Pan-Hispanic Ballad Project

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0852:1 Rosa, ya te deshojé (á-a)            (ficha no.: 1979)

Versión de Hermigua (ay. Hermigua, p.j. San Sebastián de la Gomera, ant. Santa Cruz de Tenerife, isla de La Gomera, Santa Cruz de Tenerife, España).   Recitada por Ángel Cruz Clemente (54a). Recogida por Maximiano Trapero y Elena Hernández Casañas, 00/00/1983 (Archivo: GOM; Colec.: Trapero, M.). Publicada en F.E.R.U. 4 Canarias 1987, pp. 226-227, nº 170. Reeditada en IGR-vulgar 1999, pp. 131-132.  126 hemist.  Música registrada.

     Madre de Dios soberana,    favorece a quien te llama
     A la Virgen de las Nieves    pido que me dé su gracia
  2   pa contar de una doncella    principio de su desgracia:
     sus ojos coral partía,    su cara azucena blanca.
  4   Murió su madre y quedóse    con su pobre padre en casa.
     Un día, estando en la mesa,    su amado padre la llama:
  6   --Ven acá, hija querida,    la alegría de mi casa:
     yo me voy y tú te quedas,    quiero dejarte amparada.--
  8   Y la hija le contesta:    --¡Buen principio de semana!--
     Murió su padre y su madre,    sola se quedó esta dama,
  10   que no pué parar en mesa    ni pue[de] parar en cama;
     ella salía a coger    los frescos de la mañana.
  12   Se puso a escribir dos letras    a la luz de una ventana.
     En el primer renglón puso    la primer letra encarnada,
  14   que quiere decir en ella    que la saquen de su casa.
     Un caballero lo supo,    trató de solicitarla.
  16   Pasó por allí una tarde,    tocando en una guitarra,
     y le dio las buenas tardes,    ella se las contestaba.
  18   --Suba arriba, el caballero,    siéntese aquí en la ventana,
     porque sillas y sillones    por mi padre no here[d]aba.--
  20   Determinaron un viaje,    la niña se lo aceptaba.
     Caminaron siete leguas    sin decirse una palabra;
  22   ya virando pa las ocho,    el calor la fatigaba,
     se asientan a descansar    bajo de una fresca rama.
  24   Hizo de ella lo que quiso,    hizo lo que le dio gana;
     y de que se burló de ella,    ansí dice estas palabras:
  26   --Rosa, ya te deshojé,    ya no te quiero pa nada;
     yo me voy y tú te quedas    de un duro tronco amarrada
  28   y te ha de esconder la ropa    onde con ella no dabas.--
     Así lo hizo el cruel,    a su viaje caminaba.
  30   Salió un cazador cazando    con perro, jurón y armas,
     un puñal a su cintura    con una vaina calada;
  32   siente una voz dolori[d]a    por detrás de una cañada,
     voces que llegan al cielo,    voces que llegan al alma,
  34   voces que llegan al cielo    y a la Virgen soberana.
     El hombre, desque la vio,    él pa atrás se retiraba.
  36   --Siga, cristiano, no tema,    que yo soy persona humana
     y córtame estos cordeles    con que me tienen atada.--
  38   Haló po`l puñal que tiene    y le cortó las amarras;
     y le preguntó a la niña    y qué más le hacía falta.
  40   --Un cuchillo con dos filos,    un pantalón y una capa,
     un cuchillo con dos filos    con una vaina calada.--
  42   Dio una vuelta el caballero,    él pronto se la encontraba.
     Y se vistió de varón    y a su viaje caminaba.
  44   Y paseando en la calle    vio al traidor que la engañaba,
     sentado en una ventana    hablando con otra dama.
  46   Y llamó por don Guillermo.    Le respondió la criada.
     --¿Que si allí está el don Guillermo?    --Sí señor, cenando estaba.
  48   --Dígale que baje luego,    pronto, sin delatar nada,
     dígale que baje luego,    que un caballero lo llama,
  50   por lo bien que lo quería,    por lo mal que lo estimaba.--
     Bajó abajo el don Guillermo    pronto, sin delatar nada.
  52   --Vamos a pasiar, amigo,    hay tiempo que no pasiaba.--
     Caminaron siete leguas    sin decirse una palabra,
  54   ya virando pa las ocho    es don Guillermo el que habla:
     --¿Ónde me llevas, amigo,    no me has dado tu palabra?
  56   --Ahora que me la pides,    ahora me toca el darla:
     tú fuiste el que me dejaste    de un duro tronco amarrada
  58   y me escondiste la ropa    onde con ella no daba;
     si Dios me presta la vida,    yo te he de quitar el alma.--
  60   Haló po`l puñal que tiene    y le dio dos puñaladas
     sobre el lado siniestro,    que el corazón le trespasa.
  62   Qué bien dijo aquel dijo:    que el que debe siempre paga;
     fue al tribunal a dar cuenta    y a la Virgen soberana.

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