas blancas,    tintas en color de sangre.
  244   Con una voz triste y llorosa    le empezó de preguntar:
     --Por Dios os ruego, Gaiferos,    por Dios vos quiero rogar,
  246   si traéis alguna herida    queráismela vos mostrar,
     que los moros eran tantos    quizá vos han hecho mal.
  248   Con las mangas de mi camisa    vos las quiero yo apretar,
     con la toca, que es más grande,    yo os las entiendo sanar.
  250   --Calledes--, dijo Gaiferos--    infanta, no digades tal;
     por más que fueran los moros    no me podían hacer mal,
  252   que estas armas y caballo    son de mi tío don Roldán.
     Caballero que las trae    no podía peligrar.
  254   Cabalgad presto, señora,    que no es tiempo de aquí estar;
     antes que los moros tornen    los puertos hemos de pasar.--
  256   Ya cabalga Melisenda    en un caballo alazán.
     Razonando van de amores,    de amores, que no de al;
  258   ni de los moros han miedo    ni de ellos nada se dan;
     con el placer de ambos juntos    no cesan de caminar.
  260   De noche por los caminos,    de día por los jarales,
     comiendo de las yerbas verdes    y agua si pueden hallar,
  262   hasta que entraron en Francia    y en tierra de cristiandad.
     Si hasta allí alegres fueron,    mucho más de allí adelante.
  264   A la entrada de un monte    y a la salida de un valle,
     caballero de armas blancas    de lejos vieron asomar.
  266   Gaiferos desque lo vido    la sangre vuelto se le ha,
     diciendo su señora:    --¡Esto es más de recelar,
  268   que aquel caballero que asoma    gran esfuerzo es el que trae!
     Si era cristiano o moro,    forzado me será pelear,
  270   apeaos vos, mi señora,    y venidme a la par.
     De la mano la traía    no cesando de llorar,
  272   y desque se vieron juntos    comiénzanse aparejar.
     Las lanzas y los escudos    en son de bien pelear.
  274   Los caballos ya de cerca,    comienzan de relinchar;
     conoció su caballo Gaiferos    y empezara de hablar:
  276   --Perded cuidado, señora,    y tornad a cabalgar,
     que el caballo que allí viene    mío es en la verdad;
  278   yo le di mucha cebada    y más le entiendo de dar;
     las armas según que veo    mías son otro que tal,
  280   y aquel es Montesinos    que me viene a buscar,
     que cuando yo me partí    no estaba en la ciudad.
  282   Plugo mucho a Melisenda    aquello si fuese verdad.
     Ya que se van acercando    cuasi juntos a la par,
  284   con voz alta y crecida    empiézanse de interrogar.
     Conóscense los dos primos    entonces en el hablar;
  286   apeáronse a gran priesa,    muy grandes fiestas se hacen.
     Desque hubieron hablado    tornaron a cabalgar;
  288   razonando van de amores,    de otro no quieren hablar.
     Andando por sus jornadas    a tierra de cristiandad,
  290   cuantos caballeros hallan    todos los van acompañar,
     y dueñas a Melisenda,    doncellas otro que tal.
  292   Al cabo de pocos días    a París van a llegar.
     A siete leguas de la ciudad    el emperador a recebirlos sale;
  294   con él sale Oliveros,    con él sale don Roldán,
     con él el infante Guarinos,    almirante de la mar;
  296   con él sale don Belmudez    y el buen viejo don Beltrán;
     con él muchos de los doce    que a su mesa comen pan;
  298   y con él iba doña Alda,    la esposica de Roldán;
     con él iba Juliana    la hija del rey Julian;
  300   dueñas damas y doncellas    las más altas de linaje.
     El emperador abraza a su hija,    no cesando de llorar;
  302   palabras que le decía    dolor eran de escuchar.
     Los doce a don Gaiferos    gran acatamiento le hacen:
  304   tiénenlo por esforzado    mucho más de allí adelante
     pues que sacó a su esposa    de muy gran catividad.
  306   Las fiestas que le hacían    no tienen cuento ni par.

Variantes: -17asino por quien. Silva, Cod. del sr. Durán, Flor. ; -22a iba. Silva; -23b con él muchos de los doces / que a su mesa comen pan. // Flor; -26b la. Canc. de rom. s. a. y 1550; vos lo. Cod. del sr. Durán; -28a dice que soy para poco. Flor; -30b si no busqué a mi esposa / culpa no me pueden dar. // Flor; -48b no lo querría mal vezar. Cod. de Durán. mal no le quieran vezar. Flor; -61b así hablar. {I|Cod. de Durán; -69b y le ayuda a cabalgar. Silva, Flor; -70a cabalga. Silva; -93b Melisenda. dicen siempre la Silva y la Flor y esta lección, por ser más conforme a la original francesa (Belissent), es de preferir a Melisendra, como la dan todas las ediciones del Canc. de rom. y los editores de las colecciones modernas; -96a G. a. Silva, Flor; -105a cae la. Silva, Flor., Cod. de Durán; -110b los moros sus fiestas hacen. Cod. de Durán; Gran fiesta los moros hacen. Flor; -111a el rey iba a la mezquita. Cod. de Durán y las ediciones posteriores del Canc. de rom. Almanzor a la mezquita / va para hacer la zalá// Flor; -114b poder. Cod. de Durán, las ed. posteriores del Canc. de rom.y la Flor; -123b peinar. Flor; -131a Derecho se va Gaiferos / do los palacios están. // Desque estuvo cerca de ellos / comenzólas de mirar, // vio gallarda a Melisenda / en una ventana estar // con otras demás cristianas /etc. Flor; -137b en el jesto, ni en el hablar; //mas en verlo con armas blancas / en los doce fue a pensar. Flor; -142b queráisos a mí llegar. Cod. de Durán. A mí no os queráis negar. Flor; -143b decidme ahora la verdad. Flor; -145b Véase la nota del romance que dice: Caballero, si a Francia ides por mi señor preguntad [Prim. 155; IGR# 0151]; -160a reyes me acuitan. Cod. de Durán. Según los ruegos me hacen. Flor; -172a cuando la vido. Cod. de Durán. {MY Gaiferos que la vido. Flor; -174b las cristianas. Flor; -177b Siete veces la rodean / no haya por do escapar. // Cod. de Durán; Siete veces la rodean no hallando por donde andar. Flor; -178b mezquita rezar. Cod. de Durán. mezquita a rezar. Las ed. post. del Canc. de rom; -190b que mil veces de entre moros / lo sacó sin peligrar Flor; -206b no cesaba de mirar. Cod. de Durán y las ed. post. del Canc. de rom; . por ver qué cosa será Flor; -224b está. Silva; -228a Este debe ser encantado. Canc. de rom. s. a. y 1550; -229a este debe de ser. Canc. de rom. s. a. y 1550; o debe ser. Cod. de Durán; -230a este es Ogel. Canc. de rom s. a. y 1550; -230b el esforzado singular. Canc. de rom. s. a. y 1550. esforzado y singular. Cod. de Durán. esforzado en pelear. Flor; -249a y con la mi rica toca. Cod. de Durán. con la toca que es mayor. Flor; -267b que sea cristiano o moro / fuerza será de pelear. // Cod. de Durán; -272b Lléganse los caballeros / comienzan aprarejar. // Cod. de Durán. Desque el uno es cerca al otro; comiénzanse a aparejar. Flor; -282b que aquello. Cod. de Durán, Flor; -293a de París. Silva; -293b el emperador les sale. Cod. de Durán. Las ed. post. de Canc. de rom. El emperador que lo supo / a recibírselos sale. // Flor; -299a Julianesa. Cod. de Durán, Flor.
Nota: *En el Romancero del señor Almeida Garrett (tomo II pág. 250 sig) hay un romance portugués de Don Gaiferos, el cual es más corto y aun más popular en el castellano; pero es muy posterior a él, faltando ya en el portugués algunos de los más bellos rasgos.

Go Back
0151:1 Gaiferos libera a Melisenda (á)            (ficha no.: 707)

Versión de Guímara (ay. Peranzanes, p.j. Ponferrada, ant. Villafranca del Bierzo, comc. Fornela, León, España).   Recitada por Emeterio Ramón Ramón (55a en 1979). Recogida por J. Antonio Cid, Bárbara Fernández, Margarita Pazmany, Ana Valenciano y Julio Camarena, en dos ocasiones, 22/09/1979+03/11/1985 (Archivo: ASOR; Colec.: Encuesta LEÓN 79; cinta: 1.22-9.2/A-08). Publicada en TOL I 1991, pp. 79-80.  116 hemist.  Música registrada.

