El Cristianismo a finales del siglo I dC se había difundido tanto hacia el este como hacia el oeste, básicamente de la misma forma: a través de las conexiones con las comunidades judías existentes, dispersas en territorios fuera de Israel. Después de un periodo de continuo crecimiento, la población de cristianos del este de Palestina aumentó aún más debido al traslado de cristianos de habla griega y siria, provocado por la invasión persa del territorio romano oriental a mediados del siglo III dC. Como la Iglesia occidental se inmiscuía cada vez más en la política imperial después de la conversión de Constantino, las iglesias orientales, la mayoría de las cuales se habían establecido más allá de las fronteras romanas, se volvieron cada vez más autónomas respecto a Occidente. El año 424, un sínodo de obispos orientales declaró su independencia “administrativa” de la Iglesia de Occidente.1
La identificación como “Nestoriana” de las iglesias orientales surgió de las disputas teológicas y políticas de los siglos IV y V dC. Una de estas disputas fue acerca la correcta terminología para referirse a María, la madre de Jesús, resultado, a su vez, de una disputa sobre la naturaleza de Jesús. En la iglesia primitiva, las escuelas filosóficas de interpretación se asociaban a menudo con centros geográficos. Antioquía en Siria y las iglesias del este tendieron a ver a Jesús como poseedor de dos naturalezas distintas, una totalmente divina y otra totalmente humana, que culminaban en la persona de Jesús (de aquí el término diofisitas compuesto por las palabras griegas “dos” y “naturaleza”). Así, ellos argumentaban que se debía hablar de María como la “portadora de Cristo”. Una interpretación opuesta fue propuesta por la escuela cristiana asociada con Alejandría en Egipto, que insistía en que Cristo tenía una sola naturaleza: totalmente divina (monofisitas), y por esto María debía ser llamada “la madre de Dios”.
Cuando un obispo sirio llamado Nestorio fue designado para el prestigioso e influyente cargo de Patriarca de Constantinopla en el año 428, continuó propagando la postura antioquena (diofisita). Hubo, sin embargo, una fiera resistencia por parte de Cirilo, obispo de Alejandría, quien a través de su influencia política sobre la hermana del emperador fue capaz de conseguir que se destituyera a Nestorio del cargo y que el Concilio de Éfeso del año 431 cualificara de herejía la posición diofisita. Las iglesias orientales se negaron acudir al concilio y, rechazando la autoridad de Cirilo y la postura monofisita, se distanciaron aún más de la Iglesia de Occidente. A raíz de ello, procedieron a establecer una nueva sede episcopal en la capital de la Persia Sasánida, Ctesifonte, y empezaron a vincularse cada vez más con el mundo persa del este, mientras la Iglesia Occidental permanecía asociada a Bizancio. En el Concilio de Calcedonia (451) la Iglesia de Occidente propuso una especie de compromiso, pero la medida no fue suficiente para reunificar las divisiones. Un sínodo de obispos orientales en el año 486 declaró la identidad de la Iglesia Oriental Nestoriana y apoyó su postura diofisita.
Para los cristianos que vivían en Persia, las persecuciones fueron intermitentes y generalmente surgían de los vínculos particulares de algunos soberanos con los sacerdotes nativos zoroastrianos, que a menudo intentaban elevar su fe por encima de las religiones no tradicionales como el Judaísmo, el Cristianismo y el Maniqueísmo. La mayor parte del tiempo los nestorianos vivieron pacíficamente bajo soberanos que favorecían la diversidad religiosa dentro de su reino. Algunas veces, los nestorianos sirvieron incluso en el ejército persa contra el Occidente cristiano bizantino.
Desde Persia, la iglesia nestoriana continuó creciendo hacia el este a través de las Rutas de la Seda. Situada en la encrucijada de Asia, la región de la Sogdiana (actualmente Uzbekistán y Tayikistán) fue uno de los principales centros de intercambio comercial y cultural, poniendo en contacto a comerciantes de casi todas las regiones de Asia. A través de los lazos comerciales con los mercaderes persas, los sogdianos empezaron a convertirse al Cristianismo nestoriano y jugaron un papel clave en su transmisión hacia el este. A menudo multilingües, los mercaderes sogdianos sirvieron como traductores de los textos nestorianos. En la cuenca del Tarim, punto inequívoco de confluencia de diversas creencias religiosas, se descubrió a principios del siglo XX un conjunto de textos traducidos del sirio (lengua oficial de la iglesia nestoriana) al sogdiano. Aunque se trataba de traducciones, algunos de estos textos eran desconocidos hasta entonces. Hacia el 650 existía un arzobispado en Samarcanda e incluso más al este, en Kashgar. Los mercaderes sogdianos, al lado de los misioneros sirios, también contribuyeron a la conversión de las tribus nómadas turcas que vivían en las estepas de Asia Central. Se cree la fe nestoriana del período Mongol (siglo XIII), mezclada con prácticas religiosas indígenas, fue bastante próspera entre los nómadas.
El éxito de los nestorianos en China es desigual. Un monumento erigido en el año 781 en la capital Tang, Chang'an (Xi'an), relata la historia de los misioneros sirios y persas trayendo la fe a China en el siglo VII. La mayoría de los primeros soberanos Tang, ellos mismos de origen semi-extranjero, promovieron la diversidad religiosa en China para ayudar a legitimar su soberanía, y por lo tanto aceptaron a los nestorianos así como a otras religiones no chinas como el Budismo. Después de conseguir una audiencia con el emperador Tang Taizong (r.626-649), el misionero sirio Alopen obtuvo permiso para establecer un monasterio en Chang'an y se le pidió que tradujera las escrituras al chino. Más tarde, sin embargo, las persecuciones hacia las creencias no-chinas, ocasionaron la práctica desaparición de los Nestorianos en China hacia el siglo X. Por un breve periodo de tiempo, bajo los mongoles (siglos XIII y XIV), la iglesia nestoriana resurgió en China, pero fue pronto suprimida bajo la dinastía Ming, que ascendió al poder en 1368.2
-- Lance Jenott
Traducción de Alexandra Prats, revisada por Dolors Folch
Bibliography:
(1) Foltz, Richard, Religions of the Silk Road (New York: St. Martin's Press, 1999), p. 66
(2) "Nestorian Church, China" in A Dictionary of Asian Christianity, ed. Scott W. Sunquist, (Grand Rapids, MI: W.B. Eerdmans, 2001)
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