Pan-Hispanic Ballad Project

Total: 24


0233:130 La serrana de la Vera (é-a)            (ficha no.: 7371)

Versión de Garafía (ay. Garafía, p.j. Los Llanos de Aridane, ant. Santa Cruz de La Palma, isla de La Palma, Santa Cruz de Tenerife, España).   Recogida por Juan Régulo Pérez, publicada en F.E.R.U. 1 Can. 1969, II, p. 66, nº 461 (34:23). Reeditada en Cardoso da Costa 2000, nº 116 (tesis doctoral).  042 hemist.  Música registrada.

     Cuando yo era pastorcillo,    que guardaba mis ovejas,
  2   vide venir una serrana    brincando de piedra en piedra.
     Me desafiya a luchar,    yo me fi a luchar con ella;
  4   me larga la zancarrilla,    le largo la zancajuela;
     ni ella me tumbaba a mí,    ni yo tumbala pudiera.
  6   En el medio de la lucha    la serrana me vinciera.
     Me garra por un bracito    y me lleva pa su cueva.
  8   El camino p`onde diba    de cruces estaba lleno;
     atrevíme y preguntéle    qué cruces eran aquellas.
  10   --Más te vale, pastorcillo,    más te vale que no lo sepas;
     son hombres que yo ha matao    y enterrao en la mi cueva,
  12   y a ti te haré lo mesmo    cuando mi voluntá seya.--
     La serrana fue a cazar    y a él le dejo en la cueva.
  14   De conejos y alperdices    trajía la cintura llena;
     ella se los echa a asar,    hacía una grande cena;
  16   ella se comía la pulpa    y a él los güesos le diera.
     En estas razones y otras    la serrana se durmiera.
  18   Desque la pilló dormida    del brinco brincó la cueva.
     --Aspera, aspera, pastorcillo,    que se te quedó una prenda.
  20   --Esa prenda, gran siñora,    Dios le haga un bien con ella.
     --Aspera, aspera, pastorcillo,    que tú no eres cosa güena.--

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0233:133 La serrana de la Vera (é-a)            (ficha no.: 7374)

Versión de Breña Baja (p.j. Santa Cruz de la Palma, isla de La Palma, Santa Cruz de Tenerife, España).   Recogida por Violeta Rodríguez Pérez, publicada en Pérez Vidal 1951b, pp. 428-9, nº 9-IV. Reeditada en F.E.R.U. 1 Can. 1969, II, pp. 14-5, nº 406 (34:17) y Cardoso da Costa 2000, nº 119 (tesis doctoral).  058 hemist.  Música registrada.

     En el monte, en una aldea,    la serrana se pasea.
     En tierras del mar de España    una serrana pasea,
  2   que es blanca y encarnada,    relumbra como una tea;
     traía el pelo enrollado    debajo de una montera,
  4   pa que nadie la conozca    si era macho o si era hembra.
     Desafióme la serrana,    garréme a luchar con ella;
  6   ella me daba un desvío,    yo le largaba una zapateta.
     En el medio de la lucha    la serrana me vinciera.
  8   Me coge por un bracito    y me lleva pa` su cueva,
     y la cueva la tenía    de güesos y cruces llena;
  10   atrevíme y preguntéle    qué cruces eran aquellas.
     --Son hombres que yo he matado    y los he enterrado en mi cueva,
  12   y si mi voluntad quisiera    contigo hacía lo mesmo.--
     ¡Ay mi madre, zape!
  14   De una alforja que tenía    me ofreció gustosa cena;
     la cintura rodeada    de conejos y pardelas;
  16   a mí me daba los flacos,    los gordos eran par`ella.
     Me entrega una guitarrilla    diciendo de esta manera.
  18   --Toca, toca, pastorcillo,    toca al uso de tu tierra.--
     Yo, que no sabía tocar,    púseme a templar la cuerda;
  20   la prima con la segunda,    la cuarta con la tercera.
     Al son de la guitarrilla    la serrana se durmiera.
  22   Ansí que la vi dormida    echéme la puerta afuera.
     Y al subir un barranquillo    y al bajar una ladera:
  24   --¡Espérame, pastorcillo,    espérame en la vereda!
     --¡Que te espere el gran demonio,    que tú no sos cosa güena--
  26   Subíme po` un pino arriba    tan solamente por verla:
     Carrera pa arriba, carreras pa abajo,    ladraba como una perra.
  28   Pa avichucho era chica,    pa ratón era grande.
     ¿Qué era aquello?    ¡El mismo demonio!
  30   ¡Ay mi madre, zape!

Nota: El "responder", o estribillo, omitido en La flor de la Marañuela (F.E.R.U. 1 Can. 1969), figura en RDTP al final de las versiones (p. 429), indicándose que es el que "corresponde a este romance", por lo cual lo agregamos en todos los textos publicados por Pérez Vidal.

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0233:134 La serrana de la Vera (é-a)            (ficha no.: 7375)

Versión de Tirimaga (ay. Villa de Mazo, p.j. Santa Cruz de la Palma, isla de La Palma, Santa Cruz de Tenerife, España).   Recitada por José Manuel Cordera (87a). Recogida por José Pérez Vidal, publicada en Pérez Vidal 1951b, pp. 424-6, nº 9-I. Reeditada en F.E.R.U. 1 Can. 1969, II, pp. 15-6, nº 407 (34:18) y Cardoso da Costa 2000, nº 120 (tesis doctoral).  070 hemist.  Música registrada.

     En el monte, en una aldea,    la serrana se pasea.
     Cuando yo era pastorcillo,    que guardaba mis ovejas,
  2   echaba mi lanza al hombro,    y la muchila con ella,
     con mis ovejas delantre    por caminos y veredas.
  4   En el medio del camino    la serrana me saliera;
     era blanca y encarnada,    relumbra como una estrella;
  6   con el cabello rondiao    debajo de la montera,
     para que no la conozcan    si era varón o era hembra;
  8   con unos calzones cortos    que a la rodilla no llegan.
     Desafíame a luchar    voyme y garróme con ella;
  10   me tiró la zapateta    y tiré la zanquijuela;
     ni ella me tumbaba a mí,    ni yo tumbarla pudiera.
  12   Al cabo de medianoche,    que ya vencido me lleva,
     me garra por un bracito    y me lleva pa su cueva.
  14   Era un camino muy largo,    muchas cruces vide puestas;
     atrevíme y preguntéle    qué cruces eran aquellas.
  16   --Esas cruces, pastorcillo,    más vale no saber de ellas
     que son hombres que ha matado    y los ha ` nterrado en mi cueva,
  18   y a ti te haré lo mismo    cuando mi voluntad sea.
     --Saca fuego, pastorcillo,    en mientras subo a ribera;
  20   saca fuego de un zapato,    enciéndelo en una media.--
     De conejos y alperdices    trajía la cintura llena;
  22   aquella noche cenemos    mejor que ninguna reina.
     Y acabado de cenar    vigüela di oro me entrega;
  24   como no sabía tocar,    me puse a templar la cuerda.
     Con ese toquito y otro    la serrana se durmiera.
  26   Cuando la pillé dormida    del brinco cogí la puerta.
     Y al bajar un barranquito    y subiendo una ladera,
  28   fue tan chico el trompezón    que la serrana despierta.
     --Espera, espera, pastor,    que se te quedó una prenda.
  30   --Esa prenda, mi señora,    Dios le haga bien con ella,
     que si estaba en buenas manos    en otras mejores queda.--
  32   Me subí arriba de un pino    por ver la vuelta que lleva;
     la vi por un barranco abajo    a la lumbre de una estrella;
  34   vuelve por otro pa arriba,    latíos como una perra,
     aquí cai y allí levanta    como el niño que gatea.