     --¡Para eso sodes, Gaiférez,    para los naipes jugare!,
  2   ¡vai buscar a Milisendra,    que en poder de moros va!--
     Él se fue pasito a paso    a casa de don Roldán.
  4   --Vengo pedirte un caballo    pa ir (a) Melisendra a buscare.
     --Armas y caballos tengo,    ninguno para ti dare.--
  6   Él se arrimara a una esquina    y comenzara a llorare.
     --Armas y caballos tengo,    tengo uno para ti dar;
  8   también tengo este mal cuerpo    para irte a acompañare.
     --Solito tengo de ir, solo,    para poderla buscar,
  10   solito tengo de ir, solo,    hasta el palacio llegar.--
     El caballo no corría,    parecía un gavilán,
  12   para llegar al palacio    donde Melisendra está.
     Siete vueltas dio al palacio,    ninguna la pudo entrar;
  14   de las siete pa las ocho    un mal moro vio asomar.
     --¿De qué tierra, el cristianillo,    de qué tierra o que lugare?
  16   --Yo soy un marinerillo,    que vengo de alta mare,
     y yo traigo tanto oro,    que no lo soy a contare;
  18   si tú me abrieras las puertas,    te había de dar la mitad.--
     El moro, con la codicia,    las abrió de pare en pare.
  20   Apenas las tiene abiertas,    ya las volviera a cerrare.
     --¡Fuera, fuera, el cristianillo,    que en mi casa no has de entrare!,
  22   que en el mirar de los ojos    pareces a don Roldán
     y en el volver de la espalda    te pareces mucho más.--
  24   --¿Dónde ties las damas, moro,    las que te sueles lograre?
     --Están en el piso de arriba,    en el cuarto principal.--
  26   Él subió pasito a paso    donde las damas están.
     Ellas, en cuanto lo vieran,    comenzaran a llorare.
  28   --¿Sodes hijas de verdugos    o de muy bajo lugare?
     --Somos hijas de señores    y de sangre muy real.
  30   --¿Con cuála de vos es, señoras,    que el moro se suele lograre?
     --Con todas, señor, con todas,    con todas en general;
  32   no siendo con Milisendra,    la prima de don Roldán,
     que la tiene reservada    pra las noches de San Juan,
  34   que son noches solizosas    y de buen placer gozare.--
     Él se fue pasito a paso    donde Milisendra está;
  36   y ella, en cuanto le viera,    empezara a perguntare:
     --¿De qué tierra, el caballero,    de qué tierra o qué lugare?
  38   --Yo soy de Francia, señora,    soy de Francia natural.
     --Pues, si tú eres de Francia,    alguna noticia traerás.
  40   ¿Usted conoce a Gaiférez,    o también a don Roldán?
     --Yo bien conozco a Gaiférez    y también a don Roldán,
  42   también conozco a su primo    que llaman Beltroán.
     --Si me llevara una carta    a mi primo don Roldán?
  44   --Escriba, señora, escriba,    que usted la irá a llevar.--
     La mitá escribió con tinta,    la mitad con sangre real.
  46   Cuando terminó la carta,    se disponen a marchar.
     --Si aqueste caballo fuera    de mi primo don Roldán,
  48   dándole una sopa en vino    y una corteza de pan,
     apretándole la cincha    y aflojándole el ventral,
  50   siete batallas de moros    bien las sabiera saltare.--
     Los moros van en Turquía,    adorando al diablo están;
  52   de un silbido que dio el moro    todos los hizo ajuntare.
     Tantos moros van tras de ellos    que el sol hacen anublare.
  54   Si el cristiano mata muchos,    el caballo mata más.
     --Allí viene un perro moro,    ¡ay Dios mío, qué ira trae!,
  56   trae las herraduras de oro,    los clavos de pedrenal.--
     Se conocen los caballos    en el modo `e relinchar;
  58   se conocen los dos primos    en el modo de peleare.
     ¡Válgame Nuestra Señora    Santa María de la Mare!

Go Back
0151:2 Gaiferos libera a Melisenda (á)            (ficha no.: 708)

Versión de Chano (ay. Peranzanes, p.j. Ponferrada, ant. Villafranca del Bierzo, comc. Fornela, León, España).   Recitada por Felipe Cerecedo García (62a). Recogida por Julio Camarena, 04/11/1985 (Archivo: ASOR; Colec.: Camarena, J.; cinta: 32B-334). Publicada en TOL I 1991, pp. 81-82.  100 hemist.  Música registrada.

     Estando un día Gaiférez
  2   con los demás compañeros    para los dados jugar.
     --¡Para eso vales, Gaiférez,    para los dados jugare!,
  4   si fueres en busca de Melisendra,    si en poder de moro está.
     --Bien lo dijo, la mi suegra,    bien lo dijo la verdad.--
  6   Derecho, se va derecho    a en ca(sa) `e su tío San Roldán.
     --Aquí le vengo, tío mío,    aquí le vengo a enfadar:
  8   sus armas y su caballo,    ¿si me los queréis prestar?
     --Tengo hecho juramento    allá en San Juan de Letrán
  10   mis armas y mi caballo    jamás he de [em]prestar.--
     Llorando como un niño    volvió los ojos hacia atrás.
  12   --Ven acá, sobrino mío,    yo te los voy a emprestar.
     Las mañas de mi caballo    yo te las voy a enseñar:
  14   dándole una sopa en vino    y una corteza de pan
     y apretándole la cincha    y flojándole el petral,
  16   siete batallas de moros    bien las había saltar.--
     Cuando llegó a Turquía,    moros en mezquina va[n];
  18   si no fuera un perro moro    (que quedó) para las damas guardar.
     --Ábrame la puerta, moro,
  20   que soy un marinero    que vengo de la mar;
     tanto oro y plata traigo    cuenta de él no puedo dar.--
  22   Con la codicia del dinero,    los abrió de par en par;
     que bien los abrió    y ya las vuelve a cerrar.
  24   --¡Fuera, fuera, marinero,    en casa no has de entrar!,
     en sus armas, su caballo,    me parece San Roldán
  26   y en el revolver de manos    me pareces mucho más.--
     Entre vueltas y revueltas    el moro a tierra cae.
  28   Por debajo del palacio    [Gaiférez] se fue a pasear.
    
(Y mirando por arriba cuando vio un rebaño de una cantidad de ellas y les dice:)
     --¿Sois hijas villanas    o de más bajo lugar,
  30   que vos hablo con política    y no me queréis contestar?
     --Ni somos villanas,    ni de más bajo lugar,
  32   tenemos miedo al mal moro    que aquí nos venga a matar.
     --A ese no tengas pena,    que ese muerto está.
  34   --¿El rey duerme con todas,    con todas, o la mitad?
     --Con todas, señor, con todas,    con todas, por nuestro mal,
  36   excepto Melisendra,    la sobrina `e San Roldán,
     que esa la tiene guardada    pa las noches de San Juan,
  38   que son noches soliciosas    pa con ellas soliciar.--
     --Caballero de armas blancas,
  40   ¿conocéis a Gaiférez    y a mi tío San Roldán?,
     daile muchas encomiendas    y aquí nadie me las da.
  42   Si no me diera en marchar luego
     casarme quieren con uno,    que viva me tire al mar,
  44   reina de siete reinos    me quieren encoronar.
     --Esas encomiendas todas    yo las he de llevar.--
    
(Entonces habló con las otras y con una cuerda se la bajaron; pero, cuando marchaba con ella, salen los moros de misa, dice:)
  46   --Tanta gente es la que viene    que al sol hace turbar.
     --¡Quién me diera el caballo    de mi tío San Roldán!,
  48   que dándole una sopa en vino    y una corteza de pan
     y apretándole la cincha    y flojándole el petral,
  50   siete batallas de moros    bien las podía saltar.
    
(Entonces él hizo lo que era aquello)
     Tanta gente es la que viene    que al sol le hace [turbar],
  52   tanta gente es la que mata    que `a sangre parece un río rojo.

Go Back
0151:3 Gaiferos libera a Melisenda (á)            (ficha no.: 709)

Versión de Trascastro (ay. Peranzanes, p.j. Ponferrada, ant. Villafranca del Bierzo, comc. Fornela, León, España).   Recitada por David Ramón (69a). Recogida por Diego Catalán, J. Antonio Cid, Flor Salazar y Ana Valenciano, 19/07/1977 (Archivo: ASOR; Colec.: Encuesta NORTE 77; cinta: `Trascastro-B` A9 y B2). Publicada en Catalán 1979, pp. 250-253 y AIER 1 (1982), nº 11:1, pp. 30-31. Reeditada en TOL I 1991, pp. 82-84.  105 hemist.  Música registrada.

     --¡Para eso sodes, Gaiférez,    para los dados jugar,
  2   no sois pa buscar a Melisendra,    que en poder de moros está!
     --Siete años hay que la busco    y no la puedo encontrar;
  4   cuatro van por morería    y tres van por cristiandad.
     --Dice que estaba en Sansueña,    dice que en Sansueña está.--
  6   Fuera a pedir el caballo    de su primo don Roldán.
     --Mis caballos y mis armas    a nadie las tengo a dar,
  8   que las tengo bien enseñadas    y me las van a enseñar mal.--
     Al oír estas palabras,    Gaiférez . . . . . . . . .
  10   bajara la vista al suelo    y encomenzara a llorar.
     --Calla tú, Gaiférez, calla,
  12   mis armas y mi caballo    a ti las tengo a prestar
     y este cuerpito ligero    para irte a acompañar.
  14   --Solo me tengo dir, solo,    para haberla de sacar.
     --Las señas de mi caballo    te las tengo a denseñar:
  16   dándole una sopa en vino    y una corteza de pan
     y aflojándole la cincha    y apretándole el petral
  18   siete batallas de moros    bien las sabía saltar.--
     Otro día por la mañana    empezara a caminar,
  20   y al llegar a Sansueña    los moros en misa están,
     sólo quedaba el portero    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  22   --Ábreme la puerta, moro,    que vengo de alta mar,
     tanto oro y plata traigo,    cuenta no te puedo dar.--
  24   El moro, por la codicia,    las abrió de par en par.
     Al tenerlas abiertas,    ya las quería cerrar.
  26   --¡Fuera, fuera, cristianillo,    que aquí no debías dentrar!,
     que en el modo `e caminar    me paeces a don Roldán.
  28   --¿Dónde están las damas, moro,    que el perro solía holgar?
     --Toditas aquí están, señor,    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  30   al no ser Melisendra,    que la van a encoronar
     reina de siete reinos    por la noche de San Juan.
  32   --Acompáñame, buen moro,    donde Melisendra está.--
     --¿De qué tierra, el caballero,    de qué tierra y qué lugar?
  34   --Soy de Francia, la señora,    soy de Francia natural.
     --Entóes usted, que es de Francia,
  36   conocerá a Gaiférez    y también a don Roldán.
     --Sí, yo conozco a Gaiférez    y también a don Roldán.
  38   --¿Usted mi quié llevar una carta    pa mi primo don Roldán?
     --Escríbala, señora, escríbala,    que usted la irá a llevar.--
  40   La cogiera entre los brazos,    la pusiera en el ruán.
     A la salida de una fuente,    a la entrada de un arenal,
  42                                     los moros de misa salen,
     tanta gente es la que sale,    que el sol hacía nublar:
  44   --¡Ay, Dios mío, quién me diera
     el caballo de mi primo,    de mi primo don Roldán!
  46   Dándole una sopa en vino    y una corteza de pan
     y apretándole la cincha    y aflojándole el petral,
  48   siete batallas de moros    bien las iba a saltar.
     --Calle, la señora, calle,    que ese caballo aquí está.--
  50   Tanta es la sangre que corre,    que los caballos hacía nadar.
     ¿Cómo se conocen los primos?    En el modo de pelear.
  52   ¿Cómo se conocen los caballos?    En el modo de rinchar.
     ¿Cómo se conocen las espadas?    En el modo de cortar.
  54   --Llévala, cristianillo, llévala,    que aquí no ha de quedar,
     que si a ese paso vas,    moro no me has de dejar.--
  56   ¡Válgame Nuestra Señora,    más la Virgen del Pilar!

