Pan-Hispanic Ballad Project

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0422:2 La doncella enamorada de un moro, salvada por la Virgen (á-a)            (ficha no.: 5529)

Versión de Buyezo (ay. Cabezón de Liébana, p.j. San Vicente de la Barquera, ant. Potes, Cantabria, España).   Recogida por José María de Cossío y Tomás Maza Solano, entre 1933-1934 publicada en Cossío 1933-1934, I. XLVIII (nº 211), pp. 371-375.  122 hemist.  Música registrada.

     Una noche muy oscura    de codos a una ventana,
  2   vi venir un perro moro    por aquella vega llana.
     --Detente, moro, detente,    no me des a entender nada,
  4   que si mis padres lo sienten    yo seré muy castigada,
     entre tíos y parientes    corrida y avergonzada.--
  6   Mientras que sus padres duermen    la niña en el cofre entraba;
     muchos pesos y tesoros    y al moro los entregaba,
  8   si no un anillo de oro    que para sí le guardaba.
     La ha cogido so el sobaco    y la ha llevado a las ancas;
  10   ya que la tenía cerca    muy acerca de la raya,
     ya que la tenía cerca    la dice de estas palabras:
  12   --Si has de comer en mi casa,    si has de dormir en mi cama,
     primero has de renegar    de toda la fe cristiana.
  14   --Malhaya para ti moro,    malhaya para tu casta,
     que quieres que yo reniegue    de toda mi fe cristiana,
  16   de mi padre y de mi madre,    de la Virgen Soberana,
     de Dios todopoderoso    donde tengo mi esperanza.--
  18   La agarró por los cabellos,    por los campos la arrastraba,
     ya que la tiene cansada    la dice de estas palabras:
  20   --Ven acá, bien de mi vida,    ven acá, bien de mi alma,
     dormiremos un sueñecito    debajo de la mi capa.
  22   --Va y duérmele, mal moro,    va y duerme tú noramala,
     yo quitaré mis basquinas    y con ellas haré cama.--
  24   Mientras el moro dormía    la niña muy bien lloraba,
     y entre unas palabras y otras    la Virgen la consolaba.
  26   --¿Qué tenía la doncella    tan sola y acompañada?
     --No estoy sola, mi Señora,    que estoy mal acompañada,
  28   estoy con un perro moro    malhaya para su casta
     que quiere que yo reniegue    de toda mi fe cristiana,
  30   de mi padre y de mi madre,    de la Virgen Soberana,
     de Dios todopoderoso    donde tengo mi esperanza.
  32   --¿Qué me dará la doncella    por volver para tu casa?
     --¿Qué le daré yo, Señora?    yo que dar no tengo nada;
  34   muchos pesos y tesoros    que de mi casa sacaba,
     muchos pesos y tesoros    al moro los entregaba,
  36   sino un anillo de oro    que para mí le guardaba.
     --Sácaselo la doncella    de las bienaventuranzas.
  38   --Eso no, Señora, no,    eso no lo haré por nada,
     porque si el moro me siente    allí mismo me mataba.
  40   --Sácaselos la doncella,    otra vez se lo mandaba,
     porque el moro está dormido    desde hoy hasta mañana.--
  42   Sácaselo la doncella    y a la Virgen lo entregaba;
     la ha cogido por la mano    la llevaba pa su casa.
  44   Ya que la tenía cerca,    muy acerca de su casa,
     ya que la tenía cerca    la dice de estas palabras:
  46   --Ahora marcha, la doncella,    ahora marcha pa tu casa.
     --Eso no, Señora, no,    yo eso no lo haré por nada,
  48   que si mis padres me sienten    yo seré muy castigada,
     entre tíos y parientes    corrida y avergonzada.
  50   --Ahora marche la doncella    que otra vez se lo mandaba,
     que tu padre está dormido,    tu madre también lo estaba,
  52   y también tu hermano Juan    jugando con la criada,
     jugando están a los naipes    que de ti no se acordaban.
  54   --Dígamelo la Señora    si he de de ser soltera o casada.
     --Casadita la doncella    de las bienaventuranzas,
  56   y tres hijos que tendrás    los tres ceñirán espadas:
     el uno rey en Castilla,    el otro rey en Granada
  58   y el más pequeñito de ellos    será princés en España;
     y una hija que tendrás    será monja en Santa Clara.
  60   Cuando tú aquélla parieras    se te ha de arrancar el alma
     y en el cielo te verás    en silla de oro sentada.--

Título original: El rapto.

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0422:3 La doncella enamorada de un moro, salvada por la Virgen (á-a)            (ficha no.: 5530)

Versión de Tresabuela (ay. Polaciones, p.j. San Vicente de la Barquera, ant. Cabuérniga, Cantabria, España).   Recogida por José María de Cossío y Tomás Maza Solano, entre 1933-1934 publicada en Cossío 1933-1934, I. XLVIII (nº 212), pp. 375--376.  070 hemist.  Música registrada.

