Pan-Hispanic Ballad Project

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0609:1 Calaínos y Sevilla (í-a+á-a+á)            (ficha no.: 1622)

Versión de España. Recogida 00/00/1547 Publicada en Canc. de rom. s. a. f. 92, Canc. de rom. 1550 f. 91 (Romance del moro Calaínos, de cómo requería de amores a la infanta Sebilla y ella le demandó en arras tres cabezas de los doce pares de Francia) y Floresta de varios rom. (Romance del moro Calaínos). Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 193, vol. II, pp. 386-400.  460 hemist.  Música registrada.

     Ya cabalga Calaínos    a la sombra de una oliva,
  2   el pie tiene en el estribo,    cabalga de gallardía.
     Mirando estaba a Sansueña,    al arrabal con la villa,
  4   por ver si vería algún moro    a quien preguntar podría.
     Por los palacios venía    la linda infanta Sevilla;
  6   vido estar un moro viejo    que a ella guardar solía.
     Calaínos que lo vido    llegado allá se había;
  8   las palabras que le dijo    con amor y cortesía:
     --Por Ala te ruego, moro,    si te alargue la vida,
  10   que me muestres los palacios    donde mi vida vivía,
     de quien triste soy cativo    y por quien pena tenía,
  12   que cierto por sus amores    creo yo perder la vida;
     mas si por ella la pierdo    no se llamará perdida,
  14   que quien muere por tal dama,    desque muerto, tiene vida.
     Mas porque me entiendas moro    por quien preguntado había:
  16   es la más hermosa dama    de toda la morería;
     sepas que a ella la llaman    la grande infanta Sevilla.
  18   Las razones que pasaban    Sevilla bien las oía.
     Púsose a una ventana,    hermosa a maravilla,
  20   con muy ricos atavíos,    los mejores que tenía.
     Ella era tan hermosa,    otra su par no la había.
  22   Calaínos que la vido    de esta suerte le decía:
     --Cartas te traigo, señora,    de un señor a quien servía:
  24   creo que es el rey tu padre    porque Almanzor se decía:
     descende de la ventana    sabrás la mensajería.
  26   Sevilla cuando lo oyera    presto de allí descendía.
     Apeóse Calaínos,    gran reverencia le hacía.
  28   La dama cuando esto vido    tal pregunta le hacía:
     --¿Quién sois vos el caballero,    que mi padre acá os envía?--
  30   --Calaínos soy, señora,    Calaínos, el de Arabía;
     señor de los Montes Claros,    de Costantina la llana,
  32   y de las tierras del Turco    yo gran tributo llevaba,
     y el Preste Juan de las Indias    siempre parias me enviaba,
  34   y el Soldán de Babilonia    a mi mandar siempre estaba.
     Reyes y príncipes moros    siempre señor me llamaban,
  36   sino es el rey vuestro padre,    que yo a su mandado estaba,
     no porque le he menester,    mas por nuevas que me daban
  38   que tenía una hija    a quien Sevilla llamaban,
     que era más linda mujer    que cuantas moras se hallan.
  40   Por vos le serví cinco años    sin sueldo ni sin soldada;
     él a mí no me la dio,    ni yo se la demandaba.
  42   Por tus amores, Sevilla,    pasé yo la mar salada,
     porque he de perder la vida    o has de ser mi enamorada.
  44   Cuando Sevilla esto oyera    esta respuesta le daba:
     --Calaínos, Calaínos,    de aqueso yo no sé nada,
  46   que siete amas me criaron,    seis moras y una cristiana.
     Las moras me daban leche,    la otra me aconsejaba;
  48   según que me aconsejaba,    bien mostraba ser cristiana.
     Diérame muy buen consejo,    y a mí bien se me acordaba:
  50   que jamás yo prometiese    de nadie ser namorada,
     hasta que primero hubiese    algún buen dote o arras.
  52   Calaínos que esto oyera    esta respuesta le daba:
     --Bien podéis pedir, señora,    que no se os negará nada:
  54   si queréis castillos fuertes,    ciudades en tierra llana,
     o si queréis plata u oro    o moneda amonedada.--
  56   Y Sevilla, aquestos dones,    como no los estimaba,
     respondióle: --Si quería    tenella por namorada,
  58   que vaya dentro a París,    que en medio de Francia estaba,
     y le traiga tres cabezas    cuales ella demandaba,
  60   y que si aquesto hiciese    sería su enamorada.--
     Calaínos cuando oyó    lo que ella le demandaba
  62   respondióle muy alegre,    aunque él se maravillaba:
     dejar villas y castillos    y los dones que le daba
  64   por pedirle tres cabezas    que no le costarán nada.