Variantes: -31a No siendo M.; -52 -53 -54a Allí tenía el otro primo; -55b q. a no la has de dejar.

Go Back
0151:4 Gaiferos libera a Melisenda (á)            (ficha no.: 710)

Versión de Camposalinas (ay. Soto y Amio, p.j. León, ant. Murias de Paredes, comc. Luna, León, España).   Recitada por María Díez Díez (69a). Recogida por Paul Bénichou, Silvia Roubaud, Flor Salazar y Maximiano Trapero, 16/07/1985 (Archivo: ASOR; Colec.: Encuesta LEÓN 85; cinta: 7.16-7.3/A-07). Publicada en TOL I 1991, pp. 84-85.  060 hemist.  Música registrada.

     --¡Cómo te amañas, don Félix,    a los naipes a jugar
  2   y la tu Melisendra    yo bien sé donde está!:
     n`esa ciudad de Sansueña,    n`esa maldita ciudad;
  4   siete estados reyes moros    con ella quieren casar.--
     Tira don Félix los naipes    y en casa de su tío va.
  6   --¿Si usted me diera sus armas    y el caballo principal
     para ir buscar a Melisendra?    --Melisendra ¿dónde está?
  8   --En esa ciudad de Sansueña,    en esa maldita ciudad.
     --Ni te daré las mis armas    ni el caballo principal,
  10   lo tengo bien enseñado    y tú me lo vas a enseñar mal.
     --Quédese con Dios, mi tío,    siempre me ha querido mal.
  12   --Vuelve, vuelve, mi sobrino,    no vayas tan triste ya,
     yo te daré las mis armas    y el caballo principal,
  14   y, si quieres compañía,    también te la puedo dar.
     --Dándome usted las sus armas    y el caballo principal,
  16   no quiero más compañía,    que bastante llevo ya.--
     Montó don Félix a caballo    y empieza a caminar;
  18   y en el medio del camino    un pastorcito vio asomar:
     --Dígame usted, pastorcito,    dígame usted la verdad,
  20   para llegar a Sansueña,    ¿cuántas preciso llegar?
     --Suba, suba, el caballero,    suba, suba para allá.--
  22   --Deténgase, el caballero,    no dudaré en bajar;
     los moros están en misa,    siete horas suelen echar.--
  24   Había un perro moro    que de centinela está;
     con los aullidos que daba    alborotó la ciudad.
  26   Han venido los moros    y han venido sin tardar.
     --Caballeros de armas blancas    no se suelen desmayar;
  28   si éste fuese el caballo    de mi tío don Rondán,
     siete estados reyes moros    se le había trespisar.--
  30   Se desviaron los moros    se desviaron para atrás.
    
(Luego después la cogió a ella en el caballo y se marchó con ella)
.

Go Back
0151:5 Gaiferos libera a Melisenda (á)            (ficha no.: 711)

Versión de San Román de los Caballeros (ay. Llamas de la Ribera, p.j. Astorga, comc. Órbigo Alto, León, España).   Recitada por Adelaida Díez Álvarez. Recogida por Maximino Marcos, hacia 1970 (Archivo: AMP; Colec.: Marcos, M.). Publicada en TOL I 1991, pp. 85-86.  096 hemist.  Música registrada.

     --¡Bien se te avía, Caiferes,    a los naipes a jugar,
  2   la tu esposa Melisendra    yo sé bien adónde está!:
     en la ciudad de Sansueña,    n`esa maldita ciudad,
  4   siete estados reyes moros    con ella tratan casar.--
     Caiferes tira los naipes    y a casa su tío va.
  6   --¿Si usted me diera las armas    y el caballo principal
     pa buscar a Melisendra?    --Melisendrá ¿dónde está?
  8   --En la ciudad de Sansueña,    en esa maldita ciudad;
     siete estados reyes moros    con ella tratan casar.
  10   --No te daré yo mis armas    ni el caballo principal;
     lo tengo bien enseñado    y me lo vas a enseñar mal.
  12   --Quédese con Dios, mi tío,    siempre me ha querido mal.
     --Vuelve, vuelve, mi sobrino,    no lleves tanto pesar,
  14   que yo te daré mis armas    y el caballo principal;
     si quieres más compañía,    también te la puedo dar.
  16   --Compañía, no, señor,    que bastante llevo ya.--
     Se ha montado en el caballo    y ha empezado a caminar.
  18   Siete leguas lleva andadas    sin hallar ningún lugar;
     de las siete pa las ocho    un pastor salió a asomar.
  20   --Pastor, que guardas ovejas,    te quisiera preguntar
     si a la ciudad de Sansueña    se solía de allegar.
  22   --Suba, suba, el caballero,    que cerca la tiene ya.--
     Con el ruido de las armas    ella se salió asomar.
  24   --Caballero de armas blancas,    le quisiera preguntar
     si usted era de Navarra,    de Navarra natural.
  26   --De Navarra, no, señora,    pero soy cerca de allá.
     --Que le dijera a Caiferes    que me viniera a buscar;
  28   siete estados reyes moros    conmigo tratan casar.
     --Baje, baje, la señora,    que yo la puedo llevar.
  30   --Aguárdese usté un momento,    que luego bajaré allá,
     los moros están en misa,    siete horas suelen tardar.--
  32   La ha montado en el caballo    y ha empezado a caminar.
     Y la ha visto un perro moro    y aullidos empezó a dar.
  34   Con los aullidos del perro    se despertó la ciudad;
     siete estados reyes moros    los solían rodear.
  36   Caiférez, que se dio cuenta,    se ha desmayado pa atrás.
     --No se esmaye, el caballero,    no se esmaye para atrás,
  38   caballeros de armas blancas    no se suelen esmayar;
     si éste fuera el caballo    de mi tío don Roldán,
  40   ya cien leguas me tuviera    segura de esta ciudad;
     una mitad dejara heridos,    mataría otra mitad.--
  42   Por milagro que Dios hizo    el caballo empezó a hablar:
     --Si tú me dieras cebada,    como me solías dar.
  44   --No te había dar cebada,    sopa en vino te había dar.--
     Ha empezado a dar patadas,    muertos cayeron pa atrás.
  46   --Si tienes alguna herida    que yo te pueda curar.
     --No tengo ninguna herida    que tú me puedas curar;
  48   soy tu marido Caiferes    que te he venido a buscar.

Go Back
0151:13 Gaiferos libera a Melisenda (á)            (ficha no.: 3380)

Versión de Chano (ay. Peranzanes, p.j. Ponferrada, ant. Villafranca del Bierzo, comc. Fornela, León, España).   Recitada por Joaquina García Álvarez (81a). Recogida por J. Antonio Cid, Bárbara Fernández, Margarita Pazmany y Ana Valenciano, 23/09/1979 (Archivo: ASOR; Colec.: Encuesta LEÓN 79/ASFG Fraile Gil, J. M.). Publicada en Fraile Gil Rom-Panhisp.-1 1992/5CD, Primera Antología Sonora, v. 1, TECNOSAGA, KPD-(5)10.9004, corte 19.© Fraile Gil. Reproducida aquí con permiso del editor.  111 hemist.   Música registrada.

     Estando un día Gaiférez    en el palacio real
  2   con los demás compañeros    para los dados jugar,
     en esto entra su suegra,    de este modo empieza a hablar:
  4   --Para eso eres, Guesférez,    para los dados jugar.
     No buscáis de Melisendra    que en poder de moros va.
  6   --Y si bien lo sabe, la mi suegra,    bien lo sabe la verdad:
     hay siete años que la busco    y no la puedo encontrar,
  8   pero mientras yo no la busque    barba no tengo a quitar.
     Dicen que estaba en Sansueña    dicen que en Sansueña está;
  10   dicen que estaba en Sansueña,    dentro de la ciudad.--
     --Aquí vengo, tío mío,    aquí vuelvo a engofadar
  12   vuestras armas y caballos,    si me las queréis prestar.
     --Juramento tengo hecho    allá en San Juan de Letral,
  14   mis armas y mi caballo    a nadie les emprestar.
     Las tengo bien enseñadas    y no las quiero enseñar mal.--
  16   Y él volvió los ojos atrás    y se prescipió a llorar.
     --Ven acá sobrino,    yo te las voy a prestar;
  18   este cuerpo ligero    para irle a acompañar.
     Las armas de mi caballo,    yo se las voy a enseñar:
  20   dándole una sopa en vino    y una corteza de pan,
     aflojándole la cincha    y apretándole el petral,
  22   siete batallas de moro    él había de saltar.
     --Solo me tengo de ir, solo,    por ver si la puedo hallar.
  24   Dicen que estaba en Sansueña,    dicen que en Sansueña está;
     dicen que estaba en Sansueña,    dentro de la ciudad.--
  26   Cuando llegó allí    moros y mezquinas [no] están;
     sólo quedó un perro moro    para las damas guardar.
  28   --Ábreme la puerta, moro,    ábremela de par en par,
     que soy un marinero    que vengo allá de la mar;
  30   tanto oro y plata traigo    cuenta de él no puedo dar.
     --Fuera, fuera, marinero,    que en mi casa no has de entrar.
  32   Tus armas y tu caballo    me parecen a don Roldán,
     y en el revolver de manos    me parecen mucho más.--
  34   Entre vueltas y revueltas    el moro en tierra cayó.
     Por debajo del palacio    él se fuera a pasear;
  36   cuando miró para arriba    estaba en una porción de damas.
     --Dios vos guarde, doncellitas,    si Dios vos quiere guardar.--
  38   Ya miran unas para otros,    verbo no pueden hablar.
     --¿Vosotras sois villanas    o de barbajo lugar?
  40   que vos hablo con política    y no me queréis contestar.
     --No somos villanas    ni de barbajo lugar;
  42   tenemos miedo al mal moro    que aquí nos venga a matar.
     A ése no le tengáis miedo,    que ése muerto ya está.--
  44   --Caballero, darme el blancas,    
     conocéis a Gaiférez    y a su tío, don Roldán?
  46   páguele muchas encomiendas    que aquí me vengan a buscar;
     si no me vienen a buscar luego,    mora me quieren tornar.
  48   Casarme quieren con uno    que vive al imperio al mar.
     Por reina de . . . . . .    me quieren encoronar.
  50   --Estas encomiendas todas,    vos las vais a llevar.--
     La agarró entre los brazos    y la plantó en el ruán.
  52                                     Moros de mezquina van
     --O quien me diera el caballo    de mi tío don Roldán;
  54   dándole una sopa en vino    y una corteza de pan,
     siete batallas de moros    bien las había saltar.--
  56   Tanta gente la que viene    que el sol hacía turbar.
     Tanta gente la que mata,    la sangre parecía un río caudal.

