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Ya comiençan los franceses con los moros pelear |
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e los moros eran tantos, no los dexan resollar. |
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Allí fabló Baldovinos bien oiréis lo que dirá: |
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--¡Ay compadre don Beltrán, mal nos va en esta batalla! |
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Más de sed que no hambre a Dios quiero dar el alma; |
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cansado traigo el cavallo, más el braço del espada. |
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Roguemos a don Roldán que una vez el cuerno tanga: |
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oírlo ha el emperador qu` está en los puertos d`Aspa, |
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que más vale su socorro que toda nuestr` asonada.-- |
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Oídolo ha don Roldán en las batallas do estava: |
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--No me lo roguéis, mis primos, que ya rogado me estava; |
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más rogadlo a don Renaldos, que a mí no me lo retraiga, |
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ni me lo retraiga en villa, ni me lo retraiga en Francia, |
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ni en cortes del emperador estando comiendo a la tabla, |
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que más querría ser muerto que suffrir tal sobarvada.-- |
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Oídolo ha don Renaldo qu` en las batallas andava; |
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començara a dezir, estas palabras hablava: |
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--¡Oh mal oviessen franceses de Francia la natural!, |
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por tan pocos moros como éstos el cuerno mandar tocar. |
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Que si me tomar los corajes que me solían tomar, |
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por éstos e otros tantos, no me daré solo un pan.-- |
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Ya le toman los corajes que le solían tomar: |
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assí se entra por los moros como segador por pan, |
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assí derriba cabeças como peras d`un peral; |
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por Roncesvalles arriba los moros huyendo van. |
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Allí salió un moro perro qu` en mal ora lo parió su madre. |
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--¡Alcaria, moros, alcaria, si mala ravia vos mate!, |
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que sois ciento para uno, ides huyendo delante. |
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¡Oh mal aya el rey Malsín que sueldo os manda dar! |
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¡Mal aya la reina mora que vos lo manda pagar! |
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¡Mal ayáis vosotros, moros, que las venís a ganar!-- |
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De qu` esto oyeron los moros aún ellos bolvido han, |
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y a bueltas e rebueltas los franceses huyendo van. |
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Atán bien se los esfuerça esse arçobispo Turpín: |
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--¡Buelta, buelta, los franceses, con coraçón a la lid! |
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Más vale morir con honra que con deshonra vivir.-- |
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Ya bolvían los franceses con coraçón a la lid; |
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tantos matar de los moros que no se puede dezir. |
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Por Roncesvalles arriba huyendo va el rey Malsín, |
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cavallero en una zebra no por mengua de rocín; |
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la sangre que d`él salía las yervas haze teñir, |
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las vozes que iva dando al cielo quieren subir: |
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--Reniego de ti, Mahoma, y aún de cuanto hize en ti: |
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hízete el cuerpo de plata, pies y manos de marfil |
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y por más te honrar, Mahoma, la cabeça de oro te hize. |
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Sesenta mil cavalleros ofrecílos yo a ti, |
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mi muger Abraima mora ofrecióte treinta mil, |
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mi hija Mataleona ofrecióte quinze mil; |
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de todos estos, Mahoma tan solo me veo aquí. |
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Y aún mi braço derecho, Mahoma, no lo traigo aquí: |
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cortómelo el encantado, esse Roldán paladín, |
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que si encantado no fuera, no se me fuera él assí. |
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Mas yo me vo para Roma, que cristiano quiero morir; |
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esse será mi padrino esse Roldán paladín, |
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esse me bautizará esse arçobispo Turpín. |
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Mas perdóname, Mahoma, que con Guita te lo dixe |
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que firme quiero a Roma, curar quiero yo de mí.-- |