Pan-Hispanic Ballad Project

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0759:1 Cautivo liberado por la esposa de su amo (é-o+á-o)            (ficha no.: 1950)

Versión de Tenerife s. l. (isla de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, España).   Recogida por Agustín Espinosa, 00/00/1926 (Archivo: AMP; Colec.: Espinosa, Agustín). Publicada en FERU 1-Canarias 1969, II, pp. 245-246, nº 645. Reeditada en IGR-vulgar 1999, pp. 92-93.  081 hemist.  Música registrada.

     Por una muerte que hizo    salió de su patria huyendo;
  2   guarda andando unas ovejas    por encima de los cerros.
     Un día estándose al sol,    peinando su hermoso pelo
  4   vido venir un barquito    navegando a velo y remo,
     de moros cuatro fragatas,    luego al punto lo cogieron.
  6   --Adiós, ovejitas mías,    siervos y amados corderos,
     ¿quién vos librará de lobos,    dará parte a vuestro dueño?--
  8   Lo llevaron para Argel,    en Caleta lo vendieron
     y lo mercó un moro rico,    moro de mucho dinero,
  10   que arma jarifa en la aduana    con trescientos prisioneros
     y todos los meses cobra    de todos trescientos pesos.
  12   Gran fiesta hacen los moros    por Pascua de Nacimiento;
     mi amo me mandó a llamar    para que fuera con ellos,
  14   me da un vestido de grana,    del carmencín de Toledo,
     un calzón de damazul,    con mucha perla en el medio,
  16   un sombrero de plumacho,    de blanco alfejado y negro.
     Le gané siete banderas    a fuerza de mis aceros
  18   y dos moras granadillas,    hijas del rey Mormoreno,
     me hicieron la besamano    y yo les hice el corteso:
  20   --No para que usted sea esclavo,    sino de mi casa el dueño.--
     Mi ama, que me está mirando,    se abrasa en un vivo fuego:
  22   --Toma ese turbante azul,    con estas borlas colgando,
     dale un abrazo a tu esposa    y di que yo se lo mando.
  24   Vete a la caballeriza    y ensilla el mejor caballo,
     aquel de la silla de oro,    aquel del pretal dorado;
  26   mientras vas por dentro`e moros,    vete pasito entre paso,
     y una vez que salgas de ellos,    métele espuela al caballo.--
  28   Ya harto de caminar,    quiso comer un bocado,
     como uso de caballeros,    en comiendo, reposarlo.
  30   Cuando, por dentro de un sueño,    sintió relinchá(r) el caballo;
     alzó los ojos atrás    y vio venir a su amo:
  32   --¿Qué buscas, el pereo moro?    --Tenme por aquí el caballo.--
     Mató veinticinco moros    de los mismos allegados
  34   y a él no le hizo lo mismo    por el pan que le había dado.
     [. . . . . . . . . . . . . . . . . . . ]    --¿Qué tal te fue con el cristiano?
  36   --Mujer, no me digas nada,    que el cristiano ha sido el diablo;
     aquí se hizo un santito    y allí se hizo un león bravo,
  40   mató veinticinco moros    de los míos allegados,
     a mí no me hizo lo mismo    por el pan que le había dado.

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