Los uyghures, nómadas turcos del norte del desierto del Gobi, gobernaron sobre un poderoso imperio entre el 744 y el 840. Su capital fue Karabalghasun en el alto Orhon, en Mongolia. A pesar de sus orígenes nómadas, los uyghures dominaron florecientes centros comerciales y agrícolas. Después de que su imperio de disolviera, un grupo de ellos, que huyó hacia el oeste, creó un nuevo estado centralizado en los oasis del norte del desierto del Taklamakan y se extendieron hacia las montañas del este del Tianshan. Sobrevivirían hasta casi el final del siglo XIII. La cultura cosmopolita y la prosperidad económica de estos dos estados uyghures forman un notable capítulo en la historia de la Ruta de la Seda.
El rápido ascenso de los uyghures en el siglo VIII coincidió con el periodo en el que la Dinastía Tang en China se estaba debilitando. Durante la rebelión de An Lushan contra los Tang, desde 755-763, los uyghures salvaron a la dinastía y a cambio recibieron ricos pagos en seda y otros bienes chinos. Las cantidades de seda que fluyeron hacia las estepas del norte rivalizan con aquéllas que habían sido enviadas a los xiongnu siglos atrás. El punto culminante del poder uyghur fue bajo el kaghan Mouyu, que ascendió al trono en el 759. Sabemos que su corte y la de sus sucesores estuvieron muy influenciadas por la cultura china, en parte a causa de las frecuentes bodas con princesas chinas.
Mouyu estableció el Maniqueísmo como religión estatal entre los uyghures. Esta creencia dualista en los poderes del bien y el mal y la separación de la materia del espíritu se había originado en Persia en el siglo III y fue una de las muchas religiones extranjeras que llegaron a China. Los portadores del Maniqueísmo fueron los mercaderes sogdianos de Asia Central, que tuvieron un destacado papel en el comercio de la Ruta de la Seda. Los sogdianos disfrutaron de cierta prominencia en la corte Tang, incluso a pesar de que su religión era apenas tolerada. La adopción por parte de Mouyu de la fe de los sogdianos refleja, tanto su deseo de distanciarse de los Tang como su fuerte dependencia de los sogdianos en la creación de su administración estatal y en el comercio, del que dependía la prosperidad uyghur. La escritura uyghur se convertiría más tarde en la base de la escritura mongol.
Después de la desintegración de este imperio uyghur, algunos de sus supervivientes crearon el reino de Khocho (Gaochang) (ca. 860-1284), cuyos centros urbanos estaban en el oasis de Turfan al norte del desierto del Taklamakan, en plena rama norte de la Ruta de la Seda. Era una región que había sido ocupada previamente por indoeuropeos, cuyo lenguaje fue ahora reemplazado por el turco uyghur. Los uyghures actuales del oeste del Gansu y del Xinjiang son descendientes de la población mezclada étnicamente del reino de Khocho.
La religión dominante en esta región había sido durante tiempo el Budismo, como sabemos por los relatos como el del famoso peregrino chino Xuanzang, a mediados del siglo VII. Tanto en los oasis de Turfan como en sus alrededores había importantes monasterios budistas. Sus pinturas murales ofrecen evidencias relevantes de la transmisión y transformación del arte budista a lo largo de las rutas que conducían de la India hasta China. El Budismo se convirtió en la religión de la élite uyghur en el reino de Khocho, a pesar de que el Maniqueísmo y el Cristianismo nestoriano fueron también importantes. Los arqueólogos alemanes que excavaron las ruinas uyghures a principios del siglo XX se llevaron a Berlín algunos fragmentos importantes de manuscritos maniqueos y otras evidencias de lo que en su día había sido una cultura urbana dinámica y verdaderamente cosmopolita.
La penetración del Islam en la cuenca del Tarim (es decir, la región que rodea el desierto del Taklamakan) fue gradual. Ya en el 821 un embajador árabe visitó la capital uyghur, Karabalghasun. El Islam se difundió hacia el este bajo los Karakhánidas en el siglo XI (una de sus capitales fue Kashgar), pero no fue hasta mucho más tarde que se convertiría en la religión dominante de los uyghures del Xinjiang.
-- Daniel C. Waugh
Traducción de Alexandra Prats, revisada por Dolors Folch
Colin Mackerras, "The Uighurs," Ch. 12 (pp. 320-342) in The Cambridge History of Early Inner Asia, Denis Sinor ed. (Cambridge, etc.: Cambridge Univ. Pr., 1990).
Denis Sinor, "The Uighurs in Mongolia and the Kyrgyz," and Geng Shimin, "The Uighur Kingdom of Kocho," Ch. 9 (pp. 191-206) in History of civilizations of Central Asia, Vol. IV. The age of achievement: A.D. 750 to the end of the fifteenth century. Part One. The historical, social and economic setting, M.S. Asimov and C. E. Bosworth, eds. (Paris: UNESCO, 1998).