Pan-Hispanic Ballad Project

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0595:2 Bernardo de Montijo (á-a)            (ficha no.: 2018)

Versión de Rengo (Colchagua, Chile).   Recitada por Manuel Morales (40a). Recogida por Julio Vicuña Cifuentes, 00/00/1905 (fecha deducida) (Colec.: Vicuña Cifuentes, J.). Publicada en Vicuña Cifuentes 1912, nº 120 (A), pp. 341-345. Reeditada en IGR-vulgar 1999, pp. 191-193.  106 hemist.  Música registrada.

     Atiendan, mozos solteros,    atiendan, niñas y damas,
  2   las de la pestaña crespa,    las de la media enrollada,
     las que al adre cantan flores,    las de la vida viriada.
  4   Yo tuve una dependencia    con una mujer mundana,
     y, para evitar cuestiones,    me fui a la ciudad de Francia,
  6   donde me hube `e enamorar    con la más hermosa dama
                             Bernarda se llamaba;
  8   gasté joyas y dineros    y no pude alcanzar nada,
     pero después alcancé    joyas, dineros y dama.
  10   Lo maliciaron sus padres    y trataron de casarla,
                             me escribe una carta:
  12   "Pues, ay, Bernardo, --me dice--    pues, ay, Bernardo de mi alma,
     sabrás me casan mis padres,    cuando no de hoy o mañana".
  14                           Bernardo, que vio la carta,
     se tiraba a irse solo,    pero se reflexionaba.
  16   Se fue donde unos amigos    que tenía en la ciudada.
     --Pues, ay, amigos,-- les dice    --pues, ay, amigos del alma,
  18   para casarme con ella,    sabrán que adoro a una dama
     donde hoy me escribe una carta,    que sus padres la casaban.--
  20   El menor soltó la risa    con su boquita de plata:
     --En llegándose la noche    cazadores no se escapan.--
  22   Ensillaron los caballos    y se fueron a la plaza.
     Preguntan: --¿Qué bulla es esa?    --Se casó dicha Bernarda.--
  24   Piden permiso a la guardia,    pronto se les fue negada.
     Mataron siete alguaciles    y al Corregidor las barbas.
  26   Mataron al esposado    y se llevaron la dama.
                             Cortan a orillas de playa
  28   en el silencio `e la noche    para salir a Guardiana.
     Oyen una voz que dice:    --Anda el lobo en la campaña.--
  30   El menor de sus amigos    dijo que lo acompañaba
     mientras durase la vida,    pudiese menear la espada.
  32                           los tres hubo batalla;
     de los tres murieron dos,    pero con siete estocadas
  34   uno de ellos se escapó
     Cuando Bernarda lo vio,
  36   --Pues, ay, Bernardo-- le dice    --pues, ay, Bernardo de mi alma,
     por mí perdiste tu vida,    tus amigos y tu patria.
  38   Yo me iré por esos montes    como una mujer mundana,
     pisaré estas duras peñas    con mis delicadas plantas;
  40   mis ojos, de sentimiento,    aumentan un mar en agua,
     no me entregaré a los hombres,    ni a los cristianos, por gracia.--
  42   Bernardo, de que la oyó,    así herido como estaba,
     pronto alzaba la cabeza.
  44   Puso en cura sus heridas
     y de que se vido sano    se salió a la plaza de armas.
  46   --Servirte, mi capitán,    servirte y asentar plaza.--
     Le entregó doce soldados    de lo mejor de su escuadra;
  48   al que no mata, atropella,    al que no atropella, espanta.
     Un día, estando en la mesa,    dijo el capitán así:
  50   --Señores, les contaré    lo que me pasó en Guardiana,
     con el silencio `e la noche    y la claridad del alba.
  52   Vi tres mozos a caballo,
     de los tres murieron dos
  54   uno de ellos se escapó    pero con siete estocadas.
     --Ah, capitán invencible    de las naciones sultanas,
  56   casi muerto me dejaste,    cautivo me tiene el alma.
                                       ¿Dónde me tienes mi dama?
  58   --Señor, la tengo guardada    y prometo el entregarla.--
     Como que se la encontró    a Bernardo su Benarda.

