Pan-Hispanic Ballad Project

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5125:1 La famosa Leonarda (á-a)            (ficha no.: 1983)

Versión de Guadalupe (ay. Guadalupe, p.j. Trujillo, ant. Logrosán, Cáceres, España).   Recitada por Teresa Regadera. Recogida por Bonifacio Gil García, (Colec.: Gil García, B.). Publicada en Gil García 1931, I , pp. 29-30, nº 22. Reeditada en IGR-vulgar 1999, pp. 137-139.  100 hemist.  Música registrada.

     A mi padre, don Antonio,    y a mi madre, doña Juana,
  2   y, por gustos de padrino,    a mí me llaman Leonarda.
     He llegado a quince años    con regalo de mi casa;
  4   dispusieron de casarme    con un mercader de Zafra,
     y yo los he respondido    que no me traten de nada,
  6   que soy muy pequeña y niña,    muy pequeñita y muchacha,
     y tengo mis ojos puestos    y entregadita mi alma
  8   en el más bizarro mozo    que pasea la Atalaya;
     toda la noche le tengo    centinela a mi ventana.
  10   El mercader, que lo supo,    salió una noche de Zafra
     para matar a mi amor,    según la intención llevaba,
  12   y yo, como leona herida,    y yo, como leona brava,
     me puse un vestido de hombre,    un ceñidor con dos bandas,
  14   con mi caballo ligero    me eché por la puerta falsa.
     Él corría a rienda suelta,    él corría que volaba,
  16   y dí vuelta a la ciudad    y no pude encontrar nada;
     al fin le vine a encontrar    a la puerta de mi casa.
  18   Le tiré un carabinazo,    que a Dios entregó su alma.
     Desde allí me fui a Llerena,    sin reconocer ventaja;
  20   allí me puse a servir    con don Pedro Nieto Llama,
     para comprar y vender    todo lo que me entregaba.
  22   Al punto me hizo un vestido    de damasco de Granada,
     que todas cuantas me vían    quedan de mí enamoradas,
  24   hasta la propia señora    de mí queda enamorada.
     Estando un día de siesta    recogidita en mi cama,
  26   vide en mi sala una sombra    que para mí se acercaba.
     La enseñé mi pecho blanco,    que al verle se embelesaba;
  28   se me ponen las mejilla[s]    como rosas encarnada[s].
     Con la soga de un caldero    me eché por una ventana.
  30   De allí me fui a Badajoz,    sin reconocer ventaja,
     y cogí catorce ingleses    que de mí se embelesaban.
  32   De que me ven tan valiente,    por capitán me nombraban.
     Ya camina el regimiento,    ya camina para Zafra,
  34   para ver los míos padres,    que es cosa muy deseada.
     He pedido alojamiento,    de alojamiento en mi casa.
  36   Estando un día comiendo,    la patrona me miraba:
     --¿Qué me mira usted, patrona,    qué me mira usté a la cara?
  38   --¿Qué quiere usted que le mire,    que le mire yo a la cara?,
     que esos dos hermosos ojos    son de mi hija Leonarda.
  40   --Esa mujer que usted dice    en Badajo[z] fue nombrada.--
     Se cayó la madre al suelo    de triste y desconsolada.
  42   --Levante, la madre mía,    levante, la madre amada,
     dígame, ¿don Alonso,    don Alonso dónde para?
  44   --Don Alonso se metió    predicador en la Mata.
     --Siete años serví al rey,    siete sin ser en campaña,
  46   siete me he de meter monja    al convento Santa Clara.
     --¡Oh, quién lo hubiera sabido    que eras tan linda muchacha!
  48   No te hubieras tú venido    con tanta honra a mi casa.--
     Ya camina el regimiento,    caminan para llevarla
  50   a meterla en un convento.    Tiran tiros y descargan.

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