     Dijo que las señalase,    o diga cómo se llaman.
  66   Luego la infanta Sevilla    se las empezó a nombrar:
     la una es de Oliveros,    la otra de don Roldán,
  68   la otra del esforzado    Reinaldos de Montalván.
     Ya señalados los hombres,    a quien había de buscar,
  70   despídese Calaínos    con muy cortés hablar:
     --Déme la mano tu Alteza,    que se la quiero besar,
  72   y la fe y prometimiento    de comigo te casar
     cuando traiga las cabezas    que quesiste demandar.--
  74   --Pláceme--, dijo, --de grado    y de buena voluntad.--
     Allí se toman las manos,    la fe se hubieron de dar
  76   que el uno ni el otro    no se pudiesen casar
     hasta que el buen Calaínos    de allá hubiese de tornar,
  78   y que si otra cosa fuese,    la enviaría avisar.
     Ya se parte Calaínos,    ya se parte, ya se va.
  80   Hace broslar sus pendones    y en todos una señal:
     cubiertos de ricas lunas,    teñidas en sangre van.
  82   En camino es Calaínos    a los franceses buscar:
     Andando jornadas ciertas    a París llegado ha.
  84   En la guardia de París    cabe San Juan de Letrán,
     allí levantó su seña    y empezara de hablar:
  86   --Tañan luego esas trompetas    como quien va a cabalgar,
     porque me sientan los doce    que dentro en París están.--
  88   El emperador aquel día    había salido a cazar;
     con él iba Oliveros,    con él iba don Roldán,
  90   con él iba el esforzado    Reinaldos de Montalván;
     también el Dardín Dardeña,    y el buen viejo don Beltrán,
  92   y ese Gastón y Claros    con el romano Final.
     También iba Valdovinos,    y Urgel en fuerzas sin par,
  94   y también iba Guarinos    almirante de la mar.
     El emperador entre ellos    empezara de hablar:
  96   --Escuchad, mis caballeros,    que tañen a cabalgar.--
     Ellos estando escuchando    vieron un moro pasar;
  98   armado va a la morisca,    empiézanle de llamar,
     y ya que es llegado el moro    do el emperador está,
  100   el emperador que lo vido    empezóle a preguntar:
     --Di, ¿adónde vas tú, el moro?    ¿cómo en Francia osaste entrar?
  102   ¡Grande osadía tuviste    de hasta París llegar!--
     El moro cuando esto oyó    tal respuesta le fue a dar:
  104   --Vo a buscar al emperante    de Francia la natural,
     que le traigo una embajada    de un moro principal,
  106   a quien sirvo de trompeta,    y tengo por capitán.--
     El emperador que esto oyó    luego le fue a demandar
  108   que dijese qué quería,    por qué a él iba a buscar;
     que él es el emperador Carlos    de Francia la natural.
  110   El moro cuando lo supo    empezóle de hablar:
     --Señor, sepa tu Alteza    y tu corona imperial,
  112   que ese moro Calaínos,    señor, me ha enviado acá,
     desafiando a tu Alteza    y a todos los doce pares,
  114   que salgan lanza por lanza    para con él pelear.
     Señor, veis allí su seña,    donde los hade aguardar:
  116   perdóneme vuestra Alteza,    que respuesta le vo a dar.--
     Cuando fue partido el moro    el emperador fue a hablar:
  118   --Cuando yo era mancebo,    que armas solía llevar,
     nunca moro fue osado    de en toda Francia asomar;
  120   mas agora que soy viejo    ¡a París los veo llegar!
     No es mengua de mí solo    pues no puedo pelear,
  122   mas es mengua de Oliveros,    y asimesmo de Roldán;
     mengua de todos los doce,    y de cuantos aquí están.
  124   Por Dios a Roldán me llamen    porque se vaya a pelear
     con el moro de la enguardia    y lo haga de allí quitar;
  126   que lo traiga muerto o preso,    porque se haya de acordar
     de cómo viene a París    para me desafiar.--
  128   Don Roldán cuando esto oyera    empiézale de hablar:
     --Excusado es, señor,    de enviarme a pelear,
  130   porque tenéis caballeros    a quien podéis enviar,
     que cuando son entre damas    bien se saben alabar,
  132   que aunque vengan dos mil moros    uno los esperará;
     cuando son en la batalla    véolos tornar atrás.--
  134   Todos los doce callaron    si no el menor de edad,
     al cual llaman Valdovinos,    en el esfuerzo muy grande.