Notas de V. C. : -3a Adre por aire. Pronuncian así, los que han oído criticar, sin saber por qué, el que se diga paire, maire, poirío, (vide som, 50. n. 9); -3b viriada: airada (Durán); -11b donde: En el uso popular, el adverbio donde sirve para expresar diversas relaciones, substituyéndose a otras palabras. He aquí algunos ejemplos: "Yo iba muy tranquilo; donde (cuando) el caballo se espantó y me echó al suelo"; "Me entretuve conversando; donde (por lo que) se me pasó la hora y perdí el tren"; "Me dio Juan un remedio, donde (y) me hizo tanto mal, que por na no me morí". En este último ejemplo, atendiendo a la índole de la construcción popular, no sería procedente reemplazar donde por que o el cual; -15a Tirar a irse solo es "estar pronto a dejarse llevar del primer impulsor"; -16b ciudada. Así pronunciaba distintamente el recitador, queriendo, sin duda, restablecer el asonante, que su oído echaba de menos; -29b Guardiana: ¿Guadiana?

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0595:1 Bernardo de Montijo (á-a)            (ficha no.: 2017)

Versión de Villarino de Manzanas (ay. Figueruela de Arriba, p.j. Zamora, ant. Alcañices, comc. Aliste, Zamora, España).   Recitada por una mujer. Recogida por Tomás Navarro Tomás, 00/00/1910 (Archivo: AMP; Colec.: Navarro Tomás, T.). Publicada en IGR-vulgar 1999, pp. 190-191.  110 hemist.  Música registrada.

     Era un mozo muy valiente,    muy detenido en su raya,
  2   que ninguno se lo hiciera    que no se lo ejecutara:
     es Bernardo del Montijo    que del Montijo se llama.
  4   Mató al alcalde en su tierra,    sin tener bastante causa,
     y, viéndose perseguido    de justicias y piratas,
  6   se marchó al Andalucía    y allí esprimentó su espada.
     n` aquellos campos de Outera,    con una mujer mundana;
  8   le pegó a su cuerpo un volo    drecho a la villa de Otava.
     Siete días n`el caballo    que por ella se pasiaba,
  10   s` inamoró de una niña    que se llamaba Bernarda;
     él se llamaba Bernardo    y ella Bernarda se llama,
  12   como los dos son de un nombre    se quieren que se adoraban.
     Su madre quiere casarlos,    su padre no los dejaba.
  14   Bernardo, desque vio esto,    se retiraba a su patria.
     A eso de los nueve meses    [Bernarda] le escribió carta:
  16   "Sácame de aquí, Bernardo,    si no, mi padre me casa,
     que me tiene pretendida    pa`l capitán de la guardia,
  18   y el casarme a disgusto    me parece mucha carga".
     Al punto que vio la letra,    luego treminó la marcha.
  20   Él quería ir solo,    pero dos amigos llama.
     Pónense ricos coletes    de rico corte de talla,
  22   un trabuco cada uno    bien prevenido de balas,
     una montera de bronce    que la cabeza le guarda.
  24   Iban los tres jaquetones    por l`alto `e Sierra Nevada;
     en el medio del camino    le dicen estas palabras:
  26   --Saberéis, amigos míos,    llevamos l`alma empeñada,
     por una linda esposita    que se llamaba Bernarda.--
  28   El más chiquitino de ellos    luego dio la risa falsa:
     --Saberéis, amigos míos,    aquí traigo yo mi espada,
  30   el perderla por amigos    la pierdo bien empleada.--
     Al entrar en la ciudad    la vieron muy adornada,
  32   toda llena de minsiones,    de cohetes y luminarias;
     preguntan por quién es esto:    --Es por la linda Bernarda,
  34   que hoy la esposa su padre    y mañana quier casarla.--
     Fuéronse la calle abajo    a salir a Santa Clara,
  36   vieron entrar pa una casa    muchos galanes y damas.
     Ellos querían entrar,    pero le estorban la entrada;
  38   pero ellos, de que enrabiados,    luego quitaron las capas,
     desembarajan las mesas,    las tiran por las ventanas,
  40   mataron siete alguaciles    y el capitán de la guardia
     y al señor corregidor    le dieron siete estocadas
  42   y con una carabina    le chamuscaron las barbas.
     Las mujeres daban gritos:    --Que toquen alalba, alalba,
  44   que anda el feroz enemigo    dentro en la villa de Otava.--
     Ellos se iban huyendo,    pero llevaban la dama.
  46   Estando en estas razones    furiosa vino una bala
     y le diera a uno de ellos,    Bernardo paece que rabia;
  48   estando tomando el pulso    furiosa vino otra bala,
     y le dieron a Bernardo,    llora la linda Bernarda:
  50   --¡Adiós, Bernardico, adiós,    adiós, Bernardo del alma,
     por mí perdiste la vida,    yo por ti mi honor y fama!--
  52   Fuéronse poquito a poco,    poquito a poco llegaban
     hasta un bajarcito cerca    que le llaman La Soliana,
  54   y lo pusieron en cura,    por ver si la herida sana.
     Para servicio de Dios    entavía hicieron compaña.

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