     Una hija tenía un rey    muy querida y estimada,
  2   pasó por allí un perro moro    que de ella se enamorara.
     Ella se enamoró de él,    por eso ha sido la causa.
  4   Muchas cartas y billetes    manda el galán a la dama;
     ella le manda decir    que escribir poco importaba,
  6   que si la quería bien    que la sacara de casa.
     Una noche muy oscura    de su casa la sacaba;
  8   pasó la sierra nevando,    pasó la sierra nevada;
     en el medio del camino    a descansar se sentaba.
  10   --Ten, niña, por el caballo,    la hacienda no se nos vaya,
     mientras yo dormía un poco    embozado en esta capa.
  12   --Ten por él, tú, perro moro,    ten tú por él, noramala,
     que si tú traías sueño,    yo también vengo cansada.--
  14   Mientras el moro dormía,    ella gemía y llorada,
     Ha pasado una Señora,    de esta manera la hablaba:
  16   --Muy sola está la doncella,    muy triste y desconsolada.
     --No estoy sola, mi Señora,    pero mal acompañada.
  18   Aquí tengo un perro moro    que quiere robarme el alma.
     --¿Qué quiere la doncellita    y la llevo yo a su casa?
  20   --Nada, nada, mi Señora,    no tengo nada que darla;
     mis alhajas y mis joyas    el mal moro las llevaba.
  22   --Sácalas tú, doncellita,    de onde las tienes guardadas.
     --No me atrevo, mi Señora,    yo no me atrevo a sacarlas,
  24   que si el moro se despierta    a las dos despedazara.
     --Sácalas tú, doncellita,    no tengas pena por nada,
  26   que el moro ya cogió sueño    para esta noche y mañana.--
     Las sacó la doncellita    y las metiera en su saya;
  28   el pelo se la rojía,    el manto se la mojaba;
     pasó la sierra nevando,    pasó la sierra nevada,
  30   en el medio del camino    la Señora así la hablaba:
     --Llamarías a tu puerta,    te abriría una criada,
  32   te meterás en tu cuarto    de onde el moro te sacara,
     de todo lo sucedido    tus padres no saben nada,
  34   ni tampoco tus hermanos    que con tus nobles criadas
     están jugando a los naipes    y de ti no se acordaban.--

Título original: El rapto.

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0422:1 La doncella enamorada de un moro, salvada por la Virgen (á-a)            (ficha no.: 2135)

Versión de Doney de la Requejada (ay. Rosinos de la Requejada, p.j. Puebla de Sanabria, comc. Sanabria, Zamora, España).   Recitada por una vieja. Recogida por Tomás Navarro Tomás, 00/00/1910 (fecha deducida) (Archivo: AMP; Colec.: Navarro Tomás, T.). Publicada en IGR-vulgar 1999, pp. 345-346.  072 hemist.  Música registrada.

     Una hija tenía el rey    y aun aquella dispreciaba,
  2   namoróse de un morico,    mala fue su namorada.
     Cartas le escribía, cartas,    cartas, billetes le enviaba,
  4   hasta que impuso decirle,    que escribir no le importaba,
     si quería gozar de ella    pase la Sierra Nevada.
  6   El moro, de que lo supo,    no se detuvo en pasarla.
     Siete leguas han andado    sin hablar una palabra;
  8   a la entrada pa las ocho    y al pasar de una barca:
     --Niña, ten tieso la rienda,    mira el caballo no vaiga,
  10   que si el caballo se fuere    mala será su jornada.
     Vengo yo con que reniegues    de toda tu fe cristiana,
  12   de tu padre y de tu madre,    de la leche que mamabas
     y de aquel divino Cristo    en quien tú vas confiada.
  14   --Primero que yo reniegue    de toda la fe cristiana,
     de mi padre y de mi madre,    de la leche que mamaba,
  16   descansemos, el morico,    que yo venía cansada.--
     Pensando no se le marche,    nas rodillas se sentaba;
  18   recostárase un poquito    y luego se adormizaba.
     Pasó por allí la Virgen    y le dice estas palabras:
  20   --¿Qué haces ahí, la doncella,    tan sola y en tierra extraña?
     --No estoy sola, no, señora,    que estoy bien acompañada,
  22   que estoy con un moro perro    que me quiere llevar la alma.
     --¿Cuánto das tú, la doncella,    a quien te vuelva pa casa?
  24   --No tengo nada, señora,    no tengo que darle nada;
     las joyas y el dinero    el morico las llevaba.
  26   --Quítaselas, la doncella,    no tengas temor a nada.
     --No las quito, no, señora,    porque si el moro espertara.
  28   --Quítaselas, la doncella,    no tengas temor a nada,
     que tiene cogido el sueño    de la noche a la mañana.--
  30   Cogióu y quitóle las joyas    y a la Virgen se las daba;
     después quitóule el dinero,    que era lo que le importaba.
  32   Cogiérala por la mano,    pa su casa la llevaba.
     A la entrada de la puerta    ya le dice estas palabras:
  34   --Ves tu padre como duerme,    tu madre como descansa,
     ves a tu hermano Alejandro    jugando con la criada,
  36   juegan al juego de palo,    de quien nadie se acordaba.--

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