Notas del colector (retenemos únicamente las más oportunas para la explicación de formas anómalas): -1a y -16a pastorcillo, forma de diminutivo inusitada en la isla; el diminutivo con -ito es casi exclusivo; -6a rondiao `enrollado`, síncopa de redondeado; -10a zapateta, sólo ha podido ser verificada en la acepción académica; -10b zanquijuela, no se ha podido verificar; -17ab ha, `he`, forma analógica; -19b es un verso muy estropeado, que, poco más o menos, se podría reconstruir así: "mientras bajo a la ribera"; esta voz ribera figura en varias versiones peninsulares del romance. . . pero el recitador canario, poco familiarizado con ella, ya que en las islas ribera es término literario, la confunde con arriba; -21a alperdices, `perdices`; no acierto a explicar esta especie de artículo árabe que se antepone en Canarias, no sólo a este nombre, sino al de otra ave, la aguzanieves o pezpita, que en las islas se llama pispa y sobre todo alpispa.

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0233:135 La serrana de la Vera (é-a)            (ficha no.: 7376)

Versión de Mazo (ay. Villa de Mazo, p.j. Santa Cruz de la Palma, isla de La Palma, Santa Cruz de Tenerife, España).   Recitada por viejo (unos 100a). Recogida por Enimia Hernández, 00/08/1958 (Colec.: Lylia Pérez González). Publicada en F.E.R.U. 1 Can. 1969, I, p. 65, nº 460 (34:22). Reeditada en Cardoso da Costa 2000, nº 121.  040 hemist.  Música registrada.

     Cuando yo era pastorcillo,    que cuidaba mis ovejas,
  2   echaba mi lanza al hombro,    mi zurrón a tiracuello.
     Eché el barranquito arriba,    a la tumba de una estrella;
  4   me encontré con la serrana    alta y de color trigueño.
     Me desafía a luchar,    me agarré a luchar con ella;
  6   ni ella me tumbaba a mí,    ni yo la tumbaba a ella.
     En el medio de la lucha    me pegó una zancajuela;
  8   y de que me vio vencido    me llevó para una cueva.
     Cuando a su cueva llegué    y la vi de cruces llena,
  10   atrevíme y preguntéle    qué cruces eran aquellas.
     --Esas cruces, pastorcillo,    más vale no saber de ellas,
  12   que son hombres que ha matado    los ha enterrado en mi cueva,
     --Toca, toca, pastorcillo,    a la moda de tu tierra.--
  14   Yo, que no sabía tocar,    me puse a templar la cuerda.
     Con este toquito y otro    la serrana se durmiera.
  16   De que la pillé dormida    del brinco cogí la puerta.
     Del estropel que llevaba    la serrana se despierta:
  18   --Espera, espera, pastorcillo,    que se te quedó una prenda.
     --Esa prenda, mi serrana,    Dios te haga bien con ella;
  20   a ti que te lleve el diablo    porque no eres cosa buena.--

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0233:136 La serrana de la Vera (é-a)            (ficha no.: 7377)

Versión de Fuencaliente (p.j. Los Llanos de Aridane, isla de La Palma, Santa Cruz de Tenerife, España).   Recitada por Divilina (anciana). Recogida por José Pérez Vidal, publicada en Pérez Vidal 1951b, pp. 426-7, nº 9-II. Reeditada en F.E.R.U. 1 Can. 1969, II, p. 16, nº 408 (34:19) y Cardoso da Costa 2000, nº 122 (tesis doctoral).  042 hemist.  Música registrada.

     En el monte, en una aldea,    la serrana se pasea.
     Cuando yo era pastorcillo,    que guardaba mis ovejas,
  2   vide venir la serrana    brincando de piedra en piedra
     Me desafía a luchar,    yo me fi a luchar con ella;
  4   me larga la zancarrilla,    le largo la zancajuela;
     ni ella me tumbaba a mí,    ni yo tumbarla pudiera.
  6   Y en el medio de la lucha    la serrana me vinciera.
     Me garra por un bracito,    me lleva para su cueva.
  8   El camino p`ondi diba    de cruces estaba lleno;
     atrevíme y preguntéle    qué cruces eran aquellas.
  10   --Más te vale, pastorcillo,    más te vale que no sepas;
     son de hombres que yo ha matado    y ha enterrado en la mi cueva,
  12   y a ti te haré lo mismo    cuando mi voluntad seya.--
     La serrana fue a cazare    y a él lo dejó en la cueva,
  14   De conejos y alperdices    trajía la cintura llena;
     ella se los echa a asar,    y hacía una grande cena;
  16   ella se come la pulpa    y a mí los güesos me diera.
     Con estas razones y otras    la serrana se durmiera.
  18   De que la pillé dormida    del brinco brinqué la cueva.
     --Aspera, aspera, pastorcillo,    que se te quedó una prenda.
  20   --Esa prenda, gran señora,    Dios le haga bien con ella.
     --Aspera, aspera, pastorcillo,    que tú no eres cosa güena.--

Nota: -15a e. s. l. e. azar en el texto de la RDTP (Pérez Vidal 1951b); corregimos la errata y resolvemos la elisión de a.
Notas del colector (retenemos únicamente las explicaciones necesarias para la comprensión de formas anómalas): 3b fi `fui`, forma analógica, igual que fisteh (vi, viste, di, diste): es corriente en el habla vulgar canaria; -4ab zancarilla y zancajuela, no se han podido verificar en la isla; -11ab yo ha `yo he`; -13a cazare `cazar` con la supervivencia de la -e arcaica, que, en el habla rústica de La Palma, se oye también en el imperativo: bailade; -14a alperdices `perdices`.

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0233:137 La serrana de la Vera (é-a)            (ficha no.: 7378)

Versión de Fuencaliente (p.j. Los Llanos de Aridane, isla de La Palma, Santa Cruz de Tenerife, España).   Recogida por José Pérez Vidal, publicada en Pérez Vidal 1951b, pp. 427-8, nº 9-III. Reeditada en F.E.R.U. 1 Can. 1969, I, p. 17, nº 409 (34:20) y Cardoso da Costa 2000, nº 123 (tesis doctoral).  028 hemist.  Música registrada.

     En el monte, en una aldea,    la serrana se pasea.
     Cuando yo era pastorcillo,    y guardaba mis ovejas,
  2   iba por un barranco arriba,    la serrana me saliera.
     Me desafía a luchar,    yo me fi a luchar con ella;
  4   en el medio de la lucha    la serrana me venciera.
     Me garra por un bracito,    me lleva para su cueva.
  6   El camino por donde iba    de cruces estaba lleno;
     me atreví y le pregunté    qué cruces eran aquellas.
  8   --Son hombres que yo ha matado    y ha enterrado en mi cueva,
     y a ti te haré lo mismo    cuando mi voluntad sea.--
  10   Me daba la guitarrita    para que la divirtiera.
     Cuando la pillé dormida    me salgo la puerta afuera;
  12   del estropel que llevaba    la serrana me sintiera.
     --Espérame, pastorcito,    espérame en la ribera.
  14   --¡Los demonios que te esperen,    que tú no sos cosa buena!--

Notas del colector (retenemos únicamente las explicaciones necesarias para la comprensión de formas anómalas): 15ab yo ha `yo he`; -12a estropel `tropel`. Con el prefijo es--por influencia de otras voces de significado análogo: estropicio, estruendo; también en port. estropelia y tropelia, `tropel`, y gal. estroupelear y troupelear `andar haciendo ruido con los pies`; -11b sos `eres`, como en leonés occidental, entre los judíos, en Andalucía, Argentina etc. Cfr. Menéndez Pidal, Gramática histórica, 116.