Notas: -1a E. un d., no grabado. -5a de M (suc); -49a reina de Siet (?). La informante intercala numerosas aclaraciones a medida que recita. Entre ellas: tras el v. 10: "con que él agarró... y se fue en casa de un tío. Dice:"; tras el v. 16: "Entonces el tío, claro, concedió. Dice:"; -26b m. y m. están por equivocación (en vista del siguiente verso); tras el v. 30: "y él le abrió la puerta y entonces dice él:"; tras el v. 36: "claro si vio una azotea, un corredor o qué sé yo"; tras el v. 43: "Bueno, cuando tiró más pa adelante cuando por una ventana salió la señora"; tras el v. 51: "Y claro, él cuando la puso en el ruán pues ya no se recordaba de lo que le había dicho el tío del caballo. Y entonces cuando salían de la población:"; tras el v. 52: explica "Venían los moros de la misa"; tras el v. 55: "Y claro, hicieron la operación"; aclara delante del v. 57 que se trata del caballo y después agrega: "Y allá se pudo defender y se marchó".
Título en la Antología: Gaiferos rescata a Melisenda.
Notas de Fraile Gil (quien la entrevistó una década después): Por defecto de grabación no se escucha la palabra imperios, el hemistiquio completo debe leerse: por reina de siete imperios / me quieren encoronar. En otro tiempo Joaquina cantaba este romance, pero su avanzada edad le impidió hacerlo cuando fue entrevistada.

Go Back
0151:7 Gaiferos libera a Melisenda (á)            (ficha no.: 1730)

Versión de Vilar del Barrio (p.j. Ourense, ant. Allariz, Ourense, España).   Recitada por Josefa Pérez (92a). Recogida por Beatriz Mariscal, Olimpia Martínez, Javier Ormazábal, Dolores Sanz y Ana  Vian, 21/07/1981 (Archivo: ASOR; Colec.: Encuesta NOROESTE 82; cinta: 1.21-7.1-B12 + 2-A18). Publicada en RT-Galicia 1998, p. 193.  029 hemist.  Música registrada.

     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     --`Te puxeras ahí    para los dados jugar.
  2   Si fueras buscar tu prima,    tu prima fueras buscar.
     --Calle, mi tío,
  4   siete reinos traigo andados    y no la puedo encontrar.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     --Tengo hecho juramento    bajo de libro misal
  6   que no he de entregar mis armas    que me las enseña mal;
     pero por seres mi primo    no te las puedo negar.
    
(E levaba o cabalo; entón encontrouna; e puxéronse a descansar así nun bosque e entón el quedouse dormido pero ela non durmiu. Entón chamouno e díxolle:)
  8   --¿Qué señas tiene el caballo    de tu primo don Roldán?
     --Cuando sinte cristiandad,    se pone a rinchar;
  10   cuando sinte inmorindá,    se pone a escarrotear.
     --Levántate,
  12   que ya tiene un agujero hecho    que le da por el petral.
     --Calla,
  14   que el caballo de mi tío,    de mi tío don Roldán,
     aprétasele la cincha,    . . . . . el petral,
  16   las siete filas de moros    muy bien las sabe saltar.

Go Back
0151:22 Gaiferos libera a Melisenda (polias.)            (ficha no.: 8774)

Versión de Salónica (Grecia).   Recogida por Carlos Coello y Pacheco, (Archivo: ASW; Colec.: Coello - Menéndez Pelayo; cinta: BNM 18.575). Publicada en MMP ASW 1945, p. 410, n° 9. Reeditada en JSBOT V 2005, [2007], p. 29.  044 hemist.  Música registrada.

     Cativa estaba, cativa,    la esposa de don Gaifero,
  2   pensando está que le escriba    uno de sus mensajeros.
     Aparóse una ventana,    vido venir un caballero
  4   todo cubierto de arma,    en atarse de hombre guerrero.
     --¡Caballero, así logrades    y así tengades ventura en armas!
  6   Si para Francia ibas    y a Gaiferos conoscades,
     disilde que a la su esposa    se la queren desposar
  8   con un tambunico el moro,    que mora al gal de la mar.
     Muchas son las sus hasiendas    y la su soberbia grande;
  10   más quería ya ser muerta    y non con moro bateare.
     --Si vos plase, la Miliselda,    de arriba vos echáreis;
  12   yo vos arresibiré en mis brazos    como amiga caronale.--
     Ansí se echó la Miliselda    como quen se echa en la mare,
  14   ansí la resibió Gaifero,    como amiga caronale.
     De la giúma sale el moro,    de la giúma al medio día,
  16   con trescientos caballeros,    que lleva su compañía.
     Non los llevaba por miedo,    ni por temor que tenía,
  18   sinon porque digan la gente:    "¡Oh, qué gran caballería!"
     La toca que el moro lleva    es una rica romanía;
  20   en la punta de la toca    lleva una piedra safira.
     El caballo que el moro lleva    sien doblas y más valía;
  22   lo que arrastra por esfuelo    sien pobes ricos hasía.

Notas: Armistead (en JSBOT V 2005 [2007]) hace las siguientes correcciones a la transcripción de ASW, a partir del manuscrito fuente manejado por Carlos Coello, el recolector, y después remitido desde Constantinopla a Menéndez Pelayo en 1885 (BNM 18.575): -1b esposica; -2b messajeros; -6b Gaiffero (aunque aparece en su transcripción, p. 29 Gaifero); -9b sobrevia; -10a a en lugar de ya (ambos en lugar de yo, que sería lo correcto); -14a arresivió en lugar de resibió También advierte que en -3a la lectura correcta sería Aparóse n` una v. Según explica Armistead, la tradición sefardí de Oriente es única en haber dividido el viejo romance "Asentado está Gaiferos" (Prim. 173, 155) en dos romances autónomos, Gaiferos jugador y, la que tenemos aquí, Gaiferos y Melisenda.

Go Back
0151:23 Gaiferos libera a Melisenda (polias.)            (ficha no.: 8775)

Versión de Salónica (Grecia).   Recogida por Moshe Attias, (Archivo: AMP; Colec.: Attias). Publicada en Attias 1961, Romancero sefaradí: Romanzas y cantes populares en judeo-español, 2ª ed,, nº 27. Reeditada en JSBOT V 2005, [2007], p.p. 28-29.  050 hemist.  Música registrada.

     Cativa estaba, cativa,    la (e)sposica de Gayfero,
  2   pensando está que l`escriba,    con uno de sus mesajeros.
     Aparóse a la ventana,    vido venir un caballero
  4   vistido entero de malla,    a tarjé d` hombre guerrero.
     --¡Así logréis, caballero,    así tengáis ventura d` armas!
  6   Si es que para Francia íais    y a Gayfero conocíais,
     dicilde que a su` (e)sposa,    esposar se la quierían,
  8   con un mal morico, un moro,    que mora al callel del mare.
     El que su hacienda es mucha    y el que su sobrebia grande;
  10   tiene siete hijos mancebos,    todos guerreros de mare.
     Más quiería yo ser muerta,    no con moro bateare.
  12   --Si vos place, Meliselda,    de arriba vos echaréis;
     vos recibiré en mis brazos,    como amiga caronale.--
  14   Ansí s`echó Meliselda,    como quien s`echa a la mare;
     recibióla ansí Gayfero,    como amiga caronale.
  16   A la juma salió el moro,    a la juma el mediodía,
     con trescientos caballeros    que los lleva en compañía.
  18   No los lleva por miedo,    ni por temor que tenía,
     sino que digan la gente:    "¡Oh, qué gran caballería!"
  20   El caballo que el moro lleva    cien doblas y más valía;
     lo qu` arrasta por enbajo    cien probes ricos facía.
  22   La toca que el moro lleva,    labrada está a la maravilla,
     que se la labró la (e)sposa    una noche con el día.
  24   Al cabo de la su toca,    tiene una piedra zafira
     qu` arelumbra en la noche    más que el sol de mediodía.

Go Back
0151:20 Gaiferos libera a Melisenda (á)            (ficha no.: 6024)

Versión de N/A (facticia)* (Portugal).   Documentada en o antes de 1851. Publicada en Almeida Garrett 1843; 1851; 1851, II. 250-267; Bellermann 1864, 30-54; Braga 1867, 94-97 y 97-103; Hardung 1877, II,1-6; 7-12 e 13-24 y RGP I 1906, (reed. facs. 1982) 211-214 e 214-220. Reeditada en Lima 194?, 54-60; Chaves 1943, 114; Coelho 1946, 200-206; Lima 1959a, 83-93; Coelho 1962, 98-110; Redol 1964, 144-146; Pinto-Correia 1984 164-172 y Lima - Carneiro 1984, 68-78; Viana 1985, 125-138; Pinto-Correia 1987, 118-124; 125-126 y 127-130; Pinto-Correia 1994, 73-77; 77-78 e 78-80; Millet 1998,272-277; RºPortTOM 2000, vol. 1, nº 110, p. 22.  368 hemist.  Música no registrada.

