Pan-Hispanic Ballad Project

Total: 2


0358:1 Montesinos y Oliveros desafiados (á-o)            (ficha no.: 1602)

Versión de España. Recogida 00/00/1600 Publicada en un pliego suelto del s. XVI. Síguese un romance: el cual cuenta el desafío que hizo Montesinos a Oliveros en las sales de París: hecho por Juan del Campo [Praga I, pl. 30, 249-252; Dicc. 1084]. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 177, vol. II, pp. 273-278 (Montesinos.--III.).  189 hemist.  Música registrada.

     En las salas de París,    en un palacio sagrado
  2   ado está el emperador    con los pares razonando,
     acabando de comer,    un rumor se ha levantado:
  4   Oliveros y Montesinos    mal se quieren en celado.
     Oliveros fue el primero    que se había desmesurado:
  6   --Dicho os he, Montesinos,    días ha que os he rogado,
     que de amores de Aliarda    no tuviésedes cuidado,
  8   que no sois para servilla,    ni para ser su criado;
     si no fuese por el emperador    yo os habría castigado.--
  10   Montesinos que esto oyera    la color se le ha mudado,
     así le tiemblan las carnes    como a hombre sentenciado.
  12   Echó mano a la su espada,    su rico manto abajado,
     tiró un golpe a Oliveros,    mas no le había acertado.
  14   Oliveros no tenía armas,    dos saltos atrás ha dado.
     Metióse la gente en medio,    otra cosa no ha pasado.
  16   Ellos en aquesto estando    don Roldán había llegado
     a grandes voces diciendo:
  18   --¡Viva, viva el emperador,    y el que vive a su mandado!
     --¡Viva!-- dijo Montesinos,    --mas no de ser ultrajado;
  20   que si de esto no me vengo,    no entraré más en poblado,
     ni comeré pan a mesa,    ni oiré misa en sagrado,
  22   ni me vestiré loriga,    ni cabalgaré en caballo,
     ni me llamarán en Francia    hijo del conde Grimaldo.--
  24   Abájase del escala    con pasión, muy lastimado;
     fuérase al mesón de Burgo    ado estaba aposentado.
  26   Armóse de una loriga    y de un arnés tranzado,
     echóse un escudo al cuello:    de todas armas armado,
  28   sin poner pie en el estribo,    en el caballo había saltado.
     Sale por la puerta afuera    muy honesto y mesurado,
  30   por las calles que había gente    íbase muy sosegado,
     por do vía que no estaba    va corriendo como un gamo.
  32   En saliendo de París    topara con don Reinaldo,*
     primo suyo carnal,    en amor más que hermano.
  34   --¿Adónde vais, Montesinos,    adó vais tan bien armado?
     O vais con mensaje a moros,    o venís desafiado.--
  36   --No voy a nada de aqueso,    ni de ello tengo cuidado;
     mas Oliveros en palacio    de palabras me ha ultrajado.
  38   Respondiérale yo a ellas,    mas no quedé bien pagado.
     Por Dios os ruego, mi primo,    que vais a desafiarlo,
  40   que le digáis de mi parte    que le espero en el campo,
     en el campo de SanDionís    bien armado y a caballo.
  42   --Pláceme, dijo Reinaldo,    pláceme de muy buen grado,
     decírselo he de boca,    aunque esté muy ocupado.
  44   Si no quisiere uno por uno,    seremos dos por cuatro,
