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Don Pedro Gil de la Fuente, hombre de mucha importancia, |
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que, por su grande valor, la ciudad respetaba, |
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tiene su casa de asiento, él la defiende y la guarda. |
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Pasa por allí un viejito que de sesenta años pasa, |
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como la edad lo requiere lleva su vista inclinada. |
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--¿Cómo usted no me respeta, por qué usted no me respetaba, |
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por qué usted no me respeta mi honra, hacienda y casa?-- |
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El viejito, de rodillas, pidió que le perdonara. |
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El perdón y la respuesta fue darle una bofetada, |
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que sus menudicos dientes en sangre se los bañaba. |
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El viejo volvía en sí, y se iba para su casa; |
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se fue a un niño pequeñito que a tres meses no llegaba, |
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le sajaba un carrillito, le sacó una gran tajada. |
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El niño llamó por Dios, también por su Madre amada, |
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fue la causa de esa muerte de darle esa bofetada. |
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Este niño va creciendo y su fortuna era tanta |
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que de la edad de quince años el rey Felipe lo enviaba |
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con bandera victoriosa de Cataluña la llana. |
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Estando un día el mozuelo dentro de un jardín de damas, |
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se sale una y le dice estas siguientes palabras: |
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--Ya que eres tan valentón y tan jugador de armas, |
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fuera mejor que vengaras esa señal de tu cara, |
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esa señal de tu rostro que tanta afrenta te daba.-- |
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El joven, cuando esto oyó, para atrás cayó y sin habla; |
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cuando volvía en sí, se iba para su casa. |
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--Diga, mi madre querida, diga, mi madre del alma, |
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¿qué es esto, qué significa esta señal de mi cara, |
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esta señal de mi rostro, que tanta afrenta me daba? |
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--Esa señal, hijo mío, eso fue una bofetada |
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que el don Pedro dio a tu padre, para que tú le vengaras. |
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--¡Oh, buen Dios del Nazareno, hoy me dispongo en vengarla!-- |
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Se iba paso entre paso a donde el don Pedro estaba: |
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--Ha de saber, el don Pedro, que hoy va conmigo a campaña. |
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--Te encuentro muy chiquito pa ir contigo a campaña. |
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Lo que le digo al don Pedro, que hoy va conmigo a campaña.-- |
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Caminaron siete leguas y palabra no se hablaban; |
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llegaron al puestecillo, a donde se señalaba. |
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Tira don Pedro el machete, tira el mozuelo la espada; |
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de la primera estocada, la cabeza le cortaba. |
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Le cortó el brazo derecho con que a su padre le daba, |
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le cortó el brazo derecho y le dió tres bofetadas: |
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--Ésta te doy por mi padre, ésta por mi madre amada.-- |
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Se iba paso entre paso a donde su madre estaba: |
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--Madre, ya maté al don Pedro, que ya no nos debe nada. |
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--Mi hijo, pues Dios te ayude, en el cielo tenga tu alma, |
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cada vez que vea al hombre en el corazón lo traiga.-- |
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Fue al tribunal y le dio cuenta a la reina soberana; |
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y se quedaba el mozuelo sin quedar a deber nada. |