     Sentado está Dom Gaifeiros,    lá em palácio real,
  2   assentado ao tabuleiro    para as tábolas jogar.
     Os dados tinha na mão,    que já os ia deitar,
  4   senão quando vem seu tio    que lhe entra a pelejar.
     --Para isso és, Gaifeiros,    para os dados arrojar;
  6   não para ir tomar damas,    com a moirisma jogar.
     Tua esposa lá têm moiros,    não a sabes ir buscar;
  8   outrem fora seu marido,    já lá não havia estar.--
     Palavras não eram ditas,    os dados vão pelo ar...
  10   A que não fora o respeito    da pessoa e do lugar,
     tábolas e tabuleiro    tudo fora espedaçar.
  12   A seu tio, Dom Roldão,    tal resposta lhe foi dar:
     --Sete anos a busquei, sete,    sem a poder encontrar;
  14   os quatro por terra firme,    os três sobre águas do mar.
     Andei por montes e vales,    sem dormir, nem descansar;
  16   o comer, da carne crua,    no sangue a sede matar.
     Sangue vertiam meus pés    cansados de tanto andar;
  18   e os sete anos cumpridos    sem a poder encontrar.
     Agora a saber sou vindo    que a Sansonha foi parar;
  20   e eu sem armas nem cavalo    com que a possa ir buscar:
     que a meu primo Montesinhos    há pouco os fui emprestar,
  22   para essa festa de Hungria,    onde se foi a justar.
     Mercê vos peço, meu tio,    se ma vós quiséreis dar,
  24   vossas armas e cavalo    que mas queirais emprestar.
     --Sete anos são cumpridos,    bem nos deves de contar,
  26   que Melisendra é cativa    e a vida leva a chorar.
     E sempre te vi com armas,    com cavalos a adestrar;
  28   agora que estás sem eles    é que a queres ir buscar?
     Minhas armas não te empresto    que as não posso desarmar;
  30   meu cavalo bem vezeiro,    não o quero mal vezar.
     --As vossas armas, meu tio,    que mas não queirais negar,
  32   a minha esposa cativa,    como a hei-de eu ir buscar?
     --Em São João de Latrão    fiz juramento no altar,
  34   de a ninguém não prestar armas    que mas faça acovardar.--
     Dom Gaifeiros, que isto ouviu,    a espada foi a tirar,
  36   saltam-lhe os olhos da cara    de merencório a falar.
     --Bem parece, Dom Roldão,    bem parece, mal pesar!
  38   O muito amor que me tendes    para assim me afrontar.
     Mandai-me dizer por outrem    que me las possa pagar,
  40   essas palavras, meu tio,    que vos não quero tragar.
     Acode ali Dom Guarino,    o almirante do mar,
  42   Durandarte e Oliveiros    que os vêm a separar;
     com outros muitos dos doze    que ali sucedeu de estar.--
  44   Dom Roldão muito sereno    assim lhe foi a falar:
     --Bem parece, Dom Gaifeiros,    bem se deixa de mostrar,
  46   que a falta de anos, sobrinho,    em tudo vos faz faltar.
     Aquele que mais te quer,    esse te há-de castigar:
  48   foras tu mau cavaleiro,    nunca te eu dissera tal,
     porque sei que és bom, to disse...    e agora, armar e selar!
  50   Meu cavalo e minhas armas    aí estão a teu mandar
     E mais, terás o meu corpo    para te ir acompanhar.
  52   --Mercês, meu tio, hei-de ir só    só, tenho de a ir buscar.
     Venham armas e cavalo    que já me quero marchar.
  54   De covarde, a mim! ninguém    nunca me há-de apelidar.--
     Dom Roldão a sua espada    ali lhe foi entregar.
  56   --Pois só queres ir, sobrinho,    esta te há-de acompanhar.
     Meu cavalo é generoso,    não o queiras sopear;
  58   dá-lhe mais rédea que espora,    nele te podes fiar.--
     Andando vai Dom Gaifeiros,    andando de bom andar,
  60   por essas terras de Cristo,    `té a moirama chegar.
     Ia triste e pensativo,    cheio de grande pesar:
  62   Melisendra em mãos de moiros,    como lha há-de sacar?...
     Pára às portas de Sansonha    sem saber como há-de entrar:
  64   Estando neste cuidado    as portas se abrem de par.
     El-rei com seus cavaleiros    saía ao campo a folgar;
  66   mui galãs iam de festa,    mui ledos a cavalgar.
     Furtou-lhe as voltas Gaifeiros,    pelas portas foi entrar;
  68   deu com um cristão cativo    que ali andava a trabalhar:
     --Por Deus te peço, cativo,    e ele te venha livrar!
  70   assim me digas se ouviste    nesta terra a nomear,
     a uma dama cristã,    senhora de alto solar,
  72   que anda cativa entre moiros    e a vida leva a chorar.
     --Deus te salve, cavaleiro,    ele te venha ajudar!
  74   e assim me dê outra vida,    que esta se vai a chorar.
     Pelos sinais que me deste,    já bem te posso afirmar
  76   que a dama que andas buscando    em palácio deve estar.
     Toma essa rua direita    que leva ao paço real;
  78   lá verás pelas janelas    muitas cristãs a folgar.--
     Tomou a rua direita    que no palácio vai dar,
  80   alçou os olhos ao alto,    Melisendra viu estar,
     sentada àquela janela,    tão entregue a seu pensar,
  82   que as outras em redor    dela não nas sentia folgar.
     Rua abaixo, rua acima,    Gaifeiros a passear.
  84   --Oh que lindo cavaleiro    de tão gentil cavalgar!
     --Melhor sou jogando às damas,    com moiros a batalhar!--
  86   Melisendra que isto ouviu    começava de chorar:
     não já que ela o conhecesse,    nem tal se podia azar,
  88   tão coberto de armas brancas,    tão diferente no trajar;
     mas por ver um cavaleiro    que lhe fazia lembrar,
  90   aqueles doze de França,    aquela terra sem par,
     as justas e os torneios    que ali soíam de armar,
  92   quando, por sua beleza,    andavam a disputar.
     Com voz chorosa e sentida    começou de o chamar:
  94   --Cavaleiro, se a França ides    recado me heis levar,
     que digais a Dom Gaifeiros    porque me não vem buscar.
  96   Se não é medo de moiros,    de com eles pelejar,
     já serão outros amores    que o fizeram olvidar.
  98   Enquanto eu presa e cativa    a vida levo a chorar.
     E mais, se este meu recado    o não quiser aceitar,
  100   dá-lo-eis a Oliveiros,    a Dom Beltrão o heis-de dar.
     E a meu pai o imperador    que já me mande buscar,
  102   pois me querem fazer moira    e de Cristo renegar.
     Com um rei moiro me casam,    de além das bandas do mar,
  104   dos sete reis de moiram,    a rainha me hão-de coroar.
     --Esse recado, senhora,    vós mesma lho haveis de dar
  106   Dom Gaifeiros aqui o tendes    que vos vem a libertar.--
     Palavras não eram ditas,    os braços lhe foi a dar,
  108   ela do balcão abaixo    se deitou sem mais falar.
     Maldito perro de moiro    que ali andava a rondar!
  110   Em altos gritos o moiro    começava de bradar:
     --Acudam à Melisendra,    que a vêm os cristãos roubar!
  112   --Melisendra, minha esposa,    como havemos de escapar?
     --Com Deus e a Virgem Maria    que nos hão-de acompanhar.
  114   --Melisendra, Melisendra,    agora é o esforçar!--
     Aperta a cilha ao cavalo,    afrouxa-lhe o peitoral,
  116   saltou-lhe em cima de um pulo,    sem pé no estribo poisar,
     tomou-a pela cintura,    que o corpo ergueu por lha dar;
  118   assenta a esposa à garupa    para que o possa abraçar,
     finca esporas ao cavalo,    que o sangue lhe fez saltar.
  120   Aqui vai, acolá voa...    ninguém no pode alcançar,
     os moiros pela cidade    a correr e a gritar;
  122   quantas portas ela tinha    todas as foram cerrar.
     Sete vezes deu a volta    da cerca sem passar,
  124   o cavalo, às oito vezes,    de um salto a foi saltar.
     Já os moiros da cidade    o não podem avistar:
  126   acode o rei Almançor    que vinha de montear,
     com todos seus cavaleiros    lá deitam a desfilar.
  128   Sentiu logo Dom Gaifeiros    como o iam alcançar:
     --Não te assustes, Melisendra,    que é força aqui apear,
  130   entre estas árvores verdes    um pouco me hás-de aguardar,
     enquanto eu volto a esses cães    que os hei-de afugentar.
  132   As boas armas que trago    agora as vou a provar.
     Apeou-se Melisendra,    ali ficava a rezar.
  134   O cavalo, sem mais rédea,    aos moiros se foi voltar;
     cansado ia de fugir    que já mal podia andar,
  136   cheirou-lhe ao sangue maldito,    todo é fogo de abrazar.
     Se bem peleja Gaifeiros,    melhor é seu pelejar;
  138   a qual dos dois anda a lida    mais moiros há-de matar.
     Já caem tantos e tantos    que não têm conto nem par;
  140   com o sangue que corria    o campo se ia a alagar.
     Rei Almançor que isto via,    começava de bradar,
  142   por Alá e Mafamede    que o viessem amparar:
     --Renego de ti, cristão,    e mais de teu pelejar!
  144   Não há outro cavaleiro    que se te possa igualar.
     Será este Urgel de Nantes,    Oliveiros singular,
  146   ou o infante Dom Guarim,    esse almirante do mar?
     Não há nenhum dentre os doze    que bastasse para tal...
  148   Só se fosse Dom Roldão,    o encantado sem par!--
     Dom Gaifeiros que o ouvia,    tal resposta lhe foi dar:
  150   --Cala-te daí, rei moiro,    cala-te, não digas tal,
     muito cavaleiro em França    tanto como esses vale.
  152   Eu nenhum deles não sou,    e me quero nomear:
     Sou o infante Dom Gaifeiros,    Roldão meu tio carnal,
  154   Alcaide-mor de Paris,    minha terra natural.--
     Não quis o rei mais ouvir    e não quis mais porfiar,
  156   voltou rédeas ao cavalo,    foi-se em Sansonha encerrar.
     Gaifeiros, senhor do campo,    não tem com quem pelejar;
  158   cheio de grande alegria    Melisendra foi buscar.
     --Ai! se vens ferido, esposo?    E que ferido hás-de estar!
  160   Eram tantos esses moiros,    e tu só a batalhar.
     Mangas de minha camisa,    com elas te hei-de pensar;
  162   toucas de minha cabeça,    faixas para te apertar.
     --Cala-te daí, infanta,    e não queiras dizer tal;
  164   por mais que foram nos moiros,    não me haviam fazer mal:
     são de meu tio Roldão    estas armas de provar;
  166   cavaleiro que as trouxesse,    nunca pode perigar.--
     Cavalgam, vão caminhando,    não cessam de caminhar,
  168   por essa moirama fora    sem mais temor nem pesar;
     falando de seus amores    sem de mais nada pensar.
  170   Em terras de cristandade,    por fim, vieram a entrar.
     A Paris já são chegados,    já saem para os encontrar,
  172   sete léguas de cidade    a corte os vai esperar.
     Saía o imperador    a sua filha a abraçar;
  174   palavras que lhe dizia,    as pedras fazem chorar.
     Saiu toda a fidalguia,    clerezia e secular,
  176   os doze pares de França,    damas sem conto nem par:
     Dona Alda com Dom Roldão,    e o almirante do mar,
  178   o arcebispo Turpim    e Dom Julião de além-mar,
     e o bom velho Dom Beltrão,    e quantos soem de estar,
  180   ao redor do imperador    em sua mesa a jantar.
     Grande honra a Dom Gaifeiros!    os parabéns lhe vão dar;
  182   por sua muita bondade    todos o estão a louvar,
     pois libertou sua esposa    com valor tão singular.
  184   As festas que se fizeram    não têm conto nem par.