     aunque viniese con ellos    don Roldán el encantado.--
  46   Ellos en aquesto estando    Oliveros que ha llegado
     con la sobrevista verde.    ¡Oh cuán bien parece armado!
  48   El gesto trae descubierto,    blanco es y colorado,
     a grandes voces diciendo:    --Tiraos afuera, Reinaldo,
  50   lo que ha dicho Montesinos    presto le costará caro.
     --Pláceme le dijo él,    pláceme de muy buen grado.--
  52   Volvió riendas al caballo,    en París se había lanzado.
     Mejor fuera para ellos    no habellos él dejado.
  54   Pocas palabras se dicen,    metido se han en un prado.
     Apartóse el uno del otro    cuanto un tiro de dardo.
  56   De los muy recios encuentros    a tierra se han derrocado.
     Herido fue Montesinos    en el su izquierdo lado;
  58   así quedara Oliveros    por medio de su costado,
     que el hierro de Montesinos    en el cuerpo le ha quedado.
  60   Levántanse ambos en pie,    las espadas han sacado;
     entre los dos caballeros    cruel batalla se ha trabado.
  62   Ellos en aquesto estando    Baldovinos que ha llegado
     con sus perras de traílla    y su halcín en la mano.
  64   Rogado les ha por la paz;    d` él nada no se han curado.
     Batió piernas al caballo,    y el así los ha dejado.
  66   Fuése al emperador    muy triste, desconsolado.
     --¿Qué hacéis aquí, señor,    con tan pequeño cuidado?
  68   Que hoy pierdes dos caballeros,    los mejores de tu estado,
     en el campo de San Dionís    cada uno mal llagado.
  70   Si presto no socorréis    el campo será acabado.--
     Don Carlos cuando lo oyera    temblaba como azogado;
  72   cabalgó en un palafrén    por no esperar a caballo.
     Con él iba en compañía    ese conde don Grimaldo,
  74   con él iban caballeros,    todos eran hijos dalgo.
     En llegando a San Dionisio    venlos estar en lo llano;
  76   cada cual caído en tierra,    que no bullen pie ni mano.
     Cuando así los vido el conde,    de su boca había hablado:
  78   --¡Qué tal estáis, mi hijo,    el mi hijo mucho amado,
     por las tierras do yo voy    por vos fuera muy honrado!
  80   Si habéis herida de muerte    de vuestra alma habed cuidado.
     Aunque vos muráis, mi hijo,    de mí no seréis llorado,
  82   que ni moris por mesones,    ni por tableros jugando;
     moris como caballero    en el campo peleando.
  84   --Que no moriré, señor,    de lo que estoy agora llagado;
     mas socorred a Oliveros,    ved si está peor tratado.
  86   --Con él está acá, mi hijo,    el emperador don Carlos.
     Mucho estaba mal herido,    vos no estáis muy bien librado.--
  88   Allí llegó el emperador,    su rostro todo mojado
     de lágrimas de sus ojos    que por ellos ha llorado.
  90   --Si sois vivo, Montesinos,    yo quedaré consolado.--
     --Cuál me hallardes señor,    estoy a vuestro mandado.--
  92   Con igual honra en París    ambos los han lanzado;
     con la vida de los dos    el pueblo se ha holgado.
  94   Mucho más se holgó el conde,    y así hiciera Reinaldo,
     que del bien de Montesinos    él estaba muy pagado.