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0233:138 La serrana de la Vera (é-a)            (ficha no.: 7379)

Versión de Tenerife (Santa Cruz de Tenerife, España).   Recogida 00/07/1926 Publicada en Espinosa 1927, nº VI. Reeditada en Espinosa [1940], pp. 34-36; F.E.R.U. 1 Can. 1969, I, pp. 77-8, nº 31 (34:1) y Cardoso da Costa 2000, nº 124 (tesis doctoral).  068 hemist.  Música registrada.

     En tierras del rey de España    una serrana pasea,
  2   blanca, rubia y colorada,    bonita, que no era fea;
     lleva su pelo enrollado    debajo de la montera,
  4   que no se diferenciaba    si era varón u era hembra.
     Quiso Dios y mi fortuna    que me encontrara con ella;
  6   ella me daba tres luchas,    yo le daba tres y media.
     Me pasó por un camino    donde muchas cruces viera;
  8   atrevíme y preguntéle    qué cruces eran aquellas.
     --Estas cruces, pastorcillo,    vale más que no las sepas,
  10   que son hombres que yo mato    y los entierro en mi cueva,
     y contigo haré lo mismo    cuando mi voluntad sea.--
  12   Malmente llega a la cueva    piedra d`islabón me entrega.
     --Prende fuego, pastorcillo,    mientras voy a la ribera.--
  14   Un el fuego no es prendido    ya la serrana viniera;
     de conejos y perdices    tráiba la centura llena;
  16   la perdiz la cogió al vuelo,    el conejo a la carrera.
     Con unas palabras y otras    a comer me conviertiera;
  18   ella se toma el buen vino    y a mí el vinagre me entrega;
     ella se come la carne    y a mí los huesos me deja.
  20   Acabante de comer    guitarra de oro me entrega.
     --Toca, toca, pastorcillo,    por el uso de su tierra,--
  22   Yo, que lo sabía hacer,    me puse a templar las cuerdas;
     la primera con la quinta,    la cuarta con la tercera.
  24   Con el son de la guitarra    la serrana se durmiera.
     Yo, que la pesqué dormida,    echéme `e la cueva fuera,
  26   los zapatos en la mano,    la media en la faltriquera.
     Al subir un barranquillo,    y al bajar una ladera,
  28   con el ruido de las piedras,    la serrana que me uyera.
     --Vuelve atrás, mi pastorcillo,    que una prenda se te queda.--
  30   Yo le decía en voz baja,    bajito que no me uyera:
     --Esa prenda, mi serrana,    Dios te haga bien con ella.
  32   que si de oro se volviera    atrás no vuelvo por ella.
     Vaya con Dios la serrana,    que me escapé de una buena;
  34   voy a contarle a mi padre    lo que la serrana hiciera.--

Notas: En el texto publicado en F.E.R.U. 1 Can. 1969 se tuvo en cuenta junto a los impresos una copia mecanografiada remitida por Agustín Espinosa a Ramón Menéndez Pidal en 1927 (num. IV). En los tres textos de La rosa de los vientos (RV), el Romancero canario (RC) y la copia enviada a Menéndez Pidal (MP) se marca el seseo en todos los casos: -4a diferensiaba, -7b, -8b y -9a cruses (cruseh en RV); -9b, -13a, -21a y -29s pastorsillo (pahtorsillo en RV); -15a perdises (perdiseh en RV); -15b sentura; -22a haser; -23b tersera; -26a sapatos (sapatoh en RV); -30a desía, vos (voh en RV); -34b hisiera. RV señala la aspiración de -s final o implosiva en estos casos, además de los ya indicados: 1a tierrah; -5a, 31b y 33b Dioh; -6a treh luchah; -6s treh; -7b muchah; -8b aquellah; -9a estah; -9b mah, sepah; -10a hombreh; -10a loh; -11a loh (sic) mihmo; -13b mientrah; -14a eh; -15a conejoh; -16a perdih; -17a unah palabrah y otrah; -19b loh huesoh; -22b lah cuerdah; -25a pehqué; -28a lah piedrah; -29s y 32a atráh; -33b ehcapé. MP -1a tierra que tenemos por errata de copia; -28b y 30b oyera.
Nota del colector en RV: La gracia que posee este romance en Cataluña y Andalucía [!?] - tierra de tradición bandoleril - se ha perdido en Canarias. Nuestro romance no hubiera podido inspirar La serrana de la Vera, de Lope de Vega, ni la comedia - del mismo título - de Vélez de Guevara, ni el auto sacramental - La serrana de Plasencia - de Valdivielso. Nuestra poesía popular no ha sentido -tan distante el escenario - el bandolerismo serranesco.

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0233:139 La serrana de la Vera (é-a)            (ficha no.: 7380)

Versión de Tenerife (Santa Cruz de Tenerife, España).   Recogida 00/00/1927 (Colec.: Sotomayor/Manrique de Lara). Publicada en F.E.R.U. 1 Can. 1969, I, pp. 78-9, nº 32 (34:2). Reeditada en Cardoso da Costa 2000, nº 125 (tesis doctoral).  058 hemist.  Música registrada.

     Estándome yo cuidando    mis cabras en Choramela,
  2   vi venir una serrana    saltando de piedra en piedra.
     Se puso a luchar conmigo,    me puse a luchar con ella;
  4   ella me dio a mí dos caidas    y yo le di dos y media.
     Me coge por una mano    y me lleva pa su cueva.
  6   --Prende el fuego, pastorcillo,    mientras subo la ribera.
     Aun el fuego no es prendido,    ya la serrana está en tierra.
  8   --De conejos y perdices    traigo la cintura llena;
     la perdiz la cogí al vuelo    y el conejo a la carrera.--
  10   Al pasar por el camino    vimos muchas cruces nuevas;
     atrevíme y preguntéle    qué cruces eran aquellas.
  12   --Estas cruces, pastorcillo,    más que no supieras de ellas;
     son hombres que yo he matado    y los enterré en mi cueva,
  14   y a ti te haría lo mismo    cuando mi voluntad sea.--
     De conejos y perdices    hizo una hermosa cazuela;
  16   ella se come la carne    y a mí los huesos me deja;
     ella se come el buen pan    y a mí el casero me deja;
  18   ella se bebe el buen vino,    a mí el vinagre me deja;
     y allá al medio de la cena    guitarra de oro me entrega.
  20   --Toca, toca, pastorcillo,    toca, toca tu vihuela.--
     Yo, como lo sabía hacer,    me puse a templar las cuerdas;
  22   la prima con la segunda    y el cuarto con la tercera,
     y al son de la guitarrilla    la serrana se durmiera.
  24   Así que la vi durmiendo    me eché de la puerta afuera.
     Al subir de un barranquillo,    y al bajar de una ladera,
  26   pegó la serrana un grito    que se estremeció la tierra:
     --¡Atrás, atrás, pastorcillo,    que una prenda se le queda!
  28   --Esa prenda, mi señora,    haga usted muy bien con ella,
     que yo no pierdo la vida    por una camisa vieja.--

Nota: -15b en el original manuscrito se escribió en un principio h.u. buena c., luego tachado. Remitida a R. Menéndez Pidal hacia 1927.

