Pan-Hispanic Ballad Project

Total: 3


0195:1 Lux Aeterna (seguidillas)            (ficha no.: 3056)

Versión de Arcos de la Frontera (ay. Arcos de la Frontera, p.j. Arcos de la Frontera, ant. Arcos de la Frontera, Cádiz, España).   Recitada por Remedios Perdigones (62a) y Josefa García Barrera (40a). Recogida por Virtudes Atero Burgos y Pedro Piñero Ramírez, 00/12/1982 publicada en Piñero-Atero 1986a, R-Arcos de la Frontera, nº 2.7.1.  032 hemist.  Música registrada.

     --Madre, qué linda noche,    cuántas estrellas,
  2   ábreme la ventana    que quiero verlas.
     --No, hija mía, no,    que estás enferma,
  4   y el aire de la noche    dañarte pueda.
     --Siento ladrar un perro    sobre mi reja,
  6   y antes de dar el ladro    ya estaré muerta.
     De mortaja me pongas    el traje blanco,
  8   zapatitos celestes    con moño blanco,
     y también me pondrás    la cruz de perlas
  10   que Juan me regaló    cuando fue a feria.
     Si viene Juan a verme    después de muerta,
  12   ¡cuidado como pase    de aquella puerta!--
     A las tres de la tarde    pasó el entierro,
  14   Juan, que estaba en la puerta,    se metió dentro;
     se arrodilló,    se arrodilló
  16   delante de un retrato    que ella le dio.

Nota: Este texto, que tiene una paternidad conocida --Juan Menéndez Pidal-- y que sin embargo ha sido asimilado por la tradición al repetirse en variantes, perdiéndose la memoria de su autoría desde el mismo momento de su nacimiento (finales del s. XIX), conserva su forma métrica original (la seguidilla: 7, 5a, 7, 5a), como puede apreciarse. Nosotros hemos decidido transcribirlo siguiendo las mismas normas generales de este repetorio, conscientes de esta plena asimilación tradicional.

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0195:2 Lux Aeterna (seguidillas)            (ficha no.: 3057)

Versión de Arcos de la Frontera (ay. Arcos de la Frontera, p.j. Arcos de la Frontera, ant. Arcos de la Frontera, Cádiz, España).   Recitada por Soledad Gil Benot (56a) y Catalina García Veas (35a). Recogida por Virtudes Atero Burgos y Pedro Piñero Ramírez, 00/01/1983 publicada en Piñero-Atero 1986a, R-Arcos de la Frontera, nº 2.7.2.  056 hemist.  Música registrada.

     A las diez de la noche    Juan se marchaba
  2   y la pobre de Adela    se desmayaba;
     la pobre anciana,    la pobre anciana
  4   la cogió de la mano,    la echó en la cama.
     --Madre, qué linda noche,    cuántas estrellas,
  6   ábreme la ventana    que quiero verlas.
     --No, hija mía, no,    que estás enferma,
  8   y el aire de la noche    dañarte pueda.
     --Siento aullar un perro    junto a mi reja,
  10   antes que toque el alba    yo estaré muerta.
     --No, hija mía,    no, no digas eso.
  12   --Ven acá, madre mía,    deme usted un beso.
     Ven acá, madre mía,    siente a mi lado,
  14   que antes de morir quiero    darte un recado:
     si viene Juan a verme    después de muerta,
  16   cuidado que no pase    de aquella puerta.
     A mi amiga Dolores    que la perdonen,
  18   que ella no tiene culpa    que Juan la adore.
     De mortaja me pongan    mi traje blanco,
  20   zapatitos celestes    con moño blanco,
     y también me pondrán    mi cruz de perlas,
  22   la que me trajo Juan    cuando fue a feria.
     A las tres de la tarde    pasó el entierro,
  24   Juan, que estaba en la puerta,    se metió dentro:
     se arrodilló,    se arrodilló
  26   delante de un retrato    que ella le dio:
     --Adela mía,    Adela mía,
  28   yo nunca me creí    que te morías.

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0195:3 Lux Aeterna (seguidillas)            (ficha no.: 3140)

Versión de Campo de Gibraltar s. l. (comc. Campo de Gibraltar, Cádiz, España).   Documentada en o antes de 1987. (Colec.: Domingo Mariscal). Publicada en Ruiz Fernández 1995b, La tradición oral del Campo de Gibraltar, nº I. 15.  104 hemist.  Música registrada.

     Juan le hablaba a Adela    desde muy niña,
  2   hacía quince años    que se querían.
     Y él le decía,    y él le decía:
  4   --Nunca te olvidaré,    prenda querida;
     te quiero porque eres    la más bonita
  6   de todas las mujeres    que hoy se crían.
     Dijo la niña,    dijo la niña:
  8   --Eso por el cariño    que me tenías.
     El día de su santo    le regaló
  10   un vestidito blanco    de gran valor.
     Le dice: --Amada--,    le dice: --Amada,
  12   ése será el vestido    de desposada.--
     Un día que fue a verla    ella le dice:
  14   --¿Qué te pasa, mi Juan,    que estás tan triste?
     --Lo que a mí me pasa    no te lo digo,
  16   porque si no enseguida    vendrá el olvido.
     --¡Ay, dímelo!,    ¡Ay, dímelo!
  18   porque si no de pena    me muero yo.
     --Ya puedes rezar, niña,    por mi persona,
  20   que no te quiero a ti,    que quiero a otra,
     que quiero a otra,    que quiero a otra
  22   que es más guapa    que tú y más hermosa.--
     Se desmayó,    se desmayó,
  24   y encima de la cama,    infeliz, cayó.
     --Madre, cierra la puerta,    vente a mi lado,
  26   que antes de morir    quiero darte un recado:
     si acaso viene Juan    después de muerta,
  28   no lo dejes pasar    de aquella puerta,
     pa que no crea,    pa que no crea
  30   que lo sigo queriendo    cuando me vea.
     Madre, en mi ventana    aulla un perro;
  32   antes de amanecer    ya me habré muerto.
     Cuando todo concluya    viste mi cuerpo
  34   con aquel traje blanco    que no me he puesto
     y en mi garganta    y en mi garganta,
  36   el anillo de perlas    de desposada.
     Cuando yo me haya muerto    ponerme flores;
  38   vengan todas las mozas    menos Dolores,
     menos Dolores,    menos Dolores,
  40   que se lo prohibirá    su bien de amores.
     ¡Ay, madre mía!,    ¡Ay, madre mía!,
  42   por culpa de un ingrato    pierdes tu hija.--
     Ya las campanas doblan    con sentimiento;
  44   Juan pregunta a Dolores:    --¿Quién se habrá muerto?--
     A las tres de la tarde    pasó el entierro;
  46   Juan, que estaba en la puerta,    se metió adentro,
     se arrodilló,    se arrodilló
  48   delante de un retrato    de la que amó:
     --Adela mía,    Adela mía,
  50   yo nunca había creído    que te morías.--
     Una niña se ha muerto    de mal de amores,
  52   la culpa la han tenido    Juan y Dolores.

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