Nota: *El texto lleva por equivocación: Roldán, mientras la asonancia y el sentido piden: Reinaldo.

Go Back
0358:2 Montesinos y Oliveros desafiados (á-o)            (ficha no.: 1603)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 65 (Romance de un desafío que se hizo en París de dos caballeros principales de la tabla redonda, los cuales son Montesinos y Oliveros. Fue el desafío por amores de una dama llamada Aliarda)* y Canc. de rom. 1550 f. 65; Silva de 1550 t. II. f. 162, y Floresta de varios romances. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 177a, vol. II, pp. 279-289 (Montesinos. IV.).  366 hemist.  Música registrada.

     En las salas de París,    en el palacio sagrado
  2   donde está el emperador    con su imperial estado,
     también estaban los doce    que a una mesa se han juntado,
  4   obispos y arzobispos    y un patriarca honrado.
     Después que hubieron comido    y las mesas se han alzado,
  6   ya se levanta la gente,    todos iban paseando
     por una sala muy grande,    unos con otros hablando.
  8   Unos hablan de batallas,    los que las han acostumbrado;
     otros hablan de amores,    los que son enamorados.
  10   Montesinos y Oliveros    mal se quieren en celado;
     con palabras injuriosas    Oliveros ha hablado.
  12   Las palabras fueron tales,    que de esta suerte ha empezado:
     --Montesinos, Montesinos,    ¡cuánto ha que os he rogado
  14   que de amores de Aliarda    no tuviésedes cuidado,
     que no sois para servirla    ni para ser su criado!
  16   ¡Si no por el emperador,    yo os hubiera castigado!--
     Montesinos que esto oyera    túvose por injuriado;
  18   la respuesta que le dio    fue como de hombre esforzado:
     --¡Buen caballero Oliveros,    mucho estoy maravillado,
  20   siendo hombre de buen linaje    siempre entre buenos criado,
     que vos a mí deshonrar    bien debía ser excusado;
  22   que si tuviera yo espada    como vos tenéis al lado,
     las palabras que dijistes    bien las hubiérades pagado!--
  24   Oliveros que esto oyera    en la espada puso mano;
     fuése para Montesinos    como hombre muy airado.
  26   Montesinos no tiene armas,    descendióse del palacio.
     Los ojos puestos en el cielo    juramento iba echando
  28   de nunca vestir loriga    ni cabalgar en caballo,
     ni comer pan a manteles,    ni nunca entrar en poblado
  30   y de no rapar sus barbas,    ni de oír misa en sagrado,
     ni llamarse Montesinos,    hijo del conde Grimaltos,
  32   hasta que vengue la mengua    que Oliveros le ha dado.
     En llegando a su posada    fue muy prestamente armado:
  34   pone el yelmo en su cabeza,    vístese un arnés tranzado,
     mandó sacar una lanza    que él tenía en apartado,
  36   que la lanza era muy fuerte,    y el hierro bien acerado.
     Ya es armado Montesinos,    ya cabalga en su caballo.
  38   Las cartas que tiene escritas    a un paje las había dado,
     que las lleve a Oliveros    y se las diese en su mano,
  40   y le diga que le aguarda    Montesinos en el campo,
     armado de todas armas    y el caballo encubertado.
  42   Ya se parte el mensajero    con las cartas que le ha dado;
     en casa del emperador    a Oliveros ha hallado;
  44   con muy grande reverencia    el paje lo ha llamado.
     Oliveros es discreto,    y hombre muy bien criado,
  46   apartóse con el paje    en un lugar apartado.
     Preguntó lo que quería,    o quién le había enviado.
  48   El paje cuando esto oyó    las cartas le hubo mostrado. ,
     Oliveros que las vido    dijo que él daría recaudo.
  50   Ya se parte el pajecico,    ya se sale del palacio.
     El plazo que Montesinos    a Oliveros hubo dado,
  52   cuatro horas le da de tiempo    que le aguardaría en el campo,
     y si al plazo no viniese    por traidor sería llamado.
  54   El acudió de tal suerte,    que seis horas habían pasado.
     Tanto aguardó Montesinos,    que ya estaba enojado.
  56   Mientra que en el campo andaba    a Oliveros esperando,
     vió allí un caballero    que llamaban don Reinaldos,
  58   que de linaje era su primo,    y en el voluntad más que hermano.
     Las palabras que le dijo,    de esta manera ha hablado:
  60   --Montesinos, Montesinos,    ¿qué facéis, mi primo hermano,
     que según del modo os veo    vos estáis mal enojado?
  62   Alguno os desafió    y vos lo estáis esperando,
     porque no siento otra cosa    por qué estuviésedes armado--
  64   Montesinos que esto oyera    tal respuesta le hubo dado:
     --La causa que ansí me halláis    vos la contaré de grado:
  66   un presente hoy me trujeron,    y en él vino este caballo;
     mas vos sabéis mi costumbre,    que si caballo me han dado,
  68   el primer día que a mí viene    ha de ser muy bien probado.
     Yo por ver qué tal es este    he subido en el armado.--
  70   Don Reinaldos que esto oyera    esta respuesta le ha dado:
     --Montesinos, Montesinos,    vuestro hablar es excusado;
  72   vos a mi no me neguéis    por qué estáis desafiado.--
     Montesinos que esto vido    que lo sabía don Reinaldos,
  74   luego sin más dilación    la verdad hubo contado.
     --Vos sabéis, mi señor primo,    que hoy dentro en el palacio
  76   yo y vuestro primo Oliveros    andábamos paseando.
     De unas razones en otras    él me ha mal injuriado,
  78   diciendo que de Aliarda    yo no tuviese cuidado,
     que no era para servirla    ni para ser su criado;
  80   que si mirado no hubiese    al gran emperador Carlos,
     por el enojo que le hice    ya me hubiera castigado.
  82   Yo le dije que hablaba    mal y muy desmesurado,
     y él echó mano a la espada    y embrazóse de su manto.
  84   Yo hallándome sin armas    descendíme del palacio;
     fuíme para mi posada.    muy triste y muy enojado;
  86   arméme con estas armas    que vos me halláis armado.
     Cartas envié a Oliveros    que le aguardaba en el campo;
  88   cuatro horas le di de tiempo    que le estaría esperando
     y si en estas no viniese    por traidor sería llamado.
  90   Desque pasan las cuatro lloras,    otras dos habían pasado.
     Don Reinaldos que esto oyó    esta respuesta le ha dado:
  92   --Si queréis vos, Montesinos,    yo iré presto a llamarlo,
     si no quiere oírlo de lengua,    decírselo he por las manos;
  94   y si él no quiere venir,    para vos y mí, sean cuatro.--
     Ellos estando en aquesto    Oliveros ha llegado,
  96   no como hombre de pelea,    sino como enamorado.
     Él viene muy gentil hombre    mas también muy bien armado.
  98   En llegando a Montesinos    de esta suerte le hubo hablado:
     --Montesinos, Montesinos,    ¿qué es esto, traidor malvado?,
  100   que la fe que tú me diste    ¡hásmela muy mal guardado!
     Dijiste que estarías solo,    y hállote acompañado.--
  102   Montesinos que esto oyó    tal respuesta le hubo dado:
     --Oliveros, Oliveros    de esto no estéis enojado,
  104   que si compañía tengo    cierto vos lo habéis causado,
     que si viniérades a tiempo    del plazo que os hube dado,
  106   la compañía que tengo    no la hubiérades hallado,
     que por causa de desdicha    él me halló aquí armado.
  108   Él me preguntó qué había,    yo bien me hube excusado,
     mas por importunación    sabed que yo le he contado
  110   lo que está entre vos y mí    y lo que yo hube pasado.
     Mas yo os haré juramento    donde vos queráis tomallo,
  112   que por esta compañía    no seréis perjudicado,
     sino que él se irá a París    quedando nos en el campo.
  114   --Pláceme--, dijo Oliveros,    --de eso que habéis hablado.--
     Reinaldos se entró en París    y ellos quedan en el campo.
  116   Íbanse de par en par,    y juntos lado con lado,
     hasta llegar a la huerta    donde el campo se había dado.
  118   Después que dentro se vieron    Montesinos ha hablado:
     --Agora es tiempo, Oliveros,    que se vea el más esforzado.--
  120   Vanse el uno para el otro,    recios encuentros se han dado;
     los golpes han sido tales    que entrambos se han derribado.
  122   Media hora y más estuvieron    que ninguno ha hablado.
     Ya después que esto pasó    el uno se ha levantado;
  124   fuése para Oliveros,    de esta suerte le ha hablado:
     --Buen caballero, no estéis    por tan poco desmayado,
  126   echemos mano a las hachas,    pues las lanzas se han quebrado.--
     Oliveros que esto oyera    muy presto fue levantado.