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0233:140 La serrana de la Vera (é-a)            (ficha no.: 7381)

Versión de Tenerife (Santa Cruz de Tenerife, España).   Recogida por Luis Diego Cuscoy, publicada en Cuscoy 1944, pp. 90-92. Reeditada en F.E.R.U. 1 Can. 1969, I, pp. 343-4, nº 359 (34:15) y Cardoso da Costa 2000, nº 126 (tesis doctoral).  044 hemist.  Música registrada.

     Por tierras del rey de España    una serrana pasea,
  2   blanca, rubia, generosa,    hermosa como una perla;
     traiba su pelo enrollado    debajo de su montera,
  4   que no se diferenciaba    si era varón o era hembra.
     Se puso a luchar conmigo,    me puse a luchar con ella;
  6   cuando al medio de la lucha    la serrana me venciera.
     Me cogió por una mano,    me llevó para su cueva.
  8   Por el camino aonde fuimos    veí muchas cruces puestas;
     atrevíme y preguntéle    qué cruces eran aquellas.
  10   --Estas cruces, pastorcillo,    vale más que no lo sepas,
     que son hombres que he matado    y he enterrado en mi cueva,
  12   y contigo haré lo mismo    cuando mi voluntad sea.--
     Me puso bien de cenar,    como reina que ella era;
  14   ella se come la pulpa    a mí los huesos me deja.
     Acabando de cenar,    guitarra de oro me entrega;
  16   yo, que lo sabía hacer,    me puse a templar las cuerdas;
     Con el son de la guitarra    la serrana se durmiera.
  18   Cuando la pesqué dormida,    al tranco me encajé fuera,
     zapatillas a la cinta,    medias a la faltriquera.
  20   Y al subir un barranquillo,    y al bajar una ladera,
     las voces de la serrana    atormentan cielo y tierra:
  22   --Vuelve, vuelve, pastorcillo,    que una prenda se te queda.--

Nota del primer editor: ". . .los demás romances los hemos recogido como dichos a los niños, o por ellos, unos como entretenimiento, otros como canciones, algunos formando parte de juegos".

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0233:142 La serrana de la Vera (é-a)            (ficha no.: 7383)

Versión de Santa Cruz de Tenerife (ay. Santa Cruz de Tenerife, p.j. Santa Cruz de Tenerife, isla de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, España).   Recitada por Rafaela Quevedo. Recogida por María Jesús López de Vergara, 00/00/1953 publicada en F.E.R.U. 1 Can. 1969, I, p. 176, nº 145 (34:10). Reeditada en Cardoso da Costa 2000, nº 128 (tesis doctoral).  056 hemist.  Música registrada.

     En tierras del rey de España    una serrana pasea,
  2   blanca, rubia, encarnada,    bonita como una perla;
     lleva su pelo enrollado    debajo de su montera,
  4   que no se diferenciaba    si era varón o era hembra.
     Púsose a bailar conmigo,    púseme a bailar con ella;
  6   ella me daba dos vueltas    yo le daba vuelta y media.
     Cogióme por un bracito    y llevóme pa su cueva.
  8   Cuando en medio del camino,    vi yo muchas cruces puestas;
     atrevíme y preguntéle    qué cruces eran aquellas.
  10   --Esas cruces, pastorcillo,    más vale que no lo sepas;
     son de hombres que he matado    y los he enterrado en mi cueva,
  12   y a ti te he de hacer lo mismo    cuando mi voluntad sea.
     Enciende el fuego, pastor,    mientras voy a la ladera.--
  14   De conejos y perdices    trajo la cintura llena.
     Acabado de cenar,    guitarra de oro me entrega.
  16   --Toca, toca, pastorcillo,    a la moda de tu tierra.--
     Y yo, como no sabía,    púseme a templar las cuerdas;
  18   la primera con la cuarta,    la quinta con la tercera.
     Con el son de la guitarra    la serrana se durmiera.
  20   Cuando la pillé dormida,    de un salto cogí la puerta,
     con un zapato en la mano,    y el otro en la faltriquera.
  22   Al subir un barranquillo,    y al bajar una ladera,
     aquí caigo, aquí levanto,    como un niño que gatea;
  24   miré pa atrás y la vi    como una perra soberbia.
     --Vuelve pa atrás, pastorcito,    que se te olvida una prenda.
  26   --Sea de oro, oro de plata,    Dios te haga bien con ella;
     si en buenas manos estaba    en otras mejores queda.--
  28   Las gritos de la serrana    atormentaban la cueva.

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0233:143 La serrana de la Vera (é-a)            (ficha no.: 7384)

Versión de La Matanza de Acentejo (p.j. La Laguna, isla de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, España).   Recitada por María Martín (81a). Recogida por María Jesús López de Vergara, 00/00/1953 publicada en F.E.R.U. 1 Can. 1969, I, p. 172, nº 140 (34:5). Reeditada en Cardoso da Costa 2000, nº 130 (tesis doctoral).  063 hemist.  Música registrada.

     ¡Qué linda es la meda nueva! Amor,    ¡qué linda es la meda!
     En tierras del rey de España    una serrana pasea,
  2   blanca, rubia y encarnada,    hermosa como una estrella;
     lleva su pelo enrollado    debajo de su montera,
  4   que no se diferenciaba    si era varón o era hembra.
     Me ha desafiado a luchar,    me puse a luchar con ella;
  6   ella me pegó tres luchas,    yo le pegué tres y media;
     ella me armó una zancachilla,    yo le armé una zancachuela.
  8   Me coge por una mano,    pa su cueva me lleva.
     Atrevíme y preguntéle    qué cruces eran aquellas.
  10   --Esas cruces, pastorcito,    más vale que no las sepas,
     son hombres que yo he matado,    los he enterrado en mi cueva,
  12   y a ti te haré lo mismo    cuando mi voluntad sea.
     Saca fuego, pastorcito,    mientras voy a la ribera.--
  14   El fuego no está encendido,    ya la serrana está en tierra.
     --De conejos y perdices    traigo la cintura llena.--
  16   La perdiz la cogió al vuelo    y el conejo a la carrera.
     El fuego no esta encendido,    ya la serrana está en tierra
  18                                     Pronto se hizo la cena.
     Ella se come el buen pan,    a mí los huesos me entrega;
  20   ella se come la carne,    a mí los huesos me entrega;
     ella se bebe el buen vino    y a mí los huesos me diera.
  22   Acabado de cenar,    virgüela de oro me entrega.
     Y, como lo sabía hacer,    me puse a templar las cuerdas;
  24   la segunda con la prima,    la cuarta con la tercera.
     Con el son de la guitarra    la serrana se durmiera.
  26   Desqué la agarré dormida,    me eché de cueva fuera,
     con el zapato en la mano,    la media en la faldisquera.
  28   Al subir po`un barranquillo,    al bajar po`una ladera,
     con el son del cascajillo    la serrana se recuerda;
  30   del urrido que pegó    que hizo temblar la tierra.
     --¡Aunque te hubiera matado    cuando te tuve en mi cueva,
  32   que lo que está para Dios    el diablo no lo lleva!--

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0233:144 La serrana de la Vera (é-a)            (ficha no.: 7385)

Versión de Las Mercedes (ay. La Laguna, p.j. La Laguna, isla de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, España).   Recitada por seña Victoria (unos 80a). Recogida por María Jesús López de Vergara, 00/00/1954 publicada en F.E.R.U. 1 Can. 1969, pp. 174-5, nº 143 (34:8). Reeditada en F.E.R.U. 1 Can. 1986 y Cardoso da Costa 2000, nº 131 (tesis doctoral).  047 hemist.  Música registrada.