  136   Las palabras que dijera    eran con riguridad:
     --Mucho estoy maravillado    de vos, señor don Roldán,
  138   que amengüéis todos los doce    vos que los habíades de honrar.
     Si no fuérades mi tío,    con vos me fuera a matar
  140   porque entre todos los doce    ninguno podéis nombrar,
     que lo que dice de boca    no lo sepa hacer verdad.--
  142   Levantóse con enojo    ese paladín Roldán;
     Valdovinos que esto vido    también se fue a levantar
  144   el emperador entre ellos    por el enojo quitar.
     Ellos en aquesto estando,    Valdovinos fue a llamar
  146   a los mozos que traía;    por las armas fue a enviar.
     El emperador que esto vido    empezóle de rogar
  148   que le hiciese un placer,    que no fuese a pelear
     porque el moro era esforzado,    podríale maltratar:
  150   --Que aunque ánimo tengáis    la fuerza os podría faltar,
     y el moro es diestro en armas,    vezado a pelear.--
  152   Valdovinos que esto oyó    empezóse a desviar,
     diciendo al emperador    licencia le fuese a dar
  154   y que si él no se la diese    que él se la quería tomar.
     Cuando el emperador vido    que no lo podía excusar,
  156   cuando llegaron sus armas    él mesmo le ayudó a armar.
     Dióle licencia que fuese    con el moro a pelear.
  158   Ya se parte Valdovinos,    ya se parte, ya se va,
     ya es llegado a la guardia    do Calaínos está.
  160   Calaínos que lo vido    empezóle así de hablar:
     --Bien vengáis el francesico    de Francia la natural,
  162   si queréis vivir comigo    por paje os quiero llevar;
     llevaros he a mis tierras    do placer podáis tomar.--
  164   Valdovinos que esto oyera    tal respuesta le fue a dar:
     --Calaínos, Calaínos,    no debíades así de hablar,
  166   que antes que de aquí me vaya    yo os lo tengo de mostrar
     que aquí moriréis primero    que por paje me tomar.
  168   Cuando el moro aquesto oyera    empezó así de hablar:
     --Tórnate, el francesico,    a París, esa ciudad,
  170   que si esa porfía tienes,    caro te habrá de costar
     porque quien entra en mis manos    nunca puede bien librar.
  172   Cuando el mancebo esto oyera    tornóle a porfiar
     que se aparejase presto    que con él se ha de matar.
  174   Cuando el moro vio al mancebo    de tal suerte porfiar,
     díjole: --Vente, cristiano,    presto para me encontrar,
  176   que antes que de aquí te vayas    conocerás la verdad,
     que te fuera muy mejor    comigo no pelear.--
  178   Vanse el uno para el otro,    tan recio que es de espantar.
     A los primeros encuentros    el mancebo en tierra está.
  180   El moro cuando esto vido    luego se fue apear:
     sacó un alfanje muy rico    para habelle de matar;
  182   mas antes que le hiriese    le empezó de preguntar
     quién o cómo se llamaba,    y si es de los doce pares.
  184   El mancebo estando en esto    luego dijo la verdad,
     que le llaman Valdovinos,    sobrino de don Roldán.
  186   Cuando el moro tal oyó    empezóle de hablar:
     --Por ser de tan pocos días,    y de esfuerzo singular
  188   yo te quiero dar la vida,    y no te quiero matar;
     mas quiérote llevar preso    porque te venga a buscar
  190   tu buen pariente Oliveros,    y ese tu tío don Roldán,
     y ese otro muy esforzado    Reinaldos de Montalván,
  192   que por esos tres ha sido    mi venida a pelear.--
     Don Roldán allá do estaba    no hace sino sospirar,
  194   viendo que el moro ha vencido    a Valdovinos el infante.
     Sin más hablar con ninguno    don Roldán luego se parte
  196   íbase para la guardia    para aquel moro matar.
     El moro cuando lo vido    empezóle a preguntar
  198   quién es o cómo se llama,    o si era de los doce pares.
