Pan-Hispanic Ballad Project

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0841:1 Doña Juana de la Rosa (á-a)            (ficha no.: 1977)

Versión de La Orotava (ay. La Orotava, p.j. La Orotava, isla de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, España).   Recogida por Mercedes Morales, entre 1953-1954 (Colec.: Morales, M.). Publicada en FERU 1-Canarias 1969, II, p. 314, nº 326. Reeditada en IGR-vulgar 1999, pp. 127-129.  088 hemist.  Música registrada.

     Doña Juana de la Rosa,    de hacienda monedada,
  2   andan muchos caballeros    en pretensión de esa dama;
     ella ninguno quería,    que a todos los despreciaba,
  4   se quiere meter a monja    y su padre la estorbaba,
     porque no tenía otra hija    que su hacienda heredara.
  6   Murió su padre y su madre,    quedando sola esa dama,
     en poder de un tío de ella,    para que la gobernara.
  8   Vino un caballero a verla,    le cuenta lo que le pasa:
     --Rosa, que entre todas rosas    me quieres robar el alma;
  10   ¿tú te quieres ir conmigo    que tengo hacienda y patria?
     y te llevaré a mi tierra    donde tú seas respetada.
  12   --Llévame a donde quisieres,    como vaya en tu compaña.--
     Ensillaron un caballo    y caminó con la dama;
  14   y fueron a descansar    al pie de una verde mata.
     A ella le tentó el sueño    y, como iba cansada,
  16   le gozó de su hermosura,    que era lo que él deseaba;
     y después que la gozó,    se puso atento a mirarla:
  18   --Yo bien sé que eres la rosa,    pero ya estás deshojada.--
     Quiso sacar el puñal    de su vaina colorada,
  20   para matarla con él    y darle la muerte amarga.
     --Pa que su engaño conozca    más quiero dirme y dejarla.--
  22   Cuando despertó, se halló    sola en aquella montaña;
     los gritos de doña Juana    hasta el cielo atormentaba:
  24   --Tío de mi corazón,    ¡quién su consejo tomara!,
     ahora no estuviera yo    en este mundo arrastrada.--
  26   Esto dijo y caminó    por aquella larga cañada;
     encontró con un buen hombre,    cazando en el monte estaba:
  28   --Dime, rosa de belleza,    dime, hermosa catalana,
     ¿quién te ha traído a este monte,    que me estás robando el alma?
  30   --Aquí me trajo mi suerte    y mi contraria desgracia
     y el mundo con su rueda    para que muera arrastrada.
  32   --Ahí delante está un mesón    de la religión cristiana,
     ¿te quieres meter en él    pa que sirvas de criada?
  34   --Sus consejos le agradezco,    pero no es cosa acertada,
     ¿quiere darme, pues, mi ropa,    chuda, calzón y casaca,
  36   un puñal y una saeta,    que es lo que me hace falta?--
     Se vistió de punta en blanco    desde el pelo hasta la planta.
  38   --Adiós te digo, buen hombre,    el señor te dé la paga.--
     Esto dijo, y caminó    por aquella larga cañada.
  40   Y lo ha venido a encontrar    en un corrillo de damas:
     --No huigas, traidor, no huigas,    no huigas, traidor, aguarda,
  42   no huigas de una mujer,    que aunque es cobarde, es villana.--
     Y le cortó la cabeza    la señora doña Juana,
  44   y le cortó la cabeza,    en la mano la llevaba.

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0841:2 Doña Juana de la Rosa (á-a)            (ficha no.: 1978)

Versión de El Lomo (Icod el Alto) (ay. Los Realejos, ant. Realejo Alto, p.j. La Orotava, isla de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, España).   Recitada por una mujer (60a). Recogida por María Jesús López de Vergara, 00/00/1957 (Colec.: López de Vergara, M. J). Publicada en FERU 1-Canarias 1969, II, p. 220, nº 216. Reeditada en IGR-vulgar 1999, pp. 129-130.  098 hemist.  Música registrada.

     Dueña Juana de la Rosa,    de haciendas monedadas,
  2   única hija tenía    que su hacienda le heredara.
     Murió su padre y su madre,    en poder de un tío estaba.
  4   Aquel tío curró de ella    que de consejos le daba.
     --No seas vana, sobrina,    sobrina, no seas vana,
  6   no seas vana, sobrina,    aunque tu hermosura es gala,
     que las mujeres a veces    también pecan de ignorancia.--
  8   Que había muchos galanes    en amores de aquella dama.
     La niña se desveló    a painarse a la ventana;
  10   vino por allí un caballero,    que era un gran glindio talpatria.
     --¿Dónde es este caballero    que en esta ciudad pasiaba?
  12   --Soy de la ciudad de Alondre,    caballero, valor y fama,
     si te quieres dir conmigo,    yo te llevo en mi compaña.--
  14   La saca por la cocina,    por altas cumbres nevadas
     y la lleva a descansar    al pie de la verde olaga.
  16   La niña, como molida    y que no lo acostumbraba,
     se arrecostaba a dormir    y que allí se la gozaba.
  18   Una vez que la gozó,    `tento se puso a mirarla.
     --Rosita, tú eres la rosa,    Rosita, tú eres la dama,
  20   pa que tu engaño conozcas    más vale dirme y dejarla.--
     Se marchó a jugar a un juego    con otros más camaradas.
  22   Vino por allí un pastor    que su ganado guardaba:
     --¿Qué hace aquí,    la purísima hortelana?
  24   --Dios y la buena fortuna    que aquí me dejó aburlada.
     Si me emprestas tu caballo,    caballo y silla dorada
  26   . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    y estoy dispuesto a vengarla.--
     Se amontó en caballo negro    y al par del viento volaba.
  28   Lo encuentra jugando a un juego    con otros más camaradas.
     --¿Dónde es ese caballero    que en esa ciudad pasiaba?
  30   --Es de la ciudad de Alondre,    caballero, valor y fama.
     --Dirásle que salga pa fuera    que si admite una palabra.
  32   --¿Dónde es este caballero    que en esa ciudad pasiaba?
     --Soy de la ciudad de Alondres,    caballero, valor y fama.
  34   --Si te quieres dir conmigo    que en mi tierra te casaras.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    con la que te diere gana.--
  36   Se amonta en caballo negro    que al par del viento volaba
     y lo llevó a descansar    y al pie de la vede olaga.
  38   --¡Qué triste te estás quedando,    qué suspenso te has quedado!
     --La prenda que más quería    y aquí la dejé burlada.--
  40   Haló por puñal de acero    tenía en veina encarnada
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    le dio siete puñaladas;
  42   le cortaba la cabeza    y en su pañuelo la ataba.
     Ella misma fue a dar parte    al juez Dondre de Granada.
  44   La justicia lo que ordena,    la justicia lo que ordana:
     --La mujer que mata al hombre    merece ser coronada
  46   y dispués de la corona    merece al cielo llevala.--
     El tío, de que lo supo,    malo en su cama estaba.
  48   --Ahí debajo está un convento    que lo llaman Santa Clara,
     si quieres servir de monja    u servirás de criada.
  50   --Sus consejos agradezco,    pero no es cosa acertada.--

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