Variantes: -7b Não és para a ir buscar - Trás-os-Montes. -10a Se ali não fora o respeito - Ms. de Oliveira. -14b Os três por cima do mar - Trás-os-Montes. -19a Ela estava em Salsonha, / lá em palácio real. - Trás-os-Montes. -22b Onde foi a tornear - Ms. de Oliveira. -24b A minha esposa entre moiros, / eu a quero ir buscar. - Trás-os-Montes. -30a Bem vezado - Ms. de Oliveira. -34b Por mas não encovardar - Ms. de Oliveira. -49a Por tu seres bom, to disse - Ms. de Oliveira. -51 E aqui tendes o meu corpo, / para vos acompanhar. - Trás-os-Montes. -52 Só quero ir, meu tio, / só, para melhor a tirar. - Trás-os-Montes. -63a Salsonha diz sempre a lição de Trás-os-Montes. -66a Mui guapos - Ms. de Oliveira. -78a Pelos balcões - Ms. de Oliveira. -84 --Donde é o cavaleiro, / de tão lindo passear? // --O cavaleiro é cristão / das bandas d` além do mar. - Trás-os-Montes. -94 --Se cristão sois, cavaleiro, / recado me haveis levar. - Trás-os-Montes. Esta é a memorável copla citada por Cervantes no D. Quixote e que daí obteve sua celebridade europeia. -105b Eu mesmo lho hei-de dar; // pois Dom Gaifeiros sou eu / que vos venho a buscar. - Trás-os-Montes. -107 A fala não era dita, / puseram-se a caminhar: // Tirou-a pelo balcão, / por não haver mais lugar. - Trás-os-Montes. -111b Que se vai para além-mar. - Trás-os-Montes. -118b Ela o foi abraçar - Ms. de Oliveira. -131a A esses perros - Trás-os-Montes. -148b Sem igual - Ms. de Oliveira. -162b Serão para te apertar - Ms. de Oliveira. -169b Sem de outro al não pensar. - Ms. de Oliveira. -171b A Paris a natural - Ms. de Oliveira. -180a É sempre a ideia fixa da mesa redonda do círculo formado pelos pares em torno do imperante. -182a Bondade é valor, e bom valente, em estilo do tempo.
Nota del editor de RºPortTOM 2000: Versão composta a partir de um texto de Trás-os-Montes e Alto Douro, da versão manuscrita do Cavaleiro de Oliveira, e ainda da lição quinhentista editada por Agustín Durán.// Braga (1867) desdobra a versão de Garrett (1851) em duas versões, sendo reeditadas em Braga (1906)/Braga (1982).// Hardung II (1877), Correia (1987) e Correia (1994) editam a versão de Garrett (1851) e as versões elaboradas a partir desta por Braga (1867). // Redol (1964) edita apenas Braga (1906)/Braga (1982) 214-220.// Luís Chaves (1943) edita parcialmente esta versão//Millet (1998) edita Braga (1906)/Braga (1982).

Go Back
0151:8 Gaiferos libera a Melisenda (á)            (ficha no.: 2252)

Versión de Gimonde (c. Bragança, dist. Bragança, Trás-os-Montes e Alto Douro, Portugal).   Recitada por Ana Gouveia (62a). Recogida por Manuel da Costa Fontes y Maria-João Câmara Fontes, 20/07/1980 (Archivo: ASF; Colec.: Fontes TM 1980; cinta: 8B968). Publicada en Costa Fontes 1987c, I, pp. 30-31, nº 41.  028 hemist.  Música registrada.

     Sentado está Dom Gaifeiro    no tabuleiro reale.
  2   Tem cartas d` ouro na mão,    disposto para jogare.
     --Joga, joga, Dom Gaifeiro,    tu bem podes jogar;
  4   tens a mulher entre os mouros,    sem na poder resgatar.
     --Emprestas-me o teu cavalo    p`r`à poder resgatar?
  6   --Empresto-te o meu cavalo,    minha i-arma e meu punhale;
     empresto-te a minha vida    p`r`à poderes resgatar.
  8   --Oh Deus vos guarde, ó mourinhos,    oh Deus vos saiba guardare;
     veio por aqui u~a cristã?    Nela ouviram falare?
  10   --Essa cristã, ó senhor,    está no palácio real;
     c` um senhor de sete reinos    ela se vai a casare.
  12   --Fazei favor, ó mourinhos,    de me la vir a ensinare.
     --À hora qu` hadem vir    há-de ser à do jantar.--
  14   A cristã se vai embora    e o mouro ficou a chorare.

Variantes: 5b tua i-arma e teu punhal.--14 O marido da informadora: O conde se foi a rire / e o mourinho ficou a chorare.// Ana Gouveia não concorda.

Go Back
0151:9 Gaiferos libera a Melisenda (á)            (ficha no.: 2253)

Versión de Cerdedo (c. Vinhais, dist. Bragança, Trás-os-Montes e Alto Douro, Portugal).   Recitada por Maria Angelina Alves (76a). Recogida por Manuel da Costa Fontes y Maria-João Câmara Fontes, 15/08/1980 (Archivo: ASF; Colec.: Fontes TM 1980; cinta: 32B844). Publicada en Costa Fontes 1987c, I, p. 31, nº 46.  044 hemist.  Música registrada.

     Sentado estava o Galfeiro    no tabuleiro real.
  2   As cartas tinha na mão    e um dedo p`r`às baralhare.
     Respondeu-lhe u~a voz    das outras bandas do mar:
  4   --Joga às cartas, ó Galfeiro,    bem las podes jogar;
     tens a mulher entre os mouros,    não na vás a resgatare.
  6   Aqui tens o meu cavalo    e a minha espada real
     e aqui tens o meu corpo    p`a t` ir a acompanhare.
  8   --Nem te quero o teu cavalo    nem tua espada reale;
     `inda menos hei-d` ir só    p`ra Deus lha tirare.--
  10   À entrada du~a vila,    à saída dum lugare
     encontrou o perro mouro,    o seu cavalo ia a banhare.
  12   --Di-me aqui, ó perro mouro,    senão hei-de-te matar;
     p`ra falar co`a cristã    porque rua hei-d` entrare?
  14   --Sigue pela Rua Direita,    deita ao palácio real
     qu` ela está nu~a varanda    com os pentes a penteare.
  16   --Deus lha guarde, ó senhora,    Deus lha queira guardar.
     --Dond` és tu, cavaleiro,    que tão bem sabes falare?
  18   --Sou o cristão, minha senhora,    e nã quero p`a lá tornar.
     --Não viste por lá o Galfeiro?    Não o ouviste nomeare?
  20   --O Galfeiro, minha senhora,    está aqui ao vosso pare.
     Monta aqui no meu cavalo,    do lado do cintural;
  22   quando for daqui por três dias    hemos `tar em Portugal.--

Go Back
0151:10 Gaiferos libera a Melisenda (á)            (ficha no.: 2254)

Versión de Cerdedo (c. Vinhais, dist. Bragança, Trás-os-Montes e Alto Douro, Portugal).   Recitada por Adriano Augusto Reis (57a). Recogida por Manuel da Costa Fontes y Maria-João Câmara Fontes, 15/08/1980 (Archivo: ASF; Colec.: Fontes TM 1980; cinta: FB514). Publicada en Costa Fontes 1987c, I, p. 32, nº 47.  038 hemist.  Música registrada.

