Pan-Hispanic Ballad Project

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0251:2 Montesinos sobrevive a la gran derrota de los franceses (á-a)            (ficha no.: 8892)

Versión de España. Recogida 00/00/1582 Publicada en Rodríguez, Romancero historiado, Alcalá de Henares: Querino Gerardo, a costa de Hernán Ramírez, 1582 (Romance de Montesinos). Reeditada en Durán 1849-1851, X, p. 259; Rodríguez-Moñino 1967, ed. Romancero historiado de Lucas Rodríguez (1582), p. 140.  042 hemist.  Música registrada.

     Por la parte donde vido    más sangrienta la batalla
  2   se metía Montesinos    lleno de una furia insana;
     quantos con la lança encuentra    al suelo los derribava.
  4   La yegua también le ayuda    que a muchos atropellava;
     lugar le hazen como a toro    por donde quiera que passa.
  6   En bravo fuego se enciende    y a todas partes mirava;
     vio andar un moro esforçado    que mucho se señalava,
  8   cavallero en una yegua    de muchas manchas manchada.
     Este era aquel Albençaíde    que entre todos tiene fama;
  10   un alfange trae el moro    teñido en sangre de Francia.
     Montesinos que lo vido,    acrecentando su saña,
  12   arremetió como un rayo    y en los pechos le encontrava
     y fue tan rezio el encuentro    que todo el cuerpo le passa.
  14   Del golpe que dio en el suelo    quebró por medio la lança;
     no le queda a Montesinos    más de un pedaço del asta.
  16   Como se vio d`esta suerte    bolvió a mirar la batalla,
     y viola toda rompida    su gente desbaratada
  18   y las flordelises de oro    los moros las arrastravan.
     No vee golpes de Oliveros    ni oye al señor de Brava,
  20   tampoco vio a Durandarte,    su primo que tanto amava;
     de sangre y polvo cubierto    de la batalla se escapa.

Variantes de Floresta de varios romances (ficha nº 8895): -2b ll. d. angustia y saña; -3b a tierra l. d.; -4a también ayuda; -4b que muchos a.; -4b p. do q. q. passava; -6 Echó el ojo Montesinos / por todo el campo mirava//; -7 v.u. m. e / que mucho se aventajava; -8 anticipa el v. 10; -9 Este es;; -10a el v. 8a; 10b hermosa, rucia, manchada; -11 Como le vio M; --11b encendido en ira y saña; -12a dio de espuelas a la yegua; -12b encontrara; -13b que a tierra lo derribava; -14a y el g.; -14b hizo pedazos l. l.; -15a quedó; -15b sino un p.; -16ª de tal s.; -16b por todo el campo mirava; -17a vio la batalla r.; -17b sus gentes desbaratadas; -18a y la f. ; -19a golpe; -19b el s.; 20-22 cubierto de sangre y polvo / se salió de la bata// en busca de Durandarte / que de lexos devisava,// que con heridas de muerte / de la batalla escapava.//

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0251:3 Montesinos sobrevive a la gran derrota de los franceses (á-a)            (ficha no.: 8895)

Versión de España. Recogida 00/00/1652 Publicada en Tortajada, Floresta de varios rom. Valencia, 1652. Reeditada en Durán 1849-1851, X, p. 259; Rodríguez-Moñino 1970c, Floresta de varios romances de Tortajada (1652), pp. 236-237.  044 hemist.  Música registrada.

