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Friso Sasánida con motivo de pájaro Kizil, cueva 60 Siglos VI-VII Pintura mural 52 x 110 cm Número de adquisición: #MIK III. 8419 Imagen cortesía del Museum für Indische Kunst (copyright reservado) Staatliche Museen zu Berlin - Preussischer Kulturbesitz |
Aunque el control político Sasánida no llegó hasta más allá del Pamir, su influencia cultural se difundió hasta Asia Oriental. Los tejedores de seda china reproducían patrones Sasánidas, mientras que aguamaniles de plata, brocados y objetos de cristal constituyen una parte significativa del Shosoin, el repositorio del siglo VIII de los tesoros donados al templo de Todaiji en Japón. Esta pintura mural se encontró en la cueva mayor de Kizil, un centro budista situado en la rama norte de la ruta de caravanas que rodea el desierto del Taklamakan. Los dos medallones preservados aquí, parte de una composición más grande, muestran dos patos mirándose el uno al otro. La manera cómo sus plumas están decoradas, con diseños geométricos de franjas coloreadas y círculos, es claramente Sasánida. Llevan sartas de cuentas y colgantes con joyas en sus picos, una composición conocida como zeniao, o patrón del “pájaro roedor” en China. Una sección de los huiyao Tang (Documentos Importantes de los Tang) describe que sólo los oficiales de alto rango de la corte tenían permiso para vestir telas decoradas con variaciones del motivo zeniao, incluyendo a gansos llevando fajas y halcones con ramitas en sus picos.1 En el siglo VI el Imperio Sasánida era zoroastriano por decreto oficial, y había poca tolerancia hacia las prácticas de las otras religiones. Por esta razón, el hecho de que este mural se encontrara en un lugar busdista es significativo. Más que tratarse de conversos Sasánidas proporcionando diseños y pintores para decorar una cueva templo budista, es más probable que los artistas y artesanos locales de Kizil se inspiraran en los patrones de los tejidos y brocados Sasánidas. De esta manera, lo que originariamente era un motivo secular Sasánida fue usado en esta cueva como decoración de un escenario religioso no zoroastriano. Traducción de Alexandra Prats, revisada por Dolors Folch (1) Ryochi Hayashi, The Silk Road and the Shosoin (New York: John Weatherhill, Inc. / Heibonsha, 1975), p. 128-9. |