     Estando yo con mis cabras    donde llaman Taravela,
  2   yo veí a una serrana    brincando de piedra en piedra.
     Ella me desafió a luchar    y yo me agarré con ella;
  4   ella me pegó tres caídas    y yo le pegué caída y media.
     Me coge por un bracillo,    me lleva para su cueva.
  6   Allá en aquel camino    vide muchas cruces nuevas
     me atreví y le pregunté    qué cruces eran aquellas.
  8   --Eso es gente que he matado    y la ha enterrado en mi cueva,
     y a ti te haré lo mismo    cuando mi voluntad sea.
  10   Saca fuego, pastorcillo,    en lo que voy a mis riberas.--
     De conejos y alperdices    traibao la centura llena;
  12   la perdiz la coge al vuelo    y el conejo a la carrera.
     Ella se come la carne    y a mí los huesos me deja;
  14   ella se come el buen pan    y a mí el cascarón me deja;
     y yo, como no era bobo,    todo lo echaba a la perra.
  16   --Saca mi vigüela de oro--    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
     Yo, como sabía tocarla,    me puse a templar las cuerdas.
  18   Al son de la vigüelilla    la serrana se durmiera.
     Allá que la vi vencida    me eché de la puerta afuera,
  20   con un zapato en la mano,    la media en la faldiquera.
     Al subir de un risquillo,    y al bajar de una ladera,
  22   los gritos de la serrana    atormentaban mar y tierra:
     --¡Pastorcillo, pastorcillo,    que una prenda se te queda!
  24   --Si en buenas manos estaba    en otras mejores queda.--

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0233:147 La serrana de la Vera (é-a)            (ficha no.: 7388)

Versión de La Orotava (?) (p.j. La Orotava, isla de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, España).   Recogida por Mercedes Morales, publicada en F.E.R.U. 1 Can. 1969, I, p. 274, nº 272 (34:14). Reeditada en Cardoso da Costa 2000, nº 134 (tesis doctoral).  058 hemist.  Música registrada.

     En tierras del rey de España    una serrana pasea,
  2   blanca, rubia y encarnada,    bonita, que no era fea;
     lleva su pelo enrollado    debajo de su montera,
  4   que no se diferenciaba    si era varón, si era hembra.
     Pasó un pastor por allí,    me puse a luchar con ella.
  6   Ella me pega una lucha,    yo le pegué lucha y media;
     me coge por una mano,    me lleva para su cueva .
  8   De cruces y de calvarios    estaba la cueva llena;
     atrevíme y preguntéle    qué cruces eran aquellas.
  10   --Estas cruces, pastorcito,    más vale que no las sepas,
     son hombres que yo he matado,    los he enterrado en mi cueva,
  12   a ti te haré lo mismo    cuando mi voluntad sea.
     Vete encendiendo el fuego    mientras voy a la ribera.--
  14   Ya estaba el fuego encendido,    cuando la serrana llega;
     de conejos y perdices    trajo la cintura llena.
  16   --Pela, pela, pastorcito,    vete echando en la cazuela.--
     Ella se come el buen pan,    a mí la miga me deja;
  18   ella se bebe el buen vino    a mí el vinagre me entrega;
     ella se come la carne,    a mí los huesos me deja.
  20   Cuando acaba de comer,    guitarra de oro me entrega;
     y yo, que lo sabía hacer,    le toqué una malagueña.
  22   Con el son de la guitarra    la serrana se durmiera.
     De que la apañé dormida,    me eché por la cueva afuera,
  24   con un zapato en la mano,    la media en la faldiquera.
     Al subir una montaña,    al bajar una ladera,
  26   los gritos de la serrana    atormentan en la cueva.
     --¡Vuelve pa atrás, pastorcito,    que se te queda una prenda!
  28   --Esa prenda, mi señora,    hágase usted cargo de ella,
     que yo no pierdo mi vida    por una camisa vieja.--

Nota: Versión de La Orotava (?) La interrogación figura en el manuscrito de la colectora.

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0233:148 La serrana de la Vera (é-a)            (ficha no.: 7389)

Versión de La Cruz Santa (ay. Los Realejos, ant. Realejo Alto, p.j. La Orotava, isla de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, España).   Recitada por Carmen Hernández Olivera (48a). Recogida por Mercedes Morales, entre 1952-1953 publicada en F.E.R.U. 1 Can. 1969, I, p. 273, nº 273 (34:13). Reeditada en Cardoso da Costa 2000, nº 135 (tesis doctoral).  070 hemist.  Música registrada.

     En tierras del rey de España    una serrana pasea,
  2   blanca, rubia y encarnada,    bonita, que no era fea;
     lleva el pelo enrollado    debajo de su montera,
  4   que no se diferenciaba    si era varón, si era hembra.
     Se puso a luchar conmigo,    me puse a luchar con ella,
  6   ella me pegó una lucha,    yo le pegué lucha y media.
     Cuando acabó de luchar    la serrana me venciera.
  8   Me cogió por una mano,    me llevó para su cueva .
     De cruces y de calvarios    tenía la cueva llena;
  10   yo me atreví a preguntarle    qué cruces eran aquellas.
     --Esas cruces, pastorcito,    más vale que no sepas de ellas,
  12   que son hombres que he matado,    y los he enterrado en mi cueva,
     y a ti te haré lo mismo    cuando mi voluntad sea.
  14   Prende el fuego, pastorcito,    mientras voy a la ribera.--
     El fuego no está encendido,    ya la serrana viniera;
  16   de conejos y perdices    trae la cintura llena.
     La perdiz la cogió al vuelo    y el conejo a la carrera.
  18   --Pela, pela, pastorcito,    vete echando en la cazuela.--
     De aquellas mejores carnes    hizo una rica cazuela;
  20   ella se come la carne,    y a mí los huesos me deja;
     ella se come el buen pan,    y a mí el cascarón me deja;
  22   ella se bebe el buen vino    y a mí el vinagre me deja;
     Cuando acabó de comer,    guitarra de oro me entrega;
  24   yo, que lo sabía hacer,    me puse a temblar las cuerdas.
     Le toqué las seguidillas    a la moda de mi tierra.
  26   Y al son de la guitarrita    la serrana se durmiera.
     Yo que la veí dormida,    eché a andar la cueva afuera, 2
  8   con un zapato en la mano,    y la media en la faldiquera.
     Al subir una montaña,    y al bajar una ladera,
  30   os gritos de la serrana    atormentan cielo y tierra.
     --¡Espérame, pastorcito,    que se te queda una prenda!--
  32   Y yo diciendo entre sí    para que ella no me oyera:
     --¡Los demonios que te lleven,    tú no tienes cosa buena!
  34   Si la prenda fuera de oro    yo para atrás no volviera,
     no voy a perder mi vida    por una camisa vieja.--

Nota: Los v. -21, -22 y -34 figuran en el original de la colectora copiados al final de la versión, remitiéndose al lugar que deben ocupar.

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0233:150 La serrana de la Vera (é-a)            (ficha no.: 7391)

Versión de Icod El Alto (ay. Los Realejos, p.j. La Orotava, isla de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, España).   Recitada por Mercedes Súarez López (82a). Recogida por María Jesús López de Vergara, 00/00/1953 publicada en F.E.R.U. 1 Can. 1969, I, pp. 176-177, nº 146 (34:11). Reeditada en Cardoso da Costa 2000, nº 138 (tesis doctoral).  055 hemist.  Música registrada.

