Pan-Hispanic Ballad Project

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0446:1 La calumnia de la reina. Briana y la sierpe (á-a)            (ficha no.: 824)

Versión de Caín (ay. Posada de Valdeón, p.j. Cistierna, ant. Riaño, comc. Valdeón, León, España).   Recitada por Rosa Pérez Guerra (64a). Recogida por Alberto Alonso, Regino García Badell, Elena Hernández Casañas, Almudena Jimeno, Julio Camarena, Paloma Díaz-Mas, Isabel Rodríguez y Maximiano Trapero, 07/07/1985 (Archivo: ASOR; Colec.: Encuesta LEÓN 85; cinta: 2.7-7.2/A-09). Publicada en TOL I 1991, pp. 226-227.  064 hemist.  Música registrada.

     En un pueblecín pequeño    en los jardines de Italia,
  2   habitaba una señora    llamada doña Leandra.
     Esta señora tenía    una fuente en la su casa,
  4   con cuatro cañitos de oro,    por todos cuatro manaba:
     por el uno mana oro,    por el otro mana plata,
  6   por el otro en aguas dulces,    por el otro en aguas claras.
     Un día estando lavando,    el agua se le enturbiaba.
  8   --¡Ay triste de mí,--decía--,    ay triste de mí, cuitada,
     o los mis días son cortos    o la mi vida se acaba!--
  10   Entonces responde el rey,    como escuchándola estaba:
     --Ni los tus días son cortos,    ni la tu vida se acaba,
  12   que antes del amanecer    has de ser mi enamorada.
     --No lo quiera Dios del cielo    ni la Virgen soberana
  14   que yo sea mujer de un conde    y de un rey enamorada.--
     Y al empezar la cocina    y al subir para la sala,
  16   al terminar la escalera    se encontró doña Leandra:
     --¿Dónde va, el conde, corriendo,    que tanta prisa llevaba?
  18   --A darte la muerte vengo,    si la vida no me falta,
     porque no has querido hacer    lo que mi tío el rey mandaba.
  20   --Me dejarás despojar    de todas mis cortas galas
     y doce mil alfileres,    unos de oro y otros plata;
  22   y también la mi cabeza,    si acaso fuese cortada.--
     Y de tres hijas que tiene,    la más pequeñita llama:
  24   --Ven acá tú, Beleanina,    ven acá tú, Beleana,
     te mandaré mis vestidos    y todas mis cortas galas
  26   y doce mil alfileres,    unos de oro y otros plata;
     y también la mi cabeza,    si acaso fuese cortada,
  28   y entre dos platitos de oro    al rey se la presentaras;
     le hablarás con cortesía,    como te tengo enseñada.
  30   --Tenga usted, mi tío el rey,    una truchita ensalada,
     que mi padre la cortó    y mi madre la mandaba;
  32   que no has podido lograr    lo que tanto deseabas.

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