Pan-Hispanic Ballad Project

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0661:1 Don Luis de Borja embajador de Turquía (á-a)            (ficha no.: 1954)

Versión de El Cabezo (ay. Alajeró, ant. Alajeró, p.j. San Sebastián de La Gomera, ant. Santa Cruz de Tenerife, isla de La Gomera, Santa Cruz de Tenerife, España).   Recitada por Ignacio Mendoza Suárez (74a). Recogida por Lourdes Fátima Armas Rodríguez y Soraya Montesino Cruz, 00/00/1983 (Archivo: AMP; Colec.: Benigno León Felipe). Publicada en IGR-vulgar 1999, pp. 97-98.  086 hemist.  Música registrada.

     Vino el Norte y trajo el agua,    dichoso aquel que se salva.
     En el mar de los placeres,    donde los placeres andan,
  2   se había criado un mancebo    de noble sangre y prosapia;
     me parece hacer razones    el decir cómo se llama:
  4   Don Luis de Borge Acaesto,    que decir su nombre basta.
     Jugando estando una noche    en el juego de barajas,
  6   tuvo un cierto desafío    con un marqués que allí estaba;
     se desafieron los dos    a s` otro día en la playa.
  8   Pero tuvo la fortuna    que don Luis dio una estocada
     que le partió el corazón.    --¡Que el dulce Jesús me valga!--
  10   Y de la muerte que hizo,    se fue dejando de su patria.
     Navega cuarenta días,    con alegría y sobrada;
  12   entran en cuarenta y uno    y descubre, por una escala,
     quince galeras de moros    que a coso del mar andaban.
  14   Don Luis tiene un crucifijo    y con él se pone y habla:
     --Amantísimo, Señor    de la piedad soberana,
  16   no permitas que cautivo    me lleve esa canalla.--
     El rey tenía una hija,    que Soslima se llamaba,
  18   que sus garbias y hermosuras    no haya con quien compararlas;
     cumplidos los quince años    de don Luis se enamoraba.
  20   Se escriben muchos biletes,    muchos ramos de importancia.
     Iba a hacerle una visita    en el cuarto donde estaba:
  22   --Siéntate y dime, don Luis,    ¿de qué patria sos de España?
     --De la ciudad de Antequera,    la mejor ciudad que estaba;
  24   del mejor cuarto que tiene    Carlos Segundo en España,
     y tiendas de musolina    y haciendas moneadas.
  26   --Ya me había dicho, don Luis,    que eres muy rico en tu patria;
     si tienes tantas haciendas,    ¿cómo así no te recatas?
  28   --Yo, señora, de haciendas,    eso no procedo nada,
     que siempre a un pobre cautivo    siempre los medios le faltan.
  30   Ahora estoy en tu presencia,    no tengo falta de nada.--
     Estando en estas razones    el rey por la puerta entraba.
  32   A la mazmorra lo llevan    y de prisiones lo cargan.
     Soslima, des(de) que esto vio,    a llorar se disparata:
  34   --Suelta, padre, ese cautivo    [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .]    si mi mayordomo estaba,
  36   y al entrar por el jardín    yo con don Luis me he encontrado.
     --¿Qué quieres que le haga, niña,    niña, qué quieres que le haga?
  38   --Que lo saques de la cárcel    y le pongas ricas galas,
     lo vistas de embajador    para que vuele su fama.--
  40   De la cárcel lo sacó,    poniéndole ricas galas.
     Ya con el grande pasaba,    ya con el rey se sentaba.
  42   Estando un día en la mesa,    él le dijo estas palabras:
     --¡A tu tierra, por que goces    lo demás que aquí te falta!--
  44   Soslima, des(de) que esto oyó,    iba y se trancaba en el arca.
     En el arca se trancó,    las llaves a don Luis manda.
  46   Mandan noticias al rey,    el obispo lo que manda,
     que se hagan los desposorios    y al instante se casaron.
  48   Le quitó el nombre `e Soslima,    por coger el de Mariana.

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