     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     Al salir de un barranquillo    y al bajar de una ladera,
  2   quiso Dios y la fortuna    que me encontrara con ella.
     Echóme la zancadilla    y echéla la zancajuela,
  4   y en el medio de la lucha    la serrana me venciera.
     Me coge de la mano,    me lleva para su cueva.
  6   Atrevíme y preguntéle    qué cruces eran aquellas.
     --Esas cruces, pastorito,    más vale que no lo sepas;
  8   son de hombres que he matado    y los he enterrado en mi cueva,
     y a ti te hago lo mismo    cuando mi voluntad seya.
  10   Esta es tu morada,    tus comidas son las hierbas,
     y tu bebida es el agua    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  12   Saca fuego, pastorito,    mentres voy a la ribera.--
     Aún el fuego no es encendido,    ya la serrana está en tierra;
  14   de conejos y perdices    traiba la centura llena;
     la perdiz la coge a vuelo    y el conejo a la carrera.
  16   De conejos y perdices    hizo la rica cazuela;
     ella se come la pulpa    y a mí los huesos me deja;
  18   ella se come el buen pan    y a mí el cascarón me deja.
     Acabando de cenar,    vigüela de oro me entrega;
  20   y yo, como lo sabía hacer,    me puse a templar la cuerda.
     Con el son de la vigüela    la serrana se durmiera.
  22   De que la apañé dormida    del brinco salté la cueva,
     los zapatos en la mano    y medias en la faldiquera.
  24   Al bajar de un barranquillo    y al subir de una ladera,
     pega a gritos la serrana    que atormentaba la cueva.
  26   Y yo le dije a baja voz    de modo que no me oyera:
     --Esa prenda, mi serrana,    guárdala en un hora buena,
  28   que si en buenas manos estaba    en otras mejores queda.--

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0233:152 La serrana de la Vera (é-a)            (ficha no.: 7393)

Versión de La Tierra del Trigo (ay. Los Silos, p.j. Icod, isla de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, España).   Recitada por Vicente de Armas y González (80a). Recogida por Ramón de la Rosa Olivera, 00/00/1934 publicada en F.E.R.U. 1 Can. 1969, I, p. 79-80, nº 33 (34:3). Reeditada en Cardoso da Costa 2000, nº 140 (tesis doctoral).  040 hemist.  Música registrada.

     Estándome yo guardando    mis cabras en Talavera,
  2   vide venir una serrana    brincando de piedra en piedra;
     de cada brinco que daba    garraba un embelgo `e tierra.
  4   Encontraba un pastorcito    que su ganado rondaba;
     le garraba por la mano,    pa su cueva lo llevaba.
  6   Cuando en medio del camino    encontró unas cruces nuevas.
     Atrevíme y preguntéle    qué cruces eran aquellas.
  8   --Esas cruces, pastorcito,    más vale no saber de ellas,
     que son hombres que he matado,    me los he comido en mi cueva,
  10   y a ti te haré lo mismo    cuando mi voluntad sea.--
     Desde que llegué a la cueva    vihuela de oro me entrega;
  12   yo, que lo sabía hacer,    me puse a templar las cuerda,
     la prima con la segunda,    el bordón con todas ellas.
  14   Con el son de la guitarra    la serrana se durmiera.
     Desde que la apañe dormida    de un salto salté la cueva.
  16   Los gritos de la serrana    hacían temblar la tierra.
     --¡Vuelve acá, mi pastorcito,    lleva a tu padre estas nuevas:
  18   que coma la carne en viernes    aunque sea en la Cuaresma!--
     Y yo le dije espacito    a modo que no me oyera:
  20   --Esas nuevas, mi señora,    Dios las haga bien con ellas.--

Notas: -10b volunta (sic) (escrito volúnta); -12a jacer en el texto. Utilizamos una copia mecanografiada remitida por M. García Blanco.

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0233:153 La serrana de la Vera (é-a)            (ficha no.: 7394)

Versión de La Caleta de Interián (ay. Los Silos, p.j. Icod, ant. La Orotava, isla de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, España).   Recitada por Guillerma (unos 60a). Recogida por María Jesús López de Vergara, 17/01/1955 publicada en F.E.R.U. 1 Can. 1969, I, p. 171, nº 139 (34:4). Reeditada en Cardoso da Costa 2000, nº 141 (tesis doctoral).  060 hemist.  Música registrada.

     Estando guardando cabras    un día en Taravela,
  2   veí bajar una serrana    brincando piedra por piedra.
     Se puso a luchar conmigo,    me puse a luchar con ella;
  4   me echaba la zancadilla,    le echaba la zancachuela.
     Me cogió por un bracito,    me lleva para su cueva.
  6   A la entrada de la cueva    veí muchas cruces bellas;
     me atreví y le pregunté    qué cruces eran aquellas.
  8   --Calla, calla, pastorcito,    más vale no saber de ellas,
     que son hombres que ha matado,    los ha enterrado en mi cueva,
  10   y a ti te haré lo mismo    cuando mi voluntad sea.
     Aprende, aprende, el pastor,    mientras voy a la ribera.--
  12   El fuego sin prender,    ya la serrana viniera;
     de conejos y perdices    la centura traiba llena,
  14   la perdiz la cogió al vuelo    y el conejo a la carrera.
     Ella se come la carne    y a mí los huesos me entrega;
  16   ella se toma el pan blanco    y a mí el casero me entrega
     ella se bebe el buen vino    y a mí el vinagre me entrega.
  18   Cuando en medio de comer    guitarra de oro me entrega.
     --Toca, toca, pastorcito,    y a la moda de tu tierra.--
  20   Y yo, como lo sabía,    me puse a templar en ella;
     la prima con la segunda    y el bordón con todas ellas.
  22   Desde que estaba dormida    del brinco salté la cueva.
     Al bajar por un barranco,    y al subir una ladera,
  24   los gritos de la serrana    querían tumbar la cueva:
     --¡Espere, espere, el pastor,    y dele a mi padre las nuevas:
  26   que yo estoy en este mundo    haciendo a Dios mil ofensas,
     comiendo la carne en viernes    y también en la Cuaresma!
  28   ¡Espere, espere, el pastor,    que una prenda se le queda!
     --Esa prenda, mi señora,    Dios le haga bien con ella;
  30   si en buenas manos estaba    en otras mejores queda.--

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0233:154 La serrana de la Vera (é-a)            (ficha no.: 7395)

Versión de Masca (ay. Buenavista, p.j. Icod, isla de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, España).   Recitada por Bernarda.00/00/1960 publicada en F.E.R.U. 1 Can. 1969, I, p. 344, nº 360 (34:16),. Reeditada en Cardoso da Costa 2000, nº 142 (tesis doctoral).  031 hemist.  Música registrada.

