Los xiongnu

El importante historiador chino Sima Qian (145-90 aC) nos da una de las visiones más antiguas de la vida y la cultura de los individuos conocidos por los Han como lo xiongnu. En su Shiji (Memorias Históricas), los describe como unos pastores nómadas que vagan en busca de pastos para sus rebaños de caballos, bóvidos y ovejas. También relata que los xiongnu no tienen ciudades amuralladas y no se dedican a la agricultura, y que los hombres son formidables guerreros, entrenados desde una edad muy temprana para cazar a caballo con arco y flecha. Los registros históricos describen también a los xiongnu como hábiles conductores de carros, una caracterización respaldada por el descubrimiento de carros de bronce en excavaciones arqueológicas.

Originarios del noreste de la región de Ordos, el imperio xiongnu fue el primero de esta clase en la estepa euroasiática, y sirvió como prototipo para los muchos imperios que le siguieron, incluyendo el de los mongoles. El Ordos fue un importante punto de encuentro de diversos pueblos de pastores de Mongolia Interior, y es más adecuado describir a los xiongnu como una confederación de estos diversos grupos que como una única cultura unificada. El fundador de la confederación xiongnu fue Maodun, hijo de un poderoso e influyente shanyu (alto jefe) entre los nómadas del Ordos. Después de que Maodun ascendiera al rango de comandante militar, asesinó a su padre, y consiguió unir los diversos grupos de nómadas bajo su liderazgo.

Desde el 209 al 128 aC fue la época de mayor poder xiongnu. Bajo Maodun la confederación estableció un firme poder basado en el Ordos, desde donde empezaron a expandirse en todas direcciones. Recuperaron los territorios del sur, perdidos a manos de la dinastía Qin, y absorbieron a diversos pequeños grupos nómadas que vagaban por el norte de Mongolia Interior. Por el este aplastaron a los hu orientales. Por el oeste derrotaron a los yuezhi (una coalición rival de nómadas), obligándoles a desplazarse hacia Asia Central, hasta el norte de Afganistán. Durante esta campaña occidental, los xiongnu tomaron también el control de diversas comunidades de los oasis que se habían desarrollado en la cuenca del Tarim. El subcomandante a cargo de supervisar la conquista de estas ciudades-estado recibió el título de "general a cargo de los esclavos"1, que nos habla sobre la actitud de los xiongnu hacia aquéllos que conquistaban. De estas comunidades agrícolas recibían grano, fruta y comida para los animales, y de los nómadas, ganado vacuno, ovejas y, lo más importante, caballos, que pasaban a agrandar sus rebaños.

En el año 201 aC, el primer emperador Han, Gaozu, dirigió personalmente a sus tropas hacia la frontera norte con la intención de reprender a un gobernador provincial que había declarado su independencia. El gobernador se había aliado con los xiongnu, y este primer encuentro militar con la confederación de las estepas acabó con la humillación de los Han. Poco familiarizado con la estrategia de ataque y retirada de los xiongnu, Gaozu permitió que le separaran del grueso de su ejército, y fue rodeado por la caballería xiongnu. Gaozu no tuvo otra elección que negociar, y ofrecer un acuerdo a cambio de su propia puesta en libertad.

Aunque los Han continuaron desdeñando a los xiongnu y su modo de vida nómada ("xiongnu" es una palabra china que puede traducirse como “descendientes ilegítimos de esclavos”), no pudieron ignorar la amenaza militar real que suponían para el Imperio Han. Para evitar las hostilidades continuas, la corte Han se vio forzada a mantener lazos matrimoniales con los shanyu y ofrecer tributos anuales de seda, vino, arroz y otro alimentos.

Otra demanda xiongnu que los Han se negaban a reconocer era el derecho de comerciar con las comunidades chinas de la frontera, ya que esto socavaba el deseo Han de mantener una zona de defensa entre los dos imperios. Los xiongnu respondieron a esta postura con un método probado y eficaz: los ataques por sorpresa, saqueando aquéllos bienes que la corte Han les negaba comprar. Finalmente se garantizó el derecho a comerciar, aunque la venta de armas y bienes que podían ser usados con propósitos militares estaba proscrita. Esta política forzó a los xiongnu a mirar hacia Asia Central en busca de materiales como el hierro, que cambiaban por los bienes que habían adquirido de los chinos. De este modo, la política comercial Han con los xiongnu fue indirectamente responsable del incremento del comercio entre Asia Central y Oriental a lo largo de las rutas de la seda.

Los xiongnu no fueron sólo el primero de los imperios de las estepas de Asia Oriental; fueron también el más largo, durando casi trescientos años. Hacia el 104 aC los Han habían recuperado gran parte del territorio del norte que habían perdido un siglo atrás, y habían desplazado a los xiongnu hacia el oeste. Establecieron puestos militares avanzados hasta Dunhuang para proteger las ciudades-estado de la cuenca del Tarim de las incursiones xiongnu, una posición que les permitió también disfrutar de los beneficios generados por el intenso tráfico a lo largo de las rutas comerciales. En el año 47 dC los xiongnu se escindieron en dos facciones, norte y sur, como resultado de disputas internas. Para protegerse, los del sur, más débiles, pidieron protección al Imperio Han. Mientras tanto, los xiongnu del norte se encontraron amenazados por los grupos nómadas del norte, a los que previamente habían dominado.

En el año 78 dC, los xianbei (antepasados de los tuoba Wei, que fundarían la dinastía Wei tres siglos más tarde) atacaron a los xiongnu del norte. Aprovechando esta oportunidad, la corte Han envió un ejército para que se uniera con la facción de los xiongnu del sur y atacaran a los del norte. Hacia el año 91 dC los xiongnu del norte fueron desplazados fuera del Ordos y huyeron hacia el oeste, disipándose su liderazgo.

Traducción de Alexandra Prats, revisada por Dolors Folch

(1) Ma Yong and Sun Yutan, "The Western Regions Under the Hsiung-nu and the Han," from History of Civilizations of Central Asia, vol. II (Paris: UNESCO Publishing), p. 228.