  128   Danse tan terribles golpes    que presto se han desarmado;
     las piezas de los arneses    veréis rodar por el campo.
  130   Oliveros que esto vido    de esta suerte le ha hablado:
     --Echa mano por la espada    pues que ya estáis desarmado.--
  132   Montesinos que esto oyera    presto la espada ha sacado:
     fiérense de tales golpes    que se han mal aparejado.
  134   Ellos estando en aquesto    un cazador ha llegado;
     quísose poner entre ellos,    hanle mal amenazado,
  136   que si entre ellos se pone    que él será muy mal tratado.
     El cazador que esto oyera    medio muerto y espantado
  138   se partió para París,    grandes voces iba dando:
     --Qué es de ti, el emperador,    que hoy pierdes todo tu Estado?
  140   ¡Hoy entre los doce pares    veo gran ruido armado,
     y el imperio de París    todo escandalizado!--
  142   Oyólo el emperador,    donde estaba en el palacio:
     mandó luego que lo llamen    al que tal iba hablando.
  144   Ya es llegado el cazador    do está el emperador Carlos.
     Las palabras que le dice    con temor demasiado:
  146   --Señor, sepa, vuestra Alteza    que hoy andando cazando
     en la huerta de Sant Dionís,    dentro en ella yo he hallado
  148   a Montesinos y a Oliveros    que se habían desafiado.
     La sangre que de ellos corría    teñia las yerbas del campo;
  150   que si ellos ya no son muertos,    estarán muy mal tratados.--
     El emperador que esto oyera    muy presto hubo cabalgado
  152   con todos los caballeros    los que allí hubo hallado.
     De Oliveros iba un primo,    y también iba un su hermano,
  154   y el padre de Montesinos,    ese conde don Grimaltos.
     Cada uno tiene parientes,    iban escandalizados.
  156   El emperador, que esto vido,    pregonar luego ha mandado:
     que de manos ni de lengua    ninguno sea osado
  158   de decir descortesía,    ni quistión hayan buscado
     y quien quistión revolviese    fuese luego degollado.
  160   Por miedo de aquel pregón    todo hombre va limitado.
     En allegando a la huerta    el emperador hubo entrado.
  162   Por el rastro de la sangre    los caballeros han hallado,
     el uno caído a una parte,    otro caído a otro lado.
  164   Llamó a sus caballeros    los que le han acompañado.
     Cuando la gente los vio    veréis hacer un gran llanto:
  166   unos dicen: ¡Ay mi primo¡    otros dicen: --¡Ay mi hermano!
     El conde Grimaltos dice:    --¡Ay mi hijo mal logrado!--
  168   Cuando el emperador vido    su pueblo escandalizado,
     mandó traer unas andas    en que hubiesen llevado
  170   aquellos dos caballeros    que se habían maltratado:
     que los lleven a París    dentro del real palacio;
  172   doctores y bachilleres    que viniesen a curarlos.
     Fue la voluntad divina    que a poco tiempo pasado
  174   les hallan gran mejoría,    que se han mucho remediado.
     Ya sanos los caballeros    y Dios que les ha ayudado,
  176   mandóles el emperador,    que amigos hayan quedado.
     Cásanlos con sendas damas    las más lindas del palacio,
  178   y púsoles grandes penas    que ninguno sea osado
     de hablar con Aliarda,    ni de ser su enamorado,
  180   y quien esto quebrantase    de la vida sea privado.
     Así quedaron amigos    y el imperio asosegado.
  182   Luego Aliarda casó    con un caballero honrado;
     quedaron todos contentos    y el romance fue acabado.

Variantes: -22ayo tuviera. Silva, Flor; -27b juramento. Silva; -63ba para que así estéis armado. Flor. Pues os detuviese aquí armado. ed. poster. del Canc. de rom.; -90a Pasadas son. Flor; -123b Montesinos levantado. Flor; -145b Con gran temor las ha hablado. Flor; -158b ni hacer desaguisado. Flo.; -164a Llama. Silva; -172a cirujanos. Flor. }; -175bporque Dios. Flor; -179b en público, ni en celado. Flor; -183b es acabado Silva; con mucha paz en su estado. Flor..
Nota: *Claro está que este romance es ya una reformación algo más artística del anterior, del que repite versos y trozos enteros, dándole empero una catástrofe mucho más prosaica y a modo de las comedias. [Este texto parece también corresponder al Pliego de París (Jacobo Cromberger. Sevilla 1511-1515); Dicc. 1040). SHP]

Go Back
Back to Query Form