El pasado de Vaisali va más allá de la historia escrita, aunque se dice que el nombre de la región deriva del rey Vishal, un protagonista de la epopeya hindú Ramayana. Sin embargo, la historia nos cuenta que incluso en tiempos de este líder, la región era ya un importante centro comercial e industrial.
Vaisali es también un lugar importante en la historia del Budismo, ya que la tradición sitúa en Vaisali el lugar donde Sakyamuni anunció su cercano parinirvana a sus seguidores. Un siglo más tarde, Vaisali se convirtió en el emplazamiento del segundo Concilio Budista, donde las autoridades budistas de todo el norte de la India se reunieron para debatir los diez puntos de la vinaya (la norma de conducta). Para honrar la importancia de este evento, Asoka erigió un alto pilar, originariamente de 18.3 metros de altura (el pilar en esta imagen es una reconstrucción). También conocido como el Singh Stambh o "Pilar del León”, esta columna fue hecha a partir de una única pieza de piedra arenisca pulida, coronada con un capitel en forma de campana, con la figura a tamaño real de un león situado en la parte superior.
El parecido entre los leones y toros que decoran frecuentemente los pilares de Asoka con los precedentes que datan del imperio Aqueménida y han sido excavados en Persépolis, ha sido señalado por los historiadores del arte1, y podría muy bien ser una conexión estilística. El simbolismo, sin embargo, puede con seguridad considerarse como derivado del ámbito local. Los leones estaban asociados desde antiguo con la realeza en el norte de la India, una asociación que más tarde pasaría a Sakyamuni, el Buda histórico, que era de origen real.
Según la tradición, la stupa de ladrillo cercana a este pilar fue erigida sobre una reliquias que contenían una parte de las cenizas de Ananda, un importante discípulo de Sakyamuni. El famoso viajero chino y sacerdote Xuanzang visitó Vaisali en el siglo VII, y en sus escritos menciona tanto la stupa como el pilar del león.
Traducción de Alexandra Prats, revisada por Dolors Folch
(1) Sherman E. Lee, A History of Far Eastern Art (New York: Harry N. Abrams, Inc., 1994), p. 83.
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