     Sentado estava Galfeiro    num tabuleiro real.
  2   As cartas tinha na mão,    estava para as baralhare.
     Respondera-lhe u~a voz    daquelas bandas do mar:
  4   --Joga las cartas, Galfeiro,    que bem nas podes jogare;
     tens a mulher entre os mouros    e não as vais resgatear.
  6   Aqui tens o meu cavalo    e a minha espada real;
     aqui tens o meu corpo    para t` ir acompanhar.
  8   --Inda m` é melhor ir eu só    para ver de lha tirar.--
     Á entrada du~a vila,    à saída dum lugare
  10   encontrara um perro mouro,    seu cavalo ia a banhar.
     --Diz-me aqui, ó perro mouro,    senão hei-de-te matare;
  12   p`ra falar com cristaninha    por que rua hei-d` entrar?
     --Sigue pela Rua Direita    para o palácio real
  14   qu` ela está nu~a varanda    com pentes d` ouro a pentear.
     --Dio la guarde, senhor,    Deus la pueda guardare.
  16   --Dond` és tu, o cavaleiro,    que tão bem sabes falare?
     --Sou cristão, minha senhora,    `inda espero p`ra lá voltar.
  18   Monta aqui no meu cavalo,    do lado do cintural
     que dentro em três horas    a cristão himos tornar.--

Nota: Filho de Maria Augusta Alves (V. o nº anterior). Não concordava com as versões da mãe. A Maria-João entrevistou-o separadamente.

Go Back
0151:11 Gaiferos libera a Melisenda (á)            (ficha no.: 2255)

Versión de Santalha (c. Vinhais, dist. Bragança, Trás-os-Montes e Alto Douro, Portugal).   Recitada por Adriano dos Santos Pereira (55a). Recogida por Manuel da Costa Fontes y Maria-João Câmara Fontes, 14/08/1980 (Archivo: ASF; Colec.: Fontes TM 1980; cinta: 32A468). Publicada en Costa Fontes 1987c, I, p. 32, nº 48.  012 hemist.  Música registrada.

     --Sentado estava o Galfeiro    junto ao palácio real.
  2   Os dados e as cartas tinha na mão,    estava para jogare.
     --Joga as cartas, Galfeiro,    que bem as podes jogar;
  4   tens a mulher entre os mouros    e não a vais resgatar.
     --Minha mulher três vezes a busquei por terra    e outras três por além-mar;
  6   tudo foi inútil,    sem na poder encontrare.--

Go Back
0151:12 Gaiferos libera a Melisenda (á)            (ficha no.: 2615)

Versión de Vinhais s. l. (c. Vinhais, dist. Bragança, Trás-os-Montes e Alto Douro, Portugal).   Recogida por Pe. Firmino A. Martins, publicada en Martins 1928, I, 192-93. Reeditada en Redol 1964, 469-470; [Teixeira (1983) 375; Correia (1984) 172-173; Correia (1987) 132-133; Millet (1992) 280 e 282; Correia (1994) 82-83 e Millet (1998) 282-283] y Costa Fontes 1997b, Índice Temático (© HSA: HSMS), p. 72, B5; RºPortTOM 2000, vol. 1, nº 115, p. 237-238.  052 hemist.  Música registrada.

     Sentado estava Gaifeiros    ò pé de tabuleiro real,
  2   passou por ali um primo,    um seu parente carnal.
     --Jog` às cartas, ó Gaifeiros,    tu bem nas podes jogar;
  4   tua esposa entre os mouros,    não na vais a resgatar.
     --Sete anos há que a busco    sem na poder encontrar.
  6   --Pois `inda ont` eu a vi    lá em palácio real.
     Disse, s` eu era cristaninho,    resposta havia levar
  8   ò seu homem Dom Gaifeiros    para que a fosse buscar.
     --Tuas armas, teu cavalo,    tu tens de mas emprestar.
  10   --As armas d`ò pé de mim    não nas posso dispensar;
     o meu cavalo está manco,    não no posso asselar.
  12   Aqui tens meu corpo pronto    para t` ir àcompanhar.
     --Solito, quero ir solito,    para melhor a tirar.--
  14   À entrada da cidade    começou de procurar
     a uma mulher velhinha    que ali `stava a descansar:
  16   --Dizes-me tu, ó mourinha,    moura de bom paladar;
     não me fales a mentira,    não me negues a verdade:
  18   p`ra dar co`a cristaninha    por que calhe hei-de tomar?
     --Toma pela calhe direita,    qu` é lá o palácio real.--
  20   Viu-a estar numa sacada,    que s` estava a pentear.
     --Deita-te daí abaixo,    nos braços t` hei-de aparar;
  22   isto seja de repente,    que p`ra mais não há lugar.--
     A sentinela da porta    começara de gritar:
  24   --Acudam à cristaninha,    que se vai p`r` além do mar!
     --Esposa da minha vida,    `inda te vim resgatar;
  26   olhos que a vedes ir,    não na vedes cá voltar.--

Nota: Os vv. 1-2 são derivados de A Fonte Fecundante (R4) [Infanta Preñada (á-a) 0469].
Título original: D. GAIFEIROS (Á) (=SGA B16)
Nota: las siglas bibliográficas que aparecen entre corchetes en la cabecera corresponden a las empleadas en RºPortTOM 2000.

Go Back
0151:14 Gaiferos libera a Melisenda (á)            (ficha no.: 6018)

Versión de Bragança s. l. (c. Bragança, dist. Bragança, Trás-os-Montes e Alto Douro, Portugal).   Recogida por Pe. Francisco Manuel Alves (abade de Baçal), hacia 1902 (fecha deducida) y publicada en Leite de Vasconcellos 1958-1960, I, 53. Reeditada en Pinto-Correia 1987a, 137; Pinto-Correia 1994, 85; Millet 1998, 279-280 y RºPortTOM 2000, vol. 1, nº 112, p. 112. © Fundação Calouste Gulbenkian.  023 hemist.  Música no registrada.

     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     --Tens a mulher entre os    mouros e não a vais resgatar!
  2   --Cala-te aí, meu irmão,    que bem te podes calar,
     três anos a busquei por terra    e quatro a busquei por mar
  4   . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    sem a poder encontrar.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     --Vai Rua Nova acima    ter `ó palácio real,
  6   no cabo duma varanda    s` há-de estar a pentear.
     --Deus a guarde, senhora,    Deus a queira guardar.
  8   --Donde é este senhor    que tão bem sabe falar?
     --Eu sou um Cristianilho,    p`ra lá quero voltar.
  10   --Viste por lá Dom Valsério,    ou nele ouviste falar?
     --Eu não vi o Dom Valsério,    nem nele ouvi falar,
  12   se le quer alguma coisa    aqui o tem `ó seu par.--
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Go Back
0151:15 Gaiferos libera a Melisenda (á)            (ficha no.: 6019)

Versión de Gimonde (c. Bragança, dist. Bragança, Trás-os-Montes e Alto Douro, Portugal).   Documentada en o antes de 1958. Publicada en Leite de Vasconcellos 1958-1960, I, 54. Reeditada en Pinto-Correia 1987a, 138; Pinto-Correia 1994, 86; Millet 1998, 280 y RºPortTOM 2000, vol. 1, nº 113, p. 236. © Fundação Calouste Gulbenkian.  028 hemist.  Música no registrada.

     Sentado está Dom Gaifeiro    num tabuleiro real,
  2   com cartas d` oiro na mão,    disposto para jogar.--
     Passou por ali um cavaleiro    que era seu primo carnal.
  4   --Joga, joga, jogador,    que tu bem podes jogar:
     tens a mulher entre os mouros,    não na podes resgatar.
  6   --Empresta-me o teu cavalo,    tuas armas, teu punhal.
     --Empresto-te este meu corpo    para t` ir a acompanhar.
  8   --Antes quero ir eu só    para a melhor resgatar.--
     À entrada duma rua,    à saída dum lugar,
  10   encontrou dous mourinhos    a passear de par a par.
     --Deus guarde estes mourinhos,    Deus os queira guardar,
  12   visteis por aqui u~a cristã,    ouvisteis nela falar?
     --Essa cristã, ó senhor,    está muito mal d` explicar:
  14   c` um senhor de sete reinos    está para se casar.--
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Go Back
0151:16 Gaiferos libera a Melisenda (á)            (ficha no.: 6020)

Versión de Vinhais s. l. (c. Vinhais, dist. Bragança, Trás-os-Montes e Alto Douro, Portugal).   Recogida por Pe. José Firmino da Silva, hacia 1904 publicada en Leite de Vasconcellos 1958-1960, I, 51-52. Reeditada en Alvar 1971c, 207; Viegas Guerreiro 1976, 34; Viegas Guerreiro 1982, 32; Pinto-Correa 1987a, 134-135; Millet 1992, 274; Pinto-Correa 1994, 83-84; Millet 1998, 277-278 y RºPortTOM 2000, vol. 1, nº 114, pp. 236-237. © Fundação Calouste Gulbenkian.  060 hemist.  Música no registrada.

     Sentado está Dom Dalfeiro    no tabulado real,
  2   os seus dados tem na mão    e as cartas para jogar.
     --Para isso és Dom Dalfeiro,    não para dar de jantar,
  4   tua mulher entre os mouros,    não és para a ir buscar.
     Ela estava em Salcedo,    lá no palácio real.--
  6   Foi-se ele a ter com Roldão    que era seu primo carnal.
     --Um favor te peço, ó primo,    e tu não me hás-de faltar:
  8   tuas armas, teu cavalo,    tu me las hás-d` emprestar.
     --Minhas armas, meu cavalo    eu tas não hei-d` emprestar,
  10   que as tenho bem vezadas,    não as quero mal vezar.
     --Tuas armas, teu cavalo,    tu me las hás-d` emprestar,
  12   para ir buscar minha mulher    às outras bandas do mar.
     --Minhas armas, meu cavalo,    eu te las hei-d` emprestar,
  14   e este meu corpo gentil    para t` ir a acompanhar.
     --Sozinho, quero ir só,    para melhor a roubar.--
  16   À entrada de Salcedo    um mourinho encontrara.
     --Deus te guarde, meu mourinho,    que Deus te queira guardar;
  18   para ir onde à cristana,    que rua hei-de tomar?
     --Indo Rua Direita acima    ter ao palácio real.--
  20   Ela estava na varanda    e se queria pentear.
     --Deu` la guarde, ó senhora,    que Deus la queira guardar.
  22   --Donde será este senhor    que tão bem sabe falar?
     --Cristano eu sou, senhora,    das bandas dalém do mar.
  24   --Se virdes lá Dom Dalfeiro,    que ele me venha buscar.
     --Esse recado, senhora,    a ele mesmo o estais a dar.--
  26   Saltou da varanda abaixo,    por não haver mais lugar.
     A sentinela, que viu,    começou logo a gritar.
  28   --Lá se marcha la cristana    para as outras bandas do mar!
     --Cala-te aí, perro mouro,    senão mando-te matar:
  30   para não morrerdes um só,    morrereis a par e par.--

Variante: -26b tempo para mais.
Nota del editor de RºPortTOM 2000: Guerreiro (1976) e Guerreiro (1982) editam apenas 4 versos desta versão.