     Don Roldán cuando esto oyó    respondiérale muy mal:
  200   --Esa razón, perro moro,    tú no me la has de tomar,
     porque a ese a quien tú tienes    yo te lo haré soltar.
  202   Presto aparéjate, moro,    y empieza de pelear.--
     Vanse el uno para el otro    con un esfuerzo muy grande;
  204   danse tan recios encuentros    que el moro caído ha;
     Roldán que al moro vio en tierra    luego se fue apear:
  206   tomó el moro por la barba,    empezóle de hablar:
     --Dime tú, traidor de moro    no me lo quieras negar;
  208   ¿cómo tú fuiste osado    de en toda Francia parar,
     ni al buen viejo emperador,    ni a los doce desafiar?
  210   ¿Cuál díablo te engañó    cerca de París llegar?
     El moro cuando esto oyera    tal respuesta le fue a dar:
  212   --Tengo una cativa mora,    mujer de muy gran linaje;
     requeríla yo de amores    y ella me fue a demandar
  214   que le diese tres cabezas    de París, esa ciudad,
     que si estas yo le llevo    comigo había de casar;
  216   la una es de Oliveros,    la otra de don Roldán,
     la otra del esforzado    Reinaldos de Montalván.--
  218   Don Roldán cuando esto oyera    así le empezó de hablar:
     --¡Mujer que tal te pedía    cierto te quería mal,
  220   porque esas no son cabezas    que tú las puedes cortar!,
     mas porque a ti sea castigo,    y otro se haya de guardar
  222   de desafiar a los doce,    ni venirlos a buscar,
     echo mano a un estoque    para el moro matar.
  224   La cabeza de los hombros    luego se la fue a cortar:
     llevóla al emperador    y fuésela a presentar.
  226   Los doce cuando esto vieron    toman placer singular
     en ver así muerto al moro    y por tal mengua le dar.
  228   También trajo a Valdovinos    que él mismo lo fue a soltar.
     Así murió Calaínos    en Francia la natural,
  230   por manos del esforzado,    el buen paladín Roldán.

Variantes de la Floresta: -3b su gran torre; -5b o quien preguntar podría // dónde estaban los palacios / a do Sevilla vivía. //; -9a Por Dios; -10b do está la infanta Sevilla; -14b buena fortuna le guía; -17b linda; -21b era mujer muy hermosa, / y acabada en demasía. //; -25b si bajáis de la ventana / sabréis la mensajería. //; -37a no porque no se lo debo; -39b y que era la más hermosa / de cuantas moras se hallan. //; -40a siete; -40b interés; -45b de eso yo no soy vezada; -49b esta me dio un consejo, / de que bien me acordaba; -50a permitiese; -51b d`él algún dote o arrra; -57a Sevilla oyendo estos dones, / todos se los desechaba, // sino que si él quería. /; -58b que era ciudad en la Francia; -62b que él;-65b o cómo se llamarán; 69a nombres;-69b y a; -76a que si el uno, ni el otro; -80a bordar; -81b de color de sangre están; -82b Ya camina Calaínos/ camino de Francia va. //; -87a lo; 92a Gastón de Claros; -92b y aquel romano Fincán; -93b de la fuerza grande; -97b que tañen en la ciudad; -104aBusco al emperador; -108b qué era lo que quería / que asi lo iba a buscar. //; -109a yo soy el emperador; -111a tu Majestad sepa; -111b cetro; -113b y a cuantos contigo están; -115b donde tiene; -124b que lo quiero enviar; -125a a aquel moro de la guardia; -132b los osarán guardar; -135b de ánimo principal; -136b cierto fueron de notar; -138aque menosprecies los doce; -151b era diestro el moro en armas / muy vezado en pelear. //; -161a el caballero; -162a venir; -162b tomar; -167b vengo a matarme contigo / no para contigo estar. //; -171a hombre que a mis manos viene; -178b con un ánimo sin par; -180a El moro muy diligente; -187b principal; -195bdon Roldán se fue a armar; -196bpor del moro se vengar; -200b tú no lo has de preguntar; -201a y ese a quien tienes preso; -203bcon ánimo general; -207a cuitado moro; -207b tú me lo quieras contar; 208a quién te hizo tal; -209b y desafiar los doce / y aquí poner tu señal. //; -212b de linaje principal; -223a a la su espada; -223b degollar; -226b Los doce de muy alegres / todos le van a abrazar. //; -227a habla; -227b cosa de maravillar.

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