     La Viñuel . . . . . . . . .    al bajar de Taravela,
  2   . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    que día pa la ribera,
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    con un pastorcito encuentra.
  4   --¿pa dónde vas, pastorcito,    que tu ganado rondeas?
                                       Me voy para la ribera.--
  6   Ella lo coge de mano,    lo lleva para su cueva.
     --Pega, pastorcito, el fuego,    mientras voy a la ribera
  8   a cazar unos conejos y unas perdices    para preparar la cena.--
     De conejos y perdices al vuelo,    los conejos a la carrera.
  10   las perdices coge al vuelo,    los cojejos a la carrera.
     --Dígame usted, señorita,    qué tantas cruces tiene usted en su cueva.
  12   --Ha matado siete hombres,
     y a usted le hago lo mismo    cuando las ganas me diera.
  14   Pastorcito,. . . . . . . . . . . .    toca la vihuela.--
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    La Viñuela se durmiera.
  16   Cuando la encontró dormida    del brinco pasó la cueva.
     --Espérame, pastorcito,    que se te ha quedado una prenda.
  18   --Yo quiero más mi vida    que siete camisas viejas.--

Variante en una primera recitación: -13b c. a mí no me convenga.
Nota: Recogida por los alumnos de la promoción 1960 de la Fac. de Letras de la Univ. de Laguna.

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0233:157 La serrana de la Vera (é-a)            (ficha no.: 7398)

Versión de Granadilla de Abona (isla de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, España).   Recitada por seña Juana (87a). Recogida por María Jesús López de Vergara, 24/12/1954 publicada en F.E.R.U. 1 Can. 1969, I, pp. 173-4, nº 142 (34:7). Reeditada en Cardoso da Costa 2000, nº 145 (tesis doctoral).  056 hemist.  Música registrada.

     Estándome yo con mis cabras    donde llaman Tarrambela,
  2   vi bajar una serrana    brincando de piedra en piedra.
     Se desafió a luchar conmigo,    me desafié a luchar con ella;
  4   ella me pegó una caída,    y yo le pegué caída y media.
     Me garró por una mano,    me llevó para su cueva.
  6   Allá en medio del camino    vide muchas cruces nuevas;
     atrevíme y preguntéle:    qué cruces eran aquellas.
  8   --Esas cruces, pastorcito,    vale más que no las sepas,
     que son hombres que ha matado,    los ha enterrado en mi cueva,
  10   y a ti te haré lo mesmo    cuando mi voluntad sea.
     Saca el fuego, pastorcito,    mentres voy a la ribera.--
  12   Aún el fuego no es encendido,    ya la serrana está en tierra;
     de perdices y conejos    traiba la centura llena;
  14   la perdiz la coge al vuelo    y el conejo a la carrera.
     Ella se come el buen pan,    a mí el cascarón me deja;
  16   ella se come la pulpa,    a mí los huesos me entrega;
     ella se bebe el buen vino    y a mí el vinagre me deja.
  18   Acabando de cenar,    vigüela de oro me entrega.
     yo, como lo sabía hacer,    me puse a menear las cuerdas,
  20   la prima con la segunda,    segunda con la tercera.
     Al son de la guitarrita    la serrana se durmiera.
  22   Cuando la apañé dormida    me eché de la puerta afuera,
     Al subir un barranquillo,    al bajar una ladera,
  24   los gritos de la serrana    hacían temblar la tierra:
     --¡Vuelve atrás, mi pastorcito,    que se te queda una prenda!
  26   --Esa prenda, mi señora,    Dios la haga bien con ella,
     si en buenas manos estaba,    en otras mejores queda,
  28   que yo no pierdo mi vida    por una cachucha vieja.--

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0233:158 La serrana de la Vera (é-a)            (ficha no.: 7399)

Versión de Charco del Pino (ay. Granadilla de Abona, p.j. Granadilla de Abona, isla de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, España).   Recitada por Isabel (15a). Recogida por María Jesús López de Vergara, 27/12/1954 publicada en F.E.R.U. 1 Can. 1969, I, p. 173, nº 141 (34:6). Reeditada en Cardoso da Costa 2000, nº 146 (tesis doctoral).  044 hemist.  Música registrada.

     Allá abajo en esa costa,    donde justicia no llega,
  2   se pasea una serrana,    bonita, que no era fea;
     con su pelito enrollado    debajo de su montera;
  4   con su escopetita al hombro    de moda de cazadera.
     Pasó por allí un pastor    con su ganado voltera;
  6   de perdices y conejos    traiba centura llena;
     la perdiz la cogió al vuelo,    el conejo a la carrera.
  8   Ella me desafió a luchar,    yo salí a luchar con ella;
     ella le pegó tres caídas,    él le pegó caída y media.
  10   Lo coge por una mano,    lo lleva para su cueva.
     De perdices y conejos    hizo una rica cazuela;
  12   ella se come la carne    y a mí los huesos me deja;
     ella se bebe el buen vino    y a mí el vinagre me deja;
  14   ella se come el buen pan    y a mí el cascarón me deja.
     Terminamos de comer,    vigüela de oro me entrega;
  16   y yo, que sabía tocar,    me puse a tocar en ella.
     A los golpes de la guitarra    la serrana se durmiera.
  18   Cuando la apañé dormida    me eché de la cueva afuera.
     Al subir un barranquillo,    al bajar una ladera,
  20   los gritos de la serrana    querían tumbar la cueva:
     --¡Güelve pa atrás, pastorcito,    que allí te queda una prenda!
  22   --Esa prenda que queda ahí    es una camisa vieja.--

Nota de la colectora: La recitadora no quiso decir el final del romance, por considerarlo inmoral. Sin embargo, la versión parece estar conclusa.

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0233:159 La serrana de la Vera (é-a)            (ficha no.: 7400)

Versión de Chimiche (ay. Granadilla de Abona, p.j. Granadilla de Abona, isla de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, España).   Recitada por seña Jacinta (73a). Recogida por María Jesús López de Vergara, 28/12/1954 publicada en F.E.R.U. 1 Can. 1969, I, p. 175, nº 144 (34:9). Reeditada en Cardoso da Costa 2000, nº 147 (tesis doctoral).  060 hemist.  Música registrada.

     En tierras del rey de España    una serrana pasea,
  2   blanca, rubia y encarnada,    bonita, que no era fea;
     con su rollito enrollado    debajo de la montera,
  4   que nadie la conociera    si era macho, si era hembra.
     Púsose a luchar conmigo,    púseme a luchar con ella;
  6   ella me pegó tres caídas,    yo le pegué una y media.
     Medio a medio de la lucha,    me lleva para su cueva.
  8   Al sandar el callejón    toda de cruces la viera;
     y me atreví a preguntarle    qué cruces eran aquellas.
  10   --Estas cruces, pastorcito,    más vale que no las sepas,
     son de hombres que ha matado,    los ha enterrado en mi cueva,
  12   y a ti te haré lo mismo    cuando mi voluntad sea.
     Enciende el fuego, pastorcito,    mientras voy a la ribera.--
  14   El fuego sin encender,    la serrana estaba en tierra;
     de conejos y perdices    la centura traiba llena;
  16   la perdiz la cogió al vuelo,    el conejo a la carrera.
     Ella se come la carne,    y a mí los huesos me entrega.
  18   ella se bebe el buen vino    a mí el vinagre me deja;
     ella se come el buen pan,    a mí el cascarón me deja;
  20   Medio a medio de la cena,    vigüelas de oro me entrega;
     yo, como buen tocador,    me puse a tocar en ellas;
  22   empecé por lasegunda    y acabé por la tercera.
     Con el son de la guitarra    la serrana se durmiera.
  24   Cuando la trinqué dormida,    me eché por la tercera;
     los zapatos en la mano,    las medias en la faldiquera,
  26   Al subir de un barranquillo,    al bajar una ladera,
     los gritos de la serrana    atormentaban la tierra:
  28   --¡Vuelve pa atrás, pastorcito,    que una prenda se te queda!
     --La prenda que se me queda    Dios le haga bien con ella,
  30   que yo más quiero a mi vida    que cuatro camisas viejas.--

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0233:170 La serrana de la Vera (é-a)            (ficha no.: 7411)

Versión de Valverde (isla de El Hierro, Santa Cruz de Tenerife, España).   Recitada por Petra Padrón Reboso (85a). Recogida en Santa Cruz de Tenerife por María Jesús López de Vergara, 28/12/1954 publicada en F.E.R.U. 1 Can. 1969, II, pp. 127-8, nº 516 (34:24). Reeditada en Cardoso da Costa 2000, nº 158 (tesis doctoral).  066 hemist.  Música registrada.