Go Back
0151:17 Gaiferos libera a Melisenda (á)            (ficha no.: 6021)

Versión de Vinhais s. l. (c. Vinhais, dist. Bragança, Trás-os-Montes e Alto Douro, Portugal).   Documentada en o antes de 1938. Publicada en Martins 1938, 39-40. Reeditada en Pinto-Correia 1987a, 134; Pinto-Correia 1994, 83; Millet 1998, 283 y RºPortTOM 2000, vol. 1, nº 116, pp. 238-239. © Fundação Calouste Gulbenkian.  014 hemist.  Música no registrada.

     Sentado estava Gaifeiros    em tabuleiro real,
  2   os dados tinha na mão    e as cartas para jogar;
     apareceu por ali um amigo,    um seu primo leal.
  4   --Joga-las cartas, Gaifeiro,    bem las podes jogar,
     tua esposa entre os mouros    não és para a ir tirar;
  6   --Já sete anos que a busco,    sem com ela poder dar,
     quatro por terra chã era,    três pelas ondas do mar.
     --Pois ela está em Salsedo,    em palácio real.--
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ,

Go Back
0151:18 Gaiferos libera a Melisenda (á)            (ficha no.: 6022)

Versión de Vinhais s. l. (c. Vinhais, dist. Bragança, Trás-os-Montes e Alto Douro, Portugal).   Documentada en o antes de 1905. Publicada en Tavares 1903-1905, 74; RGP III 1909, (reed. facs. en 1985) 397-398 y Tavares 1909, 28. Reeditada en Chaves 1943b, 115; Chaves 1948, 371-372; Teixeira 1983, 375; Pinto-Correa 1987a, 130-131 y 131-132; Millet 1992, 280; Pinto-Correa 1994, 81 y 81-82; Millet 1998, 281-282 y RºPortTOM 2000, vol. 1, nº 117, pp. 239-240. © Fundação Calouste Gulbenkian.  042 hemist.  Música no registrada.

     Sentado estava Galfeiro    em tabuleiro real;
  2   as cartas tinha na mão,    os dados `stá p`ra jogar.
     --Sentado tu `stás, Galfeiro,    em tabuleiro real;
  4   tua mulher entre os mouros,    sem a ires resgatar!
     --Três anos a prècurei por terra,    outros três anos por mar;
  6   há seis anos que a busco    sem a poder encontrar!
     --Pois ela está em Saselas,    lá em palácio real!
  8   Minhas armas, meu cavalo    tenho p`ra te acompanhar;
     meu dinheiro, minha força,    se a queres ir buscar.
  10   --Pois eu também tenho dinheiro,    forças e `ó meu cavalo;
     então irei só eu,    para não dar tanto abalo.--
  12   Chegou à borda da praça,    encontrou a sentinela.
     --Dize-me tu, ó sentinela,    por onde posso passar,
  14   para ver a Melisende    que está em palácio real?
     --Vá por esta rua direita    ter ao palácio real.--
  16   Chegou à borda do palácio    tratou de examinar:
     logo viu a Melisende    lá em palácio real
  18   c` um pente d` ouro na mão,    estava para se pentear.
     --Desce cá, ó Melisende,    que tenho que te falar.--
  20   Pegara-lhe pela mão,    pusera-a no cavalgar:
     --Olha que a vedes ir,    não na vereis cá voltar.--

Nota del editor de RºPortTOM 2000: Luís Chaves (1943) edita parcialmente esta versão. Correia (1987) e Correia (1994) editam, em textos independentes, as divergentes fixações, da mesma versão, estabelecidas por Tavares (1903-1905) e Tavares (1909).

Go Back
0151:19 Gaiferos libera a Melisenda (á)            (ficha no.: 6023)

Versión de Bragança s. l. (dist. Bragança, Trás-os-Montes e Alto Douro, Portugal).   Documentada en o antes de 1958. Publicada en Leite de Vasconcellos 1958-1960, I, 54-55. Reeditada en Pinto-Correia 1987a, 138-139; Millet 1992, 278; Pinto-Correia 1994, 86-87; Millet 1998, 280-281 y RºPortTOM 2000, vol. 1, nº 118, p. 240. © Fundação Calouste Gulbenkian.  046 hemist.  Música no registrada.

     --Sentado estás, Galfeiro,    num tabuleiro real.
  2   As cartas tinha na mão    para começar a jogar.
     --Jogas as cartas, Galfeiro,    bem as deves jogar,
  4   tens a mulher entre os mouros    não a vais resgatar.
     --Sete anos há que a busco,    sem a poder encontrar,
  6   três anos andei por terra,    quatro nas ondas do mar.
     --Aqui tens o meu cavalo    e a minha arma real,
  8   também tens este meu corpo    para te ir acompanhar.
     À entrada duma vila,    à saída dum lugar,
  10   encontrou perro mouro    que o cavalo vai banhar.
     --Diz-me aqui, ó perro mouro,    senão hei-de te matar:
  12   para falar com Cristaninha,    por que rua hei-de entrar?
     --Pela Rua Direita acima,    ter ao palácio real;
  14   de uma sacada lá    se estava a pentear,
     com um pente de ouro na mão    tu o verás relumbrar.
  16   --Deu` la guarde, senhora,    Deu` la queira guardar.
     --Quem é esse cavaleiro    que tão cortês é no falar?
  18   --Cristaninho sou, senhora,    para lá quero voltar.
     --Vós vistes por lá Galfeiro    `ó o ouvistes nomear?
  20   --Eu não vi por lá Galfeiro    nem o ouvi nomear,
     se lhe quereis alguma coisa,    aqui está ao vosso par.
  22   --Vame-nos daqui embora,    depressa, não devagar,
     que virá perro mouro    que vos não poderá matar.--

Nota del editor de RºPortTOM 2000: Geografia atribuída

Go Back
0151:21 Gaiferos libera a Melisenda (á)            (ficha no.: 6025)

Versión de Nogueira (c. Bragança, dist. Bragança, Trás-os-Montes e Alto Douro, Portugal).   Recitada por un hombre (50a). Recogida 00/00/1932 Publicada en Leite de Vasconcellos 1958-1960, I, 52-53. Reeditada en Pinto-Correia 1984, 174; Pinto-Correia 1986, 46-47; Pinto-Correia 1987a, 135-137; Millet 1992, 276 y 278; Pinto-Correia 1994, 84-85; Millet 1998, 278-279 y RºPortTOM 2000, vol. 1, nº 111, pp. 234-235. © Fundação Calouste Gulbenkian.  072 hemist.  Música no registrada.

     Sentado está Dom Galfeiros    num tabuleiro real,
  2   está com as cartas na mão    a começar a jogar.
     Por `li veio um cavaleiro    que vinha a passear.
  4   --Deus os guarde, senhores,    Deus os queira guardar!
     --Venha com Deus, cavaleiro,    Deus o venha a acompanhar.
  6   --Joga, joga, Dom Galfeiro,    tu bem podes jogar,
     tens a mulher entre os mouros    num na vais a resgatar!--
  8   Foi a ter com Dom Roldão,    era seu primo carnal.
     --Empresta-me as tuas armas,    teu cavalo e teu punhal,
  10   tenho a mulher entre os moiros    quero-a ir a resgatar.
     --Não te empresto as minhas armas,    nem cavalo, nem punhal,
  12   empresto-te este meu corpo    p`ra t` ir a acompanhar.
     --Será melhor ir eu só,    para a melhor resgatar.--
  14   À entrada duma vila,    à saída dum lugar,
     encontrou dois mourinhos    que vinham a passear.
  16   --Deus vos guarde, ó mourinhos,    Deus vos queira guardar.
     Vós visteis a cristana,    ou nela ouvisteis falar?
  18   --Essa cristana, senhor,    amanhã se vai casar,
     com um senhor de sete reinos    que ela foi a roubar.
  20   --Dizei-me aqui, ó moirinhos,    onde ela está a morar.
     --Vá pela Rua Direita abaixo,    lá ao fim do Principal,
  22   no jardim das flores,    lá anda a passear.--
     --Deus te guarde, ó cristana,    Deus te queira guardar.
  24   --Donde é ele, o galantinho,    que tão bem sabe falar?
     --Sou dos lados de Roma,    da outra banda do mar.
  26   --Vós visteis lá Dom Galfeiros    ou ouvisteis nele falar?
     --Eu não vi Dom Galfeiros    nem nele ouvi falar.
  28   Dom Galfeiros, senhora,    aqui o tens a teu par.
     --Retira-te, ó Dom Galfeiro,    depressa, não devagar,
  30   que o mourinho está p`r`à igreja,    deve estar a chigar;
     vem à hora do meio dia,    quando ele estiver a jantar.
  32   Com licença, meus senhores,    licença me devem dar,
     está um pobrezinho à porta,    a esmola lhe vou luvar.
  34   --Por que chora, meu senhor,    valha-o Deus tanto chorar?!
     --Não choro pela cristana,    nem por mulheres me faltar,
  36   choro pela cortesia    que eu lhe devia guardar.--

Go Back
Back to Query Form