     Por el rastro de la sangre    que Durandarte dexava,
  2   caminava Montesinos    por una áspera montaña.
     A la hora que camina,    aun no era bien de mañana,
  4   las campanas de París    tocan la señal del alva.
     Como viene de la guerra    trae las armas destroçadas,
  6   sólo en la mano derecha    trae un pedaço de lança,
     de hazia la parte del cuento,    que el hierro allá lo dexava
  8   en el cuerpo de Albenzaíde    un moro de muy gran fama.
     Trae aquesta asta el francés    porque le sirva de vara
  10   para hazer andar la yegua,    que la llevava cansada.
     Mirando iba la yerva    como estava ensangrentada;
  12   saltos le da el coraçón,    y sospechas le da el alma,
     pensando si sería alguno    de los amigos de Francia.
  14   Confuso en esta sospecha    hazia una haya caminava.
     Vio un cavallero tendido,    que parece que le llama;
  16   dale vozes que se allegue,    que el alma se le arrancava.
     Ño le conoce el francés    por mucho que lo mirava,
  18   porque le turban la vista    las cintas de la celada.
     Apeóse de la yegua    y desarmóle la cara;
  20   conoció al primo que quiso    en la vida mas que al alma.
     Fuele a tener compañía    en las últimas palabras:
  22   el herido habla al sano    y el sano al herido abraça
     y por no hablarle llorando    detiene un poco la habla.
  24   Viéndole junto de sí,    d`esta manera le habla:
     --O mi primo Montesinos,    mal nos fue en esta batalla,
  26   pues murió en ella Roldán,    el marido de Doñ` Alda.
     Cautivaron a Guarinos,    capitán de nuestra esquadra;
  28   heridas tengo de muerte    que el coraçón me traspassan.
     Lo que os encomiendo primo,    lo postrero que os rogava,
  30   que quando yo sea muerto,    y mi cuerpo esté sin alma,
     me saquéis el coraçón    con esta pequeña daga
  32   y lo llevéis a Belerma,    la mi linda enamorada.
     Y le diréis de mi parte    que muero en esta batalla;
  34   que quien muerto se le embía    vivo no se lo negara.
     Daréisle todas mis tierras    quantas yo señoreava,
  36   que los bienes del cautivo    el señor los heredava.--
     Estas palabras diziendo    el alma se le arrancava.

Nota: Véase también la versión del Rom. Historiado, ficha nº 8892).

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0251:1 Montesinos sobrevive a la gran derrota de los franceses (á-a)            (ficha no.: 1874)
[0042 Durandarte envía su corazón a Belerma, contam.]

Versión de Puerto de Santa María (ay. Puerto de Santa María, p.j. Puerto de Santa María, Cádiz, auton. gitano bajoandaluz, España).   Recitada por Juan José Niño (57a). Recogida en Sevilla por Manuel Manrique de Lara, 00/00/1916 (Archivo: AMP; Colec.: Manrique de Lara, M.). Publicada en IGR-vulgar 1999, pp. 16-17.  055 hemist.  Música registrada.

     Las campanas de París    están tocando a alba.
  2   Entró el noble Montesinos,    entró de noche en la batalla,
     cortando piernas y brazos,    y a muchos que derribaba.
  4   Mucho le ayuda la yegua,    porque la tiene enseñada.
     Llegó al pesque de Roldán,    ese señor de hazaña, Loraña
  6   a ese que suena entre ellos,    que de Montalván le llaman.
     Cuando vio un perro moro    que de todos se adelanta;
  8   tenía el perro un alfange    teñido en sangre cristiana.
     Se fue el uno para el otro,    grandes encuentros se daban.
  10   Aquí quedó Montesinos,    ni espada, escudo ni lanza,
     sino con una varita
  12   para arrear su yegua,    que la tiene muy cansada,
     y por reguero de la sangre    Montesinos se guiaba.
  14   Él ha escuchado una voz,    parece que lo llamaban:
     --Primo, primo Montesinos,    mal nos fue en esta batalla,
  16   aquí murió Oliveros,    marido de doña Leonarda;
     en ella ha muerto Rondán,    escuadrillero de una escuadra;
  18   yo estoy herido de muerte,    que me duele hasta el alma.
     Asín que me veas muerto,    muerto, que no tenga habla,
  20   por este lado siniestro,    con esta pequeña daga
     me sacas el corazón    y se lo entregas a mi dama,
  22   y me das sepultura    al pie de ese árbol de haya.--
     Asín que lo vio muerto,    muerto, que no tenía habla,
  24   por aquel lado ensiniestro    y con aquella pequeña daga
     le sacó el corazón,    n`un pañuelo lo liaba;
  26   le dio sepultura    al pie del árbol de haya.
     Corazón del más valiente    que el rey tenía en España,
  28   afortunado en amores    y desgraciado en batalla.

Nota: Los versos en redondo corresponden a este tema, pero quedan subordinados al romance 0042: Durandarte envía su corazón a Belerma (á-a) [véase la entrada, nº 1876].

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