     En plazas del rey de España    una serrana pasea,
  2   blanca, rubia, generosa,    bonita como una perla;
     lleva su pelo enrollado    debajo de la montera,
  4   para no diferenciarse    si era varón, si era hembra.
     Ella me `esafió a luchar,    me puse a luchar con ella;
  6   quiso Dios y mi fortuna    que seis caídas le diera,
     a la última caída    la serrana me venciera.
  8   Cogiérame por la mano,    llevóme para su cueva.
     Al bajar un barranquillo,    al subir una ladera,
  10   yo que veí muchas cruces,    yo que muchas cruces viera;
     me atreví y le pregunté    qué cruces eran aquellas.
  12   --Esas cruces, pastorcillo,    vale más que no las sepas;
     son de hombres que yo ha matado,    y ha enterrado en mi cueva,
  14   y contigo haré lo mismo    cuando mi voluntad sea.--
     Cogiérame por la mano,    llevóme para su cueva.
  16   --Saque fuego, el pastorcillo,    mentras voy a la ribera.--
     Todavía no lo he encendido,    ya la serrana volviera;
  18   de conejos y perdices    traía la cintura llena;
     la perdiz la cogió al vuelo,    y el conejo a la carrera.
  20   Y de toda aquella carne,    hizo una rica cazuela;
     ella se comió la pulpa,    a mí los huesos me diera.
  22   Ella se fue a hacer la cama,    yo fui a tenerle la vela,
     Y debajo del colchón    cien cueros de hombre tuviera.
  24   Me sacó una guitarrilla    para que me divirtiera.
     Con el remor de la danza    la serrana se durmiera.
  26   Cuando yo la vi vencida    me eché de la puerta afuera,
     con el zapato en la mano,    la media en la faldriquera.
  28   Al bajar el barranquillo    y al subir de una ladera,
     la serrana dando voces,    que todo el mundo la oyera:
  30   --¡Vuelva, vuelva, el pastorcillo,    que una prenda se le queda!
     --Esa prenda, mi señora,    Dios le haga bien con ella;
  32   si en buenas manos estuvo    en otras mejores queda,
     aunque fuera de oro fino    mire que allá no volviera.--

Variantes: -25b l. S. s. venciera.

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0233:171 La serrana de la Vera (é-a)            (ficha no.: 7412)

Versión de El Hierro (Santa Cruz de Tenerife, España).   Recogida hacia 00/00/1927 (Colec.: Sotomayor/Manrique de Lara). Publicada en F.E.R.U. 1 Can. 1969, II, p. 128, nº 517 (34:25). Reeditada en Cardoso da Costa 2000, nº 159 (tesis doctoral).  042 hemist.  Música registrada.

     En la ciudad de Sevilla    una serrana pasea,
  2   blanca, rubia y generosa,    bonita como una estrella;
     lleva su pelo enrollado    debajo de su montera,
  4   y no se diferenciaba    si era varón o era hembra.
     Desafióme a luchar,    yo me fui a luchar con ella;
  6   y con gran facilidad    las cien caídas me diera.
     `Garróme por un bracito,    llevóme para su cueva.
  8   Y allá en medio del camino    muchas crucitas yo viera.
     --¿De quién son estas crucitas    que están en esta ribera?
  10   --Son de hombres que yo he matado,    los he enterrado en mi cueva.
     ¡Cállate, mi pastorcito,    que lo mismo te hiciera!--
  12   Acabó de decir esto,    metióme para su cueva,
     y colgados en el techo    mil cueros de hombre yo viera
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  14   Diome medio anillo de oro    para que yo me venciera.
     Allá a la medianoche,    que la `rana se durmiera,
  16   cogí mi palo en la mano,    mi media en la faltriquera,
     y del salto que pegué    eché de la puerta afuera.
  18   Al bajar un barranquito    y subir una ladera,
     la serrana daba silbos,    que el mundo lo estremeciera:
  20   --Ven acá, mi pastorcito,    la mejor prenda te queda.
     --Si en buenas manos estaban    en otras mejores quedan.--

Nota: -21 estaban, quedan (sic). Según indicación final en el original manuscrito, el colector consideraba el texto "incompleto" en su desenlace. Remitida a R. Menéndez Pidal hacia 1927.

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0233:175 La serrana de la Vera (é-a)            (ficha no.: 7416)

Versión de Puntagorda (p.j. Los Llanos de Aridane, isla de La Palma, Santa Cruz de Tenerife, España).   Recogida por Arquímedes Castro Pérez, (Colec.: Sebastián Sosa Barroso). Publicada en F.E.R.U. 1 Can. 1969, II, 459, pp. 64-65. Reeditada en Cardoso da Costa 2000, nº 163 (tesis doctoral).  054 hemist.  Música registrada.

     Cuando yo era pastorcillo    que cuidaba mis ovejas,
  2   echaba mi lanza a lomo,    mi zurrón a tiracuellos.
     Me encontraba una serrana    del color de una morena.
  4   Ella me ofreció de lucha,    de lucha agarré con ella;
     en el medio de la lucha    la serrana me dijera:
  6   --Ni tú me tumbas a mí,    ni yo tumbarte pudiera.--
     Quiso Dios y mi fortuna    por debajo me cogiera.
  8   Me coge por un bracito,    me lleva para una cueva;
     de que la fui reparando,    de cruces estaba llena;
  10   Atrevíme y preguntéle    que cruces eran aquellas.
     --Son de hombres que he matado    los he enterrado en mi cueva,
  12   y a ti te hago lo mismo    cuando mi voluntad sea.
     El fuego, pastorcillo,    enciende . . . . . . . . . . . .
  14   que yo me voy a cazar    para el monte de Gelea.--
     De conejos y cornices    trai la centura llena.
  16   Mientras yo pelaba uno,    pelaba ella media docena,
     ella se comía la pulpa,    a mí los güesos me diera.
  18   Ella trajo una vigüela    para yo tocar con ella.
     Entre este toquito y otro    la serrana se durmiera.
  20   Desde que la pillé dormida    de saltos cogí la cueva;
     con un zapato en la mano    y otro en la faldiquera.
  22   Me puse arriba de un pino    por saber la vuelta de ella.
     Se tira de un barranco abajo    rabiando como una perra;
  24   aquí cae, aquí levanta    como niño que gatea.
     --Vuélvete pa atrás, pastor,    que se te quedó una prenda.
  26   --La prenda que se quedó,    Dios te haga bien con ella,
     que te carguen los demonios,    que tú no eres cosa buena.--

Notas: Los v. -13a -16a aparecen en el original del colector tachados y repetidos a continuación, con omisión del -13 y abreviando -14a en yo me voy a cazar. Mantenemos el hemistiquio único de -13, documentado en varias otras versiones canarias; -12a jago en el original.

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