Pan-Hispanic Ballad Project

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0247:1 Consejo traidor de don Julián (á)            (ficha no.: 4538)

Versión de España. Recogida 00/00/1551 Publicada en Tercera Silva 1551, f. 149v. Reeditada en MMP ASW 1945, nº 1, pp. 11-12 y Rodríguez-Moñino 1970, Silva de romances (Zaragoza, 1550-1551) ..., 1970, p. 511.  079 hemist.  Música registrada.

     Ya se sale de Toledo    el conde don Julián,
  2   él y su hija, la Cava,    muy mal enojados van.
     El conde está muy sañudo    cuanto no puede ser más;
  4   piensa de vender a España    con falsía y con maldad,
     porque pague todo el reino    lo que el rey fuera a pecar
  6   en deshonrar a la Cava,    la su hija natural.
     Por hacer mejor su hecho    y su traición ordenar,
  8   fuérase al rey don Rodrigo,    dice le va a aconsejar.
     Las palabras que le dice    son fundadas en gran mal:
  10   --Rey Rodrigo, rey Rodrigo,    mi buen señor natural,
     sé que estáis muy alcanzado    de moneda y de cabal.
  12   Vos dais muy grande partido,    no lo habéis menester dar:
     a mucha gente de guerra    que en las fronteras están,
  14   sesenta mil caballeros,    todos comen vuestro pan.
     Más de cuatro mil castillos    tenedes que sustentar
  16   sin habello menester    ni habello necesidad.
     Si tomas, rey, mi consejo    muchos haberes tendrás:
  18   tendrás tantos de tesoros    que en el mundo no haya más;
     mandaréis a los soldados    que se vayan sin tardar
  20   a sus tierras y lugares    que no les queráis dar mas,
     y también porque las gentes    no se quieran guerrear,
  22   mandad deshacer las armas    cuantas en el reino hay,
     y que nadie sea osado    ningunas armas guardar,
  24   y así estaréis en sosiego    y así viviréis en paz.--
     Al rey le paresce bien,    ansí lo fue a mandar,
  26   que nadie de allí en un mes    pueda más armas tomar
     so pena que por traidor    le mandarán ahorcar.
  28   Todos maldicen al rey    y al que el consejo fue a dar,
     porque bien veen que no pueden    sino en gran mal redundar,
  30   mas como son apremiados,    no podían hacer más.
     Todos deshacen las armas,    nadie las osa guardar:
  32   las espadas hacen sierras    para madera cortar,
     los yelmos y los escudos    hacen rejas para arar;
  34   de las otras armas hacen    azadas para cavar,
     unas echan en los pozos,    otras lanzan en la mar.
  36   ¡Qué mal consejo que diste,    oh maldito don Julián!
     maldito fuera aquel día    en que te fuiste a engendrar,
  38   más valiera que en nasciendo    te lanzaran en la mar,
     que no echaras a perder    a toda la cristiandad.

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